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    'Tierra del Fuego: la organizacin de su espacio'

    Conrado Santiago Bondel, 1985.

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    TIERRA DEL FUEGO (Arg.):

    La organizacin de su espacioConrado Santiago Bondel

    Ushuaia, 1985

    CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTFICAS Y TCNICAS (CONICET)CENTRO AUSTRAL DE INVESTIGACIONES CIENTFICAS (CADIC)

    Foto 1. Ushuaia en 1985(del autor).

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    'Tierra del Fuego: la organizacin de su espacio'

    Conrado Santiago Bondel, 1985.

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    INDICE

    Tema PginaIntroduccin y mtodo 3

    I.Los indgenas: su organizacin espacial 6II. El poblamiento 'blanco': 1) En lo temporal, 2) En lo espacial 10

    III. Cortes temporales 191) 1914:a) poblacin 23b) funcin de los ncleos urbanos 25c) reas y tipos de produccin 26d) circulacin 31

    2) 1947:a) poblacin 32

    b) funcin de los ncleos urbanos 35c) reas y tipos de produccin 36d) circulacin 39

    3) 1980:a) poblacin 41b) funcin de los ncleos urbanos 43c) reas y tipos de produccin 45d) circulacin 45

    IV. La organizacin espacial en el presente 501) reas homogneas: 51

    a) el rea cordillerana 55b) la estepa fueguina 58c) el parque fueguino 62

    Los espacios urbanos:a) Ushuaia 63b) Ro Grande 67

    3) El espacio rural: 71a) tenencia de la tierra 76

    b) forma de los establecimientos 81c) tamao de los establecimientos 82d) la poblacin rural 85

    4) Dos planteos bsicos e inmediatos para la organizacin del especiofueguino 92 Mapas, figura y grficos 94

    Bibliografa citada 94

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    TIERRA DEL FUEGO (Arg.): La organizacin de su espacio

    Lic. Conrado Santiago BONDEL

    ContextoA partir del dictado durante ms de una dcada de un Seminario sobre Geografa de laPatagonia en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de la

    Patagonia San Juan Bosco, me sent tentado de 'recuperar' en formato digital el trabajo que

    aqu se reproduce. Pasaron veintinueve aos y con ellos grandes transformaciones del ordenterritorial surpatagnico, pero dadas las posibilidades de difusin con las que contamos en

    nuestros das, especulo con que el aporte pueda servir, aunque sea en parte, como unareferencia ms a la interpretacin histrica y geogrfica regional.

    El trabajo form parte del informe final como becario de perfeccionamiento del CONICET en losinicios del Centro Austral de Investigaciones Cientfica (CADIC) en la ciudad de Ushuaia (enero

    de 1982 - diciembre 1984) con la direccin del Arquitecto Patricio Randle; fui el primer becario

    del CONICET radicado el la capital fueguina? Tambin aqu y en buena medida se reproduce

    mi tesis de licenciatura defendida en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad deBuenos Aires (Nov. 1984, tribunal evaluador: C. Reboratti, A. Siragussa y R. Rey Balmaceda).

    Aclaracin: el texto respeta los originales impresos con excepcin de algunas correccionesgramaticales y el agregado de las fotografas que, por otra parte, fueron contemporneas oanteriores al desarrollo del trabajo.

    Introduccin y mtodoEl trabajo tiene por principal objetivo, la presentacin ordenada en tiempo y espacio delas estructuras espaciales del sector argentino de Tierra del Fuego. Se espera, de estemodo, concretar un diagnstico geogrfico que sirva de base al Planeamiento

    Regional.Se trata ste de un enfoque metodolgico de raz geogrfica que pretende extraer dela antropologa, la economa y fundamentalmente de la historia y la geografa del rea,diferentes elementos de anlisis para fundirlos en una sola concepcin espacial,verificando de tal forma, las variaciones y las constantes del mapa fueguino, buscandoarribar sistemticamente, sin perder etapas o procesos, a la estructura espacialcontempornea. De sta se estima que surgir una cantidad de interrogantes yproyecciones, puesto que en realidad, la determinacin de la organizacin del espaciono es ni ms ni menos que la obtencin sinttica del resultado de la interaccin entreun espacio definido y los procesos que en l ocurren y por lo tanto, le es

    esencialmente bsico a la Geografa Aplicada y al Planeamiento.La historia fueguina, a pesar de su relativa juventud, cuenta con una considerableriqueza de hechos singulares y el anlisis del poblamiento ser en adelante elindicador bsico para interpretar los aspectos histrico-geogrficos del Territorio.Pero, eludiendo la rigidez de una jerarquizacin regional, qu sucede con nuestraTierra del Fuego? Existen fundamentos para considerarla con una identidad muyespecial? Hay razones de peso para su estudio como 'Unidad Geogrfica'?. Sin dudaque es as y para ello se suman innumerables factores, entre los que sobresalen:

    1) La posicin geogrfica y sus consecuencias.

    Por siglos la circulacin ocenica tuvo su lugar de paso en las adyacencias fueguinasy la distancia, sin lugar a dudas, permite que an en nuestros das persista la opinin

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    generalizada y tan difcil de desarraigar, sobre el rigor de una naturaleza agresiva einhspita, muchas veces desmentida por la realidad tangible. Daus en Elsubdesarrollo Latinoamericano pone en claro que las condiciones bsicas del mediofsico patagnico son, en la generalidad de su espacio, poco propicias para lainstalacin humana. Por ello reniega de la calificacin de 'Patagonia Postergada' dado

    por aquellos que se basan en apreciaciones polticas antes que en el conocimiento desus condiciones bsicas del mundo fsico. Afirma con precisin, con generalizar loque es excepcional se puede ofrecer una imagen alentadora del devenir patagnico.(Cf: Daus, 1976: 169-75). Sucede que la Isla Grande, por su geografa fsica, es unade las excepciones, pero por su posicin perifrica, cualquier sntoma negativo quepudiera haber vencido a aquellos diagnsticos polticos sern para Tierra del Fuegorelativamente ms pesimistas. El concepto de confn del mundo o ms an, del ltimoconfn (uttermost part of the Earth), tan aceptado como discutible, ha tenido unaimportancia fundamental para el devenir histrico de Tierra del Fuego1. Tal ha sido suinfluencia, que todava hoy y en ambientes cientficos y polticos especialmente, estaidea contina y se concilia con la difusin de una imagen poco alentadora para lainstalacin humana. La nica contrapartida favorable en relacin con su posicinperifrica en la ecmene, es contempornea y de tipo econmica y se traducira enuna promocin especial y en un desarrollo turstico incentivado no slo por las bellezasnaturales fueguinas, sino que tambin por estar 'all lejos en lo ltimo'.2) Su condicin islea, que a posteriori de la organizacin territorial definitiva delpas, resultara compartida por dos naciones.Desde la originalidad del gnero de vida de los grupos canoeros fueguinos hasta la deser Tierra del Fuego (Arg.) el ncleo del ltimo de los Territorios Nacionales, se

    relacionan con su configuracin insular.

    Foto 2: El Estrecho de Magallanes y la Primera Angostura; vista hacia el Este desde la Tierra del

    Fuego chilena (del autor, 1983)

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    Valga la aclaracin, de que no es el contenido de la famosa obra de E.L. Bridges lo que se considera aqu discutible,ni siquiera el valor simblico o referencial que transmite el ttulo de la misma (trad. El ltimo confn de la Tierra);justamente el mismo Bridges cuando se refiere al Chaco paraguayo seala que bien podramos llamar el ltimo rincnde la Tierra (346).

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    3) El estar de alguna manera seccionada internamente por la cordillera patagnica-fueguina, circunstancia clave para comprender su evolucin histrica.Muchos argentinos seguramente habrn mantenido por aos la duda: Cmo lalgubre Tierra del Fuego, con su famoso Presidio, poda tambin albergar a grandes yricas estancias con excelentes campos para la cra del ovino? O es que tal vez

    existieron dos Tierra del Fuego?

    Simplemente, los factores de raz geogrfica son decisivos y no slo en calidad decondicionante de la actividad del hombre: aqu la geografa ha sido y es, undeterminante de primer orden. Por supuesto no trata de ser sta una posicinextremadamente rgida, sino que se apunta a elaborar la sntesis geoohistrica demodo tal que permita sucesivas confrontaciones de la organizacin espacial fueguinasin tener que resolver interrogantes histricos de detalle. Se trata de establecerlineamientos o tipologas de ocupacin y explotacin del espacio: es por este motivoque se podrn verificar omisiones en cuanto a la mencin de personajes detrascendencia o de hechos singulares, toda vez que su consideracin fue igualmentenecesaria.

    La metodologa presenta aspectos diferentes segn el caso a resolver. En primer lugary con la poblacin aborigen, slo se extraen pocos aspectos de ndole netamentegeogrficos, dejando de evaluar otros tantos de gran importancia antropolgica.Obviamente existi un poblamiento indgena y que, dicho sea de paso, an presentavarios interrogantes; pero dejemos que otros especialistas sigan en la pista de sudilucidacin. Para el caso, se busc explicar sintticamente y con el mayor cuidado, la

    organizacin bsica del espacio, prescindiendo de aquello que a pesar de su inters,pudiera desviar la atencin del tema central.Esta seleccin o abstraccin de slo determinadas partes de un conjunto inseparableen la realidad, se encuadra con el carcter localizador de la geografa y que enfatizaC. Sauer en su Introduccin a la Geografa Histrica. Este autor, creemos, resume lohasta ahora expuesto cuando se enfrenta con los aspectos metodolgicos y dice as:No estamos interesados en el hombre econmico, ni en la familia, la sociedad o laeconoma, sino en la comparacin de pautas localizadas o diferenciaciones areales(1976:244). Por esta razn, en la cuestin indgena, el gegrafo est obligado encierto modo, a esperar y trabajar con los resultados de los etngrafos, arquelogos,

    etc., aunque por supuesto cualquier investigacin antropolgica tiene su variablegeogrfica. En definitiva, lo que se ha tratado, es de rescatar la respuesta ambientalde los grupos aborgenes para luego confrontarlos con los sucesivos estadios de laevolucin espacial de Tierra del Fuego.En segundo lugar se consider el poblamiento blanco, aqu el aporte documental es deconsiderable magnitud, an cuando todava la indagacin y reconstruccin de loshistoriadores tiene mucho por resolver (Cf.: Belza T.2, pgs. 12-17). Para lainterpretacin geogrfica, sin embargo, gran cantidad de rastros sobre la ocupacindel espacio estn todava en pi y en varios casos cumpliendo funciones similares alas originales. Es cierto que la Base Naval tiene otras caractersticas que la primitiva

    Subprefectura de Ushuaia, o que las estancias operan de modo diferente que antao,pero tanto la funcin de una cosa como la infraestructura de las otras, se mantienen en

