PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN … · 2011-02-19 · en dos otras novelas...

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Universiteit Gent Academiejaar 2009-2010 PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS NOVELAS PICARESCAS MEXICANAS: EL PERIQUILLO SARNIENTO (1816) Y LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ (1938) Verhandeling voorgelegd aan de Faculteit Letteren en Wijsbegeerte voor het verkrijgen van de graad van Master in de Vergelijkende Moderne Letterkunde, Promotor: Prof. Dr. E. Houvenaghel door Delphine Scheerens

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Universiteit Gent

Academiejaar 2009-2010

PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS NOVELAS

PICARESCAS MEXICANAS: EL PERIQUILLO SARNIENTO (1816)

Y LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ (1938)

Verhandeling voorgelegd aan de Faculteit Letteren en Wijsbegeerte

voor het verkrijgen van de graad van

Master in de Vergelijkende Moderne Letterkunde,

Promotor: Prof. Dr. E. Houvenaghel door Delphine Scheerens

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Agradecimientos

Antes de comenzar, deseo expresar un agradecimiento especial a todas las personas que me

han ayudado durante el desarrollo de mi tesina de maestría. Primeramente, quiero

especialmente dar las gracias a mi promotora, la Dra. Eugenia Houvenaghel, por sus consejos

útiles y su ayuda en el delineamiento del objeto de estudio y en la búsqueda de información.

Además, deseo dar las gracias a mis padres por haberme ofrecido la posibilidad de estudiar y

por sus palabras de motivación durante mi carrera universitaria. Finalmente, deseo

agradecer a mi hermana, a mis amigos y especialmente a mi novio Laurens Walcarius por su

paciencia y soporte mental.

3

El índice

0. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 5

1. PARTE TEÓRICA: EL GÉNERO PICARESCO...................................................................... 10

1.1. ORIGEN ............................................................................................................................ 10

1.2. ¿QUÉ ES LA NOVELA PICARESCA ? .......................................................................................... 14

1.3. LAS CARACTERÍSTICAS DE LA NOVELA PICARESCA PENINSULAR CLÁSICA Y SU RELACIÓN CON EL CONTEXTO

HISTÓRICO-SOCIAL ..................................................................................................................... 17

1.4. PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN LAS TRES NOVELAS PICARESCAS

PENINSULARES .......................................................................................................................... 27

1.4.1. Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la

novela picaresca............................................................................................................... 27

1.4.2. Análisis sucinto del contexto histórico-social en tres novelas picarescas

peninsulares ..................................................................................................................... 32

1.5. LA NOVELA PICARESCA HISPANOAMERICANA............................................................................. 46

2. PARTE ANALÍTICA : PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS

NOVELAS PICARESCAS MEXICANAS ................................................................................. 50

2.1. EL PERIQUILLO SARNIENTO ................................................................................................... 50

2.1.1. Vida y obra del autor J.J. Fernández de Lizardi ...................................................... 50

2.1.2. Sumario de El Periquillo Sarniento ......................................................................... 56

2.1.3. Presencia del contexto histórico-social.................................................................. 58

2.1.4. Función del contexto histórico-social .................................................................... 63

2.1.4.1. Telón de fondo ................................................................................................ 63

2.1.4.2. Crítica de la sociedad ...................................................................................... 64

2.1.4.3. Función educativa y moralizadora .................................................................. 70

2.1.4.4. Función reformadora y la utopía .................................................................... 73

2.2. LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ............................................................................................... 79

2.2.1. Vida y obra del autor José Rubén Romero............................................................. 79

2.2.2. Sumario de La vida inútil de Pito Pérez .................................................................. 84

2.2.3. Presencia del contexto histórico-social.................................................................. 85

4

2.2.4. Función del contexto histórico-social .................................................................... 88

2.2.4.1. Telón de fondo ................................................................................................ 88

2.2.4.2. Crítica de la sociedad ...................................................................................... 90

2.2.4.3. Función educativa y moralizadora .................................................................. 93

2.3. ESTUDIO COMPARATIVO DE LA PRESENCIA Y FUNCIÓN DEL CONTEXTO HISTÓRICO-SOCIAL EN DOS NOVELAS

PICARESCAS MEXICANAS .............................................................................................................. 94

3. CONCLUSIONES........................................................................................................... 98

APÉNDICE ......................................................................................................................104

BIBLIOGRAFÍA................................................................................................................106

5

0. Introducción

Para la escritura de este trabajo parto de dos novelas picarescas mexicanas : El Periquillo

Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi se escribe y se publica en 18161 y La vida

inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero en 19382. Una gran distancia temporal separa

ambas novelas picarescas. La novela de Lizardi aparece en el período de transición en

México, es decir se está acabando el período colonial y al mismo momento ya surge la

ideología independentista. La novela de Romero, por el contrario, aparece en el período

después de la revolución mexicana (1910-1920) y justo después de la crisis económica en

1937. Se trata de un período inestable en que el fracaso de las ideas de la revolución se

manifiesta cada vez más. Entonces, las dos novelas nacen en contextos sociohistóricos

completamente distintos. Sin embargo pertenecen al mismo género, es decir la picaresca.

Una de las características de este género constituye la presencia y relevancia de un contexto

histórico-social en la novela. Nuestro propósito es investigar cómo se interpreta y elabora la

presencia del contexto histórico-social en las dos novelas picarescas mexicanas. Se trata de

una investigación comparativa sobre la forma y la función del contexto histórico-social en

dos novelas picarescas. El objetivo de este análisis consiste en destacar diferencias y/o

correspondencias entre las dos novelas en cuanto a la presencia y función del contexto

histórico-social.

Optamos por investigar el contexto histórico-social en ambas novelas sobre la base de la

bibliografía existente. En efecto, del análisis de algunas obras teóricas y críticas,

complementado con la lectura de varios artículos críticos, en el apartado 1. de esta tesina,

titulado « Parte teórica : el género picaresco », desprendemos que el contexto histórico-

1 En 1816 sólo se publican los tres primeros tomos de la novela porque el cuarto y el quinto tomo son

prohibidos por la censura. La primera versión completa de la obra de Lizardi aparece en 1831, cuatro años después de la muerte del autor. 2 No sabemos exactamente cuando escribe Romero su novela. Suponemos, basándonos en E. Philips (1964),

que Romero empieza a escribirla algunos años antes de la fecha de publicación en 1938. E. Philips señala que en dos otras novelas de Romero, Apuntes de un lugareño (1932) y El pueblo inocente (1934), ya surge el personaje de Pito Pérez (1964 : 698). Sin embargo, en estas novelas Pito Pérez aún no constituye el protagonista. Por eso podemos suponer que después de la escritura de El pueblo inocente Romero ya tiene la idea de escribir una novela en que Pito Pérez aparece como protagonista.

6

social no es el aspecto más estudiado de la novela picaresca.3 La crítica presta mucha

atención al orígen de la novela picaresca4, a la definición del género de la picaresca5, a

algunas características típicas de este género6 y al desarrollo del género en Hispanoamérica7.

En cuanto a las características de la picaresca ya se han estudiado en profundidad los

siguientes aspectos : la presencia del pícaro como protagonista de la novela picaresca, la

forma (seudo)autobiográfica y los puntos de vista en la novela picaresca. Además, muchos

críticos de la picaresca hacen referencia a la presencia de un movimiento ascendente en un

plano social o moral en la novela, al carácter cómico de la picaresca, a las observaciones en

cuanto a algunos grupos sociales y a la crítica por parte del autor sobre aquellas clases

sociales. A continuación, la ausencia del rasgo relacionado con la crítica o la fuerte presencia

del contexto histórico en la lista de las nueve características típicas de la picaresca,

elaborada por Casas de Faunce (1977) basándose en Claudio Guillén (1971), demuestra que

este rasgo todavía no se ha estudiado en profundidad. Además, es importante observar que

los críticos, cuando abordan el tema del contexto histórico-social, en la mayoría de los casos

no utilizan el concepto de ‘contexto histórico-social’ o ‘contexto sociohistórico’ puesto que

no se refieren explícitamente a este rasgo de la picaresca ni a la relación entre la presencia

del contexto histórico-social en la novela y las funciones que puede tener este contexto.8 Sin

embargo, observamos que el rasgo del contexto histórico-social se incluye en algunas de

estas nueve características que elabora Casas de Faunce9. A partir del análisis de los rasgos

propuestos por Casas de Faunce y de varios estudios teóricos10 sobre la picaresca podemos

3 Hacemos referencia a los siguientes autores : Francis (1978), Maravall (1987), Parker (1971), Rico (2000),

Suárez (1926), Van Hoogstraten (1986), Zamora Vicente (1962), Casas de Faunce (1977), Bencomo (2003), Carilla (1967), Claudio Guillén (1971), Campuzano (1949), Rivas (2005), Campbell (2006), Borgeson (1986), Weber (1979), Carrillo (1979), Van Praag-Chantraine (1979), Mancing (1979), Montori de Guttiérez (1979), Rey (1979), Smerdou Altolaguirre (1979). 4 Profundizamos en esto en el apartado 1.1. de esta tesina, titulado « Orígen ». 5 Profundizamos en esto en el apartado 1.2. de esta tesina, titulado « ¿Qué es la novela picaresca ? ».

6 Profundizamos en esto en el apartado 1.3. de esta tesina, titulado « Las características de la picaresca clásica

peninsular y su relación con el contexto histórico-social ». 7 Profundizamos en esto en el apartado 1.5. de esta tesina, titulado « La novela picaresca en Hispanoamérica ».

8 Augustín Redondo constituye una excepción porque utiliza los términos ‘referencias histórico-sociales’ (1989 :

65) y ‘realidad histórico-social’. (1989 : 81). 9 Se trata de las características siguientes: 1) la seudoautobiografía, 2) una visión parcial de la realidad, 3) un

tono reflexivo, 4) observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 5) un movimiento ascendente en un plano social o moral, 6) la comicidad. (Casas de Faunce 1977 : 13) 10

Nos basamos los autores siguientes : Bencomo (2003), Campbell (2006), Campuzano (1949), Carrillo (1979), Mancing (1979), Maravall (1987), Montori de Gutiérrez (1979), Rivas (2005), Zamora Vicente (1962).

7

llegar a una descripción de las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-

social en la novela picaresca.11

Como segundo elemento básico de nuestro análisis comparativo, proponemos el estudio de

la presencia y función del contexto histórico-social en las novelas picarescas peninsulares

más famosas de los siglos XVI y XVII12 : El Lazarillo de Tormes de un autor anónimo se publica

en 1554, Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán en 1599 y 1604 y El Buscón de Francisco de

Quevedo en 1626.13 El análisis de las novelas picarescas peninsulares constituirá un punto de

comparación en el apartado final de esta tesina14, en que analizamos las semejanzas y

diferencias entre las novelas picarescas peninsulares y las mexicanas en cuanto al contexto

histórico-social. Para ello, nos basamos en varios autores15 que tratan en sus artículos u

obras algunos aspectos del contexto histórico-social de las tres novelas. Sin embargo, para

llegar a un buen análisis de la presencia y función del contexto sociohistórico en las tres

novelas peninsulares, es imprescindible basarnos también en nuestra propia lectura de las

novelas.

Volviendo sobre la bibliografía existente sobre las dos novelas del corpus, es importante

hacer una distinción entre la novela de Lizardi y la de Romero en cuanto a las investigaciones

ya realizadas sobre elementos del contexto histórico-social. En cuanto a la novela El

Periquillo Sarniento, ya se ha escrito mucho sobre algunos aspectos del contexto histórico-

social de la novela (Alba-Koch (1999), Carrera (2003), Vogeley (1987a, 2001), Spell (1925,

1928, 1956, 1963), Van Praag-Chantraine (1979), Beroud (1979), Moraña (1989), Young

(1981), Zapatero (2006-2007), Rivas (2005), Ramírez-Pimienta (1998), Oviedo y de Tudela

11

Profundizamos en esto en el apartado 1.4.1. de esta tesina, titulado « Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la novela picaresca ». 12 La literatura picaresca sólo aparece en Hispanoamérica al principio del siglo XIX, con la aparición de El Periquillo Sarniento que se considera la primera novela hispanoamericana, dos siglos después de su aparición en España. Sin embargo, la influencia que ejerce la picaresca peninsular sobre la latinoamericana queda manifiesto. A partir de la conquista de Latinoamérica por los españoles al final del siglo XV, muchas ideas, convicciones y costumbres culturales de los españoles penetran en Hispanoamérica. De ahí que la literatura picaresca peninsular influye también en la literatura hispanoamericana. 13 Profundizamos en esto en el apartado 1.4.2. de esta tesina, titulado « Análisis sucinto de la presencia y función del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares ». 14

Se trata del apartado 3.de esta tesina, titulado « Conclusiones ». 15 Zamora Vicente (1962), Parker (1971), Rico (2000), Suárez (1926), Tierno Galván (1974), Bencomo (2003), Alpert (1969), Campbell (2006), Mancing (1979), Montori de Guttiérez (1979), Michalski (1979), Alvarez (1979), Smerdou Altolaguirre (1979), Redondo (1989), Smith (1987), Sobejano (2009).

8

(1982), Sainz de Medrano (1987) y Franco (1983)). Sin embargo, las observaciones en cuanto

a este contexto se presentan de manera más bien general y se suelen acompañar de pocos

ejemplos textuales. Además, en la mayoría de las obras consultadas los críticos sólo abordan

algunos aspectos del contexto histórico-social sin llegar a una visión global de lo que abarca

la presencia y función del contexto histórico-social en la novela de Lizardi. Señalamos por

ejemplo a la obra de Alba-Koch, Ilustrando la Nueve España (1999), en que aparecen

elementos valiosos para el estudio del contexto histórico-social de la novela de Lizardi como

por ejemplo el propósito didáctico de la obra, la presencia de ideas reformistas, el

significado de la utopía dentro de la historia y la utilidad de las imágenes insertadas. Sin

embargo, la obra de Alba-Koch no nos ofrece una visión de conjunto de las varias formas en

las que aparece el contexto histórico-social y de las distintas funciones que tiene este

contexto en la novela. Carrera (2003), por su parte, sólo aborda el aspecto de la presencia de

unas imágenes que desempeñan un papel en el desarrollo del contexto histórico-social en la

novela mientras que Vogeley, en su obra Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish

America (2001), presta atención a varios aspectos del contexto histórico-social pero

tampoco llega a relacionar su teoría sobre el carácter educativo y reformista de la novela con

ejemplos textuales en que algunos aspectos del contexto histórico-social están expresados.

Cabe mencionar también a J.R. Spell (1925, 1928, 1956, 1963), un crítico importante de

Lizardi y de sus obras, puesto que sus artículos constituyen una fuente de información

importante para nuestro análisis del contexto histórico-social en El Periquillo Sarniento. Spell

analiza por ejemplo en su artículo « The Historical and Social Background of El Periquillo

Sarniento » (1956) la verosimilitud de los elementos histórico-sociales en la novela de

Lizardi. En otro artículo, denominado « Mexican Society as Seen by Fernández de Lizardi »

(1925) Spell nos ofrece una imagen de la actitud de Lizardi frente a la sociedad en que vive y

cómo esto se manifiesta en su producción literaria.

En cuanto a la novela de Romero, La vida inútil de Pito Pérez, todavía no se ha escrito mucho

sobre los elementos contextuales en la novela. Sin embargo, en algunas ocasiones los

críticos (Castagnaro (1953), Woodbridge y Dulsey (1953), O. Cord (1961, 1962) y Stanton

(1941) hacen referencias superficiales a este contexto pero no lo elaboran muy en detalle.

Tanto Stanton como Woodbridge y Dulsey hacen referencia al costumbrismo en la obra de

Romero, mientras que Castagnaro observa la presencia de aspectos de la revolución en sus

9

novelas. O. Cord, por su parte, analiza la actitud de Romero frente a la sociedad que le rodea

y cómo esto se manifiesta en sus novelas. En conclusión, después de haber consultado la

bibliografía existente sobre las dos novelas del corpus, nos parece justificado y pertinente

profundizar en la presencia y función del contexto histórico-social en estas dos novelas

picarescas mexicanas.16 Para ello es imprescindible, además de basarnos en las ideas ya

elaboradas por la crítica, analizar las novelas a partir de nuestra propia lectura.

16

Profundizamos en esto en el apartado 2. de esta tesina, titulado « Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas mexicanas ».

10

1. Parte teórica: el género picaresco

1.1. Origen

Saavedra (1996 : 74) plantea que el género picaresco se desarrolla en los siglos XVI y XVII en

España. Según él, La vida de Lazarillo de Tormes constituye la primera novela picaresca

aunque existen autores que ya utilizan elementos de este género en sus obras antes de que

aparezca La vida inútil de Pito Pérez, por ejemplo Fernando de Rojas. (1996 : 74) Parker, por

otra parte, considera El Lazarillo de Tormes como otro precursor de la primera verdadera

novela picaresca El Guzmán de Alfarache. (1971 : 39)

Cuando indagamos en los orígenes de la novela picaresca, resulta que existe una obra de un

poeta árabe en el siglo XI cuyos rasgos muestran gran semejanza con los rasgos de la novela

picaresca (Suárez 1926 : 25). Se trata del poeta Al-Hariri. Su obra conoce mucho éxito y es

posible que su popularidad haya llegado a España. Los rasgos típicos de esta literatura árabe

son el idealismo y también el realismo. Suárez lo describe así : « el espíritu árabe es el que

sabe mejor idealizar la realidad » (1926 : 26). El autor habla aún de otras fuentes antiguas

que contienen rasgos típicos de la picaresca pero me limito a algunos de los más

importantes como por ejemplo Luciano que, según Suárez, ejerce « la más decisiva

influencia » (1926 : 29). Ya aparecen en la obra de Luciano (ca. 125 – ca. 181) el humorismo y

lo sombrío del pensamiento, elementos típicos de la picaresca. Se trata del texto Diálogos de

los muertos que forma parte de una serie de diálogos satíricos y morales : Diálogos de los

dioses, Diálogos de los muertos, Diálogos de las cortesanas, Caronte el cínico, Prometeo, La

asamblea de los dioses, El parásito, Anacarsis.

Suárez considera la obra de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (ca. 1283 – ca. 1350), como « una

verdadera novela de picardías, la que presenta una influencia decisiva en la picaresca

posterior» (1926 : 32). Se trata del Libro de Buen Amor (1330 y 1343). Entre los elementos

picarescos que aparecen en esta obra destacamos : la crítica sobre las costumbres de la

época, el humorismo y « el elemento satírico expresado en forma festiva » (1926 : 33). Otra

obra importante es la del Alfonso Martínez de Toledo, Arcipreste de Talavera (ca. 1398 – ca.

11

1470) : El Corbacho o Reprobación del amor mundano (1438). Se trata de un libro de crítica

social, no de sátira, y el autor no utiliza alegorías. Suárez evoca que esta obra influye en La

Celestina (1499), obra de Fernando de Rojas (1470-1541), escrita al final del siglo XV. En

cuanto a La Celestina, Suárez plantea que « es una obra que puede estar incluida en la

picaresca, pero tiene una conmoción más honda, más profundamente trágica » (1926 : 43).

Cervantes utiliza en sus obras algunos elementos de La Celestina.

En cuanto al papel que desempeña Cervantes (1547-1616) en el desarrollo del género

picaresco, constatamos que en su obra figuran muchos elementos típicamente picarescos,

por ejemplo las descripciones de las clases bajas de la sociedad. Entre estas obras con rasgos

picarescos, destacamos en primer lugar la comedia Pedro de Urdemalas de los Ocho

comedias y ocho entremeses nuevos (1615). Se trata de una obra realista con mucha gracia e

ingenio. « Sólo le falta a esta obra la unidad de la acción para ser una verdadera comedia de

picardías. » (Suárez 1926 : 101). Rinconcete y Cortadillo, otra novela de Cervantes, rebosa de

elementos picarescos. Esta obra forma parte de las Novelas ejemplares (entre 1590 y 1612)

de Cervantes y muestra el manejo perfecto del lenguaje que posee Cervantes. Según Suárez,

Cervantes « sacó a la picaresca de la niñez y tuvo el arte suficiente de ahorrarla de pesadas

moralidades ; es decir, depuró el género y sólo nos dio perfecto y sin mácula. » (1926 : 107)

Mencionamos en último lugar la obra principal de Cervantes, Don Quijote de la Mancha

(1605 y 1615), que contiene también algunos rasgos del género picaresco, es decir, nos da

un reflejo de la sociedad de aquel tiempo y del comportamiento humano. A pesar de ello, la

mayoría de los críticos consideran esta novela como la última novela española de caballerías.

(Parker 1971 : 40)

Otro factor importante es la situación en que se encuentra España en aquella época. Estas

condiciones especiales tienen su influencia en la pronta evolución del género de la picaresca

en España. Campuzano plantea que es la época en que España descubre el Nuevo Mundo

(1949 : 191). A partir de este momento la religión de cada persona se hace muy importante.

Existe una diferencia importante entre cristianos viejos que tienen sangre limpia y cristianos

nuevos que son moros o judíos conversos. Entre tanto, el rey de España quiere conquistar

más tierra con el motivo de buscar oro. Al final todo eso lleva a la ruina económica de

España. La población de la península quita su tierra natal. Esta situación puede explicar la

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existencia de un género poco realista, es decir el género de las novelas de caballerías,

porque la gente no vive en la realidad a causa de la exaltación y del heroísmo que lleva la

conquista consigo. Con el fracaso que sigue a este período, de repente el género de la

picaresca llega a ser popular mientras que la novela de caballería y la novela pastoril se

encuentran en retroceso. Las novelas picarescas describen la situación real de los españoles

que viven en aquella época. Por la presencia de este realismo que reemplaza el idealismo de

las novelas pastoriles y de las novelas de caballerías, se puede considerar la novela picaresca

como la primera manifestación de la novela moderna. (Parker 1971 : 39)

No obstante, Parker nos revela en su obra Los pícaros en la literatura (1971) que la situación

en España no es peor que en los otros países europeos como Inglaterra, Francia o Alemania.

Pues, « si la novela realista del siglo XVI necesitaba una sociedad en la que la vagancia y la

delincuencia fuesen importantes, lo mismo podía haber nacido fuera de España que dentro

de ella. » (Parker 1971 : 48) ¿Por qué entonces nace el género picaresco en España ? Según

Parker, existen dos razones no económicas sino culturales que pueden explicar el

surgimiento de la novela picaresca en España. La primera razón constituye el nacionalismo

de los españoles en el tratamiento de su propia cultura. Se trata de una actitud típicamente

española ante la vida : « una tendencia a eludir o huir de las responsabilidades » (Parker

1971 : 48). Sin embargo, esto no explica por qué nace el género en aquel período específico

en España. De ahí que Parker, basándose en Américo Castro, añade una segunda razón: « la

novela picaresca surgió como expresión del resentimiento social de la gente mísera contra

las clases privilegiadas. » (Parker 1971 : 48-49) Con « la gente mísera » se refiere a los judíos

conversos malcontentos. Esta hipótesis se basa entre otros en el hecho de que Mateo

Alemán es un judío. Parker no apoya totalmente la tesis de Castro sino que presta más

atención a las ideas de Marcel Bataillon concerniente la importancia de la ‘limpieza de

sangre’ para los autores picarescos:

Las distintas relaciones sociales a que esta ‘limpieza de sangre’ daba lugar, en

concreto, en relación con el progreso social de las personas de origen burgués, las ve

reflejadas irónica y satíricamente en los relatos de las novelas y en los antecedentes

inventados para los pícaros. (Parker 1971 : 50)

13

Otro elemento tratado en la obra de Suárez es cómo Erasmo17 influye en el carácter

picaresco y satírico. Este personaje histórico importante tiene un « espíritu crítico,

satirizador e irreverente » (Suárez 1926 : 51). Campuzano (1949) plantea que Erasmo influye

también en Cervantes y en general, en la totalidad de la vida española del siglo XVI y de los

principios del siglo XVII. Erasmo, como en las novelas picarescas, critica el dogma religioso

pero tiene que hacerlo a escondidas. Son tiempos agitados en Europa (Campuzano 1949 :

193). En España la situación cambia con la muerte del rey Felipe II : la censura se vuelve

menos rigurosa. De esta manera se publican más novelas picarescas.

En conclusión repasamos las obras que más ejercen una influencia en el desarrollo del

género picaresco. Ya en el siglo XI aparecen en la obra del poeta árabe Al-Hariri algunos

rasgos que se parecen a los rasgos picarescos. En continuación, la obra de Luciano muestra

un humorismo típicamente picaresco. Mencionamos también el Arcipreste de Hito y el

Arcipreste de Talavera, dos autores cuyas obras contienen un tono crítico, otra característica

de la picaresca. Luego, según Suárez, aparecen muchos elementos picarescos en La

Celestina. (1926 :43) En último lugar, hablamos de Cervantes cuyas obras rebosan de rasgos

picarescos, como el realismo y la gracia. Finalmente, subrayamos la importancia de dos

factores más que ejercen una influencia en el género : las circunstancias – económicas,

sociales o culturales – en que se encuentra España en aquella época y la presencia de

Erasmo.

En suma, mencionamos las tres obras más importantes escritas en el período clásico del

género de la picaresca: El Lazarillo de Tormes (1554) de un autor anónimo, Guzmán de

Alfarache (1599 y 1604) de Mateo Alemán y El Buscón (1626) de Francisco Gómez de

17

Erasmo : Desiderius Erasmo nace en 1476 (según está escrito sobre su estatua en Rotterdam) y muere en 1536. Es considerado como un humanista. El humanismo es un mundo de sabios, textos, libros y de filosofía. Además, los humanistas, incluso Erasmo, quieren reescribir la biblia. Erasmo es también un gran crítico de la Iglesia Católica. Exige reformas dentro de la Iglesia. Según él, la Iglesia tiene que volver a su sencillez y pureza original. Erasmo ejerce una gran influencia en España. Sobre todo en el período de 1527 a 1532 muchas obras de Erasmo son traducidas en español. Es el período de mayor difusión de sus libros. Se considera que existen tres períodos en que Erasmo influye en España. En el primer período, de 1516 a 1536, los erasmistas son perseguidos. En el segundo período, de 1536 a 1556, el erasmismo es adaptado a las circunstancias españolas. En este período se imprime por última vez una obra de Erasmo en castellano. En 1559, Felipe II regresa a España y a partir de este momento el erasmismo es más bien un movimiento soterrado. Este último período se prolonga hasta la apariencia de Fray Luis de León y de Cervantes. Se observa muy claro la influencia de Erasmo en El Quijote. (García Cárcel, R. El erasmismo (España), [online])

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Quevedo y Villegas. A partir de las traducciones de estas novelas, el género de la picaresca se

difunde en Europa, sobre todo en Alemania, Francia e Inglaterra.

1.2. ¿Qué es la novela picaresca ?

Alonso Zamora Vicente empieza su obra Qué es la novela picaresca ? con profundizar en la

etimología de la palabra ‘pícaro’ (1962 : 8-9). Encuentra diversas posibilidades. En primer

lugar la palabra puede venir del latín ‘pica’ que significa ‘miserable’. Puede venir también de

otra palabra del latín, es decir de ‘pic’, palabra derivada de ‘picus’ y que quiere decir ‘picar’.

De esta manera el sentido evoluciona hasta ‘mendigo’ o ‘ladrón’. Otra posibilidad es que la

palabra viene de la Picardía, una región de dónde venían muchos emigrantes que fueron

pobres. En último lugar, la palabra ‘pícaro’ también puede estar en relación con las palabras

‘bigardo’, ‘begardo’ que significan ‘vago’ o ‘vicioso’.

Es notable, como indican tanto Francisco Rico en su obra La picaresca y el punto de vista

(2000 : 115) como Alexander A. Parker en su obra Los pícaros en la literatura (1971 : 37), que

la palabra « pícaro » no figura en El Lazarillo de Tormes, novela considerada como la primera

novela picaresca. Se utiliza el término por primera vez en El Guzmán de Alfarache, novela

picaresca escrita en 1599 (la primera parte) y 1604 (la segunda parte). Parker añade también

que, según él, una traducción adecuada en inglés para la palabra « pícaro » sería

« delinquent ». Con este término el autor designa « un tipo sin honra y antisocial pero

menos violento. » (1971 : 37)

Alison Weber aborda en su artículo « Cuatro clases de narrativa picaresca » (1979) de

manera muy clara el problema de la definición de la novela picaresca :

¿Es seria y didáctica esta literatura, o inmoral e irreverente? ¿Es innovadora o

primitiva, revolucionaria o reaccionaria? ¿Por qué no se ha podido precisar un modo,

una estructura narrativa, un contenido temático que sean característicos de la

literatura picaresca ? (Weber 1979 : 13)

15

Según Weber la causa de la dificultad para definir claramente el género de la picaresca

consiste en el comportamiento de los escritores de la picaresca : « elaboraron e

improvisaron el género sin la presión de normas fijas, añadiendo, modificando, rechazando

los rasgos según les dio la real gana. » (Weber 1979 : 13) La solución según Weber reside en

una clasificación de la narrativa picaresca en cuatro clases. La clasificación se hace mediante

un sistema de dos polaridades, una semántica (modo cómico/modo irónico), otra estructural

(novela/cuento). De esta manera se crea cuatro clases de narrativa : el cuento irónico, el

cuento cómico, la novela irónica y la novela cómica. No entramos en detalles sobre esta

teoría porque no resulta pertinente para este trabajo.18

María Casas de Faunce dedica también algunas páginas de su obra La novela picaresca

latinoamericana a la pregunta « Qué es la novela picaresca ? » (1977 : 9) Evoca, como Alison

Weber (1979), el problema de la definición del término. Según Casas de Faunce, hay un

montón de definiciones pero la mayoría resulta inadecuada. Además, a veces la noción está

aplicada en un doble sentido. La autora habla en su obra de una realidad picaresca de

filiación literaria y de otra de índole social (1977 : 9). En las obras que pertenecen a la

picaresca social, figuran personas de las clases bajas. En cambio, la picaresca literaria

significa una categoría estética. Casas de Faunce propone también una definición por el

género picaresco: « aquella representación de una filosofía vital que se manifiesta en

términos de una aparente aceptación del orden establecido, en beneficio propio, y que se

burla o critica, a la vez, el convencionalismo social que permite hacerlo. » (1977 : 10)

Seguimos el punto de vista de Gisela Bencomo (2003 : 10) que pretende en su tesis que

existen dos categorías de críticos que intentan definir la novela picaresca. El primer grupo

considera la presencia del pícaro como rasgo principal para poder hablar de una novela

picaresca. En cambio, para los partidarios del segundo grupo, la característica más

importante para poder hablar de una novela picaresca constituye la estructura de la

narración. Retomamos también la repartición que hace Bencomo de los críticos que

pertenecen a cada grupo. Según él, Alexander A. Parker y Américo Castro son seguidores del

18

Para un estudio de la teoría de los cuatro clases de narrativa, véase el artículo de Alison Weber, « Cuatro clases de narrativa picaresca » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca. Madrid : Fundación Universitaria Española. (p. 13-18)

16

primer grupo. Parker, por su parte, considera una novela como picaresca solamente cuando

el pícaro llega a ser un delincuente, mientras que Castro concede importancia al hecho de

que el autor del relato posiblemente sea «un converso que utiliza la obra para protestar

contra la opresión social» (Bencomo 2003 : 10). Al contrario, Fernando Lázaro Carreter y

Francisco Rico, partidarios del segundo grupo, consideran la forma autobiográfica como el

elemento más importante de la picaresca (Bencomo 2003 : 11).

