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P.T. Bauer, Crítica de la Teoría del DesarrolloAuthor: P.T. Bauer

Información de derechos de autor:Información de Copyright© 1971: P.T. Baur© 1975: de la traducción castellana para España y América: Editorial Ariel, S.A., Esplugues deLlobregat (Barcelona)© 1983: por la presente edición, Ediciones Orbis, S.A.

Declaración de uso:Texto a ser discutido

Tabla de contenidos

IntroducciónCapítulo Primero. El Círculo vicioso de la pobreza y la ampliación de la brechaCapítulo II. Crítica de la teoría del desarrolloCapítulo III. La economía del resentimiento: colonialismo y subdesarrolloCapítulo IV. El marxismo y los países subdesarrolladosCapítulo V. Perspectivas asiáticasCapítulo VI. Una crítica de la UNCTADCapítulo VII. La economía como forma de asistencia técnicaCapítulo VIII. El estudio de las economías subdesarrolladasCapítulo IX. El consenso espúreo y sus antecedentesPies de página

Información de derechos de autor:Información de Copyright© 1971: P.T. Baur© 1975: de la traducción castellana para España y América: Editorial Ariel, S.A., Esplugues deLlobregat (Barcelona)© 1983: por la presente edición, Ediciones Orbis, S.A.

Declaración de uso:Texto a ser discutido

[Ir a tabla de contenidos]Introducción Tanto el contenido como la presentación de un libro han de valer por méritos propios, de modo que las introducciones habríande ser superfluas. Sin embargo, creo que en este caso unas notas iniciales pueden ayudar a reducir posibles malentendidos yevitar controversias innecesarias. Las principales partes de este libro discuten con bastante amplitud la reciente experiencia y política económicas de los paísessubdesarrollados; los principales determinantes del progreso material, y las ideas actuales más influyentes acerca de la posicióneconómica y perspectivas del mundo subdesarrollado. Algunos aspectos de la discusión de este último punto pueden sorprenderal lector. Varios capítulos de este libro ponen sobre el tapete críticas radicales de buena parte de la literatura contemporáneasobre desarrollo. Las principales ideas de esa literatura han tenido tanta publicidad y aceptación que se las puede denominar lanueva ortodoxia sobre el desarrollo económico. El lector muy bien puede quedar desconcertado por la crítica radical y sinconsideraciones que se hace a puntos de vista muy aceptados. Pero es que muchas de esas posiciones, que se suponeobtenidas de la experiencia y el análisis, están en conflicto con la evidencia empírica. Como ejemplos hay que incluir la tesis delcírculo vicioso de la pobreza; la acusación de que los países ricos han causado la pobreza del mundo subdesarrollado; la idea deque un desarrollo económico sustantivo de los países pobres ha de ir acompañado por una escasez de divisas; la afirmación deun descenso secular de las relaciones de intercambio de los países pobres; la insistencia en la supuesta necesidad ineludible dela planificación central y la ayuda exterior para el avance material de los países pobres; la opinión de que la naturaleza ha dotado

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igual a todos los hombres, y que todos tienen iguales aptitudes económicas; la práctica del razonamiento económico sin hablarde precios y costes, es decir, la despreocupación respecto a los efectos del precio sobre la oferta y demanda y respecto a laimportancia de los empleos alternativos de los recursos. A pesar de la preeminencia de esas ideas, la literatura actual no es unánime respecto a su validez. Pero han sido expuestaspor escritores bien situados para alcanzar amplia audiencia e influir políticamente, de modo que se da la impresión de unconsenso de opiniones sobre estas materias cuando de hecho, como he indicado, hay disconformidad. Cuando en los capítulosque siguen me refiera a un consenso será más el consenso aparente que real. Las nociones aceptadas en ese consenso no deberían ser tema de una controversia válida, ni más ni menos que cuestionestales como si la tierra es redonda o llana, si el mundo fue creado el ario 4004 antes de Cristo o antes, o si las cigüeñas traen a losniños o nacen de otra forma. Algunas de estas cuestiones han sido tema de legítima controversia en el pasado, pero ya se hanresuelto. Sin embargo, el análisis económico del desarrollo sigue cargado con nociones sin sustancia intelectual alguna. Por lomismo, la refutación de estas nociones no constituye un gran logro intelectual. Exponerla recuerda algo a la insistencia del niñoen la conocida historia familiar de Hans Andersen sobre el emperador desnudo. Refleja poco más que la negativa a aceptar unabsurdo demostrable y palpable, por más que se proclame en voz alta y sea generalmente aceptado. El principal problema alrealizar un examen crítico de buena parte de la literatura actual sobre desarrollo no radica en la dificultad intelectual, sino en elmantenimiento de un adecuado nivel de discusión sin caer en la trivialidad. El lector puede preguntar cómo es posible que gente dotada de cualidades intelectuales e instalada muchas veces enprominentes posiciones académicas o públicas, pueda aceptar y defender ideas sin contenido. Hay en primer lugar un fallo importante que subyace a buena parte de la discusión sobre la economía de los paísessubdesarrollados. Se trata de la manera en que ha llegado a utilizarse el concepto de países subdesarrollados. El grupo depaíses que se incluyen bajo ese encabezamiento exhiben algunas similitudes: están localizados en climas no templados; sussociedades muestran pautas demográficas con algunas semejanzas; la agricultura de subsistencia o cuasi subsistenciapredomina, etc. Hay en primer lugar un fallo importante que subyace a buena parte de la discusión sobre la economía de los paísessubdesarrollados. Se trata de la manera en que ha llegado a utilizarse el concepto de países subdesarrollados. El grupo depaíses que se incluyen bajo ese encabezamiento exhiben algunas similitudes: están localizados en climas no templados; sussociedades muestran pautas demográficas con algunas semejanzas; la agricultura de subsistencia o cuasi subsistenciapredomina, etc. Sin embargo, la literatura académica y popular de los últimos veinte años ha utilizado el concepto como expresiónomnicomprensiva de todo el mundo aparte de unos pocos países técnicamente avanzados. El grupo ha sido definido de formanegativa. El proceso de definición negativa es engañoso. No especifica las similitudes y oscurece las diferencias. Por tanto nopuede indicar las limitaciones de las semejanzas ni la amplitud v profundidad de las diferencias. Establece una tentación deencontrar uniformidades donde no existen. En una categoría así definida no hay razón para esperar similitud o uniformidadsustancial que pueda servir de base para generalizaciones válidas o recomendaciones para una política efectiva. Sin embargo, laaceptación de un concepto residual, deducido de una definición negativa, induce una creencia en la presencia de esasuniformidades y ha promovido en este caso una agregación de amplitud mundial inapropiada. El atractivo y la aceptación de una definición negativa en este campo reflejan y refuerza ciertos hábitos mentales que operanampliamente en la escena contemporánea y dan cuenta de la peligrosa situación intelectual de buena parte del tema. Nosreferimos a la erosión de las facultades críticas de las personas debido a la rápida tasa de cambio social y técnico, a lamultiplicidad de preocupaciones y al volumen de informes y admoniciones sobre temas remotos sobre los que los recipiendariosno tienen información de primera mano o fiable; a la utilización extensiva en las discusiones de ideas y conceptossupersimplificados, acompañado de interpretaciones distintas de esas mismas ideas abstractas. El análisis económico deldesarrollo, tema estrechamente relacionado a cuestiones políticas y prácticas, es especialmente vulnerable a esas influenciasgenerales. Otras dificultades provienen de las cuestiones controvertidas acerca de la metodología de los estudios sociales, en especial lanegativa demasiado frecuente a distinguir entre avance del conocimiento y promoción de políticas, acompañado muchas vecesde la subordinación de lo primero a lo último, lo cual ha sido notorio en la economía del desarrollo. Otras dificultades en estecampo se refieren a problemas más complejos de metodología, entre ellos la determinación del campo y limitaciones del análisis

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económico para el examen de los determinantes del progreso material así como en el estudio del desarrollo histórico desociedades enteras, desarrollo del cual el progreso material sólo constituye un aspecto. Estas dificultades se han ampliado por el olvido de la observación directa y la confianza en informaciones de segunda o terceramano. Estos defectos han promovido la aceptación en los estudios sociales de ideas poco sustantivas, en especial en el análisiseconómico de los países pobres y economía del desarrollo, donde la observación directa e información de primera mano, aunqueesenciales para la obtención de resultados válidos, muchas veces es difícil de obtener o muy cara. Un análisis válido para elestudio de la sociedad requiere información de base significativa y fiable. Sin esta base, el análisis podrá ser imaginativo eingenioso, pero no podrá iluminar. Del mismo modo, si los conceptos y la terminología empleada son arbitrarios y cambiantes,como muchas veces ocurre en la literatura sobre el desarrollo, entonces el análisis o no aporta conclusiones o es engañoso. En la literatura reciente sobre el desarrollo esos defectos y dificultades se han exacerbado por la muy rápida expansión deltema y por la intensa preocupación por cuestiones prácticas y políticas. La potencialidad de la economía del desarrollo en cuantoa la promoción del progreso material se ha vendido a un público crédulo exagerándola aún más que la de otras ramas de laeconomía, situación que se añade a la dificultad de mantenimiento de mínimos estándares de discusión. La categoría alcanzadapor la economía del desarrollo es indebidamente elevada, mientras que su nivel es indebidamente bajo. Estas diversas influencias explican en parte la preponderancia en la economía del desarrollo de ideas claramente inválidas.Pero la búsqueda de posibles explicaciones de la promoción y aceptación en esta esfera de nociones sin contenido manifiesto,sugiere la actuación de otro posible factor. Algunas de las nociones más investigadas de la economía del desarrollo, que al mismo tiempo son las menos sustantivas, noreflejan una divergencia aleatoria de la verdad, sino que muestran un sesgo sistemático. Cuando el sinsentido refleja un sesgosistemático es muy probable que refleje el deseo de conseguir objetivos no reconocidos con bases políticas o emocionales. El deseo de conseguir determinados objetivos políticos no reconocidos parece estar presente en buena parte de la literaturadel desarrollo, incluso en la literatura ostensiblemente académica. Las ideas más ampliamente difundidas en este campo, quecarecen de sentido fáctico o lógico, sirven para promover actitudes y políticas que debilitan la posición de Occidente. Elreconocimiento de esta característica da sentido a parte del sinsentido y resuelve algunas paradojas. Lo que superficialmenteparece ser un conflicto entre países desarrollados y subdesarrollados constituye más bien un aspecto de una campaña contraOccidente: hay mucha gente en Occidente que por diversos motivos ha llegado a detestar de tal manera las principalesinstituciones de la sociedad occidental, especialmente la economía de mercado y sus corolarios, tales como la propiedad privada,que consideran que un objetivo político fundamental ha de ser un debilitamiento radical de esas instituciones. Muchas de esaspersonas, influyentes en las universidades, los medios de comunicación de masas y las organizaciones internacionales,consideran a los países subdesarrollados como aliados, o más bien instrumentos, en la promoción de sus objetivos. Muchasveces Occidente, a instigación de esos grupos, suministra los recursos intelectuales, políticos, administrativos y financieros conque los países subdesarrollados le atacan. Los recursos militares, políticos y económicos de los países subdesarrollados por logeneral son modestos y negligibles. Pero sus portavoces y partidarios hablan en los organismos internacionales, en lasasambleas, e influyen considerablemente en el clima de opinión occidental. Esta cuestión importante y compleja nos llevaría amuchos aspectos de la opinión pública contemporánea; pero no pueden discutirse ampliamente en un libro que trata sobre tododel desarrollo económico. Sin embargo, nos referimos a este tema otras veces a lo largo del libro. No debe malinterpretarse ni el propósito ni el énfasis de las observaciones del párrafo anterior. Esas personas y grupos tanopuestos al sistema de mercado no forman parte de una conspiración, y de hecho la mayor parte de las veces no actúan de formaconcertada. Además, son relativamente pocos. Pero están situados en posiciones influyentes y se hacen notar. Su efectividad seve amplificada por otros factores diversos, entre ellos la despreocupación, indiferencia y falta de interés de la mayoría de la gente,así como extendidos sentimientos de culpabilidad y un sentido de impotencia. Esa efectividad se ve aún más fortalecida en lasdiscusiones sobre los países subdesarrollados debido a que la mayor parte de la gente que discute la condición de los paísessubdesarrollados y sus relaciones con Occidente, aunque no esté motivada por esos sentimientos, puede ser influenciada conrapidez dado que cuentan con muy poco conocimiento de primera mano sobre las condiciones de esos países. Otra fuerza política y emocional que puede incidir en las discusiones sobre los países subdesarrollados es el deseo desociedades estrictamente controladas, con concentración intensiva del poder político y administrativo, deseo que proviene de unavariedad de motivaciones. Otro factor, ya mencionado, que opera de forma penetrante en las discusiones sobre los paísessubdesarrollados y afectos de forma significativa a su tono, está menos directamente y obviamente relacionado con los

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principales temas de este libro. Me refiero a la actuación de amplios sentimientos de culpabilidad en la sociedad occidentalcontemporánea. Esos sentimientos reflejan a su vez probablemente otras influencias, entre ellas la idea de que la renta y riquezade los bienestantes de alguna forma ha sido extraída de otros, en vez de ganada v ahorrada por sus poseedores o antepasados;la idea de que la riqueza heredada es inmoral (actitud que refleja a su vez el debilitamiento de los vínculos familiares);sentimientos de inadecuación frente a problemas personales y sociales que la gente siente que tendría que poder resolver, peroque no puede dominar y que de hecho son intratables en el plazo temporal que se plantea. Otro factor tras la emergencia de esossentimientos de culpabilidad podría ser muy bien la erosión del sentido del pecado personal, lo que refleja a su vez la pérdida deénfasis en el individuo en relación a la colectividad y de la responsabilidad personal frente a las influencias del ambiente. Laculpabilidad colectiva ha reemplazado al sentido del pecado personal. La discusión de los motivos subyacentes tras la emergencia, promoción y aceptación de ideas es necesariamente especulativa.Estas especulaciones no son significativas respecto al mérito sustantivo de esas ideas o argumentaciones, pero son relevantesen cuanto a su atractivo. La aceptación o rechazo de algunos o todos los motivos sugeridos como explicación del actual estadode opinión en la economía del desarrollo no afecta a la validez de las ideas ni de sus críticas, ya que esa validez depende deconsideraciones lógicas y fácticas (lo que se llama consistencia lógica y evidencia empírica) y no se ve afectada porconsideraciones de origen o motivos. Sin embargo, la crítica, en especial de argumentaciones que cuentan con gran publicidad,resulta más creíble y por tanto efectiva, si se señala el origen del razonamiento y los motivos que hay detrás, por más que esasreflexiones tengan que ser especulativas. Por este motivo he sugerido algunas de las influencias que actúan sobre este tema. Enlos capítulos I y IX se encuentran más referencias a esas influencias. Se argumenta a menudo que la validez del razonamiento económico y de sus críticas, como las que aparecen en este libro,depende de la aceptación de posiciones políticas particulares, de modo que no puede llegarse a una conclusión. Esta línea derazonamiento resulta bastante atractiva y aparentemente sofisticada. De hecho es irrelevante, como resulta obvio tras algo dereflexión. En realidad, si requiere una atención especial sólo se debe a que ha sido muy difundida y aceptada acríticamente. El juicio sobre los méritos de diferentes políticas depende, en parte, de las predicciones de sus probables efectos sobre lasituación social total y, en parte, de las preferencias entre diferentes tipos de sociedad. Las predicciones dependen a su vez deargumentaciones implícitas o explícitas acerca de los probables efectos sobre la situación social de los cambios postulados dedeterminadas variables. El examen de la validez de tales argumentaciones ha de hacerse sobre una base de observación yanálisis; la validez tanto de las argumentaciones como de sus críticas depende de las pruebas de consistencia lógica y evidenciaempírica. Cuando discuto cuestiones o propuestas de política a seguir, examino las argumentaciones y la evidencia aducida enapoyo de acciones específicas, más que los méritos de las políticas alternativas. Por lo general se considera que esasargumentaciones están basadas en razonamientos analíticos o evidencia fáctica y que por tanto pueden examinarse de formaapropiada en ese mismo plano. La elección de los temas discutidos dentro del área general muchas veces viene afectada por la posición política. Sin embargo,la fuerza del razonamiento no depende de esa posición política o de la elección de temas, sino de la consistencia lógica y laevidencia empírica. Que la posición filosófica y política del estudiante afecta a la elección del tema de investigación, pero esirrelevante para la validez de los resultados, no sólo es cierto en los estudios sociales sino también en otras disciplinas. Es pocoprobable que un fundamentalista religioso estudie cosmología o biología evolucionista: puede decirse por tanto que losestudiosos de estas disciplinas cuentan con un parti pris filosófico que no afecta, sin embargo, a la validez de sus conclusiones.Algunas de mis preferencias políticas explican la elección de algunos de los temas examinados; pero esas preferencias sonirrelevantes para la valoración del razonamiento. En este libro no se presenta ninguna teoría del desarrollo. Su ausencia no indica que se trate de un enfoque no intelectual.Refleja el reconocimiento de que el desarrollo económico es un aspecto principal del progreso histórico de sociedades enteras;por tanto, no es susceptible de una teoría general en el sentido en que lo son los fenómenos estudiados por las ciencias naturalesy (en menor medida) sociales. Además, el desarrollo económico depende en gran medida de determinantes que no puedenanalizarse con los instrumentos de la teoría económica. Este campo de cuestiones se analiza en el capítulo IX. Se señala allí quela incapacidad de la economía para analizar sistemáticamente los principales determinantes del progreso material no significaque no pueda contribuir al análisis de los fenómenos y al juicio sobre la política a seguir. Espero que de la lectura de estevolumen resulte claro que mi escepticismo respecto a una teoría general del desarrollo (análoga a las teorías de las cienciassociales y naturales) no significa que creo que no se pueden explicar los fenómenos o secuencias del desarrollo económico.Como indicaré repelidas veces, cabe señalar uniformidades y predecir los probables resultados de las diversas estrategias.

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La ausencia de una teoría general del desarrollo y el contenido y tono crítico de buena parte del libro pueden provocar la críticade que se trata de un enfoque negativo y no constructivo. Sin embargo, varios de los capítulos no son de carácter eminentementecrítico y no constituye una objeción válida a la crítica el decir que no adelanta ideas o propuestas alternativas a las que examina.En varios contextos a lo largo del libro discuto los que considero determinantes fundamentales del progreso material y lapotencialidad de las políticas oficiales para influirlos. Esas diversas referencias a la significación de las aptitudes, actitudes ycostumbres personales y de grupo, a las instituciones sociales y arreglos políticos, a los contactos externos, y la especulaciónacerca las influencias subyacentes tras esos factores, pueden considerarse quizá como los inicios de un enfoque a la teoría deldesarrollo, en la medida en que en nuestro estado actual de conocimientos pueda proponerse teoría alguna. Me gustaría señalar aquí algunos puntos de terminología. Muchas de las sociedades cuya posición constituye el tema principalde este volumen han sido llamadas primitivas, atrasadas, pobres, subdesarrolladas, en vías de desarrollo y menos desarrolladas.Las tres últimas expresiones son eufemismos, inducidos en parte por consideraciones políticas, pero sobre todo por laemergencia y difusión de sentimientos de culpabilidad en la sociedad industrializada occidental. Pobres o materialmenteatrasadas son las denominaciones más apropiadas: son las que describen mejor la condición que sirve de base a la clasificación;señalan el hecho de que la distinción es solamente una cuestión de grado, y son neutrales en el sentido de que no sugieren quela condición descrita sea anormal y reprensible. (Difícilmente podría ser anormal cuando el mundo subdesarrollado comprendemás de la mitad de la humanidad.) Las expresiones subdesarrollado y en vías de desarrollo son eufemismos especialmenteinapropiados: subdesarrollo porque sugiere claramente que la situación que describe es anormal, reprensible y quizá fácilmenterectificable; en vías de desarrollo porque su utilización conduce a contradicciones tales como las referencias al estancamiento oretroceso del mundo en desarrollo. Sin embargo, a lo largo de este volumen utilizaré el término subdesarrollados porque es unode los más utilizados en la literatura cuyo examen constituye el tema principal de este libro; pero debe entenderse que utilizo esaexpresión como sinónimo de pobres o material o técnicamente atrasados. Muchas veces utilizo también la expresión países,aunque sería más apropiada —por razones que se explican en el capítulo IX— la expresión sociedades. Buena parte de la discusión en este campo está ofuscada porque se elige como norma a un manojo de sociedades altamenteindustrializadas, con las mayores rentas per capita en su medición convencional, considerando entonces que la mayor parte de lahumanidad es anormal. Se toma como norma un extremo. Si se toma a los millonarios como norma, la mayoría de la población decualquier país estaría en la pobreza. Una vez adoptada esta práctica, la utilización del término subdesarrollados para describir laposición de la gran mayoría de la humanidad apenas es marginalmente más engañosa que la utilización de otros sinónimos quetambién implican desviación respecto a la norma. Utilizaré las expresiones adelanto material y progreso material como equivalentes a desarrollo económico. Las primeras sonmás apropiadas porque no sugieren que el progreso material dependa en gran medida de los factores que los economistas sonlos únicos especialmente cualificados para analizar y promover. La referencia al adelanto material y progreso material puedenayudar a indicar que el desarrollo económico no es sino un aspecto de la evolución histórica total de las sociedades, aspectoinseparable de otros elementos de la vida social a efecto del análisis y de la elaboración de objetivos políticos. Sin embargo, unavez explicadas estas prevenciones, me referiré a veces al desarrollo económico, pues sería pedante intentar ignorar un términotan ampliamente utilizado. Repetidamente me referiré a determinadas categorías de características personales y de grupo que considero constituyen losdeterminantes principales del progreso material, en especial, las aptitudes, cualidades, capacidades y facultades; actitudes,costumbres, valores, objetivos y motivaciones; instituciones y arreglos políticos. Las expresiones que designan la primera de esascategorías tienen un fuerte elemento personal y se refieren a rasgos que pueden ser en buena medida hereditarios; en elsegundo grupo hay un elemento social y cultural más importante; en la tercera categoría predominan las influencias culturales,sociales y políticas. (La mayor parte de esas características personales y culturales pueden resumirse en la expresión de AlfredoMarshall, el espíritu del pueblo.) Dentro de cada categoría he intercambiado muchas veces los diversos términos que lasdesignan de acuerdo con las exigencias del contexto. Estas categorías, claro está, no son más que una fórmula útil para expresar,en el contexto de la discusión, la relación entre el individuo y la sociedad; la argumentación no se ve afectada en ningúnmomento por la aceptación o rechazo de esta amplia clasificación, o por mi elección de términos dentro de cada categoría, o porlas opiniones que se puedan tener acerca del origen o persistencia de las características mencionadas. Estas notasterminológicas deben tenerse presentes siempre que aparezcan esas expresiones, tanto si en aquel momento se especifican lasdistintas cualificaciones como si no. A lo largo del libro todas las referencias a estas características personales o de grupo se enmarcan sólo en el contexto del

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progreso material. Muchas de ellas quizá no confieren felicidad, o dignidad, o sensibilidad, o armonía, a quienes las poseen. Estaidea es obvia, pero muchas veces no se tiene en cuenta; cuando se capta explica el porqué aquellos que han conseguido laprosperidad muchas veces no encuentran la felicidad ni el contento que inocentemente esperaban obtener del progreso material.Esta reserva debe' tenerse también presente al leer el libro. En varios capítulos de este libro (en especial el segundo) señalo los efectos de determinadas políticas sobre los estándaresgenerales de vida. El cambio de los estándares generales de vida constituye para mí el principal criterio de progreso material, ypor tanto el válido para juzgar las políticas cuyo objetivo es fomentarlo. Muchos escritores sobre estos temas ponen su énfasis encriterios diferentes (suponiendo que como criterio de progreso son intercambiables con los estándares generales de vida). Entreesos criterios, por dar algunos ejemplos, puede citarse la dimensión del sector público, el volumen de la industria manufacturera,el gasto agregado de inversión, o los logros de determinados sectores de la economía. En muchos de esos escritos el homenajeverbal que se presta a la elevación de los niveles de vida se une a menudo a la recomendación de políticas opuestas a eseostensible objetivo. El profesor Myrdal, por ejemplo, en sus famosas conferencias de El Cairo en 1956, al tiempo que defiende elaumento de los niveles de vida de las masas como objetivo de la planificación central, insiste también en que esa política ha defomentar la austeridad, sin resolver esa contradicción. Tales ejemplos de negligencia respecto a los estándares generales de vidason inesperados y paradójicos, en un campo de estudio que parece preocupado sobre todo por el progreso material de una granparte de la humanidad. Muchos defensores de políticas drásticas en favor de un desarrollo económico acelerado son al mismotiempo críticos verbales de la llamada sociedad de consumo y de las manifestaciones características de estándares generales devida bastante elevados. Se ha generalizado el abuso de denominar defensores del laissez­faire a quienes no aceptan la ideología de la economía deldesarrollo. Por tanto, quiero dejar claro en esta introducción, como lo haré luego en el texto (por ejemplo en el capítulo II), que soypartidario de un amplio espectro de tareas públicas apropiadas e incluso esenciales en los países pobres, espectro losuficientemente amplio como para exceder a los recursos humanos, administrativos y financieros de los estados de todos lospaíses pobres que conozco. Muchos de los ensayos que siguen se publicaron por primera vez como discusiones críticas de ideas fundamentales de laliteratura del desarrollo. Los diversos capítulos discuten entonces cuestiones estrechamente relacionadas v que a veces sesolapan. He eliminado o reducido varios ejemplos de tratamiento repetido, pero ha sido imposible eliminar por completo elsolapamiento porque entonces se habría destruido la cohesión interna de cada capítulo. La alternativa habría sido un sistema dereferencias cruzadas, lo cual además de ser pesado muchas veces distrae la atención. Para comodidad del lector en ocasioneshe señalado algunos de los solapamientos. Espero que el resto no sea excesivo. Todos los capítulos de este libro (con la excepción del capítulo V) se habían publicado antes, pero todos se han revisado. Estasrevisiones incluyen desde menores alteraciones de estilo a nueva redacción, elaboración y ampliación en la mayor parte de loscapítulos. Los capítulos I y II son cuatro veces más extensos que en su primera redacción. De hecho, menos los capítulos VII y VIII,se trata de nuevos ensayos, cuyos originales no han servido más que de puntos de partida para la discusión. La nota inicial al pieindica en cada caso donde se publicó la primera versión, pues sería aburrido para el lector entretenerle con explicaciones decuáles han sido las cosas revisadas en cada caso. El razonamiento del libro ha de ser fácilmente accesible al no especialista. La valoración de los razonamientos y de laevidencia aducida no requiere preparación especializada y el material técnico se ha confinado a las notas. Sin embargo, no se hapodido evitar que parte de la discusión esté muy condensada. En varios capítulos cito con bastante amplitud autores sobre literatura de desarrollo y otros temas. Algunos de los párrafos sereproducen con amplitud para que no se argumente que se presentan citas fuera de contexto. Rara vez utilizo estadísticaslimitando su utilización a los casos en que se dispone de datos significativos que sirven para ilustrar el razonamiento. Comoquedará claro en los capítulos I y VI, algunas de las estadísticas más difundidas acerca de los países subdesarrollados,especialmente las de renta nacional y de relaciones reales de intercambio, no tienen sentido alguno, incluso cuando no han sidoelaboradas o manipuladas especialmente como tan a menudo ocurre. Los capítulos I y VI explican las principales ideas de la literatura del desarrollo. El tema central de los capítulos VII a IX es elmétodo, en especial el campo y limitaciones del análisis económico en el estudio y promoción del desarrollo.

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CAPÍTULO PRIMEROEL CÍRCULO VICIOSO DE LA POBREZA Y LA AMPLIACIÓN DE LA BRECHA[1]

A. El CÍRCULO VICIOSO La opinión ampliamente sostenida de que los países pobres se encuentran atrapados en un círculo vicioso de pobreza yestancamiento, o, tal como lo planteaba el fallecido profesor Nurkse, de que un país es pobre porque es pobre, no es cierta; estaobra explica por qué. La obra también desmiente la popular idea de que existe una brecha cada vez más amplia entre las rentasper capita de los países ricos y pobres y aclara por qué esta afirmación o es falsa o no tiene sentido. El gran renacimiento del interés por la economía de los países pobres por su desarrollo en los últimos veinte años no haproducido por ahora muchas generalizaciones esclarecedoras. La tesis generalmente conocida como el círculo vicioso de lapobreza pretende ser una de las principales. En la actualidad no predomina con la misma intensidad que hace algunos años,pero todavía se destaca en la literatura académica, oficial y popular. Sirve también de precedente, o incluso de base, paraimportantes proposiciones y medidas políticas, en particular de la sugerencia de que en los países pobres un progresoeconómico apreciable requiere sacrificios domésticos, complementados con una ayuda exterior en gran escala. 1. ESBOZO DE LA TESIS La tesis afirma que es la misma pobreza la que erige obstáculos casi insalvables para su propia superación. La tesis sepresenta en varias formulaciones claras y diferentes, que no se excluyen sino que se complementan. La más corriente es la deque el bajo nivel de renta impide el ahorro, y por tanto imposibilita la acumulación de capital necesaria para un incremento de larenta. Otras sugieren además que los estrechos mercados de los países pobres impiden la aparición y extensión de laespecialización necesaria para las más elevadas; que la demanda es demasiado reducida para permitir unas inversionesrentables y productivas; que los ingresos del estado son insuficientes para crear unos servicios públicos eficaces; y que ladesnutrición y mala salud mantienen una baja productividad, que impide un aumento de la renta. De acuerdo con esterazonamiento, la inversión privada internacional no puede aliviar la situación, puesto que uno de los aspectos del círculovicioso es la falta de oportunidades rentables para la inversión privada. En primer lugar voy a exponer amplias citas extraídas de prestigiosas fuentes con el fin de mostrar la importancia de la tesis enla literatura, de esclarecer el razonamiento que se esconde detrás de la misma y para evitar la crítica de que hago citas fuera desu contexto. Podemos citar tina concisa formulación de una de las primeras ediciones del texto del profesor Samuelson: Estas (las naciones atrasadas) no pueden mantener sus cabezas a flote debido a que su producción es tan escasa que nopueden destinar nada a la formación de capital por medio de la cual podría elevarse su nivel de vida.[2] El siguiente ejemplo proviene de un estudio presentado a un comité del Senado de los Estados Unidos por el Centro deEstudios Internacionales del Massachusetts Institute of Technology, conocida e influyente organización: [...] la escasez general de casi todos los recursos en relación a la población crea un; círculo vicioso de la pobreza de carácterauto sostenido. Se precisa capital adicional para aumentar la producción, pero la misma pobreza impide el que se lleven a caboel ahorro y la inversión precisos mediante una reducción voluntaria del consumo.[3] Resulta notable el énfasis en la imposibilidad de una reducción voluntaria del consumo. Si lo que impide la formación decapital es el bajo nivel de renta, no queda claro cómo una acción compulsiva aseguraría la obtención de los recursos precisos. Otra formulación, que ha sido citada a menudo, pertenece al fallecido profesor Nurkse, cuyo libro Problemas de formación decapital en países subdesarrollados es uno de los escritos más conocidos e influyentes en este campo. Bajo el encabezamiento "Elcírculo vicioso de la pobreza", escribe: Una de las frases que aparece frecuentemente en tratamientos del problema del desarrollo económico es "el círculo vicioso dela pobreza" [...] Una situación de este tipo (de circulo vicioso de la pobreza), que se refiere a un país en su conjunto, puede resumirse en lavulgar frase: "un país es pobre porque es pobre". Quizá alas más importantes relaciones circulares de esta clase son las queafligen a la acumulación de capital en los países atrasados. La oferta de capital se halla regida por la capacidad y disposición deahorrar; la demanda de capital depende de los incentivos para invertir. Existe una relación circular en ambos lados del problema

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de la formación de capital en las zonas del mundo dominadas por la pobreza. Del lado de la oferta, hay una escala capacidad de ahorro, debido al bajo nivel de la renta real. La baja renta real es el reflejode la baja productividad, que a su vez se debe en gran parte a la falta de capital. La falta de capital es una consecuencia de laescasa capacidad de ahorro, y de esta forma se completa el círculo. Del lado de la demanda, puede que la propensión a invertir sea baja debido al escaso poder de compra de la gente, debido asu baja renta real, que a su vez proviene de una baja productividad. El bajo nivel de productividad, sin embargo, es unaconsecuencia de la escasa cantidad de capital utilizada en la producción, que a su vez puede ser causada, o por lo menos enparte, por la escasa propensión a invertir. El bajo nivel de renta real, que refleja una baja productividad, es un punto común a ambos círculos.[4] Determinadas partes de esta formulación son vagas y por supuesto poco correctas en su desplazamiento entre lo que ocurrirá,lo que podría ocurrir y lo que es probable que ocurra. Sin embargo, la conclusión general es clara. Fácilmente se podríanmultiplicar citas así a partir de los escritos de autores tan conocidos como el profesor Gunnar Myrdal, el doctor H. W. Singer, yotros. Esta tesis también puede expresarse bajo la forma de un modelo, que consiste en una expresión analítica que muestra lasvariables clave para la explicación de determinados fenómenos. Las variables y relaciones fundamentales en la mayoría de losmodelos de crecimiento son éstas: el crecimiento de la renta es una función de la tasa de acumulación del capital, esto es, de lainversión; la inversión depende del ahorro; y el ahorro es función de la renta. Por tanto, el crecimiento de la renta depende delcrecimiento del capital y el crecimiento del capital depende del crecimiento de la renta. El modelo que hay tras la tesis del círculovicioso de la pobreza gira en torno de la noción de que el mismo bajo nivel de renta impide la formación de capital necesariapara la elevación de la renta. Está pensado para explicar la continuidad en el tiempo de una tasa de crecimiento nula odespreciable. 2. UNA TESIS NO VÁLIDA La tesis se demuestra que no es válida por el hecho de que es refutada de forma concluyente por una obviaevidencia empírica. El modelo que hay detrás de la misma es defectuoso, puesto que las variables explícitas o implícitas en elmismo, o bien son relativamente poco importantes como determinantes del desarrollo, o bien no se influyen mutuamente en laforma que se supone. Aceptando que la tesis fuese válida, innumerables individuos, grupos y comunidades no podrían haberpasado de la pobreza a ser ricos, como han hecho en todo el mundo, tanto en los países ricos como en los pobres. Esto, de por sí,tendría que ser suficiente para refutar la tesis como proposición de tipo general. Pero la tesis también se refuta por la existenciade países desarrollados que empezaron siendo pobres, con, rentas per capita bajas y bajos niveles de acumulación de capital,esto es, con las características que ahora definen a los países subdesarrollados. A pesar de ello, progresaron, generalmente sinun capital extranjero considerable e invariablemente sin ayudas exteriores, lo cual hubiese sido imposible de acuerdo con la tesisdel círculo vicioso de la pobreza y el estancamiento. Puesto que el mundo es un sistema cerrado, la tesis es inconsistente con elfenómeno del desarrollo. La tesis de un círculo vicioso de la pobreza choca, por tanto, con la evidencia empírica más elemental. 3. EVIDENCIA EMPÍRICA La tesis también es refutada por el rápido crecimiento económico de muchos países pobres en los últimos decenios, unfenómeno que tiene un interés evidente en este contexto general. Según estadísticas de la Comisión Económica para América latina, el producto nacional bruto creció en lospaíses latinoamericanos en el período desde 1935 hasta 1953 a una tasa anual del 4,2 por ciento, y la producción per capitaen un 2 por ciento. [5] En el período desde 1945 hasta 1955 la tasa de crecimiento todavía fue más rápida, pues la produccióntotal creció casi un 4,9 por ciento anual y la producción per capita en un 2,4 por ciento, tasa sensiblemente más alta que la de losEstados Unidos.[6] En América latina predomina ampliamente una economía monetaria, de forma que las estadísticas del producto nacional brutoson más significativas que para la mayoría de los países subdesarrollados. La constancia de las sustanciales tasas decrecimiento en las publicaciones de la Comisión Económica para América latina tiene un interés especial, puesto, queeconomistas relacionados con dicha organización han sido destacados exponentes de la tesis del círculo vicioso de la pobreza. El sureste de Asia, especialmente Malaya (aproximadamente la actual Malasia) y el oeste de África son otras

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regiones subdesarrolladas que han alcanzado un progreso rápido y fácilmente demostrable a partir de la última parte del sigloXIX. Sin embargo, no hay series de cifras de renta nacional anteriores a la segunda guerra mundial para estas áreas y las cifrasactuales no son fiables. La renta nacional per capita en Malaya (producto nacional bruto per capita y año) fue de unas 100 librasen 1961,[7] último año para el que hay disponibles cifras oficiales, y en Ghana de unas 75 libras en 1962, siendo también éstaslas últimas cifras disponibles. Son cifras bajas de acuerdo con los estándares occidentales, pero, a pesar de todo, suponennotables adelantos con relación a principios de siglo, cuando estos países eran básicamente economías de subsistencia. Por otraparte, las estadísticas convencionales exageran mucho las diferencias de renta entre los países desarrollados ysubdesarrollados. Esto se trata con mayor amplitud más adelante. Aparte de las estadísticas de renta nacional existe mucha otra información acerca del rápido progreso de estas economías enaños recientes. La industria del caucho del sureste de Asia se inició hacia 1900. En 1963 producía cerca de 2 millones detoneladas de caucho anualmente (a pesar de la desorganización existente en Indonesia, qué era el país con mayor superficiededicada al caucho), con un valor de 400 millones de libras. Más de los dos tercios de la producción procede de explotacionespropiedad de asiáticos. En 1900, Malaya no tenía exportaciones de caucho; en 1963 sobrepasaban las 800.000 toneladas. En1900, las exportaciones de Malaya tenían un valor anual de unos 8 millones de libras; en 1963, eran de unos 300 millones delibras.[8] El oeste de África es otra gran región del mundo subdesarrollado donde se ha dado un progreso material en gran escaladesde finales del siglo XIX. En particular, el progreso de la Costa de Oro­Ghana [9] y de Nigeria ha sido rápido y está biendocumentado; y en estas áreas, especialmente Costa de Oro­Ghana, las estadísticas son algo más fiables y significativas que enotras partes de África. A mediados de los años cincuenta la renta nacional per capita era alrededor de 70­75 libras,aproximadamente cuatro veces la que había en 1890. La población también se cuadruplicó aproximadamente entre 1890 y 1960.[10] El progreso material también se refleja en las estadísticas de comercio exterior, de ingresos estatales, tasas dealfabetización, asistencia escolar, salud pública, mortalidad infantil y en otras por el estilo. Las estadísticas de comercio internacional tienen un interés particular en el caso del oeste de África, pues más del 99,5 porciento de la población es africana: todas las exportaciones agrícolas (el grueso de las exportaciones) son producidas por ellosmismos y prácticamente todas las importaciones se destinan a uso propio. En 1890 no había exportación (o producción) de cacaoen Costa de Oro; a mediados de los años treinta las mismas eran de cerca de 300.000 toneladas anuales, y a principios de losaños sesenta de más de 400.000 toneladas, todas ellas procedentes de granjas creadas, poseídas y dirigidas por africanos; noexisten granjas de cacao de propiedad extranjera. En 1890 las importaciones y exportaciones juntas no alcanzaban el millón delibras­ anuales; hacia 1930 tanto las importaciones como las exportaciones eran en decenas de millones; a partir de mediados delos años cincuenta las importaciones y exportaciones han sido de cerca de 100 millones de libras anuales. En este período huboun incremento espectacular en las importaciones de bienes de consumo y de capital. En 1890 no había importaciones, o en todocaso eran despreciables, de harina, azúcar, cemento, productos petrolíferos, o hierro y acero. En las últimas décadas, éstas sehan hecho a escala masiva. En los primeros años de 1890 había unos tres mil niños escolarizados; a mediados de los añoscincuenta había más de medio millón. Hacia 1890 no existían ni ferrocarriles ni carreteras y sólo había algunos senderos en lajungla, y el transporte de mercancías se realizaba enteramente por medio del acarreo humano o con canoas. Hacia 1930existía un kilometraje ferroviario considerable y una buena red de carreteras; y los viajes por carretera exigían menos horas quedías se hubiesen precisado en 1890. Básicamente lo mismo puede decirse de Nigeria en el período entre el final del siglo XIX y 1960, cuando Nigeria alcanzó laindependencia. Hacia 1900 las exportaciones y las importaciones eran ambas de unos 2 millones de libras anuales; hacia 1930se contaban en decenas de millones, y a finales de los años cincuenta eran de unos 150­ 200 millones de libras anuales. En estecaso, una vez más, prácticamente todas las exportaciones son producidas por africanos y casi todas las importaciones sedestinan para uso propio. En 1900 Nigeria no tenía exportaciones (o producción) de cacao, y las exportaciones de los productosdel aceite de palmera tenían una décima parte de su volumen a fInales de los años cincuenta. Se dio, también, a lo largo de esteperíodo, un incremento fenomenal de las importaciones de bienes de consumo de masas y de bienes de capital; en añosrecientes también ha habido un incremento sustancial de la producción local de bienes que anteriormente se importaban. Por tomar un nuevo ejemplo, en la primera mitad del siglo XIX Hong Kong era un peñón desierto y estéril. A finales de siglo eraun puerto importante con un centro comercial de segundo orden. Ahora se ha convertido en un centro industrial muy importante,que exporta productos en gran escala. En todo el mundo occidental se han tenido que levantar enérgicas barreras para protegerlas industrias nacionales de los Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia de las importaciones que provienen de la

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competencia sin subvenciones de las industrias de Hong Kong país subdesarrollado, a ocho mil millas o más de distancia. Esterápido progreso se ha dado a pesar de la presencia en Hong Kong de tres características que a menudo se dice que refuerzan elcírculo vicioso de la pobreza a saber, falta de recursos naturales, presión demográfica extremadamente elevada y mercadointerno muy restringido. Fácilmente se puede ampliar la información estadística del tipo presentado en esta sección. Pero por sí sola ni, puedetransmitir los profundos y extendidos cambios que se han dado en muchas partes del mundo subdesarrollado en las últimasdécadas y que han cambiado totalmente sus formas de vida. En muchas áreas este progreso ha supuesto la supresión de laesclavitud y de las guerras tribales y la desaparición del hambre y de las peores enfermedades epidémicas y endémicas. Hasupuesto el desarrollo de las comunicaciones, la sustitución de la autosuficiencia local por las posibilidades de intercambio, y laaparición y desarrollo de las ciudades. Por ejemplo, Malaya, que en 1890 era un país escasamente poblado por caseríos y aldeasde pescadores malayos, ha sido transformado completamente por el crecimiento de la industria del caucho y se ha convertido enun país de pobladas ciudades, floreciente comercio y excelente sistema de comunicaciones. En el oeste de África las redadas deesclavos y la esclavitud todavía se hallaban extendidas a finales del siglo xix; en 1900 las ciudades del norte de Nigeria, queahora son importantes centros del comercio del cacahuete, eran importantes mercados de esclavos. Los profundos cambios en las condiciones de vida que se han dado en muchas partes del mundo subdesarrollado durante elúltimo siglo, afectan mucho también al sentido de las argumentaciones acerca de si las diferencias de renta real per capita de lospaíses ricos y pobres han aumentado o disminuido en este período. De hecho, hay que dudar de que el concepto de renta comomedida convencional sea útil para indicar o expresar cambios tan profundos. Por definición, el nivel de renta de los países subdesarrollados es bajo, pero esto es compatible con el adelanto. inclusorápido, si este adelanto se ha iniciado recientemente a partir de un nivel bajo. Ésta es la situación de mucho paísessubdesarrollados. La tesis del círculo vicioso de la pobreza postula o bien que niveles medios bajos implican tasas de cambioiguales a cero, lo cual es refutado rápidamente por la observación, o bien alternativamente que un nivel bajo es lo mismo que unatasa de cambio igual a cero, lo cual es un simple error de lógica. Esta confusión entre un nivel y una tasa de cambio se reflejaclaramente en las referencias al círculo vicioso de la pobreza en los países en vías de desarrollo. 4. EL EFECTO DEMOSTRACIÓN A ESCALA INTERNACIONAL En estos últimos años, una variante de la tesis general del círculo vicioso de la pobreza ha adquirido una particular influencia.Se sugiere que la existencia de países desarrollados da lugar al llamado efecto demostración, que se considera como otroobstáculo mas a la formación de capital y al desarrollo económico, pues, efectivamente, en el caso de que se lograse romper, deuna forma u otra, el primer círculo vicioso, éste sería Este sería sustituido por otro círculo de pobreza y subdesarrollo. La idea fuepresentada por primera vez al profesor Nurkse, quien sostenía que el contacto con las economías desarrolladas es perjudicialpara los países subdesarrollados porque aumenta la propensión al consumo a la vez que desalienta el ahorro e impide lainversión. Textualmente: El conocimiento o el contacto can nuevas formas de consumo abre los ojos a posibilidades previamente desconocidas... En lospaíses más pobres tales bienes a menuda son bienes de importación, que no se producen en el país; pero ésta no es la únicadificultad. El problema básico reside en que la existencia o el mero conocimiento de nuevos bienes y de nuevas métodos deconsumo tiende a elevar la propensión general al consumo ... El círculo vicioso que mantiene baja la oferta interior de capital enlas unas con rentas bajas es suficientemente malo en sí mismo. Lo esencial para mí es que tiende a agravarse por causa de lastensiones que se generan de la pobreza relativa que se diferencia de la pobreza absoluta.[11] Sin embargo, los efectos del contacto con países más adelantados son generalmente muy diferentes de los que se suponen enel efecto demostración internacional. Los contactos económicos internacionales de forma casi invariable promueven el desarrollode las comunidades menos desarrolladas, sugiriendo, en primer lugar, la posibilidad del cambio y relajando aquellas actitudes ycostumbres que más impiden el progreso material. Estos contactos fomentan también nuevas ideas, actitudes y formas deconducta, así como nuevas cosechas, necesidades y métodos perfeccionados, además de alentar la producción para la venta. Laexistencia de un mercado para las cosechas de exportación ha proporcionado a menudo una salida para el excedente de manode obra y de tierra no utilizada, una válvula de escape para el excedente de acuerdo con la terminología de Adam Smith,secuencia que ha ayudado al progreso material de muchos países subdesarrollados.[12] Dichas secuencias son lugarescomunes en la historia económica. Y todavía son operativas, como se demuestra por el hecho de que hoy día en todo el mundosubdesarrollado los sectores y zonas más desarrolladas son aquellas que están en contacto con países más adelantados.

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La formulación corriente del efecto demostración internacional deja de señalar que sólo pueden adquirirse nuevos tinos debienes de consumo si antes se han ganado las renta; necesarias para comprarlos. De hecho, hasta muy recientemente laausencia de nuevas necesidades y la rigidez del consumo y de los niveles de vida se consideraban como los mayores obstáculospara el desarrollo económico, de forma que se solía recalcar el papel de las nuevas clases de bienes de consumo, a menudollamados bienes incentivo o estímulo, como instrumento del progreso económico Sin duda los contactos con el exterior sugieren,a menudo, nuevas necesidades. pero al mismo tiempo familiarizan a la población con nuevos métodos que permiten lasatisfacción de estas nuevas necesidades. No resultaría ventajosa la introducción de nuevos bienes para la población a menosque ésta pudiese pagarlos. Estos contactos exteriores permiten la transformación del esfuerzo en bienes deseados en condiciones más interesantes. Estedesarrollo generalmente consigue un rendimiento económico mayor: un mayor esfuerzo (a costa del ocio), un ahorro y unainversión más productivas, especialmente la inversión directa en la agricultura para la producción de cara al mercado. Casosespecialmente importantes de tales mejoras de rendimiento son las inversiones directas en la producción agrícola para elmercado además de la producción para la familia o en vez de la misma. Además, al crear estos sistemas rentas líquidas tambiénfomentan la inversión en otras partes de la economía; la inversión pública posibilitada por el incremento de los ingresosconstituye un ejemplo obvio. Las descripciones usuales del efecto demostración internacional suponen tácitamente que el nivel de actividad económica,concretamente la oferta de esfuerzo al sector de intercambio, no se ve afectada por la perspectiva de un más alto y variado nivelde consumo. A veces estas argumentaciones parecen suponer que toda la economía se halla va en el sector de intercambio, detal forma que el problema de pasar de una producción de subsistencia a una producción para la venta no se plantea. Taleshipótesis son inadmisibles en las condiciones de los países subdesarrollados. Esto aparte del hecho de que estas exposicionestambién ignoran los efectos de los contactos exteriores para relajar actitudes tradicionales contrarias al progreso material, y paratransmitir nuevas ideas, cosechas y métodos de producción. Además, sus partidarios generalmente no se preguntan por qué elefecto demostración internacional solo debería actuar para los hábitos de consumo de la población y no para los hábitos deproducción, ahorro e inversión, o por qué habría que escoger el efecto demostración internacional para el comentario cuandotambién se dan distintos niveles y formas de consumo a nivel local que podrían dar lugar a tales efectos. Sin embargo, en el sector público de los países subdesarrollados opera a menudo un efecto demostración negativo. Lospolíticos y funcionarios de los países subdesarrollados parecen ser susceptibles al mismo al adoptar o tratar de adoptar unosestándares técnicos, educativos y sociales que son inapropiados y antieconómicos. En estos países, los gobiernos y losfuncionarios se hallan sometidos a presiones para que compitan con los estándares de los países desarrollados. La rapidez enceder a estas presiones puede ser una condición para la supervivencia política; cediendo a estas presiones los políticos yadministradores no gastan sus propios recursos. Pero tal situación es muy diferente del efecto demostración internacionalconcebido por el profesor Nurkse y sus seguidores. Puede señalarse una cualificación al razonamiento general de esta sección que es más formal y aparente que sustancial. Esposible construir modelos en los cuales el efecto demostración internacional podría operar en la forma prevista por el profesorNurkse y otros expositores. Podría actuar así si la actividad económica no se viese afectada por las expectativas de un nivel deconsumo mayor y más variado; si las ideas y actitudes de la gente y los métodos y tipos de producción no se viesen afectados porlos contactos externos, sino que sólo resultasen afectados sus hábitos de consumo; y si el progreso económico dependieseúnicamente o en gran medida del nivel de ahorro. Si bien una tal situación es concebible, no está relacionada con el mundo real,como se ve claro a partir de la experiencia presente y pasada acerca de la transmisión del progreso económico. Y aun suponiendo que existiese una tal situación, ésta revelaría simplemente la preferencia de la población por el consumoactual en vez de unos beneficios futuros especulativos e inciertos. La sugerencia de que deberían restringirse los contactosexteriores (que, como hemos observado, favorecen en gran manera el progreso material) para privar a la población deoportunidades de consumo, implica que la elección del consumidor es en gran parte irrelevante cuando se forjan las políticas dedesarrollo. Esta indicación plantea amplias cuestiones acerca del verdadero significado y finalidad del desarrollo económico queno pueden tratarse aquí, si bien apuntaremos algunas de estas cuestiones en posteriores ensayos de este volumen. 5. CONSIDERACIÓN DE ALGUNAS OBJECIONES Voy a tratar ahora tres puntos que pueden encerrar cierto interés en sí mismos, pero que servirán también para superarposibles objeciones.

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En primer lugar, la argumentación anterior no tiene como objetivo sugerir que ha habido progreso material en todo el mundosubdesarrollado. Hay importantes grupos y amplias zonas del mundo subdesarrollado que han progresado poco en tiemposrecientes. Incluyen los aborígenes en muchas partes del mundo, las desamparadas gentes del Sahara y de otras partes y laspoblaciones tribales del centro y este de África. Y en amplias áreas del sur y del este de Asia (incluyendo grandes extensionesrurales de la India, Pakistán y China), el progreso ha sido comparativamente lento y en su mayor parte ha sido absorbido por elincremento de la población. Hay zonas que primariamente tienen una agricultura de subsistencia. No hay nada anormal oinesperado incluso en la extremada pobreza material de sociedades materialmente tan atrasadas. Pero las razones de esteatraso no tienen nada que ver con un círculo vicioso de la pobreza generalmente operativo. No hay ninguna regla general queasegure el que todos los países o regiones deban alcanzar el mismo nivel de prosperidad económica o el mismo ritmo deprogreso en cualquier momento o a lo largo de cualquier período de tiempo. El éxito económico y el progreso dependen en granparte de las aptitudes y actitudes humanas, de las instituciones sociales y políticas v de los arreglos que se derivan de éstas, de laexperiencia histórica, y, en menor medida, de los contactos externos, de las oportunidades del mercado y de los recursosnaturales. Si estos factores favorables para el progreso material se hallan presentes, las personas, los grupos e incluso lassociedades no se estancarán, de modo que es la ausencia de los determinantes favorables, y no la pobreza, el factor causal delestancamiento prolongado. La indicación de que es la pobreza como tal la que actúa como principal obstáculo al progresomaterial ha desviado la atención de estos determinantes subyacentes del desarrollo. En segundo lugar, el reconocimiento del progreso material en tantos lugares del mundo subdesarrollado no constituye unalegato en favor del laissez­faire o de cualquier otra política. El adelanto a menudo ha creado formidables problemas que exigenla acción del estado. Muchas veces el progreso ha sido rápido y generalmente también desigual; ha afectado antes y másprofundamente a unas áreas y sectores que a otros y su impacto ha sido mayor en algunas actividades, actitudes e institucionesque en otras. La diferente incidencia o impacto del progreso material ha dado lugar a menudo a considerables tensiones. Losproblemas resultantes son a menudo agudos, pero son totalmente diferentes de los del estancamiento. Problemas de cambios enlos arreglos sobre tenencia de la tierra y en los derechos de propiedad y herencias; problemas personales y sociales derivadosde la transformación de una economía de subsistencia en una economía monetaria y derivados de la destribalización; lacongestión y retraso en los puertos y ferrocarriles, son cuestiones urgentes en un cierto número de países subdesarrollados. Losmismos no surgirían en una economía estancada atrapada en el círculo vicioso de la pobreza. Aquí, una vez más, la insistenciaen el círculo vicioso de la pobreza ha servido para oscurecer estos otros problemas y para desviar la atención y las energías delos intentos de ocuparse de ellos. El tercer punto requiere un tratamiento algo más extenso. A menudo se suele decir que los sectores relativamente adelantadosde los países subdesarrollados, especialmente de África, son meros enclaves creados a partir de las economías locales por lospaíses adelantados, o puestos avanzados de las economías adelantadas que no sirven para mejorar la situación económica o lasperspectivas de la población local. No es cierto que la población local no participe en estos sectores relativamente adelantados o que no deriven beneficiosmateriales de los mismos. Por ejemplo, cómo va hemos observado, todas las exportaciones agrícolas del oeste de África y deUganda son producidas enteramente por las poblaciones locales en sus propias tierras. Los africanos también tienen una ampliaparticipación en el transporte, distribución y transformación simple de estas exportaciones, así como en la distribución de lasimportaciones. En el sudeste de Asia el grueso de la producción de caucho se realiza en fincas pertenecientes a asiáticos. Inclusoallí donde las empresas de los sectores adelantados son extranjeras, normalmente cooperan al desarrollo contribuyendo a losingresos del estado, propagando técnicas, y generalmente promocionando los intercambios económicos. Estos sectores no son, pues, enclaves desligados del resto de la economía, sino puntos en los que el desarrollo hace su primerimpacto. El adelanto económico siempre afecta primero a ciertas regiones y actividades, a partir de las cuales se difunde haciafuera. El tiempo necesario depende, entre otros factores, de las facultades de la población, de las costumbres y actitudes, de losfactores institucionales y de las comunicaciones físicas. La sugerencia de que los sectores relativamente adelantados de las economías subdesarrolladas son enclaves que nobenefician a la población local deriva su escasa y poco fundada verosimilitud de ciertos rasgos del panorama económico y socialen el mundo subdesarrollado especialmente acusados en África. Toda África por debajo del Sahara (a excepción de Sudáfrica) es pobre; las rentas ganadas por los africanos en toda África sonbajas; aparte de las minas, propiedades y compañías comerciales de propiedad europea, la principal actividad económica es laagricultura en pequeña escala; en 53 sectores adelantados, se destacan el personal, la iniciativa y el capital extranjeros; y los

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extranjeros que trabajan en estos sectores normalmente ganan rentas altas comparadas con las de la población local. Las altasrentas de los emigrados reflejan, por supuesto, su dominio de unas técnicas v de un capital que podrían devengar rentasrelativamente altas en sus propios países. Pero queda claro, tanto a partir del argumento general como a partir de las numerosaspruebas concretas, que ninguna de estas características de las economías de los países subdesarrollados justifica la sugerenciade que el progreso material en los sectores relativamente adelantados de la economía no ha beneficiado a los niveles de vida o alas tasas de progreso material de las poblaciones locales. 6. ASPECTOS E IMPLICACIONES DEL CAMBIO El cultivo de cosechas de fácil salida por parte de las poblaciones locales, tanto para la exportación como para su venta en ellugar. ha sido uno de los principales instrumentos adelanto material en muchas partes del mundo subdesarrollado, en especial enel oeste de África, sudeste de Asia y en partes del este de África. Los principales productos incluyen cacao, cacahuetes, productosdel aceite de palmera y nueces de kola en el oeste de África, y caucho en el sudeste de Asia. Y en el este de África se ha dadouna expansión rápida y en gran escala de la producción de café y de algodón por parte de la población local. La expansiónrápida y masiva de estos productos tiene un cierto número de interesantes implicaciones.[13] En primer lugar, el cultivo de estos productos fue fomentado por los contactos establecidos por el oeste con estas áreas. Lasactividades de los comerciantes extranjeros y una afluencia de recursos humanos y financieros desde el extranjero jugaron unpapel decisivo. Pero amplios sectores de la población local reaccionaron rápidamente a las oportunidades que se presentaban.La fenomenal expansión de la producción de estos bienes desde una cantidad igual a cero o despreciable hasta convertirse enimportantes centros del comercio mundial en pocas décadas acaba de forma contundente con la idea de que los africanos y losasiáticos no reaccionan ante los incentivos económicos. También sugiere que ellos pueden producir competitivamente para losmercados mundiales, aunque la comercialización en el exterior pueda ser llevada a cabo por emigrados. En segundo lugar, el establecimiento de explotaciones agrícolas por parte de los asiáticos y africanos supone una inversióndirecta masiva en la agricultura. Este tipo de formación de capital es significativo tanto cuantitativa como cualitativamente enmuchos países pobres. Resulta importante cuantitativamente debido a la relevancia comparativa de la agricultura y de susindustrias auxiliares en estas economías; y es importante cualitativamente porque generalmente es necesario para la transiciónde una producción de subsistencia a una producción para intercambio más amplio. Esta forma de inversión es importante enmuchos países pobres, pero a menudo se ignora en las estimaciones de formación de capital. También constituye una nuevarefutación de la tesis de que la pobreza excluye el desarrollo económico. En tercer lugar, la lograda implantación y desarrollo de estos cultivos demuestra la posibilidad de un progreso rápido yrelativamente uniforme en los países pobres. La relativa uniformidad de este adelanto mediante la producción de cultivos de fácilsalida no resulta sorprendente, pues supone una ruptura menor con las finalidades y formas de vida tradicionales de la queimplican la fabricación y la minería en gran escala. Desde tiempo inmemorial la población local se ha dedicado a varios tipos deproducción de subsistencia; las dificultades de ajuste implicadas en el paso de una producción de subsistencia a una producciónpara un intercambio y venta más amplio no son exacerbadas por cambios violentos de las normas de vida o por la necesidadadicional de adquirir un rápido conocimiento de técnicas desconocidas. La relativa uniformidad del adelanto también sedemuestra por la implantación de la industria de la nuez de kola, que ahora constituye una actividad en gran escala en Nigeriaoccidental, y que pasó inadvertida en las estadísticas oficiales hasta años después de que se hubiese convertido encuantitativamente importante (si bien se reflejaba en las ganancias del ferrocarril, entre otras pruebas). De forma semejante, enSumatra y Borneo la rápida expansión de la superficie dedicada al caucho en régimen de minifundio también pasó desapercibidadurante mucho tiempo en los años veinte y treinta. En cuarto lugar, la importante inversión directa en las fincas agrícolasproductoras de cultivos de fácil salida también refuta la idea de que los africanos y asiáticos invariablemente carecen de espírituemprendedor. Lo que ocurre es que la forma de sus iniciativas, concretamente el establecimiento y producción de cultivos de fácilsalida, o la actividad de transporte y comercio, difiere sustancialmente de la que se encuentra en economías más adelantadas. En quinto lugar, el desarrollo de algunos de estos cultivos de fácil salida refuta de forma concluyente la sugerencia de que losafricanos y asiáticos no pueden tener o no tienen una visión a largo plazo, opinión que los antropólogos saben muy bien que esequivocada. Muchos de estos cultivos, especialmente caucho, cacao, nueces de kola y café, son productos de árboles o arbustosque alcanzan su madurez sólo al cabo de cuatro a seis años de su plantación. Por tanto, cualquiera que planta estos cultivostiene en cuenta el largo plazo. 7. IMPACTO DEL CAMBIO

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La ideología u ortodoxia estándar actual acerca de los países subdesarrollados, de la que la tesis del círculo vicioso es parteintegrante y sin duda principal, se refiere al mundo subdesarrollado casi enteramente en términos de estancamiento, inanición yretroceso. Sin embargo, también existe una literatura importante y de autoridad, principalmente de antropólogos, historiadores,administradores e incluso de algunos economistas, que se preocupa por los rápidos cambios en estos países desde finales delsiglo XIX, y por los problemas causados por los mismos. Esta literatura resalta las dificultades de adaptación de las instituciones yactitudes a unas condiciones rápidamente cambiantes; la transición de una tenencia de la tierra comunitaria a una individual; losresultados de la destribalización y de la desintegración de los valores y de la vida comunitaria; y las dificultades de la rápidaurbanización. He aquí algunos ejemplos. En 1926, mucho antes de que el desarrollo africano se convirtiera en una importante cuestión internacional, el doctor A. Meneepublicó un libro con un título revelador The Economic Revolution in British West Africa. Los siguientes pasajes resumen susconclusiones: En efecto, el proceso desde los años noventa del siglo pasada ha consistido en la superposición del siglo XX después de Cristosobre el siglo XX antes de Cristo, y gran parte del problema de la política indígena se refiere al choque de culturas tanampliamente diferentes y a la protección de los nativos durante las dificultades de la transición ... La transición ha sido delcrecimiento de cultivos de subsistencia y de la recolección de productos silvestres a la plantación de cultivos para intercambio,con la necesaria implicación de una transición de una economía "natural" a una economía ”monetaria", y con las innumerables eimportantes reacciones de esta última fase.[14] Sir Keith Hancock, ponderado y crítico historiador del desarrollo africano, llegó a casi las mismas conclusiones. Esto es lo quedice: En algunos períodos de la historia europea —en nuestros propios días, por ejemplo, o en los días de las primeras máquinas devapor e hilaturas mecánicas— ha parecido que el mundo europeo quedaba transformado; Europa, sin embargo, sigue siendo elmismo mundo, aunque hilando mucho más deprisa. Pero en África cambio significa mucho más que aceleración. El comercio deEuropa y sus medidas en dinero realmente han convertido el mundo africano en un mundo nuevo ... Retiene algo de sus viejoshábitos y vida social, religiosa y mental —estas cesas mueren muy lentamente—. pero son muy diferentes de su nueva vida ycostumbres económicas.[15] Esta literatura no se limita a África. Los problemas y tensiones de un rápido progreso son uno de los principales temas enColonial Policy and Practice de J. S. Furnivall, que trata ampliamente de la experiencia de Birmania: La disolución de la estructura política sólo constituyo la primera etapa de la disolución social, que se completa con la segunda,o etapa económica, disgregando la aldea en individuos. En este proceso actúan dos factores: se liberan las fuerzas económicas,y se relajan las vigilancias que controlan su acción ... En tales circunstancias no queda ninguna personificación de la voluntadsocial o representante del bien público para controlar las fuerzas económicas que libera el impacto del oeste.[16] Estos escritores no eran meros sentimentales deplorando el paso de los buenos tiempos pasados; identificaron los cambiosmuy rápidos que tenían lugar y señalaron los problemas que así se creaban. 8. ATRACTIVO DEL CÍRCULO VICIOSO Nuestra exposición de la tesis del círculo vicioso de la pobreza ha progresado desde la descripción de la tesis al examen yrefutación basada en la evidencia empírica y en la argumentación analítica; en lenguaje técnico la exposición ha sido positiva.Ahora quisiera ocuparme de temas más especulativos y considerar cómo una idea tan tosca corno la del círculo vicioso de lapobreza y del estancamiento ha llegado a ser ampliamente aceptada. La explicación parece que reside en su congruencia conciertas modas intelectuales y métodos de enfoque, y también en su eficacia en el avance de determinados objetivos políticos, enespecial la promoción de la ayuda exterior interestatal la instauración en los países subdesarrollados de economíasestrechamente controladas por el estado. La tesis ha sido un factor primordial en la creación de una imagen del mundo subdesarrollado como una masa sustancialmentehomogénea y estancada, marcadamente diferente del mundo desarrollado. Sin embargo, el mundo subdesarrollado es un amplioconjunto de gentes, sociedades países diferentes con posibilidades, actitudes, modos y condiciones de vida muy distintas, asícomo densidades de población, niveles de renta y tasas de crecimiento de la población y de la renta en gran medida diferentes.Incluye zonas en las que el progreso ha sido relativamente lento, tales como partes de América central, África, India y Pakistán;países que han avanzado muy rápidamente, como Colombia, Venezuela, Malaya y Hong Kong; regiones muy densamente

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pobladas, como Java y la mayor parte de India y Pakistán, y las escasamente pobladas áreas de Sumatra, Borneo, y la mayorparte de África y América latina. Incluye sociedades tradicionales y altamente estratificadas, tales como las de la India, Pakistán yel Oriente Medio musulmán, y las sociedades mucho más fluidas del sudeste de Asia y de América latina. Incluye lossemidesiertos de Oriente Medio y las junglas tropicales de África, Asia y América latina; las florecientes y modernas ciudades delsudeste de Asia, las comunidades tribales de África, y los millones de aborígenes de Asia, África y América latina.[17] Muchos participantes en discusiones acerca del desarrollo económico encuentran desagradable reconocer esta diversidad,advertir que la situación es compleja y que ciertas líneas de separación, especialmente entre países desarrollados ysubdesarrollados, son arbitrarias y por supuesto no permanentes. Estos participantes tienen predilección por las clarasDistinciones y alto grado de simplificación que correctamente caracterizan los métodos de las ciencias naturales y que, enocasiones, también son útiles en ciertas ramas de las ciencias sociales. Un alto nivel de abstracción es un valioso o inclusoindispensable recurso científico cuando aísla las principales variables o aspectos de los fenómenos o procesos en examen. Sinembargo, en la economía de los países pobres este procedimiento a menudo ha confundido en vez de aclarar cuestiones delmáximo interés. En las argumentaciones económicas sobre los países subdesarrollados, la predilección por las distinciones tajantes y por unalto grado de abstracción ha sido alentado aún más por la práctica de la definición negativa, al tratar al mundo subdesarrolladocomo a un residuo, esto es, como el mundo entero excepto América del Norte, Europa occidental, Australasia y Japón. Hay quetener un cuidado y un discernimiento especiales en argumentaciones sobre conceptos y categorías residuales derivados de unadefinición negativa, especialmente a la vista de las posibilidades políticas que a menudo se crean por medio de clasificacionesarbitrarias y cambiantes.[18] Pero la práctica de la definición negativa tiene un atractivo en sí misma, pues lleva a un descuido delexamen minucioso de situaciones. También hace más plausible la imagen del mundo subdesarrollado como una masa uniformey estancada, que a su vez fomenta la aceptación del círculo vicioso. El atractivo intelectual del círculo vicioso queda reforzado por ciertas atracciones políticas: y los dos conjuntos de influencias serefuerzan mutuamente. La insistencia en el círculo vicioso de la pobreza y en el estancamiento del mundo subdesarrollado hafomentado el flujo de ayuda exterior, que constituye uno de los principales objetivos políticos para mucha gente, por su propiointerés como supuesto instrumento para fomentar el desarrollo de los países pobres, y corno instrumento para extender laimposición progresiva del nivel nacional al internacional. La sugerencia señalada en la pág. 27, de que la actuación del círculovicioso de la pobreza impide una reducción voluntaria del consumo y que, por tanto, según cabe suponer, justifica la coacción, esun ejemplo específico de la base política de la tesis del círculo vicioso. Motivaciones políticas conscientes o inconscientes pueden haber jugado también un papel en la aparición y aceptación de laidea del efecto demostración internacional adverso (una subespecie del círculo vicioso de la pobreza). Resulta paradójica la ideade que contactos que amplían las oportunidades de consumo y producción de la gente perjudicarían sus perspectivas y susituación materiales. Es una idea que choca con la simple observación con el análisis económico elemental. Por otra parte.sugerencias acerca de la responsabilidad occidental y especialmente americana por la pobreza de los países subdesarrolladossirven a menudo para fomentar o reforzar los sentimientos de culpabilidad en occidente, lo que a su vez sirve para llevar máslejos varios objetivos políticos, especialmente el flujo de ayuda exterior. Una vez más, la idea de que los sectores adelantados en las economías subdesarrolladas son enclaves extranjeros se hademostrado aceptable porque parece que rescata la insostenible tesis del círculo vicioso de la pobreza y también porqueconfirma vagamente la infundada pero políticamente efectiva idea de la responsabilidad exterior por la pobreza del mundosubdesarrollado. Resulta especialmente paradójico el que la idea del círculo vicioso haya sido apoyada de la forma más amplia y sin reservas enpaíses con una cultura protestante, esto es, con una cultura que valora la autorrealización y que, en general, se opone a lacaridad en la forma de dar algo por nada. Por otra parte, la cultura protestante parece más vulnerable a sentimientos deculpabilidad y, como hemos visto, esto ha jugado su papel en los argumentos en favor de la ayuda exterior. Por último, la idea del círculo vicioso resulta atractiva y útil para aquellas personas y grupos numéricamente pequeños, peroeficaces, cuya influencia señalábamos en la introducción, que se oponen a las principales instituciones de la sociedad occidentaly que conciben a los países subdesarrollados como instrumentos en el fomento de sus creencias políticas. La utilidad de lospaíses subdesarrollados para estos fines depende, en gran parte, de su supuesta homogeneidad y de la supuesta uniformidad desus intereses en oposición a Occidente. Su utilidad se reduciría mucho, v en conjunto podría desaparecer, si se reconociesen o

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admitiesen las amplias diferencias de condiciones, comportamiento, costumbres y aptitudes, así como los agudos conflictos en elseno del mundo subdesarrollado.[19] De ahí la sugerencia de la fundamental uniformidad del mundo subdesarrollado. Es unasugerencia que difiere tanto de la verdad, que posiblemente no habría recibido ningún crédito si no fuese por una predisposicióngeneralizada entre los promotores de la idea y de la población en general, a creer que la gente del mundo más allá de los límitesde las naciones altamente industrializadas es toda casi igual. B. ¿AMPLIACIÓN DE LA BRECHA? 1. EL CÍRCULO VICIOSO Y LA AMPLIACIÓN DE LA BRECHA La tesis del círculo vicioso de la pobreza sugiere una clara distinción entre países desarrollados (ricos) y subdesarrollados(pobres), basada en amplias diferencias en las rentas per capita de estos dos grupos claramente distintos. Además, se sigue de latesis que estas diferencias de renta per capita tienen que aumentar, porque mientras los países desarrollados progresan lospaíses subdesarrollados están estancados o incluso retroceden. De ahí la sugerencia de una desigualdad internacional de lasrentas siempre en aumento, que familiarmente se denomina la constante ampliación de la brecha. El examen de la brecha, amplia y ampliándose, esto es, del alcance de las diferencias internacionales de renta, y de loscambios en estas diferencias, requiere el tratamiento de ciertas cuestiones fundamentales, aunque a menudo ignoradas, deconcepto, interpretación, medida y comparación de rentas y de cambios en las rentas. Tratar del concepto de la ampliación de labrecha no tiene sentido sin referencia a esta gama de cuestiones; de ahí el amplio tratamiento en posteriores secciones de estetrabajo. Empecemos con una cuestión de terminología que tiene cierta trascendencia. Las comparaciones de renta o riqueza deberíantratarse de forma apropiada en términos de diferencias más que de desigualdades. El primer término es neutral, mientras que elúltimo (ciertamente en tratamientos de carácter no técnico) implica una situación anormal a censurable (impresión que se vereforzada por la semejanza entre las palabras desigualdad e injusticia), una consecuencia que a menudo se asocia con lasugerencia de que la situación se puede rectificar fácilmente. El término diferencia no prejuzga ni el origen de estas diferencias nilas posibilidades o merecimientos del intento de su eliminación. Es más, el término desigualdad a menudo es engañoso, puestoque la igualdad de las rentas según un criterio implica desigualdad según otros criterios. Así, igualdad de la retribución por piezade las ganancias por hora implica diferencias en las rentas anuales. De nuevo, en cualquier comparación de rentas medias entrepoblaciones con unas composiciones de edades diferentes, la igualdad de las rentas medias en el mismo grupo de edadesimplica generalmente diferencias entre las rentas medias de la población en su conjunto. También es más apropiado hablar de estructura de las rentas que de distribución de la renta. Para el lector no especializado, alque va dirigida una parte tan importante de la literatura sobre desarrollo, la última expresión sugiere la distribución de una rentapreexistente, en vez de una gama de rentas ganadas por los factores de la producción por su participación en la actividadeconómica. La mayor parte de las referencias a una brecha amplia y que se ensancha entre las rentas de los países desarrollados ysubdesarrollados se avanzan en el contexto de proposiciones políticas, especialmente en defensa de la ayuda exterior. Sinembargo, la mera mención de la ampliación de la brecha no puede servir de base para una política racional sin el examen de lasituación actual, y especialmente de la conducta de los gobiernos y poblaciones de los países subdesarrollados. Estaconsideración es fundamental para la valoración de proporciones políticas. Por conveniencia en la exposición primeroconsideraremos ciertas cuestiones de concepto y medida necesarias para un tratamiento útil de la brecha, y dejaremos parasecciones siguientes el necesario examen de la conducta de los gobiernos destinatarios. 2. AMBIGÜEDADES EN EL CONCEPTO DE BRECHA La noción de la brecha en la renta per capita de los países ricos y pobres y la sugerencia de su ampliación tropiezan con ciertosproblemas básicos de concepto que a menudo no se reconocen. Hay que trazar una clara distinción entre diferencias en la magnitud absoluta de las rentas per capita (esto es, medias) de lospaíses desarrollados y subdesarrollados y las relaciones entre estas rentas per capita que indican las diferencias proporcionaleso relativas. Esta distinción es evidentemente importante porque los dos tipos de diferencias invariablemente cambian a tasasdiferentes y a menudo en direcciones opuestas. Un simple ejemplo numérico ilustrará este punto, obvio pero ampliamente olvidado. Supongamos dos grupos de personas

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cuyas rentas medias son 100 y 50 unidades en el primer período y 1.000 y 900 unidades en el segundo período. En términosabsolutos, la brecha en las rentas se ha doblado, pero la diferencia relativa se ha reducido en cuatro quintos. Si bien el término brecha sugiere diferencias en las magnitudes absolutas, en la mayoría de los contextos son las diferenciasrelativas o proporcionales las que generalmente se consideran como interesantes o relevantes. En el Reino Unido en 1970 una diferencia entre las rentas anuales de digamos 10.000 y 8.000 libras se considera menossignificativa que la existente entre 1.000 y 500 libras, a pesar de que la brecha absoluta (la diferencia en las magnitudesabsolutas) entre las primeras es cuatro veces la existente entre las últimas. Más aún, cuando las rentas crecen a una tasa uniforme a lo largo del tiempo, la brecha entre el nivel absoluto de la renta mediaentre, digamos, el 10 por ciento superior de los que ganan una renta y el 10 por ciento inferior aumentará, a pesar de que ambosgrupos estén mejor económicamente. Por tanto, la diferencia absoluta entre las rentas per capita de la decila más alta y de la másbaja de la población inglesa de hoy día casi seguro que es mayor de lo que era hace doscientos años debido al alza de losniveles absolutos de la renta; pero la diferencia proporcional o relativa casi seguro que se ha estrechado con el mejoramiento dela situación de los trabajadores no cualificados. Las principales influencias que fomentan los incrementos a largo plazo de lasrentas mundiales (especialmente la difusión de las técnicas y la acumulación de capital) normalmente amplían las diferenciasabsolutas en las rentas per capita de grupos escogidos aleatoriamente, pero al mismo tiempo tienden a reducir la relativa escasezde recursos de las categorías más prósperas comparado con las de las categorías más pobres. Los alegatos de una brecha en constante ampliación generalmente no especifican si los mismos se refieren a cambios en lasdiferencias absolutas de las rentas per capita o a cambios en las diferencias relativas. Tampoco es posible examinar ni lasignificación ni la validez de estos alegatos, puesto que raramente van apoyados por datos estadísticos, menos aún porestadísticas sobre el cambio del cociente de las rentas per capita de los países ricos y pobres. 3. LA DISTINCIÓN ENTRE PAÍSES DESARROLLADOS Y SUBDESARROLLADOS La noción de brecha implica una discontinuidad precisa y sustancial en las rentas per capita de los países desarrollados ysubdesarrollados. De hecho no existe una brecha tan sensible. Hay una graduación continua en las rentas per capita de losdiferentes países. No hay una diferencia significativa entre la renta per capita del más pobre de los países desarrollados y del másrico país subdesarrollado ciertamente cualquier diferencia sería una fracción de los errores y desviaciones de estas cifras talcomo se presentan. Puesto que la línea de división es arbitraria, y los países no son entes homogéneos, existen grupos yregiones en muchos países pobres con rentas per capita más elevadas que las rentas per capita de muchos países clasificadoscomo desarrollados o ricos y a fortiori, por tanto, que las rentas per capita de muchos grupos y regiones de países desarrollados. La ausencia de una amplia brecha entre las rentas per capita de los países desarrollados más pobres y de los paísessubdesarrollados más ricos y la arbitrariedad de la línea divisoria entre las dos categorías afecta de forma crucial esta parte delargumento. La brecha en las rentas per capita (tanto las diferencias absolutas como las relativas) de las dos categorías globales,el mundo desarrollado y el mundo subdesarrollado, depende de donde se coloque la línea. En ausencia de una claradiscontinuidad entre las rentas per capita de los países desarrollados más pobres y de los países subdesarrollados más ricoscualquier línea divisoria en base a las rentas per capita es arbitraria. Sin embargo, la amplitud de la diferencia de rentas (labrecha) entre las dos categorías depende de dónde se coloca. La colocación de la línea divisoria depende muy a menudo de una casualidad, o de la preferencia personal, pero sobre todo delas presiones políticas. Por ejemplo, en los tratamientos actuales el mundo subdesarrollado se equipara en gran parte con paísescuyas poblaciones son principalmente de origen no europeo, una forma de agrupar que refleja la actuación de presionespolíticas. Una vez más, los países comunistas generalmente no se incluyen en el mundo subdesarrollado, si bien en base a lasrentas per capita o niveles de vida varios de ellos podrían clasificarse adecuadamente como subdesarrollados. Su omisión denuevo refleja el juego de fuerzas políticas. La naturaleza arbitraria de la actual distinción entre países desarrollados y subdesarrollados en base a las rentas per capita secomplementa con el hecho de que la renta per capita es en sí misma un índice de desarrollo muy inadecuado. Esta falta deadecuación a veces es reconocida. Por ejemplo, algunos de los estados petrolíferos de Oriente Medio, habitualmente yapropiadamente clasificados como subdesarrollados. tienen rentas per capita que se hallan entre las más altas del mundo. Enmuchos, quizás en la mayoría de los contextos, se puede permitir el uso intercambiado de los términos desarrollado y rico por unlado y subdesarrollado y pobre por otro. Pero esta práctica, como muestra el ejemplo anterior, es inapropiada en las discusiones

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acerca de una amplia brecha de rentas que se fuera ensanchando. La distinción entre países desarrollados y subdesarrollados en base a las rentas per capita no sólo es arbitraria sino tambiéncambiante. Resulta completamente obvio que todos los países desarrollados 'empezaron como subdesarrollados. Y algunospaíses, tales como Japón e Italia. que hasta fechas recientes se clasificaban como subdesarrollados, va no son consideradoscomo tales. Estos cambios en las categorías a lo largo del tiempo impiden cualquier simple juicio acerca de los cambios a largoplazo en las diferencias de rentas medias entre los países desarrollados y subdesarrollados. Como corolario a esta situación, siempre se puede establecer falsamente una diferencia cada vez más amplia de las rentas percapita a base de cambiar la composición de los grupos. Por ello, cualquier tratamiento válido de las diferencias de rentas mediasy de los cambios en estas diferencias depende de forma crucial de la composición de las dos categorías. La sugerencia de una brecha amplia y que se va ensanchando entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado implica nosólo una clara distinción entre las dos categorías, sino también una sustancial homogeneidad entre ellas. Ello implica que lospaíses subdesarrollados son sustancialmente una masa uniforme. Una agregación forma de promediar a escala mundial tal comoésta no tiene sentido. Los agregados son extremadamente heterogéneos, categorías arbitrarias y cambiantes cuya composiciónes inestable y que constan de elementos componentes que son en sí mismos colectividades heterogéneas. Un aspecto de estadiversidad es la presencia de amplias diferencias en las tasas de progreso material dentro de los dos agregados. Como resultadode estas diferencias en las tasas de progreso material, las diferencias en las rentas medias (tanto absolutas como relativas) amenudo se mueven de forma diferente para grupos significativos dentro de las dos categorías. Ya he señalado algunas estadísticas de las Naciones Unidas según las cuales la producción per capita en América latina ensu conjunto creció más rápidamente entre 1945 y 1955 que en los Estados Unidos de América, de forma que a lo largo de esteperíodo la diferencia relativa entre las rentas per capita de estas colectividades disminuyó.[20] Estadísticas así se pudríanmultiplicar rápidamente a partir de las publicaciones de las agencias internacionales. Otros conocidos ejemplos de un reciente yrápido progreso material y de un sustancial incremento de la renta per capita en países pobres fuera de América latina, incluyenJapón, Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong, Tailandia, Costa de Marfil, Kenia, los estados petrolíferos de Oriente Medio e Israel.Por supuesto, en los años recientes las rentas per capita en amplias partes del inundo subdesarrollado han crecido másrápidamente que en muchos países desarrollados, incluido el Reino Unido y los Estados Unidos de América. Cuatro países, India, Indonesia, Pakistán y Brasil cuentan con tres quintas partes de la población del mundo subdesarrolladofuera de China; la India sola, con una población de 550 millones, cuenta con bastante más de una tercera parte. Por tanto, unabaja tasa de progreso económico en estos países puede encubrir el rápido progreso de una veintena o más de otros paísescuando se agrega su actuación. Y desde 1960 el progreso material de India, Indonesia Y Brasil ha sido relativamente lento. Unavez más la divergente experiencia de los países subdesarrollados queda oscurecida por una agregación a escala mundial.[21] La elección del período a examen también es fundamental en el tratamiento de la tendencia en las diferencias de rentas,porque la tasa de cambio de las rentas varía a lo largo del tiempo. Por ello el período durante el cual se supone que la brecha seensancha precisa ser especificado. La relevancia de esta simple conclusión también resulta clara a partir de los cambios en laposición económica relativa de diferentes países y poblaciones en el curso de la historia, cambios que incluyen la decadenciaeconómica, tanto la absoluta como la decadencia respecto a otros países. Estos fenómenos, señalados a menudo por loshistoriadores, son inconsistentes con una brecha siempre deciente entre ricos y pobres como tendencia general. Los alegatos deuna supuesta brecha siempre creciente entre los países ricos y pobres generalmente no menciona ni el período considerado ni elfenómeno de la decadencia económica. El contenido de esta sección no se ve afectado por los amplios márgenes de error en las comparaciones internacionales de larenta nacional, en particular la subestimación general de la renta nacional en los países subdesarrollados, que se señala másadelante en este trabajo. Y se podrían presentar muchos más datos adicionales para mostrar que la relación de las rentas percapita entre cada país rico y cada país pobre ciertamente no se ha ampliado en las décadas recientes. Pero lo anterior tendríaque ser suficiente para mostrar que el alegato de una diferencia en continua ampliación de las rentas del mundo desarrollado ysubdesarrollado en el mejor de los casos no está fundamentada; tal como se presenta, en general no tiene sentido, y en lamedida en que puede ser valorada resulta en gran parte falsa. Si se considera útil dividir el mundo en dos categorías en base a diferencias en las etapas de desarrollo (un ejercicio dediscutible utilidad), entonces las diferencias en las variables demográficas, especialmente en las tasas de natalidad, que reflejandiferencias en las actitudes e instituciones y que a menudo se hallan correlacionadas con las diferencias étnicas, parecería que

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aportan una base que en potencia sería más reveladora que la actual base constituida por las rentas per capita medidas de formaconvencional. Por ejemplo, podría ser útil, como parte de esta base que se apunta. una distinción entre sociedades en las que lastasas de fertilidad se acercan a la tasa de fecundidad y aquellas en las que las tasas de fertilidad se hallan por debajo de la tasade fecundidad de forma significativa; es más precisa, es más estable a lo largo del tiempo, se podría dar una visión de losdeterminantes subyacentes del progreso material. 4. PROBLEMAS DE LAS COMPARACIONES INTERNACIONALES DE RENTA Las estimaciones de las diferencias de renta per capita y niveles de vida entre los países ricos y pobres (esto es, lasmagnitudes cuya brecha se supone que se amplía) se hallan sujetas a márgenes muy amplios de error bastante mayores de loque generalmente se reconoce. En conjunto. sin embargo, el resultado suele ser una subestimación de la renta de los paísespobres y una sobreestimación en los ricos, exagerando con ello la diferencia de renta y niveles de vida entre los dos grupos. Para empezar, incluso las estadísticas de población de los países subdesarrollados implicadas por los cálculos de la renta percapita, que se hallan libres de problemas conceptuales, resultan excesivamente poco fidedignas. De acuerdo con las estadísticasoficiales la población de Nigeria en 1963 era de 55.6 millones. El profesor Peter Kilby, un especialista destacado sobre asuntosnigerianos, la estimaba en 37,1 millones. El segundo plan quinquenal indio estimaba el crecimiento de la población en cerca deun 1,25 por ciento anual durante el período de su duración; la cifra posteriormente se vio que era superior al 2 por ciento,superando por tanto la estimación en más de cuatro quintos. Aún más importante cuantitativamente que los márgenes de error de las estadísticas de población son los enormes márgenesde error y el sesgo estadístico de las estimaciones de la renta nacional de los países ricos y pobres. Existen muchas razones paraestos errores y sesgos. Esta cuestión es tan fundamental para este campo de discusión y se valora tan poco que está justificadauna consideración amplia. Una razón importante de la subestimación de la renta nacional de los países pobres y de la consiguiente exageración de ladiferencia de renta entre países ricos y pobres es el empleo de tipos de cambio al comparar las rentas nacionales, lo cualsubestima mucho el poder adquisitivo interior de las monedas de los países subdesarrollados en relación a las de los paísesdesarrollados. Otras razones incluyen la importancia cuantitativa mucho mayor de los servicios interfamiliares y también laproducción de subsistencia o cuasi subsistencia en los países pobres en comparación con los ricos, categorías que o bien seignoran o se subvaloran sustancialmente en las estadísticas de renta nacional.[22] Es más, muchos bienes y servicios incluidosconvencionalmente en la renta nacional son más bien costes de producción que renta, por ejemplo el viaje al trabajo, y estos sonrelativamente más importantes en los países ricos que en los pobres. Estos problemas de comparaciones internacionales se han conocido durante algún tiempo.[23] Pero su análisis más completoy metódico sólo se ha producido hace comparativamente poco tiempo por parte del profesor Dan Usher, que ha estudiado decerca el alcance de los principales errores sesgos y las razones tras ellos. Los siguientes párrafos del reciente libro del profesorUsher The Price Mechanism and the Meaning of National Income Statistics, resume su postura.[24] Nuestra visión de la vida económica en los países pobres se halla influida significativamente por estadísticas que demuestranque muchos países tienen rentas tan reducidas como 50 dólares al año, así corno por estimaciones de la productividad deltrabajo agrícola de menos de un décimo de la productividad del trabajo en otras partes de la economía. Utilizando Tailandia comoejemplo, este libro demuestra que estadísticas como esas pueden contener errores de varios centenares por ciento ... ladiscrepancia no se debe básicamente a errores en los datos ... el fallo radica en las normas mismas (de comparación de rentasnacionales) ... que) generan cifras que no consiguen cumplir las implicaciones que se espera de ellas. En Tailandia no vi gente rica de acuerdo con estándares europeos, pero sin duda disfrutaban de un nivel de vida muy porencima de los simples requerimientos de subsistencia. Muchas comunidades de pueblos parecían haber alcanzado un nivel deconfort material por lo menos tan alto como el de los habitantes de los barrios pobres de Inglaterra o América. Pero en mi mesa detrabajo calculé estadísticas de renta nacional real que mostraban a las personas de los países subdesarrollados, incluidaTailandia, con niveles de pobreza desesperados ya que no imposibles. El contraste entre lo visto y lo calculado fue tan grandeque llegué a creer en la existencia de algún sesgo amplio y fundamental en la forma de elaboración de las estadísticas ... Algohay muy erróneo en esas estadísticas. Si la cifra de 40 dólares para Etiopía significa lo que parece significar, o sea, que losetíopes están consumiendo al año una cantidad de bienes y servicios no mayor de la que podría comprarse en los EstadosUnidos por 40 dólares, la mayoría de los etíopes sería tan pobre que no podrían sobrevivir, y mucho menos incrementar sunúmero ... Las estadísticas de renta nacional son el principal medio a través del cual vemos el proceso de crecimiento económico.

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Caracterizamos a los países como desarrollados o subdesarrollados de acuerdo con sus rentas nacionales. Las estadísticas derenta son también componentes de la medición de la productividad de las industrias y de la equidad de la distribución de la renta.La tesis principal de este libro, deducida tanto de la teoría como de las cifras, es que el cuadro que transmiten las estadísticas derenta nacional a menudo está deformado, no porque las estadísticas mismas sean poco precisas ni tampoco porque dejen dereflejar cánones aceptados de método estadístico, sino porque atribuimos a las estadísticas de renta un significado social que nonecesariamente poseen. Se supone que renta más elevada significa posición más desahogada, que mayor productividadsignifica mayor contribución al bienestar económico deja comunidad. La parte teórica del libro muestra que esta asociaciónpuede fallar. La parte empírica muestra que puede existir una discrepancia muy grande entre estadísticas convencionales yestadísticas revisadas, de forma que reflejan más estrictamente los hechos sociales apropiados. Las estadísticas de renta examinadas por el profesor Usher se refieren a cifras per capita, como los 40 dólares de Etiopía; setrata, por tanto, de promedios. De acuerdo con ello una gran proporción de la población tendría rentas significativamenteinferiores, consideración que refuerza la tesis del profesor Usher acerca de la naturaleza completamente sin sentido de esasrecopilaciones. La referencia del profesor Usher al contraste entre lo que vio y lo que midió supone una confirmación específica ynotable de la importancia de la observación directa en estos temas y de la naturaleza engañosa de los resultados que aparecencuando no se tiene en cuenta esa observación directa. El profesor Usher escribe en otro lugar: La comparación convencional muestra que la renta nacional per capita del Reino Unido es cerca de catorce veces la deTailandia. Nuevos cálculos realizados por el autor para tomar en consideración varios sesgos de la comparación sugieren que larelación efectiva de niveles de vida es de tres a uno. Aunque se doble esta relación calculada, el cambio del orden de magnitudes lo bastante grande como para que se vea afectada nuestra forma de pensar acerca de los países subdesarrollados.[25] Los sesgos y errores de ese orden de magnitud han de atacar a la esencia misma de las estadísticas internacionales comoíndices de productividad o de desarrollo económico o de niveles de vida comparativos. Estas limitaciones y errores decomparación son distintos de las inexactitudes en los cálculos de renta nacional de los países pobres, donde incluso esincompleta una información comparativamente tan sencilla como las estadísticas de población. A la luz de la evidencia recogida y analizada por el profesor Usher, parece dudoso que la comparación internacional de rentasnacionales conserve significado alguno, a no ser que se restrinja a grupos de países que ya tienen aproximadamente el mismonivel de vida.[26] Es preciso insistir en la presencia de estos enormes márgenes de error y sesgos en los cálculos de la renta nacional de lospaíses pobres y en las comparaciones internacionales. La renta per capita en su medición convencional sirve como base normalo principal para clasificar a los países como desarrollados o subdesarrollados, ricos o pobres, así como de criterio fundamentalpara la asignación de la ayuda exterior. Las comparaciones internacionales de renta per capita, de necesidades y niveles de vida se ven afectadas significativamente,además, por diferencias en la composición por edades. Si la renta per capita es la misma para un determinado grupo de edadesde dos poblaciones, el promedio para las dos poblaciones en conjunto diferirá si la composición por edades no es la misma. Lacomposición por edades de los países subdesarrollados difiere por lo general de forma significativa de la de los paísesdesarrollados debido a la proporción mucho mayor de niños, con rentas y necesidades apreciablemente menores que las de losadultos. Las comparaciones de renta per capita no ajustadas por diferencias de la estructura de edades confunden diferencias denivel de renta con diferencias de edad.[27] En las comparaciones internacionales estándar esta complicación también se ignora. El ajuste preciso para tomar enconsideración las diferencias de composición por edades no es marginal. Las diferencias de estructura por edades entre paísespobres y ricos son sustantivas y también lo son las subestimaciones de renta per capita de los últimos en relación a los cálculossobre una base estandarizada por edades. Las comparaciones de niveles de vida, como cosa distinta de las comparaciones de renta per capita, se ven afectadas por lasdiferencias de requerimientos, por ejemplo de alimentación y vestido (más bien bajas), así como por la mayor disponibilidad deocio de los países subdesarrollados. Por otra parte, la esperanza de vida es generalmente mayor en los países ricos que en lospobres. Los intentos de comparación de las condiciones relativas, de bienestar tropiezan con ulteriores y más arraigadosproblemas. Procesos económicos diferentes tienen efectos ampliamente distintos en cuanto al fomento o inhibición de la

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capacidad y oportunidades de las personas para el disfrute de sus rentas. Podemos concluir esta discusión de los problemas de comparación de rentas anticipándonos a una posible reserva u objeción.La mayor parte de estos problemas y limitaciones de las comparaciones internacionales afectan tanto a los niveles como a loscambios de la renta y niveles de vida. Se puede objetar que si esos errores y sesgos de comparación permanecen constantes a lolargo del tiempo su presencia no afecta a la sugerencia de que hay una brecha de rentas en ampliación. Tal objeción no esválida. Primero, el alcance de los sesgos y errores no puede permanecer constante debido a la existencia de cambios de lascondiciones económicas y sociales, incluyendo cambios de la organización económica y sistema de producción y consumo en elinterior de los enormes agregados que se comparan. Ejemplos obvios serían los cambios de la tasa de crecimiento de lapoblación o de la importancia relativa de la producción de subsistencia. Segundo, cuando los errores y sesgos son tan ampliosque afectan incluso a los órdenes de magnitud, la discusión cuantificada acerca de las diferencias internacionales de renta yacerca de cambios de estas diferencias pierden gran parte de su interés y significado. Tercero, si se piensa la brecha en términosde diferencias absolutas de renta, su movimiento temporal se ve afectado por esos sesgos y errores, aunque permanezcanconstantes como proporción de las rentas per capita estimadas. 5 CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN Y AMPLIACIÓN DE LA BRECHA Las estimaciones y comparaciones de los cambios de las rentas per capita y de los niveles de vida se ven complicadas tambiénpor ciertos problemas fundamentales de concepto y medición (aparte de los tratados anteriormente) que surgen a raíz de cambiosen las tasas de crecimiento de la población en los países subdesarrollados, y también a partir de diferencias entre las tasas decrecimiento de la población en los países desarrollados y subdesarrollados. A lo largo de los últimos cincuenta u ochenta años, la población de la mayoría de los países subdesarrollados se haincrementado en gran manera, en su mayor parte en un factor entre dos y cinco. Este incremento se ha dado como resultado deuna caída de las tasas de mortalidad, especialmente entre los niños, lo cual implica una esperanza de vida más larga. Lasituación de los que no han muerto ciertamente ha mejorado, tal como lo ha hecho la de aquéllos cuyos hijos continúan viviendo,una mejora que no se refleja en las estadísticas convencionales elaboradas con base per capita. De hecho, como veremos enbreve, estas estadísticas a menudo señalan como un empeoramiento cambios que claramente son una mejora. Por tanto, la formahabitual de extraer conclusiones a partir de la renta per capita oscurece importantes problemas conceptuales en la definición ymedida de la renta por el hecho de que las satisfacciones derivadas de vivir más tiempo y de tener niños son ignoradas. Durante períodos de tiempo considerables, en épocas recientes, en especial desde aproximadamente 1930, las tasas decrecimiento de la población en muchos países subdesarrollados han sido más altas que en la mayoría de los paísesdesarrollados. Una tasa diferencial de crecimiento de la población en los países ricos y pobres, da lugar a un cambio de las cifrasrelativas que afecta directamente la medición de las diferencias internacionales de rentas y de los cambios de estas diferencias.Tanto las diferencias absolutas como las relativas de rentas per capita [28] entre los países ricos y pobres pueden ampliarse auncuando las rentas per capita de los países pobres crezcan más rápidamente que en los países ricos, si la tasa de incremento de lapoblación en los países más pobres dentro del grupo de los países pobres es la más rápida. Una vez más, si la población crece más rápidamente en los países pobres que en los países ricos, la renta per capita puededecrecer en el mundo en su conjunto aunque no haya incrementado en cada uno de los países ricos o pobres. Más aún, en cadapaís la renta per capita puede disminuir, aunque las rentas de todos los individuos y grupos haya subido, si se incrementa laimportancia numérica relativa de los grupos más pobres. En ausencia de cambios en las actitudes y en los métodos deproducción, la renta per capita también disminuye como resultado de un incremento de la proporción de niños en una población,puesto que la renta de los niños generalmente se halla por debajo del promedio global nacional. Estas condiciones subrayan una vez más la necesidad de poner atención cuando nos referimos a los países subdesarrollados.Lo que importa es la situación y perspectivas de la gente, no del país; como acabamos de señalar, la renta media en el paíspuede incluso disminuir aunque todo el mundo tenga una situación material mejor que en tiempos anteriores, y el resultadoinverso también es posible, si bien, en la práctica bastante improbable. Estas consideraciones se derivan de resultadosestadísticos corrientes de un cambio de la importancia relativa de los componentes de un agregado. Por tanto, cuando cambian las tasas de natalidad y de mortalidad, hay que tener especial cuidado en las comparaciones einterpretaciones del movimiento a lo largo del tiempo de las rentas per capita y de las diferencias de rentas. Un incremento de latasa de supervivencia de los grupos más pobres generalmente provoca una caída de las rentas per capita al tiempo que unincremento en las diferencias relativas y absolutas de renta entre ricos y pobres. A la inversa, un incremento de la mortalidad

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entre los países relativamente pobres, o una reducción forzosa de sus tasas de natalidad por medio de la acción del estadoelevaría las rentas medias y reduciría las diferencias de renta. Sin embargo, los últimos tipos de cambio difícilmente podráninterpretarse como una mejora en las condiciones de los relativamente pobres. La mejora sanitaria, la esperanza de una vida más larga y el incremento de la tasa de crecimiento de la población se han dado,en gran parte, en los países subdesarrollados, como resultado de contactos establecidos por Occidente. Existen, pues, muchasmás personas vivas en los países pobres de las que habría sin estos contactos. Sólo en este sentido resulta cierta la nociónampliamente divulgada de que Occidente ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado: ha permitido que muchas personasrelativamente pobres vivan más tiempo. La caída de las tasas de mortalidad en muchos países subdesarrollados se ha dado en gran parte por la supresión o reduccióndel hambre, enfermedad, mortalidad infantil, trata de esclavos y guerra tribal. Algunos de estos cambios reflejan a su vez cambiosde largo alcance en las condiciones de existencia que se han dado en muchas partes del mundo subdesarrollado en las últimasdécadas. Las estadísticas convencionales de la contabilidad de la renta nacional no pueden reflejar adecuadamente talescambios en su largo alcance y penetración.[29] Esta limitación se aparta totalmente de los problemas conceptuales y estadísticos,de los cuales sólo algunos se han señalado en este trabajo, que surgen cuando el concepto, derivado en gran parte del estudiode sociedades penetradas por una economía de tipo monetario, se aplica a sociedades en las que la producción de subsistenciay las transacciones interfamiliares son importantes; o cuando se aplica a comparaciones entre tales economías y economíasampliamente monetizadas o industrializadas, o se utiliza como un índice de cambio en tales economías. 6. ULTERIORES IMPLICACIONES DEL CRECIMIENTO DE LA POBLACIÓN La preocupación por las rentas per capita medidas convencionalmente ha dado lugar a algunas nociones curiosas yparadójicas que tienen relación con el concepto de progreso económico, de niveles de vida y también de la ampliación de labrecha. Salud y esperanza de vida, quizás los más importantes componentes del bienestar fuera del campo de las emociones, no seincluyen en las compilaciones convencionales de la renta nacional. Por supuesto, mejor salud y esperanza de una vida más largaa menudo reducen las rentas per capita medidas en forma convencional (en comparación con lo que hubieran sido de otramanera), con el paradójico y, sin duda perverso resultado de que lo que claramente es una mejora, en las condiciones de lagente se presenta como un deterioro. Las expectativas de una vida más larga de la gente y de sus hijos implica un beneficio psíquico, un incremento en el bienestar,en la renta psíquica. La realidad de este beneficio resulta obvia si se reflexiona; y queda claro también a través de la prontitud dela gente a pagar los servicios de los médicos con el fin de posponer su propia muerte y la de sus hijos.[30] La mejora de laesperanza de vida en los países subdesarrollados (si bien todavía por debajo de la de los países desarrollados), y la consiguientesupervivencia de gran número de gente, deberían tenerse en cuenta al medir y estimar la evolución tanto de la renta per capitacorno de las diferencias de renta per capita entre los países desarrollados y subdesarrollados. En las estadísticas de renta nacional el nacimiento de un ternero representa un incremento de nivel de vida, mientras que elnacimiento de un niño supone un descenso. En las discusiones actuales sobre desarrollo económico se considera a los niñosmás como una maldición que como una bendición; el crecimiento de la población se considera como si se tratase del ineludibleresultado de factores no controlados más que de decisiones y acciones humanas. Sin embargo, a gran número de personas lesgusta el acto de procrear hijos y también los hijos mismos. La procreación y posesión de hijos también rinde una renta psíquicaevidente, de la que !a gente disfruta y que en su opinión supera el coste reflejado en la reducción de la renta per capita de lafamilia. Su satisfacción no queda disminuida si la posesión de hijos reduce el valor numérico del confuso concepto de la rentanacional per capita. A menudo hoy día se cree que tener hijos en número que no sea limitado, o incluso reducido, es un acto antisocial,especialmente en los países subdesarrollados. Por ejemplo, 'en la conferencia del Movimiento Indio para la Planificación de laFamilia que tuvo lugar en Bombay en diciembre de 1969, se propuso la adopción del slogan que tener más de dos hijos es unainjusticia para la nación. Este tipo de sugerencia implica que si una familia tiene niños ello supone una carga para el resto de lacomunidad. Pero no es así. No es ninguna carga para el resto de la comunidad si los padres soportan el coste de criar y educar alos hijos. Si ellos no soportan estos costes, entonces hay una carga hasta que los hijos se vuelven autosuficientes. Pero estacarga no se ve afectada por el tamaño de la población total. Es más, se daría incluso si una familia sólo tuviese un hijo.

