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  • IV. MSICA

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  • LA ENSEANZA DE LA MSICAEN LA SEVILLA DE LA

    SEGUNDA MITAD DEL XIX

    Ignacio Otero Nieto

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  • RESUMENSi en un principio la educacin musical en este decimonnico siglo es

    una continuacin de los anteriores, incluso con el mantenimiento de los sonorosy hondos vocablos cstellanos, ms precisos, a veces, que los extraos a nuestralenuga, en los aos cincuenta cambia el panorama con el empleo de otrosmtodos y sistemas, alguno introducido por msicos locales, que encuentransu culminacin hacia los tlimos aos con la reestructuracin de la Academiade Musica de la veterana Sociedad Filarmnica de Sevilla que, de hecho, fueun autntico conservatorio.

    SUMMARYAlthouh in the beginning of the XIXth century musical education was

    a continuation of the previous centuries, even in the use of sonorous Spanishterms, in the second part of the century teaching methods changed, due to thoseused some times by local musicians. At the end of the century, those newmethods reached a climax with the reopening of the Music Academy of theformer Philarmonic Sociery of Seville that, in fact, was a true music Conservatoire.

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    La msica espaola en el siglo XVII se vio terriblemente influenciadapor la situacin poltica del imperio, y al pasado musical, glorioso en todos losaspectos, sucede un enquistamiento que paraliza, prcticamente, nuestra tcnica,hasta el punto de quedarnos al margen de lo que se haca fuera de nuestrasfronteras, para colmo, cada vez ms estrechas; y lo peor es que esta influenciase ve prolongada en no pocos msicos sevillanos hasta principios del mismosiglo XIX que, por lo que podemos saber, tenan una idea anticuada y trasnochadade la teora de la msica, proveniente de poca como la dieciochesca en la quetodava no pocos de nuestros celebrados compositores de msica de rganotrabajan sus obras con la tcnica del motete que, si retrocedemos ms en eltiempo, es la que utilizan nuestos geniales Correa de Arauxo y, poco despus,Juan Cabanilles, a pesar de los valentsimos atrevimientos armnicos ycontrapuntisticos del sevillano y la desenvoltura en los diseos y movimientoen la escritura del nacido en Valencia, a veces ms en consonancia con loeuropeo, no en vano con sus actuaciones haba tenido un contacto vivo en lavecina Francia.

    En el siglo XIX, el acto de bajar o subir una partitura, nuestros intrpretesno lo expresaban en tonos sino en puntos, vocablo medieval que dio lugar ala palabra contrapunto: Punctus contra punctus, que ha llegado a perdurarhasta la mismsima mitad del XX en personas de cierta edad al servicio de laliturgia. En este aspecto, desde la mitad de la esta centuria Sevilla es unbatiburrillo de ideas pedaggicas: unas ancladas en el pasado y otras modernasimportadas por los profesores que, provenientes del extranjero, se aposentanen ella.

    En cuanto a la docencia la ciudad cont siempre con el concurso delos sucesivos maestros de capilla y organistas de la Catedral que, como ocurraen el resto de la nacin, pusieron a contribucin su arte y su ciencia en laformacin de sus alumnos, no pocos de los cuales llegaron a cobrar importanciaen este campo.

    Basta resear algunos de los numerosos profesionales salidos de estassapienciales aulas (la propia vivienda de los maestros en el famoso Colegio deSan Miguel, a excepcin del segundo organista Luis Leandro Mariani que eraseglar,). Asi, tenemos que el famoso y universal tenor y compositor ManuelGarca recibi lecciones del maestro de capilla Antonio Ripa; el compositorde msica sagrada, tan honrado en la ciudad, Francisco Xavier Rodrguez yMuela, del tambin maestro de capilla Arquimbau; Jos Mir, de EugenioGmez, segundo organista; Manuel Lerdo de Tejada y San Juan, de Eslava en

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    Madrid, y en Sevilla del organista Buenaventura iguez; Joaqun Turina y L.Mariani del maestro de capilla Garca Torres; Jos Font de Anta, del maestrode capilla Vicente Ripolls; las pianistas y compositoras Luisa de Benito yDolores Muro, de Luis L. Mariani, ilustre compositor sevillano y el unicoseglar de estos maestros como queda dicho, M. Lopez Farfn autor de lascelebres marcha procesionales Estrella sublime y Campanilleros, de JuanGmez Navarro, maestro de capilla de la catedral de Crdoba y, por ltimo,Manuel Navarro, Luis Lerate y Manuel Castillo, del antepenltimo regidor dela msica de nuestro primer templo y autntico hacedor del Conservatorio, alque curiosamente sucediera el ltimo alumno mencionado, por lo que en lahistoria de este centro pueden claramente definirse tres etapas en cada de lascuales cont a su frente con una gran figura de la composicin: la de sufundacin, que fue presidida por Ernesto Halffter, al que le sucedieron endilatados mandatos Norberto Almandoz, Don Norberto, como erarespetuosamente conocido en Sevilla, y el muy llorado Manuel Castillo, ilsuesmiebros de nuestra Academia. A guisa de detalle curioso, pero que no deja detener importancia en cuanto a la influencia artstica que tenan los msicoscatedralicios, conviene recordar que Eugenio Gmez, organista segundo denuestro gran Templo, fue profesor de msica de los infantes de Montpensier

    BANDAS DE MSICA. - La escuela ms antigua, a excepcin de lade los msicos eclesiasticos es, sin lugar a dudas, la del ejrcito por medio desus Bandas de Msica en las que no pocos de sus instrumentistas, siendoadolescentes, ingresaban en calidad de educandos, vocablo que por s mismoahorra toda suerte de explicaciones, los cuales, una vez finalizada su preparacinterica e instrumental podan hacer oposiciones y alcanzar, segn sus aptitudesy aprovechamiento, un puesto en la sociedad, puesto que, en cierta medida, nollegaba a escasear en un siglo como ste en el que tanto abundaba este tipode conjuntos instrumentales que intenvenan no solo en los actos castrenses,sino que lo mismo actuaban en conciertos al aire libre como los que tenanlugar en el espacioso quiosko de madera, despes fabricado en hierro, quehaba en la Plaza Nueva; en el teatro, tanto en las funciones de pera como enotros menesteres; en los paseos pblicos de Las Delicias a orillas del ro; lasnoche de verano en las distintas plazas y veladas de los barrios, que no eranpocas y costeadas, y, cmo no, en las solmnsimas Procesiones de Impedidos,conocidas con la abreviacin de Su Majestad, que eran tantas como parroquias haba en la ciudad; los populares Bandos que, entre el revuelo de la chiquillera,recorran el itinerario que al dia siguiente haban de seguir las procesiones,

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    todas, a excepcin de las de Semana Santa y las numerosas de gloria que, altener vida propia en sus respectivos barrios, haca que estas salidas se convirtieranen el dia grande para sus habitantes.

    Por ltimo el acompaamiento a las imagnes de las distintas cofradiasque en Semana Santa eran llevadas procesionalmente a la Catedral, dieronlugar al nacimiento de las dedicatorias de las marchas fnebres a una determinadaadvocacin del Seor o de la Virgen; por cierto, que la primera dedicatoriaconocida, que an no lo estaba a un Sagrado Titular sino a una Hermandad,concretamente la de la Quinta Angustia, nos pone en temprana relacin con elnombre de su autor, el joven concertista y profesor de piano Rafael Cebrerosy Bueno, que fue estrenada en el revolucionario ao de 1868 por la Banda deMsica del Rgto. de Bailn, en instrumentacin del msico todo terrenoSilverio Lopez Uria, que lo mismo serva para un roto que para un descosido,y digo esto, porque igual se encontraba dirigiendo pera en el San Fernandoque al frente de una orquesta o banda de msica en los bailes de mscaras,incluso en alguna que otra celebracin religiosa.

    Si paramos mientes en la cantidad de bandas militares de msica quejunto con sus uniidades guarnecieron la capital, entre las que podemos citarpara tener siquiera un leve conocimiento de ellas a la de Artillera, que gozdel general aprecio como lo prueba el que fuera elegida por los Duques deMontpensier para acompaarles en el vapor que surcando el rio Guadalquivirles llevara a tomar los baos en la bella ciudad gaditana-sevillana Sanlcar deBarrameda.Tan arraigada estaba en la ciudad que, enterados los sevillanos dela orden de su traslado a otra guarnicin trat de evitarlo a toda costa, incluso,apelando a la influencia de la reina, porque los aos que estuvo en la ciudaddel Betis lleg a sevillanizarse de tal manera que constitua un autnticoexpectculo la contemplacin de la caseta, tienda como entonces sedenominaba, que dicha arma montaba en la Feria de Abril, con las actuaciones en la puerta de su banda de msica alegrando el espritu de los concurrentescon sus alegres y marciales sones.

