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Parlamento Europeo 2019-2024 Documento de sesión A9-0218/2020 13.11.2020 INFORME sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento de un miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (N9-0055/2020 – C9-0331/2020 – 2020/0805(NLE)) Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios Ponente: Irene Tinagli RR\1218136ES.docx PE659.084v02-00 ES Unida en la diversidad ES

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Parlamento Europeo

2019-2024

Documento de sesión

A90218/2020

{13/11/2020}13.11.2020

INFORME

sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento de un miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo

(N9-0055/2020 – C90331/2020 – 2020/0805(NLE))

{ECON}Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios

Ponente: Irene Tinagli

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ÍNDICE

Página

PROPUESTA DE DECISIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO3

ANEXO 1: CURRICULUM VITAE DE FRANK ELDERSON5

ANEXO 2: RESPUESTAS DE FRANK ELDERSON AL CUESTIONARIO8

PROCEDIMIENTO DE LA COMISIÓN COMPETENTE PARA EL FONDO58

PROPUESTA DE DECISIÓN DEL PARLAMENTO EUROPEO

sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento de un miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo

(N9-0055/2020 – C90331/2020 – 2020/0805(NLE))

(Consulta)

El Parlamento Europeo,

–Vista la Recomendación del Consejo de 9 de octubre de 2020 (N9-0055/2020)[footnoteRef:1], [1: DO C ... /No publicado aún en el Diario Oficial.]

–Visto el artículo 283, apartado 2, párrafo segundo, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, conforme al cual ha sido consultado por el Consejo Europeo (C90331/2020),

–Vista su Resolución, de 14 de marzo de 2019, sobre el equilibrio de género en las candidaturas propuestas en el ámbito de los asuntos económicos y monetarios de la Unión[footnoteRef:2], [2: Textos Aprobados, P8_TA(2019)0211.]

–Vista su Decisión, de 17 de septiembre de 2019, sobre la Recomendación del Consejo relativa al nombramiento del presidente del Banco Central Europeo[footnoteRef:3], [3: Textos Aprobados, P9_TA(2019)0008. ]

–Vistas sus Decisiones, de 17 de diciembre de 2019, sobre las Recomendaciones del Consejo relativas a los nombramientos de dos miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo[footnoteRef:4], [4: Textos Aprobados, P9_TA(2019)0093 y Textos Aprobados, P9_TA(2019)0094. ]

–Visto el artículo 130 de su Reglamento interno,

–Visto el informe de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios (A90218/2020),

A.Considerando que, mediante carta de 14 de octubre de 2020, el Consejo Europeo consultó al Parlamento sobre el nombramiento de Frank Elderson para el cargo de miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo para un mandato de ocho años, contados a partir del 15 de diciembre de 2020;

B.Considerando que su Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios evaluó las cualificaciones del candidato, en particular con respecto a las condiciones enunciadas en el artículo 283, apartado 2, del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, así como con respecto al imperativo de independencia total del BCE que se deriva del artículo 130 de dicho Tratado; y que, en el marco de dicha evaluación, la comisión recibió del mencionado candidato su curriculum vitae y sus respuestas al cuestionario que se le había remitido por escrito;

C.Considerando que esta comisión celebró ulteriormente, el 9 de noviembre de 2020, una audiencia con el candidato, durante la cual este realizó una declaración preliminar y después respondió a las preguntas formuladas por los miembros de la comisión;

D.Considerando que el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo está formado por los miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo y los diecinueve gobernadores de los bancos centrales nacionales de los Estados miembros cuya moneda es el euro; que, hasta la fecha, todas estas personas son hombres;

E.Considerando que el Parlamento ha expresado en repetidas ocasiones su descontento con respecto al procedimiento de nombramiento de los miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo y ha pedido mejores procedimientos a este respecto; que el Parlamento ha solicitado que se le presente, a su debido tiempo, una lista restringida y equilibrada desde el punto de vista del género, de al menos dos nombres;

F.Considerando que el 17 de septiembre de 2019 el Parlamento emitió un dictamen favorable sobre la recomendación del Consejo de nombrar a Christine Lagarde primera presidenta del Banco Central Europeo;

G.Considerando que el 17 de diciembre de 2019, el Parlamento emitió dictámenes favorables sobre las recomendaciones del Consejo para designar a Fabio Panetta e Isabel Schnabel como miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo;

H.Considerando que las mujeres siguen estando infrarrepresentadas en el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo; que el Parlamento lamenta que los Estados miembros no hayan tomado en serio esta solicitud y pide a las instituciones nacionales y de la Unión que trabajen activamente para lograr el equilibrio de género en las próximas candidaturas;

I.Considerando que todas las instituciones y organismos de la Unión y de los Estados miembros deben aplicar medidas concretas para garantizar el equilibrio de género;

1.Emite dictamen favorable sobre la recomendación del Consejo de nombrar a Frank Elderson miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo;

2.Encarga a su presidente que transmita la presente Decisión al Consejo Europeo, al Consejo y a los Gobiernos de los Estados miembros.

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ANEXO 1: CURRICULUM VITAE DE FRANK ELDERSON

Datos personales

Nombre:Frank Elderson

Fecha de nacimiento:18 de mayo de 1970

Estado civil:Casado con María Pilar Nosti Escanilla (2 hijos)

Educación

■Columbia Law School, LL. M. (Nueva York, EE. UU.) (1994-1995)

■Universidad de Zaragoza (Zaragoza, España) (1993-1994)

■Universidad de Ámsterdam, Derecho de los Países Bajos (Ámsterdam, Países Bajos) (1990-1994)

■Waltrip Senior Highschool (Houston, EE. UU.) (1988-1989)

■Instituto de Enseñanza Secundaria Christelijk (Utrecht, Países Bajos) (1982-1988)

Experiencia profesional

■De Nederlandsche Bank NV

–Miembro del Consejo Ejecutivo (desde julio de 2011), y desde julio de 2018 como director ejecutivo encargado de la supervisión de entidades bancarias, funciones horizontales y la supervisión de la integridad, y asuntos jurídicos

–Director del Departamento Jurídico (2008-2011)

–Servicios Jurídicos, director de división (2007-2011)

–Supervisión Bancaria, jefe de departamento de ABN AMRO (2006-2007)

–Servicios Jurídicos, jefe de departamento (2004-2006)

–Servicios Jurídicos, subdirector de departamento (2001-2004)

■Banco Central Europeo

–División de Derecho Institucional, experto jurídico principal (2003)

■De Nederlandsche Bank NV

–Servicios Jurídicos, experto jurídico (1999-2000) y experto jurídico principal (2000-2001)

■Houthoff Advocaten & Notarissen, Ámsterdam

– Abogado (1995-1999)

Publicaciones

Diversos artículos y aportaciones a varias obras.

Puestos relacionados

■Copresidente del Grupo de trabajo sobre riesgos relacionados con el clima (TFCR) del CSBB (2020)

■Miembro del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (CSBB) (2018)

■Miembro del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Fráncfort (2018)

■Presidente de la Red de Bancos Centrales y Supervisores para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés) (2018)

■Presidente de la Plataforma de Finanzas Sostenibles de los Países Bajos (2016)

■Presidente del Consejo del FEC (2016, vicepresidente 2014-2016)

Puestos secundarios

■Miembro del Consejo de Mercados Sostenibles (SMC) (2019)

■Miembro del Consejo de Reflexión del Ministerio Fiscal de los Países Bajos (2019)

■Miembro del Grupo de Expertos de Alto Nivel de la UE sobre Financiación de la Transición a la Sostenibilidad (2019)

■Miembro del Consejo Asesor de la «Plataforma Erasmus para la Creación de Valor Sostenible», Escuela de Dirección de Rotterdam, Universidad Erasmus de Rotterdam (2017)

■Miembro del Consejo Asesor del máster avanzado LL. M. en Derecho y Finanzas (Centro Hazelhoff de Derecho Financiero, Universidad de Leiden) (2016)

■Miembro del Consejo de Supervisión de Vereniging Hendrick de Keyser (2015)

■Presidente del Consejo de Stichting Nederlands Vioolconcours (2016, miembro del Consejo desde 2013)

Anteriores puestos relacionados y secundarios

■Observador del Grupo de Expertos de Alto Nivel de la UE sobre Finanzas Sostenibles (2017-2019)

■Director ejecutivo de la Autoridad Nacional de Resolución (ANR) (2015-2018)

■Miembro de la Junta Única de Resolución (JUR) (2015-2018)

■Miembro del Comité de Resolución (ResCo) de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) (2015-2018)

■Presidente del Foro Nacional sobre el Sistema de Pagos (NFPS) (2011-2014)

■Miembro del Comité Jurídico del Sistema Europeo de Bancos Centrales (SEBC) (2000-2011, excepto en 2006-2007)

■Miembro de la Junta de Gobernadores de la cátedra subvencionada de Hábitos de Lectura, Vrije Universiteit, Ámsterdam (2015-2020)

■Presidente del Consejo de Supervisión de la Fundación para la Lectura de los Países Bajos (2017-2020)

■Presidente del Consejo de la Fundación para la Lectura de los Países Bajos (2015-2017)

■Miembro del Instituto de Inversión de los Países Bajos (Plataforma NLII) (2015-2018)

■Miembro de la Sociedad de Estudios para la Política Económica (SEP) (2016-2018)

■Miembro del Consejo Asesor del máster avanzado LL. M. en Derecho y Economía, Facultad de Derecho de la Universidad de Utrecht (2011-2015)

■Miembro de la Junta de Supervisión de la Presidencia de Infraestructura Financiera y Riesgo Sistémico, Universidad de Tilburg (2012-2014)

Miembro del Consejo de Supervisión de Stichting Geld- en Bankmuseum (2012-2014)

ANEXO 2: RESPUESTAS DE FRANK ELDERSON AL CUESTIONARIO

A. Antecedentes personales y profesionales

1.¿Podría destacar los principales aspectos de sus competencias profesionales en asuntos monetarios, financieros y económicos, así como los aspectos más relevantes de su experiencia a escala europea e internacional?

