Heinrich Zimmer-Filosofia de La India 2

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    CAPTULO V

    LA FILOSOFIA DEL DEBER

    1. LA CASTA Y LOS CUATRO ESTADIOS DE LA VIDA

    En la India todo el mundo lleva las insignias de la clase de vida a la cualpertenece. Se lo reconoce a primera vista por su vestido, sus adornos y lasmarcas de su casta y gremio. Cada uno lleva pintado en su frente el smbolode su divinidad tutelar, que lo coloca y mantiene bajo la proteccin deldios. Mujeres solteras, casadas y viudas, todas llevan ropas caractersticas,

    y a cada una le corresponde un conjunto bien definido de normas y tabesfijados precisamente y escrupulosamente seguidos. Los actos personalesestn minuciosamente regulados, con severos y rigurosos castigos paraquien cometa infracciones accidentales o intencionales. Se establece, porejemplo, qu es lo que se puede comer y qu no; a qu se puede unoacercar y qu hay que evitar; con quin conversar, comer y casarse. Elpropsito de estas exigencias es conservar libre de mancha por contacto lafuerza espiritual especfica de la cual depende la eficacia de uno comomiembro de una determinada categora social.

    En la medida en que el individuo funciona como componente del complejoorganismo social tiene que tratar de identificarse con las tareas e interesesde su papel social, e inclusive conformar a l su carcter pblico y privado.El grupo como totalidad tiene prioridad sobre cualquiera de sus miembros.Por consiguiente toda auto-expresin, en el sentido en que nosotros laconocemos y cuidamos, queda excluida, pues el requisito precioso paraparticipar en el grupo consiste no en cultivar sino en disolver las tendenciase idionsincrasias personales. La virtud suprema es asimilarse sincera entegramente a la mscara intemporal, inmemorable y absolutamente

    impersonal correspondiente al papel clsico que a uno le ha tocado pornacimiento (j ti). El individuo se ve as obligado a hacerse annimo.Adems, se considera que esto no es un proceso de autodisolucin sino deautodescubrimiento, porque la clave para realizar la encarnacin en que nosencontramos reside en las virtudes de la casta a la cual pertenecemos.Se considera que la casta forma parte del carcter innato de cada uno. Eldivino orden moral (dharma)que entreteje y conserva la estructura sociales el mismo que da continuidad a las vidas del individuo; y as como debeentenderse que el presente es una consecuencia natural del pasado, as

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    tambin la casta a la que uno pertenecer en el futuro estar determinadapor la manera como uno desempee su papel actual. Por otra parte, no solola casta y la profesin sino tambin todo lo que ocurre a uno (aunqueaparentemente se deba a pura casualidad) est determinado por la propianaturaleza y las exigencias profundas del individuo, a los cuales todo seacomoda. El cambiante episodio vital de este momento se relaciona convidas anteriores; resulta de ellas como efecto natural de factores causalespasados que operan en el plano de los valores ticos, las virtudes humanasy las cualidades personales, segn leyes naturales universales que rigen laatraccin electiva y la repulsin espontnea. Se considera que hay unaestricta conmensurabilidad entre lo que una persona es y lo que

    experimenta, como las superficies interna y externa de una misma vasija.En consecuencia, las leyes (dharma)de la casta (var a)a la cual sepertenece, y de la etapa de la vida (

    rama)que corresponde a la edad queuno tiene, indican cmo se debe resolver todo problema que surja en lapropia existencia. No somos libres de elegir: pertenecemos a una categoraque en cada caso es una familia, un gremio u oficio, un grupo o unaconfesin religiosa. Y como esta circunstancia no solo determina hasta elltimo detalle de la conducta pblica y privada, sino que tambinrepresenta (de acuerdo con este esquema de integracin omnmodo,

    penetrante e inexorable) el verdadero ideal del carcter que tenemos ahorapor naturaleza, entonces como jueces y como actores debemos limitarnos aencarar cada problema que surja en la vida de la manera que corresponde alpapel que uno desempea. De este modo los dos aspectos del sucesotemporal el subjetivo y el objetivo quedarn exactamente unidos y elindividuo quedar eliminado como un tercer factor extrao. Entonces elindividuo pondr de manifiesto no el accidente temporal de su propiapersonalidad sino la vasta e impersonal ley csmica, y no ser un espejodefectuoso sino un cristal perfecto que acta, annimo, sin dejar huella. En

    efecto, practicando con rigor las virtudes prescritas podemos llegarrealmente a hacer desaparecer nuestro yo, disolviendo el ltimo rastro deimpulso y resistencia personales; liberndonos as del estrecho lmite de laindividualidad y dejndonos absorber por la infinitud del ser universal. Eldharma est cargado de poder. Es el punto ardiente de todo presente,pasado y futuro, y tambin el modo por el cual podemos pasar a laconciencia y bienaventuranza trascendentes que caracterizan la puraexistencia espiritual del Yo.

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    Cada uno ocupa su lugar (sva-dharma)en el fantasmagrico despliegue delpoder creador que es el mundo, porque as lo determina su nacimiento, y suprimer deber es manifestarlo, vivir de acuerdo con l y hacer saber tantopor su aspecto como por sus actos qu papel del espectculo desempea.Toda mujer es una manifestacin terrenal de la Madre universal, quepersonifica el aspecto productor y seductor del sagrado misterio quesustenta y continuamente crea el mundo. La mujer casada ha de ser tododecencia; la ramera ha de enorgullecerse de su habilidad para ejercer susatractivos y vender sus encantos. La madre y ama de casa tiene que criarhijos varones sin cesar, y venerar a su marido como encarnacin humana detodos los dioses. Marido y mujer deben aproximarse uno a otro como dos

    divinidades, pues l, a travs de ella, renace en sus hijos, as como elCreador se manifiesta en las formas y criaturas del mundo a travs de losefectos mgicos de su propio poder, su akti, personificado en su diosa. Ydel mismo modo que el varn se relaciona con la comunidad mediante lasdevociones y servicios religiosos correspondientes a su posicin social, sumujer est conectada a la sociedad como la

    akti de su esposo. La religin

    de ella consiste en servirle, y la de l en servir a susPadres y a lasdivinidades de su vocacin. De este modo toda la vida es vivida yentendida como un servicio hacia Dios, pues todas las cosas son conocidas

    como imgenes del nico Seor universal.Cada profesin tiene su especial divinidad tutelar, que encarna ypersonifica al oficio mismo, y maneja o exhibe sus herramientas comoatributos distintivos. Por ejemplo, la divinidad tutelar de escritores, poetas,intelectuales y sacerdotes es la diosa Sarsvat

    V

    c: la diosa del habla

    fluida y abundante. La patrona de las prcticas mgicas de los sacerdotesbrahmanes, es S vitr : no la princesa humana hija del rey A vpati, quesegn la leyenda rescat a su marido, el prncipe Satyav n, de los dominiosdel rey Muerte, sino su contraparte femenina y energa divina, la

    akti de

    Brahm

    -Svit

    , el creador del mundo; ella es el divino principio de lacreacin que todo lo inspira y todo lo mueve. Kma, el Cupido hind, es la

    divinidad tutelar de las cortesanas, y de quienes necesitan lecciones delk ma stra, el cdigo autorizado de la tradicional sabidura revelada acercadel saber ertico y sexual1. Por su parte, Vi vakarman, el divino expertoen todos los oficios, el carpintero, arquitecto y artesano principal de losdioses, es la divinidad patrona de obreros, artesanos y artistas.

    1 Cf. supra, pgs. 119-127.

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    Cada uno de ellos, como representante del principio y totalidad de unarama muy especializada del saber y del arte, es un dios y maestro celoso yexclusivo. La criatura humana cuyo nacimiento la ha destinado al serviciode su divinidad tiene que dedicar todas sus fuerzas y devociones al culto; elmenor fracaso puede resultar desastroso. Como una amante, encantadora ygenerosa si se la sirve fiel y exclusivamente, pero funesta, irritable yterrible si no se cumple con todas sus exigencias, el dios se abre como unaflor, dando dulzura y fragancia y fruto en abundancia al devoto de laconcentracin perfecta; de lo contrario es quisquilloso y vengativo. En laIndia, la jerarqua de los oficios y profesiones esttica, altamenteespecializada y de mutua colaboracin exige e inculca la ms extremada

    unilateralidad. Nadie debe escoger por su cuenta, mariposear ni dar riendasuelta a los impulsos juveniles. Desde el primer aliento de vida las energasindividuales son dominadas, encarriladas y coordinadas con respecto a laobra general del superindividuo constituido por la sociedad, que tienecarcter sagrado.La subdivisin en cuatro etapas (

    rama) del camino de vida ideal del

    individuo, lleva an ms lejos el principio despersonalizador de laespecializacin. La primera etapa, la del discpulo (antev sin), estenteramente dominada por la sumisin y la obediencia. El discpulo,

    deseoso de recibir, bajo el mgico hechizo de su maestro espiritual, toda lacarga y transferencia del conocimiento divino y del oficio mgico de suvocacin, trata de no ser ms que el cliz sagrado donde fluye esa preciosaesencia. Simblicamente, por medio del cordn umbilical espiritual delhilo sagrado con el que es investido muy solemnemente, est atado a suguru como a la nica, exclusiva, omnisuficiente encarnacin humana yfuente (para l) de sobrehumano alimento espiritual. Se le exige absolutacastidad (brahmacarya); y si por tener alguna experiencia con el otro sexoviola esta prohibicin, quebrando as la continuidad de la intimidad e

    identificacin con su guru, se le aplican muy severos y complicadoscastigos. stos son los perodos de raddh (fe ciega en el maestro y

    tcnico que conoce el camino) yu

    r

    (la voluntad y deseo de or [

    ru-

    ] y aprender de memoria; or, obedecer y ajustarse). En este perodo, elmero hombre natural, el animal humano, debe ser absolutamentesacrificado, y la vida del hombre espiritual, la poderosa sabidurasupranormal del renacido, debe hacerse efectiva en la carne.Luego, de pronto cuando el perodo de aprendizaje ha terminado, y sinninguna transicin, el joven que ahora es un hombre, es transferido