Casas de Faunce, por su parte, para encontrar una respuesta a la pregunta de saber ‘¿qué es

la novela picaresca ?’, consulta el estudio « Toward a Definition of the Picaresque » (1971)

de Claudio Guillén. Define la novela picaresca como :

[…] una narración ficticia, de cierta extensión y en prosa, expuesta desde el punto de

vista de un ente acomodaticio cuya filosofía existencial, subjetiva y unilateral,

enfatiza el instinto primario del individuo que no ha desarrollado las funciones

espirituales, ni la sensibilidad anticipada en el hombre. (Casas de Faunce 1977 : 12)

Casas de Faunce observa también dos puntos de vista en las novelas picarescas : el del

protagonista (el pícaro o el ex-pícaro) y el del narrador intruso.19 Además, se utiliza mucho

humor en estas novelas mientras que siempre hay también un mensaje moralizador. Lo que

destaca en la obra de Casas de Faunce, basándose de nuevo en Claudio Guillén, es la

clasificación que hace de la novela picaresca en tres categorías : « 1) novela picaresca en un

sentido estricto o clásica, 2) novela picaresca en sentido lato, y 3) novela míticamente

picaresca » (1977 : 12) Añade también una cuarta categoría que incluye novelas con

solamente algunos elementos picarescos y que no tienen el objetivo de ser escritas como

novelas picarescas.

La novela picaresca clásica, tiene, según María Casas de Faunce, basándose de nuevo en

Claudio Guillén, ocho características importantes : « 1) el pícaro, 2) la seudoautobiografía, 3)

una visión parcial de la realidad, 4) un tono reflexivo, 5) un ambiente materialista, 6)

observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 7) un movimiento ascendente en un

19

Esta idea es evocado también por Francisco Rico en su obra La novela picaresca y el punto de vista (Barcelona: Editorial Seix Barral, 2000)

17

plano social o moral, y 8) una aparente falta de composición » (1977 : 13). Las características

tres, cuatro y seis figuran en todas las obras picarescas, tal como otro elemento, es decir, la

comicidad. En cambio, en la novela picaresca en sentido lato se observa una transformación

de algunos rasgos de la picaresca mientras que algunas características indispensables

quedan presentes, por ejemplo el vínculo entre el personaje y el ambiente, la filosofía

existencial y la guasa. Las transformaciones permitidas tienen más que ver con la técnica

narrativa, por ejemplo el uso de la tercera persona en lugar de la primera. En último lugar, la

novela míticamente picaresca utiliza una forma descriptiva o a veces una combinación de

una forma biográfica y una descriptiva. Se interpreta el término « mito» como sinónimo de

« tradición » o « historia cultural ». De esta manera, los lectores, al leer una novela

míticamente picaresca, reconozcan los rasgos típicamente picarescos. En este tipo de novela

el pícaro ocupa el papel primordial. El término ‘pícaro’ se considera como sinónimo de bajo,

doloso, chistoso, etc. Constituye la definición cotidiana del término.

Finalmente llegamos a la conclusión que no es fácil establecer una definición clara de lo que

abarca el género picaresco y la novela picaresca. Muchos críticos lo intentan pero, en

nuestra opinión, la definición que propone Casas de Faunce resulta la mejor. Además, por

haber subdividido la novela picaresca en diferentes subclases, Casas de Faunce, basándose

en Claudio Guillén, elabora una clasificación que puede contener no sólo las novelas

claramente picarescas sino también las que solamente contienen algunos rasgos típicos de la

picaresca.

1.3. Las características de la novela picaresca peninsular clásica y su relación con el contexto

histórico-social

Casas de Faunce clasifica las tres novelas picarescas más famosas escritas en España en los

siglos XVI y XVII bajo la categoría de novelas picarescas clásicas.20 En este apartado

profundizamos en las características típicas de la picaresca clásica.21 Se trata de los nueve

20

El Lazarillo de Tormes (Autor anónimo 1554), Guzmán de Alfarache (Mateo Alemán 1599 y 1604) y El Buscón (Francisco de Quevedo 1626) 21

Puesto que la literatura picaresca mexicana siente la influencia de la picaresca peninsular, resulta útil explicar brevemente en este apartado las características de la novela picaresca peninsular clásica antes de comenzar con el análisis del corpus mexicano.

18

rasgos que elabora Casas de Faunce en su obra La novela picaresca latinoamericana,

basándose en Claudio Guillén. (1977 : 13) Para este trabajo, los rasgos que tienen algo que

ver con el contexto histórico-social en la novela picaresca merecen ser estudiados más en

profundidad.22 Se trata de los siguientes rasgos : 1) la seudoautobiografía, 2) una visión

parcial de la realidad, 3) un tono reflexivo, 4) observaciones relacionadas con ciertas clases

sociales, 5) un movimiento ascendente en un plano social o moral y 6) la comicidad.

En cuanto a las características del protagonista de las novelas picarescas, es decir el pícaro,

nos limitamos a los rasgos más importantes. Ante todo, el pícaro es un antihéroe en vez de

un héroe. Este personaje se basa en los tipos que forman parte de la sociedad española. De

ahí que Alonso Zamora Vicente señala que « el gran invento del Lazarillo no fue otro que el

de hacer del hombre de carne y hueso, con sus flaquezas y su difícil persistir sobre la tierra,

un personaje literario. Antes de Lázaro, el personaje era un ente de ficción. » (1962 : 20)

Otra característica del pícaro constituye su rebeldía ante la sociedad. Sin embargo no es un

luchador que quiere vencer. Como señala Bencomo, el pícaro se caracteriza por su

conformismo : « no quiere cambiar el orden social, lo que quiere es cambiar su posición

dentro de ese orden. » (2003 : 21) Su permanente inquietud es causa de su aversión por la

tranquilidad y la calma. El pícaro tiene un espíritu aventurero y libre. Como nos revela Suárez

(1926 : 151), la libertad es muy importante para el pícaro pero para obtener este

sentimiento de libertad es necesario que el protagonista sirva a muchos amos. Cambiando

de vez en cuando de amo y de trabajo, el pícaro se siente libre. Weber, por su parte,

basándose en Maximilian Novak, observa igualmente que :

[…] toda ficción picaresca tiene que ver – de algún modo – con un sentido de libertad

– libertad sexual (el pícaro como burlador), física (el pícaro vagabundo), económica

(el pícaro ladrón, pobre fingido), y social (el pícaro como impostor, ambicioso de

figurar). (1979 : 16)

Este carácter inestable del pícaro se nota también en la continua necesidad de cambiar de

lugar, de costumbres, de ambiente, etcétera.

22 Es que el objetivo de esta tesina constituye analizar la presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas mexicanas : El Periquillo Sarniento y La vida inútil de Pito Pérez.

19

Además, el deseo más importante de los pícaros es vivir. Como señala Guillén (1971 : 78), la

palabra « vida » aparece frecuentemente en los títulos de las novelas picarescas : La vida de

Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades, Historia de la vida del Buscón, llamado

Don Pablos, ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños, etcétera. Guillén plantea también

que la novela picaresca ofrece el conflicto entre el individuo y su entorno (1971 : 78). De la

misma manera Carrillo señala la presencia de un « conflicto entre el hombre interior y su

medio ambiente » (Carrillo 1979 : 75) en las novelas picarescas. Bencomo añade que es la

sociedad que obliga al pícaro a meterse a engañar, a estafar, etcétera para « sacar partido

de las condiciones caóticas de esa misma sociedad » (Bencomo 2003 : 21). Otro rasgo típico

de los pícaros constituye su humorismo. Sin embargo, estas burlas y un sentimiento de

decepción a menudo van parejas. Para el pícaro, la vida es « una senda llena de obstáculos

que han de cruzarse vadeándolos, rodeándolos para evitarlos, y hay que bastarse con la

propia ayuda » (Suárez 1926 : 153) En último lugar, el pícaro es siempre un huérfano. De ahí

que el pícaro tiene que buscarse la vida. Se encuentra en una sociedad de adultos y trabaja

por varios amos. Sin embargo, como señala Guillén, « there is no material survival outside of

society and no real refuge – no pastoral paradise – beyond it. » (1971: 80) En conclusión,

retomamos lo que dice Claudio Guillén sobre el pícaro : « Guile and wile are only his

offensive weapons. A stoical good humor is his defensive one. And a philosophical temper, in

the wake of Diogenes, i.e., a cynical bent, his deeper vindication.” (1971: 76)

Un segundo rasgo importante de la picaresca clásica es el parecido con el género de la

seudoautobiografía. Los autores de las novelas picarescas clásicas recurren en la mayoría de

los casos a la primera persona. De esta manera las obras parecen a autobiografías. De ahí

que Guillén (1971) utiliza el término ‘seudoautobiografías’. El recurso a esta técnica se

explica por el deseo de insertar el relato en una doble perspectiva de ocultación y de

revelación de sí mismo. (Guillén 1971 : 82) Rico (2000) analiza también el uso de la

autobiografía en las novelas picarescas. Señala que a mediados del siglo XVI la autenticidad

se hace más importante de manera que los humanistas intentan alcanzar el mayor grado de

verosimilitud posible en sus obras (2000 : 39). Según Rico, los autores de las novelas

picarescas tienen también este deseo de representar la realidad (2000 : 39). De ahí su

recurso a la (seudo)autobiografía puesto que esta forma de narración les sirve bien para

conseguir un mayor grado de verosimilitud en sus obras. Rico hace referencia a El Lazarillo

20

de Tormes, obra autobiográfica (2000 : 39). En cuanto al recurso a la autobiografía en esta

obra, existen dos posibilidades : o bien es el deseo de realismo que incita al autor anónimo a

adoptar la forma autobiográfica, o bien es la predilección por la autobiografía que implica el

recurso al realismo. Rico concluye que :

[…] en cualquier caso, uno [el realismo] y otra [la autobiografía] se implicaban, y la

coherencia se imponía nuevamente : la novela debía ser fiel por entero a la ilusión

autobiográfica, el mundo sólo tenía cabida en sus páginas a través de los sentidos de

Lázaro y Lazarillo. (2000 : 39-40)

Según Parker, el recurso a la autobiografía puede causar también dificultades como por

ejemplo en El Guzmán de Alfarache (1971 : 77-78). En esta novela, el Guzmán adulto cuenta

su vida desde las galeras después de haber pasado por una conversión de tipo religioso. Sin

embargo, la autobiografía requiere que el pícaro, al contar sus travesuras, evoca los

sentimientos que experimenta en aquellos momentos mismos. Según Parker, no es fácil

llevar esto a buen término.

Se relaciona estrechamente la forma de la (seudo)autobiografía con el uso de un yo-

narrador. Maravall observa muy bien que con recurrir a la forma autobiográfica, el autor

crea la impresión que el pobre pícaro está hablando (1987 : 156). Antes de la aparición de la

picaresca, la imagen de los pobres aparece en la mayoría de las novelas desde la perspectiva

de los que no son pobres. La picaresca, al utilizar la forma autobiográfica, quiere « invertir la

perspectiva a fin de darla lo más directamente posible. En virtud de tal recurso retórico, era

el pobre el que parecía hablar de sí » (Maravall 1987 : 156). De esta manera, como señala

Van Praag-Chantraine, la autobiografía constituye un recurso importante para poder criticar

la sociedad, « en un período de tiempo que abarca la vida de un hombre » (Van Praag-

Chantraine 1979 : 1050).

El tercer rasgo típico de la picaresca clásica constituye la visión parcial de la realidad que

nos ofrece la novela picaresca. Esta visión del autor sobre la realidad es siempre

predispuesta. A través del pícaro el autor transmite su ideología. De esta manera nunca se

trata de una visión total y objetiva de la realidad, sino que es siempre el autor que elige qué

21

parte de la realidad va a mostrar. Zamora Vicente fija la atención en el hecho de que « la

novela picaresca es ante todo novela, es decir : recreación artística, voluntaria selección y

parcelación de una realidad. » (1962 : 12) Francisco Rico, en su obra La novela picaresca y el

punto de vista, evoca que, según las ideas principales del Renacimiento, la obra de arte se

entiende como « un segmento del universo según lo observa – o, por lo menos, según podría

observarlo – una persona determinada, desde un determinado punto de vista, en un

momento determinado. » (Panofsky citado por Francisco Rico 2000 : 37) Francisco Rico hace

referencia al Lazarillo de Tormes, novela en que el punto de vista constituye el del Lázaro

adulto.

El cuarto rasgo típico es el tono reflexivo de las novelas picarescas clásicas. El pícaro aparece

en estas novelas como un filósofo y un crítico. Reflexiona sobre lo que pasa alrededor de él y

sobre su propia vida. Este personaje pone todo en duda y nunca acaba de aprender (Guillén

1971 : 82). Rico hace referencia a la novela picaresca de Mateo Alemán, Guzmán de

Alfarache, evocando que el protagonista quiere « volver los ojos a su pasado y a sí mismo, en

examen de conciencia » (2000 : 77). Rey, por su parte, señala que las reflexiones pueden

tener también la función de hacer menos ambiguo el relato. Se refiere igualmente al

Guzmán de Alfarache: « Mateo Alemán, a la hora de exponer sus sesudas reflexiones, se

dedicó a atar cabos allí donde la novelita jugaba a la polisemia. O, en sus propias palabras, a

‘cerrar portillos’, para que el lector supiera en todo momento a qué atenerse. » (Rey 1979 :

60) En general, Rey hace referencia al problema que plantean las digresiones reflexivas para

la narración picaresca:

Exigen que el narrador, coincida o no con el protagonista, sea un fidedigno

transmisor de las ideas del autor, a fin de que el mezquino horizonte mental del

universo picaresco pueda ser ejemplarmente contrastado. No se olvide que el

narrador, a diferencia de otros elementos de la ficción narrativa, no sólo tiene que

desempeñar un papel dentro de ésta, sino que también tiene a su cargo la tarea de

conectar con la ideología del autor real. La visión del mundo que éste desea

transmitir depende en grandísima medida del narrador a cuyo cargo está la

presentación, y en su caso el enjuiciamiento, del mundo narrado. La cuestión de

quién narra, en nombre de qué ideas y en función de qué atributos, es particu-

22

larmente crucial en un tipo de literatura que no se contenta con erigir edificios de

ilusión, sino que pretende pronunciarse sobre el comportamiento del hombre. Si el

autor no logra dar con un narrador adecuado a ese propósito, puede decirse que su

novela habrá fracasado. (Rey 1979 : 71)

A través de estas reflexiones, el autor puede también exponer su crítica. El pícaro tiene asco

a la sociedad que le rodea. En largas digresiones el autor expresa las reflexiones de su

protagonista sobre todo lo que va mal en su sociedad. Revela por ejemplo las maldades de

las clases altas, los abusos del clero, etcétera. Mediante estas reflexiones, el lector se da

cuenta de que el pícaro – y también el autor – no está de acuerdo con la situación social en

que se encuentra. Citamos a Francis quien aborda muy bien este recurso de criticar la

sociedad a través de las reflexiones del pícaro, refiriéndose a Lazarillo, el protagonista de El

Lazarillo de Tormes : « Luego, después de sus reflexiones personales, poco a poco va

cobrando conciencia de las contradicciones de una sociedad particular, transformándolas en

visión universal de lo que es crecer y vivir en un mundo hostil. » (1978 : 96)

En quinto lugar, mencionamos el rasgo del ambiente materialista de las novelas picarescas

clásicas. En estas novelas se pone énfasis en el nivel materialista de la existencia. Se trata de

dos elementos : el hambre y el dinero. « Para el pícaro no existe la vida afectiva : ni amor, ni

compasión ni cosa parecida. » (Zamora Vicente 1962 : 11) Howard Mancing (1979) señala,

refiriéndose al Lazarillo de Tormes, que ya no existe un estrecho vínculo entre los personajes

de la novela y Dios o los otros hombres. Además, estos personajes se sienten también

aislados de sí mismos (Mancing 1979 : 462). En cuanto al elemento del hambre en las

novelas picarescas, podemos señalar muchos ejemplos. Sólo profundizamos en El Lazarillo

de Tormes porque en esta novela, el elemento del hambre aparece de manera muy

explícita : la alimentación constituye una verdadera obsesión del pícaro. Especialmente en

los tres primeros tratados, la búsqueda de pan y vino resulta problemática. El primer amo de

Lazarillo, el ciego, no le da nada de comer. Va de mal en peor cuando encuentra su segundo

amo, el clérigo, que, aunque dispone de bastante comida para los dos, no le ofrece nunca

una comida completa a Lazarillo. El tercer tratado relata la vida de Lázaro trabajando por un

escudero. En este episodio la situación resulta aún peor puesto que el pícaro tiene que

ocuparse de alimentar su amo.

23

El sexto rasgo típico de la picaresca clásica constituye la presencia en este tipo de novelas de

observaciones relacionadas con ciertas clases sociales. El pícaro observa algunas

condiciones sociales como las clases sociales, los oficios, las ciudades, etcétera. Para criticar

estas condiciones sociales, el autor utiliza la sátira y otros recursos cómicos. Sin embargo,

según señala Guillén (1971 : 83), el lugar que ocupa la sátira en las novelas picarescas no es

muy claro y depende de la obra. Observa que al lado de representar condiciones colectivas y

vicios, la novela picaresca contiene también humor y la valoración de la complejidad

individual. Alonso Zamora Vicente describe de manera muy clara lo que las novelas

picarescas quieren evocar:

El pícaro, sirviendo a diversos amos, yendo de uno a otro como rebotándose, va

aprendiendo la realidad hostil de la vida, oculta por los vestidos lujosos, las

apariencias, los procederes encubiertos : el juez que se vende al juzgar, el médico

ignorante, el pedantuelo sabihondo, el clérigo vicioso, la nobleza envilecida. (1962 :

11)

El séptimo rasgo típico de la picaresca clásica tiene que ver con el movimiento ascendente

del pícaro en un plano social o moral. Citamos a Guillén : « The pícaro in his odyssey moves

horizontally through space and vertically trough society (with these novels the wheel of

Fortune begins to turn for the social climber), along the road and into the inn, the large city,

the war camp.” (1971: 84) Francisco Carrillo habla de la búsqueda por parte del pícaro de

una auténtica moral : « El pícaro tiene que descubrir por su propia cuenta la moral y los

valores. Así crece, aprende y se forma. » (1979 : 76) Según Guillén, se puede considerar la

novela picaresca como un bildungsroman, puesto que el héroe crece, aprende y cambia

durante la historia (1971 : 80-82). Pues, no sólo novelas alemanes pueden estar designadas

como bildungsromane, sino también las novelas picarescas clásicas. Carrillo, por su parte,

plantea que « es necesario una estructura episódica, bildungsroman, donde el pícaro, de

forma vital, aprenda y se haga cada vez más independiente. » (1979 : 77) El pícaro puede

ascender en la escala social cuando se acomoda. Optar por la lucha no sirve a nada. Carrillo

señala también que la sociedad española de los siglos XVI y XVII está muy preocupada por

« la lucha por conquistar un alto nivel de consideración social. » (1979 : 74) El mismo autor

explica las consecuencias de esta preocupación :

24

Por esto es posible que sólo en España se produzca una literatura como dimensión

social del conflicto entre el individuo y la sociedad, motivado por dos fuerzas :

mientras el cristiano viejo se enorgullece de su fe y hombría, el cristiano nuevo se

enorgullece de su saber e inteligencia. (Carrillo 1979 : 74)

Maravall, por su parte, hace referencia al papel que desempeña la educación en el ascenso

social (1987 : 396). El pícaro tiene el deseo de medrar pero para ello necesita en primer lugar

una buena educación. « En los siglos XVI y XVII, los hijos de labradores y mercaderes ricos

buscaban con frecuencia en los estudios su promoción social y tanto en la ficción literaria

como en la realidad […] conseguían en ciertos casos […] su propósito de mejorar de

posición. » (Maravall 1987 : 397)

Como octavo rasgo típico de la picaresca clásica mencionamos la aparente falta de

composición en las novelas picarescas clásicas. Estas novelas son episódicas, sin otra

conexión entre los episodios que la presencia del (anti)héroe. Citamos a Rico quien resume

muy bien esta idea en su obra La novela picaresca y el punto de vista (2000) : « Nuestro

pícaro […] surgió asociado a un esquema narrativo, en síntesis capaz de estructurar

unitariamente infinidad de materiales que antes sólo habían tenido existencia inconexa,

episódica. » (2000 : 141). Guillén refiere a algunos otros medios a los que recurren los

autores para establecer una conexión entre los episodios : motivos recurrentes, patrones

circulares, y procesos ascendentes (1971 : 85). El uso de la primera persona constituye un

recurso suplementario. En general, este tipo de narrativa ofrece la oportunidad de crear

infinitas historias dentro de otra historia (Guillén 1971 : 85). Seguimos por ejemplo el punto

de vista de Smerdou Altolaguirre (1979) quien analiza la estructura del Guzmán de Alfarache.

Llega a la conclusión que la novela se compone de cuatro historias intercaladas que

representan las cuatro etapas en la vida de Guzmán : la primera historia representa la

adolescencia de Guzmán y simboliza la esperanza, la segunda representa su juventud y

simboliza la desesperanza, tal como la tercera historia que representa su madurez, mientras

que la cuarta historia representa su vejez y simboliza de nuevo la esperanza (1979 : 524). De

esta manera el autor crea « un perfecto círculo de la trayectoria vital del pícaro a través de

25

estas cuatro historias intercaladas ». (Smerdou Altolaguirre 1979 : 524) Rico, por su parte,

analiza la falta de una estructura coherente en El Buscón evocando lo siguiente :

En Quevedo, incluso la técnica favorita del retrato consiste en quebrar la figura en

« un mosaico de objetos inconexos » (según advirtió Leo Spitzer), nula o escasamente

gobernados por un principio unificador. No es raro, pues, que al probar fortuna en la

picaresca se le escapara casi todo cuanto la especie tenía de novela, de construcción ;

que, reconocidos los rasgos esenciales, se los incorporara como fragmentos

dispersos, sin adivinar – o, en cualquier caso, sin proponerse adaptar y recrear – su

enlace profundo. (Rico 2000 : 130-131)

En fin, llegamos al noveno rasgo, es decir la comicidad. Bencomo, en su tesis, señala

que la picaresca « se burla del honor, el linaje, el amor, la virtud, y otros mitos de la sociedad

aristócrata medieval. » (2003 : 17) Parker, por su parte, evoca que el recurso a la comicidad

constituye la única posibilidad para los autores de novelas picarescas: « Los tipos cómicos y

la ingeniosidad taimada se convierten en convenciones del género, porque el estilo realista

no podía concebirse de otra manera. » (1971 : 63) En el siglo XVI, cuando un autor quiere

escribir sobre cosas de la vida cotidiana, tiene que utilizar el estilo vulgar. Esto implica que

tiene que introducir lo cómico en sus novelas. Se trata en la mayoría de los casos de una

ironía humorística con una intención seria pero, según Parker (1971), no es posible combinar

lo cómico con lo serio. Los autores de novelas picarescas lo intentan pero lleva a muchas

confusiones al leer las novelas. Parker concluye así:

El nuevo género ha oscilado, por tanto, entre dos extremos. En general, para utilizar

la lengua literaria de la época ha oscilado entre el provecho sin deleite y el deleite sin

provecho, y, en el terreno particular de la literatura realista, entre demasiada

seriedad con poca materia cómica, por un lado, y, por el otro, una falta total de

seriedad. […] El punto de equilibrio entre lo serio y lo cómico no plantea hoy en día

problemas a los escritores, pero en la España de principios del siglo XVII esto

constituía un verdadero problema. (1971 : 97-98)

26

Maravall, a su vez, analiza también el humor en las novelas picarescas y llega a la conclusión

que el pícaro « ríe, vengativamente, de la crueldad, del engaño, del mal, y,

consiguientemente, del dolor que a otros ha producido, en contestación al hostigamiento

lacerante con que le han cercado en la vida. » (1987 : 240)

Concluimos con establecer la conexión entre los nueve rasgos que elaboramos en este

apartado y el rasgo que consituye el asunto de esta tesina, es decir la presencia y función del

contexto sociohistórico en la novela picaresca. Este rasgo se relaciona sobre todo con séis de

las nueve características : 1) la (seudo)autobiografía, 2) la visión parcial de la realidad, 3) el

tono reflexivo, 4) las observaciones relacionadas con ciertas clases sociales, 5) el movimiento

ascendente en un plano social o moral, y 6) la comicidad. La (seudo)autobiografía ofrece la

posibilidad al autor de transmitir sus ideas sobre el contexto histórico-social a través de su

protagonista, el pícaro, que habla en primera persona. Por consiguiente, esta imagen del

contexto histórico-social que aparece en la novela constituye siempre una visión parcial de la

realidad, ya que el autor elige qué elementos contextuales va a introducir en su novela. Por

añadidura, el pícaro reflexiona sobre el contexto histórico-social que le rodea en digresiones

largas que llenan la novela picaresca. Estas digresiones sirven en la mayoría de los casos para

criticar la sociedad, a veces complementado con la función de educar y moralizar a los

lectores. Relacionado con esto, mencionamos otro rasgo típico de la picaresca, es decir las

observaciones relacionadas con ciertas clases sociales. Mediante la denuncia de este aspecto

del contexto histórico-social, el autor puede exponer también su crítica. En cuanto a la

relación entre la presencia de un movimiento ascendente en un plano social o moral en la

novela picaresca y el contexto histórico-social, observamos que se establece esta relación

justamente porque el deseo de ascender en la escala social y/o moral constituye un

elemento del contexto histórico-social del pícaro. En último lugar, los autores utilizan a

menudo la comicidad (por ejemplo la ironía o la sátira) para aliviar la crítica que dirigen hacia

los aspectos contextuales.

27

1.4. Presencia y función del contexto histórico-social en las tres novelas picarescas

peninsulares

1.4.1. Las modalidades de la presencia y función del contexto histórico-social en la novela

picaresca

En este apartado intentamos, basándonos en las ideas de algunos críticos23, aclarar varios

aspectos relacionados con el contexto histórico-social. En primer lugar, al profundizar en el

aspecto realista de la novela picaresca, intentamos analizar en qué medida el contexto

histórico-social representa fielmente la realidad. En segundo lugar, distinguimos entre la

presencia de elementos contextuales en la novela, destacando bajo qué formas pueden

aparecer, y el contenido de estos elementos, profundizando en las diferentes funciones que

se concede al contexto sociohistórico.

Antes de entrar en detalles sobre el carácter verosímil del contexto histórico-social,

seguimos el punto de vista de Bencomo quien explica lo que caracteriza en general a la

picaresca y a los géneros precursores:

La novela caballeresca presentaba lo ideal, y lo afectado de la corte ; la novela

pastoril presentaba lo sentimental y artificial de la vida campestre mientras que la

novela picaresca reaccionó, presentando lo actual y real de la vida a costo de a veces

resultar crudo. (Bencomo 2003 : 426)

23

No encontramos artículos u obras que abordan específicamente y únicamente el tema del contexto histórico-social en la novela picaresca. Sin embargo, algunos autores expresan sus ideas sobre esta característica importante de la picaresca. Nos referimos a las siguientes obras : Bencomo, Relectura del discurso narrativo de las tres primeras décadas de la República cubana en el contexto de los rasgos de la picaresca (2003) Zamora Vicente, Qué es la novela picaresca ? (1962), Maravall, La literatura picaresca desde la historia social (siglos XVI-XVII) (1987), Francis, Picaresca, decadencia, historia. Aproximación a una realidad histórico-literaria (1978). Nos referimos a los siguientes artículos : Campuzano, « Ciertos aspectos de la novela picaresca. » Hispania (1949), Rivas, « Utile et dulci : manifestaciones en la narrativa hispanoamericana del siglo XIX. » Divergencias. Revista de estudios lingüísticos y literarios (2005), Montori de Gutiérrez, « Sentido de la dualidad en el Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Carrillo, « Raíz sociológica e imaginación creadora en la picaresca española » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Mancing, «El pesimismo radical del Lazarillo de Tormes » en La picaresca : orígenes, textos y estructuras. Actas del I Congreso Internacional sobre la Picaresca (1979), Campbell, « La literatura picaresca del siglo XVII ¿una narrativa reformista ? » Nueva Revista de Filología Hispánica (2006).