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El nacimiento de un niño, pues, siempre reducirá la renta nacional per capita, incluso si se trata de un solo hijo. El que reduzcao no la renta nacional per capita a lo largo del período de vida de la persona dependerá de si su aportación personal a la rentanacional supera o no alcanza al promedio nacional, lo cual depende de varios factores que no incluyen el número de hijos de lafamilia.[31] 7. LA RENTA NACIONAL COMO IDICE DE BIENESTAR Las deficiencias en las comparaciones de renta y de los cambios en la misma entre países ricos y pobres ponen también derelieve los fundamentales defectos de la renta nacional corno índice de riqueza. Las estadísticas de renta nacional resultaninstrumentos valiosos como conceptos contables, primeramente como instrumentos para estimar las cantidades de bienes yservicios disponibles con distintos objetos en un país a lo largo de determinados períodos. Su valor con este objeto no estárelacionado con comparaciones internacionales e intertemporales y, a fortiori, a cuestiones acerca de la medición del bienestar.[32] Expresar en una sola cifra de renta los distintos componentes de las condiciones económicas de una persona va es unasimplificación. El elemento de simplificación es mucho mayor cuando las situaciones de un amplio número de personas y gruposdistintos, que comprenden la población de un país, son promediadas y expresadas como una única cifra de renta per capita.[33] Y este proceso de simplificación todavía se lleva más lejos cuando estos promedios se comparan entre comunidades que sediferencian en la composición por edades y en las condiciones de vida física y social, y que disfrutan de cantidades de ocioampliamente diferentes, de trabajo con intensidades distintas y cuyos miembros reciben períodos de aprendizaje distintos (gastoque se incluye en la renta nacional, si bien, gran parte, quizá la mayor parte del mismo, se consideraría más apropiadamentecomo coste de producción que como renta).[34] La inadecuación de las simples estadísticas de renta per capita como índice de desarrollo económico a veces se reconoceimplícitamente. Un ejemplo de ello que ya hemos mencionado es la habitual designación de los estados petrolíferos como paísessubdesarrollados a pesar de que sus rentas per capita se hallan entre las más altas del mundo. Sin embargo, la designaciónresulta apropiada. Incluso cuando los gobernantes utilizan sus ingresos petrolíferos en beneficio de sus pueblos, descubren quela sociedad no puede ser transformada en pocas décadas hasta el punto de emular las condiciones materiales y formas de vidade las sociedades de tipo occidental con rentas per capita semejantes, pero con actitudes distintas con siglos de desarrollosostenido detrás de ellas. Las referencias a diferencias en las rentas medias y a cambios en estas diferencias sólo son significativas si las condiciones devida social y física de las poblaciones de que se trate son claramente semejantes. E incluso si las estadísticas fuesen mucho másfidedignas y significativas de lo que son, también referidas a gente que vive en condiciones sociales y físicas muy semejantes, noservirían como índices de bienestar, porque el bienestar es un estado psicológico. El uso extensivo pero indiscriminado de larenta per capita en comparaciones internacionales de las condiciones económicas y de bienestar refleja la ingenua creenciaactual de que virtualmente todos los aspectos de la vida personal y social pueden reducirse significativamente a unas simplesexpresiones cuantitativas comprensible para todos.[35] Las comparaciones internacionales tanto de niveles de logro económico y de tasa de progreso (así como de políticas dedesarrollo) en la práctica también se ven ofuscadas por frecuentes y a menudo inconscientes cambios en los criterios adoptadospara medir el logro económico y el progreso. Los numerosos criterios, diferentes y variados, incluyen la renta total, la renta percapita, los niveles de vida (con o sin consideración de la esperanza de vida), magnitudes de la inversión, producción industrial,comercio exterior, gasto público, y muchos otros criterios. Tales cambios de criterio comprendían las dificultades de comparacióny valoración presentados por problemas de concepto, medición, interpretación y retardos temporales. 8. CONSIDERACIONES MÁS AMPLIAS ACERCA DE LA BRECHA Una posible interpretación del concepto de ampliación de la brecha que podría darle un cierto grado de precisión sería el deampliación de las diferencias relativas de rentas medias (sean medias, medianas o modas) entre grupos étnicos específicos a lolargo de un período específico (especialmente si se pudieran hacer los ajustes precisos para diferencias en la composición poredades). Ciertas poblaciones pueden mostrar una mayor prontitud y habilidad que otras, bien para promover o bien paraaprovecharse del progreso técnico, debido a diferencias en capacidades, actitudes, instituciones o políticas oficiales, y tambiénhay diferencias significativas en las variables demográficas, especialmente en las tasas de natalidad, entre poblacionesdiferentes. Estas distintas diferencias podrían a su vez reflejar factores geográficos, climáticos, históricos, culturales e inclusobiológicos. En estas circunstancias, una ampliación de las diferencias de renta no sería ni sorprendente ni anormal. Sin embargo,

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esta interpretación de la ampliación de la brecha, si bien elimina algunas de sus ambigüedades, todavía deja intactos algunosgrandes problemas de comparación de rentas y de niveles de vida entre sociedades muy diferentes, incluyendo el del período alo largo del cual se supone que se amplían las diferencias. Dicho desarrollo tampoco implicaría un declive en los niveles de lavida o en las rentas de los grupos más pobres; resulta perfectamente consistente con incrementos sustanciales de las rentasreales y de los niveles de vida de estos grupos, y aún menos justificaría la sugerencia, que a menudo se halla implícita en lasactuales discusiones acerca de las diferencias internacionales de rentas, de que las rentas más elevadas de las poblaciones delos países ricos han sido detraídas, en alguna forma, de las gentes de los países pobres. Aun cuando el alcance y la dirección de la brecha en los niveles de vida entre diferentes poblaciones se hallasen claramentedefinidos a lo largo de un período específico, y se reconociesen y superasen los problemas conceptuales de base (condicionesque es muy improbable que se cumplan), la información estadística seguiría sin revelar nada acerca de las causas bien delalcance o de los cambios de las diferencias internacionales de rentas. Además, las políticas nacionales de los gobiernos en los países pobres afectan de forma apreciable a las diferenciasinternacionales de renta, si bien esto raramente se menciona en el contexto. Las restricciones en las actividades de las minoríasétnicas en los países subdesarrollados, a menudo seguidas por su expulsión, son un ejemplo. El trato a los chinos en Indonesia,de los indios en Birmania, de los asiáticos en África oriental, de los griegos y armenios en Egipto y de los europeos en muchospaíses subdesarrollados, ha reducido las rentas per capita en estas áreas, donde las rentas de estos grupos se hallaban porencima de la media nacional, y políticas oficiales tales como éstas, dirigidas contra los grupos más productivos, se hallangeneralizadas, y casi generales, en todo el mundo subdesarrollado.[36] Estas políticas no sólo han reducido las rentas per capitaactuales; también han retrasado su tasa esperada de desarrollo, porque estos grupos eran especialmente productivos. Por tanto,las restricciones oficiales a las actividades de estos grupos, a menudo completadas con la expropiación y expulsión, amplían alalcance de las diferencias de rentas per capita entre los países ricos y pobres, tanto en cualquier momento dado como a lo largodel tiempo. 9. CONCLUSIONES Las afirmaciones acerca de la ampliación continuada de la brecha ni siquiera indican a qué se refiere dicha brecha (esto es, sise refiere a cambios en las diferencias de los niveles de renta per capita o a cambios en la relación entre estas rentas), entrequiénes se da, y a lo largo de qué período se supone que se amplía. Sin embargo, el reconocimiento de estas cuestiones básicases un requisito mínimo para una discusión razonable de este tema. Un examen digno de consideración también requeriría elreconocimiento de los problemas básicos de concepto, medición e interpretación de las comparaciones internacionales de rentasper capita y niveles de vida. Y para la mayoría de las finalidades también es preciso que se tengan en cuenta las causas que sehallan detrás de las diferencias en las rentas per capita y en los niveles de vida. En la primera parte de esta obra hemos procedido a la descripción y análisis de la noción del círculo vicioso con reflexionesacerca de las causas de su atractivo. Aquí repetiremos este procedimiento y expondremos tras los argumentos positivos (una vezmás en el sentido técnico del término), reflexiones más especulativas acerca del origen y de las causas para la aceptación de laampliación de la brecha. En un importante sentido, la brecha ni siquiera existe, porque, como hemos visto, hay una gradación continua en la gamainternacional de rentas per capita; no hay una ruptura clara. Tal como se suele insinuar, la ampliación continuada de la brecha es un simple tópico, en la misma medida en que lo es latesis del círculo vicioso de la pobreza, precursor de la constante ampliación de la brecha. Igual que el círculo vicioso de lapobreza, la ampliación de la brecha es de hecho aunque aquellas expresiones que parecen ser afirmaciones descriptivas(positivas), pero que en realidad son declaraciones prescriptivas (normativas). Parece que describe situaciones, pero realmentetiene la finalidad de impulsar normas de acción, especialmente la concesión de ayuda exterior. Principalmente por dos razonesalegar una brecha en continua ampliación resulta incluso más efectivo en la promoción de estas finalidades que la tesis delcírculo vicioso de la pobreza. En primer lugar, sus defectos y limitaciones no son obvios de una forma tan inmediata y, por tanto,no pueden exponerse en modo tan breve y concluyente. En segundo lugar, añade una dimensión de temor a los sentimientos deculpabilidad existentes en Occidente. Introduciendo en la discusión un factor de tendencia alimenta un sentido de urgencia, alque acompaña la sensación de una cada vez más precaria situación de Occidente, a la vista de peligros indefinidos, perocrecientes a medida que se amplía la brecha.

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[Ir a tabla de contenidos]CAPÍTULO IICRÍTICA DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO[37]

Las dos partes de este capítulo analizan dos de los principales axiomas políticos de la literatura contemporánea sobredesarrollo económico, a saber, que la planificación global y la ayuda exterior son indispensables para el avance económico delos países pobres. Planificación global significa en este contexto el control estatal de la actividad económica con excepción de la agricultura enpequeña escala; y ayuda exterior significa concesiones y préstamos subvencionados en dinero o en especie de estado a estado. La justificación de la planificación global y de la ayuda exterior generalmente se da por sentada. A veces se apoya medianteargumentos específicos, los más importantes de los cuales se examinan en el apéndice a este capítulo (pp. 182­199). Las expresiones planificación, planificación central, planificación global y planificación central global se usan generalmente deforma indistinta en los tratados contemporáneos. Seguiré esta práctica, si bien creo que los intentos de planificación central globalexpresan mejor la política considerada. A. PLANIFICACIÓN CENTRAL GLOBAL 1. ARGUMENTOS AUTOMÁTICOS EN FAVOR DE LA PLANIFICACIÓN La tesis de que la planificación central global es imperativa se puede ilustrar con citas de dos escritores. Citaré primero alprofesor Gunnar Myrdal que quizás es el exponente más influyente, claro y explícito de la necesidad axiomática de esta política.Escribe: Hoy día se está de acuerdo en que un país subdesarrollado debería tener ... un plan nacional global integrado ... Todos lospaíses subdesarrollados están ahora, con la aprobación alentadora y congratulada de los países adelantados, intentandoproporcionarse dicho plan ... se supone que el gobierno nacional tiene que asumir mediante el plan … la responsabilidad de ladirección del desarrollo económico global del país. La aparición de esta urgencia común por el desarrollo económico como una de las principales cuestiones políticas en todos lospaíses subdesarrollados y la definición del desarrollo como elevación del nivel de vida de la gente, el convencimientoincontestado de que el desarrollo económico es una tarea para los gobiernos y que los gobiernos tienen que preparar y hacerque se cumpla un plan económico general, que contenga un sistema de controles e impulsos aplicados de forma intencionadacon el fin de conseguir que comience el desarrollo y de que continúe, es algo enteramente nuevo en la historia ... Presenciamos como más de esa mitad del género humano que vive en la miseria y desgracia no sólo acepta para sí labúsqueda en gran escala de una línea política a la que, estamos acostumbrados a llamar "socialista", sino que mi consejo positivoy urgente a hacer esto está siéndoles dado por parte de todos los especialistas y hombres de estado de los países adelantados ... La planificación económica central siempre es una cosa difícil y cuando se ha intentado, no ha constituido un éxito en lospaíses adelantados. Ahora bien, lo que equivale a una especie de superplanificación tiene que actuarse por paísessubdesarrollados con débiles estructuras políticas y administrativas y con una gran parte de ciudadanos analfabetos y apáticos. Existen toda clase de razones por las que podríamos esperar numerosos errores y en muchos casos el fallo total. Pero laalternativa a ese intento heroico es la continuada conformidad con el estancamiento o el retroceso económico y cultural, que espolíticamente imposible en el mundo de hoy; y esta es, por supuesto, la explicación del porqué en la actualidad la planificaciónnacional en gran escala es el objetivo de los países subdesarrollados en todo el mundo y porqué esta línea política estárefrendada unánimemente por los gobiernos y expertos de los países desarrollados. [38] Escribe en otro lugar: Los asesores especiales de los países subdesarrollados que se han tomado el tiempo y la molestia de familiarizarse con elproblema, sin importar de quienes se trate ... todos recomiendan la planificación central como la primera condición del progreso.[39] El profesor H. Kitamura de la Universidad de Tokio aporta una formulación mucho más sucinta de la supuesta necesidad

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axiomática de la planificación: Sólo el desarrollo económico planificado puede esperar la consecución de una tasa de crecimiento que sea políticamenteaceptable y capaz de captarse el entusiasmo y el apoyo popular. [40] La opinión del profesor Kitamura resulta irónica a la vista del progreso económico del Japón que se consiguió sin las políticasque él designa como indispensables. Por supuesto, cualquier tasa de progreso se puede describir como inadecuada oinaceptable de acuerdo con algún criterio u otro; esta supuesta insuficiencia puede presentarse para criticar los programassociales o las políticas del gobierno. No se trata sólo de las opiniones de partidarios académicos. La planificación central global constituye la esencia de la políticaeconómica en muchas partes del mundo subdesarrollado, en particular la India. Y puesto que dicha política se considera engeneral como una condición del adelanto económico, los gobiernos que persiguen o tratan de perseguirla son tratados de formapreferencial en la asignación de la ayuda exterior. Igual que el amor, la libertad, la democracia, la igualdad, la estabilización y muchos otros conceptos abstractos, la planificaciónpuede consistir en fenómenos muy diferentes. Puede significar preparación ordenada de la actuación de las personas, empresasy gobiernos. Puede describir la coordinación de las actividades de los diferentes departamentos gubernamentales para reducir lacompetición entre ellos por los recursos escasos. Puede indicar planes para establecer etapas en las políticas fiscales con el finde evitar fluctuaciones en el gasto privado. En la literatura actual sobre desarrollo significa el control general del estado, actuadoo intentado, de la mayor parte de la actividad económica excepto la agricultura en pequeña escala, especialmente de lacomposición de la actividad económica en el sector de intercambio.[41] Cito, de nuevo, al profesor Myrdal: El plan tiene que fijar la cuantía total de la inversión y además tiene que determinar las proporciones del capital que deberíanasignarse en distintas direcciones: para incrementar las facilidades globales de transporte y producción de energía; para construirnuevas fábricas y adquirir la maquinaria para las industrias pesadas y ligeras de los diferentes tipos; para elevar el nivel deproductividad en la agricultura mediante inversiones a largo plazo en planes de regadío e inversiones a corto plazo en utillaje,maquinaria y fertilizantes; para mejorar Ios niveles sanitarios, de educación y de capacitación de los trabajadores, etc. Con el finde que sea práctico y efectivo, el plan tiene que trazarse no sólo como una estructura general, sino que esta estructura tiene quellenarse y concretarse con cuidados planes parciales.[42] El profesor Myrdal dice repetidamente que los expertos respaldan unánimemente estas políticas. Esto no es cierto. Haymuchos economistas, algunos de ellos en puestos importantes, que no creen que la planificación central promueva el progresoeconómico, ni que sea necesaria para ello. Sin embargo, según la definición del profesor Myrdal no pueden ser expertoscualesquiera que sean sus cualificaciones técnicas, posiciones académicas o campos de estudio. Si bien los partidarios de la planificación global dan el caso por sentado, no existe ningún argumento, prima facie, en favor desu necesidad. No ha jugado ningún papel en el desarrollo de ninguno de los países altamente desarrollados en la actualidad. LaUnión Soviética no constituye una excepción a esta afirmación: los niveles de vida generales, patrón de medida usual deldesarrollo, son mucho más bajos allí que en cualquiera de los países desarrollados del oeste. Tampoco ha jugado la planificaciónningún papel en el progreso sustancial de los muchos países y áreas subdesarrolladas que han avanzado rápidamente desdefinales del siglo XIX. No resulta sorprendente que la planificación global no se considerase necesaria ni en la historia inicial de los paísesdesarrollados ni para el reciente progreso de muchos países subdesarrollados. La planificación global no aumenta los recursos.Sólo concentra el poder. Y por la concentración de poder, dicha política aumenta y crea poder, porque en un sistemadescentralizado de toma de decisiones normalmente no existen posiciones de poder tales como las creadas por la planificaciónglobal.[43] Centralización y, de ahí, creación de poder es, por tanto, una consecuencia necesaria de la planificación global.[44] Sinembargo, raramente la discuten sus partidarios. Por ejemplo, si bien este resultado queda claro en las citas del profesor Myrdalreseñadas más arriba, no se señala explícitamente. Por otra parte, los partidarios de la planificación establecen o implicanclaramente que la misma en cierto modo amplía el volumen de recursos productivos, sin explicar ni cómo ni por qué. El estado no puede crear nuevos recursos productivos adicionales. Los políticos y funcionarios que dirigen su política disponen

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únicamente de recursos desviados del resto de la economía. Sin duda no está claro por qué saltándose las decisiones de losparticulares debería crecer el flujo de renta, puesto que los recursos usados por los planificadores tienen que haber sidodesviados de otros usos productivos, públicos o privados. Todavía resulta menos obvio el porqué el flujo de bienes y servicios que son deseados por los consumidores y que constituyenel nivel de vida habrían de verse incrementados por dicha política. Una subida de los niveles de vida generales casi siempre sepone como ejemplo de finalidad patente de la planificación global. Por ejemplo, esto es lo que el profesor Myrdal escribe enalgunas de las citas que ya he reseñado. Pero no dice cómo esta política de controles daría hogar a ello; y, por supuesto, másadelante, en la misma conferencia, escribe que la planificación global implica la máxima austeridad, sin resolver la contradicción.[45] El profesor Myrdal y otros exponentes del argumento axiomático en favor de la planificación global no hacen referencia apruebas empíricas en su defensa de la planificación. Por supuesto, una vez que un argumento se utiliza en forma axiomática, laevidencia empírica se convierte en irrelevante. Cualquiera que sea el curso de los acontecimientos, siempre puede esgrimirse enapoyo de una política que se considera deseable de forma axiomática: si hay progreso se presenta como evidencia de su éxito; laausencia de progreso se presenta como evidencia de la necesidad de su reforzamiento. 2 ALGUNAS ACLARACIONES Antes de analizar los probables efectos de la planificación global en el progreso material, me gustaría hacer una digresiónacerca de dos puntos: una reciente reinterpretación del concepto de planificación, y algunas implicaciones de las referencias alas facultades y actitudes humanas hechas en este libro. Recientemente ha hecho su aparición en la literatura una reinterpretación del concepto de planificación. La argumentacióncentral del Asían Drama del profesor Myrdal es un ejemplo. Concibe la planificación como una transformación total de lasactitudes de la gente, de los valores e instituciones, coactivamente si es necesario. Esta reinterpretación considera la política nocomo un control estatal de la economía sino como un intento de remodelación del hombre y de la sociedad. Si se persiguiese o seimpusiese coactivamente una tal política. Se reduciría la población al estado de arcilla maleable; tal población es más probableque se convierta en una masa inerte que una sociedad vigorosa, capaz de progreso material.[46] Por supuesto, los intentos propuestos de obligar a la gente a cambiar o intentar que cambie sus creencias, valores, actitudes,costumbres, formas de vida, instituciones sociales e incluso sus facultades suscitan los mayores problemas morales y políticos. Enefecto, resulta improbable que los gobiernos indígenas, cuyo personal es extraído de la población local y cuyas facultades yactitudes básicas ellos, generalmente, comparten, puedan acometer dicha transformación, tan distinta de la mera introducción deestrechos controles sobre la vida económica para fomentar la centralización del poder.[47] En lo que sigue voy a referirme repetidamente a las aptitudes y actitudes humanas. Tal como se señala en la introducción,hago sólo referencia a aquellas aptitudes y actitudes que influyen en la actividad económica. Las actitudes y motivaciones quefomentan el logro material no son necesariamente, ni incluso en general, aquellas que confieren felicidad, dignidad, sensibilidad,capacidad de amor, sentido de la armonía o un cambio de mentalidad reflexiva. Este importante punto a menudo se pasa por alto. Una ulterior aclaración puede ser útil aquí. Las referencias en este libro a la trascendencia del talento, actitudes e institucionescomo determinantes del progreso material no implican que la política oficial no pueda fomentar el adelanto material. Paraempezar, incluso cuando estos determinantes no se ven afectados por medidas oficiales, estas últimas pueden, a pesar de todo,afectar a la organización de los recursos humanos, financieros y físicos de la sociedad. Aún más, las políticas oficiales pueden, amenudo, reaccionar de forma apreciable sobre los determinantes subyacentes mismos. 3. DETERMINANTES DEL DESARROLLO Una economía está constituida por gentes cuyas necesidades materiales tiene que satisfacer y cuya actividad determina, engran parte, el logro material de la economía y su tasa de progreso. Esto resulta un tópico. Pero las implicaciones y corolarios deltópico se descuidan mucho en las argumentaciones sobre desarrollo económico. El primer corolario de este tópico es que el logro económico depende fundamentalmente de las dotes y actitudes de la gente ytambién de sus instituciones sociales y políticas. Las diferencias en estos determinantes o factores justifican ampliamentediferencias en los niveles de realización económica y en las tasas de progreso económico. Por supuesto es cierto que estosdeterminantes no sólo se influyen mutuamente, sino que también se hallan influidos por el progreso material, una vez está en

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marcha, porque aquellas actitudes e instituciones que lo bloqueaban en el pasado tienden a debilitarse aún más. Sin embargo,esta influencia ulterior no afecta a la significación de los determinantes. Los recursos naturales, los contactos exteriores y las oportunidades del mercado también juegan un papel en el progresomaterial. Sin embargo, con la posible excepción del clima y sus efectos en el rendimiento, que pronto voy a considerar (el clima esun significativo recurso natural, si bien raramente se clasifica como tal), los recursos naturales sólo han tenido una importanciasecundaria, tanto en el desarrollo de los que ahora son países adelantados como en el de muchos países subdesarrollados apartir de finales del siglo XIX.[48] Y la explotación tanto de los recursos naturales como de las oportunidades exteriores tiene quedepender de las cualidades humanas requeridas. Los recursos de capital, que a menudo se piensa que son cruciales, generalmente tienen menos importancia. Además su ofertay productividad depende de facultades personales, motivaciones y arreglos sociales y políticos. Estos recursos son puesprincipalmente un efecto, un resultado, una variable dependiente en el proceso de desarrollo económico, más que una causa ovariable independiente. Cuando los determinantes básicos son favorables, el progreso material se dará con el transcurso deltiempo a menos que sea reprimido por la fuerza, en particular por una acción exterior. Por el contrario, cuando estosdeterminantes no están presentes, incluso la abundancia de recursos naturales y de capital (en estas condiciones este últimosupondría un legado del pasado o fondos suministrados desde el exterior) no asegurarán el desarrollo. La existencia dedeterminantes favorables sirve tanto para generar fondos invertibles como para dar lugar a su uso productivo, consecuencia queda una cierta razón al énfasis en el supuesto papel decisivo del volumen de recursos para inversión como determinante delprogreso material.[49] Pero aun cuando la oferta de fondos de inversión fuese una variable independiente fundamental en elproceso de desarrollo, lo cual no es cierto, esto sería irrelevante en el argumento en favor de la planificación global, tanto porqueel ahorro y la inversión pueden incrementarse sin ella como por el hecho de que gran parte de la planificación global no estárelacionada con un ahorro e inversión crecientes. Estos temas se tratan en el apéndice a este capítulo. En la actividad intelectual, artística, política y deportiva, el éxito depende claramente de las cualidades y motivacionespersonales. Esta relación siempre se da por sabida. Además, las diferencias de resultados son obvias, no sólo entre personassino entre grupos, incluyendo grupos étnicos. Mientras la existencia de tales diferencias se reconoce y acepta casi como algoevidente en actividades ajenas a la vida económica, la realidad de diferencias en las capacidades actuaciones económicas amenudo se ignora o se niega o se considera como anormal y censurable. Este enfoque diferenciado se refleja en las referenciashabituales y significativas a diferencias en el contexto de los resultados de la actividad intelectual y artística y a desigualdades enel contexto de la actuación económica y de las recompensas materiales: diferencia es expresión neutral, mientras quedesigualdad sugiere una situación anormal y censurable.[50] Parece que hay varias razones para que la gente reconozca esta relación en otras actividades y no en la vida económica. Larazón más importante quizás es que la desconsideración de diferencias en las aptitudes y actitudes económicas justificafalsamente ambiciosas propuestas para una estandarización forzosa de las condiciones materiales. Tales propuestas ganan enverosimilitud si las diferencias en la actividad económica se tratan como resultado bien del entorno bien de la suerte, puesto queentonces parecen ser practicables, justas y también neutrales en sus efectos sobre el progreso material.[51] La negativa o ladesgana en reconocer la conexión entre las facultades y motivaciones económicas y la actuación económica reflejan pues, enparte, la influencia del determinismo ambiental. El atractivo del determinismo ambiental en las ciencias sociales, incluyendo la economía del desarrollo, se derivaprincipalmente del interés político que acabamos de señalar. La significación de este interés se revela aún más por el descuidode los científicos sociales por los efectos del clima en la actuación económica y en el progreso material, una influencia querazonablemente no puede ponerse en duda. Ciertamente resulta mucho más evidente que la mayoría de las otras influenciasambientales que a menudo se citan. A pesar de ello, los economistas, incluidos los partidarios del determinismo ambiental,descuidan habitualmente este factor altamente significativo. Este descuido a su vez refleja presumiblemente varios factores, asaber: el clima no puede manipularse rápidamente por medio de la política; [52] no es susceptible de análisis formal; y susefectos en la actuación económica no pueden cuantificarse fácilmente. Podemos señalar dos razones más en favor de la mayor aceptación del determinismo ambiental en economía que en muchasotras disciplinas. La preocupación por el logro material resulta especialmente pronunciada en los debates públicos del siglo XX, un período en elque el medio ambiente se ha resaltado de forma creciente como determinante de la actividad en comparación con las facultades y

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motivaciones personales. Así mismo, en los debates públicos la atención se ha centrado de forma creciente en los fenómenoscuantificables, y los frutos de la actividad económica, en conjunto, se cuantifican rápidamente y sin duda mucho más que los de laactividad artística o científica. Cualquiera que sea su atractivo, las limitaciones del determinismo ambiental son tan pronunciadas cuando éste se aplica a laactividad económica como a otras esferas. Sin embargo, su influencia en economía es más tenaz, en parte debido a que laslimitaciones son menos evidentes o demostrables de una forma inmediata en la actividad económica que en otras partes; ytambién porque gran parte de su atractivo tiene un origen más político y emocional que intelectual. Y a su vez, la aceptación deldeterminismo ambiental refuerza otras posibles razones para no reconocer la conexión entre facultades económicas y actuacióneconómica. De forma parecida, el papel de la suerte probablemente no resulta, de forma significativa, mucho más importante en la vidaeconómica que en otras actividades.[53] Pero en casos específicos, su papel puede discernirse de forma más plausible en laactividad económica.[54] Aunque parezca mentira, los más hábiles críticos de la actividad económica de tipo occidental, y de losparticipantes en la misma que triunfan, nunca dudan de la relación entre capacidad y realización en sus propios campos. Qué factores se hallan detrás de los determinantes del desarrollo o justifican las diferencias étnicas o geográficas en sufuncionamiento son cuestiones de las que poco se sabe y que son muy controvertidas. También resulta una conjetura saber cómosurgieron y por cuánto tiempo es posible que persistan. De lo que no hay duda es de la existencia en muchos paísessubdesarrollados de actitudes, creencias y tradiciones culturales, muy antiguas e interrelacionadas, en desacuerdo con elprogreso material y, a menudo, también de una debilidad comparativa en las capacidades personales que lo favorecen. Latradición más autoritaria de la mayor parte de África y Asia en comparación con Europa occidental probablemente ha contribuidoa la persistencia de actitudes y costumbres que dañan el progreso material. También es muy probable que, debido a laantigüedad de estos factores en desacuerdo con el progreso material, no serán eliminados o incluso sustancialmente reducidos(tomando a la comunidad en su conjunto) a lo largo de un período comparativamente corto de unos cuantos arios o décadas sinuna inmigración o emigración en gran escala. Los ejemplos de significativas actitudes, creencias y formas de comportamiento desfavorables al progreso material incluyenfalta de interés en el mismo, combinado con resignación frente a la pobreza; falta de iniciativa, de confianza en sí mismo y de unsentido de responsabilidad personal por la prosperidad económica de uno mismo y de la propia familia; una alta preferencia porel ocio junto con una flojedad que a menudo se encuentra en los climas tropicales; un prestigio relativamente mayor de la vidapasiva o contemplativa en comparación con la vida activa; el prestigio del misticismo y de la renuncia al mundo en comparacióncon la posesión y realización; aceptación de la idea de un universo preordenado, estático e inalterable; énfasis en elcumplimiento de deberes y aceptación de obligaciones, más que en la obtención de resultados, o la declaración o inclusoreconocimiento de los derechos personales; falta de prolongada curiosidad, experimentación e interés en el cambio; creencia enla eficacia de fuerzas sobrenaturales y ocultas y de su influencia en el propio destino; insistencia en la unidad del universoorgánico, y en la necesidad de vivir con la naturaleza más que conquistarla o utilizarla para las necesidades humanas, actitudque tiene como corolario la poca disposición para apropiarse de la vida animal; creencia en la reencarnación perpetua quereduce la significación del esfuerzo en el curso de la vida presente; reconocimiento de la condición de mendigo junto con unafalta de deshonor en la aceptación de caridad; oposición al trabajo de la mujer fuera de casa. Por supuesto esta lista podría ampliarse mucho. Además, las actitudes y aptitudes tratadas aquí no son fenómenossuperficiales. En amplias zonas, con enormes poblaciones, especialmente en el sur de Asía, algunas de las actitudes y creenciasdominantes más en desacuerdo con el progreso material se sienten tan profundamente y se sostienen tan firmemente que se hanconvertido en parte integral de la vida espiritual y emocional de muchos millones de personas, probablemente de centenares demillones. La eliminación forzada de estas actividades o creencias, o incluso los intentos enérgicos en este sentido,probablemente darían lugar a un colapso espiritual y emocional en gran escala.[55] Los efectos de las actitudes acerca delprogreso material a menudo se complican por los resultados de haber vivido durante siglos o milenios en un clima debilitador. EnÁfrica, las actitudes en desacuerdo con el progreso material puede que se hallen menos enraizadas que en el sur de Asia. Peroen África también hay muchas actitudes y creencias firmemente sostenidas que son enemigas del progreso material. Lasaptitudes y actitudes personales, las Condiciones culturales y las instituciones sociales y políticas difieren ampliamente entresociedades tanto dentro del mundo desarrollado y subdesarrollado como entre ellas. Como ya hemos citado, el mundosubdesarrollado no es una colectividad sustancialmente homogénea y estacionaria de sociedades y seres humanos uniformes,básicamente semejantes y diferentes de los países desarrollados únicamente por ser pobres. Existen marcadas diferencias en los

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determinantes del progreso material entre personas, grupos y sociedades por todo el mundo. Si la única diferencia relevanteentre las gentes y entre las sociedades fuese la de la renta probablemente nunca habría surgido y de hacerlo no habría persistidodurante mucho tiempo.[56] La práctica de la definición negativa,[57] es decir, el agrupar algunos países con rentas medidas de forma convencionalrelativamente altas, ha sido responsable, por lo menos en parte, del olvido de las diferencias internacionales en cuanto a lapresencia y fuerza de los determinantes del desarrollo. Varias razones políticas, en especial el deseo de reducir las diferenciasinternacionales de renta medidas convencionalmente y, en cierta medida, de estandarizar internacionalmente las condicionesmateriales por medio de una imposición progresiva a nivel internacional y posiblemente a través de la implantación de controleseconómicos supranacionales, también han favorecido la falta de atención hacia las diferencias entre grupos que no sean las delas rentas medidas de la forma convencional; y estos mismos motivos han ayudado a promover la práctica de la definiciónnegativa en este campo. La importancia de los determinantes del progreso material ha sido subestimada, o incluso ignorada, en la mayor parte de laliteratura sobre desarrollo de las dos últimas décadas. Estas influencias o se han ignorado totalmente o, en el mejor de los casos,han sido tratadas en forma paramétrica. Hay varias razones que pueden explicar este olvido comparativo. Estos determinantes nose hallan entre las variables tradicionales del análisis económico; no pueden cuantificarse sin dificultad, y no pueden sermanipuladas fácilmente por medio de la política oficial. Pero si bien estas consideraciones pueden tener su importancia en elrelativo descuido de estos determinantes del desarrollo, no afectan a su importancia.[58] El olvido de los determinantes básicos del progreso material, junto con ciertas limitaciones de método (tales como la inclusiónforzada en la discusión de objetivos políticos no reconocidos, o la falta de observación directa o de fuentes originales), ha dadolugar en la literatura actual sobre desarrollo a un énfasis en temas que tienen una importancia sustantiva muy limitada en cuantoa las perspectivas de desarrollo de los países pobres. Como ejemplos pueden citarse las frecuentes y largas discusiones acercade la mejora de las perspectivas materiales de los países subdesarrollados por la internalización de economías externas (esto es,centralizando las decisiones productivas con el fin de tener en cuenta todos los efectos desbordamiento de una decisión), oacerca de la confección de elaborados modelos de programación para la optimización de las decisiones de inversión pública.[59] Estos temas, si bien pueden ser útiles en determinados contextos, son casi del todo irrelevantes como componentes de laactividad estatal destinada a favorecer el progreso material de sociedades ligadas a actitudes en gran parte inconsistentes con unprogreso material apreciable, o que todavía se hallan muy atenazadas por lo mágico, o que quizá ni siquiera han alcanzado elnivel de una cultura tribal. La preocupación por estas cuestiones desvía la atención de los principales determinantes deldesarrollo y de la posibilidad de influir en ellos de forma favorable, aparte de resultar a menudo en propuestas políticas que dehecho los afectan adversamente. Otra razón para el olvido de los determinantes decisivos del progreso material en estas discusiones es que se hallan muyinfluidas por los modelos macroeconómicos modernos, que se refieren a problemas totalmente distintos de los del desarrolloeconómico a largo plazo. La irrelevancia de estos modelos para un análisis o explicación del progreso material resultaperfectamente clara en los supuestos de la Teoría general de Keynes, obra de la que derivan la mayoría de estos modelos. Keynes escribió: Tomamos como dados el grado de capacitación y la cantidad de trabajo existente, la calidad y cantidad del equipo existente, latécnica existente, el grado de competencia, los gustos y hábitos del consumidor, la disutilidad de diferentes intensidades detrabajo y de las actividades de supervisión y organización, así como la estructura social. Esto no significa que supongamos queestos factores son constantes; sino simplemente que en este lugar y contexto no consideramos o tenemos en cuenta los efectos yconsecuencias de cambios en los mismos[60] Por tanto, se toma deliberadamente como dados los principales determinantes del progreso material. Tales modelos sonapropiados, o pueden ser apropiados, para un análisis de las fluctuaciones a corto plazo del output agregado en sociedadestécnicamente adelantadas. Pero resultan inútiles para un examen de los determinantes a largo plazo del progreso económico ypara delimitar o enmarcar políticas para su promoción. Un manual sobre conducción de un automóvil o sobre manejo de un motorno nos dirá nada acerca del proceso de evolución de la máquina ni acerca de los principios que se hallan tras su construcción. 3. EFECTOS DEL CLIMA El atraso material se concentra fuertemente en los climas extremados y especialmente en los trópicos. Esto podría sugerir, a

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primera vista, que una residencia prolongada allí, especialmente cuando implica domicilio durante siglos o milenios, afecta deforma negativa a los determinantes del progreso material.[61] Hoy por hoy no hay una evidencia concluyente que permita asumirque un clima extremado lleva al atraso económico; sin embargo, parece que hay una relación causal. A pesar de ello, loseconomistas del desarrollo en gran parte han ignorado esta posibilidad. El hecho de que un clima extremado tenga un efecto debilitador ha sido señalado en el pasado y considerado como algoevidente. Las expresiones de esta opinión no se han visto limitadas a observadores accidentales, o aplicadas sólo a visitantesprocedentes de climas templados. Cualquier posible influencia negativa, por supuesto, no afectaría de igual manera a todos losgrupos. Ni excluiría la aparición de especialistas de primera categoría en distintos campos. Pero parece que los climasextremados afectan negativamente a la energía y vigor de la población en su conjunto y que llevan comparativamente a lapobreza. Además, aquellos grupos más interesados en las mejoras económicas, y capaces de conseguirlas, tienen másprobabilidades de dejar una sociedad pobre en busca de mejores oportunidades. Las condiciones climáticas son relativamenteduraderas, de modo que cualquier efecto negativo del clima en el progreso material de las sociedades puede tener, sobre unlargo período de tiempo, un efecto no sólo importante sino también cumulativo. En el pasado la inaccesibilidad geográfica había tenido efectos negativos sobre el progreso material de ciertas sociedades,análogos a los del clima, por el hecho de que resultan difíciles de superar para una sociedad. Sin embargo, como resultado de lasmejoras en las comunicaciones originadas en Occidente, éste es ahora un factor mucho menos importante que en el pasado. Hemos de señalar aquí un punto que se refiere a los posibles efectos duraderos de factores desfavorables para el progresomaterial. Si actitudes, costumbres e instituciones no propicias al progreso material han prevalecido durante largos períodoshistóricos, con sus correspondientes electos en el adelanto material, puede ser difícil o incluso imposible invertir sus efectos si noes después de largos períodos. Incluso si se modifican las actitudes e instituciones, las capacidades mentales y físicas y lasactitudes de considerables sectores de la población pueden haberse visto afectadas en tal medida que su actividad económica secompare desfavorablemente con la de otros grupos durante mucho tiempo. Un resultado como éste es particularmente probablesi estos grupos han vivido mucho tiempo en climas desfavorables y si permanecen en el mismo clima aun después de que hayancambiado sus actitudes e instituciones.[62] En la práctica, por supuesto, los varios determinantes del desarrollo, probablemente incluyendo el clima, operansimultáneamente, lo cual hace difícil o incluso imposible desentrañar su importancia relativa. Un ejemplo nos viene dado por laactuación de los factores que hay tras las diferencias de fortuna económica del Pakistán oriental y occidental y de los refugiadosprocedentes de estas dos áreas que ahora habitan en la India. Estas diferencias, tanto de renta como de tasas de progreso, sehan convertido en una de las principales cuestiones políticas en Pakistán. La pauta se ve confirmada por la experiencia de lascomunidades refugiadas en la India. Los refugiados de Pakistán occidental se han adaptado en conjunto con mucho más éxitoque los procedentes de Pakistán oriental. El clima de las regiones noroccidentales del subcontinente indio se considera engeneral mucho menos debilitante que el de Bengala oriental; a lo largo de los siglos ha habido muchos más matrimonios congrupos étnicos de fuera del subcontinente; y esta región experimentó una mayor variedad y volumen de contactos exteriores queBengala oriental. La importancia relativa de estas influencias, distintas e interrelacionadas, y tal vez también de otras,probablemente resulta imposible de determinar. La prosperidad diferencial de las dos regiones y también de los refugiadosprocedentes de Pakistán occidental y oriental se ajusta en cierto grado, a lo que podría haberse esperado de acuerdo con laexperiencia pasada. Los punjabís durante siglos han tenido más éxito como agricultores y artesanos que los bengalíes. Sinembargo, la valoración de las razones que hay detrás de las diferencias de actividad económica entre grupos tiene quedescansar ampliamente en elementos de juicio intuitivos. 5. PLANIFICACIÓN Y PROGRESO Como hemos mostrado, la noción de que la planificación global es indispensable para el progreso material resulta totalmenteinfundada. Esto, sin embargo, deja abierta la cuestión de si es más probable que lo favorezca o que lo retrase. Se puededemostrar que es mucho más probable que impida el progreso económico que que lo fomente. Esto resulta particularmente ciertocuando se interpreta el progreso material como una mejora de los niveles generales de vida. El desarrollo económico exige la modernización de la mente. Requiere la revisión de las actitudes, formas de comportamiento einstituciones contrarias al progreso material. Las actitudes, costumbres e instituciones de gran parte del mundo subdesarrolladodifieren radicalmente de las que han estimulado el progreso material en el Occidente del último milenio, especialmente aquellasque han prevalecido en recientes centurias. Las costumbres e instituciones de las sociedades subdesarrolladas a menudo se

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hallan más próximas a las que se dieron en fases mucho más primitivas del desarrollo en Occidente. La planificación global no fomenta cambios favorables de estas actitudes y costumbres. Refuerza la tradición autoritaria demuchas sociedades subdesarrolladas que impide el desarrollo de facultades y motivaciones acordes con el adelanto material. Laplanificación central refuerza el sometimiento del individuo a la autoridad por la continuación y ampliación del control estatal entodas las capas. Una evolución así desalienta la confianza en sí mismo, la provisión personal para el futuro, la curiosidadsostenida y una actitud experimental. La planificación global significa estrictos controles económicos. Tales controles restringen los movimientos de recursos enaquellas direcciones en donde serían más productivos. Impiden la creación de nuevas empresas y la expansión de losproductores eficientes. Este es un resultado corriente de tales medidas. Otros resultados e implicaciones de tales controlesresultan probablemente más importantes en el contexto del desarrollo económico. Las restricciones en la movilidad geográficadel empleo impiden el establecimiento de nuevos contactos, el espíritu de experimentación y las oportunidades de crear nuevasempresas. La movilidad y experimentación favorecen el adelanto material en formas familiares que incluyen la erosión deactitudes y costumbres contrarias al progreso material. Estos controles necesariamente se extienden a las relaciones económicas exteriores. Por supuesto que el control del comercioexterior generalmente es un punto central de la planificación global. Las relaciones económicas exteriores, esto es, lasmigraciones, el comercio y los movimientos de capital no sólo sirven como canales y vehículos del movimiento de recursoshumanos, incluyendo técnicas, bienes físicos y transacciones financieras, sino también de nuevas ideas y actitudes, cosechas,métodos de producción y necesidades. A lo largo de la historia económica y en el actual mundo subdesarrollado estos contactosa menudo han servido para fomentar el cambio económico y por supuesto para generar una nueva actitud hacia el progresomaterial. Muy a menudo estos contactos han sido para la población la primera sugerencia de la idea y posibilidad de un cambioen el esquema existente, incluyendo la idea de mejora económica. Los contactos económicos exteriores hacen posibles talescambios mediante una adaptación voluntaria a las nuevas oportunidades, esto es, sin las privaciones y costes de la coacción. Portanto en los países pobres la restricción forzosa de los contactos exteriores es a menudo extremadamente perjudicial para elprogreso material. El uso de la coacción para fomentar el progreso material sin duda es a menudo contraproducente. Aun cuando fuese efectiva,el derecho a utilizarla para el pretendido beneficio material de aquellos en quienes se ejercita es, en el mejor de los casos, muydudoso. 6. ALGUNOS COMPONENTES DE LA PLANIFICACIÓN Y SUS IMPLICACIONES Las razones para sugerir que los controles económicos estrictos dificultan el progreso material se ven reforzadas por elcarácter y método de actuación de los principales tipos de control bajo planificación global. Los controles más importantesincluyen el confinamiento de las principales ramas de la industria y el comercio a la condición de monopolios del estado; unamplio régimen de licencias en la actividad comercial e industrial, incluyendo importaciones, exportaciones y cambios exteriores;creación de muchas empresas propiedad del estado y dirigidas por el mismo, incluyendo empresas llamadas cooperativassubvencionadas y dirigidas por el estado. Algunas de estas medidas, especialmente los monopolios estatales de exportación deproductos agrícolas, presentes en todas partes, y el extendido régimen de licencias comerciales e industriales, permiten a losgobiernos un control estrecho y directo sobre los medios de vida de la población. Restringen mucho el campo de elección de lagente, incluyendo su capacidad para elegir empleados y también las oportunidades de creación de nuevas empresas. Fomentaneconomías en que las oportunidades de la gente como productores, consumidores, trabajadores y comerciantes dependen engran medida del gobierno. Estas políticas también sirven como fuente poderosa de financiación y patronazgo para los dirigentes. Además, las decisiones bajo planificación central, incluyendo la imposición de controles, tienen que estandarizarse a escalanacional o regional, y por tanto no pueden adaptarse a lo local; ello sin referirnos a las diferencias personales en las condicionesde oferta, incluyendo el acceso a recursos complementarios y a las necesidades del consumidor. El no tener en cuenta estasdiferencias, que a menudo son amplias, disminuye la efectividad en la asignación de recursos. La planificación global implica, además, que gran parte de la producción no está relacionada con la demanda del consumidor ypor tanto con los niveles de vida. De ahí que, aun en el caso de que la política fuese de incremento de la producción total enrelación con lo que hubiera sido en otro caso, lo cual es improbable, este incremento no estaría relacionado con los niveles devida, cuya mejora es el objetivo ostensible de la política. Este divorcio entre producción y niveles de vida es probable que en símismo retrase el alza tanto de la producción como de los niveles de vida; porque la perspectiva de un nivel de consumo más alto

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variado generalmente es un incentivo importante para una mayor actividad económica a través de un esfuerzo, ahorro e iniciativaadicionales. Esto resulta especialmente cierto en países pobres. Los controles impuestos bajo planificación global, generalmente no tienen nada que ver con la subida de los niveles de vidapopulares. En realidad, generalmente los rebajan. Se hacen apologías de la mejora de los niveles de vida. Pero este objetivoraramente se utiliza como prueba de las políticas oficiales. Las pruebas corrientes son el volumen de expansión de determinadossectores y actividades o el gasto de inversión o el gasto público. Los amplios controles y la fuerte imposición establecida bajo laplanificación global no sólo no están relacionados con la subida de los niveles de vida, sino que generalmente son contrarios aeste ostensible objetivo de la política. De hecho se da una situación en la que es la gente la que está sirviendo a la economía envez de ser la economía quien sirva a la gente. 7. ALGUNAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS La planificación global sirve para provocar y exacerbar la tensión política, al menos hasta que se suprime toda oposiciónpolítica. Cuando el control estatal sobre la vida social y económica es extenso y estricto, alcanzar y ejercitar el poder político seconvierte en algo importantísimo. Tal situación crea una ansiedad y preocupación generalizadas acerca de los procedimientos yresultados de la vida política, especialmente entre los elementos activos de la población. Aumenta la agudeza de la lucha por elpoder político y se intensifican las batallas por el mismo. Acontecimientos así hacen crecer la tensión política, especialmente ensociedades que engloban a grupos étnicos, religiosos o lingüísticos distintos. Además, cuando el control estatal sobre la vidaeconómica es amplio, la población con toda certeza tiene una inclinación especial a culpar al gobierno de todos los motivos dequeja, sean auténticos o ficticios, incluyendo los efectos negativos del cambio económico; y prácticamente todos los cambiosafectan negativamente a algunos grupos. Esta asignación de responsabilidades y de culpas puede que esté o no justificada encasos concretos. Pero se le presta plausibilidad superficial, tanto por el amplio control estatal de la vida económica como por losargumentos presentados en favor de la acción estatal por sus partidarios. Tal situación exacerba claramente la tensión política.Finalmente, cuando la acción política resulta importantísima, las energías y recursos de los hombres capaces y ambiciosos sedesvían de la actividad económica a la vida política. Y la dirección en que se emplean las actividades de la gente capaz, enérgicay ambiciosa, resulta de gran influencia en el nivel y progreso de los logros económicos de una sociedad. Estos importantescorolarios de la planificación central global y sus implicaciones para el progreso material son ignorados generalmente en lasdiscusiones sobre este tema.[63] Los controles económicos amplios también refuerzan ciertas formas de conducta corrientes en los países subdesarrollados queimpiden el progreso material, a saber, el trato preferente de parientes en la asignación de licencias y de puestos públicos deresponsabilidad. La politización de la vida económica también incrementa la gama de actividades en las que la asignación depuestos y de licencias se determina por la necesidad de equilibrar o de satisfacer los deseos de los diferentes grupos ycomunidades. En la práctica esto lleva a unos sistemas de cuotas, formales o informales, con una base comunitaria, superpuestosa las cuotas implícitas en las licencias de importación, cambio exterior y de otros bienes y servicios controlados. Las distintas consecuencias e implicaciones de la planificación central señaladas en las secciones 5 a 7 de la parte A de estecapítulo son algunos de los aspectos accidentales, pero significativos, de la amplia discrepancia entre la formulación teórica deuna política y su implementación en el mundo real. Ésta se ve sujeta a los procedimientos políticos y administrativos de lasociedad y por tanto difiere marcadamente del mundo simplificado e idealizado de las formulaciones modelos teóricos que aveces se invocan en apoyo de la planificación central, [64] como no es probable que la vida real llegue a parecerse a laformulación que de los métodos de planificación se hace en los textos, parecería apropiado que en este caso la formulación delos mismos intentase aproximarse a la situación de la vida real. 8. CONSIDERACIÓN DE DOS OBJECIONES Voy a señalar dos objeciones que se elevan algunas veces contra la argumentación general de las secciones precedentes. La primera objeción es que el control estatal de la vida económica en los países subdesarrollados con ambiciosos planes dedesarrollo de hecho es modesto, tal como se aprecia por el tamaño relativamente pequeño del sector público cuando éste seexpresa como proporción de la renta nacional. Sin embargo, tradicionalmente gran parte de la actividad económica de estospaíses lo constituye la agricultura en pequeña escala. Como porcentaje de la economía de intercambio el sector público esmucho más amplio de lo que sugieren las estadísticas convencionales. Y es el tamaño del sector público en relación con laeconomía de intercambio y no en relación con la renta nacional total, lo significativo para el control estatal de la economía.

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Además, el tamaño del sector público no indica de por sí la medida del control estatal de la economía. El gasto del estadopuede ser comparativamente pequeño y a pesar de ello tener el gobierno un estrecho control de la economía, si hay muchosmonopolios comerciales del estado o si hay un régimen generalizado de licencias en la actividad económica. Por contra, auncuando el gasto del estado en proporción a la renta nacional sea importante, el, no implica necesariamente un estrecho control dela economía si el gasto se refiere a la realización de las funciones tradicionales y normales del estado. Por tanto, al valorar lasimplicaciones del control estatal de la vida económica, es de gran importancia el carácter y la rigidez del control. En segundo lugar, a menudo se sostiene que muchos de los ampliamente difundidos planes de desarrollo de los paísessubdesarrollados de hecho, o bien son ficticios, o ineficaces, o no van más allá de una previsión presupuestaria o de políticafiscal. Puede que esto sea cierto a menudo, pero la opinión dominante de que la planificación central global es necesaria oindispensable sirve como justificación ostensible para la imposición y mantenimiento de controles económicos generalizados yestrictos. Tales controles pueden establecerse por partes para conseguir objetivos determinados, a saber, para apaciguardeterminados intereses, más que como partes de un llamado plan global de desarrollo. Incluso los planes ficticios son útiles comojustificación espuria de la imposición de controles. Por tanto, estas objeciones que a menudo se oyen carecen de fundamento. Además, las mismas no afectan a la validez delanálisis de las implicaciones de la planificación global. Sólo sugieren que el ámbito de la política puede ser modesto o que lamisma no se ha puesto en práctica. 9. PLANIFICACIÓN Y NIVELES DE VIDA La extensión del control estatal a la vida de la gente constituye la esencia de la planificación global. La concentración delpoder y la creación de situaciones de poder son sus necesarias consecuencias. Un aumento prospectivo de las rentas y nivelesde vida resulta muy improbable y se basa únicamente en una afirmación no sustanciada. La adopción de la planificación global en ninguna parte ha beneficiado los niveles de vida generales en comparación conpolíticas distintas. En las economías de tipo soviético es donde la planificación global es la esencia de la política económica.Después de décadas de actuación los niveles de vida generales permanecen extremadamente bajos; casi con toda seguridad,son mucho más bajos de lo que hubieran sido en sistemas económicos diferentes. El contraste en el desarrollo de los niveles devida entre Alemania oriental y occidental hace que este punto sea aún más revelador, puesto que las poblaciones de las dosAlemanias son étnicamente idénticas. Por otra parte, la naturaleza y textura de las sociedades comunistas refleja el carácteromnipresente de la planificación global sostenida. Son estos países los que tienen estrictos controles fronterizos para evitar quela gente se marche, lo cual sugiere claramente la general insatisfacción con las condiciones materiales y no materiales de estassociedades. Ya hemos citado al profesor Myrdal, uno de los más ardientes e influyentes partidarios de la necesidad de la planificacióncentral, en el sentido de que una tal política implica la máxima austeridad. Y esta sugerencia ha sido ampliamente Corroboradapor la experiencia de la gente en sociedades centralmente planificadas. Las políticas de austeridad en estos países a menudo sehan presentado como una necesidad temporal de cara a la prosperidad futura. Los acontecimientos posteriores han desmentidoestas promesas. Tampoco sorprende este resultado. Una austeridad forzada actual de ninguna manera asegura la abundanciafutura y, en general, ni siquiera la fomenta. De hecho, las políticas de austeridad presente tienden a perpetuarla, en una serie deformas distintas: reduciendo la oferta de bienes incentivos; separando la producción de la demanda del consumidor; politizandola vida económica; provocando tensiones políticas; y también en distintas otras formas. Souvent le provisoire dure longtemps. Cualquier gobierno que controle estrechamente la economía puede expansionar rápidamente determinados sectores yactividades de ella sacando recursos de la población o transfiriéndolos de otros sectores. Tales gobiernos pueden por tantodesarrollar o ampliar determinadas industrias y sectores de la economía y pueden erigir impresionantes monumentos o crearabundantes máquinas militares. Pero tales logros no tienen nada que ver con el progreso de los niveles de vida generales. El desarrollo económico se interpreta apropiadamente y normalmente se entiende como un incremento de la producción totalde bienes y servicios deseados por la población, lo cual implica un alza de los niveles de vida generales, incluyendo laesperanza de vida. Su presencia no puede inferirse a partir de un incremento de un determinado sector hacia el que se hancanalizado recursos procedentes del resto de la economía. Una vez entendido esto, las posibilidades de acción estatal en elfomento del desarrollo parecen mucho más limitadas de lo que se sugiere generalmente en las discusiones actuales, en las quelas opiniones acerca de las posibilidades demasiado a menudo se basan, bien en afirmaciones sin fundamento, o referidas alcrecimiento de determinados sectores de una economía, en especial de ciertos tipos de bienes de capital, sin referencia a los

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niveles de vida generales. 10. GOBIERNO Y PROGRESO MATERIAL Este tratamiento crítico de la planificación como supuestamente indispensable para el desarrollo, una vez más, no encubre unalegato en favor del laissez­faire. La preocupación por la planificación central paradójicamente ha contribuido a un seriodescuido, en muchos países subdesarrollados, de funciones estatales esenciales. Estas funciones incluyen el llevar con éxito losasuntos exteriores; el mantenimiento de la ley y el orden; una gestión eficaz del sistema monetario y fiscal; la promoción de unaadecuada estructura institucional para las actividades de los individuos; la provisión de servicios elementales de sanidad yeducación y de comunicaciones básicas; y también trabajo de extensión agraria. Éstas son funciones importantes o inclusoesenciales que corresponden al estado. Y ello por dos razones: en primer lugar, porque parte de la estructura institucional en laque funciona el sector privado no surge por la actuación de las fuerzas del mercado y por tanto tiene que establecerse por ley; ensegundo lugar, porque algunas de estas actividades ocasionan servicios que no pueden comprarse y venderse en el mercadoaun cuando pueda haber una demanda de los mismos. La conservación y estímulo de los contactos económicos exterioresresulta de especial importancia en las condiciones de los países subdesarrollados. Para que puedan llegar a ser eficaces para elprogreso material, estos contactos tienen que estar ampliamente diseminados entre los habitantes del país. Mediante la ejecución de estas tareas los gobiernos pueden desarrollar mejor la estructura que permita a la gente mejorar susniveles de vida, si esto es lo que quieren. Por supuesto que la gente sólo consigue lograr este objetivo si está preparada paradesarrollar la conducta y costumbres requeridas. Puede suceder muy bien que sectores significativos de la población no esténpreparados para cambiar sus formas establecidas. A menudo resulta difícil predecir hasta qué punto la gente está dispuesta endeterminadas circunstancias a modificar actitudes y formas de conducta contrarias al progreso material. Es probable que enmuchos países subdesarrollados un número significativo de personas reaccionara ante un acrecimiento de oportunidades,especialmente ante las ofrecidas por una ampliación de mercados y por la aparición de contactos .exteriores. Estos cambiospodrían ser cumulativos, pero para los fines de nuestro tratamiento no es necesario especular acerca de ellos; lo evidente es queno requieren una planificación global y, sin duda, los principales componentes de esta política los impiden.[65] Esta lista de tareas agota en gran parte las posibilidades de acción del estado en la promoción de los niveles de vidagenerales. Estas tareas son extensas y complejas. Y su realización adecuada emplearía al máximo los recursos humanos,financieros y administrativos de todos los estados de países pobres. Sin embargo, los gobiernos frecuentemente descuidanincluso las más elementales de estas funciones, mientras intentan un estrecho control de las economías de sus países o incluso,ocasionalmente, proyectan la transformación forzada de las sociedades. Parecen ansiosos por planificar y no son capaces degobernar. La realización de las funciones esenciales del estado es onerosa. Por supuesto, como acabo de señalar, incluso suadecuada realización emplearía a fondo los recursos de los estados de los países pobres. Pero estas funciones normalmente noimplican un estrecho control de las vidas y actividades de la gente. Ésta puede ser una razón del porqué los partidarios de laplanificación global a menudo no se inmutan cuando gobiernos ocupados en ella descuidan estas funciones elementales. Losplanificadores parecen más interesados en controlar la vida de la gente que en liberar sus mentes o en aumentar sus recursos. 11. ATRACTIVO DE LA PLANIFICACIÓN La planificación global, por tanto, no ha servido para elevar los niveles generales de vida en ningún sitio. No existe ningunarazón analítica o evidencia empírica para esperar que lo haga. Y, en efecto, tanto el razonamiento analítico como la evidenciaempírica apuntan hacia la conclusión contraria. Pero el fracaso de la planificación global en la elevación de los niveles de vida generales no ha afectado a su atractivo para lospolíticos, administradores e intelectuales, esto es, para detentores actuales o potenciales del poder. Resulta interesante especularacerca de las razones de esto, algunas de las cuales son más conocidas que otras. Por ejemplo, al menos para los intelectuales,la planificación parece que implica un control intencionado, racional y científico de la vida económica, en contraposición con losmétodos supuestamente irracionales, ciegos y fortuitos que prevalecen en su ausencia. Además, una política así llevará a lacreación de situaciones de poder tanto para los políticos como para los intelectuales, situaciones a las que éstos no podríanaspirar en una sociedad menos centralizada. Otro factor, algo menos general, pero no sin importancia, consiste en que —almenos en las etapas iniciales de la planificación— importantes elementos de la política a menudo benefician a determinadasempresas protegiéndolas de la competición o incluso dando lugar a beneficios inesperados; estos intereses de los negociostambién pueden suponer un elemento activo e influyente en la sociedad. Hemos de considerar otro punto en este contexto. Cuando una política de largo alcance tal como la planificación global se

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demuestra muy costosa a largo plazo, sus partidarios tienen dificultad en poner en duda los principios básicos a partir de loscuales se han exigido los sacrificios; sin duda, cuanto mayor él coste y más duros los sacrificios, más rotunda se vuelve laresistencia a afrontar la necesidad de un reexamen radical de los principios. Los partidarios más efectivos y articulados de laplanificación global, cuya defensa se deriva de motivos políticos y emocionales, no contrastarán sus resultados con la evidenciaempírica. Insistirán en sus beneficiosos resultados, incluso frente a la más obvia evidencia en contra, actitud que por supuesto esun corolario del supuesto axiomático de que la política tiene que ser eficaz. La planificación central global generalmente se trata como un instrumento para el desarrollo. Parece que algunos de suspartidarios ruidosos e influyentes tienen otros objetivos en la mente. En particular, están más interesados en la creación desociedades altamente centralizadas, —resultado inevitable de la planificación central—, que en la elevación de los niveles devida generales, objetivo aparente, aunque no puesto en práctica, de esa política. A menudo parece paradójica la defensa yadopción de políticas calculadas para impedir el alza del nivel de renta y de los niveles de vida. La paradoja se resuelvereconociendo la prioridad de fines que requieren políticas no relacionadas con la finalidad aparente del desarrollo económico yque generalmente chocan con esta finalidad. Podría parecer que muchos partidarios de la planificación global contemplan laimplantación de sociedades estrechamente controladas más que el alza de los niveles de vida como objetivo de la política. Más inesperada e incomprensible que el atractivo por la planificación central de los intelectuales, políticos y administradores,resulta la aceptación por gran número de personas, tanto en los países desarrollados como en los subdesarrollados, de políticasencaminadas a dar lugar a un amplio control del estado sobre la vida social y económica, a restringir las alternativas que se lesofrecen como consumidores, trabajadores y comerciantes, y, en la mayoría de los casos, a incrementar la imposición y por tanto,reducir sus rentas disponibles, e incluso, a veces imponer una austeridad extremada. Una razón que se nos sugiere es que lagente no tiene una verdadera capacidad de elección en estas cuestiones, que generalmente acepta o que no tiene otraalternativa que aceptar las políticas de los miembros más expresivos y efectivos de la sociedad. A pesar de ello cabe todavía quesorprenda el que la oposición a estas políticas a veces no sea muy fuerte. Una razón puede residir en ciertos acontecimientossociales y técnicos de décadas recientes, en especial el excesivamente rápido ritmo de cambio, el crecimiento de laespecialización y el enorme incremento en el número de mensajes y noticias que llegan a la gente, a menudo sobre temas queestán fuera de su experiencia inmediata y de su directo interés. Muchos de estos acontecimientos han dado lugar a marcadasdiscontinuidades en la vida de la gente, a una contracción en el alcance y la profundidad de la experiencia compartida por laspersonas y a una decadencia de las creencias y actitudes tradicionales. Estos cambios han erosionado la cohesión social ysocavado los sentimientos de comunidad, así como de continuidad, de la gente. El consiguiente aislamiento del individuo que seha derivado de todos estos factores, pero especialmente de la erosión de la cohesión social, a menudo ha producido unsentimiento de impotencia y por tanto de aceptación pasiva de las políticas de los grupos poderosos y articulados del país. Sin embargo, podría parecer, al menos inicialmente, que la aceptación de estas políticas no es meramente pasiva, que estaaceptación contiene un elemento de aprobación. Acabamos de señalar que los cambios sociales y técnicos de las últimasdécadas han socavado los sentimientos individuales de continuidad y de comunidad. Sin embargo, mucha gente, quizá lamayoría de la gente, necesita de este sentido de continuidad y de comunidad para una vida satisfactoria cumplida, y en suausencia experimenta vacío, soledad, desconcierto y desorientación. Este elemento de aprobación puede explicarseparcialmente por la creencia de que estos valores perdidos pueden recobrarse en una estructura autoritaria de un sistema políticode planificación central. El hecho de que esta creencia sea equivocada no afecta a su atractivo, un atractivo que resultaparticularmente fuerte cuando el impacto del cambio en una sociedad ha sido repentino y violento y cuando la desintegración delas creencias, actitudes y valores tradicionales ha sido rápida. Esta última consideración también explica, al menos en parte, el especial atractivo de los intelectuales de los paísessubdesarrollados hacia la planificación global. Aparte del atractivo por razones de influencia y poder político, que ya hemosseñalado, los intelectuales también sienten esta pérdida de continuidad y de comunidad, quizá de forma más pronunciada que elresto de sus compatriotas, si bien posiblemente en forma subconsciente. Ellos también pueden creer que la planificación globalpuede servir como sustitutivo de valores perdidos.[66] Las razones sugeridas para inclinarse hacia una planificación central ni son definitivas ni exhaustivas. Pero pueden ayudar aexplicar los atractivos de una política que ha sido un fracaso total en términos de sus pretendidos objetivos. B. AYUDA EXTERIOR[67] El segundo axioma político importante de la literatura actual sobre desarrollo es que la ayuda exterior es indispensable para el

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desarrollo de los países pobres. Esta creencia proporciona el principal argumento en defensa de la ayuda exterior. A veces seaducen otras varias razones, de las que quizá las más importantes son: que la ayuda exterior es una ampliación natural de laimposición progresiva; que es un instrumento para paliar necesidades; y que constituye una forma de satisfacer la obligaciónmoral de ayudar al pobre. Argumentaré aquí que la ayuda exterior clarísimamente no es indispensable para el progresoeconómico y que sin duda hay muchas probabilidades de que lo dificulte y que las demás razones aducidas también resultanerróneas. Sin embargo, antes de volver a la argumentación central me gustaría señalar una anomalía significativa en las presentesdiscusiones sobre ayuda exterior. En estas discusiones la carga de la prueba se ha impuesto a los críticos de la ayuda en vez dea sus partidarios. Sin embargo, lo apropiado es que recaiga en aquellos que abogan por una transferencia obligatoria del dinerode los contribuyentes a gobiernos extranjeros, más que en los críticos de tal política. Esta apreciación acerca de la asignación dela carga de la prueba hace referencia tanto a la defensa de la ayuda en su conjunto como a la valoración de argumentacionesespecíficas. En las discusiones académicas y populares no se exponen con detalle ni la razón general ni las específicas en favorde la ayuda. El procedimiento corriente es el dar por sentada la defensa de la ayuda o bien razonarla sólo en los términos másgenerales. 1. ARGUMENTACIÓN AXIOMÁTICA EN FAVOR DE LA AYUDA Una formulación concisa y conveniente de la defensa axiomática de la ayuda exterior nos viene dada por un párrafo de unacarta del profesor Wolfgang Friedmann. de la Universidad de Columbia, aparecida en el New York Times: [68] Constituye la opinión unánime de todos los expertos en ayuda exterior el que la cuantía total de ayuda para el desarrolloresulta enormemente inadecuada 'aun para las mínimas necesidades de los países en desarrollo. Por tanto, de acuerdo con el profesor Friedmann, aquellos que ponen en duda la necesidad de la ayuda no pueden serexpertos. Esta afirmación no es más cierta que los alegatos del profesor Myrdal señalados en la parte A de este capítulo en elsentido de que todos los expertos en desarrollo insisten en la planificación global. Existen muchos economistas, incluyendoalgunos que ostentan prominentes puestos académicos, que no aceptan la ideología imperante acerca de la ayuda exterior y queponen en duda que la ayuda sea un instrumento eficaz, y mucho menos indispensable, para el progreso de los países pobres. La ayuda exterior es un sistema de donaciones. Este hecho se esconde, sin alterarlo por ello, a base de llamar a losperceptores socios en la tarea del desarrollo. Sin duda esta última frase patrocina a los perceptores sugiriendo que ellos noentienden las simples realidades o que son menores cuyas ilusiones hay que preservar y cuyas susceptibilidades hay queahorrarse. La frase también prejuzga los efectos de la ayuda, implicando que necesariamente fomenta el desarrollo. Como sistema de donaciones, la ayuda exterior se relaciona más con las limosnas que con los subsidios. Una limosnageneralmente resulta simple caridad; un subsidio normalmente está ligado a producción o actividad medibles. Por tanto, si bien eltérmino ayuda exterior ahora se usa de una forma tan extendida que sería pedante renunciar al mismo, tanto donaciones comolimosnas serían preferibles por razones de lógica como descripción de estas transferencias, puesto que estas palabras noprejuzgan los efectos de la ayuda. El argumento de que la ayuda exterior es indispensable para el progreso del mundo subdesarrollado significa que sin unsistema de limosnas, los países pobres tienen que estancarse. Según los partidarios de la ayuda exterior, estas limosnas sonindispensables porque la pobreza de los países subdesarrollados impide la formación de capital necesario para el logro derentas más elevadas. Se supone que esta situación es una muestra de la actuación del llamado círculo vicioso de la pobreza. Sinembargo, esta defensa no es más que una afirmación sin fundamento. La ayuda exterior está claro que no es, en general,condición necesaria ni suficiente para dejar atrás la pobreza.[69] Tal como hemos visto en el primer trabajo, la ayuda exterior no es necesaria para el desarrollo económico, como resulta obvio,por ejemplo, por el mero hecho de la existencia de países desarrollados. Todos ellos empezaron como subdesarrollados yprogresaron sin ayuda exterior. Es más, muchos países subdesarrollados han progresado muy rápidamente a lo largo de la últimamitad o casi de este siglo sin ayuda exterior, consideración ésta particularmente significativa en este contexto. Hay muchos paísesasí en el Lejano Oriente y sureste de Asia, este y oeste de África y en América del Sur. Tampoco la ayuda exterior es condición suficiente. Por ejemplo, no puede fomentar el desarrollo si la población en su conjuntono está interesada en el adelanto material, o si está fuertemente apegada a valores y costumbres incompatibles con el progresomaterial. Un ejemplo instructivo nos lo suministran los resultados de la ayuda (interior) americana en gran escala a la población

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de los indios navajos, amplio grupo con su propio territorio y gobierno. El gobierno de los Estados Unidos a lo largo de décadasha gastado ingentes sumas de dinero en intentos de mejorar la situación material de este grupo, sin resultados apreciables. En efecto, los Partidarios de la ayuda como supuesto instrumento indispensable para el desarrollo de los países pobres seenfrentan con un dilema inevitable, aunque poco admitido. Si están presentes todas las condiciones para el desarrollo menos elcapital, éste en seguida se formará a nivel local, o el gobierno y las empresas privadas podrán disponer del mismo en términoscomerciales, procedente del extranjero, financiándolo mediante unos mayores ingresos fiscales o a partir de los beneficios de lasempresas.[70] Sin embargo, si las condiciones para el desarrollo no existen, entonces la ayuda —que en estas circunstanciasserá la única fuente de capital exterior— necesariamente será improductiva y por tanto ineficaz. En consecuencia, si losdeterminantes del desarrollo están presentes, el progreso material se dará incluso sin ayuda exterior. Si los mismos no existen,éste no se dará ni siquiera con ayuda. Es cierto que un país que recibe ayuda se beneficia en el sentido de que obtiene capitalbarato o gratuito (si bien, tal como veremos, no pueden darse por sentados sus beneficiosos efectos), pero esto en ningún modohace de la ayuda exterior algo indispensable para el desarrollo. Sólo hay un posible aunque bastante improbable conjunto de circunstancias en las que la ayuda exterior puede ser eficaz ytambién parecer necesaria: ello sucede cuando existen las condiciones necesarias para el desarrollo, pero, debido a razonespolíticas exteriores, ni el estado ni las empresas privadas pueden obtener préstamos del extranjero, y cuando por estas mismasrazones la iniciativa y la inversión locales están frenadas. En estas circunstancias muy excepcionales, la ayuda exterior por partede un país políticamente poderoso puede al mismo tiempo aportar el capital necesario y devolver la confianza. Pero en estascondiciones la ayuda sólo devolverá la confianza en la medida en que se interprete como garantía de la seguridad política; lapresencia militar en el país perceptor suministrada por el país donante, devolvería la confianza quizá de forma más efectiva aunsin ayuda. 2. AYUDA EXTERIOR Y PROGRESO MATERIAL La ayuda exterior, por tanto, indiscutiblemente y en general, no es necesaria ni suficiente para salir de la pobreza. Que vaya afomentar o retardar el progreso material no puede mostrarse en forma concluyente. Se pueden presentar series temporales delflujo de ayuda y del cambio de otras variables determinadas, como la renta nacional o la renta per capita; pero no puedeaveriguarse con seguridad lo que hubiera ocurrido sin ayuda. Esta dificultad surge en parte debido al problema corriente depercibir la relación causal, funcional, entre variables específicas cuando una situación o proceso se ven afectadossimultáneamente por numerosas influencias pasadas y presentes que operan con varios retardos temporales. Y las dificultadesson particularmente serias cuando examinamos la marcha de una economía en su conjunto y tratamos de relacionarla con elfuncionamiento de una determinada variable, en este caso la entrada de ayuda exterior. La marcha y el progreso económicos desociedades enteras son aspectos de su desarrollo histórico general, que depende literalmente de incontables factores pasados ypresentes, muchos de los cuales se hallan fuera del campo del análisis económico. Las dificultades se complican aún más debidoa importantes problemas conceptuales y prácticos en la interpretación y medición del progreso económico, en especial, lasdiferentes y a menudo cambiantes interpretaciones del adelanto económico frecuentes en discusiones sobre desarrollo; ytambién debido a los enormes márgenes de error y sesgos en la estimaciones y comparaciones de renta y niveles de vida en lospaíses subdesarrollados. Éstas son algunas entre las razones de por qué es difícil establecer de forma concluyente los efectos dela ayuda en el desarrollo. Cuando queremos averiguar cuáles fueron los efectos de la ayuda en la marcha de ­determinadas economías en el pasado, ocuáles serán en su funcionamiento futuro, resulto necesario actuar con referencia a ciertas consideraciones generalescomplementadas con casos concretos de evidencia empírica. Pero es preciso repetir que las dificultades de establecer de formaconcluyente los efectos de la ayuda en la tasa de progreso de los perceptores se refieren únicamente al problema de averiguar sila ayuda lo ha acelerado o retrasado. Las mismas no afectan a la crítica de la idea de que es indispensable para el progresomaterial. La ayuda exterior incrementa los recursos de los estados y países perceptores, esto es, hace posible un consumo e inversiónadicionales. Pero de aquí no se sigue que la ayuda incremente la tasa de desarrollo. El resultado depende del gasto de losfondos y también de las repercusiones del flujo de ayuda en los determinantes básicos del progreso material, en particular,actitudes políticas e instituciones. Algunos de estos efectos y repercusiones son negativos y fácilmente pueden tener más pesoque cualquier resultado favorable del influjo de recursos. Empecemos con una consideración que entra dentro de la esfera del tratamiento económico estándar. La productividad

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económica positiva de una partida de gasto no puede darse por supuesta. Este punto adquiere particular relevancia cuando losfondos son gastados por personas que ni soportan el coste ni disfrutan del rendimiento económico. En estas condiciones, resultaclaramente posible una productividad negativa, especialmente cuando los fondos son donaciones exteriores. No es nada insólito que los proyectos absorban factores nacionales de mayor valor que el producto neto, especialmentecuando se tiene en cuenta el coste de administración de los proyectos y la obligación explícita o implícita de mantener y reponerlos activos fijos donados originariamente. Se han señalado en muchos países pobres amplias pérdidas en actividades yproyectos financiados con ayuda. En efecto, las mismas han sido un tema repetido en los informes oficiales en India y Ceilán. Sibien resulta difícil estimar exactamente en cada caso qué costes se han tenido en cuenta en estos documentos, las pérdidas hansido tan enormes que se puede decir con seguridad que el país se habría encontrado mejor sin el proyecto.[71] Sin embargo, al valorar los efectos de la ayuda sobre el progreso material hay que considerar unas repercusiones que van másallá de la productividad directa del gasto y que generalmente son más importantes. Como hemos argumentado en la parte A deeste capítulo, los determinantes fundamentales del progreso material son las aptitudes económicas de la gente, sus institucionessociales y arreglos políticos y en mucho menor grado los recursos naturales y las oportunidades de mercados exteriores. Laayuda exterior no puede afectar favorablemente a estos factores subyacentes del desarrollo en medida apreciable. Si un país, omás bien una población, no puede desarrollarse fácilmente sin donaciones exteriores, es improbable que se desarrolle con lasmismas. Un bajo nivel de realización material es un síntoma, un efecto, de la ausencia o de la debilidad de las fuerzas que haytras el progreso material; la ayuda exterior se centra en síntomas y efectos y desvía la atención de los determinantes deldesarrollo. Por tanto, incluso cuando la ayuda mejora las condiciones económicas presentes en los países perceptores nonecesariamente fomenta su desarrollo a largo plazo. La defensa de la ayuda y el flujo de la misma tienden de por sí a crear repercusiones adversas al progreso material. Sin duda,tal como ha funcionado la ayuda desde la segunda guerra mundial, éstas probablemente han tenido un mayor peso que losefectos favorables. Ahora vamos a considerar algunos de estos efectos adversos, que son frecuentes y quizás, en general,concomitantes con la ayuda. En apartados posteriores consideramos otras repercusiones más específicas ocasionadas por loscriterios de asignación de la ayuda desde la segunda guerra mundial. La distinción entre estas categorías es hasta cierto puntoarbitrario; sin embargo, esto no afecta al argumento sustancial y sólo tiene que ver con el orden de exposición. En primer lugar, los partidarios de la ayuda alientan la creencia infundada de que los prerrequisitos fundamentales deldesarrollo pueden obtenerse gratuitamente, e ignoran o esconden el hecho de que las mismas poblaciones de los paísesdesarrollados han tenido que desarrollar las facultades, actitudes e instituciones favorables para el progreso material Esteaspecto de la ayuda se relaciona con una de las muchas paradojas en este tipo de argumentaciones: la simultánea insistencia delos partidarios de la ayuda en que la gente del mundo subdesarrollado es igual que la del mundo desarrollado, o inclusomoralmente superior, y también que sin ayuda en gran escala no pueden conseguir su salvación. En segundo lugar, la sugerencia de que la ayuda exterior es indispensable para el desarrollo de los perceptores implica que elprogreso de las personas y grupos depende de fuerzas externas. Esta sugerencia refuerza la actitud muy extendida en el mundosubdesarrollado, en especial en el sur de Asia, de que las oportunidades y los recursos para el adelanto económico propio y de lafamilia tienen que ser aportados por otros —por el estado, por los propios superiores, por la gente rica o desde el exterior. Estaactitud es a su vez un aspecto de la creencia en la eficacia de las fuerzas externas sobre el propio destino. En partes del mundosubdesarrollado esta actitud se remonta a miles de años y, especialmente en el sur de Asia, se ha visto reforzada por la tradiciónautoritaria de la sociedad. Es una actitud claramente desfavorable para el progreso material. La gente reacciona frente a la pobreza y el atraso material en formas distintas. Algunos puede que ni siquiera se percaten deello. Tal respuesta puede que forme parte de una actitud más amplia de aceptación incondicional de la naturaleza de las cosas,reacción que resulta especialmente probable si no se pueden hacer fácilmente comparaciones con otras gentes. Algunos puedeque acepten la pobreza conscientemente, bien en la forma de resignación o por falta de deseo de cambiar formas de conducta.Algunos puede que intenten mejorar su posición por medio de la mendicidad o el chantaje. Finalmente algunos puede queintenten mejorar su rendimiento económico. Sólo la última de estas respuestas puede llevar a un progreso material sostenido. Yes la que tiene menos probabilidades de ser estimulada insistiendo en la supuesta necesidad de la ayuda exterior para eladelanto material. Una preocupación absoluta por la ayuda desvía la atención de las causas básicas de pobreza y de lasposibilidades de actuación sobre ellas. En tercer lugar, los partidarios de la ayuda generalmente no acostumbran a referirse a las políticas relevantes de los estados

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perceptores o a la conducta de la población. Muchos estados perceptores persiguen líneas de conducta que en forma patentereducen el nivel de renta o retrasan su incremento. Por ejemplo, expulsan de sus países a los grupos más productivos de lapoblación, o restringen la entrada y la difusión de capital privado, o la expansión de ciertos tipos de empresa, tanto nacionalescorno extranjeras. Estas políticas no son puestas en duda por los partidarios de la ayuda. El flujo de ayuda incondicionalrespalda, asegura y estimula tales políticas. Y ciertamente no se cuenta con fomentar la revisión de las costumbres y formas deconducta populares contrarias al desarrollo. En estas condiciones la ayuda exterior es en el mejor de los casos irrelevante a losefectos del adelanto económico. Pero tiene más probabilidades de desencadenar respuestas contrarias al mismo, especialmenteestimulando a los gobiernos para que persigan políticas o insistan en políticas que impiden el avance económico. En cuarto lugar, la defensa de la ayuda a menudo incluye sugerencias de que las rentas más elevadas de los donantesactuales o futuros han sido conseguidas a costa de los países pobres más que producidas por ellos mismos. Tales sugerenciasesconden la naturaleza de los procesos y transacciones económicas. Las mismas a menudo se vierten en las discusionesinternas de los países pobres, en las que llevan a la sugerencia de que la prosperidad de las personas y grupos acomodados hasido conseguida a expensas del resto de la población. Así mismo aporta verosimilitud a la imposición de restriccionesperjudiciales para los contactos exteriores. Estas nociones, pues, fomentan políticas nocivas para el progreso material. Las repercusiones del flujo de ayuda en las motivaciones e instituciones y en la política gubernamental de los paísesperceptores (esto es, en los principales determinantes del desarrollo) normalmente se ignoran, en las actuales controversiasacerca de la ayuda extranjera, que se centran casi enteramente en su efectos sobre el volumen de recursos invertibles. Estapráctica es un ejemplo de una cuestión más amplia, señalada repetidamente en este libro, a saber, el descuido de la interacciónentre las variables normales de la teoría económica convencional y los determinantes básicos del desarrollo. Estos determinantesse tratan paramétricamente o se ignoran del todo, incluso cuando la política designada para actuar en las variablesconvencionales afecta en forma sustancial a los principales determinantes del desarrollo. En quinto lugar, la ayuda exterior probablemente ha afectado negativamente las oportunidades de mercado, y, por tanto, lasituación material y las perspectivas de desarrollo de muchos perceptores de ayuda. Los principales países donantes erigenimportantes barreras frente a las exportaciones de los mismos países subdesarrollados a quienes están dando ayuda. Estasbarreras comerciales reflejan la actuación de intereses locales en los países donantes. La ayuda exterior disminuye la resistenciapolítica en los países perceptores a la erección de barreras, tanto dentro de los países donantes como por parte de los portavocesde los países perceptores. Las ideas de que el apoyo financiero exterior es una condición necesaria e incluso suficiente para el progreso material de lospaíses pobres y de que sus efectos siempre serán favorables son infundadas. Se derivan una vez más de una visión —cuyorechazo es uno de los principales temas de este libro— del mundo subdesarrollado como ­una categoría sustancialmenteuniforme y cuya población difiere de la de los países desarrollados sólo por el hecho de ser pobre, de modo que las demásdiferencias o son despreciables o son irrelevantes para el adelanto económico. 3. CRECIMIENTO INTERIOR Y DONACIONES EXTERIORES Existen ciertas diferencias sustanciales entre los recursos obtenidos localmente y la percepción gratuita de recursosprocedentes del extranjero que tienen que ver con la eficacia de la ayuda como instrumento del progreso material. Cuando losrecursos se reciben del extranjero gratuitamente se pierde el valioso proceso de generación de los mismos. Cuando los recursosse obtienen y se usan localmente se estimula el desarrollo simultáneo de las cualidades y aptitudes personales, de lasinstituciones sociales y de las oportunidades económicas precisas para su empleo. La interacción de estos elementos decomponentes y procesos sociales sirve entonces como base para el ulterior progreso material. Existe claramente una grandiferencia entre la obtención de recursos y la aceptación de donaciones exteriores. La interacción señalada en el párrafo anterior también tiene que ver con la relación entre la acumulación de capital y su usoproductivo. Es mucho más probable que el capital sea productivo cuando es utilizado por aquellos grupos y personas que loacumularon, porque la acumulación y el uso eficiente requieren las mismas habilidades, motivaciones e instituciones. Las limosnas exteriores también tienden a sesgar el proceso de desarrollo en direcciones basadas en prototipos exteriores quea menudo son inapropiados y por tanto perjudiciales. Una secuencia tal retrasa el desarrollo más que fomentarlo y provocafrustración y tensión política. Son muy probables los resultados negativos cuando el gasto dentro del país se realiza por personasque no soportan el coste. Prototipos exteriores inapropiados pueden llegar a ser adoptados en la vida política, en el sistema legal,en la organización administrativa, así como en muchas formas de la organización industrial y comercial.

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Un punto importante de la adopción de modelos externos inapropiados es el de la creación y proliferación de universidadesbasadas en modelos occidentales cuando no hay oportunidades de empleo para sus graduados. Esta consideración se refiereespecialmente a la orientación vocacional, cuya utilidad se halla estrechamente relacionada con el esquema ocupacional y laestructura salarial de la sociedad. El desempleo de graduados es un fenómeno social y político importante del mundo subdesarrollado. En gran parte es elresultado de esta proliferación de universidades de tipo occidental en condiciones inapropiadas. En muchos paísessubdesarrollados, especialmente en el sur de Asia, el desempleo de graduados ha movido a los gobiernos a presionar a la gentepara que se jubile relativamente pronto. Como resultado funcionarios, ejecutivos, técnicos y profesores universitariosexperimentados y hábiles han tenido que dejar su puesto a graduados menos experimentados y calificados [72] El número y tamaño de las universidades de tipo occidental en muchos países subdesarrollados es quizás el ejemplo máscaracterístico de la adopción de modelos exteriores inadecuados. Otros ejemplos corrientes que pueden ser menos perjudicialesincluyen la proliferación de acererías, obras de ingeniería avanzada, o líneas aéreas, en países con poblaciones en gran parteanalfabetas. Tales actividades requieren técnicas y experiencia que habrán de obtenerse del extranjero en todo el futuroprevisible. Estas consideraciones valen también para el suministro de asistencia técnica, que constituye una parte menor, aunque noinsignificante, del flujo total de ayuda. Cuando el gobierno perceptor tiene que buscar el dinero para consejo técnico, es muchomás probable que examine atentamente el gasto para ajustarlo a las necesidades del país que cuando la asistencia técnica sesuministra gratis. En el medio siglo entre la restauración meiji y la primera guerra mundial el gobierno japonés contó fácilmentecon el apoyo del consejo y la formación técnica extranjeras. El gasto fue financiado con fondos propios y se demostró muyrentable. El impacto de la ayuda exterior al sesgar la política de desarrollo en direcciones inapropiadas es un punto de la cuestión másamplia de las dificultades que se presentan al transferir instituciones entre culturas y sociedades muy diferentes, especialmenteentre sociedades que, si bien se encuentran en el mundo de hoy, en realidad no son contemporáneas. No lo son en el sentido deque las creencias, motivaciones, instituciones y la estructura ocupacional de algunas sociedades, a menudo están más cerca delas de otras sociedades en etapas mucho más primitivas del desarrollo. Esta consideración resulta obvia cuando se observancasos extremos tales como, por ejemplo, las sociedades occidentales y los grupos tribales, que se hallan presentes ambos en elmundo de hoy, pero que no son contemporáneos en sentido verdadero. Consideraciones sustancialmente semejantes tambiénson aplicables a la posición relativa de muchas sociedades, especialmente de sociedades en el mundo desarrollado ysubdesarrollado. El desarrollo económico es un proceso que requiere mucho más que suministro de dinero desde el extranjero; en este campo,como en muchos otros campos de la vida, la experiencia, el tiempo y otras calificaciones y requisitos del éxito no puedencomprarse. Los procesos sociales generalmente no pueden acortarse por la fuerza sin que quede afectada su naturaleza asícomo el resultado de los procesos. El reconocimiento de la naturaleza no contemporánea de las sociedades tiene que ver con elfuncionamiento de la ayuda exterior Ciertos penetrantes comentarios de Guy Hunter del London Institute of Race Relationsexplican algunos de los problemas y dificultades del traspaso de instituciones entre sociedades. Los mismos muestran losresultados de crear instituciones para las cuales no existe una demanda efectiva, en el sentido de un bache que éstas pudiesenrellenar con éxito. ... Las convenciones morales y sociales en un país en desarrollo pueden ser totalmente diferentes de aquéllas sobre las queoriginariamente se fundó la institución. Los sindicatos, por ejemplo, dependen de un complejo conjunto de códigosconvencionales entre el sindicato y el empresario, desarrollado a lo largo de un largo período de prueba. Resulta fácil transferir elconjunto de normas que surgen al final, pero imposible transferir la moralidad y experiencia que hizo que las normas fuesenaplicables. Una vez más, la universidad en su configuración actual en los países desarrollados se corresponde a cierto esquemade empleo (y salario) en la sociedad que la rodea, a un cierto nivel tecnológico, y a cierta proporción entre el empleo primario,secundario y terciario, con un sector terciario enormemente amplio. No hay necesidad de señalar el contraste con una sociedadtal como Uganda o Birmania o Malawi. De nuevo, la ayuda supone la importación de recursos no obtenidos en la economía perceptora. Esto puede significar que lasmaestrías que habrían ido generando esos recursos nunca se exigieron o aprendieron, de modo que no se dispone de lasmismas para utilizar los recursos cuando se suministran. En un caso más complejo, el sistema educativo de un país tiene que

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pagarse a partir de sus recursos productivos: a medida que crecen los recursos, se precisan técnicas y la educación se amplíapara suministrarlas; por tanto los graduados tienen posibilidades de encontrar empleo; pero si se amplía rápidamente laeducación por medio del uso de una ayuda en recursos no ganados (sin el correspondiente crecimiento de la economía) es muyposible que no haya empleo para sus graduados y esto está ocurriendo en efecto en muchos países.[73] Observaciones de acuerdo con éstas no se limitan a las de los observadores europeos. Son tratadas repetidamente en lasobras de Nirad C. Chaudhuri especialmente en The Continent of Circe y The Autobiography of an Unknown Indian. En un contextoafricano los problemas han sido señalados clara y sucintamente por la señorita Noni Jabavu: ... He pensado acerca de estos y muchos otros aspectos del problema (de aumentar el bienestar de los africanos en Uganda),sintiéndome más convencida que nunca de que es imposible dar a conocer a otra gente en otras circunstancias aquéllas cosasde la vida que uno considera deseables; a esta gente es mejor que se la deje sola para que encuentre por sí misma lo que leconviene. Ellos entonces adaptan lo que conocen y quieren a lo que gradualmente descubren que desean, por prueba y error, ensu nuevo marco. Poco se consigue ... por parte de aquellos que "tienen", siendo compasivos y solícitos con aquellos que pareceque "no tienen". En la vida las mejores cosas se aprenden con esfuerzo. ¿Es preciso que haya unanimidad acerca de lo que cadauno entiende por "mejor"? [74] Los argumentos en favor de la ayuda raramente examinan la presencia, significación e implicaciones de estas diferenciasentre las sociedades. En este contexto general, se observa en gran parte de la defensa de la ayuda una clara ambivalencia oincluso inconsistencia, relacionada con la paradoja señalada en la sección 6 de la parte B de este capítulo, especialmente en lainsistencia en su pretendida necesidad. Los partidarios recalcan el deber de Occidente de suministrar ayuda. A menudo inclusoparece que implican que Occidente tendría que humillarse ante los países subdesarrollados por su pretendida responsabilidadpor su pobreza. Al mismo tiempo, bajo la sugerencia de que sin ayuda los países subdesarrollados no podrían conseguir susalvación y de que éstos tienen que seguir nuestra senda y no pueden progresar sin nosotros, se esconde una clara insinuaciónde superioridad occidental. Pero, generalmente, no resulta ni fácil ni apropiado transferir actitudes e instituciones de una cultura aotro. Esto es especialmente cierto cuando la población de esta última no ha mostrado buena disposición para aceptarlas. 4. CRITERIOS DE ASIGNACIÓN E IMPLICACIONES PRÁCTICAS DE LA AYUDA La ayuda exterior incrementa los recursos de los gobiernos perceptores en comparación con los del sector privado y por tantofomenta la concentración de poder en los países perceptores. Este efecto se ve muy reforzado por el trato preferencial en laasignación de ayuda a aquellos gobiernos comprometidos en la planificación global, criterio basado al menos de formaostensible, en el razonamiento de que tal política es una condición para el desarrollo económico.[75] Sin embargo, como hemosvisto en la parte A de este capítulo, puede mostrarse que una política así no es una condición para el progreso material y que esmucho más probable que lo impida. Sin embargo, este trato preferencial hacia los gobiernos comprometidos en la planificaciónglobal es probable que continúe. Como también hemos señalado en la parte A de este trabajo, el fracaso de la planificacióncentral como fomento del alza de los niveles de vida no disminuye su atractivo sino que a menudo refuerza el celo de suspartidarios. Al mismo tiempo, los niveles de vida continuadamente bajos y las persistentes dificultades económicas de laseconomías Centralmente planificadas de los países subdesarrollados sirven como justificación de la ayuda continuada. Esteorden de cosas fomenta una amplia politización de la vida lo cual, por razones anotadas anteriormente en la parte A, esenormemente perjudicial para el progreso material. El flujo de ayuda a menudo también está relacionado con los déficits de la balanza de pagos de los países perceptores. Esto esparticularmente cierto cuando tales déficits se consideran, como a menudo sucede, como inevitablemente coincidentes con losesfuerzos del estado por acelerar el progreso material por medio de planes de desarrollo. La aparición de crisis de la balanza depagos durante la planificación del desarrollo se ha demostrado especialmente eficaz como base de llamamientos en favor deafianzar la ayuda exterior. Esta utilidad particular dé las dificultades y crisis en los pagos ánima a los gobiernos a concebir susplanes de desarrollo de la forma más ambiciosa que sea posible, a seguir políticas monetarias y fiscales inflacionistas y a evitar laacumulación de reservas extranjeras. Tales políticas pueden coincidir con las inclinaciones de los gobiernos, puesto que llevan auna expansión del sector público y proporcionan útiles argumentos para la imposición de Controles tanto internos como externos. La puesta en práctica de políticas inflacionistas, la repetición de las crisis de la balanza de pagos, la imposición de mayoresimpuestos y de controles específicos, en particular controles de cambios, todo lleva a un sentimiento generalizado de inseguridady puede engendrar una atmósfera de crisis. Tales acontecimientos dificultan el ahorro y la inversión internos y favorecen laexportación de capital.

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Prácticamente todos los perceptores de ayuda extranjera imponen severas restricciones en la entrada y despliegue de capitalprivado. Por ejemplo, en la India esta entrada se halla estrictamente controlada. El capital extranjero es excluido de una ampliagama de actividades industriales y comerciales. La expansión e incluso las operaciones corrientes de las empresas extranjerasson a menudo severamente restringidas. A muchas de estas empresas no se les autoriza la expansión aun cuando esténpreparadas para financiarla a partir de sus propios recursos, e incluso cuando están preparadas a introducir moneda extranjera atal efecto. Bastante a menudo, tanto las empresas extranjeras como las nacionales se ven forzadas a trabajar por debajo de sucapacidad mientras el gobierno recibe ayuda extranjera para expansionar sus propias empresas en competencia con aquéllas. Restricciones análogas son impuestas por muchos otros perceptores de ayuda. Raramente se informa al público de los paísesdonantes acerca de estas medidas. El funcionamiento de estas políticas, facilitado por la ayuda exterior, muestra, una vez más,que la entrada de ayuda no tiene por qué dar lugar a un incremento en la inversión neta. Es muy probable que sin ayuda los gobiernos de muchos países subdesarrollados habrían pedido muchos más préstamos delextranjero en condiciones comerciales. Habría sido más caro que las donaciones o préstamos subvencionados por la ayudaextranjera, pero no hay duda que habría sido utilizado más cuidadosa y productivamente. Gran parte de la ayuda recibida porpaíses subdesarrollados, por ejemplo la India, Indonesia y Ghana, lo ha sido en la forma de préstamos fuertementesubvencionados; pero debido a que el uso de la ayuda no ha servido materialmente para mejorar la capacidad generadora derenta de estos países, ahora tienen que cargar con grandes deudas sin un incremento equivalente de la capacidad paraatenderlas. El resultado tiene que ser, bien una disminución de sus recursos o bien un incumplimiento de sus obligaciones. Larealidad de la falta de pago puede esconderse en parte mediante eufemismos tales como recontratación, remodelación oarmonización de las obligaciones. Pero una suspensión de pagos, aunque se le llame recontratación, ha de afectar a la fiabilidadfutura del país. Además, provoca asimismo, o refuerza, actitudes dañinas al progreso material, por ejemplo la disposición alincumplimiento de obligaciones contractuales. La afirmación de que es necesario financiar ciertos proyectos o tipos de gastos a través de la ayuda exterior implica lasuposición de que el rendimiento será menor, a menudo significativamente menor, que los rendimientos de mercado del capitalprivado, puesto que si no el proyecto o gasto podría haberse financiado comercialmente, incluyendo el uso de préstamos delestado obtenidos en términos comerciales. Ya hemos señalado la incapacidad de algunos perceptores para cumplir incluso conlos suaves préstamos de la ayuda exterior; lo que sugiere que el rendimiento conseguido mediante la inversión de estos fondoses extremadamente bajo, quizás incluso cero o negativo. También es probable que en ausencia de la ayuda, al menos algunos gobiernos de países subdesarrollados habrían permitidoo alentado la entrada y despliegue del capital privado en mucha mayor medida. El capital privado (incluyendo los préstamosobtenidos comercialmente en el extranjero por parte del gobierno) tiene muchas más probabilidades de ser más productivo que laayuda exterior, porque se ajusta mucho más estrictamente que ésta a las condiciones específicas del mercado, tanto en el sentidolimitado de existencia de técnicas, recursos naturales y demanda del producto en el mercado, como en el sentido más amplio deexistencia de las facultades, motivaciones e instituciones apropiadas. Además el capital privado no da lugar a la creación yconcentración de poder en los países perceptores en la forma que lo hace la ayuda exterior, por las razones y con los resultadosya señalados.[76] Sin ayuda no sólo se le daría al capital privado un mayor campo de aplicación sino que se hallaría menossujeto a expropiación.[77] Aparte de la creación de obstáculos de facto o de iure a la entrada y expansión del capital privado en los paísessubdesarrollados, también es probable que el flujo de ayuda reduzca el volumen de inversión privada exterior simplemente por elhecho de restringir la oferta de fondos para inversión en los países donantes.[78] Por tanto, ciertas repercusiones de la ayuda pueden reducir más que incrementar la inversión neta de los países perceptores.Y la reducción del ahorro y la inversión interior, así como la exportación de capital, generalmente afectan a aquellos tipos decapital y de formación del mismo que es muy probable que sean más productivos que el gasto financiero por la ayuda exterior. En muchos casos, por supuesto, los gastos permitidos o facilitados por la ayuda exterior no están relacionados con tipo algunode formación de capital. Pueden servir objetivos tan diversos como el equipamiento de una fuerza expedicionaria para invadirotro país o los gastos de entrenamiento de los llamados luchadores por la libertad. El flujo de ayuda y el trato preferente a los estados comprometidos en la planificación global, o que experimentan dificultadesen la balanza de pagos, ha reforzado la tendencia de los gobiernos de los países subdesarrollados a descuidar la agricultura.Suponen que los donantes de la ayuda vendrán en su rescate en el caso de una importante escasez de alimentos, y, en

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consecuencia, se sienten más libres para desviar sus recursos hacia proyectos industriales y de prestigio. Otro resultado desfavorable de la administración de ayuda ha sido una cierta desviación del énfasis y de la atención acerca delas condiciones y determinantes del desarrollo económico. La preocupación por la ayuda, por la planificación y por el gasto eninversión ha alentado el razonamiento fácil de que el desarrollo económico es posible sin cambio cultural. Ha impedido lainvestigación de formas para promover el cambio institucional orientado al fomento del desarrollo, especialmente del cambio sincoacción. En la esfera del cambio institucional, los perceptores de la ayuda exterior por ahora y en gran medida han limitado susactividades a la expropiación de las clases impopulares en nombre de la reforma agraria, de la justicia social o de la supresión deuna supuesta explotación. Tales medidas retrasan el progreso material. Los argumentos de las tres secciones anteriores no implican que no exista la posibilidad de una ayuda exterior que estimule elprogreso material de los perceptores. Pero apuntan a la conclusión de que resulta Infundado suponer que necesariamente lohaga. Que de hecho lo haga o no depende de circunstancias específicas para cada caso. Puesto que el volumen de recursosinvertibles es mucho menos importante como requisito previo del progreso material que las actitudes, motivaciones (incluyendo ladirección de sus actividades). Instituciones sociales y arreglos políticos de la gente, y también menos importante que undespliegue eficiente de los recursos, y siendo muy probable que todos ellos se vean afectados negativamente por la defensa y elflujo de ayuda, no puede haber una presunción general de que en la práctica sea más probable que la ayuda promueva eldesarrollo en vez de retardarlo. De hecho estas consideraciones sugieren que tal como ha funcionado y es probable que sigafuncionando cualquier presunción general favorecería la conclusión opuesta. 5. AYUDA E INFRAESTRUCTURA Una variante de los razonamientos en favor de la ayuda como instrumento para promover la inversión, relaciona la ayuda deforma específica con la financiación de infraestructura (a veces denominada capital social fijo) que se supone necesaria para eldesarrollo de los países pobres. En este contexto, infraestructura se refiere a instalaciones tales como puertos, ferrocarriles y carreteras, que no producenbienes directamente, pero que fomentan la actividad económica general. Se dice a menudo que sin estas instalaciones eladelanto económico no es posible. Y se argumenta además que su elevado coste las coloca fuera de los medios de los paísespobres, especialmente debido a que el rendimiento económico, o bien se retrasa demasiado tiempo o bien resulta demasiadoindiscriminado para la financiación privada. Pero estos argumentos una vez más no son válidos. En primer lugar, los gobiernos delos países subdesarrollados pueden pedir prestado al extranjero en términos comerciales y devolver los préstamos por medio deingresos tributarios, que sin duda es lo que ha sucedido en muchos países subdesarrollados en el próximo pasado. Además, granparte de la infraestructura de los países subdesarrollados ha sido financiada y administrada en forma privada hasta hacerelativamente poco tiempo. Tampoco es cierto que una importante infraestructura sea condición previa para el desarrollo. Las infraestructuras de laseconomías altamente desarrolladas representan un capital importante, que ha absorbido gran parte de la inversión total durantedécadas o incluso siglos. La sugerencia de que se precisa de una infraestructura ya hecha para el desarrollo, ignora el hecho deque la infraestructura se desarrolla en el curso del progreso económico y no por delante del mismo. La sugerencia resulta otroejemplo más de una actitud antihistórica e irreal frente al proceso de desarrollo. Gran parte de la literatura sugiere que en ciertomodo el mundo se creó en dos partes; una parte con una infraestructura ya hecha de ferrocarriles, carreteras, puertos, oleoductosy servicios públicos, que, por tanto, ha podido desarrollarse, y otra a la que el Creador desgraciadamente se olvidó de dotar decapital social fijo. Ésta no es la forma en que han ocurrido las cosas. Hoy en día, el problema de financiar la infraestructura se ha vuelto más difícil debido a varios factores. Uno de tales factores esel pobre historial de muchos países subdesarrollados en su trato al capital extranjero. Otro factor corriente es la tendencia adesviar recursos hacia industrias subvencionadas, lo cual reduce los fondos disponibles para la construcción y mantenimiento delcapital social fijo. Pero estos factores raramente se mencionan en la literatura.[79] 8. ULTERIORES REPERCUSIONES E IMPLICACIONES DE LA AYUDA Las consideraciones reseñadas en las anteriores secciones de este capítulo aclaran que los posibles efectos favorables de laentrada de recursos por ayuda exterior pueden anularse, incluso con creces, por significativas repercusiones desfavorables ytambién por el uso ineficaz de los recursos mismos. Es probable que el flujo de ayuda desde la segunda guerra mundial hayadificultado más que favorecido el progreso material de muchos perceptores.

