Foucault Michel - Una Lectura de Kant

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    11-aducnn: A.Iiel DilonRevisin t;rnica y tJaducdn de la "Noticia h i ~ t r i c a " :Edgardo Castro

    michel foucaultuna lecturade kantintroduccin a la antropologa en sentido pragmtico

    ' -X/1 siglo veintiuno~ ecl1tores

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    siglo vemtJUno edttore'> s a( , u a t e m . J l a - l R ~ - 1 (< 1-J..15l (28uot>) Madnd, f , p < ~

    Fourault ~ h c h e ll na kCLura de hant mtroduuwn d la antmpnlogu m .14 cm (Biblioteca Clastca de ~ t g l o XXI)Ttaductdo po r o\nel DtlonI ~ B " ' 97 8

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    Foucault, lector de KantEdgardo Castro*

    Pocos al'ios antes de morir y luego de haberla anunciadorepetidas veces, en 1798 Kant publica la l,.ntmpolog.a ert seutidopragmtico. El texto, al igual que las lecciones que haba dt"dicadoal tema durante algo ms de dos dcadas, t11vo una acogida favorabie inmectiata; apenas do s at'ios ms tarde fue necesaiia una se-gunda edicin. Su traduccin al francs, acompaiiada de unalarga introduccin, constituy la tesis complementada de MichelFoucault para la obtencin del doctorado. En 1964 la editorialVrin public parte de este trabajo: la traduccin, una notica histrica (que reproducimos en el apndice de este volumen)ele apenas poco ms de tres pginas, en lugar de las 128 de la in-troduccin originaria, y algunas notas redactadas por Foucault.Como se seiiala en la presentacin de la edicin francesa , incluidaen el presente libro, la breve noticia histrica culmina anun-ciando lo que ser uno de los temas centrales de Las palabras J' lascosas: "las relaciones entre el pensamiento crtico y la reflexin an-tmpolgica sern estudiadas en una obra ult

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    1 O M!C!IEI. FOOCAUJ.TDnrantc esws aos Fu11cault compuso, en primer lugar, sn tesisprincipal, [Jcttm y sinmu5n. HistuTia de la luntmen la poca c / i i ~ i : : a ,cuya versin casi definitiva estaba concluida haoa finales rle Eb8.Lt;ego prepara la tesis complementaria, mayonuenle en Hambmgo, y la presellla el ttulo Cuesis y estructura de la ,i.ntmpo-loga de Kant, que, como salta a la vista, remite a la clsica o b r a s ~ -bre Hegel de .Jean Hyppolite, Genesi.1 )'estructura de la Fenomenologmdel Espllitu. Hyppolite, adems, junto a Georges Cangmlhem, a p a ~drinar ambos trabajos. Apenas diez aos ms tarde, Foucault serasu sucesor en el Collge de France. Muy posiblemente po r la influena qu e ejercan sobre sus alum-nos las clases y la figura de Hyppolite, Foucault dedic a Hegel sutesis de licenciatura. Qu ]o hizo volver a Kant y centrarse precisamente en el texto de la A.ntmj1ologa? Son escasas o casi nulas las informaciones biogrficas acerca de este giro. Tampoco son muchaslas referencias a Kant en la Histmia de tu locura -apenas cuatro yslo un a a La , i . n t r o p o f t , g a - ~ como para aventurar, a partir de estetexto, alguna hiptesis al respecto. Un a c.osa es en todo caso cierta:en la fonnacin intelectual de Foucault la figura de Kant apareceestrechamenre ligada a la de Heidegger, a tal punto qu e ste marcahondamente la lectura foucaulteana de los textos kantianos.

    Es necesario tener en cuenta al respecto que, durante sus aosde formacin en la cole Normale de la 1 ue d'Uhn, un o de loscursos qu e Foucault sigui con mayor inters, sobre la_ Clitica_ de lafacultad de juzgar de Kant, fue el de Jt>an Beaufret, a en Heidegge r dirigi su clebre Carta sobre ellwmamsmo y quten t u e ~ a un ode sus interlocutores privilegiados en Francia. Las referenCias qu ese hicieron en este curso a Kant y el Jnoblema de la metafsica de Heidegger fueron determinantes para Foucault. Aunque no estacompaada de referencias explcitas, la presencia de este textoes fcilmente perceptible en la interpretacin de Kant qu e Foucault nos ofrece en Las palalrras y las cosas. Lo mismo debemos de-

    2 Mtchel Foucault, Hi,toirt de la fohc l'iige rlas.liqw. Pars, Gallimard,1972. p. 307 [ Hisrona de la lowra en/a ,pom d.11m, Buenos Aires, FCE,1085, trad. deJuanJos litrilla].

    UN A LECTURA DE K.-\.NT l 1

    ci r rle otro tt'Xto de Heidegger, La j1oca de la imagen dd mundo. Latesis central de Foucault segn la cual la !viodernidacl, y po r Jotanto el kantismo, f'S la poca en la qu e el pensamiento piensa lafinitud a partir de la finitud suena como un eco de las expresionesde Heidegger en este ltimo texto.

    Se podra, po r ello, parafrasear a Foucault cuando dijo qu e 11 0habra leulo a Nietzsche de no haber ledo a Heidegger, y decirque, si no hubiese ledo a Heidegger, tampoco habra leido a Kantde l modo en qu e lo hizo.

    Ahora bien, precisamente esta presencia de Heidegger en la intepretacin y exposicin de la problemtica kantiana po r parte deFoucault, presencia a la vez delenninante y velada, es la qu e hacequ e la lectura de la ' 'Introduccin a la A.ntmpologa en sentido prag-m.t:o de Kant" y de Las palabras)' las cosas sea, al mismo tiempo,un a tarea difcil y fecunda. Sin pretender volver transparentes textos qu e po r s mis111os no pueden serlo, pues en ellos toda lecturaexige una rekctura, nos interesa ofreu:r algunas pistas, para agilizar el recorrido y restituir el contexto.

    Comeuzaremos po r algunas observaciones acerca de lo qu e termin convirtindose en el leitmotiv de Las pala!Jms )' las coms: lamuerte de l hombre. Luego nos ocuparemos e l ~ i i Q A n t r o . p o l -gKQ, e:. decir, de la interpretacin de la Modernidad a partir deKant qu e Foucault nos ofrece en esta obra. Aunque de manera sucinta, nos detendremos aqu en las diferentes figuras de la analtica de la finitud, las qu e han dado fom1a filosfica al sueo antropolgico. A continuacin esbozaremos, en relacin co n laanaltica de la finitud, el movimiento general de la ''Introduccina la A.ntro-pologia .. . ", escandiendo el texto y desgranando MIS temas. Po r ltimo, nuestra atencin se dirigir hacia esa otra lecturade l pensamiento kantiano qu e Foucault nos ofrece, en s ~ 1 s ltimosaiios, cuando retoma en trminos de un a ontologa histrica denosotros mismos la problemtica de l sujeto.

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    1 2 MICHEL FOUCAL'LT

    1. I.A MUERTE DE L HOMBRE

    Si bien en 1961 Foucault public su primer gran libro, Historia dela lomm en In iporn d ~ 1 r a , fue slo con j l f l l n h m ~ )' las w m ~ . en1966. qn e log,- situarsf' en el centro del escenario intelectual dela dcada. En esta obra, cuyo mos o lo queramos, sin que nunca estf enjnt>go nuestra libertad o n n e ~ t r a conciencia: las estnicturas que deciden el marco dentro del rnal hablamos.Cuando un p!'icoanalista analiza el comportamiento o laconciencia f:'n un indi\iduo, no es el hombte lo qu e encuentra, sino algo as como un a pulsin, un instinto, unimpnls0. Se descubre el mecanismo, la semntica o lasintaxis de estos impulsos. Lo qn e quise hacer - r es quizs eso lo que ha provocado tantas p1 o testas- fue mosll a1 cmo en la historia misma dd saber humano podaencontrarse el mismo fe'nmeuo: la historia dd saherhumano no qued en manos del hombre. No es el hom-

    UNA Lf:CTURA DF KAN r 13brciente muestra con toda facilidad laarqueologa de nuestro pensamiento.Y quizs t a m h i ~ nsu prximo fin.

    Si esas disposiciones [las de nuestro pensamiento]desaparecieran tal romo aparecieron, po r cualquieracontecimiento cuva posibilidad podemos cuanto nmch o presentir, pero cuva forma y promesa no conocemospor ahora, oscilaran. romo lo hizo a fines del siglo XVIIIel suelo del pensamiento clsico, entonces podra apostarse qu e el hombre se bot rara, como f"IJ los lmites delma r un rostro de arena. 5

    Cmo entender este "quizs" de St l prximo fin? Que' formapuede tomar el presentimif'ntn de la posibilidad de su desapari-

    3 ~ h c h c l F o u r ~ u l t . /)f PI rrrit p t o r11and con.,gnamos 1,, Nhcin ra't"llana ulizada. las11 adnccione son nuestras4 11-hchel fottcault, lP.\ .\lors rt '"'' dw

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    l... MICHEL FOULAUL'I

    cin? No sera exagerado derir que todo el pensamiento de Foucault est animado por estas preguntas. La respuesta o, mt::jor, laprimera parte de ella, est contenida en w "Introduccin a l a .-intmjJn!oga ... 'y en los dos captulos finales, el noveno y el dcimo,de Las palabras y las co5as, donde se retoma la problemtica relacin, que se establece en la Modernidad, entre filosofa y cienciashumanas, entre pensamiento crtico y conocimiento del hombre.

    Como ya duimos, la interpretacin de la Modernidad como lapoca en la qu e el pensamiento piensa la finitud a partir de la fi-nitud misma suena como un eco de las consideraciones de Heidegger en La ipor{l rle la 1magen del mundo. En la Modernidad, sostiene Heidegger, el hombre piensa todo lo qu e existe a partir delhombre y en direccin al hombre. Por ello, como contrapuntodel sueo dogmtico, del que Kant deca haber sido despertadopo r Hume, Foucault hablar, a propsito de la herencia de Kant,ele sueo antropolgico. Esta tesis domina todo el captulo noveno de Las fJalahras y las cosas, que se titula "El hombre y sus dobles". La tarea de pem.ar la finitud a partii de la misma finitud, elsttieto a partir de s mismo, har surgir, en el campo de l pensamiento, un a serie de hguras antibolgicas eu las qu e el hombrees, a la vez, s 1 ~ j e t o y objeto; a continuacin revisaremos tres de esasfiguras; lo emprico y lo u-ascendental, el cogito y lo impensado, elretroceso y el retorno de l origen. A propsito de ellas, es necesario insistir en qu e expresan la forma que, segn Foucault, tom lafilosotia sumida en el sueo antropolgico, es decir, en la tarea rlepensar la finitud humana a partir de esa misma finitud. Por otrolado, no se debe descuidar que se u-ara de figuras dobles, anfibolgicas, en las qu e finalmente ninguna reconciliacin es posibleeuue los clo:. elementos qu e las componen.

    ~ . E L SUEO ANTROPOLGICO

    Dos grandes ideas dominan Las palabras y las cosas. En primer lugar, la nocin de episteme. los distintos saberes de un a mismapoca responden a las mismas condiciones histricas de posibil-

    UNA LECTURA DE KANT 15

    dad, a la misma disposicin del pensamiento o, para utilizar un aexpresin tcnica de FoucaulL, al mismo cz pnori histmo En segundo lugar, la idea de discontinuidad. Entre una episteme y otrano hay propiameute hablando evolucin, sino corte. Las diferencias entre el pensamiento dd Reuacimiento, de la poca Clsica(siglos XVII y :X.'VIll) y de la MoJ.eudad (siglos XIX y XX) -seg n la cronologa de Las p a l a b r a ~ y las cusas- no son descriptas,po r ello, en l l ~ n m u o s de progreso, sino de ruptura. La anueologa, (hra Foucault t'n el "Prefacio" de esta obra, muestra dos grandes discontinuidades en la cultura occidental, la qu e se producehacia mediados del siglo XVII y la que tiene lugar a comienws delsiglo XIX." En cada uno de estos a c o n t e c i m i e n t o ~ . no slo los saberes en gent>ral y las ciencias en particular, sino tambin la filo::.o-ta adquiet en un a forma nue\a. As1, entre finales del siglo XVIII

    comienzos del XIX, del lado de la filosofa r en concomitanCiacon la formacin de la bwloga, de la economa poltica y de la jllologa, se c o n ~ t i t u un a anaftzw de lafinitud.Ciertamente, no ha sido la cpisteme moderna la qut> descubrila idea de fimtud; pe10, para el peusamiento clsico, el problemadommante, al menos en lo que concierne a la filosofa, era, msbien, el de las relacwnes entre lo fiuito y lo infinito (entre el hombre y Dios, po r t::iemplo). Los textos ms caractersticos del sigloXVllf, !lace notai Deleuze en ::.u ensayo sobt e Foucault, eonciernen a l a distincin entre los diferentes rdenes de lo infinito: elinfinllo de grandeza y de pequeez de Pas(al, el inlinito en s yentre limite!> de Spinoza, lo:> diferentes mJimtos de Leibmz, etc. 7Para la Modernidad, en cambio, la cuesn es pensar la finitud apartir de la prop1a finimd, el steto a partir de s mismo. E;.ta serla tarea de la analitica de la finitud.Se abrt: as1 un espacio en el que el pensamiento oscila entre lafinitud de los objetos y la finitud del sujeto o, segn la terminologa utilizada po r nuestro autor, entre lo positivo y lo .fundamental.