28

De la misma manera, Zamora Vicente señala que la gran novedad de las novelas picarescas

constituye el hecho de que los autores no quieren escribir una novela con personajes

heroicos ni divinos sino que su objetivo consiste más bien en mostrar la vida con su

monotonía y sus dificultades (1962 : 12). Citamos a Zamora Vicente hablando de El Lazarillo

de Tormes : « Eso es lo que descubre el Lazarillo : vivir desde dentro, pero compartiendo la

permanente influencia de otras vidas sobre las nuestras. » (1962 : 12) Sin embargo, según

Elizabeth Campuzano (1949), tenemos que hacer la distinción entre el realismo español – y

de esta manera también el realismo de las novelas picarescas – y el realismo crudo del resto

de Europa. La literatura española tiene como rasgos típicos la sobriedad y la honestidad. « El

español es retratista pero no vivisecionista a lo Zola ni hay que esperar de él compilaciones y

estadísticas teutónicas » (Campuzano 1949 : 191).

Zamora Vicente, por su parte, profundiza también en la particularidad del realismo de la

picaresca española, evocando en un capítulo de su obra Qué es la novela picaresca ? (1962)

que no es correcto pensar que la novela picaresca representa fielmente la realidad histórica

de su tiempo :

Llevamos ya mucho tiempo leyendo en manuales, libros, prólogos, etc., y oyendo

incansablemente repetido en la fácil oratoria circunstancial, que la novela picaresca

(en complicidad con el tan socorrido realismo español) representa la realidad de una

España concreta, que se movió sobre la tierra en el tiempo en que las novelas que

nos ocupan fueron escritas. No, no es verdad, o no es, por lo menos, la verdad

escueta y firme. (Zamora Vicente 1962: 11)

Alán Francis evoca la misma idea en su obra Picaresca, decadencia, historia. Aproximación a

una realidad histórico-literaria (1978), destacando la contribución del autor en el proceso de

escribir una novela: « cada autor convierte la materia prima de la realidad en una obra de

arte única. » (1978 : 94) En este contexto, cabe mencionar a Montori de Guttiérez quien

hace la distinción entre las dos cualidades que tiene cada autor : la cualidad de observar de

una manera objetiva y la de « volcar su propio yo en la vida de sus personajes » (1979 : 512).

En cada creación de un autor, según Montori de Guttiérez, una de estas dos cualidades

predomina. Cuando el autor se comporta en mayor medida como un observador objetivo, la

29

historia será más realista puesto que la historia resultará « el producto de su observación

desinteresada de la realidad. » (Montori de Gutiérrez 1979 : 512) Por otra parte, cuando el

autor está dominado en mayor medida por la segunda cualidad, ya no dominará la

objetividad, sino la subjetividad.

En resumen, referimos una vez más a Montori de Guttiérez que plantea que la picaresca

sobrepasa el realismo puro para llegar a ser un género con algunas características

específicas : el género de la picaresca quiere « darnos algo más que el realismo unilateral

que podría llegarnos si sólo contáramos con las aventuras del pícaro y su visión parcial de la

sociedad. » (Montori de Gutiérrez 1979 : 519) Entonces, la novela picaresca – y de esta

manera también el contexto histórico-social – no representa fielmente la realidad de su

tiempo, sino que siempre deja traslucir en mayor o menor medida la ideología de su autor.

De todos modos, el contexto histórico-social ocupa una posición importante en la novela

picaresca. Distinguimos entre las formas en que aparecen los elementos contextuales y las

funciones que se concede a estos elementos. En cuanto a las formas, el contexto histórico-

social puede aparecer bajo descripciones extensas y elaboradas o bajo alusiones breves en

diálogos. Resulta evidente que en una descripción extensa el autor dispone de más

posibilidades de elaborar el contexto sociohistórico que en una alusión breve en un diálogo.

Las descripciones extensas pueden aparecer bajo diversas formas. Ante todo, pueden

constituir digresiones del autor. En estos casos, la historia deja de avanzar para que el autor

pueda profundizar en un elemento del contexto histórico-social. Fuera de eso, las

descripciones extensas pueden aparecen también como reflexiones del pícaro. En estos

casos, el protagonista reflexiona sobre lo que sucede alrededor de él y en la sociedad en que

vive. En cuanto a las alusiones breves en diálogos, se trata en la mayoría de los casos de

observaciones repentinas de cosas que suceden en los alrededores inmediatos del

personaje. Otro elemento relacionado con la forma en la que aparece el contexto histórico-

social constituye la técnica de la (seudo)autobiografía. Esta técnica constituye un buen

recurso para los autores para la elaboración del contexto histórico-social en la novela. Es

decir, narrando la historia desde el punto de vista de un yo-narrador, el autor puede

fácilmente esbozar la imagen del contexto sociohistórico en que vive este personaje

principal. Leemos toda la historia desde la perspectiva del pícaro de modo que el contexto

30

histórico-social nos es presentado igualmente desde esta perspectiva. De esta manera, la

forma autobiográfica a la que recurren los autores de la picaresca facilita la expresión de una

crítica social por parte del autor.

En cuanto a las funciones que puede tener el contexto histórico-social en la novela

picaresca, distinguimos cuatro funciones importantes. La primera función consiste en

constituir el telón de fondo para la historia. Los elementos contextuales delimitan el espacio

geográfico y temporal en que se desarrolla la historia. De esta manera el contexto histórico-

social sitúa la novela en el espacio y en el tiempo para que el lector sepa situarla también.

Además, el telón de fondo puede informarnos sobre el ambiente social en que se desarrolla

la historia, por ejemplo si existen tensiones entre ciertos grupos sociales, si el sistema

político o económico funciona bien, etc.

La segunda función que se concede al contexto sociohistórico consiste en determinar la

crítica social. « La historia y sociedad de los siglos XVI y XVII han sido aspectos favoritos de la

crítica picaresca. » (Carrillo 1979 : 65) Antes de estar capaz de criticar la sociedad de su

tiempo, el autor tiene que dejar traslucir en su novela el contexto histórico-social en que se

desarrolla la historia. Es exactamente este proceso que se utiliza en las novelas picarescas.

Mediante un yo-narrador la historia gira en torno a un sólo personaje que se encuentra en

un determinado momento y en un determinado espacio y a partir de cuyo punto de vista

echamos una mirada a la sociedad. La crítica puede estar dirigida hacia varios elementos,

por ejemplo hacia la sociedad en su totalidad, hacia algunas clases sociales en particular,

hacia el clero, etcétera. Pues, la presencia de elementos contextuales en una novela

constituye un elemento importante para dar la posibilidad al autor de denunciar su crítica.

Este pesimismo que se desprende en general de las novelas picarescas a causa de su tono

crítico, choca con las ideas optimistas del Renacimiento. Mancing nos da una explicación por

este anacronismo : se debe a « la realidad histórica y humana que distingue a España del

resto de Europa del siglo XVI. » (1979 : 466) Se refiere a los judíos conversos. Según Mancing

el autor del Lazarillo forma parte de un grupo de conversos que no se sienten fieles

31

seguidores del judaísmo ni del cristianismo. Son « agnósticos » con preocupaciones

existencialistas24 que se ven reflejadas en el protagonista de la novela.

La tercera función del contexto histórico-social consiste en intensificar el mensaje didáctico

o la moraleja. Esta función se relaciona estrechamente con la función de criticar la sociedad,

es decir mediante la denuncia y crítica de algunos elementos contextuales, el autor puede

transmitir un mensaje educativo y moral a sus lectores advirtiéndoles de la sociedad

corrupta en que viven. Juan Carlos Rivas (2005), por su parte, remite al concepto de Horacio,

‘utile et dulci’. Según Rivas, existe en la literatura española de los siglos XIV, XV y XVI una

tensión entre dos valores de una obra : el valor de enseñar y el de entretener. « En la época

Medieval el énfasis estaba en ver por debajo de la superficie para encontrar la enseñanza. »

(Rivas 2005 : 79) Rivas se refiere al concepto de la ‘píldora endulzada’. Significa que los

autores cubren sus obras de elementos divertidos para aliviar el aprendizaje. El

Renacimiento se caracteriza por la unión del aspecto educativo y del aspecto divertido

mientras que durante la Ilustración predomina la preocupación didáctica. La novela

picaresca nace en España durante el Renacimiento. De esta manera las novelas picarescas

escritas en los siglos XVI y XVII, como El Lazarillo de Tormes y Guzmán de Alfarache, se

caracterizan por el precepto horaciano de ‘utile et dulci’. José Antonio Maravall, por su

parte, señala que el mensaje educativo y moral está principalmente dirigido a los lectores :

Se dirige a los lectores, inmersos en una sociedad que ha hecho posible una criatura

tan desgraciada [el pícaro], lo que revela la insana condición de aquélla. Y son los

otros, los integrados, los conformistas, esto es, los individuos que componen esa

sociedad en crisis y bajo su capa convencional aceptan con toda normalidad pautas

alejadas de una recta moral, los que tienen que tomar nota de cuanto pone de

relieve la experiencia del pícaro : el desconocimiento de las reglas según las que se

ordena una sociedad fomenta un estado de anomia y de desviación que lleva a la

infame e infamante vida picaresca ; pero esto, a su vez, es una amenaza general.

(Maravall 1987 : 770)

24

Aparece la palabra ‘existencialismo’ por primera vez en el siglo XX pero según Mancing el uso de la palabra en este contexto es justificado.

32

En último lugar el contexto histórico-social puede tener aún una cuarta función –

relacionada con la función de transmitir un mensaje didáctico y moralizador – que consiste

en transmitir ideas reformistas. No pretendemos que los autores de las novelas picarescas

son reformistas, pero sí que estas ideas reformistas se traslucen en sus novelas. Esto marca

una evolución de las opiniones y de la mentalidad en España. Ysla Campbell, en su artículo

« La literatura picaresca del siglo XVII ¿una narrativa reformista ? » (2004), aclara muy bien

lo que constituye este carácter reformista en las novelas picarescas:

El carácter reformista de la picaresca, que se muestra desde los prólogos, es evidente

al hacerse portavoz de un pensamiento renovador acorde con las circunstancias que

atravesaba la Península : proclama la igualdad fundada en la universalidad del pecado

original, lo que implicaba la ponderación de la virtud, el mérito y el trabajo, con una

reivindicación fundamental del buen uso del comercio, frente al linaje y el ocio de la

aristocracia. (2004 : 171)

1.4.2. Análisis sucinto del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares

En este apartado analizamos el contexto histórico-social en las tres novelas picarescas

peninsulares más famosas de los siglos XVI y XVII : El Lazarillo de Tormes (1554) de un autor

anónimo, Guzmán de Alfarache (1599 y 1604) de Mateo Alemán y El Buscón (1626) de

Francisco de Quevedo. Nos basamos en lo que la crítica ya ha escrito sobre estas novelas y

en nuestra propia lectura de las tres obras. No es nuestra intención elaborar un análisis

completo del contexto sociohistórico en las tres novelas puesto que este estudio sirve de un

punto de comparación para el estudio de las novelas mexicanas que analizaré de manera

más profunda.

Empezamos por exponer brevemente el contenido de cada una de las tres novelas

picarescas peninsulares. En primer lugar tratamos la novela El Lazarillo de Tormes,

considerada como la primera novela picaresca peninsular. La historia comienza con el

nacimiento de Lazarillo, contado por Lázaro. Lazarillo y Lázaro solamente se diferencian en

su nombre, es decir, Lazarillo refiere al personaje joven mientras que Lázaro ya representa al

personaje adulto. Los padres de Lazarillo pertenecen a las clases bajas. Cuando el padre de

33

Lazarillo es condenado por ladrón, su madre abandona a Lazarillo y le entrega a un ciego.

Lazarillo tiene que servir al ciego pero a causa de los múltiples castigos que recibe del ciego,

le abandona. Su segundo amo es un clérigo pero cuando éste se entera de que Lazarillo le

roba su pan, echa a Lazarillo a la calle. Durante sus peregrinaciones Lazarillo encuentra

algunos otros amos : un pobre hidalgo vanidoso, un fraile de la Merced, un buldero, un

pintor de panderos, un capellán y un alguacil. Al final llega a Toledo donde obtiene un oficio

como pregonero y se casa con la criada de un arcipreste. Esta criada comete adulterio pero a

Lázaro no le importa. Añadimos que el tema principal de la novela es el hambre porque el

protagonista está dirigido por esta hambre durante todo el libro.

La segunda novela que analizamos en este apartado es el Guzmán de Alfarache. Según

Parker – como ya mencionamos en el apartado 1.1. – esta novela constituye la primera

verdadera novela picaresca. (1971 : 39) Alonso Zamora Vicente señala también que

« fácilmente podríamos espigar aquí y allá, en la gran literatura contemporánea o

subsiguiente, testimonios que acreditan la universal aceptación del Guzmán como el pícaro

por antonomasia. » (1962 : 40) La novela contiene dos partes. Además, antes de la aparición

de la Segunda parte del Guzmán de Alfarache, Juan Martí publica en 1602 una segunda parte

apócrifa bajo el seudónimo de Mateo Luján de Sayavedra. Según Parker la obra de Martí es

« mediocre y en conjunto bastante aburrida. » (1971 : 89)

La trama del Guzmán de Alfarache se desenvuelve de la manera siguiente. Guzmán nace en

Sevilla. De niño, pierde su padre y algún tiempo después decide dejar la casa y buscar la

aventura. Cuando llega a Madrid, se deja tentar por el juego. Al fin puede obtener un puesto

como ayudante de un cocinero pero cuando su amo descubre que Guzmán le roba, echa al

pícaro a la calle. Un poco más tarde, Guzmán roba 2500 reales y huye con el dinero a Toledo.

Ahí se une a una compañía de soldados que va a Génova. Al llegar a esta ciudad, busca sus

parientes pero aquéllos fingen no reconocerlo. Entonces, Guzmán se pone en camino hacia

Roma donde obtiene dinero por mendigar disfrazado como un leproso. Al final un cardenal

le acoge en su casa. Algún tiempo después, Guzmán parte para Florencia donde Sayavedra le

roba sus baúles. Pasa un tiempo y se encuentra de nuevo con Sayavedra que lleva su ropa.

Se disputan pero al final Guzmán lo toma por criado. Juntos, van a Bolonia donde obtienen

mucho dinero por el juego, y después a Milan. Allí pueden obtener de una manera

34

sospechosa tres mil escudos de un mercador. Los dos huyen con el dinero a Génova. Esta

vez, los parientes de Guzmán le reciben con los brazos abiertos pero Guzmán, por venganza,

les roba su dinero y sus alhajas. Durante el viaje de vuelta a España, Sayavedra muere.

Llegado a Madrid, Guzmán se casa pero el casamiento dura poco por la muerte repentina de

su mujer. Entonces, Guzmán, en quiebra, decide estudiar teología en Alcalá de Henares. Sin

embargo, su amor por Gracia, la hija de un mesonero, le impide acabar la carrera. Al fallecer

el suegro de Guzmán, el negocio del mesón quiebra y deja arruinada a la joven pareja.

Entonces, Guzmán y Gracia van a Madrid y después a Sevilla donde Gracia abandona

Guzmán y se escapa con un capitán. Guzmán recae en las prácticas de robo y de estafa.

Algún tiempo después, le condenan a una prisión celular y a las galeras. A partir de esta

situación penosa Guzmán relata la historia de su vida que se asemeja a una confesión por

sus pecados.

La tercera novela constituye El Buscón. En esta novela el pícaro se llama Pablos, denominado

‘El Buscón’. Pablos nace en Segovia y vive en una familia pobre. Empieza a estudiar pero

dentro de poco renuncia a la escuela y entra al servicio de don Diego Coronel. Pablos y don

Diego se alojan en la residencia del licenciado Cabra pero este hombre no les da nada de

comer. Deciden salir de ahí y se ponen en camino hacia Alcalá de Henares. Llegado en la

universidad, Pablos sufre las vejaciones de los otros estudiantes pero dentro de poco toda la

ciudad le conoce por su carácter travieso y engañoso. En un determinado momento, le llega

una carta de su tío en que le anuncia la muerte de su padre. De repente, Pablos se pone en

camino hacia Segovia para recoger su herencia. En el camino encuentra algunos notables :

un ingeniero, un maestro de esgrima, un poeta y un soldado. Después de haber recibido su

herencia, quiere ir a la Corte en Madrid. Un falso hidalgo le acompaña y le explica cómo

sobrevivir como él, fingiéndose ser un noble. En Madrid, el hidalgo presenta a Pablos a una

cofradía de canallas. Juntos se inmiscuyen en asuntos de estafa pero al final la policía les

detiene todos. Una vez puesto en libertad, Pablos no piensa en enmendarse. Un día decide

irse a Toledo donde tiene mucho éxito como cómico. Después de una breve carrera como

actor y escritor, viaja a Sevilla. Allí se encuentra de nuevo con una banda de ladrones y no

falta mucho para que sean perseguidos por la policía. Pablos intenta huir a las Indias pero

fracasa.

35

En cuanto al contexto histórico-social en las tres novelas picarescas peninsulares, hacemos la

distinción entre la forma en la que aparece el contexto histórico-social y el contenido de este

contexto. En cuanto a la forma, los elementos contextuales aparecen en las tres novelas

tanto bajo descripciones extensas y elaboradas como bajo alusiones breves en diálogos.

Partiendo de la lectura de las novelas, observamos que los autores, al describir el contexto

sociohistórico, recurren en la mayoría de los casos a descripciones extensas. Se trata en las

tres novelas sobre todo de reflexiones de la parte del pícaro sobre algún elemento

contextual. Citamos por ejemplo a Lazarillo reflexionando sobre el comportamiento de su

amo, el escudero :

Dios sabe que ahora, cuando me encuentro con otros de su mismo aspecto y oficio,

siento pena ; porque pienso que tal vez llevan la misma triste vida que aquel amo.

Sólo había una cosa en él que no me gustaba, y era su gran vanidad : pues siendo él

más pobre que nadie, quería parecer más rico que todos. Pero creo que esto es

costumbre en esta clase de hombres. Y si Dios no les cura, morirán enfermos de este

mal. (Anónimo 1994 : 51)

En cuanto a la novela de Alemán, El Guzmán de Alfarache, citamos a Guzmán reflexionando

sobre el carácter engañoso de la apariencia :

Suelen decir vulgarmente, que aunque vistan a la mona de seda, mona se queda. Esta

es en tanto grado verdad infalible, que no padece excepción. Bien podrá uno vestirse

un buen hábito ; pero no por él mudar el malo que tiene. Podría entretener y engañar

con el vestido, mas él mismo fuera desnudo. Presto me pondré galán, y en breve

volveré a ganapán, que el que no sabe con sudor ganar, fácilmente se viene a perder,

como verás adelante. (Alemán 1960 : 138)

Después, citamos a Pablos, el protagonista de El Buscón, reflexionando sobre la vida en la

corte :

Lo primero ha de saber que en la corte hay siempre el más necio y el más sabio,

más rico y más pobre, y los extremos de todas las cosas ; que disimula los malos y

36

esconde los buenos, y que en ella hay unos géneros de gentes como yo, que no se les

conoce raíz ni mueble, ni otra cepa de la que decienden los tales. Entre nosotros nos

diferenciamos con diferentes nombres ; unos nos llamamos caballeros hebenes ;

otros, güeros, chanflones, chirles, traspillados y caninos.

Es nuestro abogada la industria ; pasamos las más veces los estómagos de

vacío, que es gran trabajo traer la comida en manos ajenas. Somos susto de los

banquetes, polilla de los bodegones y convidados por fuerza. Sustentámonos así del

aire, y andamos contentos. Somos gente que comemos un puerro, y representamos

un capón. Entrará uno a visitarnos en nuestras casas y hallará nuestros aposentos

llenos de güesos de carnero y aves, mondaduras de frutas, la puerta embarazada con

plumas y pellejos de gazapos ; todo lo cual cogemos de parte de noche por el pueblo,

para honrarnos con ello de día. (Quevedo 1990 : 230 y 232)

En las tres novelas, el contexto histórico-social aparece también a veces bajo la forma de

alusiones breves en diálogos. Nos referimos por ejemplo a un pasaje del Lazarillo de Tormes

en que Lazarillo mantiene un diálogo con su amo, el escudero. Su amo le cuenta que tenía

que quitar su tierra Castilla la Vieja porque una única vez no había saludado con el sombrero

a un caballero.

–Señor – dije yo –, si él era lo que decís y era más importante que vos, ¿no

habéis hecho mal en no saludar a vuestro vecino primero ? ¿No decís, además, que él

se quitaba también el sombrero ?

–Sí, es cierto ; pero yo me lo quité tantas veces primero que él también tenía

que hacerlo alguna vez. ¿No le parece ?

–Me parece, señor – le contesté yo – , que no es así ; sobre todo si la persona

tiene más edad y más dinero.

–Tu eres muy joven y no le das importancia a las cosas de la honra, que es lo

único que nos queda. Pero yo te hago saber que soy, como ves, un escudero ; sin

embargo, si me encuentro con algún conde en la calle y no se quita bien el sombrero,

esto me ocurre una vez y no dos : en la próxima ocasión me meto en la primera casa,

o cruzo hacia otra calle, si la hay, antes de tenerle enfrente, para no tener que

quitarme el sombrero. Yo soy hidalgo, no lo olvides. También me acuerdo de que un

37

día discutí con un criado, porque cada vez que me encontraba con él me saludaba

con estas palabras : « Dios os guarde ». « Vos, don mezquino –le dije–, ¿por qué me

saludáis así ? ¿No sabéis quién soy yo ?, ¿creéis que soy como vos ? » Y desde

entonces aquel criado me saludó como debía.

–Pero señor –pregunté–, ¿no es ésta una buena manera de saludar

a un hombre?

–¡Sólo a la gente inferior se la saluda así ! –contestó mi amo–. Para la gente de

importancia, como yo, se usan otras palabras, como por ejemplo : « Beso las manos

de Vuestra Merced », o por lo menos : « Os beso, señor, las manos », si la persona

que me saluda es caballero. (Anónimo 1994 : 55-56)

Mediante este diálogo entre Lazarillo y su amo se revela un elemento contextual, es decir, la

costumbre en el siglo XVI del uso de títulos de tratamiento. En la novela de Alemán,

encontramos también pasajes en que los elementos contextuales aparecen bajo la forma

dialogada. Se trata por ejemplo del pasaje en que Guzmán y Sayavedra están andando por la

calle cuando de repente Guzmán empieza a hablar de un pobre que reconoce:

Díjele a Sayavedra :

–¿Ves aquel pobre ? Aquél me puede hacer a mí rico.

Preguntóme :

–¿Pues cómo pide limosna ?

Y díjele :

–Después que una vez los hombres abren las bocas al pedir, cerrando los ojos a la

vergüenza, y atan las manos para el trabajo, entulleciendo los pies a la solicitud, no

tiene su mal remedio.

(Alemán 1960 : 300)

En cuanto a El Buscón, citamos a un breve diálogo entre Pablos y el carcelero en que se

revela también un elemento del contexto histórico-social, es decir la facilidad con que se

puede sobornar un carcelero :

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Yo que me vi ir allá, aprovechéme del dinero que traía conmigo y, sacando un doblón,

díjele al carcelero : –« Señor, óigame v. m. en secreto ». Y para que lo hiciese, dile

escudo como cara. En viéndolos, me apartó. –« Suplico a v. m. » –le dije– « que se

duela de un hombre de bien ». Busquéle las manos, y como sus palmas estaban

hechas a llevar semejantes dátiles, cerró con los dichos veinte y seis, diciendo : –« Yo

averiguaré la enfermedad y, si no es urgente, bajará al cepo ». Yo conocí la deshecha,

y respondíle humilde. Dejóme fuera, y a los amigos descolgáronlos abajo. (Quevedo

1990 : 288)

En cuanto al contenido del contexto sociohistórico en las tres novelas peninsulares,

analizamos qué funciones se concede a los elementos contextuales. En primer lugar, el

contexto histórico-social puede constituir un telón de fondo para la historia. Constituye la

función básica en las tres novelas puesto que en cada novela se hace mención de algunos

elementos contextuales geográficas, temporales, sociales, políticas, etc., que forman parte

del telón de fondo de la historia. Por ejemplo, al principio de cada novela el autor esboza la

situación histórico-social en que nace y crece el pícaro. En El Lazarillo de Tormes, Lazarillo

mismo dice que es « hijo de Tomé González y de Antona Pérez, de Tejares, pueblo de

Salamanca. [Su] nacimiento fue dentro del río Tormes y por esta razón tom[ó] [su]

apellido. » (Anónimo 1994 : 9) En El Buscón, Pablos nos revela también su origen : « Yo,

señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo ; Dios le

tenga en el cielo. » (Quevedo 1990 : 46) Guzmán de Alfarache, por su parte, crece en Sevilla

« donde las horas [son] de a mil años, los momentos largos siglos, y el tiempo […] penoso

infierno. » (Alemán 1960 : 34) En cuanto a su descripción de Sevilla, Guzmán añade lo

siguiente :

Digo, pues, que Sevilla, por fas o por nefas, considerada su abundancia de frutos, y la

carestía dellos, padece esterilidad ; y aquel año hubo más, por algunos desórdenes

ocultos y codicias de los que habían de procurar el remedio, que sólo atendían a su

mejor fortuna. (Alemán 1960 : 44)

Además, las alusiones a ciudades y regiones en España o en el resto de Europa refieren en la

mayoría de los casos a ciudades y regiones reales. Además, Tierno Galván observa, en su

39

obra Sobre la novela picaresca y otros escritos (1974), que las tres novelas que analizamos en

este apartado contienen elementos reales de la sociedad de su tiempo, es decir de la España

durante el Siglo de Oro. En cuanto a El Lazarillo de Tormes, se trata de una sociedad en que

dominan las controversías. La lucha de clases constituye otro problema importante de este

período en la historia de España. Para las clases bajas, la vida no es fácil, « pero trabajando

se consigue vivir e incluso medrar, aunque la movilidad social ascendente tiene un techo

muy bajo. » (Tierno Galván 1974 : 51) Por el contrario, para las clases altas sólo importa el

dinero y la honra. Citamos a Tierno Galván:

Están planteados en germen todos los problemas que aparecen después, siguiendo el

derrotero de la progresiva integración ideológica y la clase media reflejará en su

estructura y reacciones el proceso de esta evolución, a la que no contradice el curso

de la estructura económica. (1974 : 52)

El Guzmán de Alfarache aparece en un momento en que ya se anuncia la crisis económica.

En la novela surge la misma idea como en El Lazarillo de Tormes, es decir que resulta muy

difícil para las clases bajas subir en la escala social. Además, como en El Buscón, se trata de la

expresión de « una sociedad estable, dinámica por efectos de la inflación, en la que

interviene una clase media integrada ideológicamente, aunque sostiene diferentes criterios

y hace diferentes críticas sobre los problemas comunes. » (Tierno Galván 1974 : 54)

En segundo lugar, el contexto histórico-social puede constituir un medio para criticar la

sociedad. En El Lazarillo de Tormes, queda muy claro el tono crítico. Mancing nos revela lo

que constituye el « concepto básico de la unidad estructural y temática del Lazarillo: la

corrupción moral del protagonista refleja la sociedad corrupta en que vive » (1979 : 461).

Según él, la interpretación tradicional del Lazarillo de Tormes como una obra optimista

frente a la obra barroca y pesimista de Mateo Alemán, Guzmán de Alfarache, no se puede

sostener. Aunque los tres primeros tratados del Lazarillo de Tormes evocan entre los

lectores simpatía por el pícaro hasta que casi se identifiquen con él, a partir del cuarto

tratado el tono de la obra cambia y los lectores ya no sienten compasión por Lazarillo.

Mancing lo describe así:

40

El último engaño del autor anónimo es éste: crear un protagonista tan atractivo en el

nivel moral y luego hacer de este mismo personaje la misma encarnación de la

degradación espiritual. La moraleja del Lazarillo es que el hombre es capaz de los

actos más exaltados y sublimes, pero al fin de cuentas no puede resistir a la fuerza de

la sociedad corrupta, inmoral, hipócrita que le rodea, y siempre escoge el mal.

(Mancing 1979 : 462)

Entonces, El Lazarillo de Tormes presenta una visión pesimista de la sociedad. André

Michalski, de su parte, llama la atención al valor simbólico de los alimentos – el pan, el vino y

la carne – que aparecen en El Lazarillo de Tormes : « simbolizan, cada uno a su modo, la

relación del hombre con el mundo exterior. » (1979 : 414) En primer lugar, el pan revela el

caos social alrededor de Lazarillo. Normalmente el pan simboliza la igualdad entre los

hombres (compartir el pan, sentarse a la misma mesa) pero en los tres primeros tratados el

pícaro está privado del pan. Esto simboliza la decadencia de la jerarquía social e indica a los

amos de Lazarillo como los verdaderos delincuentes. Con este uso simbólico de la privación

del pan, el autor critica la sociedad de su tiempo. En segundo lugar, el vino aparece en la

novela bajo su valor simbólico ordinario, es decir como representación de la sabiduría, pero

transformado irónicamente. En tercer lugar, la carne aparece en la novela para designar

tanto el alimento (sentido culinario) como el sexo (sentido teológico). Solamente surge al

principio de la novela y al final. En ambos casos se trata de un hombre que da carne a una

mujer. Michalski añade también que el pan y el vino son los dos alimentos eucarísticos

(1979 : 413). Sin embargo, en la novela no obtienen el mismo valor que en un contexto

religioso. Esto revela el tono anticlerical del Lazarillo de Tormes. Guzmán Alvarez lo describe

así : « la obrita es un reflejo, más o menos fiel, de los estamentos de la sociedad de la época

o una sátira de los mismos o ambas cosas, destacándose, especialmente por lo que afecta al

aspecto satírico, la nota anticlerical. » (1979 : 437) Entonces, el autor anónimo del Lazarillo

de Tormes puede ser considerado como un humanista con ideas reformadoras (Redondo

1989 : 81).