Tras mi formación en Derecho (Universidad de Ámsterdam, Universidad de Zaragoza y Universidad de Columbia), me incorporé al Banco Central de los Países Bajos (De Nederlandsche Bank - DNB) en 1999, después de cuatro años como abogado especializado en Derecho europeo de la competencia. Antes de ser nombrado miembro del Consejo Ejecutivo del DNB en 2011, ocupé diversos puestos de dirección en Supervisión Bancaria y Asuntos Jurídicos (incluido el de director del Departamento Jurídico del DNB). Ejercí como miembro del Comité Jurídico del BCE durante casi una década. Como miembro del Consejo Ejecutivo del DNB, mis responsabilidades han comprendido los ámbitos de la resolución bancaria, los sistemas de pago y los billetes, la supervisión de fondos de pensiones, las TIC y los recursos humanos. Actualmente me encargo de la supervisión prudencial de las entidades bancarias, de la supervisión en materia de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo y de asuntos jurídicos, y soy el miembro neerlandés del Consejo de Supervisión del BCE.

Como miembro de i) el Consejo Ejecutivo del DNB durante más de nueve años, ii) el Consejo de Supervisión del BCE, iii) el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea y, anteriormente, iv) la Junta Única de Resolución, he adquirido experiencia y conocimientos en una amplia gama de ámbitos fundamentales para el BCE. En el desempeño de estas funciones he asistido y he contribuido a la formulación de respuestas políticas a varias crisis, como la gran crisis financiera, la crisis de la deuda europea y actualmente, por supuesto, la crisis de la COVID-19.

Como cofundador y presidente de la Red de Bancos Centrales y Supervisores para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS, por sus siglas en inglés), ayudé a esta organización a convertirse en una iniciativa verdaderamente mundial, con la participación de 75 bancos centrales y supervisores prudenciales, incluido el BCE, y 13 observadores, entre los que figuran el FMI, el Banco Mundial y el BPI. Los logros recientes de la NGFS consisten en publicaciones sobre el análisis de hipótesis climáticas para bancos centrales y supervisores, y una guía para supervisores sobre la manera de integrar los riesgos ambientales y climáticos en la supervisión prudencial. También copresido el Grupo de Trabajo sobre riesgos financieros relacionados con el clima (TFCR) del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea.

2.¿Desempeña usted una actividad económica o tiene intereses financieros u otros compromisos que pudieran entrar en conflicto con sus futuros cometidos? ¿Existen otras circunstancias personales o de otra índole que deba tener en cuenta el Parlamento a la hora de examinar su candidatura?

No, como se subraya en mi declaración de intereses que, en consonancia con los requisitos del Código de Conducta único del BCE, se publica en el sitio web de Supervisión Bancaria del BCE.

3.¿Cuáles serían sus principales objetivos durante su mandato en el Banco Central Europeo?

Es importante que todas las instituciones europeas, incluido el BCE (en consonancia con su propio mandato), se esfuercen por proporcionar estabilidad y prosperidad en toda Europa. En el ejercicio de su mandato, el BCE desempeña un papel fundamental en la consolidación del éxito de la unión económica y monetaria en Europa. Mi primer objetivo sería garantizar que el BCE cumple su mandato, tal como se establece en los Tratados de la Unión. A corto plazo, mi objetivo sería garantizar que el BCE haga todo lo posible, durante el tiempo que sea necesario, y en el marco de su mandato de mantener la estabilidad de precios, para superar la actual crisis de la COVID-19. Mi segundo objetivo consistiría en velar por que retos a largo plazo como el cambio climático, la digitalización y la innovación se aborden de manera adecuada y oportuna. Mi tercer objetivo sería el de promover activamente los beneficios del euro y abogar por una unión económica y monetaria más completa. Esto incluye, en particular, la tarea de completar la unión bancaria con un Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, y de fomentar una auténtica unión de los mercados de capitales. Mi último objetivo sería contribuir a una comunicación inequívoca de las opciones políticas del BCE y a un diálogo lo más abierto posible con los interlocutores del Banco.

B. Política monetaria del BCE

4.¿Cómo cree que el BCE debería orientar su política monetaria en las condiciones macroeconómicas actuales? ¿Qué opinión le merecen los resultados del BCE en relación con la consecución de su objetivo principal de mantener la estabilidad de precios?

En el Tratado, la estabilidad de precios se establece claramente como el mandato principal del BCE. Sin embargo, el Tratado no ofrece una definición precisa de lo que se entiende por estabilidad de precios. En 1998, el Consejo de Gobierno del BCE definió la estabilidad de precios como un incremento interanual del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) para la zona del euro inferior al 2 %. Tras una revisión de su estrategia en 2003, el Consejo de Gobierno aclaró que su objetivo es mantener tasas de inflación inferiores, pero próximas, al 2 % a medio plazo.

El BCE ha logrado cumplir su objetivo de estabilidad de precios y la inflación media medida por el IPCA desde 1999 se ha movido ampliamente en línea con el objetivo de inflación del Consejo de Gobierno. Al mismo tiempo, en la última década, la inflación ha caído y posteriormente se ha situado persistentemente por debajo del objetivo del Consejo de Gobierno. En este contexto, el compromiso del Consejo de Gobierno con la simetría en su objetivo de inflación ha sido importante para aclarar que una inflación demasiado baja puede ser tan preocupante para los responsables de las políticas monetarias como una inflación demasiado alta. El estallido de la crisis de la COVID-19 representa un reto adicional y el BCE ha actuado de manera muy decisiva en su rápida adopción de medidas de política monetaria para mitigar las consecuencias económicas de la crisis y sus riesgos para la estabilidad de precios.

En mi evaluación, las medidas de política monetaria actualmente en vigor, en particular, el paquete de medidas adoptadas desde marzo en respuesta a la pandemia de COVID-19, han resultado eficaces en la preservación de condiciones de financiación favorables para todos los sectores y jurisdicciones de la zona del euro, proporcionando un apoyo crucial para sostener la recuperación económica y salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo. Las medidas introducidas desde marzo contribuyeron al éxito de la estabilización de los mercados financieros y a la flexibilización en la orientación de la política monetaria, contribuyendo a contrarrestar la rebaja sustancial de las perspectivas de inflación provocada por la pandemia. Garantizan que todos los sectores, incluidas empresas, hogares y administraciones públicas, puedan seguir beneficiándose de unas condiciones financieras acomodaticias en estas difíciles circunstancias.

Por último, me gustaría señalar que la revisión de la estrategia del BCE se encuentra en curso de ejecución y que permitirá evaluar, entre otras muchas cuestiones, la definición de la estabilidad de precios y el objetivo de inflación del Consejo de Gobierno, así como los instrumentos que pueden respaldarlo con el tiempo. Para garantizar que el BCE cumple de la mejor manera posible su mandato, es clave contar con un análisis y un debate pormenorizados de los diferentes instrumentos que ha desplegado el Banco hasta la fecha. En particular, esta labor conlleva la evaluación de los efectos de tales instrumentos, tanto intencionados como involuntarios.

5.De manera más general, ¿cómo valora el modo en que se han adoptado las decisiones en materia de política monetaria en el pasado?, ¿considera que debería cambiarse?, ¿de qué manera, en caso afirmativo? ¿Cuáles son en su opinión los riesgos y desafíos más importantes a los que se enfrenta el BCE?

Las decisiones de política monetaria del Consejo de Gobierno se basan en datos macroeconómicos, monetarios y financieros, y en los análisis exhaustivos llevados a cabo por el personal del BCE y del Eurosistema. Un ingrediente clave en el proceso de toma de decisiones son las proyecciones trimestrales elaboradas por el personal del BCE y del Eurosistema. Proporcionan una evaluación sólida de las perspectivas de crecimiento e inflación y de los riesgos asociados a estas perspectivas.

La combinación del análisis cuantitativo y el uso de modelos económicos son cruciales en la evaluación de las diferentes opciones políticas. Este proceso basado en los datos también permite al Consejo de Gobierno adoptar decisiones que son igualmente bien entendidas por los participantes en el mercado. El Consejo de Gobierno debe continuar con esta práctica, garantizando al mismo tiempo que su conjunto de herramientas analíticas siga resultando adecuado para su propósito en un entorno macroeconómico y un panorama financiero en evolución. Al mismo tiempo, es importante reconocer que los retos del futuro probablemente difieran de los retos a los que nos enfrentamos hoy. En este sentido, apoyo que la revisión de la estrategia en curso comprenda, entre otros temas de interés, una evaluación de las lagunas de conocimiento en los principales modelos utilizados para la toma de decisiones de política monetaria, con el fin de mejorar la comprensión del funcionamiento de la economía en apoyo del mandato del BCE. Dicho esto, y dadas las complejidades de nuestras economías modernas, las perspectivas de crecimiento e inflación siempre estarán sujetas a una incertidumbre considerable, y no podrán ser dirigidas con precisión por los responsables de las políticas económicas, incluidos los bancos centrales.

En este contexto, resulta al menos igualmente importante que el Consejo de Gobierno adopte decisiones que sean bien entendidas por un público más amplio constituido por los ciudadanos europeos. Debe seguir esbozando con prudencia el modo en que diversas consideraciones se incorporan a sus decisiones de política monetaria, y a su evaluación de la proporcionalidad para desplegar un conjunto específico de herramientas de política monetaria. Resulta esencial que el BCE siga evaluando constantemente la manera en que sus medidas de política monetaria alcanzan su propósito previsto, y son conformes al riesgo para el objetivo de estabilidad de precios y proporcionales en su ejecución. Por último, para enriquecer sus deliberaciones sobre política monetaria, el Consejo de Gobierno debería seguir incorporando a su evaluación las consideraciones económicas y las inquietudes planteadas por los ciudadanos, por ejemplo, las que pueden recopilarse en consultas como las que tienen lugar actualmente en el contexto de la revisión estratégica.