    6 lbul., p. 1 .7 Cf. G i l l e ~ Ddeuze, Fmtrnu/t Pars, Minuit, 1986. p. 132 (Fmurwlt,Baneloua, Paids, 1987, trad. dejos Vzqucz Prez].

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    !f) MICHEL FOUCAULTPor un Jaclo, la biologa, la economa poltica y la filologa ponende manifiesto la finitud o ~ j e t i v a del hombre; los lmites que le imponen el se r de la vida, del t r a b ~ o y de l lenguaje. Pero esta finitud no le viene al hombre desde afuera, como suceda en el horizonte de la episteme clsica, es decir, po r sus reladonf's con elinfinito. sino a partir de su propio ser: de su cuerpo, de su deseo,como apetito primordial po r el cual los oh_jetos producidos adquieren valor, y de su lenguaje. Es ms, la finitud de los objetos remite a la finitud de l sujeto como a su fundamento. La finitud delos objetos de la experiencia, para servirnos ahora de un l e n g t t ~ ekantiano, se funda en la finitud de la experiencia de los objetos.

    Segn Foucault, esta oscilacin entre lo positivo y lo fundamental ha dado Jugar a tres figuras qu e dominan el pensamiento moderno: la oscilacin entre lo emprim y Jo trnscmdrntnl, entrf' el co{!jto y lo imjJfl!mdn y entre el rrtnnHl y el retmrrso del origen. Comoveremos. estas figuras tem1inarn disolvindose po r el f'mhate delas conlraciencias humanas.

    LO Hfl 'RICO Y LO TRASCENDENTAl.Para la primera figura de la analtica de la finitud, Foucault sesirve df.' un vocabulario f.'specficamente kantiano, pero lo qu e leinteresa, sin embargo, no es tanto el modo en que el propio K1ntconcibe f'"stas dos nociones, la deo lo emprico y la de lo trlscendental, sino la oscilacin que se estable{:e, a partir de K a n t ~ tambin mucho ms all de l, f.'ntre estos clos elementos. As, po r unlado. nos encontramos con aquellas posiciones que buscan explicar el ser y el saber del hombre a partir de sus propias condicionesnaturalf.'s; de su cuerpo. de su anatoma o de su fisiologa. v. po rotro, con aquellas que, en cambio. buscan hacerlo a partir de lascondiciones culturales e histricas. En un extrf'mo, un a especiede esttira trasrend.entaly, en el otro, un a dialrtira trasrendentaLEntre estas dos posiciones, como un a especie de analtira trascendental, se sitan las fenomenologas del anlisis de lo vivido(vpl) qu e buscan elaborar un a filosofa del sujeto 37.

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    18 MICHEI. FOlll.AIJLT

    miento, del cogito c.-.nesiallo y de lo trascendental kantiano, ha encontrado su lugar la fenornenolo,ra de Husserl, con su continuaproblematizacin de lo inactual, de lo sedimentado, de Jo irnplcito.9

    Lo impensado, como aquello a lo qu e es incesautemente remitido el ser del hombre qu e quiere comprenderse a s mismo en laforma del pensamiento, domina, a d e m ~ , las fonua::. mayores delpensamiento filosfico de l siglo XIX a uavs de la dialctica hegeliana entre el en-si (cm s1ch) y el para-s ( j i si eh), de la alienacinde Marx o del inconsciente Schopenhauer. 11

    EL RETROCESO Y EL RETORNO DEL ORIGENLo originario, sostiene Foucault, es "ms bien la manera en la qu eel hombre en general, todo hombre sea el qu e fuere, se articulasobre lo )'a iniciado del trabajo, de la vida y de l lenguaje". 11 Eneste sentido, lo originario no es un comienzo alejado, un acontecimiento qu e se pierde en el tiempo, sino lo ms cercano al hombre desde el momento en que trabaja, vive y habla. Y sin embargo,a pesar de ello, en ese mismo momento su temporalidad se entrelaza con la historH.:idad propia del trabajo, de la vida y de l lenguaje. Paradjicamente, la mmediatez de su origen lo remite aaquello qu e io tiene el mismo tiempo qu e l , y lo originario delhombre es lo qu e le seala lo qu e lo separa del origen de los seressobre los cuales articula su propio ser. El hombre descubre as qu eno es contemporneo de s mismo.De ah, segn Foucault, qu e dos estrategias opuestas domiuenel pensamiento moderno de l origen. Por un lado, los imentos decuo positivista pm- alinear la cronologa de l hombre segn lacronologa de las cosas, de modo que el origen del homuresimplemente una fecha en el curso temporal de los otros seres.Po r otro, el esfuerzo complementario, pero inverso, po r articular

    9 /bid., p. 338.10 [bid p. 340.11 /bid., p. 343.

    UNA LECTURA DE KANT 19la temporalidad de las cosas desde la experiencia qne el hombrehace de ellas, y po r definir el origen a partir del momento en elqu e ellas irmmpcn en el tiempo de los hombres. En ambas estrategias, sin embargo, el pensamiento moderno se encuentra ent'rentado al retroceso, al alejamiento del origen qu e obstinadamente busca alcauzar. As, en el dominio de la filosofa, po r unlado, Hegel, Marx o Spengler concibieron un movimiento temporal de l pensamiento en el gu e ste se cut-va sobre s mismo, comoun crculo, para reencontrar un origen qu e finalmente desaparece eu este mismo movimiento. Por otro, en Hlderlin, enNietzsche y en Heidegger este retorno al origen slo se da comoretroceso, como un tiempo en el qu e "los dioses se retiran, dondecrece el desierto, donde la tchne ha instalado el dominio de su voluntad".12Las ciencias humanas (la psicologa, la sociologa y las teoras dela literatura y de l mito) se ubican, segn nuestro autor, en el espacio qu e va de las ciencias modernas propiamente dichas (biologa,economa poltica, filologa) a la analtica de la finitud o, mejor,duplican estas ciencias, de las qu e reciben sus modelos constitutivos, proyectndolos hacia esa dimensin filosfica en la que la finitud, pensada a partit de s misma, toma la forma de las tres figuras oscilanres qu e acabamos de describir. As, de la biologa, lasciencias humanas han heredado las nociones de funcin y denorma; de la economa poltica, las de COti;flicto y regla; y de la filologa, las de significacin y sistemrt. Remitidas aljuego de la analticade la finiLUd, la categora de funcin muestra cmo la vida puedeser representada en la conciencia, y la de non na, cmo las funciones se da n sus propias leyes, qu e escapan en realidad a la conciencia. Del mismo modo, la nocin de conflicto sirve para mostrar laforn1a qu e toma, en la conciencia de los individuos, la representacin de la sociedad; mientras que la nocin de regla revela, encambio, cmo el deseo o las necesidades responden a un a organi-

    12 !bid., p. :H7.

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    zacin que no los experimentan. La categora de significacin, por su parte, ffillf'Stracmo ellengndicadas a la relain de ltexto de la Antropologa co n los de l perodo crtico rle Kant (sobretodo con la itica de la razn pura de 17R1) y a las ltimas pginasacerca de las proyecciones de la Antropologa en la filosofa contempornea y sus relaciones co n on-as antropologas.

    ITNA l.F.C:Tt!Ri\ DE K \NT 21

    3 LA ANTROPOLOGA DE KANTEl texto de la "Introduccin a la A.ntmjmlogn m wntidfJ prag;m.tirode Kant" se presenta originalmente fragmentado slo por asteriscos, sin subttulos. A pesar de ello, teniendo en cuenta los ternasabordados, es posible di,idir la exposicin rle la siguiente manera:[a l En primer lugar. Foucault Sl texto cuya redaccin se remonta a losprimeros "esbozos de curso" ( Collf'g!'nftii1f1'11) quf' Km t prt>parapara sus lecriones sobre el tema (que presumiblementf' comenzaro n en el semestre de invi

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    22 MICHFL FOUCAULT

    cimiento del mundo ai IH ulado de a senttdos, es porque ha _ugado c o n ~ t g o u n ~ m o a '>enictuna de ese _uego:de modo que le co11 esponde ser am o del juego, retomarlo por su cuenta en el a1 titl.no de una intcnnu Eljuego :.e' uelve elllon

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    24 MlCJJF.L TOUGAUI Tnace en rnf'dio de la expelienda, en F) movimiento de lo verdade-ramrnte fpmpom/. 18

    [e] En tFJTFr l u g < ~ r , teniendo en cuenta, sobre todo. e'la tensinexistente en Fl texto de la Antmpologn entre su punto de apoyo enlas criticas v la filosofa ttasrendental hacia la que se diJ;ge. de laqu e las crti(ntos para la A.ntn>jmloga de Kant. Y.sin embargo, so.,tient> Fourault:

    Cualquiera que sea su contenido emprico, la Antropologa tiene, pues, un a estmctura f ' p i ~ t e m o l g i r a que le espropia. Conlleva un sentido que no puede superponerseni con los "Tratados del Homb1 e'" cuyo estilo, al menos,se mantiene todava dentro de la obediencia c a r t e ~ i a n a ,ni con los empirismos que dominan siempre el pt>nsamiento de I .ocke. Sin duda, romo los primf'ros, 1111 saber dentro del lenguaje de la natmalf'za, }' como losotro.,, un a asignacin de Ir 01 iginario. Pf'ro sos 110 sonms que momentos en su estt uctura f'pistemolgica total. Esta se eqmhbra, en efecto, alrededor de algo qu e noes ni el animal humano, ni la conrienra rle s, ~ i n o la1H.enschmwew'n [esenna del hombre1, es decir, a la vez elsf'r natural del hombre, la ley de sus posibilidades) ell-

    t)()mite a pnon de su conocmuento.--

    lbul rr 12-1-125

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    2f i MICHEL FOUCAUl T

    4 DE L HOMBRE A I"AS PRACTICAS DE SUBJETIVACINTuda la filosofa contempornea, sostiene Foucault en uno de lostextos recin c i t a d o ~ . puede 5er considerada desde la pen.pectivade la confusin constitutiva de l proyecto anuopolgico lantiano,es decir, desde la tensh)n no resuelta entre dsperson temporal yuniversalidad. Segn n u e ~ t r o antor, ninguno de los esferzos realizados para liberar lo a priori de lo fimdam.enll11, para disolver laconjustn antwpolgica, lograron lo que se proponan.23 Prueba deello es el carcter anfibolgico de las figur de la analtica de lafinitud. En este sentido, Foucault ptema l>Obre todo en diferentes formas que tom la coniente fenomenolgica.Tambin el proyecto filosfico de Foucault, finalmente, puede,er ledo desde la perspectiva de la confu,in antropolgica; pre-cisamente, . El ,ubtulo utiginaio del hbro, vale la penasubrayarlo, no era Una arqul'ologa de las dtmcia1 humanas, sino Unaarqueologa del e1trurtmaltsmo (y no es cierto, como sostuvo algunavez, que no haya utilizado aqu n1 el trmino ni d concepto de es-tructura). El propio Foucault, muy posiblemente po r esta razn,no parece del todo satisfecho.