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    su esencia. Tambin es cierto, por abundar en ejemplos, que el Presidio o los viejosaserraderos ya no existen, o que la Misin Anglicana ha desaparecido, o que de lasexplotaciones aurferas y de las factoras de lobos o pinginos ya casi no quedanrastros fsicos. Pero a travs de una bsqueda discriminada de hechos y elementos detrascendencia espacial, es de esperar que se haya podido reproducir con fidelidad, los

    rasgos bsicos de la dinmica geogrfica del paisaje fueguino. Una dinmica queparte de la transformacin del paisaje natural en cultural y cuyos rasgos singulares sonconsiderados secuencialmente. Randle, en El Mtodo de la Geografa, afirma: Laoposicin entre el paisaje natural y el paisaje cultural () no puede descubrirse en larealidad, de una manera pasiva y sin conflictos. Slo el remontar procesos concretosnos da la medida de la interdependencia de estas dos abstracciones (89). Y si bienla incorporacin del paisaje cultural en Tierra del Fuego, como se describir msadelante, es explosiva, no deja de ser consecuencia de una serie de procesos, loscuales deben analizarse en su conjunto.La tercera parte, sin embargo, se ocupa de tres momentos, de tres cortes en el tiempo;la aparente contradiccin con lo expuesto en los prrafos anteriores no es tal,solamente se trata de una accin metodolgica para confirmar procesos y estructurasa travs de un anlisis en el que aparezcan todos los elementos del paisaje para cadacorte, no slo los que son partcipes de los procesos de cambio sino tambin aquellosque permanecen en la pasividad o que momentneamente no tengan influencia endeterminada secuencia histrica (Cf.: Randle, 1978: 89-90). La consideracin final delpresente develar, en alguna medida, si existen elementos que an permaneciendofuera de los distintos procesos de cambio en la estructura espacial durante variasdcadas, reaparecen o no con su funcin pretrita o incorporados al fin, a nuevas

    pautas estructurales. Es el caso del lmite internacional, el cual, de hecho, tuvodesigual vigencia segn el momento histrico; tambin es el caso de la circulacinmartima, la minera, etc..Como se anticipara, el captulo final se refiere al presente de la Tierra del Fuegoargentina, a su geografa, donde la diferenciacin areal fue tomada como punto departida para lograr una descripcin que podra denominarse diagnstica y,posiblemente puedan surgir ciertas reiteraciones dado el carcter global al que sepretende arribar. Ya determinadas las reas homogneas, se procede a sealar losrasgos morfolgicos de mayor relevancia en cada uno de los ncleos urbanos paraluego contraponerlos a la organizacin del espacio rural. Este, en particular, presenta

    una serie de caractersticas ineludibles para las correspondientes individualizaciones,pero la misma complejidad de lo rural conlleva una influencia fundamental en elespacio. De ah que determinados aspectos se analizan separadamente (tenencia dela tierra, forma y tamao de los establecimientos, etc.).La consideracin ltima de la poblacin rural y sus centros de servicios no han sidofortuitos, se debe fundamentalmente a la apreciacin personal que desde este sectorde la realidad se debern canalizar tarde o temprano muchos de los cambios positivospara la Tierra del Fuego. Cambios tanto geogrficos, econmicos como sociales y losque como es lgico debern provenir de aquello que le es propio: su territorio, no yade una accin inducida desde mbitos extrarregionales.

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    I.- Los indgenas,su organizacin espacial:

    Los primeros exploradores no encontraron un archipilago vaco, sino que por elcontrario numerosos grupos aborgenes lo poblaban, inclusive con cierta intensidad enla zona del Canal Beagle y canales menores. As, por ejemplo, David Stuart calcul

    para los Yamana una densidad general que variaba entre valores de un habitante cada2 millas cuadradas o un habitante cada 3 millas cuadradas (1978: 48-49). En todocaso, el grado de ocupacin del espacio Sur-fueguino era notablemente superior al dela Patagonia Continental e inclusive al de la Regin Pampeana (Orquera, Comp.Personal)2.Los indgenas, ya fueran Selknam, Yamana, Haush o Alacalufes, todos habitantes porsiglos de estas tierras, convivieron ntimamente con la naturaleza, como un integrantems de los distintos ecosistemas que habitaron3 (ver mapa 1). Las alteraciones otransformaciones que provocaron en el paisaje natural, en general relacionadas conlos incendios de bosques o con el agotamiento temporal de algn recurso endeterminados sitios, son incomparablemente menores en intensidad a las que enescasos cincuenta aos se produjeron con la incorporacin de este espacio al mundocivilizado. Pero, de todas formas, para considerar el poblamiento del archipilago nose debe menospreciar la presencia indgena que por milenios fue dueo y seor deestas tierras.

    Mapa 1

    Existe una copiosa bibliografa antropolgica fueguina de donde se extraen conclaridad las distintas modalidades esenciales con las que los indgenas se enfrentabanal medio natural4. As, el grupo de los Selknam u Onas, en correspondencia con losTehuelches de la estepa patagnica, se destacaron como cazadores nmades

    2Otras estimaciones dan valores de 0,06 a 0,12 h/km (ver Jackson y Popper (1980), trad. de Luis Orquera, 1983: 3.3 Francisco U. R. Ortiz Troncoso utiliza estos nombres para los grupos aborgenes y adems los identifica como:Selknam u Ona, Yamana o Yaghan, Haush o Mnekenk y Alacaluf o Oawshqer (Ana. Inst. de la Patagonia, PuntaArenas (Chile), Vol, IV, 1973, pg. 77).4

    Entre las series bibliogrficas importantes sobresalen: Matijevic, N. y O. H. de Matijevic. Bibliografa Patagnica, 2tomos, Centro de Documentacin Patagnica, Baha Blanca, 1973 y 1978; Anales del Instituto de la Patagonia, PuntaArenas, desde 1970 a 1981; Rey Balmaceda, R. Bibliografa Geogrfica Argentina, GAEA, Bs. As., 1975; Belza. En laIsla del Fuego, tomo 2, pgs. 162 a 405, Bs. As., 1974.

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    pedestres dependientes de los guanacos y los coruros (tucu-tuco). Susdesplazamientos ocurran en la estepa de todo el Norte de la Isla Grande y tambin alo largo de los valles del Centro, donde alternan bosques y praderas, desde el litoralAtlntico hasta Baha Intil. La movilidad que se menciona se correspondera conreas de regulares dimensiones, suficientes como para actuar de soporte ecolgico a

    un grupo o familienbesitzen (Cf.: Stuart1977Trad. Orquera, L. 1983:12). Saxoncita a distintos autores para quienes el nmero de estas unidades territoriales variabanentre las 39 y 71. Es importante recalcar que estos territorios suponan una diversidadambiental suficiente que permitiera la dinmica estacional de los grupos locales obandas, que slo excepcionalmente superaban los cincuenta individuos, (Cf.: Saxon,18 y Stuart, 12-36). De todas maneras no parece ser que la territorialidad de losSelknam incluyera una organizacin muy particular a los fines de explotar o defendersus territorios; simplemente los diferentes grupos tendran conciencia de lo suyo, perola interrelacin grupal era un hecho y por lo tanto el grado de rigidez de las estructurasespaciales estaran dadas en funcin de la misma (Cf.: Stuart: 20, 22 y 23; A. Prieto I.1984). La relacin con el espacio, en definitiva, se hallaba directamente ligada a lapresencia del guanaco cuya abundancia permiti una distribucin dispersa y pococonflictiva.

    3 4Fotos 3 y 4: Los Selk'nam habitantes antecesores 'barridos' de su espacio. 3: grupo familiar (deLucas Bridges en "The Uttermost Part of the Earth". Readers Union. London 1951).4: Probables restos

    de habitculo ceremonial Selk'nam en el parque fueguino(del autor, 1983)

    Como se seal, el grado de transformacin respecto al marco natural eraprcticamente nulo, salvo la formacin espontnea de sendas, algn incendio

    originado por los naturales y la creacin de campamentos de distinta envergadurasegn las necesidades de estacin y lugar. Pero, de los resultados de lasinvestigaciones arqueolgicas y etnogrficas, se desprende que la organizacinespacial no era improvisada o aleatoria, insistimos, la dependencia de los Selknamhacia el guanaco y la organizacin social focalizada en la familia, implic ladeterminacin de unidades territoriales o campos de caza que eran ocupados, engeneral, segn el ritmo estacional (Cf.: Saxon op. Cit.; Borrero.; Casiraghi.; HernndezLlosas, 1981:11).Los primeros contactos asiduos entre blancos y Selknam se desarrollaron alrededorde centros de explotacin aurfera (San Sebastin, El Pramo en Argentina y

    Boquern, Gente Grande, etc. en Chile), donde los 'salvajes' se encontraron con rudosy sacrificados mineros de los ms diversos orgenes. Por supuesto la minera no

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    result competitiva para los cazadores y salvo situaciones desgraciadas provocadaspor la presencia de los mineros, no se alter mayormente el gnero de vida indgena.Pero la poltica de colonizacin ganadera emprendida por los gobiernos de Chileprimero y Argentina despus, constituy s, el hecho determinante de la alteracin detoda esa organizacin espacial espontnea mantenida por los Selknam. An cuando,

    como seala Saxon, los actuales campos de veranada para la explotacin ovina, dealgn modo, reflejan aquel ritmo de ocupacin primitiva (1978: 8-24).El surgimiento de las estancias con sus campos alambrados, la introduccin delganado ovino y la disminucin drstica del nmero de guanacos, sopesarondefinitivamente sobre los indgenas. Los menos fueron rescatados o quizs, comointerpretan algunos, recluidos en las misiones salesianas de Ro Grande y la IslaDawson (Chile), mientras que la mayor parte desapareci victima de las enfermedadesintroducidas por la civilizacin, el alcohol o directamente de la caza que se ejercisobre ellos5.La distribucin de tierras para los colonos era para entonces una 'urgencia' que impidicomprender y resolver la cuestin indgena. Slo quedaron las zonas boscosas o lasmisiones salesianas como alternativas y el indio emprendi un enfrentamiento directoy espontneo por mantener su espacio libre, en donde el hombre blanco reemplaz algil guanaco por la oveja mansa y fcil de cazar. As fue como durante los primerosaos de la colonizacin existi una lucha abierta para imponer una nueva ycompletamente distinta organizacin espacial por un lado y mantener la organizacinprimitiva por el otro. El triunfo de los primeros fue tan veloz que hasta las creacionestardas de 'reas de reserva' resultaron prcticamente intiles, quedando esasextensiones tan solo como 'reserva inmueble' del tesoro nacional: fin trgico para un

    pueblo patagnico. En la cabecera del Lago Fagnano, por Decreto Ley N 515/1925,se establece un rea de reserva indgena. En nuestros das se puede afirmar quejustamente no hay indgenas que la habiten y que estas tierras (fiscales) hoy por hoysirven de asiento a unos pocos y modestos establecimientos ganaderos6.Los canoeros, constituyen quizs uno de los casos ms interesantes de laspoblaciones prehispnicas de Amrica, tanto por su localizacin geogrfica como porsu gnero de vida. El misterio que por siglos inspir la lejana Tierra del Fuego fueasociado por cantidad de viajeros, exploradores y cronistas, a estos indgenas,nmades tambin, cuyo medio de locomocin lo constitua una rstica y primitivacanoa.

