Problemas Conductuales
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DOCENTE:ROSARIO GARCIA
ALUMNO:WILDER LOPEZ
FRANCISCO LOPEZ
CICLO:IV
LIMA – PERÚ2013
1
INTRODUCCIÓN
Un problema de conducta es un patrón de comportamientos persistentes y
repetitivos en el que se altera la dinámica del grupo y o las normas sociales
acordes a su edad repercutiendo en su rendimiento académico y en las relaciones
que establece en los diferentes contextos, escolar familiar y social.
La desobediencia, las rabietas, el negativismo, constituyen parte de los
trastornos de conducta más habituales durante la infancia, si no lo corregimos a
tiempo perduraría a la adolescencia.
Estos problemas pueden resultar muy perturbadores para los padres dado
que suelen suponer un desafío a su autoridad y control, llegándose a establecer
un vínculo relacional coercitivo con los hijos.
Estos problemas, lamentablemente, parecen ir al alza, incrementándose su
magnitud, frecuencia y lo que es más significativo: la edad de inicio cada vez es
más temprana.
Es importante mencionar que la conducta problemática que manifiestan
algunos niños es un mensaje de lo que están sufriendo, por eso es necesario la
atención adecuada para el bienestar del niño u adolescente.
2
ÍNDICE
Introducción
I. GENERALIDADES...................................................................................4
II. CONDUCTA PROBLEMATICA ...............................................................4
II.1 La desobediencia...........................................................................4
II.2 La conducta problemática .............................................................5
II.3 Consecuencia ..............................................................................5
II.4 Factores de riesgo y factores de protección ..................................8
II.5 Reforzadores y consecuentes........................................................9
II.6 Actividades antisociales o disruptivas..........................................11
II.7 Taxonomía de los problemas de comportamiento ......................11
II.7.1 Problemas de hiperactividad ............................................11
II.7.2 Conductas agresivas ........................................................12
II.7.3 Déficit de atención ............................................................13
II.7.4 Trastornos de socialización ..............................................13
II.7.5 Conductas antisociales .....................................................13
II.7.6 Niños desobedientes ........................................................14
II.7.7 Trastornos de ansiedad ....................................................14
II.7.8 El niño de las rabietas ......................................................15
II.7.9 El niño negativista .............................................................16
II.8 Factores que intervienen en los problemas de comportamiento
desde una perspectiva interactiva................................................16
II.8.1 Problemas o causas sociales ...........................................17
II.8.2 Causas étnicas, de inmigración y raciales ........................17
II.8.3 Causas familiares .............................................................18
II.8.4 Causas personales ...........................................................19
II.8.5 Causas escolares............................................................. 19
II.9 Su origen: ¿por qué se porta mal? ..............................................19
II.10 Pautas de actuación frente a estos casos....................................26
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
3
PROBLEMAS CONDUCTUALES
I. GENERALIDADES
Desde la perspectiva de la persona que lo muestra, conducta problemática
es aquélla que, por su exageración, déficit, persistencia, o inadecuación,
afecta negativamente a su relación con el entorno, interfiriendo en su
desarrollo personal y afectando a su competencia académica, familiar y/o
social.
Desde el punto de vista del entorno social, conductas problemáticas son las
actitudes y hechos contrarios a las normas de convivencia que impiden en
menor o mayor medida la existencia de orden y clima adecuados y dificultan
cumplir las funciones propias de la institución.1
II. CONDUCTA PROBLEMÁTICA
2.1 LA DESOBEDIENCIA
Uno de los conceptos fundamentales que debemos conocer para
identificar inequívocamente un problema de conducta en la infancia y
en la adolescencia es el término desobediencia.
Entendemos por desobediencia la negativa del niño o adolescente a
hacer aquello que le pedimos y la realización por su parte de aquello
que le indicamos que no haga mediante una petición directa,
resistiéndose de este modo a someterse a una regla establecida.
Por lo tanto, existe comportamiento o conducta de desobediencia
cuando:
- Uno de los responsables del niño o adolescente le da una orden
para que se ajuste a un modelo de conducta concreto y no la cumple
en un plazo determinado de tiempo.
1 ARAUJO L., Irma. (2005) “Problemas de conducta y resolución de problemas” Ideaspropias Editorial Vigo. 1° Edición. Pág. 120
4
- Uno de los responsables del niño o adolescente le pide que
interrumpa su conducta actual o que no inicie una conducta que va a
ocurrir, y, sin embargo, no cesa su conducta en el lapso de tiempo
prefijado.
