CANTO.

AL D.R D. MIGUEL CANE. EN HUB8TBA DE illTUlA. GBA.TITUD

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BVENOS-A.IRES.

IMPRENTA DEL "COllrlEfWIO DEL PLATA," VICTOIUA, NUMEltO 87.

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PiÓLOGO.

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1 MI QUERlbO AMIGO. •

Empiezo á. escribirle, saboreandQ.todavia el último verso de su FIBRA S.A¡.YAGE, como le sucedia á J ácopo Ortis con el úl­timo beso de su 'l'ert:sa. ¡,Porqué ha llamado vd. ra,nto á una obra que por sus condiciones y por su desarrollo es un verdadero poe­ma1 SelÍ. este el primer reproche que me permito hacerlé, porque la modestia no tiene el derecho ~e cambiar-el nombre de las cosas, .. por mucha y apreciable que ~eala que ha impelido á vd. á cometer una adulteracion.. ..

No sé en qué parte he dicho, hablando de un poeta queri­do que nos abandonó en la luclía por.la libertad de)a patria, de­jando la tierra para.. subir á. ~a morada del génio,-quelos poetas eran la gracia y el enCanto de la -vida; y que su desaparicion de en­tre DOSotl"08 era oomo el enmudecimiento de la Jira ó como el e~s­hoje de-Jas tlores.-. La aparicion de Uno nuevo, será entonces el canto de la lira 6 el aroma de la flores que abren su cáliz aargado ..

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11 PRÓLOGO.

de perfum{'s, buscalldo los nobles y delicados sentidos de la inte­ligencia que deben comprenderlo y apreciarlo .

.A vd. le ha regalado la Providencia esas dotes que lW

regala sino á sus ~r~d~lecto~; perola. tierra, casi siempr; en 1 ucha con .1

los filvores deladIvlmdad, Impone al poeta, que e8e1 trenio laobliO'a-I:l , !'l I

. don de ser grande, sufrir, callar y perseverar en su misiono El poeta, ¡ como el génio, puede pisar la cabeza de los hombres, porque está I colocado sobre ella, pero no puede nWIéa inclinarse á. besarla., por- ¡ que para el géDio no hay tolerancia: vd. ha recibido la mision de ¡ iluminar, pero vd. es hombre, y solo á lbs astros del cielo les es I

I dado 'presCindir de la crítica (, de la alabanza de los mortales. Per­I severe vd., sufra y calle, porque esa es su mision, como fue la de

f Dante, Alammagni, Tasso y tantos otros de los que brillan hoy en

. el cielo de la inteligenCia, despues de haber sido l.aB víctimas de su. s ¡ épocas y de sus contemporáneos. I . Las primeras palabras de ("Sta carta, le demuestran á vd.'

1 en sintesis absoluta., cual ha 8i~0 la illlpresion que ha hecho su obra I ; en mi espiritu. Todavia "Se v~enen á mis labios, impelidos por el : entusiasmo de mi alma, muchos de los trozos que vd. ha colocado

en la bbea de Ezequiel 'y" de Lucía; y me sucede con sus versos 10 I

mismo que me sucedió allá en los dll!l'~s años perdidos, cuanuo las 'f fihras sellsibl('s de mi espiritu gozal¡an profllndamente de los e11-cantlls.de lo bello, á la lectura ue las endechas de GuInara y de los acentos del Corsari~. Ha gal van izado vd. á. UD cadáver, y mi crí­tica podria reasumirse· en una soja palabraj-graC'iasj Guticrrez.

• ' Yo pienso con :Florencio Varela,-que vano y estéril s('ría ./ .el trabajo del pOQta, ~ila filosofia no formara el fondo de la ohra que la imaginacion embellece.-Bit'n, pues; vd. ha. dispuesto el fun­do de su euadro coa la naturalidad y la lógica, con que lo hubri1\. hecho el Renní 6 el Rubens, y 1m dado á sus versos aquella for­ma suave, iricisiva, impereceder¡:, llue 1l~) Jt' es dado t'lUpl("tr silln tl

¡,los maestros del colorido. Hay en d fondo del poema tod.a la ve- : ro~imi1itud y toda la profUl:did;t<l que requieren las (¡bras de. una ¡

1 imagillaeioll VCl'uademmellte refkctiva, sin que ('sto ,le '1uit,' {¡, la I I '- ¡ , , ~- --.- .. _----_.- : .-- .-- -----... _--- ~--- -- --_._--_.-

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PRÓLOGO. 111

forma el encanto- y la armonia que- hace repetir, aun sin querer-­lo, las frases de Rossini y los versos del Tasso. Pueda vd. firmar con todo su nombre y apellido eso que vd. llama Carito y que yo llamo Poema, sin temor de que la crítica irrteligente é imparcial le c-ehe al rostro su amor propio.

No es estraño que en medio de estas pasiones prosaicas que absorben á nuestra sociedad, y que en el choque de los ren.­cores que distraen á la noble é inteligente juventud de Buenos Aires, su obra raba como un articu.lo.de diado o como un capri­cho de la moda; pero el poeta tiene que sufrir, que callar y que ¡. perseverar, y á ]a Fibra salvage le toca soportat: la fatal se~tencia del tiempo en que vivimos: pero ella es la resureccion de uná épo­ca, ella es la estrella precursora de un cielo nítido y bello para la Patria, que se po'biará) como el firmamento, de nuevos astr~, en d dia sereno, her}TIanos ó satélites de ]a Fibra salvage .

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• R"cihn·l1li gl'atitud y mis ma.."l sinceros cumplimientos.

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Oh! la quietud del retiro y.J.a sol~dad. canada, ~ las dos únicas fieJes amigas do la desgracia_

Quc es dulce al insomne espiritu ron una memoria grata llenar las horas del tiempo, del tiempo sin esperanza!

Allí la imájen oo'nfwm con llueva vida engalana, suave armOlúa le presta, ]a luz que la ilumil:aba.

_ ~. y al pulsar las muertas fibrfLs las sensaciones' borradas,

•

vivo suspira en la gloria de su dicha envenenada,

Mas ay! de aquel sin ventura que állá en su 'pasadognarda solo un reeucrdo maldito que en vano en borrar batalla.

La soledad y el retiro . que la fiebre intensa calman; en la mentp desatTollan la honda ido.'Io qu~ la embarga.

"

En vano entonce el q'uo huye, huye el siniestro fh,ntasma, que al corazon<d: ligado Mmo la som bra ;~ hl p~n~'\!

, ,

Pobre E2cquiel! su martil'i(l l~ sigtw aí. tierras .. estnti'ias: ¡lO eStá. NI su pátrin el recuer~(), que "ít (',1 r:flcucr(lo ('11 ~\\ alma!

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IV.

Gloria y amor y triunfos y alegria, nob1~~ y esperanza y te 'y ~nh~10 y mUSIC88 y luces y armoma., sueña la vagorosa fantasia de1almajuventud, bordando el suelo.

Virgen para sentir, el sentimiento le llena el suspendido corazon, y agita en él un mundo de contento que. al misterioso engendrador aliento jira de la magnifica ilusiono

Virgen para pensar, el seno estraño de virtud juzga y entuaiásmo lleno, y del &geno daño prOpib daño hace en su noble afaII. y hermoso engaño, que por su seno al fin mira el ageno •

. y de gr.acia y de vida centellando se arroja al mundo que fingiendo está, y en amor y pureza rebosando, . amorea y pureza derramando en su carrera. sorprendida vá.

y sigue insomne, que en el fin del cielo como ángel tutelar de su destino, vé que descorre el nacarado velo de las glorias y goces de 8U suelo, guiando, la e~peranza, su Camino.

Oh! ~a.n herliPBas son las breves horas de ltl. inquieta y alegre juven~ud, . con su ansiedad y sed embrIagadoras, con su fé y su esperanza engafia<k>ras, con s~mundo~ d~ gloria y ~e virtud! ....

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P~to de la ambicion yel cgoismo! siempre al martirio por su voz caminas, ay~ que has de maldecir del cielo mismo cuando te arrastre elrpundo hasta su abismo!

d 1 . ., rasga o e corazon con sus cspmas.

v.

Atras! horas ardientes de "entura que Ilr r'evolar á su ruredor, alzaron solo fúnebre mlÍsica y oscura que en un suspiro al CQrazon dejaron: atras! que si la fuer7.a y la hermosura del albor de su vida no agostaron, su alma herida de dolor violento vivió una eternidad en un momento.

Momento oscuro de ansiedad perdi~? en aquel tiempo de ilusiones lleno, gérmen íngrato de pesar, caido en el llagado seno de su Reno, para helar con su' soplo embebecido en el manso raudal de su veneno, cuanto su alma indiferente alcanta, muerta para la fé' de la cspcr~nza.

y era .... quién :iabe! La reserva ti'ia que despierta en redor la desycntura y la ofell,sa que insomne desconfia el lastimado orgullo, en la. amargura, el misterio crut'1 de su agonia . . huniieron eon silencio CI) su tristura-que huyó oon la conciencia de su pena

•

el vil favor dI'! la piedad agena. . I I ~ I a. -.-------"---------------------- ~ eo .,

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Alejado del mundo, enilU aislnmicntff su vida aparto coMprendió del mundo: sr para Cl guardába un sentimiento RU corazon herido y moribundo, (Ira una espina allí, peso ~iolento do indiferencia y de desden profundn que cada ser sintió que· despertaba y enodio mudo acaso cambiaba.

y sofo una mugel!-¿dónde, 0& Lucia! . gime el suave canto apasionado 'que allá en la inquieta juvéntud un <1ia brotaba de su labio enamorado1 ay! quc su Iabio·trémulo mentia!' "y! que ~I olvido triste ha uestefra(}o t.4e su espiritual fin, tu imagen bella que no le vuelve de la oscura huella!