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Hay muchos ejemplos en la experiencia de las dos últimas décadas sobre la ineficacia comparativa de la ayuda exterior comoinstrumento para elevar los niveles de vida y promover el desarrollo a largo plazo de los países pobres. Por ejemplo, quince añosdespués del comienzo de la ayuda occidental y de los planes quinquenales, la India experimentó en 1966­ 1967, la más agudade sus crisis recurrentes de alimentos y de divisas. La India ha dependido durante tanto tiempo de la ayuda exterior que estadependencia se ha venido a dar por sentada. Sin duda la historia económica de este país desde mediados de los años cincuentaha sido la de una progresión de la pobreza al pauperismo. Sin embargo, un objetivo explícito de la planificación india era lareducción o eliminación de la dependencia económica.[80] Existen otros muchos perceptores de ayuda cuyos niveles generalesde vida no han mostrado aumento apreciable y que se enfrentan con persistentes dificultades económicas después de muchosaños de ayuda. Después de más de quince años de ayuda exterior. Forzosamente ha tenido que reconocerse su relativa ineficacia parafomentar unos niveles de vida más altos en los países pobres. Al mismo tiempo; los partidarios de la ayuda insisten en que laausencia de una mejora apreciable de las condiciones económicas de los perceptores es un argumento en favor de la ampliaciónde la ayuda exterior en cuantía y tiempo. Tales peticiones son corolarios de la consideración de su administración comoaxiomáticamente beneficiosa y de dar por sentada la argumentación en su favor. Considerada de esta forma, tanto el progresocorno la ausencia del mismo pueden invocarse en apoyo de su continuación o expansión: el primero como prueba de su éxito, laúltima como prueba de la necesidad de más. Tal como hemos señalado al tratar de la planificación central, la evidencia empíricay el análisis de la misma resultan irrelevantes al considerar los méritos de un axioma.[81] El supuesto axiomático de que la ayuda exterior es beneficiosa, junto con la diversidad de sus aparentes objetivos (señaladosen la sección 7 de la parte 13 de este capítulo), son responsables de otra de sus anomalías. En discusiones públicas sobre laayuda, se ha llegado a equiparar dar más con la obtención de mejores resultados sin referencia a las circunstancias de los paísesperceptores o a los resultados de la ayuda. Suponer que dar más es lo mismo que obtener más es medir el resultado por el costeo incluso identificar ambos. Equivale a decir que cuanto más cuesta un procedimiento mejor es. Tal tipo de enfoque no estimulaun uso efectivo del capital escaso, menos aún cuando se gasta en áreas lejanas y en condiciones desconocidas, acerca de lascuales el público de los países donantes tiene escasa información fidedigna. Nos hemos centrado hasta el momento en ciertas repercusiones anómalas de la defensa y práctica de la ayuda. Ahora megustaría señalar otra anomalía significativa que pertenece al campo de la sicología social. El énfasis en la pobreza, esto es, elatraso material, del mundo subdesarrollado, y en la pretendida necesidad de la ayuda exterior para mitigarla, que se halla en elcentro de la defensa de la ayuda, dirige su atención precisamente a aquellos elementos de la vida y actividad de los paísessubdesarrollados en los cuales sus gentes se comparan menos favorablemente con las de los países ricos, y ello esparticularmente cierto por les criterios convencionales adoptados en estas discusiones. Se sugiere que las únicas diferenciassignificativas entre la gente son las de renta en su medición convencional; que, aparte de estas diferencias, la humanidad estáhecha de cualidades homogéneas e indiferenciadas; y que estas diferencias en cierto modo están correlacionadas con elbienestar, felicidad, satisfacción y la preeminencia en general. El énfasis en el carácter indispensable de la ayuda es muy probable que exacerbe cualquier complejo de inferioridad quepuedan experimentar algunos sectores de las poblaciones de los países subdesarrollados en sus relaciones con Occidente,complejo que se halla muy extendido, si bien no siempre de forma manifiesta, y que raramente es reconocido. Tambiénacrecienta cualquier complejo de superioridad que se permitan ciertos sectores de la población de los países ricos, al fomentaruna actitud protectora hacia los perceptores.[82] En los países pobres, la agradable sensación de superioridad que lleva consigo la entrega de ayuda, y el estímulo decontrapesar cualquier sentimiento de inferioridad provocado por la aceptación de ayuda, pueden servir conjuntamente paraexplicar el fenómeno anómalo de que algunos perceptores de ayuda actúen ellos mismos como donantes, aunque en pequeñaescala. En efecto, parece que la ayuda ha asumido el papel de un símbolo de estatus internacional, por usar una expresión de lajerga actual; es un término que describe acertadamente los adornos de una superioridad que se desea o pretende, más quesentida o lograda. Sin embargo, por lo que se refiere al flujo de ayuda de países ricos a países pobres, existen evidentes atractivos emocionales,políticos y financieros para que los últimos se consideren a sí mismos y sean considerados por los demás como víctimas decircunstancias fuera de su control, especialmente de opresión y explotación exteriores. Viceversa, los sentimientos deculpabilidad que las alegaciones de opresión y explotación despiertan en las personas y grupos sí acusados, a menudo seacompañan de un agradable sentido de superioridad por parte de esa persona o comunidad culpable, puesto que las

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sugerencias sirven como indicadores de un poder pasado o presente. Estos variados sentimientos se manifiestan en discusionesacerca de las relaciones entre colonias y ex colonias y los poderes de la metrópoli, y entre países ricos y pobres, y su presencia yactuación es válida para crear tensiones entre donantes y perceptores.[83] 7. ARGUMENTOS ESPECÍFICOS Y SUBSIDIARIOS EN FAVOR DE LA AYUDA El principal argumento o axioma en defensa de la ayuda exterior es la sugerencia de que aporta recursos indispensables parael desarrollo de los países pobres. Pero existe también un cierto número de razonamientos subsidiarios o supuestos que amenudo son más importantes que la misma argumentación principal, especialmente en tratamientos no técnicos. Sin embargo,también resultan ser meras afirmaciones acerca de las virtudes y posibles afectos de la ayuda exterior, en vez de argumentosbasados en la razón y respaldados por pruebas. Ayuda como redistribución impositiva. — Estos argumentos subsidiarios tienden a superponerse y reforzarse entre sí.Porejemplo, a menudo se argumenta que Occidente tiene un deber moral de ayudar a los países pobres y que debería ofrecerseayuda para calmar sus necesidades, especialmente a la vista de la pretendida brecha, cada vez más amplia, entre países ricos ypobres. Ambas opiniones llevan a la conclusión de que tiene que elevarse la imposición en Occidente para financiar la ayudaexterior lo cual, por tanto, se convierte en una ampliación de la imposición progresiva al campo internacional. En la literaturasobre desarrollo, la ayuda se ejemplifica como una extensión inevitable y deseable, del estado benefactor, de la esfera nacionalal plano internacional por medio de la redistribución impositiva. Sin embargo, la ayuda exterior difiere radicalmente de la redistribución impositiva nacional, cualesquiera que sean las virtudesde esta última. La ayuda exterior la paga un estado a otro estado, no es una redistribución de renta entre personas y familias. Nopuede ajustarse a las rentas y circunstancias de los pagadores y perceptores. Resulta. Por tanto, inevitablemente regresiva enparte, porque muchos contribuyentes de los países donantes son más pobres que mucha gente de los países perceptores. Esteaspecto regresivo se incrementa en la práctica por el hecho de que la ayuda exterior beneficia a gentes económicamente fuertesdentro de los países perceptores, especialmente a los componentes de la población urbana y en particular a los políticos,funcionarios, universitarios y a ciertos sectores del mundo de los negocios. De ahí el dicho burlón de que la ayuda exterior es unproceso mediante el cual los pobres de los países ricos ayudan a los ricos de los países pobres.[84] Además, hay que señalarque los grupos materialmente más pobres del mundo subdesarrollado, los aborígenes, las poblaciones tribales y las gentes deldesierto, difícilmente tienen contacto con la ayuda, si es que tienen alguno; lo mismo puede decirse sustancialmente de lossectores más pobres del proletariado rural y urbano, en especial del primero. Además el argumento en favor de la redistribución impositiva descansa en una supuesta uniformidad básica de lascircunstancias de la gente entre quienes la misma se va a efectuar. De hecho, sin embargo, las condiciones de vida sociales yfísicas, y por tanto las necesidades, que son razonablemente uniformes dentro de un país, difieren enormemente entre muchospaíses ricos y muchos países pobres. De ahí se sigue que si se juzga deseable la redistribución impositiva, resulta apropiadollevarla a cabo sobre todo dentro de los propios países más que a nivel internacional. De hecho, sin embargo, no sólo existe unaredistribución impositiva relativamente pequeña en muchos países perceptores, sino que (tal como hemos señalado) la ayudaexterior, defendida como instrumento do redistribución impositiva, beneficia en los países perceptores a los económicamentefuertes. Y aún más, la repartición del coste de la ayuda entre los donantes no viene determinada por los cánones y criterios de laredistribución impositiva, sino por presiones políticas, por los caprichos de la opinión pública y por mera suerte. La analogía entre la ayuda exterior y la redistribución impositiva también se ve afectada por los enormes márgenes de error alos que está sujeta la interpretación de las comparaciones de renta nacional entre países ricos y pobres. Los sesgos y márgenesde error implicados suponen varios cientos por cien de las estimaciones convencionales. [85] Márgenes de error de tal magnitudexcluyen una aplicación valida de la redistribución impositiva entre países desarrollados y subdesarrollados. Esto apartetotalmente de otras cuestiones más fundamentales que va hemos señalado, en particular el hecho de que la ayudaintergubernamental no puede servir como instrumento de redistribución entre personas y familias. Como variante menor de la argumentación en el sentido de que la ayuda exterior es una forma de redistribución impositiva, aveces se trata de convencer afirmando que la ayuda es análoga al sistema de subvenciones regionales por parte de losgobiernos centrales de los países adelantados, tales como las subvenciones a las arcas de desarrollo, y por parte del gobiernobritánico. Este argumento no es válido. Las subvenciones regionales reflejan la persecución de una serie de objetivos domésticosy el funcionamiento de presiones políticas. No suponen redistribución impositiva, en el sentido de redistribución entre rico y pobre,más de lo que puedan suponerla las ayudas a determinadas industrias.

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Ya hemos señalado que a los grupos económicamente más atrasados no les llega la ayuda. Al no poder expresarse y no tenerfuerza política, su presencia no afecta al flujo internacional de ayuda ni a la asignación interna de los fondos de ayuda. Con todaseguridad, debido a sus rudimentarias condiciones, no podrían beneficiarse de la ayuda más que en formas cuidadosamenteadaptadas a sus condiciones. Sin embargo, los problemas suscitados por su situación y el hecho de que ellos en gran parte noreciban la ayuda, muestra que la misma difiere fundamentalmente de la redistribución impositiva. La preeminencia de aspectos y desarrollos del comercio internacional en las discusiones acerca de la ayuda exterior subrayantambién las fundamentales diferencias entre redistribución impositiva y ayuda exterior. Por ejemplo, a menudo figuran, en formadestacada, en la defensa de la ayuda [86] los cambios de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Esto,una vez más, muestra que los beneficiarios de la ayuda no son los grupos más pobres; los países y comunidades más pobres delmundo subdesarrollado no tienen comercio exterior o prácticamente ninguno; en todo el mundo subdesarrollado los países ygrupos materialmente más pobres son los que tienen menos contactos externos. El comercio exterior sólo juega un papelsignificativo en las vidas y actividades de los países y sociedades relativamente mejor situados. El argumento general en favor de la redistribución impositiva implica una uniformidad básica en las condiciones de vida ynecesidades de los perceptores de renta. Pero las condiciones físicas y sociales difieren total y ampliamente entre los países ricosy pobres. Esto resulta obvio en cuanto a condiciones físicas; pero hay también amplias diferencias en las expectativas Vnecesidades exigidas por las condiciones sociales. El significado y la trascendencia de las diferencias de renta y de losconceptos de riqueza y pobreza depende mucho del contexto físico y social específico y, por tanto, a menudo no tienen sentidolas comparaciones de rentas entre personas o grupos en sociedades muy diferentes. Por ejemplo, los perceptores de laasistencia nacional en el Reino Unido, que normalmente son considerados pobres, a menudo disponen de rentas, medidasconvencionalmente, mayores que muchos terratenientes de la India y, para el caso, que muchos jefes africanos, personas queson consideradas acaudaladas en sus comunidades. Lo inapropiado de la analogía entre redistribución impositiva y ayudaexterior refleja los peligros de la agregación, incluso cuando se aplica a la ayuda bilateral, y todavía más cuando se consideranagregados globales tales como el mundo desarrollado y subdesarrollado. Las discusiones acerca de la ampliación de la redistribución impositiva a la esfera internacional a menudo suponen,explícitamente o mediante claras implicaciones, que las diferencias de renta per capita son injustas, tanto si son auténticas comosi son meramente aparentes. Una vez más, se supone que la gente de los países subdesarrollados es como la de los paísesdesarrollados, con la salvedad de que son más pobres, y que comparte las mismas condiciones de vida. En breve, las diferenciasconsideradas como significativas son aquéllas que pueden cuantificarse en forma verosímil: la oportunidad y trascendencia seigualan a la cuantificabilidad, real o ficticia. La defensa de la redistribución internacional de la renta, por tanto, ignora amplias diferencias en formas de conducta,costumbres e instituciones, así como en condiciones de vida y necesidades. Esta defensa a menudo llega a implicar que en ciertomodo es censurable el que ciertas sociedades y grupos hayan salido de la pobreza, y también que estas diferencias decondiciones materiales pueden eliminarse con relativa facilidad. Sin embargo, las diferencias internacionales de renta reflejan laactuación de los subyacentes determinantes personales y sociales del logro material. Por tanto, los intentos de reducir o eliminarestas diferencias requieren un estrecho e intenso control de la vida de la gente, esto es, la creación de grandes desigualdades depoder. Cuanto más diferentes sean las condiciones y más arraigadas las causas de diversidad, más intensa es la coacciónprecisa para estandarizarlas. Un importante grado de estandarización de las condiciones materiales precisa no sólo de ungobierno mundial, sino también de un gobierno mundial con poderes totalitarios. Con todo, la redistribución internacionalproducida por la ayuda exterior es pequeña, en gran parte debido a la ausencia de un gobierno mundial. Pero si los poderes delas organizaciones y agencias internacionales fuesen a crecer, podrían esperarse confiadamente ulteriores pasos hacia unaestandarización internacional de las condiciones materiales. Tanto por razones políticas como psicológicas es probable que unproceso así se esté intensificando y autor reforzando: cuanto mayores son los recursos de las instituciones dedicadas a políticasde estandarización, tantas más probabilidades hay de que el proceso se lleve adelante; una vez conseguido un grado apreciablede estandarización, las diferencias residuales parecerán aún más molestas y menos defendibles. La defensa de la ayuda como una forma de redistribución impositiva se fundamenta a menudo en aseveraciones de una ampliabrecha que se ensancha entre las rentas de los países desarrollados y subdesarrollados.[87] Tal como mostramos en el primercapítulo, esta idea de una amplia brecha que se ensancha es falsa en la medida en que se le puede dar cualquier significadodefinible. También hemos mostrado que, aun en el caso de que estuviese claramente definida y fuese una válida descripción deuna situación, no serviría como fundamento digno de consideración para esa política, sin el examen de las políticas oficiales y de

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las actitudes y conducta populares en las sociedades más pobres. Aun cuando se estuviese de acuerdo en que la amplitud y elmovimiento de las diferencias de renta entre grupos de países ricos y pobres es excesivo, según algún criterio específico yacordado, no necesariamente sería la ayuda exterior la política apropiada para su reducción, por la simple razón de que la mismano necesariamente fomenta el desarrollo de los países pobres. La sugerencia de que sí lo hace, prejuzga los efectos de suactuación. Si la base de la defensa de la ayuda es simplemente la necesidad de reducir la pretendida amplia brecha de rentas que seensancha, entonces tal defensa no se vería afectada por el reconocimiento de que la ayuda no fomenta necesariamente elprogreso material de los perceptores en la misma medida en que empobrece a los donantes. Sin duda, la frecuente afirmación deque dar más es hacer mejor, sin examen de los efectos de la ayuda en el progreso material .de los perceptores, sugiere que enefecto sea ésa la posición de algunos defensores de la ayuda. Pero no sólo el empobrecimiento de los donantes no asegura eladelanto material de los perceptores, sino que ni siquiera asegura la reducción de las diferencias internacionales de renta: elefecto neto de la ayuda en los países perceptores puede ser suficientemente negativo como para retrasar su progreso en ungrado que en realidad ampliaría la brecha. Claro está que un resultado así justificaría una vez más y erróneamente lacontinuación y extensión indefinida de la ayuda. Por último, la argumentación general en favor de la redistribución impositiva ni siquiera es evidente a nivel nacional, por nohablar del plano internacional. La redistribución impositiva forzosa implica muchos problemas no resueltos. Entre ellos lasdificultades de deslindar la incidencia de un impuesto como algo diferente de su impacto. Más profundos y significativos son losproblemas de equidad planteados por las diferencias en el volumen e intensidad de esfuerzo que hay detrás de las diferencias derenta, así corno sacrificio de ocio y placer; el sacrificio del placer incluye de forma significativa no solo la renuncia a los placeresinmediatos, sino también el efecto sobre la capacidad aptitudes subsiguientes de una persona para gozar de las cosas buenasde la vida.[88] Estas diferencias en el coste de obtener renta son ignoradas en la defensa y práctica de la redistribuciónimpositiva. Otras cuestiones sociales, políticas y económicas importantes que a menudo se ignoran o se subestiman endiscusiones acerca de la redistribución impositiva van desde las cuestiones relativamente simples de incentivos, a asuntos muchomás amplios de cohesión social, tensión política y, especialmente en el caso de obligaciones por causa de fallecimiento, lacontinuidad de la familia. La aceptación incondicional del argumento en favor de la redistribución impositiva es una faceta más dela creencia de que los únicos aspectos significativos y relevantes de una situación o fenómeno son los que pueden cuantificarsefácilmente o al menos con tina verosimilitud superficial. [89] El supuesto básico y el objetivo primordial que hay detrás de la redistribución impositiva, sea en el plano internacional o en elnacional, es que mejora la situación material del pobre. Pero hacer pobre al rico no hace rico al pobre. A menudo hace al pobremás pobre. Por ejemplo, los argumentos utilizados en defensa de la redistribución impositiva internacional, particularmente lasugerencia de que las diferencias de riqueza son censurables, ayuda a fomentar políticas nacionales igualitarias (al menospolíticas igualitarias aparentes) en los países perceptores, las cuales retrasan su progreso material, incluyendo la situación yperspectivas materiales de los grupo; más pobres. A menudo tales políticas impiden el crecimiento del capital y de la iniciativa y laadquisición y despliegue de técnicas, y también desvían los recursos humanos y financieros de su uso más productivo haciadirecciones menos productivas, incluyendo la evasión fiscal. Alivio de la necesidad. —Otro argumento en favor de la ayuda exterior se basa en la necesidad. De acuerdo con esterazonamiento, tiene que suministrarse ayuda simplemente por las necesidades de los países pobres, como demuestran Y midensus bajas rentas. Antes de discutir la cuestión de los méritos de este argumento, hemos de señalar que el alivio de la necesidad y la promocióndel desarrollo son completamente diferentes como bases y criterios para la ayuda exterior. Las donaciones a un mendigo o a uninválido se atribuyen con bases y criterios muy diferentes que los préstamos a jóvenes prometedores para su aprendizaje o paramontar negocios. Las expectativas acerca de los resultados y de la duración de los dos tipos de transferencias monetariastambién son muy diferentes. Esta consideración obvia se ignora, o incluso se oculta, en la terminología y actividades de lasorganizaciones de ayuda.[90] Simples referencias a la necesidad no aportan ni un argumento ni un criterio en favor de la ayuda. Su adopción da lugar aabsurdos. Por ejemplo. ¿tendría que darse o incrementarse la ayuda si se reduce la renta, o se limita su crecimiento, por laexpulsión de grupos cuya productividad se halla por encima de la media nacional? La expulsión de los asiáticos del este deÁfrica y de los indios de Birmania redujo la renta per capita en estos países; en base al argumento de la necesidad, la ayudatendría que prestarse o incrementarse en estas circunstancias, lo cual podría alentar ulteriores expulsiones, que a su vez

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reforzarían el argumento en favor de la ayuda y así ad infinitum.[91] La expulsión o sacrificio de grupos minoritarios productivos son casos extremos. Pero, en la práctica, en todo el mundosubdesarrollado los gobiernos restringen las actividades de varios grupos minoritarios productivos, lo que reduce la renta percapita y retrasa sus tasas de crecimiento. Consideraciones parecidas son aplicables cuando los gobiernos perceptores gastan mucho en armamento o en propagandapolítica dirigida contra los donantes de la ayuda o contra otros perceptores de la misma. Se podría citar un sinnúmero de ejemplosde políticas de perceptores que empobrecen a sus propios países o a otros perceptores de ayuda. Por tanto, la necesidadevidentemente no ofrece un argumento válido ni un criterio sensato en favor de la ayuda. Algunas consideraciones que ya hemos señalado en la discusión acerca de la imposición progresiva, también tienen que vercon el argumento de la necesidad. Entre ellas la significación de las diferencias internacionales de condiciones físicas y socialesy, por tanto, en requerimientos; el enorme margen de error y los grandes sesgos de las comparaciones internacionales de renta; ytambién el hecho de que a las comunidades más pobres del mundo subdesarrollado generalmente no les alcanza la ayuda. Esteúltimo punto resulta especialmente oportuno porque muestra que la asignación de la ayuda no está relacionada con lanecesidad. A menudo se ejemplifica como necesidad especial que exige la ayuda exterior el rápido crecimiento de la población de lospaíses subdesarrollados. Debido a que esta cuestión se halla sometida a un amplio debate, la trataremos separadamente en unasubsección posterior, pero podernos señalar aquí que el crecimiento de la población en sí mismo no puede apoyar el argumentode la necesidad, puesto que refleja una disminución de la mortalidad y por tanto una mejora de la situación de la gente. Esteargumento en favor de la ayuda se refuerza a menudo con referencias al hambre e inanición de los países subdesarrollados, quepor obvias razones tienen un atractivo particular. El grado de inanición en los países subdesarrollados es discutible,especialmente a la vista del rápido crecimiento de la población en todo el mundo subdesarrollado, lo cual, si hay que tornar lapalabra inanición literalmente, difícilmente se puede justificar, con excepción de supuestos muy peculiares. En cualquier caso, esirrelevante para la ayuda exterior; gran parte de la misma, o la mayoría, se destina a apoyar actividades del estado enteramentedesligadas del incremento de la producción de alimentos o de los medios de obtención de alimentos adicionales. Un llamamiento en favor de la ayuda pretextando la necesidad debería tomar en cuenta de forma conveniente la conducta delos gobiernos v de la población de los países perceptores. Tal como acabamos de señalar, los gobiernos perceptores a menudopersiguen políticas que reducen la renta corriente y las perspectivas de su tasa de crecimiento, incrementando de ese modo sunecesidad de ayuda. Es más, la conducta y costumbres de la población a menudo son incompatibles con el progreso material oinconsistentes con él. En tales condiciones la ayuda tiene que resultar inapropiada o ineficaz, porque no puede mejorar en formasustancial los niveles de vida o su tasa de crecimiento. Si el objeto de la ayuda es aliviar la necesidad tienen que existir ciertos requisitos previos para su efectividad: en primer lugarun examen del destino de los fondos, en el sentido de que grupos en concreto se benefician; en segundo lugar, tiene que haberuna valoración de las diferencias de nivel de s ida de los donantes y perceptores s también entre los distintos perceptoresactuales y futuros; y tercero, se requiere un examen de la conducta tanto de los gobiernos como de las poblaciones de los paísesperceptores actuales y futuros. Si se cree que el objetivo principal de la ayuda es el alivio de la necesidad en los países perceptores, la transferencia de capitalresulta inapropiada para este objeto. Como ya hemos señalado, el capital generalmente es más productivo en los paísesdesarrollados. Por tanto, si se invirtiese allí y el rendimiento del mismo se transfiriese a los países subdesarrollados, estos últimospodrían recibir más bienes y servicios para paliar sus necesidades que cuando el capital se transfiere así. En la defensa de la ayuda, desde mediados de los años sesenta el alivio de la necesidad ha ganado importancia encomparación con el desarrollo de los perceptores. Este cambio de énfasis constituye el paso de una base que al menos podríadenominarse cuasi­intelectual a otra francamente más emocional. Un llamamiento dirigido primordialmente a las emocionestiende a ser más fuerte que uno dirigido, al menos aparentemente, a la razón. No resulta por tanto sorprendente que se haya idointroduciendo en la defensa de la ayuda en los años recientes una nota cada vez más estridente. El cambio de énfasis deldesarrollo a la necesidad puede reflejar una cierta pérdida de confianza por parte de los defensores de la ayuda comoinstrumento para el desarrollo y en el prolongado atractivo de esta base concreta. Pero la actuación de la ayuda ha dado lugar avarios y poderosos intereses creados de tipo emocional, político, administrativo y financiero. Debido a la vigencia de estosintereses, la retirada parcial de la aceptación axiomática de la ayuda como agente supuestamente necesario y eficaz del

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desarrollo, ha traído consigo no un nuevo examen de la argumentación en su favor, sino la búsqueda de un nuevo motivofundamental para su defensa. Problemas de población como motivo de la ayuda.— El rápido crecimiento de la población unido a la supuestamente gravepresión de la población, que desemboca en una extremada pobreza y en una inanición generalizada, se dice que planteaproblemas y necesidades especiales en el mundo subdesarrollado que exigen la ayuda de países más ricos. También se sugierea menudo que estos problemas invalidan las comparaciones con la experiencia pasada de los actuales países desarrollados ytambién socavan la relevancia de las facultades y actitudes personales como agentes del progreso material. El tema de estasubsección coincide en cierto modo con el de la anterior, pero lo tratamos aquí, por separado, debido a la especial importanciaque se atribuye a esta garba de cuestiones en las discusiones actuales, y debido a la complejidad de estos temas. Estasconsideraciones parecen también justificar una digresión acerca de ciertas relaciones entre el logro y progreso material de lapoblación, su número y sus aptitudes y actitudes. La aceleración del crecimiento de la población en los países subdesarrollados de por sí no constituye un argumento válido enfavor de la ayuda. Refleja un descenso de la mortalidad y una esperanza de vida más larga, y, por tanto, una mejora de lascondiciones de vida. Resulta discutible en qué medida la gente reduciría el número de sus hijos si tuviese acceso a métodos mássofisticados para prevenir la concepción.[92] Pero incluso ahora no hay razón alguna que impida reducir el número de hijos, yciertamente lo hará si antepone al número unos niveles de vida más altos para ella y para sus hijos. En conjunto, no resulta claroque la aceleración del crecimiento de la población aporte un argumento en favor de la ayuda. No obstante, este rápido crecimiento de la población en los países subdesarrollados figura en forma destacada en la defensade la ayuda, en la que a menudo se sugiere que es la causa principal del hambre y la inanición; por razones obvias, lasreferencias a inanición y hambre tienen un especial atractivo en esta defensa. (De paso se puede señalar aquí que existe algo asícomo una paradoja en la preocupación a menudo expresada de que la gente de los países subdesarrollados vive a nivel desubsistencia y bajo la permanente amenaza de la inanición, lo que entonces se une a expresiones de alarma por el enormeincremento de su número.) [93] La situación, sin embargo, no es evidentemente la de que no haya suficientes alimentos para la subsistencia de la población opoblaciones existentes. Si ésta fuese la situación no podría darse el crecimiento en número y mucho menos un enormeincremento. Si existe inanición en algunos países subdesarrollados esto tiene que significar que parte de la población no puedeganarse la vida, bien porque carece de la capacidad de hacerlo, o bien porque mediante factores institucionales tales comobarreras organizadas de entrada al empleo asalariado o restricciones en el acceso a la tierra le impiden hacerlo. Aparte demedidas de emergencia ocasionales y ad hoc, la ayuda exterior no tiene que ver con el alivio de la inanición. Tal como hemosargumentado, beneficia principalmente a los sectores más acomodados de las poblaciones de los países perceptores, y estossectores ciertamente no están amenazados por la inanición. En su mayor parte no afecta a los grupos más pobres y atrasados —los sectores más pobres del proletariado urbano y rural, y también las sociedades tribales y aborígenes— que son los másexpuestos al hambre. La combinación de una cantidad global suficiente de alimentos con la presencia —supuesta o real— deinanición, también plantea la cuestión de por qué se defiende la redistribución internacional cuando no se lleva a cabo laredistribución nacional en un grado que evite la inanición; lo cual incidentalmente plantea la cuestión adicional de que en talescircunstancias cuando la redistribución interna no se lleva a cabo hasta el punto de aliviar la inanición, la redistribucióninternacional es improbable que llegue a beneficiar a los grupos más pobres, puesto que se canaliza a través de los gobiernos deestos países. Por último, gran parte de la ayuda —probablemente el grueso de la misma— financia directamente o al menos respaldaactividades que ni producen alimentos ni los medios para comprarlos. Ejemplos corrientes de este tipo de proyectos que la ayudafinancia o respalda incluyen las líneas aéreas subvencionadas por el estado, complejos siderúrgicos, trabajos de ingenieríapesada y proyectos de prestigio de todos los tipos.[94] Al fomentar la desviación de los recursos nacionales hacia estasactividades, la ayuda exterior reduce las ofertas de alimentos en los países perceptores y por tanto agudiza la situación de losgrupos más pobres. Este efecto resulta especialmente pronunciado cuando estas actividades se llevan a cabo con tan grandespérdidas que los recursos internos ocupados en las mismas tienen una productividad negativa. Por tanto, la aceleración del crecimiento de la población no constituye un argumento válido en favor de la ayuda. Es más, laayuda exterior rutinaria (a distinguir de las medidas especiales de emergencia) no tiene nada que ver con la inanición en elmundo subdesarrollado y sin duda puede agravarla.

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Éste puede ser un lugar conveniente para examinar ciertos aspectos de la relación entre presión demográfica, crecimiento dela población, motivaciones personales y niveles de vida. La presión demográfica evidentemente no explica ni poco ni mucho lapobreza del mundo subdesarrollado. La mayor parte de África, de América del Sur y del sureste de Asia, así como algunasregiones del sur de Asia, están escasamente pobladas. Los grupos más pobres viven en áreas que en gran parte están desiertas;y además el número de personas de estos grupos a menudo permanece estancado. Las amplias zonas a su disposición no leshan ayudado a salir de sus primitivas condiciones, incluso allí donde la tierra es cultivable sin necesidad de invertir mucho capital.Amplias zonas de estas regiones se hallan sustancialmente despobladas en el sentido de que la densidad de la población esdemasiado baja para permitir el suministro de simples facilidades sanitarias y de transporte. A la inversa, algunas de las áreasmás adelantadas del mundo subdesarrollado (así como, por supuesto, algunas de las áreas más prósperas del mundodesarrollado) tienen una densidad de población muy elevada. La relación entre densidad de población y niveles de vida no puede analizarse correctamente sin la consideración de lasaptitudes y actitudes económicas de la gente, que están ligadas de forma inseparable a la actuación económica. Esta relación seaprecia claramente en las amplias diferencias de prosperidad y progreso de los diferentes grupos étnicos dentro de un mismopaís que pueden observarse tanto en los países subdesarrollados como en los desarrollados y que son especialmentepronunciadas en los primeros. Estas diferencias se presentan tanto si los distintos grupos son indígenas como inmigrantes. El crecimiento de la población, el progreso material y la motivación también están claramente relacionados siendo esta últimala variable independiente decisiva. El carácter decisivo de la motivación queda claro a partir de la consideración va señalada deque la gente siempre puede escoger tener menos hijos si prefiere unos niveles de vida en su medición convencional, más altos.La importancia decisiva de la motivación también viene sugerida por la conexión entre descenso de las tasas de natalidad ymejora de los niveles de vida que a menudo se ha observado en ciertas etapas del progreso material. La causalidad o relaciónfuncional en esta secuencia no es la de una reducción de la tasa de natalidad como consecuencia de una mejora de los nivelesde vida o de la actividad económica general, sino que ambos acontecimientos reflejan un cambio de perspectiva y de motivación,especialmente un interés creciente por el nivel de vida. La reducción de la tasa de crecimiento de la población representa lamodificación de una tasa de cambio que en sí misma (esto es, a menos que se acompañe de otros cambios) no puede dar lugar auna mejora apreciable de los niveles de vida generales durante algunos años o incluso décadas y que, por tanto, no puedeconsiderarse apropiadamente corno causa de tal mejora durante esos períodos.[95] Por tanto, ni la aceleración del crecimiento de la población ni la presión demográfica son una causa significativa eindependiente de la pobreza del mundo subdesarrollado. Son variables dependientes o efectos más que variablesindependientes o causas, puesto que hay pobreza extremada incluso en ausencia de una gran densidad de población o de uncrecimiento sustancial de la población; a la inversa, existe a menudo prosperidad y progreso crecientes en paísessubdesarrollados aun cuando la población sea densa y esté creciendo rápidamente. Ayuda como deber moral. — A menudo se defiende la ayuda exterior como si el ayudar al pobre constituyese el cumplimientode un deber moral. Sin embargo, lana la analogía con la obligación moral. La ayuda exterior es dinero del contribuyenterecaudado obligatoriamente; se halla fuera del área de volición y elección. Sin duda, los contribuyentes no sólo no pueden elegirsino que generalmente ni siquiera saben que están contribuyendo. A veces se insiste en que en una democracia los contribuyentes eligen lo que devuelve el elemento moral a la ayuda exterior.Esta objeción es superficial. El contribuyente tiene que cooperar a la ayuda exterior tanto si le gusta como si no y tanto si havotado a favor como en contra de la misma. Las obligaciones morales de ayudar a los menos afortunados no pueden cumplirse a través de entidades tales como losgobiernos. Sólo pueden cumplirse mediante personas que estén dispuestas a empobrecerse ellas mismas y a disminuir susituación material en relación a los demás con el fin de ayudar a sus semejantes más pobres. Aquellos que desean ayudar a lospaíses subdesarrollados fácilmente pueden escribir un cheque en favor de los gobiernos o misiones, escuelas u hospitales queoperan allí. Existen también otras diferencias entre la ayuda exterior y la caridad voluntaria. La acción voluntaria puede dirigirserápidamente hacia las necesidades específicas de personas o grupos. Crea posibilidades de ajuste a requerimiento ycircunstancias específicas, lo que incrementa la eficacia de la caridad. La ayuda exterior, por otra parte, se distribuye a losgobiernos y no a las personas u organizaciones voluntarias. El reconocimiento de la básica diferencia entre ayuda exterior y caridad voluntaria también tiene considerables consecuencias

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políticas. La mayoría de la gente en los países subdesarrollados ignora que sus países reciban ayuda, ni tampoco puedendistinguir las diferencias entre ayuda exterior y caridad voluntaria. Pero aquellas personas que en los países perceptores sabenacerca de la ayuda exterior generalmente y acertadamente perciben una diferencia fundamental entre caridad voluntaria y dinerode los contribuyentes recaudado obligatoriamente; en consecuencia, recelan de las afirmaciones de que la ayuda exterior vienemotivada por sentimientos humanitarios. Argumentación en favor del endeudamiento. —Se ha venido a sugerir que la ayuda exterior es necesaria para permitir a lospaíses subdesarrollados cumplir con los préstamos subvencionados (financiación favorecida) de anteriores acuerdos de ayudaexterior. Este argumento, que tal como hemos señalado, implica que se ha de conceder más ayuda porque la ayuda anterior seha demostrado improductiva, recibe un cierto apoyo en el informe Pearson. Esta secuencia implica un círculo vicioso deendeudamiento: la financiación favorecida utilizada en forma improductiva lleva al endeudamiento, que se utiliza entonces comoargumento para ulterior financiación favorecida. Este círculo vicioso de ayuda y endeudamiento parece mucho más real que elampliamente anunciado círculo vicioso de la pobreza y el estancamiento. Es más, si las subvenciones, que son donacionescompletamente gratuitas, se usan en forma improductiva, la situación resultante también puede utilizarse para abogar porulteriores subvenciones o préstamos subvencionados. Por ejemplo, las subvenciones pueden usarse para levantar costosasestructuras o instituciones cuya cara manutención puede entonces decirse que precisa de apoyo exterior. Abogar por más ayuda con el fin de cubrir el endeudamiento contraído por la ayuda recibida en el pasado es un ejemplo delenfoque axiomático, del que se sigue que tanto el progreso como el retroceso, el éxito o el fracaso, pueden señalarseinsistentemente como motivos para ulterior ayuda. Ayuda y estrategia política. — A veces se justifica la ayuda exterior, especialmente en las controversias americanas, por dosmotivos políticos: en primer lugar, porque representa un valioso instrumento de la estrategia política occidental, al mantener a lospaíses subdesarrollados fuera del bloque soviético; y en segundo lugar, porque mediante el fomento del desarrollo de los paísespobres, y por tanto, reduciendo el alcance de las diferencias internacionales en la renta, evita la aparición de una situaciónpolítica explosiva y por tanto ayuda a conservar la paz mundial. Consideremos los dos argumentos por turno: el primero se halla en curioso desacuerdo con los basados en motivos morales yhumanitarios; pero, como ellos, tampoco es sólido. a) El argumento supone que la ayuda exterior sirve rápida y significativamente para elevar los niveles de vida. Además suponeque la propensión a aceptar el comunismo depende en gran parte del nivel de vida. Ninguno de estos supuestos es cierto. b) Con escasas excepciones la ayuda exterior promueve economías centralizadas y estrechamente controladas. Su actuación,por tanto, favorece y refuerza a gobiernos que se inclinan hacia el bloque soviético. c) Los beneficiarios en este campo, como en otros, están en condiciones de sentir resentimiento contra los donantes.[96] Debido a este resentimiento, sienten a menudo la necesidad emocional de reafirmar su independencia respecto al donante,reacción que en el contexto de la ayuda exterior también puede muy bien ser políticamente útil, tanto por razones internas comoexternas.[97] Este tipo de resentimiento a menudo se señala en la literatura general, pero raramente se menciona por parte delos partidarios de la ayuda exterior. Y este resentimiento a veces se ve exacerbado por una actitud protectora por parte de losdonantes hacia quienes perciben una ayuda exterior ininterrumpida, actitud que, a pesar de los que la niegan, a menudo se hallapresente y no sin que haya que esperarlo. Varias influencias hacen que sea especialmente posible el que los perceptores de ayuda exterior reaccionendesfavorablemente respecto a los proveedores de estas donaciones. La transferencia del dinero de los contribuyentes a losgobiernos extranjeros levanta sospechas de motivaciones siniestras, en especial de dominación política. Las refutaciones detales motivos y el énfasis en los motivos humanitarios sirven para reforzar estas sospechas. A menudo la ayuda exterior tambiénse considera en los países perceptores como un instrumento para forzarlos a comprar lo que de otra forma no podría venderse.Aún más, mucha gente en los países perceptores considera la ayuda como un reconocimiento de culpabilidad por parte de losdonantes, como restitución parcial por injusticias pasadas. Este punto de vista está de moda y hace mucho ruido en los paísessubdesarrollados, donde se hace correr ampliamente el rumor de que su atraso material es el resultado de la explotaciónoccidental. Esta opinión se ve reforzada por aquellos sentimientos de culpabilidad que como hemos señalado consistentotalmente en una actitud protectora. Los métodos de asignación de la ayuda occidental, particularmente la ayuda americana e inglesa, faltos de sentido crítico en

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relación a la asignación mucho más determinada y selectiva de la ayuda soviética, han reforzado algunas de estas reaccionespolíticas adversas. Su asignación va desde la indiscriminada (en el sentido de su falta de consideración hacia los interesespolíticos de los donantes), que levanta sospechas al ser tan incomprensible, a la conciliadora, que consigue el resultado contrarioal que se proponía, porque una respuesta hostil por parte del país perceptor es más probable que asegure la continuación de laayuda. En años recientes ha existido una tendencia creciente por parte de los países perceptores a fijar las condiciones para laaceptación de ayuda o incluso amenazar con rechazarla en bloque, tendencia que ha ido acompañada de una actitud cada vezmás conciliadora de los países donantes. Por ejemplo, una noticia para el Financial Times del 17 de julio de 1970, que informabaacerca de una reunión del consorcio de Ayuda a la India, afirmaba que "los donantes están llegando al convencimiento de que notienen otra alternativa más que la de aceptar a la India tal como es y sin darle lecciones".[98] La idea de que los donantes tienenla alternativa de retener la ayuda aparentemente no se les ha ocurrido a los miembros del consorcio o al autor del artículo.[99] Por supuesto que no sólo se prescinde de esta posibilidad, sino que se han dado casos de países donantes que hansolicitado repetidamente a los países pobres que no rechazasen su ayuda.[100] Por estas y otras razones no resulta sorprendente que muchos gobiernos que reciben ayuda de otros hayan seguido políticashostiles a los donantes occidentales, a los que se han opuesto y a quienes han desconcertado y frustrado hasta el máximo de susposibilidades. Los líderes y portavoces de muchos gobiernos perceptores han sido violentos y explícitamente ofensivos con lospaíses donantes: ejemplos de años recientes son Argelia, Ghana, la India, Indonesia, Tanzania la República Árabe Unida yZambia.[101] d) Si la ayuda exterior tuviese que servir como instrumento de estrategia política tendría que ser asignada de forma mucho másselectiva que en la actualidad. Su asignación también tendría que desligarse de presiones por intereses comerciales en lospaíses donantes. El segundo argumento, de que la ayuda impide la aparición de una actuación políticamente explosiva y que, por tanto, ayuda amantener la paz mundial, y particularmente la seguridad de las naciones más ricas, ha alcanzado relieve en años recientes en lasdiscusiones públicas acerca de la ayuda exterior. Esta argumentación tan frecuente resulta también sin importancia. En primerlugar y una vez más, prejuzga los resultados de la ayuda, al dar por sentado que ésta fomenta el desarrollo de los perceptores.Pero también está expuesta a objeciones más fundamentales. Los gobiernos no van a la guerra porque sus países sean pobres:las dos guerras mundiales, por ejemplo, fueron iniciadas por los países más adelantados, y combatieron entre ellos. Es más, conla importante excepción de China, que es uno de los pocos países subdesarrollados que no recibe ayuda de nadie,[102] losrecursos militares y económicos de los países pobres son exiguos (por supuesto que su escasez de recursos es básica paradefender la ayuda), de forma que estos países posiblemente no pueden constituir una amenaza militar para los paísesdesarrollados.[103] Puesto que sólo los países relativamente avanzados técnicamente pueden representar una amenazaimportante para otros países adelantados, quienes proponen este argumento específico, si creen que la ayuda fomenta eldesarrollo material y técnico, lógicamente tendrían que argumentar contra la ayuda exterior a los países subdesarrollados. Por tanto, las consideraciones de estrategia política no aportan argumentos sustanciales a favor de la actual política de ayudaexterior de los donantes occidentales. Ayuda, balanza de pagos y barreras al comercio.— El último argumento en favor de la ayuda que consideraremos aquíconstituye una curiosa sugerencia, que a menudo se ha hecho en el Reino Unido, en el sentido de que la ayuda exterior fomentalas exportaciones y, por tanto, ayuda a la balanza de pagos. Este argumento es contrario a la realidad. Afirma que lasexportaciones se compran con ayuda; pero esto equivale a regalar las mismas exportaciones, de forma que no contribuyen ennada a la balanza de pagos. Y puesto que las exportaciones tienen un contenido importado y también disminuyen las ofertasinternas, las exportaciones que se regalan agravan el problema de los pagos exteriores y aumentan la correspondientenecesidad de deflactar la demanda exterior.[104] Este argumento en favor de la ayuda es lo mismo que instar a un tendero a quele roben la caja registradora, en base a que se beneficiará si parte del dinero se gasta en su tienda. Si por otra parte la sugerenciase refiere al suministro de protección en mercados exteriores a través de ayuda vinculada, ello implica que es un subsidio a losexportadores británicos, que no es lo que generalmente se entiende por ayuda. Al estimar el impacto de la ayuda exterior en la situación de los pagos y en el progreso material de los países donantes, deberíarecordarse que la inversión privada extranjera en las áreas más productivas del mundo se ha visto drásticamente restringidarecientemente por los gobiernos de los Estados Unidos y el Reino Unido, mientras que ha continuado el flujo de ayuda oficial al

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mundo subdesarrollado. Estas restricciones fueron agravadas y en parte causadas sin duda por la ayuda exterior. Cabe señalarentre paréntesis que estas restricciones necesariamente retrasan el progreso material del mundo desarrollado, lo cual a su vezperjudica las perspectivas económicas a largo plazo del mundo subdesarrollado, a través de efectos negativos en el coste de susimportaciones, en el mercado de sus exportaciones, y en la oferta mundial de capital. Contrastando con el argumento de que la ayuda beneficia a los países donantes al estimular su balanza de pagos, existe elargumento de que debería darse para compensar los efectos negativos para los países subdesarrollados de las barrerascomerciales erigidas por los países desarrollados. Si bien es cierta la afirmación de que estos beneficios serían mayores enausencia de barreras comerciales, resulta una cuestión algo controvertida determinar qué significación tienen estas barrerascomo obstáculos para el progreso de los países subdesarrollados. Peso la ayuda exterior disminuye las perspectivas dereducción o eliminación de estas barreras. Como hemos señalado ya en este capítulo, el flujo de ayuda dificulta la aparición ydisminuye la eficacia de la oposición política a estas barreras dentro de los países donantes y posiblemente también dentro de lospaíses perceptores. 8. POSIBILIDADES DE LA AYUDA Allí donde están presentes los requisitos previos y básicos de tipo personal, social y político para el progreso material, el capitalpreciso para el desarrollo normalmente se genera con base local o se consigue del extranjero en términos comerciales, bien seapara el estado, para el sector privado o para ambos. Pueden darse, sin embargo, circunstancias políticas excepcionales, fuera delcontrol del gobierno, en que esto no sea así. Taiwán a principios de los años cincuenta puede haber constituido un casoexcepcional de este tipo. La población de este país posee las facultades y aptitudes precisas para el progreso material y lascondiciones sociales y políticas internas tampoco eran prohibitivas. Pero entonces existía la creencia generalizada de que Taiwánpronto sería ocupada por la República Popular de China. En las circunstancias de la época, esta aprensión llevó a una crisis deconfianza que impidió la inversión y la iniciativa. Esta crisis de confianza probablemente fue aliviada por el flujo de ayudaamericana, que se consideró como una prueba de que el país no sería ocupado por China en un futuro próximo, y que restablecióla confianza. La llegada de ayuda americana también se vio acompañada por importantes cambios en la política económicainterna de Taiwán, en especial la supresión de algunos de los controles económicos más restrictivos y la retirada del gobierno dela participación directa en ciertas actividades económicas. Se afirma que en este caso concreto la influencia americana fue enparte responsable de estos cambios y la concesión de ayuda facilitó el ejercicio de esta influencia. El progreso material de Taiwándesde principios de los años cincuenta ha sido sin duda digno de mención, si bien no en mayor medida que el de Hong Kong yJapón. La ayuda a Taiwán se cortó en 1964. El éxito de la ayuda Marshall se cita a menudo como ejemplo de la efectividad de la ayuda exterior. Pero la analogía entre laayuda Marshall y los programas de ayuda para países subdesarrollados es falsa. Las economías de Europa occidental tenían querestaurarse, mientras que las de los actuales perceptores tienen que desarrollarse. La gente de Europa occidental tenía lasfacultades, motivaciones e instituciones favorables al desarrollo desde siglos antes de la segunda guerra mundial. De ahí elrápido retorno a la prosperidad en Europa occidental y la terminación de ayuda Marshall al cabo de cuatro años,[105] encontraste con la situación económica de la India y de muchos otros perceptores de ayuda después de un período más largo. Yresulta altamente probable, especialmente a la vista del subsiguiente progreso material de Europa occidental, que se habríarecuperado sin la ayuda Marshall, si bien menos rápidamente. El efecto de una importante afluencia de donaciones a Israel desde 1948 fue, en cierto modo, semejante a la ayuda Marshall.La población ya disponía de las facultades y motivaciones apropiadas para un desarrollo con éxito. Sin embargo, el país teníauna enorme escasez de capital, especialmente de capital circulante, que suministraron las donaciones. Las donaciones recibidaspor Israel no constituyen por supuesto ayuda exterior tal como generalmente se suele entender el término, puesto que se trata dedonaciones de particulares o grupos y no donaciones intergubernamentales del dinero de los contribuyentes. Aun dejando a un lado estos ejemplos de excepción, la ayuda exterior sin duda aumenta los recursos de los paísesperceptores. Sin embargo, hemos indicado que la afluencia de recursos va acompañada de otras repercusiones que puedencompensar o más que compensar los efectos favorables de los recursos adicionales. A pesar de ello, los beneficios derivados dela afluencia de recursos pueden exceder las repercusiones desfavorables. Pero esto sólo puede ocurrir si ya se hallan presenteslas otras condiciones previas del desarrollo, e incluso en estas condiciones todavía queda la cuestión de por qué el capital nodebería buscarse en términos comerciales y en cambio recibirse en la forma de subsidios exteriores con las desventajas políticasy económicas que generalmente acompañan a esta línea de acción. Los términos comerciales serían más caros; pero, comohemos sostenido, tanto el capital como la asistencia técnica es probable que sean mucho más productivos que cuando se

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suministran gratis o en condiciones subvencionadas. El reconocimiento de las limitaciones de la ayuda exterior deja todavía abierta la cuestión de hasta dónde podría mejorarse sufuncionamiento: suponiendo que se continúa suministrando, ¿cómo podrían minimizarse sus efectos perjudiciales eincrementarse sus posibles beneficios? Parece que hay mucho campo para mejoras en varias direcciones. En primer lugar, podrían revisarse drásticamente los criterios de asignación. Podría asignarse de forma mucho más selectiva delo que ocurre en la actualidad, de modo que se favorezca a los gobiernos que dentro de sus recursos humanos administrativos yfinancieros tratan de llevar a cabo sus imprescindibles y difíciles tareas de gobierno y al mismo tiempo, se abstienen de unestrecho control de la economía. En otras palabras, podría favorecer a los gobiernos que tratan de gobernar más que deplanificar. Del mismo modo, se podría negar a los gobiernos que siguen políticas que claramente retrasan el progreso material desus países; políticas que, además, agudizan los problemas y dificultades tanto de otros perceptores de ayuda como, a menudo,también de los donantes. Tales criterios fomentarían sistemas económicos relativamente liberales en los países perceptores,minimizarían la coacción y favorecerían el progreso material, especialmente la mejora de los niveles de vida. Probablementetambién reducirían la tensión política en los países perceptores. Los criterios propuestos en los anteriores párrafos suponen, por supuesto, que el motivo de la ayuda es la mejora de lascondiciones materiales de la población en los países perceptores. Pero estos criterios serán inaceptables si el propósito consisteen algo diferente como es la persecución de objetivos políticos tales como el fomento de economías y sociedades estrechamentecontroladas o el incremento de los recursos y del poder de las organizaciones internacionales. En segundo lugar se podríaprestar mucha más atención a prevenir que la afluencia de ayuda sesgue el desarrollo de los países perceptores en direccionesbasadas en prototipos exteriores inapropiados. Se podría dar prioridad a los gobiernos más interesados en la mejora decarreteras y en la ampliación de contactos exteriores que en abrir universidades de tipo occidental o en crear fábricas deingeniería pesada o complejos siderúrgicos.[106 ] En tercer lugar, existirían varias ventajas prácticas (algunas de las cuales están relacionadas) en desvincular la ayuda, esto es,en no insistir en que debería gastarse en determinados países donantes. La desvinculación de la ayuda prácticamente eliminaríael elemento de subsidio a los exportadores en los países donantes y por tanto mediría claramente el coste para los donantes y elsubsidio para los perceptores; separaría el flujo de ayuda de las presiones de los intereses comerciales, académicos yadministrativos, para los cuales a menudo la ayuda exterior presenta mercados protegidos o empleos agradables; alejaríaconsiderablemente la sospecha muy extendida de que la ayuda exterior es un medio de imponer bienes invendibles; ysimplificaría la administración de ayuda en los países donantes. La sugerencia de que la ayuda debería desvincularse no debe confundirse con la de que debe canalizarse a través de lasagencias internacionales. Esta última sugerencia, que ahora tiene una amplia publicidad, casi con toda seguridad produciríaresultados extremadamente antieconómicos. Si la ayuda se distribuyese de esta forma se rompería la conexión entre elsuministrador de ayuda y el perceptor, con el resultado de que el gasto financiado con la ayuda se examinaría aún menosatentamente que en la actualidad.[107] El interés del suministrador de capital en su uso tiende a incrementar la eficacia de sudespliegue. Estos posibles resultados se dan aparte de las más amplias implicaciones políticas del sustancial incremento de losrecursos y poder de las agencias internacionales que les correspondería si fuesen responsables de la asignación de la ayudaexterior. Se puede objetar que la adopción de los criterios propuestos en esta sección para la asignación de ayuda equivaldría a unainterferencia injustificada e inaceptable en las políticas interiores de los perceptores. Esta objeción es falsa por lo menos por dosrazones. En primer lugar, la ayuda exterior necesariamente afecta las políticas internas de los perceptores, como resulta obvio enun examen atento y como queda claro a partir de varios argumentos expuestos en este trabajo. En segundo lugar, la ayudaexterior representa donaciones de capital escaso. La demanda de ayuda siempre y necesariamente excede la cantidaddisponible, que, por tanto, inevitablemente se raciona. La ayuda a un perceptor no sólo disminuye los recursos de los donantessino que también reduce la ayuda disponible para otros. Y si se utiliza de forma ineficiente por parte de algunos perceptores, lasnecesidades futuras agregadas se incrementarán. Por tanto, los donantes tienen un interés ineludible en el uso al que se destinala ayuda y deberían interesarse convenientemente por las políticas económicas de los perceptores. Los otros perceptores deayuda tienen un interés análogo. Si algunos gobiernos perceptores persiguen políticas que dañan de forma manifiesta lasperspectivas de desarrollo de sus países, las mismas pueden afectar negativamente, y por partida doble, las perspectivas de otrospaíses pobres que reciben ayuda: en primer lugar, aumentando la impopularidad de los programas de ayuda dentro de los paísesdonantes; y, en segundo lugar, incrementando sus propias necesidades futuras.

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Sin embargo, es improbable que la ayuda se reforme siguiendo las directrices sugeridas en esta sección. Pero aun en el casode que lo fuese, la ayuda exterior, que no afecta ni puede afectar favorablemente los principales determinantes del desarrollo, espoco probable que sea un instrumento importante, por no decir indispensable, para el progreso material de los países pobres. APÉNDICE A LA PARTE A: ARGUMENTOS ESPECÍFICOS EN FAVOR DE LA PLANIFICACIÓN 108 La mayoría de las discusiones contemporáneas dan por sentada la defensa de la planificación global. Sólo esporádicamentese presentan argumentos que parezcan basarse en razonamientos técnicos o tener un contenido especifico Estos se dirigen apúblicos más especializados que el tratamiento axiomático de este tema y, por tanto, se examinan de forma más apropiada eneste apéndice, que está dirigido en primer lugar al lector especializado, que en el texto del capítulo. La argumentación másampliamente divulgada insiste en que se precisa de la planificación para incrementar el ahorro y la inversión; para desarrollar laindustria manufacturera, especialmente la producción local de bienes de capital (industria pesada); para subsanar la falta dedotes empresariales en la población; o para asegurar economías externas. Elevación del nivel de ahorro e inversión. — El más conocido de los argumentos cuasitécnicos en favor de la planificacióncentral global es la necesidad de incrementar el ahorro y la inversión, que a veces se denomina ahorro forzoso. Este influyenteargumento es irrelevante. En primer lugar, gran parte de la planificación no tiene como finalidad, incluso ostensiblemente, elincremento de las tasas de ahorro o de inversión. Piénsese, por ejemplo, en las autorizaciones de la actividad comercial eindustrial. Sin duda, los principales elementos constituyentes de la planificación global reducen el ahorro y la inversión. Comoejemplos pueden darse las restricciones al funcionamiento y expansión de empresas industriales organizadas o las restriccionesa la entrada y despliegue del capital extranjero. Estas políticas son corrientes en países en los que la planificación global es lapolítica oficial. En segundo lugar, el ahorro y la inversión pueden fomentarse mediante políticas fiscales y financieras, así comomediante distintas medidas destinadas a estimular el cambio institucional sin planificación global. Sólo por citar los ejemplos másevidentes, pueden incrementarse mediante un superávit presupuestario o mediante incentivos al abono privado. Totalmente aparte de la inaplicabilidad de esta argumentación existe también la cuestión más amplia de la justificación delahorro forzoso. El argumento en favor de tal política no es más sólido que la defensa del trabajo obligatorio. Si la poblacióncomparte la opinión del gobierno acerca del valor del rendimiento esperado del gasto en inversión propuesto, el gobierno podríafinanciarlo mediante préstamos emitidos en condiciones de mercado, sin controles, imposición especial o inflación. La detracciónforzosa mediante imposición de las ganancias o ahorros de la gente, con la ostensible finalidad de un incremento futuro del flujode renta, no se diferencia en principio del trabajo forzoso. Además, la reducción del consumo es cierta e inmediata, mientras queel futuro incremento de la renta es especulativo e incierto. La relación entre gasto en inversión y desarrollo económico es compleja e incierta. A menudo se supone que el progresomaterial de los países pobres depende principalmente o incluso totalmente del nivel de gasto de inversión. Pero esto essuperficial. No es legítimo suponer que un programa de inversión fomenta el desarrollo sin investigar acerca de sus rendimientosy repercusiones más amplias. Las discusiones acerca del desarrollo a mentido suponen una alta tasa de rentabilidad del gasto total de inversión. Laanticipación de un rendimiento elevado puede ser un criterio Era la valoración de los méritos de determinados proyectos; pero darpor sentado tal rendimiento confunde un supuesto con un criterio. Esta cuestión es lo suficientemente importante como parajustificar una digresión. Los méritos de un programa de inversión sólo se pueden valorar apropiadamente después de estimar los rendimientosesperados o el coste en términos de un uso alternativo de los recursos. Es más, las repercusiones, tanto de la recogida como delgasto de los fondos también deben tenerse en cuenta en la medida en que puedan averiguarse. Además, el rendimiento se ha devalorar en términos de un incremento en el flujo de renta total, especialmente de bienes y servicios que componen el nivel devida. La expansión de determinados sectores de la economía no indica el avance económico general. En lenguaje corriente, todo gasto de dinero que no sea en consumo corriente o servicios corrientes del gobierno se ha venido adenominar inversión y a considerarlo generador de renta. Ha surgido un fetiche inversión que ha servido para justificarfalsamente toda clase de gastos y políticas sin consideración del coste, rendimiento y otras repercusiones. Este enfoque se ha deponer en duda por varios motivos diferentes. Incluso la inversión en gran escala no tiene por qué dar lugar a un incremento de la renta.

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1) Las facultades y motivaciones personales, y las instituciones sociales de los países subdesarrollados, pueden no ir deacuerdo con el progreso material. La inversión será improductiva sin los necesarios factores o recursos cooperantes, tanto en laforma de las necesarias ofertas de trabajo como en el sentido más amplio de las motivaciones y marco institucional apropiados.Salvo en condiciones poco usuales, la inversión de por sí no fomentará o generará los necesarios recursos cooperantes ocomplementarios. 2) La distinción entre inversión y consumo en la práctica es en gran parte arbitraria. Esta arbitrariedad: que atañeparticularmente a los países pobres, tiene relación con los supuestos méritos de la inversión como instrumento para el desarrolloeconómico. Especialmente en los países subdesarrollados es el consumo y no la inversión el que a menudo sirve paraincrementar la capacidad productiva de los recursos, especialmente de los humanos. Sin consumo, la capacidad productiva delos seres humanos claramente sería cero. Por tanto, la verdadera cuestión es el efecto comparativo de distintos esquemas degasto sobre el nivel de crecimiento de la renta. Además, la perspectiva de una mejora del consumo constituye a menudo unincentivo para una mayor actividad económica, tal como se reconoce en el concepto de bienes incentivo o estímulo. La mayoractividad económica fomentada así, a menudo toma la forma de esfuerzo adicional o de decisión de producción para la venta másque para la subsistencia. También puede tomar la forma de inversión directa adicional en agricultura a costa del tiempo libre. Enestas circunstancias, el consumo y la inversión son complementarios. Tal relación es totalmente normal en las etapas iniciales deldesarrollo económico. La imprecisa naturaleza de la distinción entre consumo e inversión se ve subrayada por la arbitrariedad de la distinción entrebienes de capital y bienes de consumo duradero. La mayoría de los componentes del stock de capital de la inversión bruta, enespecial casas y otros tipos de edificaciones, se ven más apropiadamente como conceptos en los que se. gasta la renta, esto es,como bienes de consumo duradero, que como instrumentos para elevar la renta futura. En cualquier relación funcional entreinversión y progreso material se ajustan más a una variable dependiente que a una independiente. Estas formas de gasto deinversión a menudo representan una proporción sustancial de la inversión bruta total. Por el contrario, muchos productos convencionalmente clasificados como bienes de consumo se parecen más a los bienes decapital productivos en sus efectos sobre el desarrollo económico, esto es, como instrumento para incrementar el flujo de rentafutura, bien porque sirven de bienes incentivos o bien porque incrementan la eficacia del esfuerzo, mantienen la salud de laspersonas de los animales domésticos o evitan el deterioro de las cosechas y bienes perecederos. Ejemplos corrientes incluyenlos tejidos, artículos metálicos (contenedores, sopletes, bicicletas, máquinas de coser, herramientas sencillas) e insecticidas. Estagama de bienes, y las repercusiones de su uso, son importantes en muchos países pobres. A menudo suponen una apreciableproporción del gasto total en efectivo y de las importaciones; y a menudo fomentan de forma sustancial la ampliación de laproducción para el mercado. Por tanto, si se restringe su oferta para estimular la inversión, ello puede retrasar más que impulsarel desarrollo económico. 3) Tanto las decisiones de inversión públicas como las privadas, pueden no tener éxito por el hecho de que el rendimiento seamenor que lo esperado o incluso sea negativo. Tales riesgos son inherentes a las decisiones de invertir. Es menos probable quelos riesgos se puedan aquilatar cuidadosamente si el gasto denominado inversión se considera productivo per se. El riesgo defracaso será especialmente pronunciado y la inversión tendrá menos probabilidades de ser productiva, cuando aquellos quedeterminan su volumen dirección no tienen un interés directo en su despliegue productivo, porque ni soportan el coste ni disfrutandel rendimiento. El interés del oferente de capital por los costes y rendimientos tiene una gran influencia en la productividad de lainversión. Una vez más, los fondos dirigidos públicamente en general no pueden adaptarse tan estrechamente a la demanda delconsumidor o a la oferta de recursos cooperantes (esto es, a las condiciones del mercado) como la inversión privada, lo cual esuna razón del por qué el gasto de inversión no necesariamente aumenta el stock de capital generador de renta. Cuando losfondos son suministrados gratis desde el extranjero, resulta especialmente probable que se malgasten. Es más, aun en el caso deque el gasto de inversión incremente la producción en comparación con algunos usos alternativos de los recursos, no se seguiráningún incremento de los niveles de vida presentes o futuros a menos que la producción esté relacionada con la demanda delconsumidor. 4) La recolección de recursos para la inversión financiada o garantizada por el gobierno a menudo tiene un efecto sustancialde desincentivo al ahorro, esfuerzo y capacidad emprendedora, debido a los impuestos y controles establecidos con este objeto.Estos efectos de eliminación del incentivo fácilmente pueden compensar, o más que compensar, el incremento potencial de rentadebido a la inversión. La aportación de la inversión al desarrollo es un factor neto una vez se han tenido en cuenta las

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repercusiones tanto de la recogida como del gasto de los fondos. Estas repercusiones incluyen no sólo la disminución derecursos en las actividades y sectores desde los que se han trasladado, sino también las consecuencias de su recogida sobre elincentivo a ahorrar, a invertir, a asumir riesgos a hacer esfuerzos y a producir para la venta. Sin embargo, muchas discusionessobre planificación consideran el gasto del estado para desarrollo como un simple incremento de los recursos, sin tener encuenta el origen de los fondos o las repercusiones de su recogida. Este enfoque constituye, en parte, un ejemplo de la práctica de la economía sin costes, esto es, un tratamiento que ignora losusos alternativos s de los recursos absorbidos por una actividad. En parte, el enfoque también es un ejemplo de identificación delestado con el país en su conjunto. Este tratamiento considera los recursos que llegan al estado como una ganancia nacional y losrecursos decomisados como una pérdida nacional. Por ejemplo, cuando los ciudadanos de un país logran evadir los controles decambio y venden moneda directamente a los compradores extranjeros en vez de venderla a los representantes del control decambios, eso se describe a menudo corno un pérdida nacional. De hecho lo que ha ocurrido es que algunos ciudadanos privadoshan logrado mantener algunos de sus recursos fuera del control del gobierno. El deseo de alcanzar un nivel concreto de gasto de inversión puede servir como base real o aparente para imponer una seriede controles que a menudo impiden el crecimiento de la renta. Este resultado resulta particularmente probable cuando loscontroles restringen la movilidad ocupacional o geográfica; cuando restringen los contactos económicos exteriores; cuandoexacerban la tensión política; cuando desvían la energía de la vida económica a la actividad política; y cuando dan lugar a unsentimiento de inseguridad que afecta negativamente al ahorro y a la inversión interiores y fomenta la exportación de capital.Todo esto son probables circunstancias concomitantes de la existencia de amplios controles en los países subdesarrollados.Estas repercusiones refuerzan los efectos más corrientes de los controles sobre los incentivos o la asignación de recursos. 5) La preocupación por el nivel de gasto de inversión ha llevado a un descuido de los principales factores que afectan aldesarrollo, tales como la aparición de la economía de cambio, el establecimiento de adecuados arreglos institucionales, elprogreso del conocimiento técnico y la ampliación de los contactos interregionales. Estas influencias y desarrollos pueden darlugar a cambios significativos en las actitudes y costumbres y a menudo también dan lugar a la aparición de nuevas necesidades,métodos de producción y a la introducción de nuevas cosechas. Tales desarrollos evidentemente pueden mejorar mucho laproductividad y recursos, incluso sin formación neta de capital. Que se den tales desarrollos puede venir afectado en formasignificativa por los costes y repercusiones de un programa importante de inversiones. Las repercusiones pueden ser favorableso adversas. La acción del gobierno a menudo es indispensable para la promoción de desarrollos favorables en este campo. Estascapacidades tienden a ser descuidadas y oscurecidas por la preocupación por el nivel de gasto de inversión convencional. Porejemplo, esta preocupación lleva a un exceso de énfasis en las instalaciones materiales y al correspondiente descuido delposible desarrollo de los recursos humanos.[109] Éstas son algunas de las razones del porqué un programa de inversión en gran escala no necesariamente fomenta el progresomaterial de los países pobres y puede retrasarlo en comparación con un programa menos ambicioso. Los problemas de valorar los probables resultados de un programa de inversión lógicamente son distintos de los problemas dedeterminación de sus resultados. En la práctica los dos conjuntos de problemas a menudo se hallan interrelacionados ypresentes al mismo tiempo. Cuando en términos generales se supone que el gasto en inversión es productivo, o másconcretamente cuando se considera que esto es así para cualquier gasto denominado inversión, la valoración objetiva de losrendimientos de la inversión o de los resultados más amplios del programa resulta particularmente improbable. A menudo existen muchas dificultades para determinar los resultados incluso ex post, por no referirnos a los méritos másamplios de un programa importante de inversión. Las dificultades incluyen por supuesto los problemas debidos a la actuaciónsimultánea de innumerables influencias que afectan a los fenómenos económicos, y al retardo en el tiempo, en la respuesta delos productores y consumidores a cambios en las condiciones y en las variables. Todos estos problemas resultan particularmenteacentuados cuando se considera el funcionamiento de la economía en su conjunto y se relaciona con la actuación de variablesconcretas. A veces se sugiere o se da por supuesto que el gasto de inversión da lugar a un aumento casi simultáneo de la renta. Pero estoresulta claramente infundado. La inversión sólo puede ser productiva si incrementa la renta por encima del coste de los activos,cuestión que sólo puede establecerse después de un período de arios y dependiendo de la duración de la vida de los activos.[110] Las dificultades de valorar los méritos y de averiguar los resultados de los principales programas de inversión en los países

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pobres se ven exacerbadas por la presencia de importantes tipos de capital y de formación de capital que a menudo eluden laobservación y medida, y que frecuentemente se descuidan en discusiones tanto de la literatura como de las estadísticasconvencionales. Con mucho, la más importante de estas categorías está representada por las propiedades agrícolas cultivadas.Otras incluyen ganado, estructuras simples y diferentes tipos de equipo y de stocks comerciales. Muchos problemas conceptualesy estadísticos de la medición del capital se destacan cuando se consideran estos tipos de capital y especialmente laspropiedades agrícolas. La formación de capital que supone un incremento de estos activos es importante cuantitativa y cualitativamente, debido a laimportancia relativa de la agricultura y de sus actividades auxiliares en la economía; y es importante cualitativamente debido alpapel de este tipo de formación de capital en la transición de una producción de subsistencia a una economía de mercado. Amenudo puede ampliarse el stock de algunos de estos tipos de capital, especialmente las propiedades agrícolas, o mejorar suproductividad, por la aplicación de esfuerzo sin inversión monetaria. Estos capítulos descuidados de la formación de capital generalmente se ven afectados por la política del gobierno, incluyendola hacienda pública y la imposición de controles. Si se ignora estos capítulos, las repercusiones de la política del gobierno sobrelos mismos también se pasará por alto. Por consiguiente, la política no puede estar encaminada a la maximización de resultadosfavorables sobre la formación de capital productivo. Resultados desfavorables sobre el volumen y productividad de estoscapítulos de formación de capital y sobre el crecimiento de la renta son muy probables cuando todo el gasto monetario,convencionalmente y a menudo arbitrariamente denominado inversión, se considera productivo; y cuando el consumo escomplementario y no competitivo con estos capítulos descuidados de la formación de capital. Estas dos condiciones se hallanmuy presentes en el mundo subdesarrollado: la primera, como resultado de la moda actual, y la última, como característicageneral de las economías que se modernizan. Esta larga discusión puede resumirse brevemente. La acumulación de capital amenudo es un poderoso instrumento de adelanto material. Pero la idea de que el gasto de inversión es prácticamente decisivo enel incremento de la capacidad productiva precisa para el desarrollo, en el mejor de los casos es una simplificación, y más amenudo simplemente resulta infundada por el hecho de que no refleja los hechos.[111] La inversión es un concepto o categoríademasiado general y vago como para que aporte criterios válidos para la política de desarrollo.[112] Antes de que pueda servirincluso como criterio parcial para esta finalidad es necesario examinar con detalle los métodos y repercusiones de un programade inversiones, incluyendo las repercusiones de los distintos métodos de captación de fondos. Las ideas de que el gastodenominado inversión es productivo y de que un incremento del volumen de ahorro e inversión monetarios es necesario yposiblemente suficiente para el desarrollo material, han causado un enorme despilfarro en todo el mundo subdesarrollado. Entodo caso, no se precisa la planificación central para incrementar el ahorro y la inversión, y es mucho más probable que dificulte,en vez de fomentar, el ahorro e inversión productivos. Fomento de la industria manufacturera. — El segundo argumento en importancia, cuasitécnico o específico, en favor de laplanificación central sugiere que esta política es necesaria para acelerar el desarrollo de la industria manufacturera, que sesupone indispensable para el adelanto económico.[113] Este argumento, una vez más, no es significativo: el desarrollo de laindustria manufacturera no depende de la planificación central global; y el desarrollo no depende de la ampliación del sectormanufacturero. A menudo se ha dado desarrollo de la industria manufacturera sin ayuda estatal. Muchas veces se ha fomentado mediantearanceles u otros subsidios, sin planificación central en el sentido normalmente aceptado del término. Sin duda hasta bienentrado el siglo XX la ayuda estatal no estaba ligada a propuesta de planificación central. Queda claro, pues, que la planificacióncentral global no es necesaria para el fomento de la industria manufacturera. La relación entre el nivel de desarrollo económico y la importancia relativa de la industria manufacturera es mucho menostajante de lo que a menudo se sugiere en las discusiones actuales. En términos generales resulta cierto que los países más ricosestán, en conjunto, mucho más industrializados que los países pobres, si bien existen muchos países (Nueva Zelanda, Canadá,Dinamarca) en los que la proporción de población ocupada en la industria manufacturera es más baja y la ocupada en laagricultura más elevada que en otros países en que las rentas per capita son más bajas (Bélgica, Reino Unido, Hong Kong, entreotros). Sin embargo, las referencias corrientes a estas relaciones confunden una correlación estadística con una relación decausa­efecto. Tanto la riqueza relativa como el más alto grado de industrialización de los países ricos reflejan la posesión devaliosos recursos, incluyendo técnicas y experiencia. Por tanto, ambos fenómenos son principalmente variables dependientes deotras influencias. La vulgar sugerencia de que existe una relación causa­efecto entre el crecimiento de la industria manufactureray el desarrollo económico, es análoga a sugerir que debido a que hay más peluqueros, agentes de seguros y televisores en los

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países ricos que en los pobres, la promoción de estas actividades aumentaría la riqueza de los países pobres. Sin duda, esteargumento en favor de la industrialización, como alguien dijo una vez, es análogo a la sugerencia de que fumar puros caros harárica a la gente puesto que es la gente rica la que fuma puros caros. Además, en la medida en que el porcentaje de gente empleada en las industrias de servicios en comparación con lasmanufactureras, es mayor en los países ricos que en los pobres (al menos de acuerdo con las estadísticas convencionales), losdefensores de la industrialización acelerada deberían proponer apropiadamente el desarrollo acelerado de las industrias deservicios. Finalmente, los actuales países industrializados avanzados, ya eran prósperos cuando todavía eran predominantementeagrícolas, con rentas mucho más altas de las que prevén muchos países pobres para las próximas décadas. Gran parte de la discusión en este campo se ve confundida por una tendencia a fijarse en determinadas actividades y sectores.La producción de estas actividades o sectores se trata en cierto modo como si constituyese un incremento neto equivalente de laproducción total. Este enfoque ignora el coste en términos de usos alternativos de los recursos y también la demanda económicade la producción. Tener que subvencionar a una determinada actividad económica que da lugar a una producción vendible,establece una presunción en el sentido de que los recursos serían más productivos en otro lugar de la economía. No todo tipo deactividades surgirían sin apoyo gubernamental o planificación central global, pero de esto no se sigue que su aparición supongaun uso eficiente de los recursos o que fomente el progreso económico. La misma consideración es aplicable a la defensa de lasustitución de importaciones patrocinada por el estado. Una variante del argumento en favor de la industrialización acelerada defiende la implantación de industrias de bienes decapital, que se consideran necesarias para el progreso material, al tiempo que la planificación central se juzga necesaria para eldesarrollo de estas industrias. El establecimiento previo de industrias de bienes de capital no es un requisito previo del adelanto económico de paísesparticulares. Existen muchos países adelantados que ya eran muy prósperos antes de que tuviesen industrias locales de bienesde capital. Sin duda hay muchos países ricos que incluso ahora no producen sus propios bienes de capital. La sugerencia de que los países subdesarrollados tienen que desarrollar sus propias industrias de bienes de capital comorequisito previo del desarrollo refleja un intento de seguir la estrategia de la política económica soviética. Dicha política no teníapor objeto el fomento de niveles de vida altos sino que perseguía metas políticas completamente diferentes. Es más, se llevó acabo en condiciones radicalmente diferentes de las que prevalecen en los países subdesarrollados donde se está aceptandoeste prototipo. Los argumentos que se utilizan en apoyo de la necesidad de desarrollar industrias de bienes de capital en estospaíses raramente mencionan los costes en términos de uso alternativo de los recursos, o la demanda de los productos o losefectos del programa sobre el nivel de vida. Los programas de industria pesada de muchos países subdesarrollados no han producido rendimientos dignos deconsideración y a menudo han tenido rendimientos nulos o negativos. También han servido para desviar recursos de bienes deconsumo necesitados urgentemente, incluyendo bienes incentivo. Y han desviado los recursos y la atención del gobierno delgasto en servicios básicos tales como industrias de servicios, incluyendo el desarrollo turístico. A menudo estos proyectostambién han hecho cargar al país con organizaciones que no pueden ser manejadas por el personal local. Igual que el término inversión, industrialización es demasiado vago para servir de criterio útil para la política o de índice deprogreso material, o incluso como terna de discusión. A menudo el término se usa indistintamente para significar el crecimiento alargo plazo de la industria manufacturera; una política de manufacturación subvencionada; o la modernización general de laactividad económica y de la sociedad circundante. La expresión no tiene significado a menos que se aclare en cuál de estossentidos se emplea. Pueden hacerse aquí, entre paréntesis, algunas observaciones que se refieren tanto a la industrialización acelerada como acuestiones más amplias de política de desarrollo. Existen varias razones para que en muchos países pobres una gran proporciónde dependencia continuada de la agricultura, en especial de la producción agrícola para la venta, es probable que suponga lamás efectiva utilización de los recursos con vistas a la obtención de niveles de vida más elevados. Una razón es el conocidoargumento basado en los costes comparativos. Otra razón, menos conocida, es que la producción de cosechas para la ventaconstituye una ruptura menor con los métodos tradicionales de producción que la industrialización subvencionada o forzosa. Laagricultura ha sido la ocupación principal en la mayoría de estos países durante siglos incluso milenios. Por tanto, en la

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producción de cosechas para la venta, las dificultades de la adaptación de actitudes e instituciones durante la transición de unaproducción de subsistencia a una economía de cambio o monetaria, no se ven complementadas por la necesidad de tener queadquirir al mismo tiempo conocimientos acerca de métodos y técnicas de producción enteramente nuevos. Después de emplearalgún tiempo en el cultivo de cosechas para la venta, la gente encuentra más fácil acostumbrarse a las formas, actitudes einstituciones apropiadas para una economía monetaria. Esta mayor familiaridad con la economía monetaria facilita laindustrialización efectiva. En estas condiciones de transición de una economía de subsistencia a una monetaria, las condicionesmás extendidas en los países pobres, la producción de cosechas de fácil salida y la industrialización efectiva son, por tanto,complementarias en el tiempo. El desfavorable contraste que a menudo se establece entre la agricultura y la industria, endetrimento de la primera, constituye un ejemplo de una aproximación estática y no histórica al desarrollo económico, unaaproximación que resulta inapropiada para el desarrollo histórico de las sociedades. Compensando la falta de iniciativa. ­­Otro argumento que se propone en favor de la planificación central global cita comoejemplo la supuesta falta de talento empresarial constructivo en los países pobres, y particularmente la falta de capacidad porparte de la población para adoptar una visión a largo plazo en la inversión. La cuestión que se plantea es cómo y de dónde elgobierno puede conseguir el talento (incluyendo la inclinación a los negocios) si no se da en la sociedad. De hecho, en muchos países pobres existe mucha capacidad de iniciativa, si bien se muestra en formas apropiadas a estassociedades, que son diferentes de las de los países adelantados. La capacidad de iniciativa se manifiesta en la creación vfuncionamiento de empresas comerciales y de transporte­comparativamente pequeñas y de propiedades agrícolas que producencosechas para la venta. La presencia, significación y manifestaciones de estos tipos de iniciativa en los países subdesarrolladosson pasadas por alto por parte de los observadores quienes juzgan estos asuntos en gran parte con base en la experienciaoccidental contemporánea. Como hemos señalado, importantes tipos de inversión en la agricultura son ignorados en las discusiones sobre inversión en lospaíses subdesarrollados, y se excluyen de las estadísticas convencionales. Algunos de estos tipos de inversión, especialmente lacreación y explotación de propiedades con plantaciones de árboles, reflejan claramente capacidad para adoptar una visión alargo plazo. Es cierto que existen sociedades en las que hay escaso espíritu de iniciativa. Su ausencia refleja una sociedad en la que lasfacultades, actitudes e instituciones son desfavorables para el adelanto material. No está claro de dónde podría conseguir elgobierno esa iniciativa en estas condiciones. Por las razones señaladas en el texto, la planificación global es probable queobstruya más que fomente la aparición de iniciativa. Aportación de economías externas. — Otro argumento en favor de la planificación central sugiere que ésta es necesaria paraconseguir los beneficios de las llamadas economías externas, a veces conocidas como beneficios­desbordamiento. Se trata deeconomías que surgen en el proceso productivo, pero cuyos beneficios totales no revierten en las empresas individuales que losgeneran, y que por tanto no se tienen muy en cuenta en las decisiones de las empresas individuales. Este argumento en favor de la planificación central da por sentada la cuestión. Las actividades promovidas por la planificacióncentral implican una transferencia de recursos a determinados usos y una correspondiente disminución de actividad y deeconomías externas en otro punto de la economía. Existe beneficio neto únicamente si la aparición y crecimiento de actividadesfomentadas por la política producen bienes, servicios y economías externas que exceden en valor a los que se han perdido enotro lugar a causa de la desviación de recursos, teniendo también en cuenta las otras varias repercusiones de la transferencia derecursos. Resulta improbable que vaya a haber alguna economía neta significativa, por no decir economías suficientes, paracompensar los mayores costes e implicaciones de la política. Las circunstancias muy especiales y excepcionales precisas parasatisfacer esta condición deberían especificarse con detalle; esto generalmente no se acomete en la literatura sobre el tema.

[Ir a tabla de contenidos]Capítulo IIILA ECONOMÍA DEL RESENTIMIENTO: COLONIALISMO Y SUBDESARROLLO [114]

1. SITUACIÓN COLONIAL Y PROGRESO MATERIAL Durante las últimas décadas, especialmente desde la primera guerra mundial y aún en mayor medida desde la segunda, hanabundado en las publicaciones afirmaciones y sugerencias, tanto en los países subdesarrollados como en Occidente, afirmando

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que las masas de los países subdesarrollados están muy preocupadas por su pobreza y alegando también que tanto en estospaíses como en Occidente se reconoce ampliamente que éste ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado, especialmentea través de varias formas de colonialismo. [115] De hecho, resulta muy dudosa la medida en que se hallan extendidos estos sentimientos en los países pobres. Ciertafamiliaridad con varios de ellos me sugiere que la gran mayoría de la gente sabe poco acerca de tales asuntos, no compara susuerte con la de la población de países lejanos. Y no atribuye ninguno de sus problemas a acciones presentes o pasadas de lospaíses occidentales. La gran mayoría están preocupados por sus propias vidas cotidianas; en África y Asia no cabe duda de quela gran mayoría normalmente sabe o se cuida poco de la política más allá del nivel tribal o de pueblo. Pero existe mucha gentevocal y políticamente influyente, tanto en los países subdesarrollados como en Occidente, que han hecho una eficaz campaña enfavor de la noción de la responsabilidad occidental por la pobreza de los primeros. Han conseguido una amplia publicidad y unaconsiderable aceptación política de esta opinión, así como de las nociones afines de que las masas de los paísessubdesarrollados están resentidas por las diferencias internacionales de renta que atribuyen a la explotación de Occidente. La disposición por parte de la opinión articulada de Occidente a aceptar las afirmaciones de estos grupos ruidosos comorepresentativos de la opinión general de la gente del mundo subdesarrollado, intensifica la eficacia política de estos grupos yaporta una falsa verosimilitud a su demanda de representar la opinión masiva. Pero su éxito político no respalda ni la aseveraciónde la responsabilidad occidental ni su pretensión de representar la opinión de la masa; la eficacia política tiene poco que ver conla valoración objetiva. Defenderé en primer lugar que no es cierto que Occidente haya causado la pobreza del mundo subdesarrollado, bien sea através del colonialismo o de otra forma. Examinaré entonces otras cuestiones algo más especulativas, y trataré de identificar losgrupos y sectores, tanto en los países ricos como en los pobres, que están en situación de obtener ganancias por la aceptaciónde la idea de la responsabilidad occidental por la pobreza de los países subdesarrollados; trataré también de examinar lasrazones de su éxito en la propagación de esta idea, especialmente en Occidente. El decimocuarto principio general de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD),aporta un punto de partida adecuado para la discusión. La completa descolonización, en cumplimiento de la declaración de las Naciones Unidas sobre la concesión de laindependencia a los países y hombres colonizados y la liquidación de los residuos de colonialismo en todas sus formas, es unacondición necesaria para el desarrollo económico y el ejercicio de derechos soberanos sobre los recursos naturales. Dejando a un lado, por el momento, las cuestiones de significado e interpretación del colonialismo (especialmente“colonialismo en todas sus formas"), es falso afirmar que la situación colonial es incompatible con el progreso material, y que sueliminación es una condición necesaria para el desarrollo económico. Algunos de los países más ricos fueron colonias en suhistoria inicial, en especial los Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda; y estos países ya eran prósperos cuandotodavía eran colonias. La situación colonial tampoco ha impedido el progreso material, a partir de condiciones extremadamente primitivas, de losterritorios africanos y asiáticos que se convirtieron en colonias en el siglo XIX. Muchos de estos territorios tuvieron un rápidoprogreso económico entre la segunda mitad del siglo xix, cuando se convirtieron en colonias, y mediados del siglo XX, cuandomuchos de ellos alcanzaron la independencia. En el primer capítulo hemos presentado algunas estadísticas de este progreso. También señalamos que las estadísticas por sísolas no pueden expresar los amplios y profundos cambios que han tenido lugar en algunas de estas zonas. El impacto de estoscambios muchas veces ha determinado considerables tensiones debido a dificultades personales, sociales y políticas deadecuación al rápido cambio, especialmente la adaptación de las actitudes y de las instituciones sociales. Muchos de losproblemas sociales y políticos de las ex colonias reflejan las dificultades de un adelanto rápido y desigual y no las delestancamiento y retroceso. Por tanto, el decimocuarto principio general de la UNCTAD, donde se dice que situación colonial y progreso económico sonincompatibles, resulta claramente falso. Sin embargo, ha sido anunciado, publicado y divulgado formal y solemnemente por unaconferencia de las Naciones Unidas realizada gracias al apoyo financiero y moral de los gobiernos occidentales. No obstante, lasenfáticas declaraciones no proporcionan sentido a lo que de forma inmediata se puede demostrar que carece de él. Si bien, tal como hemos visto, no es cierto que la situación colonial es incompatible con el progreso material, la cuestión de si la

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situación colonial ha fomentado el progreso material no puede asegurarse o demostrarse de forma tan concluyente, puesto que larespuesta a esta cuestión depende en parte de qué regímenes políticos habrían prevalecido en otras circunstancias en las zonascoloniales de África y Asia, y también de los supuestos efectos de sus políticas en el desarrollo económico. Sin embargo, es muyprobable que a lo largo del último siglo el establecimiento del régimen colonial en África y Asia haya fomentado, y no retardado, elprogreso material. Con relativamente escasa coacción o incluso interferencia en las vidas de la gran mayoría de la gente, losgobiernos coloniales establecieron la ley y el orden, salvaguardaron la propiedad privada y las relaciones contractuales,organizaron los servicios básicos de transporte y sanidad, e introdujeron algunas modernas instituciones financieras y legales.Este medio también favoreció el establecimiento o ampliación de contactos exteriores, que a su vez estimularon la entrada derecursos externos, en especial de procedimientos administrativos, comerciales y técnicos, así como de capital. Estos contactostambién pusieron al corriente a la población acerca de nuevas necesidades, cosechas, bienes y métodos de cultivo y sirvieronpara establecer nuevos mercados para los productos locales y para abrir nuevas fuentes de oferta de una amplia gama debienes. Estos cambios dieron lugar a una nueva visión sobre el progreso material y sobre los medios para conseguirlo: para bieno para mal, estos contactos fomentaron el desgaste de los valores, objetivos, actitudes y costumbres tradicionales que impedían elprogreso material. No es probable (si bien esto no puede probarse de forma concluyente) que en ausencia del régimen colonial, el medio social,político y económico del África y Asia colonial hubiera ido más de acuerdo con el progreso material. Sin duda lo que llevó enmuchos casos al establecimiento del régimen colonial fue la presencia de condiciones desfavorables para el progreso material,especialmente la frecuencia de las guerras civiles y tribales y el predominio de la esclavitud. Si bien no es cierto que elcolonialismo trajera la pobreza, algo de cierto hay en la noción de que la pobreza trajo al colonialismo. La presunción de que elrégimen colonial ha fomentado más que retrasado el desarrollo económico durante el último siglo se ve respaldada por el atrasomaterial de algunos estados independientes en comparación con ex colonias en la misma región, tales como Etiopía y Liberia encomparación con Uganda y Ghana. 2. ¿COLONIALISMO COMO EXPLOTACIÓN? La idea de que el régimen colonial ha impedido o al menos retrasado el adelanto económico se deriva de varias fuentes, o másprecisamente se compone de varias ideas distintas pero relacionadas. La primera de ellas es la supuesta naturaleza explotadora del colonialismo político o imperialismo. Si bien los conceptos deexplotación, colonialismo e imperialismo son todos ambiguos, su sentido amplio está bastante claro en la literatura política yeconómica del siglo XX. La noción de explotación generalmente no se refiere al saqueo del tipo que a menudo acompañaba laconquista militar antes del siglo XX, ni siquiera a los impuestos de las colonias para beneficio de la metrópoli. La supuestaexplotación se refiere principalmente a la conquista de países con el fin de asegurar mercados para el capital y los productos,supuestamente necesitados por él en otero caso inevitable declive (o incluso desaparición) de la tasa de beneficio, y por lanecesidad pareja de encontrar salidas para los bienes no vendibles en el país debido a la insuficiente capacidad de compra delas masas explotadas. Famosos exponentes de este punto de vista incluyen J. A. Hobson, H. N. Brailsford, Leonard Woolf y sobretodo, Lenin. El imperialismo, etapa superior del capitalismo, de Lenin, obra de insignificante calidad intelectual, pero de ampliasconsecuencias políticas, ha tenido una enorme influencia tanto en los países desarrollados como subdesarrollados,especialmente entre los millones de personas que pueden calificarse de lectores por delegación —aquellos que no han leído ellibro pero saben de su contenido sólo de oídas. El libro es muy inferior a muchos escritos de Marx y Engels y también a otrasobras de Lenin. La principal razón de su influencia es que el autor se adueñó de un enorme país que, en parte por medio de él, seha convertido en una potencia mundial y ha afectado de forma penetrante el curso de la historia contemporánea. La tesis leninista parece explicar las razones de la expansión europea del siglo XX en África y Asia, logrando justificar al mismotiempo el fracaso de las principales profecías marxistas de baja de los salarios reales, beneficios decrecientes y crisis cada vezmás profundas. Este último aspecto de la tesis del imperialismo económico tiene un atractivo evidente para los marxistas. Los defectos evidentes y corrientes de la ideología del imperialismo económico y de la explotación económica, especialmenteen su versión leninista, incluyen, entre otros, los siguientes: hasta la primera guerra mundial (período cubierto por esta literatura)la gran mayoría de las exportaciones de capital de los países adelantados no fue a las colonias sino a países independientes,mayormente a otros países adelantados; varios de los países más ricos sin duda no fueron exportadores sino importadores decapital; Reino Unido, la principal potencia colonial, siguió una política de puertas abiertas, de libre comercio con sus colonias.

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Además, la mayor parte de esta literatura no se hace la pregunta obvia: ¿cómo podría gente extremadamente pobre (o incluso,gente materialmente primitiva como en África) pagar el capital y los bienes introducidos por la fuerza por capitalistas en busca debeneficios? [116] La naturaleza inconsistente de la tesis de la explotación imperialista no ha disminuido su eficacia política. Numerosos ejemplosde esta influencia pueden encontrarse en las obras de políticos africanos y asiáticos. Por ejemplo, abundan en los escritos deldoctor Nkrumah, que hasta su caída fue uno de los líderes africanos más influyentes y cuyas palabras se citaban ampliamente yse respetaban mucho, no sólo en África sino también en Occidente. He aquí algunas observaciones características: Por tanto lodos los imperialistas, sin excepción, desarrollaron los medios, sus políticas coloniales, para satisfacer los fines, laexplotación de los territorios súbditos para el engrandecimiento de los países metropolitanos. Todos fueron rapaces, todos ellossupeditaron las necesidades de las tierras sometidas a sus propias demandas; todos ellos limitaron los derechos y libertadeshumanas; todos ellos reprimieron, despojaron, degradaron y oprimieron. Cogieron nuestras tierras, nuestras vidas, nuestrosrecursos y nuestra dignidad. Sin excepción, no nos dejaron nada sino nuestro resentimiento ... Fue cuando ellos se hubieron ido ynos enfrentamos con la pura realidad, como en Ghana al día siguiente de nuestra independencia, cuando repentinamente nosdimos cuenta de la miseria del país después de largos arios de régimen colonial.[117] Estas observaciones, políticamente efectivas como fueron y todavía son a menudo, ignoran ante todo el extremado atraso delÁfrica subsahariana pre­colonial. Por ejemplo, aparte de excepciones sin importancia, [118] en el África subsahariana no habíaescuelas; junto a la falta de capacidad para leer y escribir, prácticamente no había carreteras o incluso caminos y pocos contactospacíficos entre las distintas tribus. Los africanos todavía dependen en gran parte de las comunicaciones construidas porextranjeros. Estas observaciones características del doctor Nkrumah ignoran también el rápido progreso de muchas de las zonas con lasque Occidente estableció contacto; y también el hecho de que el Reino Unido, la principal potencia colonial, siguió una política depuertas abiertas y libre comercio. De hecho sus afirmaciones no guardan relación con la realidad. [119] 3. COLONIALISMO Y SOBERANÍA Un argumento más reciente y menos conocido, aunque influyente y bastante distinto de la tesis leninista, apunta que elcolonialismo político ha retrasado el progreso económico de las colonias al privarlas de los beneficios económicos de un estadonacional soberano. Esta opinión se halla claramente implícita en algunos de los escritos del profesor Gunnar Myrdal. Escribe: Desde un punto de vista, el efecto más importante del colonialismo se relacionó con el hecho negativo de que la nacióndependiente fue despojada de su categoría de nación y no tenía un gobierno propio que pudiese sentir la necesidad de tomarmedidas protectoras y de fomento con el fin de promover el crecimiento equilibrado de la economía nacional. La falta deindependencia política supuso la ausencia de un propósito unificador e integrador en la colectividad ... La independencia políticaque han ganado por sí mismos o que ahora están ganando, constituye su activo más precioso: el estado nacional. [120] Tales sugerencias exageran las capacidades del poder estatal como instrumento de progreso económico. Una políticagubernamental inapropiada puede retrasar el progreso material o incluso impedirlo enteramente, en especial cuando un gobiernono puede mantener la ley y el orden o cuando establece un amplio y estrecho control sobre la vida económica. Pero no existerazón alguna para creer que la conducta de los gobiernos soberanos hubiera sido más favorable al desarrollo económico a lolargo del período relevante que la de los regímenes coloniales. La experiencia de los países independientes en las primitivasregiones coloniales de África y Asia, tanto en el siglo XIX como en el XX, sugiere firmemente lo contrario. El profesor Myrdal y sus seguidores con frecuencia culpan a los regímenes coloniales por su fracaso en perseguir políticasactivas de desarrollo económico, especialmente acometer una planificación central global, que estos escritores consideran unpre­requisito del adelanto económico. Sin embargo, ya hemos mostrado que la planificación central ciertamente no es necesariapara el progreso material y que es mucho más probable que lo retrase en vez de fomentarlo. Una variante del anterior argumento critica los regímenes coloniales por su fracaso en ayudar mediante aranceles u otrasformas de subvención a determinadas actividades específicas, especialmente la industria manufacturera o la producción local debienes de capital. Totalmente aparte de la cuestión acerca de la capacidad y disposición de un hipotético gobierno independientepara el fomento de estas actividades, el desarrollo de industrias manufactureras y de bienes de capital subvencionados es másprobable que retrase y no que adelante el desarrollo económico en el sentido de una elevación de los niveles de vida. Estaconsideración resulta particularmente válida para África y Asia en el siglo XIX y principios del XX, donde el fomento de estas

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actividades habría exigido una fuerte subvención a costa del resto de la economía. 4. UN LEGADO DEL COLONIALISMO La situación colonial muy bien puede irritar o incluso humillar a determinados sectores de la población. Pero de esto no sesigue que esta situación impida el progreso material. Sugerirlo es exagerar la significación de las formas y derechos políticoscomo determinantes del logro económico o del progreso material. Existen, sin embargo, una gama de cuestiones que tienen quever con la situación colonial y el desarrollo económico y que raramente se discuten en este contexto. En los últimos años del dominio colonial, especialmente entre mediados de los años treinta y mediados de los cincuenta, seintrodujeron en muchas colonias, como por ejemplo en el África británica, políticas que han dejado un funesto legado decisivo. Seintrodujo una amplia gama de controles económicos, incluyendo el establecimiento de monopolios comerciales estatales;extensiva necesidad de licencias para las empresas industriales y comerciales, así como la importación, exportación y divisas; yla creación de muchas empresas dirigidas y propiedad del estado, incluyendo las llamadas cooperativas dirigidas y apoyadas porél. La introducción de monopolios estatales en todas las exportaciones agrícolas producidas por africanos fue particularmenteimportante, puesto que dio a los gobiernos un estrecho y directo control sobre el sustento de los productores y ha servido deimportante fuente financiera y de patronazgo para los gobernantes. Los monopolios estatales de exportación agrícola en Birmania y en el este y oeste de África han retenido a los productores unagran proporción del producto de las ventas, que totalizó cientos de millones de libras durante poco más de una década. Estapolítica ha tenido resultados políticos, económicos y sociales de largo alcance. Sin duda, la historia política y económica de estospaíses desde la segunda guerra mundial, no puede comprenderse sin referencia a estos monopolios de exportación, que,incidentalmente, han funcionado de forma diametralmente opuesta a las específicas garantías oficiales dadas en el momento desu establecimiento. Estas políticas han creado unas economías estrechamente controladas en las que la vida de la gente y las actividades yalternativas que se les ofrecen como productores, consumidores y comerciantes (aparte de la producción de subsistencia) engran medida son determinados por el estado. De hecho se ha erigido para los gobiernos entrantes de los nuevos paísesindependientes el armazón ya confeccionado de un estado dirigista, ya que no totalitario. Estas políticas han sido activadas por la moda intelectual y por presiones políticas, administrativas y comerciales, totalmentedesligadas del fomento del adelanto material. Como hemos señalado extensamente en el capítulo 11, tales políticas tienenmuchas más probabilidades de impedir el desarrollo económico, especialmente una elevación de los niveles de vida, que defomentarlo. [121] Sólo es una conjetura averiguar en qué medida se habrían introducido tales políticas sin un dominio colonial. Los másexpresivos e influyentes críticos contemporáneos del colonialismo las aprueban y sin duda critican a los gobiernos por nohaberlas introducido antes. Es probable que en los últimos veinte años se hubiera intentado su introducción, en parte con laayuda de las agencias internacionales, incluso sin dominio colonial. Pero resulta dudoso si podrían haberse introducido tanamplia y efectivamente sin los recursos administrativos de los gobiernos coloniales y en ausencia de los ejemplos que ellosdieron. El establecimiento de estos estrechos controles económicos y sus implicaciones políticas y sociales de largo alcance seha demostrado como un importante legado de los regímenes coloniales. 5. INTERPRETACIONES DEL COLONIALISMO POLÍTICO Y ECONÓMICO Las discusiones acerca del colonialismo y subdesarrollo a menudo se refieren a diversos tipos de colonialismo. Eldecimocuarto principio general de la UNCTAD antes citado es uno de los muchos ejemplos. Si bien el colonialismo político tiene muchas manifestaciones, el concepto tiene un significado definido. Un gobierno colonial noes soberano: tiene que aceptar las instrucciones del gobierno metropolitano. En el uso reciente, sin embargo, el términocolonialismo se ha venido a aplicar a situaciones o relaciones sin estos elementos políticos. El término ha perdido mucho de susignificado identificador y se ha convertido en una expresión de insulto a instituciones, políticas, gobiernos, relaciones, grupos eindividuos que no son del agrado del orador o del escritor, especialmente de países, organizaciones o grupos técnica omaterialmente adelantados Aquí podemos discutir apropiadamente sobre dos expresiones o tipos de uso, a saber, colonialismoeconómico y neocolonialismo. El término colonialismo económico se utiliza ahora ampliamente para referirse a relaciones económicas entre países, regiones

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y grupos más o menos prósperos relativamente, incluyendo relaciones económicas dentro de un país, como por ejemplo entre elnorte y el sur de los Estados Unidos o entre Pakistán occidental y oriental. Este uso, que resulta particularmente acentuado en laliteratura reciente de la economía del resentimiento, identifica en efecto situación colonial con pobreza relativa y, por tanto,despoja al término inicial de su significado normal y particular. A veces, si bien rara vez con exactitud, colonialismo económico se utiliza con unas connotaciones o implicaciones másfácilmente identificables. Por ejemplo, se sugiere muchas veces que las relaciones económicas entre grupos y áreas que difierenen prosperidad son cuasicoloniales, puesto que se hallan sesgadas en favor del grupo más rico, cuyos miembros se aseguran lamayoría de los beneficios de la relación, generalmente debido a la manipulación acertada de las condiciones del mercado. Esteenfoque no distingue entre rentas y precios bajos que reflejan una abundancia de oferta (tanto de trabajo como de bienes)respecto a la demanda por un lado, y acción monopolista tendente a afectar las condiciones del mercado, por otro, distinción quees básica tanto para el análisis elemental como para la política. Diferencias de riqueza o de sofisticación técnica o comercial nopueden otorgar un poder monopolístico efectivo, ya que exigen tomas de decisiones centralizadas o acción concertada de losmiembros de un grupo y también restricciones de entrada efectivas. Estas condiciones no se hallan presentes en la situación quegeneralmente se discute en la literatura sobre colonialismo económico, que no intenta identificar o analizar las especialescondiciones en que los miembros de un grupo o región más próspera pueden manipular las condiciones de mercado parabeneficio propio. Se alega muchas veces que la independencia política no es real sin independencia económica; se supone que la afirmada faltade independencia económica de muchas ex colonias, igual que de otros países subdesarrollados, representa otra categoría decolonialismo, relacionada con los otros conceptos e ideas examinados en la sección precedente. A diferencia de la independencia o soberanía política. La independencia económica es un término ambiguo. La interpretaciónmás plausible sería la de solvencia, esto es la capacidad de un país para pagar bienes y servicios que utiliza sin recurrir adonaciones o a créditos subvencionados exteriores. Otra posible interpretación sería la capacidad de resistir cambios adversosen las condiciones externas sin una confusión sustancial Sin embargo, la literatura sobre colonialismo económico interpreta laindependencia económica de forma completamente diferente, principalmente porque ha sido influida tan profundamente por laliteratura marxista­leninista. En esta literatura, cualquier país en el que existe una importante inversión privada exterior, se considera comoeconómicamente dependiente, puesto que el rendimiento de dicho capital se ve como una forma de explotación que no setoleraría por un país verdaderamente independiente. Este argumento, políticamente eficaz, no tiene fundamento ni en la lógica nien la evidencia empírica. A menudo se defiende como criterio de independencia económica la existencia de ciertas actividades,especialmente la industria manufacturera o la producción de bienes de capital (industria pesada). El desarrollo en gran escala lasindustrias domésticas de bienes de capital ha sido un objetivo importante, componente de la planificación económica india desdemediados de los años cincuenta. La persecución de esta política, en gran parte sin contar con el coste métodos del proceso o lademanda del producto, ha sido un factor importante en la dependencia de la India, desde aproximadamente 1960, de donacionesexteriores en gran escala de alimentos y divisas. Resultados algo semejantes han acompañado la persecución de la llamadaindependencia económica en un número de otros países subdesarrollados, especialmente en África. 6. NEOCOLONIALISMO El neocolonialismo, que también figura destacadamente en la actual controversia, incluyendo la literatura de la UNCTAD, esotro concepto sumamente vago. El doctor Nkrumah, portavoz de los supuestos peligros del llamado neocolonialismo, escribe como sigue sobre este tema: ... nuestros problemas se vuelven más enojosos por las estratagemas de los neocolonialistas ... En la actualidad el mayorpeligro con que se enfrenta. África es el neocolonialismo, y su principal instrumento, la balkanización. Este último término resultaparticularmente apropiado para describir la disgregación de África en pequeños, débiles estados … [122] En efecto, la división de África en pequeños estados refleja la antigua presencia y multiplicidad de distintos grupos étnicos ysociedades tribales, una multiplicidad perpetuada por la virtual ausencia de comunicaciones hechas por el hombre; y laspeticiones de independencia política de estos grupos, que se han vuelto más intensas al crecer el interés de la lucha por el poderpolítico con la ampliación y aumento de los poderes del estado. Los efectos económicos de la división de una zona en un númerode estados independientes depende de las políticas perseguidas por sus gobiernos. Es sabido que incluso países muy pequeños

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a veces han progresado rápidamente, como por ejemplo Hong Kong e Israel, o se hallan entre los más prósperos del mundocomo Suiza, Nueva Zelanda y Holanda. Pero, en cualquier caso, el proceso de subdivisión de África refleja fuerzas y presioneslocales, como se ha visto en las tentativas de Biafra y Katanga para conseguir la independencia. Es digno de señalar el fracaso del doctor Nkrumah, corno de otros escritores, en dar al término "neocolonialismo" unsignificado inteligible, debido a la importancia asignada al concepto. Su libro Neo­Colonialism [123] trata del concepto muyextensamente, pero lo interpreta en gran parte como las actuaciones de grandes compañías de propiedad extranjera en paísessubdesarrollados, cuyos beneficios se dice que reflejan la explotación de la población local. Esta interpretación es, en efecto,simplemente una aplicación de la idea marxista­leninista de la naturaleza explotadora de cualquier rendimiento sobre el capitalprivado. En años recientes, el término neocolonialismo ha sido introducido en las discusiones sobre ayuda exterior en los trescontextos. Primero, para protestar contra la imposición de condiciones en la concesión de ayuda intergubernamental; segundo,en apoyo de la petición de que la ayuda no debería ligarse a la compra de bienes específicos o provenientes de orígenesespecíficos; tercero, especialmente en apoyo de la ayuda multilateral, con base en que la ayuda bilateral encierra peligros deneocolonialismo. Cualesquiera que sean los méritos de estos argumentos, el término neocolonialismo oscurece más que iluminalas cuestiones. 7. SUPUESTAS CAUSAS DE ATRASO El principal tema consistente de la literatura sobre el colonialismo, colonialismo económico o neocolonialismo, es el de laresponsabilidad, explícitamente declarada, o claramente implícita, de fuerzas e influencias exteriores, especialmenteoccidentales, por el atraso material y la pobreza de las primitivas colonias y de forma más general de todos los paísessubdesarrollados. Si bien esta idea resulta totalmente falsa (sin duda, lo contrario de la verdad) tiene un poderoso atractivopolítico y emocional. Usando una frase feliz de Jacques Barzun, la idea permite alcanzar a la gente "la situación deseada devíctima". Emocionalmente resulta reconfortante que se nos diga que factores exteriores explican el fracaso en alcanzardeterminadas metas, incluyendo la prosperidad material. La idea de que factores externos se hallan tras el atraso material de los países subdesarrollados se halla estrechamenteinterrelacionada con la noción de que las rentas de los individuos y grupos de alguna forma se extraen de otros, más que ser unrendimiento por servicios prestados por ellos mismos o por sus recursos. Esta noción tiene una larga y desastrosa historia. Amenudo se ha destacado en la economía en la política de envidia y resentimiento y ha tenido frecuentemente una gran influenciaen la persecución y expulsión de minorías étnicas, en particular aquellas que han alcanzado la prosperidad a partir de la pobreza:los judíos en Europa, levantinos e indios en África, chinos en el sureste de Asia. Mientras esta noción y el asentimiento a ella anteceden en mucho a los escritos marxista­leninistas, esta literatura,particularmente en su versión leninista, ha fomentado mucho la difusión e influencia de la idea de que el progreso de los paísesdesarrollados se ha conseguido a costa del mundo subdesarrollado; que la riqueza de los primeros se ha extraído de este último;y que el mundo subdesarrollado, de hecho, es una colonia económica o grupo de colonias económicas de los paísesindustrializados. En esta literatura, las rentas de la propiedad privada, por ejemplo el rendimiento del capital privado, implicaexplotación; y las industrias de servicios generalmente se consideran improductivas. Y puesto que las ganancias del capitalexpatriado y de compañías y comerciantes emigrados son importantes en muchos países subdesarrollados, de acuerdo con estaliteratura, son causa de explotación y crean una situación de sometimiento económico. Estas ideas constituyen una extensión del concepto de la explotación del proletariado de la esfera doméstica a la esferainternacional, con la población de los países subdesarrollados (la mayoría de los cuales son, de hecho, agricultores desubsistencia)*en cierto modo identificada con un proletariado industrial nacional. La infundada naturaleza de estas alegaciones se aclara especialmente por la prosperidad de países ricos como, por ejemplo,Canadá, Australia, Japón, Suiza y países escandinavos, que de forma totalmente obvia no ha sido extraída del inundosubdesarrollado, ya que hasta hace poco han tenido escasos contactos económicos con la mayor parte del mismo, incluyendo laspartes más pobres. La mayoría de los países ricos que tiene contactos con países subdesarrollados, cuando entraron en contactopor primera vez con estos países ya eran materialmente mucho más adelantados que ellos y a veces incluso más de lo que losmismos países lo son ahora. También es significativo, especialmente en el contexto de este trabajo, el que en vísperas de lacolonización, las condiciones materiales fuesen extremadamente primitivas en las regiones coloniales, especialmente en el Áfricasubsahariana y en el sureste de Asia.

