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EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS EN ESPAÑA 9 A M P U RIA S Memoria redactada por Martín Almagro Basch Excavaciones financiadas por las Excmas. Diputaciones de Barcelona y Gerona. MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. DIRECCION GENERAL DE BELLAS ARTES SERVICIO NACIONAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

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EXCAVACIONES A R Q U E O L O G I C A S EN ESPAÑA

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A M P U R I A S

Memoria redactada por

Martín Almagro Basch

Excavaciones financiadas por las Excmas. Diputaciones de Barcelona y Gerona.

MINISTERIO DE EDUCACION NACIONAL. DIRECCION GENERAL DE BELLAS ARTES SERVICIO NACIONAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

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R E C I E N T E S P U B L I C A C I O N E S D E L A I N S P E C C I O N G E N E R A L D E

E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S

E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S E N E S P A Ñ A

1. L A N C I A , por FRANCISCO JORDÁ CERDA.

2. H E R R E R A D E P I S U E R G A , por A . GARCÍA Y BELLIDO, A . FERNANDEZ

DE AVILES, ALBERTO BALIL y MARCELO VIGIL.

3. M E G A L I T O S D E E X T R E M A D U R A , por MARTÍN ALMAGRO BASCH.

4. M E G A L I T O S D E E X T R E M A D U R A (II), por MARTÍN ALMAGRO BASCH.

5. T O S S A L D E L M O R O , por JUAN MALUQUER DE MOTES.

6. A 1 T Z B I T A R T E , por JOSÉ MIGUEL DE BARANDIARÁN.

7. S A N T I M A M I Ñ E , por JOSÉ MIGUEL DE BARANDIARÁN.

8. L A A L C U D I A , por ALEJANDRO RAMOS FOLQUES.

Dirección: INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS

Medinaceli, 4. Apartado 1.039. MADRID

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EXCAVACIONES A R Q U E O L O G I C A S EN ESPAÑA

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A M P U R I A S

Memoria redactada por

Martín Almagro Basch

Excavaciones financiadas por las Excmas. Diputaciones de Barcelona y Gerona.

MINISTERIO D E E D U C A C I O N N A C I O N A L . D I R E C C I O N G E N E R A L D E B E L L A S A R T E S SERVICIO N A C I O N A L D E E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S

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INSPECCION GENERAL DE EXCAVACIONES ARQUEOLOGICAS DELEGACION DE ZONA DEL DISTRITO UNIVERSITARIO DE BARCELONA

E X C A V A C I O N E S E N A M P U R I A S

Autorizadas en 1957 y por Orden de 14-VII-1961.

Financiadas por las Excmas. Diputaciones Provinciales de Barcelona y Gerona.

Director: MARTÍN ALMAGRO BASCH.

El material se depositó en el Museo Monográfico de Ampurias.

Depósito Legal M. - 12.783 - 1962

DIANA. Artes Gráficas. Larra, 12. Madrid.

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LAS CAMPAÑAS D E EXCAVACIONES D E 1957 A 1961

E l objeto de las páginas que siguen es dar a conocer los importantes hallazgos que para el conocimiento de la topografía de la antigua Ampu-rias romana se han podido realizar en los últimos años. Ellos han abierto nuestro interés en otra nueva área de lo que fue la antigua Ampurias.

Tras la excavación total de la Neápolis, donde han quedado los restos más superficiales de la ciudad griega descubiertos, nosotros procedimos al descubrimiento de las dos ricas villas urbanas que hemos denominado Casa romana número 1 y Casa romana número 2 (1). A l terminar aquella tarea pensamos que sería de interés iniciar excavaciones en otra área de la ciu­dad romana que pudiera atraer la atención de los visitantes llevándolos hacia el importante conjunto de ruinas formado por todo el imponente lienzo de la muralla sur con la Porta Principális y el comienzo del Decu-manus Maximus, más la Palestra y el Anfiteatro, todos ellos vestigios mo­numentales descubiertos en la primera década de nuestros trabajos en Ampurias de 1940 a 1950. Tenemos comprobado que tan importantes rui­nas no suelen visitarse, al quedar algo alejadas de las villas romanas ci­tadas, pues la ruta corriente del turista y del visitante, en general, es vol­ver de nuevo al Museo y a la Neápolis. Ciertamente, hasta nuestras últi­mas excavaciones, cuyos hallazgos vamos a describir, quedaban separa­dos aquellos restos, realmente monumentales, de las villas romanas y los ya citados situados vestigios monumentales de la antigua Ampurias situa­dos fuera y al lado de la muralla sur, por unos trecientos metros escasos de distancia, pero de mal camino, sobre las tierras agrícolas que cubren toda la extensa área de la llamada Ampurias Romana. Nuestra intención fue buscar un grupo de hallazgos de interés que, situado entre ambas zonas ya descubiertas, las uniera en un itinerario atractivo para el visitante de Ampurias. Por otra parte, el número de éstos ha aumentado tan conside­rablemente que aconseja organizar un circuito arqueológico que procure con tal aliciente el retorno del visitante al Museo y Puerta de la Neápolis por di­ferente camino, evitando se repitiese aquel por el cual se sube a visitar las casas romanas citadas. Guiados por esta doble intención pensamos que podríamos ampliar la excavación de unos modestos y ya casi enterrados restos de una supuesta casa romana que se veían precisamente situados entre las casas romanas números 1 y 2 y la puerta sur de la muralla roma-

(1) De estas dos importantes villas urbanas esperamos publicar una monografía próximamente, que formará parte de las Monografías Ampuritanas.

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na, hacia el centro del área de la ciudad, aunque un poco hacia el E . y ha­cia el S.

^ Fue en 1957 cuando comenzamos con una corta campaña de excava­ción a redescubrir los restos de la citada y supuesta casa urbana (2).

Algunos de sus muros habían sido excavados hacia 1912 por el pro­pietario del terreno, el médico de La Escala, don Rosendo Pi. Se descubrían allí unos restos de edificación y se veía también la boca de la cisterna que corresponde a la habitación número 5 de nuestro plano general. Sin em­bargo, los trabajos de excavación fueron tan poco extensos que alrededor de esta cisterna y sobre los muros que la rodean se hallaba aún la tierra extraída al descubrirlos.

En la obra clásica de Puig y Cadafalch "L'Arquitectura romana a Ca­talunya", se incluyó un plano de aquellas ruinas que ha resultado algo in­exacto tras nuestros trabajos (3). Tampoco podía verse casi nada de lo que Puig y Cadafalch publicó cuando nosotros comenzamos las tareas de excavación de tales vestigios urbanos en 1957. Sin embargo, siguiendo la atribución que él dio a aquellos restos urbanos, los denominamos durante las campañas de 1957 a 1959, como Casa romana número 3. Siempre se­guimos creyendo se trataba de los restos de una villa urbana o parte de las edificaciones de una ínsula o manzana de casas del núcleo central ur­bano de la Ampurias romana.