La actual pandemia de COVID-19 y sus repercusiones macroeconómicas constituyen un reto permanente para el BCE y la Unión en su conjunto. El BCE debe seguir utilizando todos sus instrumentos para garantizar que las condiciones de financiación continúen siendo favorables para apoyar la recuperación económica y contrarrestar el impacto negativo de la pandemia en la senda de inflación prevista.

Al mismo tiempo, el BCE también se enfrenta a retos a medio y largo plazo, que van desde el diseño de la política monetaria y la moneda digital de los bancos centrales hasta el cambio climático. Estos son algunos de los temas considerados en la revisión de la estrategia en curso, y espero con interés participar en estos debates.

6.¿Cómo evalúa los efectos de los tipos de interés bajos?

Los tipos de interés bajos deben evaluarse en un contexto de cambios demográficos sostenidos, exceso de ahorro global y desaceleración del crecimiento de la productividad. Esta evolución ha contribuido a una caída del tipo de interés de equilibrio en las últimas décadas en las economías avanzadas. La política monetaria refleja esta evolución en el tipo de interés de equilibrio y, en los últimos años, ha proporcionado un apoyo político sustancial a la economía para garantizar que la inflación converja de manera sólida con el objetivo del BCE.

El entorno de tipos de interés persistentemente bajos, combinado con el despliegue de herramientas de política monetaria no convencionales, también ha suscitado preocupación respecto a los efectos secundarios adversos de la política monetaria. Los efectos secundarios mencionados están relacionados con una posible desintermediación en los mercados financieros, una excesiva dependencia de la financiación de los bancos centrales, una compresión de los márgenes de los tipos de interés con posibles implicaciones para la rentabilidad bancaria, una asunción excesiva de riesgos, una asignación errónea de recursos y los efectos distributivos. Muchos de estos efectos secundarios también se asocian al uso prolongado de una política de tipos de interés estándar acomodaticia. No obstante, debido a la intervención directa en los mercados financieros y al impacto de la expansión de los balances de los bancos centrales, los efectos secundarios de las herramientas de política monetaria no convencionales, en la práctica, podrían ser más importantes que los asociados a la política monetaria convencional.

En general, existen pruebas inequívocas de que los ciudadanos de la zona del euro siguen beneficiándose de unos tipos de interés bajos. Las medidas de política monetaria adoptadas por el BCE desde 2014 han tenido un impacto significativo en la actividad económica. Esto ha dado lugar a la creación de más puestos de trabajo y a la subida de los salarios, impulsando la renta de los hogares. Unos tipos de interés más bajos pueden dar lugar a una disminución de los ingresos por intereses y del patrimonio de las pensiones. Al mismo tiempo, los hogares no solo son ahorradores, sino también prestatarios e inversores y, en esa condición, se beneficiarán de una disminución de los gastos por intereses (en créditos al consumo y préstamos hipotecarios) y de una mejora de la riqueza de los hogares debido al aumento de los precios de los activos, incluidos los de la vivienda. Existen pruebas sustanciales de que los beneficios de un entorno de tipos de interés bajos seguirán superando a los efectos secundarios negativos. En cualquier caso, incluso cuando el balance agregado de beneficios y costes de la política monetaria resulta positivo, esto no exime al BCE de la obligación de seguir supervisando de cerca el impacto de sus medidas de política monetaria en sectores y canales de transmisión específicos. El principio de proporcionalidad exige que el BCE, de conformidad con su mandato, opte por el conjunto de instrumentos que le permitan cumplir con su mandato generando al mismo tiempo la menor cantidad de efectos secundarios. La eficacia y los efectos secundarios de las medidas pueden cambiar con el tiempo, por lo que deben evaluarse de manera continua.

Las decisiones de septiembre de 2019 pusieron de relieve que el Consejo de Gobierno se mantiene alerta ante posibles efectos secundarios y dispuesto a responder cuando sea necesario. Con el fin de atenuar los efectos secundarios de la política de tipos de interés negativos del BCE en un contexto de altos niveles de exceso de liquidez, el Consejo de Gobierno adoptó el sistema de dos niveles para apoyar la transmisión de su política monetaria.

7.¿Qué opina de la respuesta de política monetaria del BCE a la crisis de la COVID-19? ¿Debería el programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP), en su opinión, adquirir un carácter más permanente?

Aunque la principal herramienta para mitigar el impacto económico de la crisis de la COVID-19 es la política presupuestaria, las medidas de política monetaria adoptadas por el BCE desde marzo han desempeñado un papel clave en la estabilización de los mercados, la protección de la provisión de crédito y el apoyo a la recuperación. Esto, a su vez, salvaguarda la estabilidad de precios a medio plazo, en consonancia con el mandato del BCE.

El impacto de las medidas del BCE en las condiciones de financiación de la economía tiene un efecto estabilizador en la evolución macroeconómica: las inversiones disminuyen en menor medida y se preservan los empleos. Sin estas medidas para complementar las adoptadas por los gobiernos nacionales y otras instituciones europeas, la zona del euro se enfrentaría a unas perspectivas de crecimiento e inflación mucho peores, en un entorno de mayores riesgos derivados.

Cuando la pandemia golpeó la economía de la zona del euro a principios de año, el BCE puso en marcha el programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP) con el propósito de estabilizar los mercados y apoyar a la economía de la zona del euro en estos tiempos difíciles. El PEPP es un instrumento temporal, específico y proporcionado encaminado a estabilizar los mercados y sostener la economía de la zona del euro en estos tiempos de dificultad. Para cumplir sus objetivos como instrumento de emergencia, el PEPP se ha diseñado con mayor flexibilidad en el tiempo, respecto a los distintos mercados y jurisdicciones, en comparación con el programa de compra de activos existente del BCE. La flexibilidad del PEPP ha sido fundamental para estabilizar los mercados financieros en el contexto de la pandemia.

Su carácter temporal se refleja en el horizonte de las compras netas de activos en el marco del PEPP que, según el Consejo de Gobierno, se prolongará en todo caso hasta que el Consejo determine que la fase de crisis del coronavirus ha terminado. Por otra parte, el PEPP se ha diseñado de un modo específico para abordar la crisis concreta planteada y los riesgos asociados a los que se enfrenta la zona del euro durante la pandemia. En este sentido, la calibración del PEPP está directamente vinculada a la evolución de la pandemia y sus consecuencias para la transmisión de la política monetaria y las perspectivas económicas, según ha precisado el Consejo de Gobierno.

8.¿Cómo ve la evolución de la política monetaria en el límite inferior igual a cero?

Llevar a cabo la política monetaria cuando los tipos de interés clave se aproximan al límite inferior efectivo resulta ciertamente más difícil. Sin embargo, después de que los tipos de interés de intervención alcanzaran niveles cercanos a cero tras la crisis financiera, el BCE ha podido ofrecer más estímulos mediante políticas de balance, la orientación de expectativas y políticas de tipos de interés negativos. Estos instrumentos se consideraban poco convencionales, ya que los bancos centrales carecían de experiencia en su despliegue, pero han demostrado ser potentes a la hora de proporcionar una mayor adaptación de las políticas a la economía.

Si bien el BCE ha adquirido una experiencia considerable con tales herramientas para facilitar la adecuación de las políticas cerca del límite inferior efectivo, siguen estando sujetas a un grado de incertidumbre superior al de la política de tipos de interés convencional. Esto se refiere, por ejemplo, a la observación de que el impacto de estas herramientas depende de las circunstancias macroeconómicas y financieras imperantes y, por tanto, puede variar con el tiempo, tanto en lo que atañe a su eficacia como a los posibles efectos secundarios. Esto exige un seguimiento detenido y una actualización continua de la medida en que la intervención de la política monetaria sigue siendo proporcionada. En este contexto, celebro que la experiencia y las lecciones extraídas de las herramientas de política monetaria no convencionales constituyan un elemento importante de la revisión de la estrategia.

9.¿Cuáles son en su opinión el impacto y los efectos secundarios de las compras de activos? ¿Cuáles son, en su opinión, los riesgos y beneficios asociados al programa de compras de bonos corporativos (CSPP)? ¿Cómo garantizará la transparencia en lo que respecta a la ejecución del programa de compra de activos (PCA)?

Los programas de compra de activos del BCE, incluidos el PCA y el PEPP, han demostrado ser muy eficaces para flexibilizar las condiciones financieras. Gracias a su efecto en las condiciones financieras, las compras de activos han tenido un impacto positivo sustancial en la economía y el mercado laboral. Además, los análisis del BCE apuntan a que la inflación es más alta de lo que habría sido en ausencia de compras de activos, si bien sigue siendo inferior al objetivo de inflación fijado por el Consejo de Gobierno.

Las medidas de política monetaria también pueden tener efectos secundarios, en particular en los precios de los activos financieros, los bancos, otras instituciones financieras, la dependencia respecto a la financiación del banco central, la asignación de recursos, los mercados inmobiliarios y las posiciones financieras de los hogares. Estos efectos secundarios pueden acentuarse cuanto más tiempo lleven las medidas en vigor y con más intensidad se administren. Por tanto, es importante seguir supervisando la evolución de estos posibles efectos secundarios, y asegurarse de que no compensen el impacto expansivo de las medidas del BCE en la economía.

La política monetaria acomodaticia incentiva en general a los inversores e intermediarios financieros a cambiar a activos de mayor riesgo, incluida la concesión de más crédito a hogares y empresas. Se trata de un efecto pretendido de la política monetaria (a menudo denominado canal de reequilibrio de carteras), ya que implica que el estímulo monetario se transfiere a sectores que no poseen ni emiten valores admisibles y, por tanto, no se benefician directamente de los programas de compra. Sin embargo, si la asunción de riesgos es excesiva, puede contribuir a la generación de riesgos para la estabilidad financiera. La política monetaria, y en particular la compra de activos, también podría afectar al funcionamiento del mercado al distorsionar la formación de precios de los bonos respecto a los fundamentos subyacentes, y a las condiciones de liquidez en algunos segmentos del mercado. Hasta ahora, los análisis indican que la formación de precios en los mercados de bonos soberanos de la zona del euro se ha mantenido en gran medida intacta y que, de hecho, las compras han apoyado el funcionamiento de los mercados en momentos de fuertes tensiones.

