PROFETAS MENORES

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El profeta Oseas Arend Remmers 14 capítulos 1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro 2. El propósito del libro 3. Peculiaridades 4. Resumen del contenido 1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro Oseas (nombre que significa «salvar», «salvación») es el primero de los llamados Profetas Menores. En la Biblia Hebrea, los escritos de estos doce profetas están compilados en un único libro llamado «Los Doce». Excepto el nombre de su padre (Beeri, Oseas 1:1), no conocemos otros detalles de los antecesores de este profeta. Los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y de Jeroboam II, rey de Israel, pueden ubicarse aproximadamente entre los años 793 y 697 a.C., es decir, abarcan casi cien años (Oseas 1:1). Las especulaciones científicas referidas al tiempo en que Oseas ejerció su ministerio ¡varían entre veinticinco y setenta años! Oseas desarrollaba sus actividades en el reino norteño de las diez tribus, pero, en parte, sus mensajes involucraban también al reino sureño de Judá. Podemos suponer que el servicio de Oseas finalizó cuando el reino del norte fue exterminado, en 722/721 a.C. (evento que él mismo había anunciado); por lo tanto, dicho servicio tuvo que haber durado entre 30 y 50 años. Si esto fue así, quiere decir que Oseas era contemporáneo de Isaías, Miqueas y Amós. Oseas obedece el mandato de Jehová de contraer matrimonio con una prostituta llamada Gomer, hija de Diblaim. Gomer concibió dos hijos, Jezreel y Lo-ammi, y una hija, Lo- ruhama (ver párrafo 3, Peculiaridades). No podemos agregar nada más en cuanto a la vida y el fallecimiento de Oseas. 2. Propósito del libro El marco histórico dentro del cual Oseas desarrolló su servicio está descrito en 2.º Reyes 14:23 - 20:21. Bajo el reinado de Jeroboam II se había producido un leve mejoramiento (externo) del reino de Israel, pero la apostasía y la irresistible idolatría conducían al pueblo hacia un juicio seguro. Además de esto, los reyes de Asiria continuaban atacando constantemente a Israel. Por medio de las amargas experiencias que tuvo que vivir con su infiel esposa Gomer, Oseas tuvo que sufrir simbólicamente (según la voluntad de Jehová) lo mismo que el pueblo de Israel le había hecho a Dios mediante su idolatría (Oseas 1-3). La apostasía de Israel era como una prostitución espiritual (idolatría). Los nombres de los hijos del profeta expresan el alcance de los juicios de Dios: Jezreel, por la casa del rey Jehú; Lo-ruhama («no compadecida») y Lo-ammi («no mi pueblo») debido al rechazo del pueblo hacia Dios. A pesar de esto, hacia el final de los capítulos 1, 2 y 3, se anuncia la misericordia de Jehová hacia su dividido pueblo. El mensaje de Oseas puede resumirse con las siguientes palabras: Jehová ama a su pueblo a pesar de la apostasía.

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El profeta OseasArend Remmers14 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroOseas (nombre que significa «salvar», «salvación») es el primero de los llamados Profetas Menores. En la Biblia Hebrea, los escritos de estos doce profetas están compilados en un único libro llamado «Los Doce».

Excepto el nombre de su padre (Beeri, Oseas 1:1), no conocemos otros detalles de los antecesores de este profeta. Los reinados de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá, y de Jeroboam II, rey de Israel, pueden ubicarse aproximadamente entre los años 793 y 697 a.C., es decir, abarcan casi cien años (Oseas 1:1). Las especulaciones científicas referidas al tiempo en que Oseas ejerció su ministerio ¡varían entre veinticinco y setenta años! Oseas desarrollaba sus actividades en el reino norteño de las diez tribus, pero, en parte, sus mensajes involucraban también al reino sureño de Judá. Podemos suponer que el servicio de Oseas finalizó cuando el reino del norte fue exterminado, en 722/721 a.C. (evento que él mismo había anunciado); por lo tanto, dicho servicio tuvo que haber durado entre 30 y 50 años. Si esto fue así, quiere decir que Oseas era contemporáneo de Isaías, Miqueas y Amós.

Oseas obedece el mandato de Jehová de contraer matrimonio con una prostituta llamada Gomer, hija de Diblaim. Gomer concibió dos hijos, Jezreel y Lo-ammi, y una hija, Lo-ruhama (ver párrafo 3, Peculiaridades). No podemos agregar nada más en cuanto a la vida y el fallecimiento de Oseas.

2. Propósito del libroEl marco histórico dentro del cual Oseas desarrolló su servicio está descrito en 2.º Reyes 14:23 - 20:21. Bajo el reinado de Jeroboam II se había producido un leve mejoramiento (externo) del reino de Israel, pero la apostasía y la irresistible idolatría conducían al pueblo hacia un juicio seguro. Además de esto, los reyes de Asiria continuaban atacando constantemente a Israel.

Por medio de las amargas experiencias que tuvo que vivir con su infiel esposa Gomer, Oseas tuvo que sufrir simbólicamente (según la voluntad de Jehová) lo mismo que el pueblo de Israel le había hecho a Dios mediante su idolatría (Oseas 1-3). La apostasía de Israel era como una prostitución espiritual (idolatría). Los nombres de los hijos del profeta expresan el alcance de los juicios de Dios: Jezreel, por la casa del rey Jehú; Lo-ruhama («no compadecida») y Lo-ammi («no mi pueblo») debido al rechazo del pueblo hacia Dios. A pesar de esto, hacia el final de los capítulos 1, 2 y 3, se anuncia la misericordia de Jehová hacia su dividido pueblo. El mensaje de Oseas puede resumirse con las siguientes palabras: Jehová ama a su pueblo a pesar de la apostasía.

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La segunda parte del libro presenta a Oseas lamentándose extensamente. Por medio de esta actitud, el profeta expresa los profundos ayes que merece la condición espiritual de Israel. Al mismo tiempo, Oseas muestra los caminos futuros de Dios para con su pueblo. El capítulo 14 cierra con una apelación al verdadero arrepentimiento. Esto, sin embargo, sólo podrá alcanzar su cumplimiento hacia el fin de los tiempos.

3. Peculiaridadesa) El casamiento de Oseas con una prostituta.Muchos expositores de la Palabra, en épocas pasadas y actuales, han tenido serias dificultades para considerar que un Dios santo pudiera ordenar a uno de sus siervos que contrajera matrimonio con una mujer que vivía en el pecado. De hecho, muchos judíos consideran que este relato no se refiere a hechos reales, sino a una representación simbólica de tales hechos. Algunos estudiosos modernos han adherido a este pensamiento. Otros, en cambio, desean ver en la revelación de Jehová a Oseas la actitud de Israel hacia su Dios mostrada a manera de parábola. Pero no necesariamente debemos interpretar el texto de esta manera. Cabe la posibilidad, por ejemplo, de que la expresión «mujer fornicaria» (cap. 1:2) estuviera indicando, de manera anticipada, lo que Gomer haría luego de su casamiento. Pero también, por otro lado, dicha expresión podría indicar también que Gomer ya llevaba una vida inmoral antes de casarse, lo que sería perfectamente comprensible debido a la tan baja situación espiritual en la que se encontraba el pueblo. En el Antiguo Testamento hallamos otro ejemplo de la relación entre un israelita y una prostituta: “Salmón engendró de Rahab (la ramera) a Booz...” (Mateo 1:5).

b) Citas de Oseas en el Nuevo TestamentoEl Señor Jesús cita a Oseas tres veces en los Evangelios:

Mateo 9:13 y 12:7: Oseas 6:6

Lucas 23:30 y Oseas 10:8

El apóstol Pablo se refiere a Oseas dos veces:

Romanos 9: 25-26: Oseas 2:23; 1:10

1.ª Corintios 15:55: Oseas 13:14

El apóstol Pedro menciona a Oseas una vez:

1.ª Pedro 2: 9-10: Oseas 2:23

Además, el evangelista Mateo, en el capítulo 2:15 de su libro, relaciona lo expresado en Oseas 11:1 con la persona del Señor.

4. Resumen del contenidoI. Oseas 1-3: Rechazo y futuro establecimiento de Israel, la esposa infiel.Capítulo 1: El pecado de Israel y la promesa de restauración.

Capítulo 2: El castigo por la infidelidad y una nueva relación.

Capítulo 3: El pasado, presente y futuro de Israel.

II. Oseas 4-14: Mensajes de juicio y de misericordia.Capítulo 4: La ira de Jehová para con Israel.

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Capítulo 5: Culpabilidad y juicio.

Capítulo 6: Lamentación de Jehová sobre Efraín.

Capítulo 7: El pecado de Israel.

Capítulo 8-9: El castigo por la apostasía de Israel.

Capítulo 10: Culpa y castigo.

Capítulo 11: La misericordia de Dios.

Capítulo 12: La condición de Israel.

Capítulo 13: La malicia de Israel.

Capítulo 14: El retorno y salvación de Israel.

Arend RemmersTraducido del inglés por Ezequiel Marangone

El profeta JoelArend Remmers3 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroEl primer versículo indica que Joel (= Jehová es Dios), hijo de Petuel, es el autor de este breve libro. Además de esta breve mención, no conocemos otros detalles acerca de Joel y de las circunstancias de su vida. Se ha conjeturado mucho para tratar de precisar en qué época vivió Joel. Algunos estudiosos afirman que el libro fue escrito aproximadamente en el siglo IV a.C., o quizá antes. Otros expositores piensan que Joel vivió durante el siglo IX a.C., probablemente en el tiempo de Joás, rey de Judá.

Una enorme plaga de langostas y una terrible sequía fueron los eventos que dieron la ocasión para que este libro fuera escrito. Sin embargo, tales incidentes son tan frecuentes en el oriente que nadie puede partir de ellos para determinar el marco histórico en que sucedieron. Las Sagradas Escrituras guardan silencio en cuanto al tiempo en que fue escrito este libro, por lo tanto, nosotros debemos respetar dicha omisión.

2. El propósito del libroLa profecía de Joel marca un amplio círculo que abarca desde las calamidades de su época hasta el tiempo futuro en que el pueblo de Dios será oprimido y, luego, restaurado y bendecido en el día de Cristo. De manera que Joel bien puede ser llamado el profeta del día de Jehová. Este día está nombrado cinco veces en el libro de Joel (ver punto 3, Peculiaridades).

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La gran plaga de langostas y la sequía eran castigos de Jehová. Moisés y Salomón ya habían profetizado acerca de estos juicios (Deuteronomio 28: 38-39 y 1.º Reyes 8:37). Sin embargo, el pueblo no reconocía que dichos castigos provenían de la mano de Jehová. Por esto, en el capítulo 1, el profeta se dirige a los ancianos y a los sacerdotes exhortándoles a que se lamenten y a que se arrepientan.

El capítulo 2 muestra una visión ampliada. Ya no sólo vemos langostas, sino también un ejército de enemigos que invaden la tierra desde el norte y la destruyen. La trompeta suena en Sion como una alarma y el pueblo se arrepiente. El día de Jehová viene, y Él mismo salva a su pueblo del ataque del ejército del norte. La tierra no sólo es bendecida con la lluvia temprana y con la tardía, sino también con el Espíritu Santo que es derramado sobre toda carne. Aun cuando Pedro, en Hechos 2: 16-21, haya proclamado las palabras de Joel casi textualmente, el cumplimiento de esta profecía es aún un hecho futuro.

El último capítulo describe el juicio de las naciones, hecho que sucederá en el valle de Josafat, en el día de Jehová. Este capítulo nos enseña también acerca de la plenitud de la bendición del Milenio.

3. PeculiaridadesEl día de JehováEl día de Jehová se encuentra mencionado en el libro de Joel cinco veces: 1:15; 2:1,11,31; 3:14. En el Antiguo Testamento, es el día del ardor y la ira de Jehová (Isaías 13:9; Sofonías 2: 2 y 3), día en el que Él combate contra sus enemigos (Ezequiel 13:5). Algunas veces, este día es mencionado como muy cercano (Isaías 13:6; Ezequiel 30:3; Abdías 15; Sofonías 1: 7 y 14). Pero, antes de que este día llegue, Elías, el profeta, será enviado (Malaquías 4:5; Lucas 1:17; Marcos 9: 11-13).

