Testimonios sobre Mariana de Elena Garro: Una...

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Universiteit Gent Faculteit Letteren & Wijsbegeerte Academiejaar 2010-2011 Testimonios sobre Mariana de Elena Garro: Una cuestión de género. Entre el testimonio, la autobiografía, la novela y el diario. Masterscriptie ingediend tot het behalen Promotor: van de graad van master in de Prof. Dr. Eugenia Houvenaghel taal-en letterkunde: Frans-Spaans. Door Lore Ott

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Universiteit GentFaculteit Letteren & WijsbegeerteAcademiejaar 2010-2011

Testimonios sobre Mariana de Elena Garro:

Una cuestión de género.

Entre el testimonio, la autobiografía,

la novela y el diario.

Masterscriptie ingediend tot het behalen Promotor:van de graad van master in de Prof. Dr. Eugenia Houvenagheltaal-en letterkunde: Frans-Spaans.Door Lore Ott

Palabras De Agradecimiento.

La composición de una tesina requiere mucho trabajo y dedicación. No hubiera podido

realizar este proyecto sólo. Por eso, quiero agradecer a algunas personas.

En primer instancia, le doy las gracias a mi promotor, Eugenia Houvenaghel, para

proporcionarme la idea central de este trabajo. Mi reconocimiento por suministrarme las obras

y datos necesarios.

Asimismo quiero agradecer a mi madre y mi hermano. Sin el apoya y ayuda de ellos, este

periodo hubiera sido aún más duro. Me alentaban día tras día. Entonces gracias a ellos para

estimularme.

Quiero mencionar igualmente a mis amigas inteligentes Charlotte Verbeke y Lieselot Baert

por las varias veces que hemos intercambiado información y consejos. Gracias por seguir de

cerca mi progreso, siempre con entusiasmo.

Para Elena Garro finalmente, quien ha sido un sujeto de excepcional interés. Me ha

introducido en un mundo que antes no conocía. Adentrarme en este mundo mágico y

misterioso ha sido una experiencia fascinante

Índice

1. Introducción............................................................................................................6-7

2. Elena Garro: una biografía...................................................................................8-24

2.1. Una infancia llena de imaginación...............................................................8-9

2.2. La universidad, el teatro y un encuentro amoroso.......................................10-12

2.3. Exilio de la escena cultural mexicana..........................................................12-14

2.4. La autora Elena Garro..................................................................................14-15

2.5. Elena como espía........................................................................................15

2.6. La pesadilla del exilio..................................................................................16-17

2.7. La vuelta a México......................................................................................17-19

2.8. Sobre sus varios amantes.............................................................................19-24

2.8.1. Octavio Paz........................................................................................19-23

2.8.2. Adolfo Bioy Casares..........................................................................23-24

2.9. Conclusión....................................................................................................25

3. Géneros emparentados: el testimonio, la autobiografía y el diario...................25-57

3.1. Pensar el testimonio.....................................................................................26-39

3.1.1. Genealogía y canonización del género..............................................26-29

3.1.2. Concepción actual del género............................................................30-32

3.1.3. Aplicación a Testimonios sobre Mariana..........................................32-37

A. Divergencias................................................................................32-33

B. Semejanzas..................................................................................33-37

C. Conclusión...................................................................................37

3.1.4. La ficción del testimonio....................................................................37-39

3.2. Pensar la autobiografía.................................................................................39-55

3.2.1. Testimonios sobre Marian: ¿sí o no de tono autobiográfico?............39-44

3.2.2. La autobiografía y el testimonio........................................................44-46

3.2.3. La autobiografía femenina.................................................................47-51

3.2.4. La autobiografía y la novela..............................................................51-55

A. Semejanzas..................................................................................51-52

B. Diferencias...................................................................................52-53

C. Conclusión...................................................................................53-54

3.3. Pensar el diario.............................................................................................54-57

4. Análisis de los narradores en Testimonios sobre Mariana..................................58-71

4.1. El narrador: un acercamiento teórico..............................................................58

4.2. El narrador: aplicación a Testimonios sobre Mariana....................................57-59

4.2.1. Vincente.............................................................................................59-63

A. Caracterización del narrador.......................................................59-61

B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................61-63

4.2.2. Gabrielle............................................................................................63-68

A. Caracterización del narrador.......................................................64-66

B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................66-68

4.2.3. André.................................................................................................68-70

A. Caracterización del narrador.......................................................68-69

B. ¿Un recuerdo confuso?...............................................................70

4.3. Conclusión......................................................................................................70-71

5. Conclusión..............................................................................................................72-74

6. Bibliografía.............................................................................................................75-79

6

1. Introducción

Figura controvertida y fantasiosa, su dignidad, su brutalidad, su curiosidad, su conflictivo

vínculo con Octavio Paz y sus varios amantes convirtieron a Elena Garro en un personaje

revoltoso de la escena cultural mexicana. Periodista, activista, dramaturga, memorialista,

guionista y novelista, Garro es una de las autoras más relevantes y polifacéticas de la

literatura hispanoamericana. En su obra, la escritora hace pasar a personajes o sucesos

históricos que atraen su atención. La riqueza de estos personajes, que son generalmente

femeninos, apela a la imaginación. Al construir a sus heroinas, Garro rompe con la imagen

tradicional de la mujer mexicana. En el libro que nos ocupa en este trabajo, Testimonios sobre

Mariana, crea a una de sus protagonistas más icónicas: Mariana. La historia se desarrolla en

un París de la posguerra donde Mariana se ve persguida por su marido Augusto. Mariana es

un personaje que incita al recuerdo y al olvido. Tres narradores exploran sus vivencias con

ella: Vincente, su amante; Gabrielle, su amiga y André, su admirador secreto. Tratan de

encontrar una respuesta a la cuestión ¿quien es Mariana?, limitados por sus propios valores y

conducta. Después de la lectura, el lector tiene la impresión que sabe mucho sobre Mariana

pero al fondo no sabe nada concreto. De Mariana, sólo quedan unos recuerdos vagos y un

dolor profundo.

Elena Poniatowska indica: “Ella [Elena Garro] es la heroína de sus novelas: la Verónica de

Reencuentro de personajes; la Mariana de Testimonios sobre Mariana, la Inés de Inés...” 1.

Gran parte de su obra se caracteriza efectivamente por un índole autobiográfico. Según Garro,

‘la novela es vida’ por lo que incorpora su versión y observaciones sobre el mundo en el que

anda. Sin embargo, la autora nunca perfila su obra como una mera autobiografía. En este

sentido, la cuestión de los géneros emparentados cobra valor dentro de la obra de Elena Garro.

En nuestra disertación sobre Memorias de España 1937 hemos estudiado estos ecos

autobiográficos al establecer un vínculo con el género de las memorias.

En la edición de Grijalbo de Testimonios sobre Mariana se refiere a la obra como “de

evidente tono autobiográfico”. Y muchos estiman efectivamente que detrás de los personajes

del papel se encuentran personas de carne y hueso. La autora a su vez insiste en el carácter

novelesco de su libro. En esta obra resalta asimismo su estructura de testimonio, sugerida en

el título. El propósito del presente trabajo es el de explorar los diferentes géneros que Garro

1 Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p. 105.

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incorpora en Testimonios sobre Mariana. Encontramos por lo tanto tres géneros que pueden

aplicarse a la obra: el testimonio, la autobiografía y la novela. Proponemos una introducción

al género testimonial al repasar sus orígenes, principales características, concepción actual

para terminar con una aplicación a la obra estudiada. A continuación, examinamos el tono

autobiográfico. Nos dejamos conducir por la biografía extensa de la escritora. A través de

algunos fragmentos, averiguamos en qué medida la etiqueta de autobiografía conviene el

contenido del libro. El uso personal del “yo” es propio a la autobiografía de mujeres. De tal

manera, esta disertación aborda una comparación entre la autobiografía de hombres y la de

mujeres. Precisamente porque nos interesa la confluencia de géneros, es que incluimos

también al género de la novela. Es necesario explorar la frontera entre este género y el de la

autobiografía. Terminamos con un breve apartado dedicado al diario. La interrogante que

surge por lo tanto en este capítulo es ¿A qué categoría corresponde Testimonios sobre

Mariana?

Nuestro trabajo consiste igualmente en un análisis de los narradores, motores de esta obra.

Tenemos tres narradores, lo que permite al lector comparar sus testimonios. A lo largo de la

narración, observamos que los tres funcionan no sólo como narradores y testigos sino también

como personajes implicados en el desarrollo de la historia. Nos enfoquamos por lo tanto en la

caracterización de cada narrador. Otro motivo que en lo particular llama la atención es el

constante ambiente de confusión y ambiguëdad. Una exploración de las técnicas que

refuerzan esta atmósfera se impone.

La disertación comienza en primer lugar con una biografía de Elena Garro en que nos

acercamos asimismo a su vida amorosa conmovida. Su biografía resulta de suma importancia

por el estudio de su obra. De tal manera, dedicamos una gran parte a la polémica en torno a su

persona. En segundo lugar, examinamos la cuestión de los géneros emparentados. Es decir: el

testimonio, la autobiografía, la novela y el diario. Finalmente, proponemos un análisis de los

tres narradores: Vincente, Gabrielle y André. Su estatuto particular, el de narrador-testigo,

atrae nuestra atención.

8

2. Biografía

Elena Garro se ha controvertido en un fenómeno no sólo literario sino también político. Una

gran mayoría la asocia sobre todo con el escritor Octavio Paz, con quien estaba casada

durante muchos años. Su persona se ha hecho controvertida por otro factor importante, a saber

por su implicación batallón en el movimiento de ‘68, corriente que profundizaremos más

tarde en este apartado. Nos parece necesario conocer la historia de su vida para apreciar mejor

la multitud de ecos autobiográficos en su obra. Como este aspecto autobiográfico y

testimonial constituye el foco de atención en el estudio presente, dedicaremos una parte

relevante del mismo a su biografía. Además, la vida de la autora muestra semejanzas con la

situación de sus heroínas. Será también el caso de la protagonista de Testimonios sobre

Mariana. Se pretende por lo tanto muchas veces que Elena es Mariana y al revés. Veremos si

esta afirmación se mantiene a lo largo de nuestro estudio.

Añadimos que nos basamos en este apartado en gran parte en las obras de Patricia Rosas

Lopátegui Testimonios sobre Elena Garro 2 y Elena Garro, 50 años de dramaturgía 3.

2.1 Una infancia llena de imaginación

Elena Delfina Garro Navarro nació el 11 de diciembre de 1920. Así Elena declaró y así

apareció en las primeras obras que mencionan a la autora. No obstante, después de su muerte

surge cierta ambigüedad sobre su fecha de nacimiento. Algunos fragmentos de su diario hacen

sospechar una manipulación de esta fecha:

“Octavio me fue a esperar… Yo iba a un examen de latín. Me estaba esperando

en una esquina con un grupo de amigos. Y me dijeron: ‘Cuando te pregunten

qué edad tienes, tú naciste en tal año.’ Un año muy atrás del que había nacido” 4

En Testimonios sobre Elena Garro, Patricia Rosas Lopátegui nos señala que Garro, un

espíritu creador y fantasioso, prefería vivir en el mundo de la imaginación. De tal manera,

Elena comunicó deliberadamente otra fecha de nacimiento. Poco después de su muerte,

aparece la primera indicación de que había nacido en 1996 en Proceso, una revista mexicana.

2 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.3 Rosas Lopátegui, P. (2002), Yo quiero que haya mundo. Elena Garro, 50 años de dramaturgia. México: Ed.Porrua.4 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.56.

9

“El 12 de mayo pasado [1998], Elena Garro acudió con la notaria número cinco […]

para formalizar su testamento público abierto. […] En la parte “Declaraciones” del

pliego hereditario, la escritora se atribuyó la nacionalidad española y dio datos

distintos a los conocidos acerca de su edad. Garro Navarro se declaró “de nacionalidad

española originaria de Puebla. Nació el 11 de diciembre de 1916.” […] 5

Elena nació por lo tanto no en 1920 sino en 1916. Sin embargo, durante más de cuarenta años,

hacía creer a todo el mundo que había nacido en otra fecha. Todo eso explicamos con el fin de

señalar que nos encontramos frente a una mujer con un gran poder de persuasión que nunca

abandonó su mundo imaginario. Esta abundancia de hechos imaginativos no facilita por lo

tanto la investigación de su biografía como de su obra.

Elena nace de un padre español, José Antonio Garro Menendreras y una madre mexicana

que se llama Esperanza Navarro Benítez. Poco después de su nacimiento, la familia se

traslada a la ciudad de México donde Elena pasa los primeros nueve años de su vida; hasta

1925. En 1926, se instalan a Iguala, una ciudad en el estado de Guerrero en el sur de México.

Aquí son su padre y su tío Boni que la enseñaron a casa ya que no hay escuela en Iguala. Esta

ciudad inspira la pequeña Elena a la creación de lugares mágicos e imaginarios donde todo

parece posible. Los años en Iguala son por supuesto considerados como formativos para su

carrera literaria mientras que los años en la capital no han tenido tanta influencia en su

formación. Cuando Garro habla de su infancia, lo que ocurre mucho, refiere entonces a su

tiempo en Iguala.

Patricia Rosas Lopátegui habla de tres “fuerzas primarias” 6 que la han influido durante este

periodo en Iguala. En primer lugar, surge el mundo académico, representado por la biblioteca,

enseñanza y sabiduría de su padre y de su tío. Segundamente menciona a la comunidad de los

antiguos mexicanos, habitantes de Iguala, que la han inspirado también en gran medida.

Finalmente Lopátegui designa al espacio imaginario como fuerza que Elena toma como

realidad. Es en esta ciudad que Elena se confronta por primera vez con la dualidad

característica de México. Por un lado, hay el México de los blancos y por otro un México de

los indígenas. Esta temática de la identidad nacional vuelve constantemente no sólo en su vida

sino también en su obra. Por une parte, se asocia con la población privilegiada por el origen

5 Aranda, J. citado por Rosas Lopátegui, P. (2002) en Yo quiero que haya mundo. Elena Garro, 50 años dedramaturgia. México: Ed. Porrua.6 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.

10

mexicano de su madre pero por otra sigue siendo rechazada como gachupina7, es decir por su

origen español.

2.2. El teatro, la universidad y un encuentro amoroso.

Elena vuelve a la capital en la segunda mitad del año 1930. No obstante, el pueblo de Iguala y

sus habitantes indígenas dejan marcado a Elena. Es en la ciudad de México que Elena pasa su

adolescencia. La joven balancea en ese tiempo entre dos planteamientos: entre el enfoque

feminista y innovador de sus padres y el espíritu conservador de sus tías maternas con quienes

vive en la ciudad. Al ingresar a la facultad de filosofía y letras, en aquella época sólo

accesible para hombres, sigue el camino de sus padres eruditos. Pero encarna igualmente la

filosofía de sus tías quienes reducen el papel de la mujer al gobierno de la casa. De tal modo,

constatamos que esta dualidad, característica de Elena Garro y en la que ya insistimos en

nuestro análisis de Memorias de España 1947, data de su adolescencia. Deducimos de lo

previo que no se puede reducir su obra a un mero grito feminista.

En cualquier caso, Garro se ve confrontada con la revolución feminista y entra en la

universidad a regañadientes de sus tías. No es un periodo fácil para la joven Garro. Es que el

mundo patriarcal la condena por no conformarse con la tradición del matrimonio. Este espíritu

la hace pensar en su estado “deficiente” sin marido a su lado. En una carta a Emmanuel

Carballo, la jovenGarro revela sus sentimientos contradictorios:

“Los compañeros, centenares de chicos, eran muy respetuosos. Nosotras no

teníamos novio, pero otras chicas tenían fotos dedicadas. Y un día, en Yazbek,

donde nos tomábamos las fotos para las credenciales, me robé una de un joven

de bigote fino y atrás le escribí una dedicatoria apasionada: “Para Elena, mi

gran amor. Aurelio”. Así quede cubierta en mi deficiencia” 8.

Como mencionado, sus tías refuerzan estos sentimientos personificando el mundo

conservador mexicano de los años treinta. No obstante, le pasan también su pasión por la

literatura. Sus tías vuelven en su obra en forma de dos personajes en Mi hermanita

Magdalena.

En 1935, Elena va a su primer baile donde hace conocencia con Octavio Paz:

7 Gachupín, ina: Voz de origen incierto. Mote despectivo que se aplica al oriundo de España”. (Diccionario deMexico, vol.2, p.697)8 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 145.

11

“Iba yo con un primo que me gustaba mucho, un primo americano, Pedrito Miller. Yo

lo invité a esa fiesta. Entonces allí en el piano había un grupito de jóvenes, uno de

ellos vino a sacarme a bailar, y era Octavio. Yo no quería bailar con él porque estaba

con Pedrito. Pero estaban todas mis tías ahí, mi tía Lidia, mi tía Margarita, todas las

hermanas de mama. Le dije: “No, no bailo”. Mi tía Consuelo dijo: “Ay, si, guerra, es

el hijo de Octavio Paz. Baila con él, tan encantador su padre”. Entonces bailé con él y

fue tan malcriado, me dijo: “Usted es una puritana. ¿Vino con el pastor? Yo me

enfadé. Le dije: “Haga el favor de sentarme”. “No, ¿por qué?” Entonces me fui a

sentar y le dije a Pedro: “ Vámonos, vámonos de aquí”. Nos salimos y Octavio desde

la ventana le gritaba: “Oye, presbítero, no te la lleves 9”.

A partir de este momento, comienza por Paz la conquista de la joven Garro. En una entrevista,

revive el inicio de su relación con el escritor.

“Él iba por mí a la escuela. Leyes quedaba muy cerca de la prepa. Iba por mí, me

salía por todas las esquinas. Mi papa mi prohibió que lo viera. Me llevaba camelias,

unas cajitas así, perfectas, con dos camelias adentro y algún poema”.

“José Antonio Garro sabía que el joven enamorado de su hija era un chico muy

inteligente, al que le gustaba mucho el estudio, pero no le gustaba para yerno”, porque

decía: “era más inteligente, más culta y más guapa que él. Y que Octavio nunca se lo

iba a perdonar, que al hombre le gustaba la mujer inferior”10;

Su padre la prohibía ver a Octavio porque no querría que sus hijas se casaran tan rápidamente

y de ninguna manera con un hombre como Paz quien encarna para José al machista mexicano.

Temía que Paz privaría su hija del teatro y de sus estudios mientras que él proponía

exactamente a su hija de convertirse en una mujer moderna 11.

No obstante, Elena continúa su relación con Paz y durante los primeros años del romance

sigue entregándose a sus pasiones; el teatro y el baile. Se hace coreógrafa del teatro

universitario y toma parte en la escena cultural mexicana. En esta vida cultural de los años

treinta, Octavio Paz y Elena parecían la pareja ideal. Ambos intelectuales, se anuncian como

dos artistas prometedores.

El 25 de mayo de 1937, Elena se casa a escondidas de sus padres con Paz. Era en realidad

menor de edad y parece ser por eso que cambiaron su fecha de nacimiento. Después de la

boda, Elena y Octavio se preparan para viajar a España donde reina con toda su violencia la

guerra civil. Elena narra con maestría esta experiencia en 1992 cuando salen sus Memorias de

9 Rosas Lopátegui, P. (1998) Proceso, p. 55-56.10 Ibid.11 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 132.

12

España 1937, objeto de mi tarea bachelor. En estas memorias, conocemos a un Octavio con

dos caras. Elena describe a Octavio como un marido frío y poco cuidadoso. Paz no la

considera más como una fuente de inspiración sino que su esposa le molesta e le pone en una

situación comprometida durante el viaje en España. Así, Paz se convierte en un esposo

autoritario quien no la deja volver a la universidad ni a la danza ni al teatro.

2.3. Exilio de la escena cultural

Es en este tiempo que empieza lo que Patricia Rosas Lopátegui agrupa sobre el denominador

‘la odisea de Elena por el mundo al lado de Octavio Paz’ 12. “Comienzan la miseria, las

tragedias, los sufrimientos, los riesgos, los sacrificios y sobre todo, los exilios”. Lo que fue un

golpe muy duro para Elena, fue su exilio de la escena cultural. El mundo mexicano machista

le prohíbe de desarrollar su talento artístico por el simple hecho de ser mujer. En vez de ser

artista se trasforma en una sombra de su marido. Citamos una parte de una entrevista de Elena

con José Alberto Castro:

“Mi primera vocación fue ser bailarina. Estudié danza con Hipólito Sabin,

alumno de Pavlova Y fui actriz y coreógrafa del teatro de la Universidad,

cuando lo dirigía Julio Bracho.

- ¿Dónde quedó esa vocación?

- En el juzgado dónde me casé porque Octavio nunca quiso” 13.

En el México de aquella época, la sociedad patriarcal domina la vida cotidiana. El

cristianismo, religión dominante en México, refuerza esta idea. La tarea de la mujer consiste

en obedecer por entero a su esposo como su superior.

El 12 de diciembre de 1939, nace la única hija de la pareja Paz-Garro. Se llama Laura

Helena Paz Garro conocida también como la Chata. Elena dice sobre el nacimiento de su hija:

“Significó todo en mi vida, cuando menos la mitad de mi vida a partir de que ella nació” 14.

Poco después Elena empieza a trabajar como periodista visto que Paz gana muy poco en ese

tiempo. Debuta en 1941 en la revista Así y consigue de esa manera mantener cierta

individualidad. Elena toca en su periodismo también la situación precaria de los indígenas

como la de mujeres menores encarceladas. Veremos más tarde que Garro sigue introduciendo

cierto grado de activismo en su literatura acusando la corrupción política y social en México.