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    podra decirse: arrojado a la vida marital, la etapa en que debe ejercer lasfunciones de dueo de casa (g hastha).Hacindose cargo del oficio paterno, de su negocio o profesin, recibe unaesposa (que sus padres le han escogido), engendra hijos, sostiene a lafamilia y hace cuanto puede por identificarse con todas las tareas y papelesideales del tradicionalpaterfamilias, miembro del gremio, etctera. Eljoven padre se identifica con los placeres y preocupaciones de la vida enmatrimonio (k ma), as como con los clsicos intereses y problemas deprosperidad y riqueza (artha), a fin de poder disponer de los medios quenecesita no solo para sostener a su creciente familia de acuerdo con lasnormas que corresponden a su nacimiento y a su categora humana (j ti),

    sino tambin para hacer frente a las exigencias ms o menos costosas delciclo ortodoxo de ritos sacramentales. En efecto: el sacerdote domstico, elbrahmn-guru a quien ahora debe emplear y atender como Indra debeemplear y atender al divino B

    hspati2bendice y ayuda a la familia en

    toda ocasin posible, combinando las funciones de confesor y consejeroespiritual, mdico de la familia, psiclogo prctico, exorcizador y mago. Yestos profesionales cobran una tarifa, lo cual en parte es causa del xito quetienen sus santos y secretos procedimientos psicoteraputicos. Los guru,plenamente entregados a los privilegios y deberes de sus papeles

    inmemoriales (como lo hacen todos los dems miembros de la comunidad)sirven de conductores de la sabidura sobrenatural y del poder sagrado(brahman), como nervios de la conciencia que atraviesan todo el cuerposocial.El guru tiende a ser convertido en un dolo como cada uno tiende adeshumanizarse, estabilizarse y perder su espontaneidad individual enproporcin con el grado de perfeccin que adquiere en la ejecucin de supapel intemporal, intensamente estilizado. Por consiguiente, en la segundamitad del ciclo de su vida individual, habr de dejar a un lado estos frgiles

    papeles. Habindose identificado totalmente con las funciones de supersonalidad social (su mscara de actor social, o persona), ahora tiene quesalir de ella radicalmente: desprenderse de todas sus propiedades ypreocupaciones por la riqueza (artha), abandonar los deseos y ansiedadesde su vida matrimonial (k ma), que ya ha florecido y dado varios frutos,alejarse inclusive de los deberes de la sociedad (dharma)que lo han atado ala universal manifestacin del Ser imperecedero a travs de los arquetipos

    2 Cf. supra, pgs. 71-72.

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    permanentes de la tragicomedia humana. Sus hijos ahora llevan las alegrasy las cargas del mundo; l mismo, hacia el final de su madurez, puededejarlo, ingresando al tercer rama, el de la partida al bosque(vanaprastha). Porque no somos solo mscaras sociales y profesionales querepresentan papeles inmemoriales en el mundo de las sombras temporalessino tambin algo sustancial: un Yo. Pertenecemos al mundo y no podemosdejar de pertenecer a l, pero ni nuestras marcas de casta ni nuestrosvestidos nos describen adecuadamente y las funciones morales y secularesno consiguen sondear nuestra esencia. Nuestra esencia trasciende estanaturaleza manifestada y todo cuanto le pertenece: nuestras propiedades yplaceres, derechos y deberes, y nuestras relaciones con los antepasados y

    los dioses. Tratar de alcanzar esa esencia innominada significa ponerse encamino de la bsqueda del Yo, y ste es el fin y propsito del tercero de loscuatro estadios de la vida.El marido y la mujer en el perodo del retiro al bosque dejan a un ladotodos los cuidados, deberes, goces e intereses que los ligaban al mundo ycomienzan la difcil bsqueda interior. Sin embargo, ni siquiera este idiliode la vida de santidad en el bosque pone fin a su aventura; pues, como elprimer perodo el del estudiante, es solo un preparativo. En el cuarto yltimo rama el del santo mendigo errante (bhik u)ya no est ligado

    a ningn ejercicio ni a ningn lugar, sino que sin preocuparse por el futuroe indiferente ante el presente3 el vagabundo sin hogar vive identificado asu Yo eterno y no contempla otra cosa4. Ya no le importa que su cuerpo,hilado con las fibras del karman, quedeo caiga, como a una vaca no leimporta qu le pase a la guirnalda que alguien ha colgado de su cuello:porque las facultades de su mente ahora descansan en el Poder sagrado(brahman), esencia de la beatitud5.Originariamente los santos jaina iban vestidos de espacio (digmbara), esdecir, totalmente desnudos, como seal de que no pertenecan a ningn

    grupo, secta, oficio o comunidad reconocidos. Haban descartado todas lasmarcas determinantes, porque la determinacin es una negacin porespecializacin6. En el mismo espritu, a los monjes budistas vagabundos se

    3 kara, Vivekac ma i 432; cf.Lucas 12: 22-30.4 Ib. 457.5 Ib. 416.6 Ms tarde, como una concesin, los santos jaina vistieron el ropaje blanco y se convirtieron en

    svet mbara, vestidos de blanco, como la ropa menos comprometedora que pudieron encontrar. (Vase,

    sin embargo, infra, pg. 172, la nota del compilador.)

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    los aleccionaba para que fueran cubiertos de harapos, o con un vestido decolor ocre, que era tradicionalmente el atavo del criminal expulsado de lasociedad y condenado a muerte. Los monjes se ponan estas vestidurasdeshonrosas en seal de que ellos tambin estaban muertos a la jerarquasocial. Haban sido entregados a la muerte y estaban ms all de lasfronteras de la vida. Haban salido de los lmites del mundo, liberndose detodas las esclavitudes de pertenecer a algo. Eran renegados. Del mismomodo el brahmn peregrino y mendicante ha sido siempre comparado alganso salvaje o al cisne (ha sa), que carece de hogar fijo y deambula,emigrando con las nubes de lluvia hacia el norte, hacia el Himalaya, yvolviendo luego al sur, tan en su casa en cualquier lago o estuario como en

    la ilimitada, infinita extensin del espacio.Se entiende que la religin, en ltima instancia, libera de los deseos ytemores, ambiciones y compromisos de la vida secular -los engaos denuestros intereses sociales, profesionales y familiares-, porque la religinpide el alma. Pero adems la religin es necesariamente algo que pertenecea la comunidad, y por ello mismo es un instrumento de opresin, que nosata ms sutilmente, con engaos menos burdos y por tanto ms penetrantes.Quienquiera trate de trascender las estrechas complacencias de sucomunidad tiene que romper con su congregacin religiosa. Una de las

    maneras clsicas de realizarlo es hacerse monje, es decir, ingresar en otrainstitucin, en este caso dedicada a aislar al hombre y asegurarlo contra lasesclavitudes humanas corrientes. Otra manera consiste en irse al bosque yhacerse ermitao, atndose entonces al suave idilio de la ermita y a losinocentes detalles de su primitiva vida ritual. Dnde puede estar unototalmente libre en este mundo?Qu es realmente un hombre, ms all de todas las marcas, costumbres,instrumentos y actividades que denotan su estado civil y religioso? Quser es el que subyace, sostiene y anima todos los estados y cambios del

    devenir de su vida, que pasa como una sombra? Las annimas fuerzas de lanaturaleza que actan dentro de l, los actos de cuyo xito o fracasodepende su situacin social, el paisaje y la forma de vida correspondiente ala poca y lugar de su nacimiento, la materia que pasa por su cuerpo y quepor algn tiempo lo constituye, encanta su fantasa y anima su imaginacin:ninguna de estas cosas puede decirse que sea el Yo.Es posible que uno pueda satisfacer sus ansias de liberarse completamentede las limitaciones ansias que equivalen al anhelo de absolutoanonimato hacindose mendigo sin hogar, sin lugar fijo de reposo, sin

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    camino regular, sin meta ni propiedades. Pero aun entonces seguimosllevando con nosotros a nosotros mismos. Todava siguen presentes yactivas todas las estratificaciones del cuerpo y de la psique quecorresponden a la oferta y la demanda del ambiente y nos ligan al mundo,dondequiera que estemos. Para alcanzar el Hombre absoluto (pru a) quebuscamos tenemos que descartar stas vestiduras y envolturasoscurecedoras. Desde la piel, pasando por el intelecto y las emociones, lamemoria de las cosas del pasado, los hbitos inveterados que condicionannuestras reacciones las espontaneidades adquiridas, los automatismoscon que nos hemos aficionado a expresar nuestros agrados y desagradoshondamente arraigados todo esto debe ser lanzado por la borda, porque

    no son el Yo sino sobreimposiciones, colores, unturas (jana) de suintrnseco brillo y pureza. Por ello, antes de ingresar en el cuarto

    rama, elde la no entidad vagabunda, el hind practica los ejercicios psicolgicos deltercero: el del idilio del bosque. Tiene que despojarse de s mismo parallegar al Yo adamantino. Y sta es la obra del Yoga. Yoga, eldescubrimiento del Yo, y luego la identificacin absolutamenteincondicional de uno mismo con el fundamento annimo, ubicuo,imperecedero de toda existencia, constituye el fin propio de la segundamitad del ciclo de la biografa ortodoxa. Es hora de que el actor se quite de

    su cara los afeites que antes usaba en el teatro del mundo, es hora derecoger y liberar la Persona viva que, impasible y desapegada, ha estadosiempre presente, sosteniendo y haciendo marchar el universo.

    2. EL SATYA

    Mejor es el propio dharma, aunque imperfectamente realizado, que eldharma de otro bien realizado. Mejor es morir en el cumplimiento delpropio dharma: el dharma de otro est cargado de peligro7. Existe en la

    India una antigua creencia de que quien ha representado el papelcorrespondiente a su propio dharma sin fallar jams en toda su vida, puederealizar actos de magia con solo citar este hecho como testimonio. A esto sele llama acto de verdad. El dharma no tiene por qu ser el de la castabrahmnica superior, ni siquiera el de las clases sociales respetables. Entodo dharma est presenteBrahman, el Poder sagrado.

    7Bhgavad-G

    t

    3. 35.

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    Se cuenta, por ejemplo, un cuento de una poca en que el buen rey Aoka,

    el ms grande de la gran dinasta Maurya de la India septentrional8, estabaen la ciudad de P aliputra, rodeado por la gente de la ciudad y delcampo, por sus ministros, su ejrcito y sus consejeros, con el Ganges quecorra a su lado, caudaloso por la creciente, al nivel de las riberas, casidesbordante, de quinientas leguas de largo y una de ancho. Mirando al ro,A oka dijo a sus ministros: Hay alguien capaz de hacer que el poderosoGanges retroceda y vuelva a remontar su propia corriente? A lo cual losministros replicaron: sa es cosa difcil, Majestad.Ahora bien; en la misma orilla del ro estaba una vieja cortesana llamadaBindumat, que al or la pregunta del rey dijo: Yo soy una cortesana de la

    ciudad de P aliputra. Vivo de mi belleza; mis medios de subsistencia sonlos mas bajos. Que el rey contemple mi acto de verdad. Y realiz un actode verdad. En el instante mismo en que lo cumpli, el poderoso Gangesvolvi a remontar su propia corriente dando un bramido, a vista de laenorme multitud.Cuando el rey oy el bramido causado por el movimiento de los remolinosy las olas del poderoso Ganges, qued asombrado, lleno de sorpresa ymaravilla, y dijo a sus ministros: Cmo es que el poderoso Gangesremonta su propia corriente? Majestad, la cortesana Bindumat oy

    vuestras palabras y realiz un acto de verdad. Debido a este acto deverdad, el poderoso Ganges remonta su propia cotriente.Con el corazn palpitante de excitacin, el rey mismo sali corriendo enbusca de la cortesana y le pregunt: Es verdad, como dicen, que t porun acto de verdad has hecho que el ro Ganges remonte su propiacorriente? S, Majestad. Entonces dijo el rey: T tienes poder dehacer esto? Quin, salvo alguien completamente loco, har caso a lo quedices? Con qu poder has conseguido, que el poderoso Ganges remontesu propia corriente? Y contest la cortesana: Con el Poder de la verdad,

    Majestad, he conseguido que el poderoso Ganges remonte su propiacorriente.Entonces dijo el rey: As que t tienes el Poder de la verdad? T, queeres una ladrona, una embaucadora, corrompida, deshecha, viciosa yperversa pecadora, que has transgredido los limites de la moral y vivessaqueando a los tontos! Es verdad, Majestad; soy lo que vos decs. Peroaun yo, perversa como soy, soy duea de un acto de verdad por medio del

    8 Cf. supra, pg. 39.

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    cual, si lo quisiera, podra poner cabeza abajo el mundo de los hombres yel mundo de los dioses. El rey dijo: Pero, qu es ese acto de verdad?Por favor, ensame.Majestad, a quienquiera que me da dinero, sea un k triya o un brahmn,un vai ya o un dra o de cualquier otra casta, lo trato exactamente igual.Si es un k triya, no hago distingos en su favor. Si es un dra, no lodesprecio. Igualmente libre de adulacin y de desprecio, sirvo al dueo deldinero. ste, Majestad, es el acto de verdad por el cual he conseguido queel poderoso Ganges remonte su propia corriente9.