    Como en tantsimas ocasiones han estado estas agrupaciones militaresal servicio de la ciudad como digo, sta de Artillera volvi a estarlo al sumarsea la bendicion de la lpida de mrmol que la Academia de Bellas Artes de SantaIsabel de Hungria colocara en la plaza de Santa Cruz, lugar en el que fueraenterrado el pintor Bartolom Esteban Murillo, fundador-precursor de estacitada Academia.Pero, como mi propsito es hacer un breve apunte de la educacin da la msicaen Sevilla y ser estas bandas de msica viveros importantes de jvenes

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    instrumentistas como ya ha quedado reseado, debo citar de pasada algunosde estos conjuntos musicales-militares que aportaron su ciencia en este apartado.Adems del Rgto. de Artillera, poblaron nuestros cuarteles los de Africa, lava,Asturias, Bailn, Farnesio, del Infante, del Prncipe, etc. y en lo que se refierea la caballera que destacaba por su natural lucimiento y las caractersticasmelodas propias de los sones de sus clarines que, adems, cumpla una doblelabor: la propia musical y la de abrir paso a la procesin entre las abigarradasfilas de personas que la esperaban: lo que se denominaba el despejo, estaestaba constituda, entre otros, por los los regimientos de Alcntara, Santiago,Lanceros de Almansa, y Alfonso XII. Por cierto que, en determinada ocasin,los quites de este ltimo hicieron el despejo a pie por la alarma causada porlos resbalones de los caballos que tuvo lugar la Semana Santa del ao anterior.Adems, guarnecieron Sevilla los Cazadores de Albuera, de Baza, de Catalua,de Chiclana, de Simancas, y las charangas del Regimiento de Catalua y delBatalln de Cazadores de Segorbe.

    ASILO DE SAN FERNANDO. Cercano el medio siglo, en 1846, elAyuntamiento funda el Asilo de Mendicidad de San Fernando, confiado alregidor D. Jos Peryra, hombre bueno y amigo de los necesitados, que llega preocuparse tanto de la formacin de sus asilados que, incluso, lleg a darlesclases personalmente. Una de sus primeras ideas fue la creacin de una bandade msica que asegurara en lo posible el porvenir de sus acogidos, pues eraconsciente de lo dificil que resultaba el estudio para las clases ms desfavorecidas.Esta idea, que vena comentndose, por fin cristaliza cinco aos ms tardecuamdo 1951 se acercaba a su fin, y en la primavera siguiente ya figuraba enel cortejo de la procesin con el Santsimo de la parroquia de San Ildefonso.

    En principio la constituyeron treinta y cuatro muchachos, cuyaequipacin para las acuaciones musicales cost nada menos que 20.000 reales,cantidad que el entusiasta Sr. Pereyra hubo de echar sobre sus hombros, porquela cosa nunca estuvo boyante y este Sr. era de los que piensan que las cosas ose hacen bien o no se hacen; bueno, quiero decir todo lo bien que era posiblehacer en esta poca. De esta guisa vestidos acompaaron en la estacin depenitencia a la Hermandad de la Amargura, que fue escoltada por fuerzas dela Milicia Nacional.

    Fue tal el acierto de la creacim de este conjmto instrumental que llega gozar de amplia y continuada popularidad y de vida tan larga que, hastamediados del siglo siguiente en que dejara de existir, han sido muchos loscomponentes que han engrosado las de la ciudad, incluso alguno ha llegado afigurar en el claustro del Conservatorio.

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    Es oportuno que haga hincapi en la necesidad que tena el Ayuntamientode allegar fondos para mantener la institucin que cobijaba a un buen nmerode nios y jvenes que no desperdiciaba ocasiones en que esto fuera posible,como ocurrir en las Fiestas Primaverales de 1880 en el concierto que, conmotivo de la Feria de Abril, ofrecieron en el Teatro Eslava las distintas msicasmilitares del distrito cuyos productos se destinaron a dicho Asilo. Pero tal vezla mayor fuente de ingresos lo constituyera el ensayo del Miserere, de Eslava,cuya entrada era numerosa, pues este acto se convriti en la piedra de toquepara calibrar cada ao el resultado de la famosa obra, a la vez que constituauna ocasin pintiparada para escuchar y ver de cerca a los grandes cantantesque venan contratados para la temporada de pera en el San Fernando. Esteensayo general, que tena lugar el Martes Santo, es decir, la vspera de suprimera interpretacin, ya que la segunda se celebraba al dia siguiente, devinoen un importante acto social con la inclusin, a veces, en las crnicas, de unacoda en la que se mencinaba a las personas de alta condicin que asistan,llegndose, incluso, a escribir al final de alguna de estas crticas la palabradesfile para dar mayor realce al momento en que el pblico abandonaba ellocal de dicho ensayo.

    La verdad es que, de cuando en cuando, no faltaron personas yorganizaciones deseosas de prestar su ayuda a estos nios. Una de estasocasiones, que llega a emocionar por la humildad con que fue planteada, partide la Sociedad Coral La Sevillana, cuyo repertorio principal parece ser eranlas partituras que cantaban los famosos Coros Clav, repertorio creado por estebenemrito msico que llev la msica coral al mismo corazn del pueblo conla creacin de innumerables sociedades repartidas por la geografa catalana.Pues bien, La Sevillana solicit permiso del Alcalde para cantar por las callesen forma de comparsas pidiendo el bolo a los circunstantes, acompaadosdichos cantores de dos nios asilados que portarn sendos cepillos cuya llaveestar en poder del primer muncipe. La verdad es que, en un principio, sehaba pensado en que fuera con ellos la banda de msica del Asilo, pero susobligaciones con la Milicia Nacional hizo de todo punto imposible que pudierahacerlo.

    A pesar del origen tan humilde de esta entidad, la verdad es que cobrbastante protagonismo en el pueblo hispalense por la simpata que siempredespierta ver a nios msicos (desempeando con decoro el papel de adultos)tomar parte en los actos litrgicos y festivos de la ciudad y, a veces, en losmilitares, ya que en 1855 fue contratada por la Milicia Nacional, ocasin stapara la que el director del centro encarg los uniformes mencionados. Anlogo

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    cometido hubo de desempear con ocasin del Santo Entierro de principiosdel siglo XX en que desfil con el Regimiento de zapadores- Minadores acausa de estar contratadas las secciones de msica de los regimientos de laplaza.

    A este protagonismo no son ajenos sus directores, porque en 1904accede a regirla Francisco Serra, otrora director de las de Cazadores de Cataluay Granada, que, por cierto, con la segunda de stas tuvo ocasin de estrenarla celebrrima marcha A la muerte de Alberto Barrau, que, posteriormente,su autor, Gmez Zarzuela, cambiara este ttulo por el de Virgen del Valleque, aunque no quiero externderme mucho por no ser ste el cometido de estaslneas, s debo aadir algn que otro dato que revele el papel que, como hemosdicho, jugaba este conjunto en la ciudad ya que, en este ao a que hacemosreferencia la vemos actuar con la de cornetas y tambores, recen creada, enlos desfiles penitenciales de la Mortaja y San Roque, en las que interpret,entre otras, las marchas procesionales que, tal vez, hoy, no nos digan nada:Piedad, Dios mo!, Daoiz y Velarde, Una lgrima y Mater Dolorosa.

    En 1865 un rumor causa estupor entre los sevillanos: la superioridadha acordado que este conjunto integrado por estos pequeos hospicianos al quecariosamente se le denominaba como Banda de la sopa no toque en pblico,limitndose a la enseanza dentro del Asilo. Claro que la sorpresa hizo que ElPorvenir dijera primero que ojal todo quedara en eso: en un simple rumor y,a rengln seguido, hiciera varias consideraciones sobre los servicios que prestabaa la ciudad, su utilidad en Semana Samta en la que todas las bandas son pocas,la privacin de los ingresos que reportaba al Hospicio, la ayuda que suponapara el pago de los uniformes, as como la prctica que alcanzaban los alumnosen unos estudios cuyo aprendizaje les aseguraba su porvenir, incluso lamanuntencin de su familia una vez salidos de este centro. Fueran o no rumores,el caso es que el mismo diario se extra que esta msica no acudiera a tocaren el Real de la Feria de Abril como tena costumbre. Afortunadamente pasel tiempo y las aguas volvieron al cauce del que nunca debieron haber salido.

    COLEGIO DE CIEGOS Y SORDOMUDOS.- Paralelamente a estecentro exista otro oficial dependiente de la Diputacin Provincial: El Colegiode Ciegos y Sordos mudos, que haba sido fundado unos lustros ms tarde enel que el plan de estudios contemplaba que los invidentes que aprendan unoficio observaran el horario reservado al estudio de la msica una vez realizadoel repaso de las lecciones de instruccin primaria, el cual, obligatoriamente,tenia que realizarse varios dias a la semana.

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    Por las circunstancias que concurran en estos nios, su labor en estecampo lo mostraban al exterior mediante audiciones o conciertos, muy variadosen su conjunto, lo que fue posible por tener la suerte de contar con JosBermudo, verdadero apstol de la enseanza de la msica en Sevilla, cuyalabor en tantos centenares de muchachos fue recompensada con el cario yadmiracin que le mostraron stos cuando le acompaaron al camposanto,porque, la ciudad fue incapaz de rendirle el ms mnimo de los tributos cuandosu nombre debi quedar, al menos, con la relativa perennidad que le hubieraofrecido figurar su nombre en el calleljero de la ciudad en la que derram araudales, su magisterio, trabajo y dedicacin.

    BANDA INFANTIL DE LAS ESCUELAS DE LA MACARENA.- Adiferencia de lo que ocurrira por ejemplo en el siglo XX en el que, prcticamente,ningn padre autorizaba con agrado a su hijo a estudiar msica por la falta deoportunidades laborales que ello traa consigo, no ocurra lo mismo en este enque nos movemos en el que el extraordinario consumo que se haca de estearte en sus distintas manifestaciones necesitaba intrpretes, a los que se ofrecan emolumentos no digo que para nadar en la abundancia, pero, s , al menos,para ganarse el necesario sustento, lo que nunca ha sido poca cosa, motivohumano, como pocos, que llev a la Real Maestranza de Caballera a patrocinarla Banda Infantil de las Escuelas Municipales de la Macarena integrada porlos alumnos de las Clases de Msica, detalle ste muy digno de tenerse encuenta cual es que el Ayuntamiento siempre se haya preocupado de que en susinstituciones docentes la msica tuviera la importancia que se merece en laeducacin del nio, visin sta, muchos aos despus reconocida tambin porel estado. Como ancdota recuerdo haber odo referir a cierta personapreteneciente al estamento oficial de la enseanza una de las sentencias dePlatn sobre el bien que procura el conocimiento de este arte en la formacindel joven. Para tamao retraso la lengua espaola tiene una frase definitiva:A buenas horas, mangas verdes... Lastima que esto tan positivo, que ayudano poco a madurar a los nios, se tuviera en cuenta con tantos aos de retrasoa diferencia de la vieja tradicin de los paises economicamente ms avanzadosdel continente.