12 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 145.13 Alberto Castro, J. Proceso, 10 de noviembre de 1997, p. 7914 Rosas Lopátegui, P. Proceso, 6 de septiembre de 1998. p. 56-59

13

En 1945, la familia Paz-Garro se traslada a París donde Octavio trabaja como embajador

mexicano. El periodo en Francia anuncia el comienzo de la odisea de Elena en Europa 15. Es

exactamente esta parte de su vida, con el periodo que pasa en Nueva York, que forman la base

de Testimonios sobre Mariana, nuestra obra primaria. De Nueva York, la peregrinación

continúa en 1948 hacia Suiza. En 1949 vuelve a Paris donde conoce a Adolfo Bioy Casares de

quien se enamora: “Es el único hombre en el mundo del que me he enamorado y creo que eso

no me lo perdonó nunca Octavio” 16. En Testimonios sobre Mariana, Garro ficcionaliza Bioy

Casares bajo el personaje de Vincente. Insistimos más tarde en la figura de Bioy Casares y su

relación amorosa con Garro (Véase 2.8.2.). En 1952, el trabajo de Paz la lleva a Japón. En esta

tierra lejana la tristeza de amor por Bioy Casares la consuma. A finales de 1953, la pareja se

reinstala en México donde Elena continúa a trabajar como periodista y guionista de cine. Es

en este periodo que Garro escribe su única novela histórica, Félipe Ángeles 17. Surge en

aquella época también su preocupación para la problemática agraria en México. Garro se

encarga de denunciar los abusos masivos por los terratenientes y la siguiente situación

miserable de los campesinos. Este tema volverá en La semana de los colores.

En 1957 logra de regresar al teatro pero esta vez como escritora de piezas teatrales y no

como coreógrafa o actriz. Garro comenta:

“Un matrimonio temprano, me impidió con decisión férrea la cercanía de las

tablas. Pasaron los años y comprendí que el paraíso del teatro se había alejado

de mí para siempre. Entonces decidí aproximarme a él escribiéndolo” 18.

Octavio Paz está en aquella época a la cabeza del grupo Poesía en Voz Alta y le ordena de

crear tres piezas. Elena inicia seguidamente con Andarse por las ramas, Los pilares de doña

Blanca y un hogar sólido.19. Parece que Garro no tenía mucha mano en este asunto visto que

era Paz que mandaba la escenificación de sus piezas. No obstante, poco a poco Garro

reedifica su identidad antes extraviada al entrar en la escena de las letras mexicanas. El año

siguiente, en 1958 la Universidad Veracruzana publica una reunión de sus obras de teatro.

Entre 1956 y 1957, Octavio Paz se separa de Elena y empieza a hablar de un divorcio. Se

15 Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.183.16 Landeros, C. (1983) “En las garras de las dos Elenas”, Los Narcisos. México, Editorial Oasis. p 103.17 Félipe Ángeles (1869-1919) fue un general mexicano y figura singular de la revolución mexicana. Disfrutó defama por su carácter humano. Fue fusilado en Chihuahua en 1919. Garro apunta en su libro: “Al fusilar aÁngeles la Revolución se fusila a sí misma”.18 Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p.245.19 Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 240.

14

refuerzan por consiguiente los rumores de un “affaire” entre Garro y Archibaldo Burns, una

relación agitada que daña la reputación de Garro en los círculos puritanos de México. Su

divorcio de Paz, la presunta relación con Burns y sus varios ataques contra los terratenientes

provocan en 1959 su exilio doloroso de México.

2.4. La autora Elena Garro

Los años que siguen el divorcio resultan aun así de gran importancia para su carrera literaria.

La revista La palabra y el hombre lanza en 1959 otras dos piezas teatrales que se titulan La

mudanza y La señora en el balcón. Elena, separada de Octavio Paz, se reinstala en México en

1963. Se publica en el mismo año su novela Los recuerdos del porvenir con la que prueba su

capacidad como novelista. El pueblo de su infancia, Iguala constituye el foco de atención y

Garro hace homenaje a las personas que la rodeaban de cuidados. Este libro provoca una

revolución en la literatura hispanoamericana de los años sesenta y Garro recibe por tanto el

premio de Novela Xavier Villaurrutia 20. Sin embargo, la sociedad machista sigue privándola

de un verdadero reconocimiento y promoción. Es Carlos Fuente que representa en aquella

época el movimiento del boom hispanoamericano. Citamos en este contexto a Elzbieta

Sklodowska:

“Tampoco encontramos a las mujeres, aunque la narrativa de las Mexicanas Rosario

Castellanos y Elena Garro cumple con todos los parámetros de una novelística

experimentadora. Curiosamente la publicación de Los recuerdos del porvenir de

Garro coincide con el supuesto comienzo del boom (1963), a la vez que la estructura

temporal de la novela constituye un claro antecedente de Cien años de soledad (1967)

de García Márquez, que marca el apogeo del boom” 21 .

Durante el periodo de 1963 a 1968 Garro intenta combinar su activismo y su periodismo con

sus actividades como guionista de cine y escritora. En 1963 sale La dama boba, El árbol y

Nuestras vidas son los ríos. La Universidad Veracruzana reúne otra vez sus cuentos en La

semana de colores. Esta novela comporta varios relatos cortos entre otros, una historia muy

famosa que se titula La culpa es de los tlaxcaltecas. Garro rehabilita en ésta a La Malinche.

Sigue otra pieza de teatro en 1965 que se títula Los perros. En este mismo año Garro escribe

la novela Reencuentro de personajes que narra la historia de una pareja de mexicanos que

20 Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 247.21 Sklodowska, E. (1997) “El boom y la nueva novela” Huellas de las literaturas hispanoamericanas. NuevaJersey: Prentice Hall. p. 513.

15

viajan en Europa. Es también en esta época que Garro empieza a hablar sobre su novela

Testimonios sobre Mariana de la que se publica en 1967 un episodio en la revista literaria

Espejo. La activista Elena escribe también en dos revistas políticas de gran influencia en

aquella época, a saber las revistas Siempre! y Sucesos.

Esta lista de publicaciones demuestra la gran actividad de Garro como novelista. Revela

igualmente que el divorcio de Octavio Paz como su desaparición de la escena cultural

mexicana la ha permitido de desarrollar plenamente su capacidad creativa.

2.5. Elena como espía

Durante los años sesenta, la escena política se mueve constantemente. En este periodo, Garro

conoce tambien a Carlos Madrazo 22. Son los años de la Guerra Fría. Garro misma se

manifiesta siempre como anticomunista, anticastrista, monárquica y católica. Sin embargo, la

escritora se desplaza en ese tiempo entre bastidores de la escena política y social y despierta

sospechas de algunos comunistas. Además en 1968, se realiza el movimiento estudiantil en el

que no sólo participan estudiantes sino también profesores, obreros e intelectuales 23. El

gobierno reprime enseguida el movimiento con la matanza en la Plaza de las Tres Culturas de

Tlatelolco. El presidente Díaz y su gobierno indican después a Garro y Madrazo como los

cerebros principales de la protesta. Según el gobierno, este dúo pone en peligro la estabilidad

de la política mexicana. La participación de Garro a la insurrección estudiantil sigue

provocando problemas cuando algunos días después concede una entrevista. Acusa a varios

intelectuales de ser ellos los verdaderos instigadores del conflicto lo que la audiencia le toma

mal a ella 24.

Se la acusa encima de haber dirigido la conspiración comunista contra el gobierno de Díaz.

Acusación falsa según Patricia Rosas Lopátegui visto que Garro siempre se vuelve contra el

comunismo y la Cuba socialista de Castro. En realidad, se condena a Elena porque ella se

arriesga a enfrentar el abuso y las injusticias del latifundismo y a defender la política

reformada de Carlos Mandero. O como dijo su hija Helena más tarde a Fernando Narváez

Angulo 25: “¿No te das cuenta de que es un pretexto lo de Sócrates, que todo es por lo de los

22 Carlos Alberto Madrazo Becerra es un hombre político mexicano nacido en 1915. Fue presidente del PartidoRevolucionario Institucional. Luchó contra la hegemonía del presidente Díaz. Murió en 1969.23 Hamnett, B. (2001), Historia de México. Madrid: Universidad Complutense de Madrid.24 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 287.25 Fernando Narváez Angulo: director de la Procuraduría General de la República.

16

campesinos y por lo de Madrazo?” 26. Garro ficcionalizará estos acontecimientos en una obra

de teatro poco conocida, Sócrates y los gatos.

2.6. La pesadilla del exilio

En 1972 Garro se ve por consiguiente forzada a dejar México y junta con su hija se huye al

extranjero. Siguen veinte años de miseria, persecución y pobreza en que viven sucesivamente

en Nueva York (1972-1974), Madrid (1974-1981) y París (1981-1993). Patricia Rosas

Lopátegui habla de nuevo de tres fuentes que mantienen Elena en pie: la lectura, la escritura y

la memoria 27. Elena recurre a estas tres modalidades que la protegen de la realidad dolorosa

que está en contra suya. Garro sobrevive al analizar en su escritura su pasado y al contemplar

a sí misma y a los que la rodean. Rosas Lopátegui, haber examinando sus diarios de aquella

época, nos señala:

“Aunque no existe para los demás, los otros existen para ella, y, por la palabra escrita,

sigue viviendo en sociedad, se mantiene viva, alerta, analítica, pensante. Elena puede

seguir integrada a su tiempo gracias al poder de la escritura: en la palabra escrita

dialoga activamente consigo misma, y con los sucesos cotidianos de la vida ordinaria

y de la política internacional” 28.

Los numerosos conocidos, escritores, artistas y políticos de Elena descuidan completamente a

ella en aquella época. Sin embargo, Garro nunca abandona a pesar del hambre y de la penuria

y lucha contra el olvido. Añadimos una poema de 1978 que expresa acertadamente la soledad

y el dolor de Garro.

Amplia Soledad

Amplia soledad

siempre más amplia

Cuatro paredes ajenas

Un diálogo continuado.

Olvidadas las fiestas

el carmín de los trajes

26 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 320.

27 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 32928 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 301

17

el chisporroteo de las rosas.

Algunas golondrinas

cantan al atardecer el dichoso pasado.

Trinos

augurios del pasado perdido.

Tal vez, si Dios asomara su inefable

rostro

en los vapores de la ardiente tarde

las golondrinas

volverían a ser notas ligeras.

Y tal vez, algunos jóvenes todavía no nacidos

podrían volver a repetir

Volverán las oscuras golondrinas

de tu balcón

sus nidos a colgar...

Pero, ya no hay balcones.

Asiria preside nuestros días

de hierro y de silencio

Silencio de palabras

Y multiplicación asombrosa

de chirridos....29

A partir de los años ochenta, la suerte de Garro empieza a cambiar. Emilio Carballido 30 la

visita en este año en Madrid. A su vuelta a México, lleva consigo Andamos huyendo Lola

(1980), Testimonios sobre Mariana (1981), Reencuentro de personajes (1982) y La casa

junto al río (1983). Elena recupera fama dentro del mundo de las letras mexicanas y la

publicación de sus obras le permite asimismo de pagar sus deudas y comida. Sus obras

reciben una buena crítica y Garro reconfirma su capacidad como escritora. Testimonios sobre

Mariana la genera encima el Premio Juan Ediciones Castillo.

29 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 186.30 Emilio Carballido (1925-2008) fue un escritor mexicano que se dio a conocer con sus piezas de teatro. Fuetambién subdirector de la Escuela de Teatro de la Universidad Veracruzana. Formó parte de la Generación de ladécada de 1950.

18

2.7. La vuelta a México

A finales del año 1991 José María Fernández Unsaín, presidente de la Sociedad General de

Escritores de México, invita a Garro a México con el propósito de darle algunos

reconocimientos. Garro acepta la invitación y prepara la vuelta a su país natal. Patricia Vega

escribe en La Jornada un comentario sobre el retorno de Garro.

“La parte más delicada de las negaciones consistió en obtener la aprobación de

Octavio Paz cuya influentísima posición en la cultura mexicana se había consolidado

con la obtención en 1990 del Premio Nobel de la Literatura. Fernández Unsain lo

convenció y garantizó que el retorno de su ex esposa e hija no entrañaría la amenaza

de ventilar, públicamente, los diversos aspectos de su conflictivo vínculo con Garro.

Otro elemento en juego fue la posible reacción de los intelectuales que en el 68 habían

sido perseguidos a causa de las denuncias de Elena Garro y que veintitrés años

después ocupaban destacadas posiciones en los ámbitos políticos y culturales del país”31.

Entendemos por lo tanto que no fue un regreso fácil y que Fernández Unsaín arriesgaba su

pellejo para realizarlo. Gracias a su ayuda, Elena llega a México el 7 de noviembre de 1991

después de casi veinte años de exilio. En 1993 la autora se instala definitivamente en

Cuernavaca, en el estado de Morelos. Sin embargo, el reconocimiento merecido no se produce

y las agresiones a su honor continúan. “No hay trabajo ni casa para las dos Elenas” constata

Patricia Rosas Lopátegui 32. Injustamente, nunca recibe el Premio Nacional de Literatura por

causa de su pasado movido y por miedo a Paz. A pesar de los ataques frecuentes por Paz y su

entorno, Garro no deja la escritura y en 1992 salen sus Memorias de España 1937. En 1995 se

publica Inés, un relato corto. Elena explica su situación y sentimientos en aquella época a

César Güemes:

“Deprimida. Deprimida porque, mira, nos invitaron, y fueron a París dos

veces para que nos viniéramos a México, me dijeron que yo iba a tener

un buen trabajo, y que me iban a dar una casa. Mira qué mentiras. Y

que todo iba a serme fácil y que iba a tener muchos amigos y no sé cuánto.

Llegué y no había casa. Estoy en este piso porque se murió mi hermana

y lo dejó. Entonces me metió aquí porque los sobrinos ni me lo

31 Vega, P. “Elena Garro, la mejor autora de la lengua española del siglo XX: Carballo”. La jornada, Cultura.México, 3 noviembre de 1991.32 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 474.

19

querían dar” 33.

Garro se da cuenta que México no ha cambiado y que no cambiará rápidamente, como ella

que continúa a ventilar crítica acerba hacia ciertos intelectuales mexicanos.

-El mundo mexicano, ¿la ha decepcionado?

-No lo conozco. No lo he visto. Ahora, quién conforma al mundo intelectual

mexicano. Pues Octavio Paz, Carlos Fuentes, Ricardo Garibay, Emmanuel Carballo,

Ricardo Guerra. A algunos de ellos, les llamé una vez aquí y no se pusieron a tiro, no

vinieron ni nada, ni volvieron a hablar. Se ve que no tenían ganas de reanudar la

amistad o la plática 34.

No obstante, la escritora nunca más aparece en pública y tampoco asiste a los homenajes a su

persona. A partir de 1997, la salud de Elena se deteriora junta con la relación entre madre e

hija. La escritora muere el 22 de agosto de 1998 en Cuernavaca, poco después del

fallecimiento de Paz. Como muchos hombres y mujeres que se oponen contra el orden

establecido y la mentalidad de su tiempo, Elena tuvo un funeral sencillo y modesto donde el

mundo intelectual mexicano no se dejaba ver 35.

2.8. Sobre sus amantes

Elena tuvo varios amantes y muchos de ellos se convirtieron en personajes de su obra

narrativa. En la mayoría de los casos, los retrata como hombres brutos que la maltratan y

nunca la respetan. Cómo dice Elena Poniatowska: “la peor maldición para un amante es

convertirse en personaje de ficción de Elena Garro” 36. Tanto Octavio Paz como Adolfo Bioy

Casares corren la misma suerte en Testimonios sobre Mariana. Paz aparece en la obra como

Augusto, el tercer narrador, mientras que reconocemos a Bioy en el narrador Vincente.

2.8.1. Octavio Paz

Elena nunca logró distanciarse, ni en su vida ni en su obra, de su ex marido Octavio Paz.

Elena Poniatowska nos señala: “Ah la que fue mujer de Paz! es una frase que parece formar

parte de su identidad. A partir de esa exclamación empieza la historia de amor y de odio que

33 Guëmes, C. “Elena Garro presenta mañana Inés. ‘En México me siento como un extranjero cuando llega a unpaís desconocido’” El Financiero Cultural. 26 de octubre de 1995, p. 55.34 Ibid.35 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 487.36 Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p.177

20

identifica al pareja” 37. No obstante, podemos preguntarnos en qué medida Elena conservaba

deliberadamente esta conexión... Además Paz desempeña un papel importante en Testimonios

sobre Mariana en la que está incorporado bajo el personaje de Augusto. Nos parece por

supuesto interesante incluir algunos datos sobre su vida y obra y particularmente sobre su

relación conflictiva con Elena.

Octavio Paz nace en la ciudad de México el 31 de marzo de 1914, en plena revolución

mexicana. Estudia derecho pero desde joven la literatura y particularmente la poesía

constituyen su verdadera pasión 38. En 1931, publica sus primeros poemas en varias revistas

como Barandal. En 1933 sale su primer libro de poemas Luna silvestre. Durante la Guerra

Civil Española, viaja a España, junto con Garro, donde apoya a los republicanos. A su vuelta

en México en 1938 funda la revista literaria Taller 39. Durante los años 40 y 50 trabaja como

embajador mexicano en los Estados Unidos, Francia, India y Japón. En aquella época, publica

El Laberinto de la Soledad, un ensayo sobre la identidad mexicana. Recibe varios premios

literarios como el Premio Cervantes (1981) y en 1990 se le otorga el Premio Nobel para su

obra entera 40. Paz fue el primer escritor mexicano a recibir el Premio Nobel. Muere el 19 de

abril 1998 en la ciudad de México.

En cuanto a su estilo, su obra literaria se caracteriza sobre todo por la experimentación y el

inconformismo. Dejó una poesía muy personal y difícil a etiquetar 41. De una poesía neo

modernista al inicio hasta poemas existenciales, a veces incluso con un matiz surrealista. Un

tema central en su obra constituye el sentimiento de huir del tiempo lo que desemboca en una

poesía espacial 42.

Como antes mencionado, Paz estuvo casado con Elena Garro durante algunos años. La

pareja se conoce en los años 30 y desde entonces sus vidas y nombres siempre han sido

vinculados. Comparten sus preocupaciones sociales y políticas pero a pesar de esto no queda

más que polémica. O como se comenta frecuentemente “la guerra y la paz, la Garro y el Paz”43. La relación entre ambos escritores se desarrolla como un constante conflicto. Garro declara

repetidas veces “Los mexicanos compadecieron a Paz por haberse casado conmigo”.

Según varias fuentes, la pareja nunca tuvo un matrimonio feliz. Resulta difícil precisar

donde la relación fracasaba. Elena, hija de padres muy liberales no soporta la autoridad de Paz

37 Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era. p.20038 Wilson, J. (1986) Octavio Paz. Boston: Twayne.39 Ibid.40 Ibid.41 Pinho, M. (1997), Volver a ser: un acercamiento a la poética de Octavio Paz. New York: Lang.42 Ibid.43 Poniatowska, E. (2000), Las siete cabritas. México: Era.

21

como esposo y Paz no acepta la rebeldía de Garro. Durante su matrimonio, Paz no le permite

nada: ni escribir, ni participar al teatro, ni practicar su afición favorita: la danza. A causa de la

tiranía de Paz, Elena desaparece por completo de la escena cultural mexicana. Helena, hija de

ambos escritores, comenta que el miedo principal de su padre era que Garro daría sombra a su

obra y a su capacidad artística: “Me acuerdo de que cuando era niña y mi mamá escribía algo,

mi papá se ponía a llorar, así, con lágrimas, y decía: “Ay Helencita, tú tienes más talento que

yo, quémalo por favor” 44. Parece entonces que el escritor mexicana teme que su esposa le

supere.

Sin embargo, la relación Paz-Garro queda muy compleja. Ambos escritores son figuras

complejas y tercas y han cometido varios errores. Las feministas tienden a defender a Garro

como víctima inocente de un hombre machista. Los conservadores al revés siempre toman

partido por Paz y representan a Garro como una mujer loca e irracional. No es fácil adoptar

una posición objetiva en medio de este intercambio de reproches a la que su relación se ha

reducido. Nosotros estimamos que Garro ha efectivamente sufrido bajo la sombra de Octavio

Paz como demuestran sus diarios y las memorias de su hija pero subestimamos tampoco el

carácter rebelde de Garro.

No obstante, conviene señalar que Octavio Paz ha también promovido en cierta medida la

carrera y el talento de Garro. Incluso fue el primer a reconocerlo según Elena Poniatowska en

su libro Las palabras del árbol, una biografía de Octavio Paz. Citamos a Octavio Paz:

“‘Escribe, escribe, tienes que escribir’ y aunque renuente ella ponía la máquina sobre la

cama o sobre la alfombra, y sentada en posición de flor de loto tecleaba sin parar” 45.

Poniatowska designa asimismo a Elena como destinataria de una de sus poemas:

Cuerpo a la vista

Tus ojos son los ojos fijos del tigre y un minuto después son los ojos húmedos del

perro.

Siempre hay abejas en tu pelo. [ … ]

Patria de sangre,

única tierra que conozco y me conoce

única patria en la que creo

única puerta al infinito 46.

44 Paz Garro, H. (2003), Memorias. España: Océano.45 Poniatowska, E. (1998) Octavio Paz: Las palabras del árbol. Barcelona: Plaza & Janés.46 Ibid.

22

Este poema contrasta fuertemente con las palabras de Helena Paz. Elena Poniatowska estima

incluso que Elena acusa en ’68 a ciertos intelectuales sólo por siendo ellos amigos de su ex

esposo. Un amigo íntimo de Garro lo expresa así:

“Mira, en el ’68 vi poco a Elena pero ella tenía la obsesión de siempre: Octavio Paz y

quería fastidiar a los amigos intelectuales de Octavio –lo fueron o no, esto es

importante, porque ella los veía como los amigos de Paz, por eso decía que todas esas

gentes estaban mandando a los estudiantes de carne de cañón, que los iban a matar y

que iban a dar a la cárcel, mientras ellos estaban muy cómodamente instalados en sus

casas. Ella pensaba que los amigos de Octavio estaban haciendo eso; además Elena

detestaba a los comunistas, les tenía un odio feroz” 47.