    As como el da y la noche se alternan sucesivamente cada uno de ellos

    conservando su forma y con su oposicin mantienen el carcter de losprocesos temporales, as tambin en la esfera del orden social cada unosostiene la totalidad adhirindose a su propio dharma. El sol de la Indiaagosta la vegetacin, pero la luna la restaura, enviando el roco vivificante;de una manera similar, en todo el universo los mltiples elementosrecprocamente antagnicos colaboran al actuar unos contra otros. Lasreglas de las castas y de las profesiones se consideran como reflejos, en laesfera humana, de las leyes de este orden natural; de aqu que al prestar suadhesin a tales reglas las diversas clases en realidad colaboran, aun

    cuando en apariencia estn en conflicto. Cada raza o estamento sigue supropia virtud y todos juntos hacen la obra del cosmos. Mediante esteservicio, el individuo se eleva por encima de sus idiosincrasias personales yse convierte en conducto vivo de la fuerza csmica.El sustantivo snscrito dharma, de la raz dhr-, sostener, portar, llevar (enlatn:fero; cf. el anglosajn:faran, viajar) significa lo que sostiene,mantiene unido o levantado10. Como hemos. visto, el dharma se refiere nosolo a todo el contexto de la ley y de la costumbre (religin, usos, estatutos,observancias de casta o de secta, maneras, modos de comportamiento,

    deberes, tica, buenas obras, virtud, mrito moral o religioso, justicia,piedad, imparcialidad), sino tambin a la cualidad, carcter o naturalezaesencial, del individuo como resultado de lo cual su deber, funcin social,

    9Milindapaha 119.123. Citado y traducido por Eugene Watson Burlingame, The Act of Truth

    (Saccakriya): AHindu Spell and Its Employment as a Psychic Motif in Hindu Fiction. Journal of theRoyal Asiatic Society of Great Britain and Ireland, 1917, pgs. 439-441.

    10 El sustantivo dhar- , la que da a luz designa la tierra; el sustantivo dhr-a am es soporte,

    apoyo, sostn.

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    vocacin o norma moral son lo que son. El dharma desaparecer en elinstante previo al fin del mundo, pero durar mientras dure el universo; ycada uno participa en su poder mientras desempee su papel. La palabradharma no solo implica una ley universal que gobierna y sostiene elcosmos, sino tambin leyes particulares o inflexiones de la ley, que sonnaturales a cada clase especial o modificacin de la existencia. La esenciadel sistema es, pues, la jerarqua, la especializacin, la unilateralidad, lasobligaciones tradicionales. Pero no hay luchas de clases, porque uno nopuede esforzarse por ser otra cosa que lo que es. O se es (sat)ono se es (-sat), y el dharma de uno es la forma de la manifestacin en el tiempo; de loque uno es. El dharma es la justicia ideal que ha cobrado vida. Un hombre

    o una cosa fuera de su dharma es algo contradictorio. Hay profesioneslimpias y profesiones sucias, pero todas participan del Poder sagrado. Deaqu que la virtud sea conmensurable con la perfeccin que uno alcanzaen el ejercicio de su papel.La reina del turbante dice otro relato deseando saludar al sabio,hermano de su esposo, dijo adis a su marido, y al caer la tarde hizo elsiguiente voto: Maana por la maana, acompaada de mi squito,saludar al sabio Soma y le proporcionar comida y bebida; solo despusde hacerlo comer.

    Pero entre la ciudad y el bosque haba un ro, y por la noche hubo unacreciente; el ro aument su caudal y pas con fuerza. Perturbada por esteacontecimiento, al llegar la maana la reina pregunt a su querido esposo:Cmo puedo cumplir mi deseo hoy?El rey le contest: Reina ma, no te aflijas, que es cosa sencilla. Ve, con elnimo tranquilo, acompaada de tu squito, a la orilla. Cuando ests all,invoca primero a la diosa del ro, y luego, uniendo ambas manos, conpureza de corazn pronuncia estas palabras: Oh, Diosa del ro, si desde lda en que el hermano de mi esposo hizo su voto mi marido ha vivido

    castamente, entonces djame pasar en seguidal.Al orlo, la reina qued asombrada, y pens: Qu es esto? El rey estdiciendo tonteras. Desde el da en que su hermano hizo su voto el rey haengendrado sus hijos conmigo, y esto significa, que he cumplido ante l mivoto como esposa. Pero despus de todo, por qu dudr? En este caso esel contacto fsico lo que tiene importancia? Adems, las mujeres leales asus maridos no deben poner en duda las palabras de sus esposos. Porque seha dicho: La mujer que titubea en obedecer la orden de su marido, el

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    soldado que titubea ante la orden de su rey, el alumno que titubea ante laorden de su padre, tales quiebran su propio voto.Complacida por esta idea, la reina, acompaada de su squito y ataviadacon trajes de ceremonia, se acerc a la orilla del ro y parada en la riberarindi culto y con pureza de corazn pronunci claramente la proclamacinde la verdad recitada por su marido.Y repentinamente el ro, arrojando sus aguas a izquierda y derecha, se hizopoco profundo y dio paso. La reina lo cruz hasta la otra orilla y all,inclinndose ante el sabio segn las formas establecidas, recibi subendicin y se consider una mujer feliz. El sabio le pregunt entoncescmo haba podido cruzar el ro, y ella le cont toda la historia. Habiendo

    concluido, pregunt al prncipe de los sabios: Cmo es posible eimaginable que mi marido viva castamente?El sabio replic: Escchame, mujer de bien. Desde el momento en quepronunci mi voto, el alma del rey qued libre de ataduras y con granvehemencia dese tomar votos, porque un hombre como l no podasoportar con paciencia el yugo de la soberana. Por consiguiente, haasumido el poder por un sentido del deber, pero su corazn no est en loque hace. Adems, se ha dicho: Una mujer que ama a otro hombre sigue asu marido. As tambin unyogin apegado a la esencia de las cosas

    permanece con la ronda de las existencias. Precisamente de este modo esposible la castidad del rey, aunque haga la vida de un padre de familia,porque su corazn est libre de pecado, como la pureza del loto sigueinmaculada aunque crezca en el barro.La reina se inclin ante el sabio, y luego, con gran satisfaccin, se fue a unlugar del bosque donde fij su morada. Habiendo hecho preparar comidapara su squito, provey al sabio de comida y de bebida. Cumplido su voto,ella tambin comi y bebi.Cuando la reina fue a despedirse del sabio le pregunt nuevamente: Y

    ahora, cmo podr cruzar el ro? El sabio replic: Mujer de hablartranquilo, tienes que dirigirte a la diosa del ro as: Si este sabio hasta elfinal de su voto permanece en ayuno, concdeme que pueda pasar Asombrada una vez ms, la reina fue a la orilla del ro, proclam laspalabras del sabio, cruz la corriente y se volvi a su casa. Tras relatar todala historia al rey, le pregunt: Cmo puede el sabio hacer ayuno, si yomisma le hice que lo rompiera?El rey contest: Reina ma, tu mente est confusa; no entiendes en quconsiste la verdadera religin. El sabio conserva su corazn tranquilo y su

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    mente se mantiene noble, comiendo o ayunando. Por tanto, aunque un sabiocoma, a causa de la religin, comida pura, que ni l ha preparado ni hahecho preparar a otros, ese manjar se llama fruto del ayuno perpetuo. Elpensamiento es la raz, las palabras el tronco, los hechos las ramas queforman la copa del rbol de la religin. S las races son fuertes y firmes,todo el rbol producir frutos11.Las formas visibles de los cuerpos que son los vehculos de lamanifestacin del dharma van y vienen. Son como las gotas de la lluviaque cae y que, al pasar, hacen visible y conservan la presencia del arco iris.Lo que es (sat)es el resplandor del ser que brilla a travs del hombre o lamujer que cumple perfectamente el papel del dharma. Lo que no es

    (sat)es lo que una vez fue y pronto no ser, es decir, el mero fenmenoque a los rganos de los sentidos parece ser un cuerpo independiente y queperturba nuestro reposo provocando reacciones de temor, deseo,compasin, celos, orgullo, sumisin o agresin, reacciones que no sedirigen a lo que es manifestado, sino a su vehculo. La palabra snscrita sates el participio presente de la raz verbal as- ser, existir, vivir; as-significa pertenecer a, estar en posesin de, corresponder a; tambinsignifica ocurrir o acaecerle a uno, surgir; as- significa bastar ytambin tender a, resultar ser; permanecer, residir, habitar, estar en una

    relacin particular, ser afectado. Por lo tanto sat, el participio presente,significa literalmente ente o existente y tambin verdadero, esencial,real. Con referencia a los seres humanos, satsignifica bueno, virtuoso,casto, noble, digno; venerable, respetable; docto, sabio. Satsignificatambin justo, propio, mejor, excelente, y tambin bello, hermoso.Usado como sustantivo masculino, denota hombre bueno o virtuoso, unsabio; como sustantivo neutro, lo que realmente existe, el ser, la esencia,la existencia; la realidad, la verdad realmente existente; el Bien; yBrahman, el Poder sagrado, el Yo supremo. La forma femenina del

    sustantivo, sat

    , significa esposa buena y virtuosa y mujer asceta. Sat

    fue el nombre adoptado por la Diosa universal al encarnarse como hija dela vieja divinidad Dak

    a a fin de convertirse en la esposa perfecta de

    iva12.

    Y sat, adems, es la forma snscrita original de la palabra inglesa suttee

    que denota el autosacrificio de la viuda hind en la pira funeraria de sumarido, acto que consuma la perfecta identificacin del individuo femenino

    11Par van tha-critra 3. 255-283: Burlingame, loc. cit., pgs. 442-443.12 Cf. Zimmer, The King and the Corpse, pgs. 264-285.