    Preparados por Jos Osuna (que fuera profesor de la Clase de ConjuntoCoral de la Econmica, y en su tiempo gran animador del movimiento deconciertos en su doble calidad de maestro y solista), slo llevaban dos aos ensus estudios musicales cuando se enfrentaron a la opinin pblica. Ello fue en1901 con ocasin de la primera comunin de los nios de este colegio, en la

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    que estrenaron el instrumental costeado por la Real Maestranza, mientras queel Ayuntamiento cooper en la adquisicin de los uniformes. La segunda lacelebrara en el Saln Piazza, testigo de tantas efemrides de la msica sevillana.Pero la presentacin oficial tendra lugar unos dias ms tarde en el propiocolegio en presencia de autoridades y un pblico muy numeroso acorde conla expectacin que haban despertado estos infantes musicos, que intepretaronalgunas marchas procesionales tales como: En paz descanse y Pobre Carmen,ambas muy escuchadas por aquel entonces. Y, ya abierta la espita, tomaronparte en diversos actos, de los que pueden entresacarse los realizados en losintermedios del concierto de las Clases de Msica de la Econmica y en elFestival de pera Infantil que haba orgarnizado Tolosa, extraordinario directorde orquesta al mismo tiempo que ejemplar y lucido empresario. Esta osadaen quemar etapas con tamaa rapidez debi ser acogida con la mayor indulgenciapor parte de todos, que hubieron de tener en cuenta el poco tiempo transcurridoen el aprendizaje de los esforzados aprendices de msico.

    Segn hemos quedado, estamos en tiempos en los que haba denodadoempeo en la educacin y disiciplina de los muchachos como lo denotan lasbandas de msica que existan de esta clase y el nacimiento de formacionesde tipo castrense formadas con nios en edad escolar con el nombre de batallones,que tomaban parte en las procesiones que, entonces, parece ser, se considerabacomo extraordinario adorno, procesiones en las que tambin intervena estaagrupacion de infantes instrumentistas que era seguida con vivo cario e interspor parte de todos, como lo prueba que en uno de sus ensayos estuvieranpresentes las siguientes personalidades: Marqueses de Matallana y de Gandul,este ltimo esforzado veledor de este conjunto, Ramon Manjarrs, hombre quecon el mayor desinters y que, por lo que se ve, hizo de su vida una apuestapor la culturizacin del pueblo por medio de este arte como lo demuestra elhecho de que formara parte de la Comision de Enseanza de la Msica, sociode la Sociedad de Amigos del Pas y posterioremente, presidente del Ateneo;Manuel Snchez de Castro, ilustre profesor de la Universidad Literaria; VicenteNarbona, Jefe de la Seccin de Instruccin Pblica y el organista de la Catedralde Oviedo que opositaba a la plaza de la Catedral hispalense, cuya presenciaes el mayor ejemplo del inters que exista por estos conjuntos, porque, de otraforma, no se explicara su asistencia si no fuera porque el acto haba llegadoa su conocimiento. Posiblemente uno de los puntos culminantes de este conuntofuera el estreno de la marcha Virgen de la Victoria, del concertista y profesorde piano Jos Garca del Busto, a su paso por la Plaza de San Francisco, lugaren el que se acostumbraba celebrar estas primeras audiciones.

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    El trabajo de estos instrumentistas en miniatura debi ser duro porque,algo ms adelante, las dos bandas: la del Asilo y la de las Escuelas de laMacarena coincidieron en la inauguracin de la kermesse que, anualmente,organizaban las Cigarreras con fines benficos. En Semana Santa cerr elcortejo de la Hdad. de Montserrat, que comprenda una compaa del Regimientode Infantera de Granada con bandera y msica; junto con la de Soria fueprotagonista del concierto dedicado a la sociedad sevillana en el que interpretel siguiente programa que, como puede verse, era semejante a los que presentaban agrupaciones formadas por profesionales: Gran Sinfona de la pera Poetay Aldeano, de Supp; Fantasa sobre motivos de la pera Roberto el diablo, deMeyerbeer; Terceto de la pera Lucrecia Borgia, de Donizetti; Las locuras,polka obligada de fliscorno, de Waltefeld, y La bandera de mi patria, paso-doble con cornetas y tambores, de Benito Hernndez.

    BANDA DE MSICA DE LA TRINIDAD. Los hijos de Don Boscono se haban dormido y supieron crear en las Escuelas de la Santstima Trinidaduna banda nutrida con sus alumnos que tambin supo hacerse con una brillanteejecutoria en su larga vida artstica, especialmente en el acompaamiento delas cofradias, en las que lo mismo que la del Asilo llenaron tan necesario lugaren dias tan sealados y necesitados de estos conjuntos instrumentales,ahorrndoles a los mayordomos no pocos quebraderos de cabeza.

    A ttulo de curiosidad debo referir que, andando el tiempo. las EscuelasSalesianas de San Benito de Calatrava contaron, como no poda ser menos,con su Batalln Infantil bajo el ttulo de Mara Auxiliadora que, al integrarseen cierta ocasin en la procesin de la Hermandad del Sagrado Decreto, laescuadra de gastadores de dicho Batalln dio escoltaba al coro de Angeles queanteceda al paso de la representacin de Dios Trino.

    Estas bandas, tanto civiles como militares, constituan el contrapuntonecesario a la enseanza dispensada en la Econmica y en otros centros alcompletar, en lo posible, la amplia gama de instrumentos que era necesariapara la msica que diariamente deba realizarse, por lo que estos alumnos,unidos a los que se formaban por otras vas en las varias academias y a cargode profesores particulares, que los haba en relativa abundancia, conformabanla vida musical sirvindola en sus varias especialidades, pues hasta hubo claesde arpa para los alumnos internos y externos del Colegio de los HHnos. de laDoctrina Cristiana, las cuales se impartan en la calle Guzmn el Bueno, n 11.

    LA ECONMICA.- Pero, en medio de estos trabajos y superacionesde sistemas de enseanza, la antorcha de sta la mantenan la Sociedad de

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    Amigos del Pas, conocida popularmente como La Econmica, y la Escuelade Msica de la Sociedad Filarmnica, que ocupaban, en parte, el lugar quedeba llenar el Conservatorio si lo hubiera habido, pues la primera slo admitaalumnado femenino, cuyas enseanzas se vean coronadas con el consiguientettulo una vez superados los exmenes pertinentes. Estas eran: Solfeo, Canto,Piano, Armonium, y Conjunto Coral. Pero faltaba algo tan importante para laconsecucin de la msica instrumental como es la cuerda. Adems haba clasesde ingls, culltura general y preparacin de institutrices en una visin de laformacin profesional paralela en el tiempo a la que practicaba San Juan Bosco.Domiciliada en la c/ Rioja n 25, sus profesores, casi todos socios y depredicamento en Sevilla, se dedicaban desinteresadamente a esta meritorialabor, nunca agradecida lo suficiente, mxime si tenemos en cuenta que elhorario de estas clases se alargaba hasta la noche en que acudan las adultasa recibir sus enseanzas. De esta benemrita entidad, cuyo predicamento nodacay hasta bien entrado el siglo XX (con la fundacin del ConservatorioOficial), sali un buen nmero de buenas intrpretes, algunas de las que, conel tiempo, pasaran a ocupar plazas en el nuevo centro.

    Alguna relacin, aunque no sabemos cual, debi tener con la Academiade Seoritas Jvenes de San Isidoro en la que se cursaba piano, baile y otrasactividades, porque el traslado que hiciera de su antiguo local en c/ Cantarranasal de la Dama, 3, lo hizo con la proteccin de esta Sociedad. de Amigos delPas. (1850/6/4).

    PETICIN DE UN CONSERVATORIO.- Como la msica era, comohoy, de obligado consumo en todos los actos en los que interviene el hombre,pero con el problema de que al no existir an los sistemas reproductores desonido de que ahora gozamos haca falta ejecutarla, era lgico que la sociedaddemandara academias o centros en los que poder formar a la juventud en estasdisciplinas, lo que explica que en 1853 el crtico del diario El Porvenr conocasin de la interpretacin del Miserere de Eslava se lamentara de estehecho al referirse a la calidad de las voces, aunque no especifica si se refierea las de los solistas o a las del coro, aunque bien es verdad que, anteriormente,en 1841, El Orfeo andaluz publicara varios artculos en los que haca ver lanecesidad de crear conservatorios a lo largo de la nacin, peticiones todas quehicieron que el Ayuntamiento pensara destinar una suma muy respetable, a loque se opuso el diario El Porvenir arguyendo que esta camtidad se emplearamejor en combatir el analfabetismo, como si ambas cosas no fueran compatiblesy deseables.