Según Poniatowska, el fin miserable de su vida es por consiguiente su propia culpa.

“¿Quién mató a Elena Garro si no la propia Elena Garro? A cinco años de su muerte,

es posible descubrir que el verdadero asesino de Elena fue su vida alejada de la

realidad, incluso de sí misma. Su paranoia no tuvo límites. En cada esquina se

fraguaba un complot en contra suya” 48.

Poniatowska critica asimismo severamente la biografía de Patricia Rosas Lopátegui

Testimonios sobre Elena Garro. Según ella, Lopátegui tendría una admiración exagerada por

la figura de Garro y enmascararía la verdad a favor de Garro.

Constatamos por lo tanto que las opiniones están divididas. Probablemente, ambas

contienen algo de verdad. Por un lado, opinamos que Paz sentía cierta envidia frente al talento

de su mujer pero al mismo tiempo lo reconocía. El amor siempre está próximo al odio y al

revés... Sin embargo, no se puede justificar la actitud de la sociedad intelectual mexicana

frente a Garro. ¿Por qué tuvo que venir veinte años en exilio? ¿Por qué no eran publicadas sus

obras? Nunca recibió el reconocimiento merecido. Por otro lado, las palabras de Poniatowska

no son completamente falsas tampoco. Pero tiene razón cuando afirma que Rosas Lopátegui

nos engatusa a veces con un retrato demasiado idealista de Garro. Por eso, no podemos perder

de vista que a Garro le encantaba la controversia como ya hemos observado en el trabajo

sobre Memorias de España 1937. Cierta prudencia parece en este caso imprescindible.

Concluimos esta parte sobre Octavio Paz con una confesión de Elena a Gabriela Mora:

47 Poniatowska, E. “Una biografía de Elena Garro” en La Jornada, 17 de septiembre de 200648 Ibid.

23

“Yo vivo contra él, estudié contra él, hablé contra él, tuve amantes contra él, escribí

contra él y defendí a los indios contra él. Escribí de política contra él, en fin, todo,

todo, todo lo que soy es contra él. Mira, Gabriela, en la vida no tienes más que un

enemigo y con eso basta. Y mi enemigo es Paz” 49 .

En el fondo, podemos concluir que Garro estaba entonces en cierta medida obsesionada por

Paz. Subrayamos otra vez que es casi imposible exponer por completo y de manera objetiva

la relación de Paz y Garro. Sólo ellos saben la verdad...

2.8.2. Adolfo Bioy Casares

Bioy Casares aparece en Testimonios sobre Mariana bajo el personaje de Vincente de modo

que nos interesa acercarnos a su persona.

Adolfo Bioy Casares nace en 1914 en Buenos Aires, Argentina. Desde joven se apasiona

para la literatura y a la edad de 11 años escribe su primer relato Iris y Margarita. Comienza

varios estudios de derecho y filosofía y letras pero los deja rápidamente para dedicarse a la

lectura y la escritura 50. En 1932 conoce a Jorge Luis Borges con quien será gran amigo. Se

casa en 1940 con otra escritora, Silvina Campo y en el mismo año aparece su obra más

conocida La invención de Morel. Bioy y Borges colaboran varias veces y producen obras

como Las Crónicas de Bustos Domecq y Un modelo para la muerte 51. Entre sus otros libros

son destacados El sueño de los héroes (1954) y Diario de la guerra del cerdo (1969). La

crítica literaria subraya la impecable construcción como característica principal de su

narrativa. Durante su carrera, Bioy gana varios premios como el Premio Cervantes en 1990.

Bioy Casares muere en 1999 en Buenos Aires, Argentina.

En cuanto a su vida privada, fue el amante de Garro durante algunos años. Conforma a las

memorias de Helena Paz, Adolfo Bioy Casares fue el gran amor de su madre.

“Su comprensión era completa, física y espiritual. Eran almas parecidas. Muy dulces

los dos y débiles de carácter […] Mi madre, asombrada de que un hombre tan guapo

como Bioy no tuviera hijos, le ofreció uno”

La reacción de Octavio Paz fue rotunda: “Ese niño, legalmente es mío. Cuando nazco

se lo voy a mandar a mi madre. Y si tú te vas con Bioy, no vuelves a ver a Helena,

49 Ibid.50 Mattalia, S. (2008), El viaje en la literatura hispanoamericana. España: Iberoamericano.51 Bioy Casares, A. (2006), Borges. España: destino.

24

pues el diplomático y el que tiene el poder soy yo. La embajada me apoyará ¡Pobre

estúpida! Fue cuando mi madre renunció al niño y decidió abortar” 52.

Bioy y Garro se conocen en 1949 en París, Garro tiene en aquella época 29 años y Bioy 35.

Ambos son casados, Garro con Octavio Paz y Bioy con Silvina Ocampo, una escritora. Elena

lo recuerda así:

“Nos conocimos un mediodía, fuimos los cuatro, con Paz y Silvina, a almorzar al

hotel George V, el más elegante de París. Después del almuerzo, Bioy me invitó a

pasear en su coche alquilado por el Bois de Boulogne. De pronto, en el paseo,

simplemente me dijo: Quítese el rouge que la voy a besar’. Yo me dije, qué atrevido,

no hice nada. Seguimos paseando en silencio. Más tarde acepté ir a una pensión de las

afueras. No sabría qué decirle de esa primera cita. Me quedé dormida. 53”

Luego afirma:

“De Bioy me enamoró lo guapo que era, lo dandy, no la conversación. Como escritor,

todavía no lo tomaba muy seriamente”. “Adolfito fue el verdadero amor loco de mi

vida. Casi muero por él, muerta de veras, aunque ahora reconozco que fue un mal

sueño que duró demasiado 54”.

En una entrevista, Garro habla de tres series de encuentros con su amante: dos en París en

1949 y 1951 y un encuentro en Nueva York en 1956.

Los dos mantienen entre 1949 y 1969 una correspondencia amorosa e intercambian cartas,

telegramas y postales. El romance entre los dos era un episodio bastante escondido en sus

biografías hasta el año 1997 cuando Garro vende, por penuria, las cartas de Bioy a la

universidad de Princeton. Las cartas de la escritora a Bioy no son disponibles para el público

ya que pertenecen a los herederos de Bioy. Según Lucía Melgar, investigadora de la vida de

Elena, “estas cartas en ningún momento escapan a la retórica del amor, el novelista argentino

deja traslucir la nostalgia, la adulación, la angustia y hasta la desesperanza 55”. Parece que

Bioy ha influido también en la decisión de Garro de dedicarse completamente a la literatura.

Los varios proyectos literarios de ambos escritores aparecen incluso en sus cartas. La relación

amorosa entre Garro y Bioy se puede describir por lo tanto como bastante platónica,

limitándose en gran medida a la correspondencia.

52 Paz Garro, H. (2003), Memorias. España: Océano. p. 94;53 Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo.54 Ibid.55 Maldonado, Lucrecia. Elena Garro y Bioy Casares. En cimacnoticias, el 24 de marzo de 2004.(http://www.cimacnoticias.com/noticias/04mar/04032410.html )

25

2.9. Conclusión

Deducimos de lo previo que Elena Garro fue un ser lleno de contradicciones. Su muerte no

pone fin a la controversia en torno a su figura. Muchos siguen intentando destruir su fama

como figura literaria aunque el número de sus adeptos sigue aumentando. Concluimos con

algunas citas sobre Elena Garro.

“En el campo femenino, Elena es lo que Octavio Paz en el masculino: uno de los

grandes escritores de todas las lenguas a finales del siglo xx. Y la Garro es fácilmente

la mejor escritora actual de lengua española y que está a la altura de las mejores del

siglo xx, que podría obtener el Nobel” (Emmanuel Carballo) 56

“El mundo mitológico onírico y mexicanísmo de Elena Garro la convierte en la mejor

escritora mexicana. Su novela Los recuerdos del porvenir es la gran obra de la guerra

cristera en México, una visión del país y de su gente a partir del universo familiar

provinciano. Pero Garro no sólo mira a la revolución mexicana sino que también

recupera los mitos y las tradiciones de este país y los combina con la vida de hoy”.

(Sarah Sefchovich) 57

3. Testimonios sobre Mariana: una cuestión de género.

Existe cierta ambiguëdad con respecto al género de Testimonios sobre Mariana. En el título,

se refiere al género testimonial mientras que la contraportada anuncia el libro como “de

evidente tono autobiográfico”. Veremos a continuación que la autora misma refuta esta

clasificación y estima que su obra es una mera novela. Además la obra parece basarse en el

diario existente de Garro. Encontramos por lo tanto 4 géneros que son aplicables al libro. Por

eso, nos acercamos en las partes siguientes a estos géneros: el testimonio, la autobiografía, la

novela y el diario. Comprabamos en qué medida convienen la obra.

56 Emmanuel Carballo citado por Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México:Ediciones Castillo. p. 1257 Sara Sefchovich citada por Rosas Lopátegui, P. (2002), Testimonios sobre Elena Garro. México: EdicionesCastillo p. 12.

26

3.1 Pensar el testimonio

Se suele clasificar un conjunto diverso de textos bajo la denomiación del “género de

testimonio”, desde discursos orales, artículos periodísticos, diarios y cartas hasta historias

literarias como la novela-testimonio de Miguel Barnet. Oscilando entre la biografía y la

autobiografía, objeto de interés en estudios sociológicos, históricos y periodísticos, el

testimonio se define como un género que parece reducir la ficción al mínimo 58.

El éxito internacional del género testimonial en el siglo xx ha difundido las historias de

voces censuradas, antes no toleradas, y ha ampliado las posibilidades de la literatura no sólo

en Hispanoamérica sino en el mundo entero. Sin embargo, esta difusión extraordinaria no

garantiza forzosamente la autenticidad de estos textos. Los ejemplos de testimonios

manipulados, exagerados, poco matizados que no son completamente objetivos son por

supuesto numerosos. Tomamos como ejemplo el testimonio de Rigoberta Menchú, una

activista guatemalteca que hace registrar su biografía por Elizabeth Burgos en Me llamo

Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Es parcialmente gracias a esta obra que la

guatemalteca recibe en 1993 el premio nobel en reconocimiento de su lucha por la justicia

social, especialmente a favor de la comunidad indígena. Sin embargo, más tarde surgen dudas

sobre la autenticidad del documento. Algunos críticos como David Stoll pretenden que esta

obra presenta una visión distorsionada de su vida y que se han exagerado la situación penable

de Menchú. El New York Times publica en 1998 un artículo en que se debilita algunas

declaraciones fundamentales del libro aunque se confirma que Menchú ha sufrido bajo el

gobierno guatemalteco de aquella época 59. El índole autobiográfico de un testimonio no

garantiza por lo tanto la veracidad.

El sujeto de este estudio, a saber Testimonios sobre Mariana, se perfila como un testimonio.

Sería imposible entender, ni proponer un análisis de esta novela sin abordar el proceso de

consolidación del género en cuestión. Resulta por consiguiente indispensable estudiar el

origen y las diversas definiciones del género.

3.1.1. Genealogía y canonización del género

Rosario Castellanos examina en su estudio La novela mexicana contemporánea y su valor

testimonial la genealogía del género en México y afirma que “hasta después del movimiento

58 Ochando Aymerich, C. (1998), La memoria en el espejo: aproximación a la escritura testimonial. España:Antrophos ed. p. 3459 Tischler V., S. Rigoberta Menchú: memoria y sujeto. en Chiapas (2000). México: Era. p. 103

27

revolucionario de 1910 que nos llega un cúmulo de testimonios, documentos y anécdotas”60 .

Constata que el testimonio se dispersa en diferentes dominios, incluso la literatura. El

momento por excelencia para el reconocimiento del testimonio como género literario es la

inauguración del ‘Premio Testimonio de la Casa de las Américas’ 61 en 1970 62 lo que

significa igualmente su reconocimiento por los críticos. De todos modos, la inclusión del

género por una autoridad como la Casa de las Américas 63 subraya su ingreso en el canon

literario y su valor no sólo durante la revolución cubana, como veremos con los testimonios

de M. Barnet, sino en el mundo hispanoamericano entero. En las discusiones que preceden a

esta decisión, Ángel Rama describe el género testimonio como “una suerte de necesidad

histórica ante la coyuntura del momento” 64.

“La proposición buscaba prever la especificidad artística de la narrativa que en períodos de

máximo interés político puede ser preferida, pero sobre todo apuntaba a un conjunto de libros

que crecen día a día y que situados aparentemente en los lindes de la literatura, son remetidas a

la sociología […]” 65

Su comentario revela dos cuestiones que conciernen las narraciones testimoniales: de un lado

la necesidad de incluir un género no-ficticio y de otro lado prestar atención a una literatura

que se fija en las circunstancias históricas que conoce en este tiempo un considerable auge en

Latinoamérica. La casa de las Américas define el testimonio como siguiente:

“Documentarán, de fuente directa, un aspecto de la realidad… Se entiende por fuente directa

el conocimiento de los hechos por el autor, o la recopilación, por éste, de relatos o constancias

obtenidas de los protagonistas o de testigos idóneos. En ambos casos, es indispensable la

documentación fidedigna, que puede ser escrita y/o gráfica. La forma queda a discreción del

autor pero la calidad literaria es también indispensable.” 66

60 Castellanos, R. (1964), La novela mexicana contemporánea y su valor testimonial. p. 233.61 La Casa de las Américas es un órgano cultural, fundado en 1959 en La Habana, Cuba. Su principal tareaconsiste en la promoción y el desarrollo de las relaciones culturales entre Latinoamérica y el Caraibe. Estainstitución otorga cada año el Premio Literario Casa de las Américas.62 El premio testimonio hace parte del premio literario que es otorgado anualmente por la Casa de las Américasde La Habana. Ganadores del premio son entre otros Ramón Fajares por su testimonio de Rita Montaner(1997),José Alejandro Castaño Hoyos con La isla de Morgan(2003), Edda Fabbri con Oblivion (2007) y finalmenteCarlos E. Bishoff con su testimonio Su paso (2011).63 Ibid.64 Palazón D., G. Memorias y escrituras de Nicaragua. Cultura y discurso testimonial.65 Ángel Rama citado por Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética.New York: Lang ed.66 Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.

28

Otra definición del testimonio encontramos en la obra de Miguel Barnet 67. Es el primero en

designar como novela-testimonio a su obra Biografía de un cimarrón (1966) sobre la vida de

Esteban Montejo. Este protagonista vivió en la esclavitud, luchó en las guerras de la

independencia cubana, al final del siglo XIX y es un testigo privilegiado de la vida cubana, de

sus costumbres, de los últimos años coloniales y de los primeros de la independencia. El texto

de Barnet se publica en 1966 cuando el género literario en cuestión ya no había alcanzado su

fama actual. Sale en una época de renovación y experimentación del mundo literario. De este

modo, Barnet, siendo precursor, afecta seguramente a las generaciones siguientes que

practican el género testimonial.

Barnet reflexiona igualmente sobre el género testimonial en dos ensayos teóricos, Novela-

testimonio: socio literatura y Testimonio y comunicación: una vía hacia la identidad. En

estos ensayos, Barnet intenta definir el género y adopta una retórica particular que refuerza la

idea del testimonio como un nuevo proyecto oficial. Profundizamos su planteamiento teórico

sobre el género testimonial ya que puede ofrecer algunas perspectivas interesantes para

nuestro análisis.

En el primer texto, Barnet formula unas características que dan forma a un proceso narrativo

original y que suministran la base de un modelo de recepción. Así se asocia la novela-

testimonio desde el inicio con un sentido crítico. Barnet afirma también el fin de la ficción

visto que este nuevo género reúne la vida y la literatura. Según Barnet, la novela-testimonio

ofrece una serie de posibilidades frente a la novela tradicional que él designa como agotado.

En el planteamiento de Barnet 68, se trata por supuesto más bien de crear una nueva

literatura hispanoamericana, una literatura de fundación, idea que atribuye a Octavio Paz.

Barnet subraya la idea de una literatura hispanoamericana cuya función principal consiste en

resistir y combatir. ¿Cómo realizar esta meta? Barnet parte de la idea de que el testimonio se

acerca a la novela realista tradicional por concentrarse en una vivencia individual.

Mencionamos en este contexto una cita de Barnet que será de importancia en el análisis de

nuestro sujeto Testimonios sobre Mariana, sobre todo en la examinación de los personajes.

“El testimonio cubano no debe ser de ningún modo el relato de un personaje atípico o

sensacional, de un tipo humano simpático o un aventurero que provee al lector de fuente de

goce y diversión superflua. Es la representación de un mundo al revés. Son la óptica del

67 Miguel Barnet(1940-2007) es un narrador, poeta y ensayista cubano. Su novela más famosa es Biografía deun cimarrón (1966). Otras obras de él son La vida real (1986), Oficio de Ángel (1989) y Actas del final (2000).Es uno de los más conocidos autores de Cuba, con éxito internacional. Fue también presidente de la UNEAC(Unión nacional de Escritores y Artistas de Cuba)68 Ibid.

29

pueblo, sus vivencias a través de él mismo, y cuando ellas sirven de hito para marcar el destino

de un proceso histórico a ojos de águila. Los personajes de la novela de testimonio deben

comunicar encarnado su época, proveyendo de esquemas permanentes a la historia y

apropiándose de la realidad. Los personajes de estas obras, aun cuando estén muertos o sean

reflejo de un pasado remoto, deben permanecer sobreviviendo a su tiempo. Serían el signo de

la verdad” 69.

Lo que llama la atención en esta cita es su visión elaborada sobre el protagonista del

testimonio. En la opinión de Barnet, importa que el testigo representa una clase o/y una

sociedad y que existe una relación concreta entre la biografía del protagonista y el periodo

histórico. “Barnet no escoge arbitrariamente a Esteban Montejo sino que lo seleccionó por ser

el testigo más adecuado. Barnet describe el objetivo principal del autor de testimonios como

“dar la voz al oprimido inculto e iletrado, haciendo circular historias obliteradas por los

discursos oficiales” 70.

No obstante, Elzbieta Sklodowska cuestiona la integridad y autenticidad del planteamiento

de Barnet en cuanto a la selección del testigo. Señala que Barnet olvida de “una anciana

sobreviviente de la esclavitud que era, además santera y espiritista”. Es decir, surge otro

testigo de la esclavitud cubana aún más adecuado pero Barnet la ignora. Sklodowska deduce

de esta anécdota que la intención de los primeros testimonios es más bien político que

etnológica. Barnet no opta por el testigo el más cercano a la cuestión sino que selecciona un

testigo que confirma la ideología de Barnet. Una observación al respecto es de Vera-León

quien opina que la novela-testimonio de Barnet vacila entre “darle la voz al otro y tomarle la

voz al otro” 71 visto que se escucha sólo a quien de cuya historia armoniza con la intención del

escritor.

Sin embargo, no se puede minimizar la contribución de Barnet. La novela testimonial

definida por Barnet, inspira luego a los críticos de los años ochenta. Se conserva sobre todo el

papel histórico que Barnet atribuye al género que no sólo ayuda a reconstruir y condenar el

pasado sino que igualmente pone fin al fenómeno de la universalidad en la historia. Barnet

aboga siempre por la incorporación de las sociedades marginales latinoamericanas como

participantes individuales en la historia y en la literatura a través de la literatura testimonial.

“Mientras los escritores de este hemisferio continúen siendo los cultos criollos, los licenciados

en las universidades de provincia, o los genios espeluznantes, nuestra literatura adolecerá de

69 Barnet, M. (1980), Testimonio y comunicación: una vía hacia la identidad citado por Sklodowska, E. (1992)New York: Lang ed.70 Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericana: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.71 Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericana: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.

30

una visión integral, cosmogónica de la realidad. Mientras el indio permanezca en su

aletargamiento, mientras el negro humilde latinoamericano no produzca una obra

transcendente. Nuestra literatura caminará coja” 72.

El éxito de la novela no-ficticia en América Latina (1970-85) en combinación con el

florecimiento de la crítica literaria (los años 80) lleva finalmente a la canonización del

término como “modalidad literaria auténticamente latinoamericana” (E. Sklodowska 1992: 1)

Los ejemplos de testimonios en América latina son entonces numerosos. Ya hemos

mencionado el caso de la historia de Rigoberta Menchú, narrado por Elizabeth Burgos en Me

llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. Mencionamos igualmente a Hasta no

verte Jesús (1969) y Las noches de Tlatelolco (1971) de Elena Poniatowska 73 y a Moema

Viezzer con su obra Si me permiten hablar. Testimonio de Domitila, una mujer de las minas

de Bolivia 74. Constatamos por lo tanto que en poco tiempo, se ha construido un canon

literario alrededor de algunos textos testimoniales.

3.1.2. Concepción actual del testimonio

Los últimos años, varios autores y críticos han intentado de definir y explicar el testimonio.

No resulta una tarea fácil visto que el término “testimonio” no aparece exclusivamente al

ámbito de la literatura. John Beverley y Mark Zimmerman definen el testimonio como:

“A novel or novella-length narrative, told in the first-person by a narrator who is also

the actual protagonist or witness the events she or he recounts. The unit of narration is

usually a life or a significant life episode (e.g., the experience of being a prisoner).

Since in many cases the narrator is someone who is either functionally illiterate or, if

literate, not a professional writer or intellectual, the production of a testimony

generally involves the recording and/or transcription and editing of an oral account by

an interlocutor who is a journalist, writer, or social activist” 75.