Sin entrar en detalles de mayor minuciosidad y que no harían otra cosa que trasladar el diario de excavaciones a estas páginas, diremos so­lamente que durante las campañas de 1958 a 1959 fuimos retirando las tierras que cubrían las ruinas de los muros, y ya al acabar la campaña de este último año nos inclinamos a pensar que no estábamos ante una "ex­traña" casa, como nos hacía suponer la traza de los muros destruidos que íbamos hallando, sino que aquellos restos urbanos, aunque pobres y gran­demente arrasados, eran parte del Foro Máximo de Ampurias. Este juicio se originó al relacionar las basas de las columnas que fueron apareciendo

(2) En 1957 trabajamos del 1 de agosto al 30 de septiembre, pero alternando con algún otro trabajo. En 1958 se excavó del 21 de julio al 5 de agosto. En 1959 se ini­ciaron las excavaciones el 20 de julio y duraron hasta el 6 de agosto. En 1960 los tra­bajos duraron del 11 de julio al 19 de agosto. En el año de 1961 se comenzó la excava­ción el 15 de julio y duró hasta el 23 de agosto.

En todos estos años se trabajó con poca intensidad y casi exclusivamente con los estudiantes del Campo Internacional de Trabajo del Frente de Juventudes. Por otra parte, el tener que llevar las tierras hasta el mar, encarece grandemente los trabajos de excavación. Además, la construcción e instalación del nuevo Museo Monográfico de Ampurias absorbió estos años los medios económicos con los que contaban las ex­cavaciones de Ampurias. Dicho Museo Monográfico ha sido inagurado solemnemente el 4 de julio de 1961, con la asistencia de los Directores generales de Bellas Artes, que representó al señor Ministro de Educación Nacional, y de Archivos y Bibliotecas, y de los presidentes de las Diputaciones Provinciales de Barcelona y Gerona, Gobernador civil de la provincia, asi como numerosas autoridades y público.

(3) Barcelona, 1934, pág. 251, fig. 312. Lo redactado por Puig y Cadafalch en su obra fundamental y su interpretación absurda de los restos descubiertos parcialmen­te, resulta hoy toda una lección contra las suposiciones e interpretaciones de restos arquitectónicos antiguos, cuando se hacen sólo sobre planos poco seguros y a base de reconstrucciones o ideas preconcebidas. Remitimos al lector a la lectura de las cortas líneas que dedica el citado arqueólogo para describirnos una supuesta villa urbana a base do lo hallado y a la cual él reconstruyó provisionalmente con un hipotético trazado, para cimentar mejor sus interpretaciones.

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ante los restos de la supuesta ínsula y el gran trecho que delante de ellas fuimos excavando sin hallar resto alguno de edificios. Todo ello nos hizo pensar que estábamos descubriendo una extensa plaza. Sobre todo el claro aspecto de las cuatro tabernas que se nos ofrecían ante la columnata destrui­da, nos inclinaron a suponer que habíamos hallado la parte oriental del Foro y que no debíamos estar muy lejos de un esquina S. E . En los trabajos de 1960 hallamos nuevas basas de la columnata del lado Este del Foro. Tropeza­mos con el extraño muro que se halló al N. del área excavada, aún hoy de imposible interpretación, pues por allí se ha detenido la excavación, pero al parecer obra tardía y añadida al antiguo trazado de la gran plaza o Foro de la ciudad. Buscamos la aparición del Decumanus A y avanzamos hacia el Sur, esperando hallar la esquina del ya casi confirmado Foro Máximo. Nada decisivo se encontró aquel año para confirmar nuestras suposiciones. Por el contrario, los muros de las edificaciones de la ínsula qué deseábamos de­limitar aparecieron cada vez más enormemente arrasados, como se dirá al describirlos.

Sólo en 1961 hemos alcanzado a descubrir la anhelada esquina del S. E . del Foro, por donde se ve la entrada a éste del Decumanus B, que lo delimitaba por el lado Este con un pórtico de columnas dóricas. Este De­cumanus B es el mismo que aparece en el trozo excavado por el profesor Lamboglia y la misión italo-española, unos 100 metros más al Norte, al hacer una experiencia estratigráfica que próximamente será publicada. También al final de la campaña de 1961 hallamos la traza del Decumanus A que es el más oriental de la ciudad romana. Aunque está enormemente arrasado, coincide con el trazado del mismo Decumanus A descubierto por nosotros hace unos años como límite occidental de las Casas romanas nú­meros 1 y 2, las cuales se abrían a él. Sobre todo, nuestras excavaciones de 1961 han puesto al descubierto, a lo largo de 25 metros, el muro de un edificio de tipo oficial seguramente, tal vez la curia o basílica. Se extiende sin ninguna abertura de E . a O. y delimita la plaza del foro por toda la mitad S. E . de la misma. Cabe suponer que al otro lado del Decumanus Máximus aparecerá otra edificación paralela si podemos continuar los tra­bajos de excavación en años próximos.

Entre tanto, deseamos describir en las páginas que siguen, con la de­bida minuciosidad, los hallazgos que nos han proporcionado las excava­ciones de esta importante área de la antigua Ampurias romana. No hemos querido retrasar su publicación, aunque sólo en las próximas campañas nos quedaran plenamente descubiertos el trazado del Foro y de la ínsula estratégica de la esquina S. E . del mismo. Ello nos obligará entonces a re­dactar una definitiva exposición que ahora habrá de ser forzosamente pro­visional en muchos aspectos.

L O S RESTOS ARQUITECTÓNICOS.

Las construcciones descubiertas en la mitad oriental del Sur del Foro.

En el estado actual de la excavación resulta aún aventurado dar una descripción acertada del conjunto de restos de muros y otros elementos arquitectónicos puestos al descubierto. Veremos que las conclusiones para

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la topografía urbana de Ampurias es lo más importante que tales vesti­gios nos aportan. No por ello dejaremos de describirlos con la minuciosi­dad que merecen, empezando por los restos que aparecen al Este de la en­trada del Decumanus Maximus en el área del Foro. La extensión de éste aún queda imprecisa, pero podemos suponer que sería un paralelogramo más o menos alargado.

A base de lo hallado hasta este año no podemos todavía precisar cómo quedaba estructurada la entrada en la gran plaza o Foro Máximo de la Am­purias romana, de la ancha calle que se iniciaba en la puerta principal de la ciudad. Directamente, con orientación de N. a S., se dirigía al centro del Foro y por ello la consideramos con toda seguridad como el Decuma­nus Maximus de la ciudad. De esta gran calle ya hace años que se descu­brió su comienzo, a partir de la citada porta principalis, excavándose un trecho de unos 30 m. Sabemos que estaba porticada por el lado de poniente con un columnata dórica de la cual las columnas medían tres metros de altura, según la reconstrucción posible a base de elementos diversos reco­gidos durante las excavaciones. No es posible saber si había alguna en­trada monumental al desembocar en el Foro esta calle, la más importante de la ciudad. La próxima campaña nos aclarará esta cuestión. De momen­to hemos hallado en el lado de Levante, o sea entrando en el Foro por el citado Decumanus Maximus, a la derecha, dos capillas cuadrangulares exentas, alineadas a sus entradas con la línea que trae el lado de Levante o lado derecho del Decumanus Maximus. Miden estas capillas, totalmente iguales, tres metros de anchura por cuatro de profundidad, y sus muros, formados por un sencillo opus concretum, tienen una anchura de 0,60 m. y quedan revocados con cal blanca y algo de estuco. Las cabeceras o arran­ques de sus muros hacia la calle nos ofrecen tres basas cuadradas de pie­dra arenisca de 0,60 m. de lado, y en el centro de las mismas se ha quedado bien marcada la huella de la columna que ornaba y sostenía el arranque de los muros laterales de las capillas a modo de dinteles. De estas tres basas falta la de la izquierda del espectador. Cabe pensar que estas dos capillas terminarían en unos frontoncitos y serían a modo de Cellae abiertas hacia la calle. Tal vez su interior quedaría aislado sólo por algún pretil. E l hecho de ser dos iguales y juntas y repetir las dos Cellae in antis del Asklepeion y los dos pedestales unidos que se erigían en el cercano Bouleuterion de la Neápolis y también que sean dos las basas que se ven en el Agora helenís­tica que se organizó casi en el centro de la ciudad griega, nos inclina siem­pre a pensar que estamos en presencia otra vez de dos pequeños templetes o capillas consagradas a las dos divinidades ciudadanas de Ampurias. Una con seguridad era Asklepios o Esculapio, pues en su celia in antis se halló la bella estatua de este dios, y la otra, a su lado, pensamos fuera la de la griega Higyea o diosa de la Salud de los romanos. Estas dos capillas que­daban exentas no lejos de la entrada al Foro, bien alineadas sus puertas, que miraban a poniente con la alineación del lado de Levante del Decuma­nus Maximus. Frente a las columnas citadas hay otras basas de columnas que no sabemos qué significarían. Las basas son de arenisca, cuadradas, como las que nos ofrecen las de las capillas descritas y soportaron como éstas una columna, pues se ve la circunferencia de las mismas bien mar­cadas en los pedestales o basas que describimos. Sin embargo, de no ser