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En muchos países subdesarrollados, la idea de que la pobreza tiene causas externas se ve reforzada por importanteselementos de la cultura tradicional, en especial la creencia en el poder de fuerzas extrañas, especialmente sobrenaturales, sobrelos destinos de individuos o grupos, y por una tradición paternalista y autoritaria que fomenta lo creencia de que uno no esresponsable de su propia suerte. Ciertas influencias contemporáneas operan en la misma dirección. Se dice que los hombres son creados iguales. Y, sinembargo, los países subdesarrollados son más pobres que los países desarrollados. Para mucha gente esta situación sugiere laactuación de fuerzas exteriores fortuitas e injustas: y la sugerencia se ve reforzada por factores más específicamente políticos.Antes de la independencia, los políticos locales de muchas colonias atribuían la pobreza y atraso técnico de sus países a susituación colonial, en especial a la pretextada explotación por parte de los poderes metropolitanos, atribución que fue reforzadasin fundamento por la presencia en el país de emigrantes con rentas más elevadas que las de la población local. Los políticosentonces levantaron infundadas expectativas de la prosperidad que seguiría a la consecución de la independencia. Puesto que lasupervivencia política o incluso física de los líderes políticos en muchos países subdesarrollados puede depender de sucapacidad para justificar hábilmente el incumplimiento de estas expectativas, su conducta más simple es la de invocar laresponsabilidad exterior, en especial en vista de la ausencia de eficaces partidos de oposición local y de la presencia continuadade extranjeros relativamente acomodados. Las alegaciones de responsabilidad exterior también desvían la atención de losfactores reales que hay tras la pobreza material y de las dificultades de eliminarlo­s. Es más, la supuesta necesidad de combatirfuerzas económicas y políticas exteriores contrarias y siniestras, también se puede citar para justificar la introducción de políticas ymedidas para un amplio control estatal de la economía, y por tanto, es bien recibida por los políticos, administradores y aquellosintelectuales locales que favorecen tales políticas. Como a menudo sucede, nociones vagas y sin fundamento sirven para evocaremociones definidas y para fomentar políticas específicas. En Occidente también hay influyentes intereses políticos, administrativos, intelectuales y financieros que favorecen la idea de laresponsabilidad occidental por la pobreza de los países subdesarrollados. Las políticas apoyadas por estos grupos incluyen laayuda intergubernamental; la ampliación de las actividades de las agencias internacionales; la extensión de los controleseconómicos y de la imposición redistributiva (progresiva) del nivel nacional al internacional o supranacional, con el fin deestandarizar las condiciones internacionalmente; y de forma menos obvia, pero no por ello menos sustancialmente, la ampliacióndel control del estado sobre las economías de los países subdesarrollados. Estas políticas crean numerosas oportunidadeslucrativas y puestos influyentes para políticos, administradores, académicos y hombres de negocios y también fomentancondiciones políticas y sociales en los países subdesarrollados favorecidas por mucha de esta gente de los países desarrollados. La acusación de la responsabilidad occidental en la pobreza de los países subdesarrollados también engendra o refuerza lossentimientos de culpabilidad en el mundo occidental, lo cual fomenta el flujo de ayuda exterior. Mucha gente en Occidente deseareducir la talla e influencia del oeste en favor de las organizaciones y agencias internacionales y, de todas formas,ostensiblemente, para beneficio de los países subdesarrollados. Cualquier incremento en la influencia de estos países es bienaceptado, no sólo por parte de sus propios políticos, funcionarios, asesores y consejeros, sino también por parte de aquellosgrupos e individuos de los países desarrollados que apoyan el gobierno del mundo por medio de agencias internacionales.Todos esperan ganar por la aparición o ampliación de los sentimientos de culpabilidad en Occidente, fomentados por la creenciaen la responsabilidad occidental en la pobreza del mundo subdesarrollado. La idea de que las rentas y riqueza de personas, grupos y países se extraen de otros en vez de ganarse a cambio de recursosofrecidos, proporciona a menudo una base eficaz al argumento de que los poseedores de rentas altas o de riqueza sustancial notienen derecho a ellas y se les deberían quitar. Por tanto, aquellos que desean fomentar políticas de confiscación en el propiopaís, encuentran útil, primero, conseguir la aceptación a nivel internacional de la idea de que las lentas relativamente altasgeneralmente se arrancan mas que se ganan. La aceptación de esta idea, a combinación, facilita su traslado a la esferadoméstica. Ciertos pasajes de un reciente libro del profesor Peter Townsend aclaran excepcionalmente el argumento de que lasdiferencias nacionales e internacionales de rentas son básicamente análogas, especialmente por el hecho de que la prosperidaddel rico se ha conseguido a costa del pobre. Argumenté que la pobreza de las naciones pobres sólo se comprende si la atribuimos sustancialmente a la existencia de unsistema internacional de estratificación social, una jerarquía de sociedades con recursos muy diferentes, en la que la riqueza dealgunos se asocia histórica y actualmente con la pobreza de otros. Este sistema funcionó cruelmente en la era de la combinación

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colonial y continúa funcionando hoy, si bien más sutilmente a través de sistemas de comercio, educación, relaciones políticas,alianzas militares y sociedades industriales. Una sociedad rica que priva a un país pobre de recursos puede simultáneamenteprivar a sus propias clases pobres, a través de una mala distribución, de aquellos recursos adicionales. [124] Las diferencias de prosperidad material entre países desarrollados y subdesarrollados no tiene nada que ver con colonialismoo con "un sistema de estratificación social internacional". La mayor prosperidad de las sociedades de los países desarrolladosrefleja la presencia de recursos más productivos, especialmente de recursos humanos. Y estos recursos de los paísesdesarrollados han contribuido mucho al progreso material conseguido en el mundo subdesarrollado. Por tanto, las afirmacionessobre este tema en el pasaje que acabamos de citar son lo contrario de la realidad. 8. LOS QUE AYUDAN Y LOS DESVALIDOS La creencia en la responsabilidad occidental por la pobreza del mundo subdesarrollado podría haberse demostrado muchomenos eficaz si no fuera por ciertos factores ulteriores muy arraigados. Muchos, quizá la mayoría de los humanitarios y reformadores sociales, y especialmente los más ruidosos e influyentes entre losmismos, parece que se interesan en primer lugar por grupos que puedan declararse o clasificarse como desvalidos. Estamos familiarizados con la dependencia emocional de los sicoanalistas con sus pacientes, de los maestros con sus alumnosy de los sacerdotes con los pecadores. Una relación semejante existe a menudo entre los reformadores sociales y aquellosgrupos cuyas condiciones tratan ostensiblemente de mejorar. Los humanitarios y reformadores sociales precisan particularmentede gente que pueda ser clasificada de forma plausible como víctimas indefensas de causas y condiciones más allá de su control.La clasificación de los grupos como desvalidos fomenta de hecho su invalidez, y, por tanto, sirve los objetivos sicológicos,políticos y financieros de los clasificadores. [125] Muchos de estos reformadores, particularmente los más ruidosos, parecen mucho menos interesados en grupos que nopueden clasificarse fácilmente como desvalidos, por más que tengan que afrontar formidables obstáculos y dificultades, e inclusosi en la actualidad son víctimas de­hostilidad política. Sin duda, grupos e individuos autoconfiados que son perseguidossalvajemente, tales como las minorías indias y levantinas en África, o los inmigrantes chinos en el sudeste de Asia, son vistos amenudo, con indiferencia o incluso desaprobación por parte de los reformadores sociales e historiadores contemporáneos másruidosos e influyentes. La práctica de considerar a la gente del mundo subdesarrollado como víctimas de factores externos, especialmente de variostipos de colonialismo, es un ejemplo de determinismo ambiental, la creencia en el poder dominador del medio ambiente sobre ladecisión y responsabilidad personales. Una vez más esta creencia tiene un fuerte atractivo emocional y goza del apoyo depoderosos intereses creados. La supuesta impotencia de la gente frente a su medio sirve de base para una defensa de políticasde largo alcance para moldear el medio social, así como las actividades y actitudes de las mismas supuestas víctimas. Aquellos que han diagnosticado la condición de las llamadas víctimas como de impotencia, exigen entonces la capacidad y elderecho de formular y ejecutar estas políticas. Si bien la actividad masiva e influyente de los reformadores sociales, especialmente en el campo internacional, esrelativamente reciente, la necesidad de reformadores para grupos desvalidos ha sido reconocida desde hace mucho tiempo. LordBristol se supone que dijo en el siglo XVIII: "Il me faut absolument des malheureux pour en faire des heureux". Esta observaciónresume gran parte del sentimiento que hay detrás de la literatura tanto sobre desarrollo como colonialismo. La sugerencia de la impotencia de la gente desalienta la aparición o desarrollo de autoconfianza y de previsión personal parael futuro. Esta indicación de la impotencia también está ligada a la responsabilidad externa por la pobreza material del mundosubdesarrollado; lo que fomenta o facilita una gama completa de políticas contrarias al progreso material, incluyendo elestablecimiento de amplios controles estatales sobre la actividad económica, especialmente sobre las relaciones económicasexternas; la imposición de restricciones en las actividades de los extranjeros y de las minorías étnicas y lingüísticas, y, a menudo,también la confiscación de sus activos y la expulsión de estos grupos. Estas políticas han dañado seriamente las perspectivas dedesarrollo de los países pobres, debido a la importancia de los contactos exteriores y de las actitudes de los grupos minoritarioscomo agentes del progreso material.

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CAPÍTULO IVEL MARXISMO Y LOS PAÍSES SUBDESARROLLADOS [126]

1. ELEMENTOS PERTINENTES DEL MARXISMO Los padres fundadores del marxismo [127] no se preocuparon mucho por lo que ahora se llama el mundo subdesarrollado, ysus observaciones sobre el tema son ambivalentes. Marx acusó a los países metropolitanos de saquear las colonias, perotambién los consideró como una fuerza progresiva en el fomento de la modernización. Como veremos más adelante, el ManifiestoComunista paga un elocuente y quizás incluso extravagante tributo a la capacidad del capitalismo para fomentar el cambio socialy económico de las sociedades atrasadas. En la literatura marxista posterior los países subdesarrollados son tratados de formadestacada corno víctimas de la explotación y del imperialismo y como aliados naturales de los países comunistas El tema fue unade las preocupaciones principales de Leilin y las ideas marxistas se transmitieron al mundo subdesarrollado en gran parte através de sus obras. Sus escritos no muestran la penetración intelectual de Marx o Engels. Puesto que sus ideas principales sobreeste tema son conocidas, y son de fácil acceso en un libro pequeño, El imperialismo, estadio supremo del capitalismo, no precisoresumirlas. A pesar de manifiestos defectos —de hecho, total inadecuación intelectual— la extensión leninista del análisismarxista ha cobrado una enorme influencia, no sólo en los países subdesarrollados sino también en la discusión a nivel mundialde sus economías. Por tanto, resulta útil indicar algunos rasgos prominentes de la discusión actual que, cualquiera que sea suorigen intelectual, reflejan el análisis marxista­leninista. En el marxismo­leninismo, la propiedad de los medios de producción por parte del estado comunista es necesaria para lalibertad y el progreso material. Esta idea general, aplicable tanto a los países desarrollados como subdesarrollados, es conocida.No voy a discutirla, sino que me limitaré a algunas de las principales ideas del marxismo­leninismo que se refieren especialmenteal mundo subdesarrollado. Primero, que el mundo subdesarrollado no sólo es desesperadamente pobre, sino que está estancado o incluso retrocede; estaidea es la versión actual de la doctrina de la miseria siempre creciente del proletariado. Segundo, que la explotación de lospaíses subdesarrollados por los desarrollados es una causa importante de su pobreza; ésta es la versión actual de la doctrina dela explotación del proletariado. Tercero, que la independencia política o la libertad no tiene sentido sin independencia económica;esto es una ampliación de la sugerencia de que la libertad política y un gobierno representativo no tienen sentido bajo elcapitalismo. Cuarto, que la planificación global del desarrollo es indispensable para el adelanto económico de los paísessubdesarrollados y especialmente para la industrialización precisa para el progreso material. Este último punto, si bien refleja elmarxismo­leninismo de forma menos directa, debe mucho al reconocimiento de las posibilidades políticas de la planificacióneconómica (como ilustra la experiencia soviética) y también al énfasis en el proletariado industrial en la estrategia y literaturacomunista. El papel clave de la industrialización se insté antes del marxismo­leninismo, pero esta ideología lo ha reforzadopoderosamente, especialmente en el contexto de los países subdesarrollados, y la ha identificado sólidamente con los métodos ypolíticas distintivos del marxismo­leninismo. 2. EXPLOTACIÓN EXTERIOR El ya fallecido Paul A. Baran que fue profesor de economía en la Universidad de Stanford, era un conocido partidario delmarxismo­leninismo. Según él, el capitalismo ha provocado la miseria y estancamiento del mundo subdesarrollado. Es en el mundo subdesarrollado donde el hecho central y predominante de nuestra época se manifiesta al ojo sin prejuicios: elsistema capitalista, en su día una máquina todopoderosa de desarrollo económico, se ha convertido en un no menas formidableobstáculo al adelanto humano ... allí (en el mundo subdesarrollado) la diferencia es entre una miseria abismal y una existenciadecente, entre la miseria de la desesperación y el optimismo del progreso, entre vida y muerte para cientos de miles de personasUna transformación socialista del oeste desarrollado no sólo abriría para sus propias gentes el camino hacia un progresoeconómico, social y cultural sin precedente, sino que al mismo tiempo permitiría que la gente de los países subdesarrolladossuperase rápidamente su actual situación de pobreza y estancamiento. [128] De hecho, como hemos visto, se ha dado un progreso material sustancial en la mayoría del mundo subdesarrollado desde elfinal del siglo mi; gran parte de este adelanto, si bien de ningún modo su totalidad, se refleja en una esperanza de vida mayor. Enmuchas zonas el adelanto material ha sido extremadamente rápido. Por ejemplo, los millones de hectáreas con cultivos para laventa en África occidental y en el sudeste de Asia, especialmente cacao, cacahuetes, nuez de kola y caucho se establecieron enpocas décadas después de 1890. La mayoría de estas hectáreas son propiedad y están explotadas por la población local. La

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aparición de estos cultivos ha transformado las condiciones de vida de una gran parte de la población de estas áreas. [129] El progreso material en estas zonas se ha producido en gran medida como resultado de contactos establecidos por los paísesmás adelantados, en donde las actitudes e instituciones se han adaptado a lo largo de siglos a una economía monetaria. Larevelación súbita de un sistema económico muy diferente y materialmente próspero ha creado graves problemas de adaptaciónde valores, actitudes, costumbres e instituciones en estas sociedades, muchas de las cuales habían sufrido escasos cambiosdurante siglos. El impacto del rápido cambio sobre gentes materialmente muy atrasadas no sólo ha creado agudos problemas,sino que (como argumentaré más adelante) también ha ayudado a preparar el terreno para el apoyo de ideas, especialmente elmarxismoleninismo, que paradójicamente niegan la existencia del crecimiento económico. Por supuesto, incluso en las zonas del mundo subdesarrollado que han progresado sustancialmente durante, digamos, losúltimos cien años, las rentas todavía son relativamente bajas (si bien no tan bajas como a menudo se insta, puesto que lasestadísticas convencionales tienden en gran manera a subestimar su nivel), debido a un comienzo tardío desde un nivel muybajo. Existen también amplios grupos que han progresado relativamente poco, tales como ciertas poblaciones tribales de África ylas gentes del desierto y aborígenes de varias partes del mundo; y en amplias zonas del Asia rural, la producción ha crecido muydespacio. Pero el atraso material y el progreso relativamente lento de estos grupos —en gran parte productores de subsistenciacon pocos o ningún contacto comercial exterior—, están totalmente desconectados del capitalismo, fuerzas del mercado oexplotación por parte de países más adelantados, puesto que los mismos se hallan en gran parte fuera de la órbita de estasfuerzas e influencias. [130] Su pobreza refleja la ausencia de facultades, actitudes e instituciones favorables al progreso material. 3. INTERPRETACIÓN DEL IMPERIALISMO La literatura marxista­leninista atribuye la pobreza de los países subdesarrollados en gran parte a la explotación de los paísesadelantados, especialmente las potencias coloniales —ampliación, como acabamos de observar, de la doctrina de la explotacióndel proletariado. Esta idea se halla presente en muchas publicaciones sobre las condiciones económicas en África y Asia. Es eltema principal de las obras del doctor Nkrumah, al que ya hemos citado en el capítulo III. Esta influencia leninista se veespecialmente clara en su panfleto Towards Colonial Freedom, publicado por primera vez en forma de libro en 1962, varios añosdespués de que fuese presidente de Ghana. He aquí un típico pasaje: El crecimiento del movimiento nacional de liberación de las colonias revela: 1) La contradicción entre los distintos grupos extranjeros y las potencias imperialistas coloniales en su lucha por las fuentes dematerias primas y por los territorios. En este sentido, imperialismo y colonialismo se convierten en la exportación de capital a lasfuentes de materias primas, la lucha frenética y despiadada por la posesión monopolística de estas fuentes, la lucha por unanueva división de un mundo va dividido —una lucha librada con particular violencia por los nuevos poderes y grupos financierosque buscan nueves territorios y colonias, contra los viejos poderes y grupas que se aferran fuertemente a aquello que hanatrapado. 2) Las contradicciones entre el puñado de naciones "civilizadas" dirigentes y los millones de personas de las colonias delmundo. En este sentido, el imperialismo es la más degradante explotación y la opresión más inhumana de los millones depersonas que viven en las colonias. El objeto de esta explotación y opresión es extraer superbeneficios ... La teoría delmovimiento de liberación nacional de los países coloniales procede de (ciertas) tesis fundamentales: 1) El dominio del capitalfinanciero en los países capitalistas adelantados; la exportación de capital a las fuentes de materias primas (imperialismo) y laomnipotencia de una oligarquía financiera (capital financiero) revela el carácter del capital monopolista, que acelera la revoluciónde los elementos de la intelligentsia y de la clase trabajadora contra el imperialismo y les lleva al movimiento de liberaciónnacional como su única salvación. 2) El incremento de la exportación de capital a las colonias; la ampliación de las esferas deinfluencia y de los dominios coloniales hasta que abarquen todo el mundo; la transformación del capitalismo en un sistemamundial de esclavitud financiera y de opresión y explotación colonial de una amplia mayoría de la población de la tierra por unpuñado de las llamadas naciones "civilizadas".[131] Estas observaciones no guardan relación con la realidad, por razones ya indicadas en el capítulo III. Ignoran el extremadoatraso de África en el siglo XIX, el adelanto de las zonas en contacto con Occidente y la política de libre comercio, de puertasabiertas, del Reino Unido, el principal poder colonial. Una visión bastante diferente de la experiencia de Ghana bajo el régimen colonial la aportó el representante de Liberia en lasNaciones Unidas, en ocasión de la entrada de Ghana en dicho organismo como estado soberano. Dijo entonces:

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El apreciable desarrollo del estado de Ghana cuando se hallaba bajo protectorado aporta un ejemplo único de lo que puedeconseguirse a través de los procesos de cooperación y buena voluntad entre las gentes.[132] 4. INDEPENDENCIA POLÍTICA Y ECONÓMICA La sugerencia, ahora ampliamente aceptada, de que la independencia política no tiene sentido sin independencia económica,refleja la idea marxista de que fuera del comunismo ni la libertad ni la democracia son reales. El énfasis en la independenciaeconómica a veces sirve obvios objetivos políticos: el fomento de una economía cerrada y, por tanto, más prontamente controlablecon preferencia a una con muchos contactos exteriores, distintos y dispersos; la orientación de los restantes contactos exterioreshacia países comunistas; y la distracción de la atención de los problemas internos. Es más, para el marxismo­leninismo ortodoxo,cualquier rendimiento del capital privado denota explotación y las industrias de servicios se consideran como improductivas; portanto, si el capital extranjero obtiene un rendimiento positivo en los países pobres, o si los extranjeros, incluyendo loscomerciantes, obtienen en las industrias de servicios rentas a resultas de estas actividades improductivas, la población local esexplotada por definición y esto no se toleraría en países verdaderamente independientes. I. Potekhin, importante autoridad soviética en asuntos económicos africanos, escribió ampliamente acerca de laresponsabilidad occidental por la pobreza africana. El siguiente pasaje es característico: La esencia económica del colonialismo, cualquiera que sea la forma que adopte, consiste en exportar una parte de la rentanacional de una colonia al país metropolitano, sin importaciones de retorno de un valor equivalente. Esto explica por qué lospaíses metropolitanos hicieron tan grandes progresos en su desarrollo económico durante el último siglo mientras las colonias serezagaban ... ¿Por qué hay poco capital en África? La respuesta es evidente. Una parte considerable de la renta nacional que sesupone que constituye el fondo de acumulación y que sirve como base material del progreso, se exporta fuera de África sinningún equivalente. [133] Estas observaciones están una vez más desligadas completamente de la realidad. No hay pago de dividendos o intereses uotras remesas al extranjero desde la mayor parte de África y ninguno desde las partes más pobres. Cuando ocurren tales pagos,representan rendimientos de recursos suministrados desde el exterior y no pagos extraídos de la población local. La prosperidadde Occidente se ha generado en su propia población y no se ha conseguido a expensas de África o de otros paísessubdesarrollados. Como ya hemos observado en otros contextos, los países occidentales ya estaban materialmente mucho másadelantados que los países subdesarrollados, particularmente África, cuando establecieron contacto con estos últimos en lossiglos XVIIIy XIX. Hay muchos países desarrollados, incluyendo algunos de los más ricos, que tienen escasos contactoseconómicos con el mundo subdesarrollado. Si la gestión de empresas de propiedad extranjera y la presencia de personal emigrado en los países subdesarrollados implicaexplotación de la población local, se puede decir que la pobreza de estos países demuestra que han experimentado demasiadopoca más que excesiva explotación. Esta conclusión, incidentalmente, se halla claramente implícita en algunos agudos aunque amenudo ignorados pasajes del Manifiesto Comunista: La burguesía, mediante la rápida mejora de todos los instrumentos de producción, mediante medios de comunicacióninmensamente facilitados, atrae a todas las naciones, incluso a las más salvajes, hacia la civilización. Los bajos precios de susmercancías son la artillería pesada con la que derriba todas las murallas chinas ... La pobreza de los países subdesarrollados, especialmente en África, se considera por la literatura marxista­leninista actualcomo evidencia o resultado de la falta de independencia económica. El académico Potekhin aporta una formulación convenientede esta opinión y de las condiciones que según ese punto de vista son necesarias para la independencia económica: La intención es cerrar todos los canales a través de los cuales la renta nacional se está fugando de África. Los gobiernos demuchos países africanos ya han abordado el problema. Permítasenos enumerar algunas de las principales medidas destinadas ala eliminación de la "hemorragia financiera": nacionalización de las empresas pertenecientes a compañías extranjeras;reinversión obligatoria de una parte de los beneficios de las compañías extranjeras; mayor imposición sobre los beneficios;creación de bancos nacionales y de compañías de seguros; constitución de sus propias flotas marítima y aérea; y control estatalsobre las exportaciones, importaciones y transacciones en divisas. Poco se ha hecho hasta ahora, lo cual es fácil de entenderdado que la mayoría de los países africanos ganó la independencia política hace sólo un par o tres de años ... Existe una cuestiónque tiene que ver con los dos aspectos de nuestro problema: ¿qué hay que preferir, empresas capitalistas privadas o la creaciónde establecimientos de propiedad estatal? En nuestra opinión, lo último tiene teclas las ventajas en comparación con las

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empresas privadas. En resumen, estas ventajas se reducen a las siguientes: el establecimiento de empresas de propiedad delestado asegura una tasa incomparablemente más alta de desarrollo económico que la de las empresas privadas. Es la forma másfehaciente de cerrar los canales de filtración de renta nacional hacia el extranjero y el medio más seguro para eliminar el dominiode los Monopolios extranjeros. Teniendo en cuenta la extremada debilidad del capital privado nacional en casi todos los paísesdel continente, debería admitirse que solamente la constitución de un sector de propiedad estatal en la economía asegurará laindependencia económica en un breve plazo. [134] Aquí no es preciso el examen detallado de estas opiniones. Hay, qué notar que empresa extranjera se identifica conmonopolio; propiedad estatal se identifica con desarrollo rápido; no hay referencias a la relación entre desarrollo económico,demanda del consumidor y niveles de vida; y no se hace mención de los costes, incluyendo los costes de obtención del capital. La interpretación corriente del término colonialismo económico en la literatura marxista­leninista y afines, tiene unas ciertasimplicaciones políticas muy definidas y específicas. Cualquier país en el que el capital privado extranjero obtiene un rendimientopositivo o en donde los extranjeros toman parte en las industrias de servicios, es una colonia económica; y a la inversa, cualquierpaís cuyos ciudadanos han invertido en el extranjero o que llevan a cabo servicios allí, es imperialista económico oneocolonialista. Los portavoces afroasiáticos constantemente establecen que la independencia de sus países no se halla seguramientras subsista el colonialismo en cualquier forma. Mientras, a menudo, esto es sólo un eslogan conveniente para distraer laatención de las dificultades internas, en especial de la pobreza continuada, también es un reflejo de la naturaleza mesiánica delmarxismo­leninismo y del anticolonialismo. Un credo mesiánico nunca se considera victorioso hasta que haya conquistado atodos los enemigos internos y externos a la vista; la historia de la Revolución francesa es un ejemplo conocido. Si lainterpretación actual del colonialismo económico o del neocolonialismo prevalece, entonces la descolonización no es completahasta que todo el capital privado extranjero en los países pobres haya sido liquidado y hayan terminado todas las empresas yactividades extranjeras. Es más, puesto que la gente no se siente realmente libre y verdaderamente independiente más que bajoun estado comunista, la completa descolonización exige el establecimiento de tales estados en todo el mundo subdesarrollado.Gran parte de la opinión actual, incluyendo la opinión influyente, considera el funcionamiento de compañías privadas extranjerasen los países subdesarrollados como un ejemplo de colonialismo económico o neocolonialismo. Esta interpretación prestaespecial interés a la resolución de la UNCTAD, citada en el capítulo III, acerca de la liquidación del colonialismo en todas susformas como necesaria para el desarrollo económico. 5. PRERREQUISITOS DEL PROGRESO Hasta el momento en que los medios de producción sean propiedad del estado comunista, el marxismo­leninismo considera laplanificación central global como esencial para el desarrollo. Baran escribe: El establecimiento de una economía planificada socialista es una condición esencial, de hecho indispensable, para laconsecución del progreso económico y social en los países subdesarrollados. [135] En esta literatura, la planificación central global se considera necesaria para el adelanto económico en general, y, enparticular, para el fomento de la industria manufacturera, especialmente la producción de bienes de capital, que son necesarios asu vez para la independencia y el progreso económico. Por ejemplo, según Potekhin: Para desarrollar la minería y las industrias de bienes de consumo, se precisan máquinas, herramientas y equipos, ¿quién lasva a suministrar? Los países occidentales industrialmente desarrollados quisieran reservarse el monopolio del suministro demaquinaria a los países africanos ... "La industrialización equilibrada" implica la creación de una industria que proporcionemedios de producción. [136] No discutiré estos argumentos en detalle; simplemente señalaré algunos puntos significativos. [137] Ni el nivel deprosperidad, ni la tasa de desarrollo, ni la tasa de formación de capital, ni el posterior desarrollo de la industria manufactoreradependen del establecimiento previo de una industria de bienes de capital, local o nacional. En general, tampoco el desarrollo dela industria manufacturera es condición necesaria de la prosperidad o del desarrollo económico. Los países más ricos son por logeneral (pero no de forma invariable) los más industrializados, sobre todo porque la tasa de desarrollo más elevada y lapresencia de industrias manufactureras reflejan su posesión de valiosos recursos (incluyendo capital, destreza, actitudes yexperiencia); la presencia de la manufactura no es simplemente la causa de la prosperidad. En el mundo hay muchas regionesagrícolas muy desarrolladas y ricas, y áreas industriales relativamente pobres. Los países ricos e industrialmente adelantados yaeran relativamente prósperos cuando todavía eran predominantemente agrícolas, mucho más ricos que muchos de los actualespaíses pobres.

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En la literatura sobre planificación, especialmente en la literatura marxista­leninista reciente, el adelanto económico se definegeneralmente sin referencia a los niveles de vida generales, sino principalmente en términos de desarrollo industrial, en especialde las industrias de bienes de capital, o en términos de actividad de algún otro sector concreto. Los partidarios de laindustrialización en gran escala, y especialmente del desarrollo masivo de las industrias pesadas, casi nunca se refieren a losprecios, rentas, coste, demanda o nivel de vida. Éstos no se mencionan en los pasajes citados. Existen obvios motivos políticos tras la insistencia en la planificación global: el establecimiento de un estado socialista ccomunista es mucho más fácil una vez se han implantado controles económicos estrictos y globales. Tales estados es probableque apoyen a otros gobiernos comunistas. La literatura marxista­leninista ha considerado tradicionalmente al proletariadoindustrial como la vanguardia de la revolución y el campo de reclutamiento de los miembros más activos, de confianza y efectivosdel partido; también ha considerado al sector industrial como aquél que más prontamente se sujeta a un control político efectivo.Su énfasis en la industrialización parece que se deriva en gran parte de tales motivaciones políticas; así lo sugiere la ausencia enla literatura de los argumentos sofisticados o populares en favor de la industrialización que se encuentran en los textos deeconomía o en la literatura popular no marxista. Más recientemente la literatura marxista­leninista ha mostrado mucho más interés en el desarrollo de la agricultura, en lamedida en que esto forma parte de la planificación del desarrollo. Este cambio de énfasis parece que se deriva en parte de laconstatación de que en muchas zonas, especialmente África y gran parte de Asia, el proletariado industrial es y seguirá siendodurante muchos años negligible, y también de la constatación de que sin un excedente agrícola importante, todavía no disponibleen muchos países pobres, la industrialización sería políticamente inoportuna. Además también se ha reconocido la posibilidad deun estrecho control de los productores agrícolas a través de sociedades cooperativas organizadas por el gobierno, compañíascomerciales estatales y monopolios de exportación estatales. Mediante estos y otros métodos semejantes es posible, incluso conun aparato administrativo rudimentario, controlar estrechamente el sistema de producción agrícola para la venta, los precios yrentas percibidos por los productores y el uso del excedente agrícola; también es posible evitar la aparición de una poblacióncampesina próspera e independiente o de una clase comerciante o una burguesía. En la literatura comunista sobre desarrollaagrícola la adopción de uno o mí% de estos mecanismos (además de la expropiación de las terratenientes que es axiomática)resulta necesaria; sin tales medidas el desarrollo agrícola se considera un desarrollo de tipo colonial, incompatible con laindependencia económica. 6. RECOMENDACIONES POLÍTICAS DEL MARXISMO­LENINISMO Las opiniones acerca de los países subdesarrollados y las prescripciones políticas para su progreso descritas aquí comomarxista­leninistas se han convertido, de hecho, en la ortodoxia actual en este campo. Cualquiera que sea el procedimientoexacto de su deducción intelectual, estas opiniones son expuestas amplia y frecuentemente por conocidos escritores noconsiderados como marxistas o leninistas. Como ya hemos señalado, la literatura actual sobre desarrollo trata la supuestadiscrepancia siempre creciente de las rentas y niveles de vida entre países ricos y pobres y la inanición o casi inanición de losúltimos, de la misma forma en que el marxismo ortodoxo resalta el abismo entre opresor y oprimido y la siempre creciente miseriadel proletariado. El profesor Gunnar Myrdal por ejemplo, se refiere a una desigualdad internacional siempre creciente y alude a Europaoccidental, Norteamericana y Australasia como los países de clase alta y al resto del mundo como los desheredados: En la actualidad la tendencia es hacia una mayor desigualdad en el mundo. En efecto, son los países más ricos los que estánavanzando, mientras que lis más pobres, con mayores poblaciones, están estancados o progresando mucho más despacio ...Para la humanidad en su conjunto, en realidad no ha habido ningún progreso (sic). He preferido centrar la atención en undeterminado aspecto de la situación internacional, concretamente las desigualdades económicas muy grandes y firmementecrecientes entre los países desarrollados y subdesarrollados ... Estas desigualdades y su tendencia al crecimiento son realidadesflagrantes. [138] Escribe más adelante: La parte más amplia del resto de la humanidad forma en este sentido una clase inferior de naciones ... en contraposición a laclase alta de los países adelantados. De hecho, y considerando sus niveles de vida actuales, el término "proletariado" sería másapropiado en tal comparación internacional de lo que nunca lo fue, o en cualquier caso lo es ahora, en cualquiera de los paísesadelantados. El "gran despertar" de las naciones atrasadas es lento y también crea entre las mismas una conciencia de clase sin

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la cual un conglomerado social es amorfo y desintegrado. [139] Como se ha señalado en otro lugar de este volumen, las afirmaciones sobre una desigualdad siempre creciente en parte notienen sentido, en parte son excesivamente simplificadas, en parte falsas y en general inconsistentes. [140] La recomendación política basada en esta descripción o diagnóstico refleja estrechamente las ideas marxista­leninistas, o lapráctica de la Unión Soviética. En particular, desemboca en una insistencia axiomática en la planificación central comoindispensable para el progreso material. La penetrante influencia del marxismo­leninismo, incluso en críticos declarados del comunismo, se aprecia claramente en unlibro titulado África y el mundo comunista: El "efecto demostración" del crecimiento económico soviético con toda seguridad tuvo un profundo impacto en el pensamientode los líderes de movimientos nacionales en zonas atrasadas. Pero quedar impresionado (por el crecimiento soviético) nonecesariamente implica convertirse. Evidentemente no es preciso ser un "marxista­leninista" muy ortodoxo o un "economistaburgués" particularmente heterodoxo para estar de acuerdo con las siguientes afirmaciones mal especificadas: 1) un rápido incremento de la tasa de crecimiento económico de los países atrasados, que es indispensable con el fin deromper el círculo vicioso del estancamiento, exige un marcado incremento en el esfuerzo de ahorro­inversión; 2) el desarrolloeconómico está obligado a contar con la industrialización en una etapa relativamente inicial y también, antes de mucho tiempo,con un crecimiento relativamente rápido de las industrias nacionales de bienes de capital, siendo ambas cosas la respuesta alritmo acelerado de la expansión global y un estimulante adicional del mismo; 3) la disponibilidad de un volumen de inversiónexterior suficientemente grande y de amplias conexiones de comercio exterior, no siempre se pueden dar por garantizados; 4)puesto que en los países desarrollados una tecnología productiva superior supone tanto un desafío como una amenaza, el nuevoestado deberá intervenir más activamente para fomentar y proteger el desarrollo económico, de lo que fue necesario en los viejospaíses industrializados durante períodos similares de su historia. [141] En esta cita, los puntos 1) y 2) son, como se puede demostrar, obviamente falsos; 3) es irrelevante, y 4) es un claro nonsequitur. Parecería que, contrariamente a lo que dicen, estos escritores han sido a la vez impresionados y convertidos. 7. ATRACTIVO DEL MARXISMO­LENINISMO ¿Cómo podemos explicar la penetrante influencia y atractivo del marxismo­leninismo? En primer lugar, el marxismoleninismoes una estructura intelectual, que comprende método, análisis y observación empírica, que se irroga la explicación delfuncionamiento y perspectivas de la sociedad. En segundo lugar, también es una fe o credo mesiánico secular que cubre todoslos aspectos de la vida y que promete la salvación en la tierra pero en un futuro indefinido, esto es, salvación aquí, pero no ahora.En tercer lugar, es un programa de acción política. El triple aspecto del marxismo y del marxismo­leninismo como estructuraintelectual, credo mesiánico y programa político siempre debería recordarse al valorar su atractivo. Marx y Engels mostraron una penetración poco corriente en un área amplia y diversa, lo cual indudablemente ha contribuido asu atractivo intelectual. Ésta incluye el reconocimiento explícito (por Engels en el AntiDuhring) del masivo progreso técnico deEuropa en los siglos XIX y XV; el habitual tratamiento de los fenómenos como parte de un proceso: la valoración de losacontecimientos y políticas en términos de sus efectos sobre la situación global; y el interés tanto en microeconomía corno enmacroeconomía. A pesar de estos méritos, el marxismo­leninismo como estructura intelectual presenta grandes deficiencias. Elsistema abunda en inconsistencias internas y sus predicciones más específicas y explícitas han sido refutadas por losacontecimientos. Los intentos de racionalizar las contradicciones internas y justificar las desafortunadas predicciones no sonconvincentes e incluso son poco edificantes. Sin embargo, la principal razón del atractivo del marxismo­leninismo se deriva del credo y del éxito político de los partidos ygobiernos marxistas. El atractivo de una religión secular, omnicomprensiva y mesiánica que promete la salvación en la tierra, peroen el futuro, es obvio, y especialmente poderoso en tiempos de rápida erosión de los valores y creencias tradicionales. El énfasisen el futuro es atractivo, en parte porque las promesas no se pueden comprobar en la realidad, pero también debido a sullamamiento al desinterés, esto es, por su preocupación por el futuro en vez de por el presente. Los adherentes se sientenpertenecer a un movimiento que está destinado a conseguir la victoria, partícipes activos en la marcha de la historia; la fe combinacon éxito una sugestión de libertad con predestinación —la libertad es el reconocimiento de la necesidad. La doctrina de laexplotación tiene un evidente atractivo a través de su sugerencia de que la pobreza es el resultado de la opresión y se puedeeliminar mediante la acción humana. Entonces se da el atractivo casi científico de un sistema que trabaja con unas pocas

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variables aparentemente definidas con claridad y que establece relaciones funcionales muy importantes. La presencia de unaestructura lógica, aunque sea defectuosa ha aumentado el atractivo del marxismo como fe mesiánioa, al hacer su aceptaciónintelectualmente más respetable que la de otros tipos de mesianismo. La fe marxista también ayuda a integrar a los intelectuales ya las masas, levantando un puente sobre el vacío que se ha creada con la decadencia de la religión y el alejamiento de lafilosofía y arte contemporáneos de la gran mayoría de gente. Los partidos marxistas, además, han conseguido el control en varios países, incluyendo dos de los más poderosos y esto tieneun evidente atractivo. On ne juge pos les vainqueurs. Esto se refiere particularmente a las ciencias sociales, especialmente a laeconomía, donde siempre ha habido una ambivalencia entre el progreso del conocimiento y la promoción de la política. Elmarxismo­leninismo ha tenido éxito políticamente; y aquellos que no distinguen entre resultados políticos y logros científicos sonespecialmente propensos a aceptar sus afirmaciones intelectuales. Por supuesto que la aceptación de ideas por los éxitospolíticos o militares de sus partidos más que por las bases analíticas o empíricas de las mismas no es nada nuevo. Pero en elsiglo XX este fenómeno se ha vuelto notable, especialmente entre los intelectuales, a quienes gusta ser considerados inmunes atales influencias. Cuando el éxito político y militar de los partidarios de una ideología se relaciona con el atractivo político oemocional de sus elementos constituyentes, entonces su aceptación a menudo está completamente desligada de su méritointelectual. El atractivo y aceptación de las nociones de Lenin acerca del imperialismo refleja claramente la actuación de estasinfluencias. A menudo se sugiere que en Occidente los extendidos sentimientos de culpabilidad han servido para incrementar el atractivodel marxismo­leninismo, particularmente en países anglosajones. Existe asociación, pero no está clara la dirección de la relacióncausal o funcional. Igual puede que vaya de la aceptación del marxismo a la aparición de sentimiento de culpabilidad, como en laotra dirección. Por ejemplo, la noción de que Occidente ha determinado la pobreza del mundo subdesarrollado puede reflejar laingenua aceptación y expansión de las ideas marxistas de explotación y de la naturaleza improductiva de los servicios. Perotambién es posible que un sentimiento de culpabilidad, derivado de una variedad de influencias, haya facilitado la aceptación sincrítica de la idea marxista de explotación. 8. ESPECIAL ATRACTIVO EN LOS PAÍSES POBRES No resulta sorprendente, por tanto, encontrar que en todo el mundo subdesarrollado la opinión pública sobre temaseconómicos se halla saturada de marxismo­leninismo. Esto ha sucedido debido a la actuación e interacción de distintasinfluencias: los mismos factores responsables de su atractivo en Occidente, que acabamos de señalar, son todavía más atractivos;la sugerencia implícita o explícita de que fuerzas exteriores son responsables de la pobreza del mundo subdesarrollado; loséxitos políticos y militares de los partidos y gobiernos marxistas; la planificación económica global de la Unión Soviética,particularmente el desarrollo en gran escala de las industrias de bienes de capital; la influencia socialista en el flujo internacionalde ideas e información; y el impacto del cambio rápido determinado por los muy amplios contactos con las economíasadelantadas. La doctrina de la explotación siempre ha sido un factor importante en el atractivo del marxismo. El leninismo ha ayudado aextenderla a escala mundial, con evidente atractivo para los líderes políticos e intelectuales de los países subdesarrollados. Nohay necesidad de extenderse sobre la conexión entre esta doctrina de explotación y las aseveraciones acerca de los resultadosdel colonialismo y neocolonialismo. Si bien se puede decir que se halla implícita en la propiedad estatal de los medios de producción bajo la dictadura delproletariado, la planificación económica como tal no figura en la literatura marxista­leninista anterior a 1917. Por distintas razones,sin embargo, se ha convertido en parte integral de la política económica comunista. Su influencia atractivo se deriva una vez másde un número de factores interrelacionados que son sustancialmente semejantes a los factores que hay detrás del atractivo delmarxismo­leninismo en general, tales como la historia de la Unión Soviética, el atractivo de la ingeniería social, y las ventajas quealgunos grupas influyentes esperan obtener de la concentración de poder. [142] Estos factores y otras influencias en el atractivode la planificación global ya han sido considerados en el capítulo II. Este atractivo resulta especialmente fuerte para políticos e intelectuales, puesto que implica una masiva concentración depoder en manos del gobierno. Estos grupos creen que ellos pueden y deberían controlar estrechamente el resto de la sociedad,una creencia incluso más fuerte en los países subdesarrollados que en otra parte, porque allí estos grupos se sienten muysuperiores al resto de la comunidad. El control gubernamental, estricto e intensivo, de gran parte de la vida económica y social, fomenta la polarización, política, y de

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esta forma plantea claras oportunidades y ventajas para una ideología y un partido revolucionarios. Estas oportunidades sonmáximas allí donde la mayoría de la gente tradicionalmente no se preocupa de política, al menos más allá del nivel de pueblo.Prácticamente en todo el mundo subdesarrollado la gran mayoría nunca ha conocido gobiernos electos o la regla de la mayoría yno ha participado en política sino que sólo se ha preocupado por las tareas de su vida diaria. Los gobernantes o gobiernos, a suvez, mientras no han sido elegidos, generalmente han tenido poco impacto en las vidas de la gran mayoría de la gente. Unmovimiento bien organizado, ruidoso, que se expresa claramente y muchas veces bien armado, aunque sea numéricamentepequeño puede explotar rápidamente tal situación y establecer una sociedad totalitaria con relativa facilidad. Tanto la ideologíacomo la práctica comunista aseguran que el partido comunista debería beneficiarse al máximo de las potencialidades de una talsituación. Gran parte del atractivo de la experiencia soviética se deriva de su interpretación por parte de los escritores soviéticos yoccidentales. Estas interpretaciones enfatizan el crecimiento de la capacidad industrial y del poder militar, sin referencia a lademanda del consumidor, al coste, o bienestar, bien en términos de vidas humanas (incluyendo las hambres masivas de los añostreinta), nivel de vida o falta de libertad personal; sin referencia a asuntos tan relevantes como la naturaleza comparativamenteadelantada de la Rusia prerrevolucionaria (como se refleja en un excedente agrícola considerable y una tasa de analfabetismorelativamente baja en comparación con el mundo subdesarrollado), o la rápida industrialización del país antes de 1914, o aldesarrollo de muchos países subdesarrollados que han progresado rápidamente sin coacción masiva del gobierno. Estasinterpretaciones tampoco examinan generalmente el significado de las limitaciones de las estadísticas soviéticas. A su vez, esta interpretación de la experiencia soviética refleja la fuerte influencia socialista en los medios de comunicación demasas; esta influencia resulta particularmente fuerte en la comunicación internacional y especialmente en los contactosintelectuales entre Occidente y los países subdesarrollados, contactos prácticamente confinados a los oponentes del sistema demercado. La situación, apuntada en un contexto algo distinto por el profesor Hayek, aplica de forma abrumadora a los contactosintelectuales entre Occidente y los países subdesarrollados: En ningún otro campo se ha dejado sentir más fuertemente durante los últimos cien años la influencia predominante de losintelectuales socialistas que en los contactos entre diferentes civilizaciones nacionales ... Esto es lo que básicamente justifica elextraordinario espectáculo de que durante generaciones el pretendido occidente "capitalista" ha estado prestando su apoyomoral y material casi exclusivamente a aquellos movimientos ideológicos en los países orientales que aspiraban a minar lacivilización occidental; y que al mismo tiempo la información que el público occidental ha obtenido acerca de los acontecimientosen la Europa central y oriental casi inevitablemente ha sido teñida con sesgo socialista. [143] Muchas partes del mundo subdesarrollado han experimentado cambios rápidos y desiguales (desiguales por el hecho de queafectan a algunos aspectos de la vida más que a otros) en décadas recientes, la mayoría a través del contacto con economíasmás adelantadas. Las tensiones y problemas de ajuste resultantes son particularmente agudos para los intelectuales, que tienenque enfrentarse no sólo con la súbita erosión o desaparición de creencias y valores tradicionales. Sino ha mentido con unconflicto de fidelidades y con un distanciamiento del resto de la comunidad. En todo el mundo subdesarrollado los intelectualescon formación o semiformación occidental, si bien se sienten muy superiores al resto de la comunidad, sin embargo estándesesperadamente preocupados por pertenecer a la misma. La brecha quizás es más ancha en las comunidades tribalesafricanas, pero también es ancha y profunda en toda Asia. Las tensiones se ven muy intensificadas por los conflictos defidelidades que a menudo experimenta dicha gente cuando las costumbres tradicionales o tribales, o los libros familiares, chocancon obligaciones impuestas por los ordenamientos legales modernos. Los atractivos de una fe, omnicomprensiva, penetrante,secular y materialista se comprenden fácilmente en tales condiciones, pues ofrece un paraíso a gente que ha perdido susamarras. Quizás aún más importante, ofrece la perspectiva de reunificación con el resto de la comunidad.[144] Otras consecuencias del cambio rápido tienen relevancia aquí. Tales cambios invariablemente dan lugar a sensibles cambiosen la situación relativa, económica y social de individuos y grupos. Los cambios de precios siempre afectan negativamente aalgunos grupos de la comunidad; el avance de la economía de mercado socava la posición y la autoridad de los líderestradicionales; lo mismo produce varios cambios políticos derivados de contactos exteriores. Tales cambios dan lugar aabundantes oportunidades de queja, particularmente cuando sus causas no pueden adscribirse a fenómenos naturales, pero almismo tiempo no se entiende claramente. Por estas razones los riesgos de una economía de cambio, si bien mucho menosagudos que los de una economía de subsistencia, se aceptan mucho menos rápidamente en particular cuando el impacto de unaeconomía monetaria ha sido rápido y discontinuo. Tales cambios dan lugar a considerables oportunidades para un partidopreparado y decidido a explotar todas las quejas. [145] La ruptura de continuidad con el pasado es pronunciada incluso cuando

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el rápido avance es mediante la producción de cultivos para la venta que están estrechamente relacionadas con las actividades yafanes tradicionales de la gente. Resulta mucho más pronunciado con una rápida industrialización y urbanización, consideraciónque puede justificar parcialmente la defensa comunista de tales políticas. 9. DEGRADACIÓN DEL LENGUAJE En décadas recientes varios escritores destacados, entre los cuales Karl Kraus, George Orwell, Jacques Barzun y Richard M.Weaver, han discutido agudamente acerca de lo que ellos han identificado como una degradación del lenguaje (lo que GeorgeOrwell llama abuso) en el sentido de un creciente uso de una terminología vaga y sin sentido. [146] La literatura marxista­leninista a su vez ha fomentado y explotado esta degradación, confiando sistemáticamente en términos generales vagos cuyainterpretación puede variar en distintas circunstancias y adaptarse a la persecución de metas políticas específicas, mediante eluso de términos en forma divorciada de su significado aceptado y mediante la incesante repetición de afirmaciones que sedemuestran falsas. Tales prácticas son particularmente efectivas en los países subdesarrollados, donde una aproximación críticaa la letra impresa o a la discusión política está menos desarrollada que en Occidente. La degradación del lenguaje se ha llevado a tales extremos, tanto en la literatura popular como académica sobre economía deldesarrollo, que las palabras han perdido su significado. De otra forma, ¿cómo es posible que Baran, que, hay que recordarlo,profesor de economía en la Universidad de Stanford, escribiera de este modo?: Al peso muerto del estancamiento característico de la sociedad pre­industrial se añadió todo el impacto restrictivo delcapitalismo monopolista. El excedente económico del que se apropian en cantidades abundantes los negocios monopolistas enlos países atrasados no se utiliza con fines productivos. Ni se reinvierte en su propias empresas, ni sirve para desarrollar a otras.[147] La afirmación es claramente falsa, porque se han levantado extensos complejos agrícolas, mineros, comerciales e industrialesen todo el mundo subdesarrollado con la reinversión de beneficios. Tales manifestaciones, son, sin embargo, características delas obras del profesor Baran, y también en general de la literatura marxista­leninista en este campo, en el que han sido muyinfluyentes. La abrumadora preocupación por alcanzar objetivos políticos y la consiguiente subordinación de la actividadintelectual a esta finalidad, ha determinado que los escritos marxistas­leninistas sobre los países subdesarrollados hayanoscurecido el panorama en muchas más ocasiones que las que lo han iluminado. La discusión sistemática se vuelve imposible si se atribuyen significados muy diferentes a la misma expresión o si afirmacionespalpablemente falsas y falsedades fácilmente demostrables se juzgan admisibles debido a su contribución al objetivo político: lospárrafos de Baran Potekhin citados son algunos entre los incontables ejemplos. Sin duda, tales escritos son un ejemplo dedestrucción del lenguaje. El marxismo­leninismo acepta y, sin duda, fomenta cualquier uso equivocado del lenguaje si ellocontribuye al objetivo político final. Por tanto ello ha exacerbado las dificultades del estudio o discusión seria del desarrolloeconómico.

[Ir a tabla de contenidos]CAPÍTULO VPERSPECTIVAS ASIÁTICAS

En 1968 el profesor Gunnar Myrdal publicó Asían Drama, [148 ] un libro de más de un millón de palabras en el que habíaestado trabajando desde 1957 con un equipo internacional de colaboradores. El tema principal de este trabajo masivo es lainsistencia del profesor Myrdal en la necesidad de una transformación radical del hombre y de la sociedad en todo el sur de Asiamediante la acción gubernamental. El texto de este capítulo se dedica al tema central del profesor Myrdal, pero también reseñaalgunos de los principales temas en los que se apoya. Algunos otros temas de estos tres grandes volúmenes, menosestrechamente relacionados con el tema central, también son notables, especialmente para economistas y para otros interesadosen el estado de la economía del desarrollo, y estos se examinan en el apéndice a este capítulo. Se han situado allí con el fin deno distraer la atención de los principales temas. 1. ORÍGENES DEL PROGRESO Lo que en gran parte determina el progreso económico de los países subdesarrollados es la gente que allí vive. Si biengeneralmente hablamos de países, economías y naciones subdesarrolladas, estas entidades están constituidas por personas

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cuyas necesidades materiales ha de satisfacer la economía y cuyas facultades, motivaciones e instituciones determinansustancialmente su actuación. Pero, a este respecto, la gran mayoría de la gente de los países subdesarrollados difiere de la granmayoría de la del mundo desarrollado. El reconocimiento poco generoso, incompleto, aunque a pesar de todo claro, de estassencillas verdades —ofensivas como son para los intereses políticos, intelectuales y emocionales influyentes— constituye uno delos principales rasgos del gigantesco estudio del profesor Myrdal sobre el sur de Asia, desde Pakistán a las Filipinas, comoquedará claro con los párrafos citados en secciones subsiguientes de este capítulo. Otra contribución significativa es la insistencia del profesor Myrdal en la inutilidad de algunos de los modelos, métodos deaproximación y principales conceptos que dominan la literatura actual sobre desarrollo económico, tales como el uso frecuente dela relación capital­producto (cociente entre el stock de capital y la producción total o entre cambios en estos agregados); elexcedente de trabajo (el volumen de trabajo rural supuestamente eliminable sin pérdida de producto); y los precios sombra(precios de equilibrio teóricos para dirigir las decisiones de la planificación). Sobre estos puntos rápidamente está uno deacuerdo con el profesor Myrdal; los conceptos y variables más significativos en la literatura teórica sobre desarrollo, que seemplean ampliamente en la planificación del desarrollo en todo el mundo subdesarrollado, se hallan desligados en gran parte delos determinantes personales y sociales del desarrollo. Se escogen por su susceptibilidad de tratamiento formal, especialmentecuasimatemático, más que por su relevancia para el desarrollo.[149] El profesor Myrdal señala correctamente que la confianza en estos métodos lleva a descuidar los principales determinantes deldesarrollo. Sin duda, en este contexto se puede ir mucho más lejos de lo que va el profesor Myrdal. Constituye un corolario deesta negligencia el que el impacto de la política en estos determinantes también será pasado por alto. Por ejemplo, los controlesdel comercio y del cambio exteriores, introducidos para fomentar el desarrollo actuando sobre el volumen y asignación del gastointerior, en la práctica también influyen en el volumen y la naturaleza de los contactos exteriores, en la movilidad ocupacional ygeográfica dentro del país, en la oferta de bienes incentivo, en la situación y perspectivas de los distintos grupos étnicos dentro deun país, en el carácter e intensidad de los conflictos políticos y en la dirección de las energías de la gente. Estas otrasrepercusiones casi con toda seguridad han de ser más importantes que el impacto directo de los controles. Entre otras observaciones útiles del profesor Myrdal te encuentra su reconocimiento de que Marx ha tenido una penetranteinfluencia en la literatura actual sobre desarrollo; y también de que muchos liberales comparten con los marxistas la infundadacreencia en la organización económica y en los procesos técnicos como causas principales del desarrollo económico y de losfenómenos sociales en general, en contraposición a la naturaleza derivada de las motivaciones, valores e instituciones. Elprofesor Myrdal muy justamente critica este enfoque, cuya irrelevancia es patente en el sur de Asia. Y también señala que en todaesta región, y especialmente en la India y Pakistán, el aumento del control estatal sobre la vida económica en los años recientesha beneficiado principalmente a la gente acomodada: políticos, administradores industriales y a los aldeanos que mejor seexpresan. Tal resultado era de esperar debido a las amplias diferencias de eficacia política entre los distintos grupos sociales yprofesionales. El profesor Myrdal también señala muy acertadamente los efectos del clima sobre la actividad económica y apunta laignorancia comparativa del mismo en la literatura sobre desarrollo. Pero no trata en ningún momento de reconciliar sureconocimiento de los efectos adversos del clima tropical con su énfasis en la desigualdad, el colonialismo y los interesessociales firmemente arraigados, como supuestas causas principales del atraso.[150] 2. REINTERPRETACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN El principal mensaje del profesor Myrdal es la necesidad de una transformación a fondo del hombre y de la sociedad En todo elsur de Asia, si es preciso por la fuerza. Considera justificada la fuerza debido a la urgente necesidad de un progreso material másrápido, que puede que exija una coacción ilimitada tanto en el tiempo como en intensidad. Este drástico mensaje surge de la siguiente forma. De acuerdo con el profesor Myrdal, la extrema pobreza, el estancamiento eincluso el retroceso caracterizan el sur de Asia, que contiene una cuarta parte de la población mundial; existen también ampliasdesigualdades en la riqueza, renta y posición social de las personas y grupos; [151] y la relación entre pobreza y estancamiento,y de ambas con la desigualdad, refleja lo que él denomina "causalidad cumulativa circular generalmente en vigor" en la vidaeconómica y social, de forma que, en ausencia de contramedidas organizadas políticamente, las influencias y tendencias socialesy económicas se refuerzan a sí mismas. La pobreza, según el profesor Myrdal, no sólo impide la acumulación de capital, sino quetambién perpetúa valores e instituciones que obstruyen el progreso. Argumenta que la desigualdad de posición social y deriqueza reprime a la gente, quita incentivos, impide un alza de la productividad y obstruye la aparición y efectividad de políticas

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que podrían mejorar la situación, en especial las políticas descritas por el profesor Myrdal como planificación racional. El atraso, sigue el razonamiento, también tiene que ver con la persistencia de diferencias étnicas, lingüísticas y de otrasdiferencias culturales entre países. Estas distintas diferencias, tanto impiden el adelanto material como retrasan la consolidaciónnacional que unificará los mercados y facilitará la planificación. El colonialismo a menudo ha agra vado la situación generando yperpetuando las actitudes, instituciones y estructuras sociales enemigas del progreso. El profesor Myrdal considera la planificación global indispensable para el fomento de rentas más elevadas. [152] Además, laplanificación también es deseable en sí misma, básicamente con el fin de fomentar la consolidación nacional, que el profesorMyrdal, una vez más, considera tan necesaria para conseguir rentas más elevadas y tan deseable en sí misma. Por tanto, en suterminología, la defensa de la planificación central es una premisa de valor a la vez independiente y derivada. El profesor Myrdal considera la búsqueda de rentas per capita más elevadas como un objetivo y criterio de una políticagubernamental racional. La persecución de esta meta requiere cambios fundamentales en las formas de conducta, actitudes einstituciones de la gente, junto con una eliminación en gran escala o reducción de las diferencias culturales, étnicas y lingüísticas,así como de las desigualdades de riqueza, renta y posición social. Estos cambios masivos sólo pueden llevarse a cabo por mediode la planificación central global. La literatura actual sobre desarrollo generalmente interpreta la planificación como el control estatal, real o pretendido, de laeconomía, excepción hecha de la agricultura de subsistencia. Nunca se ha aclarado porqué tal política debería fomentar eldesarrollo económico en el sentido de elevar los niveles de vida generales. El profesor Myrdal reconoce ahora que laplanificación central en este sentido es insuficiente para el progreso material. De ahí su revolucionaria interpretación de laplanificación central como una política para remodelar por la fuerza al hombre y a la sociedad. El libro constituye pues un hito ensu clara reinterpretación y extensión de la planificación central de un intento de control estatal a un intento de transformaciónobligatoria del hombre y de la sociedad. Reproduciré amplias citas del libro del profesor Myrdal para ilustrar su tesis. Estomostrará la significación del nuevo punto de partida y debería prevenir objeciones de que las citas están fuera de contexto. ... el éxito de la planificación para el desarrollo exige una disposición en asignar obligaciones a la gente de todos los estratossociales en mucha mayor medida de lo que ahora se hace en cualquiera de los países del sur de Asia. Ello requiere, además, unriguroso cumplimiento de las obligaciones, en lo cual la coacción juega un papel estratégico... En las actuales condiciones delsur de Asia, el desarrollo no puede conseguirse sin mucha más disciplina social de lo que permite la interpretación dedemocracia prevaleciente en la región [153] ... existen escasas esperanzas en el sur de Asia de un rápido desarrollo sin una mayor disciplina social. Para empezar, a faltade más disciplina —que no aparecerá sin normas respaldadas por la fuerza— todas las medidas de elevación rural serán, engran parte, ineficaces. [154] En la medida en que estas otras valoraciones (que retrasan el desarrollo) chocan con los ideales de modernización, lasmismas actúan como inhibiciones cuando son sostenidas por miembros del gobierno y por aquellos que participan en laelaboración y puesta en práctica de las políticas del gobierno. Las mismas son la causa de la indecisión y de la indiferencia al hacer y ejecutar planes. Cuando sólo están presentes entre lamayoría de la gente que no son activos participantes en la formulación y ejecución de la política, estas valoraciones conflictivasactúan como obstáculos ... Los mismos bien tienen que ser superados mediante medidas políticas que constituyan un planracional o bien ser salvados, si la planificación como expresión de los ideales de modernización consiste en avanzarconstantemente ... La distinción en este estudio entre "inhibiciones" y "obstáculos" es un modelo abstracto, en cierto modosimplificador, si bien nosotros creemos que constituye un enfoque realista. El mismo contempla un gobierno y su entorno como unsujeto activo de la planificación y al resto de la gente como a objetos relativamente pasivos de las políticas que surgen de laplanificación. [155] En una tal comunidad nacional, las barreras de casta, color, religión, origen étnico, cultura, idioma, y fidelidades provinciales,serían derribadas, y la propiedad y la educación no se hallarían distribuidas de forma tan desigual como para constituirmonopolios sociales. Se prevé una nación con una marcada igualdad social y económica, con una alta movilidad social así comoespacial, y con una firme lealtad de toda la población a la comunidad nacional.[156] El tema central y esencial del argumento del profesor Myrdal queda claro, si bien a veces se ve oscurecido por una exposiciónvaga, sinuosa o contradictoria. Consiste en que la planificación no sólo tiene que controlar la economía, sino que tiene que

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rehacer a la gente y a la sociedad: la conducta personal y las actitudes sociales tienen que ser reestructuradas en beneficio, o almenos en el interés declarado, de unas rentas per capita más elevadas. El profesor Myrdal deplora lo que él llama el enfoque gradual en la región: ... la adhesión al enfoque gradual, en tal grado y de esta forma, a pesar del común reconocimiento de la necesidad del cambiorevolucionario, tiene por supuesto que justificarse por la situación social de estos países, especialmente por las innumerablesinhibiciones y obstáculos con que se encuentra la planificación racional.[157] El uso de la expresión reconocimiento común resulta paradójico particularmente por el hecho de que el profesor Myrdal amenudo señala que la gente en general no apoya tales políticas. El reconocimiento común, por tanto, se refiere a un númerorelativamente reducido de gente ruidosa e influyente. En vez de un cambio gradual, se precisa de una transformación rápida y a fondo: Los cambios mayores y más rápidos generalmente tienen que realizarse alterando en forma decidida las instituciones dentrode las que la gente vive y trabaja ... Pero las instituciones generalmente sólo pueden cambiarse recurriendo a lo que en la regiónse denomina coacción, estableciendo obligaciones a la gente y apoyándolas por la fuerza.[158] Pero no sólo es en el sur de Asia que tales políticas se llaman coacción; es precisamente lo que son y con este nombre sedenominarán en cualquier lugar. Repetidas veces el profesor Myrdal cita con aprobación documentos indios acerca de la necesidad de remodelar institucionesde forma que las mismas contribuyan a la "realización de valores sociales más amplios y profundos". En este contexto, escribe: Pero las perspectivas de derribar las barreras para el desarrollo en los países surasiáticos serían completamente diferentes sien un país como la India, por ejemplo, el gobierno realmente estuviese determinado a cambiar las actitudes e institucionesprevalecientes y tuviese el valor de hacer los pasos necesarios y de aceptar sus consecuencias Éstas incluirían la efectivaabolición de las castas, prescritas por la constitución (india), y medidas, aceptadas en principio, que incrementarían la movilidad yequidad, tales como reforma agraria y legislación de arrendamientos efectivas; una política agrícola racional, aunque requiriese lamatanza de muchas vacas medio muertas de hambre en general, puesta en práctica e imposición a la gente, no sólo deobligaciones fiscales, sino también de todas las demás que se precisan para el desarrollo.[160] Como muchos escritores que tratan del desarrollo económico, el profesor Myrdal a menudo se refiere a la reforma ymodernización de sectores, actividades, creencias e instituciones. Pero lo que en realidad se discute no es la reforma omodernización de este sector o de aquella actividad, sino de la gente ocupada en ellos; no de creencias y valores sino deaquellos que los tienen; no las instituciones, sino de quienes participan en ellas. El sujeto de la transformación es la gente, estoes, personas y grupos de personas, no entidades abstractas tales como actividades o sectores. El profesor Myrdal no explicacómo se ha de llevar a cabo esta modernización a través de la transformación y la estandarización, más allá de insistir en que alos gobiernos se les ha de dar poder suficiente para llevar a cabo estas políticas. No dice cómo se ha de transformar a la gente,mediante qué políticas específicas y con qué recursos. Como acabamos de señalar, el profesor Myrdal tiene tendencia a referirse a sectores, actividades e instituciones más que agente. Sin embargo, cuando vuelve su atención hacia las personas, cuyo bienestar se supone que han de fomentar sus drásticaspolíticas, el tenor de estas referencias no sugiere ni simpatía ni respeto. Así escribe: Las actitudes y normas prevalecientes de actuación individual en la vida y en el trabajo son desde el punto de vista deldesarrollo deficientes en varíes aspectos: bajos niveles de disciplina, puntualidad y orden en el trabajo; creencias supersticiosas yperspectivas irracionales; falta de viveza, adaptabilidad, ambición y disposición general al cambio y a la prueba; desprecio deltrabajo manual; sumisión a la autoridad y a la explotación; escasa aptitud para la cooperación; bajos estándares de higienepersonal; y así sucesivamente.[161] Estas observaciones en cierto modo puede que expliquen la disposición del profesor Myrdal a recurrir a políticas drásticas y sufalta de preocupación por los efectos de estas políticas en la población en general, cuestiones que nosotros consideraremos eneste capítulo. 3. TRANSFORMACIÓN DEL HOMBRE Y DE LA SOCIEDAD El profesor Myrdal contempla una transformación total coactiva de los individuos y sociedades en todo el sur de Asia. Señala

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una gran variedad de costumbres, formas de conducta, actitudes, instituciones y fenómenos que precisan ser radicalmentemodificados o incluso eliminados en la medida en que, en su opinión, los mismos impiden el progreso material. Casi toda laesfera de la conducta humana se ve implicada. Dentro de su campo global de reforma existen tres amplias áreas que cabedistinguir a efectos de exposición: primero, formas de conducta personal y cultural, valores y costumbres; segundo, diferenciasétnicas y lingüísticas; tercero, diferencias económicas, especialmente en renta y riqueza. Estas áreas se hallan relacionadas y encierto modo se solapan. Sin embargo, la imprecisión de la distinción no afecta al argumento sustancial. Conducta y costumbres.—La primera categoría incluye elementos tan distintos de conducta y cultura como resistencia a mataranimales; creencia en la eficacia de fuerzas ocultas y sobrenaturales; objeción a que las mujeres trabajen fuera de casa; rechazode la práctica anticonceptiva; gran preferencia por el ocio y el trabajo no manual; aceptación del sistema de casta; mayor prestigiode la vida contemplativa que de la vida activa; aceptación de las cosas tal como son; y muchas otras. El profesor Myrdal es ambivalente en cuanto a la fuerza y profundidad de las costumbres que impiden el progreso material. Aveces sugiere que las mismas no son más que hábitos y convencionalismos, perpetuados por la influencia del colonialismo, lainercia y los intereses creados. De acuerdo con esto, lo que se precisa es meramente la erradicación de la rémora "de creenciasirracionales y valoraciones relacionadas"[162] Otras veces sugiere que algunas de estas costumbres y actitudes son profundas yarraigadas. Esta última interpretación se halla implícita en las frecuentes referencias a la necesidad de la coacción. El profesorMyrdal se pregunta: ... si la gente cambiará en la forma que precisa el desarrollo, y si todos estos cambios sucederán con suficiente rapidez, sin unareforma deliberada de la religión popular que eliminaría las creencias supersticiosas y pondría en su lugar los apreciados ritos,los pensamientos filosóficos y los preceptos morales generales aceptados por la mayoría de los intelectuales.[163] Resulta engañoso suponer, como hace el profesor Myrdal, que las creencias, formas de conducta e instituciones más dañinaspara el progreso material en el sur de Asia, son meros convencionalismos sociales reforzados por intereses creados y fácilmenteeliminables en la persecución de rentas más elevadas. Por ejemplo, ¿de qué se podrán beneficiar los intereses creados de laresistencia a matar animales, o de la negativa a matar ganado, o de la preferencia de la gente por el ocio o por la contemplaciónen vez de la vida activa? Algunas de las creencias y actitudes que impiden el progreso material en el sur de Asia sonantiquísimas. El culto a las vacas en la India, por ejemplo, se remonta a unos tres mil arios y refleja el firme apego de los arios aestos animales, un sentimiento que impregna la cultura de la mayor parte de la India rural. La inviolabilidad de la vida animalsensible refleja la creencia de que la naturaleza es algo continuo, sin netas distinciones entre el hombre y el resto del universoorgánico, y que el hombre debería vivir con la naturaleza en vez de aprovecharse de ella para sus fines. La apatía y pereza tan extendidas y fácilmente observables en la población del subcontinente indio reflejan de alguna manerael debilitante clima, que no sólo afecta directamente a la energía de la gente, sino que también puede que haya contribuido a lapersistencia de costumbres e instituciones contrarias al progreso material. En algunas partes de su libro el profesor Myrdal señalaexplícitamente los efectos del clima en la actividad económica, pero generalmente los ignora cuando se refiere a las causas delatraso material y a los medios y capacidades de cambio. Los efectos de la casta en el progreso material son, en efecto, ambiguos. La casta impide la movilidad social, ocupacional ygeográfica; por otra parte, durante siglos ha sido una fuerza de cohesión en la sociedad hindú y probablemente ha mantenido araya las fuerzas de la anarquía.[164] La casta ciertamente se halla profunda e inseparablemente ligada con otros elementos de la cultura de la India rural,incluyendo el matrimonio, y no se podría eliminar coactivamente sin destruir la sociedad de gran parte de la India. Como ya hemos señalado, la postura del profesor Myrdal es ambivalente acerca de la fuerza de estos obstáculos para elprogreso material. Con toda seguridad subestima en gran medida la profundidad, intensidad y tenacidad de algunas de lascreencias y actitudes que él censura. Esta subestimación en parte refleja el enfoque no histórico del libro. Corolario de estadesatención hacia la historia de la región es el hecho de que el libro carece de una base de valoración digna de consideraciónacerca de la profundidad y fuerza de las creencias, actitudes e instituciones del sur de Asia Este enfoque no histórico aplica enparte la exagerada fe del profesor Myrdal en las posibilidades de la acción estatal para modificar aquellas costumbres y actitudesque él desaprueba, si bien el excesivo énfasis quizá también puede reflejar un deseo de instrumentar una defensa en favor de laconcesión de amplios poderes al estado. A veces el profesor Myrdal presenta curiosos argumentos en apoyo de su esporádicooptimismo acerca de los resultados probables de la planificación central:

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La atención prestada al desarrollo como un fin llevará de forma creciente a que la gente tienda a asociar un valorindependiente, no sólo a la subida de los niveles de vida —en sí misma una valoración nueva para mucha gente en un paísatrasado y estancado— sino a cambios al alza en todas las otras condiciones del sistema social, incluyendo actitudes einstituciones. [165] Ésta es otra afirmación injustificada. En la práctica, la sugerencia se acerca más a lo contrario de la verdad. Por ejemplo, en laIndia, la puesta en práctica de la prohibición de sacrificar ganado (no sólo de vacas) en Uttar Pradesh, el mayor estado indio,coincidió con el comienzo del segundo plan quinquenal. Otro tema importante del libro es la necesidad de suprimir la discriminación en la vida social y en el comportamiento personal.Este objetivo es inalcanzable y por supuesto inconcebible. Todas las relaciones humanas implican discriminación, si bien lasdistintas gentes discriminan por diferentes motivos y con distintos criterios. La ausencia de discriminación en un capítulogeneralmente implica discriminación con otro criterio. En el sur de Asia, la discriminación con base en la religión, color, raza ylengua es prácticamente general en toda la sociedad. La sensibilidad del color resulta especialmente fuerte en la India y Pakistán.[166] La discriminación social —la selección de socios, incluyendo cónyuges, con base en criterios consistentes— es general nosólo entre los seres humanos sino también entre los animales superiores; se halla presente de forma menos evidente entre losanimales inferiores. En las sociedades humanas, la adopción de criterios consistentes con vistas a la asociación es, a menudo,una indicación o presunción de una base y experiencia en gran medida compartidas. Una base y experiencia comunes soncondición para la cohesión de la sociedad o de los grupos. Esto puede explicar el porqué aquellos que desean reemplazar lassociedades por una masa inerte y estandarizada se oponen tan violentamente a la discriminación en el sentido que acabamos deseñalar. La insistencia en la uniformidad étnica y lingüística y en la ausencia de discriminación dentro de las fronteras del estado,refleja la predilección del profesor Myrdal por una sociedad en la que no haya diferencias o distinciones con excepción de lasexistentes entre el gobierno todopoderoso y la masa subordinada y homogénea. Aquí podemos señalar una importante paradoja. La fuerza del argumento en todo el libro del profesor Myrdal se dirige de formaostensible en contra de la diferenciación y discriminación. En efecto, se dirige únicamente en contra de los tipos de diferenciacióny discriminación que son practicados por la gente corriente y que reflejan sus bases, inclinaciones y preferencias. Por otra parte,favorece las preferencias de los grupos políticamente articulados y efectivos. Por tanto, en forma consistente y tajante discriminaen contra de los valores que tiene la mayoría de la gente. Diferencias étnicas y lingüísticas. — El profesor Myrdal contempla la reducción sustancial o incluso la eliminación de lasdiferencias y fidelidades étnicas y lingüísticas. Se opone a estas diferencias porque incrementan las dificultades de laplanificación central y también porque cierran el paso a la consolidación nacional, y a ambas las considera instrumentosnecesarios del progreso material, aparte de ser deseables por derecho propio. También piensa que estas diferencias restringenel tamaño de los mercados. Pero gran número de personas, probablemente la gran mayoría de la población del sur de Asia, se halla fuertemente apegadaa sus características e identidad étnica y lingüística y le resultaría imposible despojarse de esas características. Por ejemplo, seríaimposible para las comunidades chinas, indias y malayas. El intento de eliminar estas diferencias plantearía dificultades que contoda certeza serían formidables y probablemente insalvables. La mayoría de las fronteras estatales actuales del sur de Asia son recientes y arbitrarias. Su situación puede que sea útil paralos fines de algunos gobiernos y pueden ser convenientes como punto de partida para la planificación central. Pero estos paísesno son estados nacionales en el sentido aceptado del término.[167] Las fronteras muchas veces encierran distintos gruposétnicos que no consideran a los otros grupos como parte de la misma nación o sociedad. Esto es evidente entre las distintascomunidades de Malasia e Indonesia, pero es sustancialmente cierto en muchos otros países. La enérgica expulsión de los indiosde Birmania y el trato a los chinos en Indonesia subrayan este punto. Es más, las fronteras no sólo son arbitrarias sino tambiénmóviles. Por ejemplo, Singapur se independizó de Malasia en 1966. ¿Era Malasia un estado nacional antes de que Singapur sevolviese independiente? ¿O bien Singapur se convirtió en estado nacional de la noche a la mañana? Tampoco los llamados estados nacionales existentes en el sur de Asia representan ni siquiera mercados nacionales únicos.Los mercados están partidos por las grandes distancias y malas comunicaciones, cuyos efectos se ven reforzados a veces por laseparación física de las distintas partes (Pakistán, Indonesia, Malasia y en cierto modo la India). Esto se aparta completamente delas diferencias en las normas en cuanto a requisitos y pautas de consumo de los distintos grupos étnicos y culturales dentro de las

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fronteras del estado. La uniformidad étnica dentro de un país no tiene por qué ser una condición o incluso un elemento de progreso material. Lasdiferencias étnicas y las diferencias culturales asociadas, a menudo llevan a nuevas ideas y métodos, dan lugar acomparaciones, y por tanto fomentan el progreso material. Y el apego a ciertos elementos de una tradición étnica y a la tradicióncultural conexa es muchas veces una fuerza dinámica, puesto que es uno de los ingredientes de motivación y significación en lavida de la gente. Aun en el caso de que la uniformidad étnica y lingüística fuese un factor de progreso material, no justificaría ni eluso de la fuerza sobre poblaciones mal dispuestas ni la aceptación de las actuales fronteras arbitrarias y accidentales. Los grupos étnicos y lingüísticos diferentes y, a menudo, antagónicos dentro de las fronteras de los llamados estadosnacionales del sur de Asia, han sido inconfundibles durante siglos o incluso milenios. Estos antagonismos han sido exacerbadospor el aumento del poder estatal, relación que señala el propio profesor Myrdal.[168] La tensión se incrementaría enormemente siel aumento del poder estatal se utilizase para apoyar intentos sistemáticos de eliminar diferencias étnicas y lingüísticasprofundamente sentidas. Renta, riqueza y rango. —La misma predilección por la uniformidad es evidente en la tercera importante esfera en la que elprofesor Myrdal prevé una transformación en gran escala y forzosa, a saber, la esfera económica. En general, el profesor Myrdalconsidera las diferencias de renta y riqueza como indefendibles, anormales, irracionales y contrarias al avance material. Como yahemos señalado, habitualmente se refiere a las diferencias económicas como desigualdades. Y considera la desigualdad comoinjusta, y de ahí la equiparación de diferencias económicas e injusticia. El profesor Myrdal frecuentemente da a entender que rentas elevadas generalmente son el resultado de privilegio oexplotación; y que las mismas de alguna manera han sido sacadas del resto de la población; y que la actividad económica es unaespecie de juego de suma cero en el que las rentas ganadas por algunos son perdidas por otros. A veces incluso consigueinsinuar que es censurable para algunos grupos el haber sobresalido de la pobreza circundante. Sin duda, el profesor Myrdal está obsesionado con diferencias en las condiciones materiales. Desigualdades de renta inclusoentre áreas urbanas y rurales o entre distintos distritos se señalan con gran amplitud y desfavorablemente. El profesor Myrdalnormalmente no analiza el significado de los datos o las condiciones y factores que hay tras estas desigualdades. En el sur de Asia, como en otros lugares, las rentas generalmente no se sacan de otras personas. Ahí, como en otros sitios, seperciben por actividades realizadas y por recursos suministrados. Rentas más elevadas reflejan fundamentalmente capacidadesy aptitudes tales como prontitud para percibir y explotar la oportunidad económica, capacidad para trabajar duro y deseo deahorrar e invertir.[169] Esta sugerencia de que las desigualdades de renta son algo injustas o incluso completamente injustas, implica que lasfacultades, motivaciones, condiciones de vida y requisitos de la gente son idénticos; y cuando se comparan grupos de gente, lasugerencia también implica que no existen diferencias de edad. Este enfoque supone que la gente en cierto modo está hecha dela misma materia prima y que las únicas diferencias reales y significativas entre la misma son las desigualdades de renta. De ellose sigue que simplemente por el hecho de nacer todos tienen derecho a rentas sustancialmente idénticas; que las desigualdadesde renta son tanto anormales como censurables y, al mismo tiempo, prontamente rectificables. Pero las facultades, motivaciones,intereses, condiciones de vida y requisitos de la gente a menudo difieren sustancialmente. Y estas diferencias resultanespecialmente pronunciadas cuando se examinan amplias zonas y gran número de personas. El profesor Myrdal resalta la importancia de la igualdad de oportunidades, así como de la igualdad de riqueza y renta. Pero lasdiferencias de facultades y motivaciones económicas aseguran que la igualdad de oportunidades, para cualquier significadoválido del término, asegurará diferencias de riqueza y renta. La posesión de las aptitudes económicas precisas, especialmente laprontitud en percibir y explotar la oportunidad económica, el interés por hacer dinero, la iniciativa y el puro trabajo, es lo que hapermitido a los extraordinariamente pobres inmigrantes chinos del sudeste de Asia dejar atrás tanto a la población indígena comoa los otros grupos de inmigrantes. La riqueza de incontables comerciantes, mineros, colonos, contratistas y de otros empresariosen la región, no tiene nada que ver con los favores oficiales o incluso con la herencia de riqueza si bien ello puede ser debido allegado de ciertas facultades). El profesor Myrdal insiste en que riqueza y rango se hallan correlacionados y que los ricos tienen un monopolio del poderpolítico. Estas aseveraciones tampoco son ciertas. En la India, por ejemplo, especialmente en el campo, la posición social de unbrahman relativamente pobre, a menudo es más elevada que la de un próspero comerciante de una casta más bata. Y resulta

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evidentemente falso que los ricos monopolizan el poder político, como evidencia, por ejemplo, el trato dado a los prósperoschinos en Indonesia y a los indios en Birmania. Este punto se desarrollará con más amplitud más adelante en este capítulo. La afirmación de que las desigualdades de renta generalmente retrasan el progreso material es infundada. No existe una razóngeneral para que la prosperidad de algunas personas, grupos o regiones tenga que impedir el adelanto de otras. Lasdesigualdades de renta son más a menudo una condición de progreso material y evidencia de su existencia más que unobstáculo para su realización. En Asia, como en otros lugares, las perspectivas de recompensas materiales han animado amillones de personas a trabajar firme, ahorrar, experimentar e invertir, a menudo en países lejanos. En resumen, no es cierto quelas desigualdades de renta impidan el desarrollo económico, o que las rentas elevadas generalmente se saquen de otraspersonas, o que las mismas reflejen explotación y privilegio, o que supongan poder político. Existe, sin embargo, una categoría de rentas en el sur de Asia que sí refleja una situación privilegiada. Se trata de lasganancias inesperadas, a menudo muy grandes, que han correspondido a los titulares de licencias de comercio exterior y deimportación en la India, Pakistán y Ceilán. En las condiciones que han prevalecido en estos países en los últimos diez o quincearios, la concesión de estas licencias a menudo ha equivalido a donaciones de dinero, parte de las cuales puede que hayantenido que entregarse a políticos y funcionarios como soborno. Pero estas ganancias inesperadas no justifican las sugerencias deque las rentas de la gente acomodada generalmente son el resultado de privilegio más que de actuación económica. Lasganancias inesperadas simplemente reflejan un aspecto de la utilización de controles bajo planificación. Las críticas del profesor Myrdal a las diferencias económicas y a la gente rica plantean algunas cuestiones obvias, cuyarelevancia va más allá del sur de Asia. ¿Por qué todo el mundo habría de tener derecho a una renta básicamente idéntica,simplemente por haber nacido y sin tener en cuenta la conducta, motivaciones, facultades y contribuciones a la economía? ¿Porqué habría de ser injusto que gente que venera la vida animal o que no permite que las mujeres trabajen fuera de casa, o queellos mismos no se esfuerzan mucho, tengan rentas inferiores a las de otros que no se imponen tales condicionamientos? o, ¿porqué tendría que ser injusto que los chinos de Malasia e Indonesia, o los indios de Birmania, o los europeos del sur de Asia, ganenrentas más elevadas de las que ganan las poblaciones indígenas, cuando ellos trabajan más duro, a menudo se enfrentan congrandes privaciones, e incurren en riesgos lejos de sus países de origen? 4. HOSTILIDAD A LOS RICOS El profesor Myrdal generalmente es hostil a las personas y grupos más prósperos y con éxito en lo material, con la excepciónde los intelectuales y funcionarios occidentalizados. Como hemos señalado, da a entender que las rentas de los que tienen éxitoen lo material, especialmente las de los extranjeros, inversores de fuera del país, comerciantes, prestamistas y terratenientes, encierto modo se han conseguido a expensas del resto de la sociedad. La hostilidad del profesor Myrdal para con la gente adinerada es notable en sus referencias a los grupos minoritarios asiáticoseconómicamente prósperos ( a quienes denomina, a veces, extranjeros orientales), tales como los chinos en todo el sudeste deAsia o los indios de Birmania. Estos grupos autosuficientes y prósperos, que han logrado la prosperidad a partir de la pobreza,han contribuido grandemente al progreso material de las áreas en las que se les ha permitido actuar, frecuentemente frente a lahostilidad oficial. En años recientes, a menudo han estado sometidos a expropiación o expulsión. Pueden existir varias razones para esta actitud claramente desfavorable hacia estos grupos. Cabe que no le gusten al profesorMyrdal porque su actuación rebate la noción de círculo vicioso de la pobreza; o porque son (o eran) más prósperos que el restode la población, cosa que considera poco conveniente; o porque son autosuficientes y por tanto no precisan de la atención de losreformadores sociales; o porque, en distintas formas, difieren de la población indígena y él se opone a diferencias y distinciones;o bien porque se han visto sujetos a expropiación por parte de los gobiernos con cuyas políticas el profesor Myrdal simpatiza. El profesor Myrdal, por tanto, describe a los ricos sin ninguna comprensión, como gente que actúa de forma responsable, peroegoístamente. Por el contrario, considera al resto de la población como víctimas de las circunstancias generalmente del entornosocial y especialmente de las manipulaciones políticas y económicas de los ricos. Los menos acomodados se describen comooprimidos y menos privilegiados. Este último término, ahora tan en boga en la literatura académica y popular, resulta unaexpresión sin sentido. La gente privilegiada es objeto de especiales favores oficiales que se niegan a los demás. Menosprivilegiados es, por tanto, una contradicción en sí misma análoga a menos sobrealimentados. 5. ESTANDARIZACIÓN FORZOSA Y SUS IMPLICACIONES Como hemos visto, en el sur de Asia se precisa un uso generalizado de la fuerza con el fin de tratar de conseguir la

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estandarización de las formas de conducta y costumbres de la gente y de su condición étnica, lingüística y cultural. Lo mismo es aplicable al intento de estandarización de las condiciones materiales, cuando difieren las facultades ymotivaciones económicas y los requisitos físicos y sociales. Tales políticas implican grandes desigualdades de poder. Cuantomás arraigadas y extendidas se hallen las diferencia de facultades, motivaciones y requisitos físicos, tanto más intensa es lafuerza precisa para estandarizar condiciones, y tanto Mayor se vuelve la desigualdad de poder entre gobernantes y gobernados.Tales desigualdades de poder difieren radicalmente de las desigualdades de renta, puesto que las primeras implican, y no lasúltimas, un grupo sometido, cuya libertad de elección y de acción puede restringirse —y en general se restringe fuertemente— porparte del grupo más poderoso. Con todo, esta desigualdad, es decir, la que hay entre los gobernantes y sus súbditos (cuando losprimeros han acometido la planificación global) es la única diferencia o distinción entre la gente que el profesor Myrdal acepta, ysin duda bien recibida como imperativo de una ordenación racional de la sociedad. La insistencia del profesor Myrdal en una estandarización en gran escala de las condiciones materiales, refleja ciertas nocionesrelacionadas e influyentes, algunas de las cuales ya hemos tenido ocasión de señalar: la idea de que la gente tienesustancialmente idénticas capacidades, motivaciones y requisitos y difiere sólo en las rentas medidas en forma convencional; quelas diferencias de renta y riqueza impiden el progreso material; que estas diferencias reflejan primordialmente la actuación defactores externos no relacionados con motivaciones y facultades personales; y también que las rentas de la gente rica han sidoconseguidas a expensas de los más pobres. Se sigue de estas ideas que la eliminación o reducción sustancial de lasdesigualdades de renta es justa, relativamente fácil, probablemente beneficiosa para el progreso material y ciertamente noperjudicial para el mismo. Como hemos visto, estas nociones no son válidas y tampoco lo son las conclusiones que se derivan delas mismas. El profesor Myrdal comenta que las decisiones básicas de planificación para el fomento del progreso material deberían sertomadas por parte de autoridades con amplias zonas y poblaciones a su cargo. Su unidad normalmente es un país bajo ungobierno central, que él califica de estado nacional. Como hemos visto, esta terminología es engañosa, puesto que las fronterasestatales en el sur de Asia generalmente no abarcan estados nacionales en el sentido aceptado del término, sino grupos distintoscuyos miembros no se consideran entre sí como pertenecientes a la misma comunidad. La terminología del profesor Myrdalpuede reflejar una inclinación a favorecer amplias unidades con entidades políticamente poderosas o influyentes. A veces, sinembargo, el profesor Myrdal va más allá del estado nacional como unidad para la planificación y concibe asimismo unaplanificación supranacional. La insistencia en grandes unidades llene implicaciones políticas importantes que a menudo se ignoran pero que hay queseñalar. Cuanto mayores son las áreas y mayor es el número de personas sometidas a un mismo gobierno o agencia deplanificación, tanto más diferentes son la gente y las condiciones sometidas a los mismos controles; de ahí que tanto más intensaes la fuerza precisa para estandarizar a la gente y a las condiciones o incluso para fomentar objetivos idénticos. El gran tamañode la unidad básica también implica que la mayoría de la población se halla lejos del centro de toma de decisiones. Por tanto,siempre pueden justificarse falsamente, como supuestamente beneficiosas para otros grupos lejanos y no especificados, políticasgenerales o medidas específicas que perjudican a un número incluso mayor de gente. Referencias a la planificacióndescentralizada no afectan estas cuestiones, puesto que sólo significan la ejecución local de decisiones tomadas centralmente. Esta conexión entre el tamaño de la unidad básica de la planificación central y la intensidad de los controles precisos paraconseguir la estandarización afecta a las implicaciones de la preferencia del profesor Myrdal por unidades mayores. Tambiénafecta a la actual defensa de un gobierno mundial, apoyada por el profesor Myrdal, con la ampliación del papel de las actualesagencias internacionales como primer paso en ese sentido. Muchos de los abogados del gobierno mundial, incluyendo elprofesor Myrdal, prevén una reducción sustancial de las diferencias internacionales de renta como una de sus principales tareas.Debido a las muy amplias diferencias de condiciones y formas de vida de las incontables sociedades del mundo, que van desdesociedades aborígenes a sociedades altamente industrializadas, los intentos de fomentar un nivel significativo de igualdadinternacional de las rentas convencionales no sólo exige un gobierno mundial, sino un gobierno mundial con poderes totalitarios. 6. ELEVACIÓN DE LA RENTA COMO JUSTIFICACIÓN DE LA COACCIÓN El profesor Myrdal considera el incremento de la renta per capita como uno de los principales y sin duda decisivos objetivos,tanto de una política racional del gobierno como de una conducta personal racional. Considera que la consecución de este finjustifica una coacción de gran alcance. El profesor Myrdal ignora aquí varios problemas fundamentales del concepto de renta, y de los costes y métodos mediante los

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cuales puede variar. Por ejemplo, la renta per capita disminuye por un incremento de los nacimientos y a menudo también por elalargamiento de la vida de niños y ancianos. Con todo, tal como hemos señalado repetidamente, a mucha gente le gusta tenerniños, les gusta que sobrevivan y les gusta vivir más años. Estas consideraciones se ignoran en un tratamiento que se limita a larenta per capita medida convencionalmente. Además, las rentas convencionales podrían incrementarse forzando a la gente atrabajar más horas, o a trasladarse a ocupaciones más lucrativas, pero también más arduas o por alguna otra razón menospreferidas Podría obligarse a las amas de casa a tomar un empleo remunerado. En efecto, incontable gente, en países ricos ypobres, podría ser obligada a incrementar su renta convencional forzándola a renunciar a hábitos, actitudes y creencias detrabajo que ellos aprecian. Resulta grotesco, por no decir más, describir a la gente como irracional por no tratar de maximizar larenta medida convencionalmente. Es una visión que no tiene en cuenta las propias preferencias de la gente en temas tales comola esperanza de vida, procreación de hijos, hábitos de trabajo, valores personales y costumbres sociales, incluyendo laspreferencias personales de ocio y contemplación en vez de rentas convencionales más elevadas; tampoco tiene en cuentaconsideraciones de seguridad nacional. La cuestión de los objetivos alternativos evidentemente se halla estrechamente relacionada con los problemas del concepto einterpretación de la renta. La búsqueda de rentas más elevadas como objetivo resulta de forma totalmente obvia demasiado vagay sin límites fijos como para servir de objetivo primordial de una política, especialmente como base de una política que suponecoacción en gran escala. [170] Aun en el caso de que la coacción se justificase por la búsqueda de rentas más elevadas, lo más probable es que no fueseeficaz para esta finalidad en los principales contextos previstos por el profesor Myrdal. El empleo de la coacción en estas esferases probable que impida el progreso material más que fomentarlo. Los intentos por la fuerza de eliminación de identidades étnicas,culturales y lingüísticas, que en cualquier caso no son obstáculos importantes para el progreso material, recibirían una fuerteoposición. Los intentos de eliminar las diferencias de renta y riqueza no encontrarían la misma resistencia, pero encontraríanconsiderables dificultades, especialmente debido a que estas diferencias generalmente son fácilmente aceptadas por la mayoríade la población. Por tanto, los intentos de eliminarlas ciertamente provocarían una tensión política, así como sentimientosgeneralizados de inseguridad, que reforzarían otros efectos desfavorables para el progreso material, tales como efectos adversossobre el ahorro, la iniciativa privada y el trabajo. Las costumbres y formas de conducta ampliamente generalizadas en el sur de Asia son factores determinantes que retrasan elprogreso material. Los intentos de influir en estos determinantes de la actuación económica plantean problemas complejos. Comoya hemos sugerido, el derecho a forzar a la gente a cambiar sus valores, actitudes y conducta, simplemente por el interés derentas más elevadas, es discutible. Aparte totalmente de las cuestiones morales implicadas, no está claro que los intentos paraforzar a la gente a abandonar sus formas de conducta y valores que impiden el progreso material, de hecho fomentasen elprogreso. Cuando la gente no está preparada para cambiar sus creencias y costumbres, los intentos para modificarlos por lafuerza, con toda probabilidad impedirán el progreso todavía más. Tales intentos provocarían una intensa resistencia, e inclusopodrían dar lugar a una rebelión activa. Aun cuando se pudiese superar tal reacción, la experiencia se demostraría traumática ycon toda probabilidad reducirían a muchos el estado de masa indiferente y abatida, con vidas en gran parte sin significado nipropósito, con el resultado de que la ambición y el logro parecerían casi inútiles. Una población así no presentaría los caracteresrequeridos para el progreso material. Si un gobierno indio decretase el sacrificio obligatorio de la mayor parte de sus rebaños devacas, sería considerado por muchos millones de personas como un desastre total. Las creencias y prácticas religiosas han aportado inspiración y dinamismo a muchas culturas. La energía que hay detrás delprogreso, tanto material como no material, puede verse dificultada cuando estas creencias y prácticas tienen que abandonarsepor la fuerza. Tales resultados pueden darse cuando estas creencias y prácticas se desintegran rápidamente, incluso sin presióndel gobierno. El dinamismo que hay detrás del fenomenal progreso del Japón es muy posible que en gran parte sea debido alparcial mantenimiento de los valores y creencias tradicionales durante el proceso de modernización económica y técnica queincidentalmente se llevó a cabo sin coacción. La coacción a gran escala también va en contra de la liberación no coactiva de la mente, que puede servir tanto de instrumentocomo de objetivo del progreso material. La liberación no coactiva de la mente resulta especialmente importante en el sur de Asia,debido a la larga tradición autoritaria de esta región, que ha sometido a sus gentes a la autoridad política y a la costumbretradicional. Hay que señalar aquí que la antigua aceptación de la autoridad en el sur de Asia difiere sustancialmente delsometimiento de la gente a sus gobernantes previsto por el profesor Myrdal. El sistema tradicional era más personal y encerrabaen sí mismo una mayor parte de voluntariedad. Prácticamente nunca implicaba intentos a gran escala de transformar

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coactivamente la conducta y los valores de la gente. Con excepción de ciertas condiciones especiales muy restringidas (no examinadas por el profesor Myrdal), existe unainherente contradicción en la idea de elevación general de los niveles de vida conseguida mediante la coacción, esto es, contrala voluntad de los supuestos beneficiarios." Resulta adecuado recordar lo que sir Arthur Lewis escribió en 1955: "La ventaja delcrecimiento económico no consiste en que la riqueza aumenta la felicidad sino que incrementa la gama de posibilidadeshumanas".[171] Por el contrario, los cambios voluntarios de las formas de conducta o instituciones no implican estas desventajas ocontradicciones. Si la gente renuncia voluntariamente a sus creencias y formas de conducta para asegurar ventajas materiales,supone que valoran más lo que reciben que aquello a que han renunciado. El cambio, por tanto, no dará lugar a gente resentida.En todo el mundo subdesarrollado hay muchos ejemplos de adopción voluntaria a gran escala de nuevas oportunidades. Porejemplo, los contactos exteriores, especialmente los contactos comerciales, han determinado grandes cambios de actitudes yhábitos en muchos países pobres. No existe certeza de que la aparición de nuevas oportunidades dé lugar a tales cambios, sibien resulta notorio que cuando los contactos exteriores se dan ampliamente y alcanzan a gran número de personas, sonfrecuentes los cambios voluntarios de actitud. Pero la incertidumbre no aporta ni una justificación moral para el empleo de lacoacción, ni en sí misma invalida el anterior análisis de las probables implicaciones y resultados de su utilización. Entreparéntesis hay que señalar que la actuación de una amplia gama de tareas gubernamentales bien identificadas y esenciales,generalmente contribuye sustancialmente a la transformación voluntaria de costumbres y formas de conducta perjudiciales parael progreso material. La preocupación por la planificación global de hecho ha impedido la eficiente actuación de estas funcionesesenciales del gobierno. Las sugerencias drásticas y de largo alcance del profesor Myrdal es improbable que se lleven a la práctica. Pero el importantemovimiento en la dirección prevista por él que ya ha tenido lugar, generalmente ha sido perjudicial para el progreso material. Laspolíticas de planificación en el sur de Asia refuerzan las autoritarias tradiciones de aquellas sociedades y de ahí que desalientenla experimentación, la confianza en sí mismo y la previsión para el futuro. Los controles restringen la movilidad interna y loscontactos exteriores y por ello retrasan la modernización de la mentalidad de la gente. Amplían e intensifican el poder de lospolíticos y funcionarios sobre la gente, lo cual a su vez provoca e intensifica la tensión política. En tales situaciones, la energía y laambición se transfieren de la vida económica a la vida política. Estos diferentes resultados de la politización de la vida económicason evidentes en el sur de Asia, desde Pakistán occidental a Indonesia. Aun cuando estos controles diesen lugar a un incrementode la producción total, cosa por demás improbable, ello no estaría relacionado con las demandas del consumidor y por tanto conlos niveles de vida. Sin duda, tal como hemos señalado, existe una amplia dosis de autocontradicción en las sugerencias de unacoacción en gran escala para mejorar las condiciones de vida. 7. PLANIFICACIÓN GLOBAL: OBJETIVOS Y COROLARIOS Como la mayoría de los demás partidarios de la planificación global, el profesor Myrdal supone y afirma simplemente que estapolítica mejorará los niveles de vida generales. Pero no explica por qué mejorará la condición material de la gente con lainvalidación de sus decisiones, mediante el intento de eliminar sus identidades étnicas y culturales, o por el intento detransformación coactiva de sus costumbres conducta. Bien corno instrumento para el intento de remodelación del hombre y lasociedad, bien como sistema de control estatal de la economía, la planificación global implica control estatal en gran escala de lavida económica y social. Este resultado es un corolario central e ineludible del sistema del profesor Myrdal. Cualquier alza de losniveles de vida es, en el mejor de los casos, dudosa y casi seguro un resultado muy improbable o incluso imposible de la política. Ciertos aspectos del tratamiento del profesor Myrdal sugieren que quizás esté más interesado en este inevitable corolario desus propuestas que en el improbable ascenso de los niveles de vida. Por tanto, mientras una elevación de los niveles de vida esun objetivo explícito de las propuestas del profesor Myrdal, se refiere al "difícil problema de cómo restringir y forzar el consumo, deforma que dé lugar al desarrollo.[172] La simultánea insistencia en niveles de vida más altos y en una reducción del consumo estema frecuente en las obras del profesor Myrdal, sin ningún intento de resolver la contradicción. [173] La misma conclusión se deduce también de los elogios del profesor Myrdal a las realizaciones económicas de la UniónSoviética y de la China comunista. Pocos lectores del libro del profesor Myrdal podrían sospechar que después de medio siglo deesfuerzos y coacción masiva, los niveles de vida de la Unión Soviética son extremadamente bajos —de forma casi inimaginablepara los estándares occidentales— en vivienda, vestimenta y bienes de consumo duradero. (Sólo por dar dos ejemplos: elnúmero de automóviles por mil habitantes en la Unión Soviética es, sin duda, menos de la mitad de la cifra correspondiente a los

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no blancos en Sudáfrica y quizá sólo una cuarta parte. Otro ejemplo nos lo da el siguiente episodio; en septiembre de 1970 treshombres fueron sentenciados en Moscú a períodos de cárcel de tres, cuatro y diez años por un rentable comercio de mercadonegro de ropas de segunda mano y de chicles comprados a los turistas occidentales; el cabecilla de la "banda", que fuecondenado a diez años, era un estudiante universitario de economía.) Resulta también un hecho ineludible que a gente normal ypolíticamente no comprometida se les haya de impedir por la fuerza que abandonen el país. Como muchos otros comentaristasactuales de los sistemas económicos de tipo soviético, el profesor Myrdal no analiza los niveles de vida en estas economías, sinoque cuando elogia sus realizaciones hace referencia a otros criterios enteramente desligados de los niveles de vida. [174] Es toselogios del sistema soviético contrastan con su indiferencia hacia el rápido Progreso material y alza de niveles de vida generalesen mi ichos otros países, como por ejemplo Japón y Hong Kong, que no se mencionan en este contexto. 8. ORIGEN DE LOS RECURSOS Y PAPEL DE LOS INTELECTUALES La remodelación extensiva de la vida personal y social y la estandarización de las condiciones materiales en el sur de Asiarequeriría amplios recursos de personal y dinero y posiblemente equipo específico. El profesor Myrdal no trata del origen delpersonal preciso ni de los recursos físicos y financieros. Desde luego no se dispone de ellos a nivel local. Parte del personal, asícomo de la financiación y del equipo, puede venir del extranjero, pero incluso entonces resulta improbable que los recursos seansuficientes para la modernización forzosa de la gente y de la sociedad, si bien pueden llevar o mantener en el poder a gobiernosfavorecidos por los países suministradores. En cualquier caso, debería especificarse el origen probable de los recursos precisos. Si bien el profesor Myrdal no especifica el personal requerido para su ambiciosa política, da a entender claramente que tieneque provenir de las filas de los políticos, administradores e intelectuales occidentalizados. Sin embargo, en todo el sur de Asiaestos grupos son débiles tanto en número como por el respeto y apoyo popular de que pueden disponer. Los intelectuales, tanbien considerados por el profesor Myrdal, son especialmente débiles en ambos aspectos. Es improbable que estos grupos,especialmente los intelectuales, retengan el poder durante mucho tiempo en el sur de Asia, incluso con ayuda exterior, y todavíamenos el poder en gran escala preciso para los objetivos del profesor Myrdal. Es probable que queden relegados al papel deteólogos de corte, interpretando y desarrollando la ideología oficial y racionalizando y explicando la política oficial. Si en el sur de Asia emerge una tal concentración masiva de poder es fácil que esté en manos de administradores de partido,de militares, o de representantes de los grupos tradicionales, esto es, de gente que sabe cómo manejar el poder o que disponede un apoyo local importante. Los miembros del grupo occidentalizado pueden ayudar a preparar el terreno a un régimentotalitario, por medio de sus intentos de eliminación de las diferencias de cultura, creencias, idioma, rango, riqueza y renta, ytambién por sus intentos de disolver los elementos vinculantes de la sociedad. Pero aunque sus actividades llevasen a laaparición del estado totalitario, no lo gobernarían ellos.[175] Las reivindicaciones de los políticos e intelectuales occidentalizados en pro del derecho a rehacer el hombre y la sociedad delsur de Asia no son ciertamente modestos. El profesor Myrdal escribe: "Los planes de desarrollo a menudo definen explícitamentela planificación como un intento global de reforma de todas las condiciones insatisfactorias".[176] Este papel hasta ahora había sido atribuido sólo a Dios y sólo por parte de los fundamentalistas religiosos. Pero el profesorMyrdal se toma en serio la reivindicación del mismo. En conjunto, el profesor Myrdal simpatiza mucho con los intelectuales occidentalizados a quienes considera como los líderesilustrados del Asia progresista. Repetidamente elogia sus actitudes desinteresadas y racionales, sus esfuerzos y su dedicación albien común, especialmente mediante el fomento de la planificación central. En general ve en ellos facultades superiores al restode la población. Como hemos visto, describe sus ideas como "apreciables ritos y pensamientos filosóficos" en contraposición alas "creencias populares religiosas y supersticiosas del resto de la población". Entre la gente relativamente acomodada sólo losintelectuales occidentalizados escapan a las críticas del profesor Myrdal. Esa distribución de elogios y culpas es completamente errónea. Los comerciantes, prestamistas, administradores coloniales eincluso terratenientes, por lo general han mejorado más que perjudicado las condiciones materiales de la población local. Losintelectuales occidentalizados han estado detrás de las políticas de planificación de las últimas décadas en el sur de Asia, lascuales en la India, Indonesia y Birmania han sido causa de muchas privaciones evitables a la gente más pobre. Estas políticashan incluido medidas tan corrientes como la desviación a gran escala de recursos hacia costosos proyectos de prestigio; eldescuido de la agricultura; la restricción de suministros de bienes de consumo baratos; el fomento de la inflación; la introducción yactuación de controles, con las consiguientes ganancias, enormes e inesperadas de los titulares de licencias; y en Birmania laonerosa tributación especial de los agricultores.