72 Palazón D., G. (sin año) Memorias y escrituras de Nicaragua. Cultura y discurso testimonial. p. 31.73 Elena Poniatowska (1932) es una escritora mexicana conocido por su activismo y periodismo político. Susobras han sido laureadas con varios premios entre los que ecuentran el Premio Xavier Villaurrutia por su obra Lanoche de Tlatelolco (1970), el Premio Alfaguara de Novela por La piel del cielo (2001), el Premio RómuloGallegos por El tren pasa primero (2007) y el Premio Biblioteca Breve por Leonora (2011). Poniatowska haigualmente estudiado la obra de Elena Garro en Las siete cabritas (2001).74 En su obra Si me permiten hablar. Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia, MoemaViezzer da la voz a una mujer, Domitilia, de la clase trabajador boliviana. Este testimonio constituye unanarración innovador visto que se conta los hechos a partir de un punto de vista popular.75 Gugelberger M., G. (1996),The real thing: testimonial discourse and Latin America. Durham, North Carolina:Duke University Press. p. 84

31

Elzbieta Sklodowska a su vez incluye al narrador y al editor en el discurso testimonial:

“Una narración de extensión de novela o novela corta, contada en primera persona por

un narrador que es también protagonista o testigo a la de los eventos que relata. La

unidad de la narración es usualmente la vida o un episodio significativo […] Ya que

en muchos casos el narrador es alguien analfabeto o, si sabe leer y escribir, no es

escritor o intelectual profesional, por lo general la producción del testimonio involucra

la grabación y/o transcripción y edición del recuento oral, por un interlocutor que es

un periodista, escritor o activista social” [...] “Una narración auténtica, contada por un

testigo que es impulsado a narrar por la urgencia de una situación (guerra, opresión,

revolución, etc.). Enfatizando en el discurso oral popular, el testigo describe su propia

experiencia como el representante de una memoria e identidad colectiva. La verdad es

invocada para denunciar una situación presente de explotación y opresión o para

exorcizar y corregir la historia oficial” 76.

Como antes mencionado, se lo ha asociado dentro de la literatura con varios otros géneros

como la memoria, el diario, el relato, la biografía, la autobiografía y según interviene la

ficción con el género básico de la literatura, la novela 77. El testimonio adopta característicos

de todos estos géneros pero en definitiva su objetivo es diferente. Existen además testimonios

que no son emparentados a la autobiografía o que no son novelas. Este género despierta

entonces mucha discusión y preguntas. John Beverley por ejemplo duda si este género tiene

una forma discursiva o varias y si se puede describir su valor como documental. Los nombres

otorgados al género son por supuesto varios: “literatura testimonio”, “literatura testimonial”,

“novela testimonial”, “novela sin ficción”, “novela realidad”... Actualmente se habla por lo

general del término “testimonio” 78.

Karlheinrich Biermann hace incluso una distinción entre el testimonio autobiográfico, un

documento sociológico-etnográfico y el relato autorial 79. Nubya Celina Casas a su vez sale

para su clasificación de las modalidades testimoniales (memoria, diarios, novela e

investigación profesional) de las características constantes de éstas: anti-literalidad,

inmediatez, autenticidad y combatividad 80. Citamos igualmente a Hugo Achugar quien

percibe el testimonio como una autobiografía despersonalizada.

76 Sklodowska, E. (1992), El testimonio hispanoamericano: historia, teoría, poética. New York: Lang ed.77 Figueroa M., A. (sin año), Memoria: XIX Coloquio de Literatura Mexicana y Hispanoamericana. Universidadde Sonora. p. 58.78 Ibid. p. 58.79 Ibid. p. 58.80 Ibid. p. 59.

32

“Por su estructura, puede asemejarse a otros géneros: al cuento y al relato cuando se

basa en la narración de una o varias acciones; a la novela cuando al narrar una vida se

reconstruye todo un ambiente; al reportaje cuando por momentos nos da la impresión

de un suceso; al ensayo cuando junto a la acción aparece la reflexión teórica” 81.

El testimonio latinoamericano tiene igualmente varios objetivos. Uno de sus propósitos es

reclamar la justicia. Alma Martínez Figueroa señala: “El testimonio pretende a menudo

denunciar varios casos de violencia como asesinatos, el fraude político, la discriminación

sexual, racista o ideológica. Parece que el éxito del testimonio reside justamente en la

participación de todas las capas sociales, a esta nueva temática que une la clase marginada

con la clase privilegiada. Los testigos se perfilan como salvadores porque intentan mejorar la

sociedad, acusando los abusos existentes” 82. Estimulan al lector a darse cuanta de estas

injusticias y a denunciarlas. Añade también que “estos testimoniantes son percibidos como

rebeldes, como intrusos que están penetrando las zonas peligrosas” 83, cita que nos servirá

para el análisis de Testimonios sobre Mariana. Es así que el testimonio no sólo rompe con la

tradición literaria sino también con la situación social y política. El testimonio de Menchú por

ejemplo, atrae la atención en el genocidio guatemalteco. En otras palabras, la revolución que

evoca este nuevo género se sitúa tanto en el ámbito literario como en el ambiente social y

política.

Según René Jara, el testimonio se presenta sobre todo en situaciones de “urgencia y

crisis”84. John Beverley especifica su apariencia a situaciones políticas. Es por eso que este

género se presta por excelencia a situaciones en países subdesarrollados como en América

Latina donde crea lo que René Jara designa como una “intimidad pública” 85.

Actualmente, existen varias posturas frente al género testimonial. Ciertos teóricos como

Michael Kearney86 hacen un elogio del testimonio mientras que otros como Elzbieta

Sklodowska87 expresan sus sospechas. Además parece que la multitud de opiniones ha

provocado en ciertos casos una representación idealizada del testimonio y una

supervaloración de sus posibilidades y que se los adopta sin reflexionar. Hugo Achugar

81 Achugar, H. , “Historias paralelas/ Historias ejemplares: la historia y la voz del otro”. En RCLLA 36 (1992)p. 6382 Figueroa M., A. (sin año), Memoria: XIX Coloquio de Literatura Mexicana y Hispanoamericana. Universidadde Sonora. p. 6183 Ibid. p. 6184 Ibid. p. 6185 Ibid. p. 6186 Kearney, M. “Voice for the voiceless: Testimonial Literature in Latin America”. En Latin AmericanPerspectives, vol. 18 n°3 (1991)87 Sklodowska, E. “Hacia una bibliografía sobre el testimonio hispanoamericano”, en Chasqui 20.1 (1991) p.108-118

33

comenta: “El testimonio contemporáneo parte de los hechos y documentos censurados y

termina siendo asimilado por sus lectores solidarios como una historia verdadera que

eventualmente habrá de adquirir un valor mítico” 88.

3.1.3. Aplicación a Testimonios sobre Mariana

Investigamos en la parte siguiente en qué medida el género testimonial se entreve en

Testimonios sobre Mariana. Empezamos con las divergencias entre el testimonio

estereotipado y la obra estudiada para pasar a algunos fragmentos y técnicas de Testimonios

sobre Mariana que sí cumplen con el género.

A) Divergencias

Si volvemos a la definición de Beverley y Zimmerman, constatamos que el texto en cuestión

no cumple con la mayoría de las características antes distinguidas. Generalmente el testimonio

se desarrolla en una época significante en la vida del testigo. No es el caso en Testimonios

sobre Mariana. No se puede distinguir una sóla época importante en la vida de Garro.

Beverley y Zimmerman, como Sklodowska, subrayan también que el escritor del testimonio

normalmente no es un autor profesional. En la definición de Sklodowska, el testigo es

impulsado a testimoniar por la urgencia de la situación (guerra, revolución...) lo que tampoco

es el caso en Testimonios sobre Mariana como veremos en el apartado 4. Además, Garro no

representa verdaderamente a toda una socieda. Es decir: no es el representante de una

identidad colectiva, lo que sí es una característica del testimonio en la concepción de

Sklodowska. En cuanto al objetivo del testimonio, se podría decir que Testimonios sobre

Mariana cumple con las definiciones. Garro denuncia efectivamente la discriminación sexual

al retratar a Mariana quien es perseguida por su marido. Los hombres en la obra la reducen

también a un mero objeto sexual. Por lo demás, tenemos que observar que los testimonios se

caracterizan generalmente por su carácter confiable mientras que en Testimonios sobre

Mariana no es el caso. Como ya señalado, los testigos adoptan una actitud subjetiva y juzgan

constantemente a la protagonista. Augusto como esposo poderoso de Mariana incita por

ejemplo a Gabrielle a formar un juicio negativo de su mujer. O como dice Delia Galván: “ él

aniquila en los testigos, sus pequeños rasgos morales y su capacidad objetiva de criterio,

dando como resultado la frecuente condena de Mariana y no algo más deseable como sería la

88 Achugar, H. , “Historias paralelas/ Historias ejemplares: la historia y la voz del otro”. En RCLLA 36 (1992)p. 64.

34

documentación objetiva de lo que dicen los testigos” 89. Tomamos como ejemplo una frase de

Gabrielle, hablando de Vincente y Mariana: “En ambos, bajo una juventud asoleada se ocultaba un

nihilismo peligroso” (161).

B) Semejanzas

Investigamos a continuación algunos pasajes y técnicas de Testimonios sobre Mariana en que

traslucen las características del género en cuestión.

Se sugiere la forma testimonial de este libro ya en el título. En este contexto, nos parece

adecuado introducir alguna información sobre los paratextos. Susan Snaider Lanser subraya la

importancia de títulos, prólogos o advertencias en la identificación del género de una

determinada novela. Según el planteamiento de Claude Duchet, la información paratextual es

determinante para la recepción de una obra.

“Un territorio se define por las fronteras: las del texto son movedizas. En el caso de una novela,

el título, la primera y la última frase son, a lo más señales entre el texto y lo fuera-del-texto. De

hecho, la sobrecubierta y la cubierta ya han hablado del texto, ya han situado su contenido y su

modo de escritura, ya han distinguido “literatura” y “sub-literatura”, nueva novela y novela

nueva, ya han escogido al lector sin quien no habría texto del todo. Alrededor del texto hay

entonces una zona indecisa, donde ése juega su suerte, donde se definen las condiciones de

comunicación, donde se entremezclan las dos series de códigos: el código social, en su aspecto

publicitario, y los códigos productivos o reguladores del texto” 90.

A estos comentarios podríamos agregar las palabras de Gérard Genette por quien los

elementos paratextuales forman “una zona de transición entre el exterior y el interior y, al

mismo tiempo, un espacio privilegiado de transacción, del pacto entre el autor y el lector” 91.

En otros términos, los elementos paratextuales que acompañan el texto desempeñan un papel

importante en la interpretación por los lectores.

Siguiendo lo precedente, el título de nuestra obra primaria es muy revelador. Sin embargo,

se puede preguntar si Garro opta aquí por el género adecuado o si se deja dirigir por otros

motivos. Lo que es cierto es que Elena Garro retrabaja el género, haciéndolo múltiple y

yuxtaponiendo el testimonio de un personaje con dos otros testimonios. De este modo, resulta

imposible para el lector captar el conjunto. Esto no causa problemas ya que el objetivo

89 Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro. p. 40.90 Duchet, C. (1991) Para una socio-crítica o variaciones sobre un incipit. Amsterdam-Atlanta: Rodopi.91 Genette G. (1991) “Introduction to the paratext.” New literary History 22. p. 261

35

principal no consiste en aproximar la vida de Mariana con exactitud sino que importa ante

todo comprender Mariana, que es al fondo tan difícil de entender. Aquí Garro introduce otra

vez una gran diferencia con el testimonio estereotipado que se propone en general adquirir un

retrato exacto de una figura o problemática. En Testimonios sobre Mariana al revés, Garro

busca el caos y la vaguedad optando por una historia de testimonios individuales. Delia

Galván nos señala en este contexto: “La parte en la que coinciden, forma una plataforma

sólida que da una impresión más clara de Mariana, personaje difícil de entender como

individuo completo por su gran fragmentación. Es decir: la forma de la obra y la personalidad

de la protagonista se corresponden en su desintegración” 92. Se debe este efecto también en

parte al testimonio subjetivo que nos dan los tres narradores. Éstos siempre forman un juicio

sobre Mariana aunque sólo son confrontados con ella en determinadas situaciones por lo que

sólo la conocen parcialmente. Le toca entonces a los lectores juzgar a Mariana fiándose de sus

propias experiencias y valores.

En general, el testimonio, que parece a los que se realizan durante una causa judicial,

propone examinar la realidad o la verdad a partir de las historias de los testigos presentes. De

ahí que varios críticos señalan que el testimonio se caracteriza por un aspecto de

perspectivismo. En su obra La doctrina del punto de vista, José Ortega y Gasset percibe la

perspectiva como parte inherente de la realidad y dice que sólo la perspectiva que se declara

como la única sea falsa 93. Barnet se suma a esta opinión diciendo que “el gestor de la novela-

testimonio tiene una sagrada misión y es la de revelar la otra cara de la medalla”. Esta cita es

aplicable al lector de Testimonios sobre Mariana que tiene que calar a Mariana dejando los

testimonios superficiales que le incitan a condenarla como una mujer loca.

Al lado de la referencia en el título, el género testimonial parece referir sobre todo a la

estructura de la obra. Podemos dividirla en tres testimonios. El primer testimonio, que cuenta

115 páginas, data del periodo que sigue a la adolescencia de Mariana. Vincente, el amante de

Mariana, hace de narrador en este testimonio. Termina con la fuga de Mariana y su hija a

Rusia. En el segundo testimonio, de 116 páginas, leemos los recuerdos de Gabrielle, una

empleada de Augusto. Gabrielle actúa como persona de confianza no sólo de Augusto sino

también de Mariana. Termina su relato con la emergencia de Mariana en el ballet Bolshoi. En

el tercer y último testimonio de 68 páginas, André , un admirador secreto de Mariana, la

observa. Su relato se sitúa cuando Mariana ya es una treintañera. El suicido de la madre y la

hija marca el fin del testimonio de André.

92 Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.93 Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.

36

Sin embargo, estos narradores siempre disponen de menos poder que Augusto, el marido de

Mariana, quien manipula a todos los personajes cuando lo quiere. Los tres narradores

mantienen un contacto bastante íntimo con Mariana pero difieren entre sí sobre algunos

puntos. A fin de definir estos puntos de conflicto y las circunstancias tensas en que vive la

protagonista, Garro opta precisamente por el género testimonial. Esta forma no sólo permite

representar el caos que rodea a Mariana sino que refleja además la complicación de las

relaciones humanas, cosa que Elena Garro ha experimentado a lo largo de su vida. Los

testimonios refuerzan por un lado el caos pero por otro aportan estructura, orden y sintetizan

el mundo de Mariana. El lector recibe a través de los testimonios una visión más detallada de

Mariana.

Cómo técnica, la forma testimonial refuerza también el sentimiento de distancia entre las

vivencias de los testigos con Mariana y la vida actual de ella. Es otro motivo por el cual Garro

opta por este género. Cuando Mariana actuaría como un yo, una primera persona, se perdería

una gran parte de la aparente objetividad y confiabilidad. En este contexto Barnet dice “que

en esta despersonalización es en la que el arte se aproxima a la ciencia” 94. Barnet mismo hace

uso de la técnica contrapuntística en sus novelas. Este recurso incita al lector a identificarse en

el libro y a tener una preferencia por un personaje. En Testimonios sobre Mariana, los

contrastes entre los diferentes narradores se armonizan finalmente por medio del sentimiento

de injusticia que provoca la lectura en el lector. Se provoca esta sensación mediante la técnica

del testimonio que acerca la vida real y que hace relevante los conflictos entre los diferentes

narradores quienes presentan a Mariana según sus propios criterios. Garro agudiza entonces el

espíritu crítico del lector de modo que este descubre las contradicciones, es decir, la autora

nunca inspira confianza al lector sino que busca a reforzar las contradicciones. Como

mencionado antes, el testimonio se propone avivar la memoria colectiva y. La obra de Garro

cumple esta condición al apelar al lector y su sagacidad.

¿En qué coinciden entonces los diferentes testimonios? ¿Qué factor vuelve siempre? Lo que

salta a la vista es que los tres testimonios presentan todos sus mejor caras. Delia Galván

aborda en este contexto el ejemplo de Gabrielle quien nunca asume su responsabilidad frente

a Mariana. Cuando Mariana la confronta con su situación miserable “Me quieren rebajar

como rebajan todo lo que tocan”, Gabrielle dice para sus adentros “Tenía razón pero no debía

ahondar (Gabrielle) el disgusto entre ella y sus amigos puesto que estaba condenada a vivir

entre ellos” (Testimonios sobre Mariana: 169). Gabrielle se resigna por lo tanto en la

94 Galván V., D. (1988) La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro

37

situación de Mariana y en ningún momento considera ayudarla. Delia V. Galván continúa con

una cita de Elena Urrutia “… las diversas versiones y vivencias que de ella tienen quienes

aportan sus testimonios contribuyen a desdibujar una personalidad que autor y lectores casi

siempre desean nítida…” 95. Visto el carácter difícil de Mariana, parece que los testigos tienen

tendencia a aprobar la negligencia de Gabrielle.

Un mecanismo que acentúa estas coincidencias entre los testimonios es la repetición a lo

que Garro tiene a menudo recurso. Esta técnica revela igualmente las contradicciones visto

que el lector lee a veces cosas que difieren de lo que otro narrador ya ha contado. Citamos en

ese contexto a Adrienne Rich quien investiga la repetición como recurso poético: “… rhythm,

rhythm, it lets us hear and see our woes in a new dimension…” 96 Garro repite sobre todo los

detalles, sobrecargando el lector con una enorme cantidad de información en estilo

telegráfico. Esta repetición telegráfica sirve a representar las vivencias y las situaciones de la

heroína y parece típica para la retórica femenina. La repetición es también forzada por las

semejanzas que existen entre los diferentes testimonios lo que Delia Galván llama “puentes

comunicantes”. Éstas llevan a un especie de intertextualidad visto que cada testimonio

funciona como “palimpsesto” de los otros dialogando entre sí 97.

C) Conclusión

Cuando aplicamos las características antes mencionadas en las definiciones parece que Garro

no ha optado por el título adecuado. En Testimonios Sobre Mariana, se narra efectivamente

una “vivencia individual” como en la definición de Barnet, pero se la narra a través de

imágenes que tienen los otros de ella. Además podemos preguntarnos si la protagonista

representa verdaderamente una clase y una época. Es verdad que Garro refleja una clase de

mujeres oprimidas en México y de mujeres intelectuales no reconocidas pero no actúa como

símbolo de una sociedad entera. Las definiciones actuales perciben al testimonio como un

género de urgencia y crisis lo que tampoco es el caso con Testimonios sobre Mariana. No

obstante es cierto que Garro reclama justicia con su obra y que denuncia el racismo sexual. La

obra estudiada constituye entonces un caso dudoso, aproximándose al género testimonial pero

de otro lado todavía bastante alejada de él.

95 Urrutia, E. (1981), “Elena brillante e insensata” citada por Galván V., D. (1988) en La ficción reciente deElena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro96 Rich, A. “Power and danger: works of a common woman” in On lies, secrets and silence. p. 248.97 Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro. p. 36.

38

3.1.4. La ficción del testimonio

Nuestra obra primaria establece obviamente un vínculo entre lo ficticio y lo real. Este

Examinamos de cerca en qué consiste esta relación. Veremos más tarde que Garro basa su

obra en gran parte de su propia vida hasta el punto que ciertos críticos pretenden que Elena es

Mariana y al revés. Presentando su obra como testimonio, Garro muestra que quiere dispersar

esta historia como verdadera y en gran parte no-ficticia. Sin embargo, queda claro que Garro

añade elementos ficticios y que cambia su historia a veces en su favor.

Las historias que pretenden ser “de no-ficción” como el testimonio no constituyen

simplemente anotaciones literales de la realidad. Según Ana María Amar Sánchez “forman

una nueva realidad regida por leyes propias, con la que se denuncia la verosimilitud de otras

versiones” 98. Por un lado, estos relatos no pueden presentarse como enteramente ficticio ya

que el lector sabe que el testimonio se basa en parte de acontecimientos reales pero de otro

lado tampoco pueden mostrarse como enteramente reales visto que el hecho de transcribirlos

provoca siempre una otra realidad. La narración “no-ficticia” se aleja entonces también del

realismo como de la objetividad provocando de manera simultánea “una destrucción de la

ilusión ficcional –en la medida en que mantiene un compromiso de fidelidad con los hechos-

y de creencia en el reflejo exacto e imparcial de los sucesos, al utilizar formas con un fuerte

verosímil interno como el “nouveau roman” o la novela policial” 99.

Amar Sánchez estima además que todos los géneros de “no-ficción” comparten dos factores

y son así emparentados. Primero existe la “interdependencia formal” entre los relatos de “no-

ficción” de un escritor y sus demás obras 100. Se produce en cierto modo una “contaminación”

entre los diferentes textos del escritor lo que con Testimonios sobre Mariana y la obra entera

de Garro seguramente es el caso. Varias producciones de Garro se presentan como obras de

“no-ficción” y siempre contienen un aspecto de memoria o de autobiografía, pensamos por

ejemplo a Memorias de España 1937, Recuerdos del porvenir e Inés. El otro elemento que

caracteriza a todas las historias de “no-ficción” es que se ficcionalizan a personas reales que

se convierten en personajes o narradores literarios 101. Este elemento cuadra también con la

obra de Garro y específicamente con Testimonios sobre Mariana. Mariana sería Elena y como

aprendemos más abajo los narradores en Testimonios sobre Mariana remiten también a

98 Ana María Amar Sánchez, “La ficción del testimonio” en Revista Iberoamericana, No. 151, University ofPittsburgh, (April-June 1990).99 Ibid.100 Ibid.101 Ibid.

39

personas reales. Es entonces en los personajes y los narradores que reside la verdadera

frontera entre lo real y lo ficticio.

La historia de “no-ficción” resulta entonces interesante porque juega con una de las

capacidades más intrigantes de la literatura: la de subrayar los lazos entre la realidad y la

ficción, la imaginación o como dice Amar Sánchez “el poder de producir un pasaje y un

espacio de encuentro entre dos mundos en constante acercamiento y lucha y el cuestionar la

condición de verdad y validez absolutas de la realidad” 102.