En el Nuevo Testamento, el día de Jehová es llamado el día del Señor (1.ª Tesalonicenses 5:2; 2.ª Tesalonicenses 2:2; 2.ª Pedro 3:10). El día del Señor indica el punto de partida del período que comenzará con la aparición gloriosa de Cristo junto a sus santos. Él vendrá entonces para juzgar las naciones y para establecer Su glorioso reino de paz (Mateo 25:31-46; Apocalipsis 19:11-21). La segunda carta a los Tesalonicenses, capítulo 2:2, nos enseña que el día del Señor estará precedido por una apostasía total de la Cristiandad y por la manifestación del Anticristo, el hombre de pecado. El día del Señor, con todos sus juicios, vendrá como ladrón en la noche (1.ª Tesalonicenses 5: 2,4; 2.ª Pedro 3:10).

Este es el motivo por el cual no debemos confundir el día del Señor con la venida del Señor a buscar a sus santos, lo cual sucederá al final del actual período de gracia (Juan 14:3; 1.ª Corintios 15:51-58; 1.ª Tesalonicenses 4:15-18). Este último es el evento que los creyentes del día de la gracia esperan (1.ª Tesalonicenses 1:10; Apocalipsis 3:11; 22:7, 12, 20).

4. Resumen del contenido• Joel 1: Marco histórico: Langostas y sequía.

• Joel 2: Contenido simbólico: El ataque de los ejércitos del norte.

• Joel 3: El día de Jehová: Juicios y bendiciones.

Arend Remmers

Traducido del inglés por Ezequiel Marangone

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El profeta AbdíasArend RemmersCapítulo 1

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro.

2. El propósito del libro.

3. Resumen del contenido.

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroEl libro del profeta Abdías es el más breve del Antiguo Testamento, con tan sólo veintiún versículos. Nada se sabe acerca de su autor, excepto su nombre (Abdías: siervo o adorador de Jehová). Más de diez personas son mencionadas en el Antiguo Testamento con el mismo nombre, pero ninguna de ellas puede ser identificada con el profeta. Esto hace más difícil saber en qué fecha fue escrito el libro. Por este motivo, las opiniones de los investigadores en cuanto a la fecha de escritura varían mucho.

Algunos ubican a Abdías en la época del rey Joram de Judá (848-841 a.C.), en cuyo reinado los edomitas se rebelaron contra Judá (2.º Crónicas 21:8-10). Si este fuera el caso, Abdías sería el primer profeta que escribe en la historia de Israel. Sin embargo, otros investigadores piensan que Abdías vivió y ejerció su ministerio en el tiempo de la destrucción de Jerusalén, alrededor del 586 a.C., o incluso después, debido a que él obviamente conocía dicho evento.

Sea cual fuera el caso, el lugar que tiene el libro de Abdías en el canon del Antiguo Testamento hebreo y en las Escrituras, ha sido confirmado sin disputa alguna durante siglos.

2. El propósito del libroEl único propósito de este breve libro profético es hablar de Edom, nación cuyo odio contra Israel la llevaría a su propia destrucción. Edom es el nombre que identifica a los descendientes de Esaú, quienes habitaban en el monte Seir, al sur del Mar Muerto, región que llegaba hasta el golfo de Aqaba (Génesis 36: 8-9). Esaú era el hermano gemelo de Jacob. Antes de que él naciera, Dios había anunciado que el mayor, Esaú, sería el siervo del menor, Jacob (Génesis 25:23). Esaú despreció su primogenitura y se levantó con odio contra su hermano Jacob (Génesis 27). Alrededor de 300 años más tarde, cuando los israelitas viajaban de Egipto a Canaán, los edomitas les impidieron el paso por su territorio (Números 20: 14-21). Después de 400 años, los edomitas vinieron a ser siervos de David (2.º Samuel 8: 13-14). Sin embargo, durante el reinado de Joram los edomitas causaron una revuelta contra el reinado de Judá (2.º Reyes 8:20). También hubo combates entre Edom y Judá durante los reinados de Josafat, Amasías y Acaz (2.ª Crónicas 20:10; 25:11; 28:17). Edom se regocijó cuando Jerusalén fue destruida en el 586 a.C. (Salmo 137:7; Lamentaciones 4:21). Sólo los babilonios, años más tarde, pudieron devastar a Edom. Esto ocurrió cuando el Imperio Nabateo se levantó en Edom. En la época de los Macabeos, Edom fue anexada al estado Judío por Juan Hircano. Cuando los romanos conquistaron Judea, la familia idumea (edomita) de Herodes alcanzó la dignidad real. Pero después de la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., los edomitas desaparecieron de la historia.

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Sin embargo, Edom aparecerá nuevamente en el futuro. Esta nación, que manifestará una inconcebible fraternidad a causa de su odio contra Dios y sus bendiciones, deberá huir del rey del norte (Daniel 11:41). Pero Dios mismo los castigará tiempo después (Isaías 34:5,8; Jeremías 49: 7,22). Y el instrumento que Dios utilizará para ejecutar dicho castigo, será su pueblo, Israel (Isaías 11:13,14; Ezequiel 25: 12,14). Esto sucederá al principio del Milenio, cuando el Señor Jesús aparezca como el Mesías (Isaías 63: 1,5; Ezequiel 35; 1,15).

Abdías advierte, en esta breve profecía, acerca del juicio final sobre Edom y las razones que lo motivan. Pero, enseña también que el día de Jehová será un día de juicio general sobre todas las naciones y también de restauración para el pueblo de Israel.

3. Resumen del contenidoI. Abdías 1-9: La futura destrucción de Edom.

II. Abdías- 10-14: Los motivos del juicio.

III. Abdías 15-21: El Día de Jehová y la salvación de Israel.

Arend Remmers

Traducido por A. E. Marangone

El profeta JonásArend Remmers

4 Capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroEncontramos una mención del profeta Jonás (= paloma) en 2.º Reyes 14:25. Era hijo de Amitai y provenía de Gat-hefer, Galilea, al norte de Nazaret. Este mismo pasaje nos enseña que él era un siervo de Dios y que había profetizado que los límites de Israel serían restaurados desde Hamat, en Siria, hasta el Mar Muerto. Esto efectivamente se cumplió durante el segundo reinado de Jeroboam (793-753). En consecuencia, podemos deducir que Jonás profetizaba durante la época de Jeroboam o un poco antes. Él es uno de los profetas cuyas profecías han sido las primeras escritas, situado cronológicamente después de Joel y muy próximo a Oseas y Amós.

En la época de Jonás, Asiria era el imperio más poderoso del este. La capital de Asiria era la antigua Nínive, cuyo constructor había sido Nimrod, quien también construyó Rehobot, Resen y Cala (Cala es la única ciudad que en las Escrituras se la llama “ciudad grande”). Es probable que la expresión “aquella gran ciudad” de Jonás 1:2 tenga la misma connotación,

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lo cual nos ayuda a comprender los “tres días de camino” que según Jonás 3:3 hacían falta para atravesar Nínive.

2. Propósito del libroJonás había recibido de parte de Jehová la comisión de anunciar el juicio de Dios a la pagana, impía y hostil ciudad. Pero Jonás, en lo más íntimo de su ser, no estaba de acuerdo con el deseo de Dios de predicarle a estas despreciables naciones antes que a Israel. Por este motivo él optó por huir a Tarsis. No obstante, Dios trataría con él muy pronto enviándole una tormenta de tal magnitud que la embarcación en la cual viajaba no tardaría en hundirse. Dios continuó tratando con Jonás haciendo que los marineros lo arrojaran al mar. Finalmente, Dios mismo preparó un enorme pez en cuyo vientre Jonás pasaría tres días y tres noches, para luego ser vomitado en tierra por mandato de Dios.

Después de que le hubo sucedido todo esto, Jonás finalmente estuvo preparado para cumplir con el mandato de Dios de llevar el mensaje a Nínive: “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida” (3:4). Pero después de que el pueblo de Nínive se arrepintiera al escuchar las palabras que Jonás traía de parte de Dios, y luego de que Dios anulara el juicio que pesaba sobre aquella ciudad, vemos otra vez a Jonás comportándose como un orgulloso judío, muy disgustado porque la gracia de Dios había obrado a favor de los paganos. Jonás todavía necesitaba aprender que él mismo debía estar agradecido por las abundantes pruebas de bondad que Dios había tenido para con él satisfaciendo todas sus necesidades, y debía aprender también que ni siquiera había sido capaz de comprender el deseo que Dios tenía de mostrar misericordia a favor de las almas de aquel pueblo incrédulo.

Ya habíamos leído, en 2.º Reyes 14:15, que Jonás era profeta. Pero al contrario de los otros profetas del Antiguo Testamento, su profecía estaba dirigida hacia los habitantes paganos de Nínive y no hacia el pueblo de Israel. El único mensaje profético que tuvo que anunciar Jonás fue acerca del juicio que caería sobre Nínive (Jonás 1:2; 3: 2,4). Esto convierte a Jonás en el único profeta del Antiguo Testamento que revela la gracia de Dios hacia los paganos.

Las experiencias de Jonás abarcan casi todo el libro y señalan claramente el propósito del mismo. El alcance profético de este libro no descansa solamente en el breve mensaje de Jonás a Nínive, sino en todo lo que describe acerca del profeta. Muchos críticos buscan rebajar el libro de Jonás a una simple alegoría, parábola o leyenda debido a los milagros que se relatan allí (especialmente por la aparición del gran pez que devora a Jonás). Sin embargo, en el Nuevo Testamento, el Señor Jesús mismo brinda un claro testimonio acerca de la historicidad de las experiencias del profeta Jonás, y señala puntualmente algunas de las connotaciones del libro.

Primero, el libro de Jonás ofrece una prueba de la ilimitada gracia y misericordia que Dios exhibe no sólo hacia su pueblo Israel, sino también hacia la pagana ciudad de Nínive. Esto muestra que Dios le había dado una oportunidad a este pueblo de arrepentirse para poder vivir. A Israel o a los judíos, respectivamente, les resultaba muy difícil comprender esto porque consideraban que sólo ellos eran el pueblo elegido de Dios (Mateo 12:41; 16:4; Lucas 11: 29,32; Hechos 10:11).

Segundo, el libro de Jonás contiene una representación simbólica de la historia del pueblo de Israel. Este pueblo fracasó como testigo para Dios y, al igual que Jonás, tendrá que estar durante mucho tiempo en el mar de las naciones, en la dispersión. Pero Israel es guardado de una manera milagrosa, como lo fue Jonás, y podrá dar testimonio para Dios a las

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naciones en un tiempo futuro. En aquel día, el evangelio del Reino será anunciado sobre la faz de la tierra por judíos convertidos.

Tercero, Jonás es tipo de Cristo. En Mateo 12: 39-40, el Señor Jesús anunciaba a escribas y Fariseos que ninguna señal les sería dada, sino la señal del profeta Jonás: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. Otra señal dada a Israel es el mismo Señor Jesús dirigiéndose a las naciones, tal como leemos en Lucas 11:30 (ver también Mateo 28:19; Marcos 16:15; Lucas 24:47).

Cuarto, el libro de Jonás nos enseña acerca del corazón del hombre que, tanto en incrédulos como en creyentes, casi siempre rechaza someterse a la voluntad de Dios, busca su propio honor, piensa antes que nada en sí mismo, y que puede llegar a ser duro como una roca para los demás hombres. Y a veces el corazón humano se complace en la verdad de Dios tan solo porque encuentra en esto la ocasión de exaltarse a sí mismo. Todo esto debía aprenderlo Jonás. Este breve libro contiene muchas lecciones prácticas para todos sus lectores.

