La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia...

5
La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 1/5 Ha pasado todo un siglo desde que ocurrió la gran epidemia de influenza que azotó la República Dominicana a partir de noviembre de 1918. Esta enfermedad cobró no menos de 22 millones de vidas en todo el mundo. La evolución de esta epidemia quedó documentada en los informes del Departamento de Sanidad del Gobierno militar estadounidense que regía la República Dominicana entonces. Esos informes registran que en los primeros tres meses murieron algo más de mil personas. Las primeras noticias acerca de la aparición de aquella plaga llegaron a Santo Domingo a principios de octubre de 1918 y fueron publicadas inmediatamente en los periódicos por las autoridades sanitarias invitando a la población a protegerse de la enfermedad. En los Estados Unidos se difundió erróneamente la versión de que la epidemia se había originado en España y se le llamó “influenza española”. Los alemanes, por su parte, le llamaron “catarro súbito”, los japoneses “fiebre del luchador”, y los ingleses “gripe de Flandes”. En otras partes también se le llamaba “la fiebre de los tres días”. En realidad, la epidemia hizo su aparición inicial en los cuarteles militares de los Estados Unidos durante la primavera de 1918. Las tropas norteamericanas que cruzaron el Atlántico durante el verano de ese año la difundieron por los campos de Francia y de allí pasó a los territorios controlados por los alemanes. Desde Francia cruzó los Pirineos y se adentró por toda España. Como España no estaba en guerra y no tenía censura militar, las noticias acerca de la dimensión de la epidemia se difundieron allí más rápidamente que en los demás países, y por ello muchos le llamaron “influenza española”. Este fue también el nombre que utilizaron las autoridades sanitarias de Santo Domingo, el 9 de octubre, para anunciar la aparición de un brote de influenza en los Estados Unidos al comenzar el otoño de ese año. En realidad, se trataba de una pandemia que tenía más de cuatro meses azotando el mundo entero y que se difundía tanto por vía terrestre como marítima. Al evaluar sus efectos en otras partes del planeta, los expertos en salud pública descubrieron más tarde que la “influenza española” mató no menos de 22 millones de personas en todo el mundo, de los cuales 12 millones murieron en la India y más de medio millón en los Estados Unidos. Estudios recientes sugieren que las cifras son mucho más altas. En varias islas del Pacífico la influenza hizo desaparecer más del 20 por ciento de la población. En Europa la mortandad fue casi igualmente catastrófica debido al hacinamiento de personas en las ciudades y a las pésimas condiciones sanitarias creadas por la Primera Guerra Mundial. En Santo Domingo, la epidemia fue esperada con temor durante varias semanas pues los cables telegráficos daban frecuentes noticias del avance de la enfermedad. El jueves 31 de octubre el gobierno reportó la ocurrencia de 4,000 casos en Camagüey, Cuba, y alertó a la ciudadanía a tomar precauciones.

Transcript of La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia...

Page 1: La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano; expresidente de la Academia Dominicana de

La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar

Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 1/5

Ha pasado todo un siglo desde que ocurrió la gran epidemia de influenza que azotó la RepúblicaDominicana a partir de noviembre de 1918. Esta enfermedad cobró no menos de 22 millones devidas en todo el mundo.

La evolución de esta epidemia quedó documentada en los informes del Departamento de Sanidad delGobierno militar estadounidense que regía la República Dominicana entonces. Esos informesregistran que en los primeros tres meses murieron algo más de mil personas.

Las primeras noticias acerca de la aparición de aquella plaga llegaron a Santo Domingo a principiosde octubre de 1918 y fueron publicadas inmediatamente en los periódicos por las autoridadessanitarias invitando a la población a protegerse de la enfermedad.

En los Estados Unidos se difundió erróneamente la versión de que la epidemia se había originado enEspaña y se le llamó “influenza española”. Los alemanes, por su parte, le llamaron “catarro súbito”,los japoneses “fiebre del luchador”, y los ingleses “gripe de Flandes”. En otras partes también se lellamaba “la fiebre de los tres días”.

En realidad, la epidemia hizo su aparición inicial en los cuarteles militares de los Estados Unidosdurante la primavera de 1918. Las tropas norteamericanas que cruzaron el Atlántico durante elverano de ese año la difundieron por los campos de Francia y de allí pasó a los territorioscontrolados por los alemanes.

Desde Francia cruzó los Pirineos y se adentró por toda España. Como España no estaba en guerra yno tenía censura militar, las noticias acerca de la dimensión de la epidemia se difundieron allí másrápidamente que en los demás países, y por ello muchos le llamaron “influenza española”.