Signe ¡,dónde1 .• Y al fin, que importadóndr',

si á cuanto á su alr-cdedor agita el ciclo con la sonrisa Mnebre responde que heló soble su libio el desconsuelo: si cuanto el mundo en su delirio esconde romper no logra su . pesado velo, ni brindar ú su espíritu abatido lo que busca ~t huir-solo <>1 ol"ido-!-

Nació para scntir, alma sublime tlal vez de un mundo superior proscrita y que su ardiente corazon oprime porque en él todo con suafan palpita: hija desierta del dolor, que gime en cada cuerda que e·n su Beno agitll, que es raudal de dolor el sentimiento si hiére ,,1 alma f'n ('1 mortal aliruto.

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D~ fatiga al fin renllido su noble caballo pampa, en el declive de un valle el ~asco sonoro pára.

j Talvez el suelo que pisa 1 A ¡, el aire que abSQrv.e estraii.a, ,

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,1 tnlvez el instinto solo le ha detenide en su marcha.

Que abre la nariz fogosa ~ 1{ el cuello altivo levautu1

• t Y en el campo quc atras deja los despiertos ojos clava.

Es el instinto salvagc que el} sCCLeta voz le llama: 1 aquella es la última legua

I Je su 'nativa comarca.

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'Paró; del sombrio ~La(:lis vuelve Ezequiel que le embarga, yal fin'la severa v~ta ~ redor inquieto vaga. •

Oh! cuáu bello cuadro hiere la última lumbre de nácar . de esa luna. que semeja

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que en'el desierto rodára!

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I -12-

Alli la inmensa llanura como una mar de c!!meralda, en el oonfin del oriente sublime y dilllnud'a acaba.

Aqui el bo~que jigantesco cerca la loma empinada, como desigual cadena . Je ennegrecidas montañas.

y. el hondo arroyo tranquilo que abre la tierra abrasada, como herida Je su seno sin término se dilata.

Allá la húella tortuosa que del quieto valle arranca, sube la loina vccina . como Ul1l\ sier:J?C· dc plata~

y entl'c las yérbas ya QCulta muere trémula y borrada . con el brillo de los campos que finge arroyos de nácar.

y allá perdido en la niebla San Lorenzo, y la distancia, anacoreta sombrio de las cimas se levanta.

y todo bajo aquel cielo, todo en la armonia y calma, . todo en el suave desmayo de la noche solitaria!

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j VIII: I

El no goza en su belleza·, que oon decidida planta y el caballo por la brida, ya el bosque costeando baja.

Que ha visto lumb~e en la· choza , . en cuyo linde se pára, acaso buscando el rumbo que ha descuidado en su marcha. ' .

• • La humilde luz que ilumina aquella Íunebre estancia en el oorazon de un cam po

. sin sendero abandonada:

El pobre lecho que.apenas • .af tenue: fulgor se alcanza, un ser humano traicionan 'que habita. aquella morada ..

• ,. Entra, mas nadiel'esponde

·1· á su voz; de nuevo llama,

I envano siempre, que acaso

I • se encuentra desamparada. • i Y el, sin temor ni recelo,

• sobre aquel lecho aescansa, • esperando un rumbo fijo que al esperar no esperaba . • •

• IX~,

•

Intimo y' afanoso sentimionto, estraña y melancotica tornura, ráf:i8 do suavisima frescura, .~ ...

ann nioo latir del oorazon,

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suñmlaimágen lkt l'isucUu. viJu. ~uave aroma de snlvage calma. ' ..1 ~(>no mi~tf'rim~o uc.su alma t.'Un desmayado impctu agit¡).

V 3ga, voluptiíosa y dolol'idn, leve y profunda lallguidC'.l sercna, deliquio illcomprensibll', vmia ti. vena tembló en su .ngre de la frente alpic:

hondo suspiro lcvanM su pecho errando sobre el lábio vacilante; y síptio por su ptílido scmblantl' dos ~aLr:fs:.Was lágrimas correr.

Su nebuloso vertigo inclemente que el recogido espiritu embargaba, subito conoció que se aÍTancaba

• en pos del llanto que vertió fugaz:

•

y en plácida quietud, la razon frin. es el corazon que emponzófio el veneno, en tiempo alegre de quietud sereno se sintio sollozando despertar.

En la tarde la lóbrega tonnenta asi fatiga el aire ensordecido, . cuando el pálido suelo estremecido

. ·corre el pesa.dó soplo abrasador: y las rápidas gotas pasageras

que penetran la atm&sfera oprimida, ciernen sobre la tierra humedeCida

~ un instante de calma y de frescor . •

y'era aquel germen de insondabl~ encanto como el secreto son de un ceo amigo que en el.fondo del alma, humilde abrigQ buscára á una promesa de su re:

como un recuerdo misterioso y puro, comOafaUQ80 y dulce sentimiento nacido en álgun otro pOO$amiento que respondiese al pensamiento de el.

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15

x.

Oh! "«lue purü. es el aire de la p.'\tria, oh! cuán querido de la pat:ria el suelo, oh! cnán sublime de la patria el ciclo, oh cuán ardiente de la patr~a el sol!

y ni ciclo ni sol, ni tierra ni aire ('n la comarca fúnebre estrnngera, 1ma soJft.isa de amistnd siquiera guardan al desterrado eerazo:n!

Oh! cuán hermosa es la mugar querida! cuán suave su voz enamorada! . iquc hay de Dios en su.intima mirada

. guc"sublima el espiritu hastaeI1 Pero la brisa de -estrangeras ti~rras

con el suspiro d(, su voz no cauta, yel polvo inerte que al crJlz .. l.r lcvant.a Ay! no ('8 el pol\'"o flU(, rozo sU pie!

Xl.

Yo te he vi~tó, Eze-.quiel; ,ihdi(ereftt.~ huyendo dt'jas él nativosueIo: ay! no ya para. ti 'bajo su cielo el astro hrilla del amor quizás!

Quien sabe! Inmenso es el dolor sombrio que emponzoña ]a fuente do tu vida y el} esa pobre alma ~tremecida ~argas penas destilando '('6.! •

No, que ~l fantasma qtm I"n ~us horM' t.ristf'~ lleva ~a dicha en lA. iltlsion que;,nlltn, qlle lE'Jos dE' su suelo le arrebata y el mndal envenena de su amor,

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- 16-

la 'soJnbra os de una muger, la sombra que fija sin cesar su pensamiento y engendra aquel insomne sentimiento que huye su llagado ,oorazon.

Huye y adora: que al dejar con ella todo el encanto de sus patrios lar08, siente que se renuevan los -pesares que no alcnnza á apagar el porvenir .

Huye y adora: que en la senda misma que espera última vez tocar suplanta, am tambien'la imágeJl se levanta, sin' que le pueda. detener amo

y era aquel sueño de dolor y encanto, el ~udo ad~os, que á su pesar su alma gemla en una ráfaga de calma para la dicha que dejaba ya:

para la dicha que no vuelve, y solo miró, sin esperanza en su delirio huir, huir, llevando á su·martirio un fimebre recuerdo de ansiedad.

Ay! el recuerdo de esa patria tris,te, la imágen de ese suelo bendecido que con inmenso amor solo es querido cuando la suerte nos arranca de el.

. Alli en los vientos de 8usllanl:>s queda, yen el murmullo de la selva umbria, la música del alma y.la alegria que nunca en ella brotaran despues!

XII ..

Torna, torna Ezequiel á la agOBia que su abatido corazon desgarra: • Silencio!-Melancólica guitarra pulsa que allí desAmparada luilló.

..

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Triste preludió, fúnebre preludio deja "en 'las cuerdas sollozar el viento: llora el sombrio aran de su tormento, canta el misterio de dolor y amor.

A. LITCI.&.

• "Dame una. lágrima, solQ tpl& lágrima! ay! no, no puedo darte un pesar! Un solo instante del tiempo rápido yo que te he dado mi eternidad! .. Dame lln instante! En él cuán íntimo, íntimo piensa. que es mí dolor, cuando el futuro maldito y lóbrego ya espera inmóvil mi corazon.· .. Qué es el futur91 lo ignoras! ... Bárbara noche de nieblas, noche sin fin, perdido y solo mi errante espiritu, perdido en ella sin porvenir. _ "" .. Allá en su eterna quietud fatídica oh~ nada al alma conmueve ya, -solo un recueldo--reouerdo·fiínebre como ella misma siempre inmortal . .. y no maldice: su gloria. única, tu dicha, compra con 8U dolor: tú te has salvado: errante J huérfana bu. ella ell'umbo que se trazó. •

* Ay! doquier guie mi planta trémula, con mis pesares arrastraré • tu sombra muda que vá ell mi ánima, tú, ni un recuerdo de mi tal vez.

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Sin él, ah! piensa. que es sola y lú,"bre la eternp. c{m .. >cl delataflUd, cuando en el seno de tierra húmeda tu pié me oprima, frío y sin luz.

* ¿Quien al que yace desierto y lívido . b"'¡a un recuerdo del mundo aili1 Corren los siglos, corren mon(,tnnos, sin esperanza, sin sol ni fin!

* . Diune una lágrinla, solo uua láb1J"lmar ay! no, no puedo darte un pesar! Uh solo instante del tiempo rápido yo que te he da~f) mi et~rnida.d!"

XIU.

Con tímida' y rasgada melodia que suspende y oprime el corazon, retemblando en la atm6sfera sombria " triste sollozo de ansiedad rompió.

-Un momento fatal de mudo espanto, cual si una vida en el llevado hubiera:-­profundo luego y comprimido llanto estalló en un,.'l. queja lastimera.

Llanto de honda emponzoñada fuent<' que el pesar en secreto alimentó, ' y como un manantial de lava hirviente

. colmó deJas e11trafia.s el temblor.