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    con su papel social, imagen viva del ideal romntico hind de lo que debeser la esposa. Ella es la diosa Sat misma, reencarnada; la akti o energavital proyectada de su esposo. Habiendo fallecido su seor y principiovivificante, el cuerpo de ella slo puede ser -sat, no-sat: irreal,inexistente, falso, mendaz, impropio; inadecuado; malo; perverso, vil.satcomo sustantivo significa no existencia, inexistencia; no verdad,falsedad; el mal y su forma femenina, sat , quiere decir esposa incasta.El cuento de la reina, el santo y el rey ensea que la Verdad (sat-ya=essentia) tiene que arraigar en el corazn. El acto de verdad tiene quesurgir desde all. Y en consecuencia, aunque el dharma el cumplimientodel papel que uno por herencia debe desempear en la vida es la base

    tradicional de esta proeza hind de la virtud, cualquier clase de verdadsincera tiene su fuerza. Aun una verdad vergonzosa es mejor que unafalsedad decente; as nos lo ensea el ingenioso cuento budista que damos acontinuacin.El joven Yaadatta haba sido mordido por una serpiente venenosa. Suspadres lo llevaron a los pies de un asceta y lo depositaron en el suelodiciendo: Reverendo seor, los monjes conocen hierbas medicinales yencantamientos; cura a nuestro hijo. No conozco hierbas, no soymdico. Pero eres un monje; por caridad haz un acto de verdad para que

    se cure este nio. El asceta replic: Muy bien, har un acto de verdad.Puso la mano sobre la cabeza de Yaadatta y recit los siguientes versos:

    Solounasemana viv la vida santa,el corazntranquilo, en buscadel mrito.

    Lavida que he vivido por cincuenta aosdesde entonces, contramivoluntad ha sido.

    Poresta verdad, la salud!El veneno es vencido! que vivaYaadatta!

    Inmediatamente el veneno sali del pecho de Yaadatta y se hundi en latierra.El padre entonces puso su mano sobre el pecho de Yaadatta y recit lossiguientes versos:

    Nunca me gustverqueunextrao

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    vinieraa quedarse. Nunca me gust dar.

    Pero mi disgusto, ni monjes ni brahmanesjams supieron, por doctos que fueran.

    Por esta verdad, la salud!El veneno es vencido! que viva Yaadatta!

    Inmediatamente el veneno sali de la espalda del pequeo Yaadatta y sehundi en la tierra.El padre pidi a la madre que hiciera un acto de verdad, pero la madre

    replic: Yo tengo una verdad, pero no puedo recitarla en tu Presencia.El padre replic: Haz que mi hijo sea sano de cualquier modo! As, lamadre recit los siguientes versos:

    A esta maligna serpiente que sali de la grieta paramorderte

    no la odio ms, hijo mo, de lo que a tu padre odio.Por esta verdad, la salud!El veneno es vencido! que viva Yaadatta!

    Inmediatamente el resto del veneno se hundi en la tierra y Yaadatta selevant y comenz a retozar13.

    Este cuento podra utilizarse como un texto de psicoanlisis. La revelacinde la verdad reprimida, profundamente oculta bajo aos de mentiras y actosfalsos que han matado al nio (es decir, que han matado el futuro, la vida,de esta familia miserable, hipcrita, que vive engandose), basta, como lamagia, para sacar el veneno del pobre cuerpo paralizado, y entonces todo lo

    que hay de falsedad (sat), inexistencia, se torna realmente inexistente.La vida rebrota con fuerza, y lo vivo se rene con lo que estaba vivo, Lanoche de la inexistencia intermedia queda atrs.

    3. SATY GRAHA

    13J

    taka 44. Burlingame, loc. cit., pgs. 447-448.

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    Este principio del poder de la verdad, que todos reconocemos en nuestrahistoria personal as como en lo que hayamos podido ver de las vidas denuestros amigos, es el que el Mah tma G ndh aplica en la India actual alcampo de la poltica internacional14. El programa del Mah tma G ndhconsiste en el Saty graha, el atenerse ( graha)a la verdad (satya); enun intento de hacer jugar esta antigua idea indoaria contra lo que, a la vista,parecen ser las potencias, muy superiores, de la maquinaria del imperiouniversal anglosajn, altamente mecanizado, dotado de apoyo industrial yequipos militares y polticos. Al estallar la primera guerra mundial, GranBretaa prometi a la India su libertad si colaboraba en la guerra europeapara impedir que Alemania y Austria quebraran el anillo de hierro de sus

    m ala; pero, cuando pas el momento de su angustia, Gran Bretaa deja un lado su compromiso, considerndolo inconveniente para su propiaprosperidad. Al no cumplir con la verdad, el gobierno de la Indiainmediatamente se hizo -sat, inexistente, malo, inadecuado, nulo; enotras palabras: tirnico, monstruoso, antinatural. Deeste modo el dominioingls en la India qued separado de las divinas fuentes vitales delverdadero ser que sustenta todos los fenmenos terrenos, y estabaprcticamente muerto. Era algo grande que todava poda seguir adherido,como una cscara sin vida, pero que un principio superior podra

    desprnder y arrojar.El principio superior es la Verdad, tal como se manifiesta en el dharma, laley, lo que sostiene, mantiene unido o levantado. El gobierno, elderecho, basado en una falsedad, es una anomala, segn el arcaicopunto de vista del Mah

    tma G

    ndh

    , que proviene de la poca de los

    nativos indoarios prepersas. Las perennes agresiones punitivas organizadaspor Gran Bretaa para poner fin a la ilegalidad de quienes desafiaban lajurisdiccin de las leyes britnicas basadas en la ilegalidad, no deban serresistidas con las mismas armas, segn el programa de G ndh , sino con la

    fuerza espiritual que actuara automticamente como resultado del acto porel cual la comunidad decide atenerse (graha)a la verdad (satya). La garra

    de la nacin tirnica tendra que aflojarse. El ejercicio de su propiailegalidad a travs de todo el mundo llegara a ser su propia ruina; no habrams que esperar a que se deshiciera. Entre tanto, la India debe permanecercon sus pasiones de violencia justamente contenidas, con piedad, decencia

    14Nota del compilador: Esta conferencia fue pronunciada en la primavera de 1943.

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    y la prctica infalible de su propio dharma ancestral, con fe (radd

    ), firme

    en ese poder que es madre del poder: la Verdad.En elArtha stra de Kau ilya leemos que todo soberano, aun aquel cuyosdominios se extienden hasta los confines de la tierra, de carcter perverso yde sentidos incontrolados, tiene que perecer rpidamente. Toda esta cienciatiene que ver con la victoria sobre las facultades de percepcin y deaccin.15 Esto constituye el otro lado, el aspecto secreto del matsya-ny ya,la ley de los peces. Para nosotros los occidentales, semejante afirmacin enuna obra como la que hemos tratado en nuestras primeras conferencias,puede parecer una insincera simulacin de idealismo poltico. Pero laobra de Kau ilya est enteramente libre de tales pretensiones. La hipocresa

    se ensea como un procedimiento poltico pero no se la utiliza como excusapara ensear. Al lector occidental quiz le cueste creer que un hombre tanrealista como lo fue el primer canciller de la dinasta Maurya hayapretendido que aquel juicio suyo fuera tomado en serio; pero debe tenerseen cuenta que en la India siempre ha sido tomado en serio el Poder sagrado.Los bralunanes, capaces de controlarlo y desplegarlo mediante sus frmulasmgicas, fueron consejeros y asistentes indispensables de los reyes. ElPoder sagrado poda ser un arma secreta en sus manos. No pensaban que laley de los peces fuera algo contrario a la ley del autodominio espiritual.

    Saban que el poder vence y que la fuerza hace el derecho. Pero de acuerdocon su concepcin, hay muchas clases de poder, y el ms fuerte es el Podersagrado. Adems, ste es tambin justo, porque es nada menos que laesencia y manifestacin de la Verdad misma16. La ahi

    s

    , la no violencia,

    el no matar, es el primer principio del dharma del santo y del sabio: elprimer paso hacia el autodominio por el cual los grandesyogin se elevanpor encima del plano de la accin humana normal. Mediante l alcanzan unestado de poder de modo que si el santo vuelve al mundo es, literalmente,un superhombre. Tambin se ha proclamado este ideal en Occidente17; pero

    an no hemos visto que todo un continente trate de practicarlo, seriamente,

    15Artha stra I. 6.16 Por lo que atae a la Injusticia, puede decirse que, aunque sea grande, es incapaz de tocar a la

    justicia, que est siempre protegida por el Tiempo, y brilla como un fuego ardiente. (Mah

    bh

    rata 13.

    164. 7.)17 Mas yo os digo que no hagis frente al malvado; antes, si uno te abofetea en la mejilla derecha,

    vulvele tambin la otra, y al que quiere ponerte pleito y quitarte la tnica, entrgale tambin el manto; ysi uno te forzare a caminar una milla, anda con l dos; y a quien te pidiere, da; y a quien quisiere tomartedinero prestado, no lo esquives. (San Mateo 5: 39-42.)

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    en el mundo; es decir, en el mundo que a nosotros nos parece ser el mundorealmente serio: el de la poltica internacional. El ideal de saty grahaseguido por G ndh , su prdica nacional de atenerse firmemente a laverdad adhirindose estrictamente al primer principio del dominio delYoga indio, la ahi s , la no violencia, el no matar, es un experimentomoderno serio, muy valiente y potencialmente muy poderoso, de la antiguaciencia hind de trascender la esfera de los poderes inferiores entrando enla esfera de los poderes ms altos. G

    ndh

    hace frente a la mentira (asatya)

    de Gran Bretaa con la verdad (satya)de la India; al compromiso britnico,con el santo dharma hind. Es una batalla del sacerdote mago que se libraen una escala moderna, colosal, y de acuerdo con principios derivados de

    manuales que no provienen del Real Colegio Militar, sino delBrahman.