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un elemento ornamental, tal como una columnata, o basas para monumen­tos, o inscripciones, no sabríamos cómo interpretarlas.

Lo mismo diremos de otras dos basas que se ven a continuación hacia •el Norte, ya más en el interior de la plaza. Una de ellas, a 10 m. de las basas anteriormente descritas, se alinea con ellas y con toda la columnata del pórtico que corría por el lado occidental del Decumanus Máximus, o sea a Ja izquierda del que avanza hacia el Foro desde la Porta Principalis. La otra se alinea con las columnas de las capillas y los muros de la parte de Xievante del Decumanus Maximus y se halla a 10,50 m. de la basa más sep­tentrional de las dos capillitas citadas, que por cierto es la que fue arran­cada, como ya indicamos.

Más hacia Levante, sin poder precisar aún su relación con el Decumanus Máximus, pues el espacio intermedio no ha sido aún excavado, se exten­día un gran edificio, que era el verdadero límite de la mitad oriental del Sur del Foro. De esquina a esquina medía 25 m. de longitud y no ofrecía puerta alguna a la gran plaza. E l espesor de los muros es de 0,50 m. No sabemos su trazado completo todavía, pero parece formaba un paralelo-gramo. En la parte que mira hacia el O., o sea hacia la entrada del Decu­manus Máximus, sólo se ha excavado una extensión de 6 m., apareciendo •el muro únicamente en una longitud de dos metros en la esquina, lo cual nos indica una posible gran entrada al edificio por este lado. Se han des­cubierto los 31 m. del muro de la parte de Levante, encontrándose el arran­que de otros muros paralelos a la plaza, cuatro hacia el interior y dos más estrechos, pues sólo miden 0,40 m. de espesor, hacia el Decumanus B. Así podemos suponer una estructura de dos alas o partes del edificio gemelas, ya que estos muros transversales aparecen totalmente a distancias simé­tricas. Finalmente, del muro Sur del gran edificio sólo se han podido exca­var unos 18 m. en la presente campaña. Frente a la esquina occidental del muro Norte de este edificio, y alineándose con él, aparece otra basa como Jas ya descritas y de la misma clase de piedra, la cual también sostuvo una •columna. En tanto que la basa de la esquina misma N. O. de este edificio parece sostuvo una pilastra o pilar, pues la huella conservada es clara­mente cuadrada.

No es posible decir más hoy sobre el significado y planta de este edifi­cio. Los muros descubiertos son de sillarejo de piedras cuidadosamente ta­lladas y aparejadas en hiladas horizontales muy bien ordenadas. Se ha conservado de él una altura de 1,25 m. a 0,90 m. De anchura tiene 0,50 m. y se ve un podio algo más ancho de cal y canto, sobre el cual estuvo cimen­tado. La regularidad de su aparejo y de su trazo es muy perfecta y será el mayor de los monumentos excavados hasta hoy en Ampurias. Su esqui­na N. E . daba a otro Decumanus también porticado, pero hacia la parte de Levante. Es el llamado Decumanus B, que flanquea el área general del foro hacia el lado Este con su pórtico de columnas dóricas de 0,50 m. de altura aproximada, a juzgar por los elementos recogidos de basas y capiteles.

La entrada de este Decumanus B por la esquina S. E . del foro se está comenzando a excavar ahora y sólo podemos dar su anchura total, que es •de 10 m., pero tal anchura quedaba dividida por la columnata de la parte oriental del foro. Así, 4,50 m. había de calle libre desde la columnata al muro oriental del gran edificio descrito y 5,50 m. quedaban bajo el pórtico que iba de la columnata al muro de las ínsulas. Tampoco sabemos aún en

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el estado en que queda la excavación si la columnata del pórtico hacia Le­vante corría más hacia el Sur o si se interrumpía frente a la esquina del gran edificio que limitada la mitad oriental del Sur del foro.

DESCRIPCIÓN DE LA ESQUINA S. E . DEL FORO E ÍNSULA INMEDIATA.

De este pórtico que limita la gran plaza o foro por el E . hemos excava­do un trecho de 31 m. En él hemos situado siete basas de las columnas del mismo y recogido dos capiteles dóricos que suponemos pertenecieron a esta columnata. Los capiteles son de piedra arenisca, de grano grueso, muy apropiada para estucar su superficie. Las basas son de la misma piedra,, pero los tambores son de piedra caliza labrada con una superficie muy tosca,, seguramente para poder así retener mejor la cobertura de cal o yeso es­tucado que debieron ofrecer en la época de la construcción del Foro.

A este trozo de pórtico del Foro ya excavado se abrían, a partir de la esquina S. E . de la plaza, cuatro tabernae o tiendas, todas ellas de estruc­tura muy semejante. Son en esencia grandes habitaciones paralelográmi-cas, con una puerta central que daba al pórtico con un umbral de piedra arenisca, siempre igual cuando se ha conservado. Describiremos a conti­nuación estas habitaciones, una por una, dándoles el número que hemos indicado en el plano general para mejor comprensión de nuestro relato.

DESCRIPCIÓN DE LAS HABITACIONES DESCUBIERTAS DE LA ÍNSULA DEL S. E . DEL FORO MÁXIMO ROMANO DE AMPURIAS.

NURI. 1.—La que llamaremos taberna núm. 1, hasta el momento sólo nos ofrece claros y bien conservados los muros del N. y E. E3 muro Sur sólo se aprecia en una pequeña parte, pues sobre él aún permanece la tierra que lo cubre parcialmente, ya que no ha sido totalmente excavado. Las dimensiones de este local paralelográñco son de 8,40 m. de E. a O. por 5,40 m. de N. a S. Los muros tienen una altura media de 0,60 m. y un espesor de 0,55 m. el muro perpendicular al pórtico, mientras que el pa­ralelo a dicho pórtico tiene 0,60 m. de espesor. Su despiezo es de sillarejo algo irregu­lar, sujeto con cal, habiendo perdido todo el revoque que seguramente tuvo.