3. Peculiaridadesa) Los milagros de Dios: El libro de Jonás es un libro de milagros. Aun cuando estos puedan parecer el fruto de simples coincidencias, la mano de Dios está detrás de todos ellos.

• Jehová desató una tempestad en el mar (1:4).

• Jehová hizo que la suerte cayera sobre Jonás (1:7).

• Jehová preparó un gran pez (1:17).

• Jehová ordenó que el pez vomitara a Jonás en tierra firme (2:10).

• Jehová preparó una calabacera (4:6).

• Dios preparó un gusano para que hiriese la calabacera y se secara (4:7).

• Dios preparó un recio viento solano (4:8).

Se ha dudado de una manera muy particular acerca del milagro del gran pez y de la conversión del pueblo de Nínive. Sin embargo, el Señor Jesús ha confirmado ambos hechos históricos (Mateo 12: 40-41).

b) Salmo de arrepentimiento de Jonás: Es realmente sorprendente la similitud que hay entre el capítulo 2 del libro de Jonás y varios de los Salmos. Observemos algunos paralelismos:

Jonás 2:2

Salmo 18:6; 120:1

Jonás 2:3

Salmo 88:6; 42:7

Jonás 2:4

Salmo 31:22; 5:7

Jonás 2:5

Salmo 69:1b

Jonás Salmo 30:3

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2:6 Jonás 2:7

Salmo 143:4

Jonás 2:8

Salmo 31:6

Jonás 2:9

Salmo 3:8; 26:7; 116:17-18

4. Resumen del contenidoI. Jonás 1: Jonás huye de la presencia de Dios.

II. Jonás 2: Jonás ora a Dios.

III. Jonás 3: Dios le encomienda nuevamente a Jonás la comisión.

IV. Jonás 4: El lamento de Jonás, y la gracia de Dios.

Arend Remmers

Traducido por Ezequiel Marangone

El profeta MiqueasArend Remmers7 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro.

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroEl probable que el nombre Miqueas sea una abreviatura del nombre Micaías (=¿quién es cómo Jehová?). Miqueas era de Moreset-gat, población distante unas 20 millas al sudoeste de Jerusalén, cerca del límite con los Filisteos.

Miqueas vivió y desempeñó sus actividades bajo los reinados de Jotám, Acaz y Ezequías, en los años 750 a 700 a.C. aproximadamente. Esto significa que era contemporáneo de Isaías, Oseas y Amós. En esta época, en el año 722 a.C., los asirios atacaron al reino del norte, venciéndolo y sometiéndolo a la cautividad (ver Miqueas 1 y 5:5). En la tierra misma del pueblo de Dios, Miqueas también se encontró con serios problemas tales como el ofrecimiento de una adoración meramente formal y sin el temor a Dios, la idolatría y la opresión que sufría el pueblo de parte de sus líderes.

Cuando unos cien años después Jeremías le anunciaba a Judá que caería bajo el cautiverio babilónico, los habitantes más ancianos podían recordar la profecía de Miqueas 3:12, dada en el tiempo de Ezequías (ver Jeremías 26:18). Esto constituye una prueba de que el pueblo

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de Dios reconocía y respetaba los escritos inspirados. Lo mismo puede afirmarse con respecto al Nuevo Testamento; 1.ª Timoteo 5: 18, por ejemplo, es una cita del evangelio de Lucas. También podemos considerar la cita de 2.ª Pedro 3:15, donde se menciona las epístolas de Pablo.

En el tiempo del Nuevo Testamento, los escribas conocían muy bien las profecías de Miqueas, y podían citar correctamente Miqueas 5:12 en relación con el anuncio del lugar de nacimiento del Mesías, el Rey de Israel. Los hombres sabios que habían venido de oriente para adorar al Señor Jesús, fueron enviados a Belén de acuerdo a Miqueas 5:12.

Las palabras pronunciadas por el Señor Jesús que hallamos en Mateo 10: 35-36 son muy similares a las de Miqueas 7:6, de manera que podemos concluir que el Señor estaba pensando en Miqueas cuando le hablaba a sus discípulos (aunque Él no menciona a dicho profeta).

2. El propósito del libroEl libro de Miqueas contiene tres discursos proféticos muy solemnes que comienzan con la palabra “Oíd”.

La primera parte (Miqueas 1-2) comienza con la expresión: “Oíd, pueblos todos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti”. Luego, el profeta anuncia los juicios de Dios sobre Samaria, capital del reino del norte, y sobre Jerusalén, capital de Judá. El juicio es pronunciado a causa de sus transgresiones e injusticias, como así también por su idolatría y el rechazo hacia las serias advertencias de parte de Dios. Esta es la causa por la que la tierra estaba desolada y no había lugar de descanso para el pueblo de Dios. Los habitantes serían echados de la tierra, pero serían reunidos nuevamente un día venidero.

El segundo mensaje (Miqueas 3-5), comienza con las palabras: “Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de Israel”. Los líderes y los profetas del pueblo eran hallados culpables. Luego sigue una descripción de la futura gloria de Israel en el reinado de paz. En esta parte del libro, Belén es anunciada como el lugar de nacimiento del Mesías (5:2), quien será el poderoso ayudador del pueblo en los tiempos finales, cuando Asiria ataque Israel.

Al principio del tercer mensaje (Miqueas 6-7), leemos: “Oíd ahora lo que dice Jehová”. Luego el profeta recuerda el amor de Dios por su pueblo, y también recuerda que las demandas de Dios son justas. Las menciones del justo juicio de Dios, del lamento y de la visión esperanzadora del profeta constituyen el final de este breve libro. Los últimos tres versículos son de los más bellos de las Escrituras.

Miqueas anuncia de manera alternada el juicio (capítulos 1- 3; 6-7:6) y la gracia (capítulos 4-5; 7: 7-20) para Israel. El contenido de los mensajes de Miqueas corresponde en gran parte con el de los mensajes de su contemporáneo Isaías.

3. Peculiaridadesa) Dos profetas llamados Miqueas (o Micaías). En 1.º Reyes 22:8 ya se halla mencionado un profeta llamado Micaías, que profetizaba en la época del rey Acab de Israel. Este profeta había alertado a Acab y a Josafat acerca de la guerra contra Siria, pero sus palabras no fueron tomadas en cuenta. Es muy sorprendente que las últimas palabras de este profeta, Micaías, correspondan literalmente con las primeras palabras de Miqueas el Moresita: “Oíd, pueblos todos” (hebreo: schim´u `ammim

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kullam; compárese: 1.º Reyes 22:28 y 2.º Crónicas 18:27 con Miqueas 1:2). El segundo profeta Miqueas comienza con las palabras con las que había terminado el primero.

b) Miqueas e Isaías. En los libros de Miqueas y de Isaías encontramos paralelos muy significativos. Ellos enfatizan el hecho de que ambos profetas tenían, al mismo tiempo, la misma misión de parte de Dios a pesar de todas sus diferencias. Estos profetas debían alertar al pueblo de Dios y anunciarle los juicios de Dios, al tiempo que debían presentar la gracia de Dios y la venida del Mesías. El siguiente cuadro comparativo muestra los principales paralelismos de ambos profetas.

Capítulo de Miqueas Capítulo de Isaías1:2 1:21:3 26:212: 1-2 5:82: 6,11 30: 10-112:12 10: 20-233: 5-7 29: 9-123:8 58:13:12 32: 13-144: 1-3 2: 2-44: 7b 9:74: 10b 39:65:5 14:256:7 1:117:2 58:17:7 8:177:12 19:23-25

4. Resumen del contenidoI. Miqueas 1-2: El amenazador juicio de Dios.

Capítulo 1: El juicio venidero.

Capítulo 2: La culpa y el castigo de Israel.

II. Miqueas 3-5: Juicio y restauración de Israel.

Capítulo 3: Los líderes del pueblo son acusados.

Capítulo 4: La futura gloria y la victoria final.

Capítulo 5: El Mesías y su pueblo.

III. Miqueas 6-7: El camino de Dios para salvación.

Capítulo 6: Dios apela al corazón del pueblo.

Capítulo 7: El cumplimiento de las promesas de Dios a favor del remanente.

Arend Remmers

Traducido por Ezequiel Marangone

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El profeta NahumArend Remmers

3 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro. Sabemos muy poco acerca de Nahum, el séptimo de los doce profetas menores. Su nombre significa “consolador”. No se conoce con exactitud a qué lugar pertenecía este profeta. Algunos investigadores creen que era oriundo de una aldea llamada Elcos, cerca del río Tigris, cerca de Mosul, y otros suponen que provenía de un lugar perteneciente a Galilea, cerca de Capernaum. Algunos incluso piensan que él era de Capernaum (Caper-Nahum = «aldea de Nahum»). Finalmente, hay otros que creen que provenía de una aldea de Judea, como también lo testifican los Padres de la Iglesia. El hecho de que el reino de las diez tribus (al cual pertenecía Galilea) ya estaba bajo el dominio de los Asirios en la época de Nahum, y de que éste dirigió sus mensajes directamente al reino de Judá (1:15b) podría dar crédito a la última posibilidad.

En el libro de Nahum no encontramos indicaciones, ni exactas ni aproximadas, acerca del tiempo en que fue escrito. Sin embargo, el capítulo 3: 8-10 menciona la destrucción de No de Ammon (Tebas), capital del Alto Egipto. Esto tuvo lugar en el 663 a.C. por Asurbanipal, rey de los Asirios. Nínive fue destruida por los Medos bajo el reinado de Ciaxares y por los babilonios bajo el reinado de Nabopolasar en el 612 a.C. El ministerio de Nahum podría situarse entre esos dos eventos.

Nahum no es mencionado en ningún otro lado de las Escrituras. Sin embargo, leemos en Romanos 10:15: “¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!” Este versículo presenta una expresión muy similar a las de Isaías 52:7 y Nahum 1:15, lo cual los vincula entre sí.

2. El propósito del libroEl objetivo de la profecía de Nahum era anunciar el juicio sobre Nínive. Jonás ya había profetizado acerca de Nínive, pero él había vivido 150 años antes que Nahum. En el libro de Jonás la gracia de Jehová triunfa, mientras que en el de Nahum sólo se anuncia la justa ira de Dios y la inevitable destrucción de esta ciudad impía. La visión de Nahum está enfocada sobre este enemigo del pueblo de Dios; es muy sorprendente que no se mencione nada acerca de los pecados de Israel y de Judá. Efectivamente, al tiempo que es anunciada la santa y justa ira de Dios contra los enemigos, el pueblo de Dios recibe palabras reconfortantes (1:12-15). En el capítulo 1 (el cual es similar a un salmo), vemos a Dios celoso y vengador en toda su majestad. Los dos capítulos siguientes profetizan con exactitud la caída y destrucción de Nínive.

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Como la mayoría de los libros proféticos, el libro de Nahum también está escrito en hebreo poético. Sin embargo, esta poesía se pierde con la traducción. Algunos estudiosos creen encontrar un estilo acróstico en el capítulo 1: 2-8, en el cual los versículos comenzarían siguiendo el alfabeto hebreo, pero otros investigadores dudan de esto. En general, puede apreciarse un lenguaje poderoso y rico en imágenes, por lo que Nahum es llamado «autor clásico de la poesía hebrea» (comparar con «Poesía hebrea», Libro de los Salmos, 3. peculiaridades).

3. PeculiaridadesNínive fue la capital del Imperio Asirio. Su fundador fue Nimrod, quien vivió poco tiempo después del diluvio. Entre Asiria y Babilonia siempre hubo rivalidad. Babilonia es figura del poder mundano vestido religiosamente. Asiria representa lo altivo, cruel y violento de un mundo que no reconoce nada fuera de su propia importancia.