Este fue también el nombre que utilizaron las autoridades sanitarias de Santo Domingo, el 9 deoctubre, para anunciar la aparición de un brote de influenza en los Estados Unidos al comenzar elotoño de ese año.

En realidad, se trataba de una pandemia que tenía más de cuatro meses azotando el mundo entero yque se difundía tanto por vía terrestre como marítima.

Al evaluar sus efectos en otras partes del planeta, los expertos en salud pública descubrieron mástarde que la “influenza española” mató no menos de 22 millones de personas en todo el mundo, delos cuales 12 millones murieron en la India y más de medio millón en los Estados Unidos. Estudiosrecientes sugieren que las cifras son mucho más altas.

En varias islas del Pacífico la influenza hizo desaparecer más del 20 por ciento de la población. EnEuropa la mortandad fue casi igualmente catastrófica debido al hacinamiento de personas en lasciudades y a las pésimas condiciones sanitarias creadas por la Primera Guerra Mundial.

En Santo Domingo, la epidemia fue esperada con temor durante varias semanas pues los cablestelegráficos daban frecuentes noticias del avance de la enfermedad. El jueves 31 de octubre elgobierno reportó la ocurrencia de 4,000 casos en Camagüey, Cuba, y alertó a la ciudadanía a tomarprecauciones.

Page 2: La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano; expresidente de la Academia Dominicana de

La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar

Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 2/5

Foto tomada de history.com

La influenza, finalmente, llegó al país por barco a Barahona a mediados de noviembre y, deinmediato, las autoridades decretaron una cuarentena en los principales puertos del país.Inicialmente se pensó que había llegado desde Haití, en donde se reportó un brote casi simultáneocon el de Camagüey.

Por ello el Gobierno impuso también una cuarentena terrestre y marítima entre Haití y la RepúblicaDominicana y prohibió el tráfico por la frontera a partir del día 12 de ese mes. Esa cuarentenaincluyó a los barcos procedentes de Barahona y Azua. Al arribar a otros puntos del país procedentesde esos dos puertos sureños, los barcos debían mantenerse a 200 metros de la costa durante sietedías.

El día 28 de noviembre la cuarentena fue extendida a todos los buques provenientes del extranjero.Las autoridades fueron tajantes: “El médico de cuarentena no aceptará las manifestaciones deninguna persona de abordo en cuanto a su estado de salud, sino que practicará el examenpersonalmente”.

“En caso de que alguna persona abordo presente síntomas de influenza o gripe o neumonía, el buqueserá puesto en rigurosa cuarentena y no se permitirá a ninguna persona abandonar el buque sinocomo se dispone en este reglamento”.

A pesar de esas medidas, la epidemia se difundió rápidamente. Para evitar lo peor, el 14 dediciembre las autoridades sanitarias prohibieron las reuniones públicas en teatros, casinos, clubes,centros de recreo y otros establecimientos análogos, en los cuales quedaron “suprimidos los bailes ytodos los espectáculos y fiestas públicas”.

También fueron clausuradas todas las escuelas públicas y se prohibieron las reuniones y velorios enlas casas de los fallecidos a causa de la influenza. “Los cadáveres de los fallecidos por influenzaserán puestos en sus ataúdes inmediatamente y enterrados a la brevedad posible”.

Simultáneamente con esas disposiciones, el Gobierno publicó varios documentos conteniendo“consejos para evitar la influenza”, un “memorándum profesional” destinado a los médicos, y una

Page 3: La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano; expresidente de la Academia Dominicana de

La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar

Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 3/5

“dirección general para el tratamiento de la influenza”.

La epidemia avanzó desde Barahona a Azua y de allí a Santo Domingo. La cuarentena fue extendidaal interior del país para evitar que se propagara de una ciudad a otra, pero las autoridades sanitariaspronto tuvieron noticias de que la población de los pueblos también enfermaba masivamente ymuchos morían a consecuencia de la influenza.

Decenas de miles de personas enfermaron en todo el país. En noviembre, la epidemia estaba todavíalimitada a Azua y Barahona, en donde enfermaron 827 personas y murieron 20. En diciembre, esoscasos se sumaron a los de Montecristi, Puerto Plata, Santiago, La Vega, Santo Domingo y San Pedrode Macorís y todos juntos ascendieron a 18,936, con 331 defunciones.

