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i-- 5AN]'IACO Pü$"f-[GrJ ll.r.o ,,,,45S51Hü5.,, $MT'ERADC}R Los asesinos del emperador Santiago Posteguillo Flaneta. Barcelona, 2012 f.f85 páginas. 22,9O euros (electrónico:15,99) Na¡ln¿lt'w¿ EurnE rAS NovErAs históricas ocupan un lugar destacado las "de roma- nos", y muy especialmente las que evocan la fastuosa Roma cesárea, con sus perver- sos emperadores, y sus espectaculares esce- nas circenses y tumultuosas batallas. Desde Los mártíres del Cristianísmo del rom¿ínüco Chateaubriand, piotrera del género hace dos siglos, a Quo uadis y Ben-Hur, a fines del XDt y luego Robert Graves, y taritos otros, con múltiples s'ecuelasen cine y tele- visión. Posteguillor eu€ ya evocó la época de los Escipiones y de Aníbal, en unamagní- fica y extensa trilogta nos relata en Ins asesí- nos del emperador el periodo de la dinasfa de los.belicosos Flavios, y muy en especial el ascenso y caída de Vespasiano, "malvado de lujo", tan cruel como Calígula o Nerón. En conúaste claro se dibuja la figura de Trajano, virtuoso hispano, austero guar- dirín de la frontera, para la opornrna salva- ción del gran imperio. Lo que da brío y carácter a una novela histórica es la pintura de una época con colores vivos y detalles precisos y la recreación de personajes y es- cenas de intenso dramatismo. Posteguillo -que no es profesor de clásicas, sino up admirable lector de Shakespeare y de nove- las inglesas modemas-- maneja muy bien el usual entramado: es decir, los decorados tópicos: la corte, callejas y foro de Roma, el circo, las batallas cbn su estrategiabien estu- diada, y.también las oscrrras cloácas y el monumental anfiteatro en construcción, y alavezlos actores, que van desde Domi- ciano y Domicia Longina a algunos glaüa- dores, y un montón de figuras menores de perñles y caracteres singulares. Postegui- llo impone al relato un riüno trepidante, con un esquema trágico y folletinesco, de buenos y malos, con sus mtiltiples escena- rios, un ritmo ágil que atrapa al lector a lo largo de esas mil y pico páginas. Todo sobre una esmerada y minuciosa docu- mentación histórica, y con buen tino para citas memorables y'pequeños detalles su- gestivos. Carlos García Gual Por Manuel Rico paEsü{. Nunn Bannros obtuvo, en 2004, el Premio Ateneo de Sevilla con un libro intenso y fresco, también extraño, titula- do El hilo de agua, en el que, a pártir de una propuesta poética depurada, se planteaba una búsqueda, en el presente, de paraísos imaginarios en una suerte de añoran za delparaíso perdido. Nostal- gta de Odiseo, su nuevo libro, mantiene el tono de aquel poemario, aunque su búsqueda discurre por otros .caminos. Sobre el mito de Penélope construye unahistoria de amor que no se cierra en la pura referencia homérica, sino que abre pasadizos al presente, a la refle- xión sobre el senüdo de la vida y, sobre todo, del amor y la separación. El que la ffgura de Penélope quedara difuminada - en la obra cumbre de Homero abre un már de posibilidades de invención/re- creación de sus pensamientos, de sus sueños, deseos y frustraciones que Nu- ria Barrios ha aprovechado. Es ahí, en la espera del retorno, donde el libro en- cuentra su hilo conductor. Nuria Ba- rrios, a io largo de sus nueve apartados y apostando por el poema breve (con treJ excepciones: Nelrya, EI hilo de Ia cometay Ecuación), imagina y da voz a Penélope en su permÍrnente tejer y des- tejer. Es el hilo la sutil zorta de intersec- ci{n entre sus deseos y la nostalgia del . : dmante entregado, lejos, a heroicas aventuras: "En su destino / Odiseo y ella'están unidos / al telar, el hilo, el huso, la rueca". El lector de interna en ::,:, , .: :: I ': : , *1.,;i,.¡r;1:;;¡, ;, en dos planos narrativos casi antagónicos (el omnisciente y el confesional), en El prestigio de la belbzn se privilegia la prime- ra persona. Pilar Bonnett articula su nove- la sobre Lavoz exclusiva de su heroína. Por ésta, de la cual desconocemos su nombre aunque no su ñliación social, asistimos al relato de suvida de niñayadolescente. No sabemos desde dónde se nos narra lo que leemos, no sabemos, en e[ momento de la narración, qué status profesional tiene nuestra narradora ni cu¿ál es su situación sentimental, una cuesüón esta (la inicia- ción senümental) que ocupa bastante es- pacio en su relato. Digamos a grandes rás- gos que ésta es la estructura de la novela. El prestigío de labelleza nos relata la histo- ria de una niña que no fue agraciada por la naturaleza, todo lo contrario de lo que sucede con su hermana. I-a narradora co- mienza a ensimismarse con su problema, aunque nunca al punto de distanciarla de la realidad. Asume su fealdad con humor. Iunto a ello comienza su aprendizaje inte- Iectual, su iniiiación al mundo de las ideas. Paralelamente comienza un debate un universo envolvente que le atrae y, a L&vez,,le.disturba: el amor y. la muerte ' (erosy tluánatos), la memoria de lo vivi- do en csrrrún y de lo imaginado, el mie- doylafelicidad, la tentación del engaño (Los pretendientes) y el peso de la fideli- cada ironía. No hay una lucha irreconcilia- ble entre la carne y el espíritu como lo había en aquélla.En El prestigío de labelle- zalas cosas se suceden con esa levedad (o el profundo tacto del estilo) que exigen a v€ces los dolores del alma más apremian- tes. Razón y sensualidad reclaman su espa- cio. Sin desgarro, sin resentimiento. Nues- üa heroína sale airosa de su aprendizaje. La belleza está ahí. No tanto en el espejo de todos los días. Como si al otro lado estuviera esperando la verdadera belleza. J. Ernesto Ayala-Dip Del amor y sus incertidun Nostalgia de Odiseo Nuria Barrios Fundación José Nfanuel Lara Sevilla.2012 17f páginas.14,9C euros Penüape (1895), dé Max Klinger.Fots: Album Akg- ima