En último lugar mencionamos lo que evoca Augustín Redondo en su artículo « Folklore,

referencias histórico-sociales y trayectoria narrativa en la prosa castellana del

Renacimiento » (1989) sobre los elementos contextuales en el relato del Lazarillo de Tormes.

41

Según él, la historia del Lazarillo de Tormes revela algunos problemas contemporáneos en la

España del siglo XVI (1989 : 80). Se refiere por ejemplo al problema de la pobreza y la

mendicidad que se manifiesta en los primeros capítulos de la novela. Redondo distingue tres

tipos de pobres en la historia: « el legítimo (el ciego), el vergonzoso (el escudero) y el fingido

(Lazarillo) » (1989 : 80). Como conclusión citamos una vez más a Redondo porque resume

muy bien lo que hace el autor del Lazarillo de Tormes al crear su novela : « la realidad

histórico-social más conflictiva también la ha utilizado el autor para moldear el texto,

entroncándola con el folklore. » (1989 : 81) En El Lazarillo de Tormes, se utiliza entonces la

materia folklórica como una máscara que esconde algunas realidades histórico-sociales

contemporáneas.

En el Guzmán de Alfarache, el contexto histórico-social determina también la crítica social

pero en menor medida que en El Lazarillo de Tormes. Como señala Francisco Rico « el

Guzmán de Alfarache […] nace de un más amplio intento aleccionador » (2000 : 66).

Volvemos más tarde a la función didáctica que se concede al contexto histórico-social en el

Guzmán de Alfarache. En cuanto a la crítica social que aparece en la novela queda muy clara

la crítica sobre las honras vanas. Citamos a un episodio de la novela en que Guzmán,

renunciando a la honra, pasa a una nueva etapa en su evolución como individuo :

No haces honra de vestir al desnudo, ni hartar al necesitado, ni ejercer, como

debes, las obras de tu ministerio, y otras muchas que sé y las callo y tú las conoces de

ti mismo y las disimulas, creyendo que otro no te las entiende, siendo públicas, que

las dejo de escribir por no señalarte con el dedo, y hácesla del humo, y aun de

menos.

Haz honra de que esté preveído el hospital de lo que se pierde en tu botillería o

despensa ; que tus acémilas tienen sábanas y mantas, y allí se muere Cristo de frío ;

tus caballos revientan de gordos y se te caen los pobres muertos a la puerta de

flacos.

Esta es honra que se debe tener y buscar justamente ; que lo que llamas honra,

más propiamente se llama soberbia o loca estimación, que trae los hombres éticos y

tísicos, con hambre canina de alcanzarla, para luego perderla y con el alma ; que es lo

que se debe sentir y llorar. (Alemán 1960 : 106)

42

Además, Violeta Montori de Gutiérrez (1979 : 511) plantea que hay una dualidad en la

historia de Guzmán de Alfarache : la vida de Guzmán y la Atalaya – se refiere al título

completo de la novela, es decir Vida del pícaro Guzmán de Alfarache. Atalaya de la Vida

Humana – desde donde vemos la vileza y las maldades de los hombres. Estas maldades son

criticadas por parte de la voz de la conciencia del autor-personaje y al mismo tiempo

también se muestra cómo rectificar esos errores. En conclusión, el Guzmán de Alfarache nos

ofrece « la amarga y desolada pintura de la sociedad de su época que nos hace Guzmán,

planteándonos a lo largo de su ‘atalaya de la vida humana’ el problema tan barroco de la

salvación individual, como única forma de salvación posible. » (Smerdou Altolaguirre 1979 :

521) Sin embargo, Parker señala que la sátira de Alemán no sólo abarca su propia época y su

propio país. Se trata más bien de un « juicio universal sobre la naturaleza humana. » (Parker

1971 : 80)

En El Buscón, los elementos contextuales determinan también la crítica social. Por ejemplo,

el pícaro Pablos, siendo un snob y un hipócrita, se avergüenza del oficio de su tío y desprecia

sus amigos borrachos. Poniéndose en camino hacia Madrid, encuentra un hombre que

dedica su vida a parecer rico sin trabajar. Michael Alpert, en el prólogo a su traducción de El

Lazarillo de Tormes y de El Buscón, señala que es « all make-believe, symptomatic of a

Spanish preoccupation, quedar bien, reliance on past glory and bullion from Mexico and

Peru, instead of expansion and work for future prosperity. » (1969: 14) Entonces, este pasaje

de la novela expresa claramente una crítica por parte del autor sobre la sociedad española

de su tiempo. Además, como señala Smith, Francisco de Quevedo quiere reproducir en su

obra la opresión de los individuos por las restricciones sociales y su ilusión de libertad de

acción dentro de los límites de estas restricciones (Smith 1987 : 104).

En resumen, citamos a Zamora Vicente (1962) quien nota que hay una evolución en las tres

novelas picarescas peninsulares. Se hacen cada vez más crueles : El Lazarillo de Tormes

ofrece una visión honesta y una sonrisa espléndida, mientras que El Guzmán de Alfarache

está escrito en un tono amargado y El Buscón en un tono cruel y caricaturesco. Sin embargo

los tres pícaros tienen la misma idea de « no estimar la vida terrena. » (Zamora Vicente

1962 : 13) Antes de pasar a la tercera función que puede tener el contexto histórico-

social, mencionamos una observación importante de Bencomo, es decir : el pícaro, « para

43

lograr su objetivo, se vale de los mismos vicios que critica, y de los que se siente víctima. »

(2003 : 36) Así que en ningún caso podemos pensar que el pícaro desempeñe una función

modélica.

La tercera función que se concede al contexto histórico-social constituye la función didáctica

y moralizadora. Esta función está presente en mayor o menor medida en las tres novelas

picarescas peninsulares que analizamos en este apartado. En el caso de El Lazarillo de

Tormes uno de los más importantes mensajes didácticos y morales consiste en « mostrar

cuánto virtud sea saber los hombres subir, siendo bajos, y dejarse bajar, siendo altos, cuánto

vicio. » (Autor anónimo del Lazarillo de Tormes citado por Rico 2000 : 48) Junto con la visión

pesimista de la sociedad que ofrece El Lazarillo de Tormes, la moraleja que el autor quiere

transmitir es que la sociedad corrupta e inmoral siempre predomina a los hombres aunque

está seguro de que los hombres son capaces de los actos más nobles y sublimes. (Mancing

1979 : 462) Revelando y criticando los vicios y las maldades de la sociedad, el autor del

Lazarillo llega a transmitir un mensaje didáctico y moral, advirtiendo a sus lectores de la

corrupción de su sociedad.

La historia del Guzmán de Alfarache está entreverada de digresiones moralizadoras. Mateo

Alemán explica en el prólogo a su novela la diferencia que hace entre la conseja y el consejo

en su novela (1960 : 14). La conseja constituye el relato mismo mientras que el consejo

remite a la doctrina que está expresada con claridad en la novela. De ahí que se hace

también la distinción entre el Guzmán actor y el Guzmán autor. Según Rico, « el ‘consejo’, la

enseñanza químicamente pura, se enlaza en diversas formas con la ‘conseja’, la narración. »

(2000 : 87) Rico añade que la novela trata de « la pintura del paso de actor a autor » (2000 :

73) Parker hace también referencia a la dualidad en la obra de Alemán : « la propia historia o

narración es en sí misma una novela valiosa, pero, dentro de la serie de comentarios, es algo

más, es un intento serio de enfocar el problema de la delincuencia. » (1971 : 78) Nos

referimos una vez más a Parker porque según él, las digresiones moralizadores en El Guzmán

de Alfarache abordan cinco proposiciones teológicas y morales que retomamos aquí : 1) en

el pecado los hombres son todos iguales, 2) todos los hombres tienen la capacidad de

salvarse, 3) no existe determinismo sino que los hombres tienen la posibilidad de elegir

entre el bien o el mal, 4) la Providencia gobierna todas las cosas, 5) los hombres tienen la

44

posibilidad de colaborar con la gracia divina para efectuar su salvación. (1971 : 80-81)

Concluimos con citar lo que plantea Rico sobre Guzmán de Alfarache :

Por definición, la obra había de enseñarnos la vida humana desde un punto de vista

peculiar, desde una atalaya explícitamente reconocida como tal. En lograrlo, en dar

forma a todos los ingredientes en función de un punto de vista (y explicar el uno por

los otros), radica la hazaña literaria de Mateo Alemán (2000 : 98)

En cuanto a la obra de Quevedo, El Buscón, existe una discrepancia sobre la función

didáctica y moralizador del contexto histórico-social. Alonso Zamora Vicente (1962) plantea

por ejemplo que la novela no contiene un mensaje didáctico y moral mientras que partiendo

de nuestra lectura sí distinguimos en algunos momentos un tono didáctico y moral. Este

desacuerdo entre los críticos da prueba de la existencia de dos posturas diferentes ante la

novela de Quevedo: un grupo de críticos considera la novela como « a morally serious

enterprise in which the truth of Catholic dogma is demonstrated by the inevitable

misfortune of a ‘rounded’ character placed within a setting which is recognizably ‘real’,

albeit dramatically intensified » (Smith 1987: 102) mientras que un otro grupo de críticos

encuentra en la novela un esteticismo lingüístico con un enfoque cómico y un ejemplo de

una ingeniosidad verbal, lo que da muestra de poca preocupación por la verosimilitud

psicológica o por el mensaje didáctico de la novela (Smith 1987 : 102). Se trata entonces del

enfrentamiento de respectivamente una escuela moral y una escuela estética. De todos

modos, el contexto socio-histórico en El Buscón, contrariamente al contexto en El Lazarillo

de Tormes y Guzmán de Alfarache, no tiene claramente una función didáctica y

moralizadora. Sobejano (1971) nota muy bien que el autor de El Buscón no opta por la

enseñanza explícita a través de la denuncia y crítica de elementos contextuales. El sentido

moral se deduce de « la sucesión de los hechos, los cuales son entretenidos por la intensa

ingeniosidad con que se describen, no por la comicidad sobrepuesta de los arrequives

verbales. » (Sobejano 1971 : 7)

Otra función – relacionada con la función de transmitir un mensaje didáctico y moralizador -

que puede tener el contexto histórico-social consiste en transmitir ideas reformistas. Según

Ysla Campbell (2004) este carácter reformista está presente en las tres novelas picarescas

45

peninsulares. Por ejemplo en el Guzmán de Alfarache y en El Buscón aparece la idea

reformista que todos los hombres son iguales. (Campbell 2004 : 156) La ‘limpieza de sangre’

ya no constituye un concepto significativo. « La raza, nacionalidad, ocupación y procedencia

social carecen de importancia : todos los hombres son iguales » (Campbell 2004 : 157).

Además, se pone en duda una convicción importante de los nobles, es decir la herencia

biológica de la virtud. Citamos lo que dice Pablos a sí mismo en El Buscón : « Más se me ha

de agradecer a mí, que no he tenido de quien aprender virtud, ni a quien parecer en ella,

que al que la hereda de sus agüelos. » (Quevedo 1990 : 170) Además, las ideas reformistas

que surgen en las novelas picarescas rechazan la ociosidad y aprueban el trabajo. Según

Campbell, « el trabajo es considerado fuente de virtud como el ocio de los vicios » (2004 :

161). Por ejemplo en El Lazarillo de Tormes, Lazarillo obtiene en el último tratado un oficio

real y dice : « con la ayuda de amigos y señores, todos mis trabajos y problemas pasados me

fueron pagados : porque conseguí un oficio real, viendo que sólo las personas que tienen

uno viven bien » (Anónimo 1994 : 71). En resumen, podemos decir que las tres novelas

picarescas revelan un « trasfondo ideológico » (Campbell 2004 : 162) :

[…] las nuevas concepciones (paternidad colectiva, importancia del trabajo, valor de

mérito) y necesidades económicas (racionalización de la economía) se oponen al

pensamiento dominante (otium cum dignitate y nobleza basada en la herencia

biológica y el recuerdo de las hazañas de los antepasados). (Campbell 2004 : 162)

En conclusión, resumimos los aspectos más importantes del análisis del contexto

sociohistórico en las tres novelas. En cuanto a la forma en que aparece el contexto histórico-

social observamos que en las tres novelas los elementos contextuales aparecen en la

mayoría de los casos bajo digresiones extensas y elaboradas. Se trata sobre todo de

reflexiones de la parte del protagonista. Sin embargo, encontramos también en cada novela

algunos pasajes en que mediante alusiones breves en diálogos se revela un aspecto del

contexto histórico-social. En cuanto al contenido y la función del contexto histórico-social en

las tres novelas, mencionamos en primer lugar la función básica del contexto histórico-social

en las tres novelas picarescas peninsulares : constituir un telón de fondo para la historia.

Delimitando el espacio temporal, geográfico, social, etc., mediante la inserción de elementos

contextuales, se construye un telón de fondo para la historia. Además, una gran parte de los

46

elementos contextuales existen realmente en la España de los siglos XVI y XVII. La segunda

función que se concede al contexto histórico-social constituye la de criticar la sociedad. Esta

función está presente en las tres novelas. El Lazarillo de Tormes da una visión pesimista de la

sociedad criticando entre otros los problemas sociales en España, como la pobreza y la

mendicidad, y los abusos de los clérigos. El Guzmán de Alfarache contiene un tono menos

crítico porque domina sobre todo el enfoque educativo. Sin embargo, el autor de la novela

critica explícitamente las honras vanas y transmite un juicio universal sobre la naturaleza

humana. En El Buscón, se critica, mediante los elementos contextuales, la postura típica de

los españoles de querer enriquecerse sin trabajar. La tercera función del contexto

sociohistórico, es decir la de transmitir un mensaje educativo y moralizador, está sobre todo

presente en el Guzmán de Alfarache. Existe una discrepancia entre los críticos de El Buscón :

un grupo reconoce que la novela quiere transmitir un mensaje moral mientras que otro

grupo aprecia la novela por su valor estético. La última función del contexto histórico-social

que encontramos en las tres novelas, constituye la de transmitir ideas reformistas. Una de

estas ideas reformistas constituye la del valor y de la necesidad del trabajo.

1.5. La novela picaresca hispanoamericana

Puesto que el asunto de esta tesina consituye el análisis de dos novelas picarescas

mexicanas, nos parece imprescindible esbozar brevemente en este apartado el desarrollo

del género picaresco en Hispanoamérica. Los primeros rasgos picarescos en obras

hispanoamericanas aparecen en la época virreinal25 : El Carnero (1636), Los infortunios de

Alonso Ramírez (1690) y El Lazarillo de ciegos caminantes (1773). No entramos en detalles

sobre estas obras sino que continuamos con investigar cómo nace el género de la picaresca

en Hispanoamérica.

A partir de la conquista de Latinoamérica por los europeos en 1492, todo lo que pasa en

Europa tiene su influencia en Latinoamérica. En Europa, el género de la novela no tiene

25

La época virreinal en Latinoamérica: Colón hizo viajes a América Latina entre 1492 y 1504. Al final del siglo XVI, los europeos ya conquistaron y colonizaron gran parte de la tierra latinoamericana, del Nuevo Mundo. Trajeron consigo los conceptos de derecho, administración, y justicia, desarrollando un sistema colonial burocrático y impusieron su lenguaje, su cultura y sus instituciones a la población indígena. Además, introdujeron la Iglesia Católica como elemento unificador. (Lockhart, J. y S.B. Schwartz 1983)

47

mucho éxito en aquel período y por eso tampoco en Latinoamérica se publican muchas

novelas. Sin embargo, algunos escritores escriben unas novelas importantes en Europa, por

ejemplo en España se escriben La Celestina, Amadís, El Lazarillo, Don Quijote, etc., pero

estas novelas no pueden estimular la producción de novelas en América. Solamente

hablamos de la novela hispanoamericana a partir del siglo XIX con la ascensión de la clase de

la burguesía. Según Emilio Carilla, se puede considerar los relatos novelescos que se escriben

durante el período colonial como los antecedentes de la novela hispanoamericana (1967 :

t.2, 60).

Casas de Faunce escribe sobre el origen del género picaresco en Hispanoamérica,

concluyendo que podemos considerar la novela El Periquillo Sarniento (1816), escrita por

José Joaquín Fernández de Lizardi, como la primera novela picaresca hispanoamericana

(1977 : 32). En su obra clasifica las novelas picarescas hispanoamericanas en los tres grupos

ya mencionados en el apartado 1.2. de este trabajo, « ¿Qué es la novela picaresca ? ». Como

ejemplos de la picaresca clásica en Hispanoamérica, Casas de Faunce menciona El Periquillo

Sarniento (1816), Don Catrín de la Fachenda (1832), Divertidas historias del nieto de Juan

Moreira (1910), El Lazarillo en América (S. F.) y Oficio de vivir (1958). En cambio, como

ejemplos de la picaresca en sentido lato trata las obras El casamiento de Laucha (1906),

Suetonio Pimienta (1924) y Quince uñas y Casanova, aventureros (1945). En último lugar

investiga las novelas míticamente picarescas : El Cristiano Errante (1846-1847), Historia del

Perinclito Epaminondas del Cauca (1863), Chamijo (1930), El falso Inca (1905), Don Pablos en

América (1932), La vida inútil de Pito Pérez (1938), Tata Lobo (1952) y Aventuras de Perico

Majada (1962).

Nos centramos en primer lugar en la categoría de las novelas picarescas clásicas porque

constituye la categoría a la que pertenece una de las novelas que analizamos en esta tesina,

es decir El Periquillo Sarniento. José Joaquín Fernández de Lizardi, el autor de la novela,

recurre al género de la picaresca, imitando la novela picaresca clásica española. Ya

explicamos los nueve rasgos típicos de esta picaresca clásica en el apartado 1.3. de esta

tesina, titulado « Las características típicas de la novela picaresca clásica y su relación con el

contexto histórico-social ». No analizamos en este trabajo en qué medida estos rasgos

48

típicos están presentes en El Periquillo Sarniento sino que aceptamos la decisión de María

Casas de Faunce de considerar la novela como novela picaresca clásica.

En segundo lugar nos centramos en la categoría de las novelas míticamente picarescas

porque es la categoría a la que pertenece la segunda novela que analizamos en esta tesina,

es decir La vida inútil de Pito Pérez de José Rubén Romero. Casas de Faunce describe la

diferencia entre este tipo de novelas míticamente picarescas y los otros dos tipos :

[…] se diferencia de las anteriores por su énfasis en lo social o costumbrista y porque

el punto de vista narrativo no es el del pícaro, ni el de su picardía, sino el de un

observador que ha interpretado subjetivamente la filosofía picaresca y la utiliza como

medio expositivo de su ideología, olvidándose de las relaciones y de la función del

pícaro y su ambiente, en la justificación del caso individual de un estado de picardía.

(1977 : 153-154)

A continuación, Casas de Faunce declara a propósito de la obra La vida inútil de Pito Pérez lo

siguiente: « El mito picaresco del libro se encarna en la traslación de una materia literaria

para combinarla con una experiencia vivida y que ambas sirvan como vehículo agente de la

ideología de su autor. » (1977 : 192)

En último lugar, analizamos las diferencias y semejanzas entre el género picaresco

peninsular y el hispanoamericano. En primer lugar, es evidente, si recordamos el período de

colonización de Latinoamérica por los españoles, que la picaresca, que nace en España,

influye en el desarrollo del género picaresco en Hispanoamérica. Sin embargo, las

circunstancias en que surge el género en España no son las mismas como en

Hispanoamérica. Es decir, El Lazarillo de Tormes nace durante el Siglo de Oro en España

mientras que el nacimiento del género en Hispanoamérica tiene lugar en un período en que

dominan las ideas de Rousseau y en que surgen nuevas ideas sobre la libertad, la igualdad y

la fraternidad en una sociedad que se encuentra en decadencia.

En segundo lugar, profundizamos en la primera novela picaresca hispanoamericana, es decir

El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi. Gisela Bencomo evoca en su

49

tesis, citando a Luis Leal, que « la contribución de Fernández de Lizardi al género es la

creación de prototipos picarescos originales : el lépero, el catrín, la pícara pomposa, el

pelado, todos ellos genuinamente representativos de la nueva sociedad mexicana. » (2003 :

30). De ahí podemos concluir que los pícaros que figuran en las novelas españoles no son

iguales a los que actúan en las novelas hispanoamericanas.

En tercer lugar, existe, según Borgeson (1986), aún otra diferencia entre la picaresca

española y la hispanoamericana, es decir, mientras que el pícaro español rechaza totalmente

la sociedad que critica, el pícaro hispanoamericano solamente lucha por una sociedad mejor.

Borgeson toma El Periquillo Sarniento como ejemplo y evoca que « Lizardi pudo ser

reformista sin llegar a completo rechazo de la repugnante sociedad que observa el pícaro

español clásico. » (1986 : 505). Analizamos más en profundidad este rasgo en la parte

analítica de esta tesina, puesto que tiene mucho que ver con la característica de la picaresca

que queremos investigar, es decir la presencia y función del contexto histórico-social.

50

2. Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos

novelas picarescas mexicanas

En esta parte analizamos la presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas

picarescas mexicanas : El Periquillo Sarniento (1816) de José Joaquín Fernández de Lizardi y

La vida inútil de Pito Pérez (1938) de José Rubén Romero. Para el análisis de la novela de

Lizardi disponemos de muchos artículos críticos y algunas obras en que se discuten ciertos

aspectos del contexto histórico-social. Constituyen el punto de partida para el análisis del

contexto histórico-social en El Periquillo Sarniento, complementado con los resultados que

surgen de nuestro propio análisis de la novela. Para el análisis de la novela de Romero, por el

contrario, no disponemos de mucha información concerniente el contexto histórico-social y

por consiguiente tenemos que basarnos en mayor medida en nuestro propio análisis.

2.1. El Periquillo Sarniento

2.1.1. Vida y obra del autor J.J. Fernández de Lizardi

José Joaquín Fernández de Lizardi, el autor de la novela El Periquillo Sarniento (1816). Nace

en la ciudad de México, el 15 de noviembre de 1776 y muere en la misma ciudad en 1827.

Para los datos biográficos de este autor nos basamos en lo que está escrito sobre él en el

capítulo introductorio de la novela El Periquillo Sarniento26 y en los artículos críticos de Carol

M. Young27 y Jefferson Rea Spell28. No es nuestro objetivo enumerar todos los

acontecimientos que tienen lugar en la vida de José Joaquín Fernández de Lizardi, sino que

solamente intentamos esbozar una imagen general del autor. Prestamos más atención a su

carrera literaria porque es interesante averiguar lo que estimula a Lizardi a escribir su novela

El Periquillo Sarniento.

26

Se trata de la edición de Carmen Ruiz Barrionuevo, publicada en 1997. 27

El artículo se titula « Lizardi’s El Negro Sensible » (CLA journal 1981). 28

Se trata de dos artículos : « Fernández de Lizardi and His Critics » (Hispania 1928), y « New Light on Fernández de Lizardi and His El Periquillo Sarniento » (Hispania 1963).

51

En cuanto a su vida personal, sabemos que cuando tiene cuatro años ya tiene que

trasladarse a Tepotzotlán. Ingresa en el Colegio de Tepotzotlán y después regresa a México

para estudiar latín. En 1793 entra en el Colegio de San Ildefonso pero no llega a obtener el

grado de Bachiller a causa de la enfermedad que atrapa a su padre. Empieza a trabajar como

juez en Taxco. En 1805 se casa con Dolores Orendain. Cuando la ciudad de Taxco es

conquistada por los españoles, le acusan a Lizardi de haber colaborado con los insurgentes.

Después de una breve estancia en la cárcel, Lizardi empieza a trabajar como periodista en la

ciudad de México en 1811.

En 1808 aparece su primera obra literaria, el poema Polaca. En aquel poema honra a

Fernando VII, el rey de España. A partir de 1811 empieza realmente la carrera literaria de

Lizardi. Escribe folletos, poemas y periódicos con una clara preocupación social, política y

satírica. En 1812 se establece la Constitución de Cádiz que implica la libertad de imprenta en

México. Aparece el primer periódico de Fernández de Lizardi : El Pensador Mexicano. Desde

aquel momento el autor adopta el título del periódico como seudónimo. En su periódico

Lizardi aborda los problemas de su país pero a causa de las ideas reformistas que surgen en

sus artículos, Lizardi queda detenido por segunda vez. En marzo de 1813, con la llegada del

virrey Calleja, ponen en libertad a Lizardi. A partir de este momento, se nota un cambio en el

contenido de los artículos de Lizardi : quiere ganar el favor del nuevo virrey y por eso tiene

que suavizar un poco sus ideas. De esta manera pierde la simpatía tanto de los realistas

conservadores que sospechan de Lizardi de tener contactos con los rebeldes como de los

insurgentes que no tienen confianza en él porque adula al virrey y rechaza la violencia.

En 1816 aparece la primera novela de Fernández de Lizardi, El Periquillo Sarniento. La fuerte

censura que domina México en aquel período, obliga a Lizardi de renunciar al periodismo y

de empezar con escribir novelas que le ofrecen más posibilidades para expresar sus ideas

reformistas. No obstante, la censura prohíbe la publicación del cuarto y último tomo de El

Periquillo Sarniento. Estos dos tomos sólo se publican en 1831, cuatro años después de la

muerte del autor. Lizardi escribe algunas otras novelas entre 1817 y 1920 : Fábulas (1817),

Noches tristes (1818), La Quijotina y su prima (1818 y 1819) y Don Catrín de la Fachenda

(1920). En 1920 se establece la Constitución en México y a partir de este momento Lizardi se

dedica de nuevo al periodismo. En su folleto Chamorro y Dominiquín (1821) se declara en

52

favor de la separación de México de España. Sin embargo, no quiere participar en la

violencia a la que recurren los insurgentes. A causa de este folleto, Lizardi va a parar una vez

más a la cárcel. Más tarde, Lizardi cambia su actitud y se une con Iturbide y los insurgentes

para luchar con violencia por la independencia de México. En 1822, es excomulgado por su

Defensa de los francmasones.

En 1823 destronan a Iturbide, el emperador de México. A partir de aquel momento

empiezan las luchas entra federalistas y centralistas. Lizardi se encuentra al lado de los

federalistas. Va a parar otra vez a la carcél pero después de su liberación, empieza a publicar

él mismo sus escritos. El 29 de diciembre de 1823 consigue el levantamiento de la

excomunión. Entretanto, Fernández de Lizardi se ha puesto enfermo : sufre de tuberculosis.

En aquel momento, está trabajando en la segunda edición de El Periquillo Sarniento pero

sólo el primer tomo se publica durante su vida. En 1826 Lizardi publica el primer número de

su periódico Correo Semanario de México. En 1827 redacta el Testamento y Despedida del

Pensador Mexicano, en que expresa sus propias ideas acerca de la sociedad en México.

Lizardi declara en aquel texto que no cree en la infalibilidad del papa y tampoco en la

superstición religiosa. Este folleto incluye también el epitafio del autor: « Aquí yacen las

cenizas del Pensador Mexicano, quien hizo lo que pudo por su patria. »29

Fernández de Lizardi está impregnado de las ideas de la Ilustración americana del siglo XVIII.

Sus ideas de reformismo, filantropía, racionalismo, utilitarismo, liberalismo y la fe en el

hombre, tienen su origen en la ideología de la Ilustración. Lizardi pone en duda los dogmas

de la Iglesia Católica, la escolástica y la fidelidad política a las monarquías ibéricas. Lizardi

comienza su carrera literaria en el período de la independencia de México y del golpe de

estado de Hidalgo (1810). Hidalgo y los liberales están igualmente influidos por escritores

ilustrados como Rousseau, Voltaire o Diderot. Sin embargo, no rechazan totalmente la

Iglesia Católica sino que mantienen su fe religiosa.

En sus periódicos Lizardi difunde estas ideas ilustradas. De esta manera acceden a un nuevo

público de lectores que tiene ganas de discutir las nuevas ideas. La libertad de imprenta que

29

Fernández de Lizardi, José Joaquín. 1827. Testamento y despedida del Pensador Mexicano. México: Imprenta de la Testamentaría de Ontiveros

53

se establece en 1812 con la promulgación de la Constitución de Cádiz, juega también un

papel importante en el crecimiento de la popularidad del periodismo en México. Lizardi

publica en aquel año el primer número El Pensador Mexicano. En este periódico critica entre

otras cosas la Inquisición. Sin embargo, a partir de su estancia en la cárcel durante siete

meses, Lizardi se modera un poco en sus escritos, tratando con mayor frecuencia reformas

sociales y cívicas. En su segundo periódico, la Alacena de Frioleras, publicada por primera vez

en 1815, Lizardi trata temas satíricos y costumbristas como las corridas de toros, los

hospitales, el juego, etcétera. A partir de 1816 la carrera de Lizardi como periodista se

interrumpe y el autor empieza a escribir su primera novela, El Periquillo Sarniento. A partir

de 1820 reanuda su trabajo como periodista y publica aún seis periódicos y muchísimos

folletos. En el periódico El Conductor Eléctrico (1920) Lizardi defende la Constitución y critica

la Inquisición. El periódico El Amigo de la Paz y de la Patria aparece en el período anárquico

que sigue a la declaración de la independencia de México. En este periódico Lizardi elogia el

gobierno de Iturbide. En 1823 aparece El Payaso de los Periódicos y El Hermano del Perico

que Cantaba la Victoria. En este periódico de Lizardi, el periodista quiere alabar el

federalismo liberal y criticar el centralismo conservador a través de un diálogo entre el

Pensador y un perico que simboliza a Pitágoras. La última prueba de la carrera periodística

de Lizardi encontramos en el periódico Correo Semanario de México, publicado en 1826 y

1827. Al lado de la publicación de periódicos, Lizardi escribe también muchos folletos. Este

‘género’ le permite eludir la censura y acceder a un público amplio. El contenido de sus

folletos no difiere mucho de los temas abordados en sus periódicos. Su objetivo consiste en

difundir las ideas de libertad e instruir la moralidad a sus lectores.