    4. EL PALACIO DE LA SABIDURA

    El poder anmico puesto en accin por el sistema y tcnica de identificacinannima que caracteriza y sostiene la forma de vida ortodoxa hind, derivade planos del inconsciente profundo que normalmente permaneceninaccesibles al individuo consciente de s mismo que acta de acuerdo convalores racionales, conscientemente calculados. La inflacin psicolgica, el

    sentimiento de una significacin supranormal y suprapersonal, que a vecespodemos sentir en el mundo moderno cuando, en momentos de especialsolemnidad, nos encontramos representando uno de aquellos grandespapeles arquetpicos que la humanidad ha tenido por destino mantener enjuego a travs de los milenios (la novia, la madonna, el .guerrero, el juez, elsabio maestro), se han convertido en algo permanente y normal en lacivilizacin de la India. Sistemticamente pasan por alto los accidentes dela personalidad individual: al individuo siempre se le pide que seidentifique con alguno de los papeles intemporales y permanentes que

    constituyen la totalidad de la estructura social. Desde luego, quedan rasgospersonales y se los puede percibir fcilmente, pero siempre en estrictasubordinacin con respecto a las exigencias de la parte. En consecuencia,toda la vida, todo el tiempo, tiene las cualidades de una gran obradramtica, muy conocida y querida, con sus clsicos momentos de alegra yde tragedia, por los cuales los individuos pasan como actores yespectadores. Todo resplandece con la poesa de la intemporalidad pica.Pero la otra cara del cuadro de este estado de nimo maravilloso y deinflacin general es, naturalmente, la deflacin, el infierno: la total

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    desesperacin y naufragio de quien, por cualquier falta, se sale del camino.La esposa que no ha sabido mantener inmaculada su representacin delpapel de Sati; el mariscal de campo notoriamente incompetente en susdeberes para con el rey; el brahmn que ha sido incapaz de resistir unaatraccin amorosa ms all de las barreras del tab impuesto por su casta:todos estos fracasos representan amenazas contra la estabilidad de laestructura. Si estos actos se generalizaran, el conjunto se desintegrara. Yas a estos meros individuos, como grupo, se los arroja a las tinieblasexteriores, donde hay llanto y crujir de dientes. Son nada (-sat):descartados. Fueron dueos de sus actos, yahora son dueos de su tragedia.Nadie sabe en qu estado estn; a nadie le importa. stos son los fracasos

    que en Japn constituyen causa suficiente para el hara-kiri. La anttesis delsueo general de la vida es, pues, el naufragio personal (ni siquiera se lopuede llamar tragedia) del individuo que ha fracasado en el desempeo desu parte.El camino del exceso escribe William Blake conduce al palacio de lasabidura18. Solo cuando es apurado hasta el exceso, algo engendra suopuesto. Y as encontramos que en la India, donde el esquema de laidentificacin con los papeles sociales se lleva el extremo de que todo elcontenido del inconsciente colectivo es vaciado en la esfera de la accin

    durante la primera mitad de la vida individual, al cumplirse el perodo delos dos primeros rama un violento movimiento contrario de la psique

    transporta al individuo al polo opuesto, y l queda annimo como siempre,pero ahora en el antrtico de la absoluta no-identificacin. Todos, tanto enOccidente como en Oriente, para poder participar en la vida social, el cursode la historia y la marcha general del mundo hemos de identificarnos;siempre tenemos que ser algo: estudiante, padre, madre, ingeniero. Pero enel sistema hind el respeto por esta necesidad ha sido llevado a tal exceso,que la totalidad de la vida se ha petrificado en una rgida imagen basada en

    un principio. Ms all de ella, fuera del marco social, est el vaco de lo nomanifestado, al cual se puede pasar slo cuando se ha aprendido la leccinde la primera mitad de la vida la leccin de los dioses, y al cual unopasa automticamente, compulsivamente, como impulsado por todo el pesode una reaccin de sentido contrario y de la misma fuerza. Ojal fuerasfro, o caliente! Mas porque eres tibio, y no fro ni caliente, te vomitar de

    18El matrimonio del Cielo y del Infierno,Proverbios del Infierno.

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    mi boca19. Solo porque todo ha sido dado, el individuo es libre de ingresarfinalmente en la esfera que est ms all de la posesin y de la creencia.Todos tenemos que identificarnos con algo y pertenecer; pero nopodemos ni debemos tratar de realizarnos completamente en esta actitud,porque el reconocer distinciones entre las cosas, diferenciar esto de aquelloactos implcitos y fundamentales del esfuerzo natural pertenece a laesfera de la mera apariencia, el reino del nacimiento y de la muerte(sa s ra). La tendencia popular india a deificarlo todo, a convertir endivinidad cualquier clase de ente, en ltima instancia no es menos absurdaque la irreligiosidad cientfica de Occidente, la cual, con su nada msque, pretende reducirlo todo a la esfera del entendimiento racional y

    relativo: tanto el poder del sol como el mpetu del amor. Tanto elrelativismo como el absolutismo, cuando son totales, resultan perversos,precisamente porque son convenientes. Simplifican exageradamente paraservir a los fines de la accin eficaz. No les preocupa la verdad sino losresultados. Mientras uno no comprenda que todo incluye todo lo dems, opor lo menos que es tambin diferente de lo que parece, y que antinomiascomo las de los opuestos el bien y el mal, lo verdadero y lo falso, esto yaquello, lo profano y lo sagrado pueden extenderse tanto como lasfronteras del pensamiento, pero no van ms all de l, estamos todava

    condenados al basural del sa

    s

    ra, sujetos a la ignorancia que retiene a laconciencia dentro de los mundos de los renacimientos. Mientras hagamosdistingos y exclusiones o excomuniones, seremos siervos y agentes delerror.

    Oh! Yo soy la Conciencia misma. El mundo es como la funcin de unprestidigitador. Cmo y dnde podra haber en m idea alguna de aceptaro rechazar?Desde Brahm hasta el matorral, lo soy todo: el que lo sabe con seguridad

    se libera de conflictos, puro, pacfico, e independiente de lo conseguido yde lo no conseguido.Abandona por completo distinciones como Yo soy l y Yo no soy esto.Considera a todo como el Yo, y s feliz, sin deseos20.

    19Apocalipsis 3: 15-16.20A t vakra S it 7.5; 11.7; 15.15.

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    Excluir, rechazar algo, es pecado y autoengao, es someter el todo a laparte, es hacer violencia contra la esencia y la virtud omnipresentes: lofinito se pone a s mismo por encima de lo infinito. Y quienquiera quepretenda hacerlo (es decir, quienquiera que an se comporte como un serhumano civilizado) mutila y abrevia la realidad revelada, y, con ello, a smismo. Su castigo es adecuado a sucrimen; el pecado mismo es su propiapena: cometer el delito es al mismo tiempo pena y expresin de la propiaincapacidad del pecador. De aqu que se nos haya dicho sabiamente:Cuando, pues, hagas limosna, no hagas tocar la trompeta delante de ti,como hacen los hipcritas en las sinagogas y en las plazas, para serestimados por los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su

    recompensa21. Aqu est la secreta burla de la realidad, que se desarrollacomo una reaccin en cadena, como un mundo sin fin, que daba motivo ala.risa de los dioses olmpicos.Pero por otra parte, quienquiera que, para no cerrarse a nada, acepta todosin distincin, es igualmente engaado y tiene igual culpa, porque entoncespasa por alto la distincin entre las cosas y la jerarqua de los valores. Laembriagadora y devastadora afirmacin de que Todo es Dios, queencontramos en laBhgavad G t , aunque reconoce que hay diferenciaentre los grados de la manifestacin divina, insiste tanto en el hecho colosal

    de la divinidad de todas las cosas que, por contraste, las distincionesfcilmente pueden parecer despreciables.A este dilema universal nunca se le ha encontrado una solucin tericageneral y definitiva que pueda servirnos de base segura; la verdad, lavalidez, la actualidad, subsisten solo in actu: en el incesante juego que laconciencia iluminada realiza con los hechos de la vida diaria, los que seexpresan en las decisiones que tomamos momento tras momento; loscrticos actos por los cuales tomamos posesin o renunciamos a algo; losactos de afirmacin o de negacin; es decir, solo en actos cumplidos por un

    ser en el cual la lluminacin est continuamente viva como una fuerzapresente22. El primer paso para alcanzar esa vigilia redentora es dejar atrs,con decisin irrevocable, el camino, los dioses, y los ideales del dharmaortodoxo e institucionalizado.

    21 Mateo 6: 2.22 En el budismoMah y na esta idea est representada por el ideal delBodhisattva, aquel cuyo ser

    ntimo es Iluminacin, y en el hinduismo por elJ vanmukta, elliberado en vida. (Cf. infra, pgs. 346-

    356, 414-432.)

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    As Jess, al recorrer las tierras de Palestina, pareca un salvador impulsivoy caprichoso en su violento repudio de la beatera petrificada, el ritualismoempedernido y la insensibilidad intelectual de los fariseos. Hoy los fielescongregados en una de nuestras solemnes iglesias encontraran igualmentechocantes las ardientes palabras de jess conservadas por el evangelio deSan Mateo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras os vandelante en el reino de Dios23. Sin embargo, en la India no se vera el puntoesencial de este reproche, porque en ese pas la prostitucin esestrictamente institucional y los dioses y los santos del cielo, lo mismo quelas cortesanas, se consideran ligados a la virtud (dharma), los placeres(k ma) y los xitos (artha)de la prodigiosa ronda del mundo creado. All,

    si uno quiere escapar del terrible empalago de la comunidadautocomplaciente y santificada, el nico recurso consiste en hundirse pordebajo de lo ms bajo, en ir ms all de lo ms alejado, rompiendo lamscara aun del dios supremo. Tal es la obra de la liberacin (mok a), latarea del sabio desnudo.

    23 Mateo 21: 31.

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    HEINRICH ZIMMER, FILOSOFIAS DE LA INDIA, LAS FILOSOFIAS DE LA ETERNIDAD

    Tercera Parte

    LAS FILOSOFIAS DE LA ETERNIDAD

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    HEINRICH ZIMMER, FILOSOFIAS DE LA INDIA, LAS FILOSOFIAS DE LA ETERNIDAD

    CAPTULO VI

    JAINISMO

    1. PR

    A

    Basta mencionar el nombre del Seor P r va para que cesen lasperturbaciones; ante su vista (dr ana) se destruye el temor de losrenacimientos y su culto aleja la culpa del pecado24.Debemos hacer imgenes de P r va y rendirle homenaje por el efecto de sudr ana, no porque tengamos alguna esperanza de que el gran ser mismocondescienda a auxiliar al devoto. En efecto, los salvadores jaina losAutores del cruce del ro (t rth kara), como se les llama moran en

    una zona elevada, en el techo del universo, allende el alcance de laplegaria; no es posible que su auxilio baje de ese lugar alto y luminoso a lanublada esfera del esfuerzo humano. En las fases populares del cultodomstico jaina se implora a los dioses hindes usuales para que concedanpequeos favores (prosperidad, larga vida, descendencia masculina,etctera), pero los objetos supremos de la contemplacin jaina, losT rth kara, han pasado ms all de los divinos regentes del orden natural.En una palabra: el jainismo no es ateo sino transtesta. Los T rth kara que representan la meta propia de todos los seres humanos, ms an, lameta de todos los seres vivos que pueblan este universo de nmadas que sereencarnan han quedado aislados (kvala)con respecto a las provinciasde la creacin, conservacin y destruccin, que son el campo propio yesfera de accin de los dioses. Los Autores del cruce del ro estn msall del suceso csmico, as como de los problemas biogrficos; sontrascendentes, limpios de temporalidad, omnscientes, desprovistos deaccin y estn absolutamente en paz. La contemplacin de su estado, talcomo lo representan sus curiosas e interesantes imgenes, unida a losgraduales ejercicios de la disciplina asctica jaina, rigurosamenteprogresivos, hace que el individuo, a travs de mucha vidas, vaya dejando

    gradualmente atrs las necesidades y ansiedades de la plegaria humana einclusive las divinidades que responden a la plegaria, y pase ms all de losbienaventurados cielos en los cuales se alojan esos dioses y sus devotos,hasta llegar a la remota zona trascendente y aislada de la existencia pura

    24Nota del compilador: Me ha sido imposible localizar el texto empleado por Zimmer en su versin

    de la vida de P

    rsvan

    tha, y por lo tanto no puedo indicar referencias para las citas del presente captulo.La versin de la Vida que se encuentra en la obra de Bh

    vadevas

    ri. P

    r

    van

    tha Critra (editado por

    Shrvak Pndit Hargonvinddas y Shrvak Pndit Bechardas, Benars 1912; resumido por MauriceBloomfield, The Life and Stories of the Jaina Savoir P

    rvan

    tha, Baltimore, 1919, coincide en lo

    principal, pero difiere en muchos detalles.