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    SOCIEDAD FILARMNICA. Pero, la verdad sea dicha, el Municipiono ech en olvido su proposito y con el odo atento esper a que la Sdad. deEmulacin y Fomento al apoyar la peticin de uno de sus socios de que seerigiera en Savilla uno de estos centros dio el primer paso, ahora con el apoyode este mismo peridico, con tan fuerte deseo que en esos mismos dias llega constitur hasta una junta directiva que fue presidida por el marqus de laMotilla, aunque, por cierto, la suerte le fuera esquiva a este intento.

    Mejor fortuna hubo la flamante Sociedad Filarmnica porque, en 1863,en el concierto-entrega del Premio de Msica de la Diputacin anunci elproyecto de fundar un Conservatorio de Msica y Declamacin, que, en estecaso fue mano de santo, porque, antes de que se cumpliera un ao, en felizcoyunda de la Diputacin Provincial y el Ayuntamiento, el dia 15 de enero de1964 abra sus puertas el Instituto provincial de Msica y Declamacin en elque podan cursar los estudios de Canto, rgano, Declamacin e HistoriaUniversal, Trajes, Usos y Costumbres alumnos de ambos sexos comprendidosentre los 12 a los 15 aos de edad para los que elijan msica y entre los 14 ylos 18 para los de Declamacin, a excepcin de los que tuvieren condicionesespeciales. Adems de sufrir sendos exmenes de lectura y escritura se lesexigan unos requisitos hoy impensables cuales eran, aparte de la naturalsolicitud: certificado del alcalde y del cura prroco, de estar instrudo en ladoctrina cristiana y partida de bautismo que haban de entregar en la secretaradel centro que se estrenaba sita en c/ Amor de Dios, n 16.

    Casi llevaba dos meses cuando en sus aulas se produjo la presentacinante una comisin nombrada al efecto del nio de once aos de edad FernandoPalatn, - apellido que, cuando menos, se ha extendido durante dos siglos -,quien supo triunfar en cada una de las pruebas de dificultad que se le propusieron,las cuales iban enceminadas a que, dadas sus raras aptitudes, la ExcelentsimaDiputacin le concediera una pensin para perfeccionar sus estudios en elConservatorio de Paris.

    Son estos dias importantes en la msica de la ciudad y del nuevo centroporque, al mismo tiempo, tiene lugar la presentacin de los alumnos de la clasede canto que integraron el coro que intervino en el Moiss y en el StabatMater, de Rossini, partituras tan en boga en aquella poca y que formaronparte del programa del concierto ofrecido por la Sdad. Filarmnica SantaCecilia.

    COLEGIOS.- El afn por aprender a hacer msica tanto en un sentidoprofesional como en el de aficionado tambin se manifestaba a travs de ciertos

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    colegios que entre sus asignaturas incluan la msica, con lo que la enseanzaprivada, muy puesta al dia en este caso, daba buen ejemplo a la oficial en suconcepcin moderna de la instruccin integral de la juventud que, con basecientfica, tanto se perseguira aos despus en distintos paises europeos comoocurra, adems del anteriormente citado, en el Colegio de la Salud, en la PuertaReal, dirigido por Mara Antonia Garca y Machado; el de Seoritas de Ntra.Seora de las Mercedes, en c/ San Gregorio, bajo la direccin de JuanaSantullanoy en el que poda estudiarse tanto canto como piano; el de Seoritas(1865/6/4) en c/ Cantarranas - tal vez en el mismo edficio que antes ocuparael que desarrollara el mismo cometido bajo la advocacin de San Isidoro? -,dedicado a la enseanza de nias externas e internas que cursaban: piano,francs, ingls, dibujo y otras asignaturas.

    Merece especial atencin otro colegio que tambin ostentaba el mismottulo de San Isidoro, sito en la c/ de la Universidad, en cuyas clases el ProfesorAntonio Balaguer puso en prctica un nuevo mtodo ideado por el Prof. PascualPrez.

    PROFESORES PARTICULARES. Junto a los msicos de la Seo, losmilitares de esta especialidad y las instituciones mencionadas exista un buennmero de profesores particulares, generalmente dedicados a la enseanzainstrumental, porque la ms intelectual: armona, composicin y contrapuntoy fuga era reservada a los aludidos en primer lugar que, junto a los directoresde bandas de msica militares eran los especialistas en estas difciles y pocousuales disciplinas.

    La msica que mayormente se practicaba en Espaa era la vocal, bienreferida a las canciones ya fueran espaolas ya extranjeras, y stas no pocasveces cantadas en italiano, reflejo de la tirana ejercida por la pera italiana,cuyo idioma suministr ciertos vocablos provenientes de este gnero que, nopocas veces, sirvieron a los crticos para sazonar sus crnicas segn el gustode la poca, los cuales vocablos los usaban vinieran o no a cuento; pero elperiodista haca gala,y crea lucir con ellos sus conocimientos en una pocaen la que el parecer tena no poca importancia. Esta pasin por la msicaescnica era la que encumbr hasta alturas inconcebibles al Miserere de Eslavaen parecida manera a como lo hizo con las obras de Rossini, - desde luego,salvando las distancias - , lo que explica la pasin que levantaban en el pueblolos cantantes que venan al teatro San Fernando a la temporada de pera deprimavera, a los que la susodicha partitura eslaviana que se intepretaba en losOficios de Semana Santa en la Catedral brindaba la ocasin nica de poderlosver y escucharlos sin necesidad de pagar un solo real. Solo podremos hacernos

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    una idea de lo que representaban estos artistas, que entonces gozaban de lafama que, hoy en dia, favorecidos por los protentosas medios de comunicaciny las no menos protentosas tcnicas del marketing tienen los artistas de cine,tenistas, futbolistas y deportistas en general, solo compartida en aquel entoncescon la que aureolaba a los grandes matadores de toros. Decir que Eslava yGayarre formaron parte de la leyenda popular como ms adelante ocurrira conJoselito el Gallo y Jacinto Guerrero y, en tiempos no muy lejanos, con Manoletey Manuel de Falla, creo que lo explica mejor que todos los argumentos quepudiera aducir.

    En la disciplina de canto haba muy buenos enseantes que, con sumeritoria labor, contribuan a mantener la vida musical con el concurso de susalumnos en los conciertos de las Sociedades Artsticas, cuyas programaciones,lejos del sinfonismo propio de la poca, se nutran en su mayor parte de lassinfonas (oberturas) arias, duos, tercetos y cuartetos de solistas as como delos coros de las peras que entonces estaban en boga, muchas de las cuales nosson prcticamente desconocidas, a no ser por la historia y la bibliografa. Quinse acuerda hoy en Sevilla de los Stiffelio, Amleto, Beatrice di Tenda, Belisario,Clara de Rosemberg, Cristbal Coln, Dinorah, I due foscari, Feramorc, laFausta, La muta di portici, Linda de Chamounix Maria de Rudenz, pongamospor caso?.

    Los nmeros ms conocidos de stas y muchas otras ms (no ocurralo que ahora que solo conocemos una docena escasa de ttulos), eran las que,como digo se cantaban y sonaban en las orquestas que constituan nuestrasSociedades, unas veces en su forma instrumental y las ms con el pianoacompaando a los alumnos salidos de las clases de la Academia de la Sra.Bonnemaison, pongamos por caso, como ocurriera en el concierto que en 1861ofreciera en su casa en el que las discpulas cantaron, adems de la Serenatade Schubert, arias de las peras La Parisina, La Favorita, Lucrecia y La hijadel regimiento, y otras que haran prolija su relacin, como, por ejemplo, lapresentacin de Dolores Hoyos, alumna del maestro Manuel Bentez; las deRicardo Vanderbous, y de otros profesores repartidos por la ciudad. Por cierto,que ste ltimo propona un mtodo breve y sencillo con el que prometa alprincipiante adquirr una serie de conocimientos que lo capacitabanconvenientemente para poder comenzar la disciplina que deseara practicar.

    Sin lugar a dudas, fue singular la labor de Angelo Marcucci, cantantey profesor, fundador de la Sociedad Coral Santa Cecilia que, entre las seccionesde Msica, Coro Instrumentos lleg a contar hasta doscientos indivduos,casi todos adultos y menestrales que, en sus ratos libres, se dedicaban a estas

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    cultas y artsticas manifestaciones. Lo que haca que estos hombres, en vez depermanecer ociosos, pensaran en algo ms trascendente y eligieran el estudiode la msica como segunda ocupacin que, no pocas veces, se convertira enel norte de sus vidas. Y, lo que han variado las cosas.... el primer festival deesta meritoria agrupacin que, por cierto, dedicara a los Duques de Montpensier,tuvo lugar en 1865, en la Feria de Abril en horas de 530 a 7 de la tarde.

    Pero el profesor de canto ms sobresaliente tanto por el excepcionalnmero de alumnos que salieron de sus manos como por la trayectoriainternacional seguida por varios de ellos ha sido, con toda certeza, FranciscoReynes, de cuyos dotes de preparador es deudora la Hdad. de la Coronacin,hoy conocida como del Valle, en la que varios de estos cantantes: Luis AlvarezUdell, Jimnez Llacer, Lureano Medina y el trgicamente malogrado AlbertoBarrau prestaron su concurso como solistas en el Septenario Doloroso queanualmente celebra esta Hermandad, en los que una serie de hermanos de lacofrada aportaban su valiosa colaboracin canora e instrumental dirigidos porel tambin Hno. Vicente Gmez Zarzuela, quienes llegaron a darle una categoraindiscutible a estos famosos cultos em los que intepretaban obras como elStabat Mater, de Rossini (partitura de la poca) o Ave Mara de la pera Otelo,de Verdi, amn de tantas otras obras de autores sevillanos en las que siempreestaban presentes algunas de las compuestas con este morivo por el cofrade-director, as como otras de compositores extranjeros.