Núm. 2.—La taberna siguiente, situada al Norte de la anterior, la denominados: número 2 en el plano general. Su planta es paralelográmica irregular, ya que la pared del fondo no es perpendicular a las laterales. Las dimensiones de sus muros son las siguientes: La pared que linda con la taberna núm. 1 mide 8,60 m.; la otra perpen­dicular, que la separa de la que llamaremos taberna núm. 3, mide 8,40 m. La anchura de este local es de 4,80 m. en el fondo por 4,90 en la pared de la fachada que da al pór­tico, con una puerta central en este muro que tendría 3 m. aproximadamente, tamaño-deducido por comparación con las otras puertas de las tabernas, ya que parte del muro está perdido y sólo se ve un quicio de la puerta con toda claridad. Nos referimos siem­pre a medidas interiores de las habitaciones.

La altura de las paredes en esta tiendo es de 0,40 m., ya que el piso es algo más elevado. E¡s probable que la tienda anterior esté al mismo nivel, aunque al no apare­cer el piso se ha excavado algo más. El grosor de las paredes es distinto: 0,55 m. la que limita con la habitación núm. 1 y 0,50 m. la otra perpendicular al pórtico, mientras, que la pared del fondo, del mismo tipo de construcción, pero con piedras mayores y algún ladrillo o tégula para regularizar las hiladas, mide 0,62 m. de espesor. E¡n el in­terior de esta taberna existe una cisterna abovedada con tégulas y grandes lechadas intermedias de cal. Se puede apreciar parte del piso de opus cimenticium.

Núm. 3.—Las medidas interiores de esta taberna son 8 m. en la parte Sur, que linda con la taberna núm. 2, mientras que mide 8,30 m. de longitud el muro que linda con la

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siguiente, o sea la núm. 4. Algo más ancha que las anteriores, tiene 5,45 m. al fondo, y lo mismo en la fachada que da al pórtico, aunque tampoco es rectangular exacta­mente, como se puede apreciar en el plano (fig. 2). La puerta, que aquí se aprecia con más claridad, tendría 3,20 m. de anchura. La altura media de los muros conservados-es de 0,50 m. a 0,60 m.

Las paredes, excepto la que separa la taberna núm. 2, que es más irregular de cons­trucción, están edificadas con cal y sillarejo pequeño, bien puesto por hiladas paralelas. Sobre estas hiladas corre una capa de cal con algún fragmento de tégula para igualar y encima se alzaría el muro de tapial, hoy desaparecido.

Núm. 4.—Esta taberna es mayor que las anteriores al tener más profundidad, aun­que es posible que estuviera dividida en dos compartimientos, como veremos.

Mide su interior 11,30 m. de longitud o profundidad por 5,40 m. de anchura junto a la puerta y 5,65 m. de anchura en el fondo frente al gran pórtico.

Presenta varias puertas. En primer lugar tenemos la que da paso al pórtico, que no está centrada, sino algo corrida hacia el Sur. Mide esta puerta 1,50 m. de luz. Una segunda puerta tenemos opuesta a ésta en la pared del fondo, donde se puede ver un umbral formado por dos grandes piedras, con los quicios tallados para las puertas. Esta taberna daba paso, por tanto, a la habitación núm. 5, que describiremos más-tarde. Mide su vano 2 m. En el muro Norte de esta taberna se abren otras dos puertas. La primera a 5,30 m. de la pared que da al pórtico del foro, mide 1,40 m. de anchura. Aparece también el umbral con los quicios tallados, y presenta la novedad de hallarse unos 30-40 cm. más baja que el piso regular de la habitación, pero esto queda en duda, pues no se ha excavado más al Norte, no sabiendo con seguridad la estructura o nive­lación de la taberna o habitación inmediata que por el Norte se comunicaba con ésta ya descrita. A 1,90 m. en dirección Oeste se encuentra la cuarta puerta, que daba al Norte, también con un anchura de 1,10 m. únicamente.

En la parte central de esta taberna se aprecian algunos sillares desgastados de arenisca, así como un tambor de columna del mismo material. Junto al muro Norte hay un pozo al nivel del suelo con brocal circular de piedra.

Respecto a sus muros, los del Sur y Este son los mejor conservados, alcanzando-una altura media de 0,70 m. y que todavía presentan algún fragmento de revoque de cal. Las paredes del Oeste (que da al pórtico) y del Norte apenas alcanzan los 0,40 m. de altitud, y aunque el grosor y tipo de construcción es el mismo, no son tan perfectas las hiladas de sillarejo como en el muro anterior, o sea el que linda con la taberna número 3.

Delante de estas cuatro tabernas corría un pórtico que daba al Foro, del cual añoran los tambores de cuatro columnas a cinco metros de distancia de la pared, siendo la separación que hay entre sus intercolumnios irregular.

Finalmente, al Norte de la taberna núm. 4 se halla ya el límite de la excavación en esta dirección.

Núm. 5.—La planta de esta habitación es más compleja, ya que posiblemente se trate de varios recintos que momentáneamente es imposible determinar hasta que no se prosigan las excavaciones por el sector Norte.

Las dimensiones son: el muro que corre en dirección E-O. (prolongación del que separa a las tabernas números 3 y 4) mide 8,60 m. y los muros que van en la direc­ción S-N. miden 10 m. el que separa a esta habitación de la taberna núm. 4 por el Oeste, y unos 4 m. el del fondo, perdiéndose ambos en la zona sin excavar. Entre ellos aparece un tercer muro paralelo de 6 m. La altura de estos muros sobre el nivel del suelo es de 30 a 50 cm. por unos 50 cm. de espesor. Su estructura es más tosca e irregular y presenta un aspecto más tardío, y excepto la pared que linda con la taberna núm. 4, ya descrita, las otras no están cogidas con cal, sino con barro.

En el interior podemos observar un umbral de arenisca gris de 1,80 m. de longitud" a 5,20 m. de distancia de la pared E-O., que casi coincide con la prolongación del muro Norte de la taberna núm. 4, este umbral se halla en el centro y a sus lados se ve aflorar la continuación de los muros (a un nivel más bajo que el suelo de la habitación), divi­diendo todo el ámbito en dos habitaciones probablemente, la llamada núm. 5 y la que-denominamos 5 a (en el plano), hasta que una próxima excavación lo confirme.

En el centro, hacia el N-E., existe una cisterna abovedada. Se conservan restos del piso, constituido por fragmentos de ladrillo y cal con al­

guna tesela de mármol blanco y oscuro, asentado sobre unas capas de pequeñas piedras. En el ángulo S-O. del recinto hay una posible escalera construida con sillares apro-

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•vechados de arenisca y caliza y una laja de pizarra cogidas con cal. Mide 1,70 por 1,10 rjnetros.

Núm. 6.—Pasamos a la habitación núm. 6. Se trata de un recinto de forma alar­gada e irregular en el cual no ha aparecido ninguna puerta al excavarlo. Está situado exactamente al Este de las tabernas números 3 y 4, con las cuales linda, mientras •que al Norte linda con la taberna núm. 4 y al Sur con la habitación núm. 9.

Sus dimensiones generales son: 2,50 m. en la pared N. y 2,50 m. en la pared S., mientras que en las paredes del E. y del O. alcanzan 10,70 m. En la pared central de su planta tiene un escalonamiento en sentido Este, como se puede ver en el plano ge-

.neral (ñg. 2). La altura general de sus muros es de 0,50 a 0,70 m. y el grosor de los mismos entre 0,55 y 0,60 m., siendo la estructura de su fábrica distinta para cada uno.