- El niño no se ajusta en el tiempo establecido a una conducta a la
que por norma ha de someterse.
- El niño realiza una conducta prohibida.
Las conductas de desobediencia forman parte del proceso evolutivo
normal de una persona, siendo conductas de gran prevalencia en los
primeros años de vida, pero que con el paso del tiempo tienden a
desaparecer, como es sin duda deseable.
2.2 LA CONDUCTA PROBLEMÁTICA
Estamos ante una conducta problemática cuando ésta:
1. Presenta una frecuencia
exagerada.
2. Persiste en el tiempo de
una manera estable.
3. Afecta negativamente a la
persona que lo muestra
interfiriendo en su
desarrollo personal, social,
curricular…
4. Repercute negativamente en el entorno (familiar, escolar y social).
5. No se explica desde las condiciones propias de la etapa evolutiva
(edad de desarrollo) de la persona.
2.3 CONSECUENCIA
La importancia de las consecuencias de las conductas problemáticas
radica en que pueden:
5
Llegar a amenazar la salud y la seguridad de quien las muestra y
de quienes las sufren u observan.
Generar en los adultos respuestas coercitivas (no educativas)
desmedidas y desproporcionadas (castigos, expulsiones…).
Ser una fuente muy potente de estrés (para adultos y
compañeros).
Generar aislamiento y exclusión social.
Requerir supervisión continua: centrando la intervención en la
conducta y sustrayendo los esfuerzos necesarios en otros
ámbitos de enseñanza y aprendizaje.
Empeorar si no se adoptan las medidas adecuadas.
Sin embargo, también pueden sernos de utilidad puesto que señalan
qué es importante para el sujeto; qué necesita o qué carencias tiene
(atención, seguridad, afecto…).
No todas las conductas inadecuadas son problemas de
comportamiento. Valorar si una conducta concreta es o no un
problema de comportamiento exige tener en cuenta los siguientes
factores:
Edad: La identificación de una conducta como problemática
requiere evaluarlo en relación con la norma evolutiva. Algunas
conductas propias de la primera infancia, tales como el
movimiento excesivo, la impulsividad, cierta agresividad... son
normales en esta edad, pero dejan de serlo en etapas
posteriores.
Contexto en el que se manifiesta la conducta: La valoración de
la conducta de un alumno es altamente dependiente del entorno y
del juicio de las personas significativas del mismo.
6
Estabilidad: La conducta inadecuada tiene que configurarse
como una pauta conductual relativamente estable y prolongada
en el tiempo.
Efecto sobre el desarrollo del alumno y su relación con el
medio: La conducta tiene que interferir de manera significativa en
el proceso de desarrollo personal del alumno, afectando en mayor
o menor medida a los ámbitos personal-emocional, social y
académico.
Efecto sobre el entorno: La conducta del alumno debe producir
consecuencias negativas para el entorno en el que se produce.
Podríamos decir que los problemas de conducta son habituales en el
entorno escolar, y en muchos casos tienen consecuencias negativas
graves, tanto para el alumno que se comporta inadecuadamente
(puede repercutir negativamente tanto en su desarrollo personal y
afectivo como en su aprendizaje), como para el resto del grupo-aula,
(puede alterar de forma más o menos grave la dinámica del aula).
Las conductas desajustadas que tienen lugar en las aulas no se
producen por azar ni tienen únicamente como base las
características personales de los alumnos que las manifiestan.
Deben ser entendidas siempre como consecuencia o producto de la
interacción del alumno con el entorno social y académico en el que
está inmerso. Desde este enfoque, entendemos que la conducta
problemática es consecuencia de la interacción del alumno con el
medio social y académico, es decir, la conducta no es sino el
producto de la confluencia de una serie de elementos pertenecientes
al propio alumno, al medio educativo y a la interacción de ambos.
Es importante también señalar la relación causa-efecto entre los
problemas de aprendizaje y los de conducta. En un porcentaje de
7
casos, los alumnos con desajustes comportamentales presentan
también problemas de aprendizaje y retraso escolar. Conviene
analizar si el alumno no aprende porque su comportamiento
inadecuado se lo impide o se comporta mal porque no aprende. La
importancia de discriminar cuál es el posible origen del desajuste es
necesaria porque de ello va a depender la intervención educativa. Si
en la base del desajuste está un problema de aprendizaje, la
respuesta educativa tenderá a controlar las variables académicas
(adaptaciones curriculares, recursos metodológicos…). Si por el
contrario el origen se sitúa en el propio comportamiento, la respuesta
incidirá en variables más contextuales, sociales y personales
(aplicación de técnicas de modificación de conducta, desarrollo de
habilidades sociales…)
2.4 FACTORES DE RIESGO Y FACTORES DE PROTECCIÓN
Hemos señalado anteriormente que la conducta se produce en un
contexto de interacción de factores personales, sociales y físicos que
la modulan y condicionan.