Por lo que respecta al CSPP, un beneficio claro es el apoyo que han prestado estas compras para afrontar los costes de financiación de las empresas y, por tanto, a la inversión corporativa y a la economía real. También ha ejercido efectos en cadena positivos en las condiciones de financiación para todas las empresas de la zona del euro, incluidas aquellas que no dependen de los mercados de capitales para su financiación, como las pymes.

Al mismo tiempo, es importante supervisar de manera muy estrecha y continua los riesgos asociados a los programas de compra de activos. Los riesgos deben gestionarse para mantenerlos en niveles que no amenacen el balance del BCE, protegiendo así la capacidad del Banco para cumplir su mandato.

Por último, la transparencia ha desempeñado un papel central en el PCA y en el PEPP, al permitir que los participantes del mercado comprendan mejor cómo se aplican los programas. En este sentido, la divulgación periódica de información sobre compras y tenencias del PCA y el PEPP en el sitio web del BCE es primordial.

10.¿Qué es lo que más espera de la revisión del marco de política monetaria del BCE? ¿Cuáles son los principales retos de la revisión? ¿Debería el BCE redefinir su definición cuantitativa del objetivo de estabilidad de precios? Y en caso afirmativo, ¿de qué manera? ¿Qué opina de la decisión de la Fed de agosto de 2020 al respecto?

La revisión de la estrategia monetaria del BCE, que se retrasó inesperadamente a causa de la COVID-19, se ha reanudado y constituirá un foco de atención importante durante el próximo año. Espero un debate amplio y con mentalidad abierta, en el que se aborde también el modo en que consideraciones como la estabilidad financiera y el cambio climático pueden afectar a la estabilidad de precios a medio plazo.

El proceso de revisión se divide en una secuencia de debates en el seno del Consejo de Gobierno, apoyados por seminarios preparados por personal del Eurosistema, teniendo en cuenta las opiniones recabadas de otras partes interesadas. A este respecto, creo que la aportación del Parlamento Europeo es especialmente relevante y acojo con satisfacción el hecho de que la presidenta del BCE haya convenido en interactuar más estrechamente en el contexto de la revisión de la estrategia del BCE y en garantizar que los diálogos periódicos entre el BCE y el Parlamento desempeñen un papel clave.

Los seminarios del Consejo de Gobierno contarán con el apoyo de los trabajos preparatorios exhaustivos llevados a cabo por diez flujos de trabajo específicos del Eurosistema. Los flujos de trabajo cubren una amplia gama de temas: medición de la inflación, objetivo de estabilidad de precios del BCE, modelización del Eurosistema, globalización, digitalización, cambio climático, estabilidad financiera y políticas macroprudenciales, intermediación financiera no bancaria, comunicación e interacción entre política monetaria y políticas presupuestarias.

El objetivo de la revisión de la estrategia del BCE es asegurarse de que la estrategia de política monetaria del Banco sea sólida y adecuada para su propósito, tanto en el presente como en el futuro.

La definición precisa de nuestro objetivo fundamental ocupará un lugar destacado en el ejercicio de revisión de la estrategia. Una formulación clara de lo que el Consejo de Gobierno se esfuerza por lograr es imprescindible en su búsqueda de la estabilidad de precios. Ello facilita asimismo la transparencia y la asunción de responsabilidades respecto a las decisiones de política monetaria adoptadas.

A la vista de la revisión estratégica en curso, resultaría prematuro extraer conclusiones al respecto, así como sobre cualquiera de sus aspectos.

Por último, la Declaración sobre objetivos a largo plazo y estrategia de política monetaria de la Fed, recientemente revisada, esboza un nuevo marco estratégico que incluye cambios significativos relacionados con ambas vertientes del doble mandato de la Fed: máximo empleo y estabilidad de precios. He tomado nota de la revisión de la Fed con gran interés y ansío participar en la revisión de la estrategia del BCE. Debo señalar que, con arreglo a su mandato, el BCE lleva a cabo su propia revisión independiente, y no debe considerarse que las revisiones de la estrategia de otros bancos centrales (incluida la Fed) tengan implicaciones directas para la estrategia del BCE.

11.¿Cómo evalúa la interpretación actual de la dinámica de la inflación y los principales factores que han impulsado la evolución de la inflación en los últimos años? ¿Cree que la inflación está subestimada en la zona del euro debido a una proporción inadecuada de los costes de la vivienda en la cesta del IPCA? ¿Solicitaría un reajuste de la cesta?

Para el BCE es crucial comprender la dinámica de la inflación, así como los principales factores que la impulsan y su evolución a lo largo del tiempo. Para los responsables de las políticas monetarias, comprender plenamente la dinámica de la inflación ha demostrado ser un reto mayor que antes, ya que muchos factores diferentes, además de la política monetaria, influyen simultáneamente en su evolución. En este sentido, el BCE debe estar abierto a diferentes explicaciones de una inflación baja que muy bien podrían ser todas pertinentes a la vez, pero que también podrían exigir una respuesta política diferente.

Permítanme referirme como ejemplo al Informe sobre la inflación baja que se publicó en 2016. Destaca dos tipos de fuerzas que conforman la dinámica de la inflación. En primer lugar, los factores estructurales que cambian el modo en que funciona nuestra economía pueden explicar las tendencias a largo plazo de la inflación. Entre tales factores destacan la globalización, la caída del poder de negociación de los trabajadores, el progreso tecnológico y las tendencias demográficas. En segundo lugar, los shocks –ya sea del lado de la oferta o del de la demanda– pueden influir en la dinámica de la inflación a través de diversos canales.

En el momento actual, el reto para entender la inflación consiste en calibrar los impactos a más corto y más largo plazo que ejerce la pandemia en la inflación y, en particular, en la inflación básica.

El índice de precios de consumo armonizado (IPCA) elaborado por Eurostat garantiza que todos los países de la Unión apliquen la misma metodología. La inflación medida por el IPCA constituye un índice de precios de alta calidad y ha obtenido buenos resultados en muchos sentidos, pero no es perfecta. Por eso celebro que se hayan introducido varias mejoras en la metodología del IPCA a lo largo de los años, y que la revisión de la estrategia del BCE también examine la cuestión de la medición de la inflación. Incluir las viviendas ocupadas por sus propietarios en los cálculos del IPCA con el fin de cubrir todos los gastos de consumo relacionados con la vivienda podría constituir una mejora importante que también se corresponda mejor con el modo en que los ciudadanos europeos experimentan la inflación en su vida cotidiana.

Sin embargo, existen desafíos técnicos para incorporar viviendas ocupadas por los propietarios, y no hay una solución ideal disponible. Espero con interés participar en la revisión de la estrategia para intercambiar puntos de vista sobre el modo en que podrían abordarse estos retos.

En la práctica, como sugieren los cálculos preliminares basados en un indicador experimental de viviendas ocupadas por sus propietarios, incorporarlas al IPCA solo ejercería un efecto limitado sobre la inflación media.

12.¿Cuál es su opinión sobre la heterogeneidad de las condiciones monetarias y el acceso al crédito en el conjunto de la zona del euro y su impacto en la política monetaria unitaria del BCE, en particular tras las tendencias de divergencia económica inducidas por la COVID-19?

Aunque siempre habrá algunas diferencias en las condiciones de financiación entre los Estados miembros de la zona del euro, como reflejo de las diferencias estructurales y en las perspectivas económicas, después de que la crisis de la COVID-19 golpeara la economía de la zona del euro, existía un claro riesgo de fragmentación que elevaría la divergencia hasta tal punto que dejaría de ser coherente con una transmisión fluida de la política monetaria acomodaticia del BCE a todos los sectores y jurisdicciones.

Las medidas adoptadas desde marzo, y en particular el PEPP y la OFPML con objetivo específico III, se han diseñado para apoyar la transmisión a todos los sectores y jurisdicciones de la economía de la zona del euro. Las estimaciones indican que el PEPP, junto con la dotación adicional de 120 000 millones de euros del PCA anunciada en marzo, tuvo un impacto significativo en la reducción de la prima a plazo en la rentabilidad media de la deuda soberana de la zona del euro a 10 años, que es un componente importante de los tipos de interés a largo plazo en general. El impacto ha diferido entre países, registrándose un descenso notablemente más acusado en los países que se han visto más gravemente afectados por la pandemia.

La participación en las operaciones OFPML III con objetivo específico de junio y septiembre (cerca de 1,5 billones de euros) fue inesperadamente alta y generalizada. Según la encuesta sobre préstamos bancarios (EPB) de la zona del euro de octubre de 2020, los bancos indicaron que la liquidez de la OFPML III apoya firmemente sus préstamos, en particular a las empresas. Los bancos también indicaron que las OFPML ejercen un impacto positivo en su posición de liquidez y en las condiciones de financiación del mercado y un efecto de flexibilización de los plazos y condiciones ofrecidos a los prestatarios. Las OFPML han contribuido así a una transmisión más uniforme de la política monetaria del BCE.

Una recuperación más uniforme de la crisis reforzaría la eficacia de la política monetaria en la zona del euro. El Consejo de Gobierno adapta sus decisiones de política monetaria a la evolución de la economía de la zona del euro en su conjunto, pero también debe asegurarse de que su política monetaria llegue a todas las partes de la economía y a todas las jurisdicciones, para dar cumplimiento a su mandato de procurar la estabilidad de precios.

En la búsqueda de una recuperación más uniforme, la política presupuestaria es esencial. El plan de recuperación Next Generation EU de la Comisión Europea, por ejemplo, desempeñará un papel importante a la hora de intentar restablecer unas condiciones de competencia equitativas y apoyar a los que se han visto más gravemente afectados por la pandemia.

Por tanto, acojo con gran satisfacción este plan, que reforzará el mercado único y construirá una recuperación duradera y próspera, al tiempo que apoyará las prioridades ecológicas y digitales de la Unión.