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Los asesinos del emperadorSantiago PosteguilloFlaneta. Barcelona, 2012f.f85 páginas. 22,9O euros (electrónico: 15,99)

Na¡ln¿lt'w¿ EurnE rAS NovErAs históricasocupan un lugar destacado las "de roma-nos", y muy especialmente las que evocanla fastuosa Roma cesárea, con sus perver-sos emperadores, y sus espectaculares esce-nas circenses y tumultuosas batallas. DesdeLos mártíres del Cristianísmo del rom¿ínücoChateaubriand, piotrera del género hacedos siglos, a Quo uadis y Ben-Hur, a finesdel XDt y luego Robert Graves, y taritosotros, con múltiples s'ecuelas en cine y tele-visión. Posteguillor eu€ ya evocó la épocade los Escipiones y de Aníbal, en unamagní-fica y extensa trilogta nos relata en Ins asesí-nos del emperador el periodo de la dinasfade los.belicosos Flavios, y muy en especialel ascenso y caída de Vespasiano, "malvadode lujo", tan cruel como Calígula o Nerón.En conúaste claro se dibuja la figura deTrajano, virtuoso hispano, austero guar-dirín de la frontera, para la opornrna salva-ción del gran imperio. Lo que da brío ycarácter a una novela histórica es la pinturade una época con colores vivos y detallesprecisos y la recreación de personajes y es-cenas de intenso dramatismo. Posteguillo-que no es profesor de clásicas, sino upadmirable lector de Shakespeare y de nove-las inglesas modemas-- maneja muy bienel usual entramado: es decir, los decoradostópicos: la corte, callejas y foro de Roma, elcirco, las batallas cbn su estrategiabien estu-diada, y.también las oscrrras cloácas y elmonumental anfiteatro en construcción, yalavezlos actores, que van desde Domi-ciano y Domicia Longina a algunos glaüa-dores, y un montón de figuras menores deperñles y caracteres singulares. Postegui-llo impone al relato un riüno trepidante,con un esquema trágico y folletinesco, debuenos y malos, con sus mtiltiples escena-rios, un ritmo ágil que atrapa al lector a lolargo de esas mil y pico páginas. Todosobre una esmerada y minuciosa docu-mentación histórica, y con buen tino paracitas memorables y'pequeños detalles su-gestivos. Carlos García Gual

Por Manuel Rico

paEsü{. Nunn Bannros obtuvo, en 2004,el Premio Ateneo de Sevilla con un librointenso y fresco, también extraño, titula-do El hilo de agua, en el que, a pártir deuna propuesta poética depurada, seplanteaba una búsqueda, en el presente,de paraísos imaginarios en una suertede añoran za delparaíso perdido. Nostal-gta de Odiseo, su nuevo libro, mantieneel tono de aquel poemario, aunque subúsqueda discurre por otros .caminos.Sobre el mito de Penélope construyeunahistoria de amor que no se cierra enla pura referencia homérica, sino queabre pasadizos al presente, a la refle-xión sobre el senüdo de la vida y, sobretodo, del amor y la separación. El que laffgura de Penélope quedara difuminada

- en la obra cumbre de Homero abre unmár de posibilidades de invención/re-creación de sus pensamientos, de sussueños, deseos y frustraciones que Nu-ria Barrios ha aprovechado. Es ahí, en laespera del retorno, donde el libro en-cuentra su hilo conductor. Nuria Ba-rrios, a io largo de sus nueve apartadosy apostando por el poema breve (contreJ excepciones: Nelrya, EI hilo de Iacometay Ecuación), imagina y da voz aPenélope en su permÍrnente tejer y des-tejer. Es el hilo la sutil zorta de intersec-ci{n entre sus deseos y la nostalgia del

. : dmante entregado, lejos, a heroicasaventuras: "En su destino / Odiseo yella'están unidos / al telar, el hilo, elhuso, la rueca". El lector de interna en

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un universo envolvente que le atrae y, aL& vez,,le.disturba: el amor y. la muerte' (erosy tluánatos), la memoria de lo vivi-do en csrrrún y de lo imaginado, el mie-doylafelicidad, la tentación del engaño(Los pretendientes) y el peso de la fideli-

cada ironía. No hay una lucha irreconcilia-ble entre la carne y el espíritu como lohabía en aquélla.En El prestigío de labelle-zalas cosas se suceden con esa levedad (o

el profundo tacto del estilo) que exigen av€ces los dolores del alma más apremian-tes. Razón y sensualidad reclaman su espa-cio. Sin desgarro, sin resentimiento. Nues-üa heroína sale airosa de su aprendizaje.La belleza está ahí. No tanto en el espejode todos los días. Como si al otro ladoestuviera esperando la verdadera belleza.J. Ernesto Ayala-Dip

Del amor y sus incertidunNostalgia de OdiseoNuria BarriosFundación José Nfanuel LaraSevi l la.201217f páginas. 14,9C euros

Penüape (1895), dé Max Klinger. Fots: Album Akg- ima