Estos factores pueden adoptar caracteres y funciones diversas, e
incluso contrapuestas, contribuyendo en ocasiones a fomentar la
conducta y en otras a hacerla desaparecer. Cuando un elemento,
evento o situación aumenta la probabilidad de desencadenar una
conducta problemática, constituye un factor de riesgo; cuando
disminuye la probabilidad de desencadenarlos, constituye un factor
de protección. Los factores de protección, a su vez, aumentan la
probabilidad de desarrollar comportamientos asertivos, maduros y
ajustados.
Ejemplos de factores de riesgo:
- Bajo nivel en C.I.
- Retraso escolar.
8
- Comorbilidades.
- Temperamento irascible.
- Síntomas tempranos de oposicionismo y desafío.
- Alta frecuencia y gravedad de conductas inadaptadas.
- Presencia de trastornos en las familia (herencia).
- Problemas familiares: abusos, maltrato, abandono…
Ejemplos de factores de protección
- Elevadas habilidades de crianza y educación.
- Personas de referencia próximas y estables.
- Estabilidad económica y social de la familia.
- Ambiente social y escolar seguro y fiable.
- Expectativas positivas y atribuciones ajustadas.
- Éxito escolar.
- Presencia de conductas prosociales.
2.5 REFORZADORES Y CONSECUENTES
Otro aspecto a considerar por su importancia en la génesis de la
conducta es el efecto o la incidencia de las consecuencias que
acompañan a la conducta problemática. La aplicación consciente y
sistemática de estas consecuencias es una de las herramientas más
eficaces en el manejo de la conducta. Cuando son positivas, las
consecuencias adoptan un papel reforzador, mientras que si son
negativas para el sujeto, actuarán como castigo.
Las respuestas e intervenciones inadecuadas de los adultos ante una
conducta problemática, en principio poco importante, puede hacer
que ésta aumente en frecuencia, intensidad y duración; esta
escalada se suele denominar “efecto bola de nieve”.
9
Otro mecanismo que actúa como potente reforzador de las
conductas son las cogniciones, atribuciones y expectativas que el
adulto posee (e inevitablemente muestra) sobre los niñosjóvenes.
Estas expectativas modulan el clima de relación interpersonal y
condicionan el comportamiento y rendimiento de las personas. Es lo
que se viene a llamar “la profecía autocumplida” o “efecto Pigmalión”.
10
2.6 ACTIVIDADES ANTISOCIALES O DISRUPTIVAS.2
Siguiendo a Peiró y Carpintero, estas conductas pueden agruparse
en:
Conductas moralmente inadecuadas y hábitos no aceptados
socialmente.
Dificultades personales de integración social y de relación con los
otros.
Agresividad.
Enfrentamiento a la autoridad del maestro/ a.
Alteración de las normas de funcionamiento de la clase.
Conductas contra otros compañeros.
Se debe tener en cuenta que muchos de comportamiento son
debidos a conductas encubiertas o auto cogniciones, es decir, pautas
de pensamiento erróneo que tiene el niño/ a y que constituyen la
base de muchos de su problemas de comportamiento emocional y
conductual.
Según Moreno Oliver (2005). El niño escolar con comportamientos
disruptivo no pone en práctica las habilidades necesarias que se
requieren para el aprendizaje escolar.3
2.7 TAXONOMÍA DE LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO
Una posible taxonomía de los problemas de comportamiento puede
ser la siguiente:
2.7.1 Problemas de hiperactividad.
Es un trastorno de conducta, caracterizado básicamente por la
imposibilidad de mantener la atención en una situación durante un
2 Peiró, J. M., Del Barrio, H. y Carpintero, H. (1983). Conductas, actitudes y valores en la juventud. Valencia: Asociación de Padres de alumnos del Instituto de Bachillerato de Torrent.3 Moreno Oliver, Xavier. (2005). “Problemas de comportamiento en el contexto escolar” Pág. 7-8
11
período de tiempo razonablemente prolongado, junto a movimientos
frecuentes de manos, extremidades.
Algunas características de la hiperactividad pueden ser las
siguientes:
Atención.