3.2. Pensar la Autobiografía

Pese al título, varios críticos como Patricia Rosas Lopátegui y Emmanuel Carballo parten de

la idea que Testimonios sobre Mariana es una novela autobiográfica. En nuestro análisis de

Memorias de España 1937 ya hemos propuesto una introducción al aspecto autobiográfico en

la obra de Garro y teníamos el propósito de elaborar esta faceta. De ahí que nos lanzamos a

continuación en este capítulo a una investigación del género autobiográfico. Primero,

examinamos la opinión establecida sobre la clasificación genérica de Testimonios sobre

Mariana. Las declaraciones de la autora sobre el tono autobiográfico de su novela resultan

también importantes. Contrastamos sus comentarios con la opinión de la crítica. Luego,

pasamos a un apartado que explora la frontera entre el testimonio y la autobiografía como

géneros emparentados. La variante femenina de la autobiografía resulta igualmente de suma

interés ya que difiere bastante de la versión de hombres. Incluimos en este apartado también

una exploración de la frontera entre la autobiografía y la novela, género bajo el cual Garro

clasifica su obra.

3.2.1. Testimonios sobre Mariana: ¿sí o no de tono autobiográfico?

Antes de profundizar la autobiografía como género, nos parece útil averiguar en qué medida

los críticos etiquetan Testimonios sobre Mariana como autobiografía. Contrastamos sus

opiniones con las propias ideas de Garro sobre el género y el tono autobiográfico de su

novela.

102 Ibid.

40

En la primera edición de Testimonios sobre Mariana de Grijalbo, la última página informa:

“de evidente tono autobiográfico”. Después de la salida de Testimonios sobre Mariana en

1981, Emmanuel Carballo dedica un análisis a su obra en que pretende que la autora se deja

conducir en esta novela por “las pasiones del corazón y veía a ciertos personajes con

desafecto y en momentos con insidia” 103. En 2006, la casa editorial Porrúa lanza una nueva

edición de Testimonios sobre Mariana con un prólogo del mismo Carballo. Nos dice que

telefoneó a Helena Paz Garro para conversar con ella sobre Testimonios sobre Mariana. En

esta conversación, Helena confirmó las ideas de Carballo. Según él, existen personas de carne

y hueso “detrás de los personajes de tinta y papel” 104. Mariana es Elena y esto se lo deja

entender a lo largo del libro. El personaje de Augusto refiere a Octavio Paz que también en la

novela trata mal a su familia. El argentino Vincente sería el amante de Garro: Adolfo Bioy

Casares véase arriba. Otro personaje clave es Barnaby que interpreta a Archibaldo Burns. Hay

también otros autores que están convencidos de que se trata de un texto autobiográfico.

Patricia Rosas Lopáteguí comenta:

“En 1989 tuve la certeza de que este texto era autobiográfico. La fuerza y honestidad

con que aparecen narrados los acontecimientos, me hizo sospechar su carácter

vivencial. Sin embargo, no podía realizar un acercamiento autobiográfico ya que

Garro no había podido publicar sus diarios íntimos. [...] Doce años más tarde, la

situación cambió diametralmente para los estudios de la obra de Elena Garro. A partir

de la publicación de Testimonios sobre Elena Garro, en donde recojo parte de los

diarios íntimos de Garro, podemos comprobar, efectivamente, que Mariana es un

personaje sacado de la realidad misma, y podemos establecer el diálogo entre vivencia

y ficción” 105.

Alessandra Luiselli insiste igualmente en “los ecos autobiográficos” que se encuentran en

Testimonios sobre Mariana 106. Victor Gil Castañeda comenta que la última etapa de la obra

de Garro “se distingue por un tono autobiográfico, la búsqueda de los orígenes y las causas de

frustraciones o angustias” 107. Los críticos se basan todos en los mismos criterios. Es decir:

todos estiman que la mayoría de los personajes encarnan a figuras reales que han

desempeñado un papel importante en la vida de Garro. Rosas Lopáteguí dice: “Algunos de los

103 Prólogo de Emmanuel Carballo en Testimonios sobre Mariana. (2006) México: Porrúa. p. XI.104 Prólogo de Emmanuel Carballo en Testimonios sobre Mariana. (2006) México: Porrúa. p. XX-XXI.105 Rosas Lopátegui, P.(2002), “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro en Yo quieroque haya mundo. Elena Garro 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua, p 431.106 Luiselli, A. (2006), Letras Mexicanas. Universidad Nacional Autónoma de México p. 186.107 Castañeda G., V. (2002), El camino de la novela. Universidad de Colima. p. 146.

41

personajes reales ficcionalizados en Testimonios sobre Mariana son Octavio Paz (Augusto);

Adolfo Bioy Casares (Vincente); Gabrielle (Gabrielle Cabrini, aparece en las Memorias de

Helena Paz); Archibaldo Burns (Barnaby); Ramón (Finki o Ramón Araquistáin, aparece en

los diarios de Elena Garro y en las Memorias de Helena Paz) y André (André Barret)” 108.

Constatamos por lo tanto que es por lo general la caracterización de los personajes que incita

los críticos a analizar el texto como una autobiografía. Se puede igualmente comprobar que

los lugares en Testimonios sobre Mariana coinciden efectivamente con los sitios que Garro

menciona en sus cartas y diarios. Patricia Rosas Lopátegui se ha ocupado con la búsqueda de

situaciones y lugares de la vida real comparando el texto con los documentos reunidos en

Testimonios sobre Elena Garro. Mariana y Vincente se conocen por ejemplo en París:

“ ...[Vincente]: No debí insistir en conocerla, pero a nuestra vuelta a París, después de

cinco semanas en Italia volví a llamarla muchas veces. –Mira que tu mujer es esquiva-

le dije a Augusto cuando cenamos una noche con él. –Tiene un resfrío... y no anda

bien de los nervios. No imaginé que mi frase provocaría que la propia Mariana llama-

-rá al día siguiente, para proponer que cenáremos juntos esa misma noche... Mariana

me tendió una mano salpicada de pecas.” (4)

El encuentro de Vincente y Mariana corresponde a la realidad. Elena Garro encuentra en 1949

a Adolfo Bioy Casares, efectivamente en un hotel parisino. Citamos un fragmento de su

diario:

“Vuelvo a París en marzo de 1949... Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo 109 a

París. Encuentro con los Bioy en el George V. Gran impresión. Vamos a cenar, luego

a la Rhumerie Martiniquaise. Un adivino nos predice a Bioy y a mí un gran amor.” 110

Rosas Lopátegui incluso ha encontrado alusiones exactas en Testimonios sobre Mariana a

poemas reales de Garro. Describe entre otros una alusión al poema Tres tulipanes: “La

encontré en su cama mirando un vaso colocado sobre la chimenea con tres tulipanes amarillos

que se reflejan en el espejo. ‘Somos nosotros tres’, me dijo” 111. Según Lopátegui, los tres

108 Rosas Lopátegui, P.(2002), “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro en Yoquiero que haya mundo. Elena Garro 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua, p. 431.109 Silvina Ocampo es la mujer de Adolfo Bioy Casares. Véase también 2.8.2.110 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 186.111 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188.

42

tulipanes simbolizan aquí el amor que no puede florecer entre ambos, el tercer hijo representa

al hijo abortado como símbolo del amor imposible 112:

Tres tulipanes

Tres tulipanes amarilloslanzan pálidas llamas en la tardeSeis tulipanescon los tres del espejovelan, [...][...], la ausenciaque dejara tu rostroen esta tarde. 113

Otro hecho identificable como real es la pasión de Elena Garro por el ballet y la coreografía.

Se la incorpora en el texto a través de “la conexión entre Mariana y aquellos rusos...” (239).

Son sólo algunos ejemplos para mostrar que el texto contiene elementos autobiográficos.

Como acabamos de constatar, críticos como Rosas Lopátegui siguen infinitamente con esta

comparación.

No obstante, otros críticos relativizan el carácter autobiográfico de Testimonios sobre

Mariana. En señas particulares Fabienne Bradu comenta:

“Algunos quisieron leer Testimonios sobre Mariana como una novela en clave donde

se tratara de descifrar nombres y situaciones de la vida real. En la relación que se

establece entre la escritora y su personaje femenino, lo más elocuente ha de buscarse e

-n la manera en que Elena Garro construye a Mariana como una representación de sí y

no tanto en el desciframiento de ciertos episodios puntuales de su vida privada.

Testimonios sobre Mariana es ciertamente una novela que oscila en un estrecho

margen entre la autobiografía y la ficción, pero el aspecto autobiográfico de la novela

está menos en la reconstrucción, siempre aleatoria en Elena Garro, de situaciones y de

hechos que en la representación de sí que intenta realizar a través de la peculiar

formación de su personaje Mariana.” 114.

Bradu a su vez no presta tanta atención a la búsqueda de eventos reales en el texto. Ella estima

que el aspecto autobiográfico reside más bien en el personaje de la heroina; Mariana. Por un

lado es verdad que Garro siempre opta por protagonistas que sufren de una crisis de identidad.

Es también el caso con Mariana cuya crisis termina en un suicidio. La caracterización de

112 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188113 Rosas Lopátegui, P. (1981), Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones Castillo. p. 188114 Bradu, F. (1987), Señas particulares: escritura. México: Fondo de Cultura Económica. p. 20

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Mariana revela efectivamente mucho sobre la propia Garro. Compartimos además su opinión

sobre el desciframiento de situaciones reales de la vida de Garro. Rosas Lopátegui se pierde

demasiado en esta comparación. No obstante, parece por otro lado que Bradu minimiza la

contribución de los otros personajes. Tampoco es verdad que la reconstrucción siempre es

aleatoria en la obra de Garro. En el estudio de Memorias de España 1937, hemos constatado

que Garro elige deliberadamente las situaciones que narra. Siempre opta para los ímagenes

que pintan muy negro a sus enemigos como por ejemplo Octavio Paz. Se salta además a

menudo pasajes de su vida que no cuadran con la imagen de ella como escritora no apreciada

y exiliada. Las semejanzas entre su vida real y sus textos hacen sospechar un tono

autobiográfico premeditado y no aleatorio.

Por lo que se refiere a la opinión de la autora misma, ella no está de acuerdo con esta

etiqueta de autobiografía. La autora escribe en 1982 una carta a Emmanual Carballo en que

refuta el tono autobiográfico de Testimonios sobre Mariana. Resumimos brevemente esta

carta:

“Querido Emmanuel: te escribo otra vez porque leí tu diálogo sobre Mariana.

¡Gracias! Creo que debo aclararte que Mariana no es una autobiografía sino una

novela. Cuando la publique, Octavio Paz, Archibaldo Burns y todas las personas que

crees descubrir en los personajes podrán demandarme. Sería muy divertido el juicio.

Si piensas que en Mariana aparecen personajes vivos te equivocas. Aunque es verdad

que tomé rasgos de algunas personas vivas y difuntas para crear a un solo personaje.

En esta corriente amazónica en donde se pudren con los vientres inflados de agua

podridas y de sapos los autores, sus gobernantes, sus madres, madrinas, parientes y

padres, hay una desmesura, un desorden y un caos inimaginables para una mente más

o menos ordenada como la mía. Es decir, la mente de una pequeña burguesa ahogada

por el deseo de entender lo que escribe y lo que lee. [...] Eso no quiere decir que lo

que cuenta en Mariana sea una simple calca de mi vida al papel. Creo que todas las

novelas son roman à clef o no son novelas. Ahora bien, escogí a una familia

típicamente intelectual sudamericana que no había pasado a la literatura. Es una

pareja moderna, nihilista, arribista, snob, perdida en los laberintos culturales de París

de la post-guerra. Ho conocido a muchos sudamericanos parecidos en Europa y sobre

todo en París, cuna de todos los vicios, libertades y tendencias sexuales y culturales.

La familia de Augusto es la familia Pérez-París, Martínez-París, Paz-París, Herrera-

París, etcétera. En la novela, Augusto dice que Mariana lo persigue, y la famosa

Mariana ya está muerte. Tú dices que persigo a Paz. Seguramente te lo dijo él.

¿Podrías decirme cómo lo persigo? ¿Escribiéndolo? La novela no es un pleito privado,

es una novela! En cuanto a Barnaby, es un señor argentino, maricón, diplomático que

44

ya murió y que le hizo lo que cuento en la novela 2 una señora española que estaba

casada con un personaje franquista que vivía entre Nueva York y Madrid. Octavio Paz

conoció a este señor en India, la primera vez que estuvo allí. Por ese lado al vez Paz

pueda haberse enfadado, ya que era muy amigo de ese Gustavo. Yo ignoro las vidas y

milagros de Octavio Paz. Si los ignoraba cuando estuve casada con él, pues ahora

mucho más, entre él y sus amigos lo cubren con espeso velo de misterio imposible de

penetrar. Creo que ya hablé bastante de Mariana... Bueno, ya no te agobio. Escríbeme

y gracias querido Emmanuel por tus palabritas” 115.

Comentario sorprendente de Garro quien sigue afirmando que Testimonios sobre Mariana no

es una autobiografía. Por un lado, nos parece apropiado seguir la opinión de la escritora pero

por otro lado puede ser que Garro no se atreve admitir el carácter autobiográfico de su novela

visto los conflictos anteriores en México en torno a su figura. Además si Garro admite que se

trata de una autobiografía, admite al mismo tiempo su obsesión por Octavio Paz. En su carta,

lo nega por lo tanto fuertemente: “¿ Podrías decirme como lo persigo ?”. Parece que Garro

quiere rebatir ansiosamente el análisis de Carballo. El tono de la carta es bastante fuerte y la

autora se siente verdaderamente ofendida.

Garro se contradice también a veces en cuanto al tono autobiográfico en su obra. Por

ejemplo en 1967, cuando en una entrevista con Roberto Páramo declara:

“Yo no puede escribir nada que no sea autobiográfico [...] en Testimonios sobre

Mariana trato las experiencias y sucesos que me acontecieron en la multitud de países

donde he vivido. Y como creo firmemente que lo que no es vivencia es academia,

tengo que escribir sobre mí misma” 116.

Aquí la autora confirma nuestras ideas anteriores, que su obra entera contiene matices

autobiográficos.

En el fondo, todos los críticos admiten que Testimonios sobre Mariana se caracteriza por

una fuerte índole autobiográfica. La diferencia entre los diferentes análisis reside en la medida

en que reconocen que una parte del texto es mera ficción. La escritora a su vez, niega

categóricamente que se trata de una obra autobiográfica. No obstante, sus declaraciones

anteriores nos hacen suponer que su obra entera contiene referencias a situaciones reales.

Según nuestra opinión, Testimonios sobre Mariana contiene una multitud de toques

autobiográficos. Referimos sobre todo a las relaciones amorosas de Garro. Las alusiones a su

115 Carta de Elena Garro reproducida en el Prólogo de Emmanuel Carballo, Testimonios sobre Mariana, p. XII.116 Páramo, Roberto. “Reconsideración de Elena Garro” en El asesinato de Elena Garro de Patricia RosasLopátegui, p 230

45

vida con Octavio Paz y a su relación con Adolfo Bioy Casares son tan frequentes que no

pueden ser accidentales. Sin embargo, no se puede perder en la búsqueda de situaciones reales

visto que cada narración, que sea autobiográfica o no, contiene elementos ficticios. La ficción

es inevitable para la coherencia del texto y porque la ficción, con sus propias invenciones y

las de otros, lubrica la narración 117.

3.2.2. La autobiografía y el testimonio

Continuamos esta parte sobre la autobiografía con una delimitación entre el género

testimonial que acabamos de investigar y el género bajo el cual la mayoría de los críticos la

clasifica; la autobiografía. Ambos géneros resultan muy emparentados lo que complica una

distinción entre ambos.

La novela de Irene Klein, La ficción de la memoria nos suministra para esta distinción

algunos datos interesantes. Según su clasificación, la novela de Garro oscilaría entre “una

narración de vida” y una autobiografía. Lo que ella entiende por narración de vida es en

realidad un género testimonial.

Una diferencia que permite distinguir entre el testimonio y la autobiografía constituye el

objetivo de ambos géneros. El testimonio quiere dar la palabra a las voces oprimidas mientras

que se escribe la autobiografía por miedo al envejecimiento. Es decir que la autobiografía

busca el triunfo personal mientras que el testimonio reclama un cambio social o político en el

cual se incluye al lector. La autobiografía depende también de “un sujeto narrador coherente,

dueño de sí mismo que se apropia de la literatura para manifestar la singularidad de su

experiencia mientras que en el testimonio el sujeto actúa como portavoz de toda una

generación o sociedad”118. Es así que cuando el “yo” del testimonio se propone como

“identidad propia” el relato se transformará en autobiografía.

Una otra gran diferencia entre el testimonio y la autobiografía reside en que la última trata

más bien de la vida íntima mientras que el discurso acerca del “yo” en el ambiente pública

cobra valor en el testimonio. Éste pone también en escena a individuos “ordinarios” y

desconocidos mientras que la autobiografía narra en general la vida de un conocido en la

esfera pública visto que sólo se leería la historia de un hombre normal si denuncia un hecho

117 Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro.118 Klein, Irene: La ficción de la memoria. p 35

46

como es el caso con el testimonio. Sin embargo, en ambos casos la protagonista actúa como

modelo ejemplar con una vida digna de narrar.

Aplicando los criterios evocados, todavía parece difícil clasificar Testimonios sobre

Mariana bajo un género determinado. Por lo que se refiere al objetivo de ambos géneros, la

obra corresponde con los rasgos de la autobiografía como con los del testimonio. De un lado

puede ser que Garro reclama justicia y que quiere cambiar la posición de la mujer en la

sociedad mexicana lo que acerca la novela al testimonio. Sin embargo, de otro lado es

bastante probable que Garro busque crear una especie de controversia en torno de su persona,

escribiendo sus “testimonios autobiográficos”. El rasgo del foco en la esfera pública o en la

íntima parece de difícil aplicación. Por una parte, se puede decir que Testimonios sobre

Mariana pone central a un individuo, coincidiendo con los rasgos de la autobiografía. Pero

por otra, se narra la historia de la vida de Mariana a través de los testimonios de tres

narradores que conocen íntimamente a la protagonista. En este sentido se trata entonces más

bien de los encuentros y vivencias de Mariana con estas figuras como es el caso en el

testimonio. Sin embargo, cuando consideramos la novela en su totalidad nos inclinamos a

decir que el foco está efectivamente en el ambiente íntimo. El relato corresponde a un periodo

determinado de la vida de Garro y se narra realmente sus sentimientos personales y peripecias

aunque sea a través de “tres portavoces”.

La conclusión inmediata consiste por lo tanto en que Testimonios sobre Mariana oscila

entre el testimonio y la autobiografía como ya mencionado aunque ya observamos una

inclinación al género autobiográfico.

3.2.3. La autobiografía femenina

Después de haber explorado la aproximación de la obra estudiada al género de la

autobiografía, nos parece igualmente un buen momento para investigar las diferencias entre la

narración autobiográfica de mujeres y la de hombres. En primer lugar, tenemos que destacar

que a lo largo de la historia el hombre siempre se ha afirmado mientras que la mujer no ha

reconocido a sí misma durante mucho tiempo. O como dice Virginia Trueba Mira : “cuando la

mujer se ha mirado en el espejo ha encontrado una imagen movida y confusa que le devolvía

47

una identidad extraña, y ello porque al menos desde Pigmalión la mujer no ha representado a

sí misma sino que ha sido representada, construida por el otro” 119.

En cuanto a la historia del género, al inicio la escritura femenina se limita a cartas y

memorias. En las escrituras femeninas de fines del siglo XVIII y primeros del XIX falta

entonces un estilo original y las mujeres se adaptan a la forma común de aquella época. El

hecho de manifestarse como escritora ya parece un logro enorme. Las autobiografías de

mujeres se caracterizaban antes también por una justificación del comportamiento de la

protagonista que difería de lo de las mujeres ordinarias. Delia Galván añade un comentario de

Elizabeth Winston que observa que después de 1920 “a few still showed signs of uneasiness

at having violated cultural expectations for women”120. Más tarde algunas se atreven a

mostrar su talento intelectual escribiendo: “ to express strongly held belief, explore and

understandt the self, or experiment with the conventions of the genre121 ”. En cualquier caso,

los textos autobiográficos escritos por mujeres no encontraban entonces mucha consideración

en los estudios literarios antes el cambio radical provocado por el movimiento feminista. Es

entonces a partir de los años ’60 y bajo la presión del movimiento de la liberación de mujeres

que se empieza a extender los géneros literarios en el sentido que se incluye también a las

escrituras de mujeres. Es interesante señalar en este contexto las palabras de Ángel G.

Loreiro:

“A la vista del desarrollo del feminismo en los Estados Unidos no resulta

sorprendente la gran atención prestada a lo autobiográfico (recordemos

que se ha dicho que el feminismo comienza cuando la mujer aprende a decir “yo”)

y más aún cabe recordar que Lillian S. Robinson apunta que el feminismo no sólo

ha reivindicado las formas de arte popular, sino que también ha expandido las

fronteras de lo literario para considerar una gran variedad de formas y estilos

en que se manifiestan los escritos de mujeres -especialmente los de aquellas mujeres

que no se vieron a sí mismas como escritoras. De esta manera, las cartas, los diarios,

las autobiografías y las historias orales obras de mujeres, así como la poesía privada,

están siendo estudiados como evidencia de la conciencia

y la expresión de la mujer”122.

Loreiro concluye después:

119 Trueba Mira, V. (2005), El claroscuro de las luces. Escritoras de la ilustración española.120 Galván V., D. cita a Elizabeth Winston en La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983”. Universidad deQuerétaro.1988. p. 59121 Galván V., D. cita a Elizabeth Winston en La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad deQuerétaro.1988. p. 93122 Loreiro G., A. “Introducción. Diferencias feministas” en El gran desafío, p. 28-29.