Lizardi escribe también muchos poemas. A pesar de esto, no constituye el mejor poeta de su

tiempo. En 1808 publica su primer poema, la Polaca. Los años siguientes muchos de sus

poemas aparecen en el Diario de México, un periódico que circula en México en aquel

tiempo. Lizardi tiene una preferencia por la poesía satírica y las fábulas30 pero escribe

también poemas políticos y religiosos. Además, la poesía de Lizardi choca con la concepción

de literatura a que apoya la ‘Arcadia mexicana’. Según estas poetas la literatura tiene que

ser refinada, neoclásica. Utilizan la concepción literaria de los ‘árcades’ que constituye el

contrario de la concepción literaria de Lizardi, es decir que la obra literaria tiene que estar 30

Reúne sus fábulas en 1817 en su obra Fábulas.

54

escrita en un lenguaje popular y a veces vulgar. Sin embargo, las dos concepciones tienen en

común el deseo de transmitir, conforme con las ideas del siglo XVIII, un mensaje didáctico. El

afán por el didacticismo aparece en toda la obra poética de Lizardi.

Lizardi crea también algunas obras de teatro. El teatro en México en aquel tiempo se

caracteriza por el dominio del teatro de España : Lope de Vega, Calderón, Moreto, etcétera.

Además, las obras dramáticas mexicanas sufren la influencia del neoclasicismo de por

ejemplo Moratín e Iriarte. Lizardi no quiere crear este tipo de obras porque según él, estas

piezas de teatro ofrecen un mal ejemplo a los jóvenes. Para Lizardi el teatro tiene que ser

útil y verosímil. Aunque tiene buenas ideas en relación con la producción de obras de teatro,

no tiene grandes dotes de crear teatro él mismo. Sin embargo, los mismos temas que

aparecen en sus folletos, periódicos y poemas reaparecen en sus obras teatrales : mostrar

las problemas sociales y políticos de México y el carácter didáctico de sus obras.

En cuanto a las novelas que escribe Lizardi, la novela más conocida es El Periquillo Sarniento

(1816). No obstante, mencionamos también brevemente las características de las otras

novelas de Lizardi. En 1818 el autor publica la novela Noches tristes y día alegre. Para la

escritura de esta novela Lizardi se basa en la obra de Cadalso, Noches lúgubres. En el mismo

año escribe también La Quijotina y su prima pero la obra solamente se publica en 1831-

1832. En esta novela, como en El Periquillo Sarniento, el autor trata el tema de la educación.

La diferencia con El Periquillo Sarniento es que el protagonista no es un hombre sino una

mujer. En 1819-1820 crea la novela Don Catrín de la Fachenda, en que protagoniza « un

Periquillo sin los enfadosos comentarios didáctico-moralizantes ». (Barrionuevo 1997 : 33)

El Periquillo Sarniento constituye la primera novela hispanoamericana. Es una novela

moralizadora con un claro objetivo didáctico. El recurso a la novela tiene por Lizardi, además

de la razón de eludir la censura, también una razón de índole económica. Las novelas se

venden bien en aquel período y puesto que el autor tiene que vivir de la pluma, sus obras

literarias tienen que ser rentables. El modelo en que se basa Lizardi para escribir El Periquillo

Sarniento es la picaresca española. Resulta lógico que Lizardi recurra al género de la

picaresca porque existe una afinidad entre la picaresca y el periodismo, el género preferido

de Lizardi. Además, las novelas picarescas tienen una estructura clara y fácil a imitar. Se

55

puede entonces considerar la picaresca española como fuente primaria de El Periquillo

Sarniento. Entre los elementos picarescos que aparecen en la novela, mencionamos entre

otros el autobiografismo, el servicio a diferentes amos y el tono didáctico y moralizador. No

sólo la picaresca española influye en Lizardi, sino también algunas obras americanas con

elementos picarescos. Citamos como ejemplos la obra de Carlos de Sigüenza y Góngora, los

Infortunios de Alonso Ramírez (1680) y la novela de José Mariano Acosta Enríquez, El sueño

de sueños (principio del siglo XIX). En esta última novela aparece por primera vez el lépero,

el pícaro mexicano. Por último, es importante tener en cuenta que la picaresca que adopta

Lizardi para su novela El Periquillo Sarniento sufre la influencia de las ideas ilustradas de

entre otros Rousseau. Sin embargo, Lizardi no adopta todas las ideas de los ilustrados

franceses : por ejemplo, no quiere abandonar su fe cristiana. Por esta razón sería mejor

clasificar a Lizardi entre los ilustrados españoles. En último lugar, mencionamos que Lizardi,

en El Periquillo Sarniento, se dirige a los lectores de su época. Para aumentar la verosimilitud

de la historia, Lizardi crea en su obra contextos localizables por los lectores. De esta manera

los lectores se pueden reconocer en Periquillo. En la novela figuran también varios tipos

sociales representados por personajes típicos de los diferentes ámbitos sociales de la

sociedad de México.

Después de haber transcurrido la carrera literaria de Lizardi, nos centramos ahora en los

críticos del autor. Lizardi constituye durante toda su carrera literaria el centro de mucha

controversia por no ocupar en su vida definitivamente una posición en contra o en favor de

la revolución. De esta manera no le cogen simpatía a Lizardi. Además, el autor no tiene

realmente el objetivo de escribir literatura de modo que le critican continuamente su estilo,

su lengua, etcétera. Otra polémica reside en la convicción religiosa del autor : por una parte

Lizardi pretende ser católico, por otra parte su obra es censurada por el clero a causa de su

contenido anticlerical. Además el autor es condenado y excomulgado por la Inquisición.

Se puede clasificar los críticos de Lizardi en tres grupos : los que critican la literatura de

Lizardi, los que critican su punto de vista político y los que critican su reproducción del

ambiente religioso de aquel tiempo. (Spell 1928 : 233) A partir de 1811 critican a Lizardi

porque vende sus poemas como panfletos en la calle. Se trata de los críticos Juan María

Lacunza y Mostaza. Estos críticos publican artículos dirigidos contra Lizardi, mientras que

56

Lizardi los responde en los mismos periódicos. Al aparecer en 1812 el primer periódico de

Lizardi, El Pensador Mexicano, en que trata problemas políticos, acaban con criticar la poesía

de Lizardi. Sin embargo, en el mismo año se suprime la libertad de expresión y encarcelan a

Lizardi. Un año después le ponen en libertad pero entretanto el autor ha perdido todos sus

amigos. En 1815 publica dos revistas que tratan de problemas sociales en vez de políticos :

La Alacena de frioleras y Caxoncito de la Alacena. En 1816 aparece la primera novela de

Lizardi, El Periquillo Sarniento. La novela ofrece más oportunidades al autor para expresar su

ideas reformistas que los periódicos que están bajo fuerte censura en aquella época. Cuando

en 1820 se restablece la libertad de expresión, Lizardi vuelve a escribir panfletos. Sin

embargo, la obra de Lizardi sólo empieza a ser apreciada por los críticos después de la

muerte del autor.

Concluimos este apartado sobre el autor de El Periquillo Sarniento con lo que dice J.R. Spell

al final de su artículo Lizardi and His Critics : « One by one many reforms which he [Lizardi]

outlined have been accomplished; others are still subject of debate. But above all, Lizardi’s

pamphlets served to promote discussion among his own people; he aroused in others the

need to become what he himself was called – a thinker.” (1928: 245)

2.1.2. Sumario de El Periquillo Sarniento

La historia comienza con Pedro Sarmiento que anuncia que va a escribir la historia de su

vida. Se dirige a sus hijos porque quiere ponerles a la altura de los peligros de la vida.

Comenzando la historia de su vida con relatar sobre su niñez, señala que como niño vive con

su padre, un hombre inteligente, su madre, una mujer cándida y la nana Tomasa. Cambia

muchas veces de escuela pero finalmente llega a obtener el grado de bachiller en filosofía.

Sus padres lo envían a la hacienda de don Martín donde encuentra a Juan Largo, un ex

compañero de clase. Sin embargo Periquillo no puede quedarse en la hacienda puesto que

su padre le da ocho días para reflexionar sobre lo que quiere hacer con su vida. Martín

Pelayo le convence de estudiar para clérigo. Sin embargo, cuando su padre se entera de que

Periquillo no asiste a las clases, decide ponerle en un convento. Algún tiempo después el

padre de Periquillo fallece y Periquillo decide salir del convento y volver a vivir con su madre.

Cuando también muere su madre, Periquillo ya no puede pagar la renta de la casa y se huye.

57

Encuentra a Juan Largo que inicia a Periquillo en conocer los secretos del robo y del engaño.

Sin embargo, ayudando a Juan Largo durante un robo, Periquillo es detenido y puesto en la

cárcel. Ahí encuentra a Antonio Sánchez que le cuenta la historia de su encierro injusto. Al

salir de la cárcel, Antonio deja sus cosas a Periquillo pero los otros presos le roban todo. Un

día un payo pide a Periquillo si quiere escribir dos cartas para él. Al leer estas cartas de

Periquillo, el escribano Chanfaina decide poner en libertad a Periquillo y ofrecerle un puesto.

Constituye el primer amo de Periquillo pero dentro de poco Periquillo ya se entera del

carácter perverso de su amo. Después de haber permanecido algún tiempo en la casa del

escribano, Periquillo tiene que huirse a causa de un conflicto. Pasa a su segundo amo, un

barbero y después a su tercero amo, un boticario. Su cuarto amo es el doctor Purgante.

Después de haber trabajado ocho meses para él, Periquillo le roba sus títulos, libros, recetas,

una bata, etcétera, y se pone en camino hacia Tula donde se hace pasar por médico. Sin

embargo, su carrera como doctor no dura mucho tiempo. Con el dinero que obtiene de la

venta de las cosas del doctor Purgante, compra un billete de lotería. Gana mucho dinero y

compra una casa amueblada con un sirviente y una cocinera. Dentro de poco Periquillo se

casa con Mariana, una chica de dieciséis años. Sin embargo Periquillo siente más amor por la

cocinera Luisa que por su mujer. Entonces, cuando su mujer muere, encuentra de nuevo a

Luisa pero ella ya está casada. Tiempo después, Periquillo trabaja como aprendiz de un

sacristán. Un día, Periquillo y el hijo del sacristán deciden robar las joyas del cadáver de una

mujer. A causa de esto pierde su oficio. Entonces, un subdelegado le ofrece un empleo en su

casa en Tixtla. Durante la ausencia del subdelegado, Periquillo gasta mucho dinero del

subdelegado. Pierde de nuevo su oficio y va a parar otra vez a la cárcel. Sin embargo,

consigue en obtener que durante ocho años puede estar al servicio de un coronel que le

lleva consigo a Manila. Con la muerte del coronel, Periquillo recibe tres mil pesos y decide

regresar a su patria, México. Sin embargo, el barco en que Periquillo se encuentra, naufraga.

Periquillo sobrevive con la ayuda de algunos pescadores chinos que le llevan a su isla

Saucheofú, donde Limahotón, el hermano del virrey, le acoge. Periquillo le dice que en su

patria es un conde pero durante el viaje de vuelta a México, el chino se entera de que es una

mentira. De esta manera, el chino lo considera como su criado. Sin embargo, un incidente en

la casa del chino causa la partida obligatoria de Periquillo de la casa. Periquillo se desespera

y quiere ahorcarse pero no lo logra. Llegado a Puebla, Periquillo se une con algunos amigos

que se meten en asaltos a ciudadanos. Cuando un día sus dos amigos mueren, se escapa. En

58

su camino encuentra el cadáver de Juan Largo. Regresa a México donde se confesa de sus

pecados. Su confesor es Martín Pelayo y éste le ayuda a encontrar un puesto como

administrador del mesón del pueblo. Un día llegan al mesón don Antonio, su mujer y su hija.

Periquillo declara su amor por la hija de Antonio y algún tiempo después, los dos se casan. Al

morir su amo, Periquillo hereda sus bienes. Luego, ya estando enfermo, Periquillo deja a

Lizardi, el Pensador Mexicano, sus cuadernos para que los corrija. Al final de la novela Lizardi

toma la palabra, reproduciendo el testamento de Periquillo y describiendo las últimas horas

de él. Entonces, concluimos que « la autobiografía de Periquillo Sarniento se presenta como

un testimonio espiritual confiada a un cierto Lizardi para que la publique. » (Van Praag-

Chantraine 1979 : 1054)

2.1.3. Presencia del contexto histórico-social

Antes de pasar al análisis formal de los elementos contextuales en El Periquillo Sarniento,

esbozamos la imagen del contexto histórico-social real en que J. J. Fernández de Lizardi

escribe su novela. Para esto nos basamos en lo que plantean, entre otros, Catherine Beroud

(1979), Jacqueline van Praag-Chantraine (1979) y J.R. Spell (1925). En primer lugar seguimos

a J.R. Spell que enumera los aspectos positivos de la ciudad de México y su región en aquel

tiempo (1925 : 146-147). Hace referencia a la buena situación geográfica de la ciudad, al

buen clima y a las tierras fértiles, a los palacios, las iglesias y los monasterios, semejantes a

aquéllos en las grandes ciudades en Europa. Estos edificios fueron erigidos por los

colonizadores españoles con el dinero que obtenían del oro de las minas mexicanas. Por lo

contrario, la situación social de México de aquel tiempo revela una imagen más bien

negativa de la ciudad de México y de sus alrededores. J.R. Spell se refiere a « the unequal

distribution of wealth » (1925 : 147). En general, la población en México se organiza en tres

clases sociales : la clase de los ricos, que forma un grupo pequeño, la clase media cuyos

‘miembros’ se comportan como ricos pero que en realidad no poseen mucho dinero y la

clase baja a la que pertenece la mayor parte de la población nativa y que está por lo general

ignorante y menesterosa.

Al escribir la novela, Lizardi se encuentra entonces en un México en plena transición : se está

acabando la época colonial y ya surgen los primeros índices de la Independencia. Este

59

período de transición implica muchas transformaciones en la vida política y social de México.

En primer lugar, Beroud hace referencia a la fragmentación de la organización de la política

colonial, causada por la llegada a México de las ideas revolucionarias que servían como base

para las luchas de independencia en América y en Francia (1979 : 1041). En segundo lugar, la

situación social sufre también una transformación. Las ideas liberales de los franceses se

difunden en «la clase social acomodada y semiacomodada que […] se [siente] frustrada al

verse apartada del poder.» (Beroud 1979 : 1041-1042) Estas ideas chocan con las ideas

tradicionales de las clases altas y bajas. En tercer lugar, surge un sentimiento de

« americanismo » (Beroud 1979 : 1042) entre los criollos. Van Praag-Chantraine (1979 :

1049) llama la atención al hecho de que los padres de Lizardi son también criollos. Este

grupo de población ya no acepta el predominio de los colonizadores en su tierra y día tras

día el deseo de independencia incrementa entre ellos. Van Praag-Chantraine lo formula así :

« A comienzos del siglo XIX y en vísperas de una independencia aún insegura, los criollos

vivían ansiosamente en la Nueva España la transformación ideológica y social de Europa. »

(1979 : 1050) En cuarto lugar, se trata en aquel período de « una sociedad en crisis que

[busca] su identidad » (Beroud 1979 : 1042) La sociedad conta cada vez más mendigos,

léperos, etcétera. La observación de estos individuos constituye el punto de partida para la

novela de Lizardi. Según Lizardi, la situación de éstos es culpa de la clase media porque esta

clase, a causa de su sentimiento de honor, se niega a aprender un oficio y a dedicarse al

comercio (Spell 1925 : 147).

En los párrafos siguientes intentamos hacer un análisis de la forma en que el contexto

sociohistórico aparece en El Periquillo Sarniento. Partiendo de la lectura de la novela nos

parece que los aspectos contextuales aparecen en la mayoría de los casos bajo digresiones

extensas y elaboradas. Se trata sobre todo de reflexiones por parte del pícaro en que se

aborda un elemento o problema especial de la sociedad en que vive el pícaro. Citamos por

ejemplo a lo que opina Periquillo de los errores ortográficos que comete su profesor :

Ya ven ustedes qué expuesto está a escribir mil desatinos el que carece de

instrucción en la ortografía, y cuán necesario es que en este punto no os descuidéis

con vuestros hijos. Es una lástima la poca aplicación que se nota sobre este ramo en

nuestro reino. No se ven sino mil groseros barbarismos todos los días escritos

60

públicamente en las velerías, chocolaterías, estanquillos, papeles de las esquinas y

aun en el cartel del Coliseo : Es corriente ver una mayúscula entremetida en la mitad

de un nombre o verbo, unas letras por otras, etc. […]

¿Qué juicio tan mezquino formará un extranjero de nuestra ilustración cuando

vea semejantes despilfarros escritos y consentidos públicamente no ya en un pueblo,

sino nada menos que en México, en la capital de las Indias Septentrionales, y a vista y

paciencia de tanta respetable autoridad y de un número de sabios tan acreditados en

todas facultades ? ¿Qué ha de decir ni qué concepto ha de formar sino de que el

común del pueblo (y eso si piensa con equidad) es de lo más vulgar e ignorante, y que

está enteramente desatendido el cuidado de su ilustración por aquellos a quienes

está confiada ? […]

Pues aún no es esto todo lo malo que hay en el particular, porque es una

lástima ver que este defecto de ortografía se extiende a muchas personas de fina

educación, de talentos no vulgares, y que tal vez han pasado su juventud en los

colegios y universidades ; de manera que no es muy raro oír un bello discurso a un

orador, y notar en este mismo discurso escrito por su mano sesenta mil defectos

ortográficos. Y a mí me parece que esta falta se debe atribuir a los maestros de

primeras letras, que o miran este punto tan principal de la escritura como mera

curiosidad o como requisito no necesario, y por eso se descuidan de enseñarlo a sus

discípulos, o enteramente lo ignoran, como mi maestro, y así no lo pueden enseñar.

(Lizardi 1997 : 120-122)

Entonces, Lizardi provee diversas páginas de su novela para la elaboración del pensamiento

de Periquillo. De esta manera revela el contexto histórico-social en que vive el protagonista,

es decir, una sociedad que carece de un buen sistema de enseñanza. Además de recurrir a

digresiones extensas, Lizardi opta a veces también por expresar los elementos contextuales

bajo alusiones breves en diálogos. En estos casos se trata de referencias breves a fenómenos

de la sociedad en que vive el protagonista. Por ejemplo en el capítulo V del tercer tomo, el

subdelegado llama a Periquillo, que se finge un médico, a rendir cuentas ante el cura.

Durante la disputa entre los dos, se revela algunos aspectos del contexto histórico-social en

que vive Periquillo. Además, recurriendo a la forma del diálogo, Lizardi, a través del discurso

de Periquillo, puede explícitamente criticar el cura :

61

Se acabó de incomodar el cura con esta impolítica reprehensión, y parándose

del asiento, alzándose el birrete y dando una palmada en la mesa me dijo : - Poco a

poco, señor doctor, o señor charlatán. Advierta usted con quién habla, en qué parte,

cómo y delante de qué personas. ¿Ha pensado usted que soy algún topile o algún

barbaján para que se altere conmigo de ese modo y quiera regañarme como a un

muchacho ? ¿O cree usted que porque lo he llevado con prudencia me falta razón

para tratarlo como quien es, esto es, como a un loco vano, pedante y sin educación ?

Sí, señor, no pasa usted de ahí ni pasará en el concepto de los juiciosos, por más

latines y más despropósitos que diga…

El subdelegado y todos, cuando vieron al cura enojado, trataron de serenarlo ; y

yo, no teniéndolas todas conmigo, porque a las voces salieron todos los indios que ya

habían acabado de comer, le dijo muy fruncido : —Señor cura, usted dispense, que si

erré fue por inadvertencia y no por impolítica, pues debía saber que ustedes los

señores curas y sacerdotes siempre tienen razón en lo que dicen, y no se les puede

disputar sin exponerse a una de éstas ; y así lo mejor es callar y no ponerse con

Sansón a las patadas. Ne contendas cum potentioribus, dijo quien siempre ha hablado

y hablará verdad.

—Vean ustedes, decía el cura ; si yo no estuviera satisfecho de que el señor

doctor había sin reflexión lo primero que se le viene a la boca, ésta era mano de

irritarse más ; pues lo que da a entender es que los sacerdotes y curas, a título de

tales, se quieren siempre salir con cuanto hay, lo que ciertamente es un agravio no

sólo a mí, sino a todo el respetable clero ; pero repito que estoy convencido de su

modo de producir[se] ; y así es preciso disculparlo y desengañarlo de camino ; y

volviéndose a mí, me dijo : ―Amigo, no niego que hay algunos eclesiásticos que, a

título de tales, quieren salirse con cuanto hay como usted ha dicho ; pero es

menester considerar que éstos no son todos, sino uno o otro imprudente que en esto

o en cosas peores manifiestan su poco talento y acaso vilipendian su carácter ; mas

este caso, fuera de que no es extraño, pues en cualquiera corporación por pequeña y

lucida que sea no falta un díscolo, no debe servir de regla para hablar

atropelladamente de todo el cuerpo. (Lizardi 1997 : 568-570)

62

En último lugar hacemos referencia a una particularidad de la novela de Lizardi en cuanto a

la representación de los elementos contextuales, es decir, la inserción de imágenes en la

historia. A través de diez imágenes que ilustran la novela – nos basamos en la versión de

Carmen Ruiz Barrionuevo de El Periquillo Sarniento (1997) – el contexto histórico-social se

manifiesta ante los lectores.31 Resulta muy interesante analizar qué fin tienen estas

imágenes32 en la novela. Según Vogeley, Lizardi quiere que el lector tanto oiga como vea el

mensaje moral de la novela (2001 : 145).33 Según la misma crítica, Lizardi, mediante el uso de

imágenes en su texto, « shows his awareness of a book’s visual and auditory dimensions. »

(2001: 145) El apéndice 1 de este trabajo contiene una imagen que figura en El Periquillo

Sarniento de Carmen Ruiz Barrionuevo en el capítulo dos del primer tomo. Vogeley (2001)

hace referencia a la misma imagen, describiendo lo que representa: a la izquierda surge un

clérigo erudito que acaba de entrar en la clase de Periquillo y que ve bajo la imagen de la

Inmaculada Concepción, un verso mal escrito. El clérigo reprende al profesor que a causa su

uso incorrecto de los signos de puntuación, ha cambiado el sentido del verso (Vogeley 2001).

El texto correcto sería:

Pues del Padre celestial

fue María la hija querida,

¿no había de ser concebida

sin pecado original ?

(Romero 1962: 120) 31

En algunos estudios sobre El Periquillo Sarniento, por ejemplo en la obra de Nancy Vogeley (2001), y en la obra de Beatriz de Alba-Koch (1999), se hace referencia a aún más imágenes que figuran en las versiones más antiguas de la novela. Magali M. Carrera, por su parte, señala que la versión original del Periquillo Sarniento contiene 36 imágenes grabadas (2003 : 130). Para nuestro análisis del contexto histórico-social no importa realmente el número de imágenes sino que resulta más interesante observar qué fin tienen estas imágenes en la obra de Lizardi. 32

Algunos críticos comparan los imágenes de la novela de Lizardi con la pintura de castas. Sin embargo, según Beatriz de Alba-Koch, no son iguales : « Las ilustraciones del Periquillo, a diferencia de la pintura de castas, ofrecen una mirada reflexiva en donde el reconocimiento de la diversidad racial es dramatizado. En ellas se enfatiza lo que la pintura de castas no admite, y es que en la Nueva España la interacción entre los grupos raciales es violenta. No obstante cierta comicidad, pues el Periquillo y sus ilustraciones no dejan de ser satíricos, es en la obra de Fernández de Lizardi que se encuentra una de las visualizaciones más claras de este tipo de violencia en las postrimerías del periodo virreinal. » (Alba-Koch 1999 : 106) Para saber más sobre este tema, véase la obra de Alba-Koch, Beatriz. 1999. Ilustrando la Nueva España : Texto e imagen en El Periquillo Sarniento de Fernández de Lizardi. Cáceres : Universidad de Extremadura, Servicio de Publicaciones. 33

Juan Carlos Ramírez-Pimienta señala también otra función de estas imágenes : tomando en consideración que gran parte de la población estuvo analfabeto, « el escritor concibió su libro como una especie de ‘comic’ primitivo, es decir, se aseguró que tuviera un gran número de ilustraciones que hacían su lectura más fácil. » (Ramírez-Pimienta 1998 : 230)

63

Pues, el profesor de Periquillo no sabe usar correctamente los signos de puntuación porque

escribe lo siguiente, modificando así el sentido:

¿Pues del Padre celestial

fue María la hija querida ?

No, había de ser concebida

sin pecado original.

(Romero 1962: 120)

Mediante una imagen que acompaña el texto, Lizardi puede intensificar la denuncia de algún

elemento contextual. En nuestro ejemplo se trata de la crítica que tiene Lizardi sobre la

ignorancia de los profesores mexicanos. La inserción de algunas imágenes funciona entonces

como complemento de la elaboración textual del contexto histórico-social que se efectúa a

través de digresiones extensas o alusiónes breves en diálogos.

Al fin, hacemos referencia a una observación interesante de Nancy Vogeley. Nos revela que

el punto de vista desde que Lizardi nos transmite la historia no constituye la perspectiva de

la clase privilegiada y tampoco la de la clase baja (1987a : 464). Además, basándose en el

argumento que se trata de una autobiografía, añade que ni siquiera constituye el punto de

vista de un moralista que se encuentre fuera de la historia. Llega a la conclusión que Lizardi,

como criollo, contempla las estructuras sociales de la colonia con sentimientos encontrados.

De esta manera Lizardi « used the narrative mode both for purposes of literal recording and

imaginative relief. » (Vogeley 1987a: 464) Tenemos que tener esto en cuenta al analizar los

elementos contextuales en la novela porque es a través de este punto de vista que Lizardi

describe el contexto sociohistórico en la novela.

2.1.4. Función del contexto histórico-social

2.1.4.1. Telón de fondo

La función básica del contexto histórico-social consiste en constituir un telón de fondo para

la historia. Por lo general, el telón de fondo del Periquillo Sarniento constituye el

« desplazamiento de Pedro Sarmiento a través de una serie no casual de espacios públicos y

64

privados que constituyen la cotidianeidad virreinal. » (Moraña 1989 : 114-115) Los

elementos contextuales sirven entonces sobre todo para delimitar el espacio temporal y

geográfico en que se desarrolla la historia. Periquillo mismo relata a sus lectores que nació

« en México, capital de la América Septentrional en la Nueva España » (Lizardi 1997 : 106).

Nos da también una indicación del tiempo en que se desarrolla la historia : « nací en esta rica

y populosa ciudad por los años de 1775, de unos padres no opulentos » (Lizardi 1997 : 106).

Estos datos específicos confirman lo que señala Magali M. Carrera (2003). Según ella, la

novela ofrece a sus lectores « an amazing journey through late-colonial Mexico City. »

(2003 : 126)

J.R. Spell, en su artículo « The Historical and Social Background of El Periquillo Sarniento »

(1956), describe los elementos reales del contexto histórico-social en la novela de Lizardi. El

artículo contiene un mapa de la ciudad de México (en el período 1793-1830) en que están

indicados los lugares reales a los que se refiere Lizardi en su novela. Mencionamos, por

ejemplo, el colegio San Ildefonso adonde va Periquillo para estudiar filosofía. Citamos a

Periquillo : « Acabé mi gramática, como os dije, y entré al máximo y más antiguo colegio de

San Ildefonso a estudiar filosofía, bajo la dirección del doctor don Manuel Sánchez y Gómez,

que hoy vive para ejemplar de sus discípulos. » (Lizardi 1997 : 158) Este colegio34 existe

realmente en el momento en que Lizardi está escribiendo su novela. (Spell 1956 : 449)

2.1.4.2. Crítica de la sociedad

Mediante el contexto histórico-social, Lizardi transmite también su crítica sobre la sociedad

de su tiempo, es decir, el México de la colonia. Lizardi siente un gran amor por su patria pero

tiene que ser muy patético para el escritor ver la región de la ciudad de México como un

lugar lleno de prácticas corruptas y de miseria (Spell 1925 : 146). Zapatero plantea que

Lizardi, en su obra, lanza

[…] un furibundo ataque contra la labor de los españoles en México durante el

período colonial, responsables de una educación paupérrima, de una organización

34

Este colegio se estableció en 1585 y llegó a ser importante a partir de 1618, cuando fusionó con el Colegio de San Pedro y San Pablo. (Spell 1956 : 449n)

65

política que excluye a los criollos como Fernández de Lizardi de los puestos de poder

y de una serie de lacras sociales que inducen al pecado. (2006 : 1)

Revelando, mediante el contexto histórico-social en su novela, los abusos de varios grupos

sociales de su sociedad, Lizardi llega a criticar estas maldades. Por ejemplo, en cuanto a los

gastos enormes que lleva consigo un funeral de un rico mexicano, Periquillo no deja de

expresar su crítica. Además el pícaro expresa también su crítica sobre los pobres que, según

él, no se comportan mejor que los ricos:

Toda esta bambolla [del entierro] cuesta un dineral, y a veces en estos gastos

tan vanos como inútiles se han notado abusos tan reprehensibles que obligaron a los

gobernantes a contenerlos por medio de las leyes, mandando éstas que siendo los

gastos de los funerales excesivos, atendidos los haberes y calidad del difunto, los

modifique el juez del respectivo domicilio.

Entra aquí la grave dificultad para saber cuándo no hay exceso en estos gastos.