Impulsividad.
Excesiva actividad motora.
Comportamiento.
Aprendizaje.
Desobediencia.
Inestabilidad emocional.
2.7.2 Conductas agresivas.
La conducta agresiva puede conceptualizarse como cualquier
conducta que pretende herir física o psicológicamente a alguien, esta
conducta provoca disgusto y por tanto, es censurable. Las
características de estas conductas serán:
Intencionalidad, ya que a través de la conducta agresiva se
pretende: coaccionar, herir, obtener algo o controlar la conducta
del otro.
Accesos de cólera, actos de desobediencia.
Amenazas verbales y daños físicos a personas, animales o a
cosas materiales.
Deterioro en la actividad social y académica así como discusiones
o gritos.
La conducta agresiva es el resultado del rechazo que sufre el
individuo por parte de su grupo social, que lo lleva al aislamiento.
Este aislamiento y rechazo excluyen al niño/ a de las experiencias
12
básicas de interacción social, necesarias para el desarrollo de la
competencia social.
2.7.3 Déficit de atención.
Es la dificultad de focalizar y mantener la atención, que de acuerdo
con la edad y madurez del sujeto, se considera apropiada. Algunas
características de estos niños/ as con déficit de atención serán:
Baja alerta atencional.
Déficit de atención selectiva. Distrae a los compañeros
Incapacidad para concentrarse y permanecer sentado en su sitio
y realizar las tareas escolares.
2.7.4 Trastornos de socialización.
Estos problemas de comportamiento se presentan en niños/ as que
por pertenecer a grupos sociales diferentes al resto del grupo clase
se encuentran desintegrados respecto al grupo. Estos trastornos se
manifiestan en conductas tales como: retraimiento, soledad, carencia
de juego cooperativo con los compañeros, rechazo por parte de los
compañeros, agresividad hacia los compañeros. Pueden presentar
baja autoestima, hipoactividad, carencia de hábitos de perseverancia
en el trabajo escolar, falta de participación en clase, absentismo
escolar, etc.
2.7.5 Conductas antisociales.
En los adolescentes y jóvenes la conducta antisocial hace referencia
a las conductas relacionadas con el desprecio generalizado hacia los
demás y la violación de sus derechos, según los siguientes patrones:
Inadaptación a las normas sociales, legales, rebeldía y de
convivencia.
Impulsividad o incapacidad para planificar el futuro.
Despreocupación por su seguridad y la de los demás.
13
Irresponsabilidad permanente.
Falta de remordimientos. Etc.
2.7.6 Niños/ as desobedientes.
Son aquellas personas que se niegan a iniciar o completar una orden
dada por otra persona en un plazo determinado de tiempo. Esta
orden puede entenderse en el sentido de iniciar la actividad y no
terminarla o de no realizarla. La desobediencia es una conducta de
interacción entre el niño/ a y las figuras de autoridad, por lo que a la
hora de tratar de modificarla, tan importante como el análisis y
modificación del comportamiento del niño es el de los padres y
educadores. Los niños desobedientes suelen presentar un trastorno
de oposicionismo desafiante un patrón de negativismo , hostilidad y
conducta desafiante caracterizado por la presencia de
comportamientos como : encolerizarse, discutir con los adultos,
desafiar las reglas de los adultos, hacer deliberadamente cosas que
molestan al otro, etc.
2.7.7 Trastornos de ansiedad.
Es una vivencia de temor ante algo difuso, vago, inconcreto e
indefinido y que no tiene una referencia o una causa concreta. La
ansiedad es un temor impreciso carente de objeto exterior, consiste
en una respuesta vivencial, fisiológica, conductual, cognitiva y
asertiva, caracterizada por un estado de alerta, de activación
generalizada. Se manifiesta a través de nerviosismo, tensión
muscular, inquietud, temblores, fatigabilidad excesiva, palpitaciones,
sensaciones de inestabilidad, dificultad para concentrarse,
irritabilidad, insomnio, dificultad para concentrarse, etc.
14
2.7.8 El niño de las Rabietas
Las rabietas podríamos calificarlas como de expresiones reactivas
con las que algunos niños muestran su desacuerdo u enfado con
alguna situación concreta y normalmente durante la interacción con
algún adulto significante (padres, abuelos, etc...). Las rabietas son un
fenómeno normal en un determinado estadio evolutivo del niño
(alrededor de los dos o tres años) y deberían ir remitiendo a medida
que el niño se hace mayor para desaparecer completamente hacia
los cinco o seis años de edad. Sin embargo, algunos niños, ya con
cierta edad, saben que tener rabietas supone una forma rápida y
eficaz para alcanzar sus deseos o caprichos. Por su parte, los padres
saben que satisfaciendo al niño, éste se calma rápidamente y se
evita el bochorno de la pataleta, especialmente si se produce en
algún lugar público. Evidentemente, a la larga, este tipo de actuación
por parte de los padres sólo consigue perpetuar el problema.