13.En su opinión, ¿cómo puede contribuir el BCE al crecimiento económico, a la transición ecológica y al pleno empleo cumpliendo al mismo tiempo plenamente su objetivo principal de mantener la estabilidad de precios? ¿Existen, en su opinión, medidas adicionales de política monetaria que permitirían aumentar sus efectos positivos en la economía real?

Tal como se recoge en el Tratado, el objetivo principal del SEBC es mantener la estabilidad de precios. No obstante, «sin perjuicio de este objetivo, el SEBC apoyará las políticas económicas generales de la Unión con el fin de contribuir a la realización de los objetivos de la Unión establecidos en el artículo 2». Así pues, es evidente que la política monetaria puede desempeñar un papel crucial en el apoyo a la economía real. De hecho, en el entorno actual, en el que la demanda es débil y la inflación se sitúa por debajo de niveles compatibles con el objetivo de inflación del Consejo de Gobierno, la política monetaria es clave para apoyar tanto el crecimiento económico como la inflación.

Respaldar el consumo de los hogares y una inversión sólida es un mecanismo de transmisión crucial para que la política monetaria logre su objetivo de estabilidad de precios. Abundan las pruebas de que las medidas de política monetaria adoptadas desde mediados de 2014 han ejercido un impacto sustancial en el empleo, la renta y el crecimiento.

Por otra parte, las medidas adoptadas desde marzo de 2020 en relación con la compra de activos y los parámetros de la OFPML contribuirán de manera significativa a la recuperación económica y habrán atenuado los resultados más desfavorables.

La revisión en curso de la estrategia del BCE brindará la oportunidad de comprender mejor cómo las tendencias a largo plazo podrían afectar a las variables que supervisamos regularmente y procuramos, en cierta medida, controlar. Entre tales tendencias destacan ciertamente la transición demográfica, el cambio tecnológico disruptivo y el calentamiento global.

14.¿En qué medida considera que la tarea de abordar el cambio climático y otras cuestiones de sostenibilidad forma parte del mandato del BCE? ¿Qué opinión le merece la repercusión de la política del BCE en el cambio climático? ¿Considera que el BCE debe alinear sus compras de activos con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático? ¿Deberían los programas de compra de activos del BCE estar en consonancia con el marco taxonómico de la Unión? ¿Qué papel desempeñaría el BCE en la Red para la Ecologización del Sistema Financiero (NGFS)? ¿Cómo puede poner en práctica el BCE las recomendaciones clave del informe exhaustivo de la NGFS titulado «Una llamada a la acción - El cambio climático como fuente de riesgo financiero», dirigidas a los bancos centrales? ¿En qué medida contribuyen los bonos verdes, en su opinión, a la descarbonización y cómo valora el reciente estudio del Banco de Pagos Internacionales (BPI) a este respecto (https://www.bis.org/publ/qtrpdf/r_qt171c.pdf)?

Para acelerar la transición a una economía sin emisiones de carbono, es crucial que las administraciones públicas, los bancos centrales, las autoridades de supervisión y las instituciones financieras emprendan acciones firmes y decisivas. Todas estas entidades tienen un papel específico que desempeñar. Dado que la economía sigue dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, se requiere una reorientación fundamental. Con sus políticas climáticas, los gobiernos constituyen la fuerza impulsora que subyace a esta reorientación. Europa ya se encuentra a la vanguardia en materia de acción por el clima. Con la firma del Acuerdo de París, los gobiernos europeos se han comprometido a intensificar las políticas e inversiones necesarias para un futuro sostenible con bajas emisiones de carbono. La Unión ha puesto en marcha su Pacto Verde y ha hecho un trabajo excelente en lo que se refiere a la introducción de la taxonomía de actividades sostenibles que potencian la transición. Por último, la Unión ha emprendido cambios estructurales esenciales para restablecer un funcionamiento eficiente del mercado mediante la introducción del régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE) y la Directiva relativa a la divulgación de información no financiera (DDINF).

Aunque aplaudo la labor realizada por la Unión hasta la fecha, me gustaría subrayar que todavía queda mucho por hacer. Para lograr los objetivos de París, es esencial avanzar hacia una economía mundial sostenible a un ritmo muy superior al que se sigue actualmente. Dos factores clave que frenan la transición en el presente son, en primer lugar, el hecho de que las empresas sigan teniendo incentivos financieros insuficientes para reducir sus emisiones y, en segundo lugar, que los intermediarios financieros tengan dificultades en materia de datos para tener en cuenta de manera óptima el cambio climático al adoptar decisiones de inversión.

Aun cuando crear las condiciones para la transición a una economía sin emisiones de carbono es ante todo una tarea de los gobiernos elegidos democráticamente, y la fijación de los precios del carbono sigue siendo la principal herramienta para afrontar dicha tarea, todas las partes interesadas tienen un papel específico que desempeñar en la transición energética, incluido el BCE. El punto de partida para las tareas de supervisión del BCE es la perspectiva del riesgo. Los supervisores han reconocido ya de manera generalizada que tanto la transición como el cambio climático son fuentes de riesgos financieros, que deben abordarse y gestionarse. No solo ocurre así en el caso de los riesgos relacionados con la transición y el clima, sino también en el de los riesgos medioambientales y sociales más generales.

El punto de partida de la tarea monetaria del BCE es su objetivo de estabilidad de precios. «Sin perjuicio del objetivo principal de la estabilidad de precios», el BCE apoyará las políticas económicas generales de la Unión. Estas políticas comprenden un alto nivel de protección y la mejora de la calidad del medio ambiente y las prioridades en materia de políticas subrayadas por la UE, incluido el Pacto Verde. Habida cuenta de las ambiciones y los compromisos de la Unión, el BCE tiene la obligación de apoyar estas políticas, siempre que pueda hacerlo sin perjuicio de su objetivo de estabilidad de precios. Por supuesto, también en este contexto, el BCE debe actuar de acuerdo con los principios de proporcionalidad y equilibrio institucional. Así las cosas, creo que hay al menos tres ángulos desde los que el cambio climático es relevante para la política monetaria.

En primer lugar, el cambio climático y su mitigación afectarán cada vez más a variables macroeconómicas clave para la ejecución de la política monetaria. Por otra parte, el cambio climático podría afectar a los canales de transmisión de la política monetaria. Esto puede exigir que los bancos centrales, incluido el BCE, actualicen sus herramientas analíticas agregando los riesgos climáticos a sus modelos macroeconómicos, sus herramientas de previsión y sus operaciones.

En segundo lugar, dada la mayor presencia del BCE en los mercados financieros, el Banco debería evaluar detenidamente el impacto de sus medidas no convencionales en la ambición de la Unión de avanzar hacia una economía con bajas emisiones de carbono. El diseño de las OFPML y los programas de compra de activos tienen consecuencias significativas en la asignación de capital en la economía, y es importante que estas políticas estén preparadas para el futuro, sin comprometer la eficacia de la política monetaria en la consecución de su objetivo principal.

Sería un paso importante reconocer que actuar de acuerdo con el principio de una economía de mercado abierta no implica necesariamente que el BCE, en todas las circunstancias, deba respetar estrictamente la neutralidad del mercado, en particular en presencia de fallos de mercado, como ha destacado recientemente Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE. Además, el BCE podría examinar la manera en que, en el marco de su mandato, sus instrumentos pueden diseñarse para contribuir a desbloquear las inversiones que apoyen la transición a una economía sin emisiones de carbono. Las políticas vigentes de la Unión, como la DDINF y la taxonomía de actividades sostenibles, pueden tomarse como punto de partida a este respecto.

En tercer lugar, el BCE también debería reflejar adecuadamente los riesgos relacionados con el clima en sus marcos de mitigación de riesgos, y actuar de manera transparente en cuanto a sus exposiciones, como recomienda la NGFS. En el caso de las carteras monetarias, el BCE se basa en gran medida en las opiniones de las agencias de calificación crediticia sobre la manera de evaluar el riesgo crediticio. Por lo tanto, el BCE debe contactar con ellas para comprobar si los riesgos relacionados con el cambio climático se reflejan adecuadamente en su criterio. En la medida en que el BCE y los bancos centrales nacionales lleven a cabo su propia evaluación crediticia, tendrán que realizar asimismo tal comprobación. Dadas las extensas actividades del BCE, soy plenamente consciente de que la disponibilidad de datos es crucial, pero plantea dificultades, lo que subraya igualmente la importancia de la DDINF. En la medida en que falten datos relevantes, el BCE podrá explorar la posibilidad de desempeñar un papel en el fomento de la publicación de datos relacionados con el clima por sus contrapartes, por ejemplo, haciendo de tal publicación un requisito para participar en operaciones de política monetaria. A este respecto, permítanme reiterar una observación formulada tanto por la NGFS como por el Eurosistema: una taxonomía ecológica, es decir, una taxonomía de actividades sostenibles respecto al cambio climático, la biodiversidad y otros objetivos ambientales, como la recientemente adoptada y objeto de desarrollo en la Unión, resulta esencial para evitar el «blanqueo ecológico» y garantizar que productos como los bonos verdes contribuyan eficazmente a la consecución de tales objetivos. A este respecto, también son clave los trabajos en curso de la Comisión respecto al desarrollo de una norma sobre bonos verdes tomando como referencia la taxonomía de la Unión. Sin embargo, para evaluar adecuadamente la exposición a los riesgos relacionados con el clima, una taxonomía de las actividades más expuestas a la transición a una economía con bajas emisiones de carbono quizá sea aún más relevante para los bancos centrales y los supervisores. En este sentido, me gustaría elogiar el reciente estudio del Banco de Pagos Internacionales (BPI) que introduce un marco para las calificaciones ecológicas.

Para terminar, me complace enormemente que este tema sea parte integral de la revisión de la estrategia en curso del BCE, a la que espero poder contribuir.