    Es necesario tener en cnenw., a . d e m ~ . que, en Las palalrra!J y lasCU!Jas, numerosas cuestiones m e t o d o l g i c a ~ quedaban abiertas, diferidas hasta lo qu e sera, tres aos ms tarde, La arqueologa del sa-ber. Pero, en esta obra, la nocin de rjmtemeya no es exactamentela misma que en Las palabras y las rosas. Por un lado, para un amisma poca ya no habr una y slo un a episteme; po r otro, Foucault abre la posibilidad de de!>vincular la arqueologa de la epis-teme, al plamear la pos1bilidarl de arqueologas orientada, haca la

    23 /bid., pp 115-116

    UN A LECTllRA DE KANT 27p ~ n t m ~ , la sexualtdad o la p o l u c a . A pa1 tir de aqni, la arqueolo-

    _o, q u e 1 e m o ~ , d_rensamiento rle Foucault buscar elaborar yt ~ t l h z a r otras herramientas c o n c e p t u a l e ~ . Las nociones de ~ p o s i -llvo_r de prctica son los ejemplos ms evidentes. Con ellas procu-rara resolver, esta vez sin ninguna referencia al estructuralismo latensin _entre dispersin temporal y lluiversalidad que domm elpeusanuento moderno. Estas categoras, en efecto, descdben forde r e ~ l a r i d a d _que no tienen el carctei monoltico que poseta la no

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    28 MI('HEI FOllC o\U! 1a n : : ~ l t t f a de la wrdad, smo de lo qu e podda llamarencontramos enfrcnt. nosotros somos lo que nnposthl1 hacer o ronocr-r'" "qnedt>ducir, de la contingr-nna de lo qtte ha hecho ser In qu esomos, b posibthdacl de no st>r m ~ . hace1 o pt>mar lo qn e "omos,hacemos o pensamos"' 29Como sabemos, el artculo ''Foucault" dt>l Dirtumuant' p!11lnso-pht5, editarlo po r D e n i ~ Hmsman ( P a r ~ 198!), f11t> e ~ c r i t o pot elpropio mteresarlo c-on f'l St'lldmrno de !\lannu" Florenc-t> v la colaborann de Ftant;ois Fwald fTa'!t> inicial, qn e provienr- dees i" ltmw, rlice "S1 Fouranlt se m ~ c n h t > en l.t ti : ~ d H tlt tllo'!fira.es en la tradicin nittra de 'K.c'1n1 r l,. C:nanto hemos t>xpnr-rmite

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    Nota sobre esta edicin

    En el uuso del texto hemos ag1egado, siem.ne enue cor-chetes, acla!actuue& qu e puedeu facilitar la lectma. Se uata dc: (i)un a selle de subrmlos para escandir el esCJito de Foucault 1oegnla progresin de los pnnnpales temab; (ii) la tiaducritJ alca!>tellano de los trminos, textos y ttulos referidos po r Foucaulten alemn, las ms de las vece!>,'\' en latn; y (iii) a l g u n a ~ pocas no-ta& a pie de pgina mdi< adas con a s t e l l ~ c o (a vete:,, pa1 a aclara1 elsenudo de ciertos trminos y su cm respondiente traduLon; otras,para ufJ et.el l.ot \>cniu coi recta de algunos de textos citadospo r Foucaulr qu e ncias a las pginas correspondien-tes de la edicin espar1ola [Antropologw en senltdo pwgmtiro,ti aduLun de Joi> Gaoi>, Madnd, Ahanza, 2004 (primt'ra edidnde 1 ~ 3 5 en la Revzsta de Ocadente)]. En el Laso de ot1as o b r a ~ deK.mt, nos exuuimos de e ~ t e t r a b ~ j o , pues las tradun tones recien-te::. in e !u) c11 la 1efe LHCla a la paginacwn de la edictil de la Ala-deuua.

    [E. C.]

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    Presentacin de la edicin francesa

    Las tesis complementarias, tradicionalmente, no solanpublicarse La "traduccin, mtroducCin y notas" a la Antmpnlnf!:nen srotufo pragm/it1ro constitua la tec;o; complementaria de Fourault. Htstonn df la lorwa. su tests pnnnpal. h

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    34 niiCHEL FOUCAliLTprecisa qu e las principales va1 autes est Alllhe> Snchez Pascual]

    UNA LECTURA DE KANT 35partir de 1953, a Kant: a Nietzs( he a travs de Heidegger. El prefacio a Rinswanger de 1 9 5 - 1 ~ y el "Crculo antropolgic:-n", ltimocaptulo de la lli5toria de la !omra, dan testimonio de l'llo. Cuandoen 1964 Foucault propone, po r consejo de Georges Canguilhem,su traducnou en Vrin, e:.l en condiciones de anunciar en un anota elwmmente tratamiento "d e las relauones e n t r ~ e l pens--7~ t o de derecho delcononmiento (y, en consecuencia, cie todo saber emprico) son, a la vez. las frmas c o n c r e t a ~ de la existenna,tal como se da n precisalllente en e5te nusmo sabc1 em prico.:.

    4 :\1. Foucault, ""Inuoduuion a : Ror ctl"rxlllnrr" ["Introduccin a UJllrlio y la P\"1'/mmi'] en L. Brn5\l

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    3fi MICHFL FOUCAULTPor qu editar -tan taniamente- este texto? Acabamos de evocar las razones po r las cualf's no lo public Foucault en 1964. Loslectores qu e consultaban ocasionalmente la verswnmecanografiada depositada -como toda tesis-, y accesible po r lotanto al pblico, en la biblioteca de la Sorbona -referencia W1961 (11 1) 4-, le manifestaban al autor su asomhro po r que no sehubiera publicado. En momentm como sos tena motivos paraexasperarse ante la ausncia, en aquella poca en Francia. deagentes literarios.

    Desde su desaparicin, esta tesis ha sido a su vez o ~ j e t o de varias tesis y tradu

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    (1 . GENESIS DE LA Al\'TROPOLOGIA DE KANT}

    Una nota de la lntwjJolngu1 mdiCa que, aute1> de se1 1edactado, eltexto habla leido en clase durantt. unos t1emta al'"ws A el estab,m cons.tg .tdas las l e c c w n e ~ d e l 1 > e m e ~ t r e de mv1e1 no, pues lasde l de \nano ~ L . t b a u Ie&enadas a la geografa fsica En reahdadestos datos no son exactos, p u c ~ t o que Kant haba ll11CJado su en-seanza de la geug1aha \a en 1756) los cmsos de antropologa,en cambw, probablemente no ha) an s1do maugm ados antes del1>emestre de mv1emo de 1772-1773 2

    La ediCIn del textP yue conocemos comnde co n el final delo:. cur:.o:. \ (011 el Jetuo dehmmo Lle h.ant como p1ofesor ElNetteJ deulllhf' 1He1kut {Nuevo MeJcUJlO Alemn] de 1797 hacemennn de la noticia qu e le es tr ansmltlda desde Korugsbe1 g"Kant publica e!.te a o su :!.ntwpulogza Hasta el momento la hab1aguardado pa1 a si p01 que, en n e su& conferencias, e1 a la un1c a qu esu!> e ~ I U c h , u t t e ~ frecuentaban AJIOI..l no dama:. cm O ! > , }a nm -gu n e1.crupulo le unp1de ent1 t'gai e" te te"\. tu al pLhco' 1 ~ m du-da, h.ant dejo qu e su pwg1 am a sgu1e1 a figurando au u e u l.1 hstade c u r s o ~ del s e m e ~ l l e de ve1auo de 17CJ7, pero en pubhco,aunque no de manera ofin.tl, haba declarado que 'en 1 azou desu avanz.1da edad,) a no quena ~ c g u u dando confe1 enu.1s en 1.-t

    l ~ l l l h w p n / r , g r '.!.., \1 1 p 12'2, t"d t_sp A n i ~ Y t p o l o , _ T i a 111 \f l l l111opwgrnat1ro \l.1dnd \hanza 2004 liad de J o ~ e Laos p 212 ( rE ' \moldl l\ntt\tlu rA

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    .JO Mlr.HEL FOllCAULT

    Fnivt>rsidad". 1 Cou el curso ya definitivamente intt"frumpido,po r fin Kant se decidi a hacer imprimir el texto.De sus diversos e s t a d o ~ antes de e ~ t a 1ltima redaccin no sabe

    mos nada o casi nada. En dos ocasiones Starkrido cuando Kant lo envi dt>sde Konigsberg aJt>na para hacerlo imprimir. Pero, en realidad, no hav nada en el m a n u ~ c r i t o de la Antmjwlogia, tal como existe en laBibliotera de Rostock, que permita suponer qu e alguno de susfragmento!'. se haya perdido. Es ms verosmil qu e Kant no havaquerido dar espado, en la ob1 a unpreo;a, a 1111 texto que habaformado parte. antaiio, ele su rnseanza oral. En cuanto al primer compendio de Starke, si acaso hay qu e rleten

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    a / Las Rr:flexionrm [Reflexiones] referidas a la antropologa,qu e la edicin de la Academia reagrup7 inLentando darles un afecha. En cualquier caso es preciso enfatizar qne mny pocos deestos fragmentos son lo bastante extensos como para da r un aimagen de lo que la /l.ntropologia pudo se r en un determinadomomento; y si es verdad qu e la datacin aproximariva es propuesta con prudencia, el reagrupamiento se hizo segn el plau de1798, como si hubiera sido un marco permanente desde l 772.En estas condiciones, slo se vuelven descili"ables las modifi cacioues de detalle.b / Los Collegentnt"ilje [Esbozos de curso], eu la edicin de la

    Academia, se repartieron en dos secciOnes: una qu e rene los delos aos 1770-1780; la otra, los de los dos 1 7 ~ 0 - 1 7 9 0 . A pesar dequ e se encuentran las mismas dificultades que en el caso de las Reflexionen, al comparar estos textos con el de 1798, se hallan deslizamientos mayores en el sentido mismo de la Autro-pologa, o en elcentro de equilibrio de la obra (una importancia mayor acordadaen los Collegentuzje a los temas de la historia, la ciudadana. elcosmopolitismo).

    e/ La comparacin co n los textos de l periodo precrtico y lacomparacin con los textos contemporneos, o casi, de la redaccin definitiva de la A.ntmpologia. Se pueden pues aislar algunoselementos que se mantuvieron absolutamente estables desde elcomienzo de l curso hasta su publicacin. En contrapartida, ciertos problemas tue dominaron e l p e u ~ a m i e n t o de Kant hacia losaos 1796-1798 sin duda ejercieron presin sobre el texto definitivo de la Antropologa y, en esrr/,-hrn .1nlagm {Ensayo de una antropologa o filosofla delhombre segn sus disposiciones corporale,]. Bema, 1 7 ~ H - 1 7 9 5 . Serefiere a Kant e u: I, p. 1 !. 11. pp 135. 1-!6. 169 v 3-t L .

    12 Schmult 'Ita a Kanl tn la 1'- 22 de la /:.mm7>..-lJr l'syrholog11'.

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    44 MICHEL FOUCAUI.T

    aquello q t ~ Q . J 1 _ . < ; ~ ! ! ! l _ a y e ~ e l l o qn e mu v pront() va a_r_ancelarJa:--Po r esta razn es imposible siquiera disoci

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    48 1\IICHEL FOUCAVLT UNA LECTURA DE KANT ,19

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    Vi:m der 1Harht cu:mdo se hicieron las Iltimas modificaciones a laAntmj,ologa (supresin de los pasajes repetidos, adicin de referencias), y luego fueron remitidas directamente al impresor otrasladadas a las pruebas.

    *~ INSERCIN DE LA .4.NTROl'Ol.OGfA EN EL PENSAMIENTO

    ~ N T I A N O ]

    Esta precisin de fechas no es, en s misma, ni completamente indiferente ni riel todo decisiva. Adquiere Si l sentido -y la medidade ese sentido- si un o compara el texto redactado en ese momento no solamente con aquellos qu e le so n contemporneos, sinotambin con aquellos qu e se avecinaban, en el tiempo, a los primeros cursos de A.ntmpologa. Si se admite romo punto de origendel tf'xto el al'io 1772. entre la Dtserfarin sobre el mundo semMF e l-teligihlP y el Ensayo sobre las mws humanas, se ve qu e la AntmjJOlogaha nacido en el curso de los ai1os qne parecen cerrar el perodoprecrtico y anunciar la r e v o h i c ~ ~ ~ - - ~ o i ? ~ ~ I 1 i ~ a ! ~ ' ! -

    ~ ~ E : . J . . . _ J \ ~ I N CO N LOS FSCRITOS DF,L .!'!B:ODO P R F . C J : I I C U ~Un a cosa es segura: el texto publicado en 1798 se ajusta en todocaso sin dificultades y sin modificaciones nntabks a valios escritosdel perodo preutico.a/ Obseruacinms soln-e lo bello .v lo mblime (1764). Las concordancias entre este texto y el rle la Antmjmloga ya ha n sido sei1aladas

    con cuidado y x a l : t i t ~ t d po r R. K e m p f . Son notables en lo tocante al anlisis de los temperamentos. Sin duda la perspectiva es, enuno y otro texto, enteramente diferente. En las Obsenmciones, se

    23 OhsrrmtimH su.r k brau et Ir mblimr, Pars, 1959, pp. IX-XV, trad. tr.R. Kempf.

    ordena segn el problema de los sentimientos morales a d m i t i ~ n dose entonces la clasificacin como nn dato-, mientras que la descripcin de la Antropologa es conducida po r un a especie de deduccin de los temperamentos, a partir de la tensin y de ladistensin de la a c t i , ~ d a d y del sentimiento. 24 Pero d contenido esasombrosamente semejante, hasta en las expresiones y la eleccinde las palabras: a propsito del colrico, po r ejemplo, se lee en lasObservariones: "sein H'ohhw>llrn i.5t Hojlirhkrit, ~ e i n e A.rhtun{.{ 1r'monii'[su benevo!f:'ncia es cortesa , su respeto es ceremonia]: y en la An-tropologa: "er ist hiiflich aber mit Zeremonie" [l es amable. pero ro nceremonia].25 Iguales condrlencias a propsito del carcter delos hombres y de las mttieres26 y de los rasgos distintivos de las diversas nadonalidadrs.27 Todas muestras suficientes drllejano olgen de l texto y de la permanencia casi literal de ciertos elementosqu e decenios enteros apenas han empequeileddo.