    Los integrantes de estos afamados cultos celebraban su ensayos generalesen los salones de Piazza est dicho todo.

    Una vez ms al tratar de la musica en Sevilla no es posible obviar ladedicada a nuestras Hermandades debido al predicamento que estas tienenen su habitantes, hasta el punto de formar una trabazn tan fuerte entre losmsicos, en general, y los compositores, que es imposible encontrar solo unoque no haya tenido que ver o profesado en alguno de los dos campos. Es ms,hasta se dio el caso de que ms de un cantante de mrto pasara del teatro depera a afincarse en la msica de capilla que se precticaba en las iglesias, comoocurriera con Astilleros, componente del legendario duo que durante muchosaos se enseoraron de la msica de la iglesia de la Dicesis de San Isidoro,pero cuyos comienzos tuvieron lugar en Italia donde ampli sus estudios unavez salido de la frula de Reynes, triunfando en el Teatro Manzoni de Milncon la pera Un ballo in maschera.

    Mas prosigamos con la relacin de los alumnos ms famosos de esteesclarecido profesor en el que el lugar en van colocados no debe prejuzgar suimportacia, por lo que, ahora, aparece el tenor Joaqun Bayo, oficial de telfrafos

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    que, pensionado por la Reina Regente, pas al pis de los Apeninos dondecoincidi en el tiempo con su paisano el bartono Astilleros, conociendo elxito en una extensa gira de actuaciones por diversas ciudades, hasta cantarFausto y Favorita en el Teatro de Lucca, de Miln, ocasiones en que le sonrila fortuna puesto que le llevaron a formar parte de la compaa que actaba enel Teatro LArgentina, de Roma, donde su triunfo en la pera Mignon le hanpermitido aadir un nuevo triunfo a los ya reseados.

    Luis Alvarez Udell lo mismo cant en los cultos de la citada Hdad.que, ms tarde, en algunos de los ms importantes teatros de pera del continente.En el mejor momento de su carrera cant por dos veces el Miserere de Eslava.En Sevilla se le pudo escuchar en algunas de las grandes producciones lricasy en los varios conciertos que lleg a ofrecer, uno de los cuales fue en honorde la prensa de la ciudad.

    Laureano Medina solo debe figurar de paso por tratarse de un tenorque pertenece al siglo sigiente y, por lo tanto, est fuera del contexto aqutratado, pero no hay ms remedio que citarlo para poner an ms de relieve laaltura del gran profesor Reynes que, con su magisterio, llen por completo losltimos lustros del XIX y primeros del XX.

    LA GUITARRA que hoy denominamos clsica para diferenciarla dela flamenca empezaba a manifestarse en las salas de conciertos, especialmenteen los intermedios teatrales y asociaciones, labor en la que brilla con luz propiaun apellido: Huertas, que ha dado a conocer su repertorio a todos los paises deEuropa, habiendo actuado tambin en los Estados Unidos, hasta el punto deque hubo gacetillero que lleg a colocar su nombre el lado de los de Sors yAguado en el importantsimo hecho de elevar el instrumento a la categra deconcierto, y que, a jucio de M. Jimnez, cronista musical de El Porveni, sediferencia de aqullos a los que el comentarista considera sus rivales en unamayor orientacin popular de su repertorio que, entre otras piezas compenda:la Obertura de Semramis, con la que obtuvo grandes triunfos en la numerosasocasiones en que actuara en Sevilla; Vals de bravura, Variaciones sobre elBolero, el Fandango, la Obertura de Cmara, de Rossini, y El favorito (Jaleode Cdiz) compuesto por el concertista.(El Jaleo eran un tipo de baile andaluzque poda tener distintas denominaciones: Jaleo gitano, de Jerez, andaluz y,este de Cdiz del que hemos hecho referencia). Otro nmero suyo era el de laimprovisacin, piedra de toque de todo buen artista que en ella puede hacergala de su fantasa y sentido del orden y de la proporcin.

    Conviene tener presente que, todava, salvo muy excepcionales ocasionescomo en las que actuara Franz Liszt o Anton Rubinstein, los artistas, fueran

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    cuales fueran su especialidad actuaban, como era el caso de Huertas, en losintermedios de las representaciones de pera, zarzuela o teatro, en los salonesde las distintas asociaciones, incluso en salas de baile como la famosa deOriente, en la que no se omiiti el baile el dia en que actu, en el que, comoen todas las ocasiones en que intepretaba sus variaciones sobre aires nacionalessurgi el entusiasmo. Esta mezcla de diferentes despert estilos y gnerosdemuestra a las claras que an no estabam delimitados por completo los camposentre lo que hoy denominamos clsico y lo enteramente popular, en los quenuestro guitarrista supo arrastrar a los pblicos y aadir su nombre a la historiade este instrumento.

    Este estado de cosas en lo que a la guitara se refiere lo proclaman lostextos con que se anunciaba Miguel Carnicer, socio facultativo del Conservatoriode Doa Maria Cristina (actual Real Conservatorio de Madrid), en el que unode los mritos que aduca era el de conservar este instrumento tan espaol;al mismo tiempo haca ver que enseara a los aficionados iniciados las reglasde Sor y Aguado y tambin de los dems que han infludo en el asombrosoadelanto que hoy se ha hecho en la guitarra, por medio de ejercicios ginmsticospara los dedos de entrambas manos, con los que promete una buena ejecucin. Asimismo facilitar a los discpulos las piezas ms escogidas del repertoriodel instrumento y dems piezas de las mejores peras arregladas a guitarra pordicho profesor, y ensea a arreglar para las cartas en sta las piezas de peray toda clase de melodas cantbiles para la extensin de la guitarra.

    Para tener una visin ms completa de dichos repertorios nos sirve elreclamo del tambin profesor Facundo Lauret, el cual, en 1858 ofrece al pblicodar lecciones por un sistema fcil y suficiente para transmitir en muy cortotiempo sus conocimientos. Tambin ofrece ensear bonitos aires nacionalesy americanos con preciosas danzas habaneras, de cuyo pas acaba de llegar. Elprecio de las lecciones ser convencional. En la Plaza de la Paja, Palacio delduque de Osuna, dan razn.

    Rafael Cebreros, pianista y compositor, naci en Crdoba, y despesde estudiar en el Conservatorio de Paris y ofrecer conciertos en el extranjeroy en diversas ciudadees espaolas se incardin en Sevilla donde, en la c/Curtidores, 3, abri su Academia de msica y francs, con una particularidad:que este idioma solo lo imparta de 2 a 3 de la tarde, sin duda debido al grannmero de alumnos que debi tener dada su personalidad de msico de gransolvencia artstica. Hombre culto, haba estudiado tres cursos de filosofa porlo que manejaba bien la pluma; dada su acendrada fe lleg a escribir en unade las crnicas publicadas en El Porvenir que ninguno de los hechos artsticos

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    e histricos presenciados por l, entre los que menciona: un baile de mcarasen la Gran pera, el entiero de Rossini y la entrada de Alfonso XII en Madridcomo rey de Espaa, no le han impresionado tanto como la entrada en Andjarde la Virgen de la Cabeza. No hubo faceta de la msica que no tocara enbeneficio de su propagacin pues tambin abord la conferencia, como la quedict sobre en el Ateneo sobre Beethoven, en la que en la parte instrumentaldio cabida a profesores, aficionados y al Cuarteto de Conciertos de la SalaPiazza; Estos trabajos fueron coronados con la composicin de la primeramarcha dedicada a una Hermandad, de la que existe constancia, escrita comoqued expuesto al principio.

    El caso de Cebreros de impartir clases de piano y de idiomas no fuenico, pero Quin era capaz de superar a cierta seora extranjera que enseabaalemn, francs, ingls, piano, dibujo y pintura?. Pues como en esteabigarramiento todo era posible, encontramos quin pudiera disputarle el puestoa esta seora: un caballero que no solo enseaba piano y toda la gama deinstrumentos de viento, sino que tena la santa paciencia de soportar que aqullosque no tenan instrumento en su casa lo pudieran hacer en la de este profesoral precio de cuarenta reales al mes, cantidad que todo lo comprenda: clases,estudio individual del alumno, las mil molestias que esto supona y, adems,el natural desgaste del instrumento.

    Cada uo de estos centros de enseanza tena sus peculiaridades, asocurra con el concertista Eduardo Lasheras, tambin exalumno del Conservatorioparisino, que recal entre nosotros establecindose en la c/ Cnovas del Castillo,40, donde en los estudios de Solfeo y Piano segua un sistema ciertamentemoderno como era organizar conciertos y premiar a los alumnos que ms sedisitinguan, con lo que, forzosamente, creaba un dinamismo muy til para elmejor aprovechamiento de stos.