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    HEINRICH ZIMMER, FILOSOFIAS DE LA INDIA, LAS FILOSOFIAS DE LA ETERNIDAD

    e inafectada, para la cual los autores del cruce, los T rth kara, han abiertoel camino.Los historiadores occidentales consideran que Vardham na Mah v ra,contemporneo de Buddha, que muri cerca del ao 526 a. C., fue el

    fundador del jainismo. Pero los jaina estiman que el Mah

    v

    ra no fue elprimero sino el ltimo de una larga serie de T rth kara, cuyo nmerotradicional es veinticuatro, y que su linaje proviene, secularmente, de lostiempos prehistricos25. Sin duda, los primeros de ellos son mitolgicos yla mitologa se ha introducido en abundancia en las biografas de los otros;pero cada vez resulta ms evidente que debe haber algo de verdad en latradicin jaina que sostiene que su religin es muy antigua. Por lo menoscon respecto a P r va, el T rth kara que precede al Mah v ra, tenemosmotivo para creer que efectivamente vivi y ense y fue un jaina.P

    r

    van

    tha, el Sefior P

    r

    va, se dice que alcanz la liberacin unos

    doscientos cuarenta y seis aos antes que el Mah v ra, el fundadorhistrico de la religin jaina. Si se toma 526 a. C. como el ao en que elSeor Mah

    v

    ra alcanz el nirv

    a26, puede considerarse que 772 a. C. es

    el ao de P r van tha. Segn la leyenda, vivi en el mundo exactamentecien aos, habiendo dejado su casa a la edad de treinta para hacerse asceta.De aqu podemos concluir que naci alrededor de 872 a. C. y dej supalacio alrededor de 84227. A P r van tha se lo cuenta como el vigsimotercero de la legendaria serie de los T rth kara,habiendo ingresado en elmundo ochenta y cuatro aos despus del nirv a de Bhgavan Ari anemi,

    vigesimosegundo de esta larga lnea espiritual. Su vida, o, mejor dicho, susvidas, que siguen el paradigma tpico de las biografas ortodoxas de lossantos jaina, nos servirn de introduccin a las pruebas y victorias de laltima y suprema de las cuatro metas de la vida india: la de la liberacinespiritual (mok a). La biografa del Santo se ofrece de modelo para todosaquellos que desean desembarazarse de la pesada carga del nacimientoterrenal.

    25 Cf. supra, pg. 58, la nota del compilador, y Apndice B26 Eltrmino nirv a de ningn modo pertenece exclusivamente a la tradicin budista. La metfora

    deriva de la imagen de la llama. Nir-v significa apagar de un soplo; apagarse; dejar de tomar aire.Nirv

    a es apagado; es decir: el fuego del deseo, por falta de combustible, queda extinguido yapaciguado.

    27 Seconsidera que la duracin ideal dela vida es la de cien aoslunares. Elsanto sin tacha y hombrevirtuoso est dotado de perfecta salud en razn de su conducta pura y asctica, y en razn de susmeritorios actos de sus vidas anteriores est favorecido por un karman brillante que le proporciona unaconstitucin bien equilibrada, de fuerza insuperable. Aunque cien aos puede ser una exageracin, P

    r

    vaprobablemente alcanz una ancianidad muy notable, lo mismo que el Buddha y muchos otros famososascetas indios. Por lo tanto, puede ser que la tradicin jaina de sus cien aos de edad no est muy lejos delos hechos.

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    HEINRICH ZIMMER, FILOSOFIAS DE LA INDIA, LAS FILOSOFIAS DE LA ETERNIDAD

    P r van tha haba estado viviendo y reinando como Indra en eldecimotercer cielo28 cuando lleg su hora de reingresar al mundo de loshombres, y descendi a la matriz de la reina V

    m

    , la hermosa consorte del

    rey A vasena. Todos los que vieron al nio hacerse hombre quedaron

    asombrados por su belleza y su fuerza, pero sobre todo por su indiferenciaante los intereses, placeres y tentaciones del palacio. Ni el noble trono de supadre, ni los encantos femeninos podan retener su atencin. De mala gana,la familia consinti en que el prncipe partiera, y en ese momento los diosesdescendieron para celebrar el Gran renunciamiento. Lo transportaron enun palanqun celestial al bosque, donde tom su voto de sanny

    sa: el

    completo renunciamiento al mundo, signo de su irrevocable decisin deaniquilar su naturaleza mortal. Pasaron los aos, y los dioses volvieron adescender, porque P r van tha entonces haba logrado la omnisciencia,habiendo anulado su karman. Desde entonces ense y anduvo entre loshombres como un T rth kara, salvador viviente. Y cuando hubo cumplidosu misin en la tierra, a la edad de cien aos, su mnada vital se separ desu cuerpo terreno y se elev al techo del universo, donde ahora vive parasiempre.Tal es, en pocas palabras, el relato de la vida probable de este antiguomaestro, adornado con algunos detalles mitolgicos. Pero en la India, patriade la reencarnacin, una biografa no basta: a las vidas de los santos y delos salvadores se les ponen preludios que pueden ampliarse al infinitoreferentes a anteriores existencias de santidad, que, en general, siguen un

    paradigma coherente. Primero muestran al hroe espiritual en planos deexistencia y de experiencia inferiores, aun animales, donde representan elpapel caracterstico del ser magnnimo; luego siguen gradualmente suprogreso (con sus perodos de bienaventuranza entre sus vidas, pasados enalguno de los cielos tradicionales, cosechando las recompensas de la virtudterrena), hasta que, habiendo progresado a travs de muchos niveles de

    28 Nota del compilador: Los arios vdicos, como los griegos homricos, ofrecan sacrificios a

    divinidades con forma humana pero de orden sobrehumano. Indra, como Zeus, era el seor de la lluvia, el

    que arroja el rayo, el rey de los dioses; ningn ser humano poda pretender convertirse en Zeus o Indra.Los pueblos no arios, dravdicos, de la India, por otra parte (cf. supra, pg. 58, la nota del compilador) ,para quienes la reencarnacin era una ley fundamental, consideraban a las divinidades como simples seresanteriormente humanos o animales que haban merecido la beatitud. Cuando su mrito tocaba a su fin, susaltas sedes quedaban vacantes y eran ocupadas por otros candidatos, y nuevamente descendan a formashumanas, animales o demonacas.

    Despus del perodo vdico, una sntesis de estas dos creencias la aria y la no aria produjo unsistema indio que obtuvo el reconocimiento general (reconocido por el budismo y el jainismo as comopor el hinduismo ortodoxo) en el cual los nombres y papeles de los dioses vdicos ocupaban una posicinelevada, que las almas virtuosas llegaban a alcanzar. Adems, como en el universo no ario haba multitudde cielos, los Indra (es decir, los reyes de los diversos reinos divinos) se acumulaban unos encima deotros, en pisos superpuestos. De aqu que se diga que el santo P

    r

    van

    tha haba estado viviendo. ygobernando como un Indra en el dcimotercer cielo.

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    experiencia, finalmente llegan al supremo estado de espiritualidadencarnada que distingue a su biografa histrica, real. La tradicin atribuyeal Buddha narraciones de tales nacimientos anteriores que ocupan variosvolmenes, y la piedad legendaria ha inventado tambin una larga serie

    para P

    r

    van

    tha.Una de las caractersticas ms notables de estas narraciones relativas a lasvidas anteriores de P r van tha es la importancia que atribuyen a ladespiadada oposicin de un oscuro hermano del salvador, que es suverdadera anttesis. A medida que P r van tha aumenta su virtud, suoscuro hermano aumenta su maldad, hasta que el principio de la luz,representado en el T rth kara, finalmente triunfa, y aun el hermano essalvado29. La enemistad entre ambos se supone que comenz en la novenaencarnacin anterior a la ltima. Entonces haban nacido como hijos deVi vabh ti, primer ministro de cierto rey prehistrico llamado Aravinda. Yocurri que su padre un da pens: Este mundo sin duda es transitorio, yse march por el camino de la emancipacin, dejando tras de s a su mujercon los dos hijos y una gran fortuna. El hijo mayor, Kma

    ha, era

    apasionado y ladino, mientras que el menor, Marubh ti, era eminentementevirtuoso (desde luego, ste, en el ltimo nacimiento, se convertir enP r van tha)30. As, cuando el rey una vez tuvo que abandonar su reino enuna campaa contra un enemigo distante, no encarg al hermano mayorsino al menor, Marubh

    ti, que velara por la seguridad del palacio; y el

    mayor, dominado por culpable clera, sedujo a la mujer de su hermano.

    Habindose descubierto el adulterio, cuando el rey regres le pregunt aMarubh

    ti cul tendra que ser el castigo. El futuro T rth kara recomend

    29Nota del compilador: Si la opinin de Zimmer acerca de la antigedad de la tradicin jaina es

    correcta, este tajante dualismo arroja nuevas luces sobre el problema de los orgenes y la naturaleza de lasreformas del profeta persa Zoroastro. Ha sido corriente considerarlas, con su vigoroso acento moral ysu dualismo estrictamente sistematizado, como una innovacin espiritual de una sola y grandepersonalidad proftica. Pero, si la opinin de Zimmer es correcta, la religin dravdica prearia erarigurosamente moral y sistemticamente dualista muchos aos antes de que naciera Zoroastro. Estoinduce a creer que el zoroastrismo representa un resurgimiento de factores prearios en el Irn, despus de

    un perodo de supremaca aria, comparable al resurgimiento dravdico en la India bajo las formas del jainismo y del budismo. En este sentido es importante el hecho de que el hermano negro persa eltirano a k (o Azhi Dah ka) es representado, como P r van tha (vde lm. VI), con serpientes quebrotan de sus hombros.

    En el folklore y en la mitologa de las antiguas civilizaciones prearias del Viejo Mundo, el motivo delos hermanos contrarios no es de ningn modo raro. Recordemos simplemente, en el Antiguo Testamento,las leyendas de Can y Abel, Esa y Jacob, y entre los cuentos ms antiguos de Egipto que han llegado anosotros figura La historia de los dos hermanos (cf. G. Maspero, Popular Stories of Ancient Egypt,Nueva York y Londres, 1915, pgs. 1-20) donde encontramos no solo una estricta oposicin del bien y elmal, sino tambin una asombrosa serie de renacimientos mgicos.