15.¿Qué papel cree que debe desempeñar el BCE respecto a las monedas virtuales? ¿Qué oportunidades y riesgos ve con respecto a los activos virtuales? ¿Cuál es su opinión sobre las monedas digitales de los bancos centrales y los riesgos y beneficios asociados? ¿Cuál sería, en su opinión, un marco regulador adecuado para las monedas virtuales (y, en particular, las «criptomonedas estables»)? ¿Debería el BCE, en su opinión, lanzar un euro digital? En caso afirmativo, ¿cómo debería ser y cómo abordaría usted los riesgos que podría entrañar una moneda de este tipo, incluidos los posibles riesgos de pánicos bancarios y las cuestiones relacionadas con la privacidad?

Los criptoactivos[footnoteRef:5] que no representan un crédito respecto a ninguna entidad son intrínsecamente volátiles y no poseen las características del dinero. Aunque estos criptoactivos entrañan riesgos para los inversores y pueden utilizarse para actividades ilícitas, actualmente no suponen un riesgo significativo para el sistema financiero ni para la estabilidad monetaria de la Unión. El BCE debe seguir supervisando los criptoactivos para mantener actualizada esta evaluación de riesgos a la luz de la evolución del mercado. [5: Una representación digital de valor o derechos que puede transferirse y almacenarse electrónicamente, utilizando la tecnología de registro descentralizado u otra similar.]

Los criptoactivos que pretendan mantener un valor estable, tomando como referencia i) una moneda fiduciaria o ii) varias monedas fiduciarias o uno o varios productos básicos o uno o varios criptoactivos, o una combinación de tales activos, conocidos como fichas de dinero electrónico y fichas referenciadas a activos respectivamente, con arreglo a la propuesta de Reglamento de la Comisión Europea sobre los mercados de criptoactivos, podrían utilizarse teóricamente como medio de pago e incluso como reserva de valor. Además, algunas de estas iniciativas relativas a las fichas podrían alcanzar rápidamente una presencia mundial aprovechando las bases de usuarios existentes.

Las fichas de dinero electrónico y las referenciadas a activos que pasan a ser significativas, en el seno de la Unión o a escala mundial, presentan oportunidades y retos. Podrían ayudar a superar las deficiencias en cuanto a celeridad y costes de los pagos transfronterizos mundiales. Al mismo tiempo, pueden amenazar la estabilidad y la soberanía monetarias y financieras, afectar a la seguridad y la eficiencia de los sistemas de pago, y plantear otros problemas asociados, entre otros factores, al blanqueo de capitales/financiación del terrorismo, la competencia, la protección de datos y la protección de los consumidores.

Por su parte, el BCE debería desempeñar un papel a este respecto garantizando que las fichas sistémicas de dinero electrónico o referenciadas a activos no socaven la autonomía estratégica y la resiliencia del sistema de pagos de la zona del euro. Como supervisor del sistema de pagos, el BCE, junto con los bancos centrales de la zona del euro, debe aplicar los marcos de supervisión pertinentes del Eurosistema para los sistemas y regímenes de pago y los acuerdos para atenuar los riesgos de las fichas de dinero electrónico o referenciadas a activos. Además, el BCE debe cooperar con la ABE y con las autoridades competentes y participar en los colegios de las fichas de dinero electrónico o referenciadas a activos significativas.

Un marco normativo apropiado para tales fichas debe inspirarse en el principio de «a igual actividad, riesgos iguales y normas iguales». Debe garantizar unas condiciones de competencia equitativas sometiendo a las fichas de dinero electrónico y referenciadas a activos que puedan utilizarse como instrumentos de pago de propósito general a unos requisitos equivalentes. Además, el marco debe atenuar los riesgos que plantean tales fichas para la estabilidad financiera, la política monetaria y la soberanía, así como para la protección de los consumidores, entre otros. El Reglamento relativo a los mercados de criptoactivos constituye un buen primer paso para la regulación de estos, incluidas las criptomonedas estables, a los que no cubre ya la legislación vigente de la Unión, ya que no reúnen los requisitos para ser considerados instrumentos financieros en el marco de la MiFID II, ni dinero electrónico con arreglo a la DDE, por ejemplo. También ayudará a evitar el arbitraje entre jurisdicciones de la UE. El BCE también acaba de publicar para su consulta pública su nuevo marco para la supervisión de instrumentos, regímenes y acuerdos de pago electrónico, el llamado marco PISA. El nuevo marco también pretende garantizar el principio de «a igual actividad, riesgos iguales y normas iguales» de manera proporcional, y aborda además las fichas de dinero electrónico y referenciadas a activos.

Como también se analiza en el reciente informe sobre el euro digital elaborado por el Grupo de Trabajo de Alto Nivel del Eurosistema sobre Monedas Digitales de los Bancos Centrales, estas monedas constituyen una poderosa herramienta para que los bancos centrales puedan hacer frente a algunos de los retos y necesidades que surgen en el contexto de la digitalización de nuestras sociedades y economías. Concretamente: i) a medida que surjan nuevas necesidades de pago, un euro digital proporcionaría un activo digital libre de riesgos para atender tales necesidades; ii) en caso de disminución significativa del uso del efectivo como medio de pago, un euro digital proporcionaría un equivalente digital de los billetes de curso legal en euros, complementando la función del efectivo; iii) ante el posible auge de las monedas digitales privadas, o públicas extranjeras, un euro digital ayudaría a preservar la estabilidad y la soberanía monetarias y financieras. Es importante destacar que un euro digital -si se adoptara- se introduciría junto al efectivo, no lo sustituiría. Además, requeriría una base jurídica sólida.

En cuanto a los riesgos asociados a la posible emisión de un euro digital, considero que dependen en gran medida de su diseño efectivo. Un euro digital debería diseñarse de manera que se eviten cambios excesivos de los depósitos bancarios comerciales a las tenencias en euros digitales, tanto como fenómeno estructural como durante crisis financieras. Un euro digital tampoco debería desplazar las iniciativas privadas que puedan beneficiar a la innovación y la integración del sector europeo de pagos minoristas. También deben tenerse en cuenta las consecuencias de un euro digital para otras divisas, incluso dentro de la Unión.

En cuanto a la privacidad, se requiere claramente una solución de compromiso entre el derecho de los ciudadanos a proteger sus datos personales y el deber público de combatir actividades ilícitas (como el blanqueo de capitales). El equilibrio adecuado entre estos dos valores fundamentales deberá determinarse en cooperación con los colegisladores.

De momento no estoy en condiciones de juzgar si el BCE debe emitir o no un euro digital. Creo que la complejidad de esta cuestión requiere un análisis detenido y la implicación de todas las partes interesadas. Por tanto, me complace comprobar que el BCE afronta el análisis de un euro digital con la debida atención –procurando asimismo la participación de la opinión pública a través de una consulta abierta e iniciando la experimentación práctica sobre posibles diseños junto con varios bancos centrales nacionales del Eurosistema– y, en particular, colaborando con este Parlamento y sus comisiones pertinentes.

16.¿Qué papel prevé para las transacciones en metálico en comparación con las transacciones digitales en el futuro?

El efectivo sigue utilizándose mayoritariamente en las operaciones en la zona del euro; sin embargo, su proporción de operaciones en puntos de venta y entre personas está disminuyendo. En cuanto al volumen de operaciones totales, se redujo del 79 % en 2016 al 73 % en 2019. La expansión paralela de las operaciones sin efectivo se ha visto impulsada en gran medida por los pagos con tarjeta, que han aumentado del 19 % al 24 % en términos de volumen. La tendencia hacia los pagos sin dinero en efectivo se ha acelerado por la pandemia de COVID-19, cuando se ha producido un acusado aumento de los pagos en línea por parte de los hogares y un cambio hacia los pagos sin contacto en los comercios. Al mismo tiempo, el efectivo atiende necesidades cruciales para los ciudadanos. Por ejemplo, el efectivo sigue siendo la única forma de dinero del banco central disponible para el público (a pesar de una posible función futura de la moneda digital del banco central), puede funcionar como una opción de reserva alternativa en caso de una alteración grave de los pagos electrónicos, y constituye una condición previa para que muchas personas en situaciones vulnerables (como ciertos ciudadanos mayores, las personas con discapacidad y los analfabetos) puedan acceder a servicios financieros y gestionar sus asuntos financieros de manera independiente. El Eurosistema debe garantizar que, a medida que aumenten las operaciones digitales, los consumidores dispongan de acceso a soluciones paneuropeas integradas de pago digital que satisfagan sus necesidades. Este no es el caso actualmente, y Europa experimenta el dominio de un puñado de agentes no europeos. Esta concentración podría exacerbarse por la capacidad de las empresas tecnológicas mundiales –las denominadas grandes compañías tecnológicas– de ofrecer asimismo servicios de pago, que prestan a una escala cada vez mayor.

El Eurosistema ha respondido a estos retos renovando su estrategia de pagos minoristas para fomentar y facilitar el desarrollo de soluciones europeas de pagos digitales. La Comisión también ha publicado recientemente su Estrategia de pagos minoristas, con el objetivo de avanzar en el desarrollo del sector paneuropeo de pagos. Por lo tanto, celebro la Iniciativa Europea de Pagos, creada por varios bancos europeos para desarrollar productos de pago paneuropeos, y otras iniciativas privadas que buscan ofrecer soluciones de pago paneuropeas.

Para concluir, el efectivo se sigue utilizando en la mayoría de las operaciones en la zona del euro y deberíamos seguir velando por que todos los ciudadanos de la Unión tengan acceso al efectivo en todo momento. Las operaciones digitales son un complemento, no un sustituto del efectivo. Juntos respaldan la inclusión financiera y ofrecen opciones a los consumidores. Esto está en consonancia con la política del Eurosistema de respetar las preferencias de los consumidores por lo que respecta a los medios de pago.

17.Varios Estados miembros de la UE se preparan para incorporarse a la zona del euro y dos Estados miembros se incorporaron al MTC II en julio de 2020. ¿Cómo prevé evitar nuevas divergencias entre los Estados miembros de la zona del euro en la próxima década teniendo en cuenta las condiciones económicas de los países candidatos? ¿Cuál es la situación económica preferible para la ampliación de la zona del euro?