    b/ Fnsa)'O soln-e las enfennrrladPs del rspiritu (1764). Tambin all,numerosos elementos en comtn: la distincin2S entre T h a ~ i l e i t r ecedad] y Narrheit [locura): "Der Tlwr ist nicht weise, der Nmr si nichtklug' [1'1 necio no es ~ a b i o , !'!loco no es sensato]; la clasificacinde las enfermedades del desvanecimiento (Ohnmndl.f) y rle la perturbacin (Vrrkehttheit), qu e se convr-rtir, en la Antmj,olnga, sinque por ello su significacin se modifique, en la oposicin entrelas ddicicncas ele! r-spritn -Cnniitnchr.lirhP- y sus enff'mwdades-(rl>m-fit,kmnkheitnz-. 29 Notemos r-mpero que ciertas formas de locura, qu e la Antropologa sita en el marco de las deficiencias(Dummheit [estupidez), A.lbrmht [tontera). Thmheit [necedad]),

    24 llrtthmpnlngir, Ak . \11. pp. 286-287; erl. esp., p. 221 y ss.25 Brnharhrungrn, ed. Cassirer. n. p. 263 V ss.: Alllhmjmlogir, Ak.. VII. p.289; cd. esp . p. 22.26 Brnhrrrhtu n;m. ihd., pp. 2fiL) y ss.: el" thmpnlng, A k., \'11, pp. :10.'\ \' ss.;ed . esp . pp . 239 y ss.27 &nbrrrhl>wgt'l. ib1d., pp. 286 y ss.; :\nthmpola.,oir, Ak., VII. p 311 yss.:ed. esp . p. 253 y ss.28 l-nurh j!Je, die Kmnlthcitm de< KoP.fP

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    es1aban en el Ensayo, po r So Por otra parte, la distincin fundamentalde las grandes enfermedades del espritu, si bien conserva los mismos trminos del Ensayo a la .4.ntwpolugia, les asigua un contenidoradicalmente dierente. La clasitJCacin del Ensa-yo es simple: lamOirlwllg [alienacionj altera los conceptos de la experiencia y hacenacer qunue1 as, como en la h i p o c o n d r a ; ~ el delirio ( lVhnsinn)afec ta el JUicio, como en el m e l a n c l i c o ; : ; ~ y, finalmente, la demencia ( \Vahnwilz) d e H ~ I i o r a la razn en lo concernieme a losjuicios.3::1Esta clasificacin fue modificada: los conceptos organizadores dela clasificacin son aquellos que tienen relacin con la experienciaposible, mientras qu e bajo la etiqueta general de alienacin (Vemkung) se encuentran escalonados a la manera de Sauvage o deLnn las nociones de amen tia, demmtia, msania, 1esania. El parentesco del texto de la .1ntwpologia con el del Emayo sigue siendomuy claro, pero aqu se reconocen mejor las huellas de un reajuste en funcin de los descubrimic::ntos crticos y los desarrollos cientficos de la poca.

    e/ Notemos tambin en la A.ntropofoga35 un eco de un texto de1771 en el qu e Kant daba cuenta de una Dissertation de Moscati,

    :1u IlJid., p. 304.31 }bid., pp. 308-310.lbid., p. :ll;!.33 lbtd . p. 313.::14 A.uthropo!,.git, Ak . Vll, pp. 214-215: ed. esp., p. 136 y ss_* (!'ara Kant, la amen ia (debilidad mema!) es la incapacidad de

    esrablcc wnocimentos y aptitudes adquiridos":lli ei elemento pragmtico, de manera qu e ellos no sirvan simplemente para acrecentar el saber de la Escuela, sino adems para organizar y guiar la vida concreta;-y para ello, los dos dominios en los que se ejercita el saber, laNaturaleza y el Hombre, no deben ser tomados como temas deanotaciones rapsdicas, sino que deben se r abordados de un a manera cosmolgica, es decir, con relacin a este todo del que forman parte y en el qu e un o y otro toman su lugar y se sitan (dari.n

    ein jeder selbst seine Stelle eimlimmt).

    36 Guingen, 1796.37 Cassirer. Il. pp. 459460.38 La expresiu es retomada en idmicos trminos en el comienzo de la

    ;\. nthmpnif.>gie, Ak., \11. p. 119; ed. e>p., p. 1 .

    52 MlCHF.L FOUCAULT . UNA LECTURA DE KANT 53

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    Estos temas son cercanos a los que estn indicados en la Intro-duccin y en las ltimas pginas de la A ntmpologa. Pero si el contenido temtico no cambia (preponderancia de lo pragmtico ypreocupacin po r un conocimiento qu e concierna al munrlo enla apretada cohesin de un todo), las estructuras, en cambio, estn desfasadas: Geografa fsica y A n t r o p o l o g < ~ ya no toman sulugar un a al lado rle la otra, como las dos mitades simtticas deun conocimiento del mundo articulado de acuerdo ro n la oposicin ent,-e el hombre y la naturaleza. La tarea de dirigirse haciaun a lVrlrhnmtni.n es confiada enteramente a un a Antropologaqu e ya no se encuentra co n la naturaleza sino en la forma ya habitable de la Tierra (Erde). Y, en consecuencia, la idea de un aperspectiva cosmolgica qu e conducira por addantado, y desdelejos, a la Geografa y a la Antropologa, sirviendo de unidad dereferencia al saber de la naturaleza y al conocimiento del hombre, deber disiparse para hacer lugar a una idea cosmopoltica,qu e tiene valor programtico, y en la qu e f'l mundo aparece msbien como ciudad a construir qu e como cosmos ya dado.

    *(2.2. RELACIN CON l.OS TRABAJOS DEL LTIMO PERODODE L PENSAMIENTO KANTIANO)En el otro extremo de la ohra kantiana, la Antropologa es contempornea de algunos otros textos que.juntos, permiten casi delimita r el punto de llegarla o al menos los aportes ms recientes. Sosteniendo de este modo los dos cabos de la cuerda, tal vez noshallemos menos inennes para aborrlar un hecho, a la vez histrico y estmctural, doblementc> prf'sente en la cronologa 1l!" los textos y en la arquitectura de la obra, qu e es la contemporaneidadde l pensamil"nto crtico y de la reflexin antropolgica.Po r la poca en qu e Kant, para editarlo, se ocupa de pasar enlimpio este texto, tan arcaico en sus preocupaciones, tan remotamente arraigado en su obra, cules son, pues, los intereses principales y ms recientes de la reflexin?

    CI})n rj1i.mdio final de f.a c o n r ~ j J O n d m c i a ron jakob Sigismu nd BetkLa ltima carta de inters filosfico qu e K.c'lnt dirige> a Beck est ft"-chada el lo de julio de 1794. Se refiere a lo qu e Beck llama la B-legung. la imputacin de nna representacin, en tauto determinacin del slueto, a un ~ j e t o que difiere de ella, y po r la cual t>lla seconvierte en d elemento de conocimiento. Kant hau notar qu ela representacin no "corresponde' a un ohjero, sino qu e la representacin corresponde a un a reladn con otra cosa -por bcual se vuelvr comunicable a los otros-. Sostiene tambin que> lacaptacin de lo mltiple v su asuncin en la unidad de la concirncia constituye un a y la misma cosa con la representacin de esoqu e slo es posible po r o m p o ~ i c i n . Y slo desde d punto de "ista de esa composicin porlemos comunicarnos los unos con losotros. En otros trminos. es la relacin con el objeto la qu e torn;la reprt"sentacin vlirla para cada uno y en ronsentc>nria comuuicahle: lo cual no impide que debamos operar la romposrinpo r nosotros mismos. Los temas mayores de la Critim -re'larncon el obje'to, sntesis de lo mltiple, validez uniYersal de la representacin- se aglutinan fuertemente alrededor de'! problemade la comunicacin. ~ n r e s i s trasr!"ndente jams se da sinoequilibrada po r la posibilidad de se r empricamente compnrtida,lo qu e se pone de manifiesto en la doble forma del acuerdo (ObP-reinstimmung) y la comunicacin (Mittrifung). Qut> b r r p w ~ e n t a -cin no est afectarla a un a rosa, qu e la mulliplicidad no se ofrrzca ya anudada en s misma. garantiza, en un a rontrpresentaciones. Es qu e el s1ueto no se halla rlt>tenninado aflU po r lamanera en qu e se ve afectado, sino qu e se d e t e r m i n < ~ en la constitucin de la reprt>sentacin: "Wir knnen aher nu r das verstehen mH\ anderen mittf'ilen. was wir sdbst machen konnen" [Pero nosotros slo podemos comprender y comunicar a los otros loqu e nosotros mismos podemos hacer].39

    All temna la correspondencia filosfica co n Beck. " N o t o ~ , escJibe Kant al terminar su carta. ' 'que ya no me comprendo lo su-

    '19

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    ficientc"; y anhela que un matemtico como Beck meda prrsenta r con suficiente dar(bd "los hilos tenues y simples de nuestrafacultad de conoce1 ''. En realidad, el dilogo con Beck no serreanudado hasta el final. pero prosigue de un modo sesgado.Beck efectivamente le enva a Kant ues nuevas cartas. la primeratrata una vez mas de la problematica precedente: umdad ~ m t t i ca de la conciencia. r e p r e ~ e n t a u o n qu e uo est ligada al o ~ j e t opo r un vnculo exterior al acto mismo de la representacin:1 Lasegunda concierne a dos temas: 1 por un lado, la irreductibilidadde la sensibilidad y del entendimiento (el objeto qu e afecta a lossentidos es cosa e u ;, u fenomeuur. puede el emenrlimtentoconstituir su o ~ j e t o tuera de la ,ensibilidad?, es su rol, para lasensibilidad, afectar al s1ueto, y para el entendimiento, relacionaresta afeccin suqjetiva con un objeto?); po r otra parte, la relaonentre lo terico y lo prctico (en la conciencia prctica, el hombre, qu e se eleva po r c=ncima de la naturaleza, no deja de ser unNatws

    41 Cana dd 20 dt" JUitio d.,. 1797 (Cassirer. X. pp. 301-310); carta 754.42 Cana del 24 de junio de 1797 t.a uposJcJn entre el entendimiento y la sensibilidad no es amenazante para la unidad de lo yue Heck llamaba, afin de marcar mejor su tdentidad, "das E1fahrrndi' llo experiencialj. "Ich als denkendes Wesen bm zwar mil mi r als Sinnewesenein un d Jasselbc= Subjekt " [Yo sov como ser pensante ciertamenteun o y el mismo stt>to conmigo mismo como ser sensiblej:15

    ~ ~ n t r o f o f _ y _ g f ! U ? ~ u i . d a d . o . ~ J i r ~ l a m b i n . -Sew.c:Q:!nk."u1o y ~ < : _ e 2 9 . Q l ' 1 . Esta ltima es defimda por l.t concien--i

    cia de lo qu e el hombre hace; aqul, po r la conciencia de lo qu eexperimenta. 16 Definiciones qu e encajan con las de la L1itim, pero con un cierto desfase. La apercepcin que la CJitica reduca a lasimphndad del yo pwuo 11 se asemeja ahora a la actividad originaria del sttieto, mientras l{Ue el sentido interno, que la Crtica analizaba de acuerdo co n la fonna a priori del tiempo;18 es dada aqudentro de la diversidad prim1tiva de un 'GI'llankempief' [juego de lpensamiento] ,4\1 qu e se juega por tuera de la mauiz misma del suJeto,} que hace del sentido interno el ~ i g n o ms de uu a pasividadprimera que de un a actividad constitutiva.

    b) En el texto que ha pe1manecido indito, Kant desarrolla conms detalle el p r o b l ~ _ ? _ a del conocimient_Q de El ~ ~ < ! _ ( ) inteni;J

    43 .1 nthmpolngtr, Ak., \"ll, p 138; s ~ . ; e-d. .. p. 39 \' ss.4-i lb1d., :\1.., \'II, Pl' 167-108; ed. ,sL pp. 7 6 - 7 ~ 1 .-1:"> fb1d . .-\k., \11, p. l-l2; ed . e ~ p . , p. +-l.46 fl(/, .-\k., \11, p. 112; t>d. e>p . p. -15.47 l'amlogznno dr la Razn pum, Cas,irer. 111, pp. 272 )'So., .\ k . IV. p. 215

    Y s ~ . ; !\ 341) SS.48 Hefutnrlol llintl11mo. 1b1d., p. 200; Ak . IIL p. 190; B 275..JY !lnthmJolngil', Ak . \1L p. 161; ed . esp . p. 69.