Nínive alcanzó gran renombre alrededor del 900 a.C. Salmanasar III de Asiria venció al rey Acab de Israel en la batalla de Karcar, cerca del 843 a.C. Según una inscripción hecha en el Obelisco negro de Salmanasar, el rey Jehú también fue tributario de este rey asirio. Sin embargo, las escrituras no mencionan esto. Jonás fue enviado a Nínive cerca del 800 a.C. a fin de que sus pobladores dejaran sus crueles caminos. Las dos tribus y media de Rubén, Gad y Manases, establecidas en la orilla oriental del Jordán, fueron deportadas por Tiglad-pilser en el 734 a.C., y en el 722 a.C. todo el reino septentrional de Israel fue llevado a la cautividad bajo los reinados de Salmanasar V y Sargon (2.º Reyes 17). Senaquerib atacó al reino de Judá alrededor del 701 a.C, en tiempos del rey Ezequías, pero tuvo que retornar a su tierra sin haber logrado su objetivo. Después de la muerte de Asurbanipal (quien había conquistado Tebas, Egipto, en 663 a.C.), el poder de Asiria y Nínive declinó mucho. Finalmente, la gran ciudad fue conquistada y totalmente destruida en el año 612 a.C. por los Medos bajo el reinado de Ciaxares y por los babilonios bajo el reinado de Nabopolasar. Recién en el siglo XIX, las ruinas de Nínive fueron excavadas hallándose sus majestuosos edificios, esculturas y la biblioteca de Asurbanipal, que tenía más de 20.000 tablas de arcilla.

Dios había utilizado a Asiria como vara de su ira para castigar a su culpable pueblo de Israel, pero, finalmente, esta vara debía ser castigada por su soberbia y su malicia (Isaías 10: 5-19; Ezequiel 31: 3-17; Sofonías 2:13). Algunas referencias acerca de Asiria se completarán con seguridad en el futuro. El rey de Asiria vendrá nuevamente contra Israel y Egipto y encontrará su fin en Palestina. Es sorprendente saber que Asiria compartirá las bendiciones del milenio con Israel y Egipto, según Isaías 19:23-25, sin su destruida e impía capital de Nínive.

4. Resumen del contenido

I. Nahum 1: El juicio es anunciado: Dios es justo.

II. Nahum 2: El juicio es ejecutado: Nínive es destruida.

III. Nahum 3: Los motivos del juicio: la culpabilidad de Nínive.

Traducido del inglés por Ezequiel Marangone

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El profeta HabacucArend Remmers3 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroHabacuc, Abdías y Malaquías son los únicos profetas menores de los cuales sólo conocemos sus nombres. Sin embargo, Habacuc, junto a Zacarías y Hageo, forma parte del grupo de profetas que se nombran a sí mismos (Habacuc 1:1). Algunas personas creen que el nombre Habacuc tiene relación con el de una planta. Pero, desde los tiempos de Jerónimo, uno de los Padres de la Iglesia que tradujo la Biblia al latín, el nombre de Habacuc ha sido traducido «abrazado» o «que abraza».

La explicación brindada por Martín Lutero acerca de este significado es digna de mencionar: «Habacuc tiene un nombre apropiado para su comisión. Porque Habacuc significa «abrazo». Y es justamente lo que él hace por medio de su profecía, abraza o contiene a su pueblo. Habacuc los consuela y los toma en sus brazos como uno lo haría por un niño o un adulto que gime.” (Prefacio de El profeta Habacuc, de Martín Lutero).

La oración de Habacuc en el capítulo 3, semejante a un Salmo, tiene un título y una conclusión, lo que induce a la hipótesis de que este profeta pudo haber sido un levita asignado al servicio del templo.

El indicio más importante en cuanto a la época en la que Habacuc cumplió con su servicio y a la fecha de escritura del libro lo hallamos en el capítulo 1:6: “Porque he aquí, yo levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa”. Algunos críticos del libro de Habacuc han interpretado mal el nombre de los caldeos. Pero no hay razones para dudar que esta mención de los caldeos se refiere a los babilonios. En 2.º Reyes 25:1, Nabucodonosor aparece mencionado como el Rey de Babilonia, y en el versículo 4 del mismo capítulo se menciona a los caldeos y sus soldados (compárese con Isaías 13:19 y Ezequiel 12:13).

El nuevo Imperio Babilónico se expandió ininterrumpidamente desde el 625 a.C. bajo el reinado de Nabopolasar (625-605 a.C.). Nínive, la capital del debilitado Imperio Asirio, fue conquistada en el 612 a.C. (ver detalles en Nahum), y en el 605 a.C. tuvo lugar la batalla de Carquemis, en la que los babilonios vencieron a los egipcios (ver Jeremías 46:2). Con todas estas conquistas, el Este quedó a disposición de los babilonios. Su reputación de crueldad fue conocida en todo lugar. Poco después de esto, Nabucodonosor atacó al reino de Judá (605 a.C). En la primera deportación de los judíos a Babilonia, todos los príncipes fueron llevados cautivos (2.º Reyes 20:18; 24:14; Daniel 1:3). Estos príncipes eran exactamente los mismos que antes habían oprimido a la clase baja de su propio pueblo (Habacuc 1: 2-4).

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Después del primer ataque de los babilonios, siguieron dos más, en los años 597 a.C. y 586 a.C., que culminaron en la destrucción de Jerusalén y la cautividad babilónica de Judá. Sin embargo, todos estos acontecimientos todavía no habían tenido lugar cuando Habacuc escribía su libro. Aun cuando no tenemos datos precisos acerca de la fecha de escritura de este libro, no obstante podemos situarla aproximadamente entre la destrucción de Nínive y el primer ataque a Judá, es decir, entre el 612 y el 605 a.C.

Deducimos entonces que Habacuc fue contemporáneo de Jeremías. Y también observamos que entre ellos existen muchas similitudes, como por ejemplo la sensibilidad y el sufrimiento a causa de la condición en la que se encontraba el pueblo de Dios.

2. Propósito del libro Habacuc, el octavo de los profetas menores, presenta características muy especiales. Porque él, siguiendo el mandato de Dios, no se dirige a los hombres —lo que sí hacen los demás profetas—, sino que habla de su pueblo y de los enemigos de su pueblo, los caldeos, directamente a Dios. Las preguntas y comentarios de Habacuc y las respuestas de Dios constituyen expresiones proféticas que debían conmover el corazón y la conciencia del pueblo de Dios.

El corazón de Habacuc está acongojado a causa de la injusticia que hay en medio del pueblo de Dios (Habacuc 1: 2-4). Dios anuncia, en su respuesta dirigida al pueblo, el juicio que se manifestará mediante el ataque de los caldeos (1: 5-11). Habacuc entonces se aterroriza aún más al considerar que Dios utilizará una nación mucho más injusta que la de los judíos como vara para castigar a Israel (1: 12-17).

En el capítulo 2, Dios responde por segunda vez a Habacuc, a fin de mostrarle que Jehová conoce el orgullo de esta malvada nación, Babilonia, y que la castigará, pero que el justo por su fe vivirá. Observamos que esta revelación con sus cinco ayes, la cual se desarrolla a partir del capítulo 2:3, no sólo se refiere a una inminente invasión de los caldeos, sino que también puede aplicarse a sucesos que tendrán lugar un día futuro.

En el capítulo 3, la fe de Habacuc finalmente triunfa y recuerda la gloria y el poder de Dios para redimir a Su pueblo. En esta oración de agradecimiento y alabanza, Habacuc expresa que él ha hallado su gozo y su fuerza en Dios.

3. Peculiaridadesa) Citas del Nuevo Testamento Parecería que el apóstol Pablo tenía una particular predisposición a citar al profeta Habacuc. Lucas nos relata, en Hechos 13:41, que Pablo citó las serias advertencias de Habacuc 1:5 al final de su predicación en la sinagoga de Antioquia.

Es digno de mencionar que el apóstol (quien fue inspirado por el Espíritu Santo para escribir la gloriosa verdad de la justificación por la fe en la epístola a los romanos) cita tres veces las siguientes palabras de Habacuc: “Pero el justo por su fe vivirá”. Cada vez que menciona estas palabras, el apóstol remarcará especialmente una de ellas:

Romanos 1:17: “Mas el justo por la fe vivirá” (Significa que solamente el justificado vivirá una vida de fe)

Gálatas 3:11: “El justo por la fe vivirá” (Y no por la ley, por la cual nadie puede ser justificado)

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Hebreos 10:38: “Mas el justo vivirá por fe” (Lo cual significa que el justo no irá a la perdición con el impío)

b) El comentario de Habacuc hallado en el Mar MuertoEn el año 1947 fueron hallados varios rollos antiguos en las cuevas de Qumran, cerca del Mar Muerto. Muchos de ellos contienen textos del Antiguo Testamento y tienen 1000 o 1200 años más de antigüedad con respecto a los hasta ahora conocidos manuscritos hebreos. Entre estos rollos se encontraba el Comentario de Habacuc (1Qp Hab), que fue hallado en la cueva 1. Este manuscrito data aproximadamente del año 75 a.C., y presenta los dos primeros capítulos del libro de Habacuc. Cada versículo tiene un comentario en el que los incidentes ocurridos en la época del comentarista son presentados como el cumplimiento de la profecía de Habacuc.

4. Resumen del contenidoI. Habacuc 1-2: Los problemas presentados por Habacuc y la respuesta de Dios.

• Capítulo 1: 1-11 Primer diálogo: acerca de Dios y el pecado del pueblo.

• Capítulo 1: 12 – 2:20 Segundo diálogo: acerca de Dios y el pecado de los enemigos.

II Habacuc 3: Alabanza y sumisión de Habacuc

• Capítulo 3: 1-15 El juicio y la salvación de Dios.

• Capítulo 3:16-19: La fe de Habacuc

Traducido por Ezequiel Marangone

El profeta SofoníasArend Remmers3 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

Page 17: PROFETAS MENORES

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroEl nombre Sofonías significa «atesorado (protegido, escondido) por Jehová». Sofonías es el único profeta que menciona sus cuatro generaciones ancestrales. Muchos estudiosos piensan que su antecesor Ezequías fue el rey de Judá que llevaba el mismo nombre (716-687). Según las indicaciones ofrecidas por el mismo Sofonías en el capítulo 1:1, observamos que él ministraba en los días de Josías, hijo de Amon, rey de Judá (640-609). El lapso que hay entre estos dos períodos parecería ser muy breve para abarcar cuatro generaciones, sin embargo, su especial descendencia real podría justificar la presentación de dicha genealogía. La tradición judía también ha confirmado esto.

Sofonías vivía en la capital de Jerusalén (cfr. 1:4, 11, 12) y tenía participación en la corte. Sus contemporáneos fueron Nahum, Habacuc y Jeremías.

Al leer el capítulo 2:13, podemos concluir que Sofonías tuvo que haber profetizado antes de la caída de Nínive en el año 612 a.C. Muchos investigadores piensan que él incluso profetizó antes de la reforma del rey Josías. Dicha reforma comenzó en el año 18 de dicho rey, es decir, alrededor del 622 a.C. Esta suposición está fundamentada en pasajes tales como Sofonías 1: 4-6, 8-9,12; 3: 1-3,7. Es posible que haya sido el ministerio de Sofonías lo que provocó que el rey Josías y el pueblo se volvieran a Dios (cfr. 2.º Reyes 22 – 23; 2.º Crónicas 34-35). Ya se había producido un retorno a Dios bajo el reinado de Ezequías, pero todas las cosas buenas se habían perdido nuevamente bajo los reinados impíos de Manases y Amón.

2. El propósito del libroSofonías es un profeta que anuncia juicios. Él profetiza acerca de la inminente devastación de la tierra de Judá y la destrucción de Jerusalén como consecuencia de la injusticia, hipocresía e idolatría de Judá (cap. 1). Esta profecía se cumplió en el año 586 a.C. Esta es la causa por la que el fiel remanente es llamado a buscar a Jehová mientras las naciones cercanas y lejanas sufrirán la venganza de Jehová (cap. 2). El innegable estado corrupto de todas las cosas está en clara contradicción con las bendiciones futuras del pueblo descriptas en el capítulo 3.