Llanto de misterioso i eS~lid~dn' arilor, <]ue f·l alll1a adorule(',ida ¡gnu/'a

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-- 19 -

y en ~pagado éco y abatidu sus triunfos c8tDta y sus caidas llora.

• • Llanto que con 'el fria pensamieiltú rompe que el alma atónita llenó, penetrando fugaz en un momento de un mundo suspirado al corazon.

_ Mundo que en corto y neuuloso ensuefio miro y dejó el espíritu al pasar, •. y ora que en el ~l fin despieJ:ta dueño, sus dif;has todas desparecen y a.

Ay! porque así la gloria de la vida • el alma al re,'olar, perdida deja,

y solo al fin cuando la. vió perdida. lIará;' encanto qu~ al buscar se aleja!. ..

, .. Llanto de melancólica esper.an¡a, llant<J de rota y última ilUSlOn, promesa de frenética venganza, lágrimas inocentes de perdono

•

XIV.

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y una v_uz dolOl·iH.a y ~llozante

...

que el caudal de las lágrimas cortaba, así esclamó con écó penetrante que el espant,ado COl'azon helaba.

• ., -iQui~n eres tÓ~ que el alma estrornedda se refugia, al oírte; en la memoria, . ' hu~ndo. inquieta· en la ~d~ .vida-la mJstcnoE/ln~ifra de tu bistona!

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¡PCNUe tu melancólica mirada Biento que me acarioia el ooraoJa COIl la úná&e!l comusa y agitada de un lueBo h~pnOEioq' en la nochehuyó1

¡Quien eres tú, que con aran secreto, encadenlllla firme voluntad, oh! y á encontrarte en su delirio inquieto . mi espiritu me arrastra á-mi ~sal1 ,

y del oscuro ángulo saliendo velada en negra ropa tma muger, á 'su invisible fuerza obedeeiendo se Ítbraro á. la. rodillas de Ezequiel.

Las fibras todu d~ Ezequiel temblaron, la voz. , 8\l garganta se anudó, ~ y en sus ojos BUS ojos se enclavaron con espreeion de espanto y de dolor.

Miraba aquella apa.ricion, miraba aquella imAgen mústia del pesar, y nunca de mirarl~ 8e saciaba en SU pro&ndo vértigo y afano

Porque algó eu. ella misterioso habia que su alnia y su memoria sondearon,. y que un recuerdo íntimo traia _ ' de las trémulas horas que pasaron.

-y era de melanoolica belleu al ~stro de la pálida muger~ y UD vagaroso Tayo de tristeza las dulces formas desmayaba en el.

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MUstios los ojos del color del cielo, preñados con sus lágrimas alzaba, , Y eteriULI noooes de ansiedad y duelo en sU mirada inm6vil traicionahL

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• La tez marchita de la frente bella, cual Rol' del aire, que 'al caer se birló; árida y aola y enterrada huella surcaba, oontrayendo 'su dolor .

• Oh! tanta. pena y desventura tanta un alma sola fatigaba am! • Al peao delatan: que la quebranta

.ya la suya Ezequiehiel'lte morir.

y ubIo porftn, q' el hondo sentimiento mas fugaz es, cuanto niai hondo es; , q' á no pasar, metp.oros de un momento, ay! matára el dolor como el placer!

y .~ por fin-"Mi alma es fria y triste, Y'eh toda el area de la tierra oscura un ser tan solo que conmueva existe el seco manantial de mi ternura.

Tu' voz ha desmayado el alma mia, tu pena me 'ha partido el corazon; si eres Lucia, sombra de Lucía, iquien á m~ ingrata senda te arrastró1

Ay! que dolor inmenso tu hermosura niarchitO con tu alegre juventud! Quien en sombrla noche y desventura hundió «quel rayo de dorada luz1" .

•

xv.

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y el Ceño de sU faJ. mudo y eterno, una helada aonMsa despejo; " ' pero ri llJl8, eonrisa del infierno • I que formaba en sUs Iábios el temblor. Ir.-

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-- ~~ --SOIll'isa illlpia del 1'01'1)2; intt'l\tll • que cu'mplido al pCtl~:,r ha "istu el alma, y jura en JI¡ oonCiClwirl el pt·n~amient •• l'on im'ariahln y í':i'tpalltosa calma .

• La dl~sgrucia 8. BU alma dn.Uo hahia fuego.para abrasar la humanidad, y ncaw lID 1« desgracia combatht Jasorda YOZ que le llnnutlm al mal .

Quizá porque su orgullo (m In tristeza no vió que nadie lE'! -inte1l.t.á,'a h~ril': aunque t.1S dohle del alma la altiveza cuando en sus jXlnlls se r(>co~l' al fin.

Pl'l'O ay! ya del ser que ha profanado 10 que cIen su desgr8'Cia re¡;tpe1lÓ; tal vez' el solo escudo h,vallta.lo en medio de su angustia y su r.encor!

XVI.

Glorias, triunfos, placeres .r n-mturn él borró de lás hora~e su "ida, que le brindó con mágica dulzura el tierno amor de la muger querida.

Porque tan solo él darla podia un porvenh' de infamia· ó -de dolor, y cuando ,se ama con el alma un dia es esclavo del alma el oorazon.

o porque hay espíritus que el vu.elo alzan que el de los otros mas alla;

•

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.y en el enCII.lIt{) misDIO, el !'udo hielo tiemblan dt- Ja abat.i41a realidad.

Almas l!IlIhlimcs que ~II vid;, 11H.'('''11

t>ll el al1m inmol'ta! de la. ilmúon, y las ddicias que'á su afan se 06!ecen ~n gimnf'u, en la tierra, d~ dolor,

-V era su porv"uir h(WR desierta que á. pal'til' \lO alcanzára Ulla muger; tünebre y triste tempestad inl'icrtll en qUl' tan !'lol!) 80nrem él.

Atl'as! deseo inliel de ala,s a~dielltcs que ('11 la mentira le brindo su cn(!aÚOO, pCJ'Ql.btielldo en 8U8 OjOB inocentes ' un manantial de inaeal>abJ(> llanto.

,Atrás!-en sus pesares solo .,lIa J mi su odio para el mundo sonreí",; ¿su sola amiga y mistel'iosa estrella, su ílltima ilusion manchar debía? •

y huyó ('011 su rccuordodoloridll el dulooamor y su natal ribera, {.'()n la conciencia de imposible Qlvido y á morir, lojos de su bogar ~iquiera!

Márti r entollc.es· de estral1gera herida 'lió postrada á !'lUS plantas la muger, perdído el porv,enir, ~ que su ,-ida, ~us glorias todas f';:ll'rificfl e]!

Oh! Y pL d'.IJ(lT 'lllt' ell la infHÍ?: Lu('ia la juyentud Jloralm y la lrermosura, flll 8U ilIL'no tambiQIl mas hunda ahría su pnnzo;lof;a llaga ·d(> :I.luargura.

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Que la (,~pl"rallJll. íoOU abatida maute Hlllwa bllsta rntl./IW" :1eal'i('i," j:l.lllltlol ,

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- 24-

pero en.tonce 8U lumbre sonriente brilló UD instante y 8Q apagó al brillar.

y no era el genio· ocnitu deldostino quien su rigor en BU ansiedad. cebaba, era Wlser como él, que en 8U camino provocando su cólera se alzaba.

}'renétioo y 8001 brio sentimiento que 110 ya. sÍn temblar sondeó tal vez; implacable y helado pensamiento .fIue un lluevo surco" lapidó en su sien.

Ay! del que ya sin esperanza alguna vá. errante en el desierto de la vida! Ay tambien de la mano que impOltuna agitó -la PQnzoña de su herida!

Por eso una sonrisa el ceño eterno de BU pálida frente cAapejó; pero era una sonrill8. del infierno que formaba en sus.lá.bios el temblor .

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XVII.

Hondo, fúnebrllamento, queja del alma partida, negra imágen de la vida, breve historia del dolor,

•

pobre muger! con las sombras.: de su pasado en su mente, la muda verdad presente,

-de suseno se arrancó •

. "Ah!--si dos veces el .morlal naciera!

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- 25-

Me illllabas! ...• Es verdad!-me amaste un dla. iPorque en ti, vida mia,

la última, la sola, la primera ilusiono hallo al fin, cuando el impio,

el horrible tormento Becó en mi corazonel sentimiento,

fatigo mi hermosura y encadenó la suerte mi albedrio~ Cuando desprecio ó lástima te inspira· la que finge esperanza en S11 quimera

su triste desventura, y sola y verdadera

doquier entre los dos alzarse mira ya insalvable barrera!

Ah!-si dos veces el mortal naciera! Me alDAbas1 •••• Es verdad.!-me amaste lUl dia: yo tambien, yo tantbien, que la memoria

llora en el alma mia aquella noche y su perdida gloria.

Tú en ella, un" meteoro, un meteoro p:¡sagero fuiste:

intima era y ardiente tu palabra de amor, peto tu frente no sé qué horror secreto desmayaba. Adios, y te perdiste-El inclemen~.

tiempo con-ió, corrieron largos años con él, y ya mis ojos á hallarte sobre el mundo no volvieron.

Te alzaSte y te perdiste, en la noche de paz, meteoro triste!

Ah! iPorqué entte los hombres, 'confundidos, sereaarioja sobre el mundo Dios, . que con humanas formas concebidos tienen todo de fiera el corQon~ .

Entes sin alma, forma con in8tint~s, sarcasmo de la idea omnipotente, . iPorqué no llevan, para ser distintos, -ente sÍn alma-en la menguada frente~

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- 26-

J ulio-;recuerdas1-él..:-,Porqu6t Di(·~ mio, dlega en mi mano lo entregué mi amor, si el sacrílego monstruo, si el impio á un abismo de intamia me arrastr61

Ay! al correr de mi pesar la historia. estalla el alma de dolor transida, porque se alZ3D con ella eq mi memoria las horas mas horribles de mi vida.