-Es importante también diferenciar si estas rabietas se presentan
como elementos aislados de reivindicación de determinados
privilegios, o forman parte de un cuadro comportamental más
extenso con otros repertorios de conductas problemáticas. En éste
último caso se debería proceder a un análisis más detallado de las
conductas antes de intervenir.
Pautas a seguir en caso de rabietas puntuales: El consejo general es
hacer caso omiso cuando se produce la rabieta y retirarle la atención
inmediatamente. Es importante que los padres, en ese momento, no
pierdan la calma y que actúen con firmeza, negando el capricho o la
demanda, pero a la vez sin alterarse, sin gritar ni reñir. En caso de
que los padres se enzarzaran en una recriminación mutua o con el
niño a gritos, éste percibirá que en cierto modo sigue teniendo el
control sobre la conducta de sus padres. Si la rabieta ha sido de
cierta magnitud puede utilizarse la técnica del "coste de respuesta" o
15
"tiempo fuera" en la que el niño recibe una consecuencia negativa
por su acto (retirada de algún reforzador o se le aparta por un breve
tiempo, por ejemplo, a su habitación).
Para tener un mayor control sobre el comportamiento, es muy
importante que los padres y otros familiares cercanos (abuelos,
hermanos mayores, etc...) actúen de igual forma ante las demandas
excesivas del niño. La complicidad y perseverancia de los padres en
su interacción con el niño es esencial para su control.
2.7.9 El niño negativista
-Entendemos como tal aquel tipo de niño que muestra una oposición
activa pero no agresiva. Sería el niño que "siempre dice no".
Probablemente el negativismo sea una forma segura de llamar y
mantener la atención de los otros sobre uno mismo. Una de las
posibles causas de tal comportamiento, reside en el hecho de que el
niño ha aprendido a que negándose a colaborar o a obedecer
ordenes puede evitar la realización de tareas que no son de su
agrado. El niño se da cuenta de que sólo se trata de ser más
perseverante en su conducta (negativismo) que los mayores. Al igual
que sucedía con el "niño de las rabietas" el resultado de su conducta
(el librarse de hacer aquello que no le gusta) no hace más que
reforzar dicho comportamiento, aumentando su probabilidad de
ocurrencia y por tanto la cronificación del problema.
2.8 FACTORES QUE INTERVIENEN EN LOS PROBLEMAS DE
COMPORTAMIENTO DESDE UNA PERSPECTIVA INTERACTIVA
Los niños inadaptados con sus problemas de comportamiento se dan
en todas las clases sociales y en todos los ambientes, por lo que los
factores que intervienen en los problemas de comportamiento son
múltiples y variados. Ajuriaguerra llama “factor de riesgo” a todas las
16
condiciones existenciales del niño o de su entorno que comportan un
riesgo para que se produzcan problemas de comportamiento durante
el desarrollo. Entre los factores de riesgo o posibles causas de los
problemas de comportamiento, podemos citar los siguientes:
2.8.1 Problemas o causas sociales.
El hecho de vivir en un medio socio-cultural pobre ya sea
suburbial o rural puede dar lugar a problemas de comportamiento
en el ámbito escolar.
En el caso de las zonas suburbiales de las grandes ciudades, los
niños están en contacto directo con los problemas de
drogadicción, alcoholismo, marginación social del entorno, etc.
Por lo que sus vivencias sociales son muy diferentes a los
modelos de sociedad que le muestra el curriculo escolar.
En este grupo de riesgo existen diferencias entre los valores que
el niño recibe de su entorno y los valores que la escuela trata de
transmitirle.
También debemos tener en cuenta el código lingüístico
restringido que presentan estos niños respecto al código
elaborado de la escuela.
2.8.2 Causas étnicas, de inmigración y raciales.
Los niños pertenecientes a etnias como los gitanos, poseen una
cultura, unos hábitos y unos comportamientos diferentes a los que
le propone o les exige el currículo escolar.
Estas discrepancias pueden dar lugar a problemas de
comportamiento.