    La profesora Encarnacin Porta de Barraca abr el estudio (c/ SanRoque) a sus amistades en un acto conforme al uso de la poca, en la que lapoesa y la literatura estaban a la orden del dia, por lo que, en medio de lasinterpretaciones piansticas un caballero ley un cuento de Tefilo Gautier quegoz de la mejor de las atmsferas romnticas al formar parte de un pequeorecital en el que sonaron la Obertura de la pera Martha (en una reduccinpianstica, naturalmente,) y una Fantasa sobre el Rigoletto, de Verdi, a cargode las magnficas futuras pianistas Isabel del Pozo y las hermanas Garro queformaron parte visible de la vida de conciertos locales de su poca. Este mundillodel piano en Sevilla era todo un totum revolutum en el que, por ejemplo, se

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    poda encontrar un seor profesor, socio de varias Academias Filarmnicasque ha buscado mantener el inters del alumno por el simple procedimientode simultanear los estudios de Solfeo con los de Piano, lo que, al cabo de sigloy cuarto, ms o menos, se ha hecho en los conservatorios espaoles, acabandocon el consiguiente martirio de los principiantes que, si no se sentan llamadospor una autntica vocacin, sufran el peor de los martirios con un Solfeo biendificil para todo aqul que, adems, carezca de las suficientes cualidadesperceptivas de sonido y medida, principios bsicos para quien persiga el estudiode este arte. Esto, que parece muy fcil, deja de serlo cuando se piensa en lasfuerza de la tradicin, que consista en que el alumno, por lo general nio depoca edad an, era obligado al estudio completo del Solfeo, con lo que se leentretena al menos tres aos antes de que se viera sentado ante un teclado, loque dio al traste con no pocas vocaciones, y digo esto, porque ello le ocurria un gran compositor sevillano cuyo nombre debo reservrmelo que, segn mecontaron, pas por este trance y hubo de recomenzar estos estudios, con lo queno hizo otra cosa que seguir el camino iniciado por L.L. Mariani, que tambintropez con este muro. Qu poda ocurrir con quien no tuviera este caudal demsica en su interior como le ocurra a estos artistas?; esto en lo que se refierea la enseanza oficial, porque el profesor particular era muy dueo de comenzarlos primeros ejercicios del instrumento cuando el alumno tuviera losconocimientos convenientes para ello, sistema que, ensayado con la debidasapiencia, debe dar muy buenos resultados.

    An quedan por citar dos nombres por su magisterio ligados a algunasde las personalidades que escribieron la vida artstica y cultural de la ciudadcomo Enrique Rodrquez, que dirigi los estudios pianisticos de la InfantaMara Luisa Fernanda y de Joaqun Turina; Pilar Nogales, profesora de estemismo instrumento, viuda que fuera del periodista y escritor Chaves Rey ymadre del tambin escritor y periodista Manuel Chaves Nogales.

    Admirable, absolutamente admirable fue el trabajo desarrollado porel ya citado ilustre profesor Jos Bermudo de Vilches como enseante en elColegio de Ciegos y Sordomudos en el que llev a cabo una labor titnica entiempos en que la pedagoga para estas criauras no haba llegado a la perfeccinque ha alcanzado hoy dia, lo que no fue bice para presentarlos con ciertafrecuencia en audiciones pblicas, por ejemplo, en el Teatro Eslava. Analogoesfuerzo fue el dedicado a los jvenes artesanos en la Escuela de Msica deSanta Cecilia, as era llamada, que regentaba en la c/ Trajano n 14, (posiblementeel mismo edificio en el que, medio siglo ms tarde, Manuel Borrego, compositorde slida tcnica, daba las suyas a los jvenes pertenecientes a la organizacin

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    de Educacin y Descanso en la que, al mismo tiempo, diriga la banda demsica de dicho organismo), de cuya matrcula gratuta llegaron a disfrutarhasta ms de sesenta alumnos en el ao 1881, en cuya inauguracin de cursoBermudo, que debi se un mgnifico pianista a juzgar por las obras queejecutaba, toc varias partituras de concierto.

    Su ejemplar magisterio dedicado especialmente a la juventud fuereconocido por quien a l le hubiera gustado que lo hicieran: sus propiosalumnos, que, en agradecimiento a los cuarenta y un aos dedicados a esteColegio Provincial de Sordomudos y Ciegos le organizaron unos solemnsimosfunerales en la magnfica iglesia de los PP. Escolapios en la que, abarrotadapor estos discpulos presididos por su claustro de profesores, las nias delHospicio y pueblo en general, fue cantada la clebre Misa de Calahorra,compositor que en este momento se econtraba en la cspide de su fama, porlas orquestas de los teatros Cervantes y Duque que tambin se sumaron alpiadoso homenaje.

    Pero no fue slo este gran benefactor de la juventud el nico que contamao desprendimiento se dedicara a la instruccin musical de sta, ya quela misma idea era llevada a cabo por la Srta. Ana Acosta en el Orfen Sevillano en el que, adems, se poda aprender Piano - donde lo haca de forma casiintensiva, pues la frecuencia de las clases era de tres dias a la semana. En esteramillete de personas desinteresadas, perseguidoras del bien de sus semejantes,tambin se encontraba ngel Torner Velasco con sus enseanzas de Solfeo enel Orfeon que diriga, que tena su sede en la c/Arrayn.

    Hemos visto que la tcnica pianistica estaba a muy buena altura porlas distintas escuelas europeas implantadas en nuestro suelo, pero es que otrotanto podemos decir de la enseanza del Solfeo en el que, a diferencia de otrostiempos, no se cerraron las puertas a lo que se haca fuera de nuestras fronteras,asumiendo distintos mtodos que, al cabo de muchos aos, han sido estudiadosde nuevo.

    Aunque resulta una perogrullada, lo lgico es pensar que si haba uncultivo tan desmesurado del piano no podan faltar afinadores, que los debihaber en cierta abundancia en razn de las numerosas casas de msica quediariamente abran sus puertas, incluso se dio el caso de que hubo quien vinopara este menester hasta del extranjero, bien es verdad que motivado por ladispora que produjo la guerra por la unificacin italiana, lo que hizo queapareciera por estas tierras un artista que, adems de afinar pianos, saba hacermuchas cosas, entre ellas pintar retratos de medio cuerpo en miniaturas demarfil.

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    Esta sed de aprender a tocar instrumentos y la necesidad que tena cadacasa que se estimara en algo de poseer un piano como centro de sus saraosdio pie a que cierto peridico llegara a preguntarse: Qe belleza que aspiraa brillar en los salones de la socieddad no toca el piano? lo que trajo comoconsecuencia lgica la proliferacin de fbricas y casas de msica, en nmerotal, que hoy nos parecera imposible.

    En estas casas de msica no solo se vendan toda clase de instrumentossino que tambin eran, en cierto modo, pequeos centros donde podan adquiriseentradas para los conciertos, servan de lugar en los que se celebraban tertuliasen las que se reunan los profesionales para debatir sobre sobre la msica dela ciudad y se inscriban los amantes de sta a toda clase de revistas y librosque sobre este arte se editaban en la nacin, como la famosa y excepcionalLira Sacro Hispana, de Eslava, el primer trabajo serio y documentado sobrenuestro pasado musical que contradeca e ilustraba a los musiclogos de otrasnaciones, entre ellos el gran Ftis, cuya pesonalidad llenaba la poca, que lehaba confesado al mismo Don Hilarin su ignorancia de que Espaa hubieratenido un pasado musical de importancia, - opinin compartida por los estudiososde la poca - , cuando es sabido de todos que los siglos XV y, especialmente,el XVI, fueron excepcionales, hasta el punto de destacar sus originalidades yriqueza artistica en el concierto europeo. Asimismo, era posible inscribirse enLa Gaceta musical de Madrid, dirigida por el mismo Eslava , lo cual podahacerse en el Almacn de msica y pianos Agostini y Ca, asentado en el n50 de la c/ de las Sierpes y que, mas tarde se tralad a la c/ de Las Palmas(Actual Alfonso XII), frente al Cuartel del Duque, donde, por cierto, (estamosen poca que por sus particularidades puede sorprendernos ms de una vez)en una ocasin se llegaron a vender, al lado de piezas musicales espaolas yextranjeras como era de rigor, entre ellas la polka- mazurca para piano tituladaAdelina Patti, - siempre la pera, como se ve se llegaron a vender, deca,algunas barricas de cemento ingls de primera calidad. (1852).

    Lo cierto es que la aficin a este instrumento se vea fomentada porestos comercios de msica como, por ejemplo, la del profesor Antonio AlvarezUdell, en c/Gnova, 39, que facilitaba su compra por el sistema de venta aplazos por el precio de arrendamiento, mediante el pago de 480 reales de vellndurante veinticuatro meses los ms econmicos y, a los menos pudientes porel de alquileres. A stos ltimos se les atenda en el almacn de c/ Amor deDios, 19. donde tambin exista el mercado de cambio de estos instrumentos.Ms tarde el nmero de plazos lo elev a sesenta, o sea cinco aos. Esta casa

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    estaba especializada en la vemta de pianos y melodiums, como se les llamabaentonces a los armoniums que, a causa de la falta de medios econmicosreinante en los templos, se convirtieron en sucedneos de los rganos de tuboshasta que en el ltimo cuarto del siglo XX fue destronado por los rganoselectrnicos. Si en el almacn de Agostini se poda comprar cemento, en ciertaocasin en sta del Sr. Udell se ofreca al pblico vino viejo y seco de Jereza cuatro reales la botella. Las marcas de estos pianos, algunas conocidas porlos aficionados que rocen los setenta, eran los Ehrard, Pleyel, y Wolff parisinos,los Boisselot de Marsella, estos ltimos: verticales, construdos en madera depalo santo, triples cuerdas, clavijero reforzado con placa y barra de hierro,consola tallada y doble candelabro, podan pagarse en cinco aos, sin entrada,facilidades stas que nos ponen los dientes largos a los que muchos aosdespus nos veamos y nos desebamos para la adquisicin de un piano en elque poder estudiar, y cuyo precio, nunca barato, haba que satisfacer al contado.