Confieso que será muy rara la vez que el juez pueda decidir en este caso, porque casi

siempre le faltarán los conocimientos interiores del estado de las cosas del finad ; y

así sólo podrá determinar el exceso con atención a su calidad. […]

A proporción de los abusos que se notan en los entierros de los ricos, se

advierten casi los mismos en los de los pobres ; porque como éstos tienen vanidad,

quieren remedar en cuanto pueden a los ricos. No convidan a los del Hospicio, ni a

los trinitarios, ni a muchos monigotes, ni se entierran en conventos, ni en cajón

compuesto, ni hacen todo lo que aquéllos no porque les faltan ganas, sino reales. Sin

embargo, hacen de su parte lo que pueden. Se llaman a otros viejos contrahechos y

despilfarrados que se dicen hermanos del Santísimo ; pagan sus siete acompañados,

la cruz alta, su cajoncito ordinario, etc., y esto a costa del dinero que antes de los

nueve días del funeral suele hacer falta para pan a los dolientes. (Lizardi 1997 : 280-

281)

Mabel Moraña plantea que Periquillo, al vagar por diversas tierras, se encuentra con « las

instituciones que componen el aparato (represivo) de Estado (instituciones de gobierno,

administración, policía, tribunales, prisiones) » y con las instituciones que componen el

66

« aparato ideológico del Estado (instituciones religiosas, sistema escolar, familiar, jurídico,

informativo y de producción cultural en sentido amplio) ». (Moraña 1989 : 116) Mediante los

contactos con estas instituciones mexicanas y los representantes de éstas, por ejemplo un

profesor, un clérigo, etc., el contexto histórico-social se forma. Además, este recurso ofrece

la posibilidad a Lizardi de criticar los elementos contextuales. Relacionado con esta idea,

Moraña evoca que Lizardi fija su crítica en « el nivel de los micropoderes de la sociedad

civil » (1989 : 123). Según Moraña, constituye una muestra de la fragmentación total del

imperio. Se trata en la mayoría de los casos de acontecimientos anecdóticos en la vida de

Periquillo que representan una problemática mayor en la totalidad de la sociedad. Hacemos

referencia, por ejemplo, a las prácticas corruptas del escribano Chanfaina que representan la

corrupción generalizada en la sociedad mexicana. Periquillo entra en contacto con este

hombre durante su estancia en la cárcel. La función del escribano consiste normalmente en

tomar declaración de los prisioneros. Sin embargo, modifica las declaraciones de tal manera

que siempre resulten favorables para él (J.R. Spell 1925 : 151). Además, Chanfaina consigue

a poner a Periquillo en libertad, ofreciéndole un puesto en su casa. Sin embargo, después de

haber pasado algunos días en la casa de su nuevo amo, Periquillo ya se da cuenta del

carácter corrupto de Chanfaina :

Si tanta determinación tenía el amigo Chanfaina para cometer un atentado

semejante, ¿cuánta no tendría para otorgar una escritura sin instrumentales, para

recibir unos testigos falsos a sabiendas, para dar una certificación de lo que no había

visto, para ser escribano y abogado de una misma parte, para comisionarme a tomar

una declaración, para omitir poner su signo donde se le antojaba, y para otras

ilegalidades semejantes ? Todo lo hacía con la mayor frescura, y atropellaba con

cuantas leyes, cédulas y reales órdenes se le ponían por delante, siempre que entre

ellas y sus trapazas mediaba algún ratero interés ; y digo ratero, porque era un

hombre tan venal que por una o dos onzas, y a veces por menos, hacía las mayores

picardías.

A más de esto era de un corazón harto cruel y sanguinario. El infeliz que caía en

sus manos por causa criminal bien se podía componer si era pobre, porque no

escapaba de un presidio cuando menos ; y se vanagloriaba de esto altamente

teniéndose por un hombre íntegro y justificado, jactándose de que por su medio se

67

había cortado un miembro podrido a la república. En una palabra, era el hombre

perverso a toda prueba. (Lizardi 1997 : 482)

Lizardi, a través de Periquillo, critica también la costumbre del juego en aquella época en

México. Como señala J.R. Spell, la parte de la novela que trata de las experiencias de

Periquillo como jugador constituye uno de los más importantes documentos sobre esta

temática de la vida social en México. (1956 : 455) Para reforzar aún el cuadro realista que

quiere esbozar Lizardi, utiliza la jerga típica de los jugadores de cartas deshonestos o, en

general, de los bajos fondos de la sociedad. En la cita siguiente, Periquillo habla con Juan

Largo, apodado Januario, sobre las reglas del juego :

Así se pasó la mañana hasta que dieron las doce, a cuya hora nos fuimos al

mesón ; sacamos veinte y cinco pesos del puntero, y nos fuimos al juego.

En el camino dije a Januario : —Hombre, si van los payos, donde nos acierten un

albur, nos lleva Judas. —No nos llevará, me dijo, ¡ojalá vayan ! ¿Pues tú piensas que

está en ellos el errar o el acertar ? No, hijo, está en mis manos. Yo los conozco y sé

que juegan la apretada figura ; y así les amarro los albures de manera que si ponen

poco, dejo que venga la figura ; y si ponen harto, se las subo al lomo del naipe. Eso

malo tiene el jugar cartas de afición o una regla fija.

—¿Pues qué, tiene reglas el juego ?, le pregunté. Y me dijo : —Lo que los

tahúres llaman reglas no es sino un accidente continuado (en barajando bien),

porque venga el cuatro contra la sota, es un accidente ; que venga después el siete

contra el rey, es otro accidente ; que venga el cinco contra el caballo, es otro ; y así

aunque se hagan diez o veinte contrajudíos, no son más que diez o veinte accidentes,

o un accidente continuado. No hay mejor regla ni más segura que los zapotes,

deslomadas, rastrillazos, y otras diligencias de las que yo hago, y aun éstas tienen su

excepción, que es cuando se las advierten a uno y le ganan con su juego ; por eso

dice uno de nuestros refranes que contra vigiata35 no hay regla. Lo demás de judía,

contrajudía, pares y nones, lugar y todas ésas, son entusiasmos, preocupaciones y

35

Carmen Ruiz Barrionueva explica el sentido de la palabra vigiata en su versión del Periquillo Sarniento : « la acción de espiarse las cartas de los jugadores. » (1997 : 363n)

68

vulgaridades en que vemos que incurren todos los días hombres por otra parte nada

vulgares ; pero parece que en el juego nadie es dueño de su juicio.

Ten, pues, entendido que no hay más que dos reglas : La suerte y la droga.

Aquélla es más lícita ; pero ésta es más segura. (Lizardi 1997 : 363-364)

A este episodio sigue otro en que Periquillo se encuentra en un hospital denunciando los

abusos y la carencia de cuidado médico en este hospital. Según J.R. Spell, se puede

considerar la situación en el hospital, que aparece en la novela sin referencia explícita a un

verdadero hospital, como representativo de la situación en todos los hospitales mexicanos

en aquella época (1956 : 457). Citamos a Periquillo que está relatando sobre sus experiencias

en el hospital :

Por un yerro de cuenta me pusieron a mí en la sala de medicina debiéndome

haber zampado en la de cirugía, y esta casualidad me hizo advertir los abusos que voy

contando. Sin duda en mi cama, que era la 60, había muerto el día antes algún pobre

de fiebre, y el médico sin verme ni examinarme sólo vio el recetario y el número de la

cama, y creyendo que yo era el febricitante, dijo : —Número 60, cáusticos y líquidos.

—¡Cáusticos y líquidos !, exclamé yo, por María Santísima, que no me martiricen ni

me lastimen más de lo que estoy. Ya que ayer no me mató el payo a palos, no

quieran ustedes, señores, matarme hoy de hambre, ni a quemadas.

A mis lamentos, hicieron advertir al doctor que yo no era el febricitante, sino un

herido. Entonces, cargándose de razón para encubrir su atolondramiento, preguntó :

—¿Pues qué hace aquí ?, a su sala, a su sala.

Así se concluyó la visita y quedamos los enfermos [entregados] al brazo secular

de los practicantes y curanderos. De que yo vi que a las once fueron entrando dos

con un cántaro de una misma bebida, y les fueron dando su jarro a todos los

enfermos, me quedé frío. ¿Cómo es posible, decía yo, que una misma bebida sea a

propósito para todas las enfermedades ? Sea por Dios. (Lizardi 1997: 376-377)

En cuanto a la actitud de Lizardi frente a la religión, observamos un rechazo parcial del

catolicismo. Por un lado, Lizardi critica duramente los abusos de la Iglesia y de sus

69

instituciones. Por ejemplo, el padre de Periquillo, en un intento de impedir que su hijo

emprenda los estudios de teología, revela la ignorancia de los clérigos :

En efecto, hijo, yo conozco varios vicarios que, imbuidos en la detestable máxima que

te han inspirado de que no es menester saber mucho para ser sacerdotes, y mirando

por desgracia que algunos han soltado el acocote para tomar el cáliz, o se han

desnudado la pechera de arrieros para vestirse la casulla, se han echado con las

petacas y se han metido a los que no eran llamados. (Lizardi 1997 : 224)

Por otro lado, J.R. Spell (1925 : 153) observa que la descripción de un sacerdote inmoral o

corrupto siempre está contrastada con la descripción de un sacerdote que posee todas las

cualidades requeridas de un buen sacerdote. Hacemos referencia al episodio en que una

pobre pide dinero a su cura para que pueda enterrar su marido. Este cura se niega a

ayudarle, lo que demuestra su carencia total de caridad, pero el cura de Chilapa sí le ayuda.

En esta escena Lizardi quiere claramente contrastar el cura corrupto con el cura de buen

corazón. Entonces, Lizardi no nos da una visión unilateral de los sacerdotes de su tiempo

sino que señala que existen, además de los curas corruptas, también curas virtuosos.

En último lugar, observamos una fuerte crítica contra el sistema mexicano de enseñanza y la

formación que reciben los mexicanos de sus padres. J.R. Spell evoca esta idea también,

formulándolo así : “[…] Lizardi did not neglect to point out other weak spots in the social

fabric of Mexico. He struck at what he considered the roots of many of the evils – the home

and the school.” (1987: 154) En primer lugar, hacemos referencia a los padres de Periquillo

que no consiguen dar una formación general a su hijo. Periquillo, ya como personaje adulto,

reflexiona sobre esto :

Es menester que sepáis, hijos míos (por si no os lo he dicho), que mi padre era de

mucho juicio, nada vulgar, y por lo mismo se oponía a todas las candideces de mi

madre ; pero algunas veces, por no decir las más, flaqueaba en cuanto la veía afligirse

o incomodarse demasiado, y ésta fue la causa por que yo me crié entre bien y mal, no

sólo con perjuicio de mi educación moral, sino también de mi constitución física.

(Lizardi 1997 : 111)

70

En segundo lugar, referimos a algunos pasajes en la novela en los que Lizardi expresa su

crítica contra el sistema de enseñanza en México. Una vez más Lizardi opta por la técnica de

denunciar las maldades de un maestro específico de Periquillo para representar a la

ignorancia generalizada de los profesores en las escuelas mexicanas. Periquillo, observando

su propio maestro, enumera tres elementos que no le parecen aceptables:

En primer lugar, era un pobre, y emprendió este ejercicio por mera necesidad y sin

consultar su inclinación y habilidad ; no era mucho que estuviera disgustado como

estaba, y aun avergonzado en el destino. […]

En segundo lugar carecía, como dije, de disposición para ella [su profesión] o de lo

que se dice genio. Tenía un corazón muy sensible, le era repugnante el afligir a nadie,

y este suave carácter lo hacía ser demasiado indulgente con sus discípulos. Rara vez

los reñía con aspereza, y más rara los castigaba. La palmeta y disciplina tenían poco

que hacer por su dictamen ; con esto los muchachos estaban en sus glorias, y yo

entre ellos, porque hacíamos lo que se nos antojaba impunemente. […]

Por otra parte, mi maestro carecía de toda la habilidad que se requiere para

desempañar este título. Sabía leer y escribir, cuando más, para entender y darse a

entender, pero no para enseñar. No todos los que leen saben leer. Hay muchos

modos de leer, según los estilos de las escrituras. No se han de leer las oraciones de

Cicerón como los Anales de Tácito, ni el panegírico de Plinio como las comedias de

Moreto. Quiero decir que el que lee debe saber distinguir los estilos en que se

escribe, para animar con su tono la lectura, y entonces manifestará que entiende lo

que lee y que sabe leer. (Lizardi 1997 : 116-118)

2.1.4.3. Función educativa y moralizadora

Junto con la función de criticar la sociedad, el contexto histórico-social en El Periquillo

Sarniento tiene claramente una función de enseñar a los lectores y transmitir un mensaje

moralizador. En el prólogo al Periquillo Sarniento, Lizardi señala lo siguiente :

[E]sta obrita no es para los sabios, porque éstos no necesitan de mis pobres

lecciones ; pero sí puede ser útil para algunos muchachos que carezcan, tal vez, de

mejores obras en que aprender ; o también para algunos jóvenes, o no jóvenes, que

71

sean amigos de leer novelitas y comedias, y como pueden faltarles o no tenerlas a

mano algún día, no dejarán de entretenerse y pasar el rato con la lectura de mi vida

descarriada. (Lizardi 1997 : 96)

Entonces Rivas, igual que Lizardi mismo en la cita anterior, presta atención a la tensión entre

el aspecto educativo de una obra y el aspecto deleitoso, refiriéndose de nuevo al concepto

de Horacio, ‘utile et dulci’. (2005 : 81) De la misma manera, Beroud evoca que Lizardi eligió

el género de la picaresca porque « le parecía adecuada para ‘enseñar deleitando’ » (1979 :

1042). Sin embargo, partiendo de nuestra lectura de El Periquillo Sarniento, nos parece que

domina claramente el aspecto educativo y moralizador. En el prólogo a la novela, Periquillo

explica que no escribe la novela para toda la gente, sino sólo para sus hijos porque, como

dice Periquillo mismo, « son los que más me interesan y a quienes tengo obligación de

enseñar. » (1997 : 97). Sin embargo, al publicar la novela, toda la gente puede leerla y

concebir el mensaje didáctico y moralizador que quiere transmitir Periquillo a sus hijos. En el

último capítulo de la novela, Lizardi toma la palabra y dirigiéndose a la esposa de Periquillo:

Es verdad que don Pedro escribió sus cuadernos con el designio de que sólo sus hijos

los leyeran ; pero por fortuna éstos son los que menos necesitan su lectura, porque

ya tienen el espíritu bien formado.

En México, señora, y en todo el mundo hay una porción de Periquillos a quienes

puede ser más útil esta leyenda por la doctrina y la moral que encierra. (Lizardi 1997 :

938)

En su novela, Lizardi hace explícitamente referencia a la importancia de la educación en la

nueva sociedad de México. Periquillo se dirige a sus hijos: « Hijos míos: las buenas o malas

costumbres que se imprimen en la niñez echan muy profundas raíces, por eso importa tanto

el dirigir bien a las criaturas en sus primeros años. » (Lizardi 1997 : 154) Se refiere también a

la importancia del « buen ejemplo » durante la formación de un joven (Lizardi 1997 : 137).

Por eso, figuran en la novela algunos personajes que sirven de mentores para Periquillo y

que le dan consejos. Sin embargo, sus consejos resultan a menudo malos, por ejemplo

cuando Periquillo quiere empezar con su estudio de teología, sus amigos le estimulan a

hacerlo pero al final no resulta una buena idea. Periquillo reflexiona : « pero por mi

72

desgracia los primeros amigos que tuve fueron malos, y de consiguiente pésimos sus

consejos. » (Lizardi 1997 : 244) A pesar de ello, encuentra otros amigos que le ayudan y le

dan buenos consejos por ejemplo el coronel que le lleva consigo hacia Manila : « Tales eran

los consejos que frecuentemente me daba el coronel, quien a un tiempo era mi jefe, mi amo,

mi padre, mi amigo, mi maestro y bienhechor, pues todos estos oficios hacía conmigo aquel

buen hombre. » (Lizardi 1997 : 701)

En cuanto al mensaje moral que se desprende de la presencia de elementos contextuales en

la novela de Lizardi, seguimos el punto de vista de Nancy Vogeley. Según ella, Lizardi choca

con actitudes inmorales en todos los niveles de la sociedad : se trata de un mundo en que los

pobres honestos se mezclan con los charlatanes y los jugadores, los mentirosos y los

estafadores (1987a : 461). ¿Por qué Lizardi inserta estos ejemplos de actitudes inmorales en

su novela cuando su deseo constituye justamente enseñar la buena moral a sus lectores ?

Vogeley nos da una solución a esta pregunta, evocando que “an attitude toward morality

and education that, perhaps stemming from Lizardi’s own contact with low life, as well as

collective guilt over the colony’s rebellion, justifies the inclusion of immoral material in

teaching morality.” (2001: 150) Denunciando y criticando algunos elementos contextuales

inmorales, Lizardi quiere advertir a sus lectores de no comportar así y a adoptar una actitud

moral en sus vidas. Además, la historia de Pedro Sarmiento es una historia en que el

protagonista hace progresos : el personaje inmoral al principio de la novela se transforma en

un personaje moral hacia el final de la novela.

Uno de los más importantes mensajes morales que quiere transmitir Lizardi consiste en « la

ética del trabajo » (Ramírez-Pimienta 1998 : 231). Periquillo quiere integrarse en la sociedad

sin dedicarse al trabajo. Sin embargo, al leer la historia, el lector se da cuenta que no es

posible. Hacemos referencia al pasaje en que Periquillo gana mucho dinero en la lotería pero

poco después lo pierde todo gastándolo sin saber contenerse. Según Ramírez-Pimienta, el

mensaje que Lizardi quiere transmitir consiste en « que el dinero que no es ganado por

medio del trabajo no puede durar. » (1998 : 231) Los consejos que el depositario de

Periquillo da al pícaro, contienen aún otro mensaje moral :

73

Es cierto que el refrán vulgar dice : vístete como te llamas ; y así usted, llamándose

don Pedro Sarmiento y teniendo con qué, debe vestirse como don Pedro Sarmiento,

esto es, como un hombre decente pobre ; pero ahora me parece usted un marqués

por su vestido, aunque sé que no es marqués ni cosa que lo valga por su caudal.

El querer los hombres pasar rápidamente de un estado a otro, o a lo menos, el

querer aparentar que han pasado, es causa de la ruina de las familias y aun de los

Estados enteros. No crea usted que consiste en otra cosa la mucha pobreza que se

advierte en las ciudades populosas que en el lujo desordenado con que cada

pretende salirse de su esfera. (Lizardi 1997 : 609-610)

En la cita anterior Periquillo quiere mantener las apariencias, vistiéndose como un marqués

aunque no lo es. En este contexto, Carrera plantea también que en varias ocasiones Lizardi

hace referencia al carácter engañoso de la apariencia de ciertos tipos sociales (2003 : 128-

129). Citamos a Periquillo :

Tomé el hábito, pero no me desnudé de mis malas cualidades ; yo me vi vestido de

religioso y mezclado con ellos, pero no sentí en mi interior la más mínima mutación ;

me quedé tan malo como siempre, y entonces experimenté por mí mismo que el

hábito no hace al monje. (Lizardi 1997 : 256)

En último lugar citamos a Nancy Vogeley que resume muy bien lo que elaboramos en este

apartado sobre la función educativa y moralizadora que se concede al contexto histórico-

social en la novela de Lizardi: “The Periquillo’s realism in portraying Mexico’s lower classes,

the book’s exposé of upper-class corruption and decadence, the careful clarity of its

digressions – were all part of the appropiation of a moral stance by colonials.” (2001: 184)

2.1.4.4. Función reformadora y la utopía

Como ya señalamos en la parte teórica de esta tesina, el contexto histórico-social puede

también tener la función de denunciar ideas reformistas. Moraña plantea que la vida de

Periquillo no sólo constituye la narración de lo que pasa en la vida del pícaro sino también

« un punto de apoyo desde el cual se perfila el proyecto social nacionalista e ilustrado, que

Lizardi entrevé desde su perspectiva reformista de intelectual urbano. » (1989 : 119) Juan

74

Carlos Rivas trata también este tema, evocando que « debido a su carácter ilustrado, Lizardi

no pide el cambio radical del sistema sino su mejora. » (2005: 81) Según Javier Sánchez

Zapatero, estas ideas reformistas tienen su origen en Europa y llegan a México por los

ilustrados. (2006 : 4) Estas ideas ilustradas inlfuyen en Lizardi pero es necesario observar que

Lizardi no rechaza totalmente el catolicismo, como hacen los ilustrados europeos, sino que

quiere « conciliar el catolicismo con el liberalismo » (Van Praag-Chantraine 1979 : 1052).

Nancy Vogeley (1987a), por su parte, nota que Lizardi construye una imagen de las clases

bajas, no simplemente describiendo sus características, sino también imaginando una

situación en que estas clases serían capaces para constituir un nuevo orden económico.

« Under the new system in which agriculture would replace mining and unproductive

members of society such as the nobility would work, the lower classes would be educated to

be sober, honest and hard-working. » (Vogeley 1987a: 463) Según Lizardi, las clases bajas

tienen la capacidad de emprender estudios pero la sociedad colonial no les ofrece bastantes

oportunidades. En la nueva sociedad que propone Lizardi, los pobres podrían disfrutar de la

riqueza, estudiar y de esta manera su actitud, a veces viciosa, cambiaría. Entonces, Lizardi

aboga por la igualdad de las clases y de los hombres en general : « a union across social

classes separate from Spain. » (Vogeley 1987a : 463) En relación con esta idea de la igualdad

de todos los hombres, Lizardi, a través de su protagonista Periquillo, se declara en contra de

la esclavitud36 :

Sentado esto, he de concluir con que el maltratamiento, el rigor y desprecio con que

se han visto y se ven los negros no reconoce otro origen que la altanería de los

blancos, y ésta consiste en creerlos inferiores por su naturaleza, lo que como dije, es

una vieja e irracional preocupación. (Lizardi 1997 : 729)

Magali M. Carrera añade que en las tres primeras partes de la novela Lizardi describe los

problemas sociales en la Nueva España mientras que en la cuarta parte discute cómo

podrían ser resueltos estos problemas (2003 : 130). De ahí que en esta parte encontramos la

mayoría de las ideas reformistas de Lizardi. En esta parte de la novela, Periquillo va a Manila

36

Esta parte de la novela fue censurada porque en aquella época la esclavitud estaba autorizada por el rey. (Vogeley 2001 : 102)

75

pero durante el viaje de vuelta, el barco naufraga. De esta manera Periquillo llega a la isla

Saucheofú donde se encuentra con una cultura utópica. Cuando Periquillo regresa a México,

está totalmente reformado. Observamos en esta parte de la novela que el contexto

histórico-social cambia, es decir, el pícaro ya no se encuentra en su país natal, México, sino

en una isla cuya existencia real no se puede verificar. Se trata de un lugar ideal y utópico en

que las ideas reformistas de Lizardi están realizadas. Carrera lo describe así : « […] Periquillo

surveys a utopian society, one that has none of the social and economic defects of New

Spain chronicled in the earlier sections of the book. » (2003: 139)

Seguimos también el punto de vista de Sainz de Medrano (1987). Según él, Lizardi,

describiendo la vida en la isla utópica, aborda ocho temas : « 1) Nobleza. 2) Ejército. 3)

Religión. 4) Medicina. 5) Derecho en general. 6) El lenguaje como vehículo cultural. 7)

Actividades laborales. 8) Usos penales. » (Sainz de Medrano 1987 : 513) Sólo profundizamos

en algunos de estos ocho aspectos. Por ejemplo, en cuanto la nobleza, una de las grandes

realizaciones de esta sociedad utópica consiste en que los nobles tienen que trabajar tanto

como las clases bajas. A partir de una conversación entre Periquillo y Limahotón, el chino

que encuentra en la isla, observamos el menosprecio que siente Limahotón por los nobles

mexicanos que se caracterizan por la holgazanería:

Sorprendido me quedé con tales avisos porque no sabía hacer cosa de

provecho con mis manos, y así le contesté al tután : ―Señor, yo soy noble en mi

tierra, y por esto no tengo oficio alguno mecánico, porque es bajeza en los caballeros

trabajar corporalmente.

Perdió su gravedad el mesurado mandarín al oír mi disculpa, y comenzó a reír a

carcajadas, apretándose la barriga y tendiéndose sobre uno y otro cojín de los que

tenía a los lados, y cuando se desahogó me dijo : ―¿Conque en tu tierra es bajeza

trabajar con las manos ? ¿Luego cada noble en tu tierra será un tután o potentado, y

según eso todos los nobles serán muy ricos ? ―No señor, le dije ; no son príncipes

todos los nobles, ni son todos ricos ; antes hay innumerables que son pobrísimos, y

tanto que por su pobreza se hallan confundidos con la escoria del pueblo.

―Pues entonces, decía el tután, siendo esos ejemplares repetidos, es menester

creer que en tu tierra todos son locos caballerescos ; pues mirando todos los días lo

76

poco que vale la nobleza a los pobres, y sabiendo lo fácil que es que el rico llegue a

ser pobre y se vea abatido aunque sea noble, tratan de criar a los hijos hechos unos

holgazanes, exponiéndolos por esta especie de locura a que mañana u otro día

perezcan en las garras de la indigencia. (Lizardi 1997 : 753-754)

Esta idea utópica de que sería mejor que todos los nobles también aprendan un oficio,

revela el deseo reformista de Lizardi que consiste en la creación en México de « una

educación tecnológica vocacional que permitiría crear oficiales, es decir, practicantes de

algún oficio, en lugar de aprendices de filósofos y latinajos. » (Ramírez-Pimienta 1998 : 230)

En cuanto a los usos penales, el asiático que encuentra Periquillo en la isla utópica explica las

ventajas del sistema penal de su tierra :

En la Europa me dicen que a un ladrón reincidente lo ahorcan ; en mi tierra lo marcan

y mutilan, y creo que se consigue mejor fruto. Primeramente, el delincuente queda

castigado y enmendado por fuerza, dejándolo gozar del mayor de los bienes que es la

vida ; los ciudadanos se ven seguros de él, y el ejemplo es duradero y eficaz.

[…]

El ladrón ahorcado en Europa dura poco tiempo expuesto a la pública expectación, y

de consiguiente dura poco tiempo el temor. Luego que se aparta de la vista del

perverso aquel objeto fúnebre, se borra también la idea del castigo y queda sin el

menor retraente para continuar en sus delitos.

[…]

Aquí sucede todo lo contrario. El delincuente permanece entre los buenos y los malos

y por lo mismo el ejemplo permanece, y no aislado a una ciudad o villa, sino que se

extiende a cuantas partes van estos infelices, y los niños se penetran de terror contra

el robo y de temor al castigo, porque les entra por los ojos la lección más elocuente.

(Lizardi 1997 : 785-786)

Basándonos en todo lo que mencionamos en este apartado, pensaríamos que Lizardi es un

reformista y un luchador por la independencia de México. Sin embargo, Vogeley (1987a),

entre otros, nos hace dudar. Según ella no resulta claro si Lizardi, mediante las ideas

77

reformistas que inserta en su novela, lucha por la independencia de México (1987a : 463). La

misma autora señala en otra obra suya, Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish America

(2001), que probablemente Lizardi simpatiza con los insurgentes pero no comparte su deseo

de romper totalmente con España porque según él, « desunión would only hurt Mexico still

more. » (Vogeley 2001 : 97). Ramírez-Pimienta, por su parte, refuerza esta tesis evocando

que Lizardi no « tenía en mente una sociedad igualitaria. Muy al contrario, aun en su isla

utópica novelada se asegura de dejar en claro la existencia de jerarquías. » (1998 : 233-234)

La jerarquía en la isla utópica se manifiesta a través de la ropa que llevan los habitantes : al

echar una mirada a un habitante, ya se sabe quién es y qué oficio hace. Vogeley (2001 : 104)

hace también referencia a la importancia que confiere Lizardi a la presencia de jerarquía en

una sociedad para el buen desarrollo de ésta. En un diálogo entre Periquillo y un negro que

encuentra en el barco, este negro dice lo siguiente :

Según esto, es preciso que reconozcan superiores y se sujeten a algunas leyes. La

naturaleza y la fortuna misma dictan cierta clase de subordinaciones a los unos, y

confieren cierta autoridad a los otros ; y así ¿en qué nación, por bárbara que sea, no

se reconoce el padre autorizado para mandar al hijo, y éste constituido en la

obligación de obedecerlo ? Yo no he oído decir de una sola que esté excluida de estos

innatos sentimientos. (Lizardi 1997 : 733)

A pesar de no abogar por una liberación total de México de los colonizadores españoles y de

no rechazar totalmente la organización jerárquica de una sociedad, queda claro que Lizardi,

a través de su novela, quiere proponer algunas reformas para su patria. En este contexto,

Franco hace referencia al mérito de Lizardi : « [t]enía una extraordinaria previsión de los

problemas que aguardaban a un México post-independentista, sobre todo los problemas

contingentes en la construcción de un estado nuevo y el papel que le tocaba el escritor en

todo eso. » (1983 : 34)

Resumiendo todo lo que elaboramos en este análisis de las funciones del contexto histórico-

social en la novela de Lizardi, podemos decir que Lizardi inserta elementos contextuales en

su novela para crear un telón de fondo para su historia. Además, estos elementos le ofrecen

la posibilidad de criticar la sociedad que le rodea. En la mayoría de los casos, los pasajes en

78

que Lizardi critica algún abuso social, algún comportamiento vicioso, etc., están

complementados con un consejo o un mensaje moral de la parte del autor puesto que

criticando las maldades de la sociedad mexicana, Lizardi quiere advertir a sus lectores de la

mala situación en México. Nuestro análisis del contexto histórico-social confirma entonces lo

que evoca Beroud : « Lizardi no desaprovecha ni una ocasión para criticar y aconsejar

después. » (1979 : 1043). Sin embargo, además de tener la función de criticar la sociedad y

de transmitir un mensaje educativo y moral, el contexto histórico-social en El Periquillo

Sarniento sirve sobre todo para denunciar las ideas reformistas y utópicas de Lizardi.