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No resulta, pues, adecuado distinguir a esta clase con un elogio especial y mucho menos concebirla como popular o comoinstrumento apropiado para la reforma del hombre y la sociedad en el sur de Asia. El profesor Myrdal sobrevalora no sólo lainfluencia y categoría de esta clase sino también la amplitud y profundidad de su compromiso con los hábitos y valoresoccidentales. Sus simpatías quizá se hayan visto influenciadas por la concentración de sus contactos con miembros de esta clase,y también por su prontitud en reivindicar un derecho y una capacidad para remodelar a sus congéneres, enfoque con el que seidentifica el profesor Myrdal. 9. LA PLANIFICACIÓN COMO AXIOMA El profesor Myrdal considera axiomática la defensa de la planificación central y como control estatal amplio de la actividadeconómica y como política para reformar al hombre y la sociedad. Una vez se considera una línea de acción comoaxiomáticamente deseable, entonces todos los desarrollos posteriores pueden servir como argumentos a favor de una ampliaciónde dicha política en su alcance, intensidad y duración: el progreso como evidencia de su éxito y el fracaso como evidencia de lanecesidad de su refuerzo. El profesor Myrdal señala explícitamente algunas de las principales deficiencias y resultados adversosde la planificación india; pero da por sentado que debe continuarse y ampliarse tanto en alcance como en duración. He aquíalgunas citas que ilustran esta consecuencia del tratamiento axiomático de la defensa de la planificación. En breve, uno de los más graves defectos de la política en los países en que se ha acometido la planificación global es la faltade una planificación más ambiciosa y en gran escala. Lo que estos países necesitan es un programa que dé lugar a cambiossimultáneamente en un gran número de condiciones que frenan su desarrollo. [177] Es por esta razón que los países subdesarrollados no pueden confiar en un enfoque "gradual" y porqué un número crecientede economistas se han decidido a apoyar el gran plan". El atraso y la pobreza naturalmente dificultan en un país la movilizaciónde suficientes recursos para un gran plan, pero ellos son precisamente la razón del por qué el plan tiene que ser grande para serefectivo. [178] La planificación del desarrollo tiene que aspirar, tal como hemos dicho, a sacar a todo el sistema social de su bajo nivel deequilibrio, poniendo en marcha un proceso acumulativo ascendente. Con el gran empujón se logran economías. Esfuerzosmenores suponen un despilfarro. [179] En una tónica parecida, el profesor Myrdal cita a T. Mende, primero periodista y posteriormente miembro de la UNCTAD: Ellos (los gobiernos asiáticos) han abordado un problema cada vez; no los condeno por ello, puesto que después de todo notenían ni personal ni capital. Creo que es importante constatar que para crear el dinamismo general que consigue que la gentehaga milagros —a veces se ve en los países comunistas que la gente hace cosas extraordinarias que estadísticamente hablandono se esperan de ellos— es necesario avanzar abordando todos los problemas simultáneamente y generar este entusiasmo casisobrehumano que hace que la gente haga cosas extraordinarias. Esto no se ha intentado en ninguna parte en el sureste de Asia.[180] Ni Mende ni el profesor Myrdal aclaran cómo se han de aportar los recursos para estas políticas. Pero la opinión general quehay tras de estas citas resulta razonablemente clara. Consiste en que el sistema comunista consigue maravillas económicas, encontraposición con las políticas económicas seguidas hasta ahora en el sudeste de Asia. Ignoran el hecho de que es en elsudeste de Asia, especialmente Malasia, y no en los países comunistas, donde se han elevado los niveles de vida generales enlas últimas décadas. 10. EL SECTOR RURAL El profesor Myrdal considera especialmente censurables y perjudiciales las desigualdades de renta y de posición social en elsector rural. Aparte de numerosos tratados más breves, dedica un capítulo entero, de la extensión de un libro grueso, a losproblemas rurales. El profesor Myrdal da por sentada la defensa de la reforma agraria, política que interpreta con poca exactitudcomo redistribución de la tierra en favor de los arrendatarios y trabajadores agrícolas mediante la expropiación parcial o total delos terratenientes. Sin embargo, la tierra para quienes la trabajan no es más obvio que las fábricas para los obreros o que lasoficinas para los oficinistas. El profesor Myrdal no aclara si el objetivo primordial de la reforma agraria ha de ser una mayorigualdad de riqueza, o un incremento de la producción agrícola, o de la renta nacional total. Se trata de tres objetivoscompletamente diferentes. Si el objetivo principal es la redistribución de la riqueza, no hay razón para seleccionar a los terratenientes para una

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confiscación parcial. Para esta política, el criterio apropiado es la riqueza o renta total, no la propiedad de la tierra. Muchos de losterratenientes afectados por las distintas medidas de reforma agraria en el sur de Asia que apoya el profesor Myrdal son muchomenos ricos que muchos industriales, comerciantes o asalariados. La defensa de la expropiación de los terratenientes en labúsqueda de una redistribución forzosa todavía resulta más débil en el sur de Asia que en otros lugares, debido a que por logeneral no existe mucha riqueza rústica en la región ni una fuerte concentración de la propiedad de la tierra. Tampoco queda del todo claro cómo elevaría la reforma agraria la productividad y la renta agrícola per capita.[181] Lasprincipales causas de la Pobreza rural en el sur de Asia no son la falta de posición social o la escasez de tierra, sino los bajosniveles de técnica, esfuerzo y capital, y éstos a su vez reflejan en gran parte las actitudes y costumbres imperantes, contrarias alprogreso material. La escasa importancia comparativa tanto de la posición social como de la escasez de tierra viene sugerida por la pobreza delos campesinos propietarios, así como de los arrendatarios y trabajadores, en la mayor parte de la India y Pakistán, y también enla mayor parte del sureste de Asia, en donde la tierra generalmente es abundante y en donde, en muchas áreas, la tierracultivable es un bien libre. El profesor Myrdal se refiere explícitamente a la gran pobreza de los campesinos malayos; [182] contodo, en Malasia existe abundante tierra cultivable sin utilizar. El profesor Myrdal condena el absentismo de los propietarios, sin investigar por qué el absentismo de la propiedad tendría queser perjudicial en la agricultura, pero no en la propiedad urbana o en las sociedades anónimas. En efecto, a menudo elabsentismo fomenta la entrada de capital urbano en las áreas rurales. También critica ampliamente las participaciones sobrecosecha por sus supuestos efectos desincentivadores para los arrendatarios. Esta crítica habitual resulta superficial una vez más,porque ignora el hecho de que en la práctica los dueños a menudo cargan con parte de los costes de explotación de la granja. Loque es más importante: tampoco se pregunta por qué persisten los acuerdos de participación en la cosecha, cuando las dospartes ganarían con acuerdos alternativos si esa participación realmente desalentase el esfuerzo. [183] El profesor Myrdal castiga libremente la relación propietario­arrendatario sin aclarar por qué tal separación de propiedad ygestión tendría que ser perjudicial. Sugiere que las rentas elevadas actúan como freno para los arrendatarios, especialmentedesalentando las mejoras, la inversión y el esfuerzo, por miedo de que se aumenten las rentas. La falta de lógica de estasugerencia se confirma, sin embargo, por el hecho de que los campesinos propietarios como grupo no tienen en cuanto a mejorae inversión una actuación mejor que los arrendatarios en propiedades comparables. (Si la tuviesen, los propietarios dispondríande un fuerte incentivo para vender tierra en vez de arrendarla.) La atribución de los bajos niveles de inversión y productividad alas rentas elevadas se muestra aún más inadecuada por la presencia de empresas comerciales prósperas y emprendedoras enlocales alquilados en las ciudades de los países subdesarrollados. La reforma agraria, que en el sentido corriente implica la confiscación total o parcial de la tierra a aquellos que la poseen, esmuy probable que retrase el progreso agrícola en vez de fomentarlo. Suscita un sentimiento de inseguridad, desalienta lainversión y transfiere la tierra a gente menos emprendedora e ingeniosa. Por supuesto, los trabajadores o arrendatarios sintierras, propondrán la redistribución de la tierra, especialmente si ya se halla equipada. ¿Quién no aceptaría un regalo? El profesor Myrdal señala la presencia de tipos de interés elevados en el sector rural. Los condena, sin pararse a averiguar enqué medida reflejan la escasez de capital, la expectativa de inflación, el riesgo de quebranto, el coste de administración ysupervisión de pequeños préstamos, o la situación monopolista del prestamista.[184] Es preciso un examen de estasconsideraciones para una discusión válida de este tema. El profesor Myrdal pasa por alto todas estas cuestiones, así como losefectos de la inflación tanto en la renta de los prestamistas como en la carga de la deuda agrícola. En muchas partes del sur de Asia el papel del prestamista es mucho más fundamental de lo que se desprende del profesorMyrdal o de las condenas corrientes y rutinarias de las actividades de los prestamistas. El prestamista actúa frecuentemente comocanal a través del cual el capital urbano financia las operaciones agrícolas y los capítulos extraordinarios del gasto de lapoblación rural. El prestamista, con su propia garantía, puede pedir prestado al sector urbano y prestar a los campesinos aquienes conoce personalmente. En muchos países subdesarrollados, incluyendo la India, el pequeño agricultor no puede enabsoluto pedir prestado a un banco. Precisa de unos créditos individuales muy pequeños. La garantía que puede ofrecer es difícilde comprobar y valorar por parte de organizaciones importantes que tienen que actuar de acuerdo con reglas formales. Por estasrazones, el coste de administración y supervisión de los créditos a los pequeños agricultores, y aún más a otros miembros de lapoblación rural, es prohibitivo, excepto para prestamistas que actúan informalmente, que conocen a los prestatariospersonalmente y que se hallan preparados para afrontar un considerable riesgo de quebranto en los créditos personales. Por otra

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parte, los bancos aceptarán depósitos de los campesinos aunque no les conceda préstamos fácilmente. Por tanto, elestablecimiento de bancos comerciales en el campo sirve para canalizar los ahorros de la agricultura al sector urbano. Se puede pensar que las sociedades cooperativas de crédito podrían realizar eficazmente las funciones del prestamista; peroesto generalmente no sucede en los países subdesarrollados. Ello se debe a que hay amplias oportunidades en la actividadeconómica privada para el talento emprendedor existente, que, por tanto, no se halla disponible a buen precio para la gestión desociedades cooperativas. Si las sociedades cooperativas fuesen económicamente viables no tendrían necesidad de fuertessubvenciones, como ocurre en todo el sur de Asia y en otros lugares del mundo subdesarrollado. [185] La defensa del apoyo estatal a las empresas cooperativas es otra política que se da por sentada en todo el libro. Tampoco esadefensa es evidente. Una sociedad cooperativa es una forma de organización comercial, cuyo capital es aportado por sus proveedores o clientes.Esta forma de organización no tiene ningún mérito implícito en relación a la empresa estatal, municipal o privada. Si esta forma deorganización es adecuada para las condiciones de la sociedad, sobrevivirá sin que se le conceda un apoyo estatal sistemático aexpensas del resto de la comunidad. Éste era el caso de Inglaterra en el siglo XX, cuando el movimiento cooperativo deconsumidores progresó rápidamente por varias razones sociales y económicas que no son aplicables al sur de Asia oprobablemente a ningún lugar del mundo subdesarrollado. En el sur de Asia, y de forma destacada en la India, las sociedades cooperativas sólo son cooperativas de nombre, puesto quesu capital, muchas veces, es aportado en gran parte o incluso totalmente por fondos públicos y sus operaciones son supervisadaso incluso administradas por funcionarios. Especialmente en la India el apoyo del estado a las cooperativas se ha vuelto muycostoso y sin una justificación económica o social. Por otra parte, esta política puede haber servido a objetivos políticos noreconocidos, por el hecho de que ha creado una categoría más de gente que depende del estado y de sus agencias, sin estarabiertamente en el sector público. Sin duda, el contenido del amplio tratado del profesor Myrdal acerca de los problemas rurales equivale a poco más que laafirmación de que el atraso agrícola refleja diferencias de renta y riqueza y la actuación de intereses adquiridos. El profesorMyrdal no analiza la actuación de los determinantes más arraigados del desarrollo en este contexto, ni la actuación de lasconsabidas variables del análisis económico. Un tratamiento apreciable de la determinación de la producción, rentas, precios ytipos de interés no es posible sin un mínimo de análisis sistemático. [186] En la región existen importantes políticas que impiden el progreso agrícola. Estas políticas son ignoradas por el profesor Myrdalo mencionadas sólo por casualidad. Una lista incompleta incluye la desviación en gran escala de recursos hacia la fabricación,en particular la industria pesada (esto es particularmente cierto en la India); fuertes restricciones a la importación o incluso a laproducción local de bienes incentivo baratos (India, Ceilán); concesión restrictiva de licencias de transporte y limitaciones en elmovimiento de las cosechas (India); fuerte imposición discriminatoria en la agricultura (Birmania); negativa a enajenar para sucultivo por particulares la tierra no utilizada e imposición por parte de las autoridades de rentas sobre la tierra enajenada que noguardan relación con la fertilidad o localización (Malasia); y expulsión de comerciantes extranjeros (Indonesia y Birmania). 11. EXPECTATIVAS ACERCA DEL CONTROL DE NATALIDAD Como muchos otros observadores contemporáneos, el profesor Myrdal resalta la necesidad del control de la natalidad comoinstrumento para la elevación de los niveles de vida. En este contexto no aboga por la coacción, tal como hace con tanta facilidaden determinadas otras materias. En consecuencia, su tratamiento del control de natalidad en este sentido no plantea cuestionespolíticas y morales tan fundamentales como algunas de sus otras propuestas y sugerencias. Sin embargo, el tema se destacasuficientemente en estos volúmenes y posee un interés general tal, que justifica su tratamiento en el texto de este ensayo másque en el apéndice. El argumento económico tras de la vigorosa defensa del control de la natalidad no resulta patente. Enparticular, parece muy dudoso que incluso la adopción general del control de la natalidad diese lugar a una mejora apreciable delos niveles de vida en el futuro previsible. Las razones en favor y en contra del control de natalidad pueden argumentarse en varios planos distintos. Se puede sugerirque el conocimiento de los anticonceptivos amplía la gama de alternativas de la gente en aspectos literalmente vitales de laexistencia humana. También se puede insistir legítimamente en que el conocimiento de los anticonceptivos puede en sí mismocontribuir a un cambio de actitudes, en especial, un interés creciente por el bienestar material y un sentido de responsabilidadpersonal por la situación económica propia y de la propia familia, en otras palabras, un cambio voluntario de actitudes en

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direcciones útiles para el progreso material. Por otra parte, se puede argumentar que su adopción generalizada incrementaríaaun más la marcada discontinuidad con el pasado que ya se ve fomentada por otros acontecimientos recientes. Discontinuidadesbruscas de la vida personal y social a menudo causan perplejidad o incluso abierta confusión, como es evidente en la vidacontemporánea. Tales resultados, a su vez, a menudo afectan desfavorablemente al progreso material. Otros varios argumentosde amplia repercusión política y social se podrían introducir a ambos lados de la controversia. Sin embargo, el examen de estascuestiones se hallaría abiertamente fuera del objeto del presente tratamiento. Aquí sólo estamos interesados en los efectos sobrela renta per capita de una reducción significativa de la tasa de incremento de los habitantes. Los niveles de vida generales de la población reflejan la productividad media real global per capita. Una disminución de la tasade crecimiento de la población sólo puede afectar significativamente a los niveles de vida bajo dos condiciones: primera, si unatasa reducida de incremento de la población afecta de forma significativa la composición por edades y la productividad per capitadifiere apreciablemente entre grupos de edades; [187] segunda, si cambios relativamente pequeños de la tierra y capital percapita afectan sustancialmente a la productividad. Esta última condición implica una productividad marginal del trabajofuertemente decreciente a lo largo de los dos márgenes, extensivo e intensivo, de cultivo. Pueden darse ambas condiciones o unade ellas. Pero no son generales y su presencia en casos concretos habría que respaldarla con amplias y detalladas pruebasempíricas. Además, cualquier efecto sobre el nivel de renta de una reducción de la tasa de natalidad sólo sería significativo después de unlargo período. Los cambios de las tasas de natalidad hacen referencia a cambios en la tasa de crecimiento de la población, loscuales sólo pueden afectar de forma apreciable al nivel de renta después de un intervalo temporal de varias décadas por lomenos. Tal como se señalaba en el capítulo II, existen muchos casos comprobados de simultánea disminución del crecimiento dela población y mejora de las condiciones materiales. Pero la primera no fue causa principal de la segunda: ambas cosas reflejancambios de los determinantes básicos del desarrollo, especialmente cambios de actitudes. Como muchos otros defensores del control de natalidad, el profesor Myrdal hace referencia a sus beneficios potenciales entérminos generales e impresionistas. Parece muy improbable que en el sur de Asia la reducción del crecimiento de la poblaciónmejorara significativamente los niveles de vida, y mucho menos que llevara a mejoras comparables a las que se producirían porcambios en las capacidades, motivaciones, instituciones o políticas oficiales He aquí algunas razones para estas sugerencias.[188] Amplias zonas del sur de Asia, especialmente del sudeste de Asia, están muy escasamente pobladas, incluyendo áreas endonde la calidad y configuración de la tierra no son particularmente desfavorables para los logros materiales y el progreso. Contodo, las poblaciones que viven allí tienen unos niveles de vida sumamente bajos en el sentido convencional; sin duda niveles devida que se hallan entre los más bajos de la región. Ejemplos evidentes incluyen el norte de Tailandia, Borneo, Sumatra yBirmania, pero lo mismo también es aplicable a partes de la India y Pakistán. Ejemplos de otras partes del mundo subdesarrollado, o de países que hasta muy recientemente eran subdesarrollados,sugieren que la acción de los determinantes fundamentales del desarrollo afecta mucho más a las rentas per capita y a losniveles de vida que a las diferencias de densidad de población o de tasas de crecimiento de la población. Los ejemplos incluyenla experiencia de las islas de las Indias occidentales, que generalmente se consideran como superpobladas, pero en las que laactividad económica de los inmigrantes pobres, chinos y libaneses, excede en mucho la de los indios occidentales. Y el progresomuy rápido de áreas tan densamente pobladas como Japón y Hong Kong también apunta en la misma dirección. Tales ejemplospor supuesto podrían multiplicarse rápidamente. La reducción en la tasa de crecimiento del número de habitantes es poco probable que afecte de forma apreciable a las rentasper capita y no puede hacerlo en un futuro próximo. Los cambios de actitud podrían hacerlo y el uso normal de métodosanticonceptivos puede servir como uno de los agentes para fomentar tal cambio, si bien tal efecto es especulativo. [189 ] Pero estaes una cuestión diferente de los efectos probables de un cambio de número. 12. CAMBIO ECONÓMICO EN EL SUDESTE DE ASIA En apoyo de su argumento de que la transformación forzosa del hombre y la sociedad en todo el sur de Asia es necesaria parael adelanto económico, el profesor Myrdal insiste muchas veces en la básica similitud de condiciones en toda la vasta región queél examina, en la que explícitamente incluye el sudeste de Asia. He aquí algunos ejemplos: Existe una similitud en las condiciones económicas básicas de los países del sur de Asia ... Las desigualdades sociales y

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económicas son extremas y generalmente es en los países más pobres donde son más pronunciadas. Todos han soportado unlargo período de estancamiento respecto a la parte principal de sus economías. [190] ... ya hemos señalado la falta de un vigoroso desarrollo en el sur de Asia, eón excepción quizás en cierta medida de lasFilipinas y últimamente de Tailandia. [191] Hablando en términos generales la causa fundamental (del bajo nivel de comercio interregional) es por sí misma la faltageneral de crecimiento económico en estos países.[192] Estas alegaciones de estancamiento en toda la región son evidentemente falsas, y lo son con toda claridad para Malasia,aunque no sólo para dicho país. Su falsedad queda clara con el evidentísimo testimonio del progreso material del sudeste de Asiaa lo largo de los últimos ochenta años. Por ejemplo, antes de 1890 no existían en el sudeste de Asia grandes o pequeñasplantaciones de caucho. Toda la historia económica del sudeste de Asia desde el pasado siglo XIX contradice varios de los principales temas yafirmaciones del profesor Myrdal. Expondré sólo una selección aleatoria e incompleta de estas contradicciones. En muchas partes de esta subregión, especialmente en Malasia y Tailandia pero no sólo en ellas, se ha dado un rápido ypenetrante desarrollo económico, partiendo de un nivel muy bajo. Este progreso refuta la tesis del círculo vicioso de la Pobreza ydel estancamiento del profesor Myrdal, tema principal de este libro así como de otras obras de dicho profesor. Asimismo refuta sualegación de que la dependencia política en gran parte impide el progreso material. Más aún, Malasia y Tailandia son países conpoblaciones diferentes étnica y culturalmente. El profesor Myrdal considera la diversidad étnica y cultural como un obstáculosignificativo para el progreso material. El rápido progreso material ha puesto de relieve grandes diferencias entre grupos étnicos ypersonas en cuanto a facultades económicas tales como la voluntad y capacidad de percibir y explotar la oportunidad económica,así como en laboriosidad, frugalidad e iniciativa en general. Estas diferencias son especialmente evidentes entre los inmigranteschinos en el sudeste de Asia y otros grupos étnicos. Los inmigrantes chinos, originariamente pobres, han acumulado una amplia riqueza en muchas partes del sudeste de Asia, amenudo en zonas que eran extremadamente atrasadas cuando ellos llegaron, de forma que sus rentas evidentemente fuerongeneradas por ellos mismos y no extraídas de las poblaciones locales. Es más, el hecho de que se distanciasen no sólo de laspoblaciones locales sino también de otros grupos inmigrantes es de gran interés, puesto que muestra las distintas actuacioneseconómicas de distintos grupos étnicos. Lo que añade todavía más interés a la comparación es que en Malasia, por ejemplo, lagran mayoría de los inmigrantes tanto chinos como indios llegaron como simples jornaleros. La mayor parte de la superficie dedicada al caucho en el sudeste de Asia se halla bajo propiedad asiática y sin duda lo ha sidodurante décadas. Un árbol de caucho tarda seis arios en madurar. El dilatado interés asiático en la industria refuta de formaconcluyente el supuesto de muchos observadores exteriores, incluyendo el profesor Myrdal, de que los empresarios de Asia noson capaces o les falta la voluntad de tener un horizonte amplio. Es difícil encontrar una argumentación importante del profesor Myrdal que no sea refutada de forma obvia y concluyente por laexperiencia del sudeste de Asia en los últimos ochenta arios. También se ve refutada por gran parte de la experiencia delsubcontinente indio, pero la evidencia del sudeste de Asia resulta especialmente clara y bien definida. 13. RIQUEZA, DESIGUALDAD Y PODER POLÍTICO Ya hemos señalado las alegaciones del profesor Myrdal de que en todo el sur de Asia la riqueza y el poder político van juntos,especialmente que la riqueza proporciona poder político. Pero no es así. El poder político no es necesario para la consecución de riqueza. Por ejemplo, en el sudeste de Asia los grupos inmigrantespobres, como los chinos y los indios en Malasia, consiguieron una prosperidad considerable sin poder político y a menudo frentea impedimentos políticos. En este aspecto estaban en la misma situación en que se encontraban los judíos en Europa y los noconformistas en Inglaterra. Todavía resulta menos cierto que la riqueza es necesaria para el poder político. El clero budista, tan poderoso en Ceilán y en elsudeste de Asia, y algunos de los funcionarios influyentes en la India y Pakistán, no son ricos. No sólo no es necesaria .a riqueza para el poder político, sino que ni siquiera lo asegura. La relativa prosperidad de loshindúes acomodados en Pakistán, de los musulmanes de la India, de los indios en Birmania y de los chinos en Indonesia, no les

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proporcionó poder político ni siquiera seguridad. Sin duda su relativa prosperidad concentró en ellos el resentimiento. Aquí, unavez más, hay cierta similitud con la experiencia de los judíos en Europa. [193] Tampoco la gran riqueza de los chinos de Malasiales ha dotado de poder político. En verdad, este último hecho lo señala el profesor Myrdal, si bien no trata de reconciliar lainconsistencia. [194] Por tanto, en general, no existe relación entre riqueza y poder político. Allí donde están relacionados, la relación causalgeneralmente es muy distinta de la sugerida por el profesor Myrdal, y sin duda se acerca más a lo contrario de lo que él afirma.Los sultanes malayos y los príncipes indios son más ricos que la mayoría de sus compatriotas: el poder político y militar lesproporcionó la prosperidad, no la prosperidad el poder político. Lo mismo es aplicable a los beneficiarios de licencias deimportación y de licencias de comercio exterior en muchos países del sur de Asia. Quienes, como el profesor Myrdal, alaban laacción política y menosprecian el éxito económico y a la gente independiente y próspera, tienen una aptitud especial paraestablecer relaciones causales entre riqueza y poder en sentido erróneo. La preocupación del profesor Myrdal por las fuerzas políticas como supuestos determinantes del logro material le lleva a atribuiral pasado régimen colonial una significativa responsabilidad por el atraso económico del sur de Asia. No trata de reconciliar talessugerencias con el extremado atraso de países de Asia y de otros lugares del mundo subdesarrollado que nunca han sidocolonias. El profesor Myrdal culpa específicamente al régimen colonial tanto de intentar mantener el statu quo, esto es, lasorganizaciones e instituciones sociales existentes, [195] como de destruirlas. [196] Afirma también repetidamente que laconstrucción de una infraestructura es necesaria para el desarrollo. Sin embargo, cita con aprobación las sugerencias de que losferrocarriles construidos por los poderes coloniales o financiados exteriormente drenaron la riqueza de estos países al transportarproductos de exportación.[197] También pone como ejemplo del rechazo del capital privado a financiar inversiones arriesgadasla concentración de la inversión francesa de cartera en proyectos de infraestructura en la Indochina francesa.[198] La relación causal entre pobreza y situación colonial generalmente es contraria a la contemplada por el profesor Myrdal. Lapobreza de algunos países dio como resultado que se convirtiesen en colonias. Su pobreza no fue causada por su situacióncolonial. El régimen colonial generalmente fomentó el progreso material, especialmente una elevación de los niveles de vida. Aparte de la crítica a los poderes metropolitanos y a los países desarrollados occidentales, el tratamiento se caracteriza por lahostilidad hacia las personas y grupos prósperos, incluyendo hostilidad hacia aquellos que empezaron muy pobres, y porsugerencias de su responsabilidad por la pobreza del resto de la sociedad. Existen innumerables ejemplos de desprecio einsinuaciones a costa de todos estos grupos. Con la excepción de los funcionarios y de los intelectuales, se afirma que los grupos con más éxito siempre controlan, dominano monopolizan las actividades y sectores en que se hallan implicados. Sería más apropiado decir que ellos los han iniciado,generado o desarrollado. Es más, como ya hemos señalado en un contexto diferente, el profesor Myrdal por lo general escribe oda a entender que las rentas de la gente acomodada se reciben gratuitamente o incluso se extraen del resto de la población, envez de ser ganadas o producidas por los perceptores. Esta presentación puede reflejar en parte la idea marxista de que las rentasde la propiedad implican explotación y de que las empresas de servicios son improductivas. 14. FALTA DE PERSPECTIVA TEMPORAL La mayor parte del tratamiento carece de una perspectiva o dimensión temporal. El profesor Myrdal frecuentemente, o mejorpor lo general, escribe o da a entender que el desarrollo de Occidente empezó en el siglo XVIII o incluso en el XIX. [199] Seignora el período muy largo y complejo de evolución económica de Occidente antes de la revolución industrial. El profesor Myrdaltambién ignora la historia del sur de Asia antes del siglo XIX, o incluso la historia de algún país anterior a la independenciapolítica. Pero ni la posición actual ni las perspectivas de desarrollo de la India y Pakistán pueden apreciarse sin una comprensióndel pasado. En particular no puede entenderse la tenacidad de las tendencias y costumbres hindúes. El profesor Myrdal menciona, a menudo, las diferencias de lo que él denomina las condiciones iniciales del desarrollo entre elmundo occidental en los siglos XVIII y XIX y los actuales países subdesarrollados. Escribe que estas condiciones iniciales sonmucho menos favorables para los países subdesarrollados, especialmente debido a un supuesto comercio internacional menosboyante. Pero resulta erróneo referirse a la situación en Europa del siglo XVIII y XIX como representativa de condiciones inicialesdel desarrollo. Por entonces Occidente se hallaba imbuido de las actitudes e instituciones apropiadas para una economía deintercambio y para una época tecnológica en medida mucho mayor de lo que hoy está el sur de Asia. Estas actitudes e

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instituciones habían surgido gradualmente a lo largo de un período de ocho siglos. Tal desarrollo secular no ha tenido lugar en elsur de Asia, lo cual, en gran parte, explica las diferencias entre el clima económico de Europa en los siglos XVIII y XIX y el de Asiaen la actualidad. Las oportunidades aportadas por los contactos exteriores, especialmente por el comercio internacional y por ladisponibilidad en otros lugares de un conocimiento técnico más avanzado, favorecen al sur de Asia mucho más de lo que lohicieron a Occidente en los siglos XVIII y XIX por las razones ya señaladas anteriormente. Pero estos contactos exterioresfavorables son mucho menos importantes que los determinantes domésticos del desarrollo. La ausencia de la perspectiva temporal incide directamente en el tema principal del profesor Myrdal. Este no especifica elhorizonte temporal que él tiene en mente para la realización de sus reformas. Da a entender una gran urgencia para los cambiosradicales de actitudes; reforma instantánea por decirlo así. Por ello en su tratamiento tanto el pasado como el futuro se acortandrásticamente.200 La supuesta o implicada necesidad de cambios inmediatos y totales, sin discusión específica de su método,coste y posibilidad de actuación, es característica de gran parte de la defensa contemporánea de políticas drásticas. La supuestanecesidad de una acción urgente sirve como justificación para la adopción de la coacción. 15. ESQUEMA PARA EL FUTURO El libro del profesor Myrdal trata de cuestiones reales e importantes, incluso de cuestiones inmensas y no de asuntos triviales.Resulta por tanto lamentable que a pesar de su extensión y diversidad, el libro no sea un tratado sobre la economía del sur deAsia; tanto por su contenido como por su presentación se trata principalmente de un panfleto político, a pesar de tener más de unmillón de palabras. El énfasis principal del panfleto es un llamamiento a la constitución de gobiernos todopoderosos, dedicados a rehacer a lagente y a la sociedad. El segundo elemento de énfasis, relacionado con el primero, consiste en la insistencia en la supuestaresponsabilidad de los países, grupos y personas más prósperos por la pobreza del resto. Asian Drama puede muy bien convertirse en uno de aquellos libros, como el Imperialismo de Lenin en un campo relacionado,que son leídos por pocos pero que influyen en muchos. Su tamaño prohibitivo llene que restringir el número de lectores, a pesarde que su precio es relativamente bajo y de que también existe una edición en rústica. El grueso bulto de los tres volúmenes, ladiversidad de los temas, el tratamiento inconexo, el molesto estilo serpenteante, la inclusión de un cúmulo de material irrelevantey las frecuentes contradicciones, todo ello tiene que reducir el número de lectores que reciben su importante mensaje en unalectura de primera mano o un examen casual. Si es probable que los lectores sean pocos, los relectores todavía serán menos. Sinembargo, el argumento central es lo suficientemente atrayente para importantes intereses políticos, administrativos eintelectuales, y suficientemente en armonía con el espíritu de la época, como para hacer probable que a la larga el mensaje seaampliamente recibido, aunque sólo sea indirectamente. Ese mensaje, tal como hemos dicho, está a favor de la sustitución de la sociedad humana por una masa estandarizada,sometida a gobernantes con poder ilimitado. Un resultado así es el producto lógico de la concepción del hombre y de la sociedaddel profesor Myrdal. Desacreditando las diferencias culturales, étnicas, religiosas y económicas, y hablando constantemente encontra de la discriminación, trata de construir una sociedad profundamente deshumanizada. Una sociedad sin distinción,diferenciación y discriminación, excepto entre gobernados y gobernantes, se parecerá más bien a la de los insectos. La costumbre del profesor Myrdal de considerar a la gente más pobre como víctimas indefensas de la sociedad también esdeshumanizante, puesto que sugiere que las personas ni tienen ni deberían tener ninguna elección, control o responsabilidad encuestiones que afectan a su situación y perspectivas. Su enfoque y proposiciones son ejemplos de la inhumanidad de muchoshumanitarios declarados, o se debería decir profesionales. Primero deshumaniza a la gente y a continuación prevé un destinoinhumano para ellos. Si bien el mensaje para una transformación total del hombre y de la sociedad mediante una acción coactiva es drástico, porsupuesto no es nuevo. El régimen soviético ya lo ha intentado y haciéndolo ha anticipado las principales aspiraciones delprofesor Myrdal. Esa sociedad ha sido descrita sucintamente por T. Szamuely en un artículo de Spectator en ocasión del 50aniversario de la revolución bolchevique: Nada —ninguna barera, ni ley, ni institución, ni tradición, ni asociación, ni derechos de propiedad, ni interés de grupo— se alzaentre él (el individuo) y el estado omnipotente. El estado es el único empresario, esto no hace falta decirlo. Pero el estado tambiénes el sindicato, la caja de pensiones, el comité de arbitraje, el propietario de la tierra, el promotor deportivo, el único educador, elúnico propietario de periódicos, el único editor, el productor cinematográfico, el director teatral, el tendero de la esquina, el

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hotelero, la Academia de Ciencias, la lavandería en seco, el club de la juventud. Es el policía, el juez, el jurado, el fiscal y elverdugo, todo en uno. Codifica no sólo las leves sino también los estándares morales y los cambia a voluntad. Tal como afirmóLenin, no puede haber restricciones ni limitaciones al poder sin trabas del estado. [201] A falta de una considerable intervención exterior es improbable que en el sur de Asia surja una sociedad de este tipo en unfuturo próximo. Sin una conquista exterior o una entrada en gran escala de recursos exteriores en apoyo de los gobiernos localescon ambiciones totalitarias, es improbable que las cosas se lleven, en el sur de Asia, mucho más allá del actual grado deplanificación económica, esto es, más allá del estrecho control de la actividad económica distinta de la agricultura desubsistencia. Tales políticas continuarán derrochando recursos, impidiendo el adelanto material e imponiendo privaciones. Perolos resultados de las políticas propuestas por el profesor Myrdal serían mucho más serios. La insistencia en una destrucción oerosión forzosa de los valores y creencias profunda e intensamente sentidos, de actitudes fuertemente arraigadas, de tradicioneso distinciones queridas, de formas de vida y de conducta practicadas desde hace mucho tiempo y de instituciones respetadas, asícomo de diferencias culturales, podría muy bien dar lugar a un total colapso espiritual y moral de la gente sometida a untratamiento tan destructivo. APÉNDICE: APARATO TÉCNICO Y ALGUNAS PREOCUPACIONES DEL LIBRO Metodología y terminología.—La necesidad de transformar al hombre y a la sociedad y la exigida planificación centralconstituyen los muchos temas, argumentaciones y tópicos que lo respaldan, destacan las discusiones sobre metodología, puestoque siempre aparecen en las obras del profesor Myrdal. En este campo el énfasis principal es su insistencia en que la declaraciónexplícita de los juicios de valor es necesaria y aparentemente también suficiente para establecer objetividad en el estudio social.Pero esta declaración no es ninguna de las dos cosas. Es irrelevante para la validez de la argumentación y discusión académica,que depende de la consistencia lógica y de la conformidad con la evidencia empírica que nada tienen que ver con juicios devalor. Una declaración de juicios de valor no confiere validez, rigor u objetividad científica a una discusión. La historia y teologíafundamentalista, la economía leninista y la biología nazi no se vuelven válidas por la explicitación de los juicios de valor implícitosen ellas. Incontables ejemplos en este libro demuestran que la declaración de juicios de valor no asegura la objetividad, rigor oconsistencia. Se han señalado ya algunos defectos del tratamiento general del profesor Myrdal; más adelante en este apéndicese presenta una larga lista, si bien todavía incompleta, de afirmaciones fácticas erróneas y elementales errores técnicos. Losprincipales juicios de valor del profesor Myrdal tales como racionalidad, modernización, igualdad y no discriminación, entre otros,son en cualquier caso irremediablemente vagos e incluso sin sentido. Y su tratamiento de los mismos es inconsistente ycontradictorio por el hecho de que su interpretación de los conceptos cambia y que varios de los conceptos son mutuamenteincompatibles como objetivos políticos. También hay importantes defectos en la terminología. Por ejemplo, industrialización se usa indiscriminadamente para calificarel crecimiento de la actividad manufacturera como parte del crecimiento secular de una economía, pero más corrientemente paracalificar una política de subvención estatal o de explotación estatal de la industria manufacturera. El término inversión también seusa indiscriminadamente y a veces de forma ambigua para referirse a una transferencia de recursos desde el consumo, o aincremento de recursos gracias a una mejora de la actividad económica, o a recursos suministrados externamente. Sondistinciones de significación analítica y práctica. El uso de lo que podemos llamar personificación inapropiada es otra característica del tratamiento. El profesor Myrdal escribe,por ejemplo: " ... el sur de Asia está tratando de cubrir una enorme brecha de actitudes e instituciones (entre ella y Occidente)".[202] Pero ¿quién o qué es el sur de Asia? Aquí el profesor Myrdal implica una identidad de intereses y una uniformidad deactitudes en todo el sur de Asia, e implica que las declaraciones oficiales representan y reflejan tal identidad y uniformidad. Perocomo queda claro en numerosas afirmaciones del libro (incluyendo el párrafo que precede inmediatamente a la frase queacabamos de citar), no existe una tal identidad u homogeneidad. Si existiese, las drásticas medidas de estandarizaciónpropuestas por el profesor Myrdal no serían necesarias. Sin duda, las diferencias de perspectiva, objetivos e intereses, enespecial entre los intelectuales y el resto de la comunidad, son una de las principales preocupaciones del libro. La práctica de personificar grupos amplios lleva al profesor Myrdal a la contradicción incluso en una misma página. Porejemplo, escribe que todos los defensores de la planificación económica estatal en el sur de Asia están de acuerdo en que éstadebe expresar la voluntad de la nación en su conjunto; y escribe en el párrafo siguiente que la mayoría de la gente en el sur deAsia son tradicionales en cuanto a perspectivas y desean mantener las cosas tal como están. [203]

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Otra práctica errónea del profesor Myrdal está también relacionada con esta personificación de grupos amplios. Se trata de lacostumbre de referirse a una situación como monopolista cuando una actividad es desarrollada en gran parte por un grupo étnicoconcreto, como por ejemplo, la preeminencia de los chinos en el comercio mayorista y minorista en ciertos países del sudeste deAsia, o la anterior preeminencia de los comerciantes indios en Birmania. El uso indiscriminado del término monopolio oscurecelas esenciales diferencias entre situaciones en que la toma de decisiones se halla efectivamente centralizada, lo cual permite elcontrol organizado de la oferta y la restricción de la entrada, y las situaciones totalmente diferentes en que no se dan estascondiciones. Existen muchos otros ejemplos en este libro donde el uso de una terminología arbitraria y vaga oscurece e inclusoconfunde diferencias fundamentales entre situaciones. En muchos lugares, los efectos de una terminología vaga se venmezclados con la falta de claridad sobre si una afirmación se refiere a acontecimientos reales, probables o posibles o si, en casosconcretos, el profesor Myrdal comparte la opinión que cita. El profesor Myrdal también da por sentado frecuentemente que sus conceptos vagos y abstractos son claros y firmes, cuandode hecho son susceptibles de interpretaciones muy diferentes, cambiantes o incluso contradictorias. Por ejemplo, apruebaexplícitamente el supuesto definido apoyo de Tarlok Singh a la justicia social como requisito previo del progreso económico. Tarlok Singh, el alma de la Comisión de Planificación India desde su comienzo, en una discusión radiofónica con el profesor M.N. Srinavas, después de alguna vacilación, se salió con una clara afirmación del mismo estilo: —Profesor Srinavas: "¿Estaría Vd. de acuerdo conmigo, señor Tarlok Singh, en que la justicia es un requisito previo para elprogreso económico?". —Tarlok Singh: "Sí, el progreso económico es esencial para la justicia social y la justicia social lo es para el progresoeconómico".[204] La noción de justicia social resulta completamente vaga, por no decir sin sentido, si bien aquí el contexto sugiere que la justiciasocial hay que interpretarla como la estandarización de condiciones materiales impuesta por el estado. Tal política no es unacondición para el desarrollo económico y, como hemos visto, es muy probable que lo imposibilite. Sin embargo, puede quealgunas personas a pesar de todo favorezcan tal política por otras razones. Quienes así piensen se enfrentan con un dilema entredos objetivos, a saber, mejora de las condiciones de vida y estandarización de las condiciones, esta última equivocadamentedenominada justicia social. El profesor Myrdal ignora este dilema; pero critica alegremente a aquellos que según él rechazanenfrentarse a elecciones desagradables. El amplio uso por parte del profesor Myrdal de una terminología vaga y cambiante es uno de los muchos ejemplos en este librode la anarquía y barbarismo intelectuales provocados por el descuido o el rechazo de la distinción entre economía positiva ynormativa. Los defectos de terminología, método, descripción y análisis se ven oscurecidos por la injustificada pretensión de quela explicitación de juicios de valor, incluso de juicios totalmente vagos y sin límites, fomentan de alguna forma la objetividad.Como hemos visto, esta pretensión es falsa. Hemos señalado en el capítulo IV ciertas conclusiones e implicaciones de la corrupción del lenguaje. En esta sección hemoscitado como ejemplo el uso por parte del profesor Myrdal de una terminología cambiante y arbitraria, lo cual sin duda es unacaracterística de la literatura sobre el desarrollo. Las consecuencias de esta práctica tienen un curioso parecido con lasimplicaciones de la eliminación forzosa de las diferencias sociales y culturales. Una terminología arbitraria y cambiante corrompeel lenguaje y socava la discusión y comunicación efectiva, de las que depende una sociedad moderadamente libre y sin lascuales es probable que sea sustituida por un sistema autoritario. El mismo resultado cabe esperar de una eliminación forzosa detodas las diferencias y distinciones entre la gente, con excepción de las existentes entre gobernantes y gobernados. La discusiónefectiva es imposible entre gobernantes todopoderosos y sus impotentes súbditos, lo cual sucede especialmente cuando estossúbditos constituyen una masa estandarizada e indiferenciada. Rechazo del análisis económico y de la evidencia empírica. — En el libro del profesor Myrdal, que está dirigido tanto a lectoresacadémicos como profanos, existen innumerables errores elementales de análisis y tergiversaciones de hechos del tipo que amenudo se encuentra en publicaciones ampliamente divulgadas sobre desarrollo económico. Sólo podemos señalar aquíalgunos ejemplos. En el tratamiento de muchos temas y fenómenos económicos, se descuida o incluso evita con bastantedesprecio, el análisis pertinente y a menudo elemental. Por ejemplo, el profesor Myrdal escribe: "Precios más elevados no daríanlugar a una mayor producción, como están inclinados a supones los economistas educados en la forma de pensar occidental".[205] ¿Por qué entonces los gobiernos de toda la región ofrecen mayores precios por productos cuyo cultivo desean fomentar ypor qué protegen o bien subvencionan las actividades manufactureras que desean fomentar? Se puede reconocer la importancia

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y pertinencia de los factores institucionales como parámetros de la actividad económica; pero ese reconocimiento no justifica eldescuido del análisis simple y de la evidencia empírica obvia. [206] La discusión de la sustitución de importaciones e industrialización y el desarrollo de la industria pesada se hace casienteramente en términos físicos, sin ningún análisis económico y casi sin ninguna referencia a los costes de producción y detransporte o a la demanda del consumidor.[207] Corno ya hemos señalado, no hay prácticamente análisis económico alguno en la discusión acerca del sector rural, que conmucho es el sector más importante de las economías del sur de Asia. Los precios y rentas, especialmente en la agricultura, setratan como determinados directamente por instituciones, grupos de poder, costumbre, convención, poder de negociación y cosasparecidas. sin ni siquiera un simple análisis de la oferta y la demanda y sus parámetros (si bien estos parámetros pueden sinduda incluir algunas de las influencias institucionales señaladas por el profesor Myrdal). Los problemas de balanza de pagos, lasprevisiones de exportación y sus ganancias, se discuten prácticamente sin referencia al nivel interior de rentas y preciosmonetarios, a las políticas monetaria y fiscal o a los tipos de cambio. Escribe: Las dificultades del cambio exterior no son una exigencia temporal sino una condición normal y permanente en los países muypobres, presionando el desarrollo económico al límite fijado por todas las circunstancias concomitantes. [208] La cursiva es del profesor Myrdal. Este párrafo parece significar, si acaso, que las dificultades del cambio exterior soninevitables en el transcurso del rápido desarrollo económico de los países pobres. Esta afirmación es falsa y por mucho que se lasubraye no se convertirá en verdadera. Existen innumerables ejemplos de progreso económico rápido de países pobres sindificultades de cambio. Los frecuentes problemas de balanza de pagos de los países subdesarrollados en los últimos añosreflejan políticas monetarias y fiscales inflacionarias en condiciones de tipos de cambio fijos. Uno de los temas constantes del profesor Myrdal es una supuesta falta de la adecuada capacidad económica en la gente de laregión y especialmente una falta de capacidad empresarial constructiva. Según él, estas deficiencias hacen precisa laplanificación estatal para el desarrollo de toda una gama de actividades y empresas. Pero no pregunta si aquellas actividades yempresas desarrolladas bajo los auspicios estatales debido a la supuesta falta de iniciativa privada son beneficiosas oeconómicamente eficientes; no se refiere ni a los costes de estas actividades y empresas ni a la demanda del producto. Tampocoinvestiga cómo conseguirá el estado la oferta de las capacidades necesarias, especialmente una oferta de talento empresarialpor parte de la población local.[209] Las frecuentes referencias a una supuesta rigidez general, social y económica, y a los efectos de esa rigidez sobre el progresode toda la región son en su mayor parte ambiguas o simplemente falsas. Así: En el sur de Asia, las desigualdades significativas para las perspectivas de adelanto económico están muy enraizadas. No sólose trata de desigualdades de renta, sino, lo que es más importante, de diferencias de estatus y de control de los activosproductivos ... el caso del sur de Asia puede ser, por tanto, uno de aquellos en que el fomento de la igualdad vicia: y económicasea un requisito previo para conseguir a largo plazo incrementos sustanciales de la producción.[210] La cursiva, una vez más, es del profesor Myrdal. Esta sugerencia contrasta con la experiencia de toda el área, y en especial delsudeste de Asia. De nuevo: En el sur de Asia, la posición social y económica de una persona tiende a ser estática; las limitacionesen los movimientos al alza son importantes. [211] Esta afirmación es ciertamente falsa para el sudeste de Asia, como resulta evidente por la experiencia de las numerosascomunidades chinas e indias de allí. Vale la pena señalar especialmente la ausencia de análisis elemental y la desconsideración hacia la evidencia empírica en unlibro que propone la remodelación drástica del hombre y de la sociedad. Una conjunción tal de falta de análisis ydesconsideración de la evidencia empírica, combinada con drásticas propuestas para un cambio revolucionario, se encuentra amenudo en la literatura sobre desarrollo, pero raramente en la extremada forma de este libro. Factores exteriores y atraso local. — El profesor Myrdal trata del comercio internacional y de los flujos de capital con una ciertaextensión, especialmente en el capítulo XIII. El énfasis principal se halla en las supuestamente desfavorables condicionesexternas de mercado con que se enfrenta la región, en particular, relaciones de intercambio desfavorables y que se deterioranpersistentemente; baja elasticidad del precio y renta de la demanda de exportaciones y también competencia de sustitutivos delas exportaciones del sur de Asia; y una participación decreciente en el comercio mundial. Tanto por su contenido como por su

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presentación, el tratamiento de estos temas por parte del profesor Myrdal es prácticamente idéntico al tratamiento de las mismascuestiones por parte de las organizaciones internacionales, especialmente por parte de la Conferencia de las Naciones Unidassobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). Las principales ideas de la UNCTAD se examinan ampliamente en el capítulo VI; portanto sólo las señalaremos en este apéndice de forma relativamente breve. El profesor Myrdal se refiere sólo a las relaciones de intercambio de bienes, sin mencionar en ningún lugar las relaciones deintercambio de factores o de renta, que son en este contexto los conceptos significativos para el bienestar. Las afirmaciones deuna baja elasticidad del precio de la demanda de exportaciones no se reconcilian con referencias a la competencia desustitutivos; tampoco se explica por qué una baja elasticidad del precio de la demanda de exportaciones tendría que sernecesariamente adversa cuando lo contrario es ciertamente posible e incluso probable. (El grueso de la capacidad total mundialde la actual producción de las principales exportaciones de la región se sitúa en unos pocos países, situación que facilita laacción concertada de los gobiernos para restringir las exportaciones, actuación que incrementa los ingresos de la exportación sila demanda es inelástica respecto al precio; una acción concertada así se ha emprendido en varias épocas en la región y se estáacometiendo actualmente con la restricción de las exportaciones de estaño.) El profesor Myrdal no aporta ninguna evidencia en apoyo de sus afirmaciones de una baja elasticidad de renta de la demandade exportaciones. Estas afirmaciones casi con toda seguridad no son válidas para las principales exportaciones de la región,tales como los productos del caucho, estaño, té y cocos. Nadie sabe cuál es la elasticidad de renta media de la demanda para lasexportaciones totales de esta enorme región. En cualquier caso, su diversidad priva a la agregación de todo sentido,especialmente desde el momento en que algunos países se hallan entre los principales importadores netos del mismo bien (porejemplo, arroz) del que otros son los principales exportadores netos. La especulación acerca de la elasticidad de renta media dela demanda de exportaciones de esta región resulta por tanto de escaso interés, si bien se puede decir confiadamente que, con laposible excepción del arroz, la elasticidad de renta de la demanda de las principales exportaciones de la región no es negativa(condición para la que las relaciones de intercambio de bienes se deteriorarían con toda seguridad cuando se elevasen lasrentas per capita de los países importadores.) También vale la pena señalar que para la mayoría de la región las relaciones deintercambio de bienes en los años recientes han sido más favorables que casi en cualquier otra época del pasado de la que sedispone de información. Y las relaciones de intercambio factoriales han sido mucho más favorables que las relaciones de bienes. Tampoco aduce el profesor Myrdal ninguna evidencia en favor de la pretensión de que la participación de la región en elcomercio mundial ha disminuido, ni indica a lo largo de qué período se supone que ha ocurrido la disminución. No se percata deque las referencias al volumen de exportación o a la participación de un país o región en el comercio internacional, tienen pocasignificación económica sin el examen de la política monetaria y fiscal y de otros factores que afectan al uso interno de bienespreviamente exportados o de recursos empleados en la producción de esos bienes. Estos defectos son corrientes en lasdiscusiones de la UNCTAD y en fuentes semejantes. Pero a veces el profesor Myrdal saca a colación argumentos o formas depresentación desacostumbrados para apoyar la afirmación de que las relaciones de intercambio siempre se mueven en contra delos países subdesarrollados y de los productores primarios, y que en cierto modo Occidente es responsable de este desfavorableacontecer, así como de otras influencias perjudiciales. Por ejemplo, escribe: Durante los períodos de demanda creciente en Occidente, los precios, tanto de las materias primas como de los productosmanufacturados, tienden a elevarse; pero cuando la demanda agregada disminuye, los primeros caen mientras que los segundosno, al menos no lo hacen en la misma proporción. No queda del todo claro si los precios de las importaciones desarrolladorassubirán menos bruscamente que los precios de las exportaciones primarias del sur de Asia durante una expansión de la actividadeconómica en Occidente, pero está claro que los últimos caerán más bruscamente durante una contracción. [212] Si estas sugerencias fuesen válidas, las relaciones de intercambio de los productores primarios y del mundo subdesarrolladoempeorarían persistentemente y se hallarían ahora en su nadir, cuando en realidad son desacostumbradamente favorables. En la misma página el profesor Myrdal escribe: La superior adaptación de los países más adelantados les permite responder de forma más efectiva y rápida a cambios de losprecios relativos. Por tanto, los países adelantados cogen una parte mayor de la producción de los países más pobres cuando losprecios son favorables, pero les dejan aguantar lo peor en los años de precios bajos. [213] Este párrafo es tan oscuro que incita al análisis. Uno podría pensar que cogiendo una mayor parte de la producción de lospaíses subdesarrollados cuando los precios son favorables, los países desarrollados les conceden un beneficio especial. Sinembargo, el párrafo trata simplemente de dar a entender la idea opuesta, es decir, que las actividades de los países desarrollados

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(esto es, de Occidente) perjudican a los países pobres. A pesar de lo impreciso que resulta el razonamiento, queda clara la exaltada respuesta que este característico párrafo esprobable que consiga. Una vez más se afirma que la importancia de Europa occidental y de Norteamérica como interlocutorescomerciales del sur de Asia es un legado del período colonial y, en consecuencia, que afecta de forma negativa a la región.[214] Las amplias y prósperas economías de Norteamérica y de Europa occidental han aportado durante generaciones un granbeneficio material a la región como principales mercados para sus exportaciones y como fuente de ideas, técnicas, capital ybienes importados. Por ejemplo, ¿cómo podría haberse desarrollado la industria del caucho que ha transformado el sudeste deAsia sin la industria automovilística de Norteamérica y de Europa occidental? Se dan innumerables referencias a la supuesta responsabilidad de Occidente por el atraso material del sur de Asia,especialmente motivado por el colonialismo; debido a las dificultades colocadas en la vía del progreso del sur de Asia por laspolíticas o la mera presencia de los países industrializados; y debido a los acontecimientos supuestamente negativos en losmercados de sus exportaciones. La tónica de la mayor parte del largo capítulo acerca del comercio exterior y de los movimientosde capital es que estos factores externos tienen la mayor parte de la culpa por la pobreza del sur de Asia. El profesor Myrdal también escribe que las influencias occidentales han impedido la cooperación e integración en el sur deAsia. No explica cómo se habría dado una más estrecha colaboración entre los países del sur de Asia en ausencia de lainfluencia occidental, cuando de hecho los sistemas de comunicación por transporte del sur de Asia fueron implantados, bien porlos gobiernos coloniales (incluyendo el gobierno de la India), o por compañías financiadas por Occidente. Tampoco explica cómouna más estrecha integración habría fomentado el progreso material. Como ya hemos señalado, la pobreza material del sur deAsia refleja las aptitudes, costumbres e instituciones de sus gentes (y, a veces, también la persecución de políticasgubernamentales perjudiciales para el desarrollo económico). Estos consabidos determinantes principales del progreso materialno son examinados por el profesor Myrdal en el contexto de su argumentación. [215] El relativo atraso de las áreas con escasoscontactos exteriores muestra lo inoportuno que es el énfasis del profesor Myrdal en los factores exteriores adversos. En efecto, el actual escenario económico internacional presenta oportunidades excepcionales para los paísessubdesarrollados. Por ejemplo, pueden beneficiarse de los frutos del progreso técnico de otras partes, que no estaba adisposición de Occidente en la época de la revolución industrial por la simple razón de que los países occidentales seencontraban técnicamente muy por delante del resto del mundo en aquella época. A pesar de varias restricciones al comerciointernacional, los países adelantados ofrecen enormes mercados y suponen amplias y variadas fuentes de oferta para los paísessubdesarrollados, condiciones que no se hallaban presentes en los siglos XVIII y XIX. Las afirmaciones de que las relaciones económicas exteriores perjudican a los países subdesarrollados muchas vecesfomentan en estos países políticas que retardan su desarrollo, tales como restricciones a los contactos económicos. Tambiéndesvían la atención de las causas internas de su atraso tales como objetivos, motivaciones e instituciones sociales y políticasoficiales contrarias al progreso material. La sugerencia de que los países más prósperos han provocado la pobreza del restotiende a traducirse en la idea de que en el propio país también la gente más rica es responsable de la pobreza de los demás, ideaque conduce a la tensión política y a políticas que perjudican el progreso material. Finalmente tales afirmaciones tambiénoscurecen la presencia de amplias discrepancias entre los objetivos de los políticos y planificadores y los intereses e inquietudesde la mayoría de la gente: los primeros a menudo obtienen beneficios políticos y económicos de los controles al comercio exteriorque perjudican los intereses materiales de la gente. Selección de referencias y fuentes. —Señalamos en la introducción a este volumen que algunas de las ideas más influyentes yampliamente divulgadas de la literatura sobre desarrollo no representan la opinión unánime de los economistas en este campo, yque, en realidad, hay opiniones fuertemente contrapuestas y que la preponderancia de estas ideas tanto en las discusionesacadémicas como en las públicas ha sido fomentada por la desconsideración hacia las opiniones contrarias. El libro del profesor Myrdal constituye un notable ejemplo de esta situación. Constantemente ignora las opiniones críticas ycontrarias, incluso cuando las mismas son al mismo tiempo autorizadas y accesibles. Existen en este libro muchos cientos,posiblemente miles, de referencias a fuentes, escritores y expertos en política económica india, especialmente en planificación.Muchas de estas referencias han sido realmente buscadas, tales como comunicaciones privadas, tesis no publicadas y artículosde periódicos populares, siempre en apoyo de la planificación central y de sus componentes. Las críticas se ignoran o serechazan en términos generales como elementos irracionales u oscurantistas, o como portavoces de intereses creados. Entre losque se ignoran de esta forma se incluye el profesor Shenoy (que no se menciona en el libro), crítico sistemático y consistente de

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la política de planificación india, quien como miembro del equipo de economistas asesores del gobierno indio presentó unmemorándum de disconformidad con el segundo plan quinquenal, cuyo razonamiento más tarde quedó totalmente justificado.Dicho sea en su honor, el gobierno indio publicó oficialmente este memorándum, mostrándose de ese modo más liberal y objetivoque el profesor Myrdal. Otras personas no citadas incluyen a Nirad C. Chaudhuri, el observador más penetrante de la escenaindia, cuyas opiniones acerca de la historia y el clima social de la India y acerca de las actividades de los economistasoccidentales visitantes tienen que ver con este libro en muchos puntos. Dos periódicos indios, The Economic Weekly(moderadamente de izquierdas) y Link (decididamente izquierdista) se citan muchas veces, pero no se mencionan los másconservadores Swarajya y Commerce. También hay una serie de citas de agencias internacionales en apoyo del argumento,algunas tan vagas y banales que resulta cómica su reproducción.

[Ir a tabla de contenidos]CAPITULO VIUNA CRÍTICA DE LA UNCTAD [216]

Las ideas sometidas a discusión en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) hanreavivado la polémica sobre los países subdesarrollados y sobre la política de desarrollo. Los mejores estudios sobre estas ideasse hallan en la documentación de la primera conferencia de Ginebra en 1964. El documento más influyente, Hacia una nueva política comercial para el desarrollo, generalmente conocido como informePrebisch, se publicó antes de que se iniciasen las reuniones. Definió el tono de la conferencia, determinó en gran parte suagenda, e influyó sustancialmente en sus proposiciones. El doctor Raúl Prebisch, antiguo secretario ejecutivo de la ComisiónEconómica para la América Latina (CEPAL) de las Naciones Unidas, fue el primer secretario general de la UNCTAD y jefe delsecretariado permanente hasta 1968. El informe ofrece una guía resumida de las ideas de la UNCTAD, de las cuales solamente algunas pueden discutirse en estetrabajo. Muchos otros temas planteados en la UNCTAD se discuten en otros lugares de este volumen, por ejemplo, el círculovicioso de la pobreza en el primer capítulo y la supuesta siempre creciente desigualdad de rentas también en el primer capítulo.Las ponencias y actas de la conferencia se publicaron en siete volúmenes en 1964. Los más importantes fueron el volumen 1,Comercio y desarrollo: acta e informe finales, y el volumen 2, Comercio y desarrolla: declaraciones de política. Estos volúmenesconstituyeron la base y el punto de partida para la segunda UNCTAD de Delhi en 1968. Existe una gran dosis de unidad en las ideas y recomendaciones del informe Prebisch y de la literatura posterior de laUNCTAD. Por esta razón y también debido a que gran parte de esta literatura es excesivamente vaga, no he citado pasajesconcretos en el texto de este capítulo aunque sí en las notas; en vez de ello he añadido como apéndice amplios pasajes delinforme Prebisch. [217] 1. RESUMEN DE LAS PRINCIPALES IDEAS DE LA UNCTAD Los componentes principales de las ideas de la UNCTAD que sirvieron de base para las principales recomendaciones de laprimera conferencia fueron las siguientes: La tasa de crecimiento anual del 5 por ciento prevista para el mundo subdesarrollado en la Década del Desarrollo de lasNaciones Unidas es un simple mínimo y un objetivo inadecuado a la vista de los estándares de vida extremadamente bajos, delestancamiento casi total, del rápido crecimiento de la población y de la siempre creciente desigualdad de rentas entre paísesdesarrollados y subdesarrollados. Su consecución depende en forma crítica de un incremento del gasto de inversión y delvolumen de importaciones, especialmente de bienes de inversión, en el mundo subdesarrollado. Aun en el caso de que sepudiese asegurar inversión suficiente sin necesidad de ayuda exterior, la cual es improbable, el problema tampoco se resolvería,porque los cobros por la exportación de los países subdesarrollados no cubren las importaciones necesarias. La diferencia entreimportaciones precisas para un mínimo crecimiento aceptable por un lado cobros por exportación por otro, se denomina la brechacomercial, estimada en cerca de 20.000 millones de dólares a principios de los arios setenta. Las crónicas dificultades de pagosde los países subdesarrollados reflejan la contrapartida monetaria del problema de asegurar las importaciones precisas paraobtener una tasa de desarrollo adecuada. La consecución de este modesto y, sin duda, inadecuado objetivo está en peligro por factores externos fuera del control de lospaíses subdesarrollados. Se considera que hay unas condiciones de mercado externas, responsables de la incapacidad de estos

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países para obtener suficientes divisas. El principal factor adverso es el persistente e inherente deterioro a largo plazo de larelación de intercambio de los países subdesarrollados (tema principal del informe Prebisch y de la literatura de la UNCTAD enconjunto). Este deterioro se debe a su vez a varios factores: el gran incremento del volumen de producción primaria comoresultado del adelanto técnico y de los rápidos incrementos de población en los países productores; la demanda relativamenteestacionaria de exportaciones de productos primarios, lo cual refleja una baja elasticidad de renta de la demanda de estasexportaciones (que crece menos que proporcionalmente con incrementos en la renta) y el progreso técnico de los paísesdesarrollados que ha conducido al desarrollo de sustitutos para muchas de estas exportaciones y a economías en su uso; y lanaturaleza monopolística de la producción de los bienes manufacturados importados por los países subdesarrollados, encontraste con la naturaleza casi perfectamente competitiva de la producción de materias primas que constituyen las exportacionesde los países subdesarrollados. No sólo disminuyen a largo plazo las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados,sino que la participación de estos países en el comercio mundial también decrece. Se afirma que tanto los problemas de pagos como las dificultades de la política de desarrollo se ven agravados por ampliasfluctuaciones de los cobros por exportaciones, superpuestas a la desfavorable tendencia a largo plazo. Las fluctuaciones de losingresos de exportación, en especial las disminuciones súbitas e imprevisibles, impiden el proceso de planificacióngubernamental del desarrollo, indispensable para el crecimiento económico. Al ser estas disminuciones el resultado de bajas enla demanda de los países desarrollados, se da aquí otro ejemplo de su responsabilidad por las dificultades del mundosubdesarrollado. Los problemas de los países subdesarrollados se agravan todavía más por las barreras de los países desarrollados a susmanufacturas. Estas restricciones no sólo hacen más difícil la obtención de divisas para pagar las importaciones, sino quetambién impiden el crecimiento de sus industrias manufactureras, porque los mercados internos de los países subdesarrolladosson demasiado pequeños para las modernas técnicas de fabricación. La importancia de los actuales obstáculos exteriores al desarrollo es el principal tema explícito de la literatura de la UNCTAD.También hay frecuentes sugerencias de que las actuaciones pasadas de los países desarrollados son en gran parteresponsables de la pobreza presente del mundo subdesarrollado, generalmente a través del establecimiento de varios tipos decolonialismo, tanto político como económico. Los factores internos que tienen que ver con el desarrollo económico también semencionan, si bien no se discuten sistemáticamente. Pero constituye tema de comentario adverso la desigualdad en ladistribución de la renta y de la propiedad, especialmente de la tierra, tanto porque se considera como indeseable en sí mismacuanto porque se afirma que retrasa el desarrollo en distintas formas, por ejemplo, desalentando las mejoras de producciónagrícola por parte de los arrendatarios agrícolas pobres. Más aún, se afirma que los propietarios y gente acomodada en generalgastan sus excedentes en consumo de lujo en vez de invertir productivamente. La literatura de la UNCTAD da por sentado que el desarrollo económico depende en gran medida de la acción del gobierno yespecialmente de la planificación central global. Aun en el caso de que fuese posible el desarrollo sin planificación central global,no sería lo bastante general y profundo; el progreso material que no sea a través de la planificación central se considerainadecuado ya que no ilusorio. En esta literatura se dan frecuentes cambios acerca de la interpretación de lo que es progresoeconómico. Los muchos criterios incluyen: renta per capita, niveles de vida generales, volumen de la industria manufacturera,tamaño del sector público e independencia política. La única forma de desarrollo que se aplaude invariablemente es elcrecimiento de la industria manufacturera, patrocinado o realizado por el estado, generalmente como parte de un programa deplanificación central total. La principal propuesta política de la literatura de la UNCTAD es la expansión de la ayuda exterior intergubernamental, que seconsidera condición sine qua non para una tasa de desarrollo aceptable de los países subdesarrollados. La UNCTAD de 1964recomendó formalmente que la ayuda oficial no debería ser menor a un 1 por ciento de la renta nacional de los donantes, una vezdeducidos ciertos flujos contrarios, a saber, la repatriación de capital extranjero y el retorno y amortización de préstamos. [218] Silos pagos de intereses amortización son excesivamente pesados, debería renunciarse a ellos, escalonarlos a la baja oposponerlos. Además de este flujo de ayuda, regular y rutinario, deberían prestarse otras formas de ayuda, denominadas financiacióncompensatoria, tanto para contrarrestar cualquier deterioro de las relaciones de intercambio y para compensar por cualquierpérdida imprevisible causada por una disminución de los ingresos de exportación que los gobiernos no hubiesen podido preverrazonablemente al establecer sus planes de desarrollo. Los pagos por todos estos conceptos deberían hacerse a los estados y nopasarse directamente a los productores individuales, aun cuando los pagos fueran para compensar una caída de los precios de

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exportación. Esta condición se considera importante por dos razones. Primero, si los pagos se pasasen directamente a losproductores individuales, ello daría al traste con los planes de desarrollo; Y, segundo, los incentivos aportados a los productoresagravarían el deterioro de las relaciones de intercambio al fomentar un incremento de la producción. Se insta a los países desarrollados para que apoyen acuerdos sobre productos destinados a elevar o mantener los precios delas materias primas con el fin de mejorar las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados; y la eliminación de losobstáculos de origen gubernamental a las exportaciones, especialmente de manufacturas, procedentes de paísessubdesarrollados. No debería pedirse reciprocidad a los países subdesarrollados, a los que se debería permitir —o mejor, animar— la protección de sus industrias manufactureras contra la competición de los países desarrollados, y asignar preferencias a lasexportaciones manufactureras procedentes de otros países subdesarrollados. 2. INVERSIÓN, CAPACIDAD DE IMPORTACIÓN Y DESARROLLO ECONÓMICO Las principales propuestas de la literatura de la UNCTAD generalmente suponen que el desarrollo económico se halla en granparte limitado por el volumen de gasto de inversión, que a su vez depende sobre todo de las condiciones de mercado externas,especialmente las relaciones de intercambio. Cada eslabón de esta cadena es en el mejor de los casos poco concluyente oengañoso, si no totalmente erróneo. La última conclusión, de que las limitaciones a la capacidad de importar, impuestasexternamente, son las limitaciones decisivas de la tasa de desarrollo, resulta totalmente falsa. El desarrollo económico no es simplemente o ni siquiera en gran parte una función del gasto de inversión, y menos aún delgasto de inversión que exige importaciones en gran escala de bienes de capital. La acumulación de capital, si bien es unpoderoso factor del progreso material, no es condición necesaria y menos aún suficiente. Un incremento de la formación decapital real no depende necesariamente del volumen del gasto de inversión en el sentido de dinero gastado que no sea enconsumo corriente. De forma especial, el gasto de inversión en gran escala que exija importaciones en gran escala no es ninecesario ni suficiente para el desarrollo económico. A menudo, o mejor en general, se han alcanzado altos niveles de logroeconómico y elevadas tasas de desarrollo sin estar condicionados por el volumen de importaciones. Existen innumerables ejemplos de rápido adelanto económico sin ayuda exterior y sin dificultades de pagos, tanto en la historiainicial de los países que ahora son desarrollados como recientemente en muchos países subdesarrollados. Los muchos yevidentes ejemplos de estos últimos incluyen el rápido desarrollo de Brasil, México, Perú, Costa de Oro, Ghana, Nigeria, Kenia,Tailandia, Malaya y Hong Kong, tanto antes como después de la segunda guerra mundial. Tampoco es cierto que condiciones de mercado externas y adversas limiten las importaciones de los países subdesarrollados.La mayor parte de la literatura de la UNCTAD (y sin duda la mayoría de la literatura sobre desarrollo en general) trata losproblemas del comercio exterior en términos de requerimiento de importaciones por un lado y de aptitud para exportar ocapacidad para importar por otro. Lo primero se supone que depende del nivel de renta real y de la tasa de desarrollo y lo últimode los mercados exteriores. Se afirma entonces que la naturaleza desfavorable de estas condiciones causa problemas inherentesde balanza de pagos. Este tipo de razonamiento no es válido. Ignora los tipos de cambio, el nivel de precios y costes y el flujo derentas monetarias, que son los principales determinantes del volumen de importaciones y exportaciones. Un tratamientoelemental del comercio exterior y de la balanza de pagos tiene que considerar estos temas. En algunas discusiones de la UNCTAD, se señala como evidencia de flojedad de la demanda exterior el estancamiento odisminución del volumen de exportaciones. Este razonamiento demasiado corriente ignora el hecho de que estas exportacionesnormalmente representan sólo una parte y en muchos casos sólo una pequeña parte del total de las exportaciones mundiales deestos bienes y una parte todavía menor de las ofertas mundiales. Por tanto, el volumen de estas exportaciones s se hallatotalmente desligado de la demanda mundial total de estos productos. Las exportaciones de un bien por un país particularpueden aumentar porque la demanda mundial total sea constante o haya disminuido; por el contrario, las exportacionesprovenientes de un origen o fuentes concretas pueden disminuir aun cuando la demanda mundial total haya crecido. Elrazonamiento con toda simplicidad confunde la oferta con un origen particular con la demanda total del bien. El volumen deexportaciones de una fuente particular depende en gran parte de los precios relativos a los que el bien se halla disponible enfuentes alternativas de oferta. Estos precios dependen de los precios interiores del bien y de los tipos de cambio, siendonormalmente ignorados ambos en estas discusiones. Lo mismo ocurre con el nivel de la demanda interior del bien en los paísesexportadores. En conjunto, esta línea de razonamiento es un ejemplo característico de economía sin precios o costes; noreconoce que la demanda y la oferta son funciones de los precios, costes y rentas. Por supuesto que muchos países subdesarrollados han experimentado dificultades periódicas de la balanza de pagos en los

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años recientes. La razón está clara, las crisis de la balanza de pagos se hacen inevitables si los gobiernos utilizan políticasmonetarias y fiscales que inflan sus economías más rápidamente que las de sus relaciones comerciales, mientras el tipo decambio permanece fijo. Tales políticas explican los problemas de balanza de pagos ele muchos países subdesarrollados desdelos arios cincuenta. Las escaseces crónicas de divisas y las dificultades de la balanza de pagos no son corolarios de una tasa dedesarrollo satisfactoria. Las políticas que dan lugar a esas dificultades generalmente retrasan el progreso material en vez depromoverlo. 3. EVIDENCIA EMPIRICA ACERCA DE LAS RELACIONES DE INTERCAMBIO La literatura ONU­UNCTAD [219] (así como la literatura actual sobre este tema) trata de las relaciones de intercambio de lospaíses subdesarrollados en gran parte en términos de relaciones globales de precios entre materias primas y productosmanufacturados; estas relaciones se presentan como base empírica para la sugerencia de desfavorables y decrecientesrelaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Puesto que el objeto de este trabajo es un examen de las conclusionesONU­UNCTAD y de los métodos por los cuales se han obtenido, seguiremos en gran parte esa literatura y nos referiremos a losprecios relativos y cambios de precios de las materias primas y productos manufacturados. Sin embargo, esto supone unaexcesiva simplificación. Los países que exportan materias primas no coinciden con los países subdesarrollados exportadores,porque muchos países desarrollados son importantes exportadores de materias primas y muchos países subdesarrollados sonimportantes exportadores de productos terminados. Cualquier tratamiento sistemático debería tener en cuenta la extremaheterogeneidad, tanto de los países productores primarios como del mundo subdesarrollado. Sin duda a todos efectos taltratamiento debería limitarse a la experiencia de un país o de un reducido grupo de países. Entre los países productores primarios existen diferencias sustanciales en el movimiento de las relaciones de intercambio delos artículos alimenticios de origen agrícola temperado, productos tropicales, materiales agrícolas, minerales y productospetrolíferos. Geográficamente existen diferencias sustanciales entre áreas tales como Oriente Medio, Asia, África, Australasia yAmérica latina, que en sí mismas son extremadamente heterogéneas. En las exportaciones de muchos países subdesarrolladospredominan uno o dos productos. Los precios de los productos individuales se mueven a menudo de forma diferente, con elresultado de que las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados o productores primarios individuales muestranmovimientos divergentes. Por este motivo a muchos efectos el tratamiento debería limitarse a países concretos. Por ejemplo, entre1958 y 1963 las relaciones reales de intercambio de Chile mejoraron casi en 1/5, mientras que las del Brasil disminuyeron enmás de 1/5 debido a amplias diferencias en las variaciones de precios del cobre y del café. Habida cuenta de las matizaciones yreservas precisas, resulta fácil mostrar que las afirmaciones de la UNCTAD acerca del curso pasado y de la situación presente delas relaciones de intercambio del mundo subdesarrollado no son válidas y sin duda son contrarias a la verdad [220] Las relaciones reales de intercambio de los productores primarios han sido más favorables en años recientes que en ningunaotra época histórica. Sir Arthur Lewis señaló recientemente: Las relaciones de intercambio de los productos primarios en contraposición a las de los bienes manufacturados presentanpromedios más altos en los años cincuenta que en cualquier época de los ochenta años precedentes. La primera mitad de losaños cincuenta fue especialmente buena debido a la guerra de Corea y una elevada acumulación de stocks en los EstadosUnidos y en otras partes. Las relaciones de intercambio se deterioraron en la segunda mitad de la década y más adelante hasta1962, y desde entonces se han movido al alza. Sin embargo, incluso en 1962, se hallaban un 5 por ciento por encima de las de1929 precedentes a la Gran Depresión.[221] Desde 1962 las relaciones de intercambio de los productores primarios mejoraron de nuevo apreciablemente. Entre esta fechay el comienzo de 1964, fecha de la primera UNCTAD, mejoraron aún más en un 3 por ciento. La información que acabamos de presentar se refiere a las relaciones de intercambio de productores primarios, tal como hacela mayor parte del tratamiento sobre este tema en la literatura de la UNCTAD. Sin embargo, desde 1960 la oficina estadística delas Naciones Unidas ha elaborado índices de las relaciones de intercambio del mundo subdesarrollado distintos de lasrelaciones de intercambio de los productores primarios fuera de los países comunistas, publicados en el Statistical Year Book. Sibien se han dado ciertos cambios de cobertura y en el año base, la serie es sustancialmente continua desde 1950 (aunque suconfección sólo empezó en 1960, las estadísticas se han calculado también para arios anteriores), apareciendo también comoaños sueltos 1938 y 1948. De acuerdo con estas estadísticas, las relaciones reales de intercambio del mundo subdesarrolladomejoraron de 80 en 1938 a 95 en 1948 y a continuación a 100 en 1963, último año antes de la primera UNCTAD.[222 ] En otraspalabras, mejoraron en cerca de 1/4 entre 1938 y el último año antes de la primera UNCTAD. De 1963 a 1969 mejoraron

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ulteriormente en un 2 por ciento. Por tanto, no se ha dado ninguna disminución persistente o a largo plazo de las relaciones reales de intercambio de losproductores primarios o de los países subdesarrollados; por el contrario, estas relaciones son ahora más favorables queprácticamente en cualquier momento de la historia. La anterior información se refiere exclusivamente a las relaciones reales de intercambio sin más. Subestima en gran manera lamejora a largo plazo de la situación de los países subdesarrollados porque ignora cambios en el coste de producción de lasmaterias primas, la aparición de nuevos productos finales y también las mejoras de calidad de los productos finales. En otraspalabras, se ignoran las relaciones de intercambio de factores, que aquí son el concepto relevante. Si bien la significación de estaomisión se examina con mayor detalle en una sección posterior de este capítulo, son oportunas aquí algunas observacionesacerca de ello. El coste real de producción (el volumen de recursos por unidad de producto) de muchas, probablemente la mayoría de lasmaterias primas exportadas por los países subdesarrollados, se ha reducido mucho en décadas recientes. Un ejemplocaracterístico son los cambios en las condiciones de producción del caucho. A finales del siglo XIX el caucho se recogía deárboles que crecían espontáneamente en la jungla, lo que suponía un alto coste; en el plazo de pocos años se llegó a producirpor un coste mucho menor en grandes y pequeñas propiedades. Petróleo, cacao, azúcar y aceites vegetales son otrasexportaciones cuyo coste y métodos de producción han cambiado gradualmente a lo largo de las últimas décadas. Estasinfluencias todavía actúan intensamente. Por ejemplo, el desarrollo de nuevas técnicas en los años cincuenta y su ampliaadopción, ha incrementado grandemente las ganancias, tanto en las grandes propiedades caucheras como en las pequeñas, conuna reducción sustancial de los costes. Por tanto, en discusiones sobre renta y bienestar, tanto en términos absolutos comorelativos, las afirmaciones acerca de los precios de exportación y acerca de las relaciones de intercambio de sus productores sonerróneas a menos que se complementen con informes acerca de los costes; este punto se desarrollará más ampliamente en elapartado 4 de este capítulo. Caben consideraciones básicamente semejantes cuando el volumen de exportaciones cambia mucho. En los años iniciales delsiglo, se exportaban anualmente desde Malaya y las Indias orientales holandesas (la actual Indonesia) algunos miles detoneladas de caucho de plantación a precios muy altos. Hacia los años veinte el precio había disminuido mucho, pero lasexportaciones anuales eran de centenares de miles de toneladas, con un impacto mucho mayor sobre la renta y el bienestar.Aproximadamente lo mismo se puede aplicar a la historia de las principales cosechas de exportación de África, tanto orientalcomo occidental, desde principios del siglo XX. Las referencias a los cambios de los precios de importación de los productos manufacturados a lo largo de un amplio períodoson de escasa significación, incluso para un solo país, debido a la naturaleza Heterogénea y cambiante de las importacionesmanufacturadas y a los cambios de calidad. Los precios de importación generalmente se confeccionan dividiendo el valor totalpor el peso o número de elementos importados. Este método, o bien ignora los cambios totales de calidad y variedad, o sólo tieneen cuenta este factor de forma imperfecta. Estas limitaciones se refieren básicamente a discusiones acerca de los precios deimportación del mundo subdesarrollado en conjunto, esto es, de más de la mitad de todo el mundo; sin duda, la agregación y elpromedio a este nivel tienen escasa significación. La significación de los defectos de esta clase de agregación se ve aumentada .por los cambios de composición y calidad delas importaciones de los países subdesarrollados. En décadas recientes han aparecido muchos productos enteramente nuevosentre las importaciones de los países subdesarrollados, incluyendo nuevos productos técnicos, nuevos bienes de consumoduradero y una amplia gama de nuevos productos químicos, siendo quizá los antibióticos la parte más importante de los mismos.Algunos de estos nuevos productos han mejorado mucho la vida en muchos países subdesarrollados. Además, el rendimiento yla calidad de muchos productos corrientes de importación ha cambiado tanto en los últimos cincuenta años que puede decirseque sólo tienen igual el nombre. Locomotoras, coches, autobuses y equipo para remoción de tierras son ejemplos obvios deproductos que han cambiado de forma irreconocible desde la primera guerra mundial. La mejora de calidad de los productos manufacturados importados generalmente no se registra en las estadísticas deimportación; la aparición de productos enteramente nuevos no queda reflejada en los cálculos de las variaciones de lasrelaciones de intercambio. [223] La aparición de nuevos productos sólo constituye un ejemplo de los numerosos cambios en la composición de lasimportaciones (o exportaciones) de un país. Todos estos cambios, que ocurren por supuesto totalmente al margen del desarrollo

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de nuevos productos, complican mucho la medición de las variaciones de las relaciones de intercambio. Complican aún más lainterpretación de las variaciones de las relaciones de intercambio en su medición convencional. Por tanto, un deterioro aparentede las relaciones de intercambio puede no reflejar otra cosa que una desviación en la composición de las importaciones haciavariedades o categorías de bienes más caros, cambio que quizás haya sido inducido por reducciones de sus precios en relacióncon los de las variedades o categorías desplazadas. Si bien puede que se hayan deteriorado las relaciones de intercambio talcomo se miden, la capacidad de compra de una unidad de exportaciones puede que haya aumentado o haya permanecidoinvariada. Pueden producirse cambios en la composición de las importaciones como resultado de las políticas del gobierno introducidaspor varias razones sociales, políticas o ideológicas. Por ejemplo, en los países subdesarrollados se ha dado un desarrollogeneralizado de políticas proteccionistas con la finalidad de estimular la implantación o crecimiento de actividadesmanufactureras en sustitución de importaciones. Tales políticas tienden a cambiar la composición de las importaciones de unpaís; por ejemplo, tienden a incrementar la parte de materias primas, componentes y equipo en las importaciones totales, enrelación al total de productos manufacturados. También tienden a cambiar la composición de las exportaciones, puesto que notodas las actividades de exportación se verán igualmente afectadas por los precios más altos de los bienes protegidos o por ladesviación de recursos para su producción. Por tanto, tales políticas pueden dar lugar a una mejora o a un deterioro de lasrelaciones de intercambio medidas convencionalmente. No es válido entonces suponer que el deterioro de las relaciones deintercambio en su medición convencional sea el resultado de cambios adversos en las condiciones externas del mercado.Generalmente no puede determinarse sin ambigüedad el impacto de las políticas del gobierno en las relaciones de intercambio.Sin embargo, a veces la dirección del impacto queda clara, como en ciertas formas de control de importaciones. Por ejemplo, aprincipios de 1967 las radios o transistores importados por Nigeria procedentes del Japón pudieron venderse a un precio inferioren un 15 por ciento a los aparatos europeos. Sin embargo, las importaciones procedentes del Japón han tenido que serrestringidas por el gobierno nigeriano (como resultado de presiones por parte de ciertos importadores africanos cuyos contactoscomerciales no se extendían hasta el Japón). Esta restricción empeoró las relaciones de intercambio de Nigeria más de lo quehubiese sido en otras circunstancias. Los gobiernos de muchos países subdesarrollados restringen las importaciones de origen abajo coste por variadas razones políticas e ideológicas. Estas consideraciones ilustran, de nuevo, las limitaciones de lasdiscusiones generales acerca de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados y también la falta dehomogeneidad de intereses entre la gente de cualquier país. Un punto más debe señalarse. En la medida en que se considere que las variaciones de las relaciones de intercambio reflejancambios de la renta o bienestar de un país, se deja fuera de consideración un tipo de variación adicional relevante. En muchospaíses subdesarrollados existen impuestos sobre las compañías extranjeras y sobre las exportaciones de materias primas,incluyendo las royalties petrolíferas. Estos impuestos sirven para incrementar los ingresos de estos países procedentes de susexportaciones. Los incrementos del nivel de tales impuestos son semejantes a mejoras de las relaciones de intercambio en susefectos sobre los ingresos de divisas (si bien sus efectos a plazo más largo pueden ser perjudiciales por desalentar la inversiónextranjera y el fomento de la búsqueda de fuentes de oferta sustitutivas o alternativas). Sin embargo, estas mejoras generalmenteno se reflejan en las relaciones de intercambio medidas en forma convencional. Por tanto, las variaciones de las relaciones de intercambio en su medición convencional no sirven como base fiable para undebate o una política económica sensata. Esta conclusión es aplicable incluso a las argumentaciones basadas en variaciones delas relaciones de intercambio factoriales, y es aplicable con mucha mayor fuerza en argumentos basados en variaciones de lasrelaciones de intercambio de productos, a las cuales se limita la mayor parte de la controversia actual y en la que se basan lamayoría de las políticas propuestas. En los debates acerca de la situación del mundo subdesarrollado, las proposiciones sobre sus relaciones de intercambio seasocian a menudo con afirmaciones acerca de la participación de los países subdesarrollados en el comercio mundial. Como seexplicará más adelante, las referencias no cualificadas a los cambios en la participación de un país, o una región o grupo depaíses, en el comercio total, tienen escasa significación. Sin embargo, a la vista de las alegaciones de la UNCTAD sobre estetema, vale la pena señalar que la participación del mundo subdesarrollado en el comercio mundial total ha crecido y nodisminuido en el último medio siglo. De acuerdo con las estadísticas recogidas por P. Lamartine Yates en su estudio en granescala, Forty Years of Foreign Trade, [224] la participación de los tres continentes más pobres, América latina, África y Asia(excluyendo Japón) en las exportaciones mundiales totales (excluyendo los países comunistas), se incrementó de un 23 porciento aproximadamente en 1913 a cerca de un 28 por ciento en 1953. Si se consideran únicamente las materias primas (queconstituyen los 9/10 de las exportaciones del mundo subdesarrollado), la participación de estos países en las exportaciones

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totales se incrementó aún más durante este período, pasando de un 36 por ciento a cerca de un 49 por ciento. Durante este largoperíodo el mundo subdesarrollado ganó y no perdió terreno en el comercio mundial. El conocido informe del GATT Trends in International Trade [225 ] indica que la participación de los países no industriales en lasexportaciones globales mundiales era prácticamente la misma en 1928 y 1957, con cerca de un 30 por ciento del total mundial.Esta conclusión resulta particularmente notable a la vista de las políticas inflacionistas y proteccionistas de muchos paísessubdesarrollados. Tanto 1928 como 1957 fueron años de elevada actividad económica en general, lo cual añade fuerza a lacomparación. [226] 4. RELACIONES DE INTERCAMBIO: CUESTIONES DE CONCEPTO Y ANÁLISIS Las alegaciones en el sentido de que las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados son desfavorables y que sedeterioran de forma persistente, han sido durante casi dos décadas [227] un tema principal de las publicaciones de las NacionesUnidas. Fue el asunto preeminente de la literatura de la Comisión Económica para América Latina; el doctor Prebisch, como serecordará, fue secretario ejecutivo de la CEPAL durante muchos años, hasta que se convirtió en secretario general de laUNCTAD. Las bases conceptuales, analíticas y empíricas de estas afirmaciones no son válidas; sus defectos se han expuestorepetidamente en la literatura técnica.[228] Con todo, siguen siendo importantes en el informe Prebisch y en otros lugares de laliteratura de la UNCTAD. Son una de las bases fundamentales de las propuestas de la UNCTAD. Disfrutan de una influenciageneralizada, básicamente como resultado de la persistente propaganda y de la pura repetición. Hace falta una exposiciónsistemática de esos puntos. Lo oportuno para un tratamiento válido de los efectos de las alteraciones en las relaciones de intercambio sobre las rentas,niveles de vida, bienestar y desarrollo, es el concepto de relaciones de intercambio factoriales. [229] Este concepto, que tiene encuenta los cambios de costes de producción, indica el volumen de importaciones que pueden comprarse con el producto de unaunidad de recursos del país exportador. Una disminución de los precios de exportación en relación a los precios de importaciónes compatible con una mejora de las relaciones de intercambio factoriales si el coste de producción de las exportaciones hadisminuido más que el precio de las importaciones. La literatura de la UNCTAD sólo se refiere a relaciones de intercambio deproductos. No se tratan las relaciones de intercambio factoriales, lo cual es una omisión crucial. Con excepción de períodos muy cortos, las relaciones de intercambio factoriales normalmente mejoran para todas o casi todaslas partes comerciantes. Las alteraciones en las relaciones de intercambio de productos son análogas a juegos de suma cero enlos que las ganancias y pérdidas se compensan. Los cambios de las relaciones de intercambio factoriales son más parecidos a laactividad económica en general, la cual normalmente beneficia a todos los participantes directos. También atañen a la conexión de las relaciones de intercambio con el bienestar económico las variaciones del volumen totalde comercio y las causas de tales cambios. Aun cuando se hayan deteriorado las relaciones de intercambio factoriales,corregidas por cambios de calidad, el bienestar económico de la gente de los países exportadores puede mejorar si se da ungran incremento del comercio total. Un ejemplo familiar es el de la expansión de una industria, a partir de modestos comienzos, auna actividad en gran escala bajo el estímulo de elevados precios iniciales. Las referencias a relaciones de intercambio desfavorables son, en sí mismas, sin sentido. Las relaciones de intercambio sólopueden ser desfavorables en el sentido comparativo de ser menos favorables que en algún otro momento. Queda claro a partir deesta consideración elemental que el tratamiento de las relaciones de intercambio y de las variaciones de estas relaciones se vefundamentalmente afectado por el período base escogido. Arios base distintos dan lugar a resultados distintos (y lo mismo ocurrecon los cambios en la cobertura de país o producto en la discusión). Una amplia uniformidad (o al menos importante semejanza de experiencia) entre los componentes de los grupos cuya situaciónse examina es condición del interés y significación de las referencias a alteraciones de las relaciones de intercambio de gruposdistintos. La agregación y promedio de experiencias ampliamente distintas da lugar a resultados en gran parte sin sentido.Cuanto más heterogénea sea la composición del grupo y más dispar su experiencia, tanto menos significativas son lasconclusiones. Esta consideración resulta claramente oportuna para la experiencia comercial del mundo subdesarrollado, grupoque incluye a más de la mitad de la población mundial. [230] Las ambigüedades y problemas conceptuales que acabamos de señalar se ven potenciados y complicados en las discusionesacerca de la probable tendencia futura de las relaciones de intercambio. Tales discusiones generalmente se basan en

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extrapolaciones de las alteraciones habidas durante determinados períodos en el pasado. Mediante una prudente selección delperíodo base para la extrapolación prácticamente puede obtenerse cualquier resultado. Por si no fuese suficiente, puedendesecharse, por ser sólo temporales, las alteraciones que contradigan a una determinada previsión, mientras que las alteracionesque la apoyan se pueden aducir como confirmación. Hasta ahora la discusión en esta sección ha versado sobre el supuesto deterioro de las relaciones de intercambio de los paísessubdesarrollados. Las alegaciones de que la participación del mundo subdesarrollado en el comercio mundial muestra unadisminución a largo plazo que es además probable que continúe, y que tal disminución es perjudicial, también se hallansometidas a una crítica radical. Para empezar, como hemos señalado en la sección anterior, no se ha dado una disminución a largo plazo de la participacióndel mundo subdesarrollado en el comercio mundial total. Pero aunque se hubiese dado esa disminución, no podría ser tratada deforma sensata sin analizar las condiciones económicas internas, y especialmente las políticas económicas internas de los paísesa examen, puesto que estas cuestiones influyen directa y necesariamente en el volumen de comercio exterior de estos países y,por tanto, en su participación en el comercio mundial. Es más, la participación de una región en el comercio mundial a menudo cambia por razones ajenas que no afectan suprosperidad. Por supuesto que la participación de una región en el comercio mundial total puede declinar, y a menudo lo hace,como resultado de acontecimientos que afectan favorablemente a su prosperidad. En años recientes la prosperidad de Europaoccidental y del Japón dio lugar a que disminuyera la participación en la producción y comercio mundiales de muchos países yáreas cuyo nivel de renta se beneficia del rápido progreso de aquellas áreas. Por tanto, ni referencias generales a cambios en la participación de un país o de un grupo de países, en el comercio mundial, niestadísticas sin analizar sobre este tema, pueden servir como base válida para la discusión o la política. 5. EL DETERIORO SUPUESTAMENTE PERSISTENTE DE LAS RELACIONES DE INTERCAMBIO DE LOSPRODUCTORES PRIMARIOS Las bases analíticas para la sugerencia de un deterioro persistente de las relaciones de intercambio de los paísessubdesarrollados, tal como hemos señalado, se deduce de una supuesta baja elasticidad de renta de la demanda de productosprimarios; [231] el incremento de la población en los países productores primarios; el progreso técnico por el que se economizanmaterias primas en los procesos manufactureros y se amplía el uso de sustitutivos; y el predominio de sindicatos y de monopoliosen las industrias exportadoras de los países desarrollados. Estos argumentos son inconsistentes. a) Una baja elasticidad de renta de la demanda (menor que uno) no implica de por sí un deterioro de las relaciones deintercambio, siempre y cuando no sea negativa (menor que cero). Se confunden muchas veces las implicaciones de una bajaelasticidad de renta de la demanda con las de una elasticidad de renta negativa. La elasticidad de renta de la demanda mundialde materias primas ciertamente no es negativa. Resulta improbable incluso que sea baja para las principales exportaciones delos países subdesarrollados. Las más importantes de estas exportaciones son materias primas tales como petróleo, caucho ycobre, para los que la elasticidad de renta de la demanda mundial es improbable que sea baja. Sin duda es alta (casi con certezabastante mayor que uno) para los productos petrolíferos que son con mucho la exportación individual más importante de lospaíses subdesarrollados: constituyen la mitad de la exportación total de mercancías de los países subdesarrollados, o la mitad delos productos primarios exportados por ellos, y más de cuatro veces el valor de la siguiente exportación en importancia. Tambiénresulta improbable que sean muy bajas las elasticidades de renta de la demanda mundial de productos alimenticios tan de lujocomo el café, el cacao y el té, que son exportaciones importantes de los países subdesarrollados. La sugerencia de unaelasticidad de renta de la demanda generalmente baja para las exportaciones de los países subdesarrollados descansa en laidentificación injustificada de las exportaciones totales de los países subdesarrollados con las exportaciones de productosalimenticios corrientes para los cuales se piensa que la elasticidad de renta de la demanda es baja para altos niveles de renta.[232] Resulta dudoso que la elasticidad de renta de la demanda mundial para exportaciones de los países subdesarrollados seamás baja que la de sus importaciones, la cual, que yo sepa, no ha sido medida. Ya hemos dado razones del porqué esimprobable que sea baja la elasticidad de renta de la demanda de sus exportaciones; comparándola con la elasticidad de rentade su demanda de importaciones debería recordarse que una gran proporción de las importaciones de productosmanufacturados por los países subdesarrollados se halla estrictamente controlada y consiste en productos consideradosesenciales por algún criterio u otro.