Los niños inmigrantes (magrebíes, por ejemplo). También
presentan unos hábitos, una lengua y una cultura diferente a la
que le ofrece el currículo escolar; estas discrepancias pueden dar
lugar a problemas de comportamiento en el ámbito educativo.
17
En este grupo de riesgo de posibles problemas de
comportamiento existen diferencias significativas entre los valores
que la familia le transmite al niño y los valores que la escuela a
través del currículo trata de inculcarle.
2.8.3 Causas familiares.
Los niños pueden presentar problemas de comportamiento por
carencia afectiva en su medio familiar, lo que puede ser producido
por:
1.-Familias conflictivas.
Pertenecer a familias conflictivas:
por bajo nivel económico; por desavenencias entre los padres;
por excesivo número de hijos;
por despreocupación familiar de los padres por los hijos, etc.
2.-Familias separadas.
En los conflictos de separación conyugal son los hijos los que
sufren y pueden tener problemas de comportamiento.
3.-Carencia de relaciones afectivas y diádicas. por orfandad y
hospitalismo.
4.-Otros tipos de causas familiares.
Familias en las que el niño es maltratado o recibe una educación
autoritaria basada en el castigo físico y corporal.
Familias en las que las relaciones madre/ hijo o padre/ hijos está
muy deteriorada o es conflictiva.
Hijos de madres solteras, padres alcohólicos, con problemas de
drogadicción, etc.
18
2.8.4 Causas personales.
Niños hiperactivos, carentes de atención, con fracaso o retraso
escolar, que pertenecen a grupos de adolescentes marginales, niños
con problemas de personalidad (neurosis), niños muy
temperamentales, etc.
La fobia escolar puede dar lugar a problemas de comportamiento, ya
que los niños que la padecen por motivos irracionales, rehusan ir al
colegio y se resisten con reacciones muy vivas de ansiedad o de
pánico cuando se les obliga a asistir, lo que puede dar lugar a una
conducta agresiva o depresiva.
2.8.5 Causas escolares.
El fracaso escolar y la repetición de curso pueden dar lugar a
problemas de comportamiento;
Otras causas escolares pueden ser:
No existencia de planes de integración escolar de estos niños;
El profesorado no sabe realizar la acción tutorial de los niños con
problemas de comportamiento;
El profesorado no conoce las técnicas de trabajo con estos niños;
los problemas de comportamiento se tratan desde una
perspectiva disciplinaria y no conductual;
Los demás niños discriminan a los niños con problemas de
comportamiento, no existen planes de absentismo escolar ni aci
para estos niños,
2.9 SU ORIGEN: ¿Por qué se porta mal?
-Muchos padres dan por sentado que
su hijo ha nacido así : "que le vamos a
hacer..." e incluso son capaces de
establecer paralelismo con otros
miembros de su familia : "ha salido
19
como su abuelo...". Todo ello parece denotar la sensación de
impotencia para controlar la conducta por parte de los padres,
situando el orig en del problema en factores externos a ellos
mismos . Lo que ignoran es que, habitualmente, conductas como la
desobediencia están fuertemente controladas por varias variables de
las que no son ajenas los propios padres.
-Igualmente no podemos obviar el hecho de que, en últimos años, la
sociedad en general y la familia en particular, han sufrido cambios
significativos en cuanto a su estructura y valores tradicionales. Ello
ha supuesto también el consecuente impacto en la población infantil
y juvenil y el surgimiento de nuevos ámbitos de intervención por parte
de los profesionales de la psicología.
-A continuación se relacionan las variables más importantes y que
pueden constituirse en el origen y mantenimiento del problema:
20
1.9.1 Características padres e interacción con hijos4
-Dentro de este capitulo se incluyen las diferentes
habilidades de los padres tales como su nivel de
comunicación, de control o forma de soluciona r
problemas. Hoy en día, uno de los peores enemigos a la
hora de establecer un buen vínculo afectivo (vínculo de
apego) con los hijos es la poca disponibilidad de tiempo por parte de los padres.
Las jornadas de trabajo, normalmente ocupan a ambos padres todo el día, ello
puede repercutir negativamente tanto en la cantidad como en la calidad de la
interacción padres-hijos tan necesaria a lo largo de todo el desarrollo del niño. Un
escaso tiempo de dedicación determina en algunos niños la aparición de
conductas no adecuadas, de desobediencia o incluso somáticas (dolores,
enfermedades sin causa orgánica aparente).