Escucha!-la vergüenza y el despecho, mi .sangre encienden que el pesar helo: oye, que &CaBO el' tu abatido pecho dé un latido por mí tu corazon!

XVIII.

Era ya entzada una noche la mas siniestra y oscura que en aquel llano desierto desplegó 8U8 alas mUBtias.

Triste mi alma y despierta velaba cOn su amargura en la soledad inmó~l de aquella estancia desnu4a~

De esa salvage morada, cárcel que abrió á mi yentura ay! desde el dia funesto que unio mi vida á la suya .

. " .De inquietudes y .tormentos, de terrores y de. angustias,

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11 •• - 2'1-

ah! ya mil noches como -ella pasé abandonada y ro •.

Oh! no lloraba su v.usenci& que me era ya una fortuna, porque para ~i el impío . ifué masiue un· verdugo nunca1

Lloraba la crueldad solo de fili ingrata estrella oscura que unió al suyo mi destino con tan pesada coyurida1

Hirió de pronto mi oido rota algarara confusa

. que de la alcoba cercana . hcia terrible "y súbita.

Trémula y de horror tran.sida alté del lecho desnuda, y ensord«;lCiendo la planta temerosa y mal segura,

y ahogando, ahogando eJl el pecho los suspiros de mi angustia~ ~. esou~hé,.fijos los ojos no envano en la sombra impura.

Qué horror! aquellas palabru no dejan mi oído nunca: r iporq ué alli.]a muerte misma no .acabó mi desventdra1

Julio, :¡! era .él-· su mismo aoeRto llegó t mulo y sordo hasta mi oído, • .. sellando· con horrible jutamento

I el rfuto irnfame que· escuché cumplido: qu horror! aquella. noch~ .de tora,wnto,

L ya aljuego todo·s~( caudal perdido,

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- 28-

abandonada. al suefio me creia. y60iro hombre para siempre me vendia!

Ah! no soñé-Despierta en mi pa'Vura senti el siniestro recontar del oro y en el misterio de la noche oscura rápido huyendo al vil con su tesoro. Bien pronto hirió la fúneb~ llanura

. del caballo el estrépito sonoro. qu~ en ~da golpe acaso me anu!l~aba la mfauua y el horror que me dejaba!

Pero hay un Dios en el cielo . que á 108 débiles ampara,·

porque en ese instante bárbaro di6 fuerza y valor á mi alma.

Huí, huí por los campos loca, trémula, espantada, al favor de las tinieblas que protejieron mi. marcha.

Huí sin saber á donde ya mis plantas me llevaban, por los ásperos senderos q~e destrozaron mis plantas.

No se mas-Desfalleciente, con la primer luz del alba d~perté, bajo el abrigo de esta choza hospitalaria.

A mi lado compasiva . halle una pobre paisana. que como madre piadosa mi suefio ingrato velaba.

Al borde de lÍna laguna me encontró ya desmayada, ~ en su caballo me trajo a esta choza solitaria..

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- 29-.

Cuán eternas son las horas que OOITenen la desgracia, y envano imágene¡; busca para pintarte mi alma!

• La sombra de, aquella noche me sigue como un fantasma, y no alejan sus temorés' ni el tiempo ni la distancia!

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Oh! dejame llorar, porque es mi suert~ llorar desamparada y esooniiida: mi única esperanza está en lamuerte, que huyó ya la esperanza. fe mi 'Vida! Talvez un rayo de su luz, a verte acarició mi alma conmovida; pálido resplandor de un astro amigo que al separarte seguirá contigo.

y aUIlque siento, Ezequiel, q' el alma mia hoy que te pierde la infeliz te adora, no te pido el amor que 80nreia e~ tu mirada"UD tiempo- abr8t'adora; ay! que aquella Lucia, la Lucía no es qu~ abatida y desmayada ahora llora su angustia en el misterio impío que separo tu corazon del mio!

Partes1.jamas asH: .• oh Dios! meespanta morir en los desiertos desvalida! Sigue .. ¡es verdad.!-En tí nobleza tanta cuando soy para tu alma,aborrecida! Adios, parte!--su sombra se levanta en medio de tu vida y de mi vida y te amo aun!-No; sigue tu camino, cúmplase tu destino y mi aestino! •

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y en un sollozo _ la debil voz entrecortada

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desfalleció: i IiJOUOZO tre.tnulo I ' del cprazon. I

1- XIX.

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. El habló, firme su acento, la mir~íntima en calma: oh! ¿que hondo sentimiento vencia en aquel momento la tempestad de su alma'

-"Hay un gérrtum, Lucia, de ternura en el seno del alma combatida, que eterno mana misteriOsa. y pura frag&Ilcia en ella de ilUlion y vida, ráfaga vírgen de inmortal frescura. que en suave deliquio adormecida, cuando el alma naci6, nació en. el alma como el silencio fúnebre en la calma •

., . . y es el amor:-como recuerdo vago de única y pasa.d.t. gloria. incierb, de amor agellO al penetrante halago con su escondida eternidad despierta: misterio de dolor y encanto mago que loca el alma á definir no80ierta,. vagarosa, 1illBpema.f recogida. en el secreto germen de otra 'rida.

.~

Fuerza fatal que irresistible llama, aérea, el pensamiento al.pensamiento, soplo ,despues que engendrador delTQ.lllla en el seno del alma ·el.sen~imiento; .

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- 31

y IÍ.rida al fin, devoradora llama cáe ell' el oorazon; rayo violento que vepa en vena'por la sangre cunde y en altor y deseo se con,funde.

Misterio de ansiedad y de contento en la materia trémula encarnado, vive, ora en tibio y fatigoso aliento al corazon inquieto rodeado, ávido ora de ilusion, sediento, en incansable vértigo trocado la mente asalta, que embiiagadaadora en su imagen el ser que la enamora •.

En su imágen el ser; que en ella unido formas l' alma á separar DO aoierta, porque en su propio af~to confundido la. mente insomne al corazon despierta: .1' con el alma y corazon querido, del encarnado afan la dicha cierta" del amor y el deseo viva calma, . parte dél eorazon, parte del alma.

y así te amé, que un ángel de belleza eras que á. mi esperanza. IOmeía;, el tesoro y raudal de tu pureza '. mas el hondo deseo enardecia: y ora embargado en lánguida tristeza <> en abrasado véttlgo, veia siempre tu imágen, queel deseó puebla los ai:ref! y la luz y la tiniebla.

Oh! pero oculto en el precito seno que la fiebre frenétiea abrasa.ba, suave, .t.islado,intimo y ~ren.o­sentimiento purísimo brotába: de honda malancolia y gracia lleno, timido y silencioso prpouraba al inaansable espiritu, brindando • á su trémuloM2U1 reposo blando.

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- 32-

y en él, como una brisa enternecida tu nombre en tu recuerdo murmuraba, y en la. 8ecre~a eI!Iencia de la v,ida un misterioso:afecto despertaba: ~ prendida una ala. alli, tal vez prendida en tu seno .la otra, levantaba la misma ~ensacion, pura y serena que juntaba en armóniea ca~ena.

y así te amé, Lucía, la primera vez que te vi, con tan profundo celo, como si el almareoordado hubiera hab~rte amado ya bajo otro cielo; y que proscrita al fin, de alli trajera con escondido afan entre su vuelo, la ¡migen ah! qu~ en su segunda vida halló ¡,. tu imágen misteriosa unida.

y eras un ángel de inmona.l belleza, y era 11)00 el emor del alma mis, tu único tesoro la purezá, mi único porvenir nocha sombria: noche ah! de fatidica tristeza en que, amándote, hundirte no podia: ¡eterna llaga de estrangera historia que un sueño abrió de 'maldecida gloria!

'. Perderte ú olvidarte fué la suerte, el solo porvenir que pude darte, y era inmenso, mi amor para perderte, y era inmenso mi amor para olvidarte: qué hacer1 .. parti para jamas ya verte y en ,mi funesta soledad llorarte' con las glorias y triunfos de la vida que en tí cifró mí alma enternecida ..

Hui, que horrible tempestad pesaba; con tu presencia ell mi marchita frente lucha,de amor y amorque desgarraba el oprimido coruon doliente:

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•

- 38-

Jejos donde la fuerza me arrastraba de mi destino mnebre, inocente, tal vez en el silencio de la calma bálsame de dolor hallá.ra el alma.

Partí por fin, turbando la armonía que concierta las almas en el suelo, con solo un sentimiento que reia en la quietud de mi profundo duelo: él tan solo en mi alma sostenía el valor y la re del desco~suelo: -tú le sa.lvab~y tu diclia sola­era de mi martirio la aureola •...

Te ame:-No llores ya!-La noche triste COB que veló mis glorias el destino,

• ah! nb ya todo de. tinieblas viste el corazon del pobre. peregrino: un rayo melancólico aun existe, de ~quel astro· inmol'tal, de aquel' divino primer amor, que en la desgracia muda mas fuerte mi" alma con tu alma anuda!

. xx..

El amor de aq ueJla alma fria y triste, era hondo y taciturno pensamiento, único y poderoso sentimie¡,.to . al soplo unido de su vida ya; . lO

mas ruerte aún etftmdo en su alma ahora él con salvage im~tu agítalla . . y al raudal mismo de su afan tne~raba el ódio, la verganza y la piedad .

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La amubu ~l con ~se IlIllor sombrio que nunca al libio arrebatado pasa, pelro que el almo. en el silencio abrasa y ·desmaya y consume el corazon: •

con ese amor (,scCntt'ico, que :piensa, ('On la conciencia Ulisma confundIdo, profundo y solitario y recogido

. quo un recuerdo incesante aprisiono.