    Los Ymana alternaban en distintos parajes de las costas del Sur fueguino, deNavarino, Hoste, Picton, Lennox y el archipilago Wollaston. Su cultura nutica implicuna dbil ocupacin en tierra firme, su localizacin tena por objetivo lugaresprotegidos cercanos a zonas de pesca marina abundante con el consecuentepoblamiento disperso. En aquellos lugares slo se desarrollaron asentamientostransitorios donde apenas quedan como vestigios, junto con algunas de sus

    5Ver Gusinde, M. Hombres primitivos en la Tierra del Fuego, 1951, pgs. 99-103. M. Martinic B., Panorama de lacolonizacin de Tierra del Fuego entre 1881 y 1900, 1973,pgs. 5, 6 y 9. J. L. Imz, Los hombres del fin del mundo.1972, pgs. 63-74.6Reproducimos un comentario hecho por un exgobernador del territorio en 1945 y que trasluce la falta de comprensin

    frente a la extincin indgena: El Estado contribuye al bienestar de los pocos indgenas existentes en el Territoriomediante la sesin de 35.000 ha en la zona del Fagnano. Estas son ocupadas por pocos indgenas que se dedican a lacra de ovinos y que viven incorporados definitivamente a la vida civilizada, habiendo constituido hogares. No hayindgenas en estado primitivo (Baez, G. 1945).

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    herramientas, cmulos de conchas y huesos (concheros). En este ambiente sencillo,sin embargo, exista un orden territorial el que, al parecer, estaba asociado con lacomposicin de cinco (5) grupos dialectales endogmicos de alrededor de 500individuos cada uno y entre los cuales se 'repartan' la totalidad del territorio (Jackson yPopper, 1980, trad. Orquera, 1983: 6).

    Figura 1: reproduccin de un bosquejo de canoeros de Conrad Martens (1839) en surelatorespecto de los viajes de las naves Adventure y Beagle entre los aos 1826 and 1836. (Fotografa

    de Tim Cuello del archivo del Museo Territorial, 1983)

    Este territorio tena por lmites a los bosques interiores; cada sitio costero de

    condiciones ms o menos favorables era ocupado con cierta periodicidad en funcin ala presencia del recurso. De todas formas el vnculo con los recursos del mar y sumovilidad continua constituan las pautas ambientales ms significativas (Cf.: Orquera,1978: 206-207). Adems de los campamentos, la organizacin espacial interna,apenas inclua a unos pocos lugares de cierta especializacin; Jackson y Popperdistinguen a los lugares de ceremoniales, los de aprovisionamiento de corteza, los detroceado y las canteras de piritas (1980 trad.:19). An as la primera poblacinestable en aguas del canal de Beagle se relaciona con estos indgenas y la creacinpor parte de misioneros anglicanos de una misin permanente (1869) que se mantuvomientras la cantidad de indios lo justific.Estos canoeros ya conocan al hombre blanco con anterioridad a la presencia de losreligiosos: exploradores, corsarios, cientficos, mineros y loberos surcaron estas aguas(Malaspina, Drake, Fitz Roy, Darwin y muchos otros). El historiador A. Canclini alreferirse a las exploraciones de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX dice: No hade pensarse que la zona estaba desrtica. Por el contrario, fue entonces cuandocomenz, alentando por las buenas noticias de Cook, la invasin de loberos yballeneros de todas las banderas (). En general, aquellas embarcaciones tenan subase en las Malvinas pero muchas de ellas deben haber buscado reparo en las islas ycaletas ms australes, (1981:30).Fueron justamente de estos intrpidos marinos de

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    quienes recibieron los mayores perjuicios, ya fuera directa o indirectamente 7. Lasenfermedades y la eliminacin de sus recursos de subsistencia condicionaron suexistencia a un punto tal que se extincin fue irreversible8. La presencia de lasautoridades nacionales argentinas y chilenas coincide prctica y lamentablemente conla desaparicin de los grupos Yamana y determina de hecho el comienzo de la poltica

    pobladora de los gobiernos centrales.No se puede dejar de mencionar al grupo canoero Alacaluf, quienes ocupaban, en loque hoy es territorio chileno, los canales y fiordos sudoccidentales del continente. Lamenor presin pobladora de esta zona fra y de muy abundantes precipitaciones, hadeterminado una extincin menos acelerada pero no por ello irreversible (ver ReyBalmaceda, R, 1976: 274).En lo que a nuestro territorio nacional corresponde, queda an mencionar la presenciadel grupo indgena Haush (Aus), que ocup el extremo oriental de la Isla y aunque selo estime como pueblo de mayor antigedad que los Selknam, su desarrollo erainferior y el rea de ocupacin estaba reducida al extremo de la pennsula Mitre (Lenz,H. 1967:91 y J. Belza, 1978). Su organizacin espacial se relacionaba con la costa dedonde obtenan alimentos, si bien cazaban guanacos, zorros y aves. Se lo consideraun pueblo con gnero de vida tradicional entre el costanero y el terrestre (Orquera, L.1977:19). Seala Canclini: No hay duda que fue el primer grupo indgena que entr enun proceso general de decadencia (1981:43), mientras se produca la transformacindel paisaje con la presencia de los loberos, mineros y estancieros.Esta somera descripcin permite llegar al escenario fueguino cuando ste espaciodeja de ser pasivo para la legislacin nacional y comienza a penetrar gradualmente enla conciencia territorial de la Nacin. Belza apunta con agudeza: Ciertamente la

    administracin colonial careci de un soador para la tierra fueguina y con laindependencia no mejor la suerte. En casi veinte aos de gobierno patrio ni siquieraapareci nombrada en documentos oficiales (Tomo 1, 1974:48).

    II El poblamiento 'blanco':1) en lo temporal; 2) en lo espacial.

    Con relacin al resto del pas la organizacin espacial del Sur patagnico (Sur deSanta Cruz y Tierra del Fuego) presenta diferencias notables en tiempo y espacio.1) En lo temporal: fue necesario que transcurriera ms de medio siglo de

    independencia para que surgieran iniciativas concretas de poblamiento, an cuandolas concesiones dadas a loberos, balleneros, buscadores de oro, etc., indican unapoltica de espera, recurriendo al espacio austral segn fueran las ofertas ynecesidades. La Ley Avellaneda (oct. 1876) permiti la creacin de la oficina deTierras y Colonias (1880) que actuara como instrumento legal para permitir laocupacin y explotacin (tambin la especulacin) de los Territorios Nacionales, enmomentos en que la Patagonia constitua un solo Territorio Nacional9. Esto no significla concrecin de hecho de los objetivos previstos (la colonizacin) para lo cual fue

    7 T. Bridges sealaba en la Sociedad Geogrfica Argentina (1885): En los ltimos aos los americanos y otros

    pescadores se han llevado todos los lobos marinos de que se alimentaban y con cuyos cueros se vestan (Belza,Tomo 1: 82).8Cf.: Gusinde, M. op. Cit. 119-121 y U. Ortiz Troncoso, op. Cit. 80.9Durante la presidencia de J. A. Roca se dicta la Ley 1.532, el 16/10/1884 que crea los nuevos Territorios Nacionales.

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    necesario superar una cantidad de inconvenientes derivados en su gran mayora, de laescasez de poblacin y la falta de conocimiento pleno de las caractersticas delTerritorio (Lenzi, 1967: 269), (Belza II, 1975: 261), lo que indujo al poder central arefugiarse en diatribas burocrticas para as actuar con precaucin, hasta finalmentedefinirse por una poltica similar a la chilena en vista de los resultados econmicos de

    trascendencia geopoltica que se lograron en las adyacencias del Estrecho deMagallanes. Esta lentitud si bien se fundaba en no 'regalar' lo que era propiedad delEstado (Belza, II, 1975: 23 y 26), permiti que Chile, con una ciudad realmenteautnoma (Punta Arenas) tomara la delantera en poltica territorial y hasta despojara aUshuaia del rea de influencia inmediata en el canal Beagle y zonas cercanas. Laautonoma de Punta Arenas tuvo en el poder econmico del capital britnico a suprincipal aliado. La provincia de Magallanes fue para Chile una excepcin: elliberalismo econmico tuvo aqu un campo de accin precioso. El Gobierno deSantiago alent de todos los modos posibles la radicacin de capitales, sinpreocuparse por el latifundio o por la monopolizacin comercial de las familias mspoderosas. Por mucho tiempo Magallanes fue prcticamente una provincia extranjeraen Chile, donde se hablaba eslavo en Porvenir o ingls en las principales estancias.En 1922 para la presentacin de una obra de A. Fuentes Rabe sobre el Sur Chileno, elGeneral chileno P. Dartnell dice: Se hace notar con cifras a la vista el escaso esfuerzonacional (Chile) y el predominio avasallador del elemento extranjero, el que hoy porhoy, es dueo y seor de las 4/5 partes de aquella rica zona austral; de igual modo seda a conocer el acaparamiento de tierras fueguinas por parte de algunos hacendadosopulentos que han ido adquiriendo de ao a ao en forma ocasional inmensasextensiones de terrenos (Fuentes Rabe, T. I, 1922: pg. VI). Ms adelante el propio

    Fuentes Rabe al describir Porvenir afirma: Llama grandemente la atencin noencontrar rostros chilenos ni or hablar este bello idioma: el idioma eslavo predominaen forma absoluta (1922: 51).El historiador chileno Martinic B. reproduce un comentario del gobernador deMagallanes en 1892 (Gdor. Seoret) al Ministro de Interior que evidencia la posicintrasandina y dice as: En el Sur de estos territorios, donde la faena de los lavaderosde oro ha trado numerosa poblacin i reina gran actividad en los negocios, se hacesentir ms el empeo de los argentinos por atraer hacia la colonia Ushuaia elcomercio de aquella regin, cosa que le ser fcil conseguir desde que no existe enaquellos apartados lugares establecimiento alguno Chileno. Felizmente el sistema

    administrativo de nuestros vecinos no ofrece al comercio las garantas i seguridadesque les da la administracin chilena, i desde luego, se han presentado a lagobernacin algunos negociantes solicitando permiso para construir habitaciones iestablecer casas de comercio en uno de los puertos de la Isla Navarino (1973: 82).Esta administracin lenta y dificultosa se relacionaba especialmente en todo aquelloque significara la tenencia de la tierra y tambin en las cuestiones aduaneras. Elgobernador F. Godoy se refiere al tema en 1893 cuando dice: El nuestro (desarrollo)sera el doble del Chileno, sino tuviese que languidecer bajo un cmulo dedisposiciones aduaneras de difcil e imposible cumplimiento en aquellas regiones(informe al Ministro del Interior 1893, pg. 37 Archivo del Museo Territorial de Tierra

    del Fuego, expediente 3090).