Permítanme comenzar diciendo que considero al euro como el signo más tangible de la integración europea. Actualmente es la moneda oficial de 19 Estados miembros de la Unión. Tal como se establece en el Tratado, se espera que todos los Estados miembros de la UE sin una cláusula de exención o de «exclusión voluntaria» –en concreto, siete países no pertenecientes a la zona del euro excepto Dinamarca– adopten el euro tarde o temprano.

Creo que la imagen de las crecientes disparidades económicas dentro de la UEM en la última década es más matizada de lo que podría parecer a primera vista. Por ejemplo, los países de renta baja de Europa Central y Oriental que han adoptado el euro, especialmente los países bálticos y Eslovaquia, han recuperado terreno en la práctica a las economías de mayor renta. Y lo que es más importante, varios estudios han llegado a la conclusión de que, para comprender realmente las disparidades crecientes en Europa, deberíamos centrarnos más bien en factores distintos de la UEM –por ejemplo, los shocks tecnológicos y de la globalización, el impacto de la crisis financiera mundial, así como las debilidades estructurales específicas de cada país–. Si se observa, por ejemplo, la dispersión cíclica entre las economías de la zona del euro, en realidad ha disminuido. Esto ha permitido alcanzar un alto grado de simetría en los ciclos empresariales y financieros de los miembros de la zona del euro, lo que constituye un ingrediente fundamental para el éxito de una política monetaria única. Con todo, aún debe evaluarse el impacto de la actual pandemia de COVID-19 en las condiciones económicas de las economías dentro y fuera de la zona del euro.

En mi opinión, la situación económica preferible para la ampliación de la zona del euro debería adaptarse a cada Estado miembro. Cada uno de los Estados que desee adoptar al euro debe tomar las medidas y realizar las reformas que se imponen según su propio ritmo, modalidades y plazos. El calendario depende, en última instancia, de tres factores principales: voluntad política, tal como se refleja también en las estrategias nacionales de adopción del euro; la aceptación del proyecto por la población; y el grado de preparación económica.

El BCE y la Comisión Europea evalúan periódicamente los progresos realizados por cada Estado miembro no perteneciente a la zona del euro en cuanto al cumplimiento de los criterios basados en el Tratado y requeridos para la adopción del euro, según se articula en los informes de convergencia. De acuerdo con los informes de convergencia de 2020 del BCE y la Comisión Europea que se publicaron el 10 de junio, ninguno de los países examinados cumplía todos los criterios de Maastricht. En particular, ninguno de los siete países cumplió el criterio del tipo de cambio, que exige la participación de un Estado miembro durante al menos dos años en el mecanismo de tipos de cambio, el MTC II, sin devaluar su moneda frente al euro.

Tras la decisión adoptada de mutuo acuerdo por los ministros de hacienda de los países de la zona del euro, el presidente del BCE y los ministros de hacienda y los gobernadores de los bancos centrales de Dinamarca, Bulgaria y Croacia, la leva búlgara y la kuna croata se incluyeron en el MTC II el 10 de julio de 2020. La participación en el MTC II debe percibirse como un hito importante en la preparación para la adopción del euro. En este sentido, los informes de convergencia del BCE y la Comisión Europea de 2022 incluirán la evaluación de la disposición de estos dos Estados miembros a adoptar el euro.

18.¿Qué función cree que debe desempeñar el Fondo de Recuperación? ¿Cómo puede respaldar mejor la resiliencia de la zona del euro? ¿Cree que la zona del euro necesita un activo europeo seguro no solo para contribuir a estabilizar los mercados financieros y permitir que los bancos reduzcan su exposición a la deuda nacional, sino también como una manera de facilitar la correcta transmisión de la política monetaria?

El rebrote del virus ha acrecentado la incertidumbre y exige que continúe el apoyo fiscal para evitar los «efectos precipicio» y contribuir a la reconducción de nuestras economías. Por tanto, es de suma importancia que el paquete Next Generation EU (NGEU), dotado con 750 000 millones de euros, entre en funcionamiento sin demora. Este paquete de recuperación puede apoyar significativamente a los países más duramente golpeados por la pandemia, fortalecer el mercado único y construir una recuperación duradera y próspera.

El impacto de NGEU –y su programa central, el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia– dependerá de la rapidez con que se desembolsen los fondos y de la eficacia con que se canalicen a usos productivos. Por tanto, es importante que todos los responsables de la formulación de políticas lleguen a un acuerdo sobre los aspectos más destacados del paquete a finales de año, y que los Estados miembros adopten las medidas apropiadas para propiciar un gasto sólido y eficaz de los fondos de recuperación. Como subrayó el Consejo de Gobierno tras su reciente reunión de política monetaria, siempre que los fondos se desplieguen para un gasto público productivo y se acompañen de reformas que mejoren la productividad, NGEU contribuirá a una recuperación más rápida, sólida y uniforme en la zona del euro, al tiempo que apoyará la consecución de las ambiciones ecológicas y digitales de la Unión.

Aunque los actuales son tiempos difíciles, el BCE ha sido capaz de transmitir eficazmente la política monetaria desde el estallido de la crisis de la COVID. Dicho esto, la emisión de deuda en el marco de NGEU adoptará la forma de bonos a escala de la Unión con diferentes fechas de vencimiento entre 2028 y 2058, y sin duda puede ayudar a desarrollar una estructura de plazos europea. Esta estructura temporal podría servir como referencia para los mercados de capitales de la UE y facilitar así una mayor integración del mercado de capitales y, por tanto, la puesta en común de riesgos. Los bonos de NGEU también podrían contribuir a diversificar las exposiciones a bonos soberanos de los bancos, reduciendo así la vinculación entre estos y la deuda soberana.

19.¿Cuál es su opinión sobre la creciente vinculación entre las políticas presupuestaria y monetaria tras la crisis de la COVID-19? ¿Cuál es el riesgo de que se produzca un dominio fiscal en la zona del euro? ¿Cómo salvaguardar la independencia del BCE en una situación en la que se difuminan los límites entre las políticas presupuestarias y monetarias?

El Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE) establece claramente que el objetivo principal del BCE es procurar la estabilidad de precios. También dispone fuertes salvaguardas para proteger y garantizar la independencia operativa, financiera, institucional y política del BCE.

A pesar de estas sólidas salvaguardas institucionales, entre los economistas existe un aprecio creciente por la relevancia de las interacciones entre la política monetaria y la presupuestaria. En las circunstancias macroeconómicas actuales, ambas políticas se complementan entre sí en cuanto a la provisión de un apoyo político indispensable a la economía de la zona del euro en respuesta a la crisis. A raíz de la pandemia pueden surgir otras cuestiones, entre ellas, cómo establecer una política monetaria en un mundo con posibles niveles de deuda pública permanentemente más elevados.

Desde que se reanudó la revisión de la estrategia, el Consejo de Gobierno ha establecido un nuevo flujo de trabajo sobre interacciones monetario-presupuestarias que evalúa el panorama de la política presupuestaria en la zona del euro y las implicaciones para la política monetaria.

20.¿Cuál es su opinión sobre las críticas de que el sistema de activos de garantía del BCE no es lo suficientemente gradual y depende demasiado de las agencias externas de calificación crediticia (ACC)? ¿Cuál es su opinión sobre las medidas temporales de flexibilización de los activos de garantía adoptadas por el BCE en el contexto de la crisis de la COVID-19? En el futuro, ¿cómo debería utilizar el BCE su autoridad discrecional con arreglo al artículo 18 de los Estatutos con respecto a la definición de la admisibilidad de activos de garantía?

De conformidad con su estatuto, el Eurosistema solo concede créditos contra activos de garantía adecuados. Acepta una amplia gama de activos diferentes como garantía, aplicando recortes de valoración debidamente graduados en función de las diferencias entre vencimientos, categorías de liquidez y calidad crediticia. Para evaluar la calidad crediticia de los activos admisibles, el Eurosistema se sirve de múltiples fuentes: las agencias de calificación crediticia se encuentran entre ellas, al igual que los sistemas internos de evaluación crediticia (SIEC) de los bancos centrales nacionales y los sistemas internos basados en calificaciones (SIBC) de las contrapartes. Todas las fuentes se someten a una supervisión periódica del rendimiento para garantizar que cumplen unos requisitos reglamentarios, operativos y de información rigurosos. Las recientes medidas de flexibilización de los activos de garantía han puesto de manifiesto que el Eurosistema no se sirve mecánicamente de las agencias externas de calificación crediticia, sino que es capaz de adaptar su marco para reducir la prociclicidad y evitar los efectos precipicio.

Las medidas relativas a los activos de garantía deben percibirse en relación con el resto de medidas políticas en respuesta a la emergencia del coronavirus, incluido el programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP), las operaciones de refinanciación a largo plazo de emergencia por pandemia (PELTRO) y una flexibilización de las condiciones para las operaciones de refinanciación a más largo plazo con objetivo específico (OFPML III). Las medidas de flexibilización de los activos de garantía constituyen un componente crucial, ya que garantizan la disponibilidad de activos de garantía admisibles para que todas las contrapartes del Eurosistema elegibles participen en estas operaciones de provisión de liquidez. De este modo, estas medidas relativas a los activos de garantía apoyan en última instancia la provisión de préstamos bancarios a la economía real.

El Eurosistema debe seguir definiendo su sistema de activos de garantía de forma que garantice un acceso eficaz a la liquidez del Eurosistema contra activos de garantía adecuados. Algunas de las recientes medidas de flexibilización de los activos de garantía ofrecen –de forma temporal– flexibilidad a determinados bancos centrales nacionales para aceptar tipos adicionales de tales activos con el fin de abordar las condiciones del mercado específicas de cada país, si bien sigue siendo aplicable un conjunto integral de criterios de admisibilidad y medidas de control de riesgos. Asimismo, en el futuro, la aceptación de los activos de garantía deberá basarse en cualquier caso en un conjunto riguroso de normas transparentes, que estén en consonancia con la tolerancia al riesgo del Eurosistema.

21.¿Cuál es su opinión acerca de la reciente evolución del tipo de cambio entre el euro y el dólar estadounidense? ¿En qué medida las consideraciones comerciales deben desempeñar un papel en la ejecución de la política monetaria y su orientación de expectativas?