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La dirección del movimiento de las relaciones de intercambio de bienes de los países subdesarrollados como grupo dependede la tasa de crecimiento de la demanda de sus exportaciones en comparación con la tasa de crecimiento de la demanda deimportaciones; y las tasas de crecimiento de estas demandas dependen de las tasas de crecimiento de la renta agregadamultiplicada por las elasticidades de renta de las respectivas demandas. [233] Aun cuando la elasticidad de renta media de la demanda de exportaciones de los países subdesarrollados sea menor que laelasticidad de renta media de su demanda de importaciones (lo cual, como hemos argumentado, resulta dudoso), sus relacionesde intercambio de bienes sólo se deteriorarán con seguridad si sus rentas crecen tan rápidamente como las de los paísesdesarrollados. Sin embargo, la queja más corriente es que en conjunto sus rentas crecen con menor rapidez. Las relaciones reales deintercambio del mundo subdesarrollado se deteriorarán si la relación entre la tasa de crecimiento de la renta agregada de lospaíses desarrollados y la tasa de crecimiento de la renta agregada de los países subdesarrollados es menor que el cociente de laelasticidad de renta de la demanda de exportaciones de los países desarrollados por los países subdesarrollados respecto a laelasticidad de renta de la demanda agregada de exportaciones de los países subdesarrollados por los países desarrollados; ymejorarán si la relación entre estas ratios es la inversa [234] Como acabamos de señalar, no existe evidencia empírica acerca delas elasticidades de renta medias de la demanda correspondientes a exportaciones e importaciones agregadas de los paísessubdesarrollados. Ni parece probable que se disponga de dicha evidencia en un futuro próximo. Pero aunque se dispusiese deella, sería en gran parte inútil, al menos por dos razones. En primer lugar, sería inútil porque lo que importa a efectos de desarrollo y bienestar son las relaciones de intercambiofactoriales y no las relaciones de intercambio de productos. En segundo lugar, las referencias a las elasticidades de renta de la demanda mundial total de importaciones y exportacionesde todos los países subdesarrollados implican la agregación y promedio de elementos tan distintos que ninguna conclusión tienesentido excepto la afirmación, que puede hacerse con total confianza, de que la elasticidad de renta de la demanda mundial totalpara exportaciones del mundo subdesarrollado no es negativa. Con todo, esta condición es la única que de por sí implicaría undeterioro de las relaciones de intercambio de productos de los países subdesarrollados a lo largo de un período de elevación delas rentas medias mundiales. b) Es probable que la población de los países subdesarrollados continúe creciendo rápidamente. La renta real per capita enpaíses con oferta de tierra limitada pueden verse afectadas desfavorablemente por un rápido incremento en la población. Peroeste efecto es distinto de alteraciones desfavorables de las relaciones de intercambio. [235] Un incremento de la demanda mundial total, tanto de materias primas como de productos manufacturados, determinado por unaumento de la población mundial y por una renta agregada mundial más elevada, es muy probable que favorezca en vez deperjudicar a aquellos países subdesarrollados que producen y exportan productos mineros y agrícolas, porque tenderá aincrementar la escasez comparativa de estos bienes. [236] Los favorables efectos de una mayor población mundial y de lasrentas más elevadas sobre las relaciones de intercambio tanto factoriales como de productos de las exportaciones de productosprimarios se verán reforzados si el incremento de la producción total de bienes manufacturados reduce su coste y mejora sucalidad por la actuación de los rendimientos crecientes. c) El progreso técnico normalmente afecta a las relaciones de intercambio y los niveles de vida de los países subdesarrolladosen forma exactamente opuesta a la prevista generalmente en el informe Prebisch y en la literatura de la UNCTAD. El cambiotécnico puede muy bien reducir la cantidad de materias primas precisas en general en el proceso productivo; pero tambiénreduce el coste real de los bienes que importan los países subdesarrollados. [237] El progreso técnico ha sido un factorimportante en el progreso material de los países desarrollados, en el enorme incremento resultante de la demanda mundial de lasexportaciones de los países subdesarrollados y en la amplia expansión de la variedad y calidad de las exportaciones de bienesmanufacturados que se hallan a su disposición. Puede que existan varias razones para la insistencia de los representantes de la UNCTAD en los supuestos efectosperjudiciales para los países subdesarrollados del progreso técnico de Occidente, especialmente el desarrollo de productossintéticos. Entre esas razones puede incluirse la familiar asimetría de percibir los resultados y elementos competitivos de losfenómenos económicos al tiempo que se ignoran sus aspectos complementarios. También pueden reflejar la práctica de laagregación inapropiada de tratar el mundo desarrollado como una entidad homogénea en términos generales, de forma que

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cualquier experiencia adversa (verdadera o falsa) de cualquier pequeña parte puede considerarse como representativa de lasperipecias de los países subdesarrollados. d) A menudo se argumenta que la situación de los países subdesarrollados se ve debilitada no sólo por una supuesta bajaelasticidad de renta de la demanda de sus productos de exportación, sino también por una baja elasticidad de precio de lademanda (esto es, una falta de respuesta comparativa de la demanda a cambios de precio). Sin embargo, es difícil reconciliar lasafirmaciones de que la elasticidad de precio de la demanda sea baja con las afirmaciones de que el desarrollo de sustitutivossintéticos por los países desarrollados es importante: la presencia de sustitutivos va en favor de elasticidades de preciorelativamente altas. Es más, una baja elasticidad de precio de la demanda no es necesariamente una desventaja económica. Escierto que si la elasticidad de precio es baja, un incremento de oferta como puede ser una cosecha excepcionalmente abundante,dará lugar a una caída del precio más que proporcional y por tanto reducirá los ingresos totales por debajo de los que puedanobtenerse con una oferta menor. Pero lo contrario también es correcto, con elasticidad de precio baja, una oferta menor da lugar aingresos más elevados. Una baja elasticidad de precio da lugar a oportunidades para incrementar los ingresos totales deexportación mediante el ejercicio de un control sobre la oferta de exportaciones. Los gobiernos actuando mancomunadamentepueden incrementar las ganancias de exportación —y simultáneamente ahorrar recursos internos— mediante la imposición deimpuestos a la exportación o restringiendo la oferta de otras formas, como se hace, con varios grados de éxito, con los actualesesquemas internacionales de control de bienes. Estas oportunidades no existen allí donde la demanda de un producto tiene unaelevada elasticidad de precio. e) La sugerencia de que las condiciones monopolistas de los países desarrollados, bien sea en los mercados de trabajo o enlos de productos, dan lugar al deterioro a largo plazo de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados, essuperficial. En primer lugar, resulta dudoso que hoy existan monopolios o cárteles mundiales efectivos de exportadores de bienesmanufacturados (para ser efectivos tales monopolios deberían ser a escala mundial); hay una gran diversidad de ofertaprácticamente de todas las exportaciones manufacturadas. Puede que hayan existido casos aislados de monopolios o cártelesmundiales efectivos de determinadas exportaciones manufacturadas, pero su impacto en las relaciones de intercambio delmundo subdesarrollado, incluso en el pasado, habían sido insignificantes. Pero el razonamiento de la UNCTAD, de que losmonopolios en las industrias de exportación de los países desarrollados han servido para provocar un deterioro persistente de lasrelaciones de intercambio del mundo subdesarrollado, se ve expuesta a una objeción más importante. La presencia demonopolios en los países desarrollados no serviría en sí misma para provocar un deterioro a largo plazo de las relaciones deintercambio del mundo subdesarrollado. Tal efecto requeriría un incremento del alcance o eficacia del poder del monopolio a lolargo del tiempo. No se ha aportado ninguna evidencia de dicha tendencia: a primera vista existe mayor evidencia en contra. Para empezar, si bien es cierto que los gobiernos de los países desarrollados tienden a ser menos hostiles hacia los cártelesde exportación que a los cárteles en el mercado interior, la creciente hostilidad hacia los cárteles interiores ha debilitado aún másla actuación y eficacia de cualquier cártel o monopolio de exportación (en contraposición al fomento de acuerdos sobre productosque cubren las exportaciones de productos primarios por los países subdesarrollados y otros acuerdos preferenciales para susexportaciones). Si bien, en cada país desarrollado, hay industrias manufactureras altamente concentradas, no existe evidencia deque el alcance de la elevada concentración se haya incrementado a lo largo de décadas; en los Estados Unidos, donde existenestimaciones fiables para el último medio siglo o más, la concentración en el sector industrial parece que ha disminuido. Lo queprobablemente es la influencia más importante en este contexto es que la proliferación de industrias manufactureras en el mundodesarrollado así como en algunos países subdesarrollados ha supuesto que los países importadores han tenido progresivamenteun acceso más amplio a fuentes alternativas de oferta, tendencia que se ha visto reforzada por mejoras en el transporte y lascomunicaciones de modo que la acción de los monopolistas o cuasi­monopolistas en un país se ha vuelto cada vez más ineficaz.La proliferación de las actividades manufactureras también ha tendido a debilitar el efecto precio de los sindicatos nacionales enel comercio internacional. En breve, se puede desechar que haya habido un incremento secular en el alcance o eficaz explotación del poder monopolistaen la oferta de bienes de los países desarrollados a los subdesarrollados. 6. LAS ESTADÍSTICAS DE LA UNCTAD SOBRE LAS RELACIONES DE INTERCAMBIO ¿De qué forma concreta la literatura de la UNCTAD la inconsistente afirmación de que las relaciones de intercambio de lospaíses subdesarrollados o productores primarios han disminuido persistentemente? La forma más fácil de adoptar las estadísticas para mostrar un deterioro a largo plazo o sistemático de las relaciones de

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intercambio consiste simplemente en omitir los arios en que han mejorado, recurso frecuentemente empleado en las discusionesde la UNCTAD. La pretendida disminución secular de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados recibió porprimera vez amplia publicidad en la literatura de la ONU con base en una serie que empezaba hacia 1870 y terminaba en 1938;en el informe Prebisch y en la literatura de la UNCTAD se obtiene sobre series que empiezan en 1950 y terminan en 1961. Entre1938 y 1950 las relaciones reales de intercambio de los productores primarios mejoró en casi 2/5, incluso sin ninguna correcciónpor la mejora de calidad de los productos manufacturados. Resulta fácil afirmar que las relaciones de intercambio de losproductores primarios siempre disminuyen si se omiten los años en los que han subido. Totalmente al margen de la no consideración de los correspondientes cambios de precios entre 1938 y 1950, también es dignade mención la elección de 1950 como punto de partida de una tendencia. Este fue el primer año del boom coreano, cuando losprecios de las materias primas crecieron enormemente como resultado de la acumulación de stocks. Por tanto, se podía esperaruna posterior caída relativa; el período 1950­1961 no puede usarse legítimamente como base para una extrapolación, apartetotalmente del hecho de que es demasiado corto para servir como base para una discusión acerca de tendencias a largo plazo. La injustificada omisión de algunos productos de la lista de importaciones y exportaciones considerada también sirve parallegar a la conclusión apetecida; por ejemplo, en el informe Prebisch los productos petrolíferos se omiten de los cálculos de lasrelaciones de intercambio (y de la participación de los países subdesarrollados en el comercio mundial), sin ninguna aclaración.[238] Con todo, los productos petrolíferos suponen la exportación más importante del mundo subdesarrollado y su volumen hacrecido enormemente desde la segunda guerra mundial. Este enorme incremento, junto con la tributación mucho mayor de lasempresas petrolíferas de propiedad extranjera, ha beneficiado enormemente a estos países. En la literatura de la UNCTAD cualquier movimiento adverso de las relaciones de intercambio de los países subdesarrolladosse considera permanente o con probabilidades de anunciar un deterioro ulterior, mientras que cualquier mejora se trata comotemporal. [239] Hacia 1964, fecha de la primera UNCTAD, los precios de las materias primas habían subido desde 1961 respectoa los productos manufacturados; este movimiento o se pasa por alto o se menciona con probabilidad de ser únicamente temporal. Con el fin de dar un significado a esa discusión sería preciso fijar un límite temporal para la tendencia, puesto quepresumiblemente tiene que llegar a término al tiempo que las relaciones de intercambio se aproximan a cero, cuando el mismocomercio llegaría también a su final. Tales límites no se especifican en esta literatura. Leyendo la literatura de la UNCTAD (comola mayoría de la literatura contemporánea en este campo) se tiene la impresión de que los precios de las materias primas siempredescienden y nunca suben, de forma que parece sorprendente que el comercio de materias primas continúe y asombroso que suvolumen se halle actualmente a niveles récord. En resumen, es falsa la afirmación de una disminución a largo plazo de las relaciones de intercambio para los productoresprimarios o países subdesarrollados. Los conceptos utilizados en las discusiones de la UNCTAD prácticamente no tienen sentidoy el análisis no es válido. La evidencia empírica resumida en las series estadísticas de las publicaciones oficiales de las NacionesUnidas, tales como el Statistical Year Book, demuestran que estas afirmaciones se oponen a la verdad. 7. PRECURSORES DE LAS IDEAS DE LA UNCTAD Algunas de estas ideas y métodos sobre el tema de las relaciones de intercambio de los productores primarios fueronadelantadas en la literatura de la ONU antes del establecimiento de la UNCTAD, si bien de forma menos descarada. La supuesta disminución secular de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados se discutió ampliamente enel informe ya mencionado de la ONU, Relative Prices of Exports and Imports of Underdeveloped Countries. El razonamiento sebasaba en parte en los cambios de los precios relativos de las materias primas y productos manufacturados en el comerciomundial entre 1876­1880 y 1938, y también en los cambios de los precios de las importaciones y exportaciones británicas(consideradas como típicas de productos primarios y manufacturados) a lo largo del mismo período. Estas alteraciones se tomancomo evidencia de una disminución secular de las relaciones de intercambio de los productores primarios, lo que a su vez seconsidera como evidencia de una disminución de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Los defectos yfalacias directas de este razonamiento se han señalado a menudo en la literatura. [240] Estas estadísticas ignoran los precios de importación y exportación y la gran disminución de los costes del transporte por tierray mar, que durante varias décadas superó de forma apreciable la caída de los precios de las importaciones británicas, de formaque los precios locales de los productos primarios aumentaron mientras bajaban sus precios en ultramar. De forma parecida, elcoste de las importaciones cayó en los países productores primarios. Por tanto, las relaciones de intercambio de los productores

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primarios mejoraron durante este período. Las importaciones británicas durante este período no fueron en general representativas de productos primarios, mucho menosque las exportaciones procedentes del actual mundo subdesarrollado. Por ejemplo, el grueso de las importaciones británicashacia 1870 provenía de Norteamérica, Europa, Escandinavia y Australia. Muchos de los actuales países subdesarrollados o bienno tenían comercio internacional hacia 1870 o sólo una cantidad insignificante; en aquella época no había en absolutoexportaciones de caucho de plantación o de productos petrolíferos, ni de productos agrícolas cultivados o de mineralesprocedentes de África. Se dispone de los precios de las importaciones y exportaciones británicas desde 1801; la relación de precios fue de lo másfavorable para los productos primarios hacia 1870, mucho más que en períodos anteriores, de forma que una disminución delnivel respecto a 1870 no mide una tendencia secular. Durante el siglo XIX en su conjunto hubo una importante elevación de estarelación en favor de los precios de los productos primarios, aun sin considerar los cambios de los costes de transporte. Si sehubiese escogido como base 1900, las relaciones de intercambio presentadas en estas estadísticas hubieran mostrado una granmejora en el curso del siglo XIX. A menudo se ha señalado en la literatura técnica, especialmente por parte del profesor Theodore Morgan, que los paísesproductores primarios son demasiado heterogéneos como grupo para una agregación sensata, menos aún cuando se basa enlos índices de precios de importación británicos; que las estadísticas disponibles no muestran ningún empeoramiento general alargo plazo ni siquiera en las relaciones de intercambio de bienes de los productores primarios, dejando aparte sus relaciones deintercambio factoriales; que a lo largo de los últimos cien años, en la mayoría de países para los que se dispone de estadísticas,las relaciones de intercambio de bienes entre productos primarios y productos manufacturados se movieron de forma diferente endistintas épocas; y que en los pocos casos de tendencia continua ésta se produce en favor de los productos primarios (porejemplo, para Nueva Zelanda entre 1860 y 1950 y también en ciertas series referidas a la agricultura americana en la mayor partede los últimos cien años); que debido a la gran diversidad de países subdesarrollados y a la preeminencia de un númerorelativamente pequeño de productos entre las exportaciones de los países concretos, las relaciones de intercambio de cada paísa menudo se mueven de forma muy diferente a lo largo del mismo período; que son las relaciones de intercambio factorial y nolas de bienes las significativas para el desarrollo económico y para el bienestar económico; y que incluso este concepto se ha decompletar con información acerca de los cambios en la composición y calidad de las importaciones y cambios del volumen totalde comercio. Estas críticas fundamentales a las afirmaciones de la ONU acerca del decrecimiento de las relaciones de intercambio de lospaíses subdesarrollados fueron publicadas varios años antes del informe Prebisch. Pero se ignoran en la literatura de laUNCTAD, que repite y por supuesto mezcla los defectos de las publicaciones iniciales. Técnicas tales como el olvido de losproductos petrolíferos y la total omisión de períodos en que las relaciones de intercambio de los productores primarios mejoraronmucho (1938­1950), aclaran especialmente el método y propósito de estos procedimientos. 8. RELACIONES DE INTERCAMBIO Y PROGRESO MATERIAL El supuesto de que las futuras relaciones de intercambio del mundo subdesarrollado presentarán un descenso seculartampoco tiene fundamento. Aun en el caso de que la evidencia se recogiese y valorase mucho más cuidadosa e imparcialmente, las conjeturas acerca delfuturo movimiento de las relaciones de intercambio para el mundo subdesarrollado en su conjunto serían infructuosas. Esteescepticismo se deriva no sólo de las inevitables incertidumbres, sino también de la trascendental diversidad de condiciones ycomposición del comercio exterior de los diferentes países subdesarrollados, y de los movimientos ampliamente distintos de susrelaciones de intercambio factoriales y de productos. Sin embargo, se puede admitir una conjetura restringida. Debido al incremento cierto de la población mundial en las próximasdécadas, al virtualmente seguro progreso técnico en la industria y al virtualmente cierto incremento de la renta total mundial, esprobable que aquellos países subdesarrollados que producen minerales y especialmente productos agrícolas para la exportaciónexperimentarán una mejora de las relaciones de intercambio, tanto factoriales como de productos. Esta posibilidad subraya laironía de las actuales discusiones que predicen una escasez mundial de alimentos y simultáneamente instan a los paísessubdesarrollados a dirigir sus esfuerzos y recursos fuera de la agricultura y hacia la industria manufacturera. Se puede señalar un punto más técnico. La literatura de la UNCTAD resalta la importancia del déficit comercial o de divisas

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(que se dice que proviene en gran parte de las adversas relaciones de intercambio) como obstáculo clave para el desarrollo. Sedice que este obstáculo se halla superpuesto a un déficit de ahorro que representa la diferencia entre la inversión necesaria parauna tasa de desarrollo aceptable y los ahorros internos disponibles. Aparte de la validez o significación del concepto de déficit deahorro (esto es, de la noción de que el ahorro potencial es un estrangulamiento muy importante para el desarrollo), no existe atodos efectos una sustancial significación práctica de la distinción entre los dos déficits. Ciertamente, los principales argumentos ypropuestas políticas de la UNCTAD no se ven afectadas por esta distinción. Las importaciones obtenibles con los ingresos porexportación de un país representan el resultado de la transformación de los recursos productivos del país en valiosos bienes yservicios. La situación económica de un grupo se mejora mediante cualquier cambio favorable de las condiciones en que losrecursos pueden convertirse en valiosos bienes y servicios y también se mejora si recibe o descubre recursos adicionales yvaliosos. Pero esta consideración se aplica igualmente a la transformación de recursos por medio de la actividad interior o pormedio del comercio exterior. El énfasis en un déficit de divisas o comercial constituye otro ejemplo de énfasis en laresponsabilidad exterior por las dificultades económicas de un país o por una tasa de desarrollo que se juzga inadecuada. Este largo examen del supuesto decrecimiento secular de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados eranecesario debido a la preeminencia de este tema en la literatura de la UNCTAD y especialmente por su preeminencia como basepara las propuestas políticas de este organismo. No debería deducirse de la extensión de la discusión que sea probable que losmovimientos en las relaciones de intercambio sean factores principales en las perspectivas de desarrollo de los paísessubdesarrollados. Las relaciones de intercambio, en efecto, no están ligadas a las principales causas de pobreza del mundosubdesarrollado. Resultaría ocioso pensar que cualquier posible cambio de las relaciones de intercambio de los paísessubdesarrollados pudiese afectar de forma sustancial a estas fuerzas subyacentes. [241] 9. PARTICIPACIONES EN EL COMERCIO MUNDIAL Muchas de las críticas a las afirmaciones de la ONU­UNCTAD acerca de las relaciones de intercambio de los paísessubdesarrollados también tienen aplicación a los debates de esta literatura acerca del supuesto decrecimiento de la participacióndel mundo subdesarrollado en el comercio mundial. La participación de un país o de un grupo de países en el comercio mundialtotal puede cambiar, y a menudo lo hace, sin afectar de forma sustancial a su situación o perspectivas económicas. Por ejemplo,puede disminuir, y a menudo así ocurre, como resultado de un incremento del volumen de comercio entre otros países que nocompiten con sus productos. Lo que tiene importancia en este contexto son los cambios del volumen absoluto y no de lasparticipaciones relativas. Incluso los primeros tienen un significado muy limitado sin el examen de los factores que hay detrás deestos cambios. El volumen de exportaciones de un país puede disminuir por razones tan radicalmente distintas como unincremento del consumo interno de productos que previamente se exportaban (como resultado, por ejemplo, de una inflacióninterior), o la introducción o intensificación de políticas proteccionistas en el país, o una disminución de la demanda deexportaciones. Por ejemplo, la disminución de las exportaciones de cacahuetes indios desde los años cuarenta refleja elincremento del consumo interno de cacahuetes en una época en que la demanda mundial de aceites y grasas se incrementómucho. Las exportaciones de muchos países subdesarrollados de América latina y Asia se han visto afectadas negativamente poruna combinación de inflación interna y de tipos de cambio sobrevalorados. La infundada y vacía sugerencia de una disminución de la participación de los países subdesarrollados en el comercio mundialpuede, pues, desecharse con facilidad. El método utilizado en la literatura de la UNCTAD en este tema es fundamentalmentesemejante al empleado en discusiones acerca de las relaciones de intercambio. Las afirmaciones se basan en gran parte en laexperiencia de los años que siguieron al boom coreano cuando, desde un nivel tan excepcional, lo menos que cabía esperar erauna baja a corto plazo. Como ya señalamos, el doctor Lamartine Yates ha demostrado que la participación de los paísessubdesarrollados en el comercio mundial no ha disminuido sino que se ha incrementado en las últimas décadas. Una vez más,en algunas de las discusiones de la UNCTAD sobre la participación de los países subdesarrollados en el comercio mundial seexcluyen los productos petrolíferos cuyas exportaciones se han incrementado enormemente desde 1950. Es más, los añoscincuenta vieron la reconstrucción de las economías de Europa occidental y la liberalización del comercio intereuropeo con elconsiguiente amplio incremento del comercio exterior de Europa. También se produjo un gran incremento del comercio exteriordel Japón. Estos acontecimientos dieron lugar a una disminución de la participación de otros grupos en el comercio mundial total.El volumen absoluto del comercio de los otros grupos se incremento, pero menos que proporcionalmente respecto al de Europaoccidental y el Japón. [242] Por tanto, como queda claro tras algo de reflexión, una disminución de la participación de un grupode países en el comercio mundial total no tiene en sí misma ninguna implicación desfavorable rara el bienestar. Sin el análisis delas circunstancias específicas, tal disminución no puede servir como indicador ni siquiera de un cambio histórico en el bienestareconómico, por no mencionar de las perspectivas de desarrollo.

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10. LAS PRINCIPALES PROPUESTAS DE LA UNCTAD Las principales propuestas de la UNCTAD tienen como finalidad el incremento de las entradas de divisas de los paísessubdesarrollados básicamente mediante la ampliación de la ayuda exterior fomentando acuerdos sobre productos y eliminandolas barreras a la exportación de productos manufacturados de los países subdesarrollados, así como concediendo preferencias aestas exportaciones tanto en los países desarrollados como subdesarrollados. La ayuda exterior en el sentido de donacionesintergubernamentales o de préstamos muy subvencionados se toma sin más por necesaria. [243] Ya he argumentado en el capítulo II que la ayuda exterior no es necesaria ni suficiente para el progreso material. He afirmadoademás que esta política, especialmente tal como ha funcionado desde la segunda guerra mundial, es probable que retrase envez de fomentar el progreso material de los países subdesarrollados, particularmente cuando la ayuda se halla ligada a laimplantación de la planificación central global o a las dificultades de la balanza de pagos de los países perceptores. La aproximación a la ayuda exterior de la literatura de la UNCTAD es mucho más probable que retrase en vez de fomentar eldesarrollo económico de los países pobres. Esto sucede por varias razones: prevalece la idea de que las fuerzas exteriores sonresponsables de la pobreza del mundo subdesarrollado y que el resto del mundo debe unos medios de vida a estos países; lafalta de consideración de las capacidades, actitudes y valores de la gente y también de los contactos exteriores comodeterminantes del desarrollo; el olvido de la diferencia entre los recursos suministrados gratuitamente desde el extranjero y losproducidos a nivel local; el fomento de políticas que estimulan la fuga de capitales; la aceptación axiomática de la necesidad de laplanificación del desarrollo y la vinculación de la ayuda a la misma; y la aceptación sin crítica del fetiche de la inversión, lacreencia de que el desarrollo está determinado básicamente por el gasto monetario en inversión y también que implicanecesariamente dificultades de pagos. Las implicaciones de la mayoría de estos defectos se han examinado en el capítulo II. Pero parece útil señalar ciertosresultados probables de la sugerencia de que el volumen de ayuda exterior preciso para el desarrollo debe calcularse una vezhabida cuenta de la salida de capital de los países perceptores. La aceptación de esta sugerencia estimularía la puesta enpráctica de políticas destinadas a provocar la retirada y exportación de capital de los países subdesarrollados porque dichocapital sería total o parcialmente privado mientras que la ayuda exterior le llega al estado. Resulta obvio que la actuación delestado fomenta la fuga de capital mediante la expropiación efectiva o la amenaza de la misma, la imposición de controles o defuertes impuestos y la discriminación contra el capital extranjero. La aceptación de esta sugerencia estimularía todavía más talespolíticas. También induciría a los gobiernos a exagerar la salida de capital, puesto que supondría un incremento de la ayudaexterior. En la literatura de la UNCTAD, los pagos de amortizaciones, intereses y dividendos se consideran importantes cargas para lospaíses subdesarrollados; estos pagos reciben el nombre de drenajes o incluso de pérdidas. Se sugiere repetidamente que estospagos deberían ser renegociados o perdonados, lo cual es un eufemismo para indicar la falta de pago, y también que la ayudaexterior debería compensarse tanto por los pagos de amortización como por los de intereses y dividendos. Este enfoque estimulalas faltas de pago en obligaciones contractuales y por tanto favorece una actitud desfavorable para el progreso material. El tenorde la discusión también implica que los pagos de amortización, dividendos e intereses representan pérdidas netas más quereembolso de recursos y ganancias por recursos suministrados a estos países. 11. FINANCIACIÓN COMPENSATORIA Además de la ayuda rutinaria, la UNCTAD propone oficialmente una "financiación compensatoria" para compensar laspérdidas de los países subdesarrollados por el deterioro de estas relaciones de intercambio y para compensarlos por ladisminución de los ingresos por exportación por debajo de las razonables expectativas de los gobiernos, especialmente lasabrigadas al estructurar los planes de desarrollo. Las discusiones actuales se limitan a las relaciones de intercambio de bienes y en la práctica sólo contemplan su deterioro.Hay unas pocas observaciones fortuitas en el sentido de que los pagos compensadores no deberían ser reembolsables si porcasualidad las relaciones de intercambio mejorasen después. Aquí hay campo para manipulaciones ilimitadas. Medianteacertados cambios del período examinado o de los bienes incluidos en el cálculo de las relaciones de intercambio, siempre esposible pretender un deterioro. Otra forma de financiación compensatoria está encaminada a compensar una reducción de los ingresos de divisas por debajode expectativas razonables. En el contexto, la idea de expectativa razonable es ambigua de por sí. [244] Una disminución de los

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ingresos de divisas siempre puede ser provocada por la política del gobierno, por ejemplo mediante políticas monetarias yfiscales inflacionarias, lo cual desanima las exportaciones 'y estimula las importaciones, además de fomentar a veces una salidade capital. Cuanto mayor y más ambicioso sea el plan de desarrollo, con mayor probabilidad disminuirán las ganancias deexportación por debajo de unas expectativas razonables, particularmente en relación con el cumplimiento del plan. Lasproposiciones de la UNCTAD no consideran en ningún momento la acumulación de reservas en las buenas épocas para prevenircondiciones menos favorables, una norma elemental de confianza en sí mismo y de prudencia. La discusión y defensa de la ayuda exterior por parte de la UNCTAD, especialmente de la financiación compensatoria, sehallan estrechamente ligadas con los cambios de las ganancias de divisas y de las relaciones de intercambio. Con todo, aunquese considere deseable la ayuda exterior, no hay razón para adoptar como criterio de ayuda el nivel de ganancias en divisas o lasrelaciones de intercambio o las alteraciones de éstas. Existen otros fundamentos o criterios para la concesión de ayuda queparecerían menos inapropiados, tales como los niveles generales de vida o la política gubernamental global de los paísesperceptores. Puesto que los países y grupos más pobres en el mundo subdesarrollado son los que tienen menos o ningúncontacto exterior, la asignación de ayuda con base en criterios ligados al comercio exterior asegura que los más pobres notengan derecho a la misma. Aparte de centrar la atención en criterios irrelevantes, el hecho de ligar cualquier parte sustancial dela ayuda a alteraciones de las relaciones de intercambio o a disminuciones en las reservas de divisas de los perceptores tambiéndesanima la acumulación de reservas de divisas. 12. ACUERDOS SOBRE MERCANCÍAS Otra propuesta importante de la UNCTAD es el fomento de acuerdos sobre mercancías para estabilizar, mantener y elevar losprecios de exportación de los productos primarios. Si bien se menciona a veces la estabilización, se deja en gran parte sin definireste concepto bastante complejo. Queda claro, sin embargo, que lo que se contempla no es la amortiguación de fluctuacionesalrededor de una tendencia, sino el mantenimiento o elevación de precios por encima de lo que serían en otro caso con el fin demejorar las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados. Esta propuesta prevé de hecho otra forma de ayudaexterior en la forma de transferencias de renta de los consumidores y países consumidores a los países exportadores. Además delas varias objeciones a la ayuda exterior basadas en criterios ligados al comercio exterior, esta propuesta también se halla abiertaa ulteriores críticas. Los gobiernos y productores que se benefician de tales acuerdos se escogen arbitrariamente. No son ciertamente los países ogrupos más pobres ni es muy probable que los gobiernos y productores perceptores usen los fondos de la forma más productiva;la selección de los consumidores a quienes se hace pagar precios más altos también es en gran parte arbitraria. Es más, talesacuerdos generalmente exigen una restricción organizada de la producción y de la ampliación de capacidad. Estas medidastienden a congelar el esquema productivo, a proteger a los productores con costes más elevados y a restringir la proliferación deoferentes a coste más bajo. También implican barreras de entrada en las actividades sometidas a estas medidas, lo que amenudo pesa duramente sobre aquella gente que no tiene una fuente alternativa y adecuada de renta líquida. Éstos no sondetalles administrativos de tono menor, sino importantes implicaciones de los acuerdos sobre mercancías. 13. RESTRICCIONES A LA IMPORTACIÓN DE PRODUCTOS MANUFACTURADOS EXPORTADOS POR LOS PAÍSESSUBDESARROLLADOS La UNCTAD urge a los países desarrollados para que eliminen o al menos reduzcan sus restricciones a las importaciones deproductos manufacturados procedentes de los países subdesarrollados. Se dice que estas restricciones perjudicansensiblemente las perspectivas de desarrollo de los países pobres al recortar sus oportunidades comerciales y por tanto sucapacidad de importación, y también al restringir el tamaño del mercado de sus productos manufacturados, obstruyendo, portanto, las necesarias economías de escala. Existen en muchos países ricos importantes barreras bajo la forma de aranceles y cuotas en contra de las exportaciones deproductos manufacturados procedentes de los países subdesarrollados. La altura de las barreras a menudo es mucho mayor delo que parece a primera vista. Las tarifas se expresan como porcentaje del valor del producto elaborado. Si, como muchas vecesocurre, las importaciones de materias primas entran libremente o con bajos tipos impositivos, un arancel aparentementemoderado sobre los productos elaborados supone muchas veces un porcentaje muy elevado del valor añadido en la elaboracióny por tanto igualmente un elevado grado de protección para estas actividades. Si bien la erección de estas barreras no significa que los países subdesarrollados se vean perjudicados por la existencia depaíses desarrollados, las barreras indudablemente afectan negativamente a las perspectivas de desarrollo de varios países

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subdesarrollados, especialmente en Asia, y su progreso material se ve retrasado en comparación al que se obtendría sin estosimpedimentos al comercio. Las barreras impiden o retrasan el desarrollo de actividades que en otras condiciones seríaneconómicamente viables y así afectan a la tasa de crecimiento de la renta nacional. Lo que quizás es más importante es queimpiden o retrasan el desarrollo de contactos exteriores, que tantas veces han ayudado a fomentar cambios favorables deactitudes, motivaciones, métodos de organización e instituciones y que también han servido para fomentar la entrada deempresas y de capital extranjero. La significación de estas barreras como obstáculos al desarrollo no debería, sin embargo, sobrevalorarse, como se hace en laliteratura de la UNCTAD. Su eliminación total no afectaría de forma sustancial a las causas subyacentes de pobreza en los paísessubdesarrollados, puesto que éstas son básicamente internas; muchos países subdesarrollados no se ven afectados en absolutopor la presencia de estas barreras. Más aún, las barreras no son insuperables, como demuestra el éxito de Hong Kong y de Israel,que son destacados exportadores de ciertos productos manufacturados a pesar de las barreras comerciales con que seenfrentan. El éxito de los exportadores de estos países se caracteriza por el hecho de que ninguno de los países tiene un ampliomercado interior ni tampoco importantes recursos naturales. Sin duda, su éxito como países exportadores les permite importarmaterias primas y contribuye al crecimiento de sus mercados interiores. Esta secuencia confirma que en cualquier relación causalo funcional entre los determinantes del desarrollo y el tamaño del mercado, este último es básicamente un efecto o variabledependiente. La literatura de la UNCTAD ordena a los países desarrollados que no insistan en la reciprocidad de los paísessubdesarrollados cuando reduzcan sus propias barreras a los productos manufacturados procedentes de estos países. A estosúltimos se les ha de permitir o sin duda estimular para que protejan sus propias industrias. Se aconseja tanto a los paísesdesarrollados como subdesarrollados que concedan preferencias a las importaciones de productos manufacturados procedentesde países subdesarrollados. Se recomienda a los países subdesarrollados que intenten establecer mercados comunes entre elloscon el fin de asegurar mercados más amplios para sus productos manufacturados. Ordenando a los países desarrollados que reduzcan o eliminen las barreras contra las exportaciones de productosmanufacturados de los países subdesarrollados, la literatura de la UNCTAD señala acertadamente que esa política beneficiaría alos consumidores y a la economía de estos países en conjunto, si bien perjudicaría algunos intereses sectoriales. Estaargumentación en concreto sigue las líneas familiares del librecambio. Pero la argumentación también es aplicable a los países subdesarrollados. Sin embargo, la literatura de la UNCTADcontempla y propone el mantenimiento o el incremento de barreras parecidas en los países subdesarrollados. Salvo encircunstancias anormales (cuya existencia debería ser especificada), es improbable que la producción manufacturerasubvencionada en los países subdesarrollados suponga la asignación más eficiente de sus recursos o el método más efectivo depromover su crecimiento. Las implicaciones económicas de subvencionar la producción manufacturera se ven oscurecidas por lacostumbre de tratar la producción como un añadido neto al flujo de renta, ignorando el coste de los recursos absorbidos por lamisma. [245] La UNCTAD sugiere que los países subdesarrollados deberían conceder preferencia a los respectivos productosmanufacturados y establecer mercados comunes entre ellos. Tales políticas es probable que lleven a la proliferación de industriasde elevado coste a expensas de los consumidores y del crecimiento de la producción agrícola para el mercado y, por tanto, de laextensión de la economía monetaria. También es probable que restrinjan los contactos económicos con los países desarrollados,que son los principales canales a través de los cuales hay nuevas ideas, métodos, deseos, recursos y actitudes que alcanzan alos países subdesarrollados. La restricción de estos contactos es extremadamente perjudicial para el progreso material. Existe una tendencia a exagerar los beneficios que cabe esperar de los mercados comunes entre países subdesarrollados. Enmuchos de estos países no hay motivo para considerar los beneficios de la integración internacional cuando sus economíasdomésticas no se hallan integradas debido a costes de transporte elevados, a menudo prohibitivos, y debido a barreras tribales,sociales y étnicas a la movilidad ocupacional o geográfica. Muchos de los mayores países subdesarrollados como Brasil, Congo,Nigeria, India, Pakistán, Indonesia, a duras penas son mercados nacionales a todos los efectos. Además, como ya hemosseñalado, el éxito de Israel y Hong Kong como productores y exportadores de productos manufacturados muestra la pocaimportancia comparativa del tamaño del mercado interior como factor importante en la eficiencia económica. Aun cuando lacreación de mercados comunes entre los países pobres no restringiera los contactos económicos con países más desarrollados,con todo resulta irreal esperar que ello fomente el progreso material de los países subdesarrollados, puesto que una vez más setrata de una propuesta que no afecta a los determinantes subyacentes del desarrollo. Una reunión de gente pobre no suma una

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sociedad rica. 14. SUGERENCIAS DE LA UNCTAD SOBRE POLÍTICA INTERIOR La literatura de la UNCTAD se halla inevitable y principalmente interesada en los temas internacionales más que en laspolíticas internas. Sin embargo, aparecen algunas observaciones sobre política interior acerca de la necesidad axiomática de laplanificación del desarrollo, la necesidad del cambio institucional y la necesidad de desarrollar la industria manufacturera. [246] Los cambios institucionales previstos no son cambios de costumbres, actitudes y valores básicos tales como tenencia tribal ocomunal de la tierra o la inviolabilidad de la vida animal, o las restricciones al trabajo de la mujer. Los cambios previstos serefieren en gran parte a la expropiación de terratenientes o de gente rica en nombre de la reforma agraria y del fomento de laigualdad. Existen frecuentes referencias a la necesidad de eliminar el privilegio, tanto por razones sociales como con el fin deestimular el desarrollo. Sin embargo, como ya hemos señalado, los ejemplos más marcados de desigualdad material en muchospaíses subdesarrollados no tienen nada que ver con el privilegio en el sentido aceptado. En muchos países y regionessubdesarrolladas, la gente más rica al principio eran inmigrantes, como los chinos, indios y levantinos, que ciertamente norecibieron favores oficiales y que fueron generalmente excluidos de los principales sectores de la economía, en particular lapropiedad de la tierra y la administración. Las actividades de estos grupos generalmente han contribuido grandemente alprogreso material de sus países de adopción y, en muchos casos, incluso fueron en gran parte responsables del mismo. La supuesta necesidad de una industrialización patrocinada por el estado se deriva en gran parte de ciertas ideas generalesacerca de la producción manufacturera y acerca de las economías externas que se piensa generar, tema que ya hemos discutidoen el apéndice al capítulo II. Hay, sin embargo, ciertos argumentos específicos que destacan en la defensa de la misma por partede la UNCTAD. En primer lugar, sostiene el argumento, es precisa por el deterioro secular de las relaciones de intercambio de los productoresprimarios. Como hemos visto, no se ha producido tal deterioro secular. Cualquier incertidumbre acerca del curso futuro de lasrelaciones de intercambio, si bien puede constituir un factor en favor de la flexibilidad de la economía, no es motivo para unaproducción manufacturera patrocinada por el estado. El segundo argumento en pro de una industrialización subvencionada se basa en la necesidad de aminorar la presión de lapoblación, especialmente el paro rural, que se dice se halla muy extendido en los países subdesarrollados. Totalmente aparte delhecho de que el paro rural no es de ninguna forma general en los países subdesarrollados (por ejemplo, no constituyeclaramente un factor importante en las economías africanas), este argumento no es concluyente, porque no se sigue que ladesviación de recursos hacia la producción manufacturera haya de dar lugar a más empleo que el gasto en el desarrollo de laagricultura o en la mejora de las comunicaciones. [247] El tercer argumento examinado por la UNCTAD es la utilidad de la producción manufacturera para la extensión de lasespecializaciones técnicas. Pero por las razones apuntadas en el apéndice al capítulo II, en las condiciones de la mayoría de lospaíses subdesarrollados es muy probable que la producción agrícola para el mercado sea más efectiva para el desarrollo de loscambios de actitudes técnicas precisos para el progreso material que la producción manufacturera subvencionada.[ 248] La producción manufacturera es simplemente un tipo de actividad económica o más bien un conjunto variado de actividades.No constituye una categoría analítica; tampoco ofrece o supone un criterio definido respecto a las actividades que hay queescoger por ser instrumentos particularmente prometedores para el progreso material. La mayoría de las discusiones de la UNCTAD sobre producción manufacturera se hallan viciadas al tratar sus productos comoun añadido neto al flujo de renta, sin examen del coste económico o de la demanda del producto. Esta deficiencia, corriente en lamayoría de las actuales discusiones sobre temas económicos, es muy pronunciada en la literatura de la UNCTAD, especialmenteen sus numerosas y lisonjeras observaciones acerca del rápido progreso económico de las economías de tipo soviético, sinreferencia aquí a los niveles de vida generales. 15. CONCLUSIÓN Dado que las críticas de este capítulo son importantes, se plantea la cuestión de si las reuniones u organización de la UNCTADpodría reformarse lo suficiente para servir la finalidad de fomentar el desarrollo de los países pobres. En principio taltransformación sería posible. La conferencia o secretariado de la UNCTAD podría examinar asuntos tales como la asignación dela ayuda, para apoyar aquellos gobiernos cuyas políticas sea más probable que fomenten y eleven los niveles de vida generales

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y el bienestar de sus poblaciones en vez que promover objetivos totalmente desligados de esas finalidades. También podríaanalizar seriamente asuntos como la estabilización de las fluctuaciones de las rentas de los productores sin control estatal de laeconomía o las condiciones en que sea más probable que se reduzcan o eliminen las barreras comerciales. Aplicándose a talesasuntos, la organización de la UNCTAD podría hacer una contribución pequeña, pero quizá no insignificante, al progreso materialde los países pobres. Sin embargo, la probabilidad de una tal reconsideración de sus puntos de vista y actividades es remota. APÉNDICE: SELECCIONES DEL INFORME PREBISCH Aparte de excepciones menores, la literatura de la UNCTAD no se cita en este trabajo debido a que el carácter vago yenrevesado de los principales documentos habría hecho excesivamente larga la cita de pasajes representativos. Este apéndicereproduce algunos pasajes típicos del informe Prebisch sobre los temas relacionados con la disminución de las relaciones deintercambio, el papel de la financiación compensatoria y la vinculación de la ayuda a la planificación del desarrollo; con ello sepretende evitar la objeción de que las opiniones o pasajes discutidos en el texto no son representativos. En el informe Prebisch la mejora de las relaciones de intercambio de los productores primarios entre 1961 y 1964 se señalabrevemente, pero se descarta como temporal. Los siguientes pasajes son característicos: ¿Se puede argumentar que la tendencia general finalmente se ha invertido y que ya no hay ninguna necesidad depreocuparse por la posibilidad de un deterioro ulterior? ¿,0 deberíamos, por el contrario, enfrentarnos a este fenómeno con ungran sentido de previsión? [249] Sin embargo, para que la discusión técnica sea provechosa, tiene que ir precedida de una decisión política de la mayorimportancia, a saber, una decisión de transferir, de una forma u otra, a los países que exportan productos primarios la rentaadicional que acumulan los países industriales como resultado del deterioro de las relaciones de intercambio. [250] Desde un punto de vista pragmático esto significa reconocer que los países que experimentan un deterioro de las relacionesde intercambio tienen derecho prima facie a unos recursos internacionales adicionales, recursos además y por encima de los quehabrían recibido en el curso normal de los acontecimientos. Algunos aspectos de esta cuestión son bastante delicados y podríanllevar la discusión a un terreno estéril a menos que mantengamos por encima de todo en nuestras mentes estas consideracionespragmáticas (sic). Hablando en forma práctica, la situación es ésta: las ganancias exteriores de los países­en desarrollo­ ­hansufrido mucho por el deterioro de las relaciones de intercambio. A menos que estos países consigan obtener recursosadicionales, serán incapaces de conseguir la tasa de crecimiento razonable fijada como objetivo en sus planes. La situaciónempeorará aún más si las relaciones de intercambio se deterioran todavía más en el futuro. [251] Si bien la discusión acerca de la financiación compensatoria es ambigua en el informe Prebisch como en otros lugares de laliteratura de la UNCTAD, parece que tal financiación se contempla bajo dos aspectos: compensación por disminuciones a cortoplazo de los ingresos de la exportación que determinen un desequilibrio de la balanza de pagos y compensación por el deteriorode las relaciones de intercambio. La última se considera la categoría principal. La discusión se halla en las páginas 80­83 del informe Prebisch. El primer tipo de financiación compensatoria se prevé quesurja de ciertas medidas ya tomadas por el Fondo Monetario Internacional. El doctor Prebisch considera útiles aquellas medidasencaminadas a ayudar a superar disminuciones a corto plazo de los ingresos de exportación: ...pero no van al fondo de los problemas a largo plazo asociados con una tendencia decreciente de las relaciones deintercambio ... la comunidad internacional debería reconocer que tiene una clara responsabilidad hacia los países en desarrolloque han sufrido un deterioro de sus relaciones de intercambio ... ¿Con relación a qué punta en el tiempo deberían calcularse laspérdidas? ¿Sería suficiente asegurar a los países en desarrollo que no se verán sometidos a nuevas pérdidas con relación a losprecios actuales? ¿O deberían calcularse las pérdidas en relación a algún año anterior, cuando las relaciones de intercambioeran menos desfavorables para los países en desarrollo de lo que han sido recientemente? Compensar las nuevas pérdidas esimportante, pero no es suficiente; se ha de hacer algo para restablecer el poder adquisitivo de los países en desarrollo y nosimplemente evitar que se debilite ulteriormente [252] ... tal enfoque debería basarse en un estudio de los recursos potenciales de inversión perdidos por cada país como resultadodel pasado deterioro real de las relaciones de intercambio, el impacto de este deterioro en la balanza de pagos, los efectos deestos dos fenómenos sobre la tasa de crecimiento y cualesquiera otros factores que pueda ser aconsejable considerar en cadacaso particular. Este estudio sería preciso para determinar qué recursos internacionales adicionales deberían suministrarse con elfin de compensar a los países en desarrollo por los efectos negativos de las relaciones de intercambio.[ 253]

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... todo esto debería ser estudiado por expertos ... [Sin embargo] con el fin de evitar que los expertos sigan un caminoequivocado, tiene que haber una decisión política previa acerca de la transferencia de recursos ...[254] En otras palabras, el estudio del experto ha de ser un ejercicio de relaciones públicas con el fin de hacer aceptable y plausiblela decisión política de transferir recursos del mundo desarrollado al subdesarrollado. El flujo de ayuda, tanto general comofinanciación compensadora, ha de estar ligado a la planificación del desarrollo: El enfoque pragmático al que se acaba de hacer referencia sería más fácil si los países interesados tuviesen un plan dedesarrollo. Un plan de desarrollo generalmente se basa en el supuesto de que los precios de importación y exportaciónactualmente en vigor se mantendrán durante el período del plan. Bajo este supuesto se cuantifican las posibilidades demovilización de capital interior. [255] La necesidad de financiación compensatoria para mantener la integridad de los programas de desarrollo resultará por tantoevidente. [256] A la vista de esta explicación sobre el estrecho nexo entre la financiación compensatoria y los planes de desarrollo, secomprenderá que los recursos en cuestión no deberían asignarse normalmente de forma directa a los productores individuales. Sise hiciese así, no sólo se verían afectados negativamente los objetivos básicos del programa de desarrollo, sino que el problemadel deterioro de las relaciones de intercambio podría veis agravado en el futuro como consecuencia del incentivo que unrendimiento mayor ofrecería a los productores. [257] Los fondos compensatorios deberían constituir una adición neta a este objetivo (el "objetivo aceptado" del 1 por ciento de larenta nacional de los donantes como ayuda rutinaria), dependiendo la cuantía de esa adición de las relaciones de intercambio. Además, en vista de la pérdida total que representa un deterioro de las relaciones de intercambio, los recursos compensatoriosno deberían adoptar la forma de préstamos sujetos a pagos de amortización e intereses. [258] Es de esperar que los procedimientos de asignación de recursos suministrados como financiación compensatoria ayudarán adar a los países en desarrollo toda la razonable seguridad de que pueden contar con los fondos globales precisos para llevar acabo sus planes de desarrollo. [259] Al parecer, no están previstas la mejora de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados o la devolución de lafinanciación compensatoria a causa de relaciones de intercambio decrecientes. Además, las relaciones de intercambio factorialesno se tratan en ningún lugar del informe Prebisch ni, que yo sepa, en ninguna publicación de la UNCTAD. A la vista de la tendencia actual de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados y de su participación en elcomercio mundial en las últimas décadas, el informe Prebisch se tiene que considerar como simple ficción o propaganda política.

[Ir a tabla de contenidos]CAPITULO VIILA ECONOMÍA COMO FORMA DE ASISTENCIA TÉCNICA [260]

¿Hay lugar para el economista en un programa de asistencia técnica? ¿Es el conocimiento de la teoría y análisis económicosmodernos un componente útil o necesario en un programa destinado a promover el crecimiento económico de una economíaextranjera? Estas preguntas constituyen el tema de las siguientes observaciones que se refieren a los diversos aspectos de lacuestión y se desarrollan a distintos niveles de detalle y generalización. 1. ALGO DE TEORÍA RELEVANTE Hace algunos años lord Robbins, en un discurso sobre "El economista en el siglo XX", [261] trató de la participación de loseconomistas en la administración. Afirmó que el conocimiento de cuatro reglas elementales de economía era particularmente útilen este campo. En fecha más reciente, el profesor Simon Rottenberg, economista de gran experiencia en problemas dedesarrollo, expresó fundamentalmente el mismo punto de vista en materia de economía del desarrollo. [262] Por mi parte, coincido con estas afirmaciones. Sin embargo, hay que precisar qué se entiende por cuatro reglas elementales osimples fundamentos. Creo que con ello se quiere indicar problemas tales como la consideración de la oferta y la demanda en surelación funcional con el precio, y el coste como coste de oportunidad; la teoría de los precios relativos; las implicaciones de las

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ventajas y los costes comparativos y las relaciones funcionales entre los flujos de renta monetaria, el volumen de empleo y labalanza de pagos. Es evidente que estos principios son aplicables a la elaboración de política económica, especialmente a la valoración depolíticas económicas alternativas y a la eficacia de diversas medidas específicas. Son aplicables también en hacienda pública, enparticular al calcular la incidencia y otros efectos de los diversos impuestos y partidas del gasto público. Pero su campo seextiende más allá de estas importantes esferas. Por ejemplo, el reconocimiento de los efectos de los precios sobre la oferta, o dela presencia e importancia de los costes. es necesario para aseverar las consecuencias de medidas tales como la existencia delicencias a las empresas de transporte o industriales; el establecimiento de estándares físicos mínimos para los productos deexportación; el pago de precios uniformes a los productores, sin tener en cuenta su localización; la imposición de salariosmínimos; la prescripción de rentas o alquileres de terrenos propiedad de la administración a tasas uniformes, prescindiendo de sufertilidad y situación; y muchas otras medidas que afectan a las rentas, oportunidades y utilización eficaz de los recursos. El olvido de la importancia del coste explica en buena parte la contusión entre eficacia técnica y eficacia económica que vaimplícita en medidas tales como el establecimiento de estándares físicos mínimos para los productos de exportación y otrasmedidas similares adoptadas en muchos países subdesarrollados, incluidos aquellos cuyo gobierno dispone de asesoreseconómicos o incluso de servicios de planificación generosamente equipados. [263] No obstante, estas medidas, que pueden serperfectamente sopesadas sobre la base del razonamiento económico, ya que no tienen grandes consecuencias políticas ysociales, son a menudo costosas, en el sentido de que podría obtenerse un volumen dado de producto con un volumensensiblemente menor de recursos escasos, y sirven también para retrasar la expansión de la producción para el mercado y eldesarrollo de la economía de intercambio en muchos países pobres. Este retraso en el desarrollo de la economía de intercambiotiene funestos y trascendentales efectos para el crecimiento económico. El establecimiento de salarios mínimos por ley, por el trabajo organizado o por disposición del gobierno, es actualmente casiuniversal para las principales actividades de los países subdesarrollados. Estas medidas elevan los salarios por encima delprecio de oferta del trabajo; el precio de oferta indica su máxima participación en el producto, lo me a su vez refleja su escasezeconómica. La regulación de los salarios afecta considerablemente a la tasa de desarrollo, a las perspectivas de industrialización,al nivel de empleo y a la organización de la actividad económica en muchos países subdesarrollados. Los efectos e implicacionesde estas medidas no pueden calcularse debidamente si no se hace referencia a la teoría económica elemental. Incluso sin unainvestigación econométrica o estadística es posible hacerse una idea de factores tan importantes como la presencia o ausenciade monopsonio, los factores que afectan a la elasticidad de la demanda del producto, la elasticidad de la oferta de recursoscomplementarios o la elasticidad de la sustitución entre recursos. Pero sin un elemental conocimiento de economía se pasan poralto estos factores, como generalmente ocurre. Esta omisión hace a su vez imposible una selección de industrias para laimposición de salarios mínimos que asegure la consecución más eficaz de determinado objetivo político. El análisis económico elemental es también conveniente para muchos aspectos específicos de la asistencia técnica. Porejemplo, precios, costes y rendimientos son sin duda apropiados cuando hay que elegir entre técnicas agrícolas o industrialesalternativas. Los costes dependen de los precios de los factores y de las disponibilidades de recursos, y estas disponibilidadesson a menudo distintas para los diversos tipos de productores, incluso dentro de una misma economía o país. Así, por ejemplo, ladensidad óptima en las plantaciones de caucho es diferente entre las propiedades que operan con grandes capitales y mano deobra contratada a precios caros, por un lado, y las pequeñas compañías con capital reducido y sin mano de obra contratada, porotro; asimismo, la densidad óptima de plantación varía también con las diferencias previstas de precios y costes. Por ello, ladensidad óptima de plantación tan sólo puede determinarse habida cuenta de los factores económicos y técnicos. El restriccionismo se ha extendido considerablemente en los países subdesarrollados. Se dirige, en primer lugar, contra lasminorías étnicas y tribales distintas de los grupos que disfrutan de poder político; pero actúa de manera extensiva y no limitada adichas categorías. Estas medidas restrictivas perjudican fundamentalmente a las perspectivas de desarrollo de aquellos países,implican opresión para mucha gente, y con frecuencia exacerban las tensiones sociales y políticas. Un conocimiento razonablede la naturaleza y fuentes de renta, de la teoría de los precios relativos y de las implicaciones de las relaciones competitivas ocomplementarias entre los recursos ayuda a comprender las fuerzas que se hallan detrás de esas tendencias y también aanalizar algunos de sus efectos e implicaciones. Con pocas excepciones normalmente irrelevantes, las rentas representan la retribución a los poseedores de recursosproductivos por los servicios prestados y no un dinero sacado de otras personas sin rendimiento alguno. El punto de vistacontrario según el cual las rentas, especialmente las de determinados grupos, provienen de alguna manera de otras personas es

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políticamente influyente, popular y atractivo. Por razones conocidas, el atractivo es particularmente fuerte cuando los perceptoresde renta son minorías étnicas, propietarios o personas relacionadas con las industrias de servicios, incluido el comercio. Relacionado con este aspecto de la política práctica, aunque analíticamente diverso, está la naturaleza complementaria ocompetitiva de la relación económica entre diversos grupos, en el sentido del efecto que produce un cambio del volumen deactividades de un grupo sobre las rentas reales de otros grupos. La gente es generalmente sensible al elemento competitivo realo potencial de sus relaciones económicas con otros grupos, pero se halla inclinada a sobrevalorar el aspecto competitivo y asubestimar el complementario de estas relaciones. Esta asimetría en la percepción por parte de la gente de los beneficios ypérdidas derivados de las actividades de otros y la creencia de que las rentas de determinados grupos proceden de otros sin quehaya ninguna explicación económica son a menudo los principales factores existentes detrás de la justificación gubernamentaldel restriccionismo económico y de otras varias medidas contra determinados grupos y clases. Otros factores subyacentes a estasmedidas comprenden el fracaso en apreciar algunos de los más importantes aunque no inmediatamente obvios efectos delrestriccionismo, tales como la incidencia del coste del restriccionismo sobre aquellos que se hallan excluidos de la actividadrestringida, o los efectos del restriccionismo sobre el crecimiento de los recursos y el desarrollo en general. Otro factor determinante de dichas medidas es la creencia de que son necesarias para disminuir la pobreza o compensar ladebilidad del poder de negociación de la población local frente a los grupos extranjeros y minoritarios. Esta creencia ignora laincidencia de estas medidas sobre otros miembros pobres de la población local, con frecuencia más pobres que los beneficiarios.El peligro de explotación depende de la ausencia de alternativas, no, como a menudo se ha supuesto, de las diferencias deriqueza o de desarrollo comercial. Otra razón para una fácil aceptación de estas medidas es la excesiva simplificación delconcepto del interés de la población local, considerado homogéneo y divergente, o incluso opuesto, al interés de los extranjeros yminorías. Este punto de vista ignora muchas de las complejidades existentes en el concepto de interés de grupo; por ejemplo,ignora el hecho de que las actividades de grupos extranjeros o minoritarios suelen ser complementarias de las de la mayoría dela población local, si bien pueden ser competitivas con las de algunos grupos de dicha población. Cuando el restriccionismo sedirige contra grupos étnicos o lingüísticos distintos del grupo dirigente, juegan también un papel el tribalismo y la xenofobia. Estasdiversas influencias, especialmente la noción de que las rentas son extraídas de otros en vez de ganadas han contribuidofundamentalmente a las medidas dirigidas contra grupos favorecidos materialmente pero desprovistos de poder político enmuchos países pobres. Los simples enunciados de la economía son también necesarios para el uso eficaz de sus técnicas más avanzadas. Por ello laadopción de técnicas de planificación sumamente elaboradas o de técnicas de valoración de proyectos es inapropiada si en elproceso de aplicación a determinados proyectos o sectores se prescinde de los empleos alternativos de los recursos. No se tratade que los recientes adelantos del análisis económico no sean importantes y aplicables a los problemas de los paísessubdesarrollados, sino que su utilización es errónea o incluso perjudicial si va acompañada de una negligencia o ignoranciaaparente de las más elementales, pero básicas, consideraciones económicas y de un olvido de las implicaciones de la baseinstitucional. Si un conocimiento firme de los principios fundamentales es signo de experiencia, su olvido refleja falta de experiencia. Pareceparadójico que, a pesar de los importantes adelantos técnicos en muchas ramas de la economía y del enorme interés (o por lomenos producción) de la economía del desarrollo, exista actualmente una falta fundamental de experiencia básica en esta ramade la materia. La avidez con que los especialistas en economía del desarrollo acogen —o parecen acoger— las últimas sutilezasen teoría y análisis económico está fuera de lugar si al mismo tiempo olvidan las más elementales consideraciones económicas einstitucionales. 2. ALGUNAS AMBIGÜEDADES Al igual que muchas otras disciplinas científicas, las ciencias sociales descansan en gran parte en conceptos abstractosgenerales. Pero mientras en algunas otras disciplinas, especialmente en matemáticas y ciencias naturales, los conceptosabstractos son utilizados de manera coherente y precisa, no ocurre lo mismo en economía. Términos como capital, inversión,estabilización o planificación, por ejemplo, se utilizan a menudo en varios sentidos. Planificación y estabilización, en particular,son objeto de frecuentes interpretaciones diversas e incluso diametralmente opuestas. Como dice sir Isaiah Berlin, estosconceptos son tan porosos que prácticamente no existe interpretación que no pueda serles aplicada. La porosidad de estosconceptos hace que, sin una definición más apurada, sean inútiles para servir de guía a la política económica o a la adopción dedecisiones específicas: cualquier medida puede hallar su justificación en una u otra de esas interpretaciones contradictorias.Estas contradicciones traen como consecuencia una confusión de los diferentes objetivos políticos y esto, a su vez, lleva a la

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adopción de medidas ineficaces, es decir, medidas destinadas a no lograr sus objetivos específicos. La consistencia en el uso detérminos y conceptos puede ayudar a evitar peligros tales como la yuxtaposición corriente de la idea de que los productores delos países pobres no responden a los incentivos a la insistencia en que hay que subvencionar ciertas actividades para fomentarsu expansión. En la discusión económica contemporánea abundan ejemplos de interpretaciones contradictorias y de la consecuenteconfusión de objetivos. Por ejemplo, se ha puesto de manifiesto una confusión de objetivos en las discusiones nacionales einternacionales sobre la estabilización de precios y rentas: a nivel nacional, entre una moderación de las fluctuaciones de preciosy rentas, por un lado, y ahorro forzoso o deflación, por el otro; a nivel internacional, entre un alivio de la pobreza, la moderación delas fluctuaciones y el aumento monopolista de los precios. 3. EL VALOR DE LA HISTORIA ECONÓMICA La experiencia histórica de algunas economías no ha de servir necesariamente como base para una determinada políticaeconómica en un lugar y tiempo distintos. Sin embargo, en muchos sentidos es necesario un conocimiento algo profundo de lahistoria. En el sentido más amplio, se requiere un conocimiento de la historia, ya de una economía en particular o de otraseconomías, para obtener antecedentes ciertos sobre los aspectos y fases del desarrollo, los orígenes y funcionamiento de lasinstituciones, la base, ejercicio y resultados de determinadas políticas y sobre la conducta y respuesta de individuos y grupos.Generalmente, se requiere un registro exacto de evidencias empíricas para formular hipótesis válidas, incluidas las hipótesisacerca de los resultados probables de las diversas medidas que puedan adoptarse. Un conocimiento de la historia económica es también útil para ilustrar los problemas del desarrollo. Habitualmente se requiereun conocimiento de la historia del país para comprender la fuerza y funcionamiento de muchas de sus instituciones, que afectan asu desarrollo material. Los orígenes, desarrollo y significado de la casta y del carácter sacro del ganado en la India indostánicason ejemplos de ello. Asimismo, un conocimiento razonable de la historia económica de Europa y el Mediterráneo desde la EdadMedia es útil para comprender la transformación económica y social en muchas partes del mundo contemporáneo. Los ejemploscomprenden, entre otras cosas, el papel de las minorías (incluidas las minorías sin derechos políticos) en el desarrolloeconómico, los acuerdos sociales y políticos más idóneos para promover el desarrollo material, los efectos de los contactoseconómicos internacionales en el desarrollo de sociedades técnicamente más atrasadas, las interrelaciones entre institucionessociales, políticas y jurídicas, las influencias más aptas para modificar las actitudes y valores tradicionales, el papel de losdiversos tipos de capital extranjero en el desarrollo económico y así sucesivamente. El reconocimiento de la existencia de muchos siglos de progreso material en Europa occidental antes de la fecha fijadaconvencionalmente para la revolución industrial y del avanzado estado de desarrollo social, económico y técnico de Europa enlos siglos XVII y XVIII o del Japón en el siglo XIX, afecta a muchos problemas del actual mundo subdesarrollado. De igual modo,al determinar la aplicabilidad e importancia para los países subdesarrollados de la experiencia de otros países de Europaoccidental, Norteamérica, la Unión Soviética, China o Japón, se hace necesario un conocimiento razonable de la historia dedichas economías. Estas cuestiones no pueden valorarse a través del análisis formal, el razonamiento a priori o la observaciónlimitada al panorama contemporáneo. En general, un conocimiento de la historia económica resulta útil o incluso necesario para comprender las exigencias delprogreso material y su perspectiva temporal. Esta consideración abarca aspectos tan diversos, pero tan importantes, como lascualidades humanas requeridas para la transformación de Norteamérica de un continente vacío en la economía más avanzadadel mundo, el largo período de desarrollo en Europa y en la región mediterránea antes de la revolución industrial, y losnumerosos ejemplos de decadencia de economías desarrolladas en el curso de la historia. Este último es un fenómeno casienteramente ignorado en la literatura contemporánea sobre desarrollo. Incidentalmente, este fenómeno es compatible con la tancontrovertida noción de una causalidad acumulativa de operación general. Hay muchos otros aspectos específicos en el campo de la asistencia técnico­económica que, para poder apreciarse, requierenlas perspectivas de la historia económica. Un conocimiento de la historia de muchas regiones subdesarrolladas durante elpasado siglo, por ejemplo del África occidental y oriental y de Birmania desde 1880, ayuda al observador a advertir los problemasque plantea el impacto de un cambio rápido desigual. De igual modo, un estudio de la historia económica ayudará también acentrar la atención en nociones tales como la idea tan controvertida de que los contactos económicos entre países desarrolladosy países pobres perjudica a las perspectivas de estos últimos (la pretendida operación adversa del efecto demostracióninternacional), o de que la misma pobreza levanta obstáculos insuperables para su propia conquista (el círculo vicioso de la

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pobreza). A veces también es posible aplicar con buenos resultados técnicas relativamente avanzadas de análisis económico yeconométrico a una situación previamente puesta de relieve por un cuidadoso estudio histórico, esto es, por una preparación delterreno mediante un estudio histórico, lo que implica un empleo de las fuentes primarias. Cuando el resultado es bueno, esteprocedimiento puede arrojar luz sobre el proceso de desarrollo en las etapas cruciales del progreso económico de un país,incluido el análisis de la procedencia de algunos de los recursos que han promovido o acompañado estos cambios. [264] En conjunto, un razonable conocimiento de la historia económica es un importante elemento del bagaje intelectual deleconomista que actúa como asesor en cuestiones generales de desarrollo (aunque no para aquellos economistas que trabajanen un campo restringido, como, por ejemplo, los asesores de determinados proyectos técnicos). 4. EL PROBLEMA DEL "CETERIS PARIBUS" El interés de la experiencia histórica va unido a una cuestión muy importante, que cabalga, por un lado, entre la metodologíaeconómica y, por otro, los principales problemas de la política de desarrollo. Esta cuestión es la de la debida utilización delinstrumento del ceteris paribus, "permaneciendo iguales las demás cosas": ¿cuáles son las variables que hay que escoger parasu estudio y, a la inversa, cuáles son lías influencias y factores que pueden omitirse, ya en el sentido de ser explícitamenteseñalados como pará­ metros o de ser totalmente ignorados? La expresión ceteris paribus resulta necesaria en el análisis económico para reducir a proporciones manejables la complejarealidad de la vida económica, es decir, para posibilitar el análisis de la relación existente entre un número limitado de variablesespecíficas, escogidas entre los numerosos factores que afectan a una situación dada. La aceptación de esta expresión ha ido amenudo acompañada de una cierta inquietud, fundada, por un lado, en el hecho de que todos los elementos de una economía sehallan interrelacionados, de modo que cualquier cambio en uno de dichos elementos afecta a todo el conjunto (es decir, lo demásno puede permanecer igual), y, por otro, en el hecho admitido de que las condiciones cambian constantemente, especialmente enel proceso de desarrollo. Se han formulado también repetidas dudas acerca de si, admitida la necesidad de adoptar el ceterisparibus, las variables desechadas pueden tener una significación operativa mayor que las escogidas para el estudio. Estasconsideraciones pueden limitar de manera sustancial el poder explicativo de un método que descansa fundamentalmente en elceteris paribus. Esta limitación es aplicable tanto al análisis del equilibrio parcial (que ignora las repercusiones de las variablesestudiadas sobre el resto del sistema, así como los cambios en las condiciones básicas del sistema), como a los modelosmacroeconómicos (que ignoran las relaciones entre las variables agregadas sólo con fines de análisis macroeconómico, asícomo los cambios en las condiciones básicas del sistema). Estos problemas y dudas acerca de la adecuación y limitaciones delas variables escogidas para el análisis frente a las tratadas paramétricamente, son particularmente significativos en la economíadel desarrollo, que trata de sistemas completos en que los elementos se hallan interrelacionados y examina estos sistemas encondiciones de cambio. Necesidades, recursos (especialmente recursos humanos) y tecnología son a menudo tratados paramétricamente en ladiscusión económica. En muchos casos esta práctica es buena, si bien, incluso en el análisis de estática comparativa delequilibrio parcial, no siempre es útil. Por ejemplo, el bien conocido fenómeno de irreversibilidad de las curvas de oferta ydemanda da idea de las limitaciones del tratamiento paramétrico de las necesidades o de la tecnología en algunas aplicacionesdel análisis del equilibrio parcial. Cuando consideramos problemas de desarrollo económico, especialmente los de política dedesarrollo, debemos notar que las variables ordinarias del moderno análisis micro y macroeconómico y las medidas políticasdestinadas a actuar sobre estas variables, muy a menudo y quizá de modo general, afectan a los factores tratadosparamétricamente en la teoría económica. El cambio de las variables afecta también a los parámetros. En la elección de variables para examen juega un papel tanto la comodidad del análisis y exposición, como la naturaleza delsistema a investigar y la relativa significación operativa de sus elementos en el problema objeto de examen. En buena parte de laliteratura contemporánea sobré' planificación del desarrollo y asistencia técnica, especialmente en los modelos contemporáneosde crecimiento, que han influido considerablemente en la literatura, las principales variables que se examinan son generalmenteel output total, el stock de capital, el gasto de inversión, el consumo y la población. Necesidades, recursos y tecnología son amenudo (aunque no invariablemente) tratados paramétricamente. [265] Las aptitudes y comportamientos humanos, lasinstituciones sociales, las costumbres y actitudes y los contactos externos, que sin duda tienen gran importancia y a menudo sonfactores decisivos en el progreso material, o se encierran conscientemente en ceteris paribus o suelen ignorarse. Un tratamiento así quizás pueda ser apropiado (si bien incluso esto es dudoso) en el análisis de sociedades altamente

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desarrolladas e industrializadas, imbuidas por la economía monetaria; pero es ciertamente insuficiente para explicar la tasa dedesarrollo de los países subdesarrollados, o para formular políticas para su progreso. Estos parámetros y su interacción con las variables convencionales cambian a través del tiempo de un modo que en general esdifícil y a menudo imposible predecir. Un conocimiento razonable de la historia económica y una buena observación directa dedeterminadas sociedades son indispensables para distinguir y pronosticar de manera eficaz la interacción de variables yparámetros, los cambios de estos parámetros y también los cambios en su interacción con las variables. 5. VARIABLES Y PARÁMETROS La acción de las variables convencionales y de las medidas destinadas a influir sobre estas variables suele afectar, y confrecuencia de modo sustancial, a las causas determinantes del desarrollo. Estas repercusiones suelen ignorarse en una discusiónconvencional. Asimismo, el énfasis puesto en los agregados por los modelos macroeconómicos ha oscurecido la interacción delos componentes de estos agregados que, a veces, es altamente significativa para el fomento del desarrollo. El énfasis en losmodelos de crecimiento y los agregados ha favorecido también la expansión de un análisis económico en que los precios ycostes absolutos o relativos carecen de lugar y son simplemente ignorados. Permitidme gire me detenga en algunas de estas cuestiones, que son sin duda significativas para el valor de la economíacomo forma de asistencia técnica. Al asegurar los principales efectos de los cambios en el nivel y dirección de la imposición fiscal,del gasto público o del establecimiento o supresión de controles específicos sobre el desarrollo, no es suficiente examinar losefectos directos sobre las variables convencionales, tales como el volumen de los fondos para inversión, el nivel de consumo o laoferta de trabajo. Corno ya hemos señalado en varias ocasiones, dichas medidas afectan a la movilidad laboral y geográfica(incluido el incentivo y capacidad de la gente para establecer nuevas empresas), a la dirección y volumen de los contactosregionales e internacionales y al movimiento de personas, mercancías e ideas. Estos contactos y flujos afectan, a su vez, aldesarrollo de nuevas necesidades, métodos y producciones e influyen también las actitudes, costumbres y valores establecidos.Las repercusiones en estas causas determinantes del progreso material son a menudo más profundas y vastas que los efectosdirectos que se producen a través de las variables convencionales. De igual modo, cuando se examinan los posibles efectos(favorables o desfavorables) en el desarrollo económico de un aumento del control político sobre la vida económica, deberíantenerse en cuenta factores tales como las repercusiones en la situación y perspectivas de las minorías étnicas, la desviación delas energías de los hombres de empresa, de la vida económica a la política, los efectos en la cohesión social, el reforzamiento odesintegración de las actitudes tradicionales y los probables efectos en las diversas instituciones sociales. Existen dificultades para el tratamiento sistemático o formal de algunas de estas principales causas determinantes deldesarrollo económico, especialmente las aptitudes humanas, las instituciones y actitudes sociales y el papel de las minoríasétnicas y los inmigrantes. Las dificultades incluyen además el problema planteado por el espacio de tiempo en el que estosefectos se hacen sentir o manifiestan. Sin embargo, puede ser eventualmente viable incorporar por lo menos algunos de estosfactores en el análisis económico sistemático del desarrollo, aun cuando la cuantificación resulte impracticable. El estudioempírico del tipo de bien o servicio idóneo como incentivo en varias sociedades puede dar resultados interesantes. Deben recordarse también los peligros de una excesiva simplificación en el análisis agregado. El importante papel que juegaun mayor y más variado nivel de consumo en la inducción de un mayor esfuerzo económico en materia de ahorro, inversión,innovación e iniciativa puede muy bien olvidarse cuando se trata el consumo como un agregado homogéneo sin examinar sucomposición o la interrelación de sus componentes, o la cuestión de si el consumo y la inversión son competitivos ocomplementarios en el conjunto de la actividad económica (en el sentido de que un aumento de uno de ellos puede originar unaumento o disminución del otro). 6. SELECCIÓN DE VARIABLES La economía como forma de asistencia técnica se enfrenta con un buen número de limitaciones. La primera limitación, oconjunto de limitaciones, es inherente a toda materia técnica y consiste en la imposibilidad de llevar a cabo una valoraciónconcluyente de los méritos de cualquier política únicamente sobre la base del razonamiento técnico. Los méritos de unadeterminada política, comparados con los de otras políticas, dependen de sus probables efectos sobre el conjunto de la situaciónsocial. Estos efectos probables no pueden calcularse normalmente con certeza si se toma únicamente como base elrazonamiento técnico, especialmente si se trata de un informe técnico sobre una cuestión determinada. El razonamiento técnicopuede ayudar a calcular el comportamiento de determinadas variables e influencias bajo el efecto de una determinada política.Pero estas variables suelen afectar y a su vez ser afectadas por otros factores, algunos de los cuales se encuentran fuera de la

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esfera de acción o de la especial competencia del experto, que no puede por tanto valorar correctamente los probables efectos dela política económica en el conjunto de la situación social. Por otra parte, la valoración de los méritos de diferentes actuacionesdepende de juicios de valor, especialmente de preferencias entre diferentes tipos de sociedades. Y estos juicios de valor influyena menudo no sólo en las opiniones acerca de los méritos relativos de los distintos resultados, sino que pueden también influir, demanera encubierta o subconscientemente, en el cálculo de los costes probables y de los efectos y repercusiones de las distintaspolíticas económicas. Esta limitación no afecta de manera igual a todas las medidas, propuestas o discusiones de política económica. Por ejemplo,medidas tales como la prescripción de estándares físicos mínimos para los productos de exportación pueden valorarse demanera mucho más eficaz mediante el razonamiento económico que otras medidas de alcance mayor, como la imposición fiscalespecial destinada a incrementar el gasto de inversión del estado (ahorro forzoso). Pero incluso cuando el solo razonamientotécnico es insuficiente para valorar los méritos de una determinada política económica, a menudo es adecuado utilizar dichorazonamiento técnico para señalar que los argumentos en favor de determinadas políticas económicas ignoran los costes, o sonincompatibles con los argumentos invocados para sustentar otras políticas, o son susceptibles de interpretacionesconsiderablemente distintas o incluso contradictorias. En un sentido más general, cuando las políticas económicas se hallansustentadas por argumentos basados en el razonamiento técnico es justo examinar los argumentos en el mismo nivel. Existe un armazón analítico en la economía que le da por lo menos una potencial firmeza y le sirve para justificar su pretensiónde ser la reina de las ciencias sociales. Pero esto también engendra algunos hábitos y actitudes mentales característicos de loseconomistas, especialmente de los economistas teóricos, de modo parecido a las perspectivas y actitudes de los físicos cuandoexaminan dichos objetivos. Por razones que son tema principal de los libros de texto, los economistas muchas veces tienen quetrabajar con modelos enormemente simplificados del mundo real en los que se formulan unas cuantas hipótesis con el fin deproporcionar un esquema predictivo mediante el aislamiento de factores implícita o explícitamente considerados como cruciales ocríticos. Sin embargo, de hecho se escogen las variables más por su conveniencia lógica e idoneidad para su tratamiento por elmoderno análisis económico que por su importancia o significación como causas determinantes. Estas últimas características soncon frecuencia difíciles de establecer de manera concluyente o convincente ante la falta de experimentos. Esta dificultad se sumaa los atractivos de la simplificación. En particular, la elección de variables es susceptible de presentar sesgos en favor de las quepermiten y favorecen la simplificación del análisis. La predilección por la simplificación y el tratamiento mediante el análisis formalha llevado también a descuidar la observación directa de la complejidad de situaciones, la importancia e interés de losantecedentes históricos y la intervención de factores contingentes. Mientras la elección de variables, fundada en la conveniencialógica, simplificación o elegancia del análisis, es a menudo fructífera en las ciencias naturales, no suele ser así en los estudiossociales, donde el reconocimiento de la complejidad de un problema es indispensable para la obtención de resultados válidos,especialmente de resultados con valor predictivo. Estas consideraciones son particularmente atinadas cuando el análisis debe servir de base a una actuación y másespecialmente cuando se aplica a una situación institucional fuera de lo ordinario. En la práctica, todo el proceso de construcciónde modelos, especialmente las deducciones sacadas de los modelos, va a menudo más allá de una simplificación útil y necesariay llega a conclusiones tan extrañas a la realidad que son una parodia y no una aclaración de los problemas que se discuten. Enbuena parte de la literatura sobre el desarrollo estas conclusiones, destinadas a servir como base de acción, se hallan confrecuencia lejos de la realidad, primero, porque los supuestos se separan de las causas determinantes más importantes y, luego,porque una solución, en el sentido de una resolución o desarrollo de situaciones sociales y políticas, no puede derivar tan sólo deun razonamiento técnico. Estos problemas son complejos: se hallan afectados por innumerables variables de significado diverso,que actúan con distintos retardos temporales; están sujetos a desplazamientos de parámetros; los parámetros se hallan muchasveces afectados por las variables y por las políticas económicas destinadas a modificarlas; y comprenden conflictos de interesesque no pueden resolverse sobre una base lógica. Las principales causas determinantes del progreso material no interesan actualmente al análisis económico formal; lasaptitudes y actitudes humanas, las instituciones y costumbres sociales, los sistemas y compromisos políticos, el acceso a loscontactos externos y la posesión de recursos naturales y de acceso a ellos. Como ya he indicado, es difícil decir si estasimportantes causas determinantes pueden sujetarse a las técnicas actuales y a la teoría del análisis económico, pero lo cierto esque no lo están en la actualidad. La abstracción de estos factores es apropiada en la mayor parte de la moderna teoría micro ymacroeconómica, y la validez de cuyas conclusiones no es afectada por ello. Pero esto no justifica su descuido en la economíadel desarrollo. Hay aquí un límite significativo a las potencialidades de la economía, especialmente de la economíacontemporánea, como instrumento de asistencia técnica. Su aplicación puede incluso ser perjudicial cuando ignora las

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repercusiones sobre los principales factores determinantes del desarrollo de las políticas económicas destinadas a influir a lasvariables convencionales, menos decisivas. El objeto e implicaciones de los párrafos precedentes no es una crítica de la teoría de la abstracción y simplificación, ni de lainclusión de supuestos irrealistas o la exclusión de supuestos realistas en el análisis económico. La simplificación y la abstracciónson lo que perseguimos en el trabajo científico y su utilidad está fuera de duda. La crítica se dirige a la construcción y elaboraciónde modelos que ignoran de manera evidente factores y fuerzas que deberían tenerse en cuenta. Por otro lado, estos modelos nohan dado lugar a predicciones constatables que puedan ser desmentidas por los hechos. Hasta ahora tampoco han servido paradar explicaciones fiables de los acontecimientos históricos y de las situaciones contemporáneas o, incluso, puntos de vistainteresantes. No obstante, se ha llegado a utilizar estos modelos o sus derivados con gran frecuencia: las principales políticas yplanes se basan en modelos, antes de que se haya establecido de algún modo su idoneidad, y a pesar de que en muchosaspectos las relaciones implicadas por los modelos ignoran o tergiversan hechos fácilmente comprobables. Varios autores, de entre los que más han aportado al desarrollo de los modelos de crecimiento, reconocen las limitaciones dedichos modelos, especialmente las derivadas de su carácter sumamente simplificativo y abstracto. Mi crítica se debeprincipalmente a que otros autores (y muchas veces influyentes) hayan ignorado estas limitaciones y en la práctica hayan tratadode aplicar dichos modelos a situaciones en las que la abstracción y la simplificación que implican los hace inaplicables: en lugarde tratarse de simplificaciones útiles, que expongan las partes esenciales de los problemas y de los fenómenos, se convierten enparodias que apartan la atención de los puntos esenciales y oscurecen los objetivos. Por otro lado, estos modelos se utilizan aveces para proporcionar una base intelectual espúrea a políticas económicas capaces de frustrar su propios fines aparentes.Existen ejemplos de utilización de modelos que insisten en la importancia de un crecimiento de la formación de capital comocondición para un aumento de las rentas y mejora de los niveles de vida, insistencia que se utiliza para justificar el trabajoobligatorio, imposición fiscal especial o una restricción de los contactos externos o de la emigración, todo ello fundado en elargumento de que el incremento del gasto de inversión, posible gracias a estas políticas económicas, mejorará en el futuro losniveles de vida de los pueblos a los que se aplican dichas políticas. 7. IMPORTANCIA DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Hice notar anteriormente la importancia del conocimiento de algunos principios simples, pero fundamentales, de la economía.Son dos las razones en las que se funda mi insistencia sobre este asunto; pero me gustaría antes resaltar una característica de laeconomía que puede servir para prevenir determinadas objeciones a lo que sigue. Esta característica es la de que en economía el progreso va a menudo seguido de una importante recaída, de una nuevaaceptación de errores ya demostrados. Este fenómeno ha sido notado por economistas tan dispares, en cuanto a perspectiva eintereses, como D. H. Robertson, el profesor Milton Friedman y el señor G. D. N. Worswick. Dicha característica revela unadificultad en la utilización de la economía como forma de asistencia técnica. En tecnología o en una materia técnica losespecialistas se basan en ideas y métodos acordados y establecidos de antemano y avanzan a partir de estas basesestablecidas. Esta condición se da mucho menos en economía, incluso a nivel elemental. La primera razón para insistir en los elementos simples de la economía es el error que cometen a menudo los economistas alvalorar las dificultades de los profanos (incluso si son inteligentes, cultos y experimentados) para el manejo de ideas y conceptoseconómicos. Generalmente los que no son economistas, los políticos y gobernantes en particular, encuentran a menudo difícilconsiderar la oferta, la demanda y el precio como una relación funcional, o reconocer o admitir el concepto de las alternativassacrificadas, o recordar la consideración conexa de que, debido a que el problema económico es un problema de asignación y node prioridades, el significado económico de una unidad de un bien depende más del número que de la clase. A menudo tambiénpasan por alto la aplicabilidad de distinciones tales como la que existe entre rentas de escasez, por un lado, y beneficiosmonopolísticos, por el otro. Estas dificultades explican en parte el carácter artificioso de la economía elemental que, si bien no presenta serias pretensionesintelectuales, escapa muchas veces a los profanos que tratan de abordarla, de modo parecido a como una pastilla de jabón, alcaer en la bañera, se escurre entre los dedos de la persona que trata de cogerla. La segunda razón, y mucho más preocupante, que justifica la necesidad de subrayar la importancia de los enunciadosaparentemente trillados y elementales de la economía residen en el hecho de que en los últimos veinte años los propioseconomistas han ignorado a menudo dichos enunciados. Este descuido es particularmente notable en la literatura sobre eldesarrollo, especialmente en las obras sobre asistencia técnica, que abundan en ejemplos de olvido de las simples relaciones de

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la economía elemental.[266] Se halla también muy extendida la práctica de tratar una actividad o un output como una adición neta al output total, renta oriqueza, sin tener en cuenta los empleos alternativos de los recursos, es decir, el coste. Este procedimiento es casi universal en laliteratura contemporánea sobre la industrialización patrocinada por el estado y sobre el establecimiento de sociedadesmercantiles nacionales, estatales o subvencionadas por el estado, en que raramente son objeto de discusión las fuentes outilizaciones alternativas del capital requerido. Otro ejemplo destacado de la práctica de descuidar los costes lo ofrece laterminología o nomenclatura de numerosas organizaciones e instituciones oficiales denominadas bancos de desarrollo oagendas de desarrollo en los países subdesarrollados. Sus fondos suelen proceder en gran parte de la imposición (a veces deempréstitos garantizados oficialmente) sobre actividades productivas, principalmente la producción y comercialización decosechas para el mercado, instrumento principal del progreso material, en los países subdesarrollados. Estas institucionesfinancian a menudo actividades políticamente populares pero antieconómicas, o partidos políticos, o el gasto de personasinfluyentes. El llamarlas organizaciones de desarrollo prejuzga los resultados de sus operaciones. Olvidar el coste de los recursospuestos a disposición de estas organizaciones (en el sentido de usos alternativos de estos recursos) impide una valoración válidade sus actividades. [267] No obstante, un reconocimiento firme de que los recursos son limitados y de que sus usos tienen que ser valorados entérminos de alternativas sacrificadas es quizá la idea más fundamental en economía. Su omisión afecta al fondo de la cienciaeconómica como doctrina sistemática. En general se lee más acerca de necesidades, demandas y ofertas (casi con un lenguajemilitar, y un lenguaje militar pasado de moda), que acerca de la oferta y demanda como función de los costes, precios y rentas. La omisión de las proposiciones económicas elementales se ha extendido actualmente a la macroeconomía. Un ejemplo, o unaserie de ejemplos, lo ofrece la frecuente —casi habitual— costumbre de tratar la situación de la balanza de pagos y lasperspectivas de los países subdesarrollados sin hacer referencia a las políticas monetarias, o a los efectos de los preciosinteriores, rentas o tipos de cambio en el volumen de las importaciones y exportaciones. Por otro lado, una reducción del volumende exportaciones de una mercancía de un país se considera a menudo como prueba de una disminución de la demanda de dichamercancía, lo cual crea una confusión entre la oferta proveniente de una fuente y la demanda total. Estos errores se ven muchasveces en obras aparentemente muy elaboradas y técnicas. Estos y otros de efectos mencionados en este ensayo no seencuentran, desde luego, en toda la literatura sobre desarrollo, pero están muy extendidos, especialmente en la literaturaacadémica y oficial más difundida e influyente. Hay dos puntos relacionados con esta omisión de los métodos y proposiciones elementales de la economía en los que megustaría detenerme un momento. El primero es quizá de aclaración. El peso de mi crítica se dirige al hecho de que simplementese ignoren estas importantes proposiciones y no al hecho de que se examinen de nuevo y se desechen a la luz de lasubsiguiente información, o de que se consideren inaplicables en un caso particular. El segundo se refiere a que este olvido delos principios elementales de la economía va a menudo acompañado de un olvido igualmente notorio de la simple evidenciaempírica. Por ejemplo, un tema frecuente de las obras más destacadas sobre desarrollo es la pretendida presencia de un círculovicioso de la pobreza, esto es, la idea de que la misma pobreza levanta obstáculos insuperables a su propia superación, lo cualpuede tan sólo remediarse mediante la afluencia de recursos externos en forma de donación o ayuda. Esta tesis es incompatiblecon la evidencia empírica más obvia, incluido el fenómeno del desarrollo como tal. Estos errores impiden el establecimiento deuna base empírica razonable para la economía del desarrollo y tienen también importantes implicaciones para la políticaeconómica. Por ejemplo, durante la pasada mitad del siglo, como consecuencia del impacto de un cambio rápido y desigual, hansurgido serios problemas que requieren la intervención del estado en muchos países pobres. Es evidente que no se plantearíanen una sociedad paralizada, atrapada en el círculo vicioso de la pobreza. El olvido de proposiciones comúnmente aceptadas de economía elemental y procedentes de la evidencia empírica ha hechoque muchas de las principales publicaciones sobre desarrollo sean inútiles o confusas parodias de la realidad: en lugar deaclarar el panorama confunden los hechos. De igual modo, estas publicaciones apartan el interés de la importancia de laeconomía y de las posibilidades de vigorizar las fuentes del progreso material. Así, buena parte de la literatura sobre economíadel desarrollo en lugar de fomentar ha retrasado el progreso de un campo de estudio posiblemente de gran interés intelectual eimportancia práctica. 8. MENOSPRECIO DE LOS ESTÁNDARES Existen serias dificultades para introducir y quizás incluso para mantener unos estándares seguros y previamente convenidos

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en análisis económico, en la utilización de conceptos, procedimientos y en la aceptación de conclusiones. Las dificultadesemanan en gran parte de la falta de experimentos, de la variabilidad de los parámetros, de los problemas de selección de lasvariables apropiadas, de los usos y limitaciones de la observación directa y de la intrusión de influencias políticas en unadiscusión claramente técnica. En la economía del desarrollo la actuación de estos factores se ve reforzada por la importanciaevidente de las causas determinantes no fácilmente susceptibles de análisis económico, por la interacción de variables yparámetros, por el desconocimiento de la organización institucional y por los costes y dificultades especiales de la observacióndirecta, así como por las escasas garantías que ofrecen las estadísticas recogidas por otros y muchas veces en circunstanciaspoco propicias. La observación directa y las fuentes primarias se han descuidado en buena parte de la literatura del desarrollo.Como resultado de este descuido, los economistas del desarrollo a menudo analizan sociedades, sistemas y situaciones que noconocen; literalmente, no saben de lo que están hablando. Los obstáculos para la adopción de un razonamiento técnico y de las actitudes apropiadas para ello se ven acentuados en estecampo por un interés abrumador por la política, incluso más intenso y generalmente sentido que en otras ramas de la economía.Esta preocupación es tan profunda que con frecuencia ha prestado un carácter evangelizador y casi mesiánico a buena parte dela discusión, lo cual no es apropiado tratándose de una materia técnica. [268] La economía debe mucho, incluido su nacimiento y gran parte de su actual apoyo financiero, a las preocupaciones por losproblemas de política económica, tanto por parte de los especialistas en la materia como por parte del público en general. Larelación entre el interés público y los recursos disponibles para estudio e investigación aparece clara en la economía deldesarrollo. Este interés ha servido a veces para fijar la atención en el examen de objetivos esenciales y no en trivialidades. Peroesta preocupación por la política económica ha contribuido a crear una confusión entre el desarrollo de la política económica y elprogreso del conocimiento (o, más aproximadamente, a la confusa identificación de estos objetivos distintos) y ha perjudicadomucho a la economía, en especial a la economía del desarrollo. Mientras estos inconvenientes y problemas se hallan tambiénpresentes en otras ramas de la economía, son particularmente evidentes en la economía de los países subdesarrollados, cuyoempobrecimiento y confusión intelectuales parecen a veces inevitables. Este empobrecimiento se esconde a menudo tras lafachada de un lenguaje casi matemático, de modo parecido a como se esconden las barracas de las ciudades de los paísespobres tras una hilera de modernos edificios o de cercas levantadas especialmente a lo largo de las principales calles ocarreteras que llevan a los aeropuertos. Una fe injustificada en la importancia de la economía para el análisis y fomento de las fuerzas del desarrollo material e, inclusomás, en su utilidad inmediata para estos fines, ha impedido la realización de sus limitadas pero considerables posibilidades. Sinembargo, se observan algunos signos alentadores. Algunos de los trabajos más recientes a cargo de jóvenes intelectualesaparecen llenos de inspiración de promesas: reflejan el reconocimiento de la existencia cíe requisitos previos a todo estudioerudito así como de las limitaciones y posibilidades de la materia.

[Ir a tabla de contenidos]CAPITULO VIIIEL ESTUDIO DE LAS ECONOMÍAS SUBDESARROLLADAS [269]

1. LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS ECONÓMICO El análisis económico es muy importante para la explicación de muchos fenómenos del mundo subdesarrollado y para lavaloración de muchas medidas de política económica. Por otro lado, el análisis no puede explicar tan fácilmente los diversosfactores que se encuentran en la base del desarrollo económico, ni mucho menos prever la probabilidad de que ocurra, aunqueeventualmente puede que consiga mejor lo primero, especialmente si se relaciona con otras disciplinas Al tratar de estascuestiones, me referirle someramente a varios problemas en lugar de centrar la discusión en uno solo de ellos. Esto puedeayudar a percibir la amplitud y diversidad del mundo subdesarrollado, el alcance y variedad de los problemas teóricos y prácticosque presenta y quizá también la naturaleza amorfa de esta rama de la economía. Si bien se oyen todavía voces disidentes, la importancia del análisis económico para los países pobres es hoy día másfácilmente aceptada que hace diez o veinte años. Respecto d una larga serie de cuestiones esta importancia no se discute, desdeel momento en que algunas de las proposiciones de la economía derivan directamente de la limitación universal de los recursos.Los gobiernos de los países subdesarrollados reconocen tal importancia en su práctica de imposición sobre los bienes eactividades que deben restringirse y al subvencionar los que deben ser fomentados. Esta práctica sólo tiene sentido si la

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demanda de unos bienes determinados es función positiva y su oferta función negativa del precio y de la retribución (esto es, si lagente desea alcanzar sus objetivos, cualesquiera que éstos sean, al mínimo coste en términos de recursos escasos), lo cualconcuerda con los postulados de la teoría económica elemental. En efecto, la aplicabilidad del análisis económico surge encontextos inesperados. En los años cuarenta en Nigeria los precios de las prometidas aumentaron considerablemente con elaumento general de los precios de los bienes. El control del gobierno sobre los precios de las prometidas fue muy controvertido ydiscutido oficialmente, pero fue rechazado cuando se percibieron las dificultades de su fijación. Los principios básicos de la macroeconomía también han sido aplicados con éxito en los países subdesarrollados. En la Costade Oro, en 1947, el fallecido H. S. Booker, en un estudio no publicado, predijo que, a menos que se aumentara la presión fiscal ose relajaran los controles a la importación, se produciría una seria escasez de bienes de consumo tras la próxima cosecha decacao, tan grave que podría dar lugar a disturbios internos. La predicción, basada en gran parte en la técnica del análisis de larenta y del gasto nacional, no fue tomada en consideración, pero se cumplió enteramente. 2. DIFICULTADES Y OPORTUNIDADES El estudio de las economías subdesarrolladas se suele enfrentar con especiales dificultades, pero al mismo tiempo ofreceoportunidades insospechadas. Una dificultad evidente es la inadecuación o la falta de determinados tipos de estadísticas, especialmente demográficas, sobrela renta nacional y el empleo. Aun cuando se dispone de ellas, están a menudo sujetas a limitaciones conceptuales y prácticas,especialmente las estadísticas relativas a la renta nacional cuando el output de subsistencia es importante, y las estadísticassobre el grado de ocupación cuando la especialización es incompleta. Por otro lado, como indicaré en breve, muchas veces secuenta con estadísticas excelentes e ilustrativas para determinados sectores de estas economías. Otra dificultad es encontrar el camino para observar uniformidades en un paisaje social muchas veces extraño, debido a quelas instituciones, y especialmente los valores y costumbres, difieren de los nuestros, lo cual requiere una adecuación de nuestrospuntos de vista a ellos. En el África oriental con frecuencia se tiene ganado por razones estéticas o de prestigio; pero también enOccidente se absorben importantes recursos en el mantenimiento de animales no destinados al trabajo o a la alimentación. Lasdiferencias en los valores y las instituciones pueden afectar a la importancia comparativa de diversas variables económicas,dificultando la observación de su comportamiento, pero sin influir en la aplicabilidad y validez del análisis económico. Así, porejemplo, dentro de las oportunidades que caben, las respuestas de las personas a los cambios de las variables pertinentes, porejemplo precios y salarios, en gran número de países y en cuanto a muchas actividades es igual que en Occidente y, como acabode decir, esto se advierte en la política gubernamental de todo el mundo subdesarrollado. Cuando aparecen nuevas y ventajosasoportunidades, las respuestas son a menudo masivas y rápidas, como en el desarrollo del cultivo de productos para el mercadopor los pequeños propietarios de Asía y África o en la emigración en gran escala de los trabajadores del sur da la India a Malayay Ceilán, la cual, cuando fue posible, respondió de forma muy estrecha a los cambios de las respectivas condiciones económicas.Estos grandes cambios se produjeron en comunidades que se creían rigurosamente sometidas a la influencia de la costumbre yla tradición. Con todo, las condiciones de los países subdesarrollados ofrecen algunas oportunidades útiles y posiblemente inesperadas aleconomista. Buena parte de la información de los países subdesarrollados, o acerca de ellos, es adecuada para que pueda llevarse a caboun examen de las hipótesis económicas y para el establecimiento e incluso medición de las relaciones entre las variableseconómicas. Esto se debe por lo menos a dos razones. La primera consiste en que una gran parte del output de estos paísesprocede de productos primarios no elaborados, lo cual evita algunos de los difíciles o insolubles problemas planteados por lasdiferencias y variaciones en la calidad de los bienes y la composición del output. La segunda razón es que los costes deltransporte son a menudo muy considerables y la comunicación entre los mercados locales muy difícil. Esto da lugar a situacionesidénticas en todos, o en la mayor parte de los aspectos más relevantes, salvo en una o dos variables cuyo comportamiento yrelación puede investigarse. Basta aquí un solo ejemplo. En la compra de cacahuete de Nigeria, la combinación de una mercancía estandarizada, consubmercados claramente separados, y las diferencias en el número de compradores, han posibilitado la investigación de losefectos del número de compradores sobre los precios percibidos por los productores. En Nigeria el cacahuete para la venta seproduce en dos regiones muy distantes. En 1949­ 1950, cuando se llevó a cabo la investigación, mientras en una región había tansólo dos comerciantes que compraban cacahuete, en la otra había unos veinte (si bien los números en cada ciudad o poblado

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eran considerablemente inferiores). En ambas regiones los precios mínimos a pagar por los comerciantes fueron fijadosoficialmente. En la primera región, los precios reales de mercado no excedieron en ningún lugar a los mínimos oficiales, mientrasque en la otra región los rebasaron ampliamente en numerosos mercados. Había una correlación indudable en cada mercadoentre el número de comerciantes y el exceso de los precios reales sobre los oficiales. Este ejemplo ilustra el principiofrecuentemente repetido de que un aumento del número de comerciantes tiende tan sólo a aumentar los costes, sin mejorar larelación de intercambio de sus clientes. Puede también observarse muy bien en los países subdesarrollados un importante aspecto del desarrollo consistente en lainteracción de las variables económicas y el medio ambiente general, es decir, la interacción de rentas, precios, cantidades yotras variables económicas ordinarias, con otros factores o influencias, tales como las actitudes, necesidades e instituciones,cuyas variaciones se ignoran deliberadamente para muchos de los fines del análisis económico. Por ejemplo, en muchos paísessubdesarrollados el cultivo provechoso de productos para el mercado ha provocado la aparición de la propiedad individual de latierra. En Malaya y Ghana los árboles de caucho o de cacao son ya de propiedad individual, mientras que mucha tierra contiguadestinada a cosechas de subsistencia se encuentra todavía bajo algún tipo de propiedad comunal, si bien puede verse que estova desapareciendo. Por consiguiente, en el panorama contemporáneo se observan, y a veces muy claramente, procesossimilares a los que se produjeron siglos atrás en los países actualmente desarrollados. En resumen, la economía explica de modo satisfactorio mucho de lo que ocurre en los países subdesarrollados. Explicafácilmente las grandes fluctuaciones estacionales y anuales de los precios del producto agrícola local, fenómeno general en elmundo subdesarrollado que refleja el marcado grado de rigidez de la oferta y la demanda en períodos cortos. Esto a su vez reflejala estrechez de los mercados en el espacio y en el tiempo, debida en gran parte al bajo nivel del transporte y de las posibilidadesde almacenamiento. Por otro lado, el análisis económico ayuda a calcular los efectos de determinadas medidas específicas depolítica económica, con las que a menudo se tropieza en los países subdesarrollados, tales como cargar rentas en las tierrasenajenadas oficialmente que varían sólo según la cosecha cultivada y no según su situación o fertilidad, o la prohibición deexportar por debajo de determinados estándares, y muchas otras más. El análisis económico es también claramente apropiadopara una valoración de los efectos más simples de las modificaciones de los impuestos y, ciertamente, de algunas de lasprincipales consecuencias de políticas de mayor alcance, tales como la imposición para el desarrollo mediante el ahorro forzoso. 3. DOS ENFOQUES SIN ÉXITO Todos estos problemas mencionados suelen ser de gran interés, pero no constituyen el objeto principal del interés de loseconomistas y de otras personas en los países pobres. Desde el siglo XVIII por lo menos, el interés primario en este campoestuvo, y todavía está, entre las causas determinantes del desarrollo económico, en realidad entre las causas de la riqueza de lasnaciones. Dos teorías muy controvertidas respecto a esta serie de problemas no han tenido, según creo, demasiado éxito. La primera teoría considera el desarrollo como determinado en gran parte o en su totalidad por la acumulación de capital, unateoría repetidamente expresada en los modelos formales de crecimiento. (Estos modelos suelen derivar de los modelos decrecimiento de Harrod y Domar. Pero estos pioneros y sus seguidores inmediatos no se preocuparon primordialmente deldesarrollo histórico a largo plazo de las sociedades. Su principal interés se centró en las condiciones del crecimiento sostenidode las sociedades industriales adelantadas.) [270] Al hacer hincapié en el capital, estos modelos ofrecen un cierto parecido conlas discusiones de la economía clásica. Pero este parecido es bastante superficial. Los autores clásicos, incluidos Adam Smith yMarx, relacionaron estrechamente la acumulación de capital como motor del desarrollo con las actitudes y conducta dedeterminados grupos, organizaciones y clases, como los comerciantes, los gobiernos y la burguesía, y con las actitudes,relaciones e instituciones sociales y con sus respectivos cambios. Algunos de los modelos de crecimiento más influyentesabstraen esas fuerzas y aparentemente tratan el progreso a largo plazo como dependiente tan sólo del desembolso de capital,abstracción que diferencia a este enfoque moderno del de los autores clásicos. En fechas más recientes, este énfasis en el capital se ha considerado cada vez más inadecuado, debido a varias razones entrelas que figuran el evidente fracaso de muchos programas de inversión a gran escala, especialmente en los paísessubdesarrollados; el reconocimiento del muy limitado poder explicativo de la relación capital­producto; el renovado énfasis sobrela dependencia de la productividad de los activos físicos del mercado para su output, y de la presencia de factorescomplementarios, especialmente conocimientos prácticos y actitudes apropiadas; y, en general, el reconocimiento de que ungasto no resulta productivo por el simple hecho de que se trate de una inversión a plazo.