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    Mientras los Gobernadores de Magallanes tuvieron poder suficiente para concederarrendamientos en forma directa, en nuestro caso slo se facult al Gobernador deSanta Cruz desde diciembre de 1884 hasta mayo de 1888 (gdor. Moyano) parapreparar y convenir arrendamientos con cierta libertad de accin y, por supuesto, ensu Territorio (Belza, J., II, 1975: 23 y 26). Pero a partir de la corta experiencia de Chile

    y Santa Cruz en materia de tierra pblica se produce la colonizacin ganadera delNorte fueguino. Los remates de tierra de 1897 y 1899 demuestran la clara disposicindel gobierno de Buenos Aires de permitir y promover la radicacin de capitalesimportantes y desarrollar una ganadera libre de toda interferencia estatal (Lenzi 1967:268).De todas formas la velocidad con que qued asentada la estructura productivaprimaria del Territorio posiblemente es slo comparable en el pas con el proceso deocupacin de la regin pampeana durante el ltimo cuarto del siglo XIX y que describeRandle en el captulo I de La ciudad pampeana (1977: 1-36). Para Imazsimplemente esta rapidez no tiene comparacin en el pas (1972: 9). Entre las causasque determinaran este acelerado proceso de ocupacin se destacan las que sealaImaz cuando afirma: en esta parte de la Patagonia no hubo que romper ningunatradicin, ni superar modos de los criollos. No haba hbitos enraizados, ni formas detrabajo, slo guanacos e indios nmades que ni tenan chozas permanentes niconstituan tribus, no tenan jefes ni capacidad organizativa alguna (1972:10).El mismo autor llama latifundistas funcionales a los pioneros que, apoyados en uncapital fuerte y con el dominio de gran parte del movimiento comercial y el respaldopoltico del poder central cambi la cara a inmensas extensiones que en menos de dosdcadas dejaron su paisaje natural por el cultural10. El ganado, las viviendas, los

    alambrados, caminos, etc., se distribuyeron sincrnicamente en todo el Norte de laIsla, tanto argentina como chilena; y para el Centenario las grandes estanciasfueguinas (Sara, Cullen, Primera y Segunda Argentina, etc.) presentan una slidaestructura productiva, que an mantiene su esencia, (ver mapa 3: corte temporal,1914).2) En lo espacial: Mayores son an las diferencias que presenta este sector del pasrespecto del marco espacial, hecho que gravit directamente en la organizacin delespacio.En estos primeros tiempos de colonizacin la presencia argentina de manerasimilar que en el sector chileno estuvo prcticamente restringida a la accin degobierno, que como seala Belza (1975: 11-60), tuvo mayor incidencia en el orden

    administrativo que econmico.Fueron las Islas Malvinas y Punta Arenas las emisoras de las corrientes pobladoras ygeneradoras de las actividades econmicas. Desde Malvinas aunque parezca unacontradiccin difcil de asimilar, partieron los primeros colonos dispuestos aestablecerse y continuar con la actividad ganadera iniciada en aquellas islas (ver mapa2). Seala Horacio Lafuente (1981: 46): La produccin ovina, que se inici en lasMalvinas y luego se extiende al continente, es la actividad que posibilita elasentamiento de ncleos de importancia y la ocupacin del interior del Territorio (serefiere al Sur Patagnico). Este hecho fue buscado y alentado por el GobiernoNacional a travs del gobernador Moyano (Belza, 1975: 11-23) de quien Nstor Auza

    10 Rey Balmaceda, Ral, aclara la distincin del paisaje geogrfico, diferencindolos como. salvaje o primitivo,natural y cultural o econmico (1976:219 y 262).

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    seala: Uno de susmritos residi en los esfuerzos realizados para probar que elTerritorio (Santa Cruz) se adecuaba para las explotaciones ganaderas y que estosconstituan la base de la Colonizacin.

    Mapa 2

    Ya anteriormente desde las Islas Malvinas se haba establecido un puente de relacin,aunque los objetivos (principales) eran diferentes. En y desde la Isla Keppel desde1855 la South American Missionary Society intent la evangelizacin de losaborgenes del Sur de la Patagonia, con una trascendencia diferente segn fuera elcaso (Canales Fueguinos, Santa Cruz, Punta Arenas) y tambin segn el punto devista de los distintos autores. La presencia britnica a travs de las misionesevangelizadoras es interpretada de muy diversas formas, as mientras algunos la

    minimizan otros destacan la trascendencia geopoltica de las mismas. Al respecto yrelacionado con el caso de Ushuaia se pueden recoger afirmaciones tan disparescomo las siguientes:Afirma Imaz: Esta fue una lnea de fundacin (se refiere al origen de Ushuaia) sobreella se asent lo que en definitiva prevaleci. Pero aqu lo hemos citado ms por suoriginalidad que por su importancia final (4, 1972).Arnoldo Canclini sin embargo dice: Slo en el otro extremo, en Misiones, podramosencontrar algn paralelo con la obra de los Jesuitas (). Es una sucesin de episodioscargados de dramatismo, de tragedia, de herosmo y sobre todo de fe (). La Misintrabaj en Ushuaia hasta 1908 (). Detrs quedaba aquel proceso de luchas ytriunfos que abri el camino a la civilizacin y al establecimiento pacfico del gobiernoargentino (1980:49).

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    Vemos otro punto de vista en una cita de Garca Basalo, que hace referencia amanifestaciones que el diputado Nicols A. Calvo atribuye al explorador Bove dondeeste afirma: los misioneros ingleses reconocen la soberana de la Repblica einterpreta hay en ellas (esta afirmacin y otras similares) algo casi inaudito Cabeconcebir un grupo particular de extranjeros que se atribuye la potestad de reconocer o

    no la soberana del Estado que habitan? Slo si alguna vez se tuvo la tentacin desostener un propsito distinto, como cierta minora galesa de Chubut que,infructuosamente, gestion un proteccionismo ingls. Hasta la decisiva () presenciaen la Base de Ushuaia de la Divisin Expedicionaria al Atlntico Sur, en la primaverade 1884, los nicos acercamientos conocidos de la misin anglicana al gobiernonacional son interesados. Buscan por anticipado privilegios en tierras que no lograrnen los despachos oficiales de Buenos Aires (1981:39).Belza se refiere al tema y dice: Nada digamos de patentes de pesca otorgados sobrenuestras costas, misiones de exploracin y relevamientos como los de Parker King yFitz Roy que duran casi diez aos cercanos al 1830, establecimientos de colonias, yan misiones religiosas que, aunque sus protagonistas las realizan en la ms completabuena fe, no slo concitan desconfianza de los gobiernos argentinos: sino que animanespeculaciones britnicas sobre las tierras del Plata o al menos sobre las que estn alSur del paralelo 42 que, para ellos, a nadie pertenecen (Tomo I, 1974: 49-50).Pero nuevamente la interpretacin se invierte, A. Braun Menndez considera que:Para la misin anglicana eso (la creacin de la Subprefectura Ushuaia) fue unpreciado acontecimiento que seal el fin del abandono poltico en que hasta entoncesse haba hallado, pues siempre estuvo librada a su propio destino y a la generosidadde algunos idealistas radicados en Inglaterra. La correspondencia de los misioneros, al

    referirse al arribo, revela un jbilo bien sincero ().A pesar de tanto informe favorablede cuantos llegaron a los parajes () no dej de deslizarse 'sotto voce' unapreocupacin nacionalista, nacida de la circunstancia de que vea flamear sobre elcasero que ocupaba la Misin el pabelln britnico. Esta suspicacia era tan absurdacomo infundada. Los misioneros, aunque eran sbditos ingleses y dependan en loespiritual del obispo de las Islas Malvinas, nunca tuvieron intenciones polticas o depenetracin o colonizacin britnica (1971:104).El profesor F. Daus sin embargo engloba a la accin misional anglicana dentro de lapoltica expansionista del gobierno de Londres, y dice: La misma corriente deusurpacin que arrebat las Malvinas aprovechando las luchas intestinas de los

    argentinos tent a extender sus redes a las tierras del canal de Beagle y el valleinferior del ro Santa Cruz, hacia la sptima dcada del siglo anterior, esta vez por elplausible motivo de la evangelizacin. Por entonces, la Misin Anglicana para Tierradel Fuego y Patagonia tena en la isla Keppel, del grupo Malvinas, su cuartel general ynavos malvineros navegaban regularmente entre Puerto Stanley y Ushuaia (Bridges1952 - 62). Sus entradas al continente se orientaron a Punta Arenas (1860 1) al valledel ro Santa Cruz (1862), (Braun Menedez, 1937: 62) y a Ushuaia (1870: 1). Essuficientemente conocido el provecho colonialista que se ha sabido extraer de lasmisiones evanglicas pero, en el caso patagnico era, acaso, para los aspirantes ausurpadores, demasiado tarde (1978:128).