Cada niño es diferente y sus necesidades de atención por parte de los padres
pueden variar de unos a otros, es por ello que no pueden establecerse pautas
generales para todos. Sin embargo, la aparición de conductas problemáticas es un
síntoma inequívoco que debe ponernos en guardia y hacernos más sensibles
hacia las posibles demandas afectivas que reclama el niño y no satisfacemos.
1.9.2 Características de los hijos
-Factores como el temperamento parecen ser
también muy relevantes. A pesar de que la
personalidad del bebé no presenta todavía muchos
de los componentes que son evidentes más tarde
(como creencias, actitudes, etc..) sí está presente
en forma de expresividad emotiva y de sus reacciones ante la estimulación del
entorno. Ante una misma actividad o juego (p.e : subirse a un columpio) un bebé
puede reaccionar gritando de alegría mientras otro reacciona de forma más
4 ARMAS CASTRO, Manuel (2007) “Interacción padres con hijos. Primera Edición. Abril. Pág. 240
21
tranquila o incluso llorando. En la base se estas diferencias individuales estaría el
temperamento particular que conforma la personalidad temprana del bebé.
Algunos estudios (NYLS-Thomas et al.1.968) catalogaron a algunos niños de su
estudio, relativa a la primera infancia, como "difíciles", presentando este grupo
mayor número de problemas-conducta que otros bebés clasificados en otras
categorías. La genética tiene mucho a decir ya en estas primeras etapas. La
observación de conductas disruptivas o anormales en la primera infancia podría
ser síntoma de la presencia de algún trastorno de base genética y, por tanto,
susceptible de evaluación por parte de un profesional de la salud.
-En definitiva, es preciso tener en cuenta, que los problemas de conducta que
presentan los niños son el resultado de una multiplicidad de factores que es
necesario evaluar y tratar para corregir.
1.8.3 Factores externos al niño
-En último lugar, destacar que ejercen una particular influencia en las conductas
de nuestros hijos factores externos al propio niño como pueden ser :
a) Los vínculos emocionales con los miembros de la familia.
Al respecto debemos preguntarnos si el niño se
siente querido dentro de su núcleo familiar. Los
lazos afectivos bien establecidos a edades
tempranas como el llamado Apego, son
fundamentales para la estabilidad del niño y para
prevenir posibles conductas disruptivas. Es muy
frecuente la aparición de conductas agresivas y de
falta de empatía hacia los otros, en el caso de adolescentes que se han visto
privados de una adecuada vinculación afectiva con sus progenitores. Ello puede
deberse tanto a factores de fuerza mayor como la pérdida, muerte o separación
22
física de los mismos, como a negligencia o falta de atención adecuada de los
padres hacia sus hijos, malos tratos, etc, aún conviviendo en un mismo techo.
Sabemos que muchas de estas conductas son consecuencia de la llamada de
atención por parte del niño a los padres que quizás de otra forma no le prestan. Es
importante compartir con el niño tiempo suficiente para establecer dichos vínculos.
b) El ajuste emocional y social de los padres.
Para una buena progresión emocional-conductual del niño, es muy positivo que
los padres, no tanto no tengan trastornos emocionales, sino que el niño no los
perciba de forma angustiosa. Esto puede resultar difícil en caso de situaciones de
maltrato o separaciones traumáticas. Sabemos que existe una alta correlación
entre madres deprimidas y trastornos de conducta en los hijos.
c) El nivel cultural y económico.
Los problemas de conducta no son patrimonio de ninguna clase social. Se dan en
todas ellas. Es evidente que un nivel cultural muy bajo unido a una situación de
precariedad laboral y económica es un sustrato muy fuerte para generar
conductas no deseadas y que pueden desembocar en la delincuencia. Sin
embargo, estamos asistiendo a la aparición de conductas delictivas e incluso
criminales en sectores de población joven de clase acomodada.
d) Los Modelos.
Hasta que no está cercana la adolescencia, los principales modelos a seguir, en
todas sus facetas, suelen ser los propios padres o hermanos mayores. De nada
servirá que le digamos que se comporte de una determinada manera, si los
modelos que tiene a su alrededor no son coherentes con lo que le pedimos.
Sabemos de la impotencia de muchos centros escolares, que hacen una labor
educativa impecable pero que su labor no se ve complementada por los modelos
familiares. Otro modelo a valorar es el que ofrecen los medios como la Tv.,
Internet, Videojuegos, etc....
23
e) Circunstancias especiales a tener en cuenta.