Todo el libro muestra claramente que Sofonías contempla la inminente destrucción de Jerusalén en aquel terrible día de Jehová, el día de Su ira y del juicio, luego del cual, no obstante, seguirá la bendición del reinado milenario de paz.

3. Peculiaridadesa) El día de JehováEn el libro de Sofonías, el día de Jehová está mencionado de la siguiente manera:

Capítulo 1:7: el día de Jehová.

Capítulo 1:8: el día del sacrificio de Jehová.

Capítulo 1:9: el día del sacrificio de Jehová.

Capítulo 1:14: el día grande de Jehová.

Capítulo 1: 15: día de ira, de angustia y de aprieto.

Capítulo 1:18: el día de la ira de Jehová.

Page 18: PROFETAS MENORES

Capítulo 2:2: el día del furor de la ira de Jehová.

Capítulo 2:3: el día del enojo de Jehová.

Capítulo 3:8: el día que me levante para juzgaros.

Capítulo 3:11: este mismo día.

Capítulo 3:16: este mismo día.

El día de Jehová ocupa un lugar muy importante en la profecía de Sofonías. Este no se refiere al tiempo de la inminente destrucción de Jerusalén que sucedería en aquel entonces, sino al tiempo del reinado del Mesías, lo cual es todavía un evento futuro. Este día comenzará con la aparición del Mesías para juzgar a las naciones y seguirá con el cumplimiento del reinado de paz de mil años. En el Nuevo Testamento, este día es llamado “el día del Señor” (2.ª Tesalonicenses 2:2), expresión que no debe confundirse con la que designa al primer día de la semana, también llamado “el día del Señor” (en el sentido de que pertenece al Señor) en Apocalipsis 1:10. El Antiguo Testamento describe el día de Jehová teniendo en cuenta principalmente el aspecto judicial (cfr. punto 3, Peculiaridades, en el libro de Joel).

b) Sofonías y otros profetasEl libro de Sofonías presenta marcadas similitudes con otros libros proféticos del Antiguo Testamento. Esto es una muestra de la piadosa armonía exhibida en las profecías de hombres tan diferentes y que han vivido en épocas tan distantes pero que siempre han presentado el objetivo de Dios: la gloria del Mesías y de su pueblo terrenal durante el Milenio, y todos los eventos asociados con este período.

Los siguientes textos muestran algunos paralelismos (seguramente hay otros que pueden tenerse en cuenta también):

Sofonías 1:7Isaías 13:6; 34:6

Sofonías 1:13Amós 5:11Sofonías 1:14-16

Joel 2:1-2

Sofonías 1:15Isaías 22:5Sofonías 2:13-15

Isaías 34:13-15

Sofonías 3:10Isaías 18:1-7Sofonías 3:12Isaías 14:32

Sofonías 3:19Miqueas 4: 6-7

Jeremías, contemporáneo de Sofonías, describe moral e históricamente la caída de Judá. Habacuc, también contemporáneo, se concentra más en el aspecto moral, mientras que Sofonías muestra brevemente los eventos históricos de la caída de Judá y de Jerusalén.

4. Resumen del contenido

Page 19: PROFETAS MENORES

I. Sofonías 1: 1 al 2: 3: La inminente invasión: Una ilustración del día de Jehová.

II. Sofonías 2: 4-15: Los juicios sobre Judá y las naciones vecinas.

III. Sofonías 3: 1-20: El pecado de Jerusalén y las futuras bendiciones.

Arend Remmers

Traducido por Ezequiel Marangone

El profeta HageoArend Remmers2 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro.El libro de Hageo es el primero de los escritos por los tres profetas posteriores al exilio. Este profeta fue contemporáneo de Zacarías. Su nombre significa «mi/s fiesta/s» o «festivo». No sabemos nada más acerca de Hageo. Al considerar Hageo 2:3, muchos han llegado a la conclusión de que este profeta tuvo que haber visto el templo de Salomón antes de que el mismo fuera destruido en el año 586 a.C. Si esto fue así, entonces Hageo debe de haber tenido más de setenta años cuando escribió este libro.

Es probable que Hageo haya retornado con el primer grupo luego de haber transcurrido los 70 años de cautividad babilónica, aproximadamente en el año 537-536 a.C. El rey Ciro de Persia había firmado un edicto en el 538-537 a.C. para que los judíos pudieran retornar a Judá. Volvieron 42.360 de ellos y comenzaron a reconstruir el templo de Jerusalén, que había sido destruido en el 536 a.C. Todos estos eventos, que conforman el marco histórico del libro de Hageo, son descritos en detalle en el libro de Esdras. Este último nos enseña que la obra de reconstrucción del templo fue interrumpida aproximadamente durante catorce años, pero que fue reiniciada como resultado del ministerio profético de Hageo y de Zacarías en el segundo año del rey Darío. La reconstrucción del templo fue finalizada en el sexto año del reinado de Darío (Esdras 4:24; 5:1-2; 6:14-15).

El rey Darío es conocido en la Historia como Darío I (Darío el Grande, Darío Histaspes). Él reinó desde el 522 hasta el 485 a.C. Por lo tanto, el segundo año de su reinado podemos ubicarlo en el 521-520 a.C. En el transcurso de este año, y durante cinco meses, tuvo lugar el ministerio inspirado de Hageo. Al leer Esdras 6:14 podemos deducir que el ministerio oral de Hageo prosiguió, al menos, hasta la inauguración del templo restaurado, en el 516 a.C.

2. El propósito del libro

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El celo inicial de los judíos por la construcción del templo había decaído muy pronto. El libro de Esdras muestra que la oposición de los enemigos de Judá causaba el debilitamiento de las manos del pueblo y la pronta suspensión de la obra (Esdras 4:24). Pero Hageo nos enseña también que hubo otros motivos por los cuales la obra se interrumpió: el egoísmo y la indiferencia de los judíos hacia Dios. En lugar de dedicarse con celo y devoción a la obra de Dios, ellos usaban su tiempo y su dinero para sus deleites, para vivir en sus casas artesonadas (Hageo 1: 4-9). Para castigar esta actitud, Dios permitió que las cosechas mermaran y, consecuentemente, que esta gente pasara por necesidades y privaciones diversas (Hageo 1: 6,10-11; 2: 16-17). En medio de esta triste situación, Hageo anunciaba los mensajes de Jehová de una manera muy breve. En este conciso libro podemos leer veinticinco veces: “la palabra de Jehová” o “así dice Jehová”. El objetivo primordial del profeta era penetrar en los corazones de los judíos a fin de que ellos le dieran a Dios el primer lugar en sus vidas. ¡Es por este mismo motivo que el libro de Hageo es para nosotros tan actual!

En el primer día del mes sexto, Hageo tuvo que reprochar a los judíos a causa de su indiferencia para con Dios, a fin de que éstos despertaran de su tibieza espiritual. Zorobabel, el gobernador, y Josué, el sumo sacerdote, eran alentados a trabajar en la construcción de la casa de Dios junto a todo el remanente del pueblo de Israel (capítulo 1).

El segundo mensaje que Dios envió por medio de Hageo, el día 21 del mes séptimo, tenía como meta alentar al pueblo aún más (Hageo 2:1-9). Además, la exhortación buscaba orientar los pensamientos hacia los últimos tiempos, cuando el Mesías aparecerá nuevamente. Los cielos y la tierra temblarán (la conmoción de todas las cosas) antes de que Cristo se manifieste (Compárese Hageo 2:6-7 con Hebreos 12: 26-28).

El tercer mensaje fue dirigido el día 24 del mes noveno, y contiene una de las más claras advertencias halladas en el Antiguo Testamento en contra de la corrupción espiritual. No obstante, al final de esta exhortación también encontramos palabras de aliento (Hageo 2:10-19).

Ese mismo día, el profeta pronunciaba el mensaje en el que Zorobabel aparece como tipo del Príncipe de paz que ha de venir, y quien ejecutará, en su aparecimiento, los juicios sobre las naciones (Hageo 2:20-23).

3. Peculiaridadesa) Las siete preguntas de DiosDios formuló a su pueblo siete preguntas a fin de escudriñar sus corazones y producir un avivamiento que los condujera nuevamente hacia Él. Dichas preguntas están formuladas en los siguientes capítulos: 1: 4,9; 2:3 (dos veces),12,13,19.

b) Cinco apelaciones de Dios al corazón

Dios apeló cinco veces a los judíos a que consideren sus caminos. El significado literal de estas apelaciones era “meditar en el corazón acerca de algo”, lo cual era muy adecuado, pues el hombre toma siempre las decisiones en su corazón. Los pasajes que hablan de esto son los siguientes: 1:5-7; 2:15,18,19.

4. Resumen del contenidoI. Hageo 1: 1-15: Primer mensaje: exhortación a construir la casa de Dios.

II Hageo 2: 1-9: Segundo mensaje: aliento para los que construyen el templo.

Page 21: PROFETAS MENORES

III. Hageo 2: 10-19: Tercer mensaje: reclamo de santidad.

IV. Hageo 2:20-23: Cuarto mensaje: fortalecimiento al mirar los eventos futuros.

Traducido del inglés por Ezequiel Marangone

Estudio sobre el libro de HageoSu aplicación al tiempo actualHenri Rossier

Traducido del francs

Mas desde este da os bendecir Hageo 2:19

• Introduccin: Cuadro histrico

• Cuadro proftico

• Primera revelacin - Captulo 1

Page 22: PROFETAS MENORES

• Segunda revelacin - Captulo 2:1-9

• Tercera revelacin - Captulo 2:10-19

• Cuarta revelacin - Captulo 2:20-23

Introduccin: Cuadro histricoLas circunstancias que hicieron necesaria la profeca de Hageo, nos trasladan a los ltimos acontecimientos del Antiguo Testamento. Cuando la ruina moral de Israel lleg al ltimo trmino, Dios declar a este pueblo: "Lo-ammi" (No es mi pueblo; Oseas 1: 9). Mucho tiempo despus, las diez tribus fueron llevadas a la cautividad, y ms tarde tambin Jud y Benjamn. El enemigo derrib y destruy Jerusaln y el Templo, ya privado de la gloria de Dios. Desde entonces, a los ojos de los hombres, ya no hubo casa de Dios sobre la tierra.

Cuando los setenta aos de cautividad, anunciados por los profetas (Jeremas 25: 11-12; Dan. 9: 2), llegaron a su fin, Ciro fue suscitado para la restauracin del pueblo. A la llamada del Rey, en el ao 536 A.C., un remanente de Jud y Benjamn, en total 49.697 hombres, subieron a Jerusaln, bajo el mando de Zorobabel y de Josu, (llamado Jesa en Esdras y Nehemas) para reconstruir la casa de Dios (Esdras 1: 2-3).

En el sptimo mes, reedificaron el altar sobre su emplazamiento (Esdras 3: 2-3) ofreciendo sacrificios, y restableciendo as el gran testimonio pblico de sus relaciones con Dios.

"En el segundo ao de su llegada a la casa de Dios en Jerusaln", ponen los fundamentos del templo con gozo mezclado de tristeza (Esdras 3: 10-13). Los enemigos de Jud se ofrecen para participar en la obra del pueblo de Dios; los jefes no aceptan, pero el resto del pueblo coge miedo y la obra es abandonada.

La interrupcin dura diecisis aos, motivada durante seis solamente por el miedo, y durante otros diez por la orden absoluta de no trabajar, dada por mandato de Asuero. Esta prohibicin debe ser considerada como el castigo de Dios sobre el remanente a causa de su falta de fe.

En el segundo ao de Daro, fueron suscitados los profetas Hageo y Zacaras; su exhortacin produce efecto. Desde entonces todo cambia; el pueblo no se inquieta ni por reyes, ni por hombres, ni por su oposicin; el trabajo se inicia y este gran edificio se termina al cabo de cuatro aos.

Durante todo este tiempo, prosperan, pero no por la orden de Daro sino por "la profeca de Hageo... y de Zacaras" (Esdras 6: 14), y terminan su obra "por orden del Dios de Israel" del cual emanan las decisiones de los soberanos que les gobiernan.