En la pared Norte, es decir, la que linda con la taberna núm. 4, existía una puerta •que fue tapiada más tarde. Desde esta pared Norte hasta el centro del recinto hay un •depósito rectangular que mide 3,70 por 1,05 m. recubierto internamente por cemento hidráulico, el cual se conserva en el fondo y parte en las paredes. Las paredes del de­pósito tienen un espesor de 35 cm. la más larga y solamente 20 cm. la corta. Estas pa­redes están constituidas por piedras y fragmentos de tégulas con mortero de cal. Para­lelo a este depósito corría otro que probablemente iba desde la pared Norte (donde es­taba la puerta que daba a la taberna núm. 4) hasta el centro, midiendo 5,40 por 1,20, •o sea mayor que el anterior. Conserva el piso de cemento hidráulico con los caracte­rísticos rebordes angulares. También es más profundo que el anterior.

En la mitad Norte de este recinto no se conserva el piso, y hacia el centro de este ¡sector se encuentran unos muretes que de momento no podemos aventurar su finalidad.

Este recinto serviría por tanto como un posible almacén de líquidos. Núm. 7.—Se halla esta habitación cuadrangular lindando con el almacén de líqui­

dos (núm. 6) por el Oeste y con la habitación núm. 5 por el Norte. Mide 5,40 m. de lado N-S. y 5,60 m. de lado E-O.

Las paredes son de piedra con revoque de cal, de 60 cm. de espesor y 50 cm. de al­tura, exceptuando a la pared del Este de la habitación, que sería de tapial y que sólo ••conserva una altitud de unos 20 cm., siendo 30 cm. su espesor. Las paredes de piedra, •que son de estructura irregular, conservan todavía algunos restos de estucos de color rojo que por su pequeño tamaño es imposible determinar ningún estilo pictórico. En la pared del Sur, en su ángulo del Este tiene una puerta con el umbral de arenisca que •mide un metro y da comunicación a la habitación núm. 8.

El piso es de opus testacio, con incrustaciones de pequeñas losas cuadradas de már-.mol blanco y oscuro. Del centro ha desaparecido el emblema del mosaico, que medía 1,80 m. por 2,30 m. de lado E-O. y N-S., respectivamente.

Núm. 8.—Junto a la anterior, y también lindando con la habitación núm. 6, se halla •ésta, de forma cuadrangular perfecta, de 4,80 m. de lado.

Las paredes son similares, salvo que aquí la pared Este alcanza mayor altura. El muro que da al Sur conserva un buen fragmento estucado cuya decoración está •constituida por una raya horizontal a 20 cm. sobre el peso y otras verticales de color -vinoso sobre fondo blanco. Los colores están bastante deteriorados y perdidos.

El piso, bastante bien conservado, de opus testacio, presenta una circunferencia -de 1,25 cm. de diámetro en el centro, formada por inscrustaciones de mármol de dis­tintos colores. Dos líneas de teselas blancas que nacen en los ángulos de la habitación -se cruzan en el centro del círculo. Dentro de la circunferencia (de 10 cm. de espesor) hay otros cinco fragmentos incrustados de mármol semejando una cruz. Fuera del círculo también se ve un pequeño rombo de teselas y algún otro fragmento de mármol incrustado.

Núm. 9.—La habitación núm. 9, que llega ya al limite de la excavación, presenta .•nuevas dificultades que no se podrán aclarar hasta que prosigan las excavaciones en <ese sentido. Esta habitación mide 5,50 m. en sentido N-S. y 7,90 m. en dirección E-O.

El muro Sur de la habitación sólo aflora 20 cm. sobre el piso. El muro Este pre­senta hacia el centro un entrante de 20 cm. que se acusa también en las habitaciones •con las cuales linda. En el muro del Norte aparecen dos piedras adosadas a él y sobre •el piso, que sería posiblemente un hogar. Finalmente, junto al muro Oeste, o sea el que linda con la taberna núm. 1, se halla otro muro paralelo que nace a 1,60 m. del anuro Sur y corre hasta la zona sin excavar; este muro presenta la particularidad de carecer de cimentación, hallándose sobre tierra a unos 40 ó 50 cm. del suelo de la ha­bitación; posiblemente se deba a una construcción posterior, aunque también cabe la posibilidad de ser unas hiladas caídas del muro Oeste.

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Estas paredes, que se alzan sobre el suelo 60 cm. (excepto la del Sur, como hemos indicado arriba), tienen 50-55 cm. de grosor. Son de hiladas irregulares de piedra con «al, y en la pared del Este se ve también alguna tégula para iguar hiladas.

Carece de piso. También se encuentra un tambor de columna de caliza, quizá pro­cedente del pórtico, y que ha servido más tarde de relleno.

Núm. 10.—Esta habitación rectangular mide 4,10 m. en sentido N. S. y 5,60 m. E-O. Está cubierta parcialmente por la tierra que se ha dejado a manera de testigo y por eso de la pared Sur aflora un trozo de 2 m. solamente. La altura y grosor de estos mu­ros es la misma que hemos visto en las habitaciones anteriores, y sólo presenta la no­vedad de conservar dos capas bien definidas de enlucido de cal de 1,5 cm. de espesor cada una, aproximadamente. La anchura de la puerta que comunica con los habita­ciones siguientes no se puede apreciar, pues se ha perdido parte de los muros.

Núm. 11.—Este pequeño recinto, que mide 3,60 m. N-S. por 3,10 m. E-O., serviría para dar paso desde el patio central, que describiremos seguidamente, a la habitación anterior, núm. 10, como se puede ver en el plano general. Sólo la pared Oeste que lo separa de las habitaciones números 8 y 9, alcanza una altura considerable (70 cm.) y es de buena estructura, con hiladas bastante regulares de piedra. La pared opuesta, o sea la que da a Levante, únicamente alcanza una altura de 30 cm. y un espesor de 35 centímetros, y las paredes del Norte y del Sur apenas si afloran sus cimientos, con lo cual no podemos dar una medida exacta para los vanos de comunicación.

Núm. 12.—Toda esta zona que se extiende hacia Levante ofrece serias dificultades de interpretación por existir varios muros posteriores. El recinto que describimos (con el número 12) seria sin ninguna duda el impluvium del edificio, ya que, aparte de su situación central, tiene también una gran cisterna, con boca de entrada rectangular que mide 45 por 60 cm. Desfigurando su estructura, todavía se halla in situ una exedra •circular con una canal que viene del Este, o sea del Decumanus B, para traer las aguas de la calle a la cisterna, y que por ser obra tardía, ya que se halla sobre los pavimen­tos, no queda consignada en el plano para no confundir al lector.

Mide el impluvium 3,20 m. de anchura (dirección N-S.) y 11 m. en sentido E-O., aunque es probable que existiera un muro que dividiría en dos partes a este patio y que las reformas posteriores han hecho desaparecer. La altura de los muros es de 30-40 cm. •como máximo; se conserva algún trozo con tres capas de enlucido de cal; el grosor del muro sería de 55 cm., aunque en algunos sectores no conserva este espesor.

La boca de la cisterna, que se halla a 2,10 m. de la pared Este del impluvium, con­serva en su alrededor un pavimento en regular estado de opus signinum con incrus­taciones de mármoles claros, colocados regularmente formando líneas discontinuas.

Núm. 13.—A ésta habitación se pasaba desde el impluvium o continuación del im­pluvium a través de una puerta que tiene 1,10 m. de anchura. Está situada, por tanto, al Norte del impulvium y mide 3,80 m. de anchura, es decir, dirección N-S., y 6,20 m. de longitud, o sea en sentido E-O., siendo su forma rectangular perfecta.