48

“Lo autobiográfico constituye un elemento esencial del feminismo –en lo que tiene de

proyecto de autoconocimiento y liberación- en sus diversas manifestaciones y avatares

, desde el descubrimiento inicial de voces literarias que han sido acalladas o que han

Permanecido en la sombra, hasta las manifestaciones recientes de la crítica feminista

en las que el discurso teórico o crítico se mezcla con el testimonio personal y con las

huellas de las circunstancias materiales concretas del momento de la escritura 123”

A pesar de esta revolución, es cierto que las voces masculinas siempre han tenido la

mayoría dentro del género de la autobiografía. Varios críticos han subvalorado la escritura

autobiográfica femenina afirmando que muchas de ellas no la escriben desde un punto de

vista femenino y sólo suspenden las estructuras masculinas. De cualquier modo, sería

completamente inmerecido, en nuestro mundo occidental, sostener que las mujeres no han

escrito autobiografías ni que estas escrituras son sin importancia.

Sin embargo, a pesar de los varios estudios feministas los últimos treinta años, sigue siendo

difícil definir exactamente a los escritos autobiográficos de mujeres. Globalmente, las

autobiografías femeninas suelen focalizarse en las narraciones de lo personal, familiar y

cotidiano. De ahí que muchos las perciben como triviales e insignificantes, relatos que no

provocan reacciones o contrastes extremos ni elogian logros excepcionales. Incluso cuando lo

hacen no realmente suceden “marcar el rumbo político de la patria, rumbo que sólo saben

marcar los hombres políticos” estima María Rivera Garretas en textos y espacios de mujeres.

La vida de mujeres siempre ha sido influida por los hombres y a menudo por la subordinación

a ellos; parece entonces lógico que normalmente no van a invertir la estructura del “poder” en

sus escrituras. Nos parece interesante mencionar en este contexto el comentario de Sidonie

Smith 124:

[…] “En último término, todas las mujeres que escriben acaban

cuestionando la ideología de género dominante, aunque sólo sea

inconsciente y torpemente. En su relación con las ficciones del discurso

dominante, el autobiógrafo que es mujer presiona contra los límites de

los modelos culturales de verosimilitud y de representatividad…

Subversivamente, elle reorganiza el discurso dominante, apropiándose

del lenguaje y de sus poderes para convertir las ficciones culturales en

su historia concreta propia.

123 Ibid.124 Smith, S. “Hacia una poética de la autobiografía de mujeres” En: Angel G. Loureiro (coordinador), El Gran

Desafió. Editorial Megazul-Endymion, Madrid 1994, p. 93

49

No obstante, cuando se acerca a los varios estudios que se han realizado sobre el tema de la

narración femenina surgen también varias discrepancias con el relato “masculino”. La

expresión “personal” es por ejemplo un rasgo característico de la escritura de mujeres. Otro

rasgo de la escritura autobiográfica de mujeres es la experimentación formal. Las autoras

buscan una forma que hace resaltar bien sus vivencias y que les facilita incluir “su yo íntimo”.

En Testimonios sobre Mariana, Garro opta por una forma que consiste en fragmentos. Es

decir, la escritora narra el relato de Mariana a manera de tres testimonios de amigos íntimos

de la protagonista y crea así una historia fragmentada. Las autobiografías de mujeres difieren

en este sentido de las masculinas visto que éstos ya son integrados y no necesitan

experimentar tanto con la forma.

Los hombres subrayan en sus escrituras encima sobre todo sus rendimientos, heroísmo y

ánimo lo que hacen las mujeres en menor medida. Estos rasgos son observados por Jelinek

quien concluye que “ different criteria are needed to evaluate women’s autobiographies,

which may constitute, if not subgenre, then an autobiographical tradition different from the

male tradition” 125. Resulta entonces necesario abordar la autobiografía femenina desde una

otra perspectiva y con otros criterios que con los que se investiga los escritos de hombres.

Partiendo de que Testimonios sobre Mariana se presenta en cierta medida como una

autobiografía, lo que hace la autora es reproducir las vivencias de las mujeres atascadas en su

propia vida y especialmente en el hogar como es el caso con Mariana. Esta situación se ve

muy poco en la autobiografía de los hombres o sólo cuando se encuentran encerrados en un

ambiente profesional.

Claudia Gronemann 126 nos suministra otro rasgo importante para la investigación del género

de Testimonios sobre Mariana. Ella estima que cuando las mujeres escriben algo

autobiográfico, subrayan más bien el aspecto testimonial que el hecho de escribir literatura lo

que sí pesa mucho en la escritura de los hombres. Este rasgo conviene con la concepción de

nuestra obra de interés. Garro presenta la novela como un testimonio, sugerido en el título,

mientras que los elementos autobiográficos abundan.

El género autobiográfico se caracteriza en general también por un proceso de identificación

que tiene su origen en el autor y que pasa luego al lector que se reconoce en la narración del

escritor. Esto se debe a las vivencias comunes a cierta parte de la vida del lector. Este proceso

parece en mayor medida presente en las autobiografías de mujeres sobre todo cuando se parte

125 Jelinek, E. (1986) The tradition of women’s autobiographie from antiquity to the present.126 Gehrmann, S. “L’écrivain femme et l’autobiographie” en Les enjeux de l’autobiographique dans leslittératures de langue française de Gronemann, C.

50

de la suposición de que la mayoría de sus lectores son mujeres. Es también el caso con

Testimonios Sobre Mariana que provoca a menudo una identificación de la parte del lector.

Patricia Rosas Lopátegui afirma: “quedé profundamente devastada ante la vejación, el

sufrimiento, la angustia y la humillación de que es objeto la protagonista, con quien no pude

dejar de identificarme. Pensar en Mariana me causaba inquietud y desasosiego” 127.

No obstante, no se puede demostrar esta identificación porque es completamente subjetiva y

porque a menudo el autor como el lector continúan a buscar su propia identidad. Escribiendo

un relato autobiográfico, el autor o la autora hace una investigación extensa de su vida que

funciona como una búsqueda de sí mismo. Después de este escrutinio, da coherencia a su

narración y construye una “ficción estética” en que incorpora los elementos autobiográficos.

Citamos en este contexto a Spacks quien dice en “Selves in hiding”: “… autobiographies

record the sense their authors hope their lives make”128. Surge a veces un resultado que es más

bien una racionalización en defensa propia como si la autora se defiende antes la corte y que

se evalúa su ficción como ella misma. Las escritoras tienden más a este proceso de

racionalización que los hombres porque parece que todavía tienen que defenderse más en

comparación con el otro sexo.

En general, el sujeto de la autobiografía, que sea hombre o mujer, se destaca por su

actuación heroica y ejemplar pero en varios relatos autobiográficos de mujeres encontramos la

figura de la “antiheroina”. Este personaje se caracteriza por una “enfermedad mental”. De ahí

que en las autobiografías de mujeres que narran una vivencia de índole psicoanalítica, no se

nota este comportamiento ejemplar sino que se caracterizan más bien por una inclinación

hacia la rebeldía. Los ejemplos de este tipo de textos son varios en la literatura. Pensamos en

la poesía de Silvia Plath, Les mots pour le dire de Marie Cardinal y The Loony-Bin trip de

Kate Millet. Existe entonces una notable diferencia entre las autobiografías “usuales” y las

autobiografías que se basan en una experiencia carcelaria o en una enfermedad psíquica.

Volviendo a Testimonios sobre Mariana, este libro parece acercarse a la segunda categoría.

Parece que Mariana está encarcelada en su propia vida por su esposo. El texto corresponde en

este sentido a la vida propia de Elena Garro. Escribió la historia en los años sesenta y setenta,

durante la dolorosa época de exilio. A través de la novela, experimentamos verdaderamente el

combate y el dolor que Garro ha sufrido en este periodo.

127 Lopátegui R., P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50años de dramaturgia.128 Spacks, P. Imagining a Self. Cambridge Harvard University Press, 1976.

51

Actualmente, muchos críticos subrayan el alto porcentaje de escritoras que optan por este

género también en América Latina. No obstante, las autobiografías de mujeres a menudo son

recibidas con cierto escepticismo lo que sobre todo es el caso en América Latina. Una mujer

que atreve tomar su propia persona como enfoque de su narración es rápidamente designada

por arrogante y autocomplacida. Esto puede explicar por qué Garro sigue afirmando que no se

trata de una autobiografía sino de una verdadera novela.

3.2.4. La autobiografía y la novela

Como antes mencionado, Garro negaba en muchas ocasiones los análisis autobiográficos de

Testimonios sobre Mariana y subrayaba que antes todo es una novela. Surge por lo tanto un

otro género que puede ser de aplicación al sujeto de nuestra investigación. Sin embargo, la

frontera entre la novela y la autobiografía es nítida ya que casi todas las escrituras contienen

elementos o ecos autobiográficos. De ahí que estudiamos a continuación la frontera entre

ambos géneros.

A) Semejanzas

Si miramos el título de la obra central constatamos que sólo la palabra testimonios, remite a

la tradición autobiográfica. No obstante, se anula esta ilusión inmediatamente por la

denominación de la protagonista bajo la forma de un simple nombre propio.

A lo largo de la historia, el desarrollo de la novela precedió el de la autobiografía. No

resulta entonces sorprendente que esta última ha adoptado al principio algunos

procedimientos narrativos de la novela modificándolos más tarde. Incluso después de que la

autobiografía se estableció como género literario autónomo recurre aún a veces al género de

la novela, sobre todo cuando se está buscando nuevos cursos. Georges May dedica en su obra

l’autobiographie un apartado a la frontera entre ambos géneros. Es interesante señalar su

comentario:

“Il ne serait pas exagéré de dire que le vaste effort auquel nous assistons de nos jours

pour mettre sur pied une rhétorique ou une poétique du roman, ou encore un discours

du récit ou une narratologie mène à des résultats qui, en général, ne sont ni plus ni

noins contestables lorsqu’on les applique à l’autobiographie que quand on les applique

52

au roman” 129.

May demuestra sus afirmaciones afirmando que “le récit intercalaire”, recurso literario cuyo

origen se debe a la novela, aparece también en la autobiografía. Simone de beauvoir por

ejemplo utiliza este proceso literario en Mémoires d’une jeune fille rangée particularmente

cuando evoca sus relaciones con su primo Jacques Laiguillon: “Aujourd’hui je recompose son

histoire avec un peu de cohérence”. El relato autobiográfico cede entonces ante la narración

biográfica.

La relación entre la novela y la autobiografía se explica fácilmente. Uno de los motivos

principales es que esta última comparte un objetivo análogo a la meta de un gran grupo de

novelas, es decir el de narrar la vida de un personaje. Sin embargo, el hecho de “traducir” una

vida en palabras parece una tarea utópica e incluso peligrosa sobre todo cuando se trata de una

vida real. El caso inverso, en cambio, consistiendo en la narración de una vida de un ser

imaginario parece menos extraño.

De lo que precede, se deduce que el relato autobiográfico puede acercarse tanto a la novela

de modo que resulta casi imposible distinguir entre ambos. El mecanismo opuesto según el

cual la novela se inspira de la narración autobiográfica funciona por supuesto también. Esto

explica por qué es tan fácil presentar como novela una autobiografía de una figura desde hace

mucho tiempo olvidada. Estos intercambios complican la lectura del lector actual que ha

leído tantas novelas y autobiografías. Así que en muchos casos resulta imposible distinguir

entre ambos géneros sin datos suplementarios, el texto sólo no basta entonces para revelar el

género.

B) Diferencias

A pesar de las semejanzas establecidas entre ambos géneros, existen también diferencias. Una

de las divergencias principales entre la autobiografía y la novela es la actitud del lector antes

ambos géneros. Esta actitud cambia a medida que la obra se perfila como verdadera, como

hace la autobiografía, o imaginaria en el caso de la novela. El lazo que el escritor establece

entre su obra y el lector depende del género determinado. Philippe Lejeune denomina la

relación establecida entre la autobiografía y el lector con el término “pacte autobiographique”.

Lejeune añade un aspecto fundamental a la definición del género de la autobiografía: “C’est

129 May, G. (1970), L’autobiographie. París: Presses universitaires de France. p. 172.

53

un mode de lecture autant qu’un type de d’écriture”130. En efecto, lo que permite distinguir

entre ambos géneros no son los elementos concretos de una obra ni el hecho que la

autobiografía siempre es auténtica, lo que es imposible, sino la intención de este género de

narrar la verdad. En este sentido, Testimonios Sobre Mariana parece en efecto pertenecer al

género de la novela. La autora no concluye un pacto autobiográfico con el lector sino que son

los críticos que han creado este vínculo. Un lector que no conoce a Elena Garro y que no está

al tanto de su biografía ni conoce la escena literaria mexicana leerá el texto probablemente

como una mera novela. De otro lado, los acontecimientos narrados transmiten un sentimiento

tan fuerte de honestidad y realismo de tal modo que el lector experimentado quizás sospeche

un origen autobiográfico.

El tipo de personaje que encontramos en ambos géneros permite igualmente distinguir entre

estos géneros emparentados. En el caso de la autobiografía, se cree en efecto que la

protagonista existe lo que se ve afirmado por la existencia del autor. Es el autor que establece

la identidad entre su propia persona y el personaje de su obra. Sin embargo, resulta imposible

aplicar este criterio a Testimonios sobre Mariana visto que la autora niega el carácter

autobiográfico de su obra. Además la narración está en tercera persona así que el inicio del

relato parece anunciar una biografía si no sería una simple novela: “Mariana era la simpleza

misma”.

Otros críticos estiman que la diferencia reside en el hecho que la novela parece más

verdadera y fiel que la autobiografía. André Gide apunta en Si le grain ne meurt: “Les

mémoires ne sont jamais qu’ à demi sincères, si grand que soit le souci de vérité: tout est

toujours plus compliqué qu’on ne le dit. Peut-être même approche-t-on de plus près de la

vérité dans le roman”131. Esta diferencia se basa también en el hecho que la novela puede

constituir una especie de expresión autobiográfica aunque no se hace pasar por tal. En este

sentido, un autor no sólo nos revela su personalidad a través de su autobiografía sino también,

inconscientemente o no, por medio de sus novelas.

C) Conclusión

En el fondo, parece que tenemos que aceptar que un novelista siempre se basa en su propia

experiencia y que su novela contiene siempre algunas huellas de este origen. En este

entendido, resulta imposible distinguir entre las novelas que son autobiográficas y las que no

130 Lejeune, Ph.(1975), Le pacte autobiographique. París: le Seuil. p. 45.131 Gide, A. (1928), Si le grain ne meurt. París: Gallimard. p. 282.

54

lo son. Georges May afirma que en vez de distinguir dos categorías separadas, se llega más

bien a “un éventail qui s’étale depuis les romans dans lesquels la part du souvenir est la plus

forte comme Claudine à l’école, jusqu’à ceux dans lesquels c’est l’invention qui domine

comme L’Etranger” 132. De cualquier modo, un escritor se sirve de su memoria y de su

imaginación pero lo que varía es la importancia que concede a estos recursos. Esta

clasificación es igualmente aplicable a la autobiografía en que se encuentra a un lado del

“abanico” las autobiografías que se basan casi exclusivamente en las memorias del autor y al

otro lado se clasifica las obras en que la imaginación predomina. May reúne estas dos gamas

y las reduce a una clasificación de cinco subgéneros. Primero existe una novela en que el

carácter del autor trasluce muy poco como es el caso con la novela histórica o poética.

Segundamente se encuentra la novela biográfica o íntima en la que se elabora un personaje

principal pero demasiado alejado de la persona del escritor para hablar de una verdadera

transmisión. En tercer lugar, May habla de la novela autobiográfica en tercera persona en la

cual hay también un protagonista pero éste aparece claramente como una transposición del

autor. Sería en esta clase que clasificamos a Testimonios Sobre Mariana ya que se trata de una

narración en tercera persona, y no en primera persona lo que se observa en la cuarta clase.

Garro tampoco la presenta como una autobiografía como se hace con las novelas que

pertenecen a la quinta clase.

Según el análisis de la frontera entre ambos géneros de Georges May, la obra de Garro

corresponde por lo tanto a ambos géneros. No se trata de una mera autobiografía como opinan

varios críticos pero tampoco es una simple novela como afirma Garro. Además subrayamos

de nuevo que cada novela contiene aspectos autobiográficos visto que un escritor saca su

inspiración siempre en cierta medida de sus propias experiencias. O como dice Garro “la

novela es vida”.

3.3. Pensar el diario

Abordamos brevemente un género que ya hemos tocado el año pasado con ocasión del estudio

genérico de Memorias de España 1937, a saber el diario. Testimonios sobre Mariana no es un

diario pero sí parece que contiene algunos de sus rasgos. A partir de los tres testimonios,

Garro nos narra los acontecimientos en la vida cotidiana de la heroína. Testimonios sobre

Mariana podría haber sido escrito bajo la forma de un diario que es el género por excelencia

para narrar lo cotidiano, día tras día. El diario resulta también un género femenino que los

132 May, G. (1970), L’autobiographie. París: Presses universitaires de France. p.187.

55

hombres parecen evitar. Una mujer utiliza el diario generalmente para expresar su confusión,

su desesperación, su dolor, su incomodidad y sobre todo su soledad visto que ese género

permite reforzar un sentimiento, repitiéndolo cada día 133. Garro toca continuamente todos

estos sentimientos en Testimonios sobre Mariana a través de los tres narradores cuyo relato

coincide en cierta medida. Uno de estos narradores nos señala también que sí existe un diario

que constituye la base de los testimonios. Gabriella nos informe: “... guardo el diario de

Mariana, estaba en el fondo del baúl, se lo dejaré a Gerard cuando yo muera, será hermoso

que alguien sepa la trágica verdad sobre una bella desconocida” (282).

Además este apartado se focaliza asimismo en el diario existente de Elena Garro. Es que

algunos críticos han mostrado que esta obra se basa en los diarios reales de la autora. Es cierto

que Garro llevaba un diario ya que lo ha vendido, junto con varias cartas y otros documentos

a la universidad de Princeton. En 2002, Patricia Rosas Lopátegui reúne gran parte de estos

diarios en Testimonios sobre Elena Garro. Biografía exclusiva y autorizada de Elena Garro. A

partir de este momento, la situación cambia radicalmente para las investigaciones sobre la

obra de la autora. Desde entonces, se puede averiguar lo que es ficción y lo que es

autobiografía en su obra. Sin embargo, nos parece inútil hacer una lista de los hechos

verdaderos y ficticios visto que no ayudará nuestro análisis. Lo que sí corresponde con este

estudio actual es la hipótesis de Patricia Rosas Lopátegui sobre la importancia de los

paratextos en Testimonios sobre Mariana. Resumimos brevemente las ideas principales de su

artículo La vida de una novela: Testimonio sobre Mariana de Elena Garro. Según ella, cada

texto contiene una multitud de paratextos, un relato casi nunca aparece “desnudo” 134.

Citamos también a Genette quien lo define como “aquello por lo cual un texto se hace libro y

se propone como tal a sus lectores, y, más generalmente, al público. Más que de un límite o de

una frontera cerrada, se trata aquí de un umbral” 135. Por paratexto se entiende entones todo lo

que precede y sigue al texto. Se trata entre otros del nombre del autor, el título de la obra,

dedicatoria, epígrafes, prefacios, capítulos, ilustraciones, edición, portada, formato editorial,

correspondencia, diarios íntimos 136. Genette hace además una distinción entre “epitextos

públicos” que son las entrevistas que un escritor concede y los “epitextos privados” que

consisten en las cartas y diarios íntimos. Los diarios pueden también funcionar como “pre-

133 Galván V., D. (1988), La ficción reciente de Elena Garro 1979-1983. Universidad de Querétaro134 Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua. p. 432.135 Genette, G. Umbrales. citado por Lopátegui en “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de ElenaGarro” en Elena Garro, 50 años de dramaturgia. México: Ed. Porrua. p. 432.136 Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua.

56

textos” cuando el escritor hace referencia en estos a algún texto que escribe o cuando incluye

a acontecimientos que va a utilizar en su ficción. Lopáteguí nos señala luego una cita muy

importante de Genette: “El mensaje paratextual de los diarios de escritores pertenece más al

testimonio que al documento” 137. La especialista de Garro deduce de esto que la autora, al

optar por el título Testimonios sobre Mariana que funciona como un paratexto, la autora nos

informa sobre la existencia de un diario existente. En este sentido, el título parece de nuevo de

gran importancia o como se pregunta Genette “¿Cómo leeríamos el Ulises de Joyce si no se

titulara Ulises?”, Lopátegui hace la pregunta “¿Cómo leeríamos Testimonios sobre Mariana si

no se titulara Testimonios sobre Mariana ?” 138. Rosas Lopátegui compara a continuación

varios pasajes del diario de Garro con fragmentos de su libro. Citamos un ejemplo

significativo, a saber, el fragmento del suicidio de Mariana. En su propia vida, Garro intentó

también el suicidio en 1947. Comenzamos con el fragmento sacado de su diario personal.

No soporto más... Finki viene a comer... Al día siguiente... me analizan... Tomo una d-

ecisón, no puedo divorciarme: no tengo ni un centavo, además Octavio me quitaría a l-

a chata139. Viene Maria Zambrano. Me hace perder la cabeza. “Elena es amante de

Finki. Pobre Octavio”. Yo odio a Finki y a Octavio. Los dos me repugnan físicamente

y moralmente los desprecio. Vuelvo a tomar la misma decisión. Se van. Cierro la pue-

rta y me digo: “Es la última vez que me insultan”. Llamo a Narciso, lo mando a la vil-

lette en donde vive Gregoria... Abro la llave del gas. Un olor gigantesco de gas empie-

za a salir. Me acuesto junto a Chata. Aterrada y atonada. “Vamos a dormirnos”.