    UNA LECTURA OE KANT

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    1 - ~ I ~ e t o . "0 He all, reconocerKant; un a "gran dificultad": pero hay que tener presente q u e - ~ \trata de un o t ~ p e l t e s lclt [doble yo1, sino de un "rioppeltrs RrwujJtHin dirses lch" [doble conciencia de este yo] .51 A < ~ e l ~ o n s e r v a su unidad, pero si viene a la conciencia aqu como contenido de percepcin, all como forma riel juicio, es en la medida en que puede afee--tarse a s mismo, siendo, en un nico y mismo acto, "das (JestimmendrSubjekf [el steto qu e determinaJS.:d.as sch srlbst brstimmenrfr Subjekl' s t t i e ! _ ~ - ~ ! ~ - ~ ~ - ~ e t e r m i n a a s mismo_]. Un a sensibilidad irrerlnctihle al entendimientono cone, pues, el tiesgo de disociar el sujeto, y no es preciso, para alejar ese peligro, someter todo el campode la experiencia a la sola soberana del entendimiento, ni hacer deste lo Erfahrcnde [lo experirncial] po r exce-lencia, ni tampoco rlesgnar en lao; categoras la forma migina1ia dei"Vrstandes-Vrjahrrn"[procedimiento del entenrlimiento]: otras tantas s0luciones extremas qu e Beck, impresionarlo po r el pensamiento fichteano. se creaobligado a arloptar para evitar la divisin del S t ~ e t o kantiano.Las cartas de Beck recibidas po r Kant, en el momento en que ste redactaba el texto definitivo de la A.ntmfJolof!:a (o en torio casopoco tiempo antes), esnn1eron en el origen de esas respuestas da-

    50 Fid11e, 7uP/P Finlritung in die Wiw'll>rlwft,log:, p. 264 y ss. [Ausente en la edicin espafJOla.]

    gonales qu e uno puede descifrar tanto en la ohra impresa romoen el manuscrito. Se pnerle incluso suponer qu e los pasajes qu equedaron inrlitos representaban de manera demasiado cercanaun a respuesta a Beck, y una rdlexin sobre los problemas qu e lplanteaba. como para poder figttrar en la Antropologa propiamente dicha. Al mismo tiempo. po r marginal qu hava sido. este ckbi!te _Eermita definir el e ~ a c i o en el que una Antropologa en general era posible: regin en la cual la observacin de s no accede nia un sujeto en s, ni al yo puro de la sntesis, sino a un ~ t _ ~ e s Qfrjeto, v presente nicamente en su mera verrlad fenomnica. Peroleste yo-objeto, ofrecido al sentido en la forma del tiempo. no es 1empero extra1o al s 1 ~ e t o determinante, puesto qu e a fin de cuentas no es otra cosa fJUC el sujeto tal como es afectarlo po r s mismo .Y lejos de que el dominio de la Antropologa sea !.'1 delnwcanismode la n

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    Estado, o del imhduo con la c o ~ a en la forma abstracta de la propiedad. Pero he aqu que, en la segunda mitad de l siglo XVIII, surge la intenogacin sohre las relaciones de pertenencia de los individuos enue ellos en la fonna concreta y particular de la pareja. de lgmpo familiar, del hogar, de la "casa .. Cmo la sociedad civil, qu ela burguesa presupone como su fundamento y sn justificacin,puede particularizarse en unidarles restriugidas, qu e ya no tomannada delnwdelo tendal, pero no han de disolverse en el momentoen qu e ste desaparezca para siempre? Christian Gotctried Schtzse haba preocupado ..ti ver, en la ; \ 1 r t a J 1 ~ m rM Deredw, modelarse estas relaciones dt'masiado fielmente a imagen de las o r m a ~ mayoresdel derecho real Kant no les haca un lugar en la seccin titulada"Von de m auf diltgliche A.rt personlichen Recht" lAccrca del derecho personal de modalidad real], qu e se divida en tres dominios,de acuerdo con las ues fonnas esenciales de la adquisicin: el hombr e adquiere (erwirbt) un a u ~ e t ~ la pareja adquit:re hos, la fiunihaadquiere o i a d o s . ~ : ! Pero Schitt.z se niega a creer que en la relacinmatrimonial "la nncr se comierta en la cosa de l hombt e"; la fmmade satisfaccin que, en el orden del matrimonio, el hombre puedeextraer de la mter no reduce a la mujer a un estatuto tan primitivamente simple; la cosificacin delprojuno carece de vet da d excepto en el canibalismo. El mauimonio y los derechos qu e ste otorgano hacen de las personas "'n's imgihif.e( [cosas fungiblesl. Lo mismoocurre co u los sirvientes, que no podran ser considerados comocosas a menos qu e su captura y el derecho a su captura pudieranse r inscriptos t:"Hlle las reglas fundamentales de la vida en sociedad.En una palabra, el problema que plantea Schtz, b ~ j o diversos aspectos, se reduce a la constitucin de estos tslotes conf retos de lasociedad burguesa de los que no pueden dar cuenta ni el derechode las personas, ni el derecho de las cosas: sntesis espontneas qu eno puedeu se r agotadas ni po r un a teora de lo concreto ni por unanlisis de la apropiacin, fra1-yas de l derecho en las qu e la dominacin no es ui soberana ni propiedad.

    52 [)e Mrtaphyador] no se diferencia, salvo po r la forma, de la antropofagia. Pero a la mversa, si la significacin moral de la relacin sexual es muy diferente segn se realice o no dentro de laforma jurdica del matrimonio, el comenido mismo no cambia; elcompaero se convierte para el otro en un a cosa, un adjutorimnlayud.tj de su placer. El derecho autoriza el hecho; pero al fundarlo. 11 0 altera eJ COlllCHido y ll O produce sobre ellliHguna metamorfosis.. Lo mismo ocurre en la relacin co n los domsticos: sin duda setrata de personas; pe1 o la 1elacin es jurdicamente una relacinde posesin. Qu e uno tenga a alguien eu su po!>cswn seala unJUS w 1e lderecho 1 ealj; el criado -a diferencia del hombre que

    t r a b < ~ j a po r 1111 jornal- forma parte iutegrame de l Hawwesm [rgimen de la casa j. La relacin jurdica qu e cosifica no cambia en cosa la e5encia de la persona, sino qu e establece de p n ~ o n a a persona relaciones que son las de la persona con la cosa. St htz, en sup r o t e ~ l a , confunda el punto de vista moral y el punto de vista ju rdico, la persona humana y el steto de detecho. D i ~ t i n c i n que,en su rigor, la respuesta de Kant restablece.',:!

    Pero la o ~ j e c i n de Schtz iba al meollo mismo de la preocupacin antropolgica, qu e es un cierto punto de convergencia y dedivergencia de l derecho y de la moral. La Antropologa es nagmti-ca en el sentido de que no considera al hombre romo perteneciente a la ciudad moral de los espritus (pues se la llamara prc-

    53 Carta del lO de julio de 17!17. Ca>Sirer. X. pp. 3H-3lti, n -102; .\k. Xll,7tll l i2-!j, pp. li.ll-183.

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    tira) ni a la sociPdad civil de los sttietos dp dr:"nrho ( ~ e r a entoncesjurdim); lo considera como "ciudadano dPI munclo". es decir. como perteneciente al dominio df' lo universal conr.reto, en el qu eel steto de derecho, determinado po r las rf'glas jurdicas v sometido a ellas, es al mismo tif'mpo un a persona humana que alcanza,en su libertad, la ley moral universal. Ser "riudarlano rlf'l mundo"es penenec('r a esa regin tan concreta como un conjunto de reglas jurdicas precisas, tan universales corno la lP}' moral. Decirque una Antropologa (' S p r < ~ g m ; h k a y decir quf' considera alhombre como ciudadano del mundo equivale pues a decir lo mismo. En estas condiciones, corresponder a la Antropologa mostrar cmo un a relacin jurdica qu e es del orden de la posesin,es rledr 1111 ju.s nntm [rlerecho real], puede preservar el m deomoral de la persona tomada como s t ~ j e t o de libertad. Prt>servl va-lor de la mtier; sera, al contrario, la ausencia de celos lo qu e reducira a la nntier a no ser sino un a mercanca intercamhiahlt>. Elderecho a estar celoso -hasta el asesinato- es un reconocimientode la libertad moral de la nnyer. Pero la plimera reivindicacin de

    54 Anthmf>ologir:, Ak.. \'TI, p. 303 v ss.; ecl. esp., p. 243 y ss.

    esta libertad es la de escapar ansa, la libertad de la mujf'r; prNensin dela nnuer de ejercer, a pesar del manimonio. su s o b e r < ~ n a sobre elhombre. As se trama toda una red en la qn e ni el derecho ni lamoral se danj:-tms en estado pnro: pero en la fJHe su entrecruzamiento ofrece a la accin humana su espacio de juego, su latitudconcreta. No es el nivel de la libertad fundamental ni el nivel de laregla de derecho: es la aparicin de ciintercambio'' en la qu e el hombre hace circular sus libPrtades comode mano en mano, '\Inrulndose as a los otros po r me-dio de un comercio sordo e ininterrumpido. qnt> lt" procura un a residencia entoda la superficie rk la tierra. Ciudadano del mundo.

    3 / La correspondmria con Hu{Plmuf y la terrero parte df'l Co11j7cto delas Facu1tmf,,sEn la poca en que Kant redacta la Antropologa, su correspondenda lo muestra menos preocupado, a decir verdad. po r los proble-

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    mas de la filosofa crtica -cuyos hilos siente, a causa de la edad,que ya se le escapan- qu e con cierta interrogacin en la que la veje z se asombra ele s misma y se cuestiona: esa vejez que ya no escapaz de asir las tenuidades trascendentales, pero que parece seguir siendo duella de st ~ : : n la cuidadosa prevencin de toda enfermedad, qu es lo qu e signjtica? Es vida prolongada o vida acabada? Esa edad de la razn indica un dominio sobre el tiempoprecario de la vida? Ese escurrirse de la vida qu e aproxima a nosotros, sin nosotros, el trmino de la vida, puede ser esquivado odominado po r un a sntesis activa de la razn que hace del th9oirreprimible el reino calmo de la sabidura?

    Por tercera vez el problema de la pasividad y del tiempo aparece en suspensin sobre ese perodo en el que se elabora definitivamente la .4ntmpologa.F.ste problema coincide con un texto publicado po r Hufeland eintitulado" vlakmbiotik oder dte Kunst das menschhrhe Leben z.u I!erliin-gern" [Macrobitica o el arte de prolongar la vida humaua].5" Texto que se inscribe en todo un movimiento de la medicina alemana del que Reil y Heinroth dan testimonio: vasto esfuerzoantropolgico para ajustar la observacin de la enfermedad a un ametafsica del mal, y para descubrir mediante cul comn gravitacin el derrumbe en el mecanismo patolgico recubre exactamente la cada de la libertad e11 el pecado.:,; La obra de Hufeland,sin se r tan radical, se sita empero en la vecindad de ese pensamiento. Lo hace, con cierta reserva, como el reverso pragmtico,ya que es cuestin de utratar moralmente lo que en el hombre hayde fsico" y de mostrar que "la cultura moral es indispensable para la consumacin fisica de la naturaleza humana"Y La medicinamorahsta que, dentro de la dinasta de Rousseau, domin el finaldel siglo XVIII, encuentra all al mismo tiempo un a consumaciny uu a inversin de senudo. En esta nueva fisiologa tica, el vncu-

    55 Jena, 1796.56 Cf. Heinrorh, Reil y iuego 1Ioffi>aucr.57 Carta de llufeland a Kan!, ed. Cassirer, X. pp. 294-295; Ak., XII,[728), pp. 136-137.

    lo de la salud con la Yirtud ya no pasa, como en Tissot, po r la inmediatez natural, sino por el universal dominio de la razn. Lasalud es el reverso visible de una existencia en la que la totalidad orgnica est dominada, siu oposicin ni residuo, po r una forma deracionalidad que, ms all de toda particin, es al mismo tiempoca y orgnica. Es el espaciO de juego de la libertad -espacio enel qu e ella puede jugar, pero espacio qu e ella constituye precisamente po r su juego-. Ysi en el"pthos" [padecimiento] de la enfermedad hay algo qu e la emparenta con las pasiones, ya no es po run excesivo alejamiento del mundo calmo de la uaturalcza, sinopor una distensin del arco espiritual de la libertad: el cletemuismo -libertad relajada- no ni del todo causa, ni simplementeefecto de la entennedad: es el proceso mismo de la enfermedadque se hace, es decir, de la racionalidad orgnica que se deshace)'que remmcia, po r falta, a su libertad. De modo que la posibilidadde das menschliche [{?/1cn ;;u verlngeru"* [prolongar la vtda humauaj arraiga en un buen uso de la libertad, preservando a la mecnica del cuerpo de una cada culpable en el mecanicismo.