•

Quo importa1-marchitada la hermosura hallaba al fin, de la mugt>rquerida, pero virgen su alma. de lo. hel'ida que honda surco la desmayada sien;

y oyo en su eco del dolor sincero lo que jamas creia su esperanza: 1,>Se "te amo" que á pagar no alcanza una inmortal corona. de laurel.

Pero por que la sangre enardecida. súbita cae á ennegrecer su frente; por que en sus ojos de mirar doliente CS() brillo sal vage se enclavo1 .

. No es el amor, 110 es la piedad:-su alma lleva lejos de alli"su ala invisible:- • ah! yo conozco esa. mirada horrible: es el f*nebre rayo del rencor!

Porqué el rencor'l-En apartada tierra que recorrió su planta en su ostracIsMo, --era sin duda él,-si, Julio mismo; olvidado y feliz le vió al cruzar.

Otra muger de mágica belleza le encantaba en su amor desenfrenado, sin que un remordimiento del pasado talve~ su alma estremeciera. ya!"

Cuando á su golpe bárharo postrada la bella y melancólica Lucia, victima solitaria perecia entregada al oprohio~' el dolor,

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y cuandu en ella,-el solo ::>cr, el solo que des~rtó en el mundo su ternurs,-su odio, su amor, su orgullo y su amargura l'Ol1 mano aleve y atrevid~t hirió.

Se alza de pie por fin-tEl "desencanto de la muger tÍ. quien amó le aleja

. y para siempre acaso am la deja. _ sola y abandonada tÍ. su horfandad~

Quien sabe!-si aquel frio sentimiento tan puro amor á marchitar no alcanza, la frenética sed de la venganza" " no logra ya en su alma sofocar!

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'Pero es fuerza partir!: .. oye ... la suerte pide un momento mas, alma querida! .... Oh, si, yo volTeré! Ya ni la muerte . -podrá entonce apartarnos en la vida. Adios!-basta, infeliz!-El golpe fuerte que abrió en tu corazun tan honda herida, tambien ha entrado de mi alma al seno vertiendo un mar en ella de veneno!

Dejame! ni una la:grimu; es· en vano, nada en el mundo á de¡;enerme alcanza! iDel hombre solo la importuna mano

-destruyó tu esperanza y mi csperanza~ Dejame! no, no llores-Sobre humano

. ~ ¡

¡ el freni:tico ardor de 131 venganza me arrastra en fin hasta fijar" mi suerte:

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oh! si, y~' volvcrc! .... solo la muerte .. : .

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36 -

XXII.

y á otros labios BUS labios S8 apretaron, la voz en ell08 tremula rompiendo; labios que sin buscarse se encontraron á un misterioso impulso o~deciendo.

¡Que glorias, que deleite allá en el cielo guardar espera para el alma. Dios, que no desflore en el perdido suelo el primer beso del primer o.mor1 .

Errante el alma sobre elll~bio ardiente, en. otro labio otra alma en su ansiedad recoge avara, y conf~mdido siente BU espiritu en SU espiritu ilUl1ortal.

y desmayada. de placer suspira en esa queja que en 1011 lábiossuena, y otra vez temblorosa se retira y al corazon desierto se encadena • ••

Con música secreta de ternura canta en el agitado coraz~m . la gloria de otro cielo y la ventura el p~er beso del primer amor!

XXIII.

"Una ve~ mas ¡adios! y aun que de piedra es y~ este pobre con.zon maldito, con letras indelebles lleva escrito tu amor, e118U tormenta y su pesar!

Oh! cualquier 110mbre que á mi nombre junte

•

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- 37

la desesperaeion queple arrebata, de tu-alma almenos su armonia ingrata ay! arranque una lágrima al cruzar!"

XXIV.

•

Pero al partir, fatal presentimiento el alma hirió de la infeliz Luoia que en su debil aliento ya el aliento _­dela cerca.na m~erte conocia:

•

la ansiedad, la dCSo<rI'acia., el sentimiento avamroll su muerte en su agonía, y al romper Ezeq-uiel, Con un gemido so~lozó estas palabr~ al oído.

"Ay! en memoria del amor inmenso que allá en la. quieta juventud me dist&~ guardaba como él páli!ia y triste esta marchita flor de resedá!

Aquel amor, del germen primitivo mas intimo ha brotádo y mas sereD.o: ella un ger~en tambien lleva en su seno. que puede en nuevas flores respirar.

Sea. ella el embiema de mi vida: ¡,vesese ombú de mi destierro amigo1 á su callada soIJlbra y á. suab~o, al perderte á. mis ojos la pondre.

Ay! cuando vuelvas, tumba. solitaria no h1;lelles yll la choza de Lucia si el6 flor, de su et'peranza un dia, • del ombú, hallas sin cultivo, al pie! .•.• '

Adioll!- aun otro último adios,

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--_._---_.- -----~---_. __ .-.----_._--- ---~

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- 38-

del viento. ~n aJi\.<J cruzar so oyó,

y allá el COnf1180

sordo rwnor del casco rápido

pMSr veloz, que a.l fin, perdido

como la sombra del incesante

viagero ~rrunte, en el incierto leve horizonte

triste y desierto, despareció: rota nuhe

que el furor "de los vientos

dispersó: ay! caida

ilusion: promesa mentida de amor.

debit rayo

de sol!

y en los desiertos, como en sus mundos_ del corazon, quedó tan solo silencio fúnebre Juego en redor.

Brilló en el cielo la.luz de Dios: ·para Lucia fué como sombra de noche fr..ia

.. .,

su TE'splnndor,

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- 3H-

Ayl de su almn ef'puro sol, ya ('U occidente la hermosa frente

en lIl~dio (t las tormC'ntas ~cpultó!

xxv .

Ah1no le olvides--Del f,'ltal d('stino triste y oscuro el misterioso yelo, y nU)l~ el hombre en su mortal desvelo ávido su sentencih descift·ó.

Ah! no le olvides-Mas allá .• silencio! doquier lleve sus huel1a.~ en la vida, en el fondo de de su alma estremecidn lriemprc un rf'(;uerdo vivirá de nmor.

• XXVI.

•

iQué importa unañoque en.su sordo vuelo llevó á la eternidad el tiempo alado: que importa aJ.fin que de estrangero suelo huelle el polo tu pié, ya fü+igaao: que el ~rte humilde y el mentido celo" de tu frio desden, nu.nca velado bajo el piados/) trage que to viste como eremita de la roca triste1

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- 40-

Basta!-La noche ce fünebre·y oscura, como tu alma, errante peregrino! pellO aunque dobles sombras y pavura te envolvieran en tu árido caIr\ino, esa honda y salvage desventura • con que anubló tus glorias el destino y vá en tus negros ojos enclavada, diera tÍ. mi alma ~v 110m bre en tu mira.da!

Oh! la muda tormenta de tu vida. pesa aún en el fondo de tu seno; el labio aún de tu lIagnda herida emponzofia tu alma en su veneno: yo l~o, de tu frcntecontraida en ese surco de firmeza lleno, de un designio fatal la confianza que allá en el porvenir cum~Iido alcanza ..

Al tn-ves de cien playás estrangeras con impávido aran guió tu planta; el vuelo de 1~8 horas :r.asageras nunca la fuerza de suft quebranta: y hoy al fin en las áridas riberas donde tu sombra muda se levanta, sientes que llena el alma recogida este solo aliment<J de tu vida. .

iCuál es1 .. quien sabe!-Solitario y mudo -sigues sobre la tierra tu camino: nadie sabe tu nombre; nadie pudo el termino alcanzar de tu destino: tu rostro melancólico y cefiudo; tus ropas de severo peregrino, doquier que una mirada levantarón temor solo y respeto despertaron.

y no es qn voto de piedad sagrada lo que m!trcó en tu trage lUla creencia, ni el reposo á tu planta fatigada priva la fé de oscura penitencia:

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- 41-

el crimen que de otra alma en el manchada arre ~tase un vok> 'la conciencia, diese á la tuya paz, que en su 'tormento fuera satisf'ad:ñon 'remordimiento.

No; del cristiano amor la lumbre pura' no despierta en tus Oj08 su armonia: esa espresion de Íntima dulzura que el ceño pierde de tu faz sombria, ay! es de los pesares la amargura, la fúne'tJre y cruel melancolla que desmayando, á recoger empieza de tu mirar salvage la firmeza.

Basta, Ezequiel, atras!-El Dios del cielo no guia ya tu planta ensordecida; y BU. re de un Dios tu deseonsuelo borró con la esperanza ele tu vida, qUien al designio que jur~ tu anhelo en una hora ingrata y, maldecicla presta la calma de la noche triste , que el aire á tu alredor de, 80m bnw viste'

XXVII.

y con 18llombras luchando de. un cielo desconocido, ora incierto, ora perdido, ora á su rumbo tomando, calles y plazas uuzmlo impasible., IQU.do vA: .

nadie iU marcha iJrI.portuDa que está la ciudad desie.na; ~ y ya al fm descanso en una

•

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.------------------------------~---------~ 49 -

calle apartada y abierta, di á la planta firme 1 cierta que halfó su termino ya.

Palpa, palpa y examina • , la morada que ya huella, porque IU memoria en ella, entre la sombra adivina la 'Corma que se im~ina inmOvil y alzada alh: .

y oculta luz desqubriendo . de entre el manto recatada, vá en ancho pliego siguiendo

, la misterioSa Cachada ·que con absorta mirada ser la ~sma enouentra al fin.

Honda alegria que siente que en. su principio quebranta una sombra que adelanra con sereno continente IU paso, resueltamente donde el BUyO clavó él:

y en vano su ~~ oscuro eÑe en la noche oOJifundido, yen los pilares del muro á los ~j08 eioondido, que ,alll mismo dirigido pira el que viene tam.bien.