En el ao 515 A.C. (Esdras 6: 15), terminada la casa, el pueblo celebra alegremente la Pascua y la fiesta de los panes sin levadura (Esdras 6: 19-22).

Aqu es cuando termina la primera parte del libro de Esdras la cual tiene relacin con nuestra profeca. Esta comprende tres grandes hechos:

1 la construccin del altar;

2 la colocacin de los fundamentos, despus de un parntesis de diecisis aos seguidos por el despertar del pueblo;

3 la edificacin y terminacin de la casa.

Cuadro proftico

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Esta historia de Israel tiene para nosotros tambin mucha importancia. "Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y estn escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos". (1 Cor. 10: 11). Todos los acontecimientos materiales de Israel tienen para nosotros, cristianos, una contrapartida espiritual.

No es evidente en el caso de la Iglesia? Ella es, como Israel, una institucin divina; est establecida en la tierra bajo su responsabilidad; como l, ella ha fallado y ha cado en la ruina ms completa, al haber introducido el hombre elementos corrompidos y corruptores. Dnde se encuentra Israel hoy en da? Dnde encontrar ahora la Iglesia de Dios? Sin duda, a los ojos de Dios, contina existiendo en su unidad, y la fe as la ve. Sin duda, Aqul que es el Arquitecto, como tambin es el Esposo, se la presentar gloriosa al fin; pero dejada a su responsabilidad, no es a los ojos del mundo, otra cosa que un miserable montn de ruinas. (En este artculo, hablamos slo de la Iglesia como casa de Dios, cuya edificacin est confiada a la responsabilidad del hombre).

Habindose consumado la ruina, Dios llama en nuestros das, como en los das de Esdras, a un dbil remanente para que reconstruya su casa. Para un judo, la casa de Dios era el templo material en donde a El le placa hacer habitar su nombre; para un cristiano, es un templo espiritual compuesto de piedras vivas, destinado a ser una "morada de Dios en el Espritu" (Efesios 2: 22).

Observemos que para el remanente de Israel, no se trata en absoluto de que ste reconstruya una segunda casa, o para el remanente cristiano de reedificar una nueva Iglesia. Muchos se han equivocado y han intentado, en la ignorancia de los pensamientos de Dios y con la suficiencia de la carne, de reconstruir una nueva casa. Se les oye hablar de "su Iglesia", como si ellos hubiesen reedificado alguna cosa segn Dios. Su trabajo no es ms que una nueva ruina aadida a las antiguas. El Espritu Santo nos pone cuidadosamente en guardia contra tal locura. A los ojos de Dios, la Iglesia, al igual que el templo de Israel, es una, permanece una, y nunca habr otra. De aqu, que en cuanto al templo encontremos expresiones tales como stas: Ellos "comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba en Jerusaln" (Esdras 5: 2). Aunque destruida, permaneca all siempre. "Y reedificamos la casa que ya muchos aos antes haba sido edificada" (Esdras 5: 11). La nueva casa es la misma que la antigua. El rey de Babilonia "destruy esta casa... el rey Ciro dio orden para que esta casa de Dios fuese reedificada" (Esdras 5: 12-13). La casa reedificada es la misma que la casa destruida, y an Hageo dice, hablando de un tiempo futuro: "Y llenar de gloria esta casa", y "La gloria postrera de esta casa ser mayor que la primera" (Hageo 2: 7-9). El profeta no dice: La gloria de esta casa ltima, pues si la gloria es diferente, la casa es siempre la misma, ante las miradas de Dios y de la fe. De hecho, hubo en el pasado muchos templos: El templo de Salomn, el de Zorobabel, el de Herodes; habr en el futuro el del Anticristo, y uno final, el templo milenario de Ezequiel. Pero para Dios no cuentan cinco, sino uno solo. Para nosotros, reconstruir la casa de Dios, no es pues construir una nueva casa, sino reconstruir la antigua en un tiempo de ruina, tal como El la haba establecido en un principio. Tanto hoy como antiguamente, es el trabajo de todos aquellos que Dios ha despertado, para restaurar la verdad de la Iglesia en medio de la corrupcin actual. Ellos han de dar un testimonio prctico de lo que debe ser. Tal restauracin no se puede conseguir si no va acompaada de un sentimiento profundo de tristeza y de humillacin. Para los dos o tres de Israel que reconstruyesen la casa, el gozo de ver los fundamentos nuevamente establecidos, estaba mezclado con lloros amargos, cuando comparaban la pobreza actual de este trabajo con la riqueza y la plenitud de la primera institucin (Esdras 3: 11-13).

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Los que ignoran lo que es la Iglesia, se imaginan que esta obra de restauracin tuvo lugar cuando la Reforma y que, lo que se llama la Iglesia protestante, ha sido la manifestacin. No hay nada ms falso que esta opinin. Lo que caracteriza a la Reforma, es la Palabra de Dios, rompiendo los lazos mediante los cuales Satans haba buscado encadenar-la. Esta Palabra sac a la luz las grandes verdades de la salvacin individual, mientras que, estableciendo multitud de Iglesias, la Reforma ignoraba, ms bien negaba, la verdad de la Iglesia del Dios vivo.

El primer testimonio del remanente de Israel fue, como lo hemos visto en el libro de Esdras, la reunin alrededor del altar reedificado. En nuestros das ha sido lo mismo. Es la mesa del Seor la que ha reunido algunos testigos que Dios ha suscitado para "reconstruir" su casa. Reunir a los cristianos alrededor de la Cena, no es nada en apariencia, pero en realidad lo es todo. Alrededor de la mesa del Seor, sus redimidos proclaman que poseen una relacin viva con Dios, basada en la redencin. Esta mesa rene a todos los que tienen parte en la salvacin, y su carcter excluye al mundo de una forma absoluta y los separa, para constituirlos en una unidad de la cual la mesa del Seor es el signo (1 Cor. 10: 16-17).

La restauracin del altar no est por hacer, pues ha tenido lugar en el siglo pasado, cuando unos creyentes despertados en su conciencia y sus afectos para el Seor, han escudriado las Escrituras, para volver a encontrar muchas verdades concernientes al lugar, la forma, la manera de congregarse y esto slo en el nombre del Seor (Mateo 18: 20). La mesa del Seor est levantada; nadie tiene la misin de levantar otra. En sta un pequeo remanente de creyentes proclama la unidad del cuerpo de Cristo. Qu importa su nmero, si el altar est reedificado! La mesa del Seor no se encuentra, en absoluto, como muchos lo pretenden, en todas las sectas de la cristiandad, las cuales conservan sin duda el memorial de la muerte de Cristo, pero ignoran completamente que el carcter de este mismo memorial es el de separar a los hijos de Dios del mundo, y de ser una seal visible de la unidad del cuerpo de Cristo. Frente al Enemigo, la seguridad del pobre remanente de la cautividad era que: "Colocaron el altar sobre su base, porque tenan miedo de los pueblos de las tierras" (Esdras 3: 3). La unin de los hijos de Dios, alrededor del signo visible de la unidad de la Iglesia, no puede convenirle a Satans, pues su poder sobre ellos se reduce a la nada, mientras mantengan esta unidad; por esta razn el Enemigo quiere destruirla dispersando al rebao (y esto lo ha logrado en muchas ocasiones).

Los resultados de la reunin de los creyentes alrededor de la mesa del Seor no se hacen esperar. Nuevas luces deben acompaar necesariamente la obediencia a la Palabra de Dios, y las almas vuelven a la enseanza apostlica y a Cristo, nico fundamento sobre el cual la Asamblea puede ser construida.

Habiendo sido reconocido Cristo como el nico centro de nuestra reunin, se trata entonces de aadir piedras vivas al edificio, y las dificultades no tardan en surgir. Lo que le ocurre al pobre remanente es la prueba. "Edificaremos con vosotros", dicen los enemigos de Jud y Benjamn. Si estos ltimos hubieran consentido, habran sido la negacin misma de esta unidad del pueblo de Dios que acababa de ser puesta nuevamente a la luz, por medio del altar y de los fundamentos del templo. Dios no permite que se lleve a cabo este plan. La bendicin que los fieles han encontrado en su unidad como pueblo de Dios, les hace rechazar con indignacin toda accin comn con el mundo: "No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehov Dios de Israel" (Esdras 4: 3).

El ardid del enemigo fracasa, pero ste no abandona la partida; acta haciendo coger miedo y levanta la oposicin, y despus las persecuciones contra los fieles. Toda clase de razones ayudan, sus manos se vuelven descuidadas. Israel acaba por desinteresarse de la construccin

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y abandona la obra comenzada. Cuntas deserciones hemos visto producirse tambin entre nosotros en nuestros das!

Es en ese momento que Hageo interviene para mostrar al remanente las causas que, despus de los principios de fuerza y gozo, haban puesto trabas a la obra que Dios les haba confiado. Ojal encontremos en esta profeca de Hageo las exhortaciones y el nimo que tanto necesitamos hoy en da!

Primera revelacin Captulo 1He aqu el razonamiento del pueblo en el momento en que Hageo fue enviado: "No ha llegado an el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehov sea reedificada" (v. 2). Qu beneficio nos puede aportar este trabajo? Cun a menudo encontramos estas palabras entre los cristianos, incluso entre los que, tras haberse puesto manos a la obra, estiman sus esfuerzos superfluos! Esto tiene un nombre: Desnimo, cuya causa es el miedo y nuestra incapacidad de resistir a los obstculos que el poder del Enemigo nos pone. Preguntmonos si este desnimo no es un ultraje al poder y a la fidelidad de nuestro Dios.

Pero el profeta va a mostrarnos que el desnimo mismo no era en el fondo ms que un pretexto. Detrs de l, se esconda un principio que el remanente apenas sospechaba, o del cual desconoca la gravedad: El egosmo y la mundanalidad. "Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa est desierta?" (v. 4). El pueblo de Dios apreciaba ms sus propios asuntos que los de la casa de Dios. Se entregaba a la comodidad, se dejaba invadir por el lujo, artesonando sus casas. Los intereses del templo eran colocados en ltimo lugar.

Apenas han salido los cimientos de tierra que, siguiendo nuestra tendencia natural, volvemos a nuestras casas y no pensamos ms que en hallar un lugar de descanso para nosotros y los nuestros. Habamos empezado por seguir a Aqul que no tena un lugar en donde reposar su cabeza, y ahora le tratamos como extranjero entre nosotros y apenas le damos un lugar entre los que El ha salvado y de los cuales ha hecho su casa. Ah! ciertamente, el celo de la casa de Dios no nos ha consumido como a El. Acaso amamos las comodidades de nuestras casas artesonadas, rebajando as nuestra ciudadana celestial, al nivel de "los que habitan sobre la tierra"!

Fijmonos en estas palabras: "Meditad bien sobre vuestros caminos" (v. 5), estas palabras aparecen hasta cinco veces en esta corta profeca. Parmonos a meditar sobre nuestros caminos; consideremos su consecuencia. Esta consecuencia, es la disciplina del Seor ejercida sobre nosotros a causa de nuestra mundanalidad y de nuestro egosmo: "Sembris mucho, y recogis poco; comis, y no os saciis; bebis, y no quedis satisfechos; os vests, y no os calentis; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto" (v. 6).

Acordmonos de las palabras, las predicaciones, las verdades largamente difundidas, cuando Dios nos dio la gracia de reunirnos alrededor de la mesa del Seor. Cmo se multiplicaba la simiente entre nuestras manos en aquel tiempo! El tiempo de la siega ha llegado, dnde se encuentran los obreros doblegndose bajo el peso de la cosecha? "recogis poco"! Era por culpa de la simiente? No, los que fallbamos somos nosotros.