    En esta nueva inspiracin mdica se reconoce -antes de convertirse muy pronto en twa filosofa de la naturaleza- un parentescocon el kantismo. Hufeland lo acepta sin restriccin, cuando en sucarta del 12 de diciembre de 1 96, le anuncia a Kant el envo desu Makrobwtik, envio doblemente justificado puesto que Kant demuestra po r su misma existencia qu e es posible coJJsenar el propio verdor en la vejez en medio de los t r a b ~ o s espidtuales ms arduos, y puesto que su obra autmiza un conocimiento del hombrequ e es, en el fondo, un a verdadera a n t r o p o l o g a . : ; ~ : ~

    En el momento en que recibe la carta y la obra de Hufeland-con un retraso bastante considerable, no antes de mediados demarzo de ] 797-'''J Kant est interesado precisamellle en este mis-

    * [Aunque eu la edicin h,mu:;a del texl(l de FoUI aull "lebc.n"' apareceen minscula. eu el otiginal alemn se ua1a del '"'rantiw1 "l.ebcu" yno del verbo. Pm lo t.;nto, debe ir con mayiscula.] [E. C. j58 Cana dt: Hufeland a I\..ant, ed. Cassirer, X, p. 294; Ak., XIL p. 136.59 Cana de Kaut a Hufeland, ed. Cassirer, X, p. 299; Ak., XII. cana 740.

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    mo problema. Se dedica a leer con cuidado el texto de Hufeland,lentamentt> a d c m ~ . para hact>r estucliarn las rrlariones di" la Facultad rlscripcin mfdica y prt>cepto filosfico e n c ~ a n espontne conser-

    bO 1/nd61 Cat ta a Hufeland de l fi de !ebt et n de 1798. ed Cassu er, X. p 310.62 Cf carla a Nkolonus del q elro de esos deseos eo;; incondicionado.) el enfenno que invoca t>l alivio dt> la muf'rtt> si'mpr e anheb un respiro cuando llega el momento xistencia no es. pu!"s. un a 'i ~ drdira: la hiporonclrlirio no en rl Sf'ntido de que le falta el" \ r a n k h n t ~ ( t o j f [material m1 birlo]. smo e-nel sentido de qut> la imaginacin proyt>cta sobre ella y su simplt'realidad el juego de sus fantasmas. En cuanto a las enfem1edadesen s. no o;on accesiblt>s a este domimo del ''>jlt itn " ITH'rtn'> qu etengan la forma del espasmo. 1>l Y po r ello hay quP f"ntendcr. comoocurre con toda la medicina el(") siglo XVIII. no exactamente lacontraccin involuntaria rlP l::t mnro.sino de manera ms gt'neral toda inhih1nn y acelerann (nosiendo sta sino f'l efecto p a r a d r ~ j i c o de aqulla) dt> los mmtmit>n-

    63 Drr Strnt dr r Fimtlfrfp [El conOtctn rle la ' faculrades], ed. C a ~ > l t "' \'11, pp U2Al4, Ak . \'ll. pp ~ N - l O O 'El g

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    tos namrales y regnlares del organismo. Sobre estos movimientoso, mejor, sobre sus alrera(iones, el espritu tiene poder reeguilibrador: dnei1u de su p e n ~ a m i f : r H t ) , dner'w de ese movimientovitalljue es su versin orgnica y su contrapartida indi:.peusable.S el esptritu fuera inmvil, la vida entrara eu el dormir, es decir,en la muerte (slo soiiar impide perecer cuando un o duerme); ysi el movimiento de la Vll.la curre d nesgo de de:.etLliurar:se y debloquearse en el e ~ p a s m o , el espritu debe po der restituirle un ajusta moYihdad.

    Entre el texto renHtido a Hufe\and y la Antmpologa, la comunicacin es inmechaw: esran en el mismo mvel. Descontando los dospargrafos de 11111 Jer Alarht,6'' todos los olros se eiHrecruzan co nlos ternas tratados e u la .i.111wjmloga: hipocondra, snei'lo, problemas de la alimentacin yde la digestin, reflexiones sobre el tiempo oportuno del pensamienro. Todo un largo pasaje sobre el dormir fue incluso suprimido del m ~ m u s u J t o de la A rrl1o{lof,gaporque se repeta eun t i Cu11j7irto dr las Fm ultads. Redactados almi:mw uenp,>, los dos textos perleHeceu a la misma vena de pensamiento.Sin duda la investigacin que realiz Hufeland ayud a Kant aresolver una de las dificultades que incesanterneute pesaban sobr e la JntrutJo/ogia; ~ c c i m o anicular un anlisis de lo que el hornonatura [el hombre natural] es con un a definicin del hombre co-

    }110 sujeto de libertad!- En los Collegenlwtje de los aos 1770-1780,el problema scilu llega a ser p e n ~ a d o en forma de separacin: "111\.f.nlllniss d t ~ l i\1enschen als Notunlinges (conocinllento del hombrecomo cosa natural]; 2 als silllir:hen \Ve.sen (t:omo ser moral]", o elecircularidad "H'eltknrll!iss ist [el conocimiemo del mundo 1 /Natu.rkennlii/H r ouocimiento ele la naturaleza]; 2 1LHensrhtfT-manecen aln vacos: "Die 1\Ienschenkenntniss hat die Idee zumGnmde, daB wir die Natur zu unseren Absidnen am besteu brauchen konnen" [El conocimiento del hombre tiene pu r fuudamento la idea de que nosotros podemos utilizar la naturaleza del mejo r modo para nuestras intenciones].67 Pero hay que esperar elCu;iflirto de las }andtadl'\ y la redaccin de 1797 para que se preci-se el seulido de ese Gebnwd1. Se ve entonces cmo los moviwicntos del cuerpo, po r muy cundto11antes qu e sean (de la vida y de lamuerte, de la vigilia yel dormir, del pensamiento r el no pena-mielllo), pueden se r dommados po r los mo,imiemos del espritu ysu libre ejernciu. La r.eoria del "espasmo" ha mostrado cmo las

    : . n t e s i ~ espontneas y pasivas del cuerpo pueden ser retomadas yrectiticadas en aquellas otras, voluntarids, del espritu. stas, noobstante,jams llegarn al extrt>mo de ellas mismas, al punto deelevarse en un a soberana que dominara la muelle. De eso la ve-je z lleva el signo. es la encalladura necesaria de ese dominio en laespontaneidad de las sntesis pasivas. La edad no es una enfennedad, ~ i n o la situacin en la que una enfermedad ya no es dominable. Y el tiempo nueYamente domina.

    *Hay gu e detenerse alg1mos instantes . Y fingir, po r razones de mtodo, situar la Antropofagia sin refcreuna a la Crtica, eom o ellamisma uos invita a hacerlo, puesto que en ningtn momento eltexto de 1791:! la supone explcitamente. Estara solo enmarcadodemro del si:stema de actualidad del peliodo poscrtico, pero cargado con los meros recuerdos de la poca precrtica? Una ciertacantidad de t e m a ~ . en todo caso, ya estn planteados.Q.:; El pensamiento antropolgico no propondr cerr

    nicin, en trminos naturalistas, del Hseu [ser] humano: ''Wir un-

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    tersnclwn hier den Menschf:'n nicht narh dem was er naturlicher\Veise ist" [nosotros no investigamos aqu al hombre segn su manera de ser natural], decan ya los Collrgl'1ltwi1fr de 1770-80.68 Pero la :1ntmpologa de 1798 transforma esta decisin en constantemtodo. en voluntad resuelta a seguir un camino qu e ya est previsto que jams encontrar su thmino en una verdad de naturale-

    ~ Corrt>sponde al sentido inicial de la i\nt7njJn/oga el ser Erjors-dwng: exploracin de un c m ~ j u n t o nunca presentado en sutotalidad.j;uns en reposo en s mismo pu("sto que est tomado enun movimiento en t>l que- naturaleza y libertad aparecen intrincadas en el Gelmwrh,_xld que nuestra expresin "uso" slo abarcaalgunos de los s e n t i d o ~ , / ~\3;- Estudiar, entonces, no la mf'moria, sino el p1odo de servirse

    de ella.69 Desclibir no lo que el hombre es, sino lo gnf' p n e ~ k hacer de s mismo1 Este tema sin duda fue, desde-el origen, el n-

    'deo mismo de la reflexin antropolgica, y el indicio de su singu-laridad: ""\'.ir untersnrhen hier de n Menscht'n ... um zu \\ssen waser aus sich machen und \\e man ihn hrauchen kann" [!lOsotrosinvestigamos aqu al hombre ... para saber lo que puede hacer de_s y cmo se lo puede utilizar]. Tal era el programa definido po rlos Collrgl'11twiir.J!.70 En 1798, aparece doblemente modificado. LaJntro(lo/ogn ya no buscar saber "cmo se puede utilizar al h ~bre", sino "lo gu e se puede esperar de i":'WPor otra parte, elladetermin;u lo gue el hombre "puede y debe" (karm und solO ll.c!:icer de s mismo. Es decir que ~ : " l n s o es arrancado rlf'lnivel de laactualidad tcnica y colocarlo en un doble sistema: de obligacinafirmada con respecto a si. r!e distancia respetada en rt>lacin cqp._los otro:>. Es situado en el texto de un a libertad q u ~ : " se postula a lavez como !>ingnbr y universal.

    68 Lants Srhriftrn, Ak., :'\\.', 2tc Hiilfte, pp. 6f;9-6GO.69 Cf. A>lllmif>o/ogir, "Vorrede". Ak., VII. pp. 119-120; ed. esp., "Prdacio".pp. 17-19.70 Kant.< Srhrijlm. Ak., XV, 2. pp. 6596f0.71 - ~ t h m p o l o g i r , "Vorrede". Ak., \1!, pp. 119-120: ecl. esp. "Prefacio". pp.17-19.

    ( ~ r - Dt> ese modo se define el carcter "pragmtico" de la A.11lru:f!.oloa: "Pragmatisch", rlf'can los (;oli-P,f!;t'nlwiir{l', "ist Erkenntnissvon de r sich ein allgemeiner GebrauLh in de r Gesellschaft machen lasst'' [es el conocimiento del n nniwrsal. En el texto de 1798, se transform en uncierto modo de ligazn entre el Kormm [poder] v el Sollm !debe rl. Relacin que la razn prctica aseguraba a p1iori en el Imperativo. v que la reflexin antropolgica garantiza en el n:u:airnie.fr.to concreto ~ l ~ l . _ ~ I - c i c i o cotidiano: en el Sf,ielen [juego]. Estanocin de (Sklelrr es singulannente importante: el hombre es djuego de la naturaleza:'3 pero este juego lo juega l, y en ello st>juega l mismo: y si le acontece caer en el juego, como en las ilusiones de los sentido-;, es porque ha jugado consigo mismo a servctima dt' este jnego:71 dt ' modo qu e lt> corresponde st'r am o dt>ljuego. y retomarlo po r su cuenta en el artificio de una intencin.,El 'u e o se melve f'ntonces un "kiinstlrhPrS iel' 'ue o ar6finosov la apariencia con la que juega recibe su justificacin moral.7" LaAntrofJOlogn se despliega. pues. de acuerdo con esta dimensin del 7ejercicio hnmann que \'a de la ambigedad del .Sj1iel Uuego = ju-jgnete) a la indecisin del Kunst (arte= artificio). ', ,_ '"'''{:,ir, ,\k., \ 'U, PI' 1Jfl-1:20: cd. l ' ' l ' . p. 18.74 !bid.75 !bid . ,-\k., VU, pp. H9150: ecl. e-sp., PI' : c ~ [ d .76 f.:anls Srhrijieu, Ak.. XV, '2, p. 7 ~ ! 9 .

    t.JNA LECT1'l-;:___,_\. DE KANT j 'l

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    ra, en los qu e se resmm la h i s t ~ ~ ! j ~ J l c l _ I l l ~ ! l t 0 g , _ ;QnsJ.ll)::.e..rLl!!l!1c u e l ~ _ g _ ~ ~ c o n d u ~ ~ p o . t = = e l l ~ . . t . . ~ b . t . ! . l a al c Q l l O J : I J 1 i e p t Q _ ) ' . - . . . b 1 J ? E . . ~ - ~ ~ c _ adel numd_().77 Siendo ~ l ! ? ~ ~ ~ - ~ ~ p _ I . : _ ? P ! ~ ~ s c ~ t e l ; : l , la reflexin an

    t r o ; ~ l g i c a tt:ndra el s ~ n t i d o de situar al hombre en este elementofonnador. Po r lo tanto ser. ndisociahlemente, anlisis de la manera en qu e el hombre adquiere el mundo (su uso, no su conocnnienro), es decir, cmo puede instalarse en l, y entrar en el juego: Aiitspit:!en [participar]; y i n t e s i ~ de las r e s r d p c i o n c ~ y reglas 4llf el

    O . . ! _ Y _ J ~ ( l o i _ m p . Q _ r t c ; ; _ _ _ a L . h . Q w . l . m ; : _ . _ _ p . u r ~ . : _ c . u a k s lo ionna y lo pone encondiciones de dominar el t , ~ ~ g ( ) : - ~ a s Spzef 1.u:rstehm lcompreuder el.j_uego De J ~ o ; l ~ q ; laAnlmJiuiogia 110 ser historia de la cultura

    l ~ i s s sucesivo de sus formas; sino prctica a la vel inmediata eimperall\

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    dt>sear] .x1 Si es cierto gu e el Grmiit del qu e se trata en la A . n t r o J . ~ _ Q -logia es en verdad el elemento p r i m e r ~ _ Q ~ ~ ~ ~ - ~ p J o ! a c i r l . un o sesiente autorizado a p l a ~ l t ~ ~ l ! _ l ! - cierto nmero d ~ . ! ~ . . ! t . a s :(!) Cmo un f'>:tudio del Gemiit pnmite un conocimiento del

    hombre como ciudadano del mundo?'9 Si verdad que la Antropologa analiza. po r su parte. el Ce-miit, cuyas facultades fundamentales e ineductibles rigen la organizacin de las tres C:Jitim.!, cul es entonces la relacin delconocimiento ;mtropolgic.o con la reflexin crtica?