Citamos a Moraña porque hace un buen resumen de las diferentes funciones del contexto

histórico-social en El Periquillo Sarniento :

Las críticas al mercantilismo metalista, a los privilegios de la nobleza, al sistema de

mayorazgos, al régimen de propiedad de la tierra, la defensa de la artesanía y los

oficios mecánicos, la fe en la educación y en el trabajo, los reclamos por un civilismo

estabilizador y productivo, apuntan, por tanto, a algo más que el demontaje (sic)

crítico de la sociedad virreinal. Permiten sobre todo delinear la existencia de un

proyecto utópico – un ‘provincialismo ilustrado y reformista’ – que marca la

perspectiva enunciativa, y que expone, a través de la figura de Pedro Sarmiento, sus

posibilidades de realización. (1989 : 120)

Concluimos con evocar que la función predominante de este contexto consiste más en

proponer unas reformas y un proyecto utópico que en simplemente criticar la sociedad o

transmitir un mensaje moralizador. Sin embargo, para llegar a la expresión de estas ideas

reformistas y utópicas, Lizardi tiene que denunciar las maldades de la sociedad colonial

criticándolas bajo el pretexto de querer advertir a sus hijos – y de manera indirecta también

a sus lectores – de estas maldades.

79

2.2. La vida inútil de Pito Pérez

2.2.1. Vida y obra del autor José Rubén Romero

Para este apartado en que abordamos la vida y obra del autor de La vida inútil de Pito Pérez,

nos basamos en lo que escriben Castagnaro37, O. Cord38, Stanton39 y Dulsey40 sobre José

Rubén Romero. El autor de La vida inútil de Pito Pérez nace en Cotija de la Paz, Michoacán, el

25 de septiembre 1890. Muere el 4 de julio 1952 en la ciudad de México. Es poeta,

diplomático y novelista.

Profundizamos brevemente en los datos biográficos del autor. En cuanto a la carrera

diplomática del autor, Rubén Romero obtiene muchos empleos relacionados con el gobierno

de la Revolución mexicana. Entre otros, trabaja como recaudador, como secretario privado

de los gobernadores Silva y Ortiz Rubio de Michoacán, como cónsul general de España, como

director general del Registro Civil, como embajador mexicano en Cuba, etcétera.

En el párrafo siguiente volvemos a la juventud del autor. Cuando Romero tiene siete años

tiene que ir a la escuela en la ciudad de México. Seis años después vuelve a Michoacán. Sus

primeros poemas se publican en 1908 en una obra llamada Fantasías. Su poesía nace en un

ambiente de paisajes magníficos y al mismo tiempo en un paisaje que sirve para uno de los

episodios más crueles de la historia de México : la Revolución41. Nacen al mismo tiempo el

37

Se trata del artículo “Rubén Romero and the Novel of the Mexican Revolution” aparecido en Hispania en 1953. 38

Se trata de dos artículos : « José Rubén Romero : The writer as seen by himself » aparecido en Hispania en 1961, y “José Rubén Romero’s Image of Mexico” aparecido en Hispania en 1962. 39

Se trata del artículo “José Rubén Romero, Costumbrista of Michoacán” aparecido en Hispania en 1941. 40

Se trata de un artículo que escribió Dulsey junto con Woodbridge y se tituló « José Rubén Romero (1890-1952) », aparecido en The Modern Language Journal en 1953. 41

La Revolución Mexicana ocurrió al principio del siglo XX. Empezó en noviembre 1910 como un intento de abatir la dictadura de Porfirio Díaz. Finalmente llegó a ser una rebelión que cambió la estructura de la economía, del gobierno y de la sociedad de México. Con las elecciones presidenciales de 1910, en las que Francisco Madero presentaba su candidatura, se formó una revolución. Madero fue un partidario de elecciones libres y de una imposibilidad de reelección. Díaz encarceló a Madero hasta el fin de las elecciones. Después Madero huyó a San Antonio, Texas para preparar una revolución. Los protagonistas de la Revolución tuvieron diferentes objetivos : los líderes conservadores (Francisco Indalécio Madero, Venustiano Carranza) quisieron una reforma política mientras que los líderes más radicales (Francisco « Pancho » Villa, Emilio Zapata) lucharon por una reforma social y una reforma laboral. Casi todos los revolucionarios desarrollaron un sentimiento de nacionalismo y por eso quisieron reducir el papel que

80

poeta y el revolucionario. En 1922 se publica la obra Tacámbaro. Según Rubén Romero esta

obra abre la puerta a la crítica literaria metropolitana. Ocho años más tarde, se publica

Versos viejos (1930), obra en que Rubén Romero no sólo aparece como un idealista pero

también como un amante realista de la vida. Ruth Stanton (1941 : 424) llama la atención

sobre la semejanza entre los Versos viejos de Romero y Les Méditations, obra de Alphonse

de Lamartine. En ambas obras los autores admiran la belleza de la naturaleza y la

humanidad. Además, los dos evocan con nostalgia algunas escenas de la juventud, expresan

su provincialismo y muestran el encantamiento de estas tierras provincianas. Sin embargo,

Romero no llega a crear una imagen sensible del alma complejo y confuso de los hombres

como lo hace Lamartine.

Pero José Rubén Romero sobre todo es conocido como novelista. Le consideran como uno

de los mejores novelistas en México y además, le han dado el apodo de « costumbrista de su

tierra ». Ruth Stanton (1941) llama de esta manera a Rubén Romero y evoca que Rubén

Romero aparece en 1932 – el año en que aparece su primera novela, es decir Apuntes de un

Lugareño – con un estilo lleno de humor, de elementos pictóricos y de amor por la población

de su estado de Michoacán. Según Stanton, el autor es considerado como uno de los

mejores pintores de la vida de los pueblos mexicanos. Además, es un narrador infatigable de

cuentos populares y conocía muy bien el folclore mexicano (1941 : 423). Esta idea de que

Rubén Romero constituye más bien un narrador que un novelista está evocado también por

Castagnaro (1953) en su artículo sobre el autor. Según Castagnaro, Romero utiliza anécdotas

como base de sus obras, lo que contribuye a la oralidad de sus novelas (1953 : 300). Además,

siempre se puede observar un aspecto egocéntrico en sus novelas, por ejemplo en Apuntes

de un lugareño (1932). En esta novela Rubén Romero ocupa el papel de protagonista

mientras que en La vida inútil de Pito Pérez (1938) el autor comparte esta posición con otro

personaje.

Castagnaro (1953) señala que los personajes que figuran en las novelas de Rubén Romero

casi siempre constituyen personas conocidas por el autor. Cuando introduce estas personas

en sus historias, Romero no cambia mucho a sus personalidades. Otra característica del

desempeñaban los extranjeros en la economía de México. Aunque la lucha perduró hasta 1920, se formó una constitución en 1917 que incorporó los objetivos de la Revolución. (Coerver, Don M. Mexican Revolution [online])

81

autor constiste en que no describe sus personajes de manera detallada. Lo que sí hace, es

describir las peculiaridades de los personajes porque esto ofrece una impresión más fuerte

del personaje al lector. Solamente mediante lo que dicen, los personajes revelan sus

personalidades. Además, como ya mencionamos, la mayoría de los retratos de Romero son

retratos de verdaderos mexicanos. Señalamos por ejemplo a Pito Pérez, el personaje

principal de la novela La vida inútil de Pito Pérez. Romero pretende que este personaje existe

realmente y que vive en el poblado Santa Clara del Cobre.42 Este carácter verosímil de los

personajes contribuye al estudio de la escena mexicana. Aunque las descripciones son

incompletas, representan una imagen real. Además, describiendo objetos en sus novelas, el

autor añade más detalles cuando el objeto tiene un mayor valor emocional para él. Recurre

también con gran frecuencia a la figura retórica de la personificación. En cuanto al

vocabulario que utiliza el autor en sus obras, se observa que Rubén Romero varía mucho,

utilizando a menudo un lenguaje coloquial, regionalismos, palabras académicas, expresiones

extranjeras, etcétera. A veces utiliza también palabras más eruditas para dar la impresión de

ser un hombre de letras.

Le dan el apodo de « novelist of the Revolution » a José Rubén Romero (Castagnaro, 1953:

301) En sus novelas aparecen algunos capítulos que tratan de la Revolución en Michoacán,

por ejemplo en Apuntes de un lugareño (1932) y en Desbandada (1934). Sin embargo el

lector no encuentra un verdadero análisis, ni una crítica del desarrollo de la Revolución o de

su valor. El autor solamente considera la Revolución como otra fuente de anécdotas

(Castagnaro 1953 : 302). En realidad, Rubén Romero surge como el producto revolucionario

más antiguo de México : un hombre no educado que se desarrolla hasta devenir famoso. O.

Cord (1962) redacta un artículo sobre la imagen que esboza Romero de México. Ya

mencionamos que Romero es un partidario de las ideas democráticas que propone la

Revolución. De ahí que Romero se exita con observar que algunos años después de la

Revolución estas ideas todavía no están realizadas. A pesar de ello, Romero siente un gran

amor por su patria y sobre todo por la provincia : « In Mexico, the province is more than a

mere geographic division, it is a mode of life. » (O. Cord 1962: 614) De esta manera, en la

42

Entramos más en detalles sobre esto en el apartado 2.2.4.1. denominado « Telón de fondo ». En este apartado analizamos la primera función que se concede al contexto histórico-social en la novela de Romero La vida inútil de Pito Pérez.

82

mayoría de los casos, la vida en una provincia mexicana constituye el contexto histórico-

social en las novelas de Romero. O. Cord hace también referencia a la tesis que consiste en

la convicción por parte de Romero que la mala condición en que se encuentra México es

causada por algunas impresiones falsas que ha adoptado la población de México (1962 :

617-618). La primera de estas impresiones falsas constituye la convicción de que México es

un país fuerte. Esto causa la actitud negligente de México frente a los problemas de sus

países vecinos y el sentimiento de superioridad frente a éstos. La segunda de estas

impresiones concierne la convicción falsa de que México es un país rico. “Romero would

have his country know that what it rejected most often, work, was really the secret of all

progress and wealth, economic and spiritual.” (O. Cord 1962: 617) En último lugar, la tercera

de estas impresiones falsas tiene que ver con el gobierno de México. Romero rechaza la idea

de superioridad que tiene México de sí mismo, es decir la de ser el modelo de un país

democrático. Citamos una vez más a O. Cord que reproduce las ideas de Romero:

Mexican democracy assumed that public power was hereditary. In essence, the

people were dominated by the concept that a clan of politicians was above reproach,

that brute force determined the powerful, and that authority disseminated blame

but was above being disciplined or chastised. (O. Cord 1962: 618)

En este contexto, mencionamos también a la entrevista de Bernard Dulsey43 con Rubén

Romero en que Romero declara ser nacionalista (1953 : 336). Además, su crítica en cuanto a

los líderes de la Revolución es muy amargo. Considera los médicos rurales y los profesores

como los verdaderos héroes de México. El autor también critica la iglesia, por ejemplo en su

obra Apuntes de un lugareño en que aparecen el gobierno y el clérigo como responsables

por la tragedia de la gente. En 1949, Rubén Romero hace una entrevista a sí mismo y cambia

su punta de vista : la población de México sería responsable porque resiste a las medidas

impuestas por el gobierno. La tragedia de la Revolución se ve aún más en Mi Caballo, Mi

Perro y Mi Rifle (1936).

43

Las respuestas de Romero figuran en el artículo de Woodbridge y Dulsey, « José Rubén Romero (1890-1952) », aparecido en The Modern Language Journal en 1953.

83

Según William O. Cord (1961), existen ya muchos estudios y análisis sobre José Rubén

Romero y sus obras pero pocos análisis sobre el autor como escritor (1961 : 431). Según O.

Cord, una fuente importante para saber más de este autor es el conjunto de ensayos y

artículos no coleccionados, escritos un poco antes de la muerte del autor. El estudio de estos

documentos revela que Romero se auto-evalúa como escritor y critica su propia obra (O.

Cord 1961 : 431). El autor observa entre otros que compone sus novelas sin reflexionar, en el

estilo que le es natural, y sobre lo que le es familiar. Escribe una vez : « Escribo como puedo.

Soy un lugareño ; hablo como quien quiero ser : un hombre del pueblo » (Romero citado por

O. Cord 1961: 431). Además, dice que sus novelas tratan sobre todo de la vida en las

provincias mexicanas. Su deseo de abordar aquel tema se desarrolla a partir de 1932 porque

en este momento está en Barcelona y siente mucha nostalgia por su tierra natal. Por eso

empieza a escribir sobre Michoacán. También declara que está impregnado de los

sentimientos revolucionarios que dominan México. Los personajes de sus novelas son

personas reales en medio de la Revolución.

O. Cord denomina la obra de Rubén Romero esencialmente autobiográfica porque el autor

utiliza temas que se basan en sus propias experiencias (1961 : 431). De esta manera no tiene

que construir una intriga, ni desarrollar el carácter de los personajes, ni ocuparse de un

lenguaje figurado. Castagnaro revela también que casi en cada página de las novelas de

Romero podemos sentir la presencia del autor (1953 : 302). Esto revela su carácter

autobiográfico. El objetivo del autor es llamar la atención sobre sí mismo, lo que intenta

cumplir mediante la oralidad de sus cuentos y su humor. Este humor le distingue de los otros

novelistas de la Revolución como Guzmán, Azuela y Magdaleno que siempre abordan el

tema de manera seria. Para poder definir y entender el humor que utiliza Romero, es

necesario recordar que el humor hispánico siempre ha sido diferente del humor anglosajón.

El humor hispánico es más accesible y también es más pesado por su sublimación de la

tristeza. Es serio y trágico en su orientación general frente a la vida. Además es menos

refinado mientras que el humor anglosajón es más intelectual. Romero utiliza este humor

hispánico : la caricatura, la escatología, el sexo como objeto de humor, etcétera. En La vida

inútil de Pito Pérez, el autor realiza la mayor variedad del humor hispánico. A través de este

humor, expresado por el protagonista en la novela, el autor critica las injusticias en el

mundo. (Castagnaro, 1953 : 303)

84

En conclusión, según O. Cord (1961 : 432), Rubén Romero declara que es incapaz de crear

una obra cuyo estilo y cuya forma puedan ser evaluados por las normas literarias aceptadas.

Es así que a la obra de Romero le faltan el pormenor y el refinamiento literarios. Además,

como evoca O. Cord (1961), Romero admite que escribe más utilizando su intuición en vez

de tener el talento de un buen escritor. La escritura de Rubén Romero es sobre todo un

método de experimentar los placeres de su país natal, México, durante sus estancias en

otros países. No obstante, sus obras conocen mucho éxito y dentro de seis años el autor ya

es aceptado como miembro de la Academia Mexicana. Sin embargo, el autor continúa a

menospreciar su obra y dice que en sus novelas solamente vuelve a contar la historia de su

vida. El autor se expresa de manera honesta y sincera y escribe sobre lo mexicano. No

considera su éxito popular como un sinónimo del valor artístico.

2.2.2. Sumario de La vida inútil de Pito Pérez

La vida inútil de Pito Pérez comienza con el encuentro entre Pito Pérez y un poeta. Empiezan

a hablar y Pito Pérez cuenta sobre su vida y sobre la desgracia que experimenta en su vida:

« Mi vida es triste » (Romero 1961 : 21). El poeta quiere volver a ver a Pito Pérez y se ponen

de acuerdo para darse una cita cada noche. Puesto que el poeta se entera de la obsesión por

el alcohol de Pito, decide traer cada noche una botella a las citas. Así Pito Pérez empieza a

hablar de su juventud, de su familia, etc., y así comienza la verdadera historia de la vida de

Pito Pérez.

De joven, Pito Pérez abandona su familia y decide echarse al mundo. Vagando por las tierras

de México, encuentra diferentes amos pero cada vez la relación entre Pito y su amo termina

mal. Un día vuelve a su casa en Santa Clara del Cobre pero su familia no le presta atención y

no le pregunta nada. Cuando Pito cuenta al poeta sobre su vida amorosa, lo representa de

manera muy negativa. Su vida amorosa ha sido un fracaso. Sin embargo, al final de la historia

encuentra una mujer pero resulta ser un esqueleto ! En la segunda parte de la historia, el

autor efectúa un salto en el tiempo, es decir Romero no relata nada de lo que pasa durante

los diez años en que el poeta y Pito Pérez no se ven sino que directamente empieza a narrar

sobre el reencuentro entre los dos. No ha cambiado mucho puesto que Pito Pérez todavía

85

queda muy negativo hablando de sí mismo: “Las personas decentes huyen de mí con asco;

asco de mi aspecto repugnante, de mi hedor a vino agrio, de mis manos negras, que ni los

amigos quieren estrechar, simulando que llevan las suyas ocupadas con el pañuelo »

(Romero 1961 : 152). Además, habla de su mala experiencia en el hospital y de su amor por

Caneca, un esqueleto. Dice que Caneca es una mujer perfecta : « No es coqueta, ni

parlanchina, ni rezandera, ni caprichosa. Muy al contrario, es un dechado de virtudes. »

(Romero 1961 : 179) La historia termina con la muerte de Pito Pérez. En su testamento, Pito

Pérez atribuye la culpa de su desgracia a la Humanidad.

2.2.3. Presencia del contexto histórico-social

Antes de pasar al análisis formal de los elementos contextuales en La vida inútil de Pito

Pérez, esbozamos la imagen del contexto histórico-social real en que José Rubén Romero

escribe su novela. Nos basamos en un artículo de Coerver que trata de la Revolución

mexicana.44 Romero escribe su novela en 1938, más o menos veinte años después del final

de la Revolución mexicana. La Revolución se inicia en 1910 y se acaba en 1917 con la

elaboración de la constitución. Sin embargo se considera el año 1920 como el verdadero

final de la Revolución. El objetivo de la Revolución consiste en derribar el gobierno de

Porfirio Díaz. Sin embargo, se desarrolla hasta convertirse en una verdadera rebelión contra

el gobierno con consecuencias para la economía, el gobierno y la sociedad de México. Es

Francisco Indalécio Madero quien prepara la Revolución. Como Venustiano Carranza,

Madero, es un miembro de los conservadores que abogan por elecciones libres, por la

imposibilidad de reelección y, en general, por una reforma política. Existe también un grupo

de revolucionarios que son más radicales, como Francisco « Pancho » Villa y Emilio Zapata,

cuyo objetivo consiste en una reforma social y laboral. Se nota entonces una discrepancia

entre los protagonistas de la Revolución. Sin embargo, tienen un objetivo en común, es decir

quieren reducir el papel que desempeñan los extranjeros en la economía de México. La

Revolución se acaba con la formación de una constitución en 1917 que incorpora los

objetivos de la Revolución. Sin embargo, las luchas continúan hasta 1920. En diciembre de

44 Coerver, Don M. Mexican Revolution, [online]. Microsoft Encarta Online Encyclopedia 2009. URL : <http://encarta.msn.com/encyclopedia_761588457/Mexican_Revolution.html>. [Consulta : 13 de abril de 2009]

86

1920 Obregón asume el poder en México. Una de las mayores realizaciones de Obregón

constituye la elaboración de un programa de educación que es instalado en México por José

Vasconcelos, el ministro de educación. Consiste en reformar el currículo, estimular el

alfabetismo e aumentar las posibilidades de acceder a la educación en el campo. Además,

Obregón restablece las relaciones con los Estados Unidos. Con las elecciones de 1924,

Plutarco Elías Calles toma el poder e exige una mejor efectuación de la constitución de 1917,

lo que provoca mucha polémica tanto en México como en otros países como por ejemplo en

los Estados Unidos. Además limita el poder de la Iglesia, lo que le es tomado a mal. La

población de México reacciona con la rebelión cristera45 (1926-1929). En 1928 Obregón gana

las elecciones pero es asesinado poco después. El presidente ínterin es Emilio Portes Gil. Sin

embargo, Calles entra de nuevo en escena, dominando la política mexicana durante las

presidencias de Portes (1928-1930), Pascual Ortiz Rubio (1930-1932) y Abelardo L. Rodríguez

(1932-1934). Calles instala también el Partido Nacional Revolucionario o PNR. Constituye un

mecanismo que garantiza un cambio de poder pacífico y que centraliza el poder político en

la presidencia. En el período de 1934 a 1940, Lázaro Cardenas ejerce el poder en México.

Contrariamente a sus predecesores, Cardenas puede liberarse de la influencia de Calles y es

su objetivo realizar los temas constitucionales de la Revolución. Una de las reformas que

pone en práctica consiste en conceder más atención a las demandas de los campesinos y de

los obreros. Sin embargo, en 1937 una crisis económica atormenta el país y a partir de este

momento los objetivos apuntados en la constitución de 1917 llegan a ser cada vez menos

importantes. Por el contrario, se estimula la industrialización, ya no se oye las demandas de

los obreros, ya no se rechaza las influencias extranjeras porque el turismo conoce un gran

éxito, etcétera. En 1946, la Revolución deja de ser una realidad política para llegar a ser

solamente una herencia histórica. La novela de Romero denuncia justamente el fracaso de

las ideas de la Revolución.

Analizando la forma en que aparece el contexto histórico-social en la novela de Romero,

observamos una particularidad : la novela constituye un largo diálogo en que Pito Pérez

responde a las cuestiones de un poeta. Entonces, resulta los elementos contextuales

45

La rebelión cristera consistió en una lucha entre el gobierno anticlerical de Calles y los rebeldes católicos, denominados los cristeros. El motivo que hizo desencadenar el conflicto constituyó la inauguración de la ley Calles en 1926 que limitaba la libertad religiosa. En 1929 se restableció la paz entre el gobierno y los cristeros. (Bailey 1976 : 145-147)

87

aparecen en la mayoría de los casos bajo alusiones breves – a menudo están también más

largas – en diálogos. Sólo en el último capítulo de la novela cambia la perspectiva de la

novela, es decir ya se trata de un diálogo entre Pito Pérez y el poeta, sino de una descripción

de algunos habitantes del pueblo que encuentran el cadáver de Pito Pérez y su testamento.

Sin embargo, este testamento aparece en la novela como si Pito Pérez lo leyera en voz alta.

De este documento se desprende también algunos elementos importantes del contexto

histórico-social pero entramos en detalles sobre esto en el apartado siguiente sobre la

función que se concede al contexto sociohistórico. Además observamos que en varios casos

Romero reproduce los diálogos entre Pito Pérez y las personas con las que entra en contacto

durante su vida. De esta manera, el autor puede revelar también algunos aspectos del

contexto histórico-social. Citamos por ejemplo al pasaje en que Pito Pérez acaba de aceptar

un puesto como « administrador responsable de un periódico quincenal. » (Romero 1961 :

130) Sin embargo, su amo le engaña, indicando a Pito Pérez como el responsable de una

edición del periódico en que figura un artículo ofensivo contra el Jefe Político :

Después de conocer las calles, fuí a instalarme en una luneta de la plaza, a donde

momentos después llegó el comandante de la policía, diciéndome que el Jefe Político

quería verme.

Entramos en la oficina y el prefecto me interrogó, agitando un periódico que tenía en

la mano :

« ― ¿Es usted el responsable de este pasquín ? »

« ― Y el Admor. al mismo tiempo” ― le dije en abreviatura.

« ― ¡Sinvergüenza, quiere usted hacerse, además, el gracioso! ¡Pues a la cárcel, no

sin que antes y en mi presencia se trague usted este papelucho ! »

Hizo que me comiera el periódico, masticándolo sabrosamente, lo mismo que si se

tratara de un delicioso manjar. (Romero 1961 : 130-131)

Además de revelar el carácter engañoso del amo de Pito Pérez, este diálogo indica también

otro aspecto del contexto histórico-social, es decir la existencia de censura en el México

después de la Revolución. Esta práctica de castigar duramente a quienes que publican por

ejemplo un artículo con un contenido subversivo va en contra de uno de los ideales de la

Revolución : la libertad.

88

En algunos momentos en la novela, las alusiones al contexto histórico-social en forma

dialogada aparecen como si fueran digresiones extensas y elaboradas. Se trata en estos

casos sobre todo de Pito Pérez que se está perdiendo en largas digresiones sobre algo que le

llega a pasar o que está expresando sus reparos sobre algo. Citamos por ejemplo a una larga

digresión en que Pito Pérez se pronuncia sobre el error de los habitantes del pueblo que

piensan que la familia de Pito Pérez está loca. Sólo citamos a la última parte de la exposición

de Pito :

Locos son los que viven sin voluntad de vivir, tan sólo por temor a la muerte, locas las

que pretenden matar sus sentimientos y por el qué dirán no huyen con un cirquero ;

locos los que martirizan a los animales en lugar de enseñarles a amar a los hombres

―¿no es cierto, hermano de Asís ? ― ; locos los que se arrodillan delante de un ente

igual a ellos, que masculla latín y viste sotana, para contarle cosas sucias, como esas

lavanderas que bajan al río todos los sábados, a lavar su camisa, a sabiendas de que a

la siguiente semana volverán a lo mismo porque no tienen otra que ponerse, y más

locos que yo los que no ríen, no lloran, ni beben porque son esclavos de inútiles

respetos sociales. Prefiero a mi familia de chiflados y no a ese rebaño de hipócritas

que me ven como animal raro porque no duermo en su majada, ni balo al unísono de

los otros. (Romero 1961 : 17)

2.2.4. Función del contexto histórico-social

2.2.4.1. Telón de fondo

México, y particularmente la región de Michoacán aparece frecuentemente en las novelas

de Romero. Como ya mencionamos en el apartado sobre José Rubén Romero, el autor siente

un amor inmenso por esta región de México. Raymond L. Corro plantea que La vida inútil de

Pito Pérez constituye « un canto, un himno dedicado a la tierra y al hombre de Michoacán. »

(1979 : 1056) En la novela misma, Pito Pérez, representando a Romero, dice explícitamente

que prefiere los pequeños poblados a las grandes metrópolis. Además, las referencias a los

municipios de Michoacán son reales : « Romero nombra una quinta parte [de todos los

municipios en Michoacán] en La vida inútil de Pito Pérez. » (Corro 1979 : 1057) Esto aumenta

89

considerablemente el carácter auténtico de la novela. Como ilustración del amor que siente

Rubén Romero por su tierra citamos a Pito Pérez que está describiendo la salida de su lugar

natal, Santa Clara del Cobre :

El pueblo alargaba sus calles blancas, como si siquiera retenerme con sus brazos

amorosos ; pero el camino, lleno de misterios, me atraía.

¡Adiós, Santa Clara del Cobre, que me viste nacer y crecer, humillado y triste !

Volveré a ti vencedor, y tus campanas se echarán a vuelo para recibirme. (Romero

1961 : 38)

Estas descripciones de la tierra natal sirven para crear un telón de fondo para la historia. Los

datos geográficos delimitan el contexto histórico-social de la novela. Sin embargo, la novela

carece de indicaciones temporales explícitas pero, puesto que la novela se publica en 1938,

podemos presumir que la historia se desarrolla más o menos en los años treinta. Además, en

su testamento, Pito Pérez alude a los tres conceptos claves de la Revolución (1910-1920), es

decir la libertad, la igualdad y la fraternidad y evoca que la realización de estas ideas fracasó.

Entonces es muy probable que la historia se desarrolla en los años después de la Revolución.

En último lugar es significante tener en cuenta que el personaje Pito Pérez se basa en una

persona real. O. Cord señala que el nombre de la persona en que el personaje Pito Pérez se

basa es Jesús Pérez Gaona y que esta persona vivía en Santa Clara del Cobre (1961 : 433).

Este poblado figura en la novela La vida inútil de Pito Pérez como el lugar natal de Pito Pérez.

E. Phillips, por su parte, afirma la autenticidad de Pito Pérez, señalando que la génesis de

Pito Pérez remonta al período en que Rubén Romero estaba recaudador en Santa Clara del

Cobre (1964 : 698). Sin embargo, el personaje solamente hace su aparición más o menos

veinte años después en Apuntes de un lugareño (1932). En esta novela, Pito Pérez aparece

como una combinación de elementos ficticios y reales o más bien autobiográficos. Pito vive

en Santa Clara del Cobre y cada vez cuando vuelve a este pueblo después de un período, le

echan en la cárcel porque ha hecho algo mal. Más tarde, en la tercera novela de Romero, El

pueblo inocente (1934), Pito Pérez ya ocupa una posición más importante para llegar a ser el

protagonista en La vida inútil de Pito Pérez (1938), novela en que Pito Pérez relata su vida

desde su niñez hasta su muerte. Concluimos entonces que la elaboración del contexto

90

histórico-social de Romero en su novela La vida inútil de Pito Pérez se basa en gran parte en

datos reales tanto en el nivel geográfico, puesto que Romero vivía en la misma región que la

que aparece en la novela, como en el nivel social, puesto que Romero creó su personaje a

partir de su contacto con un Pito Pérez real. De esta manera podemos también considerar

como auténtica la visión de la sociedad que nos da Romero desde el punto de vista de Pito

Pérez. No obstante, tenemos que tener en cuenta que una novela siempre constituye una

creación por parte del autor y que la ideología del autor siempre se refleja en mayor o

menor medida en su texto.

2.2.4.2. Crítica de la sociedad

La segunda función que se concede al contexto histórico-social en la novela de Romero

consiste en criticar la sociedad. Los encuentros de Pito Pérez con varios personajes que

representan a diferentes tipos sociales ofrecen la posibilidad al autor de denunciar las

injusticias sociales y los abusos de autoridad que caracterizan al México posrevolucionario.