La altura máxima de las paredes es de 40 cm. en la parte Este, mientras que al Oeste sólo afloran unos centímetros sobre el pavimento. El pavimento de opus testacio tenía en el centro un emblema cuadrangular de 1,20 m. de lado que ha desaparecido; este emblema estaba formado por 16 losas o ladrillos, ya que se conserva la impronta de ellos.

Tenía esta habitación tre3 puertas. La primera, en la pared Sur, comunicaba con el patio central y mide 1,10 m, de luz. Otra puerta opuesta a ésta, bien centrada en la pared Norte, que daba paso a la habitación núm. 15, con una anchura de 1,30 m. Por último, la tercer puerta, situada en la pared Este, se presenta actualmente tapiada por un pared muy mala de fragmentos de tegulae; una de las jambas de esta puerta la constituye la pared Norte de esta habitación.

Núm. 14.—Con el número 14 designamos un largo y estrecho recinto de 8,30 m por 1,70 m. Estaría dividido en dos partes, ya que hay una pequeña diferencia de alti­tud en el pavimento, siendo más alto en la mitad Este, que está formado por opus sig­ninum, con una decoración geométrica de líneas cruzadas (de teselas blancas) for­mando rombos. La otra mitad del pavimento, en la zona Oeste, es un simple opus tes­tacio. Las paredes alcanzan poca altura, siendo unos 40 cm. la altitud máxima.

En el extremo Oeste del recinto hay un pequeño entrante de 1,20 m. de anchura por 0,70 m. de profundidad. Este entrante bucea hacia el Norte en la zona sin excavar.

Núm. 15.—Al Norte del recinto anterior se encuentra esta habitación, de la que nt> podemos dar medidas ni más características por hallarse todavía sin excavar total­mente, ya que sólo se han descubierto dos de sus muros y de forma parcial.

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Núm. 16.—Pasamos ahora al Este de la habitación núm. 13 y al Sur de la núm. 14,. donde nos hallamos con un local de 4,30 m.E-O. y 4 m. dirección N-S.

Como en toda esta zona que estamos describiendo, la altitud de los muros es escasa y su estructura pobre y sin homogenaidad, ya que mientras unos aparecen trabados, con cal, otros lo son simplemente con barro. Esta habitación ha sufrido reformas, ya que se conservan unos muretes de ínfima calidad que la dividen en tres partes, como podemos ver en el plano. En estos muretes se han aprovechado materiales antiguos, como lo son las numerosas tégulas. El pavimento sólo se conserva en una pequeña parte, zona que corresponde al departamente situado al Nordeste de la habitación; también en este ángulo se conserva parte del revocado de cal.

En la parte Norte de la habitación y hacia Levante, hallamos una posible puerta,, siendo un fuste de columna reaprovechado una de sus jambas; tal vez la puerta era más ancha antiguamente, pero en alguna de las reformas y reaprovechamientos su­fridos sería estrechada. E l citado fuste es de arenisca y aflora 35 cm. sobre el piso. Otra puerta de la habitación es la que comunica con la habitación núm. 13, ya descrita más arriba

Núm. 17.—Pasamos al Sur del impluvium, donde se encuentra esta habitación,, de 7 m. en sentido E-O. por 3,20 m. en sentido N-S. El muro que daba al Norte, es decir, al impluvium, ha sido arrasado casi totalmente al construir la exedra, ya citada anteriormente; en esta pared, junto ya al muro Este, se hallaba la puerta, ya que se aprecia claramente una de sus jambas. El muro Este, en la esquina que da al patio, o sea al Norte, conserva una puerta de 0,90 m. de anchura, y finalmente en la pared Sur, también hacia Levante, junto al muro Este por consiguiente, se abre un nuevo vano, con la particularidad de presentar una especie de escalera, quizá para salvar la diferencia de nivel que habría entre esta habitación y la núm. 18. Las dos paredes mejor conservadas, que son la del Norte y la del Sur, alcanzan una altitud de 55 cm. y un espesor normal de 50 cm. No ha aparecido ninguna clase de pavimento.

Núm. 18.—Al Sur de la habitación anterior se encuentra la que describiremos a con­tinuación de forma somera, ya que no se ha excavado totalmente, pues del muro Sur de este recinto sólo se ha descubierto la parte interna y del muro Este únicamente su arranque. Sólo la pared del Poniente presenta una estructura de hiladas de piedra» mientras que las otras paredes son, como en las habitaciones anteriores, de opus con­creto. Los muros se elevan 40 cm. sobre el piso o superficie excavada. Mide esta ha­bitación 4,80 m. E-O. y 3,90 m. N-S.

Núm. 19.—Mide esta habitación 4 m. en sentido E-O. y 3,70 m. N-S. Se halla ya junto al llamado Decumanus A, que corre de Norte a Sur en la ciudad romana. El in­terior permanece cubierto por las tierras y únicamente se ha descubierto de forma total la pared Este, es decir, la que da al Decumanus. También se ha descubierto la esqui­na S-O., lo cual nos permite conocer sus dimensiones. La pared que linda con la calle es de 55 cm. de espesor. Su altura es de 35 cm.

Núm. 20.—Con este número denominamos de forma provisional un área muy con­fusa de 4 m. E-O. por 3,30 m. N^S. No se ha excavado totalmente en el sentido de la profundidad, y por tanto nada se puede adelantar sobre algunos muros incompletos que aparecen en el interior de la habitación y que no incluímos en el plano para evitar confundir al lector. Este recinto también se halla situado sobre el que llamamos De­cumanus A.

Núm. 21.—Este recinto, de superficie rectangular alargada de 5,10 m. de E. a O. y 1,60 m. de N. a S., es sin duda el pasillo que desde el Decumanus B daba entrada a la casa, o mejor al impluvium y desde aquí al resto de las habitaciones. Junto a la puerta de la calle, que mide 1,60 m. de anchura, o sea lo mismo que el pasillo, se encuentran unas piedras caídas, y más al interior, la canal que llevaba el agua a la cisterna y que, como ya hemos repetido, es obra más tardía. Este canal, que describe un arco de cir­cunferencia en el interior del pasillo, cruzando el muro Norte del mismo, está construi­da con materiales pobres reaprovechados y cubierta de tegulae. Las paredes que for­man este pasillo son irregulares; una ellas, la pared Norte, sólo tiene 30 cm. de espesor y está edificada con tegulae y piedras de pequeño tamaño, lo cual nos habla de una reforma posterior que es difícil precisa en qué momento se produce.

Núm. 22.—Finalmente, al Sur del pasillo y limitando por Levante con el Decuma­nus A., se encuentra este espacio, del cual sólo se ha excavado una pequeña parte del muro Este, o sea el que da a la calle, el del pasillo, que ya hemos descrito, y el muro de Poniente que lo separa de la habitación núm. 16.

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INTERÉS DE LOS RESTOS DESCUBIERTOS PARA LA INTERPRETACIÓN TOPOGRÁFICA DE AMPURIAS.