    30 Tambin en las leyendas bblicas de Can y Abel, y de Esa y Jacob, as como en la Historia delos dos hermanos egipcia (cf. nota del compilador, supra), el hermano malo es el mayor, y el bueno elmenor.

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    perdn; pero el rey orden que pintaran de negro la cara del adltero, lohizo sentar al revs sobre un asno que fue llevado por toda la capital y loexpuls del reino.Privado de honor, hogar, propiedades y familia, Kma ha s dedic en el

    desierto a las ms extremas austeridades, pero no con un espritu humildede renunciamiento o de contricin, sino con intenciones de lograr poderessobrehumanos, demonacos, con los cuales pudiera vengarse. CuandoMarubh ti se enter de estas penitencias, pens que su hermano finalmentese haba purificado y por lo tanto, no obstante las advertencias del rey, lehizo una visita, pensando invitarlo a su casa. Descubri a Kma ha de piecomo sola estar noche y da sosteniendo con las manos levantadasuna gran losa de piedra; con este doloroso ejercicio superaba los estadosnormales de la debilidad humana. Pero cuando el futuro T rth kara seinclin obedientemente a sus pies, el terrible ermitao, al ver este gesto dereconciliacin sinti tanta rabia que arroj la enorme piedra a la cabeza deMarubh ti, matndolo en el momento en que haca la reverencia. Losascetas del bosquecillo de la penitencia, de quienes el monstruo habaaprendido sus tcnicas de autotormento, inmediatamente lo expulsaron desu compaia y Kma ha entonces busc refugio entre los miembros de unatribu salvaje de los bhil. Se hizo salteador y homicida, y a su tiempo,muri, tras una vida de crmenes.Esta extraa historia prepara una larga y complicada serie de encuentros,llenos de sorpresas: situaciones tpicamente indias de muertes y

    reapariciones, que ilustran la teora moral del renacimiento. El malignoKma ha pasa por cierto nmero de formas paralelas a las de su virtuosohermano, el que madura progresivamente, y reaparece una y otra vez pararepetir su pecado de agresin, en tanto Marubh ti, el futuro T rth kara, vacobrando cada vez ms armona interior y llega a ser capaz de aceptar conecuanimidad su repetida muerte. As el oscuro hermano de esta leyendajaina en realidad est al servicio de la luz, como el mismo Judas, en elrelato cristiano, sirve a la causa de Jess31. Y as como el legendariosuicidio de Judas, que se ahorca, es un paralelo de la crucifixin de su

    Seor, as tambin los descensos de Kma ha a los diferentes infiernossubterrneos indios son un paralelo de los complementarios ascensos de sufuturo salvador a los diversos pisos del cielo. Debe notarse, sin embargo,que en la India los conceptos de infierno y de cielo difieren de los delcristianismo, porque el individuo no reside en ellos eternamente. Son msbien estaciones de purgatorio, que representan grados de realizacinalcanzados en el camino hacia la trascendencia final de toda existenciacualitativa. De aqu que el hermano oscuro no sea, como Judas, condenado

    31 Judas, en verdad, aparece en muchas leyendas medievales representado como el hermano mayor deJess.

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    eternamente por lo que hizo al Seor, sino que a la postre es redimido de suesclavitud en las esferas de la ignoranca y el pecado.De acuerdo, pues, con nuestra serie de relatos, aunque tanto Kma ha comoMarubh ti han muerto, su muerte no pone fin a su aventura. El buen rey,

    Aravinda, a quien Marubh

    t haba servido de ministro, a la muerte de sufiel servidor se sinti impelido, a abandonar el mundo y a adoptar la vidade un ermitao. La causa de esta decisin fue un accidentecomparativamente insignificante. Siempre piadoso, haca planes paraconstruir un santuaro jaina, cuando un buen da vio flotando en el cielouna nube que pareca un templo majestuoso que se mova lentamente.Observndolo con exttica atencin, le inspir la idea de dar justamente esaforma al lugar de culto que pensaba edificar. Y as mand buscar pinceles ypinturas para copiarlo; pero cuando volvi a mirarlo, la forma ya habacambiado. Entonces se le ocurri una ominosa idea: Es el mundo pens solo una serie de estados pasajeros? Por qu voy a decir que algoes mo? De qu me sirve continuar en este cargo de rey? Llam a su hijo,lo puso en el trono,:se hizo mendicante sin rumbo fijo y vag por losdesiertos.Y as ocurri que un da se encontr en las espesuras de un bosque con unagran reunin de santos que estaban sumidos en diversas formas demeditacin. Se uni a ellos; y no haba estado mucho tiempo en sucompaa cuando un poderoso elefante enfurecido entr en el bosquecillo.Ante el peligro, la mayor parte de los ermitaos huyeron en todas

    direcciones. Aravinda, en cambio, permaneci rgidamente de pie, en unprofundo estado de contemplacin. El elefante, que corra de un lado paraotro, en seguida march directamente hacia el rey meditabundo, pero, enlugar de pisotearlo, de pronto se calm al percibir su absoluta inmovilidad.Bajando la trompa, flexion las grandes rodillas delanteras en signo deobediencia. Entonces se oy la voz de Aravinda que inquira: Por qusigues haciendo dao? Tu encarnacin en esta forma es el resultado de losdemritos adquiridos en el momento de tu muerte violenta. Abandona estosactos de pecado; comienza a practicar votos; entonces tendrs por delante

    un estado feliz.La clara visin del contemplativo haba percibido que el elefante era suanterior ministro, Marubh ti. Debido a la violencia de la muerte y a lospenosos pensamientos que haba albergado en el instante de dolor, elhombre que haba sido piadoso se hallaba ahora en una encarnacin deanimal rabioso, inferior. Su nombre era Vajragho a, Voz tonante del rayoy su compaera era la que haba sido esposa de su hermano adltero.Escuchando la voz del rey a quien haba servido, record su reciente vidahumana, tom los votos de ermitao, recibi instruccin religiosa a los pies

    de Aravinda y decidi no cometer ms actos dainos. Desde entonces labestia comi nada ms que una pequea cantidad de pasto, solo lo

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    suficiente para mantener unidos su cuerpo y su alma; y, esta santa dieta,junto con un programa de austeridades, le hizo bajar de peso al punto deque se volvi muy delgado y tranquilo. Sin embargo, en ningn momentodej de contemplar con devocin a los T rth kara, los elevados

    (parame

    hin), ahora serenos en el cenit del universo.De vez en cuando Vajraghoa iba a la orilla del ro cercano a apagar su sed,

    y en una de estas ocasiones fue muerto por una enorme serpiente. sta noera otra que su hermano, el perenne antagonista de su vida, quien, despusde morir en profunda iniquidad, se haba reencarnado en esta formamaligna. El solo ver al santo paquidermo que se acercaba piadosamente alro agit el viejo espritu de venganza, y la serpiente lo atac. El mortalveneno pas como un fuego a travs de la piel suelta y pesada. Pero, noobstante el terrible dolor, Vajragho

    a no olvid sus votos de ermitao.

    Muri la muerte llamada la pacfica muerte del absoluto renunciamiento,e inmediatamente naci en el duodcimo cielo en la forma del dios a i-prabh

    , Esplendor de la Luna.

    As se completa un pequeo ciclo de tres vidas de santidad (humana,animal y celestial), comparables a las tres del antagonista (humana, animale infernal). Todo, en la vida de los hermanos, ha sido contraste, aun suascetismo. En efecto, el vengativo Kma ha no haba adoptado las prcticasrigurosas para trascender, sino para garantizar los proyectos del ego,mientras que las del piadoso Vajragho

    a representaban un espritu de

    absoluta antoabnegacin. Debe observarse que Vajraghoa era aqu el

    modelo del po devoto de las primeras etapas de la experiencia religiosa: loque en el cristianismo se llamara una oveja del Seor. En cambio, en laIndia el ideal consiste en comenzar pero no en quedarse en este sencilloplano de la devocin, y as las vidas del futuro T rth kara siguen sumarcha.Esplendor de la Luna, divinidad feliz, vivi entre los abundantes placeresde su cielo durante diecisis ocanos (sgara) de tiempo, pero ni siquieraall dej de cumplir regularmente actos piadosos. Renaci, por lo tanto,como un afortunado prncipe llamado Agnivega (Fuerza de Fuego) el

    cual, a la muerte de su padre, ascendi al trono de sus dominios.Un da apareci un sabio sin hogar pidiendo conversar con el joven rey, ydiscurri acerca del camino de liberacin. De pronto, Agnivega sinti quedespertaba en l un sentimiento religioso y de golpe el mundo perdi paral todo su encanto. Se uni a la vida monstica de su maestro y, siguiendoregularmente la prctica de progresivas penitencias, consigui quedisminuyeran en su interior tanto su apego como su aversin por las cosasterrenales, hasta que finalmente alcanz una sublime indiferencia. Se retirluego a una caverna en las alturas del Himalaya y all, sumido en la ms

    profunda contemplacin, perdi toda conciencia del mundo exterior; pero,encontrndose en este estado, nuevamente fue mordido por una vbora. El

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    veneno arda, pero l no perdi su pacfico equilibrio. Dio la bienvenida ala muerte y expir en una actitud espiritual de sublime sumisin.Desde luego, la serpiente era una vez ms su enemigo usual que, despusde la muerte del elefante, haba descendido al quinto infierno, donde sus

    sufrimientos, durante un perodo de diecisis ocanos, haban sidoindescriptibles. Luego haba regresado a la tierra, aun en forma deserpiente, y al ver a Agnivega volvi a cometer su caracterstico pecado. Elrey ermitao, en el momento de morir, fue elevado a la categora de dios;pero esta vez por un perodo de veintids ocanos de aos. En cambio, laserpiente descendi al sexto infierno, donde sus tormentos fueron anmayores que en el quinto.Una vez ms se haba completado un ciclo, que ahora comprenda una vidaterrena y un perodo intermedio celestial e infernal. El esquema tripartitodel primer ciclo haca resaltar la transformacin terrenal de un individuocuyo centro de gravedad espiritual acababa de trasladarse de lo material alo espiritual. En efecto, Marubh ti, el virtuoso hermano y ministro deconfianza del rey, era un hombre de noble disposicin al servicio delEstado, en tanto que Vajragho a comenzaba una vida especficamentesanta. Aunque aparentemente en un plano inferior al del ministro del rey, elelefante estaba en realidad en el primer peldao de una serie superior. Larepentina muerte del hombre poltico y el nacimiento del infantil y dcilelefante oveja del Seor simbolizan precisamente la crisis de quien haexperimentado una conversin religiosa. Esta crisis comienza la serie de los

    poderosos pasos que da el alma en su marcha ascendente; el primer paso esel de la realizacin espiritual, como ocurre en la vida recin relatadadel rey ermitao Agnivega; el segundo es el de Cakravartin, el que trae lapaz sobre la tierra; el tercero, toda una vida de milagrosa santidad; y elltimo es el peldao del T rth kara, que se abre camino hacia el techo delmundo.Y, as, este relato de transformaciones refiere luego, cambiando de prontolas circunstancias, cmo la reina Lak m vat , la pura y amante esposa decierto rey llamado Vajrav

    rya (El que tiene el heroico poder del rayo),

    tuvo una noche cinco auspiciosos sueos, de los cuales su marido dedujoque algn dios estaba por descender para ser su hijo. Dentro del mismo aola reina dio a luz un varn en cuyo hermoso cuerpecito se hallaron lossesenta y cuatro signos auspiciosos del Cakravartin. Fue llamadoVajran bha (Ombligo de diamante), se destac en todas las ramas delsaber y a su tiempo comenz a gobernar el reino. La rueda del mundo(cakra)32se encontraba entre las armas de su tesoro real, en forma de undisco de irresistible fuerza; y con ella el prncipe conquist las cuatroregiones de la tierra, obligando a otros reyes a inclinar sus cabezas ante su