    Resulta inobjetable que la accin de la Misin Anglicana, con toda su cuota de bondady herosmo, cre el antecedente ms concreto para canalizar la expansin econmica

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    desde las Islas Malvinas. As como Moyano busc la solucin ms lgica e inmediatapara poblar el Territorio de Santa Cruz (Lafuente 1981: 63-64) tambin losmalvinenses conocan las condiciones fisiogeogrficas de las tierras australes; sealaBelza en una cita: Las Islas(Malvinas) estaban estructuradas con una oveja y mediapor hectrea y resultaba poco menos que imposible adquirir terrenos en propiedad

    (1975: 11-25); este hecho se verifica en un informe del gobernador P. Godoy en 1893(Informe del Seor Pedro Godoy al Ministro del Interior Dr. M. Quintana 6-11-1893,pgs. 31-32).Con todo ha sido Punta Arenas el trampoln en el cual se apoya la ocupacin real delSur de la Patagonia; an cuando puede resultar exagerado el rol metrpolis dado poralgunos autores, sin duda por ser ms ilustrativos (Lenzi, H., 1967: 299), (Belza, II,1975: 59), fue por medio siglo el centro regional de todo el Sur patagnico o utilizandolas palabras del corresponsal del diario La Prensa (1884): Punta Arenas () est porsu situacin llamada a ser el mercado de Tierra del Fuego y de la Patagonia desdeSanta Cruz al Sud, (Belza II, 1974: 92), (Cf.: Butland 1957: 57-74).Este orden espacial se altera progresivamente desde fines de la segunda dcada delpresente siglo. Por una parte el Canal de Panam desplaza a la ruta magallnica quequeda como alternativa marginal. Tambin resultan trascendentes las crisiseconmicas de 1919/20 y 1929 que tienen un singular impacto en la economaregional, monoproductora y con un mercado restringido a Gran Bretaa. Ambas crisiscoinciden con una tendencia cada vez ms centralista y proteccionista observada porlos gobiernos de Argentina y Chile y que terminan por desarticular la organizacinregional. Punta Arenas al perder su autonoma y la primaca poltica financiera perdigradualmente su liderazgo territorial. Producida ya la expansin productiva y

    alcanzado sus lmites naturales, los inversores dejaron Punta Arenas para colocar susfinanzas en plazas ms dinmicas (Lafuente, 1981: 138-46), (Martinic, B., 1972: 136,149/54). Martinic B., nos ilustra al respecto cuando afirma: Cabe sealar que en estosaos se registra ya el xodo definitivo de las principales familias del Territorio quefijaron su residencia algunas en Santiago y Valparaso y otros los ms- en BuenosAires, capital del pas en que se radican sus mayores intereses y negocios (1972:149).

    Foto 5: Punta Arenas sobre la costa Norte del Estrecho de Magallanes (del autor, 1983)

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    Ante estos acontecimientos las localidades argentinas terminan por entrar en la rbitade Buenos Aires hasta tanto se genere un nuevo orden de la jerarqua espacial de laPatagonia, con Baha Blanca como punta de lanza de la expansin pampeana yComodoro Rivadavia con un slido crecimiento basado en el petrleo, comoprincipales centros de atraccin11.

    Para el caso particular de Tierra del Fuego (Arg.) y su relacin con Punta Arenas, esnecesario diferenciar las adyacencias del Canal de Beagle y el rea andina del restode la Isla, puesto que en esta zona, donde Ushuaia actuara (y an acta) como nicocentro de servicios, primaba el aislamiento y la escasez de poblacin. El Centro yNorte del sector argentino se organiz de acuerdo con la instalacin de losestablecimientos agropecuarios, los cuales confluyen hacia Ro Grande en formaespontnea, generndose as desde principios de siglo un centro de servicios natural,antecedente a su decreto de fundacin en 1921.Este poblado y su Hinterland mantuvieron estrechos vnculos con Punta Arenas hastala dcada del 40 cuando el Territorio pas a ser Gobernacin Martima. Lenzireproduce la apreciacin que sobre la necesidad de crear una poblacin en RoGrande, le mereca ya en 1900 al capitn de fragata Eduardo OConnor y que dice:Su posicin espacial obliga a que el Gobierno se preocupe en formar ah un centroproductor, que pueda independizar el comercio de esta parte argentina del territoriochileno de Magallanes y atraer as el movimiento que all afluye como nico punto derecursos (1967: 326). Tambin en 1935 J. M. Sarobe insiste: el comercio de toda lazona ocupada por los latifundios es actualmente tributario de Magallanes (1935: 240).Con la Gobernacin Martima se desarroll una poltica de promocin e impulsaronaquellas obras de infraestructura que terminaran con esa dependencia (ver Imaz, 9,

    19 y Gaignard, R. 29). En la memoria anual del gobernador Fidel Anadn (1943: 21)se lee: Hasta la creacin de la Gobernacin Martima, las comunicaciones martimasfueron muy precarias, desde entonces la Direccin General Administrativa ha tratadoen toda forma de mejorarlas. En la misma memoria se destacan algunas de las obrasen proyecto o ejecucin, por ejemplo: 2 rutas complementarias, 3 tramos de la ruta N.3, prolongacin del servicio de Aeroposta a Ushuaia, instalacin de aparatosradiotelefnicos policiales, etc.12La vinculacin entre Ro Grande y Ushuaia encontr en los Andes, sus bosques y ellago Fagnano obstculos casi insalvables. Por lo dems fue necesario esperar a quelos transportes nacionales rompieran con el monopolio comercial que mantenan las

    grandes casas de comercio de Punta Arenas para que recin entonces el Centro yNorte fueguino se vinculara con mayor asiduidad con el resto de la Repblica. Lanueva poltica aplicada al espacio austral, para quebrar ese monopolio, tuvo queenfrentarse directamente con las leyes de costos y ganancias para afirmar lapresencia argentina a impulsar el desarrollo del litoral patagnico independientemente

    11Se cumplen aqu los conceptos sobre regin poltica que seala F. Daus en Fundamentos para una divisin regionalde la Argentina. Y que sintetiza en el siguiente prrafo: Pero la regin poltica es un factor generador de unidad quecon la evolucin de la instalacin humana va dando, pari-passu, signos de particularidad a los espacios originariamenteheterogneos, as como crea frontera por medio, diferenciacin en lo primitivamente homogneo (1982: 8), (lo

    subrayado es propio).12 La cartografa del momento tambin es reflejo del impulso promotor de actividades bsicas. Tanto el InstitutoGeogrfico Militar como la Direccin Central de Industria y Minera realizaron la mayora de sus relevamientos en losaos 40.

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    de Punta Arenas, an cuando el Estado monopoliz tambin el manejo de lascomunicaciones.Si bien 60 o 70 aos no pueden constituir una base temporal suficientemente rgidacomo para imponer un orden regional por sobre un lmite internacional, es probableque la primaca de Punta Arenas representara durante esos aos una respuesta

    natural al espacio sur-patagnico, a su evolucin socio-econmica. Prueba de ellosera la dificultad que an se presenta en nuestro territorio para definir claramente lajerarquizacin espacial en regiones, subregiones y sus correspondientes cabeceras.La desvinculacin econmica del Sur patagnico respecto de Punta Arenas seconcret desde Buenos Aires quin asumi un rol de padrinazgo difcil de superar.Un ejemplo de esta situacin fue el caso de las huelgas de los aos 1920 y 1921, nosolamente dejaron en claro la formacin cultural y social del habitante patagnico y sucontemporaneidad con los sucesos mundiales, sino tambin la influencia decisiva delpoder central. An cuando el gobierno radical actuara condicionado por elcapital y eltrabajo al decir de Bayer (1972: 120), en definitiva las decisiones esenciales, como larepresin a los huelguistas o la revisin de la tenencia de la tierra, partieron desde laCapital Federal.Por dcadas, la estructura productiva se mantiene intacta y los establecimientosagropecuarios alcanzan el mximo de beneficios entre los aos 1915 y 1925. LaPrimera Guerra Mundial provoca un aumento en las demandas de carne y leche y yano eran necesarias nuevas inversiones en infraestructura (Cf.: Gaignard, 17). Loscambios solo parten de medidas administrativas, como la creacin de la GobernacinMartima, el cierre del Presidio de Ushuaia, la fusin temporaria de los Territorios deSanta Cruz y Tierra del Fuego, entre los importantes.

    El orden social, creado desde el origen del latifundio, las grandes empresascomerciales y la administracin pblica, mantiene una estructura claramenteestratificada. As se encuentran desde los ms poderosos estancieros, en generaleuropeos y ausentistas, hasta la mano de obra campesina chilena pasando por losempleados estatales y comerciantes; en cada caso con su respectiva jerarqua interna.Fue necesario esperar hasta finales de la dcada del 50 para alterar y diversificar estasituacin. La expansin de la economa nacional basada en la explotacin de recursosnaturales permiti el comienzo de una nueva etapa an en desarrollo para Tierra delFuego.La explotacin de los yacimientos petrolferos y gasferos desde 1959 trajo como

    consecuencia una transformacin trascendental a la economa fueguina. Hasta finesde la dcada del 50 la Isla slo produca ovinos y su organizacin espacial se limitabaa esta actividad y a la de una burocracia cvico-militar relacionada al gobierno delTerritorio y a la seguridad nacional (Cf.: Diano 1978, V). La inversin de capitales en elTerritorio al decir de Gaignard: ha creado un verdadero impacto sobre una estructuraeconmica anquilosada (1963: 27)13. Los intereses petroleros actuaron decisivamenteen la concrecin de obras de infraestructura (culminacin de la Ruta Nacional N. 3, elpuerto de Ushuaia, etc.) que juntamente con la declaracin de zona franca (1958) ,han permitido establecer una etapa de diversificacin econmica en la Isla. Estehecho trajo consigo una nueva dinmica demogrfica y un nuevo orden territorial que

    13Al respecto seala Gaignard: La Sociedad (Tennessee Gas and Oil) tena la obligacin de invertir diez millones dedlares en tres aos y vender toda la produccin a Y.P.F. (1963: 25).

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    se mantiene en nuestros das, an con una serie de problemas. Podra afirmarse queya desde la formacin de la Gobernacin Martima el espacio fueguino se aleja de suGeografa Espontnea para pasar a una casi estrictamente Voluntaria que comoremarca J. Rocatagliatta: Las acciones voluntarias, voluntarismo poltico, seestablecen cuando desde la ptica gubernamental, en los diferentes estratos

    administrativos del Estado se desea actuar sobre el territorio nacional, con el fin decorregir desviaciones o tendencias no convenientes gestadas por la geografaespontnea, crear o acelerar el desarrollo regional donde ste espontneamente no seda o en la necesidad de incorporar reas pioneras (1982: 29) . Tendremos un mejorejemplo que Tierra del Fuego?

    III - Cortes temporales:1) 1914; 2) 1947; 3) 1980En este tercer captulo, los cortes en el tiempo se imponen como recursometodolgico. De esta manera se sealan aquellos hechos y fenmenos de suficiente

    solidez y enraizamiento en el espacio como para abstraer exclusivamente de larealidad pretrita aquello verdaderamente representativo en el rea14.Para definir estructuras espaciales trascendentes en la historia fueguina se hanseleccionado dos momentos singulares; uno, el de 1914 que ofrece ya las pautasdefinitivas de ocupacin y explotacin que genera el poblamiento blanco. Otro el de1947 que presenta el marco estructural heredado sobre el que se desarrolla una nuevaestructura, en donde se apoya la organizacin espacial actual.Las unidades de anlisis para los dos cortes temporales sern, la Isla Grande deTierra del Fuego y sus departamentos. La eleccin de los 'aos de corte' contempl lafactibilidad de la obtencin de los datos necesarios y por ese motivo, an cuando

    exista algn margen de error, se han seleccionado los aos 1914, 1947 y 1980, losque cuentan con sendos Censos Nacionales. Por supuesto, la utilizacin de estosdatos censales no es excluyente como fuente de informacin sino que tan slo se losutiliza como recurso primario.