    @)En qu se distingue la investigacin del C.emiily de sus faculta. des de nn a psicologa, ya sea racional o emprica?A esta ltima pregunta parecen nsponrler dirFctarnente los textosele la :\nlmjmlogin y de la C1itim de la mz.n pura, au n si la totalidad dela respuesta no es dada en ellos.

    Es sabida la distincin gn e eMablccc la "Arqnitrct0nica . entre~ i c o l o g a racional y Psicologa emprica. La primera pertenece ata filosof.@_pura, y po r lo tanto a la m e t < ~ f s i c a , y po r Fnde sr opo-ne a la fsica racional del mismo modo r p a ~ el ohjrto del sentidointemo al o l ~ j e t o de los sentidos externos. F.n n1anto a la psicologa emprica, un a larga tradicin le ha hecho nn lugar en la metafsica; ms atn, los fracasos recientes de la metafsica ha n podido hacer creer que la solucin de sus insolubles problemas seesconda en los fenmenos psicolgicos qu e corrf'spondan a 1111estudio emprico del alma: y as la psicologa confisc un a metafsica descorazonada en la que ella haba ocupado ya Hl l lugar indebido. l.h1 conocimiento emprico no puede. en ningn c ~ s o , darlos principios o iluminar los fundamentos clt> un conocimientosurgido de la razn pura y po r consiguiente enteramente n jniori.La psi!=ologa emprica deber pues despegarse de la metafsica, ala que es ajena. Y si semejante dt>splazamiento no puede llevarse acabo en lo inmediato, es porque hay que prepararle a la psicolo-

    81 Kririh dcr l'rtci/kmfl [Crtica del juicio). ed. Cassirrmanece el alma en la incesante modificacin del tiempo? La condir.in de la experit"ncia f)Ue tent" de s misma, y el d

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    nos servimus de la represdH

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    76 MICHE:L FOUCAULTsin: el GNniit no est tan slo organizado y annado de los podens y < ~ n d t a d e s qu e se repart!"n su dominio; la gr se abre a la posibilidad de loso ~ j e t o s ; ' ~ ~ ella no devela en un mmimiento "ostcnsho" la naturaleza de las rosas, sino qu e indica de antemano cmo buscar dichanaturaleza;!l-t al indicar po r ltimo qu e el acceso a Jos lmites deluniYerso est ms all del horizonte de l conocimiento, ella compromete a la razn t>mprica en la serinlad ck una labor infinita.% \.,En otros thminos, l ~ i _ d e - a . s i e m ~ ~ t : . . \ ~ _ b a ~ ~ ~ . l < ! . . ! ' . : : : . P ! . t : . f , ' n _ c i amisma su dominio de ap!kacin, hace entrar al espritu en la, llLQ:vilidad del in_fi..t?:!? cl.J1sJole incesantemente "mmimient0_!ara irm s lejos" sin perrlf'rlo empero en lo i n s ~ J v a J : > J f . d f _ l i l s l . h ~ p t . r s i n .AgJ razn e111prica no se arlorrnf'r

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    ~ - N o 1 ~ ( 1 ) ' Antropologa posible sino e n l a _ p ! _ e ~ l i c t _ a _ ~ . ! . ! S l . l . . \ . . C _ e:l1iJ1t _ l _ l _ g _ f : ' : : > . t ~ J U < l c l _ t _ > c:I_l_la pasi\ clad d ~ - ~ - t : , ~ dt:tenninaciones fenom-~ - t ( : a s , sino _que est animado por la lahor de las ideas en el nhel

    . . Q ~ I c a r n p o de la e x p ~ ~ i e i ~ 0 i t El _ ! : : ~ ~ e 1 : ~ p ~ ~ e s , 1 f i n s i ~ i ~ : ; ~ ~ - ~ JGemt, de LIJla dialctica desdialectizada, no trascendental, desti..Qada al dominio de la experiencia y qu e se c o t ~ u g a _ con el ' ~ ~ ~ g ~ >

    _!!l_ismo de los f e n m c : ~ ~ < _ > _ s . Es el Geist el qu e abre al Gemiit la libertad de lo posible, lo ananca a sus detenninaciuues, y le da un porvemr que solo debe a si mismo.

    ~ ( ) S e comprende que e u el tondo l_o qne !a expone incesamememe al peligro de ser jugada en su propio _uego, pero que se despliega siempre en una iuuce11cia inicial. L ua y utiaestn siempre dispuestas a perderse, a escaparse de s mismas, perosin dejar de ser, en su propio illO\'imieuto, "el tribunal supremo detodos los derechos y de todas la s pretensiones". ll l

    esla analoga tie11e lundametllo, podemos preguntarnossi e l & ~ H ~ ~ ~ i ~ ~ ~ ] , que ~ . e s b o z a en los c o n t l n e . s ( ! ~ J ~ reflexip

    __-!JtrQpQ\Qgif_, no es u : _ 1 _ ~ ~ ~ ~ ~ l ~ _ H ! ( ) _ s _ e c r ~ ~ < _ l ~ ~ - ~ . i n d i ~ p e ~ s a b l e E ! _la estructura del pensamiento k a n t i a n 2 _ : _ ~ J . g o q u e s ~ j ; : t el_ n_(KWde la razn pura, eJorigen irremisiblemente r a i g a } _ d e _ s ~ ~ s __ ! ' ~ * ~ -

    ~ ! J " s < : ; e n d e n t a l e s , el juez infalible de su retomo a la p a t r i ~ _ l < ' ; g ti!JJ.lt, e j _ _ I > _ I j _ J ~ _ c _ i p i o de su moYimiento en el campo t ! e i ' ? _ e : ! _ I } _ E j ~ Qen el que surgen incansablemente los rostros de verdad. RLG.f_;p sera ~ ~ ~ c l 1 _ < ; > _ o ~ i g i 1 l < l ~ i o _ g _ \ l . e . ! . en_su ~ i s i n l l a s t e m l ~ ! ! ! ! ! . l i : .

    _ c _ a _ q _ t , _ ~ t _ d i_lfinito no est a m ~ all, sino siei!_Pre en un retiroesencial; ~ 1 _ s u y e r s n empl:}'(ao, gu e el infinito anima no obs.mnte e ! J l l _ _ ~ i l ! l i e n t o hacia la vc;_:_rlad y la inagotable sucesin de.smJ.Qrmas.[EI Geist est en la raz de la posibilidad del s a b e ~ 1 Y . po r

    fblli . p. 5 ~ 1 611M lb11i., p. -6; AJe, lll. p. 4 4 ~ : B 697.101 fdem.

    So MICHEL FOllCAPLT UN,\ L.ECTUR,'\ DE KANT R

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    eso mismo. i n d i ~ o c i a h l f ' n w n t e prestr.

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    las dd;ilitacones en los efect(J._ m i e _ ! l _ t 9 ~ ~ - j ! ~ I I _ ! l i ! ! _ ~ ! . . ! " n la reflexin sobre la existencia o n c r e ~] L K . e . l L . ~ o n i a s qu e le dan la p r o f u n d i d a d d ~ l _ ( ) ya_ejaborado..

    ~ La . h t . ( L i ! P . u l ~ g - ~ ! . g ~ ~ l c J ~ ! I ' : u n J l i itest.an lo qu e tienen de. o ~ i t i : v o ; . . . s . i n u _ a q u e l , po r el contralo, enel qu e se manifiesta _su debilidad -o , al menos, Jos peligros en lo s9u e C Q E J ~ ~ p d riesgo de perderse-. Lo que se indica, ms qu e sunatllraleza o la forma plena de su actividad, es el wovimientopo r el cual, alejndose de su centro y de su justificacin, van aalienarse e11 lo ileglimo. Sin duda la Clitica, en su proyecto fundamental de Propedutica, pretenda denunciar y desmontar eluso trascendental de la razn pero mediante un a referenciaconstante al dominio de positividad de cada Hmnogen. En la in-

    ~ l t i g a c i n ~ _ J J _ ~ r _ Q p o l g i c a , cada facultad es seguida s e ~ _ u n a _senda q w ~ . ~ L t - m _ b i n el camino de toda desviacin posible. La

    lOti lbrd., p. 16:{; t:d . .:sp., pp. 70-73.

    coJH:iencia de s, po r ejernplu, no se define all como forma de laexperiencia y condicin de un conocimiento limi1ado, pero fundado; aparece ms hien como la s i e m p n ~ renaciente tentacinde un egosmo polimorfo: la posibilidad de decir "Yo" hace al:.Garse, todo alrededor de la conLienua, los prestigios de un "Yobienamado'' qu e la fascina, al punto de qne, en t l l l retorno paradjico, 1enunuar al lenguaje de esa primera persona -por muydecisivo qu e no obstante haya sido- para declinar::.e e11 la ficcinde un Nosotros.wi El estudio de la sensibilidad, si bien retoma lagran oposicin criiiLa dd :)dwn lapanenciaj }' el.t:mhclllllllg [fenmeno j, u o expll)r 1 : ~ ~ l l V < : r l t ; : t ~ ! Y i ( : _ l _ o _ g u e puede habe_rt_Je rJ_o-

    J l i l l Q < c H L q _ ~ g _ l Q condcionQ.9. ~ I _ 0 ~ r e g i n . a n t r ( J g Q l . < ? g i _ ; : ~ ! , _ J t Q h a yr_lingun!l:_sintesis que no est a m c J I ~ _ z . ~ c ; l a . : _ e L c l o m i n L o _ d s l a . e x p e rie!.ICia esta como socavado desde el interior por peligros_ nQ._. de l orden de la superacin arbitraria, sino del derrumba.miento sobres . _La experiencia posible define asimismu, dentrode su crculo limitado, el campo de la verdad > d campo de laprdida de la verdad.

    107 3nrhro(JOf,,;u, Ak., \'II, 1'1' 1:!8-129; ed. esp., l'P 2 7 - : ! ~ .108 !bid., pp. H9150; ed. esp., pp. 54-35.109 lbut . pp. 202-220; ed. esp . pp. 120-!H.

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    8{) MIC!!EL FOUCAPi T

    to, ella penmte Iege:-,at J1'! ~ i g n o al poder, "das lnntJP dn i\Ien- tn wr v . : _ - < h f ~ ! _ ! l _ l C J a c:!s:Ja R0co

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    chen aus dem .1u,t?1 ren z.a ukt'liJiP!l" (pala conocer el mtt"'lior delhombre a pm tir de lo extenorAl modelo crtico, qu e se impuso p01 largo tiempo, le ~ u c e d eun a articulaCin qu e lo repite como en negauvo:Ja teQ!_Ja de los

    d e m e u l u ~ se conVIerte en prescnpcin c o n _ r _ e s p ~ c t o - . l t o _ d e_los fenmenos po:,thles llo qu e era, propiamente hablando, el fi!l. de la Methodmlehrr); e, imersamente, la teora del mtodo deviene

    ~ n l i ! ! l l ~ regresivo !lacia el ncleo p ~ m i t i v o de los poderes (lo ql!eer a el sentido de la Hrmmtarlrhre) L ~ e p r o d u ( IJi]_c:_n esptjo}Tanprximas y lejanas son. a la yez, la regin en la qu e :.e d e f i n ~ el apnon del couocnmento, y aquella en la qu e se precisan los a p1-ioride la existencia. Lo que se enuncia en el orden de las condicionesaparece, en la iu1 ma de lo originario. como lo mismo y ot1 o.