    32 Cf. supra, pgs. 109-111.

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    trono. El prncipe adquiri tambin las catorce joyas sobrenaturales que sonsigno de la gloria del Cakravartin. Y, aunque estaba rodeado de supremoesplendor, no olvid ni un da los preceptos de la moralidad y continu ensu culto de: los T rth kara y de los preceptores jaina an vivos, realizando

    ayunos, oraciones, votos e innumerables actos de misericordia. Entonces unermitao llamado K em kara vino a la corte, y el Cakravartin, al or lasdeleitables palabras del santo, fue liberado de su ltimo apego al mundo.Renunci a su trono y a su fortuna y parti a practicar las santas penitenciasen el desierto, sin temer en absoluto el aullido de los elefantes, chacales yduendes del bosque.Pero su viejo enemigo haba vuelto al mundo, esta vez como un bhil,salvaje de la jungla. En cierto momento, el salvaje cazador llegaccidentalmente al lugar donde meditaba el que haba sido Cakravartin. Alver al santo entregado a la meditacin, se le despert su antiguo odio. Elbhil, recordando su ltima encarnacin humana, sinti arder en su pecho lapasin de la venganza, calz su flecha ms aguda en la cuerda del arco,apunt y dispar. Vajran

    bha muri pacficamente, en completa calma. As

    ascendi a una de las ms altas esferas celestiales, el cielo llamadoMadhyagraivyaka, situado en el medio (madhya)del cuello (gr v )delorganismo csmico con forma humana33, y all se convirti en unAhamIndra (Yo soy Indra)34; mientras que el bhil, al morir lleno de vilesy pecaminosos pensamientos, descendi al sptimo infierno, nuevamentepor un perodo de indescriptible dolor.

    La siguiente aparicin del futuro T rth kara tuvo lugar como persona deun prncipe de la familia Ik v ku (casa reinante de Ayodhy ), y su nombreera nandakum ra. Siendo siempre un jaina perfecto y ferviente adoradorde los T rth kara, lleg a ser Rey de reyes en un extenso imperio. Losaos pasaron. Estando un da ante el espejo, advirti que tena una cana.Inmediatamente hizo los arreglos necesarios para que su hijo asumiera eltrono y l se inici en la orden de los ascetas jaina, abandonando el mundo.Esta vez su preceptor fue un gran sabio llamado S

    garadatta, bajo cuyas

    orientaciones (y gracias a la persistente prctica de todas las austeridades

    prescritas) se hizo dueo de poderes sobrehumanos. Por donde l iba, losrboles se inclinaban con el peso de sus frutos, no haba pesares ni dolores,los estanques estaban llenos de lotos en flor y de agua cristalina, y losleones retozaban con sus cachorros, inofensivos.

    nandakum

    ra pasaba el

    tiempo meditabundo: por leguas a la redonda lo rodeaba una atmsfera depaz. Los pjaros y los animales se congregaban en torno de l sin temor.Pero un da, el santo de estirpe real fue asaltado por un len indmito (elviejo enemigo) que lo hizo trizas y lo devor. El santo, sin embargo, hizo

    33 Esto ser tratado infra, pgs. 195-201.34 Cf. supra, pg, 153, la nota del compilador.

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    frente a la muerte con una calma perfecta. Renaci en el decimotercer cielocomo su Indra, supremo rey de los dioses.El futuro salvador permaneci all durante veinte ocanos de aos, muyalto entre las moradas celestiales, pero siempre contenindose como un

    verdadero jaina, practicando actos morales con ininterrumpidaconcentracin. Su desapego de los sentidos y los placeres haba alcanzadotal madurez que era capaz de soportar hasta la tentacin de los ms sutilesdeleites celestiales. Renda culto a los T rth kara, que todava estabanmuy por encima de l, y daba a los dioses ejemplo de la luz de la verdaderafe. En realidad, era ms bien su maestro espiritual y salvador que su rey.As era evidente que ahora se hallaba listo para desempear el papelsupremo de salvador de los dioses y de los hombres. Solo una vez mstena que descender a la tierra; esta vez para la encarnacin final que debasealar la culminacin de su progreso a travs de la ronda de losnacimientos y las muertes.Se dice que el Indra del palacio Sudharma (el plano celeste ms prximo ala tierra) se dirigi a Kubera, seor de los duendes, que controla todos lostesoros y piedras preciosas ocultas en las montaas, y le dijo: El Indra deldecimotercer cielo, que est muy por encima de m, pronto bajar a la tierray se encarnar como hijo del rey de Benars. Ser el vigesimotercerT rth kara de la India. Dgnate, pues, hacer llover las Cinco Maravillassobre el reino de Benars y sobre el piadoso monarca y la fiel reina que hande ser los padres del T rth kara.

    As fue anunciado el comienzo de la encarnacin (en su mayor parte quizhistrica) que consideramos brevemente al comienzo de este captulo.Kubera, el rey de los duendes, se prepar para cumplir la orden, y comoresultado de sus actividades todos los das caan del cielo, durante los seismeses que precedieron el descenso del salvador P r van tha al vientre de lareina, no menos de treinta y cinco millones de diamantes, flores de losrboles que hacen cumplir los deseos en los jardines celestiales de losdioses, aguaceros de agua clara de dulcsima fragancia, divinos sonidos delos grandes tambores las muy auspiciosas nubes de lluvia y la dulce

    msica cantada por las divinidades del cielo. El esplendor de Benarsaument mil veces y el gozo de la gente no tuvo lmites, porque estosportentos son siempre seal de que comienzan las santas ceremoniascsmicas que celebran la aparicin de un T rth kara sobre la tierra. Todoel mundo se regocija y participa, con los dioses, haciendo coro,glorificando cada sublime suceso de esta gran culminacin de la vida de lamnada en su carrera hacia la perfeccin, la omnisciencia y la liberacin.En una noche superlativamente auspiciosa, la reina V m tuvo catorceauspiciosos sueos, y apenas el rey A vasena fue informado de ellos

    comprendi que su hijo sera un salvador: un Cakravartin o unT rth kara. La pura mnada baj al vientre real de su ltima madre

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    terrestre en el auspicioso mes primaveral llamado vai kha35; descendi enmedio de celebraciones celestiales e inmediatamente imparti vida alembrin que ya haba estado tres meses en la matriz, pues en ese momentoreciba su propia vida. Los tronos de todos los Indra temblaron en los cielos

    y la futura madre sinti moverse a su nio por primera vez. Las divinidadesbajaron en areos carruajes palaciegos y entrando en la ciudad real,celebraron el primer Kaly a, el saludable suceso del descenso de lamnada vital a su cuerpo material para dar vida al embrin (garbha-kaly a). Sentando en tronos al rey y a la reina, alegremente vertieronsobre ellos agua bendita de un jarro de oro ofreciendo plegarias al gran serque ocupaba el Oriente. Benars resonaba con la msica divina. Las mseminentes diosas del cielo fueron enviadas para que cuidaran de la damaencinta, y para distraerla le conversaban sobre los temas ms entretenidos.Por ejemplo, jugaban a los acertijos hacindole preguntas difciles; pero lareina contestaba siempre al momento, porque dentro de ella estaba nadamenos que el personaje que haba conquistado la omnisciencia. Adems,durante todo el perodo de su bienaventurado embarazo no sufri ningndolor.Cuando su hijo naci, temblaron los tronos de todos los Indra y los diosescomprendieron que el Seor haba visto la luz del da. Con pompadescendieron a celebrar el segundo Kaly a, el saludable suceso delnacimiento del Salvador (janma-kaly a). Elchico era de una hermosapiel azul-negra36 y pronto aument su fuerza y su belleza. De nio le

    gustaba viajar a caballo y sobre los fuertes lomos de los grandes elefantesreales. Frecuentemente jugaba en el agua con los dioses acuticos, y en elbosque, con los dioses de rboles y colinas. Pero en todos estos juegosinfantiles, aunque se entregaba a ellos con toda su alma, ya se manifestabala dulce pureza moral de su extraordinaria naturaleza. Adopt y comenz apracticar los doce votos fundamentales del dueo de casa jaina cuandocumpli ocho aos, aunque eso era cosa de adultos37.Ahora bien, el abuelo materno de P

    r

    va era un rey llamado Mah

    p

    la, que

    al morir su mujer qued tan desconsolado que renunci a su trono y se

    retir al desierto a practicar las ms severas disciplinas conocidas en losbosques penitenciales. Pero este hombre apasionado en realidad careca de

    35 Mes lunar que corresponde parcialmente a abril y mayo.36 Es decir, era un descendiente del tronco no ario, aborigen de la India.37 El dueo de casa jaina: 1. no debe destruir la vida; 2. no debe mentir; 3. no debe usar sin permiso la

    propiedad ajena; 4. debe ser casto; 5. debe limitar sus posesiones; 6. debe hacer un voto perpetuo y unvoto diario de marchar slo en ciertas direcciones y hasta cierta distancia; 7. no debe hablar ni actuarintilmente; 8. no debe pensar en cosas pecaminosas; 9. debe limitar los alimentos y goces de cada da;10. debe rendir culto a horas fijas, de maana. a medioda y a la noche; 11. debe ayunar ciertos das; 12.debe hacer caridad dando saber, dinero, etctera, cada da. (Tattv rth dhgama S tra, trad. y comentario

    de J. L. Jaini, Sacred Books of the Jainas, Arrah, s. f., vol. II, pgs. 142-143).

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    espritu de renunciamiento. Era un ejemplo del tipo arcaico de ascetismocruel centrado en s mismo aunque apuntando a altos fines que habade ser superado por el ideal jaina de compasin y autorrenunciamiento.Con el cabello enmaraado y un taparrabos de piel de venado, lleno de

    pasin y de oscura ignorancia, y con las enormes energas almacenadas porlos sufrimientos que se haba infligido a s mismo, Mah p la iba de bosqueen bosque, hasta que un da lleg a las cercanas de Benars, practicando unejercicio espiritual particularmente difcil llamado la penitencia de losCinco Fueg