    - Censos Nacionales de 1914 y 1947; datos de mayor importancia para laconsideracin de los respectivos cortes temporales.

    Censo 1914 - Isla Grande de Tierra del Fuego15.Superficie: 20 912 km2Divisin departamental: Ushuaia, Baha Thetis, San Sebastin e Islas de los Estados.Poblacin Total: 2504 habitantesDensidad: 0,1 h/km2

    Poblacin total por sexo y grupo de edadEDAD VARONES MUJERES TOTAL0 - 9 126 121 24710 - 19 149 54 20320 - 29 853 71 92430 - 39 590 71 66140 - 49 278 30 30850 - 59 104 20 12460 - 69 28 5 3370 - 74 2 2 4

    14Con respecto al tiempo y espacio geogrfico, ver de Randle El mtodo de la Geografa, cap. II, OIKOS, Bs. As.,1977: 77-94.15Incluye Isla de los Estados.

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    80 y ms - - -

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 1221 909 2130

    MUJERES 226 148 374TOTAL 1447 1057 2504

    Total de argentinos: 927 Total de extranjeros: 1577Chilenos: 447 Italianos: 171 Austrohngaros (Yugoeslavos): 111

    Espaoles: 559 Ingleses: 126 Otros: 163-----------------------------

    Departamento UshuaiaSuperficie: 7604 km2Poblacin total: 1558 habitantesDensidad: 0,2 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 1221 103 1324MUJERES 226 8 234

    TOTAL 1447 111 1558Total de argentinos: 639 Total de extranjeros: 919.Chilenos: 91, Italianos:156, Austrohngaros

    (Yugoeslavos): 54, Espaoles:478, Ingleses: 10, otros: 130-----------------------------

    Departamento San SebastinSuperficie: 4696 km2Poblacin total: 414 habitantesDensidad: 0,1 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES - 376 376

    MUJERES - 38 38TOTAL - 414 414

    Total de argentinos: 47 Total de extranjeros: 367, Chilenos: 162, Italianos: 8, AustrohngarosYugoeslavos): 40, Espaoles: 43, Ingleses: 95, otros: 19

    ----------------------------------------

    Departamento Baha ThetisSuperficie: 8092 km2Poblacin total: 507 habitantesDensidad: 0,1 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES - 405 405MUJERES - 102 102

    TOTAL - 507 507Total de argentinos: 226 Total de extranjeros: 281, Chilenos: 197, Italianos: 6, Austrohngaros(Yugoeslavos): 17, Espaoles: 31, Ingleses: 21, otros: 9

    ------------------

    Departamento Isla de los EstadosSuperficie: 520 km2Poblacin total: 25 habitantesDensidad: 0,5 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES - 25 25MUJERES - - -

    TOTAL - 25 25

    Total de argentinos: 15 Total de extranjeros: 10, Italianos: 1, Espaoles: 7, otros: 2-----------------------------------------------------------------------------------

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    Censo 1947 Isla Grande de Tierra del FuegoSuperficie total: 20.912 (incluye Isla de los Estados)Divisin departamental: Ushuaia, Baha Thetis, San SebastinPoblacin total: 5045 habitantes16iDensidad: 0,2 h/km2

    Poblacin total por sexo y grupo de edad

    EDAD VARONES MUJERES TOTAL0 - 9 340 355 695

    10 - 19 313 218 53120 - 29 952 265 121730 - 39 903 255 115840 - 49 672 150 82250 - 59 350 67 41760 - 69 85 25 11070 - 79 15 10 25

    80 y ms 4 1 5Desconocida 51 14 65

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 2224 1445 3669MUJERES 1094 266 1360

    TOTAL 3318 1711 5029

    Total de argentinos: 2061Total de extranjeros: 2984:Amrica de Sur: 2230, Europa: 732

    ---------------Departamento UshuaiaSuperficie: 7604 km2Poblacin total: 2182 habitantesDensidad: 0,3 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 1362 229 1591

    MUJERES 555 36 591TOTAL 1917 265 2182

    Total de argentinos: 1163Total de extranjeros: 1019. Amrica del Sur: 586, Europa: 419

    -----------------

    Departamento San SebastinSuperficie: 4692 km2Poblacin total: 2402 habitantesDensidad: 0,5 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 861 857 1718

    MUJERES 539 144 683TOTAL 1400 1001 2402

    Total de argentinos: 719Total de extranjeros: 1683. Amrica del Sur: 1397, Europa: 279

    -------------------Departamento Baha ThetisSuperficie: 8612 km2.17Poblacin total: 445 habitantesDensidad: 0,1 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES - 359 359MUJERES - 86 86

    16Se incluyen 16 personas censadas en el sector Antrtico Argentino.17Incluye Isla de los Estados.

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    TOTAL - 445 445Total de argentinos: 163

    Total de extranjeros: 282, Amrica del Sur: 247, Europa: 34

    Censo 1980 - Isla Grande de Tierra del FuegoSuperficie total: 21.263 km2(incluye Isla de los Estados)Divisin departamental: Ushuaia y Ro Grande18

    Poblacin total: 27.358 habitantesDensidad: 1,3 h/km2

    Poblacin total por sexo y grupo de edadEDAD VARONES MUJERES TOTAL0 - 9 3009 3018 6027

    10 - 19 2861 1753 461420 - 29 4392 2292 668430 - 39 3064 1802 486640 - 49 1692 918 261050 - 59 1055 564 161960 - 69 374 273 64770 - 79 124 122 246

    80 y ms 27 18 45

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 14 252 2346 16.598MUJERES 9988 772 10.760

    TOTAL 24.240 3118 27.358

    Total de argentinos: 19 580Total de extranjeros: 7778, nacidos en pas limtrofe: 6792, nacidos en otro pas no limtrofe: 982

    -------------------------------Departamento UshuaiaSuperficie: 9082 km2Poblacin total: 11.443 habitantesDensidad: 1,3 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexo

    URBANA RURAL TOTALVARONES 6634 302 6936MUJERES 4399 108 4507

    TOTAL 11.033 410 11.443

    Total de argentinos: 8831Total de extranjeros: 2612, nacidos en pas limtrofe: 2191, nacidos en otro pas no limtrofe: 421

    ------------------------------------------Departamento Ro GrandeSuperficie: 12.181 km2Poblacin total: 15.915 habitantesDensidad: 1,3 h/km2

    Poblacin urbana y rural discriminada por sexoURBANA RURAL TOTAL

    VARONES 8120 1542 9662MUJERES 5777 476 6253

    TOTAL 13.897 2018 15.915

    Total de argentinos: 10 749Total de extranjeros: 5166, nacidos en pas limtrofe: 4605, nacidos en pas no limtrofe: 561

    18Ver Censo 1980, pg. XVI.

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    Mapa 3 Mapa 4

    Mapa 5

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    1) Corte temporal - 1914a) Poblacin:La poblacin total alcanz en este ao a 2504 habitantes (se incluyen los 25habitantes de la subprefectura de Isla de los Estados, considerado comodepartamento en el censo). Estos 2504 habitantes prcticamente sextuplican los 422

    que se censaron en 1895, pero como afirma Imaz, es indudable que en este censo nose incluyen a los indgenas que este autor estima en un nmero no inferior a 500(1972: 18)19. De todas formas el crecimiento es importante aun cuando los valoresabsolutos son pequeos. Este lapso justamente corresponde a un perodo deconsolidacin de la estructura productiva. Para el comienzo de la Primera GuerraMundial Tierra del Fuego ya tiene una infraestructura slida, con su capacidad deproduccin y exportacin lanera en pleno desarrollo, la ocupacin del territorio seproduce de acuerdo con la expansin de la frontera ovina y para ese entonces loscampos libres de bosques se explotaban en su totalidad (ver mapa 3). Ms an,algunos establecimientos comienzan a surgir en el rea de transicin (bosque-pradera)y con 'la gran demanda' de la Primera Guerra se inicia la formacin de las llamadas'estancias chicas'. Tambin el litoral sirvi de base para la ocupacin y por lo tantoreas que podrn considerarse marginales desde el punto de vista ganaderil eranigualmente explotadas. Nuevamente es necesario diferenciar claramente el reacordillerana y las adyacencias a la costa Sur de la Isla con el Centro y Norte delterritorio. Mientras que esta ltima mostr una aptitud natural para la explotacinganadera y sirvi de asiento a las grandes estancias fueguinas, el Sur, desde el lmiteinternacional hasta la Isla de los Estados, se desarrollaba alrededor de Ushuaia, suPenal y su administracin, aun cuando pueden considerarse excepciones como es el

    caso de la estancia Harberton. Seala Belza al respecto y comparando con el Norte dela Isla: El monocultivo fue usufructo de la burocracia. Las grandes estancias son aquoficinas pblicas y sobre todo la Crcel de Reincidentes. El 90% de la poblacin deUshuaia estaba compuesta de empleados nacionales y el comercio rondaba alrededorde estas fuentes (T. III, 1977: 20).A pesar de las diferencias zonales descriptas los desequilibrios demogrficos songeneralizados en todo el territorio. La poblacin masculina superaba el 85% y ms del65% de estos correspondan a edades entre 20 y 39 aos (ver grfico N. 1). El gruesode la inmigracin masculina para esos aos se apoyaba en los mineros, los peonesrurales y el personal administrativo juntamente con los penados. Los extranjeros

    representaban a ms del 60% de la poblacin total, las nacionalidades predominantesestaban dadas por los espaoles, chilenos, italianos, ingleses y austrohngaros(yugoeslavos). Los totales para el territorio indicaran una equilibrada distribucin entrepoblacin urbana y rural, pero la realidad era otra y por ello recurri a la divisindepartamental debido a que hasta entonces el nico ncleo urbano era Ushuaia. RoGrande a pesar de ser cabecera del Departamento San Sebastin desde 1904 yagrupar para 1914 a 150 habitantes (Belza III, 1977: 249) no es considerado comolocalidad urbana, inclusive cuando en 1921 se decreta la fundacin de Ro Grande sele da el carcter de Colonia Agrcola. Como en el caso de San Sebastin, elDepartamento Baha Thetis careca de ncleo urbano.

    19Belza indica 150 habitantes autctonos que no son considerados en los totales generales (III, 1977: 28).

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    En las diferencias entre los totales de los departamentos se destaca la poblacin deUshuaia que con 1558 habitantes (urbanos y rurales) supera a la del conjunto de losotros departamentos. Esta diferencia a favor de Ushuaia se explica por la presenciade la crcel, que, sobre 1300 habitantes de la localidad, en 1920 el nmero entrepresos y carceleros alcanzaba a 900 (Belza III, 1977: 21)20.