Ancho sombrero el semblante del que os8.do llega encubre;

'plegada capa le cubre: y envano el' ojo anhélante '. de Ezequiel, por un instute' buscO conocer audaz:

sinti6 en loa goznes girando la pUerta en. que se apoyaba, '"1 ya en el diJitel pisando aquel ser que U&tt1tnaba,

~--~--------------~------~--------- -------

. ".

- 43-

oyo que' el mismo le. hablaba, deteniéndose al entrar. ,

"-Quid. importuno mi acento turba la,p&z solitaria de la devota plegaria que eleva tu pensamiento hasta el alto firmamento donde se asienta tu Dios:

pero en tanto, de la impla negra tormenta al abrigo, si con el, por suerte mia tu desamparo mitigo, yo te ofrezco un techo amigo mientras dura su furor~')-

xxvm ..

,Porque al son del blando repentmo acento, . de súbito helada de la frente al pie sintió, y en un punto oon gol~ violento saltar en sus venas la eangre EzequieU

Ay! cuando en las ho1'8l puras de la vida la gloria que el alma ..mica Corio múere marchitada po¡. siemp~ y ca.ida al injusto soplo de &geno rencor:

Y.ya el ~encanto, luérfana del D\Wldo

I la·esperanzá lleva que no torna mas, y en ODa hOfa eterna de hastio profimdo

.,

L le recoge el 81ma sola en su P!88I":

-------------------~

·----------------------~------------~. ----

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-" Cuando nada impona la ~a ventura ni el d0101' aceao. Di .... el mismo al fin, porque ni el presente la propia amargura llora, Di el puado la ni el porvenir:

y 1. en .... ejecido f agóltado vive dc,s!ado en el ~o mudo el COI"uon, 111010 de~recw por atan recibe cuanto de el l. fibraa tí tocar llesó,

Entonce l. herida. deJunesta mano que del infortunio la paz va á romPer, con impetu horrible, con furor insano levanta en el seno la dormida hiel.

Ay! triste el que. entonce mira en su impotencia h.uir impue y salvo el ser que ,le hirió lin dar al orgullo·la amarga creencia . d. veng&rsiquiera su inmenso dolor!

Sus dial B()n noches ay! de illllOmnio eterno, sus noches IOn siglos de horrenda. ansiedad, y ea su vida toda tenebroso infierno donde espira el alma. sin morir jamas.

,y no eraunásombrade incierta quimera , el hombre que hallaba junto á sí Ezequiel! r ,

Era J uljo mismo, su .misma voz era .que encerró ,en su oido su encono una vez.

El ter 'tu en su seno ponzoñosa herida, la 'áItimade flU alma, la mM honda abrio;

. y del astro .,10 de su oscura vida en NIChe daln-hn6B empalio el fulgor •

. '

Ser que de su alma el odio profundo despertabá en ella sin piedad ni ley;

... Y enquien eUa todoslOsgolpesl ~ymun~o ti reunie}, que poB\farón su g ona. IN re.

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I . ! Por eso tiuzoso fue que sobrehunuUlo poder ditl!ra al alma, su millDla ansiedad que ap:"rtú en' un punto la crispada mano que oprimia el cnbo de ocult.o puñal.

Oh! si los misterios hondos de la men'" que ya á su sombría calma retomó sondeado hubieS<' Julio, reverente no al callado m(Jn~ volviera su \"(ji!

"-Aún tu palabra espero qUé miro no toma en cuentoH la pavorosa tormenta" " que rompe en los cielos ya;

y aunque ignores, estrangero, de las mias -el motivo, habla; tu idioma náti1rO

. no'me es est;¡-año quizas."

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"-Sea del Señor en nOlU brc que te trajo á. mi camino .. :. para dar al ~regrino piadoso ainparo y fa\"()1":

graci&S.:-guia y DO te 8'SOntbr(>, que no p.s desprecio ni agrB,'jo,

. ,

el silencio que en mi labio pUBO devota oracion."-

y anchos corredores~. .' . 'noohe viste con sus bondas niehl mendo· van: reina alli el silencio y' , . inei-cia triste IRIS dos corazones se elCUcban pulsar • . 8úbitaaunque débiJ,suave y temerosa con incierto giro de estraño tem blO1', de Ezequiel la mano crlspac1a y dudosn laftotan~ rOp&IJ.~dcl guia buscO.

<Almo el que d, un sue:tl.Q ,cruel puseido duda. y se pl"(>gunt.a si suefiaen verdad

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y bajo el indujo de el, adormecido' . pal~ los]objetos que HlIó al deepertar.

Oh! cómo el OOIltacto fugaz Y aDliOlO, si sentido hubiera Julio de Ezequiel, aUí estremecido su pecho orgulloso y helado encontr6.ra, sin buscar porque!

Porquet .. Si en su alma la sorda no adviene de escondido crimen incesante voz; si de ingrata vida mas cruel q' la muerte á nadie en el mundo condeno al . horror:

Si de Ezequiel la honda salvage agonia culpa de su estrella tenebrosa fue; la 80la que en noche desierta y sombria las almas sublima ay! hiere al nacer;

Injusto era el fallo del Dios infinito que.' la senda oscura le arrastraba al fiD, de un ser cuyo seno sediento y precito matar precisaba ya para yivir!

y al fin sobre el mundo se hallaban reunidos . 108 que juntO el odio sobre él Y alejo; los ojos en tierra de Julio vencidos ante aquellos ojos que los mas perdidos misterios de su alma sondear sintio.

XXIX.

"Menga; la mano invisible , del Dios que la angustia calma, te trae en mi desconsuelo p~ra salvarme Y'l vez,

•• • 47

en1a noche mal ten ¡ble, la mas n~ de mi alma, co;m.o ha sIdo para el cielo la mas oscura tam bien.

Ya el desmayo yla fatiga de tu cuerpo dolorido ya la inquietud de la mente el reposo dispersO;

escucha entonce y mitiga el terror desconocido con que lucha ttn&ZDlflnte ...... en vano mi oorazon. . . "

• Ah! yo no pido' tu labio la maldicion que no espanta, ni el perdon que no convierte fi\i:uensato , la re;

pido el consejo del sabio que arranca 1,. ciega planta que al camino de la muerte . lleva el crimen una vez.

y aunque tu aspecto salv.age y el baldon de la confianza, del orgullo en 1& demencia, m~, te apartan de mi,

el orror del vil ultrage, IaADBiedad d. la "JiF y el grito de.Ja 00 cía oh! Jne arrebatan . 'fin!

Monge: la g¡:ata annoma que. de mi imoma nativo en tu lAbio compasivo oigo tambien resonar,

alza en lamemolia JlÜa .. . de 1JD. vicio el pB$O primero

1 aue al arrebato ~tr.el'O el crimen me ·trajo ya. .

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y n allá en mi petri .. hab\tuut\ ay! hermosa estancia mia, {m la ingrata oompaliia de nna inaensible mnger:

era bc.lla y no 01('· li.maba, tporqu(>'ll1o importa talnpoco; yo (l()11ocl poco á, poco q \le no la ama bB t8m bien!

En el día en que mi mano le dí, por mi mala estrella, . no qpibi. con la. de ella tOOdlll ra.udal de su amor,

. po'que su pecho ,-mano . solo á. la ambicion rendido, me dio al interes vendido su agoltad(~, corazon.

En úl, que d~l!Ipuesl'eillaba ha.llé, la imágell de otro hombre; Ezequiel era su nombre (Jne en un sueño ni nombrar:

mas él, o lHllll'tl la amaba, Ó pobre, h('rid~ y a.mante huyó desde aquel instante del psis por siempl'e ya.

Tú puedes aquella vida idear en t:f' samiento, de fastidi. . . ,lamiento, de violenqi y de :rencor:

y yo que el alma. atrevida siempre eduq.ué en &u albedri~ la. dejé sola a su brio .' que el yugo alfin sacudió.

Desde enton~ entregado á Cdrreras y rodeos, fiestas, yerras y paseos, poco en mi estancia habité;

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-·49 -

donde el único estimado ser que para mi guardaba, era un caballo que amaba como al amigo mas fiel.

Aquel animal querido era mas negro que el cuervo, era mas veloz que el ciervo y mas brillante que el sol;

sobre la huella tendido, la crin al aire agitando, siempre el primet'o, escarciando, la ansiada raya pisó!' . .

El solo era:mi riqueza y mi orgullo y mi fortuna, que hasta entonces Ruma alguna

. pdesta á sus patas perdí: pero u~ tarde, y empieza

aqui el ansta de mi vida, mi fonWla al fin c4ida • oon él y mi orgullo vi.

Ah! solo entonces l!l ardien~

• pasion que me devoraba, oonoci que me ~astraba ya mas que nWlca tenaz;

porque rabioso y demente, presa de vértigo fiero, hasta el úl\imo dinero puse á una. earta fatal! .' o'

y perdí!-Desesperado y ~n secreta calma impía, dejé la estancia sombria. lleno de envidia y rencor,

en mi cerebro abrasado' fú,pebre plan concibiendo .

. que iba doblando y ~iendo • la fiebre del corazon!

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I 50 - I

De 'prQllto sonó en mi oido ~

I una voz firme y severa que bien conocida era y terrible pan mi:

torne el rostro sorprendido sin creer viendo á mi lado á aquel hombre afortunado pararme. y hablarme alli.

"N o te hago trato villano, y esto, porque no te ofendas; vengo á que pares ó vendas alsy%ue arrojas talvez."

eventando en su mano una inmensa suma de oro puso en la mia el tesoro á cuyo tacto temblé.