E l avanzado estado de arrasamiento de los vestigios arquitectónicos de toda el área de la Ampurias romana últimamente descubierta, reduce grandemente su interés, ya que de por sí nada extraordinario nos descu­bren aquellas ruinas. Sólo se ve que son parte de una simple ínsula ur­bana cercana al Foro, limitada ésta entre el Foro y de Decumanus A. Ni si­quiera nos es conocida aún la situación de los cardi que la limitaban. En cuanto al edificio monumental del Sur del Foro, nada podemos aún pre­cisar. Así, pues, por sí mismos estos vestigios de la antigua Ampurias nada aportarían a no ser por la luz que lanzan sobre la topografía general de la Ampurias helenístico-romana, de la que aún tan poco se ha excavado. Incluso la misma parte del área de ella descubierta hasta el presente lo ha sido de manera discontinua, por razones diversas.

Sólo ahora tenemos para comprender el antiguo plano de Ampurias "una gran luz y segura orientación gracias a cuanto podemos deducir de la que llamaremos Insula del S. E. del Foro y sobre todo al haber hallado la situación de esta gran plaza, parte tan importante en toda ciudad. Situa­dos ambos restos en el plano general de Ampurias, hemos podido ya in­terpretar en su trazado aproximado toda una posible comprensión del tra­zado urbanístico de nuestra ciudad tal y como refleja el plano esquemá­tico que ahora publicamos.

En primer lugar queda plenamente justificado el nombre plural de Em-poriae, "Ampurias", que los romanos daban a los tres núcleos urbanos que constituía aquella antigua ciudad. Por una parte había la palaiápolis, como la denominaron los griegos, sobre la islita de S. Martín de Ampurias, y luego el núcleo de Emporion frente a ella, en tierra firme, que los arqueólo­gos hemos denominado Neápolis. Eran estos núcleos ciudadanos los fun­dados por los griegos f ocenses y los que acabaron originando las Emporiae helenística y romana. A l margen de aquellos dos núcleos urbanos greco-focenses se originó y creció la Indica hispana, cuyos restos hemos hallado en varios lugares e incluso creemos poder fijar ya hoy su perímetro de murallas, luego sustituidas por las que atribuímos a César.

Sabemos tras nuestras excavaciones que entre la Neápolis e Indica hubo varios cementerios griegos que pudimos excavar años pasados. Estos enterramientos sólo se realizaron desde el siglo rv a. de J. C , del asenta­miento de los griegos en Ampurias, más o menos hacia el 575 a. de J . C , hasta el siglo m a. de J . C , en que el crecimiento del núcleo urbano indí­gena de Ampurias hizo que no se usase aquella zona intermedia como ne­crópolis. Es, sin embargo, evidente que nunca entre ambos núcleos de la ciudad griega de Ampurias y la indígena de Indica se edificaron casas. Pues bien, hemos comprobado que la separación entre ambos núcleos ur­banos persistió a lo largo del helenismo y del imperio romano. Sólo algu­nos muros para urbanizar los horti, en terrazas, de las grandes Casas ro­manas números 1 y 2 y los citados nínfeos de los horti hemos descubierto en aquel extenso espacio entre las dos ciudades.

Luego sobre la ciudad de Indica se fue organizando una ciudad de tipo helenístico, ya antes del asentamiento histórico de los cives romani, que sabemos hizo César tras su victoria en la batalla de Munda. Está ya augu-

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rado en varios lugares, tras nuestras excavaciones entratigráficas, que la división en decumani y en cardi del área en que se asentó la ciudad greco-indígena de Indica ya estaba establecida antes del asentamiento romano y la consiguiente declaración de municipium que abarcó a todos los habitan­tes de las Emporiae, según concretamente nos refiere Tito Livio. Ello debió acarrear la ampliación del área urbana hacia el Norte, más allá de donde corría de Este a Oeste el lado Norte de la muralla indígena que envolvió a la Indica española y de la cual concretamente Tito Livio, siguiendo a Ca­tón, nos describe. Como él expone, esta muralla protegía a las hispani, que buscaban, por conveniencia del comercio y de su seguridad, el contacto de los griegos y envolvía a su vez la ciudad griega.

Hemos hallado la puerta septentrional de esta muralla, de la cual salía el Decumanus B que iba hasta bordear el lado oriental del Foro. Su trazado se ve bajo la Casa romana núm. 1 y otras construcciones dirigiéndose ha­cia el ángulo más interior del puerto. Después del asentamiento de César debió organizarse al exterior de esta línea de murallas todo un extensa barrio urbano totalmente romano y se debieron otras posibles reformas, como la construcción del Foro y del cardo máximus y sobre todo el recinto de opus cimenticium sobre un fuerte zócalo de piedra irregulares y gran­des y muy bien ajustadas, al cual se superpone en varios tramos a la mu­ralla exterior de Indica con sus torres de flanqueo cuadradas. Sin embargo, como ya hemos dicho, anteriormente a estas reformas había ya en aquella área urbana de Indica una urbanización de calles rectas cruzadas entre sí de la que podemos dar aún la traza general, pero sí asegurar su existencia en el siglo n a. de J. C. Tanto en el Decumanus A como en el Decumanus B, nos aseguran un trazado anterior a la época de César, aún sólo entonces se organizaron los pórticos del Decumanus B y se hacen otras reformas, mejorando su piso con su suelo de cemento y guijarros rodados en am­bas calles.

Entonces debió organizarse el Foro y el Decumanus Máximus, que lle­gaba a él procedente de la porta principalis, en la muralla Sur. Esta puerta se abre sobre los cimientos de un torreón cuadrado de flanqueo de la mu­ralla de Indica y se dirige directamente al Foro, con la parte Norte porti-cada, como ya hemos indicado.

Establecida con seguridad la traza de los Decumanus A y B y el tra­zado general de la muralla, se ve claramente que otros dos Decumanus, C y D, se hallaron un día en la mitad occidental de la ciudad. Por otra parte, nuestras excavaciones en años pasados descubrieron en la esqui­na S. O. del recinto amurallado romano la rara situación allí de una puerta de la muralla organizada y defendida a base de un entrante en la misma esquina del paralelogramo alargado que forma el recinto largado de la ciu­dad. Para organizar mejor su defensa se había dado una pequeña vuelta acodada a la esquina de la muralla. De ella arrancaba un Decumanus trans-versalis que vemos ahora va a desembocar en la esquina S. O. del Foro Máximo. He aquí, pues, otra peculiaridad del plano general de la Ampurias romana que parece puede ya aventurarse y que confirmaré más pronto.

Más difícil es precisar el trazado de los cardi que iban de Este a Oeste. Sólo de los dos cardi que asilan la Casa romana núm. 2 podemos saber su arranque y algo de su desarrollo. Uno de ellos, cerrado por la Casa roma­na núm. 1 e incorporado a su planta, vemos que rectifica su trazado al Ue-

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gar al primer Decumanus A, continuando hacia el interior de la ciudacfc algo más hacia la izquierda. E l otro parece seguir recto. En torno a la. ínsula del ángulo S. E . del Foro no hemos hallado aún ningún cardi. En* otros lugares de la ciudad tampoco sabemos cómo estaban establecidos. Por ello hemos renunciado por ahora a fijar su trazado. Es aún un proble­ma en Ampurias sin base alguna de solución, pero del cual pronto estare­mos más informados.

También nos queda aún incierta la situación de las puertas laterales*, que pudo tener el recinto de la ciudad, así como su trazado Norte.

Mas por el plano organizado a base de lo ya descubierto, sobre todo los. restos arquitectónicos cercanos al Foro, se puede comprender cuánto he­mos avanzado ya en el descubrimiento de la famosa ciudad, cuyo trazado-urbanístico alcanzó una extensión de 22 hectáreas. Conforme avanzan, len­tamente, los trabajos arqueológicos se nos ofrece más lleno de enseñanzas-para todos los arqueólogos, incluso en muchos aspectos particulares a los;, cuales no nos vamos a referir en este lugar.