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Estos y otros motivos de escepticismo han sido confirmados por estudios estadísticos que muestran que ni en el Reino Unido nien América el crecimiento del capital físico puede explicar todo o la mayor parte del crecimiento secular de la renta. Tampoco estáclaro, en el caso especial pero no insólito de la decadencia económica, cómo puede encajar en una teoría del desarrollo basadatotalmente o en buena parte en el crecimiento del capital. El reconocimiento de la inadecuación del capital físico, y a fortiori del gasto de inversión, ha influido como instrumento dedesarrollo en la política económica. Así, por ejemplo, las propuestas y programas de ayuda exterior admiten cada vez más que eldesembolso de capital por sí solo no conseguirá gran cosa si no va acompañado de cambios en las instituciones y actitudes. Así, pues, si bien la acumulación de capital físico puede contribuir sustancialmente al desarrollo económico, no es un factorsuficiente y, muchas veces, ni tan sólo principal. La apertura de nuevos mercados, el establecimiento de contactos exteriores, loscambios de actitudes, conducta, costumbres y necesidades, la expansión de los conocimientos teóricos y prácticos juegangeneralmente un papel tan importante en el desarrollo como el crecimiento de capital físico, en particular en las sociedadespreindustriales y especialmente antes de que la sociedad haya sido imbuida de economía monetaria. Otro punto de vista muy discutido, pero a mi entender estéril, acerca de la teoría general del desarrollo es el de los estadios deldesarrollo, que trata de presentar la historia como una predecible serie de fases sucesivas y necesarias. Esta teoría no es nueva,pero en general los historiadores económicos no la han encontrado aclaradora para explicar el desarrollo (o decadencia) de lassociedades. En alguna de las formulaciones recientes más discutidas no parece claro lo que la teoría dice acerca de las causasdel desarrollo, va que a veces hace hincapié en ciertas variables clave, mientras otras veces afirma que el desarrollo depende deun número indefinido de factores a menudo indeterminados, afirmando de hecho que el desarrollo depende de la presencia defactores que contribuyen al crecimiento. Precisamente debido a que el movimiento a largo plazo de cualquier sociedad dependeen gran parte de fuerzas y acontecimientos imprevisibles, la teoría de los estadios del desarrollo comporta necesariamenteformulaciones tan vagas y abiertas que resultan inadecuadas. Esta consideración señala importantes limitaciones a laaplicabilidad de técnicas y métodos de pensamiento, incluido el análisis económico, apropiados para el estudio de fenómenosque en la práctica o en principio se repiten o son repetibles, como son la mayoría de los fenómenos estudiados por las cienciasnaturales y muchos de los que estudian las ciencias sociales. Sin embargo, el proceso histórico de sociedades enteras es únicoen sus principales elementos. Este problema constituye un aspecto de la radical diferencia entre la valoración de una situación ola predicción del resultado probable de un cambio de unas variables específicas, por un lado, y la predicción del futurodesconocido, por otro. No voy a detenerme en este punto, ya que sería tan sólo una reflexión inoportuna sobre el tratamientoclásico que el profesor Popper da a este problema. [271] 4. ALGUNOS EJEMPLOS DE DESARROLLO Ni los modelos formales de crecimiento ni tampoco las teorías de los estadios del desarrollo ayudan a explicar o predecir eldesarrollo a largo plazo de toda una sociedad. Pero esto no excluye la posibilidad de generalizaciones específicas acerca dealgunos de los principales aspectos o causas determinantes del desarrollo material. En efecto, en la tradición de la literaturaeconómica aparecen generalizaciones específicas sobre estas cuestiones, en vez del establecimiento de sistemas completos,aun cuando no puedan expresarse en términos de análisis convencional o formal. Los ejemplos comprenden la relación entre lasdimensiones del 'mercado, la especialización y productividad y la importancia para el desarrollo de las costumbres de "orden,economía y atención en las que la vida mercantil forma a un comerciante". [272] Generalizaciones de este tipo no son tanlimitadas como los modelos de crecimiento preocupados por el desembolso de capital, ni tan ambiciosas como la reciente teoríauniversal de la historia reflejada, por ejemplo, en la teoría de los estadios de desarrollo. Pero tales generalizaciones, si bienaparentemente simples, pueden revelar algunos factores del proceso de desarrollo. Para empezar, una afirmación cierta aunque negativa. Los recursos físicos naturales, especialmente la tierra fértil o losminerales ricos, no son las únicas o incluso las principales causas determinantes del desarrollo material, si bien la generosidaddesigual de la naturaleza puede muy bien explicar las diferencias de niveles de vida y bienestar de las distintas partes del mundosubdesarrollado. Se ha sabido siempre que los recursos físicos son inútiles si el capital o la mano de obra no los desarrolla, o sino hay acceso a los mercados. Y se sabe también que la importancia de la tierra y otros recursos naturales en la producción escada vez menor. No obstante, el reciente y rápido desarrollo de algunos países subdesarrollados, escasamente dotados derecursos naturales, ha constituido una sorpresa, aunque quizá no habría debido ser así a la vista de la experiencia japonesa. Uncaso reciente, pero ya clásico, es el de Hong Kong que a pesar de no disponer prácticamente de materias primas, nicombustibles, ni fuerza hidroeléctrica, y tener muy poco suelo fértil y sólo un mercado nacional muy limitado, ha progresado demanera inaudita.

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La industria del caucho natural, que ha sido la causa principal del rápido desarrollo de Malaya y de la transformacióneconómica de este país y de buena parte del sudeste asiático, debe poco a los escasos recursos naturales o a cualquier otrorecurso local. El árbol del caucho, que es de origen sudamericano, no requiere un suelo particularmente fértil y creceprácticamente en cualquier parte de la selva bajo la lluvia de los trópicos. El suelo de Malaya y Sumatra, los dos principalespaíses productores, es generalmente pobre y sus territorios no poseían una mano de obra notable ni recursos de capital cuandola industria del caucho empezó allí hace tan sólo unos sesenta años. Las principales causas de este desarrollo fueron lapresencia de comerciantes europeos y de una administración estable, así como el acceso a grandes reservas de mano de obraen el sur de la India, China y Java y a los mercados de capital de Europa occidental. 5. DIFERENCIAS DE APTITUDES ECONÓMICAS Otra serie de cuestiones se refiere a las considerables diferencias entre individuos y grupos en cuanto a aptitudes económicas,tales como carácter industrioso, espíritu de empresa, y la curiosidad y capacidad de percibir y explotar las oportunidadeseconómicas. En una economía de subsistencia estas aptitudes tienen muy poca importancia y pasan desapercibidas, pero entranen juego muy pronto en las economías jóvenes, especialmente con el desarrollo de la economía monetaria. Hay claros ejemplosde ello en el desarrollo de determinados grupos étnicos, especialmente si son inmigrantes, en un buen número de paísessubdesarrollados. En todo el mundo subdesarrollado los inmigrantes, en un principio sin dinero y a menudo sin cultura, handejado completamente atrás en pocos años a la población local. Dos ejemplos muestran cómo las especiales circunstancias de la sola migración no explican esto. En Malaya hay una granmasa de población india y china. La mayor parte de ambas comunidades llegó a dicho país en las últimas décadas como peonesmuy pobres y analfabetos. En pocos años los chinos se desarrollaron mucho más que los indios. Otro ejemplo es Israel. Lasautoridades establecieron allí un determinado número de pueblos separados en la misma región para los inmigrantes reciénllegados procedentes de diversos países, a los que proporcionaron aproximadamente el mismo montante de capital e idénticoequipo por familia. En uno o dos años aparecieron en la misma región considerables diferencias en cuanto a prosperidad entrepueblos habitados por judíos europeos y judíos indios. Las diferencias de capacidad económica se reflejan en muchos aspectos y problemas del desarrollo económico, incluidos, porejemplo, los de superpoblación. Los chinos pueden ganarse la vida en zonas a menudo consideradas irremisiblemente comosuperpobladas, como por ejemplo Hong Kong y la India occidental. En esta última, que se estima generalmente como muysuperpoblada, ha tenido que excluirse por disposición legal la entrada prospectiva de inmigrantes chinos y libaneses. Se sabe muy poco acerca de los factores climáticos, biológicos, culturales y sociales que se encuentran en la base de estasdiferencias en las cualidades y comportamiento económicos, y de su aparición, persistencia o desaparición. Es probable que losfactores climáticos y otros factores geográficos jueguen un papel importante. Vale la pena notar que, con excepción de unaspequeñas regiones con las que el mundo desarrollado ha establecido directamente estrechos contactos, todos los paísestropicales son subdesarrollados. Por el contrario, casi todos los países de la zona templada son comparativamente muydesarrollados. Aun admitiendo necesidades muy inferiores en cuanto a habitación y vestido, la concentración de la pobreza enlos trópicos es notable Con independencia de la construcción de importantes monumentos, las diferencias en el desarrollomaterial general entre el mundo tropical y las zonas templadas son de varios siglos.[273] Por otro lado, muchas de las diferencias que actualmente se observan en cuanto a prosperidad entre el norte y el sur de Italiase remontan por lo menos a la Edad Media. Desde entonces el norte ha ido muy por delante del sur en cuanto a progresocientífico, intelectual, artístico, comercial e industrial y fue también la cuna de los viajes italianos de descubrimiento. Parecedesconocerse qué parte del progreso del norte refleja factores étnicos o climáticos, o qué parte han aportado los inmigrantes delsur o de otros países. Aunque algunas de estas diferencias en las cualidades económicas son bastante constantes, otras, especialmente lacapacidad para manipular los instrumentos y procesos técnicos, pueden cambiar comparativamente muy aprisa. La rápidaaparición del Japón como nación industrial en el siglo XIX es bien conocida. [274] Menos conocida, y en algunos aspectosincluso más sorprendente, fue la transformación económica de Suecia a finales del siglo XIX. Por otro lado, los pueblos de Áfricaal sur del Sahara ni habían inventado la rueda ni, hasta muy recientemente, la adoptaron cuando llegó a su conocimiento.Actualmente están aceptando de buena gana los modernos equipos la moderna tecnología. Algunas actitudes y costumbres, queafectan considerablemente al desarrollo económico, parecen muy firmes en el propio país, mientras raramente se encuentran enel extranjero. Las comunidades del sur de la India establecidas en Malaya procedentes de algunas regiones de la zona rural de

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Madras, donde se observa estrictamente el secular régimen de castas, abandonan este régimen fácilmente cuando salen de laIndia. El estudio de las diferencias étnicas, a menudo pronunciadas en la vida económica, y de los factores geográficos, climáticos,genéticos y otros varios factores en los que aquéllas se fundan, puede ser ahora más ilustrativo y significativo que en el pasadodebido a los avances en biología, biométrica, genética y climatología. Estos avances deberían permitirnos observar, valorar yquizás incluso controlar algunos de los efectos del clima en la vida económica, incluso considerada a largo plazo. No hay razónpara que nos sorprendamos, ni mucho menos para que nos indignemos, ante este reconocimiento explícito de las grandesdiferencias existentes en las facultades económicas entre personas y grupos, no más que ante el reconocimiento de las queexisten en los atributos y cualidades físicas o intelectuales entre personas y grupos. Por otro lado, aunque se descubriera quetales diferencias son profundas y persistentes, esto no implicaría ninguna regla específica de política económica. 6. CONTACTOS EXTERNOS Y DESARROLLO ECONÓMICO En la mayor parte del mundo subdesarrollado, en los trópicos y en cualquier otro lugar, las regiones y sectores más prósperosactualmente son aquellos con los que ha establecido contacto el mundo desarrollado: las ciudades y puertos de la India y suvecindad: las zonas de producción de cosechas para el mercado y los puertos de almacenamiento del sudeste asiático, de Áfricaoccidental y América latina; y las zonas de producción de minerales de África, del Oriente Medio y del Caribe. Por el contrario, enÁfrica, Asia y América latina las poblaciones más pobres y atrasadas son generalmente las poblaciones con escasos o ningúncontacto exterior, siendo los aborígenes el caso extremo. Aunque puede haber algunas raras excepciones, que deben incluirseentre los casos curiosos, la conexión general entre contactos exteriores, en todo caso contactos pacíficos, y el desarrolloeconómico es corriente en la historia económica y social. En la Edad Media las regiones más avanzadas del este y centro deEuropa y Escandinavia, que se hallaban entonces atrasadas, fueron las que mantenían relaciones con Francia, los Países Bajose Italia. Y la diferencia de prosperidad material de las regiones costeras y el centro de España ha sido una característica notablede la historia española y uno de los factores determinantes de su curso. La conexión en los países subdesarrollados entre prosperidad material comparativa y contactos externos no es sorprendente.Estos contactos son los canales a través de los cuales los recursos humanos y materiales, las capacidades y el capital de lospaíses desarrollados llegan al mundo subdesarrollado. Estos contactos abren nuevos mercados y fuentes de oferta y dan aconocer a la población local nuevos bienes, necesidades, cosechas y métodos de cultivo. Engendran también una nuevaperspectiva hacia los bienes materiales y los modos de obtenerlos. Y, quizá lo que es más importante, socavan las costumbres,actitudes y valores que obstruyen el progreso material. Por otro lado, en los países pobres, los sectores en contacto concomunidades más ricas atraen también a los grupos e individuos de la población local más sensibles a las oportunidadeseconómicas. Es evidente que estas cuestiones afectan grandemente al desarrollo económico de los países subdesarrollados,especialmente en las primeras etapas del desarrollo. En el sentido más amplio, estos contactos fomentan una insatisfacción antela situación existente, la cual ha sido considerada como primera condición del desarrollo. Su importancia difícilmente puede serexagerada. Algunos de los profundos cambios originados por los contactos externos en el mundo subdesarrollado contemporáneo,especialmente en el sudeste asiático y en África occidental, son conocidos. Los contactos externos han transformado muchísimoestas regiones. Quizá debiera mencionar un ejemplo mucho menos corriente de cambio debido a contactos externos, que, sinembargo, es fundamental y digno de tenerse en cuenta y sobre el que ha llamado la atención el profesor H. M. Robertson de laUniversidad de Ciudad del Cabo. [275 ] Este profesor ha subrayado repetidamente los efectos revolucionarios de las actividadesde los comerciantes europeos en la vida de los bantúes de Sudáfrica. El uso de la manta como adorno se ha considerado amenudo como típico de la tribu de los bantúes; pues bien, de hecho hasta finales del siglo XIX las mantas habían sidodesconocidas para esta gente, que se cubría con una piel conocida con el nombre de kaross. Algunos comerciantesemprendedores llevaron las mantas a las tribus africanas y encargaron especialmente su confección en Yorkshire. Así pues, loque se considera como un atuendo tradicional de las tribus fue en realidad ideado en el Reino Unido a petición de comerciantesdeseosos de diferenciar sus productos. En resumen, estos contactos arrastran partes del mundo subdesarrollado hacia un sistema más amplio de vida económicainternacional; al permitir a sus pueblos acercarse a los recursos del mundo exterior, les ayudan a desarrollar y mantener sueconomía por encima de la producción de subsistencia. Estas simples consideraciones repercuten en la curiosa y sugestiva teoría de que la presencia de los países desarrollados y los

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contactos con ellos perjudican de algún modo al desarrollo de los países más pobres, idea que es contraria a las abrumadoraspruebas empíricas, incluida la de la clara conexión entre prosperidad y progreso económico del mundo subdesarrollado ycontacto con los países más ricos, que ya he mencionado. Dichas consideraciones muestran también las implicaciones de laruptura del contacto entre los países subdesarrollados y los países desarrollados a través de restricciones en la migración, elcomercio y los movimientos de capital, ya debido a la presión de intereses sectoriales o a motivos políticos más amplios. En realidad, estos contactos ofrecen actualmente oportunidades excepcionales. Debido a la presencia de países avanzados yde comunicaciones altamente desarrolladas, el mundo subdesarrollado tiene un acceso más fácil a los frutos del progresocientífico y técnico del que tuvieron en el pasado los países actualmente desarrollados. El acceso a este conocimiento acumuladopodría ser tan útil como lo fue el acceso a tierras vírgenes para otros países y en otros tiempos. La capacidad de los paísessubdesarrollados para sacar ventaja de todo esto depende en gran parte de las actitudes y aptitudes de sus propios pueblos, asícomo de las políticas gubernamentales de promoción o restricción de los contactos internacionales. Los contactos externos por sí mismos son, desde luego, insuficientes para garantizar el progreso si faltan los otros factores. Ladifusión del progreso material de sectores avanzados a otros sectores depende de los factores humanos, institucionales,culturales y políticos, además de los obstáculos físicos y ocupacionales a la movilidad. En América latina los indios del Perú hanpermanecido muy pobres a pesar de sus contactos exteriores, mientras que en México los indios son a menudo importantes yprósperos. Asimismo, en la Edad Media el norte de África Mantuvo extensos contactos con las regiones prósperas de Europa,pero estos contactos lío impidieron su decadencia. Ibn Khaldun, el filósofo e historiador árabe del siglo XIV, atribuía la decadenciadel norte de África y el fracaso de la penetración de las civilizaciones urbanas avanzadas en el mundo árabe a la actitud débil eindiferente de la población rural reflejada en una vida nómada y reforzada a su vez por ésta. Las sociedades, los grupos y las personas difieren en inclinaciones y aptitudes para aprovecharse de las oportunidadeseconómicas ofrecidas por los contactos con economías desarrolladas, a través de nuevas ideas, métodos, grupos, bienes yfuentes de oferta o mercados. Estas diferencias en la magnitud o velocidad de la respuesta a las oportunidades ofrecidas por elexterior (que son ejemplos de diferencias de capacidad y buena voluntad para percibir y explotar la oportunidad económica engeneral) reflejan aspectos tales como diferencias de interés por el progreso material o de apego a las diversas costumbres einstituciones contrarias a él. 7. LAS LIMITACIONES DE LA TEORÍA FORMAL Algunas de estas observaciones han llevado al lector lejos de las preocupaciones habituales de la economía contemporánea.El economista puede muy bien preguntar si dichas observaciones pueden ayudarle en su labor académica o profesional. Creoque son apropiadas tanto para explicar una buena parte del panorama, como para valorar las políticas económicas para elfomento del desarrollo económico de los países pobres, en general, y de algunas regiones, en particular. De todos modos, no sonmás que generalizaciones a título de ensayo y comparten este carácter de ensayo con la mayoría de las demás generalizacionessobre el proceso del desarrollo económico. Cualquiera que sea su validez, la consideración de estas cuestiones parecenecesaria para cualquier estudio sobre el desarrollo que intente presentarse como serio. Muchas de estas observaciones y generalizaciones no tienen relación alguna con el convencional razonamiento económicoformal (por lo menos con el análisis económico formal de las últimas décadas). La insistencia en la gran importancia delrazonamiento económico para explicar los fenómenos de los países subdesarrollados y aclarar situaciones o explicar algunos delos aspectos y condiciones del desarrollo es perfectamente compatible con el reconocimiento de sus limitaciones para predecir elcurso del desarrollo. Esto se debe a que el desarrollo a largo plazo depende en gran parte de las condiciones generales nosusceptibles de análisis económico y, lo que es igualmente importante, de cambios imprevisibles de estas condiciones. Porconsiguiente, sería preferible hablar de progreso o desarrollo material, más que de desarrollo económico. Y aún más, eleconomista no se halla particularmente cualificado para valorar las vastas implicaciones del desarrollo económico o de losdiferentes métodos para promoverlo, ya en términos de felicidad personal o de resultados sociales y políticos. Von Karman, un distinguido físico ya fallecido, solía decir que la profecía no era una actividad científica y que, por consiguiente,no era cometido de la ciencia. Esta observación puede aplicarse sin duda a las ciencias sociales. Nuestra labor es en cierto modosimilar a la atribuida por Collingwood a los historiadores, esto es, "descubrir en la situación actual las características menosvisibles para el ojo indiferente". Esto es muy distinto de la especulación sobre el remoto y desconocido futuro de una sociedad.Las pretensiones de la química han sido siempre más modestas que las de la alquimia. Creo que en economía, especialmente enla economía de los países subdesarrollados, al igual que en otras disciplinas, el reconocimiento por los especialistas de las

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limitaciones de su materia es signo de madurez y no de oscurantismo. 8. COOPERACIÓN ENTRE DISCIPLINAS En el estudio de las economías subdesarrolladas puede haber un lugar para la cooperación interdisciplinaria, especialmenteentre antropólogos, economistas e historiadores. Mediante tal cooperación pueden estudiarse de manera fecunda situaciones yfases del desarrollo hasta ahora comprendidas de manera imperfecta. Así se pueden estudiar algunas de las numerosasrespuestas de diferentes grupos a los cambios en las condiciones y oportunidades económicas. Por otro lado, dentro de la seriede importantes e interesantes cuestiones relativas a la transmisión de conocimientos, aptitudes, actitudes y alicientes entre paísesy grupos, hay muchos ejemplos que quizá puedan ser eficazmente investigados por antropólogos, economistas e historiadoresconjuntamente. Hay muchos episodios o fenómenos específicos cuyo estudio interdisciplinario puede resultar ilustrativo. Los ejemplos puedenincluir la rápida expansión de las cosechas para el mercado producidas por la población local, o la actual organización dealgunas de sus industrias, como la del caucho de los pequeños propietarios en la Indonesia actual (donde, en poco tiempo, en losaños veinte y treinta, se dedicaron millones de acres al cultivo del caucho por parte de pequeños propietarios) o la de la nuez dekOla en Nigeria. Éstos son algunos de los ejemplos de desarrollo masivo de la producción de cosechas para el mercado quepasaron desapercibidos durante muchos años, y que en el caso de la kola ha implicado un alto grado de organización de laproducción, del transporte y el comercio, enteramente por parte de la población local. Otro posible caso digno de estudio sería eldel paro de 1937­1936 en el cacao de la Costa de Oro, debido a una famosa huelga de granjeros que afectó a más de 100.000productores, quienes durante siete meses dejaron prácticamente de vender cacao a los comerciantes. Una cuidadosainvestigación interdisciplinaria de este episodio podría dar resultados interesantes acerca de la transmisión de información, laorganización por parte de algunas personas de un gran número de productores y sobre la capacidad de granjeros y labradorespara obtener víveres y otros bienes. Por otro lado, las enormes diferencias, frecuentemente aludidas, entre los precios de lassustancias alimenticias locales en regiones próximas podría también examinarse sobre una base interdisciplinaria, paradeterminar hasta qué punto son ilusorias o reales, y si son reales, hasta qué punto se explican en cada caso por los costes detransporte, la inercia, la ignorancia, la costumbre, la ausencia de competencia o el casi monopolio, todo lo cual tiene muy diversasimplicaciones. Al hablar de estas cuestiones, puedo añadir que la discusión seria acerca de los países subdesarrollados y susproblemas se halla muy afectada por una gran falta dé monografías y ensayos eruditos sobre países e problemas determinados.La investigación de estas cuestiones o de problemas similares podría producir resultados ilustrativos; y no cabe duda de que elproceso de investigación es probable que proporcione buena penetración en economía. En el estudio de estos otros aspectos de las economías subdesarrolladas y del desarrollo económico, la cooperacióninterdisciplinaria puede quizá proporcionar otro beneficio incidental, pero posiblemente importante. Puede permitir elaprovechamiento de la observación directa y del material no elaborado e, inversamente, que se eviten los peligros que entraña laconfianza en material de segunda o tercera mano, incluidas las estadísticas sin examen de sus fuentes o procedencia. Lasestadísticas son necesariamente una forma de abstracción y se utilizan de manera más eficaz si otros aspectos de la situaciónson también conocidos, es decir, aspectos distintos de los cuantificados en las estadísticas. Puede que algunos teman que este sistema o método de estudio conduzca a un detalle excesivo. Sin embargo, lapreocupación por el detalle, en los estudios interdisciplinarios o de otro tipo, puede ser muy provechosa en nuestro particularcampo de estudio. Creo que en los últimos años se ha hecho hincapié precisamente en todo lo contrario. Quizá debiéramosrecordar la máxima de Bacon (recientemente citada por el profesor C. H. Philips) que dice que "a menudo ocurre que las cosaspequeñas e insignificantes descubren las grandes mucho mejor de cuanto puedan las grandes descubrir las pequeñas".

[Ir a tabla de contenidos]CAPÍTULO IXEL CONSENSO ESPÚREO Y SUS ANTECEDENTES [276]

En las dos partes del capítulo II hemos podido observar algunas referencias por parte de distinguidos profesores al acuerdounánime entre los expertos acerca de los principales puntos de la economía y la política del desarrollo. Ciertamente el tenor de ladiscusión pública sobre estas cuestiones principales parece reflejar la presencia de un consenso de opinión. La naturaleza ycontenido de este consenso, así como sus antecedentes, constituyen el tema de este ensayo.

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Como el consenso se refiere a las cuestiones principales de la economía y la política del desarrollo, varias de las cuales yahan sido examinadas previamente en otros ensayos, la discusión sobre el consenso debe de algún modo superponerse a dichomaterial. Sin embargo, uno de los objetos de este capítulo (especialmente en esta primera parte) es proporcionar también unavisión sinóptica de algunos de los principales temas de este volumen. El resto del capítulo, sobre los antecedentes del consenso,trata de las diversas influencias en el estado de opinión contemporáneo, y de las cuestiones de método en economía deldesarrollo que no han sido tratadas antes en este volumen. En este capítulo, por tanto, se tratarán las variadas y posibles influencias que existen tras la aceptación y fomento de lasprincipales ideas de la actual literatura económica del desarrollo. Como ya se ha observado en la introducción, esta discusión esnecesariamente un tanteo en el sentido de que las afirmaciones que en ella se hacen no pueden ser demostradas de maneraconcluyente, como puede hacerse cuando se trata de examinar la validez de las ideas en sí mismas o una descripción deacontecimientos y sus consecuencias. Por ello, muchas de las observaciones que siguen podrían muy bien haberse introducidomediante frases calificativas (tales como "una posible explicación puede ser la siguiente"); sin embargo, no he adoptado esteprocedimiento porque habría alargado una discusión ya de por sí inacabable, cuya naturaleza de simple intento aparece clara porsu tema; por consiguiente, pido al lector que recuerde esta advertencia ya que no siempre se la recordaré en el ensayo. Losdiversos factores e influencias citados en este capítulo se hallan interrelacionados y se refuerzan entre sí. Pero la naturaleza yalcance de estas relaciones son a menudo difíciles o incluso imposibles de establecer; y sería ocioso, además de pesado, tratarde indicarlos o especificarlos en cada caso, de modo que también aquí debe bastar esta observación general. La discusión en este ensayo es larga, ya que abarca una larga serie de aspectos del panorama intelectual contemporáneo. Eltema del resto del libro —no incluido en esta edición castellana— no se halla afectado en absoluto por el contenido de esteensayo, de modo que los lectores no interesados por el examen de las influencias que se hallan tras las opiniones un tantoconfusas que se citan, o la discusión de las fuentes y métodos, perderán poco con su omisión. 1. UN CONSENSO ESPÚREO Demostraré, en primer lugar, que el consenso de opinión existente en la economía contemporánea del desarrollo es espúreo,debido también, contrariamente a las pretensiones de sus principales exponentes, a que no son ni siquiera generalmenteaceptados. [277] Examinaré, pues, algunas de las causas que determinaron la aparición de este pretendido consenso, así comoalgunas de las consecuencias e implicaciones de la aceptación de sus ideas desprovistas de valor alguno. Existe un acuerdo muy pregonado entre los más destacados e influyentes economistas del desarrollo acerca de las principalescaracterísticas de los países subdesarrollados, las causas de su atraso material y las políticas apropiadas para su desarrollo. Tangran acuerdo acerca de la descripción, análisis y política en una de las principales ramas de la economía aplicada es inesperado,va que la imposibilidad (tanto pretendida como real) de llegar a un acuerdo incluso en análisis, sin hablar de política, ha sidodurante largo tiempo uno de los ataques más corrientes que se han dirigido contra los economistas. Desgraciadamente, esteconsenso está constituido por ideas y propuestas que son incompatibles con la simple observación empírica, con las establecidasy elementales proposiciones de la economía y también con las conclusiones ampliamente aceptadas y bien documentadas dedisciplinas análogas, especialmente la historia económica y la antropología social. Esta paradoja y su origen e implicaciones sonel objeto principal de este ensayo. Mi principal propósito no es criticar las conclusiones de determinados autores o incluso escuelas de autores sino más bienexaminar algunas de las ideas predominantes en una de las principales ramas de la economía, así como los antecedentes de suaparición y aceptación. Por consiguiente, no me referiré de manera crítica a determinados autores, excepto en beneficio de laclaridad o de la exposición, o bien para mostrar que el problema en cuestión ya ha sido efectivamente tratado. [278] Este métodopermitirá centrar la atención en las principales ideas y aspectos que en una controversia específica se pasarían por alto. Por lamisma razón me referiré sólo ligeramente a los principales componentes del consenso, que de todos modos han sido ya tratadosen anteriores capítulos. Existen, desde luego, diferencias en cuanto a énfasis y enfoque entre los firmantes del consenso; y hay también economistasacadémicos, a menudo con altos cargos, que rechazan el consenso. Pero ni las diferencias entre los partidarios ni la presencia dedisidentes han afectado a la sustancia o tenor del fondo de la discusión. En efecto, destacados exponentes del consenso hanllegado incluso a afirmar que la no aceptación de los principales elementos del mismo refleja falta de competencia. 2. PRINCIPALES ELEMENTOS DEL CONSENSO

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Los principales componentes del consenso son los que se examinan a continuación. Se dice que la primera característicacomún de los países subdesarrollados es su extrema pobreza, la cual, por una parte, los distingue de manera clara del mundodesarrollado y, por otra, establece una semejanza básica dentro del mundo subdesarrollado a efectos de descripción, análisis ypolítica económica. El mundo subdesarrollado no sólo es pobre sino que se halla también paralizado, ya que la pobreza seperpetúa. La pobreza pasada ocasiona la miseria futura a través de la actuación del círculo vicioso de la pobreza, va que lapobreza misma levanta obstáculos prácticamente­insuperables, principalmente al impedir la formación del capital requerido parael aumento de la renta. La pobreza pasada, que inició el círculo vicioso, es a su vez resultado de un accidente histórico y de ladominación colonial. Los países ricos de Occidente han contribuido de varias maneras al estado del mundo subdesarrollado,principalmente a través de la explotación colonial, a través de la actuación del efecto demostración internacional, y a través depolíticas comerciales restrictivas que restringen los mercados a la exportación de los países subdesarrollados, lo cual perjudicasus economías de varios modos, especialmente retrasando el desarrollo de la industria manufacturera y reduciendo más ladesfavorable y deteriorada relación de intercambio de los países subdesarrollados. Otras características del atraso del mundo subdesarrollado destacadas por el consenso incluyen el rápido crecimientodemográfico, los reducidos mercados interiores, la responsabilidad del sistema de propiedad y de rentas altas por la paralizaciónde la agricultura, la insignificancia cuantitativa de la industria manufacturera y la tendencia de la gente acomodada a derrocharsus ganancias en consumo de lujo, a atesorar sus ahorros o a exportar su capital al extranjero, o bien a destinarlo a usossocialmente improductivos. El consenso es sorprendentemente más pronunciado en cuestiones de política económica que en cuestiones que sonclaramente descriptivas o analíticas. Los aspectos más destacados del consenso en materia de política económica son: lainsistencia en una planificación central total (una gran medida de control estatal de la actividad económica fuera de la agriculturade subsistencia); el ahorro forzoso (imposición fiscal especial para el gasto de desarrollo financiado por el gobierno, aparte de lainversión requerida por las funciones administrativas tradicionales y necesarias); y la ayuda extranjera en gran escala (mediantedonaciones intergubernamentales o préstamos subvencionados). Estas políticas económicas nacionales e internacionales sonconsideradas por el consenso como indispensables para el progreso material de los países pobres. Otras políticas por las que seaboga en gran manera comprenden un estrecho control de las relaciones económicas exteriores, un desarrollo a gran escala dela industria manufacturera patrocinada o explotada por el estado y una expropiación parcial o total de la propiedad inmobiliaria. 3. CRÍTICA DEL CONSENSO Defectos de fondo cometidos. — Una crítica detallada del consenso no es posible ni apropiada aquí, ya que los principalescomponentes son examinados de manera exhaustiva en otros lugares de este volumen. Sus elementos más importantes sonclaramente no válidos, al ser incompatibles con la evidencia empírica, la lógica elemental o los bien sentados principios de laeconomía. No obstante, las ideas que de modo más claro carecen de valor son las que más insistente y generalmente han sidopublicitadas. Aquí están algunos ejemplos. El círculo vicioso de la pobreza (la noción de que la pobreza se perpetúa y de que lapobreza impide a los individuos, grupos y sociedades mejorar su situación) es claramente incompatible con la experiencia diariay las pruebas de la historia económica. La noción de que la mera presencia de países ricos impide el progreso del mundosubdesarrollado se refuta por el hecho mismo de que la idea de progreso material es de origen occidental; de que en el mundosubdesarrollado las regiones más prósperas son aquellas con las que Occidente ha establecido contactos más estrechos, y lasmás atrasadas, las que no tienen contactos exteriores; y finalmente por el hecho del atraso material en que se encontraba lamayoría de los países subdesarrollados cuando Occidente estableció por primera vez contacto con ellos. De acuerdo con el consenso, la planificación central total y la ayuda exterior son indispensables para el desarrollo económico.Sin embargo, ambos factores de hecho no constituyeron parte del desarrollo de ninguno de los países hoy día muy desarrollados,ni del progreso de los numerosos países pobres que han avanzado considerablemente desde finales del siglo XIX. Losexponentes del consenso tampoco explican la razón de por qué la sustitución de las decisiones de los consumidores yproductores individuales por las del estado deberían en algún modo aumentar los recursos y promover un incremento de lasrentas o de los niveles de vida. Por otro lado, el desarrollo y explotación de industria manufacturera patrocinada por el estado,especialmente de industrias de bienes de capital, se consideran indispensables para el desarrollo material. Estas propuestas amenudo se formulan sin consideración al coste del programa en términos de usos alternativos de los recursos, ni a la demandadel output. Además, se ignora el hecho de que los países industrializados eran ya muy prósperos cuando eran todavía agrícolas ydisfrutaban de rentas mucho más elevadas que las que se prevén para los países pobres en las futuras décadas. Tampoco es el mundo subdesarrollado una masa homogénea, inmóvil, diferenciada claramente de los países desarrollados.

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Los países subdesarrollados difieren considerablemente entre sí en cuanto a niveles de renta y tasas de desarrollo material;muchas regiones, especialmente en el Extremo Oriente, en África occidental y en América latina han progresado rápidamentedesde la segunda mitad del siglo XIX. Por otro lado, la línea divisoria entre países subdesarrollados y desarrollados es arbitraria y cambiante, no clara y permanente.Su naturaleza variable es evidente en la promoción, en los últimos años, de algunos países del grupo subdesarrollado aldesarrollado. Esta lista de defectos en los principales componentes del consenso podría fácilmente ampliarse. Y la validez de la crítica esindependiente de la situación política e incluso de los resultados de las políticas propuestas por el consenso. Defectos de enfoque y omisiones. — Pueden observarse en la exposición del consenso algunas características, argumentos ypuntos de vista fácilmente reconocibles. En buena parte de la economía del desarrollo se ignora el papel de los precios y loscostes, y se trata a la oferta y la demanda como magnitudes fijas en lugar de variables relacionadas con los precios, costes yrentas; la demanda se trata a menudo como necesidad y la oferta como capacidad u output. La importancia de los precios y loscostes para la oferta y la demanda y para el comportamiento económico es en general ignorada, o descartada como inaplicable alos países subdesarrollados, por razones tales como rigidez de las condiciones del mercado, ignorancia comercial o indiferenciade la población local. Un ejemplo destacado de este punto de vista general es el tratamiento de una actividad o del output de unbien como incremento neto del output, renta o riqueza total, sin tener en cuenta el coste, esto es, los usos alternativos de losrecursos humanos, financieros o físicos empleados. Esta práctica es general en la literatura económica sobre sociedadesmercantiles patrocinadas por el estado. Este criterio es inadmisible. La relación entre demanda, oferta y precios deriva normalmente de la limitación de las rentas y dela presencia de costes, los cuales reflejan la escasez universal de recursos. La dependencia de la demanda y de la oferta de losprecios y los costes en los países pobres se apoya en una gran cantidad de pruebas empíricas, y es incluso reconocidaimplícitamente por los gobiernos al subvencionar las actividades que desean fomentar y gravar aquellas que pretenden limitar. Elhecho de que una actividad emplee recursos que podrían ser utilizados en otro lugar y que ello implique unos costes es quizá,como ya hemos hecho notar, la idea más fundamental en economía. No obstante, mucha de la literatura económica no lo tiene encuenta. Las alegadas dificultades inevitables de la balanza de pagos de los países subdesarrollados —impuestas por las condicionesexteriores— es otro de los temas del consenso, frente a los innumerables ejemplos de desarrollo rápido y sostenido sinproblemas de pagos. Se suele tratar de estas dificultades sin hacer referencia al impacto de la política monetaria y fiscal sobre lasrentas y precios interiores, o sobre el volumen de las importaciones o exportaciones Y, por consiguiente, sobre la balanza depagos. Por otro lado, se afirma a menudo que las perspectivas de exportación de los países subdesarrollados soninherentemente muy pocas, de modo que la reducción del volumen de las exportaciones de un bien de un país es muchas vecesconsiderada como indicador de una disminución de la demanda. Este trato confunde la oferta de un producto procedente de unafuente con la demanda total de este producto procedente de todas las fuentes. Estos errores, cuya lista podría serconsiderablemente ampliada, son frecuentes en escritos ostensiblemente técnicos y reflejan un desprecio de los principiosfundamentales del análisis económico, así como de la evidencia empírica más patente. El uso impreciso de conceptos abstractos generales que caracteriza buena parte de la literatura del consenso, ha servido parafavorecer su aceptación. La naturaleza vaga de muchos conceptos de las ciencias sociales, incluida la economía del desarrollo,los hace susceptibles de interpretaciones muy diversas e incluso incompatibles entre sí; ejemplos corrientes comprenden laigualdad, discriminación, estabilización e independencia económicas. Además, algunos de los principales conceptos másclaramente definidos por la economía del desarrollo se utilizan a menudo en sentidos muy diversos en la literatura técnica, aveces incluso en una misma publicación. Los usos e interpretación del término planificación van desde la programación del gastopúblico a un detallado control por parte del estado de las principales formas de la actividad económica. Los usos del términoinversión van desde el gasto específico destinado a aumentar la capacidad productiva (con el fin de aumentar el flujo neto de losbienes y servicios deseados) a todos los tipos de gasto favorecidos por los partidarios de la inversión, o incluso a todo cambiopromovido por ellos. El mismo concepto de progreso económico es a menudo utilizado bajo numerosos y diversos sentidos: elcriterio adoptado comprende implícita o explícitamente conceptos tan diversos como los de renta per capita, niveles generales devida, output industrial, independencia política y otros. La referencia, a países subdesarrollados ya implica una abstracción sustancial. La palabra subdesarrollado es susceptible de

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sugerir la idea de que la situación de dichos países es anormal y censurable, idea que muchas veces va aparejada con laimplicación de que dicha situación es fácilmente rectificable, nada de lo cual es cierto. Más importantes, pero menos evidentes,son los peligros que encierra la práctica de referirse a países. La referencia habitual a países puede oscurecer el hecho de quenuestro interés se centra más en grupos de personas que en entidades geográficas. Esta simple consideración tiene varias implicaciones. Las referencias habituales a la situación y condiciones de los países enlugar de las personas, grupos y sociedades son particularmente aptas para oscurecer la distinción entre una colectividad y laspersonas que la constituyen, lo que a su vez oscurece o incluso confunde aspectos fundamentales de una situación. Laidentificación —o más bien la confusión— del estado con la población, en sentido general, sirve también para oscurecer ladistinción entre los diferentes tipos de fuentes de decisión, y también entre situaciones radicalmente diversas. [279] Por ejemplo,las referencias a las exportaciones de capital de un país oscurecen las diferencias entre situaciones en las que la decisión es delgobierno, esto es, de una fuente única de decisión (como en el caso de ayuda de un estado a otro), y las situaciones en que lasdecisiones se toman por un conjunto de agentes o fuentes que actúan independientemente. Por consiguiente, existen buenas razones para insistir en que el interés debe centrarse en grupos y personas, y no en países.[280] Hemos tenido ocasión en este libro de observar repetidamente los resultados de la confusión entre un país y las personasque lo componen. El razonamiento sistemático suele requerir conceptos abstractos. En efecto, una combinación de abstracción y de utilización delenguaje técnico suele conferir precisión a la discusión. Pero para que los conceptos abstractos sean válidos hay que utilizarloscon seguridad, ya que si se utilizan con interpretaciones variables o inestables pueden resultar inservibles tanto comoinstrumentos para el razonamiento sistemático, como en cuanto guías para la política económica. Sin embargo, dichos conceptospueden ser instrumentos eficaces para aquellos que aprecian las posibilidades de variar la interpretación de las nocionesabstractas con el fin de escoger la interpretación específica que en cada caso apoya o justifica las políticas que ellos preconizan. La negligencia de las principales causas determinantes del progreso material y el olvido de los antecedentes históricos sonotras características de la literatura del consenso que se hallan relacionadas con lo dicho anteriormente. Las publicaciones más influyentes de la literatura del consenso ignoran las aptitudes y motivaciones de la gente, así como lasinstituciones y costumbres sociales que reflejan o bien subestiman en alto grado su significado. Como ya se ha observado, si bienpuede resultar conveniente hablar de la economía de los países subdesarrollados, de hecho nuestro interés se centra en lascondiciones materiales, actividad perspectivas de las personas, condiciones que se hallan profundamente afectadas, e incluso engran medida determinadas, por las facultades, motivaciones, y costumbres de la gente. [281] Las diferencias en las aptitudes y actitudes de la gente en sus instituciones son muy grandes y se hallan profundamenteenraizadas, y explican en gran parte las diferencias existentes de actividad económica y de los niveles y tasas de progresomaterial. Las principales diferencias entre personas y grupos subrayadas en la literatura del desarrollo son diferencias de rentasde derechos de propiedad. Si éstas fueran las únicas diferencias materiales serían accidentales en cuanto a su origen,superficiales en cuanto a su alcance, temporales y fáciles de borrar. Sin embargo, las diferencias reales son profundas y estables.Las causas determinantes, que se olvidan, son indudablemente importantes en el desarrollo, usualmente mucho mássignificativas que factores tales como el volumen del gasto de inversión, las tasas de ahorro, la magnitud del mercado o ladisponibilidad de moneda extranjera, factores que, si bien son cuantitativamente significativos, son tratados más apropiadamentecorno efectos (variables dependientes) del proceso de desarrollo que como causas (variables independientes). Mucha de la literatura del consenso olvida los antecedentes históricos de las sociedades de que se trata y, a fortiori, lasdiferencias existentes en esos antecedentes. El conocimiento de la historia es indispensable para una comprensión delpanorama económico de la mayor parte del mundo subdesarrollado. Por ejemplo, el desarrollo económico de las partesprincipales de África desde 1880, sus problemas y perspectivas, no pueden valorarse debidamente sin un conocimiento de lascondiciones extremadamente primitivas, por no decir bárbaras, existentes en el África al sur del Sahara en el siglo XIX. Tampocopuede comprenderse la situación y perspectivas económicas de la India sin una valoración de la profundidad e intensidad deactitudes y valores incompatibles con el desarrollo material que se remontan a millares de años. El razonamiento en el que se apoyan los principales elementos del consenso carece de solidez; se halla bastante lejos delconsenso de opinión alcanzado por los tratadistas y científicos tras el examen e interpretación de los hechos y el análisis de lasconclusiones. Se parece mucho más a los llamados acuerdos de las reuniones de masas, de las reuniones políticas o de lasconferencias internacionales.

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4. INFLUENCIAS OPERANTES TRAS EL CONSENSO La importancia de los antecedentes. —La validez de un argumento no se halla afectada por los factores y motivos en los que sesustenta. Los antecedentes del consenso son irrelevantes para la validez de sus argumentos y conclusiones. Sin embargo, vale lapena proceder a un examen de las razones que abonaron su aparición. La discusión crítica acerca de opiniones ampliamentesostenidas y muy controvertidas es más convincente si consigue hacer luz sobre la aparición y aceptación de dichas opiniones.Por otra parte, en un campo de estudio en que los principales aspectos metodológicos no se hallan resueltos, la crítica de teoríasampliamente aceptadas puede ganar no sólo en credibilidad y por ello en eficacia, sino también en firmeza, si se contemplan lasrazones que apoyan dichas teorías y los métodos mediante los cuales se ha llegado a formularlas. A continuación se citan los principales factores y causas, a menudo relacionados entre sí, que parecen hallarse detrás delconsenso: la rápida y repentina expansión del interés por la economía del desarrollo; la preponderancia del fin político en elrazonamiento claramente académico, y el fracaso o negativa a distinguir entre el desarrollo del conocimiento y el fomento de losobjetivos políticos; determinadas características del panorama cultural contemporáneo, especialmente en Occidente, incluida laactuación de fuerzas ideológicas; la influencia de motivos políticos y psicológicos y de intereses comerciales y administrativos querefuerzan estos motivos; y determinados problemas de metodología en la economía del desarrollo. La persecución de objetivos políticos. —Los factores políticos y las razones psicológicas relacionadas con ellos explicancumplidamente el gran aumento del interés por los países subdesarrollados en las últimas décadas. El reconocimiento de estoselementos es un principio común entre los que aceptan y los que rechazan el consenso, si bien los dos grupos se diferencianentre sí en cuanto a la valoración del significado y validez de las diferentes fuerzas en juego. Éstas parecen comprender lassiguientes: la aparición de numerosos países políticamente independientes pero pobres; la creación de organismosinternacionales generosamente dotados de personal y recursos; el aumento del poder político y militar de los países comunistas;la pérdida de equilibrio y seguridad en sí mismos por parte de los principales países occidentales, una manifestación de lo cual esla aparición de fuertes y poderosos sentimientos de culpa, especialmente en América y Reino Unido, hacia el mundosubdesarrollado. Esta culpabilidad y pérdida de equilibrio reflejan a su vez otros varios factores influyentes, entre los que figurauna desilusión e insatisfacción por los resultados del progreso material; la incertidumbre frente al rápido colapso de las creenciastradicionales; y las actividades de varios grupos, incluidos los humanitarios profesionales, ansiosos de fomentar el poder einfluencia de los organismos internacionales y de los países subdesarrollados y, posiblemente también, de los países del bloquesoviético frente a los occidentales. Estos factores han contribuido a atraer un masivo apoyo financiero para su aplicación a laeconomía del desarrollo, la cual en estas condiciones se ha dirigido principalmente hacia actividades susceptibles de serpolíticamente populares y de producir unos resultados aceptables desde el punto de vista político. Este apoyo financiero, procedente de una gran variedad de fuentes, explica muy bien la grande y repentina expansión de laeconomía del desarrollo desde la segunda guerra mundial. Esta rápida expansión de la actividad y del output ha dificultado elestablecimiento de estándares críticos válidos. El problema del control de calidad en épocas de rápida expansión es corriente encualquier campo objeto de estudio, donde la invalidez de las deducciones o la inutilidad de las hipótesis no pueden serfácilmente demostradas mediante la experimentación, corno sucede en la economía del desarrollo. El interés político y popular por la economía del desarrollo en los países subdesarrollados ha generado un enorme volumen depublicidad y publicaciones, en las que incluso el material intelectualmente nulo ha sido tomado en serio con tal de que fuerapolíticamente aceptable. La parte buena de este material sirve para ahogar las voces disidentes. La censura puede establecerseen la práctica ya mediante un clamor persistente, va mediante un silencio obligado, siendo el primer método particularmenteengañoso porque no se percibe su actuación. La preponderancia de la política. —El interés por el conocimiento se ha subordinado en gran parte a la persecución deobjetivos políticos en mucha de la literatura del desarrollo, incluso en la discusión presumiblemente objetiva y técnica. Estefenómeno, aunque presente en cualquier parte de la economía, se halla particularmente pronunciado en la economía deldesarrollo, ya que el tema se ha hecho popular en una época en que se ha aceptado por todas partes la preponderancia de lapolítica —el principio politique d’abord—. El profesor Myrdal y otros han subrayado en sus obras sobre la economía del desarrolloque el razonamiento objetivo en economía es imposible, y que la distinción entre búsqueda del conocimiento y fomento depolítica es caprichosa, por cuanto los conceptos referentes al tema y el razonamiento empleados se hallan cargados de valor yorientados políticamente. Si esto fuera cierto, ni el razonamiento objetivo ni las conclusiones generalmente aceptadas seríanposibles en economía, a no ser que fueran las llamadas resoluciones unánimes de las reuniones políticas. Ni siquiera podría

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distinguirse el desacuerdo entre las cuestiones de lógica y de hecho, por un lado, y los objetivos políticos, por otro. Esta postura injustificable ha resultado ser extremadamente influyente en la economía del desarrollo, donde han aumentado engran medida las dificultades para establecer y mantener incluso los mínimos estándares de competencia .e integridad. Laaceptabilidad y eficacia políticas se han convertido a menudo en criterios de ejecución y valoración intelectual. Las críticasrespecto a una afirmación determinada, por más defectuosa que ésta sea desde el punto de vista lógico o inexacta desde el puntode vista fáctico, siempre se pueden rechazar bajo la excusa de que reflejan diferencias políticas, y racionalizar o justificar laafirmación por referencia a determinados objetivos políticos. La eficacia política de un punto de vista siempre puede aumentarmediante la idea de que cuenta con el apoyo universal. Ejemplos de esta postura abundan en la economía del desarrollo. Una respuesta habitual a la crítica de la tesis del círculovicioso de la pobreza es la de que la insistencia en ella ha servido para promover la afluencia de ayuda. Muchas veces losfuncionarios internacionales admiten fácilmente en privado que la presentación de argumentos económicos y de materialestadístico va dirigida a promover lo que consideran de interés para los países subdesarrollas, porque estiman esta finalidadcomo el verdadero objetivo de sus ejercicios económicos y estadísticos. A no ser por la preponderancia de la política, muchos delos pasajes citados en los primeros capítulos de este volumen es casi seguro que nunca habrían sido escritos. La adopción de la eficacia y aceptabilidad políticas como criterios de peso en la vida académica o intelectual implica una vueltaa la ignorancia. Las consecuencias de tratar la eficacia política como criterio de valor intelectual, y la correspondiente falta deestándares intelectuales, fueron claramente reconocidas en la pasada generación por Ortega y Gasset: No hay cultura donde no hay acatamiento de ciertas últimas posiciones intelectuales a que referirse en la disputa ... El viajeroque llega a un país bárbaro, sabe que en aquel territorio ni rigen principios a que quepa recurrir. No hay normas bárbaraspropiamente. La barbarie es ausencia de normas y de posible apelación ... No, pues, en que se acierte o no —la verdad no estáen nuestra mano—, sino en la falta de escrúpulo que lleva a no cumplir los requisitos elementales para acertar ... [282] Estas observaciones compendian en gran parte la situación de la economía del desarrollo. Actitudes menoristas.— La postura política predominante en la economía del desarrollo ha sido exclusivamente meliorista encuanto a su carácter. Aunque el meliorismo es una expresión reconocida y útil, se emplea raramente. Indica la actitud, creencia oincluso insistencia en que todos debernos trabajar incesantemente para mejorar la condición humana. Los melioristas se arroganla capacidad y derecho de definir e interpretar el significado de mejora, y también de desatender o calcular su coste. En el campointelectual subrayan que el verdadero interés se centra en los resultados prácticos, esto es, en la mejora de la condición humanamás que en el desarrollo de los conocimientos o la comprensión del fenómeno. El doctor Kenneth Minogue ha examinado el concepto de meliorismo, las actitudes que indica y algunas de sus implicacionesen su importante libro The Liberal Mind. [283] Escribe: Los efectos de esta doctrina de aspecto inofensivo han sido tan sorprendentes que ha adquirido un nombre que, a falta de otromejor, nosotros adoptaremos: meliorismo. El meliorismo consiste en la aserción de que los pensadores políticos y sociales debeninteresarse más por las "cuestiones prácticas". Es un aspecto especial de la teoría utilitaria, por la cual el valor de las cosasdepende de su utilidad. Por consiguiente, el valor de las actividades intelectuales estará determinado por su utilidad parareformar o mejorar. La crítica intelectual de la política sólo puede justificarse como una preparación para "hacer algo acerca deello". [284] El meliorismo está a su vez íntimamente relacionado con la doctrina de las necesidades, la idea de que el hombre tiene encualquier parte unas necesidades claramente definibles y similares; y que si en algún lugar éstas no se satisfacen, existe lacorrespondiente obligación universal de atender a su satisfacción. La necesidad se define sin ningún examen del contexto social. El doctor Minogue señala que estas actitudes fomentan la práctica políticamente eficaz, pero intelectualmente perniciosa, de ladefinición negativa, esto es, la de definir un concepto en términos de lo que no es. Señala que los países subdesarrollados son unejemplo de definición negativa en cuanto a que estos países y sociedades se definen como la totalidad del mundo, salvo unpuñado de naciones industrializadas. [285] La presencia muy extendida de esta actitud meliorista ha aumentado muchísimo el atractivo del consenso. Ha fomentado lacreencia, por ejemplo, de que el atraso material relativo de los países subdesarrollados establece una similitud fundamental entreellos, y que las diferencias fundamentales o las únicas diferencias existentes entre los pueblos son diferencias de renta, las

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cuales son claramente calculables y establecen entonces el grado de necesidad. Esta actitud ha desalentado por su mismanaturaleza el examen de las aptitudes, actitudes, creencias y situaciones de los pueblos, ya que un examen semejantedisminuiría la fuerza política de la doctrina de la necesidad. Los melioristas insisten en que la satisfacción de las necesidades (ennuestro contexto, la mejora material del mundo subdesarrollado) es un deber moral as; como un objetivo fácilmente definible yalcanzable; las complejidades, obstáculos y costes son ignorados o minimizados. La investigación de las situaciones sesubordina al deber moral de satisfacer la necesidad; el trabajo de investigación se subordina al fin político. Los melioristas suelen rechazar el examen crítico de sus ideas y proposiciones. Llaman a la crítica destructiva o negativa,especialmente cuando no propone una alternativa, por así decir, constructiva. Estas objeciones son inaplicables; nuestraimpotencia para curar el cáncer no significa que no estemos capacitados para desenmascarar a un curandero. [286] En efecto, lafalta de una solución válida a un problema hace especialmente importante el que desenmascaremos las respuestas dadas almismo por un charlatán, ya que su presencia dificulta que lleguemos a una solución correcta. La impopularidad de la llamada crítica no constructiva ha favorecido inevitablemente la aceptación del consenso sobre eldesarrollo, que se ha beneficiado luego de la idea de que los principales obstáculos al desarrollo material son fáciles de entendery no demasiado difíciles de hacer desaparecer, siempre que exista buena voluntad y sentido práctico. Esta teoría tiene unatractivo especial en América y en el clima político e intelectual contemporáneo, que se ha visto muy influido por las ideasamericanas. Los Países subdesarrollados ofrecen un campo abonado para el meliorismo, que prevé políticas particularmente aceptablespara los grupos influyentes no sólo de los países pobres, sino también —lo que es mucho más importante— de los países ricos.Los ejemplos corrientes (temas principales de ensayos anteriores de este volumen) comprenden la planificación total, la ayudaexterior, la imposición fiscal redistributiva en el plano internacional y la ampliación del papel y poderes de las organizaciones yoficinas internacionales. Estas políticas de inspiración meliorista atraen a importantes y eficientes grupos e intereses deOccidente. Los grupos melioristas influyentes muchas veces dependen emotiva, política y, con frecuencia, también financieramente de lapresencia de los grupos por cuya situación se interesan. Acogen especialmente a grupos: como los pueblos del mundosubdesarrollado, que pueden clasificar con visos de superficial probabilidad como víctimas irremediables de factores que sehallan fuera de su propio control y, por ello, en especial necesidad de ayuda exterior. La desilusión en Occidente ante el fracaso del progreso material al no proporcionar una satisfacción duradera y no poderresolver los problemas internos (o la negativa a aceptar que dichos problemas no pueden resolverse), ha reforzado para losmelioristas el atractivo de los países subdesarrollados y ha desviado sus actividades del panorama nacional a la esferainternacional, especialmente hacia el mundo subdesarrollado. Es una paradoja que, en una época en que es patente y admitidoen Occidente el fracaso del progreso material para proporcionar satisfacción, exista esta insistencia en las medidas que se cree lopromoverán en otra parte. La influencia marxista. —La influencia del meliorismo en la economía del desarrollo se ha visto reforzada por la del marxismo,que es de por sí una especie particularmente influyente de meliorismo. Muchos autores, incluidos los que simpatizan con el marxismo, han señalado la influencia dominante de las ideas marxistas enla literatura del desarrollo. Esta influencia es evidente en las afirmaciones acerca de la responsabilidad de los paísesoccidentales por la pobreza de los países subdesarrollados, en las afirmaciones acerca de la naturaleza explotadora del capitalprivado, y en las propuestas de expropiación de las clases propietarias. Se refleja también en las propuestas de un comercio deestado y de movimientos cooperativos sostenidos y organizados por el estado, y en la insistencia en el gasto de inversión comofactor crucial del desarrollo. Si bien los escritos de Marx y Engels abundan en incongruencias lógicas y en profecías espectacularmente fracasada, estospadres fundadores del marxismo revelan un conocimiento profundo de los principales fenómenos relativos a la economía deldesarrollo. Eran conscientes del largo período de progreso material de Europa antes de la revolución industrial y fueronconsecuentes en su tratamiento del fenómeno como parte de un proceso histórico y en su cálculo de los hechos y políticas encuanto a sus efectos totales. Sin embargo, la gran influencia de las ideas marxistas­leninistas en la economía del desarrollo debepoco a sus conocimientos sobre la misma, ya que su atractivo deriva principalmente de otros aspectos sin ninguna relación conaquéllos. Estos aspectos comprenden, entre otros, el prestigio conferido a las ideas marxistas por los éxitos políticos y militares dela Unión Soviética; el atractivo de una arrolladora fe mesiánica secular; el atractivo que tiene el hacer responsables del atraso

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material a los factores ambientales y especialmente a los externos, un atractivo que está muy claro para los líderes de los paísessubdesarrollados pero que afecta también a grupos influyentes de Occidente, los cuales en algún modo sacarán ventajas de laaparición y extensión de una creencia en la culpabilidad de Occidente; el atractivo casi científico de un sistema que funciona condistinciones claras y algunas variables aparentemente bien definidas para explicar el funcionamiento de la sociedad y el curso dela historia; la promesa de la integración de los intelectuales con el resto de la comunidad en una sociedad comunista; la confiadapromesa de una victoria final de la revolución; y el atractivo de una ingeniería social y de un control aparentemente consciente delas fuerzas sociales y del destino humano. Un ejemplo claro de esta última idea ha sido la atracción que ha ejercido un sistemapolítico y social que considera y justifica aparentemente la obligatoria supresión de toda distinción entre las personas y losgrupos, excepto la existente entre los dirigentes políticos y sus súbditos, y que justifica también la pulverización de lasinstituciones existentes. Un sistema semejante atrae particularmente a los que se ven a sí mismos como dirigentes de dichoscisternas y sociedades. La preponderancia de los objetos políticos se lleva a su conclusión lógica en la teoría y práctica marxista­leninista, de acuerdocon la cual la verdad objetiva se halla, subordinada a la promoción de la causa de la revolución comunista. La influencia de dichafilosofía ha dificultado inevitablemente el establecimiento de estándares de razonamiento y certeza en la economía del desarrollo. La era de la credulidad. — Se han propuesto muchos términos descriptivos para el siglo XX, incluidos los de era de lacredulidad y era de los mensajes. El grado de credulidad y el volumen de mensajes son factores significativos en el panoramacontemporáneo, y han tenido un papel en la promoción del consenso. En ciertos aspectos nuestra época es quizá menos crítica y más crédula que cualquier otra época precedente. En efecto, lagente en la Antigüedad y en la Edad Media era crédula en muchos aspectos, pero la mayor parte de sus preocupacionesmundanas se hallaban centradas alrededor de acontecimientos y fenómenos de los que poseían un conocimiento de primeramano. En el siglo XX la gente se halla sujeta a un torrente de información acerca de una gran gama de acontecimientos yfenómenos, sobre los cuales sólo poseen información de segunda y tercera mano, cuyos significado y certeza no puedendeterminar. Esta avalancha de información, mucha de ella perturbadora y falta de significado y que la gente no puede examinar,parece haber entorpecido el ejercicio de las facultades críticas de la gente sobre una parte importante de los fenómenos. Pero no es sólo la cantidad de información, y su alcance, lo que ha entorpecido las facultades críticas de los hombres. Muchade la información se presenta bajo forma tan simplificada (aunque encubierta por una jerga pretenciosa), con miras a suaceptabilidad política y accesibilidad general, que aspectos importantes y pertinentes de los fenómenos y procesos descritos sehallan oscurecidos. Y esta presentación supersimplificada de la información ha derivado en una discusión ostensiblementetécnica o erudita, particularmente en aquellas ramas de las ciencias sociales que se encuentran más próximas al escenariopolítico. La gran expansión de la oferta de información engañosa y excesivamente simplificada tiene parecido con la actuación yresultados de la devaluación de la moneda a través de una expansión inflacionista de su volumen: constituye lo que puedellamarse una devaluación del lenguaje. Esta devaluación del lenguaje socava la comunicación efectiva, de la que depende engran parte el funcionamiento razonablemente tranquilo de la sociedad civilizada. Las palabras son a la comunicación y discusiónlo que las unidades monetarias son al sistema monetario. La devaluación del lenguaje, como de la moneda, debe provocar ladesintegración. El tenor de la discusión en la economía del desarrollo parece haberse visto muy afectado por estos factores que actualmentedevalúan la moneda intelectual, de modo que es interesante especular sobre las razones de esta vulnerabilidad del tema a lastendencias contemporáneas. Éstas parece que incluyen, entre otras, el reciente y rapidísimo crecimiento del volumen de literaturadel desarrollo y la estrecha conexión entre la economía del desarrollo y las políticas actuales. Estos factores actúan sobre un temaque resulta particularmente difícil, en términos de oferta de información fiable, por las distancias físicas y culturales que separan alos occidentales de los países subdesarrollados y sus poblaciones, y por los numerosos y complejos factores que existen tras elprogreso material. Todas estas consideraciones ayudan a explicar la visión excepcionalmente desprovista de sentido crítico que la mayoría de loseconomistas académicos tienen, por un lado, de los métodos y conclusiones de la literatura del desarrollo y, por otro, de laaceptación sin discusión por parte del público de la literatura del consenso. Descontento en Occidente. — Sin embargo, debe mencionarse otro punto. La mayor parte de las ideas del consenso, aunquede hecho y en pura lógica carecen de sentido, sirven todas ellas para fomentar actitudes y políticas contrarias a los intereses de

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Occidente. Hemos señalado en precedentes ensayos que muchos de los fenómenos que aparecen como aspectos de un conflicto entrepaíses desarrollados y subdesarrollados deben verse como aspectos de un conflicto dentro de Occidente. Existen en Occidentealgunas personas y grupos, influyentes a pesar de ser numéricamente pequeños, que han llegado a sentir una gran aversión porlas principales instituciones de su sociedad, y especialmente por el sistema de mercado. Entre estas personas se encuentrannumerosos individuos que sienten un oscuro resentimiento hacia un sistema que no les proporciona oportunidades para dirigirlos negocios de la sociedad y las actividades económicas de sus componentes, a lo cual creen tener derecho dadas suscualidades. Estas personas y grupos acogen con agrado la aparición de cualquier circunstancia que pueda utilizarse parasostener sus propósitos. Por las razones expuestas en la introducción, las discusiones sobre los países subdesarrollados hansido particularmente útiles en este contexto. El reconocimiento de esta situación ayuda a explicar las principales paradojas de la discusión pública y de la política en elcampo de la economía del desarrollo. Ello explica, en parte, la aparición y aceptación de los principales componentes delconsenso, a pesar de su invalidez o incluso manifiesta absurdidad. Ello explica en gran parte la paradoja de que Occidenteproporcione la mayor parte de los recursos intelectuales, políticos, administrativos y financieros con los que muchos de los paísessubdesarrollados le atacan. Los argumentos utilizados por los portavoces de los países subdesarrollados para atacar a Occidentehan sido proporcionados por los intelectuales occidentales, del mismo modo que Occidente proporciona ayuda exterior ypersonal a los países que luego adoptan políticas hostiles hacia la inversión extranjera y hacia los intereses económicos ypolíticos occidentales. Como hemos señalado en el capitule; I, el mundo subdesarrollado sirve tanto más eficazmente a losintereses de estas personas descontentas cuanto más se mira a aquel mundo como una colectividad uniforme y paralizada, queademás sólo difiere del mundo desarrollado por ser más pobre; lo cual explica en parte el que se trate así al mundosubdesarrollado en la discusión pública. Algunas de estas personas y grupos, especialmente los comunistas y sus aliados, reconocen la situación, a vecesexplícitamente. De hecho, sus políticas han permanecido estables durante medio siglo. El segundo congreso de la Internacionalcomunista en 1920 declaró que los bolcheviques tenían que concluir una estrecha alianza de todos los movimientos de liberaciónnacional y colonial con la Rusia soviética. [287] En 1924 Stalin, hablando sobre "Los fundamentos del leninismo [288] insistió enque la destrucción del capitalismo se conseguiría a través de una alianza entre la Unión Soviética y los "múltiples centenares demillones, de asiáticos y africanos que están padeciendo opresión nacional en su forma más salvaje y cruel". Difícilmente podíaprever por aquel entonces hasta qué punto los intelectuales occidentales cooperarían en ello al propagar ideas como la de queOccidente ha causado la pobreza del mundo subdesarrollado, o la de que la planificación total es indispensable para eldesarrollo económico, ideas que aunque claramente erróneas han sido dadas por buenas en discusiones sobre los paísessubdesarrollados, especialmente en la literatura de las Naciones Unidas. 5. OTROS ASPECTOS DEL CLIMA INTELECTUAL Estas fuertes influencias políticas y sociales habrían sido quizás insuficientes para lograr una amplia aceptación del consensoespúreo si su efecto no hubiese sido reforzado por determinados hábitos mentales, predisposiciones y métodos de enfoquecaracterísticos del clima intelectual­contemporáneo, incluido el menosprecio de la dimensión temporal en los procesos históricos,y la pertinencia y significación de la cuantificación. Supresión de la perspectiva temporal. —Hace algunos años, el profesor Gombrich hizo un comentario acerca de lo quejustamente denominaba amputación de la dimensión temporal de nuestra cultura. [289] Este significativo fenómeno se observaen la ignorancia hoy muy extendida tanto del pasado reciente como del más lejano, en la naturaleza conscientemente efímera delarte contemporáneo, y en la pérdida de memoria colectiva reflejada en la discusión pública y política. El pasado histórico es esencial para una discusión válida del desarrollo económico, que es parte integrante del progresohistórico de la sociedad. Pero muchos de los escritos más difundidos sobre desarrollo omiten de hecho tanto los antecedenteshistóricos como la naturaleza del desarrollo como proceso. Las discusiones sobre el círculo vicioso de la pobreza son un ejemplocorriente. Otros ejemplos son las frecuentes comparaciones entre el África y el Asia actuales, por un lado, y la Europa yNorteamérica del siglo XIX, por el otro, o las comparaciones entre el proceso de industrialización del Reino Unido del siglo XIX yla Europa occidental y la industrialización fomentada por los estados del África y Asia contemporáneos. Estas comparacionesignoran el estado muy avanzado de las economías de Europa occidental, Reino Unido y Norteamérica en el siglo XIX, regionesque contaban con siglos de desarrollo material y con la; instituciones y actitudes de una economía de intercambio. Algunos

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autores llegan hasta el punto de comparar la industria del cacao del África occidental con las industrias exportadoras deNorteamérica en el siglo XIX, en detrimento de las primeras por no haber transformado suficientemente a la sociedad de Áfricaoccidental para poder alcanzar los estándares materiales de la actual Norteamérica. Este enfoque atemporal de la economía deldesarrollo priva al tema de sus elementos básicos, de forma muy parecida a como la economía sin precios ni costes vacía lateoría económica estática de sus principales elementos fundamentales. Este menosprecio de los antecedentes históricos y de la dimensión temporal del cambio se refleja en las frecuentes peticionesde reforma social inmediata y total en los países subdesarrollados. Como ha dicho un colega americano, los abogados de lareforma piden un cambio social inmediato del mismo modo que piden un café exprés. Estas peticiones de reforma casi instantánea y de cambio a gran escala a menudo parecen ser deliberadamente excesivas, demodo que todas las esperanzas populares que estas peticiones puedan levantar se verán sin duda frustradas. Por consiguiente,se crea una situación en la que no sólo puede condenarse a la sociedad nacional y la internacional existentes, sino que losreformadores pueden presionar con mayores probabilidades de éxito para que se adopten políticas de violencia. Sin embargo, ladiscusión en torno a estas peticiones refleja muy a menudo una ignorancia genuina de la importancia de la dimensión temporaldel cambio. Menosprecio de lo no cuantificable. —Es familiar el atractivo que tiene hoy día la cuantificación. Se cree generalmente que lasinfluencias, fenómenos o aspectos de los fenómenos sólo son significativos cuando permiten su cuantificación, ya sea genuina oespúrea. La cuantificación no guarda relación alguna ni con el significado ni con la causalidad. Los aspectos más importantes deuna situación no son necesariamente aquellos que pueden ser fácilmente cuantificados. Por otra parte, a menudo los factores queinfluyen en una situación no pueden ser cuantificados, aun cuando la situación o algunos de sus aspectos sí puedan serlo. El atractivo de la cuantificación es, originariamente, en parte político y en parte intelectual. El énfasis que se pone en losaspectos cuantificables de una situación oscurece a menudo las complejidades y los problemas de propuestas políticas talescomo las defendidas por los melioristas. Por otro lado, la insistencia en la cuantificación favorece los casos de ingeniería social,ya que fomenta el tratamiento de los seres humanos como unidades estandarizadas o intercambiables. La cuantificación tiene también ciertos atractivos intelectuales, algunos sólidamente basados, otros falsos. El atractivo tiene unabase sólida cuando los conceptos cuantificados son firmes y los aspectos cuantificables de una situación son significativos. Entales condiciones la cuantificación puede mejorar en alto grado y a menudo de manera decisiva la importancia y significado deuna discusión. Ejemplos corrientes de ello los encontramos en buena parte de la demografía, de la economía monetaria, de lahacienda pública y del comercio internacional. Sin embargo, muy a menudo el atractivo de la cuantificación deriva de la creenciainfundada de que el propio proceso de cuantificación puede prometer o garantizar la precisión, comprensión, fiabilidad yconcreción. Desde luego, no hace nada de ello; la cuantificación lleva consigo a menudo una gran dosis de abstracción. En buena parte de la economía del desarrollo el atractivo de la cuantificación deriva de una intención política, de ingenuidadintelectual o de ambas a la vez. La utilización sin crítica de las estadísticas sobre renta nacional para medir las diferenciasinternacionales de nivel de vida y bienestar ofrece un ejemplo corriente de intención política e ingenuidad intelectual. Eltratamiento de los países subdesarrollados como sustancialmente similares entre sí y diferenciados de los países desarrolladossólo por los niveles de renta es un ejemplo de la creencia de que las únicas diferencias importantes y significativas son las quepueden ser cuantificadas con una verosimilitud por lo menos superficial. Generalmente las capacidades y las actitudes, las costumbres y las instituciones no pueden ser cuantificadas de modosignificativo. No obstante, son los factores principalmente determinantes de la actividad económica y, por consiguiente, delprogreso material. Los factores personales y culturales han sido hasta fecha reciente considerablemente ignorados en la literaturadel desarrollo. Al no tener en cuenta estos factores determinantes, ha ignorado en realidad el hecho de que una economía estáconstituida por personas. Si bien recientemente estos factores han ganado algo en cuanto a reconocimiento, todavía se lesmenosprecia considerablemente. No obstante, está claro que son mucho más importantes y apropiados al desarrollo que otrosfactores como la relación de intercambio, las reservas de divisas, las relaciones capital producto o las economías externas, temasque llenan las páginas de la literatura del consenso. [290] Es instructivo examinar con mayor detalle estas principales causas determinantes no cuantificables de la actividad económica,con el fin de demostrar cómo su menosprecio ha afectado radicalmente la importancia de la literatura del consenso. Resultaentonces que las diferencias en la acción de los factores determinantes del progreso material en Occidente y en el mundosubdesarrollado vienen operando desde hace mucho tiempo. Esta conclusión viene sugerida por el gran uso que se hizo de

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instrumentos relativamente complicados y de métodos relativamente avanzados de construcción en la Europa medieval yrenacentista, así como por el volumen y dirección de los viajes durante siglos antes de la revolución industrial, que fue en granparte desde el oeste hacia el este. La literatura y el arte pueden a menudo explicar la antigüedad de las diferencias advertidas en el progreso material, tanto conreferencia a su presencia, como con referencia a los factores determinantes del mismo. Las pruebas qué pueden obtenerse defuentes artísticas y literarias son particularmente útiles al tratar de factores determinantes como las actitudes y los objetivos. Estasfuentes deben utilizarse con cautela y conocimiento de sus limitaciones. Pero esto es una advertencia que conviene igualmente aelementos de prueba más convencionales, tales como las estadísticas e informes oficiales, en los que generalmente parecemenos necesaria la cautela. La antigüedad de estas diferencias entre el este y el oeste ha sido puesta de relieve por lord Clark, quien en su trabajo clásicoThe Nude compara la imaginería existente en el Museo Británico, de la antigua Grecia y de la India: Las formas suaves, sin nervio y exuberantes del arte indio hacen resaltar por contraste las formas tensas, resueltas y sobriasdel griego. Sentirnos en cada línea de estos cuerpos voluntariosos una capacidad de resistencia y autosacrificio, para los cualesla palabra moral no deja de ser apropiada. [291] El comentario de lord Clark acerca del arte indio no hay duda de que es aplicable a la antigua imaginería india a lo largo de ungran período de tiempo y en un vasto espacio. Fuera de la literatura del consenso, se ha reconocido repetidamente el efecto funesto sobre el progreso material de dosactitudes muy prevalecientes en Asia —ambas no cuantificables en alto grado—: el prestigio de la vida contemplativa frente a lavida activa y la repugnancia o negativa a sacrificar un animal o incluso a utilizar productos animales. Un buen número de tratadistas de arte, de historia del arte y estética han subrayado el énfasis que se da en una gran parte delarte asiático a la contemplación, sosiego y finalidad, frente al desasosiego, movimiento y experimentación característicos del arteeuropeo, por lo menos desde el Renacimiento. Eric Newton sugiere que el arte europeo ha tratado durante siglos de reflejar elmovimiento de una escena a otra, mientras que el arte oriental tradicionalmente se ha esforzado en reflejar y representar laperfección estática. [292] Reflejan también esta diferencia los cambios frecuentes de moda y de formas de vestir en Occidente,frente a la continuidad mucho mayor en estos aspectos a través de los siglos en el este. Los observadores occidentales de Asia también han señalado a menudo los funestos efectos sobre el progreso material de lacreencia en la inviolabilidad de la vida animal sensible. Con menos frecuencia se nota que esta actitud está relacionada con lacreencia en la unidad de la naturaleza, con la consecuente falta de una clara distinción entre el hombre y el resto de la creación.Existe una profunda diferencia entre las actitudes que afirman la unidad del hombre y la naturaleza y las que establecen unadiferencia. Esta diferencia, originada en la era precristiana, tiene profundas implicaciones para los factores determinantes delprogreso material. La creencia en la unidad del hombre y el universo, y en una fundamental identidad entre ambos, se refleja en numerosasactitudes, aparte de la creencia en la inviolabilidad de la vida animal: oposición a una actitud mental objetiva hacia el mundo,porque tal actitud dividiría la continuidad y unidad fundamentales de la naturaleza, el reconocimiento de lo cual es consideradocomo la verdad fundamental de la existencia y fuente de extrema felicidad; indiferencia hacia toda emoción mundana, incluida laambición, y también hacia toda relación que implique intereses y actividades externas; una falta sistemática de curiosidad por losfenómenos; el esfuerzo por cambiarse uno mismo (con el fin de alcanzar la sabiduría y felicidad últimas), en lugar de cambiar oesforzarse por, cambiar el ambiente; aceptación de la vida y el mundo tal como son, incluidos sus males; creencia en un universoexterior y preordenado, incluida la responsabilidad preordenada por la situación y perspectivas de cada uno; consideración de lavida como un cumplimiento de obligaciones y una realización de deberes, más que como un compromiso en una actividad y unosintentos por conseguir unos resultados. [293] Esta actitud mental pone todo su acento en la permanencia y se muestra contraria al cambio, rechazando todo control o cambiodeliberado del medio ambiente. Pone también el acento en la unidad y continuidad básicas y contra toda distinción, inclusodistinciones tales como las existentes entre hombre y naturaleza, bueno y malo, deberes y derechos. Estas actitudes, creencias oformas de conducta se hallan muy extendidas y enraizadas en vastas regiones de Asia. Sólo pueden hacerse conjeturas acercade su posible duración, pero creo que en la mayor parte del sur de Asia persistirán todavía durante muchas generaciones. [294] En el mundo islámico, por lo menos hasta la masiva penetración de las influencias occidentales en los últimos decenios, los

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elementos dominantes en los sistemas religiosos y filosóficos subrayaban también la naturaleza invariable del universo y elmantenimiento de una tradición invariable por encima del desarrollo de la individualidad y de la libertad de elección del hombre.Estas características y actitudes explican, por lo menos parcialmente, la común cualidad islámica de la pasividad. En África, en la región al sur del Sahara, los sistemas principales de pensamiento han dado también por sentado un universoinvariable e imposible de cambiar. El predominio de la magia, el recelo hacia las personas que lían efectuado cambios y mejorasy la obligación de compartir toda ganancia con los miembros de una vasta familia o incluso con toda la tribu, se han señaladotambién repetidamente como obstáculos al progreso material en buena parte de África. Algunas de estas creencias y actitudes, y especialmente la insistencia en la unidad del hombre y la naturaleza, al tiempo queretrasan todo progreso material conducen a menudo a la serenidad y armonía espirituales. La tradición occidental de lasubordinación de la naturaleza a los deseos del hombre promueve el avance material, pero crea también una tensión ydesasosiego espirituales. Y así ocurre también con el espíritu todavía mucho más pronunciado de competencia y emulación enOccidente, el cual refleja, por lo menos en parte, un énfasis en la distinción y la división. La lista de los factores personales y culturales de los países subdesarrollados contrarios al progreso material, la mayor partede los cuales no se presta fácilmente a una cuantificación, podría alargarse casi indefinidamente. Pueden mencionarse otros tresejemplos de factores importantes, no cuantificables, que aparecen claramente en grandes regiones, pero que son casi ignoradosen la literatura del consenso: la santidad del ganado, la tradición autoritaria y una cierta inactividad o apatía física y mental. La santidad del ganado ha sido una característica destacada predominante de la vida india durante milenios. Esta actitud sehalla relacionada con la creencia en la inviolabilidad de la vida animal sensible, pero deriva en gran parte del apego invariablede los arios al ganado desde su llegada a la llanura del Ganges, alrededor de unos mil años antes de Cristo, siguiendo sumigración desde Europa a través del Oriente Medio. [295] Desde 1949 la santidad tradicional del ganado ha sido reforzada porlas prohibiciones legales de sacrificarlo (las cuales afectan también a los que no son hindúes) en la mayoría de los estados de laIndia. La santidad del ganado tiene enormes efectos contrarios al progreso material, pero su abolición por disposición legal,inconcebible sin una conquista exterior, podría muy bien producir un colapso espiritual en el país. Durante centenares o millares de años la persona individual en África y Asia se ha hallado mucho más sujeta que en Europa ala autoridad, tanto a la autoridad política como a la de la sociedad tradicional. La fuerza mucho mayor de la tradición autoritaria enÁfrica Asia se refleja en muchos aspectos de la vida personal, incluida la elección de la propia esposa. Una tradición autoritaria,como ya hemos señalado, acentúa las funciones más que los objetivos, y las obligaciones más que los derechos. Una tradiciónsemejante desaconseja la investigación, la experimentación, la autodependencia y la preocupación personal por el futuro; por elcontrario, fomenta la falta de curiosidad por las actividades y logros de las otras sociedades, lo cual conduce al aislacionismocultural e incluso a la xenofobia. Estos resultados de una tradición autoritaria se refuerzan con la creencia en lo sobrenatural, quees todavía relativamente fuerte en África y buena parte de Asia. Una clara lasitud mental y física entre la mayoría de la población local en muchos de los países subdesarrollados,especialmente en el Oriente Medio y en el sur de Asia, ha sido señalada a menudo por los observadores extranjeros y losnaturales de dichas regiones que han contado con algunas bases de comparación. Nirad Chaudhuri, por ejemplo, ha subrayadoesta característica del pueblo indio. [296] El olvido en la literatura del consenso de los factores no cuantificables que sirven de base a la actividad económica ha dado unaire de incongruencia e irrealidad a mucha de la literatura contemporánea, tanto teórica como aplicada. Esta incongruencia hasido repetidamente señalada por escritores familiarizados con el panorama social o la historia de los países subdesarrollados.[297] Una consecuencia de este olvido ha sido el fomento, intencionado o no, de expectativas inseguras e irrealizables de unapronta y considerable mejora de las perspectivas materiales y de las tasas de desarrollo de los países pobres. El descuido de las principales causas determinantes del desarrollo en los modelos más investigados ha impedido también unuso provechoso de la abstracción. Una abstracción adecuada favorece la precisión en los estudios sociales, al igual que en otrasdisciplinas. En la economía del desarrollo ha ocurrido lo contrario, debido a los efectos combinados del descuido de lasprincipales causas determinantes, de la confianza en los conceptos abstractos y de las interpretaciones variables de estosconceptos. Descuido de los factores geográficos.—No parece claro hasta qué punto la inercia y algunas otras características y actitudesdesfavorables al progreso material reflejan actuación de los factores geográficos. Es casi seguro que el clima juega un papel

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considerable, que ha sido menospreciado a pesar de la evidente concentración de la pobreza material en los climas extremos. La conexión entre clima y atraso material es especialmente pronunciada en algunos de los grupos más pobres del mundosubdesarrollado, especialmente entre los pueblos del desierto, los esquimales y los pigmeos. Estos grupos, numéricamentegrandes, raramente se mencionan en la literatura del desarrollo, en parte debido a que no contienen grupos articulados opolíticamente activos, y en parte también a que su existencia pone de relieve tanto una marcada desigualdad dentro del mundosubdesarrollado como la evidente incongruencia o inadecuación de objetivos políticos generales tales como la industrialización ola planificación central total. Sin embargo, aparte de estos casos extremos, la idea de una conexión entre el clima y la actividad económica aparece alcontemplar la concentración de la pobreza material en los climas no templados. La influencia del clima en la actividad económicaha sido señalada por escritores no pertenecientes a la literatura del consenso . [298] Entre los escritores más recientes,Chaudhuri ha tratado ampliamente de esta característica de la historia del subcontinente indio y de las facultades personales desus habitantes. Escribe, por ejemplo: Es el vampiro de la geografía quien chupa toda energía creativa y deja a sus víctimas como sombras indiferentes. Su altatemperatura media, junto con temperaturas extremas diarias muy acusadas, apenas permite al cuerpo humano alcanzar otra cosamás fructífera que la adaptación diaria al clima La planicie inalterada de la llanura encuentra su contrapunto en el embotamientode la mente, la monotonía de la experiencia y la estrechez de los intereses ... Este medio ambiente terrible ha influido en todos los inmigrantes extranjeros en la India. Aunque esta afirmación haya llegado aser un tópico, es todavía la verdad ineludible. No sé qué consecuencias futuras tendrán el aire acondicionado y la regulaciónartificial de la temperatura, pero hasta ahora ningún extranjero en la India —ario, turco o anglosajón— ha podido escapar a lasconsecuencias de vivir en la llanura indogangética. Se ha disipado su energía, se ha minado su vitalidad y debilitado su voluntade idealismo. [299] El olvido de la influencia del clima es otro factor que contribuye al aire de irrealidad que rodea la discusión. Prima facie, esteolvido es sorprendente, ya que parece que es un factor que se prestaría fácilmente a un examen sistemático e incluso, hastacierto punto, a una cuantificación apropiada. Pero el clima afecta normalmente a la gente tan sólo después de una prolongadaexposición al mismo, y mucha de la literatura del desarrollo ha sido escrita por gente que permanece poco tiempo en los paísessubdesarrollados, generalmente en las estaciones más agradables, y pasa la mayor parte de su visita en condicionesresguardadas del calor, en edificios con aire acondicionado. La evidente imposibilidad de modificar sustancialmente el clima enel inmediato futuro puede haber alentado también el olvido de un factor que no es susceptible de acción política. La inadecuación de una definición negativa. —Ya hemos señalado en este ensayo algunas de las penetrantes observacionesdebidas al doctor Minogue sobre los efectos engañosos y perjudiciales de la práctica de la definición negativa en la economía deldesarrollo, esto es, de la práctica de tratar al mundo subdesarrollado como si fuera lo mismo que el mundo desarrollado, peromás pobre, y de considerar a las gentes de los países subdesarrollados como sustancialmente similares entre sí y diversas de lasgentes del mundo desarrollado tan sólo por su pobreza relativa. No existe base para pensar que los componentes de unacategoría descrita por un proceso de definición negativa deban exhibir uniformidades o similitudes básicas; el hecho de queciertos miembros de la categoría no posean determinados atributos, cuya falta define la categoría, de ningún modo garantiza lapresencia de similitudes o uniformidades o incluso de una presunción en este sentido. De esto resulta que unas mismas políticas pueden producir resultados muy distintos cuando se aplican a diferentes miembrosde una categoría así definida. Ya hemos señalado la observación del doctor Minogue de que de nada sirve definir un caballo y uncarro como algo que no lleva motor. 300 Es inútil esta definición porque caballos y carros, veleros y camellos, por ejemplo, no sonesencialmente medios idénticos de transporte, a pesar de que ninguna de estas formas de transporte haga uso de un motor decombustión interna. Aparte de otras implicaciones derivadas de las diferencias existentes entre estos diversos medios detransporte, su actuación, incluso para fines determinados, no puede mejorarse mediante métodos sustancialmente parecidos. Enefecto, la utilización de un mismo método —supongamos, la inyección de suministros adicionales de agua— puede conducir aresultados diametralmente opuestos. Lo mismo puede aplicarse a las condiciones de los países subdesarrollados. Como categorías, los términos rico, acomodado y pobre pueden tener una cierta utilidad, a pesar de ser obviamente arbitrariosy vagos por su pertenencia a categorías continuamente cambiantes. Sin embargo, mando no se toma ninguna de estas categoríascomo criterio o norma, en odas palabras, no se usa como definición, uno se encuentra inmediatamente frente a la inadecuaciónde la definición negativa de que ya hemos tratado. Estas inadecuaciones se exacerban si las categorías que sirven de base a la

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definición se apoyan en una cuantificación que es en gran parte espúrea por cuanto se halla sujeta a enormes prejuicios yerrores, como son las estimaciones de rentas per capita que forman la base principal de la división convencional entre paísesdesarrollados y subdesarrollados. Las inadecuaciones son además compuestas si la categoría escogida para servir de base a ladefinición, ella misma basada en datos no fiables, se encuentra en uno de los extremos del espectro. Los efectos de la definiciónnegativa, de la creencia en el significado predominante de los aspectos y causas cuantificables de la situación, del fracaso en laconsideración de la base insatisfactoria de las categorías, y de la elección de una categoría extrema corno norma, se hanreforzado unos a otros al dar una definición del mundo subdesarrollado que es sustancialmente engañosa y no permite ver ni laarbitrariedad de la división entre mundo desarrollado y subdesarrollado, ni la diversidad existente dentro de cada categoría. Hay diferencias evidentes y sustanciales de capacidades, actitudes e instituciones económicas del mundo subdesarrollado,como por ejemplo entre los chinos y los hindúes del sudeste asiático, los hindúes de la India y los pueblos tribales de Áfricacentral. La práctica de la definición negativa favorece el olvido de estas diferencias respecto a las causas determinantes delprogreso material. La confusión resultante de esta práctica ha sido exacerbada por el uso de expresiones tales como noprivilegiado o desposeído, que dan la idea engañosa de que la vasta y heterogénea categoría ha sido de algún modo en suconjunto víctima de la injusticia. 6. PROBLEMAS DE METODOLOGÍA 301 Tanto en la discusión académica como en la popular, la aceptación del consenso espúreo se ha visto favorecida por no habertenido en cuenta algunos importantes problemas de metodología. Como a menudo sucede, cuestiones aparentemente abstrusasresultan ser problemas de enorme significación política y práctica. Atractivo e inadecuación del historicismo — Mientras la negligencia indebida de los antecedentes históricos es una de lascaracterísticas de la literatura del consenso, existe al mismo tiempo un destacado elemento historicista en el consenso que hacontribuido sustancialmente a su aceptación. Sir Karl Popper ha acuñado el término historicismo para indicar … un enfoque de las ciencias sociales que supone la predicción histórica constituye su objetivo principal, objetivo que sealcanza mediante el descubrimiento de los "ritmos" o "pautas", de las "leyes" o "tendencias" que sirven de base a la evolución dela historia. [302] En este sentido el historicismo ha tenido un gran atractivo político y psicológico durante decenas, por no decir centenares deaños, atractivo que es quizá más fuerte ahora de cuanto lo fue jamás. La principal fuente de este atractivo está clara: la promesadel establecimiento de leyes universales análogas a las de la ciencia natural, las cuales se espera que expliquen el pasado ypredigan el futuro y quizás hagan posible el control consciente del curso futuro de los acontecimientos a través de lamanipulación tanto de las personas como del medio. El atractivo de esta idea es particularmente fuerte cuando el prestigio de lasciencias naturales es alto, y especialmente en épocas de rápidos cambios sociales y preocupación general sobre el futuro. Las predicciones del historicismo han sido completos fracasos y sus pretensiones lógicas, científicas y metodológicas han sidorefutadas repetidas veces de manera concluyente por destacados historiadores y filósofos, y quizá de manera más completa ydefinitiva por R. G. Collingwood y sir Karl Popper. Las conclusiones fundamentales de Popper pueden fácilmente resumirse ensus propias palabras: ... el historicista, en realidad, no deriva sus profecías históricas de predicciones condicionales y científicas ... posiblemente nopuede hacerlo así porque las profecías a largo plazo sólo pueden derivarse de predicciones científicas y condicionales si seaplican a sistemas que puedan describirse como aislados, estacionarios y recurrentes. Estos sistemas son muy raros en lanaturaleza; y la moderna sociedad con toda seguridad no es uno de ellos. ... porque los más destacados aspectos del desarrollo histórico no son repetitivos. Las condiciones son cambiantes, y lassituaciones que se producen (por ejemplo, como consecuencia de nuevos descubrimientos científicos) son muy distintas de todocuanto sucedió con anterioridad. El hecho de que nosotros podamos profetizar eclipses no proporciona, por ello, una razón válidapara que esperemos poder predecir revoluciones. [303] Como Popper ha remarcado acertadamente, aparte de que se produzcan acontecimientos aleatorios y exteriores, el progresodel conocimiento en sí mismo impide una predicción racional del futuro desarrollo de la sociedad, ya que no es posible prever elconocimiento futuro. Pero ni los fallos fácilmente demostrables de la profecía, ni las refutaciones concluyentes de la lógica,

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afectan al atractivo emocional de la profecía historicista. Su defensa por destacados representantes del consenso ha aumentadola influencia de éste. El atractivo de la profecía historicista, es mayor gracias a la tendencia meliorista de alguna de sus principales conclusiones,especialmente la promesa del progreso a, largo plazo que cabe esperar, en los países subdesarrollados, de la aplicación de laspolíticas propuestas por el consenso. El atractivo y prestigio de estas profecías han sido muy favorecidos por el uso de migajas deinformación histórica, ordinariamente estadísticas bastante simples, y de ciertos conceptos de macroeconomía, especialmenterelaciones agregadas capital producto como base para la extrapolación. Para el público poco informado, en cuyas opiniones haninfluido mucho las discusiones contemporáneas sobre la economía del desarrollo (incluidas las discusiones claramenteacadémicas), estas profecías parecen combinar los méritos del saber histórico, de la predicción científica y del conocimiento de larealidad. Tales creencias y pretensiones son infundadas. La recolección casual de algunos datos estadísticos no constituye un estudiohistórico serio, ni tampoco la simple extrapolación de tendencias arbitrariamente escogidas puede reflejar actividad científica.Muchos de los conceptos utilizados, especialmente las relaciones capital­producto, son enormemente difíciles de especificar conprecisión y de aplicar de manera eficaz. Aun cuando estas dificultades no estuvieran presentes, dichos conceptos no podríanservir para la predicción científica por ser simples descripciones de hechos pasados, y no variables entre las cuales se hayanestablecido relaciones funcionales o causales. El desarrollo económico es un aspecto del proceso histórico de desarrollo de las sociedades. Los métodos de investigaciónapropiados a la explicación del desarrollo histórico y a la formulación de conclusiones difieren en muchos aspectos de losmétodos idóneos a las ciencias sociales y especialmente a las naturales. [304] Los principales aspectos y elementos de losprocesos históricos, que diferencian los fenómenos estudiados por las ciencias históricas de los examinados por las cienciasnaturales, y hasta cierto punto también de los de las ciencias sociales, comprenden: la dependencia de los resultados de losprocesos históricos de la manera como estos procesos se inician y desarrollan; la no repetición de los principales elementos delproceso histórico; la frecuente intrusión de factores exógenos en el sistema objeto de investigación; el carácter único del procesode la historia, reflejando en parte los factores que se acaban de mencionar y también la aparición de conocimientos prácticos eintelectuales; la multiplicidad de —influencias relacionadas y variables (variables en el sentido de que la fuerza de su accióndifiere y varía según el lugar y el tiempo) afectando simultáneamente al desarrollo de las sociedades; los problemas planteadospor el retardo temporal en la actuación de los diversos factores y el problema relativo al espacio de tiempo de manifestación de larespuesta; [305] la naturaleza muchas veces impredecible de la respuesta de los seres humanos a los principales cambios decondiciones, lo cual es especialmente importante si un número relativamente pequeño de agentes ejerce un efectodesproporcionado en el curso de los acontecimientos, como suele ocurrir en el proceso histórico. Por estas razones, es difícil oincluso imposible predecir de manera fiable los cambios que se producirán y que afectarán de manera sustancial al procesohistórico o a la respuesta de los seres humanos a dichos cambios. Estos factores y complicaciones o bien ­se encuentranausentes de los fenómenos, relaciones y situaciones estudiados por las ciencias naturales y sociales, o están presentes en ungrado mucho menor. [306] Por estas razones no ha sido hasta ahora posible, y puede que nunca lo sea, establecer generalizaciones seguras o leyes convalor de predicciones acerca del curso del desarrollo histórico, esto es, leyes que puedan formularse como hipótesiscomprobables mediante procedimientos científicos, capaces de refutación y aptas para incorporarse o expresarse en sistemasanalíticos. Esta conclusión no implica que no existan generalizaciones válidas en la economía del desarrollo: lo contrario estáperfectamente claro. Pero el descubrimiento de uniformidades y su aplicación a condiciones específicas difiere sustancialmentede los intentos de predecir la futura evolución de enteras sociedades, evolución que depende de variables que no suelen estarincorporadas en el análisis sistemático, y que pueden realmente no prestarse a dicho análisis. [307] Estas consideraciones de metodología no garantizan tampoco la conclusión de que el estudio de los procesos históricos nopueda ser objetivo, o de que en este campo una opinión sea tan buena como la otra, o de que no puedan establecersedeterminadas generalizaciones. Pero los métodos mediante los cuales se consiguen aquellos puntos de vista y se establecenestas generalizaciones en el estudio de los procesos históricos difieren de los de las ciencias teóricas, especialmente de lasciencias naturales. Difieren incluso más de los métodos apropiados a los estudios matemáticos, que se hallan relacionadosprincipalmente con pautas de ideas, especialmente con las implicaciones de las expresiones axiomáticas. Los métodosapropiados para el estudio de los procesos históricos tales como el desarrollo económico de enteras sociedades comprenden la

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observación de los fenómenos y de los acontecimientos susceptibles de ser representativos o determinantes; la recogida yanálisis de información aprovechable para establecer el significado de los fenómenos y acontecimientos: el descubrimiento deconexiones significativas mediante la observación o el uso de material documental; y la comparación de la evidencia con losdescubrimientos de las diversas disciplinas. Tales procedimientos no deben carecer de objetividad, rigor o profundidad. Resultará que algunas interpretaciones obtenidas mediante estos procedimientos son más ilustrativas que otras, debido a queson más útiles que las interpretaciones alternativas para la ordenación e interpretación de un gran número de efectos yconexiones menos evidentes. Al enunciar la interpretación, para su examen por otros observadores, con el fin de llegar a unacuerdo, o por lo menos delimitar la zona de desacuerdo, no es preciso aducir la evidencia en apoyo de dicha interpretación y lasrazones que sirven de base a las conclusiones. Las conclusiones difieren de las ciencias teóricas en cuanto al carácter de lasgeneralizaciones y, en particular, porque, incluso si son bien acogidas y son ilustrativas, no pueden sujetarse a la prueba de larefutabilidad. Reconocer que el método de obtención de conclusiones y establecimiento de uniformidades difiere en algunos aspectos entrelas disciplinas, y que los métodos de estudio y los procedimientos de prueba apropiados a algunas disciplinas son inapropiadosen otras, no justifica ni las actitudes antiintelectuales (tales como la idea de que en realidad en este campo general una opiniónes intelectualmente tan válida como otra cualquiera), ni la idea de que sólo los métodos análogos a los empleados en lainterpretación de la naturaleza son intelectualmente respetables. Aplicación indebida de las matemáticas y cuantificación y clasificación espúrea. — Los defectos de la literatura del consensohan estado a menudo disimulados bajo formas de presentación que ofrecen al público profano una apariencia de rigor científico,especialmente a través del empleo de técnicas matemáticas y símbolos algebraicos. En algunas de las principales ramas de esta literatura, especialmente en la discusión sobre las causas determinantes deldesarrollo, las técnicas de planificación y los criterios de inversión, el uso de símbolos matemáticos ha sido poco útil y en realidadengañoso. Para empezar, ha ocultado el estado atrasado de esta rama de la economía, que hasta ahora sólo ha descubiertounas pocas uniformidades válidas y todavía un número menor de ellas que pueda servir de base a los sistemas analíticossusceptibles de beneficiarse de las técnicas matemáticas (uniformidades tales como la significación de los factores personales yculturales o la importancia de los contactos externos que no pueden ser fácilmente examinados de manera clara mediante losmétodos matemáticas). Este uso de las técnicas matemáticas ha ocultado también los problemas presentados por los cambiosimprevisibles de los parámetros (complicados además por los cambios impredecibles de su interacción con las variablesconvencionales de las economías), que son característicos del desarrollo histórico de sociedades enteras, una faceta del cual esel progreso material. El uso de las técnicas matemáticas ha apartado también la atención de las principales influencias y causasdeterminantes, a menudo cruciales, de las situaciones sociales y del desarrollo económico que no se prestan fácilmente alanálisis formal, y ha influido en la discusión en favor de otros factores que suelen ser mucho menos significativos, pero másfácilmente tratables por tales métodos. Estas críticas no se dirigen a todos los usos de las matemáticas en la economía del desarrollo. Para empezar, en este campo,como en otras ramas de la economía, es a veces útil poner en forma matemática los descubrimientos realizados a través de laobservación y el análisis (es decir, razonarlos en forma matemática más que deducirlos de las matemáticas). Asimismo, lascríticas no se dirigen a la utilización de las matemáticas en un campo como el de la demografía, donde los conceptos e ideasbásicas (aunque no necesariamente la información estadística disponible) son suficientemente firmes para el uso eficaz deaquéllas. Pero unas condiciones favorables corno estas son excepcionales y no se hallan presentes en muchos campos de laeconomía del desarrollo, como por ejemplo la discusión sobre las técnicas de planificación o los criterios de inversión, donde lasmatemáticas se han aplicado extensamente. El uso inapropiado o incluso engañoso de las matemáticas ha tendido a acrecentar el prestigio de los autores, al mismo tiempoque ocultaba las imperfecciones del consenso, sugiriendo ideas falsas en cuanto al rigor y objetividad de la teoría y el método.[308] Resultados en cierto modo similares se han obtenido mediante ciertas prácticas y métodos de estudio derivados de laobsesión corriente por lo cuantificable, siendo uno de estos resultados el correspondiente al olvido de lo no cuantificable, comoya se ha señalado. La misma obsesión explica también en parte la producción y uso indebidos de estadísticas tales como lasempleadas en las comparaciones en materia de renta internacional, que también hemos señalado. Igualmente ello explica enparte la confianza excesiva en la correlación y la clasificación inapropiadas en la discusión sobre el desarrollo, a las que vamos areferirnos brevemente.