De pronto Narciso nos está echando agua caliente con sal que me empapa y empapa a

la niña. Veo las ventanas abiertas. En la noche: Octavio y Finki “Está loca, hay que e-

ncerrarla en un manicomio”... 140

Garro ficcionaliza este acontecimiento en su obra Testimonios sobre Mariana. En este

fragmento del segundo testimonio (de Gabrielle) Natalia corresponde a la hija de Garro,

Augusto es Octavio Paz y el señor Ramón Araquistáin es Finki.

Escuché Gabriella! Narciso le explicará lo sucedido –ordenó el señor de la casa. En un

francés casi incomprensible, Narciso relató que la señora llegó de Italia a media maña-

137 Genette, G. Umbrales. citado por Lopátegui en “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de ElenaGarro” en Elena Garro, 50 años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua. p. 432.138 Rosas Lopátegui , P. “La vida de una novela: Testimonios sobre Mariana de Elena Garro” en Elena Garro, 50años de dramaturgia. . México: Ed. Porrua.139 La Chata es el apodo de Helena Paz Garro, hija de la escritora140 Rosas Lopátegui, P. (2002) Testimonios sobre Elena Garro. México: Ediciones castillo. p. 165.

57

na con la misma ropa con la que se había marchado. Por la tarde, apenas salieron de la

casa el señor y el señorito, la señora le ordenó llevar un recado a Juana, una antigua si-

rvienta que vivía en La Villette. “Estaba muy apacible, pero había algo extraño en ell-

a”, dijo el criado con ese sexto sentido que poseen las gentes del pueblo. Una vez en la

calle, Narciso tuvo una corazonada y antes de bajar a la boca del Metro, se volvió cor-

riendo a casa. Entró por la cocina y se encontró con un olor insoportable a gas.

4. Análisis de los narradores

Garro siempre dedica gran atención a la creación de sus personajes y sobre todo a la

caracterización de su protagonista. Algunas de sus obras refieren ya en el título al

protagonista, que generalmente es femenino, es el caso en Inés, Andamos huyendo Lola y

también en Testimonios sobre Mariana. Sin embargo en la obra que estudiamos, no es la

protagonista misma que narra su historia. Garro crea a tres narradores que hablan sobre

Mariana. En este entendido, nos interesa hacer un estudio de estos tres narradores: Vincente,

Gabrielle y André. A lo largo de la lectura actúan como verdaderos personajes, cada uno con

su propia conducta y personalidad. En primer instante, es interesante acercarnos a la teoría

sobre los diferentes tipos de narradores. Mediante un análisis de la caracterización de los

narradores, averiguamos qué tipo de narrador encontramos en Testimonios sobre Mariana.

Tocamos asimismo el tema de la ambiguëdad en los tres testimonios para deducir el mensaje

principal que nos señala la autora.

4.1. Los narradores, un acercamiento teórico

En cuanto a la estructura de la obra, constatamos que Testimonios sobre Mariana tiene una

forma fragmentada como ya mencionado. Consiste en tres testimonios independientes que

tienen cada uno otro narrador. En el fondo, el lector puede empezar con el tercer relato y

terminar con el primer testimonio aunque sí presenten a los mismos personajes. Como

señalado, estos narradores desempeñan un papel primordial en Testimonios sobre Mariana.

No sólo narran la historia de Mariana sino que actúan igualmente como verdaderos

individuos. De tal manera, tenemos la impresión que los narradores funcionan al mismo

tiempo como personajes y al revés.

58

En teoría, un narrador puede tener una apariencia física lo que se llama en inglés “embodied

narrator”, “ narrador incorporado” o puede ser omnisciente 141. El último no tiene esta

apariencia física y puede presentarse siempre por todas partes. En general, se considera a este

narrador como la voz objetiva mientras que el narrador incorporado tiene una propia

personalidad que colorea su relato. El “narrador incorporado” puede situarse al interior o al

exterior de la narración. Los que se posicionan al interior son designados por el término

“narrador-personaje” 142. Esta categoría se separa a su vez en un “narrador-protagonista” y un

“narrador-testigo”. El “narrador-protagonista” es generalmente un personaje central que narra

sus experiencias en el mundo de la historia, es decir directamente, mientras que el “narrador-

testigo” percibe los eventos desde el interior de la acción pero no está directamente

involucrado en la promoción del desarrollo de la intriga 143. Esto significa que éste ofrece a

menudo una versión más objetiva y extendida y que diferencias con otras narraciones de otras

narradores dentro de la misma obra se deben a su personalidad y su papel dentro del relato.

Miramos a continuación algunas definiciones. Todorov define el concepto del “ narrador-

personaje” como:

… “el narrador-personaje” sabe menos que cualquier de sus personajes. Puede

describirnos sólo lo que se ve, oye etc., pero no tiene acceso a ninguna conciencia…

El narrador es, pues, un testigo que no sabe nada…144

El lector debe entonces basarse en lo que dice el narrador sin que éste disponga de poderes

omniscientes. Friedmann lo resume así:

“The witness-narrator is a caracter on his own right within the story itself, more or

less involved in the action, more or less acquainted with its chief personajes, who

speaks to the reader in the first person. The natural consequence of this narrative

frame is that the witness has no more than ordinary access to the mental states of

others; its distinguishing characteristic, then, is that the autor has surrendered his

omniscience altogether regarding all the other characters involved, and has chosen to

allow his witness to tell the reader only what he as observer may legitimately

discover. The reader has available to him only the thoughts, feelings and perceptions

141 Subsol, G. (2005) Virtual storytelling: using virtual reality technologies for storytelling. Berlin, New York:Springer Heidelberg. p. 183.142 Ibid.143 Ibid.144 Todorov. (1966), Les catégories du récit littéraire. París: Editions du Seuil.

59

of the witness-narrator; he therefore views the story from what may be called the

wandering periphery” 145.

Abordamos a continuación la contribución de los tres narradores y su contacto con Mariana.

Intentamos de verificar si los narradores actúan efectivamente como “narradores-personajes”.

4.2. El narrador: aplicación a Testimonios sobre Mariana

4.2.1. Vincente

Vincente es el narrador del primer testimonio. La autora comenta con respecto a él: “En

cuanto a Vincente, es romo y pendejo como cualquier gigoló engreído. Pero no hablabla de un

caballero de fuste sino de un niño bien, mitad gigoló y mitad vividor” 146. Garro refuta en esta

carta el análisis de Carballo quien relaciona Vincente con la figura de Adolfo Bioy Casares

(Véase 2.8.2.). Como señalado antes, Garro niega la base real de sus personajes aunque las

pruebas abundan.

A) La caracterización del narrador

Durante el primer testimonio, Garro elabora la figura del narrador efectivamente como fue un

personaje. Es decir, descubrimos la personalidad de Vincente.

“Debo reconocer que la melancolía es mi estado natural, a pesar de que los teólogos la

consideran un atentado contra la existencia divina. Pero no soy creyente. Los barcos

me dan la impresión de no ir a ninguna parte, lo cual si pudiera realizarse sería la

solución para mi vida. Aunque cualquier solución sería igualmente absurda. Vivir es

un problema arduo y hallarse en el mar es sólo una pausa” (2-3).

Vincente es un hombre melancólico, incrédulo y le falta una dirección determinada en la vida.

Observamos desde las primeras páginas su visión pesimista y deprimida. Nos revela “... soy

propenso a la depresión...” (42) y “...debía estar siempre donde no deseaba y escuchar palabras que sólo me

irritaban...” (15). Se describe también como un hombre que sigue a los otros. Su dependencia de

otras personas puede explicar su obsesión por Mariana. No tiene control sobre su propia vida,

145 Friedman citado por Rosas Lopátegui en Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: unacercamiento psicoanalítico. Universidad de New Mexico.146 Testimonios sobre Mariana. p. XVIII

60

ni sobre quien le ama o no le ama. Además no sabe cómo cambiar su vida. “...[Mariana] eres

demasiado rico. Por eso no comes pasteles, no bebes café, no fumas, no tienes hijos. Dime, ¿Para qué vives?” -

“Nunca había pensado que las cosas que ella enumeraba fueron motivos para vivir. Sin embargo, de alguna

manera Mariana tenía razón...”(15).

La culpabilidad es otro rasgo característico de Vincente. Señala: “Siempre he tenido la costumbre

de culparme de lo que ocurre y ahora siento que soy una enorme culpa” (8). “Me preocupaba mi conducta y me

extraviaba en sentimientos de culpabilidad y de desdicha” (52). Este sentimiento de culpabilidad domina

su vida y se explica por la conducta pasiva de Vincente. Se siente culpable porque sabe que

sólo él puede cambiar su vida pero no lo hace.

Por lo demás, observamos que Vincente es un hombre arrogante. Revela varias veces que se

siente superior a Mariana. “En un sentido más profundo que Mariana, también yo pensaba que la vida sólo

era un juego literario” (50). Su arrogancia nos sorprende porque contrasta con su personalidad

insegura y depresiva. Por un lado, necesita a Mariana pero por otro lado la desprecia. En su

vida amorosa, Vincente se comporta como un verdadero egoísta. Considera a las mujeres

como objetos sexuales: “Imaginé que en la vida de cualquier lector asiduo, como era mi caso, debía aparecer

alguna vez una muchacha como ella, ajena a las lecturas y hecha sólo para tener aventuras fulgurantes” (19). Es

un gigoló, siempre en compañía de mujeres y amantes. Vincente es casado con Sabina con

quien tiene un matrimonio vacío y fracasado: “por las tardes me reunía con Tana en mi estudio y le

agradecía su devoción inagotable. Había aceptado la soltería perpetua y sin reproches. Su amor desinteresado me

salvaba de la monotonía de mi vida conyugal” (20). Tana le sirve también cuando su relación con

Mariana está aparcada temporalmente.

“Una tarde encontré a Tana en una confitería, se había casado con un hombre

extraordinario. Quise mostrarle la carta de Mariana que llevaba junto a mi corazón,

pero me abstuve al recordar que no era muy apasionada. Me sentí víctima de mi amor

solitario y desesperado por Mariana y porque era terrible el amor que sentía por ella,

me fui esa misma tare a hacer el amor con Tana” (79).

El carácter inconstante de Mariana es otra explicación por la obsesión de Vincente con ella.

Sus otras amantes siempre son a su disposición mientras que en su relación con Mariana es

ella que lleva las riendas.

Mencionamos igualmente que su alta clase social subraya su personalidad donjuanesca 147.

Vincente juega al tenis lo que refiere a su clase social. Sólo juega con mujeres: “Salí del club de

147 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 30

61

prisa y sin reconocer a mis amigas” (22). No bebe ni come pasteles o fuma lo que revela su

preocupación por su estado físico. Al fondo, es un hombre sano al exterior pero desgarrado al

interior. Patricia Rosas Lopátegui estima que “su cuerpo fuerte y saludable puede ser una

defensa de un yo emocionalmente débil” 148.

Llegamos a la conclusión que Vincente, como narrador y personaje es un individuo confuso

y ambiguo. Veremos a continuación que su personalidad cuadra con el resto de su testimonio.

Garro utiliza técnicas que subrayan este desorden y confusión.

B) Un recuerdo confuso

El primer testimonio comienza con un recuerdo de Vincente. Nos informa que la primera vez

que vio a Mariana fue en una foto de un amigo, Pepe. “... la primera vez que la vi fue en una

fotografía que nos mostró Pepe a su regreso de París...” (1) Rosas Lopátegui constata que se trata de un

testimonio muy plural 149. Desde el inicio, Vincente nos revela las características principales

de su testimonio: es acronológico, contradictorio y ambiguo 150. “Sí Mariana era la simpleza misma,

la docilidad. ¡ Mira que engaño!” (1); “No hablo en orden. ¿Cual es el orden con Mariana?” (2); “Hablar de ella

en un orden cronológico es difícil.” (6). De tal manera, nos señala inmediatemente el tono

paradójico, inconstante y vago del relato. Este tono refleja igualmente la conflictividad que es

propia de Mariana. Estas citas confirman la suposición de Rosas Lopátegui; entendemos por

lo tanto que el texto de Garro es plural. Roland Barthes define un texto plural como “un texto

cuyo valor es lo escribible. No puede por tanto depender de una interpretación sino de una

explosión, una diseminación... Es decir, el texto no tiene orden de entrada. La primera versión

de una lectura debe también poder ser su versión última, como si el texto fuese reconstituido

para acabar en su artificio de continuidad” 151. En este sentido, la pluralidad del texto es

omnipresente; en la coincidencia de géneros, en la confluencia de ficción y realidad y también

en el contenido.

La autora refuerza este carácter plural utilizando varias técnicas narrativas. El relato de

Vincente se basa en el recuerdo y toma la forma de un enorme flash back. Parece que

Vincente no encuentra una manera para empezar su discurso. En la primera frase señala la

148 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 29149 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 31150 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 31.151 Barthes, R. (1984), El susurro del lenguaje. París: Éditions du Seuil. p. 89.

62

personalidad conflictiva de Mariana “Sí Mariana era la simpleza misma, la docilidad. ¡ Mira que

engaño!” (1) para pasar a una foto de Mariana y una síntesis de sus vivencias con ella,

concluyendo con su estado actual:

“La muchacha de la fotografía parecía una modesta enfermera inglesa. Pepe recogió la

foto molesto. Su conversación se había vuelto monótona a fuerza de intercalar frases

de la desconocida. Ahora la misma fotografía continúa sobre el escritorio de Pepe, en

el mío hubo otras iguales, quietas, y guardado en algún lugar un mocasín negro con

hebilla de plata, como el de un lacayo. Eso me quedó de Mariana. La vida está hecha

de pedazos absurdos de tiempo y de objetos impares. Mariana empezó en ese bosque

ligeramente borrado por la bruma. Más tarde la vi muchas veces en las esquinas de mi

ciudad y corrí trás ella solo para perderla entre la multitud. ¡Soy un tonto! No advertía

que llevaba los dos mocasines puestos y que ella se hubiera presentado con un pie

descalzo, como en la noche del pacto. ¡Miento! No hubo pacto. Sólo un juego que ella

inventó”. (1-2)

De tal manera, el lector entiende desde el inicio que se enfrenta a una historia paradójica y

heterogénea.

En cuanto al marco temporal, entendemos que sus vivencias con Mariana se sitúan en el

pasado. No obstante, los recuerdos de Mariana le persiguen todavía. Vincente intenta

ahuyentar estas imágenes apuntándolas

“Ahora sólo podría afirmar: ¿Mariana? es la mujer que me amó... Aunque puedo

afirmar lo contrario: ¿Mariana? es la mujer que jamás me amó... Vivo bajo la

impresión de que no existió nunca y de que nunca la amé. Tal vez su recuerdo me

incomoda, aunque hay instantes que regresan y entonces veo que ambos quedamos

escritos en el tiempo, como esas palabras escritas con tinta secreta y que sólo mediante

determinada substancia resultan legibles, a pesar de aparecer en un papel en blanco o

de llevar visible otro mensaje. Así, de pronto se reproduce la primera tarde en que

salimos juntos. La esperé en una placita vecina de su casa y la vi venir corriendo hacia

mí”. (6-7)

En este fragmento, el flashback que corresponde al testimonio de Vincente, se entreve otra

vez. La autora alterna recuerdos del pasado con los sentimientos actuales de Vincente para

concluir que en cierta medida sigue viviendo en el pasado con Mariana. “...Todo sucedió hace

ya muchos años y vuelve a suceder con exactitud...” (46)

La constante alternación entre separación y unión de Vincente y Mariana es otra técnica que

refuerza la ambiguedad y la confusión. Los amantes muchas veces son separados por semanas

63

y sus encuentros sólo duran algunas horas. “...nos despedimos en la puerta del hotel. Así se fue de mi

vida y el adivino de la Rhumerie Martiniquaise se convirtió en sólo un charlatán como había dicho Augusto”

(25); “Mucho después de la media noche me contestó Mariana y reconocí su voz olvidada. Fijamos una cita para

las nueve de la mañana. Dormí mal imaginando el reencuentro” (29). Muchas veces, Vincente y Mariana

tienen que oscultar su relación visto que ambos son casados. Pertenecen también al mismi

grupo de amigos. “Volví a encontarla en un teatro y tuve la impresión de que todos los amigos y familiares

me miraban como si algo imprevisto hubiera sucedido y ese algo se llamara Mariana” (9). Así es difícil para

el lector entender lo narrado. La intención de Garro es obvia: transmitir la mente confusa de

Vincente y Mariana para señalar su propio estado confuso.

El relato confuso de Vincente culmina en un fin ambiguo. Augusto pretende que “...Mariana

huyó a la Unión Soviética con Natalia. Logró lo que deseaba: destruir a mi hija, a mí y destruir a mis amigos”.

(161). Sin embargo, Vincente no le cree y en su fantasía Mariana está en el paraíso “Supe que,

tanto Mariana como Natalia estaban en un paraíso diferente al que Augusto me había dicho”. (163) Así, Garro

opta por un fin abierta y deja la interpretación al lector.

4.2.2. Gabrielle

En el segundo testimonio sobre Mariana, Garro opta por una voz femenina. Gabrielle nos

cuenta sus vivencias con Mariana. Es una amiga vieja marxista de Mariana. Después de años,

se reencuentran y Mariana le ofrece un empleo en la empresa de su marido: Augusto. “Dos

meses más tarde Mariana se presentó en mi cuarto miserable y me anunció que había logrado que Augusto me

diera un empleo modesto en su oficina”(168). De tal modo, Gabrielle se encuentra en una posición

apretada. Vacila entre la fidelidad a su jefe o a su amiga y entre el cumplimiento de la

ideología comunista o la adhesión al grupo de intelectuales de Augusto y Mariana.

A) Caracterización del narrador

Constatamos desde el inicio que Garro elabora la figura de Gabrielle aún más que la de

Vincente. Rafael Azuar comenta en su libro El diálogo y los personajes de la novela:

“Los más famosos novelistas dedicaron toda su atención a la creación de los

personajes. En la fiebre de ese intercambio vital que representa la gestación de una

novela, el autor llega a hablar con el personaje, lo lama por su nombre, lo ve, lo siente,

64

piensa en él constantemente y quizá, en determinados instantes, ese personaje llegue a

ser tan real o más que un individuo de carne y hueso en que se apoya” 152.

En este sentido, Garro puede identificarse más con Gabrielle como narradora femenina que

con Vincente. Patricia Rosas Lopátegui comenta:

“ En términos psicológicos y literarios, el punto de vista de Vincente difiere del de

Gabrielle por la manera en que Garro los utiliza y se identifica con cada uno de ellos.

En el segundo testimonio, tanto Gabrielle, como narradora y personaje, a la vez que

Mariana, son figuras más ricas y profundamente desarrolladas, porque la autora se

identifica fácilmente con las dos” 153.

Gabrielle aparece como una versión más vieja de Mariana. Según Rosas Lopátegui, Mariana

es como una versión joven de la autora mientras que Gabrielle figura como un alterego

maduro de Garro y Mariana 154.

El segundo testimonio subraya desde el inicio vaguedad de los recuerdos sobre Mariana.

Como Vincente, Gabrielle no entiende a Mariana y no sabe definirla. Confirma como Vicente

que Mariana aparece y desaparece continuamente. Y de igual modo que Vincente, intenta

olvidar a Mariana pero no logra. Los recuerdos a Mariana siguen atormentándola.

“Prefiero olvidar a Mariana. ¿Que puedo decir de ella? Todo sucedió hace muchos

años y a nadie, excepto a mí que fui su cómplice y su confidente, le puede interesar la

vida equivocada de mi amiga. Los equivocados merecen el olvido que ella ha

alcanzado plenamente. La mano que borró la imagen de Mariana guardaba en la

memoria de sus amigos como una imagen reflejada en el agua, fue la mano de

Augusto su marido, que implacable revolvió el agua, desfiguró su rostro, su figura,

hasta volverla grotesca y distorsionada” (165).

Gabrielle intenta olvidar a Mariana porque la realidad vivida con ella es demasiado dolorosa.

“A partir de esa noche me prohibí a mí misma recordar a Mariana. Fue entonces

cuando se me ocurrió escribir una novela sobre su vida, recordé que la naturaleza

imita al arte y decidí darle un final feliz, que cambiaría su destino. Me encerré a

escribir, mi personaje era complejo, su vida era un inexplicable laberinto, pero yo la

conduciría a través de aquellos vericuetos tenebrosos a una salida inesperadamente

152 Azuar, Rafael. (1970) El diálogo y los personajes en la novela. Alicante. p. 47153 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 126154 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 127

65

luminosa. Era lo menos que podía hacer por la pobre Mariana: un conjunto, una obra

mágica, una pieza maestra. Escribí muchas cuartillas, modifiqué algunas de las

situaciones que había vivido con ella para poder llegar al final feliz que me proponía”

(210).

Deducimos de este fragmento que Gabrielle convierte a Mariana en una figura literaria “se me

ocurrió escribir una novela sobre su vida”. No puede soportar la realidad y de tal modo la convierte

en ficción. La verdadera historia de Mariana no tiene un final feliz lo que Gabrielle quiere

cambiar a través de su escritura.

Ya hemos observado que le falta a Vincente una dirección de vida. La segunda narradora

tampoco tiene una concepción de la vida. Antes, Gabrielle era una militante del partido

comunista y luchaba en defensa de su pueblo. Sin embargo, con el paso del tiempo se da

cuenta de que sus ideales no son realizables y los abandona. De este modo, se convierte en

una mujer fracasaba, sin objeto, dinero y empleo. Su encuentro con Mariana y su consiguiente

trabajo por Augusto no la generan una meta en su vida sino que la confusan. Desde este

momento, está dividida por una constante lucha interior. Constatamos por lo tanto que la

confusión, observada en el primer testimonio, vuelve en el testimonio de Gabrielle. Como

Vincente, Gabrielle sigue a los otros. A veces toma partido por Mariana mientras que en otros

momentos, obedece completamente a Augusto: “Quise contestar, pero me paralizó la idea de perder mi

empleo. Para obtener un puesto es necesaria una amistad y para conservalo se necesita una complicidad”. Pero

es Mariana que le ha conseguido un puesto y por lo tanto le debe también a ella: “Tomo riesgos

inútiles ayundándola, me dije. Pero no pude negarme a sacar el baúl pues le debía mi empleo con Augusto”

(170).