"Son dos mil onzas contadas por tí miamo; vam~cierra: van por rodo lo que encierra tu casa, que es mia. ya.:

Binó hay minas enterradas ó algun ángel escondido, lo ciernas, ya lo has perdido .i te es la firma leal!" • y era verdad! Nada en ella aquel tesoro valia, ni alli mio nada habia sinó una i~ata muger:

y al inflUjO de mi estrena en mi vértigo oodiendo, con aquel tesoro huyendo el trato impio jure!

Ah! no mates mi esperanza cor. esa mirada horrible

t '. bajo aquel ceño insensible

f que tu frente oscureció,

lIi ----- -------- "

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1 , 51 -, i i

porque su rayo que alcanza al fondo del alma ntia, ,-deja en su fuel'Z8 som bria todo el hielo del teITor! .

Oh monge!-el crimen impuro no eeque se agita en mi pecho y en el refugio del lecho

j la sangrienta imágen dá: . ay! en mi lábio inseguro

j y mi acento estremecido lucha e.rrante y combatido. por mi mengua y tu pie!Iad!

Unamuger! Que en la tierra ¡ dá la suerte inmerecida de esa sierpe fementida

• ~ft piel de hermoso colorl ay! entre 8U senO encierra

mas envidias y rencores que diferentes colores le dá con su rayo el sol!

Una muger!-' Hasta es mengua. que el pénsamiento' del hombre detenga, al cruzar, el nom,bre de ese reptil-; la muger!-

bajo su traidora lengua á la miel de la dulzura ay! mezcla helada amargura la ponzoña dé su hiel!

Oh monge!-tú no comprended la tempestad que se agita

1 en esta pasion maldita • que ha roto en mi alma ya;

imposible!-tú' no GIltiendes

\

q~ en todQ$ los corazones

J lo. peor de las pasiones une á su sed infernal! .

~ --_._---

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•

52 -

Del amor es 8U esperanza, de la envidiyl desconsuelo, de la avaricia el anhelo, fa oonB1.ancia del rencor:

la fuerza de la venganza, del orgullo la osadia, de los celOl' lar 8ombria. honda desesperaclon! .

Siempre, siempre, desde aquella noche que mi alma espanta, . dond~ ha pisado mi planta se ha levantado doquier,

y segun .lucio mi estrella; . ya perdiendo, ya ganando, ~ntre mi pecho doblando fue eternamente su sed! .•

Vencido al fin por la suerte, mearrartoo un hombre la mia; en esta noche sombria le ha acechado mi traicion:

acabó de darle muerte, no se si era su destino: Padre!-soy un asesino que implora el favor de Dios!

xxx. ..

Oh! porque en aquel momento, mas blÍ.i"baro de su vida, el espíritu cruzando hallo en calma, de Ezequiel, '. alma que en el aislamiento y los pesares nutrida,

•

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- 58-

sintio en el seno bordeando la ponzofia de su hiel1

Ya ni una nubeenla frente, ni una chispa en la mirada, ni una sonrisa -en ellabio ni en los miembros un temblor:

su voz serena y doliente, en suave acorde templada, _ ni con humildad ni agravio en au. palabra brotO.

,

Aqúellas almas somb~ que en un mundo aparte viven, silencioso como el llano de la virgen soledad, • allá en sus 40ras impias ~ll' su angustia reciber. e8é poder sobrehumano de salvage voluntad.

XXXI.

-"La sombm del pesar está- en mi frente! ¡porqué entonces mi alma recogidh crees 4\ue no alcance la pasion demente que &g1ta a.un las horas de tu vida1

En mis dias profanos de 10B goces-mundanos,

tambien una puion bramo en mi seno tambien.,el sueñopte robO yla calma,. tambien BU embate conmQvio mi alma, tambien vertió en mi vida BU venenO! . .

~~----------~-----~-----------------------• •

- 54-

Donde no lleva tu ll,nsiedad lombl'ia, donde el amor impávido no alcanza ni el dolor de los celos, allí guia, la fi'enética sed de la venganza!

Su valor es mas fuerte . que el terror de la muerte:

'luO importa ya la vida de la tierra ~i un instúnte no mas, un solo instante vio teñido ('u su saugre y espirante nI ser maldito qua su odio encierra! ... ,

Que importa yala salvacion perdida, si por darle otra vida y otra muerte, con el último soplo de su vida perdiera ~il su emponzoñada suerte?.

Al traves de estrangeras cien lejanas riberas,

todo eu la mio. oon mi amor d~¡ando, indiferente para mi yá el mundo, sin ~r:t fo que mi rencor profundo un año fui su huella rastreando!

Tú, dentro el pecho la codicia impura 'que nunca mueve el alma de un valiente, en el ~ilencio de la ncx:he oscura pusiste ttf' acechanza al inocente,

. y traidor y homicida le arrancaste la vida.

y yo, .. iMas qu_te importan de mi alma ya las tormentas que arrastro el olvido si hoy en tu senda fúnebre caido ..•• ' vengo á dar tÍ. la tuya eterna calma!

Piedad1 •... t Y buscas, infeliz, si ella, de Ezequiel C(\be en el precito seno! Un año ha que tu maldita huella sigue mi corazon, de tu odio lleno!

• Hoy al fin, asesino, te encuentro en mi camino!

Para vívir sobre la tierra' impía

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55 -

. frecisnmos los dos l~agena muert(\: • ab·.ate, misérable, porque al verte e

se arranca. de fi¡ror el alma mía!" :':~~;~~,*1

XXXII.

. . '. Cayól .... Quien sabe!~En la mortal cOllticndu los dos contra la lumbre se estrellaron y el cuadro así de la matanza horrcftda en medio de las sombras sepultaron.

Solo el rumor se escucha de e~ardecida lucha:

]g.ego un instante de silencio inerte: luego un hondo y frenetico gemido: luego el golpe de un cuerpo que ha caldo, y 8010 al fin, la calma de l~ muerte! "

Quién sabe!. _iMas.quelumbre repentiu¡t hiere de aquella oscuridad el manto, y con su rayo tremulo ilumina el crimen y la duda y el espantol ....

. Firmela. mano almda con 4 luz agitada, .

firme en la tierra. el pié; oh! delirante sigue Ezequiel en su ansiedaa impia • del moribundo Julio la ag<mia, inmovil ya sobre la tierra humeante .. . Miraba. en él, miraba aquel sangrien~o trémulo labio de ]a inmensa herida, como esperando en su feroz contento' el paso de aquella. alma a~orrecjdd':

y miraba!-QIiÓ nube. hasta su frente sube?

•

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•

,.- 56 -

Et. todo surenoor, que todo entonce daba á. su labio pálido y ~ido y a su rostro infernál descolorido, ya. la dureza inánime del br.once! _

.. . -XXXIII .

• NaciO el dia y murió; murió, y no a.lcanza-alli aúa de los hombres Iajusticia, porque ni un rastro am de la venganza descubrio el sol en su primer caricia.

Oscura y solitaria la mansion-funeraria

yace,q' un tiempo asilo dio á aquel hombre: él, de aquella comarca, ya su huella. borro al fin para siempre, sin que en ella sonára de Ezequiel jamas el nombre!.

Cuando en la juventud arrastro al alma ay! á humillarse, la desgracia triste, sin la fuerza,.el orgullo ni la calma con que el alma del hombre la resiste,

despues, si á la venganza o á su baldon $e tanza,

l.q~en bajo el sol condenará su. suerte! .• t,.'ulpa su crimen es de su destino, .-porque no abrio en su senda otro camino que el de la humillacion y el de la muerte!

..

•

•

-------------....... ~

- 5'1-

XXXlV."·

Un ángel "ibocente de dulzura allá en la virgen juventud fue ella, como las brisas del desierto pura, como los astros de la aurora bella: pero e:ta melancólica y oscura de. su destino la perdida estrella, y CóD.'w"triste lumbre fu~raria hirió una muda noche solitaria.

Como un preludi~ el misterioso acento ay!del"que solo la adorO en lavida~ oyo en las álas de apa.gado viento brotar y huir ~n ~l la voz Jmida: el que dejo, confilso sentimiento en" su alma serena y adormida, no tornó mas á depertar amante aquel bello meteoro .de un instante

y oolTÍó el tiemp~, y la memoria luego con él, del hombre que soña olvidado: otro d~¡)Ues con amDoso ruego le brindo el paraiso suspirado: fuego, no mas, qué chispeante fuego prendia en IU corazon desespel'ado, mintiendo acaso la embriagada mente amor en él de :filfaga inooeJtte.

Ella, infeliz! el incitante y grato v8rtigo, aQlor en. su ilusioIi eraia, unida para siempre al insensato que su alma en su pureza esca.rnecia: ella al fin despertó, cuando el ingrato 8in compr8Uder el alma que per~, . un porvenir de infamia yt-amargura le daba en pago de BU fe tari pura .

•

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.-

- 58-

La malograda juventud serena, corrió entonces, llorando, en la memoria, _ y era de calma y .de:áulzura llena y de esperanza y de ilusion y gloria: y allá, borrando su profunda pena, entre ellnisterio de escondida historia el solo ~mor hallo que en su desvelo guib.ba el alma á su perdido cielo .

• Amor que bajo el rayo de la vida no alcanzo á recoger la dulce palma, porque en su primer aseulo prendida se arranca ay! del corazon su alma, huyendo de la. cArcel corrompida. hasta un cielo de luz yetel'nacalma; que virgen era y en su seno era virgen la re de la ilusion primera!

xxxv.

-tUna vez mas la planta del fogoso corcel, con rum bo cierto, guias sobre la arena del desierto!

- Ni el polvo que levanta te es ya conocido: todo, todo lo muda

el tiempo asolador, viagero triste! y muchos son los años que en su vuelo han corrido desde -la vez postrera que en la loma desnuda

en que hoi fijas tu pié, tu pié pusiste: • - todo, todo-l~ muda. el "tietnpo asolador, viagero trisie!