    Los Ortiz & Cus, modernos y slidos, presentaban la novedad detener armazn de hierro y cuerdas cruzadas y, mediante la cantidad de 25 ptas.al mes podan adquirirse a plazos, o bien en alquiler por la mensualidad de 15ptas. en Las Heras y Ca. en c/ Cnovas del Castillo, 32. Pero an haba quienllegaba a ms como era el caso de de la tienda de cambio y reparaciones quehaba en la c/ Francos, 28 que venda pianos a plazos por el mismo precio delalquiler, con lo que se haba llegado al mximo de facilidades.

    Agustn Lerate Sigui la costumbre, normal en Sevilla, de que msicoso familias de msicos regentaran un almacn de msica y pianos, figurandoste en la c/ Cnovas del Castillo, 55. Aparte de sus dotes comercialestambineran conocidos este nombre y apellido por dirigir el famoso Sexteto de Seoritasque, adems de sus conciertos normales, actuaba todas las noches en laCerveceria de Viena de 8 a 11, y, como no tena ms remedio que ocurrir, enel tiempo de Cuaresma inclua en ellos versculos del Miserere de Eslava.

    Es imposible tratar de la msica en Sevilla y no hacerlo de la casaPiazza, fabricante de pianos de S.S. A.A. R. R. los Duques de Montpensierque, desde sus talleres en la c/ Feria, 176, el mismo lugar en el que muchosaos despus la Ca. Telefnica instalara unas oficinas, constituy, en ciertomodo, un sostn del estudio y auge de este instrumento que no solo practicabanlos que pretendan seguir este camino profesional, como los que se considerabansimples aficionados, entonces llamados dilettantes, que tambin fueron muchoscomo ya ha quedado explicado, porque no se conceba una reunin social enla que no cantara algunos de los afitriones o cualquiera de los invitados, para

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    menos, una guitarra, algo as como lo que ocurra en la Italia renacentista segncuenta Castigliones, que cuando llegaba un invitado y ya haban empezado losmoradores de la casa a hacer msica, descolgaba uno de los intrumentos quese hallaban en el saln y se sumaba al conjunto. Esto, dicho y comprendidoen tono muy menor. Y si en esstas reuniones no se haca msica Qe hacer,si no?. Cmo sostener el inters y animacin en las largas horas de su duracin?

    Sigamos, pues, con la firma Piazza en sus distintas mudanzas, siempreen el centro de la ciudad: primero en la Plaza del Pacfico, 6, despus en SanVicente, (antes Jimnez de Cisneros), esquina a c/ Jess, de de donde pas ala Plaza de la Gavidia y, por ltimo, en Rioja n 6, duplicado, ltimo de susdomicilios. En estos primeros tiempos estuvo regentada por Cayetano Piazzaquien se encargaba de secar y preparar las maderas para una mejor construccinde la gama de pianos que sala de sus talleres: de media cola y verticales,(1862) algunos de los cuales presentaban la singularidad de construir el centrodelantero con madera de palo santo tallado y, en otros ejemplares una espejoque cubra todo el ancho del instrumento. Fue el primero en adoptar un nuevosistema en Sevilla en la fabricacin de pianos de manubrio (los popularespianillos u organillos) (1870).

    A Cayetano le sucede Luis Piazza (nico sucesor de aqul segn legusta afirmar), personaje de gran generosidad con la ciudad que le vieo nacer,a tal extremo, que don el terreno en el que se asienta la actual calle Fray Luisde Sotelo para poner en comunicacin las calles Escoberos y Bcquer, aledaasa la fbrica. Los salones de su casa simpre estuvieron abiertos a todos los actosmusicales que nesecitaran su concurso y, no digamos, como ya ha quedadoreseado, a su querida Hdad. del Valle en la que esta familia, a travs de variasgeneraciones, ha ocupado importantes cargos, includo el de camarera de laVirgen del Valle que lo disfrut la estupenda violinista Rosa Piazza.

    A este sevillano ilustre se le debe la introduccin en nuestra tierra delos rganos expresivos, armomiums, la marca Alexandre Pre et Fils, de Paris,los famosos Alexandres, que an se conservan en algunas de nuestras iglesias,entre ellas la de El Divino Salvador, el cual funciona como el primer dia, hastael punto que es el nico instrumento que suena en dicho templo, porque elmagnifico rgano espaol del siglo XVIII, desgraciadamente, Hasta ahora!...no ha gozado de la magnfica reconstruccin llevada a cabo en su fbrica,retablos y tesoros artsticos. Qu maravilla de tcnica la de estos armoniums!.Que ha corrido con el uso incesante de una parroquia como sta, en tiemposen los que los cultos eran numerossimos y raro era el dia en que no tena que

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    intervenir en varios de ellos, me refiero al silencio de aos impuesto al magnficoinstrumento dieciochesco por la sencilla razn de que era ms fcil tocar enl que subir a la alta tribuna desde la que el antiguo presida el coro a los piesde la iglesia.

    Adems de esta marca, cuyo representante en Sevilla era el mismo enexclusividad de la norteamericana Estey y Ca. de Bratlevoro y de las extranjereasde piano: Erhard, de Pars y Roonich, de Dresde, uno de cuyos ejemplares anexista en el Conservatorio antes de la reforma de su edificio. No recuerdobien si era el que tena una dureza tal de teclado que, al menos, en mi niez,en los duros inviernos de antes, se converta en instrumento de tortura en losexmenes trimestrales presididos por don Norberto Almandoz. Esta fbrica depianos Piazza lleg a tener tanta importancia que fue laureada en varioscertmenes internacionales. Adems de ofrecer a la venta pianos de cola, decuerdas cruzadas, y pianos oblicuos de las casas Pleyel y Herz, de Paris,tambin haba adoptado el sistema de venta a plazos, realizaba reparaciones,cambios y alquileres para Sevilla y cualquier otro lugar de Espaa, y estabaen condiciones de satisfacer pedidos para las fbricas del extranjero.

    Hubo otro Piazza, Mauricio, violinista, que, con el mismo negocio defabricante de pianos, venta a plazos, cambios, reparaciones, y afinaciones,se estableci en la c/ Rubio (hoy Fray Diego Jos de Cdiz), que desembocaen la Plaza del Pumarejo.

    Hemos de volver a la calle Sierpes porque en el n 50 se hallaba elalmacn de msica de Pedro Taberner, en el que ya escribimos se hacan lassuscripciones a las ms importantes revistas editadas en el territorio nacional,como: La pera, gaceta musical, uno de cuyos apartados refutaba la zarzuelaEl Tio Caniyitas. Las publicaciones antes referidas de Eslava, AlbumFilarmnico, Gaceta Musical y Literaria de Madrid, y La Gramtica Musical,de Martn Dnger, en traduccin del crtico M. Jimnez. 1851. En lo querespecta a la venta de instrumentos destacan la de rgano - flautas y la depianos procedentes de su propia fbrica. (21/24)

    Bergali (Enrique), era otro almacn afincado en la calle de las Sierpes,en el n 108, Su titular ostentaba la representacin en Andaluca de la casaalemana B. Benott. Su sucesor fue Casa Damas, establecida en el n 65 de tanpopulosa calle. En este almacn se vendia al precio de nueve reales La BarajaMusical, sistema revolucionario, tan revolucionario que su autor prometaensear a componer msica sin el menor estudio de este arte. Adquiri tantaimportancia tamao desatino que nunca ms se supo de su existencia.

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    El mercado pareca que no tena fin, porque no solo era la ciudad, quetambin lo eran la provincia y la zona de influencia de sta lo que hacan queel desarrollo fabril autctono fuera en aumento, fruto del cual fue la fbricade pianos radicada en la c/ Buen Suceso, n 2, bajo la marca Bernareggi, enla que se podan alquilar pianos para la Feria de Abril, y que se distingua porsu originalidad al conceder prstamos sobre estos instrumentos, lo que quiere decir que tantas facilidades hizo que fuera posible su adquisicn por la genteeconmicamente humilde.

    En la calle Trajano n 14, se asentaba la fbrica de Luis Cavay,premiado en diversas exposiciones internacionales, que, como las dems, venday alqulaba estos instrumentos, desde luego a base de cuerdas cruzadas quemantenian por ms tiempo la afinacin. Esta firma habia llegado a rizar el rizoen el mundo del capricho al construir un Piano rabe! con la intencin depresentarlo en la Exposicin de Londres.

    Si este siglo XIX da comienzo con el ensimismamiento de la teorahasta el punto de que durante buena parte de l est en uso la nomenclatura delos antiguos tminos musicales (por otra parte preciosos por lo rancio de suhondo espaolismo, y que ms de una vez acierta a describir y concretar mejorla idea), en la segunda mitad de la centuria se enriquece con el mtodo desolfeo ms famoso que jams espaol alguno pudo pensar, conocido y practicadohasta en la aldea ms pequea de nuestro territorio, compuesto por Don HilarinEslava y Elizondo, posiblemente la figura mas celebrada por todos los habitanesde la nacin. La principal virtud de este metdo es la belleza de las melodasde sus lecciones, pues este compositor naci con esta gracia, que nada tieneque ver con la sabidura, pues sta puede acrecerse por el conocimiento, peroaqulla no; es tal la facilidad de Eslava en este aspecto que no es raro encontrara personas mayores que lo estudiaron cuando eran nios y que al cabo decincuenta o ms aos canten de memoria alguna que otra leccin. Este tiempotan inquieto para la msica no tena ms remedio que reflejarse en la bsquedade nuevos procedimientos en su enseanza cuyos principios pedaggicosempezaron a fundamentarse como consecuencia de la gestacon comenzadaen el anterior, inquietud que tambin se sinti en Sevilla, donde, recincomenzada la segunda mitad de siglo, el peridico El Porvenir, movido dela idea tan extendida del progreso en las artes como el propio rotativo expresa,publica La Gramtica Musical o La msica sin maestro, de Martn dAngers,que segn deca sirve de intoduccin a todos los Solfeos, y lo hace de formaque, al final, pueda formarse un libro con los pliegos publicados que, ademsdel texto corrspondiente, comprende retratos de artistas principales as como

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    piezas de msica. Debo consignar que la traduccin fue confada al crtico yredactor de este rotativo M. Jimnez, hombre de vasta cultura y erudicinmusical propia de la poca que, tan seguro debi estar de sus ideas sobre lamsica escnica, que se atrevi en sostener controversia, nada menos, que conAsenjo Barbieri. He de hacer notar que este mtodo tambin fue editado enEspaa por la revista La pera, Gaceta Musical y Literaria de Madrid.