Pero la disciplina de Dios no alcanza solamente a nuestra obra sino que nos azota personalmente. "Bebis y no quedis satisfechos". Puede ser que nos ocupemos mucho de la Palabra de Dios. Cuntas preguntas interesantes dilucidadas, dificultades resueltas, doctrinas establecidas y aprendidas? Hay algo en esto con lo que podamos dar refrigerio a nuestras almas? No, el corazn permanece seco, y continuamos bebiendo sin saciar nuestra sed. Y

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todava ms, teniendo con que vestirnos, "no os calentis"; permanecemos fros. Y para terminar, el fruto de nuestro trabajo, atesorado para nosotros mismos, se desliza a travs de las roturas del saco sin que quede nada.

"As ha dicho Jehov de los ejrcitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondr en ella mi voluntad, y ser glorificado, ha dicho Jehov. Buscis mucho, y hallis poco; y encerris en casa, y yo lo disipar en un soplo. Por qu? dice Jehov de los ejrcitos. Por cuanto mi casa est desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa" (v. 7-9).

S, meditemos por segunda vez nuestros caminos. El trabajo segn Dios, es el de aadir materiales vivos a Su casa. Pero ste no era el nico trabajo que el remanente persegua; sino que haba buscado reunir dos cosas irreconciliables: La obra de la casa de Dios y la satisfaccin de sus propios intereses: "Cada uno de vosotros corre a su propia casa". Estas cosas no podan unirse. En tal asociacin es siempre el lado de Dios el que sufre. Ellos haban "trado poco" a la casa de Dios. Pero El, que no quiere corazones divididos, los haba "disipado en un soplo". Su poco trabajo se haba reducido a nada. Tal era el juicio de Dios sobre su actividad. Ya no les confiaba ms materiales para construir, desde el momento en que construan para s mismos.

No es de resaltar que el mundo, tan empeado en poner obstculos a su trabajo para Dios, no les haba puesto la menor oposicin cuando corrieron cada uno a su casa? Satans es un enemigo que acta con saa y perspicacia. Sabe perfectamente que la obra no puede prosperar si los corazones estn divididos.

Pero he aqu que, por la gracia de Dios (v. 12-15), los dirigentes escuchan, el pueble recibe y acata el mensaje del enviado de Dios. El grito: "Meditad sobre vuestros caminos"! ha hallado eco en la conciencia de Israel. Qu pueda tambin encontrarlo en la nuestra!

El resultado de este despertar no se hace esperar. Dios mismo anima en sus primeros pasos a los que se deciden a seguir el camino de la obediencia: "Yo estoy con vosotros". Nada ms conmovedor y que anime tanto!: "Yo estoy con vosotros". Los temores de muchos se desvanecieron. Su alma se conciencia de que la integridad es apreciada por el Seor y que le place. Ella recibe el testimonio de haber agradado a Dios. Como recompensa al celo de algunos se produce un despertar general. Ellos "vinieron y trabajaron en la casa de Jehov de los ejrcitos, su Dios".

Segunda revelacin Captulo 2:1-9El libro de Hageo contiene cuatro revelaciones. Esta es la continuacin del despertar producido por la primera. Dios anima a sus testigos en un tiempo de ruina con la comunicacin de los recursos que les faltaban y con la esperanza gloriosa con la cual El quiere llenar sus corazones. Estos versculos ofrecen un parecido asombroso con la segunda epstola a Timoteo. Como el remanente de Israel, Timoteo haba estado a punto de perder el nimo y de dejarse intimidar por el mal que creca alrededor suyo. El apstol le exhorta a "avivar el don de la gracia de Dios" que estaba en l. Era necesario 'que sus manos no estuvieran paralizadas para la edificacin de la casa de Dios, cualquiera que fuera el aspecto de esta ltima. "Dios - aade el apstol - no nos ha dado espritu de cobarda, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Tim. 1: 7). Y ms adelante: "T, pues, hijo mo, esfurzate en la gracia que es en Cristo Jess" (2 Tim. 2: 1). Aqu ocurre lo mismo: "Pues ahora, Zorobabel, esfurzate, dice Jehov; esfurzate tambin, Josu hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad nimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehov, y trabajad... no temis" (2: 4-5).

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Para animar a su pueblo Dios no atena en nada el hecho de la ruina, ni aqu ni en la segunda epstola a Timoteo. El la hace constar, por el contrario, en toda su amplitud: "Quin ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cmo la veis ahora? No es ella como nada delante de vuestros ojos"? (2: 3). En efecto, qu podan pensar del estado actual de esta casa comparada con su primer estado? qu le quedaba a este pobre remanente? dnde estaba el arca con las tablas de la ley, y el propiciatorio, y el trono de Dios entre los querubines? dnde estaban los Urim y los Tumin para consultar a Jehov? qu haba ocurrido con el reinado que una al pueblo con Dios? Zorobabel, hijo de David, no poda ni siquiera llevar el ttulo de rey. Qu haba sucedido con el sacerdocio? Josu tena las vestiduras viles, en lugar de sus vestiduras de gloria y gala (Zac. 3: 3). Dnde buscar la presencia de Dios entre su pueblo? Dnde encontrar la gloria? El nombre de 'cabed (privado de gloria; 1 Samuel 4: 21) haba sido pronunciado de nuevo. Qu contraste tan humillante entre el estado actual de esta casa y su primera gloria!; pero tambin, qu contraste entre el estado actual de la Iglesia y su aspecto en el momento de su institucin! Debemos entonces perder el nimo? Al contrario, "trabajad en esta obra" nos dice el Seor. A los que han considerado sus caminos bajo su disciplina, que han sido despertados por su llamada, El repetir estas consoladoras palabras: "Porque yo estoy con vosotros" (2: 4). No vino el Seor a tomar parte, en el bautismo de Juan, con el remanente despertado por la palabra del profeta? No lo hizo en el tiempo de Hageo? no lo har en nuestros das? El se asocia con los dos o tres a quienes su Palabra ha despertado. Si nos falta la fuerza, El la ha guardado ntegramente. No tiene El los siete espritus de Dios y las siete estrellas (Apoc. 1: 4,16,20)? "Ve con esta tu fuerza" dice a Geden en un tiempo de ruina (Jueces 6: 14), de la misma manera que en un tiempo de prosperidad deca a Josu: "Esfurzate" (Jos. 1: 6-7 y 9).

S, tenemos esta fuerza en El para el trabajo de su casa, para introducir en la misma a los que deben formar parte de ella segn Dios. Cuntos cristianos ignoran esto completamente! Sienten la necesidad de edificar la Asamblea sobre Cristo, nico fundamento divino (1 Cor. 3: 11), o de adquirir proslitos para sus diversas sectas? Y cuando se les hace esta observacin, escapan de su responsabilidad pretendiendo que la nica misin de los cristianos es la evangelizacin. No quieren or hablar de otra cosa! Ciertamente, la evangelizacin es una gran tarea, pero no es la nica del siervo de Dios. Preguntad al apstol Pablo, este gran ministro del evangelio, si estimaba este ministerio superior al de la Asamblea, o antes bien, si ambos no tenan un mismo valor para l. (Col. 1: 23-25). De cierto que no, la evangelizacin no lo es todo, ni para el Seor, ni para sus testigos. El ha amado a la Iglesia y se ha dado a s mismo por ella (Efesios 5: 25). Cmo podra serle indiferente? Dios es honrado por el trabajo, por dbil que ste sea, que edifica su casa, su Iglesia aqu abajo y el que no tiene en cuenta esto, desprecia lo que glorifica a Dios y se priva de las bendiciones que acabamos de mencionar.

La aprobacin de parte de Dios aporta al remanente obediente nuevas bendiciones. Son las mismas bendiciones que hallamos tambin mencionadas en 2 Timoteo. "Segn el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, as mi Espritu estar en medio de vosotros, no temis" (v. 5). El conocimiento de la Palabra, la realizacin de la presencia del Espritu Santo, no pueden hallarse all en donde su casa es despreciada, o bien donde se ha cesado de trabajar en ella.

Dios no se contenta con dar sus bendiciones al pobre remanente despertado por su Palabra. El le presenta una esperanza gloriosa y prxima, igual que hoy en da. La esperanza actual de la venida del Seor ha tomado vida entre los que reconocen la Asamblea de Cristo. "Porque as dice Jehov de los ejrcitos: De aqu a poco yo har temblar los cielos y la tierra, el mar y la

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tierra seca; y har temblar a todas las naciones, y vendr el Deseado de todas las naciones; y llenar de gloria esta casa, ha dicho Jehov de los ejrcitos. Ma es la plata, y mo es el oro, dice Jehov de los ejrcitos. La gloria postrera de esta casa ser mayor que la primera, ha dicho Jehov de los ejrcitos; y dar paz en este lugar, dice Jehov de los ejrcitos" (v. 6-9). La esperanza terrestre juda es reemplazada para nosotros, cristianos, por la esperanza celeste. Cuando El venga, llenar de gloria esta casa, a la construccin de la cual El nos haba convidado; casa, que por nuestra culpa, hoy es despreciada, aunque El est con los suyos - y esto debe bastarles. Pero cuando, en gloria, El habitar en la Iglesia, el precio con el que ha unido por la eternidad a su casa, resplandecer a todos los ojos. "He aqu el tabernculo de Dios con los hombres" (Apoc. 21: 3). La ltima gloria de esta casa ser ciertamente mayor que la primera! Entonces habremos dicho adis para siempre al trabajo y a la lucha, pues en este lugar el Seor dar la paz.

Qu seguridad dan todas estas promesas a nuestra fe! Qu recompensa a la fidelidad coloca Dios ante nosotros! Meditemos, pues, sobre nuestros caminos, preguntmonos de donde viene la paralizacin de nuestro trabajo. Cesemos de preferir nuestros intereses a los de la casa de Dios; despertemos de este sueo que nos paraliza. Encontraremos con nosotros a Dios mismo, su Espritu y su Palabra, y seremos animados por la venida del Seor que nos promete una gloria sin nubes con El.

Tercera revelacin Captulo 2:10-19La revelacin del captulo 1 destinada a alcanzar la conciencia del remanente no es la nica. Este pasaje contiene otra. (Como ya hemos dicho, el libro de Hageo contiene cuatro revelaciones. La primera y la tercera son reprensiones, la segunda y la cuarta, alientos profticos). Que nosotros, como el remanente, hayamos escuchado la primera! Haba de venir un tiempo en que este remanente degenerado crucificara al Deseado de todas las naciones, su propio Mesas, remanente que haba sido llevado expresamente a Jerusaln para recibirlo. Tambin fue quitada de su lugar la lmpara de Israel y el pueblo mismo transportado al otro lado de Babilonia. As sucede con todo testimonio cuando se vuelve infiel. Dios no tiene necesidad de nosotros para su testimonio. Si lo despreciamos, El lo pone en otras manos. Acaso no ha dicho sobre Israel: "Dar su via a otros"?

La primera revelacin habla del egosmo, la tercera de la santidad.

Nosotros poseemos una santidad inalterable delante de Dios en Cristo, al igual que tenemos una justicia intangible, siendo hechos justicia de Dios en El. Somos llamados a poner en prctica esta justicia y esta santidad de posicin, aqu abajo. Separacin real de todo mal y comunin viva con el bien, con Dios, el Padre y el Hijo, tal es la santidad prctica. Esta es la santidad que le haba faltado al remanente; algunos aos despus, sta les falt de una manera ms lamentable todava. Se contaminaron tomando por mujeres a las hijas de los Cananeos (Esdras 9), violando el sbado y profanando el sacerdocio (Nehemas 13). Sobre esto, el profeta interroga a los sacerdotes dicindoles: "Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida ser santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No" (2: 12). El caso que les propone es el de un hombre a quien la carne santificada que lleva en la falda de su ropa da un carcter de santidad exterior. Acaso el fruto de su trabajo (pan, aceite, vino, productos de la actividad del hombre) ser santificado? De ninguna manera. Es necesario que el trabajo sea el fruto mismo de la santidad para ser agradable. Dios slo reconoce como hecho para El, todo lo que emana de esta fuente. Ninguna posicin de santidad exterior, ninguna profesin hace nuestro trabajo agradable a Dios. Cosa seria y digna de ser meditada en nuestros das,

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en que los cristianos profesantes viven en la ilusin de que Dios reconoce sus "obras caritativas", como siendo hechas para El.