1- Las nuevas familias
Actualmente, la familia se ha convertido en una de las instituciones sociales que
más ha cambiado tanto desde el punto de vista legislativo como en el social. La
família tradicional ha dado paso a nuevos sistemas familiares (parejas de hecho
con hijos, madres o padres solteros con hijos o nuevas familias surgidas de
divorcios previos que comparten hijos de otras parejas anteriores). Cada uno de
estos sistemas tiene sus peculiaridades y la conducta manifiesta del niño puede
ser explicada, en parte, a estas nuevas circunstancias.
2- Cambios en las relaciones padres-hijos
Paralelamente a los cambios de vinculación en las relaciones de los adultos, los
padres han ido incorporando cierta simetría en la educación de sus hijos y en
aplicar la disciplina. Ha ido creciendo cierta idealización de los estilos
democráticos. Sin duda, este estilo, basado en el saber escuchar y ser equitativo
en la toma de decisiones, con frecuencia se ha mal interpretado y ha supuesto en
la práctica un fracaso.
3- Separación o divorcio de los padres
El rompimiento de los lazos afectivos es siempre doloroso y se vive con cierta
angustia por parte de la pareja que ha compartido parte de su vida y que ahora ve
roto el proyecto común. Pese a ello, las principales víctimas de todo proceso de
ruptura son los hijos, en especial, los más pequeños.
Es habitual la aparición de ciertas conductas desadaptadas en los hijos cuando se
produce la ruptura de los padres.
4- Niños adoptados
Al igual que sucede con la mayoría de los niños, cualquier hijo adoptado presenta
una serie de características cognitivas, intelectuales y emocionales que son
consecuencia directa de una serie de factores tantos internos como externos,
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algunos de ellos fuera de nuestro control. Otros perfectamente conocidos y
controlables.
Debemos conocer las características específicas de este colectivo si queremos ser
eficientes para ayudarles.
2.10 PAUTAS DE ACTUACIÓN:
Está claro que no hay dos niños iguales y, por tanto, las mejores técnicas
para paliar los problemas de conducta serán aquellas que nos funcionen
bien en cada caso o niño.
Las conductas inadecuadas pueden ser consecuencia de multitud de
factores (internos, externos). Es habitual que se presente algunas de ellas
dentro del ciclo evolutivo "normal", pero hay que consultar al profesional
cuando estas son de mayor frecuencia o magnitud de lo esperado por su
edad o son perseverantes en el tiempo.
Un buen predictor de la poca incidencia de conductas inadecuadas en un
niño es el haber establecido un buen vínculo afectivo con sus padres. Ello
pasa por dedicar más tiempo juntos desde edades muy tempranas. El juego
es un elemento esencial. Recomendamos la lectura de nuestra página:
Trabajando el vínculo afectivo con nuestros hijos.
No tan sólo es cuestión de estar más con el niño. Préstele mayor atención
cuando efectúe las conductas adecuadas y exprésele su satisfacción
verbalmente. Igualmente, trate de no dársela cuando presente episodios de
rabietas o exigencias de caprichos.
Es importante el estilo educativo de los padres. En concreto, aquel estilo
que combina la existencia de un alto grado de vinculo afectivo pero con un
nivel de control sobre hábitos y conductas adecuados. Se desaconsejan
modelos totalmente autoritarios o que, contrariamente, no desempeñen
ningún control sobre sus hijos.
Hay niños con temperamentos "más difíciles" que otros y que
probablemente necesitarán estrategias de intervención a medida.
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CONCLUSIONES
En la sociedad actual, uno de los problemas más frecuentes que se
manifiesta en la infancia y adolescencia es la desobediencia y las
alteraciones y/o problemas de conducta que habitualmente se asocian a
ella. Esta problemática, que puede llegar a ser realmente perturbadora si no
se aborda rápida y eficazmente, supone el desafío al control parental y
escolar.
Es así que para identificar un problema de conducta, ya se produzca éste
en la escuela, en la familia o con el grupo de iguales, debemos tener en
cuenta una serie de parámetros que nos ayuden a diferenciar entre los
distintos conceptos existentes para esta problemática.
Los principales conceptos que hemos tratado dan una visión global sobre
qué son los problemas de conducta y cómo empezar el camino hacia su
intervención en la familia, en la escuela, etc.
Para concluir, es importante destacar la importancia de la distinción entre
conductas aisladas de desobediencia y alteraciones del comportamiento
con el fin de evitar “etiquetas”, ya que no por manifestar una conducta de
desobediencia a una determinada edad se tiene un problema o alteración
comportamental.
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