    El porcentaje de extranjeros revela tambin para los departamentos diferenciassugestivas. As San Sebastin, carente de un ncleo urbano propiamente dicho, conms de 4500 km2y una economa mono-productora ganadera, tena casi un 90% desu poblacin extranjera. Se destacaban los chilenos (39%), que ya entoncesconstituan la peonada rural por excelencia y los ingleses (23%), quienes en generalocuparon los cargos de mayor jerarqua en los establecimientos ganaderos. Es dehacer notar que entre los grandes propietarios no solamente se encontraban ingleses,sino que tambin espaoles, rusos, alemanes, etc., pero en todos los casos seprefera a los administradores, encargados y hasta ovejeros de origen britnico dadasu experiencia en la cra de lanares.Distinta es la proporcin por nacionalidades en el Departamento Ushuaia; losargentinos superaban el 40% de la poblacin y entre los extranjeros sobresalen losespaoles (30%), muchos de ellos guardia crceles y empleados administrativos. En elDepartamento Baha Thetis la distribucin era ms homognea; en este departamentoalternaba entonces la actividad pastoril y forestal pero, en ambos casos de muyescaso relieve. La actividad minera (oro, lignito) tambin tuvo algn desarrollo (BelzaIII, 1977: 178/179), principalmente en Baha Sloggett, pero ya para la segunda dcadade este siglo careca de significacin (ver mapas 3 y 4).

    b) Funcin de los ncleos urbanos:Como se afirm con anterioridad, para 1914 el nico ncleo de carcter urbano loconstitua Ushuaia. Esta cumpla una diversidad de funciones que, a pesar de suescaso nmero de habitantes, permite considerarla como ncleo urbano. Por sercapital del Territorio sirvi de sede a una administracin burocrtica considerable.Otra funcin destacada se relacionaba con la seguridad nacional, actuando como basepara una subprefectura de amplia proyeccin espacial. La presencia de la Crcel deReincidentes signific otra caracterstica sobresaliente para la localidad y sutrascendencia tambin super los lmites territoriales para abarcar los de la Nacintoda.

    Su posicin en el extremo austral continental le permiti mantener tambin una funcinportuaria de relativa importancia. Es interesante considerar la prdida de su funcinoriginal, no como ncleo urbano sino tan solo del primer agrupamiento poblacionalestable sobre las costas del Canal de Beagle; sta era la funcin misional queperdurara por algunos aos luego de creada la subprefectura en 1884.Respetando el concepto de funcin urbana dado por J. Beajeau-Garnier y C. Chabot yque considera como el conjunto de actividades dirigidas al exterior (1975: 120) (serefiere a aquellas reas que fuera de la ciudad reciben su influencia), resulta evidenteque el conjunto de funciones del poblado tienen un carcter principalmente

    20La poblacin carcelaria variaba en magnitud segn las circunstancias. As por ejemplo. Belza reproduce parte de un

    informe elevado al Ministerio de Marina en 1922 en el que seala que por indultos, de 700 presos quedaban para lafecha unos 250 (1983: 10-11).

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    geopoltico-estratgico dada su proyeccin espacial. De todas formas por lascaractersticas propias de un rea despoblada, y de fisiografa compleja, la proyeccinde Ushuaia hacia su hinterland terico era casi nula. La funcin de capital del Territoriole fue cuestionada casi desde un principio, fundamentalmente por el aislamiento fsicoque le impusieron la cordillera y el bosque fueguino. Por ejemplo H. Lenzi reproduce

    una apreciacin hecha por un coronel en 1921 y que dice as: Es de buen criterioconsiderar la situacin intermedia de Ro Grande con su puerto sobre el Atlntico en ladesembocadura de un ro navegable, punto de convergencia de todos los caminos quevienen del Norte, del Sur o del Oeste y ligada a los grandes establecimientos porlneas telefnicas, es el llamado a ser Capital del Territorio y no Ushuaia, situadaexcntricamente, al extremo Sur de la Isla sin ms perspectivas que la belleza de supanorama, pero inconveniente bajo el punto de vista de aquellos factores que son losque deben predominar en definitiva. Ushuaia quedara, en todo caso, como estacincarbonera (1967: 332).A pesar de las presiones, el carcter geopoltico resisti alespectro econmico desfavorable que para la poca presentaba Ushuaia, an cuandoel progreso de Ro Grande se apoyara en bases productivas.

    c) reas y tipos de produccin:Como lo indica el subttulo, el objetivo de este punto es exclusivamente establecer concierta aproximacin la localizacin de las principales actividades econmicas.- Explotacin ganadera:

    La explotacin ovina haba alcanzado el pico de produccin antes de 1914, en 1905 elnmero de cabezas era de 1.342.351 (Direccin de Estadsticas y Censos delTerritorio Nacional de Tierra del Fuego, Antrtida e Islas del Atlntico Sur, T. II: 203) y

    demuestra fehacientemente la importancia de esa actividad. A ttulo de comparacinbaste sealar que la misma fuente indica en 1895 la existencia de solamente 7615lanares.El Norte de la Isla presentaba (y an presenta) una serie de condiciones sumamentefavorables para el desarrollo pecuario; por sus cualidades fsicas se destacan: lacalidad de las pasturas, la falta total de bosques y una topografa sin mayores trabaspara el libre desplazamiento, tanto de hombres como de animales21. Desde el punto devista geoeconmico el rea fue favorecida por lo que Imaz denomina libertad defrontera (1972: 137) y que permiti la afluencia de capitales desde Punta Arenas22.

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    Con respecto a las pasturas basta considerar lo que L. Decius dice en un informe: Los pastos de esos camposcrecen tan altos que se puede cortarlo con mquina para la provisin de forrajes para el invierno (Recursos Naturalesde la Tierra del Fuego, 1914: 48).22Para 1902 en el Sur del territorio se calculaba la existencia de 12.000 cabezas (Belza, J.; T. II, 1975: 269).

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    Foto 6: Desde principio del Siglo XX la ganadera se consolid estructuralmente en la estepafueguina, Estancia San Julio (del autor, 1982).

    Hacia el Sur se puede establecer una franja lmite de la explotacin coincidente con eldesarrollo de los bosques de ire que alternan con frtiles valles de pastizales deorientacin SWNE. De acuerdo con los datos analizados por H. Lenzi (1967: 273) sepuede estimar que la superficie en explotacin superaba ampliamente las 500.000 hay que salvo en el caso de las explotaciones puntuales en reas boscosas de Norte aSur, la ocupacin era total hasta aproximadamente el paralelo 54 Sur.23Evidentemente hay correlacin entre el rea de produccin ganadera y la evolucin dela tenencia de la tierra, a partir de cuyo anlisis se establecieron los lmites de aquella(ver mapa 3).Cabe agregar que la colonizacin ganadera en el Norte de la Isla Grande se

    desarrollaba con igual intensidad a principios de siglo en ambos lados de la fronterainternacional (Cf.: H. Lenzi; 1967: 288 y 266; J. Imaz, 1972: 137); las condicionesfisiogrficas eran prcticamente las mismas y las polticas de tierras, aunque nosimultneas, tuvieron similar repercusin en la misma dcada del siglo.

    - Explotacin forestal:En las distintas descripciones o proyectos de poca se remarca a la actividad forestalcomo potencialmente fundamental. Mientras el Norte de la Isla ofreca sus pasturas ala ganadera, el Sur brindaba sus bosques para desarrollar una industria local ybeneficiar especialmente a los desprovistos puertos patagnicos. La dispersin y

    densidad del bosque fueguino adems de su homogeneidad suponan una explotacinrelativamente simple y de resultados positivos. Pero paradjicamente, estos slo hansido transcendentes en el mbito fueguino, donde la madera se utiliz especialmentepara viviendas, postes, rollizos para planchados, carpintera en general o simplementecomo combustible (Lenzi, H., 1967: 367). An cuando existieron envos relativamenteimportantes a Buenos Aires y puertos patagnicos (Lenzi, H., 1967: 369), estos eranmuy irregulares y la industria maderera no tuvo el despegue esperado. Belzareproduce la Memoria Anual de 1909 del gobernador M. Fernndez Valdez en la queexplica los motivos de esta situacin al referirse a la comercializacin con BuenosAires y dice as: La desproporcin entre la exigua cantidad de madera exportada y la

    23En la memoria del gobernador Ripoll (1918) afirma que haba 25 establecimientos ganaderos con 789.000 ovinos y1.630.000 ha ocupadas por hacienda.

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    enorme poblacin forestal es motivada por los costos y escasos transportes y a lacircunstancia, pues en la Patagonia la falta de Aduanas permite la libre introduccin dela madera chilena con la que no se puede competir porque all la industria es msantigua, los jornales ms reducidos, mayores los capitales, ms cortas las distancias ymuy superiores las comunicaciones y transportes. Esto mismo he manifestado en

    otros documentos sealando la conveniencia de fijar un impuesto a la madera chilenaen la Patagonia (Belza, J., 1977: 62 T. III).Por otra parte, la tala sistemtica que se opera desde Ushuaia hacia sus alrededoresfue realizada por los mismos penados del Presidio y la madera se utiliz, lgicamente,tanto para calefaccin como para el propio aserradero (Belza, J., 1977: 97). Ademspara las autoridades carcelarias la eliminacin del bosque adyacente signific unaventaja para su sistema de seguridad pues all las facilidades de escape fueronmenores.Las estancias, en general, utilizaban la madera como combustible si bien variasposean aserradero propio. Tambin Belza extrae de la memoria de Gobierno de 1918la lista de aserraderos que para entonces funcionaban y aquellos que dejaron dehacerlo (1977: 124, T. III); entre los primeros, sobre un total de cinco, cuatrocorresponden a estancias ganaderas, mientras que circunstancialmente los tresaserraderos sin actividad se localizan sobre la costa del Canal de Beagle, rea deexplotacin forestal por excelencia.La actividad ganadera, en su expansin, implic la prctica de incendios y capadasforestales (descortezado) a fin de ganar superficie de pastoreo (ver Balmaceda, R.,1976: 252). El especialista J. Miln Dimitri refirindose al tema dice: Los incendiosson considerados como el peor flagelo que aflige a los bosques andino-patagnico.

    Ellos han sido provocados por el hombre a partir del momento en que colonizaronesas tierras con destino a la ganadera (1972: 20).En el mapa no pudieron establecerse las reas de corte, si bien se pueden estimar porla localizacin de los aserraderos que funcionaron intermitentemente entre 1900 y1914. (Fuentes: Memorias del Gobierno del perodo correspondiente; J. Belza, T. III,1977: 53, 106 y 124; J. C. Garca Basalo, 1981: 141).