El profeta aade: "Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ser inmunda? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: Inmunda ser" (v. 13).

Un cuerpo muerto era, en Israel, la figura ms completa de la terrible consecuencia del pecado. Si la separacin del mal, del pecado, no es una realidad para nosotros, cmo podr ser pura y agradable a Dios la obra de nuestras manos? Lo que se trataba de grabar sobre la conciencia del remanente era que su obra era impura, lo que tambin es necesario imprimir sobre la nuestra. Puede haber mucha actividad para moler el grano, para exprimir el zumo de la uva y el aceite de las olivas, para hacerlos servir en nuestro provecho. Pero, qu significa esto para Dios? El fruto del pecado. Lo que permanece, es lo que es ofrecido de puro corazn, lo que es hecho slo para El; es el perfume de Mara (Juan 12: 1-8). Llenar sus despensas no debe ser la obra de un creyente, sino la de llenar los graneros y las despensas de Dios. "Y respondi Hageo y dijo: As es este pueblo y esta gente delante de m, dice Jehov; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aqu ofrecen es inmundo" (v. 14).

Esto es lo que, en nuestros das, afecta nuestra obra de una incapacidad relativa, como se dice "antes que sucediesen estas cosas, venan al montn de veinte efas, y haba diez; venan al lagar para sacar cincuenta cntaros, y haba veinte" (v. 16). Decimos "relativa", porque, si Dios est obligado a castigarnos, El lo hace con medida. El es paciente, misericordioso, lleno de una bondad infinita. Qu aporta hoy da el trabajo de nuestras manos? Por la profeca, hemos aprendido lo que debera aportar: Materiales para la casa de Dios, almas no solamente salvas, sino aadidas a la Asamblea. Ocurre as? Desgraciadamente no! Los hijos de Dios se renen con fatiga. La luz es tan dbil que no tiene el poder de atraer a los que habitan en tinieblas, y si la aborrecieran, seran, como mariposas de noche, obligados a venir quemarse las alas y recibir as su propia condenacin. Pero esta luz apenas logra penetrar, como un vago resplandor, a travs de los cerrados prpados del alma, para despertarla!

Pero el castigo fue ms lejos. "Os her con viento solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras manos" (v. 17). Dios haba condenado los mismos recursos de su trabajo. La puerta de la bendicin estaba cerrada.

Se haba arrepentido el remanente? "Mas no os convertisteis a m, dice Jehov!"

Pero ahora "meditad, pues..." lo que va a venir, meditadlo pues, os ruego, nos dice con insistencia la palabra de Dios: "Desde este da en adelante, desde el da veinticuatro del noveno mes, desde el da que se ech el cimiento del templo de Jehov; meditad, pues, en vuestro corazn... Desde este da os bendecir" (v. 18-19). Si en este da, al considerar y juzgar vuestros caminos, os ponis a la obra para construir esta casa que vuestro egosmo y vuestra mundanalidad os han hecho abandonar despus de haber puesto los fundamentos; a partir de este da os bendecir!

Hermanos, hagamos lo mismo; escuchemos esta llamada. Podemos volver a encontrar la bendicin. Un poco de energa de fe, de abandono de nuestras comodidades y de nuestros intereses, de separacin del mundo, de corazones apegados a Cristo, llenos de celo por la edificacin de la casa de Dios, y enseguida encontraremos la bendicin perdida.

Cuarta revelacin Captulo 2:20-23He aqu, en una cuarta revelacin, el estmulo dirigido al pobre remanente cuya conciencia se haba despertado, quien, de hecho, cuatro aos ms tarde, termin con la edificacin de la casa de Dios. Este estmulo es una promesa (Heb. 12: 26). "Yo har temblar los cielos y la tierra; y

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trastornar el trono de los reinos, y destruir la fuerza de los reinos de las naciones; trastornar los carros y los que en ellos suben, y vendrn abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su hermano" (v. 21,22; comp. 2: 6 con Heb. 12: 26). Todo sera trastornado, y por qu? Para que las cosas "inconmovibles" permanezcan (Heb. 12: 27). Estas cosas inconmovibles, son en el captulo 2, la introduccin del Mesas en su templo glorioso. Pero aqu, qu admiracin nos embarga, cuando nos enteramos que se trata de establecer y de confirmar para siempre al dbil Zorobabel! "En aquel da, dice Jehov de los ejrcitos, te tomar, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mo, dice Jehov, y te pondr como anillo de sellar; porque yo te escog, dice Jehov de los ejrcitos" (v. 23).

Sin duda, Zorobabel, el prncipe, era en una dbil medida, una figura de Cristo, pero ante todo era el representante del remanente ante Dios, como Josu, el sacerdote, lo es en el captulo 3 de Zacaras. Todas estas cosas sern conmovidas, a fin de establecer este remanente para siempre. Ocurre lo mismo para con nosotros: "As que, recibiendo nosotros un reino inconmovible" (Heb. 12: 28), es dicho de los creyentes, citando la profeca de Hageo. Dios ha establecido ya al Seor a su diestra y nosotros en El, y pronto nos establecer sobre el trono con El.

"Y te pondr como anillo de sellar". El dbil Zorobabel, como la dbil Asamblea de Cristo, ser el sello de todos los caminos divinos. Tanto en l, como en ella, todos los ojos vern lo que Dios ha querido hacer y lo que ha cumplido. "Como ahora, ser dicho de Jacob y de Israel: Lo que ha hecho Dios"! (Nm. 23: 23). En ese tiempo, el Seor ser "glorificado en sus santos y admirado en todos los que creyeron" (2 Tes. 1: 10).

Es la recompensa de la fidelidad y de la abnegacin a su servicio, pero hay mucho ms todava: Es necesario que la gracia de Dios triunfe al final, que se muestre superior a todas nuestras debilidades, a todas nuestras infidelidades: "Porque yo te escog, dice Jehov de los ejrcitos" (v. 23). Es necesario que la gracia de la eleccin resplandezca ante todas las miradas. Ella es la nica causa, la causa inicial y final de la bendicin eterna de sus redimidos.

Fundados sobre nuestra esperanza que es Cristo, y sobre la seguridad de la salvacin de Dios, apliqumonos pues, en un continuo juicio de nosotros mismos, a llevar a cabo la obra de la casa de Dios, reuniendo a las almas alrededor de Cristo, nico centro de reunin y de bendicin

El profeta MalaquíasArend Remmers4 capítulos

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libro

2. El propósito del libro

3. Peculiaridades

4. Resumen del contenido

1. Acerca del autor y de la fecha en que fue escrito el libroMalaquías, el nombre del último libro del Antiguo Testamento, significa «mi mensajero». Es probable que sea una abreviatura de malachjah, palabra hebrea que significa «mensajero de Jehová».

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Algunos consideran que Malaquías no es un nombre sino una designación, debido a que esta misma palabra hebrea malachi es traducida «Malaquías» en el capítulo 1:1 y «mi mensajero» en el 3:1. No conocemos otros detalles personales de Malaquías.

Malaquías es el último de los tres profetas posteriores al exilio. Él no brinda ningún detalle acerca de la fecha y de la duración de su ministerio. No obstante, al leer el libro uno puede deducir que el templo de Jerusalén ya había sido reconstruido y que los sacerdotes ofrecían sacrificios (Malaquías 1:6-14). También observamos que un príncipe (del rey de Persia) reinaba en la tierra (Malaquías 1:8). Por otro lado, la triste condición del pueblo es muy similar a la que describe Nehemías 13.

Teniendo en cuenta estos hechos, concluimos que Malaquías vivió aproximadamente en la época de Nehemías. Algunos estudiosos ubican el servicio de Malaquías antes del tiempo de Nehemías, mientras que otros piensan que él profetizó cuando Nehemías había retornado de Jerusalén a la corte persa (Nehemías 13: 6-7). Otros incluso determinaron que el ministerio de Malaquías fue posterior a la época de Nehemías. En todo caso estaríamos hablando de la segunda mitad del siglo V a.C. (aproximadamente 450-425 a.C.).

Luego del último mensaje del Antiguo Testamento, dado por Malaquías, siguieron 400 años de silencio durante los cuales Dios no se dirigió a su pueblo hasta que Juan el Bautista se levantó para preparar el camino del Señor (cfr. Malaquías 3:1 y Marcos 1:2).

2. El propósito del libroEl último mensaje de Dios a su pueblo terrenal, Israel, fue dirigido al remanente que había retornado de la cautividad babilónica. Este remanente fracasó durante las décadas siguientes a su retorno en lo que respecta a su testimonio para Dios. Si bien es cierto que estos judíos no servían más a los ídolos que tenían antes del exilio, sin embargo su condición moral estaba marcada por la indiferencia, el desprecio y la incredulidad hacia Dios. En estas circunstancias, Jehová manifiesta su invariable amor por su pueblo, a la vez que le muestra con severidad sus pecados y cómo se desviaron de Sus mandamientos (Malaquías 1-2). Dios también anuncia a los judíos que caerán sobre ellos juicios severos antes del día de Jehová, el cual, en cambio, se levantará para bendición de aquellos que se arrepientan (Malaquías 3-4). Como si Dios quisiera remarcar Su último mensaje, la expresión “así dice Jehová” aparece unas 25 veces en todo el libro.

3. Peculiaridadesa) Las ocho preguntas del puebloEn estas ocho preguntas puede verse claramente la pésima condición en la que se hallaba el pueblo de Israel. Malaquías las menciona, y él mismo brinda las respuestas de Dios. Las preguntas son las siguientes:

• ¿En qué nos amaste? (1:2)

• ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? (1:6)

• ¿En qué te hemos deshonrado? (1:7)

• ¿Por qué? (2:14)

• ¿En qué le hemos cansado? (2:17)

• ¿En qué hemos de volvernos? (3:7)

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• ¿En qué te hemos robado? (3:8)

• ¿Qué hemos hablado contra ti? (3:13)

Cada una de estas preguntas está precedida por la expresión “dijisteis”. Estas palabras aparecen cuatro veces más en los capítulos 1:7,12,13; 3:14. Estas preguntas nos indican el grado de malicia e insolencia que este pueblo tenía para con Dios.

b) El mensajero de JehováEn el capítulo 3:1 Jehová anuncia a su mensajero, el cual preparará el camino delante de Él. Observamos en Mateo 11:10 y en Marcos 1:2 que este anuncio se refiere a Juan el Bautista, quien fue el precursor del Mesías, y que además anunciaba la venida de Cristo en gracia.

Pero, en el capítulo 4:5, Dios también dice que Elías sería enviado antes de la venida de Cristo. El Señor mismo aplicó esta profecía a Juan el Bautista (Mateo 11:14; cfr. Lucas 1:17). El mismo Juan afirmó que él no era Elías (Juan 1:21). Pero esta aparente contradicción se desvanece por el hecho de que luego de sufrir el rechazo, Cristo aparecerá por segunda vez en gloria y para juicio. Por lo tanto, antes del “día de Jehová, grande y terrible” aparecerá Elías y anunciará la segunda venida de Cristo para juicio (Apocalipsis 11: 3-6).

4. Resumen del contenidoI. Malaquías 1:1-5: Introducción: El amor de Jehová por Israel

II. Malaquías 1:6 – 2:16: Las culpas que presenta Jehová

Capitulo 1:6 –14 Las ofrendas impías.

Capítulo 2: 1-9 El comportamiento impío de los sacerdotes.

Capítulo 2: 10 –16 El comportamiento impío del pueblo.

III. Malaquías 2: 17- 4:3: La admonición de Jehová

Capítulo 2:17 – 3:6 El juicio venidero.

Capítulo 3:7 – 15 El llamado al arrepentimiento.

Capítulo 3:16 – 4:3 El día de Jehová.

IV: Malaquías 4:4 – 6: El fin: Moisés y Elías.

Traducido por Ezequiel Marangone