Otro rasgo que Gabrielle comparte con Vincente es su sentimiento de culpabilidad.

Gabrielle describe a Mariana como una víctima de su marido pero no logra soportarla a causa

del poder de Augusto. La narradora la traiciona varias veces: “Mi trabajo me obligaba a traicionar a

mi amiga” (170). Pero inmediatamente justifica su traición: “La palabra traición es injusta, ya que

sacrificarme por ella hubiera sido inútil. Mariana era una desclasada, se sabía colocada en una situación límite

que fatalmente la empujaría a tomar soluciones también límites. Yo no podía salvarla” (171).

Gabrielle funciona por lo tanto también como un narrador-personaje. A través de los rasgos

distinguidos, sabemos mucho sobre su personalidad conflictiva. Comparte igualmente varios

característicos con Vincente. Subrayando de nuevo el conflicto y la confusión, suponemos

que Garro señala su propio estado desordenado y ambiguo.

66

B) Un recuerdo confuso

Como en el primer testimonio, la estructura del segundo testimonio refleja el estado confuso

de la narradora. Desde el inicio, la ambiguedad surge: “Prefiero olvidar a Mariana. ¿Qué puedo decir

de ella?” (165). Pero no la olvida sino que la recuerda a través de su escritura. Ahora bien, Garro

utiliza, como en el primer testimonio, técnicas que refuerzan esta ambiguedad.

El testimonio de Gabrielle se presenta en realidad también como un flashback. Desde la

frase “Todo sucedió hace muchos años...”(165) la referencia al pasado empieza. Partimos de la idea

que Garro crea una estructura desordenada y ambigua para subrayar la personalidad

distorsionada de la protagonista como de los narradores. Citamos en este contexto a Rhonda

Martin quien señala: “... y es que los flashback son causa frequente de confusión...” 155. En las

primeras páginas , la narradora sintetiza cómo Augusto destruyó a Mariana. “La mano que borró

la imagen de Mariana guardaba en la memoria de sus amigos como una imagen reflejada en el agua, desfiguró su

rostro, su figura, hasta volverla grotesca y distorsionada” (165). Pasa después a sus vivencias con su

amiga Mariana. Empieza su resumen con el último encuentro con Mariana “La última vez que vi

a Mariana estaba acodada a la mesa de un cafetín anónimo situado en las cercanías de la Plaza de la Bastilla”

(166). Siguen a continuación varias regresiones que crean una imagen completa de la relación

entre Mariana y Gabrielle. “Acepté la llave y la observé con atención: estaba asustada. Tan asustada como

lo estaba tres años detrás en el vestíbulo de su casa, acompañada de su hija Natalia” (167). No sólo surgen

regresiones sino también antelaciones como: “dos meses más tarde Mariana se presentó en mi cuarto

miserable y me anunció que había logrado que Augusto me diera un empleo modesto en su oficina” (168).

Después sigue un adelanto aún mayor: “Casí dos años más tarde encontré a Mariana en Nueva York,

custodiada por Augusto y por un nuevo personaje: Barnaby...” (168). De tal modo, por el lector es muy

difícil seguir su relato.

El tono misterioso con que Gabrielle narra su historia es otro recurso de Garro para subrayar

la confusión. El ambiente misteriosa se intensifica a partir del asunto de los baúles: “Me citó

con urgencia para que sacara un baúl verde que guardaba en su habitación para cambiarlo por otro exactamente

igual, pero vacío. Era viernes y el domingo yo debía sacar ese baúl sin que Barnaby, su amante, sospechara la

maniobra” (166). Y algo más tarde:

“El domingo, Raymonde me ayudó a sacar el baúl del piso de mi amiga y a depositar

en su lugar el baúl que Mariana me entregó en el cafetín de la Plaza de la Bastilla.

... El lunes nos sucedió nada y decidí que el asunto del baúl era un juego de Mariana...

155 Martin, R. (2003), Escribir novela histórica. Barcelona: Ibérica. p. 93.

67

... El martes, apenas llegué a la oficina Augusto me mando llamar. Lo encontré pálido

de ira. –Mariana huyó con Natalia. ¿Usted no sabe nada?” (180).

Aparecen también otras situaciones enigmáticas como la desaparición de Mariana y Natalia.

En relación con este asunto surgen tres figuras misteriosas: Boris, Irina y Vasily. Gabrielle se

recuerda:

“Recordé a los tres complices de mi amiga: Boris, Vasily e Irina, traté de recordar

cómo y cuándo había visitado su casa, un chispazo me vino a la cabeza: “¡Novy!”

“¡Novy!”... el restaurante ruso al que me invitaba Mariana. El Novy se hallaba cerca

de la casa de Vasily. Miré mi reloj, eran las once y media de la noche, podía ir para

echar un vistazo. Mariana sí se hallaba en peligro, quizá por eso todo parecía

tranquillo esa noche... Debía ir al Novy, se trataba de una carrera contra el reloj para

salvar a Mariana’(342) .

Como en el primer testimonio, el fin provoca aún más ambigüedad. Surge un personaje

austriaco, Harald, quien pretende haber visto a la protagonista y su hija en la Ópera de Viena.

Gabrielle a su vez, cree que Mariana y su hija se encuentran en los coros del Bolshoi.

Contrariamente al primer testimonio, recibimos en el relato de Gabrielle más información

sobre la desaparición de Mariana. Garro revela más rasgos para que el lector adapte su

hipótesis anterior.

-“Dige usted al señor director que encontré a una mujer pidiendo limosna a las puertas

de la opera de Viena... me pareció que era Mariana, quise hablar con ella y huyó. Creo

que hay que hacer una investigación, y si es Mariana, ayudarla...” (392)

-“Me quedé pertrificada, estoy muy vieja para recibir una impresión tan fuerte.

Reflexioné unos instantes y volví al lado de Augusto. Él odia el escándalo. Anoche,

después de su visita fui al teatro acompañada de Gerard y para alegría nuestra,

Mariana y Natalia no hicieron un signo desde el escenario del Bolshoi” (392).

[...] “Es mejor que Mariana aparezca a sus amigos en las puertas de la Ópera de Viena

o en los coros de ballet. Yo sé que a Natalia le gustaría más este final imprevisto...”

(393).

De tal modo, Garro opta otra vez por un fin abierto y deja la conclusión final al lector. Éste

puede elegir una de las dos versiones o crear su propio final. Rosas Lopátegui comenta:

68

“Elena Garro se pronuncia por una literatura de la imaginación, de la sorpresa y por un lector

participativo” 156.

4.2.3. André

Garro crea a un segundo narrador masculino: André. El tercer testimonio es asimismo el más

breve. Veremos que André aparece por consiguiente como un personaje bastante superficial.

A) La caracterización del narrador

Al inicio de su relato, André se revela ante el lector como “ un hombre que pertenece a la

burguesía”(405). Desde las primeras páginas, observamos también las semejanzas con el primer

narrador: Vincente. André se presenta como un mujeriego que siempre busca compañía “era

evidente que buscaba una aventura...” (413); “Con cualquiera otra me hubiera acostado immediatamente; con

ella era distinto... (414). André conoce a Mariana en la casa de su primo Bertrand y se enamora

inmediatamente. A partir de este encuentro, se empieza su obsesión por Mariana.

“No olvidé a Mariana. Algunas veces cuando volvía tarde a mi casa pasaba frente a su

edificio. No sabía cuáles eran sus ventanas y miraba esperando descubrir en alguna de

ellas su silueta. Pero a través de los cristales bien pulidos y de los cortinajes echados

nunca logré distinguir nada. Me preguntaba qué hacía y dónde se escondía” (398).

Sin embargo, es igualmente un personaje muy inseguro lo que constituye un obstáculo a la

seducción. Se compara continúamente con su primo quien se comporta como un verdadero

don Juan: “Siempre envidié la facilidad de mi primo Bertrand para rodearse de amigas” (395). Esta

inseguridad se refleja también en la necesidad de hacer amigos: “En domingo era difícil conseguir

amigos y sólo encontré a tres chicas inglesas que formaban parte de un show” (399). Como Vincente, no

consigue comunicar ni aprehender a Mariana: “A pesar de la aparente naturalidad de Mariana, me fue

imposible establecer un diálogo con ella. Había algo que la aíslaba de nosotros...” (396). A veces la

considera también como un mero objeto sexual como hace Vincente. No obstante, la

comparación con estos hombres machistas le causa un sentimiento de culpa. Rosas Lopátegui

nos señala: “Para compensar la culpa por no respetar los sentimientos de la mujer, André la

156 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 145

69

compensa fusionándose emocionalmente con Mariana” 157. De tal modo, André no atreve

aproximarla: “ la vi tan sola que no me atreví a acercarme a ella...”. Retiene por consiguiente

sus deseos amorosos y sexuales. Así, André es el único personaje que parece bastante

inocente. Rosas Lopátegui confirma: “La autora crea a André en un intento por formar un

personaje masculino neutral que no sea hostil ni agresivo a Mariana” 158.

André carece de una dirección de vida, rasgo que hemos observado también en los otros

testimonios. Su única preocupación es la búsqueda de amor. Se revela asimismo como un

narrador impotente visto que no puede cambiar las cosas. En el siguiente fragmento, la

protagonista habla de su suicidio:

-Pensé... pensé que te podías suicidiar, le dije tuteándola. Mariana me miró tranquila y

luego se echó a reír. No pareció sorprendida de mis temores.

-Eres muy inteligente, me dijo tuteándome a su vez.

...

Es una vocación terrible.. El peor de los pecados para nosotros los católicos –dijo

como para sí misma.

“¡Una vocación terrible!”, había dicho. Sentí que debía regañarla, era una manera

varonil de salor la turbación que me causaron sus palabras.

... En cuclillas frente a ella le tombé las manos para transmitirle mi decisión de vivir.

(300-301)

Vincente y Gabrielle se revelaban también como personajes impotentes, incapables de

cambiar su propia vida. Sin embargo, a diferencia de ellos, la impotencia de André guarda

relación con la vida de Mariana. No puede cambiar su situación ni ayudarla. Sin embargo, él

está convencido de lo contrario.

De estos rasgos deducimos que no sabemos tanto de André que de Vincente y Gabrielle.

Garro no desarrolla tan ampliamente su figura sino que le utiliza como recurso para elaborar

el personaje de la protagonista. Contrariamente a los otros narradores, el testimonio de André

no provoca tanta confusión por el lector. André mismo sí está confundido porque de un lado

la desea ardientemente pero de otro lado este deseo le causa culpa. En el fondo, se revela

como un hombre bastante ingenuo que tiene buenas intenciones con Mariana. Es también el

primer narrador no sólo piensa en su propio interés. No obstante, observamos varias

similitudes en comparación con los otros narradores,. A saber: el sentimiento de culpa; la

impotencia y la dependencia de otras personas.

157 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 282.158 Ibid. p. 310.

70

B) ¿Un recuerdo confuso?

A diferencia de los relatos de Vincente y Gabrielle, el testimonio de André no tiene la forma

de un flashback sino que es bastante cronológico. De acuerdo con su personalidad, su relato

tiene una estructura simple.

No encontramos tantos elementos ambiguos en el último testimonio. André termina su

testimonio así: “Es difícil explicar lo sucedido y además no me gusta revelar mi secreto...” (492). El final

aporta por lo tanto cierta ambiguëdad visto que André testimonia para revelar justamente su

secreto.

A pesar de la transparancia del tercer relato, Garro todavía apela al lector. Citamos en este

contexto a Rosas Lopátegui: “ Si bien el relato goza de linealidad, no por esto el lector es

reducido a ser un simple “consumidor” del texto. La autora hace del lector un “productor” del

discurso ya que tiene que interpretar y descifrar “los elementos no dichos” 159.

4.3. Conclusión

De lo previo deducimos que Garro elabora minuciosamente la caracterización de sus tres

narradores. Además nuestra hipótesis se cumple: los tres narradores funcionan efectivamente

como personajes incorporados en la acción ya que sus narraciones revelan también su propia

personalidad. Nos enfrentamos entonces en Testimonios sobre Mariana con “narradores-

personajes” que no saben nada como dice Todorov. De verdad, los tres narradores Vicente,

Gabrielle y André no saben nada. Patricia Rosas Lopátegui comenta: “mienten, se

contradicen, tergiversan la información, porque dotados de características humanas están

condicionados por su parcialidad y prejuicios” 160. Conforme se desprende de los criterios de

Friedman, los tres narradores se clasifican asimismo bajo la categoría de “narradores-testigos”

visto que no desarrollan directamente la intriga. En realidad, la autora sólo les permite

comunicar lo que ellos saben sobre la protagonista.

Ahora bien, los narradores-personajes muestran varias semejanzas. Los tres narradores se

revelan todos como personas paradójicas, confusas y ambiguas. Cada narrador no aprende a

Mariana pero tampoco a sí mismo. Todos carecen de dirección de vida, como Mariana, lo que

159 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico. p. 251.160 Rosas Lopátegui, P. (1990), Testimonios sobre Mariana: un acercamiento psicoanalítico. Universidad deNew Mexico.

71

puede referir a la autora misma. Además aparecen como personajes impotentes. Vincente y

Gabrielle, no capables de cambiar su propia vida, se hacen depresivo. La impotencia de André

se refleja en el hecho que no puede ayudar a Mariana. Todos sufren de una culpa enorme.

Vincente se siente culpable por no cambiar su vida mientras que la culpa de Gabrielle y André

de resulta de su traición frente a Mariana. Sin embargo, todos presentan a Mariana desde un

otro punto de vista. Vincente se pierde en su amor por Mariana, Gabrielle habla de Mariana y

de Augusto y la obsesión de André por Mariana provoca un crísis de identidad. Todos tienen

también a veces la impresión que Mariana no ha existido nunca. Así, Garro señala la

arbitrariedad y la subjetividad de sus testimonios. Por lo tanto, entendemos que nunca se

conoce realmente al otro.

Durante su historia, Garro utiliza técnicas que refuerzan este ambiente de arbitrariedad y

confusión. Los relatos de Vincente y Gabrielle toman ambos la forma de un flashback.

Introducen varias regresiones y adelantos en el tiempo. El testimonio de André muestra más

linealidad. Subrayamos también la constante separación y reunión entre cada narrador y

Mariana. Cada relato empieza y termina además en ambiguëdad. Los finales de los dos

primeros testimonios admiten más que una interpretación. André a su vez concluye su relato

con una contradicción.

72

5. Conclusión

Desde el inicio de esta disertación, surge la controversia que existe en torno a su persona.

Parece que la polémica suplanta en cierta medidad su producción literaria. La mayoría conoce

a Elena Garro por su relación conflictiva o por su implicación el movimiento estudiantil de

’68. No obstante, aquellos que la conocieron personalmente, destacan su talento como

escritora y dramaturga, su aportación al realismo mágico, su lucha en defensa de los

campesinos así como su rebelión contra la opresión de la mujer en la sociedad mexicana.

Su obra asimismo está sometida a cierta ambiguëdad. Sus protagonistan viven generalmente

en un mundo de represión y confusión pero su sabiduría siempre se entreve. Muchos de sus

libros no se dejan clasificar bajo un género determinado. Por lo que se refiere a la obra

estudiada Testimonios sobre Mariana, constatamos que incorpora efectivamente a diferentes

géneros literarios. En cuanto al testimonio, género sugerido en el título, la obra no cumple con

la mayoría de los rasgos que caracterizan al testimonio estereotipado. Las divergencias

principales constituyen la autenticidad y la inmediatez, características que Sklodowska

distingue en su concepción del testimonio actual. La percepción subjetiva de los narradores,

que sólo conocen algunas facetas de la protagonista, excluye el rasgo de autenticidad. La

historia tampoco resulta de un impulso del testigo a narrar su relato por la urgencia de la

situación. El índole testimonial sí se entreve en la estructura de la obra y en las técnicas

utilizadas. Garro divide su obra en tres testimonios independientes. Como técnica, esta forma

la permite crea cierta distancia entre los hechos narrados por los testigos y las vivencias de

Mariana. Otro recurso que la autora emplea es la repetición que asimismo cobra valor dentro

del género testimonial. Mediante esta técnica, la autora subraya los hechos en que coinciden

los tres testimonios. Cada relato se presenta desde un otro punto de vista pero los tres

narradores insisten por ejemplo todos en la situación miserable y dolorosa de Mariana. Así, el

lector puede distinguir lo esencial de lo detallado.

Testimonios sobre Mariana nunca se presenta como una novela autobiográfica pero al

comparar la biografía de la autora con el texto surge un gran número de semejanzas. Se

entiende mejor este tono autobiográfico después de la lectura de su biografía, diario, cartas, y

entrevistas. De tal manera, la mayoría de los críticos clasifica la obra como autobiografía. Esta

clasificación se basa generalmente en los personajes que encarnan supuestamente a figuras

73

reales. Se encuentra también lugares y situaciones en el texto que vuelven en los diarios de la

autora misma como por ejemplo la primer cita de Vincente y Mariana que corrsponde al

primer encuentro entre Garro y Adolfo Bioy Casares. Hemos también abordado el aspecto de

la escritura autobiográfica de mujeres. La obra estudiada se caracteriza efectivamente por una

experimentación formal que se refleja en la estructura fragmentada, repetitiva y acronologíca.

Conforme a la autobiografía femenina, Garro convierte a su protagonista en un especie de

“antiheroina” es decir, una mujer encarcelada en su propia vida. La autora misma experimenta

un doloroso exilio de México después de los acontecimientos de 68. En nuestra opinión, la

índole autobiográfico es por lo tanto una de las características principales de esta obra. No

obstante, uno no se puede perder en la búsqueda de elementos reales ya que cada narración

contiene elementos ficticions, indispensables para la coherencia del texto.

Sin embargo, una gran parte de la obra no nos permite averiguar si se trata de ficción o de

realidad. La autora misma sigue afirmando que Testimonios sobre Mariana es una mera

novela. Sus afirmaciónes nos han suministrado el tercer género: la novela. Constatamos que la

frontera entre la novela y la autobiografía es nítida. Ambos géneros se proponen narrar la vida

de un personaje, ficticio en la novela y real en la autobiografía. En el caso de Testimonios

sobre Mariana, no disponemos de verdaderas indicaciónes que muestran una base real. Sólo

nos basamos en la obra entera y en documentos personales de la autora. En este sentido, la

obra estudiada puede clasificarse hasta cierto punto bajo el género de la novela. Philippe

Lejeune añade sobre la autobiografía “C’est un mode de lecture autant qu’un type d’écriture”161. La autora no establece “un pacto autobiographique” con el lector sino que son los críticos

que crean este vínculo. La controversia en torna a su figura nos explica la opinión de Garro.

Nos parece que no atreve establecer este pacto a causa de la polémica que provocaría en su

país natal ya que critica duramente a algunas figuras de la escena cultural mexicana.

Por lo demás, mencionamos que la autora pudo haber escrito esta obra en forma de un otro

género que tiene mucho éxito dentro de la escritura femenina: el diario. El texto no funciona

enteramente como un diario aunque sí comparta algunos de sus rasgos. Como es el caso en

Testimonios sobre Mariana, el diario nunca llega a una conclusión ya que “mueve” sin parar.

Además, algunos críticos como Patricia Rosas Lopátegui nos señala la existencia del diario

real de la autora. Al comparar el diario con el libro, surgen efectivamente pasajes paralelos.

De las vacilaciones entre los 4 géneros, deducimos que este libro no se deja incorporar en

una categoría determinada. La estructura de la obra apunta hacia el testimonio, los críticos

161 Lejeune, P. (1975), Le pacte autobiographique. París: le Seuil. p. 45.

74

subrayan la base autobiográfica mientras que la autora misma describe su libro como una

novela. Nos enfrentamos por lo tanto a una novela autobiográfica en que resalta la estructura

testimonial.

La vacilación continúa en el análisis de los narradores: Vincente, Gabrielle y André. Garro

elabora minuciosamente la personalidad de cada narrador. Además, nuestra hipótesis se

confirma: los narradores se convierten a través de sus testimonios en personajes inplicados en

la acción. Actúan por consiguiente como narradores-personajes que carecen de poder

omnisciente. Estos tres personajes comparten varios rasgos característicos: su estado confuso,

su enorme sentimiento de culpa y su impotencia para cambiar su vida propia o la de Mariana.

Los tres tienen una relación diferente con Mariana pero sus motivos son iguales: la quieren

olvidar y recordar al mismo tiempo. Con cada testimonio se aumenta así la confusión, la

arbitrariedad y la subjetividad. Garro subraya así su idea central de que es tán difícil

aprehender a los otros. Los recursos que Garro utiliza para reforzar esta atmósfera de

confusión son varios: el flashback, la constante separación y reunión de los narradores con la

protagonista, el ambiente misterioso y los finales abiertos. De tal modo, el análisis de los

narradores-personajes como las técnicas nos revela el caos y la confusión en el que vive

Mariana. Mediante las confidencias de la parte de los narradores, Garro nos hace comprender

que les cuesta entenderla. En realdiad, la autora nos señala como mensaje central que es tan

difícil aprehender al otro. Finalmente, comprobamos que la autora apela fuertemente al lector.

Los testigos no son objetivos visto que aportan una versión limitada. La tarea del lector

consiste por lo tanto en la asociación de estas versiónes con el fin de sacar una conclusión.

Entonces, es el lector que da sentido a la vida de la protagonista, utilizando su propia fantasia.

En Testimonios sobre Mariana, Elena Garro explora los límites entre lo personal y lo

común, lo real y lo mágico. En cualquier caso, la obra nunca revela completamente su

enigma.

75

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