En enero de 1919, los casos registrados aumentaron a 33,589 en todo el país, y las muertes a 696.Además de las poblaciones mencionadas, la epidemia se extendió también a Moca, San Francisco deMacorís, Samaná y el Seibo, así como a todos los campos y pueblos secundarios de esas y las demásprovincias. En esos tres primeros meses, la influenza afectó por lo menos a 53,352 personas yprodujo 1,047 defunciones.

Al reportar los efectos de la epidemia, el boletín oficial del Departamento de Salud Pública advertíacautamente que “estos datos son aproximados y se dan con la reserva del caso, debido a las muchasdificultades que se presentan para obtener datos precisos”.

Había clara conciencia entre los médicos de que la influenza era una forma de gripe asociada con losbrotes anuales de gripe, incluyendo con la gran epidemia de 1889-90.

Los médicos, sin embargo, no sabían que el germen causante de la influenza era un virus y tratabande prevenirla con medidas destinadas a eliminar un bacilo llamado Influenzae bacillus, consideradoerróneamente como responsable de la enfermedad.

Para entonces ya existía la aspirina y las autoridades sanitarias recomendaron su uso para bajar lasfiebres y calmar los dolores. Este medicamento debía ser combinado con tratamientos tradicionalescomo los purgantes de Calomer, y el uso de enemas de bicarbonato de soda y agua de menta o decitrato de potasa.

La noción clínica más extendida era que la influenza de por sí no mataba, a menos que laenfermedad degenerara en neumonía, y por ello se recomendaban gárgaras con una soluciónantiséptica de quinina o bicloruro de mercurio. Para la tos se recetaba tomar una solución decarbonato de amoníaco cada dos horas.

Conociendo que el mal se trasmitía desde boca y nariz a las vías respiratorias, las autoridadessanitarias recomendaron el uso de mascarillas de gasa y tela de algodón al tratar o visitar a losenfermos. Mucha gente utilizaba las mascarillas para salir a la calle, y algunas personas rellenabanlas suyas con cristales de alcanfor o con dientes de ajo.

Page 4: La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano; expresidente de la Academia Dominicana de

La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar

Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 4/5

Es probable que las mascarillas hayan protegido a algunas personas, pero dado que el virus de lainfluenza es filtrable, muchas se contagiaron de todas maneras y la epidemia siguió avanzando.

Ante el avance de la epidemia, las autoridades extendieron el alcance de las medidas precautorias el24 de diciembre de 1918 ratificando la cuarentena interprovincial, prohibiendo “todas las reunionespúblicas de cualquier clase”, cerrando todas las iglesias “hasta segunda orden”, y anunciando que“todas las reuniones del pueblo en parques, calles y en cualquier otro sitio, serán dispersadas todocuanto sea posible por las autoridades correspondientes”.

Con todo, la epidemia siguió su curso extendiéndose de pueblo en pueblo. A mediados de febrero, lasenfermedades y las muertes se concentraban en el Cibao central.

Entre los días 16 y 22 de ese mes, el poblado de Castillo tuvo 600 enfermos y 62 muertos; SanFrancisco de Macorís, 469 enfermos; Salcedo 96 enfermos y 19 muertos; y La Vega, 268 enfermos y9 muertos. Más al oeste, ya en las montañas, Jánico tuvo durante esa misma semana 564 enfermos y7 muertos.

Para octubre de 1919, cuando las autoridades consideraron terminada la epidemia, dijeron haberregistrado unas 96,828 personas contagiadas y 1,654 fallecidas.

Según esas cifras, en comparación con otras partes del mundo, la República Dominicana salió bienparada de la pandemia, en parte por las medidas adoptadas por el Gobierno y en parte por ladispersión de la población, que entonces era mayoritariamente rural. En los campos, la influenzahizo menos daño que en los pueblos.

La letalidad global de la epidemia en la República Dominicana fue menor del 2 por ciento de loscontagios registrados.

Page 5: La influenza de 1918 - Plenamar · 2021. 3. 9. · Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano; expresidente de la Academia Dominicana de

La influenza de 1918 Frank Moya Pons Plenamar

Plenamar https://plenamar.do/2020/03/la-influenza-de-1918/ 5/5

(Ver: Frank Moya Pons, La Otra Historia Dominicana, 2008, pp. 254-258).

___

Frank Moya Pons, doctor en Historia Latinoamericana, docente y académico dominicano;expresidente de la Academia Dominicana de la Historia y autor de El gran cambio: la transformaciónsocial y económica de la República Dominicana 1963-2013, Santo Domingo 2014.