    En esta misma poca, Antonio Balaguer ensea a sus alumnos delColegio de San Isidoro mediante la utilizacin de un nuevo mtodo debidoal profesor Pascual Prez, y que ya en 1863 se implanta en la clase de msicadel Asilo de Mendicidad de San Fernando. Las bondades de este nueva manerade ensear debieron ser notables porque movieron al director del Hospicio asolicitar la necesaria subvencin para que el antedicho Sr. Balaguer puedaaplicar el referido sistema en esta institucin.

    Paralela en el tiempo es la interesantsima aportacin del violinistaMariano Courtier al traducir y por ello introducir junto con M. Jimnez elmtodo ideado por Wilhem, que consiste en educar basndose en la cancinpopular, factor ste utilizado ms tarde tanto en un sentido meldico comortmico por otros pedagogos., lo que nos hace ver los progresos que, en tancorto espacio de tiempo, se ha operado en la ciudad en el campo de la enseanzaen la que se llegan a asumir los avances que se producen en Europa. Y ello fueposible al inters que, una vez ms hemos de resaltar, exista en Sevilla.

    Inters que, lastimosamente, debemos repetir, no exista por la msicasinfnica, porque las veces que algn espritu sensible y entusiasta capaz dearrostrar la labor de tratar de acabar con el retraso en este aspecto de nuestropueblo mediante la formacin de una orquesta sinfnica, la abulia y desintersde casi todos, yo dira que de la ciudad, dio al traste con el trabajo mproboque es necesario llevar a cabo para slo empezar una obra de esta magmitud,porque, despus de todo lo mostrado no se puede decir que el sevillano nofuera un pueblo muy musical, sino que esta aficin la decantaba a travs dela zarzuela que, desde mediados de esta centuria, habia empezado a mostrarsus especiales y visibles encantos que acabaran arrastrando las insinuacionesde la autoproclamada pera espaola, tan suspirada y buscada por algunos denuestros mejores compositores del XIX. Pero no fue slo ste el imponderableimpuesto por la zarzuela a nuestra msica en general, porque, en honor de laverdad, aqulla queda exenta de toda culpa al tener los compositores que lucharcontra un medio absolutamente desinteresado, como pocos, hacia la msicaorquestal que haca inviable cualquier gnero de manifestacin musical queno fuera la teatral so pena de correr el riesgo de no disfrutar de su intepretacin,

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    ya fuera sta meramente instrumental o ecnica, sencillamente, porque, comohe apuntado, no estaba el horno para bollos por la falta absoluta de ayudasestatales y de inters, como digo, por parte de los pblicos no educados paraestos altos menesteres artsticos. Sirvanos de ejemplo el caso del compositorEspn, tendo en la ms alta consideracin por parte de los medios afines dela corte y, a pesar de ello, solo pudo conocer el estreno del primer acto de supera Padilla El asedio de Medina, que, adems, fue cantada por el granTamberlick, pero ni por esas... Con decir que ya en 1852, un crtico que,aunque parta de un presupuesto falso como era el de comparar una obra muybien hecha como Jugar con fuego, de Barbieri, con la tan denostada El tioCaniyitas, se quejaba de que a sta asista ms pblico que cuando se representabauna pera de Verdi o de otro autor de similar importancia.

    Para garantizar la calidad y modernidad de mtodos y sistemas de laampia gama de instrumentos necesarios para poder encaminarse hacia una metasinfnica con la que ponerse al dia en este movimiento normal en las grandescapituales europeas era absolutamente necesario cohesionar la gran dispersinque exista en la enseanza de este arte y, lo que es peor: su desigualdad, quean era mayor: muchas bandas de msica y legin de profesores particulares,algunos en verdad excelentes, pero faltaba la autoridad que planificara y pusierael orden necesario para culturizar musicalmente a los sevillanos que solovean por la msica vocal, reflejo de la escena, que llenaban teatros e Iglesiasen los numerosos cultos de stas, pero incapaces de costear y dar continuidada la msica orquestal, una de las causas, si no fue la mayor, de nuestro largoy penoso silencio en este importantsimo terreno de la msica. Esta cohesiny direccin slo podan hacerla realidad los rectores de la ciudad, puesto quelos elementos artsticos y culturales carecan de los medios necesarios paraello, ya que era indispensable contar con el respaldo inversor y continuadoque slo poda ofrecer una institucin oficial y, na vez que sta, al menos, seinsinu, hemos visto fue criticada y combatida. De lo que se deduce que Sevillahaba perdido la antigua fama de ciudad musical por excelencia que venaarrastrando desde la Edad Media.

    Estas mismas causas apuntadas evitaban que nuestros compositorespudieran dedicarse a la msica abstracta. En primer lugar, la falta de orquestascapaces de enfrentarse con el ms mnimo xito con la obras sinfnicas, y ensegundo lugar de qu viviran si solo se interpretara una o dos veces en vidadel autor? En cambio, los ingresos del teatro eran cuantiosos si se acertaba apulsar esa tecla misteriosa que haca que, prcticamente, todo cuantocomponanciertos autores tuviera la respuesta de grandes cantidades de dinero

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    como le ocurri a Jacinto Guerrero y algunos otros, pero, esto, que no era locorriente, por eso mismo no estaba al alcance todos, a no ser que una obradeterminada gustara tanto que sus representaciones se repitieran muchas veces,lo que, es verdad, ocurri ms de una vez y de dos.

    Y, para colmo, cuando, por fin se acomete la creacin de un estudiode conservatorio no se tienen en cuenta las necesidades instrumentales de laciudad y, si es cierto el refrn de que principio requieren las cosas, no lo esmenos que es ms dificil continuarlas. Y no fuimos capaces.

    Como corolario de esta vivencia teatral y no orquestal, admitida laidea de orquesta slo como vehculo para la interpretacin de Oberturas yacompaamientos de otros nmeros vocales de peras, la Sociedad FilarmnicaSevillana bajo la direccin del ilustre compositor hispalense Luis LeandroMariani Gonzlez asumi con valenta y vocacin la educacin musical desus ciudadanos en la Academia de Msica de esta sociedad, que presentaba elsiguiente claustro de profesores aparte del ya mencionado Mariani: VicenteRipolls, maestro de capilla de la Catedral; Bernardo Salas Segu, organista,y Agapito Insausti Morrs, tenor, ambos pertnecienes a nuestro primer Templo;Es de notar que de estos cuatro msicos la primera denominacin era la demaestro compositor, que tal era la consideracin tenida a la creacin musical;A stos seguan, refirindonos solo a los ms conocidos: los hermanos DamasMonsalves, Francisco, violinista, y Manuel flauta, Josefa Piazza y de Ojeda,Manuel Carretero Gil, Clara Peralto Almenares y Elas Lpez Romero, estosdos ltimos auxiliares. Las materias que impartan eran las siguieres: Solfeoelemental y superior que constaban de 3 y dos cursos respectivamente; Piano,8 cursos; Violn y Viola, 8 cursos; Violonchelo y contrabajo, 8 y 6 cursosrespectivamente; Armona, 4 cursos; Contrapunto, Fuga y Composicin, 5cursos; Historia y Estetica de la Msica, 1 curso; Prolegmenos de Fsica -Acstica, 2 cursos. Canto, 6 cursos. rgano y Armonium, 6 cursos; Instrumentosde viento-madera, 6 cursos lo mismo que los Instrumentos de viento-metal.

    Como puede verse, toda una seora institucin que a principios de lasiguiente centuria tomara la denominacin de Conservatorio de Msica deSevilla (Academia Filarmnica), incorporado oficialmente al Conservatoirode Madrid, que presentaba la particularidad de ofrecer la enseanza elementalgratuta, y cuya completa panoplia de estudios instrumentales vena a ponerlas bases para instituir una futura orquesta que, tras algunas posteriores tentativas,dieron al traste con ella. Una vez ms, Sevilla no tuvo suerte.

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    Fuentes y libros consultados:

    Archivo del autor.

    Cascales Muoz, Jos: Sevilla intelecual. Madrid. Victoriano Surez,1896.

    Morn Alfredo. Joaqun Turina a travs de sus escritos. Ayuntamientode Sevilla. Madrid, 1951. Pea y Goi, Antonio. La pera espaola y la msica dramtica enEspaa en el siglo XIX. Apuntes historicos por Antonio Pea y Goi. Madrid1881. Imprenta y estereotipia de El Liberal. A cargo de L. Po. C/ de laAlmudena,n 2.

    Peridicos:

    El Conciliador. El Crisol. El Espaol. El Liberal. El Noticiero Sevillano.El Porvenir. El Progreso. (Hemeroteca Municipal de Sevilla).

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