..

IS'-" ---------------------,----Si

-1

4

1

- 59-

st, y en tus mismos ojos aquel intenso resplandor sencillo

de tu pesar, es ora salvage, inmovil, nebuloso brillo que ~uspende en la faz.la aterradora

calma feroz del alma que el grito ya de la conciencia calma, que 109 remordimientos no 1, oprimen porque 8U solo goce está en su crÍmen!

Qu~ busca entorno tu mirada fiera! " Allá un tiempo que huyó, que huyo inclemente, se levanto su asilo misterioso

en el valle somorÍo. Ea bramador torrente y el huracan bravío

hao. cnizado en él ya; su ronco vuelo, sumaroha destructora, de lo que fué, d~jaron

un rastro 8010 en elorefi09o suelo!

i.Qué busca en torno tu mirada ahore.1 .. El es, si; Ezequiel:-profeta el alma . "

siente acaso y espera ya la herida postrera

con que arrancarla en fin debe el destino! El simbólico ombú v .. : se levanta

aJJá sobre el camino: &J! cual " la de "él, su planta

" inmóvil en el 8uelo enclavaron la duda y el anhelo!

Rompi6:-oorta es la senda! y así solo el instante de un gemido que separa la vida de la muerte, ay! en el corazon estremecido

mas amargura vierte que de la vi~ toda los pesares!

Rompió:-sus patrios lares dej6 una vez, errante per~no; ..

triste fué su cámino:

•

•

--'------It

iI --. - 60-

mal ay! que en laLostrera breve estenlÚon al que recoma,. mas do101"08&8 rémoru habia que en la distancia de BU. huella entera! .

Sigue:-porqué se pára.~ • Caer toda la sangre yenna. siente

• sv.bitn el coruon, y 1\ su despecho firme en la tierra. el pié:-nula tormenta abate, abate la oprimida frente.

Los braz~ sobre el pecho con desmayado languidez asienta,' y cual ,la i~~en ~el ~?lor 8O~brio qued&mmov alli, pálIdo y·fno.

FijOllos ojos, su mir8.l''' de calma el& enclavada v8fr1edad tenia que en el último l11stante de agonia deja al partir de su prision el alma: oh! q na pesár la suya. recogia1

XXXVI.

Al pié de aquel ombú y en aro unidas, cuatro musgosas piedras se enterrahaD.; en el centro, del trOIlco se elevaban 101 ·brazos de un arbusto seco ~

algUnas hojas p6lidas, eaI en los espacios de la piedra oscura, mostraban que la planta, en BU frescura, UD gajo fué de humilde resedát

xxxvn.

Ah! qué ofrece en 'IU páramo la vida que la ilusion y la esperanza' .trunca, cuando pesa en el 'alma estremecida todo el horrbr·de la ~alabl"R-nunca!

~ • •

~ .. ---~-----._-------------------~ I .

j.

- 61-

Nunca:-que si ha,.:un prOOletido cielo no vive el alma en la pasada. historia. porque abandona, al desatar su vuelo, en su desierta~cárcel la memoria!

y es en vano llorar; oh! y es en vano el maldecir tambien, que 'lo que ha sido no alcanza el genio del 'poder human<> á arrancar de la muerte yel olvido! '

Solo queda al espiritu en su senoe \Hl~.msondable y espantoso abismó, donde de inercia· y de 'desprecio lleno se recoge en misántropo ostracismo!

Ay del que fija en el perdido suelo 8U gloria, 811 fortuna y su esperanza, si en el tan 8010 es inmortal el vuelo con que todo por fin la muerte alcanza!

XXXVIIl.

Héle allí aún inmóvil, mudo y frio en el lugar CJ.U8 le fijó su anh~lo; , ni despeja en su frente.el. ceño impío ni alza los ojos que enclav6 ep. el sudo; ni del intenso vértigo $Ombrio ' le vuelve la ansiedad al desconsuelo, que es muy honda la herida' de sü alma y no dejo al caer, furia ni calma!

Siempre a1li, siempre allí! oh! tni á que-intenta huir de allí con su dolor profnñdo, '. . si es muy feroz de BU ahoa la, tormenta. para ahogarse en las rafagas del IIil.Uld~:

. ..

--- --:..-------;-0---/1:1

a -...,..-.--------------------

62 -

si el silencio del destien'O aumenta del c01'llzon ~l ec9 JD.oribundo;. si en fin, caído 'al golpe de la &Dene no le importa Ia·.-i~ ni la milerte! •

Siempre1--no-no escuchais!-iQuién del marchito senll.qpe ya su teJD.pestad sofoca le arranca el hondo y espantado -grito que tiembla unidG en la cercanaroca.' Virgen clamor, frenetico y preoito, que ('11 .isterio de su alma loca alzando un nuevo sentimiento vibra, salvage hiriendo y escondida fibra!

. XXXIX.

No miró, porque en IU alma pesaba ya su lobrego vertigo cruel, muda hueste que "el llano bajaba

. entre nubes de polvo, á S\lS pies; ni el monotono golpe escuchaba en la tierra, del brioso corcel, ni el crujir de las armas prendidas, ni el gemir de las trompas heridas.

, . Viejos, jovenes, todos mezclados en columnas simetricas van sobre el fiero corcel los soldados en profundo silencio mortal: pero alumbran sus ojos turbadi>s la embriaguez de la glql,'ia en la faz, que en un sueño de .8JIlor y.alegria á luchar ~r la patna lea wna..·

Pára súbito, inmovil ya aquella cndulante columna sin fui,

- 64-

Triunfos que su alma. á definir no alcanza y hu)~en del alma si á buscarlos vA, pero que en alas ay! de la esperanza á su esperanza sonriendo estan.-

Amor t8m bien que á regalar no acierta, que no fija el obgeto el pensamiento; <,ierta seguridad y duda cierta, . feroz ycntemecido sentimiento.

Amor salvage que en su mustio seno las hórridas pasiones sofocaron bajopJ mar palpitante de veneno que el odi() impuro y el dolor brotaron.

Fibra$8.1vage que en furtiva calma el nombre eterno de la·patria hirió,. y cuyo timbre puro lleno el alma con una intensa r~faga de amor.

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y vió la pobre patria. encadenada,; ..• ·· mustia á SU$ pies la libertad cayendo, y miró aquella. hueste que esforzada

. á morir por la patria iba sonriendo.

y era su patria misma, que el prOfC1'ito ay! un &uelo natal tuvo tampien queentonee, vÍrgen de su horror precito, con demasiado afan amo tal vez.

y despeñado de la loma al suelo, al frenté del magnífico escuadron, Como caido del abierto cielo, el frenético pampa sujeto.

¡,Dónde se muere por la patria'l-dijo soberbio alzando la mirada fiera y el fuego todo de su rayo fijo de su patria en la impávida bandera.

Bajo su $Ombra!-....respondió un valiente. Yo por ella tani bien qmero .l!-lorir;­clamó, agitando la sombria frente-una lanza! l1na lanza para mi!

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XLI.

Cáe siempre al fin el opresor villano! . Veis! El campo feeundo tinto con sangre está; pero no envano:­de San Martin la formidable espadlt

en aquella jQ~ dio libertad. á un. mundo! ...•. '1,,'

No veis! Si desgarrada, vencedora, ..... . en la cima humeánte

. '. • s~ enclavó la bandera que el azul .mismo del zenít colora: cadáveres inermes laro~ean

sobre el suelo sagrado q¡e en.suelo de venganza volvió Marte .

. Ah!. pero tú iquién fuiste que abrazado caiste

al pié del mel&Jlcólico es1)ndartc1 Tu ropa 'no es la ropa ael' su1dado:

bárbara. herida ·parte tu macilenta frente;. pero en ella !

otra mas .h()nda y dolorida huella ay! enfierece la postrera cnlma, porqqe fué de la herida de tu alma!

La palidez sombria que se cierne en tu,fa?: sobre la muerte,

la frescura serena de In loca juventud ardiente que marchitó el in~rno de la pena.

si, su lifnpia pureza • traiciona un hijo en ti. del pensamientu,

cuyo campo no era. el campo de batalIn!

Mas si le hollaste, uo le hollaste en vano: . mucha es la sangre estraña

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que el polvo á tu alrMor.humeallte riega ó ... tiñe,tu,cJ;ispada .mano; ti

y la feroz 'sonrieá. . , Cpl!' aall tu lnhitl ::mnTatndl' pliC;.!.!3, :

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4&hin tal vez que '~nllegreció el encono,. oh! que no siempre ha reposado en calma

el formidable brazo muestra, y que en tu· regazo

desma.y'\ untes que el furor de' tu alma!

XLII.

. . , ,,' ~lla vez mas los (~OS " te hullan, ~zequieU mas ya perdido

en 88llgri~ntos despojos! Por la patria. tambien túhas pereoido1 ",Qué,era ella para t~t mudo viagero,

, oh! ouando el mundo entero con todas sus caidas y viotorias, ' su porvenir, sus lágrimas,.sUs glorias,

su vida y su esperanza" ya en tu alma·tn8ensible,

al gqlpe del doloL tan solo alzaron, el odio imp~o yA dMpreeio horrible1 Por l~ patria tarilbien, mudo viagero1

Lo sabias tú mism01 SHencio!-'A tanto la 'razan no alcanza el cora.zon del hombre es un abismo! .... bh! si.solo la sed de la matanza, te'aorrebató á los, campos de la lJluerte

" mi alma que. valora ~lsalvage dolor de tu alma triste,

una lágrima vierte . . '801a cOmo tu amor! .... Al fin caíste bajo un ete:rno lábaro de gloria, en nombre de la patria ~mbatiendo y por la vírgen libertad" muriendo!.

rJ~III.~~"';' ~A~:'~":'

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