    - Caza y pesca:Los antecedentes de la caza y la pesca en el Mar Argentino Austral remontan al sigloXVIII y an cuando en la Isla Grande de Tierra del Fuego no se establecieron bases o

    factoras en los aos anteriores al corte temporal, sin duda sus costas han servido deapoyo en muchas oportunidades. (Cf.: Canclini, A.: 1981: 30). El archipilago fueguino(Arg.) tuvo en la Isla de los Estados su fbrica o establecimiento para la extraccinde aceite de pingino instalado por Luis Piedrabuena en 1873. De todas formas, lacaza indiscriminada por cierto de ballenas, lobos marinos y pinginos en el mar australy sobre los archipilagos y costas patagnicas tuvo sus bases en las Malvinas(Canclini, A., 1981: 30), en la costa de Santa Cruz, en Las Georgias y en PuntaArenas.Sobre esta actividad los antecedentes son en general imprecisos o novelescos y esparticularmente difcil establecer con asidero la magnitud de la explotacin (Cf.:

    Martinic B., M., 1973: 48). Aunque es destacable la falta de control, el amplio radio deaccin y la diversidad de banderas (particularmente norteamericanas e inglesas) que

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    se ocuparon de estas tareas durante los siglos XVIII y XIX. En los aos de este cortetemporal la actividad prcticamente desapareci por muchos aos del mbito fueguinoproyectndose sin embargo en los archipilagos del extremo Sur del Ocano Atlntico(Lenzi, 1967: 253) y G. R. Prosser, 1979: 106).Distintas compaas sin embargo, explotaron loberas en el litoral fueguino aunque su

    desarrollo al igual que el de los aserraderos no tuvo regularidad y dicho sea de paso,tampoco racionalidad, agotando el recurso sin contemplaciones y como seala T.Carrara, la intensidad de la caza dependa de las oscilaciones de un mercado inseguro(1952: 142). An cuando la competencia de los aceites minerales provocara unretroceso importante en la caza de ballenas y particularmente de lobos marinos(Burckardt, G., 1942: Fas. 132, 26) debe tambin considerarse a la explotacindesmedida y sin planificacin que provoc una disminucin drstica de esta faunaaustral, aunque segn afirma P. H. Bruno Videla, en el litoral fueguino este proceso fuesignificativo recin a fines de la dcada del cuarenta (1980: 6).

    Foto 7: apostadero de lobos en Punta Donata, apenas 'restos' contemporneos de una cacerairracional(del autor, 1983).

    La actividad vinculada a la caza de animales marinos tampoco provoc una accinpobladora importante y estable. La presencia de loberos signific una primera oleada

    continua de poblacin blanca que frecuentaron el rea, si bien no con finescolonizadores sino de explotacin extractiva temporal. Esto no es as en todos loscasos y merece destacarse a Luis Piedrabuena, quien desde la Isla de los Estados yprincipalmente en la Isla Pavn (Santa Cruz) foment la proyeccin del espacionacional en el Atlntico Sur.

    - Minera:Juan H. Lenzi nos introduce directamente a la actividad minera en Tierra del Fuegocuando dice: mientras se alejaban hacia el austro las especies ms requeridas de esafauna impresionante, surgi otro elemento de atraccin en las costas fueguinas; el oro(1967: 254). Basta con conocer el alcance de la obra de Julio Popper y sutrascendencia en todo el mbito fueguino para darse cuenta de la importancia que tuvo

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    esta actividad. Puede considerarse como uno de los pilares en que se apoy laexplotacin y ocupacin del archipilago todo. An cuando la presencia de lavaderosfue relativamente efmera, significaron una exploracin acabada de todo el litoraladems de promover indirectamente la preocupacin del Gobierno Central por la zona.Al tiempo del corte temporal, la efervescencia por los minerales, principalmente el oro,

    haba decado casi totalmente. En la Memoria del gobernador Fernndez Valdez para1909 se extrae: Los principales minerales que se encuentran en la Isla son: oro, plata,cobre, plomo, hierro, lignito y turba () Las arenas aurferas de Sloggett han sidohasta hace poco tiempo objeto de una lucrativa explotacin por aventureros queaisladamente o asociados extraan el oro por los procedimientos ms primitivos.Posteriormente una importante sociedad obtuvo las concesiones de Sloggett eintrodujo dragas y mquinas aluviales para la explotacin, pero los rendimientos nocorrespondieron a las esperanzas y puede considerarse fracasada esa sociedad(1910: 5). Las reas sealadas en el mapa indican, segn las distintas fuentes, las quefueran explotadas desde los primeros tiempos de la actividad minera en la dcada del80 del siglo pasado y que para 1914 prcticamente estaban en desuso.A pesar de la importancia relativa que tuvo la explotacin aurfera en nuestro territoriotampoco fue una actividad directamente pobladora; contribuy s, en el desarrolloeconmico, pero no tuvo el tiempo suficiente como para estabilizar poblacionesquedando los lavaderos y otras explotaciones (lignito, cobre, etc.) por dcadas, comotestigos muertos de la minera fueguina. Punta Arenas, fue quizs, el nico centro endonde la minera fueguina influy decisivamente en el crecimiento urbano (Cf.:Martinic, B, M., 1973: 68). Ushuaia si bien era frecuentada por los mineros del Sur dela Isla (Slogett, Picton, etc.) nunca alcanz a concentrar la actividad en su puerto; la

    posicin sobre el Estrecho de Magallanes fue un privilegio geogrfico fundamental.

    - Industrias:Lgicamente para 1914 las nicas industrias que podran desarrollarse en una zonatan apartada del mercado nacional y mundial, seran aquellas ligadas a la explotacinde algn recurso exclusivo o suficientemente abundante como para compensar elfactor distancia. Como ya se seal, el desarrollo ganadero tuvo su apogeo en lasprimeras dcadas del siglo XX y de algn modo la culminacin de ese crecimiento sematerializ con la construccin del frigorfico en 1916/17. An cuando este ao nocorresponde al corte temporal analizado resulta evidente que la industria frigorfica

    fueguina se gest durante el mismo. Como antecedente se destaca la instalacin deun saladero y grasera en la estancia Primera Argentina en 1903 (Prosser G.N., 1979:106).El aprovechamiento forestal implic, en mayor medida, el preparado de la madera parasu industrializacin en el Norte del pas o una industrializacin bsica para el consumolocal.En Ushuaia, por otra parte, ya en 1980 surge una envasadora de mejillones y cholgas(Prosser G.N., 1979: 104) que juntamente con los aserraderos de la zonaconstituyeron las nicas industrias del Sur fueguino.

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    d) Circulacin:El problema de las comunicaciones ha sido y an lo es, una constante para Tierra delFuego y varios son los factores que influyen para que esto ocurra. En primer lugar sedestaca la distancia respecto de los grandes centros poblados, slo salvable, pordecenios, a travs de la va martima y a costa de una navegacin dificultosa, con

    riesgos y sin demasiados incentivos econmicos como para el funcionamiento regularde las lneas de navegacin.

    - Comunicacin martima:Fueron los propios hacendados, dueos de las grandes estancias, quienesmonopolizaron la actividad naviera con centro en Punta Arenas. Los transportesnavales argentinos operaron circunstancialmente y con una diversidad tal de funcionesque signific el motivo constante de queja, y hasta splica de la Gobernacin, laimplementacin de un servicio regular, tanto para pasajeros como para carga. Ushuaiatuvo en el puerto su nica vinculacin al resto del pas y su posicin excntrica lesignific un aislamiento que slo fue vencido por las necesidades burocrticas que leimpona su funcin de Capital y por contar con el Presidio. La produccin lanera, encambio, se comercializaba desde Ro Grande y solamente la madera sirvi dejustificativo econmico para que operara Ushuaia.

    - Red vial:Recin a fines de la dcada del 50 se pudo establecer con cierto grado de factibilidaduna comunicacin caminera fluida entre el Norte ganadero y la Capital del Territorio;se comprende entonces el desprendimiento zonal de Tierra del Fuego. As, adems

    de su carcter insular, en su propio interior las dos reas pobladas no tenancomunicacin terrestre entre s. En el Sur hasta la apertura de la Ruta Nacional N. 3solamente existieron las picadas abiertas entre bosques y turbales y queprcticamente eran utilizadas como excepcin. El interior (zona Sur) estabadespoblado, los puertos naturales sobre la costa fueguina fueron los nicosasentamientos (Sloggett, Harberton, etc.), en donde las comunicaciones fueronestrictamente martimas.Al Norte del lago Fagnano el panorama era otro, la explotacin ovina signific unaocupacin homognea que ya superaba el paralelo de 54 S; la topografa junto conlas reas libres de bosques ofreci ventajas para establecer una red vial interna

    importante que se constituy ms adelante en la impronta lgica de la red definitiva dela Isla. De la Memoria del Gobernador de 1915, J. Belza extrae: Los caminosexistentes en el Norte del Territorio y que ligan entre s los establecimientosganaderos, desde Cabo Espritu Santo a Cala (sic) Policarpo han sido construidosexclusivamente por los mismos hacendados quienes los mantienen en condicionessatisfactorias por su propio inters quizs aqu ms que en ninguna parte ligado con elinters general por las circunstancias de que los productos de toda esa regin notienen por ahora otras salidas que los puertos de Ro Grande y de San Sebastin(1977: 97).Tambin el lmite internacional era atravesado por caminos que vinculaban a las

    estancias de uno y otro lado. Porvenir (Chile), de algn modo polariz la red caminerahasta que el desarrollo posterior de Ro Grande determin una malla concntrica en

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    esta localidad con un eje troncal entre ambas poblaciones; cada una entoncesmantuvo relativamente su hinterland segn la divisin poltica.No debe dejarse de tomar en cuenta que Ushuaia al igual que San Juan deSalvamento en la Isla de los Estados surgi como base de subprefectura y su funcin'territorial' no implicaba necesariamente un desarrollo econmico prioritario. A pesar de

    las consideraciones y presiones en contra de la capitalizacin de Ushuaia, resultmeritorio que no se modificara en este aspecto y que el poblado constituyera por esosaos una posicin de avanzada en un rea de frontera casi desrtica yeconmicamente marginal.Distinto era el caso del Norte de la Isla que para ese entonces y a pesar de no contarcon poblacin urbana propiamente dicha, presentaba un cuadro productivo ptimo,comercializando sus productos a travs de Ro Grande, San Sebastin y Punta Arenas(Cf.: Lenzi, H., 1967: 304-306).

    2) Corte temporal

    1947a) Poblacin.Los aos que corren desde 1914 hasta 1947 se corresponden aproximadamente conel perodo en que la estructura productiva y administrativa gestada desde fines delsiglo XIX se mantiene casi sin modificaciones. Esta 'tranquilidad' significprogresivamente el fin de las inversiones de capital, hecho que tuvo una trascendenciageopoltica de fundamental importancia y que ya se analizara al considerar el rol dePunta Arenas en la o