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La economía del desarrollo aparece llena de correlaciones espúreas (tales como la correlación entre la importancia relativa dela industria manufacturera y el nivel de renta real, o entre cambios del nivel de los precios y la tan de desarrollo) en parte debido aque muchos autores no distinguen entre relaciones funcionales y correlaciones estadísticas no analizadas. No obstante, el interésintelectual y el significado práctico de la correlación estadística dependen en gran parte de la distinción de un mecanismo deconexión entre los fenómenos correlacionados. [309] Muchas clasificaciones destacadas de la literatura del consenso sugieren erróneamente la presencia de claras distincionesque pueden servir de base para el análisis o la política. Son ejemplos corrientes de ello: la división del mundo en paísesdesarrollados y subdesarrollados; la división de la actividad económico en actividades primarias, secundarias y terciarias; ladistinción entre inversión consumo (que es especialmente engañosa cuando las perspectivas de un mayor consumó sirven parapromover un nivel mayor de la actividad económica). Las distinciones implicadas por estas clasificaciones son a menudoarbitrarias y confusas. No obstante, el proceso de clasificación sugiere, por indebida analogía con la clasificación de las cienciasnaturales, que se han establecido claras diferencias de significado analítico y práctico. 7. IMPLICACIONES MÁS AMPLIAS La demanda insistente de los servicios de economistas para trabajar en el campo de los países subdesarrollados y deldesarrollo deriva de la creencia de que los economistas pueden colaborar sustancialmente en la promoción del progresomaterial, creencia que se ve reflejada y favorecida por el uso del término desarrollo económico para denotar el progreso material.Esta creencia es en el mejor de los casos excesivamente confiada, por no decir considerablemente infundada. Pero suaceptación ha favorecido la influencia de algunas de las principales ideas del consenso. El público cree, o por lo menos creyó hasta fecha reciente, que la economía es más o menos una materia exacta que puede ydebería proporcionar respuestas exactas a una gran variedad de cuestiones y problemas. Y en la economía del desarrollomuchos economistas confirmaron fácilmente lo que la gente deseaba que se les dijera, lo cual resultó ser agradable y lucrativopara la profesión, a saber, que los economistas tienen en gran parte las respuestas a los problemas y, por implicación, que lasvariables importantes son aquellas que los economistas pueden fácilmente analizar y los políticos fácilmente manejar. Lo que elpúblico y los políticos desean oír es intelectual y materialmente adecuado a los economistas. En efecto, las propuestas políticasde los economistas del desarrollo, especialmente de los exponentes del consenso, muchas veces reflejan sobre todo lo que losgobiernos y las organizaciones internacionales desean que se proponga. Las consecuencias de una situación semejante paralos estándares intelectuales y perspectivas de la economía del desarrollo están claras. Debido a que los métodos inapropiadosde estudio en una rama de la materia, así como las conclusiones inválidas que de ellos derivan, son susceptibles de afectar aotras partes de la misma, el significado de los procedimientos y los resultados de la literatura del desarrollo se extienden a otraspartes del análisis económico. Al promover la idea, o por lo menos admitirla, de que el progreso material de los países pobres depende en gran parte de losfactores que pueden analizarse con la ayuda de la teoría económica, y de que el razonamiento económico es útil o inclusoindispensable para promover el progreso material de los países pobres, muchos economistas han pasado vivir por encima de susrentas intelectuales, o incluso a vivir de falsos pretextos. Un destacado escritor de la economía del desarrollo dijo en undocumento de gran difusión que uno de los muchos círculos viciosos que afligen a los países subdesarrollados es la falta deeconomistas calificados para la planificación del desarrollo. En su demanda de economistas esta idea se aproxima a un falsoprospecto de propaganda intelectual. El razonamiento económico tiene un valor definido pero limitado en este campo general. Puede ayudar a explicar y a predeciralgunos fenómenos y, por consiguiente, a estimar los resultados probables de determinadas políticas que afectan de maneranotable a la prosperidad de los países pobres. Ejemplos corrientes de ello son los efectos de los precios relativos y de lasvariaciones de los precios sobre el output de los diferentes productos, la incidencia de varias formas de imposición, y lasconsecuencias de diferentes políticas monetarias. E incluso en el actual estado del conocimiento, los economistas pueden enocasiones ir legítimamente más allá de estos campos corrientes y examinar los efectos de determinadas políticas sobre la ofertade bienes incentivo o sobre los contactos económicos internacionales, así como las repercusiones de estas políticas en elcomportamiento de la gente y en las instituciones sociales. Estos ejemplos de utilidad del análisis económico han sido ignoradoso incluso oscurecidos por algunos exponentes del consenso del desarrollo quienes, paradójicamente, mientras tenían grandespretensiones respecto a sus propuestas, olvidaban simultáneamente aplicar el elemental razonamiento económico allí donde esapropiado y útil. Reclaman el poder de rehacer la sociedad mientras son incapaces o no desean hacer uso de los instrumentosbásicos de su materia.

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Por otra parte, el análisis económico ha representado una gran promesa en los últimos años en direcciones insospechadas, porejemplo en el desciframiento de algunos de los factores que sirven de base al nacionalismo económico, en la investigación de losfactores que sirven de base a la aparición de determinados tipos de derechos de propiedad y también en el análisis eimplicaciones de categorías importantes de acción colectiva. Un ulterior progreso es probable en estas diversas e importantesdirecciones, en especial si el esfuerzo se dirige principalmente a fomentar el conocimiento más que a señalar fines políticosespecíficos. Pero los resultados de un progreso sustancial en esta dirección se hallarán todavía lejos del desarrollo de un análisissistemático y completo de las causas determinantes del progreso material. Aun cuando tal análisis fuera posible, puede resultarque en muchas sociedades algunos de los obstáculos al progreso material no sean tratables mediante la acción del estado.

[Ir a tabla de contenidos][1] La versión original de este ensayo se publicó bajo el título "The Vicious Circle of Poverty: Reality or Myth?" enWeltwirtschaftliches Archie, Septiembre 1965.[2] Paul A. Samuelson, Economics: An Introductory Analysis, 2a. ed., Nueva York, 1951, p. 49. (Trad. cast., Manual deeconomía, Aguilar, Madrid.) [3] Study submitted by the Center for International Studies of the Massachusetts Institute of Technology to the State Committeeinvestigating the operation of Foreign Ai d, Washington, 1957, p. 37. [4] Ragnar Nurkse, Problems of Capital Formation in Underdeveloped Countries, Oxford, 1953, pp. 4 ss. (Existe traduccióncastellana editada por el Fondo de Cultura Económica.)[5] Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Análisis y proyecciones del desarrollo económico.I: Introducción a la técnica de la programación, Nueva York, 1955, p. 10. [6] Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, Panorama económico de América latina 1955, NuevaYork, 1956, p.3. [7] Las estadísticas de renta nacional per capita de este párrafo están calculadas a partir de las cifras de producto interiorbruto presentadas en Naciones Unidas, Year Book of National Accounts Statistics 1963, Nueva York, 1964, pp. 85 y 107, y de lascifras de población de Naciones Unidas, Boletín Mensual de Estadísticas, vol. XVIII, Nueva York, diciembre 1964. Desde que seescribió este ensayo se cuenta con cifras más recientes, pero no afectan a la argumentación. [8] El comercio exterior de Malaya y Singapur en 1963 se ha obtenido de datos aparecidos en el boletín oficial MonthlyStatistical Bulletin of the States of Malaya, Kuala Lumpur, octubre 1964, y del Monthly Digest of Statistics, de Singapur, vol. III,octubre 1964.[9] En este libro nos referimos a este territorio a veces como Costa de Oro, a veces Ghana, o a veces Costa de Oro­Ghana,según el período a que se refiera el contexto. [10] Pueden encontrarse los detalles en R. E. Szereszewski, Structural Changes in the Economy of Ghana 1891­1911,Londres, 1966; y en P. T. Bauer, West African Trade, Cambridge, 1954. [11] Nurkse, Problems of Capital formation ..., pp. 61­62 y 70.[12] La aplicabilidad del concepto de Adarva Smith de salida para el excedente a la expansi3n de las cosechas paraexportación de los paises subdesarrollados ha sido señalada en H. Myint, "The «Classical Theory» of International Trade and theUnderdeveloped Countries", en Economic Journal, junio 1958.[13] Algunos de los factores subyacentes a la expansión de la producción de cosechas para la venta en los paísessubdesarrollados se examinan en H. Myint, The Economics of the Developing Countries, Londres, 1964, y en "The «ClassicalTheory» of ...", cit. [14] A. McPhee, The Economic Revolution in British West Africa, Londres, 1926, p. 8. [15] W. K. Hancock, Survey of British Commonwealth Affairs, vol. II: Problems of Economic Policy 1918­1939, 2, Londres, 1942,p. 283. [16] J. S. Furnivall, Colonial Policy and Practice. A Comparative Study of Burma and Netherlands India, Cambridge, 1948, pp.297­298. [17] La diversidad de por sí no impide el establecimiento de generalizaciones válidas; el reconocimiento de las uniformidadessubyacente tras la diversidad superficial constituye de hecho una tarea fundamental de la actividad científica. Las economíassubdesarrolladas exhiben ciertos rasgos comunes que justifican limitadas generalizaciones para fines determinados tales comola importancia comparativa de la producción de subsistencia, n las amplias fluctuaciones de precios inter e intra­estacionales enlos mercados locales, o la amplia proporción de niños en la población. Sin embargo, para otros muchos fines, entre los que seencuentran las discusiones sobre la base de la política a seguir y la estructuración de esa política, resulta esencial recordar su

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profunda heterogeneidad. [18] Una penetrante discusión de algunos de los motivos e implicaciones de la definición negativa se encuentra en KennethMinogue, The Liberal Mind,Londres, 1963, cap. 4. En diversas partes de este libro, incluyendola segunda parte de este capítulo ylos capítulos III y IX, señalaremos la significación, potencialidades y peligros de las clasificaciones y distintos que sonaparentemente claras, pero de hecho son arbitrarias. [19] Un ejemplo del enfoque señalado en el texto es la discusión en el Reino Unido sobre el éxodo forzoso de asiáticos desdeÁfrica del Este y Central en 1968­1969. Se centró casi por completo en el fracaso del gobierno británico respecto a la admisión delas personas expulsadas de esas zonas y no en la acción de los gobiernos africanos al expulsar a esas personas de tan elevadaproductividad. El examen de la acción de esos gobiernos africanos y de sus resultados expondría los conflictos existentes dentrodel mundo subdesarrollado, disminuyendo la efectividad de la sugerencia de que constituyen un grupo homogéneo con interesesopuestos a los de Occidente y de cuya pobreza es responsable Occidente. [20] Estas estadísticas de las Naciones Unidas se refieren a producción, no a renta per capita, pero la diferencia es inmaterialen este contexto. De hecho, debido a los favorables cambios de las relaciones de intercambio de los principales paíseslatinoamericanos en este período, es muy probable que el crecimiento de la producción per capita subestime la mejora de laposición de América latina en relación a la de los Estados Unidos entre 1945 y 1955. [21] Tengo que agradecer al doctor F. A. Mehta este ejemplo[22] La producción de subsistencia y los servicios intrafamiliares no se mercadean, de modo que todos los precios que se lesasignen son ampliamente arbitrarios. Hay un elemento auto contradictorio en la fijación de precios de producciones nomercadeadas. Los diversos métodos adoptados en la práctica tienden a impartir un fuerte sesgo a la baja a las estimaciones derenta y niveles de vida de los países subdesarrollados en relación a los desarrollados. [23] Un estudio pionero en este campo es el de A. R. Prest y I. G. Stewart, The National Income of Nigeria 1950­1951, Londres,1953; otra contribución importante es A. R. Prest, Public Finance in Underdeveloped Countries, Apéndice 1: "La valoración de laproducción de subsistencia", Londres, 1962; otros estudios que señalan algunos de los problemas conceptuales y estadísticos delas estimaciones de renta nacional de los países subdesarrollados y de las comparaciones internacionales de renta, son A. R.Prest, The Investigation of National Income in British Tropical Dependencies, Londres, 1957; Stephen Enke, Economics forDevelopment, Englevvood Cliffs, N. J., 1963; y también la importante colección de ensayos del profesor S. Herbert Frankel, TheEconomic Impact on Underdeveloped Societies, Oxford, 1953. [24] Oxford, 1968, introducción y resumen. [25] "The Transport Bias in National Income Comparisons", en Economica, mayo 1963, p. 140. [26] Los argumentos del profesor Usher y la evidencia que los apoya no sólo presentan la invalidez de las comparacionesinternacionales de renta per capita entre sociedades muy diferentes, sino que también colocan en perspectiva adecuadanociones tales como la bien difundida sugerencia de los profesores Max F. Millikan y Walt W. Rostow (en A. Proposal, NuevaYork, 1957 en el sentido de que si la renta per capita de un país subdesarrollado aumentará entre un 1 y 2 por ciento anualdurante cinco años, podría suponerse que ese país está en el punto de despegue (sea lo que sea lo que eso signifique) y que portanto se cualificaba para recibir tanta ayuda exterior como pudiera absorber (en la práctica cantidades ilimitadas). Así, se suponeque cambios del 1 por ciento de la renta per capita han de servir de base de políticas de largo alcance cuando lasestadísticassobre esas rentas están sujetas a errores de varios cientos por cien, y cuando esos errores se ven ampliados por los grandesmárgenes de error en las estimaciones de la población y de su crecimiento en los países subdesarrollados. Aparte de otrascríticas fundamentales que cabe dirigir a la propuesta de los profesores Millikan y Rostow, la noción de que pueda determinarseun incremento de un 1 por ciento de la renta nacional per capita de esos países revela que no se tiene ninguna familiaridad consus condiciones. La misma crítica es válida respecto a las principales recomendaciones del Informe de la comisión sobredesarrollo internacional (informe Pearson) 1969, que propone ligar la ayuda extranjera a específicas tasas de crecimiento de larenta nacional de los recipiendarios. [27] La cuantificación de los efectos de la composición por edades sobre las diferencias de renta per capita es difícil debido aproblemas estadísticos y conceptuales, entre los que cabe incluir la interrelación de las diferencias de composición por edadescon diferencias en la duración y eficacia de la educación y con el período en que se disfrutan los rendimientos de esa educación.Algunas de estas dificultades se discuten en un importante artículo de la profesora Anne Krueger, "Factor Endowments and percapita Inerme Differences among Countries", en Economic Journal, septiembre 1968. La profesora Krueger muestra que a pesarde un cierto número de complicaciones puede establecerse que las diferencias de composición por edades explican una parteapreciable de las diferencias de renta per capita entre los Estados Unidos y los veinte países subdesarrollados examinados en suestudio. [28] El lector técnico notará que esta conclusión es válida tanto si el promedio se interpreta como media aritmética, o mediana

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o moda. [29] Hay que señalar también un sesgo que muchas veces sobreestima el progreso material de los países subdesarrollados.El progreso económico de los países pobres va acompañado por una reducción de la importancia de la producción desubsistencia, muchas veces infravalorada en las estadísticas de renta nacional. En estas condiciones, un crecimiento relativo dela producción para el mercado y la correspondiente disminución relativa de la producción de subsistencia pueden sobreestimarel progreso material. El sesgo no es significativo en los períodos considerados en el texto y no invalida la argumentación. [30] Quizá no sea demasiado antojadizo sugerir otro ejemplo más mundano de la realidad del beneficio de una más largaesperanza de vida. Implica el consumo personal de un mayor volumen de bienes y servicios. En este contexto, como en tantosotros, la discusión no tiene sentido sin considerar la dimensión temporal. [31] Esta última cuestión se examina con más detalle en el capítulo V, donde se señala que las consideraciones aquí listadasno agotan los argumentos en favor o en contra del control de natalidad. [32] Esta argumentación es el tema central de un artículo penetrante, y no debidamente tenido en cuenta, del profesor S.Herbert Frankel, "Concepts of Income and Welfare and the 1ntercomparability of National Income Aggregates", en The EconomicImpact on Underdeveloped Societies. [33] Por señalar un ejemplo familiar y característico, en los climas fríos las personas necesitan casas calientes. El coste deinstalación, mantenimiento y funcionamiento del equipo necesario está incluido en la renta nacional, que se ve así abultada enrelación a la de aquellos países en los que el gasto es innecesario. Los diferentes climas implican distintas necesidades, pero noes legítimo suponer que esas necesidades se equilibran. [34] Quizá sea necesario enfatizar que el reconocimiento de las dificultades y limitaciones del concepto de renta nacional aefectos de comparación de sociedades muy diferentes no invalida la utilidad del concepto a otros propósitos, en especial para lacontabilidad nacional. [35] La naturaleza engañosa de las estadísticas convencionales de renta nacional como índices de bienestar se ha idoreconociendo cada vez más en algunos escritos sobre el progreso material. El doctor E. J. Mishan, por ejemplo, ha señalado conextensión algunos principales aspectos no cuantificables del crecimiento económico en su libro The Costs of Economic Growth,Londres, 1967 (existe traducción castellana por Editorial Oikos). También vienen al caso unas muy recientes observaciones deldoctor Staffan B. Linder. "Como es bien sabido, las dificultades estadísticas hacen imposible construir un índice del productonacional bruto que registre de forma fiable los cambios de nuestro bienestar material ... Pero una vez construido un índice, contodas sus imperfecciones, asume importancia propia. Para contrarrestar campañas políticas ... los gobiernos adoptan accionesdiseñadas para la elevación de las cifras del índice en vez de para la elevación del bienestar de la población" (The HarríedLeisure Class, Nueva York, 1970, p. 139). [36] El éxodo forzoso de asiáticos y europeos de muchos países africanos es ya familiar. El personal sin experiencia y sinpreparación enviado por los organismos internacionales, gobiernos occidentales y fundaciones no sirven para reemplazar a esosemigrantes ni en número, ni en productividad. [37] La versión original de este ensayo, que he redactado de nuevo y ampliado mucho, apareció en el Scottish Journal ofPolitical Economy, febrero 1969. Dicho articulo era a su vez una versión revisada de una conferencia dada en la Universidad deGlasgow en mayo de 1968.[38] Development and Underdevelopment, El Cairo, 1956, pp. 63 y 65. La cursiva es del original, excepto en el penúltimopárrafo, en que el cambio tipográfico del "tiene" es mío. Este texto es notable por su insistencia en la necesidad de emprender laplanificación central global sean cuales fueren los deseos de la población, las capacidades del estado y sin tener en cuenta losprobables resultados de esa política. [39] An International Economy, Londres, 1956, p. 201. [40] H. Kitamura, "Foreign Trade Problems in Planned Economic Development", en Kenneth Berrill (ed.), EconomicDevelopment With Special Reference to East Asia, Londres. 1964, p. 202. [41] En la sección 2 de este capítulo se señala una reciente reinterpretación del concepto. [42] Development and Underdevelopment, pp. 63­64. [43] Poder significa aquí la capacidad de restringir las elecciones abiertas a otros hombres. En el sistema de mercado existengrandes empresas y hombres ricos; pero sus recursos no confieren poder en ese sentido material, al menos en la medida en quelo confiere la planificación global a los políticos y funcionarios. [44] De ahí se sigue que la planificación global afecta necesariamente a los parámetros de las variables económicasconvencionales. Este resultado implica a su vez que el supuesto familiar de que permanezcan iguales las demás cosas esinadmisible. Más tarde en este mismo capítulo señalaremos algunas de las implicaciones de este resultado. [45] "No existe otro camino de desarrollo económico que un poderoso aumento de la parte de renta nacional que se retira del

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consumo y se dedica a la inversión, y esto implica una política de máxima austeridad ... Frugalidad que tiene que aplicarse alnivel de vida de las masas populares por el simple motivo de que son los muchos ...", Development and Underdevelopment, p. 64.Como se discute en siguientes apartados de este capítulo, un incremento en gran escala del gasto. de inversión mediante unincremento forzado de la ratio de ahorro no es condición necesaria ni suficiente para el desarrollo económico. Un incremento deinversión tampoco precisa de una gran austeridad, aunque eso sirva de pretexto para la escasez de bienes de consumo. [46] El establecimiento de servicios obligatorios de trabajo, o el establecimiento de impuestos por persona para forzar a lagente a buscar un empleo pagado, plantean cuestiones análogas a las del intento de transformación de los seres humanos. Sinembargo, la analogía es bastante superficial porque la zona de aplicación, intensidad y propósitos de la coerción ejercida en loscasos de servicios de trabajo obligatorios siempre ha sido mucho más restringida que la planteada en las propuestas de intentosde transformación de las personas [47] Este tema se analiza extensamente en el capitulo V.[48] A veces se presentan como determinantes de la actuación económica semejantes al clima, la configuración geográfica yla accesibilidad de las diferentes zonas. En cierta medida es cierto. Sin embargo, como puede apreciarse pensando un poco, laaccesibilidad, a diferencia del clima, está mucho más influida por la actividad humana, de modo que se puede decir que dependedel esfuerzo humano. [49] Esta conclusión es un ejemplo de una regla general. Si a y b juntos, producen c, y a sin b también produce c, pero b sin ano, podemos considerar a la causa de c. [50] Una razón subsidiaria de por qué las diferencias económicas se llaman desigualdades puede ser que los resultados dela actuación económica pueden cuantificarse más fácilmente que los logros en otros campos. Pero ésta no es la principal razónde la diferencia de terminología. Existen otras muchas diferencias cuantificables entre las personas que por lo general no sellaman desigualdades. [51] El profesor Myrdal ha señalado explícitamente algunos de los atractivos prácticos del hecho de no tomar enconsideración las diferencias de aptitudes: "Sin embargo, en conjunto, las ciencias sociales, y en particular la teoría económica,se han adherido tozudamente al postulado naturalista de igualdad en el sentido de que la naturaleza ha dotado por igual a loshombres; pueden así defenderse de un enfoque ambientista". Economic Theory and Underdeveloped Regions, Londres, 1957, p.113. Existe traducción castellana editada por el Fondo de Cultura Económica). [52] La política forestal es una excepción parcial; los esquemas de control hidráulico en condiciones apropiadas afectan adeterminados resultados del clima mismo, por ejemplo, los proyectos de regadío en climas áridos. El señor Nirad C. Chaudhuri,escritor cuya captación de los elementos fundamentales de la vida india es excepcional, ha enfatizado extensamente en suslibros los efectos del clima indio sobre la actuación económica; discute esta influencia en especial en su libro The Continent ofCirce, Londres, 1965. [53] La conocida afirmación de Pasteur de que la suerte visita a la mente preparada es aplicable a la vida económica como enotros campos. [54] A veces se señalan las ventajas que recaen sobre la persona que ha heredado riqueza como una influencia análoga alfuncionamiento del determinismo ambiental. Muy a menudo se exagera demasiado la significación de la riqueza heredada; en elcontexto del desarrollo económico es de poca significación práctica. En el capítulo V, apartado 3, se encuentran algunasobservaciones sobre este punto. [55] Lord Clark ha señalado que el reto de la Reforma a determinados valores, creencias y prácticas, tales como el culto de laVirgen María y de los santos, fue experimentado entre los campesinos del sur de Europa como una amenaza a sus vidasemocionales: "Ha tenido que sentir algo más profundo que un shock e indignación: ha tenido que sentir que alguna parte de todasu vida emocional estaba amenazada. Y habría tenido razón" (Kenneth Clark, Civilization, Londres, 1970, p. 177). En el sur deAsia muchas de las actitudes y creencias discutidas en el texto cuentan con mayor antigüedad, y probablemente mayor fuerza,que las discutidas por lord Clark en relación al sur de Europa. Otro distinguido historiador del arte, el profesor Gombrich, hainsistido en que determinadas actitudes y creencias, en particular la santidad de la vaca, están profundamente intercaladas en elinterior mismo de las vidas de los campesinos hindi'', (E. H. Gombrich, The Tradition of General Knowledge, Londres, 1962, P. 7).Es preciso prestar un énfasis especial a la antigüedad y fuerza de esas actitudes y creencias porque muy bien se las puedemenospreciar o incluso negar, tanto por observadores occidentales como por muchos intelectuales asiáticos occidentalizados. [56] A veces se afirma que la diferente presencia de esos determinantes da cuenta de las diferencias internacionales encuanto a los niveles de desarrollo económico, pero no de las diferencias de tasas de desarrollo en un periodo especificado. Estaobjeción por lo general es superficial. Primero, los niveles de desarrollo económico reflejan las tasas de cambio anteriores.Segundo, las diferencias en cuanto a los determinantes del desarrollo afectan a la capacidad de la gente para aprovechar elcambio de condiciones y por tanto afectan a las tasas de progreso económico en periodos especificados.

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[57] Hemos señalado ya la práctica de la definición negativa y algunas de sus implicaciones en la introducción al capítulo I. [58] En un escrito presentado a la Conferencia de Viena de 1962 de la Asociación Económica Internacional, dedicada aldesarrollo económico, el profesor Kaldor escribía: " ... es la limitación de recursos, y no la inadecuación de los incentivos, lo quelimita el ritmo de desarrollo económico". "The role of taxation in economic development", en E. A. G. Robinson (ed.), Problems inEconomic Development, Londres, 1965, p. 170. "Recursos" parece referirse aquí a dinero e "incentivos" a actitudes ymotivaciones. Este tratamiento caballeroso de las costumbres e instituciones podía haber sido excusable en los primerosviolentos años de posguerra. cuando casi todo el mundo creía que las importaciones de capital eran cuanto hacía falta para elprogreso material del mundo subdesarrollado. Pero en 1962, tras el fracaso de los programas masivos de inversión en muchospaíses subdesarrollados, tal actitud no puede excusarse. Es una opinión particularmente sorprendente porque proviene de uneconomista que visitó la India bastante tiempo en los años cincuenta, cuando la prohibición legal de sacrificio de ganado se habíalevantado en un estado indio tras otro. [59] La presencia de objetivos políticos no reconocidos tras discusiones estériles y aparentemente irrelevantes viene sugeridapor el hecho de que las conclusiones de aquéllas casi siempre apuntan a un mayor control estatal o la gestión por el estado delas principales actividades económicas. De ahí que la noción nebulosa e irrelevante (en su contexto) de la internacionalización delas economías externas lleva a la propuesta de gestión por el estado de las actividades que producen esas supuestas economías.[60] Teoría general. p. 245. [61] En el pasado aparecieron en las zonas tropicales y subtropicales elevadas civilizaciones que produjeron notablesmonumentos. Pero esas civilizaciones no produjeron un difundido logro material, ni sus líderes estaban preocupados por esapromoción. Los logros de las civilizaciones contemporáneas y los de las elevadas civilizaciones del pasado se basan enaptitudes y actitudes muy diferentes. [62] Estas consideraciones pueden explicar la diferencia de actuación económica de los emigrantes chinos e indios alsudeste de Asia, lo cual resulta especialmente claro en Malasia. Ambos grupos entraron en el país como inmigrantesextremadamente pobres, en su mayoría trabajadores no cualificados. En ambos grupos había una fuerte representación de lascategorías más emprendedoras de los países de origen. En pocas décadas los chinos superaban con mucho a los indios. Lamisma diferencia se refleja en lo que puede llamarse el nivel microeconómico. Las plantaciones de caucho de Malasia emplean amenudo trabajadores chinos e indios que utilizan idéntico equipo. Por lo general la producción de los chinos supera a la de losindios en proporción situada entre 1/4 y 3/4. [63] La relación entre controles económicos, actividad política y tensión política señalada en el texto es un ejemplo de lainteracción de las variables de la teoría económica o de las políticas diseñadas para influir sobre ellas con factores habitualmentetratados paramétricamente. Un parámetro es un elemento de la situación que se trata como constante o dado a efectos de undeterminado análisis o discusión. Cuando In manipulación de las variables afecta a los parámetros ya no es apropiado tratar aestos últimos como constantes. Repetidamente señalaremos en este libro ejemplos de interacción entre parámetros y variables. [64] Los razonamientos de los tres últimos apartados de este capítulo se refieren a los efectos de la planificación comosistema de control estatal de la vida económica. Antes (p. 89) hemos señalado una interpretación más amplia, como intento deremodelación del hombre y de la sociedad. Los razonamientos sobre los efectos de la planificación. son aplicables con la mismavalidez a los resultados e implicaciones de esa interpretación más amplia. [65] Lo que nos preocupa aquí son los probables efectos de las diversas políticas sobre el progreso económico. A los efectosde esta discusión específica no necesitarnos examinar la cuestión mucho más fundamental del derecho de determinadaspersonas o grupos a coaccionar a otros a cambiar su modo de vida basándose, al menos como presentación ostensible, en quetal cambio es preciso para el progreso material de la sociedad o sus descendientes. Esta cuestión se plantea en el cap. V. [66] Este punto se desarrolla en el cap. IV, en que entre otras cuestiones se discute cuál es el atractivo del marxismo­leninismo. [67] Cuando en este capítulo hablamos de ayuda exterior nos referimos a transferencias interestatales y préstamossubvencionados en dinero o en especie, que es lo que se entiende por ayuda exterior en las discusiones actuales. No se refiere apréstamos exteriores obtenidos en el exterior por los diversos estados en condiciones comerciales, ni a la inversión privadaexterior, ni a las actividades de organizaciones voluntarias. Los préstamos obtenidos por los estados en el exterior en condicionescomerciales deben incluirse en el capital privado. Unos pocos créditos e inversiones del Banco. Mundial han ido a parar aempresas privadas o semipúblicas; pero esas transferencias han tenido que contar con la sanción de los gobiernos de los paísesrecipiendarios, de modo que esa excepción no sólo es cuantitativamente despreciable sino también poco significativa. Lasdiscusiones sobre la ayuda exterior a los países subdesarrollados se refieren por lo general a la ayuda económica, no a la militar;de hecho, los informes sobre ayuda exterior de los países occidentales donantes excluyen por lo general la ayuda militar. Ladistinción en todo caso es imprecisa porque buena parte de los recursos domésticos de los países recipiendarios puede

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desplazarse entre utilizaciones civiles y militares. Cuando la ayuda militar libera recursos para su utilización civil, las estadísticasoficiales de ayuda exterior subestiman la cuantía de la misma. Sin embargo, la discusión de este capítulo no se ve afectada por lavalidez o significación de , ese distingo. El único caso en que esa distinción parece significativa es Taiwan; pero la argumentaciónno queda afectada en este caso por el hecho de que continuara ayuda militar específica una vez acabada la ayuda económica.La discusión se refiere sobre todo a la ayuda occidental a los países subdesarrollados, aunque buena parte de ella puedeaplicarse también a la ayuda provinente de los países comunistas. Quizá sea apropiado incluir aquí algunas notas acerca de lacomposición y valoración de la ayuda exterior. La mayor parte de la ayuda exterior la constituyen subvenciones. Según el informePearson (p. 137), unos 2/3 de la ayuda tienen forma de subvenciones o contribuciones parecidas Cuando la ayuda adopta laforma de préstamos subvencionados que se devuelven (es decir, si se cumple con ellos), el elemento de ayuda es la diferenciaentre las condiciones de mercado y las condiciones subvencionadas. Como las cargas de intereses y amortización de esospréstamos son extremadamente modestas en comparación a lis condiciones de mercado, la mayor parte de los créditos de ayudaexterior son muy semejantes a subvenciones. Cuando la ayuda ha de gastarse en los países donantes, su valor monetariosobrevalora su valor en términos reales; esa diferencia representa subsidios a los exportadores de los países donantes Ningunade estas consideraciones afecta a la argumentación desarrollada en el texto. [68] 30 de julio de 1966.[69] Esta expresión sólo se introduce cuando sea necesario dar cuenta de ejemplos extremadamente excepcionales, bastanteraros. [70] Podría objetarse que el influjo de capital de ayuda podría promover determinantes favorables al desarrollo al transformarla sociedad. Lo experiencia hasta el momento apunta en la dirección contraria. Pero aun así, el estado podría obtener los mismosresultados en condiciones comerciales endeudándose en el exterior, sin las complicaciones internas y externas derivadas de laayuda. Por el gusto de completar, podemos señalar una cualificación o proviso a la argumentación del texto, que, sin embargo.tiene poca importancia práctica. Pueden darse condiciones en que el gasto financiado desde el exterior incrementa la rentanacional más que el coste del capital, sin que los ingresos del estado aumenten lo suficiente para permitir al gobierno elcumplimiento con el capital obtenido en condiciones comerciales. Sin embargo, la cuantía de los beneficios de ese gastofinanciado con fondos externos ha de ser muy especulativa si esos beneficios no pueden absorberse mediante impuestos ocargas (bien sea por la naturaleza muy dispersa de esos beneficios o por otras razones). En la práctica hay que señalar que ungobierno incapaz de obtener ingresos adicionales de una renta nacional apreciablemente mayor, bien mediante impuestos ocargas adicionales tales como precios del ferrocarril o de los bienes de utilidad pública, es poco probable que pueda utilizar laayuda de forma productiva. [71] La incapacidad de un cierto número de recipiendarios de ayuda para cumplir con sus créditos suavizados sugieretambién la baja o incluso negativa productividad de la ayuda, aunque hay que reconocer que puede haber otras razones para laincapacidad o falta de disposición a cumplir con los créditos suavizados. También hay que reconocer que la capacidad paraservir al crédito no es buena prueba de la productividad de la ayuda. [72] Algunos aspectos del desempleo de graduados a primera vista parecen sorprendentes. Por ejemplo, a menudo haydesempleo importante entre graduados cuya preparación parece muy escasa en el país. Ahora (1970) se da en la India un fuertedesempleo de ingenieros, cuando, para un país tan grande, existe un grupo relativamente pequeño de ingenieros cualificados.Muchas veces la preparación de esos licenciados deja mucho que desear, pero la razón de ese sustantivo desempleo es aúnmás fundamental. Cualificaciones muy elevadas pueden no ser mercadeables si los servicios auxiliares o la demanda delconsumidor son insuficientes. El volumen de desempleo puede verse adicionalmente incrementado asimismo por regulacionesformales o informales de salario mínimo, basadas también en modelos externos inapropiados. El gobierno indio ha anunciadoque dará preferencia a los licenciados de ingeniería en paro en la gestión de las estaciones de petróleo de la bullan O1, lacompañía de petróleos del sector público. Cada uno de esos graduados cuenta con cinco años de educación universitaria; en lamayor parte de los casos un propietario razonablemente competente o un conductor de taxis sin ninguna formación universitariapodría realizar esa gestión mejor y más barato. [73] Guy Hunter, memorándum no publicado que gentilmente me ha permitido consultar y citar. [74] Noni Jabavu, Drawn in Colour, Londres, 1960, p. 116. [75] Se introduce esa expresión porque algunos defensores de la ayuda querrían fomentar esas políticas sin consideraciónalguna a sus efectos sobro el progreso material. [76] Por razones obvias esta consideración es menos aplicable al endeudamiento del estado en condiciones comerciales queal influjo de capital hacia el sector privado. [77] Muchas veces se financia con ayuda exterior, directamente o atreves de un escalón intermedio, las compensacionesparciales por expropiación, lo cual plantea interesantes cuestiones acerca de la incidencia de la ay oda ligada.

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[78] Debido a que el capital proporcionado como ayuda exterior produce un rendimiento muy inferior al que habría dado enlos países donantes, su nulo reduce la renta potencial combinada de países donantes y re recipiendarios. Un corolario de estautilización no económica del capta: es que se podría dar en principio un mayor flujo de bienes y servicios a sus presentesrecipiendarios si los fondos de ayuda se invirtieran en los países (Picantes y sus rendimientos se repartieran. Esta idea tieneconsiderable interés para la valoración de la política de ayuda exterior, pero tiene poca importancia práctica. [79] A. J. Youngson, Overhead Capital: A Study in Development Economics, Edimburgo, 1967, examina con percepción lasambigüedades y complejidades del concepto de infraestructura o capital social fijo, en especial en el contexto del desarrolloeconómico. [80] La experiencia de la India es instructiva en este contexto. Hasta 1956 aproximadamente, cuando estaba empezando laplanificación global y recibía una sustancial ayuda, la India tenía superávit en su balanza de pagos en su cuenta corriente.Durante el segundo plan quinquenal (1956­ 1951) aparecieron déficits en gran escala que han continuado desde entonces. Lasexportaciones por cuenta privada siguen superando a las importaciones, pero se ha producido un gran incremento deimportaciones por cuenta del estado, que hacia la mitad de los atlas sesenta significaban 3/5 del total de importaciones. Por aquelentonces la mitad del total de importaciones se Maneaba con ayuda. La ayuda extranjera en gran escala financió el déficitcomercial y permitió el mantenimiento de un tipo de cambio sobrevalorado, que desanimaba las exportaciones y atraíaimportaciones. El profesor P. R. Shenoy La analizado estas relaciones en muchas publicaciones, en especial en Indian EconomicPolicy, Bombay. 1968. [81] Los defensores de la ayuda arguyen en a menudo que su duración ha sido demasiado corta y su volumen al menos enuna base per capita, demasiado pequeño para que haya podido presentar toda su efectividad. Esta insistencia en suinadecuación en tiempo y cuantía es un ejemplo del enfoque automático señalado en el texto. Si se supone axiomáticamente quela ayuda ha de ser beneficiosa, no habrá límite temporal o de volumen para la aseveración de sus efectos Tampoco está claroqué quiere decir "pequeño" en este contexto. Aunque las cifras de ayuda se expresen en una base per capita, solo sonsignificativas ni cuanto a los efectos de la ayuda si se muestran como porcentaje de la renta per capita del país recipiendario y noen términos absolutos o como porcentaje de la ayuda per capita recibida por otros países. Además, incluso como porcentaje de larenta per capita, sería mejor relacionarla con la población ocupada que con la población total. También podría relacionarse alflujo total de ahorro monetario del país recipiendario. Quienes se quejan del supuesto pequeño volumen de ayuda nunca realizanesos cálculos. Bajo todos los criterios realmente válidos cabe decir que en los últimos diez años o más muchos recipiendarios deayuda han contado con ella en cantidades sustanciales y, lo que es más, esperan una indefinida continuación de esa ayudadebido a la continuación de los bajos estándares de vida y dificultades de balanza de pagos. [82] Como dijo Dostoyevsky a través de tino de sus personajes: "... el disfrute obtenido por la caridad es un disfrute soberbio einmoral. El gozo del hombre rico (radica en su riqueza, su poder y la comparación de su importancia con los pobres. La caridadcorrompe de la misma forma al que da y al que recibe; lo que es más, la caridad no consigue sus objetivos porque tan sóloaumenta la pobreza" (Los endemoniados). Una actitud de patronazgo hacia los pueblos de los países subdesarrollados Aparecemanifiesta en muchos escritos literarios y académicos, patronazgo que se refleja en la actitud de que no se puede ni se debe, aljuzgar su actuación económica, aplicar los mismos estándares que con los pueblos de Occidente. [83] Resultados análogos aparecen en la forma en que se discuten en los países occidentales la posición y perspectivaseconómicas de las poblaciones inmigrantes de color. [84] La discusión del texto se refiere al valor real de la ayuda que llega a los países recipiendarios. Si la ayuda es ligada, partede su valor nominal es un subsidio de los contribuyentes a los exportadores dentro de los países dominantes. [85] Las razones de esos sesgos y errores se han examinado en el capitulo I. [86] Las medidas para elevar los precios de exportación de los países subdesarrollados mediante acuerdos de producto,defendidas muchas veces e introducidas como una forma de ayuda, benefician claramente a los grupos y países más pudientesdel mundo subdesarrollado. Los más elevados precios de los alimentos y materias primas constituyen una forma regresiva deimposición en los países importadores. El funcionamiento de los acuerdos de producto exige por lo general la restricción o inclusola prohibición total de la creación de capacidad adicional en los países productores, lo que recae sobre personas excluidas de laproducción de esos bienes, que casi siempre son más pobres que los productores establecidos. Estas diversas consideracionesmuestran una vez más lo poco que favorece la ayuda exterior a los grupos más pobres de la comunidad. [87] Esta argumentación viene apoyada por la insistencia en que la situación es moral y políticamente intolerable y que sehace cada vez más intolerable a medida que se amplía la hecha. Más tarde discutimos la cuestión del elemento moral de laayuda exterior y sus implicaciones políticas internacionales. [88] Esta consideración explica por qué son tan oportunas las referencias al pobre hombre rico. La argumentación del textono es aplicable a la riqueza heredada.

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[89] La cuantificación empleada en la imposición progresiva es muchas veces incompleta, arbitraria y cruda. Es incompletaporque no tiene en cuenta aspectos cuantificables de la situación tales como la edad del perceptor de renta. Un hombre solterode 21 años con ingresos de 420.000 pesetas está mucho mejor que un soltero de 45 con ingresos de 490.000 ptas... y sinembargo este segundo paga más impuestos. Esta negligencia de las diferencias de edad en la imposición progresiva también essignificativa para la ampliación al campo internacional, debido a las notorias diferencias de composición por edadess de laspoblaciones de distintos países. La crudeza y la arbitrariedad de sus procedimientos ha de resultar clara por la negligencia de lasconsideraciones listadas en el texto. [90] Que se considera como funciones diferentes la promoción del desarrollo y el alivio de la necesidad puede apreciarse enel contenido de la ayuda cuando ésta se presta en especie. [91] Masacres tales como la de los ibos en Nigeria, los chinos en diversas partes del sudeste de Asia y los árabes en Zanzíbarhan reducido también la renta per capita y sus tasas de crecimiento en esas zonas. Con base en el argumento del alivio de lanecesidad, tales masacres proporcionarían base para solicitar más ayuda. Quizá no sea muy correcto añadir que ese incrementode la ayuda proporcionaría bases para masacres adicionales. [92] Existen varias razones para creer que una proporción de las poblaciones de África y Asia no practicará la contracepciónal menos por otra generación. Algunas de esas razones se reconocen, aunque de forma breve e inadecuada, en el informePearson (pp. 197­198). [93] La decidida condenación por Occidente de ¡as altas tasas de natalidad de los países subdesarrollados son otra muestrade la subconsciente actitud paternalista de los defensores de la ayuda, pues apenas consideran en qué medida esas elevadastasas de natalidad reflejan preferencias y decisiones por parte de los padres en esos países. [94] El sustancial gasto militar de muchos países perceptores de ayuda, orientado en primer lugar contra otros perceptores deayuda o a la represión de movimientos secesionistas en sus propios países, presenta anomalías bien conocidas que habrían deincidir sobre la supuesta relevancia de la ayuda para el alivio del sufrimiento y el hambre; pero no sería provechoso detenernosaquí a explorar esta compleja cuestión. [95] John Hajnal ha examinado las pautas de matrimonio y fertilidad de un cierto número de sociedades en un artículo muyimportante, "European Marriage Patterns in Perspective: The Uniqueness of the European Pattern", en D. V. Class y D.E.C.Eversley (eds.), Population in History, Londres, 1965. Hajnal muestra que las sociedades de Europa desde el siglo XVIII, y susdescendientes directos en América y Australasia, representaban hasta hace muy poco el único ejemplo documentado desociedades con una apreciable proporción de población núbil bastante después de la pubertad y con tasas de fertilidad muy pordebajo de las tasas de fecundidad. [96] En un discurso en Madras, en enero de 1970, el señor M. R. Masani, ex alcalde de Bombay, citaba un dicho orientalbastante verídico aunque no sea totalmente cierto, y que podemos aplicar al contexto de las implicaciones políticas de la ayudaexterior: "¿Por qué me odian tanto? Nunca intenté hacer nada por ustedes". [97] En la política interior esta reacción refleja en gran medida el reconocimiento de la existencia de grupos articulados de lapoblación resentidos con el donante. La afirmación de Independencia en la política exterior constituye habitualmente una ventaja,e incluso una necesidad, especialmente para gobiernos débiles tanto en su país como en el exterior. [98] La cursiva es mía. [99] Detrás de determinados resultados e implicaciones paradójicas de la defensa y flujo de ayuda, algunas de las cuales sehan señalado en este capítulo, en especial al referimos al alivio de la necesidad, subyace la despreocupación respecto a laspolíticas de los estados recipiendarios y las condiciones de esos países. [100] Ceilán y Birmania son ejemplos de años recientes. [101] La conferencia de Tashkent en enero de 1966 proporciona una notable confirmación de la ineficacia de la ayudaexterior como instrumento de la estrategia política occidental. Los gobiernos de la India y Pakistán pidieron al primer ministrosoviético que mediara entre ellos acerca de la disputa de Cachemira, a pesar de que ambos países habían venido percibiendograndes cuantías de ayuda americana. [102] En el pasado China ha recibido ayuda masiva de la Unión Soviética, con la que mantiene ahora relaciones nadaamistosas. [103] Cualquiera que sea el poder político que posean los países subdesarrollados, proviene en gran parte de los desarrollosy disensiones políticas de Occidente, cuya amplitud y resultado no están relacionados con el nivel de renta de los paísessubdesarrollados. [104] Se sugiere algunas veces que la ayuda promociona el desarrollo, a largo plazo de los recipiendarios, con beneficiosfinales sobre la balanza de pagos de los donantes. Esta objeción tiene poco contenido. Primero, prejuzga los efectos de la ayuda.Segundo, ignora los empleos alternativos más productivos de esos fondos, algunos de los cuales se señalan más tarde en este

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mismo apartado. Tercero, aun en el caso de que promoviera el desarrollo a largo plazo de los recipiendarios, no hay seguridadalguna de que eso dé como resultado mayor gasto en exportaciones de los donantes. [105] En este breve período Alemania occidental ha tenido que absorber millones de refugiados, entre los que había unnúmero desproporcionado de ancianos y niños, así como librar reparaciones sustantivas a la Unión Soviética. [106] Lo que importa en este contexto es la pauta de política global del gobierno recipiendario, no la productividad o utilidaden sentido amplio de los proyectos específicos financiados por la ayuda, pues esa financiación libera otros recursos domésticosque pueden utilizarse con otros fines. [107] Esto es un ejemplo del punto más general de que cuanto más dejado está el contribuyente del organismo que gasta.menos efectivo es el control sobre el destino de los fondos. [108] Este apéndice es bastante detallado en algunas partes técnico; el lector general poco perderá si lo omite [109] Las consideraciones listadas en 2) y 5) establecen un presupuesto en favor de una mayor productividad del gastoprivado de inversión en relación al público en los límites de un mismo campo. Esta consideración, así como otrasargumentaciones de este apéndice, no se refieren a la inversión requerida para las conocidas tareas estatales señaladas ya en eltexto de este capítulo. Son significativas sobre todo respecto al gasto de inversión realizado fuera de ese campo de actuaciónbajo la creencia de que todo gasto de inversión en cuanto tal promueve el desarrollo. [110] La creencia en la expansión de la renta como consecuencia del gasto de inversión es una aplicación inapropiada de lateoría keynesiana del empleo (donde se enfatiza la inversión como instrumento para incrementar la demanda monetaria) a lapolítica de desarrollo (donde se enfatiza la inversión como instrumento pura incrementar la productividad de los recursos). [111] A veces se afirma que todo gasto que aumenta la productividad es inversión. Incluso se ha sugerido seriamente quetodo desarrollo o suceso que aumenta la productividad es una forma de inversión. En este sentido, un cambio de actitudes ohábitos es una forma de inversión. Esa utilización tautológica del término subraya su limitado valor a efectos operativos. Casi todotipo de gasto o suceso visto con buenos ojos por su defensor puede llamarse inversión con sólo suponer o afirmar que aumentarála productividad en algún momento futuro no especificado. [112] Un reconocimiento temprano de las limitaciones del gasto de inversión como factor del progreso material se encuentraen un artículo de sir Alec Cairncross, "The Place of Capital in Economic Progress", en L. H. Dupriez (ed.), Economic Progress,Lovaina, 1955. El ensayo pionero de sir Alec Cairncross ha sido reproducido en Factors in Economic Development, Londres,1962. [113] Aquí sólo señalarnos las ideas generales más ampliamente difundidas sobre la necesidad de la promoción de laactividad manufacturera en los países pobres. En diversos contextos se discuten argumentaciones más específicas. En el capítuloVI se examinan algunas de las ideas más influyentes en este sentido, expuestas en la literatura de la UNCTAD. [114] La versión original de este ensayo apareció en el Journal of Contemporary History, enero 1969. [115] Este capítulo examina distintos argumentos acerca de los efectos económicos del estatuto colonial; no trata decuestiones más amplias acerca de los méritos del régimen colonial. [116] Estos puntos, así como otras críticas de las tesis leninistas, son ya conocidos. Pero hay que prestar atención alesclarecedor artículo del doctor R. J. Hammond, "Economic Imperialism, sidelights on a stereotype“, en Journal of EconomicHistory, diciembre 1961. [117] Kwame Nkrumah, Africa Must Unite, Londres, 1963, p. XIII. Los Sentimientos reflejados en esas declaraciones del doctorNkrumah (típicas de incontables portavoces asiáticos, africanos y latinoamericanos) pueden interpretarse como expresiones deenvidia o de resentimiento, distinción interesante en algunos contextos pero no relevante a nuestro razonamiento. En elimportante y perceptivo estudio del profesor Helmut Schoeck, Envy, Londres, 1969, puede encontrarse una amplia discusión de laenvidia y de su papel en las relaciones entre países desarrollados y subdesarrollados. [118] Antes del régimen colonial había un puñado de escuelas misioneras establecidas por misioneros europeos yamericanos, y en las zonas musulmanas, en los límites del Sahara, había alguna escuelas coránicas. Había también unapequeña cantidad de alfabetizados entre las personas de idioma swahili de la costa este de África en contacto con el mundoárabe; pero en el interior de África no había alfabetización. [119] En el capítulo IV se discuten estos defectos y otras limitaciones do la posición leninista. [120] Gunnar Myrdal, Development and Underdevelopment, El Cairo, 1956, pp. 54 y 59. [121] Los críticos más articulados de los regímenes coloniales han defendido con énfasis para los países subdesarrolladoseconomías estrictamente controladas. Parece apropiado recapitular ahora de forma sucinta por qué esa política obstaculiza eldesarrollo económico en esas sociedades. Restricción de los contactos externos y de la movilidad geográfica y en el empleo;restricción de la oferta de bienes incentivo; restricciones al establecimiento de nuevas empresas y a la acumulación y expansiónproductiva del capital; exacerbación de la tensión política; desviación de energía y ambiciones de la vida económica a la vida

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política. [122] Africa Must Unite, pp. XV y 173. [123] Londres, 1965. [124] Peter Townsend, "Measures and explanations of Poverty in High Income and Low Income Countries: The Problems ofOperationalizing the Concepts of Development, Class and Poverty" (sic), en Peter Townsend (ed.), The Concept of Poverty,Londres, 1971, pp. 41­42. [125] Las potencialidades de la clasificación como un instrumento de estrategia social y política han sido examinadas en unperceptivo artículo del profesor T. S. Szasz, "The Psychiatric Classification of Behavior: a Strategy of Personal Constraint", enLeonard D. Eron (ed.), The Classification of Behavior Disorders, Chicago, 1966. [126] La versión original de este ensayo apareció en Milorad M. Drachkovitch (ed.), Marxist Ideology in the ContemporaryWorld: Its Appeals and Paradoxes, Stanford, 1966. [127] Los conceptos marxismo, marxismo­leninismo, leninismo y comunismo están estrechamente relacionados, pero no sonidénticos. Utilizaré la expresión marxismo para referirme en general a las ideas marxistas; marxismo­leninismo para la ampliaciónpor Lenin de esas ideas; leninismo para las ideas específicamente leninistas y comunismo para las cuestiones principalmentepolíticas, prácticas y organizad; as. Las distinciones a veces son imprecisas, pero esa imprecisión no afecta a la sustancia cíe laargumentación. [128] The Political Economy of Growth, Nueva York, 1957, pp. 299­250. (Existe traducción castellana editada por el Fondo deCultura Económica) [129] Algunos detalles se presentan en el capítulo I.[130] En el mundo subdesarrollado las zonas más atrasadas son las situadas fuera del sistema de mercado, con pocos oningún contacto externo. Sin embargo Baran escribe: "El dilema a que se enfrenta hoy la mayoría de la humanidad es liberarse deambos (monopolio y capitalismo) o quedar reducida por ellos al estado de tullidos (sic)". The Polítical Economy of Growth, p. 248. [131] Towards Colonial Freedom, Londres, 1962, pp. 38­40. [132] Discurso a la Asamblea General, 8 de marzo de 1957. [133] Problems of Economic Independence of African Countries, Moscú. 1962, pp. 14­51. [134] Ibid. pp. 15­17. [135] The Political Economy of Growth, p. 261. [136] Problems of Economic Independence of African Countries, p. 10. [137] Algunos de estos puntos han sido ya ejemplificados en el apéndice al capítulo II. [138] An International Economy, p. 318. [139] El profesor Myrdal añade (p. 319) que considera que una combinación efectiva de los países subprivilegiados sería muyimportante para aumentar su poder negociador, aumentar su nivel de vida y promover la integración mundial y la democracia.Estas ideas se desarrollan más ampliamente en su Development and Underdevelopment, cit. [140] Véase capítulo 1. [141] Alexander Erlich y Christian R. Sonne, "The Soviet Union: Economic Activity", en Z. Brzezinski (ed.), Africa and theCommunist World, Stanford, 1963, pp. 54­55. [142] Se ha señalado a menudo la atracción en este contexto de la ingeniería social y de un control consciente ostensiblesobre la evolución social. Este punto lo ha discutido, por ejemplo, F. A. Hayek, "The Intellectuals and Socialism", en George 13. deHuszar (ed.), The Intellectuals, Glencoe, 1060, p. 377. [143] Ibid, p. 375 [144] También estos puntos han sido señalados ya. En Prabhakar Padhye, "The Intellectual in Modern Asia", en de Huszar(ed.), The Intellectuals, se encuentra una penetrante discusión del conflicto de lealtades a que se enfrentan los intelectualesoccidentalizados de los países subdesarrollados y su alienación con respecto al resto de la sociedad. El señor Padhye enfatiza laatracción que tiene para estos alienados intelectuales el lugar legítimo y seguro que esperan en una sociedad comunistaplanificada. El mismo punto en relación a Europa del Este lo plantea Czeslaw Milosz en The Captive Mind, Londres, 1953. Debendiferenciarse estas consideraciones del atractivo que tiene para los intelectuales la perspectiva de un incremento de poder enuna sociedad planificada, atractivo reforzado por las consideraciones anteriores. [145] La determinación de los comunistas a hacerlo es conocida en términos generales, pro para captarla por entero hay queleer sus escritos, en especial la Address to the Communist League of Germany, 1850, de Marx, y los principales escritos de Leninantes de 1917. [146] Los escritos de Orwell, Barzun y Weaver. Aunque menos conocidos de lo que debieran, resultan razonablementeaccesibles. La incisiva discusión sobre este tema por Herbert Luthy no está disponible en inglés. Su ensayo, "Fragmente zu einem

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Instrumentarium des geistigen Terors", publicado en Suiza en 1945 e incluido en un reciente compendio de ensayos, Nach demUntergang des Abendlandes, Colonia y Berlín, 1964, es una poderosa discusión de las consecuencias de largo alcance de ladecadencia del lenguaje y su explotación sistemática en los escritos comunistas. El efecto demoledor de la decadencia dellenguaje fue uno de los principales temas de los ensayos y obras de Karl Kraus, que escribió en Viena en la primera parte delsiglo xx. [147] The Political Economy of Growth, p 177. [148] Gunnar Myrdal, Asian Drama: An Inquiry into the Poverty of Nations, Londres, 1968. Este ensayo no habla sido publicadoantes, excepto algunos párrafos en Spectator, 9 de enero de 1969, bajo el titulo "The Million Word Pamphlet". (Existe traduccióncastellana, La pobreza de las naciones, Ariel. Barcelona, 1974.' Las citas se refieren a la edición inglesa.) [149] La crítica global, metódica y efectiva de los modelos de moda sobre el desarrollo realizada por el profesor Streeten en elapéndice 3 es la mejor parte del libro. El concepto de trabajo agrícola excedente (un supuesto básico de buena parte de laplanificación sudasiática) y los intentos de medición de su amplitud mediante observaciones casuales frente a las ideasoccidentales sobre hábitos de trabajo, también queda efectivamente criticado en el capítulo XXI y apéndice 6. [150] La negligencia comparativa del clima en buena parte de la literatura actual es indefendible dada la obvia concentracióndel atraso material fuera de la zona templada, en especial en los trópicos. El profesor Myrdal señala que las referencias aelevadas civilizaciones en los trópicos en el pasado son irrelevantes para las cuestiones planteadas en la literatura sobre eldesarrollo. Reconoce que las aptitudes requeridas para el progreso económico difieren en las condiciones preindustriales o másmodernas y que los efectos del clima sobre la actuación económica y por tanto sobre los logros obtenidos es muy probable quesean más importantes en esas condiciones casi modernas. Puede añadirse que los logros y éxitos materiales de las civilizacionespasadas consistieron sobre todo en la creación de notables monumentos y obras de arte más que logros materiales generalesdifundidos. Por último, en algunas zonas donde había habido elevadas civilizaciones en el pasado se han producido cambiosclimáticos contrarios al progreso económico. [151] El profesor Myrdal cuando se refiere a diferencias de renta y riqueza habla siempre de desigualdad. En el capítulo I sehan considerado las implicaciones de esta práctica, compartida por la mayor parte de los economistas. [152] Sigo al profesor Myrdal en el uso intercambiado de las expresiones planificación, planificación central, planificaciónglobal y planificación central global. [153] Véase p. 67. La cursiva es del profesor Myrdal. [154] Véase p. 895. La cursiva es del profesor Myrdal. [155] Véase pp. 72­73. El profesor Myrdal pone en cursiva las palabras "inhibiciones" y "obstáculos". La cursiva en "sólo" esmía. [156] Véase p. 60. [157] Véase p. 116. [158] Véase pp. 115­116. La cursiva es mía. [159] Véase pp. 1.909­1.910. [160] Véase p. 1.862.[161] Véase p. 105. La cursiva es mía. [162] Véase p. 109. El profesor Myrdal no especifica esos "ritos" del intelectual. En el contexto de la discusión parece referirsea las propuestas de transformación y estandarización obligadas de seres humanos. [163] El fallecido J. S. Furnivall, tantas veces citado por el profesor Myrdal, pero no en este punto, lo contemplaba como unafuerza de cohesión. [164] Véase p. 1.883. [165] En los dos libros que se indica puede encontrarse una detallada y perceptiva discusión de la antigüedad e intensidad dela discriminación según el color en la India. Nirad C. Chaudhuri, The Autobiography of an Unknown Indian, Londres, 1951, y TheContinent of Circe, Londres, 1965; otro libro de un indio que señala la intensidad de los sentimientos acerca del color en el sur deAsia es, Prakash Tandon, Punjabi Century 1857­ 1947, Londres, 1961. [166] El Concite Oxford Dictionary define a la nación como una raza o pueblo distinto que tiene en común el origen, lenguaje,historia o instituciones políticas. [167] Véase, por ejemplo, pp. 382 y 898. [168] Mucha gente pudiente se ha beneficiado de la herencia, lo que quiere decir que parte de sus recursos los generaron susantepasados. Pero eso no afecta a la argumentación del texto. La herencia de riqueza no quiere decir que se haya extraído aotros, y la sugerencia de que no sea equitativo es un juicio de valor. La idea de que una persona no tenga derecho a acumularriqueza en beneficio de sus descendientes plantea amplias cuestiones de política social y de la significación del concepto de

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familia. Además, vale la pena señalar que la riqueza heredada nada tiene que ver con las grandes fortunas del sur de Asia, talescomo las fortunas chinas del sudeste asiático o las recientes fortunas industriales de la India. La herencia de una inteligenciasuperior a la media o de un buen aspecto confiere también ventajas análogas a las de la riqueza material. Pero como otrosreformadores sociales el profesor Myrdal no parece poner objeciones a este tipo de herencia. [169] Equiparar la búsqueda de rentas más elevadas a conducta racional, negligiendo los métodos y costes de eseincremento, es un ejemplo de la confusión de la renta como concepto contable de un flujo de bienes y servicios y la renta como unconcepto psíquico de bienestar y satisfacción. Esta cuestión se ha discutido con detalle en el capítulo 1. [170] Parece necesario insistir aquí en que el argumento del texto no es inconsistente con el reconocimiento de un ampliocampo de tareas públicas necesarias. Este punto se ha estudiado con detalle en el capítulo II. [171] The Theory of Economic Growth, Homewood, III., 1955, p. 420. [172] Véase p. 717. [173] Otro ejemplo de esta contradicción se señala en la introducción a este libro. Puede ser que la argumentación impliqueque una reducción del consumo actual haga posible inversión adicional y por tanto mayores estándares de vida en el futuro. Sinembargo no es una secuencia necesaria. especialmente en los países subdesarrollados. Por muchas razones, algunas de lascuales se explicitan en el apéndice al capítulo II, menos jamón hoy no quiere decir necesariamente más jamón mañana; dehecho, cuando se ha conseguido obligando a la gente, es muy posible que implique menos jamón también mañana. Si másjamón mañana fuera el resultado probable de la inversión adicional y fuera valorado así por la población, el estado podríafinanciar el gasto mediante empréstitos sin creación inflacionaria de dinero. [174] El profesor Myrdal aconseja repetidamente y explícitamente la rápida expansión industrial de la Unión Soviética. Deforma sorprendente sugiere asimismo que bajo el sistema soviético todavía es posible "... mantener un nivel de nutrición bastanteadecuado" (p. 1918). Que pueda considerarse como bastante adecuado el nivel de nutrición de la Unión Soviética para granparte de la población, incluyendo los millones de recluidos en campos de trabajo, no deja de ser un juicio subjetivo. El profesorMyrdal no observa que cualquiera que sea la (dudosa) validez de su anotación, solo es aplicable a los supervivientes de lasdiversas hambres. Considera asimismo que el sistema expresa solidaridad humana (p. 687) e igualitarismo radical (p. 1363). Citacon aprobación la opinión del señor K. M. Panikkar de que los planes quinquenales soviéticos convirtieron a una economíasemicolonial en una de las principales naciones industriales del mundo, y que la China comunista ha promovido la mejoraeconómica del país (p. 727). También se refiere a un escritor americano que presenta a Occidente y a la Unión Soviética comoejemplos de éxito en la construcción de una sociedad moderna (p. 1.366). No menciona las diferencias de nivel de vida ni de loscostes de construcción de esa llamada sociedad moderna. Existen otras muchas referencias favorables al sistema soviético. [175] Si tiene que darse una extrema concentración de poder quizá mejor que se produzca en las manos de personas que nohayan de llegar a los extremos a que empujaría a los intelectuales de los países subdesarrollados, quizá mal que en otras partes,su sentido de superioridad, autoafirmación y el supuesto de infalibilidad. En los países pobres está especialmente pronunciado elsentido de superioridad del intelectual sobre sus conciudadanos y su falta de simpatía por el resto de la población. [176] Véase p. 711. [177] Véase p. 1.205. [178] Véase p. 1.899. La cursiva es del profesor Myrdal. [179] Véase p. 1.901. La cursiva es del profesor Myrdal. [180] Véase pp. 1.901­1.908. [181] En la India se argumenta a veces en favor de la reforma agraria en el sentido de que los rendimientos por hectárea delas pequeñas propiedades son mayores que los de las grandes, de modo que una ruptura de las grandes propiedadesaumentaría la producción agrícola. Este argumento es superficial. Aun en el caso de que los rendimientos por hectárea en laspequeñas propiedades fueran superiores a los de las grandes —lo que no es necesariamente cierto— ello no quiere decir que elrendimiento sea mayor para todos los recursos empleados. Si el cultivo de las propiedades más pequeñas fuera más económicoen este sentido fundamental, y su establecimiento no encontrara otros obstáculos, sería de esperar que los propietarios de lasgrandes unidades vendieran parte de sus propiedades o las arrendaran en unidades menores. Los académicos se han vistotentados a veces por la construcción de modelos que "explicaran" cómo la reforma agraria puede promover el adelantoeconómico. Esos modelos implican supuestos particulares acerca de las preferencias de los individuos, las oportunidadesalternativas que se les ofrecen y las técnicas agrícolas. Sin embargo, esos modelos son tan relevantes para las propuestaspolíticas de reforma agraria como modelos análogos que "explicaran" las expulsiones de los indios de Birmania, de los chinos deIndonesia, de los asiáticos del este de África, o, puestos a citar, las expropiaciones de las revoluciones francesa y rusa o eltratamiento de los judíos en la Alemania nacionalsocialista. [182] Véase p. 382.

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[183] El profesor Steven N. S. Cheung ha mostrado en una monografía cuidadosa y esclarecedora, The Theory of ShareTenancy, Chicago, 1969, que el reparto de cosechas no conduce a una utilización ineficiente de la tierra y más en general quebajo derechos de propiedad privada los diferentes arreglos contractuales no implican distintas eficiencias en la utilización delsuelo. La discusión realizada por el profesor Cheung se apoya tanto en el razonamiento analítico como en la evidencia empírica.Véase también, P. K. Bardhan y T. N. Srinivasan, "Cropsharing Tenancy in Agrioulture: A Theoretical and Empirical Analysis", enAmerican Economic Review, marzo 1971. [184] Este último factor es el menos probable, porque en el sur de Asia no existen barreras de entrada organizadas alpréstamo de dinero. [185] Este asunto se desarrolla ampliamente en el capítulo X de la edición inglesa, no incluido en esta versión castellana. [186] Las instituciones sociales afectan, claro está, a los precios, incluyendo los salarios y rentas. Lo hacen a través de laoferta y la demanda. No pueden entenderse esas influencias sin algo de análisis económico. [187] Las diferencias de productividad de los diferentes grupos de edad se dan la mano con diferencias de exigencias decapital. Una proporción relativamente elevada de niños en la población puede incrementar los requerimientos de capital percapita especialmente para la construcción de escuelas. Sin embargo, la formación de capital que representa su construcción, asícomo los costes de mantenimiento y funcionamiento y los salarios de los maestros se incluyen en el cálculo de la renta nacional y,por tanto, en la renta per capita, De esta forma la necesidad de satisfacción de esos requerimientos no reduce la renta en sumedición convencional. Incluso cuando en la medición de la renta nacional no se incluyen algunos de esos elementos, ni en lamedición del nivel de vida, cualquier efecto neto de esa omisión habrá de ser pequeño en los países subdesarrollados, incluidoslos del sur de Asia, donde una elevada proporción de niños no va a la escuela, o sólo asiste por un período muy corto y donde losedificios escolares son estructuras sencillas y baratas. [188] Los dos párrafos siguientes repiten en el contexto presente partes de la argumentación del capítulo II, apartado 7 de laparte B. [189] Ya hemos señalado en el capítulo II, apartado 7 de la parte B, las importantes observaciones del señor J. Hajnal sobre elcarácter único de las pautas europeas de casamientos y fertilidad que emergieron hace tres siglos. La mejora de losconocimientos acerca de los métodos anticonceptivos no fue un agente principal de este desarrollo. [190] Véase p. 46. [191] Véase p. 571. [192] Véase p. 607.[193] El éxito en la consecución de riqueza raras veces está correlacionado con la obtención de poder político. Los dosobjetivos requieren aptitudes distintas. La preocupación por la prosperidad material no sólo desvía tiempo y energías de otrosmenesteres, sino que también limita las facultades requeridas para el discernimiento de las realidades políticas. [194] Sobre este tema el profesor Myrdal se contradice a sí mismo de forma flagrante en dos frases consecutivas: "Un mayoresfuerzo de defensa por parte de Malasia implicaría grandes sacrificios para las clases más ricas de la población, perspectiva queno acogerían con entusiasmo; esto es importante porque estas clases cuentan con el monopolio del poder político en todas partesmenos en Singapur. La mayor parte de esa gente rica son chinos; el hecho de que políticamente se discrimine contra ellos nopuede aumentar su entusiasmo para soportar mayores cargas de defensa" (p. 382). [195] "De hecho parte de la política colonial consistía no en «perturbar a los nativos», sino preservar un medio ambientetranquilo para una creciente actividad económica cuyo beneficio primario fuera para el Occidente industrializado" (p. 452). [196] "Además, las formas institucionales heredadas de organización social (en Birmania) fueron perturbadas o destruidas porel régimen colonial ... El dominio británico condujo a una crisis muy rápida y casi completa de todas las actividades populares ycooperativas, excepto en menor medida en la más pequeña unidad, el villorrio" (p. 859). [197] Véase p. 125. [198] Véase p. 617.[199] Véase, por ejemplo, pp. 582, 685­686, 705, 715 y 1.942. A lo largo del libro es evidente el enfoque ahistórico. Tambiénse reconoce explícitamente: "Somos conscientes de que la falta de profundidad histórica de nuestro enfoque restringe nuestracomprensión de la realidad social que estamos investigando. Esto se debe sólo a las limitaciones prácticas de tiempo, facilidadesde investigación y competencia técnica" (p. 43). Estos factores pueden explicar en parte la ausencia de dimensión temporal y elenfoque ahistórico del libro pero el reconocimiento de los defectos no elimina su carácter fundamental. [200] Los países del sur de Asia tienen prisa y necesitan una infraestructura moderna para movilizar el apoyo popular a laplanificación y el desarrollo ... El sentido de urgencia es lógico dados los bajos niveles económicos y el rápido y aceleradocrecimiento de la población de esos países" (p. 869). El profesor Myrdal cita también repetidas veces a Nehru acerca de lanecesidad de una actuación rápida (pp. 716 y 869, por ejemplo.) ¿Cómo puede decirse que esos países tienen prisa cuando,

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como el mismo profesor Myrdal reconoce repetidas veces, su población no desea el cambio? Una vez más el tratamiento de unapoblación como una única entidad personificada y su identificación con el gobierno oscurece las cuestiones y dilemasfundamentales.[201] "Russia Fifty Years Alter", Spectator, Londres, 20 de octubre de 1967. Las posibilidades de emergencia de una sociedadasí se diseñan claramente en unos famosos párrafos del Anclen Regime de Tocqueville, especialmente los capítulos XV­XX.Unas observaciones menos conocidas del último libro de Charles Dickens publicado hace aproximadamente un siglo, describende forma apropiada las actitudes y actividades de los filántropos con inclinaciones totalitarias (The Mystery of Edwin Drood, cap.VI). [202] Véase p. 691. [203] Véase p. 710. [204] Véase p. 748. [205] Véase p. 1.374. [206] Si los productores incurren en costes y las rentas personales son limitadas (ambas cosas consecuencia de laslimitaciones de recursos) la demanda y la oferta han de estar funcionalmente relacionadas a los precios, aunque puedan noresponder a determinados intervalos de precio, especial. mente en un corto período. [207] Véase capítulo XXIV. [208] Véase p. 2.082. [209] Este punto es de significación general para las discusiones sobre política de desarrollo. Pero es especialmentepertinente para el tratamiento del profesor Myrdal, pues éste insiste muy a menudo en que los seres humanos están igualmentedotados por la naturaleza. Esto no es cierto. Si fuera así, ¿cómo podrían darse diferencia; de capacidad empresarial dentro y entrecomunidades? Hay muchos miles de comerciantes e industriales en la zona. El profesor Myrdal cita al doctor Silcock, quien diceque "Malaya sufre de un exceso en vez de una deficiencia de espíritu de empresa". El profesor Myrdal añade que debeentenderse al doctor Silcock en el sentido de que "ese espíritu empresarial debería dirigirse de otra forma" (p. 719). La presenciade espíritu de empresa en el sur de Asia viene también indicada por la imposición de controles estatales sobre muchasactividades consideradas indeseables por las autoridades políticas y también por el profesor Myrdal. Esos controles se imponenpara impedir la rápida expansión de actividades rentables, pero que las autoridades quieren desanimar, secuencia que implicadisposición por parte de la gente a responder a las oportunidades económicas. [210] Véase p. 1.369. [211] Véase p. 567[212] Véase p. 611. [213] Ibid.[214] Véase pp. 594­595. [215] En otras partes del libro el profesor Myrdal reconoce que los principales determinantes del desarrollo son interiores. [216] La versión original de este ensayo apareció bajo el titulo "UNCTAD and África", en Afrika Spectrum, 1967/ 2, publicadopor el Deutsches Institut für Afrikaforschung, Hamburgo, por cuya invitación fue escrito. Ha sido muy ampliado para esta edición.Tengo que agradecer a H. G. Johnson sus útiles sugerencias. Los apartados 4 y 5 son más técnicos que el nivel general dediscusión de este libro; el lector no técnico puede omitirlos. [217] Incluso las propuestas de la UNCTAD son muchas veces vagas y amplias como para justificar citadas. Las referencias apropuestas son referencias a las resoluciones aprobadas en la conferencia. [218] En la mayor parte de los casos, neto se interpreta descontada la repatriación de capital por los residentes de los paísesdesarrollados, pero excluidas las exportaciones de capital por los residentes locales. Ciertas sugerencias influyentes en laconferencia apuntaron a la deducción también de las exportaciones de capital por los residentes de los países recipiendarios. LaUNCTAD de 1968 en vez de un objetivo de un 1 por ciento de la renta nacional de ayuda oficial, propuso un 1 por ciento delproducto nacional bruto, con lo que el objetivo a alcanzar aumentaba en más de 1/4. El informe Pearson en su p. 144 estima quelas amortizaciones y los impuestos indirectos (que representan la diferencia entre producto nacional bruto a precios de mercado yla renta nacional), en promedio suponen al primero en una inflación de 1/ 4 por encima de la renta nacional. [219] Me referiré a la literatura ONU­UNCTAD cuando exista evidente continuidad de ideas entre la literatura de la ONU y dela UNCTAD, mientras que hablaré de literatura y discusiones UNCTAD cuando las ideas y propuestas sean más específicas deésta. [220] En diversas fases de este capítulo se señala que promediar la experiencia comercial de países con pautas de comerciomuy distintas produce resultados de sentido muy limitado. Sin embargo tenemos que utilizar esos conceptos agregados paraexaminar las alegaciones de la UNCTAD sobre la posición y perspectivas de los productores primarios en el comercio

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internacional o sobre el mundo subdesarrollado. [221] W. A. Lewis, "A review of Economic Development" (Conferencia de Richard T. Ely en la 75 reunión anual de la AmericanEconomic Review, vol. LV, n.° 2, mayo 1965). La referencia de sir Arthur Lewis a los últimos ochenta años se refiere a 1870cuando, como se señala en el próximo apartado, la relación de precios era excepcionalmente favorable a los productoresprimarios. [222] Esto en base 1963 = 100. Según una serie anterior con 1958 = 100, la mejora de 1938 a 1963 fue de 78 a 97. [223] Por ejemplo, la eficiencia de uno de los más conocidos tractores para la remoción de tierras, muy utilizado en África, haaumentado tanto en los últimos años, como resultado de cambios de diseño, que en 1967 costaba mucho menos mover un m2 detierra que en 1961 a pesar del mayor coste del tractor. En Nigeria en 1967 los precios de importación de los refrigeradoresitalianos con capacidad de 4,6 pies cúbicos eran un 30 por ciento inferiores a los precios de los refrigeradores con capacidad de2,8 pies cúbicos importados de cualquier otro origen pocos años antes. Los Índices de precios de importación registran ladisminución del precio, pero en el incremento de capacidad. [224] Londres, 1959. [225] Ginebra, 1958. [226] La cuestión específica de la participación de los paises subdesarrollados en el comercio mundial ha sido discutida por elprofesor Rómulo A. Ferrero en un artículo esclarecedor, Trade Problems of Primary Producing Countries, International IndustrialConference, San Francisco, 1965 (ciclostilado). [227] El supuesto deterioro de las relaciones de intercambio de los países subdesarrollados y de los productores primarios hasido defendido por los economistas de las Naciones Unidas desde finales de los años cuarenta. Ha recibido amplia difusión en elinforme publicado por el Departamento de Asuntos Económicos de las Naciones Unidas titulado Relative Prices of Exports andImports of Underdeveloped Countries, Lake Success, 1949. Este informe equipara países subdesarrollados a productoresprimarios. Se basó a su vez en un informe anterior de la Liga de Naciones titulado Industrialisation and Foreign Trade, Ginebra,1945. El informe Prebisch y buena parte de la literatura de la UNCTAD se basan en la información proporcionada por elsecretariado de las Naciones Unidas sobre este tema. Se da por tanto una clara continuidad de ideas, fuentes y método. [228] Las numerosas críticas incluyen a P. T. Ellsworth, 'Terms of Trade between Primary Producing and Industrial Countries",en Inter­American Economic Affairs, verano 1956; Theodore Morgan, "The Long­Run Terms of Trade between Agriculture andManufacturing", Economic Development and Cultural Change, octubre 1959; H. G. Johnson, Policies towards Less DevelopedCountries, Washington, 1967. [229] El concepto aquí utilizado es el de relaciones de intercambio de un único factor. En algunos contextos determinadospueden ser de interés algunas de sus variantes, tales como relaciones de intercambio de renta o relaciones de intercambio doble­factoriales. En la mayor parte de los contextos, en especial respecto a las discusiones de la UNCTAD sobre la posición operspectivas de los países subdesarrollados, el concepto aquí empleado es el más significativo, especialmente cuando tambiénse señalan en el texto los cambios de volumen de comercio. [230] Los procedimientos de promediación de las discusiones ONU­UNCTAD sobre las relaciones de intercambio recuerdanlos comentarios de Bohm­Bawerk a algunos de los procedimientos de promediación de Marx: "De esa forma también se puedeintentar probar la proposición de que animales de todo tipo, incluidos los elefantes y las mariposas, tienen la misma duración devida; pues si bien es cierto que los elefantes viven un promedio de cien años y las mariposas sólo un día, entre ambas cantidadespodemos obtener un promedio de 50 años. Cuantas más veces viven los elefantes que las mariposas, menos viven las mariposasque los elefantes. Las desviaciones respecto a esta media "se cancelan mutuamente", de modo que en general y en promediopuede establecerse la ley de que todos los tipos de animales tienen la misma duración de vida" (Citado por el profesor P. P.Streeten en Gunnar Myrdal, Asian Drama, p. 1.990). [231] Es decir, que la naturaleza de la demanda es tal que aumenta menos que proporcionalmente con incrementos de larenta. [232] También es dudoso que la elasticidad de renta de la demanda mundial sea baja para muchos alimentos. Los niveles derenta y la estructura de deseos de una gran proporción de la población mundial es tal que la elasticidad de renta de la demandade muchos productos alimenticios que participan en el comercio internacional puede ser comparativamente elevada.Determinados estudios de América latina y la India sugieren elasticidades de renta de la demanda de alimentos cercanas a launidad. [233] Suponiendo que no haya cambios en el grado de restricción del comercio. En la formulación del texto no hay referenciaa los cambios de costes a consecuencia de las relaciones de intercambio debido a que los efectos de esos cambios se subsumenen los cambios de rentas. [234] La tasa de crecimiento de la demanda por el mundo desarrollado de exportaciones del mundo subdesarrollado puede

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escribirse Rd Ed , donde Rd es la tasa de crecimiento de la renta del mundo desarrollado y Rd es la elasticidad de renta de su

demanda agregada de exportaciones del mundo subdesarrollado. La tasa de crecimiento de la demanda por elmundo subdesarrollado de exportaciones del mundo desarrollado puede escribirse de la misma forma como Ru Eu. Las

relaciones del intercambio del mundo subdesarrollado mejorarán si Rd Ed > Ru Eu es decir, si Rd / Ru > Eu / Ed y sedeteriorarán en el caso contrario. Las condiciones señaladas en el texto determinan la dirección de los cambios de las relacionesde intercambio de bienes. La cuantía del cambio depende de las elasticidades de la oferta y demanda domésticas de ambosgrupos: cuanto mayor sea el valor numérico de estas elasticidades menor será el cambio en cada dirección. Una elevadaelasticidad de la demanda como la proporcionada por las posibilidades de sustitución entre diferentes materias primas (tancitadas en las discusiones de la UNCTAD) disminuirla la amplitud de las variaciones de las relaciones de intercambio alincrementar la elasticidad de la demanda por esos productos. [235] Una rápida tasa de incremento de la población (en un país particular o en otra parte) puede afectar adversamente lasrelaciones de intercambio de bienes y factoriales de los exportadores de productos muy trabajo intensivos. Tal resultado seríaanálogo a una disminución de la productividad marginal debido a rendimientos decrecientes. Tal resultado nada tiene que vercon el hecho de tratarse de productos primarios. La producción de petróleo crudo, la exportación más importante de los paísessubdesarrollados, es muy capital intensiva.[236] Esta última consideración sólo es aplicable en la medida en que los países subdesarrollados sean exportadores netosde productos primarios. Las exportaciones de los países subdesarrollados no son un término equivalente a las exportaciones deproductos primarios. Aunque 9/10 de las exportaciones de los países subdesarrollados sean productos primarios, existenimportantes exportaciones de productos manufacturados de algunos de esos países y esta categoría puede hacerse másimportante en el futuro. Esta consideración no afecta a las críticas a la argumentación de la UNCTAD presentadas en el texto,porque esa argumentación se basa en las relaciones de intercambio de los productores primarios. [237] El progreso técnico en el sentido de desarrollo de sustitutivos ha impuesto un techo sobre el precio de exportacionesdeterminadas de los países subdesarrollados. Pero la actuación de este hecho es simétrica y afecta a los productos que importanigual que a los que exportan, aunque este hecho no se perciba tan fácilmente. [238] Informe Prebisch, pp. 18­19. [239] En un memorándum presentado por la FAO a la UNCTAD, "International Commodity Arrangements and Policies"(publicado en Trade and Development: Commodíty Trade), hay estimaciones de la llamada brecha comercial en 1970. Se basanen diversos supuestos sobre las relaciones de Intercambio de los países subdesarrollados en 1970; ninguno de los supuestosconsiderados contempla la posibilidad de una mejora de las relaciones de intercambio. [240] Dos de las críticas más completas y efectivas son los estudios de los profesores Ellsworth y Morgan ya citados. [241] La significación para un país de las alteraciones de las relaciones de intercambio depende de la importancia delcomercio internacional en la economía nacional y de los costes de la sustitución de las importaciones. Este punto hay querecordarlo porque es pertinente respecto a las implicaciones sobre el bienestar y el desarrollo de las alteraciones de lasrelaciones de intercambio; pero no hace falta desarrollarlo más ampliamente aquí porque no tiene relación directa con laargumentación de la UNCTAD. [242] Esta cuestión ha sido cuidadosamente estudiada por el profesor Ferrero en su artículo ya citado. Ferrero tambiénmuestra que desde 1957 la participación de los Estados Unidos en el comercio mundial total ha disminuido más que la de lospaíses subdesarrollados. [243] "Si bien se reconoce la importancia de la inversión exterior privada en los países en vías de desarrollo, no se pone enduda la necesidad de la provisión de cuantías considerables de recursos públicos" (informe Prebisch, p. 79). Recursos públicosse refiere aquí a ayuda exterior, no a empréstitos obtenidos por los gobiernos en los mercados de capitales del mundo. [244] En los documentos significativos de la UNCTAD puede apreciarse la vaguedad del concepto de expectativa razonable yla estricta ligazón entre ayuda exterior y planificación del desarrollo. Éste es un pasaje típico: "En contestación a las peticiones declarificación del concepto de »expectativas razonables» de ingresos de exportación en su propuesta, los patrocinadoresafirmaron que las implicaciones prácticas de] concepto tendrían que establecerse empíricamente, pero que estaba ligado a laconveniencia de garantizar la ejecución de sanos programas de desarrollo" (Trade and Development: Final Act and Report, p.202. Existe traducción castellana de este documento a cargo de la propia UNCTAD). [245] Sir Arthur Lewis (American Economic Review, mayo 1965) ha observado que la ventaja comparativa prospectiva paralos países pobres en el comercio internacional puede desplazarse hacia la industria. Esta posibilidad necesariamenteespeculativa no justifica subvencionar actividades actualmente antieconómicas. Apoya la argumentación en favor de hacer laseconomías de los países pobres flexibles y adaptables.

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[246] En la literatura de la UNCTAD es axiomática la necesidad de planificación global del desarrollo para el adelantoeconómico y que la ayuda exterior ha de estar ligada a la planificación. Por ejemplo: "...como prerrequisito [de la ayuda exterior],los países en vías de desarrollo tienen que haber establecido planes de desarrollo con objetivos y límites temporales que cubrantodos los aspectos de su economía..." (Trade and Development: Final Act and Report, p.45.) " La discusión sobre los problemas dela financiación del desarrollo se centró en la necesidad de incrementar la ayuda, ligarla a los planes de desarrollo, mejorar lascondiciones de la ayuda y aligerar la actual carga del servicio de la deuda" (Ibid., p. 170).[247] A todos los efectos hace falta definir cuidadosamente el concepto de desempleo rural, lo que no ocurre en la defensapor la UNCTAD de la industrialización subvencionada. En el contexto de definición de políticas también hay que preguntarse porqué ese desempleo, cuando existe, no induce a una disminución de los salarios suficiente COMO para animar industrias nosubvencionadas. [248] Esta última argumentación se funde muchas veces con la de la industria incipiente, también común en las discusionesde la UNCTAD. Esta conocida argumentación es oscura. Si las incipientes actividades muestran promesas auténticas podrán serfinanciadas por sus partidarios o empresarios sin tener que recurrir a subvenciones por el resto de la comunidad. Muchas veceslas cosas incipientes no se consolidan y cuando lo hacen por lo general no devuelven a la comunidad las subvencionesrecibidas. [249] Informe Prebisch, p. 16. [250] Ibid. [251] Ibid. El "curso normal de los acontecimientos" se refiere aquí a ayuda rutinaria, no a ingresos por exportaciones[252] Véase p. 81. [253] Véase pp. 81­82 [254] Véase p.82 [255] Ibid. [256] Ibid.[257] Véase p. 83. [258] Ibid. [259] Véase p. 84.[260] La versión original de este ensayo apareció en The Manchester School, mayo de 1967. Este artículo era a su vez unaversión revisada de una charla en un seminario del personal académico de la Facultad de Ciencias Económicas y EstudiosSociales de la Universidad de Manchester, de mayo de 1966. [261] Economica, mayo de 1949.[262] “Economic Instruction for Economic Growth", Economic Development and Cultural Change, octubre de 1964. [263] Un ejemplo análogo de identificación o más bien confusión entre eficacia técnica y eficacia económica es la prohibicióndel uso o importación de maquinaria de segunda mano. Por ejemplo, en los años cincuenta en Egipto estuvo prohibida durantealgunos años la importación de maquinaria de segunda mano. Este tipo de equipo es a menudo más barato para los paísessubdesarrollados porque ha perdido su utilidad en los países avanzados donde los salarios son más altos, mientras tiene todavíavalor en los países donde los salarios son bajos. En estas circunstancias la prohibición de importar maquinaria de segunda manopriva al país de una adición relativamente barata a su equipo productivo. [264] Un ejemplo destacado de un afortunado intento en este sentido es el reciente libro del doctor R. Szereszewski, StructuralChanges in the Economy of Ghana. 1891­1911, Londres, 1967. [265] Cuando se admiten las necesidades como variables su tratamiento suele ser engañoso, como ocurre en la bienconocida idea de que la aparición de nuevas necesidades debido a los contactos exteriores retrasa el desarrollo al aumentar lapropensión al consumo. Aparte de la cuestión del significado del desarrollo si se separa de las necesidades del consumidor, estateoría, que influye en la literatura sobre planificación, ignora los efectos evidentes de las nuevas necesidades de producción deuna mayor actividad económica. A veces se introduce el cambio tecnológico de manera formal en la discusión, sin examinar cómoocurre, procedimiento que no aclara nada. [266] Para mencionar uno de los muchos ejemplos: en un bien conocido informe del Banco Mundial sobre Nigeria figura unalarga discusión sobre los factores que influyen en el output agrícola de dicho país. Los factores enumerados comprenden lascondiciones climáticas, el suministro de agua, las enfermedades de las plantas, los métodos de cultivo la investigación agrícola.No se menciona el precio recibido por el productor.[267] Otro ejemplo de economía sin costes, análogo a los mencionados en el texto, es la teoría muy difundida de que laprotección de las industrias incipientes puede aplicarse también a los países subdesarrollados, generalmente debido a que suseconomías son también incipientes. Esta teoría sobre la industria incipiente, cualesquiera que sean sus méritos, prevé la

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asistencia a un sector recién creado de la economía a expensas del resto do la misma. Si se considera toda la economía enestado de desarrollo, no puede haber ningún sector completamente desarrollado que cargue con el peso del desarrollo de losdemás. [268] Dos ejemplos de la literatura claramente técnica o en todo caso académica ilustrarán este punto. El profesor Myrdalescribe en An International Economy, p. 322: "No simplemente para salvar el mundo, sino para salvar ante todo nuestras propiasalmas, debe haber de nuevo soñadores, planificadores y luchadores .,. con el fin de evitar a los reformadores el malestarinsoportable que proporciona un clima de fundamental acuerdo". Como el acuerdo fundamental es condición para la aplicaciónefectiva de las técnicas, esta teoría, ampliamente compartida en la discusión contemporánea, es incompatible casi por definicióncon la economía como forma de asistencia técnica. Nuestro segundo ejemplo procede de A Proposal, de los profesores Max F.,Millikan y W. W. Rostow (p. 151), a los que ya nos hemos referido. Estos autores escriben: " ... la ejecución de las propuestaspresentadas en este libro requiere una nueva y activa dedicación a los principios fundamentales que han dado a la vidaamericana su distinción, su calidad trascendente ... Todo esto es para buen fin, ya que América en todo caso nunca ha perdidoenteramente el sentido de la comunidad del destino humano: Al principio siempre un pensamiento— que en la nave divina, elmundo, luchando contra el tiempo y el espacio, todos los pueblos del globo navegan juntos, navegan el mismo viaje, expuestos almismo destino". [269] La versión original de este ensayo, ahora revisado y en parte ampliado, apareció en Económica, noviembre de 1963.Este artículo era a su vez la versión impresa de una conferencia inaugural pronunciada en la London School of Economics andPolitical Science en mayo de 1963. [270] Estos modelos son en gran parte keynesianos en cuanto a sus principales objetivos y supuestos. Se refierenespecialmente a las condiciones para el pleno empleo a largo plazo, en particular a la tasa de crecimiento de la renta necesariapara ello, sin consideración de los cambios (y los efectos de los diferentes tipos de cambios) de los gustos, conocimientos y otrosrecursos de las actitudes y costumbres, del grado de monetización de la economía, de los sistemas políticos y también de lapoblación y las técnicas. Estas limitaciones reducen muchísimo su aplicación al estudio del desarrollo económico ya que losmodelos tratan como dados los principales factores determinantes. La formulación de sus supuestos dada por el propio Keynes,que hemos reproducido en el capítulo II, lo muestra de manera clara. [271] Especialmente The Poverty of Historicism, Londres, 1957. (Existe traducción castellana.) Se examina con mayor detalleesta cuestión en el capitulo IX.[272] Adam Smith, La riqueza de las naciones, III, cap. 4. [273] Existe un curioso contraste que quizá valga la pena señalar en este contexto, al igual que en otros lugares. Occidente(incluido a veces Levante) ha realizado muchos viajes y exploraciones en Asia y África, por lo menos desde los tiempos deHerodoto, y en gran escala desde el siglo XIV. Ha habido en cambio un movimiento muy pequeño en sentido contrario, incluso sia través de los tiempos han existido individuos y grupos ricos y poderosos en muchas regiones de Asia y África. [274] El progreso material del Japón en los (Mimos cien años ha sido enorme. Pero hay que tener en cuenta un dato deimportancia antes de considerar su trascendencia en el mundo subdesarrollado contemporáneo. Los requisitos económicos ysociales previos al progreso material estaban presentes en dicho país en un grado mucho mayor que en el actual mundosubdesarrollado. Por ejemplo, en el siglo XVII se desarrollaron en el Japón instituciones financieras muy avanzadas. [275] En South Africa: Economic and Political Aspects, Londres, 1957, pp. 19­20. [276] La versión original de este ensayo apareció en E. Streissler (ed.), Roads to Freedom, Londres, 1969. [277] Siguiendo la corriente práctica académica y popular, utilizaré indistintamente los términos economía o análisiseconómico del desarrollo y economía o análisis económico de los países subdesarrollados, si bien una u otra de estasexpresiones es más apropiada en un determinado contexto. [278] Pueden ilustrarse los principales elementos del consenso con innumerables ejemplos específicos de publicacionesfácilmente accesibles de escritores académicos, centros e institutos de desarrollo, organismos internacionales y departamentosgubernamentales. Se reproducen algunos ejemplos en este volumen, especialmente en los capítulos I, II y VI. [279] La confusión del estado con la población probablemente explica en parte la práctica, universalmente adoptada, peroengañosa, de hacer referencia al sector estatal o a las empresas estatales como públicas, en contraste con el sector privado o laempresa privada. La­empresa pública es privada en el sentido de que normalmente goza de monopolio estatal de modo que ni seadmiten otros socios ni el público puede participar. La empresa privada suele estar abierta a todos los que deseen establecernuevos negocios o comprar acciones de las sociedades ya existentes. Por consiguiente, la terminología usada generalmente dauna idea contraria de la situación real. Lo que suele denominarse sector público debería llamarse sector estatal o incluso, enalgunos casos, sector de monopolio estatal. [280] La costumbre errónea de pensar en términos de países más que de personas se refleja también en las referencias,

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frecuentes pero inexactas e inapropiadas, a la liberación para indicar la consecución de la independencia, esto es, la soberaníanacional, un concepto que nada tiene que ver con la libertad personal de los habitantes. [281] La literatura del consenso a menudo trata de estos temas como relaciones entre propietarios y arrendatarios, y laactividad de los intereses en juego. Aparte de los defectos analíticos y empíricos de muchas de estas discusiones, estos factoresespecíficos son en general mucho menos importantes como factores del desarrollo que como facultades y motivacionespersonales y tradiciones culturales. [282] La rebelión de las masas, Madrid, 1930. [283] Londres, 1963. [284] Véase pp. 112­113. El doctor Minogue también observa acertadamente que prima facie el deber de trabajar para otrosno parecería especialmente oneroso, ya que con nuestras actividades ordinarias de la vida diaria normalmente contribuimos demanera considerable a la mejora de las condiciones de otras personas sin abrazar ideas o actitudes melioristas. [285] "El proletariado fue definido (incluso por Marx, que de algún modo fue perfectamente consciente de esta trampa) comola clase pobre, desposeída y sufrida; en otras palabras, definida en términos de no posesión. La insistencia burguesa en laposesión personal es tan poderosa como para crear enteras (categorías de) definiciones que dejan al objeto (de la definición)como un completo misterio. ¿Quiénes son los pobres? Son los que no poseen lo que otros tienen. Esto es en cierto modo comodefinir un caballo y un carro como una cosa que carece de motor. Igualmente es una cuestión de ideología hablar acerca de los'países subdesarrollados'. El liberal tiene poco interés en el modo de vivir de las gentes que viven en estos países; y cuando lotiene, suele ser el interés sentimental de piedad y compasión. Se interesa simplemente por el hecho de que en los 'paísessubdesarrollados' la gente no vive como él, y debería hacerlo". lbid., p. 106. [286] El doctor Minogue ha resumido muy bien la actitud meliorista respecto a la crítica: "Una de las maneras más corrientesde escapar a la crítica es la de sugerir que la crítica no ayuda a la solución de los problemas prácticos, y este sofisma se hallarelacionado con las actitudes hostiles hacia lo que es 'meramente crítico' en contraste con lo que es 'constructivo', o mejor aún'creativo'. La versión popular de esta actitud sería: 'Es fácil criticar, pero lo que necesitamos son propuestas constructivas'. En otraspalabras, si algo es malo, no debe decirse que es malo a menos que pueda hacerse mejor". Ibid., p. 114. [287] Jane Degras (ed.), The Communist International 1919­1943, Londres, 1956, p. 141. [288] J. Stalin, Los problemas del leninismo, Moscú, 1947, p. 59. [289] The Tradition of General Knowledge, Londres, 1962, p. 21. [290] Un reconocimiento de la importancia de los factores culturales y personales del desarrollo, normalmente no examinadosen la discusión económica, es la admisión de la aplicabilidad y utilidad del análisis económico en el contexto de los paísessubdesarrollados y su desarrollo; véanse los capítulos VII y VIII. [291] Kenneth Clerk, The Nude, Londres, 1956, pp. 177­178. [292] Eric Newton, European Painting and Sculpture, Londres, 1941. p. 30. [293] V. S. Naipaul describe la siguiente escena típica de la India: "Observad a estos cuatro hombres fregando las escalerasde un desagradable hotel de Bombay. El primero echa agua de un cubo, el segundo barre las baldosas con una rama a manerade escoba, el tercero con un trapo arrastra el agua sucia escaleras abajo y la recoge en otro cubo, que es sostenido por el cuartohombre. Tras el paso de los cuatro, las escaleras están tan sucias como antes; pero ahora, por encima de las negruzcas baldosasde los lados, las paredes están todas salpicadas de agua sucia. El baño y los lavabos están sucios; las pegajosas maderas estánpodridas como resultado de esta inundación diaria; las paredes de hormigón están recubiertas de un limo verdinegro. No osquejéis de que el hotel esté sucio. Ningún indio os dará la razón. Cuatro barrenderos están diariamente de servicio, y en la Indiabasta con que los barrenderos sirvan. A ellos no se les pide que limpien. Ésta es una parte subsidiaria de su función, que es la deser barrenderos, seres degradados, la de soportar los signos de la degradación". An Area of Darkness, Londres, 1964, p. 79. Lapresencia en todas partes de la actitud señalada por Naipaul se observa en el subcontinente indio desde el nivel más alto al másbajo. El énfasis concedido al desarrollo de las funciones más que al resultado de las mismas parece extenderse incluso a lasactividades de las máquinas. En enero de 1970 viajaba en tren por el norte de la India en una noche muy fría cuando me dicuenta de que la calefacción de mi compartimento producía ruido en lugar de calor. Después de 1:amar al empleado delferrocarril para que investigara la situación, éste me aseguró que no había motivo de queja: la calefacción funcionaba, comopodía verse por el ruido que salía de la máquina; la falta de calor no tenía importancia, debido simplemente al mal funcionamientode una parte auxiliar. Estas actitudes no son en absoluto peculiares' únicamente del subcontinente indio; pero es en él donde sehallan especialmente pronunciadas. [294] Estos elementos de las creencias filosóficas sudasiáticas, especialmente indostánicas, a los que se refiere el texto, hansido a menudo señalados por los autores asiáticos. Sus implicaciones para la conducta personal y las instituciones socialesconstituyen uno de los principales temas de los trabajos de Nirad C. Chaudhuri, particularmente The Autobiography of an

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Unknawn Indian y The Continent of Circe. Por ejemplo, en The Autobiography of an Unknown Indian escribe: "Cuanto más leo yaprendo, más aprecio la diferenciación y la complejidad. Implícitamente creo que la cultura es en realidad la facultad de distinguir.Creo que incluso en la enseñanza más elevada y característica del hinduismo (aparte de capas y capas de un primitivismoinfinitamente variado que constituyen su fundamento invisible) hay algo que empuja al hindú hacia lo más simple con preferenciaa lo más complejo, hacia lo sumergido con preferencia a lo visible, y hacia lo general con preferencia a lo particular. De acuerdocon algunas de las mas nobles enseñanzas del hinduismo, el universo visible es una ilusión, la realidad última carece deatributos, y la suprema felicidad del hombre reside en acabar con el ciclo de nacimientos y muertes, o, en otras palabras, eneliminar precisamente aquellas particulares formas que poseen atributos sensibles que confieren cualidades y valores a larealidad y la revisten de atractivo para nosotros. Con esta base filosófica, no es sorprendente que un hindú tienda a ignorar lasdistinciones" (p. 448). [295] Según Chaudhuri (The Continent of Circe): "A través de su existencia en la India los hindúes arios jamás han vaciladoen su lealtad y adhesión a cuatro cosas. Han adorado las cuatro de maneras diferentes, y estas lealtades son básicas para sumodo de vivir. I os Vedas, la piel blanca, los ríos y el ganado" (p. 151). [296] Hay un capítulo entero sobre este tema en The Continent of Circe. He aquí algunos de sus pasajes característicos: "Losantiguos moralistas hindúes ya la habían descubierto (la apatía, que Chaudhuri denomina apatía hindú) aunque como un estadomental que estaba paralizado más que irritado. Lo llamaban klaivya, que significaba en primer lugar impotencia en sentidofisiológico y que luego se utilizó para indicar todas las formas de inercia mental ... Esta apatía en su forma latente puedeobservarse siempre en la expresión sin vida de hombres y mujeres en los lugares públicos, y la impasibilidad es máspronunciada en aquellos lugares y ocasiones en que uno esperaría el mayor despliegue de energía y actividad, como porejemplo, en tiendas, oficinas de correos o estaciones de ferrocarril ... El estatismo masivo ha conseguido incluso quitar laimpresión de movimiento de un lugar a otro, que es la señal distintiva de la vida a nivel animal respecto de la vida vegetal. Inclusocuando estos hombres caminan parece como si árboles bien arraigados se mecieran al viento, apenas nada más. Normalmentees imposible tener la impresión de que se dirigen hacia un objetivo y de que no son simplemente sonámbulos" (pp. 224­226).[297] Esta característica se destaca en las obras de Chaudhuri. Fue señalada también explícitamente en una comunicacióndel profesor Max Beloff en Encounter, marzo de 1968. [298] Sin embargo, el profesor Myrdal, en Asian Drama, ha señalado la relación entre clima y atraso material; capitulo ysección I. [299] The Autobiography of an Unknow Indian, p. 493.[300] Véase nota 10 (pp. 453­454). [301] El tema de esta sección es en parte técnico. El lector no especializado puede omitirlo, si lo desea. [302] The Poverty of Historicism, Londres, 1957, p. 3 (cursiva de sir Karl Popper). [303] "Prediction and Prophecy in the Social Sciences", en Patrick Gardiner (ed.), Theories of History, Nueva York, 1959, pp.279­280. [304] Existen también algunas diferencias en los métodos de análisis y de comprobación y formulación de conclusiones en lasciencias teóricas, especialmente entre las ciencias naturales y sociales. Pero éstas son probablemente menos significativas quelas importantes diferencias entre las ciencias teóricas, por un lado, y las ciencias históricas por el otro. [305] Se hace aquí referencia a los problemas planteados por los retardos temporales existentes entre el impacto de uncambio y la respuesta al mismo, y también entre la respuesta y su manifestación. Estos lapsos hacen extremadamente difícilobservar las relaciones causales o funcionales entre las variables cuando una situación está afectada simultáneamente por unamultitud de influencias pasadas y presentes, como es siempre prácticamente el caso con los fenómenos del desarrolloeconómico. Estos retardos difieren en Cuanto al tiempo y al espacio, lo cual es un aspecto de la naturaleza no repetitiva de losprocesos históricos. [306] A veces se ha pensado que estas dificultades pueden superarse mediante la aplicación de la ley de los grandesnúmeros. Esta objeción carece de base. La ley de los grandes números es claramente inaplicable a los problemas planteados porla naturaleza no repetitiva del proceso histórico, y es en gran medida inaplicable a la actuación de los otros factores enumerados. [307] El lector técnico se dará cuenta de que la dificultad señalada en el texto deriva en primer lugar de la actuación devariables exógenas al sistema de análisis, que no se prestan a una apropiada aleatoriedad.[308] La crítica del uso inapropiado y pretencioso de las matemáticas en algunas ramas de la economía (y en otras partes delos estudios sociales) puede ser puesta en duda, por considerar que refleja ignorancia u oscurantismo por parte del crítico. Sinembargo, puedo señalar que esta crítica ha sido formulada por destacados autores cuyo conocimiento de las matemáticas estáfuera de duda. Los ejemplos comprenden a Keynes (Teoría general, cap. XXI), George J. Stigler (Five Lectures on EconomicProblems, conferencia 4, Londres, 1949), y sobre todo Norbert Wiener, God and Golem, Cambridge (Mass.), 1964, cap. VII.

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[309] La formulación hecha por Marshall del uso de material empírico sin análisis se aplica al elaborado análisis decorrelación que se encuentra en la literatura del desarrollo: " … los hechos por sí mismos no enseñan nada. La historia habla desucesiones y coincidencias; pero sólo la razón puede interpretar y sacar una lección de ellos" (Principios de economía, p. 38).