Alvaro Ochoa observa muy bien que este mensaje crítico por parte del autor revela « su

conciencia del fracaso de los ideales de progreso y transformación social que prometía la

Revolución, y de las realidades tan diferentes a las que ésta dio lugar. » (1991 : 80) Sin

embargo, Rubén Romero tiene también una clara intención de divertir : recurriendo a la

sátira, puede transmitir su desaprobación de la situación social en el México de su tiempo de

una manera cómica. La sátira « se endereza contra todos los sectores de la sociedad : desde

el político y el social, hasta el religioso e individual. » (Ochoa 1991 : 81)

Romero, a través de su protagonista Pito Pérez, critica muy claramente la política en México.

Por ejemplo, al hablar de las cárceles en México, Pito revela las malas condiciones de éstas:

No he tenido aún la suerte de llegar a una de esas cárceles modernas, en

donde, según dicen, todo es confort y costumbres refinadas ; donde los presos visten

elegantes uniformes, que se han puesto de moda fuera de los penales como ropa de

dormir y con el nombre de pijamas.

En las cárceles de los pueblos encontré a honrados y caballerosos ciudadanos,

aprehendidos para substituir a personas que gozaban de libertad absoluta. Reina en

ellas un espíritu infantil que hace a los reclusos orinarse en los zapatos de sus

91

compañeros, como una inocente diversión ; aún hay sentimientos generosos y nadie

se muere de hambre, a pesar de la buena voluntad del Gobierno, que ha suprimido el

rancho de los presos, como cosa superflua. El que tiene comida, porque se la llevan

de su casa, la comparte con el que no la tiene, y al que no le ven cobija, le mientan la

madre, con solicitud, para que se caliente. (Romero 1961 : 116-117)

Además, Pito Pérez revela también las malas condiciones de los hospitales en México. Por

ejemplo, en el hospital de Morelia, donde Pito tiene que pasar algunos días, trabaja Pelagia.

Esta enfermera « hizo sus estudios en un solo día, y recibió su título de enfermera en el

mismo instante en que la contrataron como criada del hospital. » (Romero 1961 : 161)

Además, los enfermos están indicados con el número de su cama y no hay un buen control

sobre el uso de los medicamentos puesto que la enfermera los distribuye arbitrariamente.

Este hospital de Morelia representa a muchos otros hospitales en el México después de la

Revolución.

La religiosidad constituye otro elemento sumiso a la visión crítica de Romero. Pito Pérez

denuncia los actos ridículos que emprenden los hombres para gozar de la gracia de Dios : «

La humanidad es una hipócrita que pasa la vida alabando a Dios, pretendiendo engañarlo

con el Jesús en los labios y maldiciendo y renegando sin piedad del Diablo. » (Romero 1961 :

89) En otro episodio de la novela se revela una vez más la ignorancia de los fieles. Hacemos

referencia al pasaje en que Pito Pérez conseja al padre Pureco a introducir en sus sermones

algunas frases en latín :

Yo no sé si sería por el uso del latín, o por una mera coincidencia, el caso es que los

feligreses comenzaron a dar muestras de mayor respeto para su pastor espiritual, y

éste a sentirse más engreído y a estirarse, como cualquier funcionario, a tal extremo,

que a mí mismo aplicábame los latines que le enseñaba, y con mayor acierte que en

el púlpito. (Romero 1961 : 72)

El autor utiliza la descripción de los elementos contextuales también para criticar la vida en

las grandes ciudades. Pito, igual que Romero, prefiere la vida en un pequeño poblado a la

92

vida en una ciudad. Citamos a Pito Pérez, evocando su preferencia por la vida en los

poblados de México :

De no vivir en una gran metrópoli, preferí siempre los pequeños poblados a las

capitales provincianas, que son planteles de vanidad y asiento de extravagancias. Sus

habitantes pueden ser clasificados de este modo ; tres o cuatro familias dueñas de

hacienda grande, que fué heredada o hecha al vapor en negocios usurarios ; diez

casas muy ilustres, arruinadas, y con las cómodas repletas de pergaminos, en donde

consta que un bisabuelo fué Oidor, otro Coronel realista, otro cuñado del Conde de

Cerro Gordo o sobrino del Marqués de Sierra Madre. (Romero 1961 : 57-58)

En lo que sigue, Pito Pérez continúa denunciando y criticando lo que sale mal en una gran

ciudad. Dice que en « estas ciudades la miseria adquiere gestos trágicos, y los sinvergüenzas,

como yo, no pueden vivir decorosamente. » (Romero 1961 : 59) Según Pito Pérez, los pobres

y los ricos son iguales en los pequeños pueblos mientras que en las ciudades existen grandes

diferencias entre pobres y ricos. En relación con los ricos, Pito Pérez señala lo siguiente :

Porque un rico mata y se esconde mientras su dinero quebranta leyes y suaviza

voluntades ; un rico hace un fraude, y acumula tales pruebas de descargo, que al final

de cuentas él es quien resulta defraudado y calumniado. (Romero 1961 : 115-116)

La crítica de Romero dirigida contra ciertos grupos sociales, se revela sobre todo al final de la

novela, en el testamento de Pito Pérez:

Para los ricos, sedientos de oro, dejo la mierda de mi vida. Para los pobres, por

cobardes, mi desprecio, porque no se alzan y lo toman todo en un arranque de

suprema justicia. ¡Miserables esclavos de una iglesia que les predica resignación y de

un gobierno que les pide sumisión, sin darles nada en cambio ! (Romero 1961 : 182-

183)

En esta cita observamos de nuevo una fuerte crítica contra la Iglesia que, según Pito Pérez,

aparece en México como una institución que explota el ser humano. Este pasaje revela muy

93

bien el carácter anticlerical de Pito Pérez. Además, más adelante en su testamento, Pito

Pérez revela que ya no cree en los ideales de la Revolución, es decir libertad, igualdad y

fraternidad. Se refiere a estos ideales con las siguientes palabras : « A la Libertad la asesinan

todos los que ejercen algún mando ; la Igualdad la destruyen con el dinero, y la Fraternidad

muere a manos de nuestro despiadado egoísmo. » (Romero 1961 : 183)

En último lugar observamos que Pito Pérez indica a la ‘Humanidad’ como el culpable de su

desgracia : « ¡Humanidad, te conozco ; he sido una de tus víctimas ! De niño me robaste la

escuela para que mis hermanos tuvieran profesión ; de joven me quitaste el amor, y en la

edad madura la fe y la confianza en mí mismo. » (Romero 1961 : 183-184) De esta manera

podemos concluir que el contexto histórico-social en La vida inútil de Pito Pérez, no sólo

sirve para criticar la sociedad mexicana posrevolucionaria, sino también para criticar la

humanidad en su totalidad.

2.2.4.3. Función educativa y moralizadora

El contexto histórico-social en la novela de Romero tiene solamente en algunas ocasiones

una función educativa y moralizadora. Uno de los mensajes que Romero quiere transmitir

consiste en « ser generoso con los necesitados. » (Romero 1961 : 104) Este mensaje moral se

manifiesta en el episodio en que Pito Pérez se encuentra solo en la botica de su tío :

Gozando de aquella libertad y del producto de las ventas, organicé bailecitos en los

barrios apartados y comencé a fiar mercancías sin apuntarlas en ningún libro para no

caer en la pichicatería de todo comerciante. Dios había tocado mi corazón y sentía,

por primera vez, el regocijo de ser generoso con los necesitados. Los tramos de la

tienda a medio vaciar, hablaban muy alto de mi desprendimiento, y yo miraba

desaparecer sin dolor los bienes terrenales, embriagado por deífico ejercicio de dar, o

por el alcohol que ingería devota y abundantemente. (Romero 1961 : 104)

Otro mensaje moral se desprende del pasaje en que Pito Pérez anda por la calle llevando la

ropa de un acólito, lo que su madre le obliga a hacer. El mensaje moral consiste en la

advertencia que el hábito no hace el monje y que muchas veces las personas orgullosas,

94

llevando ropa elegante, en realidad solamente ocultan sus pequeños vicios. Pito Pérez lo

describe así:

A la hora de las comidas, las gentes me veían pasar, rumbo a mi casa, vestido

con la sotana roja, y comentaban emocionadas :

«—¡ Ah, qué buen muchacho este de doña Conchita Gaona, tan piadoso y tan

seriecito ! »

¿Y sabe usted por qué no me apeaba mi vestido de acólito?, pues porque no

tenía pantalones que ponerme y con las faldillas de la sotana cubría mis desnudeces

hasta los tobillos. Así aprendí que los hábitos sirven para ocultar muchas cosas que a

la luz del día son inmorales. (Romero 1961 : 26)

Profundizándonos en el testamento de Pito Pérez, observamos que Pito denuncia en primer

lugar las maldades de la sociedad en que vive. En segundo lugar advierte a sus

contemporáneos de estas maldades : « Esclavo miserable, si todavía alientas alguna

esperanza, no te pares a escuchar la voz de los apóstoles : su ideal es subir y permanecer en

lo alto, aun aplastando tu cabeza. » (Romero 1961 : 183) Pues, denunciando y criticando los

elementos contextuales, Romero quiere transmitir un mensaje educativo y moral que

consiste en advertir a sus lectores de las maldades en su sociedad. Más adelante en el

testamento, Pito Pérez se dirige a la Humanidad, que, según él, constituye la causa de su

infortunio, advirtiéndola de que « del coraje de los humildes surgirá un día el terremoto, y

entonces, no quedará piedra sobre piedra. » (Romero 1961 : 185) Podemos interpretar esto

como un estímulo para sus contemporáneos a actuar.

2.3. Estudio comparativo de la presencia y función del contexto histórico-social en dos

novelas picarescas mexicanas

A partir del anális de la presencia y función del contexto histórico-social en cada una de las

dos novelas picarescas mexicanas que constituyen el asunto de esta tesina, sacamos algunas

conclusiones generales destacando las semejanzas y las diferencias entre las dos novelas. En

cuanto a la forma en que aparece el contexto histórico-social concluimos en primer lugar

que ambos autores utilizan digresiones extensas y elaboradas para las descripciones

95

explícitas del contexto histórico-social. Sí observamos que Lizardi recurre con mayor

frecuencia a esta técnica que Romero. En segundo lugar, ambos autores dominan muy bien

la técnica del diálogo, puesto que en las dos novelas el contexto sociohistórico se revela

mediante alusiones breves en diálogos. Cabe mencionar la particularidad de la obra de

Romero, es decir está concebida como un largo diálogo entre un poeta y Pito Pérez. De ahí

que casi todas las referencias contextuales aparecen bajo la forma dialogada. Sin embargo,

estas referencias se asemejan en algunas ocasiones más a digresiones extensas porque

ocupan a veces más de una página en la novela. En tercer lugar, hacemos referencia a una

particularidad de la novela de Lizardi, es decir la inserción de imágenes que contienen

también información complementaria sobre ciertos elementos contextuales.

En cuanto a las funciones que se concede al contexto histórico-social, observamos algunas

semejanzas entre las dos novelas. En primer lugar, el contexto histórico-social constituye en

ambas novelas el telón de fondo para la historia. Es decir, los autores, mediante la

elaboración del contexto histórico-social en la novela, pueden así establecer los límites

geográficos, temporales, históricos, sociales, etc., dentro de los que se desarrolla la historia.

Además, los dos autores han reproducido en sus novelas el contexto histórico-social real en

que viven. En el caso de Lizardi, se trata de los últimos años de la colonización de México y

de los primeros signos de la independencia mientras que en el caso de Romero se trata del

período después de la Revolución. A partir de nuestra lectura de las novelas, resulta muy

clara la aversión que sienten ambos autores por la sociedad en que viven. De esta manera

llegamos a la segunda función del contexto histórico-social, es decir, la de criticar la

sociedad. Las dos novelas abundan de pasajes en que se revelan y critican ciertos abusos de

la sociedad. Además en ambas novelas se critica mediante los elementos contextuales

específicamente algunos tipos o grupos sociales y algunas instituciones como el catolicismo,

el sistema de enseñanza, etc. Entonces, la presencia del contexto histórico-social en las

novelas constituye una condición necesaria para que se pueda efectuar la crítica sobre este

contexto.

La tercera función que puede tener el contexto histórico-social consiste en transmitir un

mensaje educativo y moral. Observamos claramente una mayor preocupación por el

elemento educativo y moralizador en la novela de Lizardi que en la novela de Romero. En el

96

prólogo a El Periquillo Sarniento Pito Pérez señala explícitamente que su objetivo consiste en

instruir a sus hijos. Es más, la línea argumental que relata las andanzas de Periquillo está

continuamente interrumpida por digresiones moralizadoras insertadas en la historia. En La

vida inútil de Pito Pérez, por el contrario, no encontramos semejantes digresiones

moralizadoras. No obstante, la novela contiene algunos mensajes morales pero el lector no

los encuentra mencionados en la novela de manera tan explícita como en la obra de Lizardi.

Sin embargo, en ambas novelas el contexto histórico-social de un punto de referencia y de

reconocimiento para los lectores de modo que éstos lleguen a entender mejor los mensajes

moralizadores que, según ambos autores, los pueden venir de molde en la sociedad en que

viven.

La cuarta función que se concede al contexto histórico-social, es decir, la de transmitir ideas

reformistas y elaborar un proyecto utópico, sólo la encontramos en la novela de Lizardi. Esta

función tiene mucho que ver con la de transmitir un mensaje educativo y moral pero no

obstante es importante hacer la distinción entre las dos. Cuando el contexto histórico-social

tiene la función de transmitir ideas reformistas y de elaborar un proyecto utópico, se trata

de una novela con una preocupación social mucho más adelantada que cuando el contexto

histórico-social sólo sirve para transmitir un mensaje educativo y moralizador. En fin,

citamos a R. Oviedo y P. De Tedula que resumen muy bien los propósitos de Lizardi al escribir

su novela :

[Lizardi] se sirve de los medios tradicionales de ficción, con dos orientaciones

diferentes : la noticia social y la reforma-educación de la sociedad, que convergen en

un mismo punto en cuanto a intencionalidad y resultado : la exposición de los ideales

ilustrados (en una línea conducente al liberalismo) como forma de obtener una

mejora política y social, pero no de exposición teórica – en el caso de Lizardi – sino

basada en las realidades cotidianas de la sociedad mexicana. (Oviedo y De Tudela

1982 : 55-56)

Contrariamente a El Periquillo Sarniento, la novela de Romero no contiene esta dimensión

reformadora. En La vida inútil de Pito Pérez, el contexto histórico-social sólo sirve para

elaborar el telón de fondo y criticar las maldades de la sociedad. Además se puede deducir

97

también un deseo de transmitir un mensaje moral pero esta función pasa al segundo plano,

puesto que el objetivo principal de Romero consiste en criticar de una manera cómica la

sociedad posrevolucionaria.

98

3. Conclusiones

A partir del estudio que hemos elaborado, intentamos formular algunas conclusiones

revelando las correspondencias y diferencias entre las novelas picarescas peninsulares (El

Lazarillo de Tormes, Guzmán de Alfarache y El Buscón), analizadas en el apartado 1.4.2.46 y

las mexicanas (El Periquillo Sarniento y La vida inútil de Pito Pérez), analizadas en el apartado

« Parte analítica : presencia y función del contexto histórico-social en dos novelas picarescas

mexicanas », en cuanto a la presencia formal y las funciones del contexto histórico-social.

En primer lugar, hemos prestado atención a la forma en que aparece el contexto histórico-

social. Observamos que tanto en las novelas picarescas como en las mexicanas el contexto

histórico-social aparece bajo digresiones extensas y elaboradas y bajo alusiones breves en

diálogos. Sin embargo, los autores de la picaresca peninsular y mexicana recurren en la

mayoría de los casos a digresiones extensas y elaboradas. Constituyen sobre todo

reflexiones por parte del pícaro sobre un elemento del contexto histórico-social. La novela

de Romero constituye un caso particular porque consiste de un largo diálogo entre el poeta

y Pito Pérez, interrumpido solamente en algunas ocasiones breves y complementado con

diálogos entre Pito Pérez y otros personajes secundarios.47 Así que el diálogo desempeña un

papel más importante en esta novela que en la novela de Lizardi o en las novelas

peninsulares. Implica que los elementos contextuales en la novela de Romero aparecen casi

sólo bajo la forma del diálogo. Sin embargo, los largos pasajes en que Pito Pérez reflexiona

sobre varios fenómenos característicos de su sociedad parecen formalmente más a

digresiones extensas y elaboradas que a alusiones breves en diálogos. De todos modos, al

recurrir a la forma dialogada, Romero intensifica la impresión de que la historia se trata de

un personaje particular, el pícaro, que se queja de la sociedad que le rodea. El autor se

esconde entonces totalmente detrás de su protagonista de modo que vemos todos los

aspectos contextuales a través de los ojos del pícaro. Además, mediante los diálogos entre el

poeta y Pito Pérez y la reproducción de diálogos entre Pito Pérez y otros personajes

46 El apartado 1.4.2. se titula « Análisis sucinto de la presencia y función del contexto histórico-social en tres novelas picarescas peninsulares ». 47

Como ya señalamos en el apartado 2.2.3., titulado « Presencia del contexto histórico-social en La vida inútil de Pito Pérez », en el último capítulo de la novela ya no se trata de un diálogo entre el poeta y Pito Pérez porque Pito ya está muerto.

99

secundarios, Romero llega a esbozar una imagen viva del contexto sociohistórico que rodea

al protagonista. De esta manera, la forma dialogada a la que recurre Romero evita largas

digresiones contextuales que a veces resultan aburridas y repetitivas para el lector. En

cuanto a la novela de Lizardi, El Periquillo Sarniento, observamos también una particularidad,

es decir la presencia de imágenes en que se revelan algunos aspectos del contexto histórico-

social. En conclusión, podemos observar que las formas en las que aparecen los elementos

contextuales varían y que la variante mexicana del género picaresco ha encontrado

soluciones formales variadas, que en parte retoman las propuestas de la picaresca

peninsular (digresiones extensas, reflexiones del pícaro) y en parte agregan nuevas formas

(imágenes, predominio de elementos dialogales).

En cuanto al contenido y la función del contexto histórico-social abordamos en primer lugar

las correspondencias entre las novelas españolas y las mexicanas. En cada una de estas

novelas el contexto histórico-social funciona, en primer lugar, como un telón de fondo,

estableciendo los límites del espacio temporal, geográfico y social dentro de los que se

desarrolla la historia. Estas referencias al contexto histórico-social de la novela corresponden

en muchos casos a elementos de la vida real como por ejemplo las referencias a ciudades o

regiones reales, a ciertas clases sociales, a costumbres y usos típicos de la socieda española o

mexicana, etcétera. Son elementos fácilmente reconocibles para el lector de la novela

picaresca. En segundo lugar, revelando varios aspectos del contexto histórico-social, los

autores dejan traslucir sus ideas críticas sobre estos aspectos. Resulta evidente que el

contexto en que vive el autor determina el contenido de la crítica que transmite el autor en

su novela. Encontramos esta función del contexto histórico-social de criticar la sociedad

tanto en las novelas peninsulares como en las mexicanas. Podemos entonces considerar la

crítica social como una característica clásica de la picaresca peninsular que la variante

mexicana ha incluido, adaptándola a las circunstancias mexicanas.

En cuanto a la función de transmitir un mensaje educativo y moralizador, se comprueba que

es una constante tanto en la novela picaresca como en la mexicana, aunque la relevancia

que se concede a dicho papel varía. Parace como si la decisión de prestar más o menos

atención al mensaje moralizador dependiera, no tanto del hecho de que se trata de una

novela peninsular o de una mexicana, sino del proyecto de cada autor de una novela

100

picaresca. Además, observamos que la función didáctica y moral del contexto histórico-social

se relaciona estrechamente con la función de criticar la sociedad. Mediante la denuncia de

elementos contextuales, por ejemplo las maldades y los abusos de la sociedad en que vive el

pícaro, el autor quiere transmitir un mensaje educativo y moral a sus lectores advirtiéndoles

de la sociedad corrupta que les rodea. En cuanto a las novelas peninsulares que analizamos,

sólo el contexto histórico-social del Guzmán de Alfarache tiene realmente una función

didáctica y moralizadora ya que el autor mismo lo señala en el prólogo de la novela. En El

Lazarillo de Tormes el lector encuentra también algunos pasajes que contienen un mensaje

educativo y moral pero menos frecuente que en la novela de Alemán. En cuanto a El Buscón,

existen dos grupos de críticos cuyas opiniones no coincidan, es decir están divididos en dos

escuelas, la escuela moral, que encuentra en la novela de Quevedo un mensaje moral, y la

escuela estética, que valoriza el aspecto estético de la obra. Entre las dos novelas mexicanas

existe también una diferencia en cuanto a la función didáctica y moralizadora que se

concede al contexto histórico-social. El paralelismo entre el Guzmán de Alfarache y El

Periquillo Sarniento en este contexto es llamativo. Señalamos que mediante la descripción y

la crítica de algunos elementos contextuales, como las maldades y hipocresías de varios

tipos sociales inmorales, Lizardi, tal como Alemán, quiere enseñar a sus lectores de no actuar

de la misma manera y de adoptar una actitud moral. Además, Lizardi señala también, a

través de la voz de Periquillo, en el prólogo de su novela que su objetivo consiste en enseñar.

Por el contrario, en La vida inútil de Pito Pérez no encontramos semejante planteamiento :

los mensajes didácticos y morales aparecen, en dicha novela picaresca mexicana, más bien

de manera implícita en la novela mientras que la novela de Lizardi abunda de digresiones

contextuales con función moralizadora.

Se observa en la novela de Lizardi aún otra particularidad : el contexto histórico-social de su

novela desempeña otro papel, el de transmitir ideas reformistas y de elaborar un proyecto

utópico. En cuanto al aspecto reformador, también lo encontramos en menor medida en las

novelas peninsulares pero el proyecto utópico que propone Lizardi en su novela constituye

realmente un elemento particular de El Periquillo Sarniento. El contexto histórico-social de la

novela de Romero no tiene este enfoque reformador. En El Periquillo Sarniento,

particularmente en el cuarto capítulo, cambia el contexto histórico-social, es decir ya no

constituye un contexto con elementos reales y reconocibles sino un contexto imaginario y

101

utópico cuya función consiste en proyectar la posibilidad de otro mundo mejor que la

sociedad novohispana mal dirigida de aquel entonces. Lizardi dedica por ejemplo mucha

atención al hecho de que toda la gente tiene que trabajar en la isla utópica mientras que los

nobles mexicanos rechazan el trabajo corporal. « Saucheofú, entonces, es más un espacio

para recalcar ciertos males específicos de la Nueva España, y proponer algunas soluciones,

que una propuesta global para una sociedad ideal. » (Alba-Koch 1999 : 157) Después de

Lizardi, muchos autores hispanoamericanos continúan con insertar este aspecto utópico en

sus obras. Mencionamos por ejemplo las obras de José Martí, Nuestra América (1891), de

Leopoldo Lugones, Odas seculares (1910) y de Rubén Darío, Canto a la Argentina (1914).

En conclusión, vemos que la novela de Lizardi concede más funciones al contexto

sociohistórico que la novela de Romero. Al contextualizar El Periquillo Sarniento, intentamos

buscar la razón por la cual los aspectos educativo y reformador del contexto sociohistórico

desempeñan un papel tan importante en la novela de Lizardi. Seguimos a Rivas quien explica

que durante el Renacimiento el objetivo de las obras literarias consiste en entretener y

enseñar mientras que durante la Ilustración, que empieza en Europa al principio del siglo

XVIII y que continúa en las primeras décadas del siglo XIX, se presta mucho más atención al

aspecto educativo, moralizador y reformador que al deseo de entretener a los lectores

(2005 : 79). Lizardi es un autor impregnado de las ideas reformistas de la Ilustración. De ahí

su preocupación por enseñar, moralizar e incluso proponer una sociedad utópica para la

población de México. Además, Lizardi conoce la tradición literaria de la utopía en Europa. Las

semejanzas entre la obra de Lizardi y las obras utópicas europeas son significativas:

« Fernández de Lizardi sigue la pauta de los utopistas dieciochescos, creando una sociedad

ideal en el oriente. » (Alba-Koch 1999 : 155) Sobre todo la influencia de la obra del escritor

inglés Tomás Moro, Utopía48 (1516), queda manifiesto en El Periquillo Sarniento (Sainz de

Medrano 1987 : 515). Según Sainz de Medrano, tanto Moro como Lizardi no sólo exaltan una

sociedad utópica sino que también reprueban la sociedad de sus países natales, haciendo

referencia por ejemplo a la ociosidad de los nobles (Sainz de Medrano 1987 : 518). Alba-

Koch (1999 : 156) y Vogeley (2001 : 123-125), por su parte, destacan, basándose en

Knowlton, la influencia de la obra del ecritor español Juan González de Mendoza, Historia de

las cosas más notables, ritos y costumbres del gran reino de la China (1585) sobre la novela 48

Aparece por primera vez el término ‘utopía’ en la obra de Moro.

102

de Lizardi. Según ellas, Lizardi se basa en la obra de Mendoza para sus descripciones de la

isla china, Saucheofú. Aunque Lizardi utiliza elementos de las obras de Moro49 y de

Mendoza para la escritura de su novela, rechaza también algunas ideas utópicas europeas.

No adopta por ejemplo la idea utópica que expone Jean-Jacques Rousseau en su Discours sur

l’inégalité (1755) concerniente el buen salvaje que lleva una vida simple en libertad y sin

trabajar. Por el contrario, Lizardi « construye su isla sobre la imagen de la sociedad oriental

como una cuyo sistema social es complejo pero transparante y donde impera un férreo

control sobre los habitantes, materializando ahí, no la negación del mundo europeo, sino su

perfeccionamiento. » (Alba-Koch 1999 : 156) En último lugar, seguimos el punto de vista de

Vogeley quien nota que Lizardi no utiliza la palabra ‘utopía’, sino el término ‘Jauja’50 para

referir a la situación en la isla Saucheofú (2001 : 120). Según Vogeley el rechazo de utilizar el

término ‘utopía ‘, indica que Lizardi no quiere continuar con la tradición literaria europea

(2001 : 126). Además, Vogeley sugiere que de esta manera Lizardi promulga la posibilidad de

un México independiente de España.

La presencia de ideas reformistas y utópicas en El Periquillo Sarniento se debe también al

hecho de que Lizardi, al dedicarse en 1816 por primera vez a escribir una novela, continúa

escribiendo como si todavía estuviera redactando artículos periodísticos. Esto implica que

Lizardi continúa preocupándose por transmitir un mensaje educativo, moralizador y

reformador más que por experimentar con las posibilidades estéticas del género de la

novela. De ahí que seguimos a J.R. Spell quien evoca que las novelas peninsulares dan

muestra de un alto grado de artisticidad mientras que las novelas mexicanas carecen de esta

cualidad artística (1925 : 146). Citamos a Vogeley quien evoca también la misma

idea refiriéndose a la obra de Lizardi: « The picaresque form he [Lizardi] borrowed had

49

Resumiendo las conexiones entre la obra de Moro y la de Lizardi, hacemos referencia a la cita siguiente de Sainz de Medrano: « Si faltan en la descripción de la organización social en la isla de Saucheofú precisiones sobre algunos de los aspectos considerados por Moro, como la educación, la importancia de la agricultura sobre los metales preciosos, o la organización asistencial, el resto de la novela de Lizardi abunda en disquisiciones sobre estos y otros aspectos, bien amparado el autor, insistimos, en las más solventes autoridades, dentro de la fusión de su proyecto de sociedad ideal con la censura de los males sociales de su patria, ambos también factores determinantes de la Utopía de Tomás Moro. » (1987 : 521) 50

Lizardi mismo da una explicación por el término ‘Jauja’ : « Ciudad imaginaria que algunos, dando crédito a viajeros embusteros, buscaron inútilmente en la América española, llevados de las magníficas descripciones y ponderados elogios que se hacían de sus riquezas, fertilidad y hermosura. Hoy sólo se usa de su nombre como sinónimo de paraíso de delicias, para exagerar la abundancia de alguna ciudad o país donde la tierra, sin necesidad de cultivo, produce espontáneamente todo lo necesario al hombre, que ahí no tiene que trabajar para comer. » (Lizardi citado por Ruiz Barrionuevo 1997 : 762n)

103

respectable antecedents in the Spanish Golden Age, but he deviated from these in

abandoning the intellectual wordplay with which the baroque authors often told their

stories. » (1987b: 794) En resumen, citamos a lo que dice Ramírez-Pimienta en cuanto a la

diferencia entre las novelas picarescas peninsulares del Siglo de Oro y la novela picaresca

mexicana de Lizardi :

Empero, a diferencia de la mayoría de sus progenitores de la picaresca producida en

el Siglo de Oro español, al Pensador Mexicano no le interesa solamente narrar los

errores y lacras de una sociedad corrupta. El autor señala el problema e

inmediatamente da una solución. (Ramírez-Pimienta 1998 : 227)

En definitiva, en la novela de Lizardi se elaboran sobre todo de manera particular y mexicana

las funciones que tiene el contexto histórico-social. En este sentido se aproxima al modelo

de Guzmán de Alfarache, agregando a la función didáctica y moralizadora de la novela

peninsular otra función más : la de sugerir una posibilidad de otro mundo mejor a través del

esbozo de un contexto sociohistórico imaginario y utópico. La novela de Romero, por otra

parte, se parece más bien a las novelas picarescas peninsulares por seguir experimentando

con la forma en la que aparece el contexto a través de la elaboración original de una novela

picaresca de forma y estructura dialogal.

104

Apéndice

Apéndice 1

Fuente : Fernández de Lizardi, José Joaquín. 1997 [1816]. El Periquillo Sarniento. Ed. de

Carmen Ruiz Barrionuevo. Madrid: Ediciones Cátedra (p. 129)

105

Fuente: Vogeley, Nancy. 2001. Lizardi and the Birth of the Novel in Spanish America.

University Press of Florida.

106

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