La propagación de la pandemia del coronavirus ha desatado fuertes movimientos en los mercados financieros mundiales, incluidos los cambiarios. El euro se debilitó en una primera fase y posteriormente se ha fortalecido de manera acusada durante el verano.

Aunque el tipo de cambio del euro no es un objetivo político para el BCE –y por lo tanto no comentaré su nivel– está claro que el valor externo del euro es un factor determinante importante para la fijación de precios en la zona del euro.

Cualquier cambio significativo en el tipo de cambio del euro tendrá probablemente un impacto significativo en las perspectivas de inflación de la zona del euro.

Por tanto, es importante evaluar la evolución de los tipos de cambio desde la perspectiva de sus consecuencias para las perspectivas de inflación a medio plazo y, por tanto, para el cumplimiento del mandato del BCE.

Del mismo modo, el comercio mundial es un factor relevante que determina la demanda exterior de bienes y servicios de la zona del euro y, por tanto, desempeña un papel clave en la evolución del crecimiento y la inflación de dicha zona. El comercio mundial es claramente una parte integral del análisis económico del BCE, que conforma la evaluación que realiza el Consejo de Gobierno de las perspectivas económicas y del equilibrio de riesgos. Por tanto, en la medida en que la evolución del comercio mundial repercuta en las perspectivas a medio plazo de la inflación, también se tendrá en cuenta a la hora de tomar decisiones de política monetaria.

22.¿El BCE tiene que adoptar medidas concretas para impulsar el euro como moneda internacional? En caso afirmativo, ¿qué medidas pretende adoptar? ¿Cómo evalúa la interacción de las compras de activos del sector público por parte del BCE y la disponibilidad de activos seguros de la zona del euro para inversores extranjeros del sector público y privado?

Un mayor papel internacional del euro sería, en última instancia, el resultado de un proceso impulsado por la demanda y un reflejo de una mayor confianza en la Unión, lo que podría propiciar una mayor autonomía financiera y económica. En este sentido, la Unión puede apoyar dicho papel de varias maneras, lo que dota a la infraestructura financiera europea de mayor resiliencia y, en consecuencia, al euro de un mayor atractivo, también más allá de sus propias fronteras. El BCE puede seguir apoyando este proceso en la medida en que sea coherente con su mandato y los objetivos más amplios de la Unión.

En primer lugar, el papel internacional del euro se verá respaldado por una unión económica y monetaria más profunda y completa, incluida una unión de los mercados de capitales culminada. Del mismo modo, el éxito en la aplicación de Next Generation EU también puede contribuir a infundir confianza a los inversores en el euro. Aplicar políticas económicas sólidas en la zona del euro es deseable en sí mismo, pero también resulta crucial para el atractivo global del euro.

En este sentido, el atractivo del euro podría reforzarse mediante el desarrollo ulterior de áreas financieras en las que la Unión tiene ventaja, como las finanzas sostenibles. El euro ya es la moneda de elección en los mercados mundiales de bonos verdes: en 2019, fue la principal moneda de denominación para la emisión de bonos verdes a escala mundial.

Por último, y más directamente en relación con el BCE, el papel internacional del euro está respaldado además por unos sistemas de pago eficientes y exentos de problemas, y también podría potenciarse gracias a un euro digital. Al facilitar el uso eficaz de una forma del euro en las operaciones transfronterizas, un euro digital podría reforzar el papel de nuestra moneda única en el sistema monetario internacional.

23.¿Cuáles considera que son los principales retos y oportunidades de la comunicación de los bancos centrales en el próximo período? ¿Qué importancia atribuye a que los miembros del Consejo de Gobierno hablen con «una sola voz» tras las decisiones de política monetaria?

Un debate abierto es esencial y la diferencia de puntos de vista es normal y sana en todas las organizaciones. La amplitud de opiniones de los miembros del Consejo de Gobierno se refleja en el relato de las reuniones de política monetaria, que el BCE lleva publicando desde 2015. El BCE se esfuerza por adoptar decisiones por consenso, y la colegialidad es importante. Cuando se trata de comunicar el resultado de las deliberaciones sobre políticas, explicar la argumentación con una sola voz, al tiempo que se reconoce la amplia gama de consideraciones e inquietudes, fortalece el mensaje.

Además, es importante que el BCE siga esforzándose por mejorar su comunicación y su capacidad para llegar a todos los ciudadanos de la zona del euro. Por tanto, acojo con satisfacción que se haga hincapié en los mensajes claros y sencillos sobre las perspectivas y previsiones económicas más generales, más que en los relativos, por ejemplo, a las decisiones sobre políticas y las expectativas de inflación. En este sentido, también acojo favorablemente la reciente iniciativa «El BCE te escucha». Este evento virtual, que reunió a diversas organizaciones de la sociedad civil europea, brindó al BCE la oportunidad de escuchar las opiniones de los ciudadanos sobre el impacto de la política monetaria y la comunicación, y sobre los desafíos mundiales que se avecinan.

Por último, creo que el Parlamento Europeo puede desempeñar un papel clave en la comunicación de los bancos centrales. El Parlamento puede contribuir a mejorar la conexión del BCE con los ciudadanos de la zona del euro, asegurándose de que el Banco conozca lo que más les importa a las personas y, al mismo tiempo, velando por que las políticas del BCE sean mejor entendidas por la población. Esto, a su vez, reforzará la confianza de los ciudadanos en el BCE y la eficacia de sus políticas.

24.¿Cómo valoraría los efectos indirectos de la política monetaria, en especial de los Estados Unidos, para la ejecución de la política monetaria en la zona del euro?

Cada banco central aplica su política monetaria conforme a su propio mandato y en beneficio de su propia jurisdicción.

Las medidas de política monetaria adoptadas por la Reserva Federal afectan a la dinámica de la inflación de la zona del euro a través de numerosos canales; por ejemplo, una economía estadounidense fuerte potencia la demanda mundial, lo que en última instancia resulta beneficioso para la economía de la zona del euro. Por otra parte, la política monetaria de los Estados Unidos también afecta a las condiciones financieras mundiales, que son un factor determinante de relevancia para la fijación de precios en la zona del euro.

Por tanto, es importante realizar un seguimiento de la evolución del entorno mundial con respecto a sus posibles consecuencias para las perspectivas de inflación de la zona del euro.

C. Estabilidad y supervisión financieras

25.¿Qué opina sobre la necesidad de garantizar una separación estricta entre la política monetaria y la supervisión bancaria y cuáles son, en su opinión, las reformas que mejorarían y favorecerían esa separación? ¿Dónde cree que se puede aumentar la eficiencia y la eficacia de la supervisión a través del MUS?

Suscribo plenamente el principio de separación entre la política monetaria y las tareas de supervisión bancaria del BCE. Esta separación funciona bien en la práctica en lo que atañe al desempeño del MUS. Al mismo tiempo, existen ventajas obviamente importantes para los supervisores y los funcionarios de bancos centrales que forman parte de la misma organización. En un sentido, la exposición a los conocimientos macroeconómicos del personal de los bancos centrales del BCE ayuda a los supervisores a evaluar los riesgos crediticios; en el otro sentido, el análisis de los datos bancarios agregados ayuda a los responsables de la política monetaria a comprender mejor el canal de transmisión financiera.

Considero de gran valor los recientes cambios organizativos en la Supervisión Bancaria del BCE, ya que persiguen tres objetivos: i) reforzar la cooperación entre los equipos de supervisión específicos de cada banco y temáticos, ii) garantizar la coherencia de los resultados de la supervisión mediante el refuerzo de la estrategia de supervisión y las funciones de riesgo, y iii) fomentar la transparencia y la previsibilidad de las acciones de supervisión. Al realizar estos objetivos, el MUS mejoraría aún más su rendimiento y potenciaría su eficacia.

26.¿Cuál es su opinión sobre el actual marco institucional de la JERS en el seno del BCE con respecto a sus logros concretos en la supervisión macroprudencial?

En principio, apoyo el mantenimiento del nivel actual de proximidad entre la JERS y el BCE y no veo un conflicto de intereses significativo entre la evaluación de la estabilidad financiera de la JERS y la función del BCE en materia de política monetaria. Al contrario, las dos funciones son complementarias. Las políticas macroprudenciales atenúan los riesgos de estabilidad financiera a escala nacional y de toda la zona, lo que otorga a la política monetaria plena libertad para perseguir su propio objetivo diferenciado, que es el de mantener la estabilidad de precios. Además, dado el conocimiento técnico especializado del personal del BCE, la cooperación y la colaboración entre la secretaría de la JERS y el BCE presentan ventajas en términos de costes y eficiencia. Al mismo tiempo, los procedimientos y órganos decisorios de la JERS (Junta General) y el BCE (Consejo de Gobierno) están claramente separados con arreglo a la legislación de la UE.

Dicho todo esto, reconozco que la JERS quedó integrada en el seno del BCE antes de que a este se le asignara también la responsabilidad de la supervisión bancaria microprudencial. Aunque hasta ahora las responsabilidades respecto a la supervisión micro y macroprudencial no han interferido entre sí, tengo noticia de trabajos en los que se argumenta a favor de su separación.

27.¿Cómo ve la evolución de la calidad de los activos de los bancos en el contexto de la pandemia de COVID-19? ¿Cómo puede abordarse la cuestión de los préstamos dudosos? ¿Cómo valora el problema de los préstamos dudosos en los balances de las entidades de crédito medianas y pequeñas? En su opinión, ¿qué función podría desempeñar el BCE/MUS para solucionar este problema? ¿Cómo juzga los niveles previos a la crisis de los coeficientes de adecuación del capital y los coeficientes de apalancamiento de los bancos europeos?

Los bancos han entrado en esta crisis con unos balances, un capital, una liquidez y unos coeficientes de apalancamiento mucho más sólidos que en 2008, gracias a las iniciativas de reforma posteriores a la crisis y al fortalecimiento del marco regulador y de supervisión. Pensando en el futuro, es importante que los bancos se preparen para el probable deterioro de la calidad de s