MARTÍN ALMAGRO BASCH.

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Fig. 1.—Plano general de la ciudad grecorromana de Ampurias, con las áreas excavadas y planimetría conocida de la Ciudad Romana.

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Fig. 2.—Plano general del área excavada durante las campañas de 1957 a 1961. Corresponde a los núms. 12, 13 y 14 de la figura 1

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LÁMINA I

Ampurias.—1. Vista parcial del S. E . del Foro Máximo. En primer término las dos basas y las capillas o templetes a las divinidades ciudadanas. A la derecha el gran edificio público por excavar y al fondo la Insula con su pórtico, del cual se aprecian los arranques de las columnas. 2. Vista de las excavaciones desde el S. E . del Foro. E n primer término las tabernas (la m á s próxima la núm. 4) con el pórtico. A l fondo la pared sur del gran edificio

público de 25 metros de longitud

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LÁMINA II

Ampurias.— 1. Detalle constructivo de la esquina S. E . del gran edificio público del Poro Máximo. 2. Interesante molde para fabricar terracotas hallado en las excavaciones de la

Insula. Representa la muerte de Adonis y se puede fechar hacia comienzos del siglo m

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LÁMINA III

Ampurias.—1 Fragmento de una antefixa de buen arte. Representa una cabeza femenina y debajo una l ínea de ovas. 2. Antefixa restaurada de arte tosco provincial

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O T R A S P U B L I C A C I O N E S

I N F O R M E S Y M E M O R I A S D E L A C O M I S A R I A G E N E R A L

D E E X C A V A C I O N E S A R Q U E O L O G I C A S

1. —César PEMAN, Memoria sobre la situación arqueológica de la provincia de Car diz en 1940, 1942, 2.» edición. Introducción de J. MARTINEZ SANTA-OLALLA.

2. —Fermín BOUZA BREY, El tesoro prehistórico de Caldas de Reges (Pontevedra), 1942.

3. —Joaquín SANCHEZ JIMENEZ, Memoria de los trabajos realizados por ¡a Comi­saría Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Albacete en 1941, 1943.

4. —José GALIAY SARAÑANA Las excavaciones del Plan Nacional en los Báñales de Sedaba (Zaragoza), 1944.

5. —Julián SAN VALERO APARISI, Excavaciones arqueológicas en Monte Bernorio (Patencia). Primera campana 1943, 1944.

6. —Juan URIA RIU, La caverna prehistórica de El Cuetu, Hedías (Asturias), y Bus pinturas rupestres, 1944.

7. —Saturio GONZALEZ SALAS, El castro de Yecla en Santo Domingo de Silos (Burgos), 1945.

8. —Rafael CASTEJON Y MARTINEZ DE ARIZALA, Excavaciones del Plan Na-cional en Medina Azahara (Córdoba). Campaña de 1943, 1945.

9. —Julián SAN VALERO APARISI, El tesoro preimperial de plata de Drieves (Gua-dalajara), 1945.

10. —Juan CABRE AGUILO, El tesorillo visigodo de Mentes de las excavaciones del Plan Nacional de 1944-45 en Zorita de los Canes (Guadalajara), 1946.

11. —Sebastián JIMENEZ SANCHEZ, Excavaciones arqueológicas en Gran Canaria del Plan Nacional de 1942. 1943 y 1944, 1946.

12. —Simeón GIMENEZ REYNA, Memoria arqueológica de la provincia de Málaga¡ hasta 1946. 1946.

13. —Julián SAN VALERO APARISI y Domingo FLETCHER VALLS, Primera cam­paña de excavaciones en el Cabezo del Tío Pío (Archena). Prólogo de J. MAR­TINEZ SANTA-OLALLA 1947.

14. —Juan ALVAREZ DELGADO y Luis DIEGO CUSCO Y, Excavaciones arqueo­lógicas en Tenerife (Canarias), 1947.

15. —Joaquín SANCHEZ JIMENEZ, Excavaciones y trabajos arqueológicos en la pro­vincia de Albacete, de 1942 a 1946, 1947.

16. —Julio MARTINEZ SANTA-OLALLA, Bernardo SAEZ MARTIN, Carlos F. POSAC MON, José Antonio SOPRANIS SALTO y Eduardo del VAL CA-TURLA, Excavaciones en la ciudad del bronce II mediterráneo de La Bastida de Totana (Murcia), 1947.

17. —Salvador VILASECA, Las pinturas rupestres de la Cueva del Polvorín (Pueblo} de Benifazá, provincia de Castellón), 1948.

18—José de C. SERRA-RAFOLS y Epifanio de FORTUNY. Barón de Esponellá, Excavaciones en Santa María de Egara (Tarrasa), 1949.

19. —José GALIAY SARAÑANA, Segunda campaña del Plan Nacional en Los Bá­ñales (Zaragoza), 1949.

20.—Salvador VILASECA ANGUERA, José de C. SERRA-RAFOLS y Lula BRULL CEDO, Excavaciones del Plan Nacional en el Castellet de Bañólas, de TtvlseA (Tarragona). 1949.

21. —Emeterio CUADRADO DIAZ, Excavaciones en el santuario ibérico del Cigarra-lejo (Muía. Murcia), 1950.

22. —Manuel ESTEVE GUERRERO, Excavaciones de Asta Regia (Mesas de Asta, Jerez), campaña de 1945-46. 1950.

23. —José M.« LUENGO Y MARTINEZ, Excavaciones arqueológicas en el Castro y su necrópolis, de Meirés (La Coruña), 1950.

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24. —Actas de ta I Asamblea Nacional de Comisarios de Excavaciones Arqueológicas, 1950, 1951.

25. —Miriam ASTRUC, La necrópolis de Villaricos. Prólogo de A. GALLEGO BU-RIN, 1951.

26. —Carlos CERDAN MARQUEZ, Georg LEISNER y Vera LEISNER, Los sepul­cros megaliíicos de Huelva. Excavaciones arqueológicas del Plan Nacional 1946. 1952.

27. —Luis PERICOT Y GARCIA, con la colaboración de J. M. COROMINAS PLA-NELLES, M. OLIVA PRAT, etc., La labor de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Gerona durante los años 1942 a 1948. Intro­ducción de J. MARTINEZ SANTA-OLALLA. 1952.

28. —Luis DIEGO CUSCOY, Nuevas excavaciones arqueológicas en las Canarias oc­cidentales. Yacimientos de Tenerife y la Gomera (1947-1951). Introducción de J. MARTINEZ SANTA-OLALLA. 1953.

29. —Actas de la II Asamblea Nacional de Comisarios de Excavaciones Arqueológicas, 1951. 1954.

30. —Miguel OLIVA PRAT, La labor de la Comisaría Provincial de Excavaciones Ar­queológicas de Gerona durante los años 1952-1953.

31. —Samuel de los SANTOS GENER, Memoria de las excavaciones del Plan Nacional realizadas en Córdoba (1948-1950), 1955.

32. —VIII Reunión de la Comisaría Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Bar­celona, celebrada en Badalona el 23 de octubre de 1955.

FUERA DE SERIE:

J. SAN VALERO APARISI, Legislación vigente sobre el Patrimonio Arqueoló­gico Nacional y las excavaciones arqueológicas. 1943. Páginas, 118.

Ultimos volúmenes de la serie en folio

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