    A medida que esta lejana pwximidad aparece ms claramente. lacuestin de saber qu relann se establece ent1e itzca y Antropologw vuelve ms a(UCaute.

    Hay dos textos de una importancia singular: un a s ~ j e de la Metodologa trauendental al qu e ya hemos hecho referencia a proposito de la p ~ > i c o l o g a , y un a indicacin bastante enigmtica qu e figura en la Lgica.

    1 - La A.rquitertomm dr! la razn pura. Po r el lado de lc1 f l l o ~ o apura (y u e inc luye a la Crittra a ttulo de Propedutica), no !>e lehace a la Antropologa el ms mnimo luga1: La "Fisiologa racional" qu e considera a la Naturaleza como lnbegriffalln Gegrmtandeder Sume [cot"Yunto de todos los objetos de los sentidos] no conoce sino la Fu,ica y la Psculog1a Iacwnal. En contrapartida, en elvasto Cdmpo de la filosofa emprica, hay dos dominios qu e seequilibran: el de una fsica y el de una antropologa que deberacoger al edifio ms resungido de un a psicologa empiica.A primera vista, ninguna smeua rigurosa entre la filosofa pura y la filosotia emprica. La correspondencia qu e vale inmediatamente para la fsica no se prolonga cuando se trata del sentido in-

    ~ ~ ~ ~ _ ? - - ~ ~ d e l l ; ~ i t c ~ ~ ~ 1 o ~esta_r regirla o contwl::1da po r 1& Crtica, en t z : ! ~ _ t o _ c _ ! J _ e _ t ~ l a c o n ~ k r -IW ,.J c o ~ ~ o d m i e n t ~ " ~ _ p u _ I o . \:- o--;:1;0 f ~ c a newtoniana no ha temd o nece::.tda

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    amplio estatuto emprico qu e la p1imera Critirn asignaba a la A.n-tmfJologa es, de hecho, recusado -ya qu e sta ya no es el primergrado emprico de un conocimiento filosfico organizado, sino elpunto en el que viene a culminar en una interrogacin de las interrogaciones en s, la reflexin filosfica-. Pero hay que ir concautela y no apresurarse ni en la denuncia de un a pretendida ruptura qu e afectara a la nsolucin trascendental del criticismo nien t>l descnbrimit>nto de una hipottica dimemin nueva a lo largo de la cual se acercara po r fin Kant a aquello que le f"ra originariamente ms cercano.

    Y para empezar, ~ s _ i _ g t ~ i . f u ' ~ E ~ ~ las t r e ~ p r e g u n t ; I : ' > "rf'!!:_rirsea la cuarta" (sieh hezirhm rwj)? Hay quf" e i 1 t ~ n d e r un a relacin comola del conocimiento con _el ohj_eto o _ ~ o . m o la de ese mismo conocimiento ro n el sujeto -s i es cierto, romo lo prett>nde otra Vf"zun texto de-la Lgica, qu e el conocimiento tenga "e.ine zweifiuhe Be-zrhm:g: ent!irh. rine Rrrirhung rm( das Ob/t>kt, wrttrns rinr Rr:ir.h.11ngaufd,u Subjekt" [una doble :('l!lcin; en primer lugar, un a relacincon t-I objeto; e n s e g t ! I _ l ~ ~ l _ ! _ g ~ ~ l ~ ~ ~ e l a c i n con el snjeto]-?11! y

    otros tnninos, hay que e n t ~ n d e r f'Stas tres preguntasel hombre era o s c u r a J l ] t : n _ t ~ _ ( ' l "Gegmstand'' [objetoJ -aquello hacia lo cual ellas se a b r < l _ ~ y u ~ _ s e _ h a J ! < ! ~ ~ _ d e l a J 1 t e de ellas, dispuesto a da r la respuesta i n e s ~ e r a q a _ qu e ellas solicitaban en otro lenguaje-? O bien hay qn e pensar. por el contraro. qu e esas trespreguntas deben se r a su vez interrogadas, circundadas en su pode r de cuestionamiento y restauradas, pot obra de una nueva revolucin copernicana, en su gravitacin originaria a l r t ~ d e d o r delhombrt>. que naturalmente cree interrogarse en ellas, ruando enrealidad es l quien las interroga y cuanrlo se trata. para disipar toda filodoxia, de interrogarlas en lo conrernietlte a l? Notemossolamentf.', para comenzar este examen, qu e la AntmjJOlof!fa tal romo la conocemos no se toma en ningin momento por la resptH'sta a la cuarta pregunta, ni siguiera como el aprovechami_ento emprico ms amplio de esa misma pregm1ta; sino qu e sta slo es

    11 1 !bid.", p. 350; Ak . IX. p. 33.

    pectiva qu e no le pertenece de manera caracterstica, en el mo-mento en qu e se totaliza en el pensamiento kantiano la organizacin del Philnsophierm, es dt"cir. en la Uigicay en el o w ~ jJMflllnl/m.A la luz de las respuestas dadas, en esos t e x t o ~ . a la pr('guntalVas ist der Mensch [qu es el hom bn], lltt'ntaremos romprenclt>r.po r el camino de regreso, lo cue quiere decir la Antmjmlogia.

    Los textos del Opus pnstllmum qne- datan del perodo 1800-IROlretoman incansablemente. a propsito de la divisin de la Filosofa trascendental. la definicin de las relarones entre Dios, elmundo y el hombr!'. Y lo que se nos poda aparect>r como mptura o descubrimiento en el texto de la Lgica, se revela entonces como la interrogacin fnndam("n tal de la reflexin filosfica, r!'tomada a la Vf"Z 1"11 1"1 rig-or de sus lmitl"s" Pn su !'Xtemin mayor.Hay un fragmento qu e ofrece esta precisin: " S y ~ t r m dn Tlmrsr.PhilomjJhie in dmi A.bsrhnilfen: Golf. die Helt, uniwnum. 1md lrh selhstdrr Aiensch als momli5drr5 Hben" [Sistf'ma de la filosofa trascendental en tres secciones: Dios, 1"1 muurlo. u n i n : ~ r s o . "el yo mismodel hombre corno ser moral] .112 Pero estas tr!"s nodonf's no sondadas romo trf's elf'HH''ntos de tm sistema planificado gue las vttxtapondra en nna supa. El tercer tr'nnino no Fst all a ttulo de comp!f'mento, de terrf'ra parte en la organizacin del ronjnnto: juega un rol central de " m N ! i u ~ trrminus"[trmino medio1:1u es la unidad connf'tsa rlivt>rgt>ncia qu ehace cuerpo con la unirlad originaria rlel esftwrzo. Esta ''f'lni-gung fvinculacinl de Dios y del mundo en el homhre y po r el

    112 Kan!., Srlui{ll'll, .-\k XXI.p 'Fi.l 13 !bu!.. p. '27l H ll!id . p 29.

    90 M!CHEL FO!JCAULT

    ~ _ g u sentido tiene exactamente? A qu sntesis o a qu UNA LECTURA DE KANT 91

    samiento que se adentra en el terreno de una filosofa trascenden

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    operacin le; ycll2_mbr ,deviene el ~ r a p a r _ U . ! : . ~ l - ~ _ ; u a l _ ~ ~ f > ~ _ r fila '!_jtz ahsolutn Ganze'' [u n todo ~ ~ ~ ~ ! u t o ] . Slo a partir delhombre JHitde fJt.:Hsarse el t ein iiuf/t'res Sinnenob-jelil, ein T t ~ i l da H'tdt'' [Yo soy. - Ha y un mundo fuera de m (j)raetermf) en el espa< io y en el tiempo, y yo mismo soy un ser del mundo,soy consciente de estas relaciones v de la fuerza en movimiento hacia las Impresiones (percepciones). -)'o soy en cuanto hombre un

    o l ~ j e t o semible externo para m mi"mu, una parte del mundo] Elmundo e:s descubierto en las implicationes de l "\) soy", como tlgura de e:;e lllOYimientu po r el cual el yo, al devenir ol:jeto, toma lngaien el campo de la exper-iencia y halla en l 1111 sistema concreru depettellencia. Este mundo as sacado a la lm. no es. purs, la Physi. [na-

    1JK !bici . p. 27.J1 J lb / . Jl :18.1 fbut . p. t.i9.

    92 MICHF.L FOUCAULTturaleza] ni el1min>rso de b \':1lidez clt> las leyes. Ya decir verdad, sisu descuhrimie>nto se ha anticipado v hecho posible a t r a v ~ de la

    VNA LECTURA DE KANT 93existencia a la vez porque t>l concepto de su rotalicbd. v porrptea partir rle l ('lh df.'sarrolb realidad concreta. Doble sentido

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    .i.nnltirn t m ~ c r n d m t n l y 1a Rifrttarirn dl'l iriMhww, no es exactamentedel mismo mundo. o ms bien del mundo en el mismo st>ntido. delo qu e se trata en este f r < ~ g m e n t o ele! Ojms /'t'stmnum. Las "cosas exteriores'' de la T ? . ~ f u t a n n rfd 1dralismn eran condicin de la determinacin del tiempo como form:-1 de> la expelienria interior: fl mundodel Ofm.l j}()S,/.11111111 es el concomitante ele la deterrnin;rin del yocomo contenido ohjf"tivn de la experit>ncia en gene>ral. Y en lugat deser definido po r la "perseverancia". la "obstinacin" (Brharrlirhrs) atma de un todo qu ele permite ser. para la experiencia del yo, ms bkn un:'! C:'nvoltllf:'lque una referencia. Ya no es lo corrf'lativo de una b i t b r ~ t i m n u m g ,[dt'tenninacin temporall sino el presupuesto df' un a Sinnrnhntim .mnng [determinacin de Jos sentidos1del yo. No es dgn una triple estmrtura, confomw al Regri[f der hlhegij{l [conrt'pto del con-

    1 !bid . p. %.123 !bid . p. ~ 3 0 .124 !bid., p. 30.12:1 /!!Id., p. 31.

    94 MICHEL FOUC:Al!LTjunto], de jilenle, de rdmn

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    jJO.\/iillllllll, ese mundo en el qu e el hombre se aparece a l mismo.AJwra bien, retomemos el texto de la !Jig:a, all dolHk lo

    bamos dejado: es decir, en el momento en qu e las tres preguntaseran referidas a s t < ~ : ~ 1 es el hombre? F.sta p1egunta, a su vez,no permanece estable)' cerrada sobre el vaco qm: ella designa einterroga. I ~ ~ ~ f > 1 " 2 _ 1 ~ _ l . . 2 como se formula el "was ist der Mensch"[qu es el hombre?],Jlacen otras tres p r ~ ! ~ _ ! a s ; o m , ~ . . . b i e n seformulan tres imperativos del saber qu e da n a la cuestin antro-

    _ E _ ( ) I _ g ~ ~ a su carcter de p1 escripcin concreta:"Der Philosoph muB also bestimmen knnen:1- Die Quellen de s menschlichen Wissens.2- Der Umfang des mglichen un d natrlichen* Gebrauchesalls Wisseus.3- Un d endlich die Grcnzen de r Vennmft". 1:lt

    [

    [El filsofo debe tambin poder determinar:1- Las fuentes del saber humano.2- El alcance del us o posible y Hamral de todo saber.3- Y, finalmente. los lmites de la razuj.

    Qu quieren decir, y a qu se refieren estas tres prescripctones en tre las cuales se reparte la interrogacin acerca del humbre? Es f-cil de reconocer, en la filigrana de estos tres temas, a la vez la repeticin de las tres primeras preguntas y el esbozo de lo que en elOpus pnslllmum ser la estmctura fundamental de l "lnbeg;rif.f dessems [corunto de l.os s e r e ~ existentes!". Po r un lado, en etecto, ladeterminacin "de las fuentes del saber humano" da contenido ala preb'1lllta: qu puedo saber?; la determinacin de l "akauce deluso posible ynatural del saher'' indica aquello que puede ser la respuesta a la pregunta: "qu debo haceri'"; y la determinacin d e los"lmites de la razn" da su sentido a "lo qu e es dable esperar".

    Eltex!O ele haiH 1.-\k . IX, p. dice: ntzlich", 1til.y no natrlilh"",ll

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    dame-ntal de su lnhrgri[fqnP va conocemos. l . < ~ riqueza de la fuente, la solidez del dominio, el rigor de la frontera. correspondenindisociablemente a Jo que hay de n e c f ' ~ a r