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UNIVERSIDAD DE MEXICO 29
Por Jorge OLMO
EL TEATRO DE EMILIO CARBALLIDO
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Entre los actores destaca José Gálvezpor la absoluta falsedad con la que proyectó la personalidad del protagonista. Lamás burda gama de gestos, actitudes ymodulaciones de voz terminan por convertir a Marco Polo en un payaso absurdo, inexplicablemente tolerado por e! Kan.Difícilmente puede encontrarse una interpretación tan equivocada como la deGálvez. En es~e sentido, su trabajo esadmirable. José Elías Moreno, convertido por obra y gracia de los cortes de Retes en un Kublai Kan tonto y aburrido,sale de! paso en la mejor forma posible;lo mismo que Claudia Brook, el mutiladoChu-Vino Alonso Castaño, torpemente retorcido en una inexplicable caracterización de viejo, hace ver bien a ReynaldoRivera, el otro viejo, que al menos parecealgo natural. Antonio Bravo borda un"castizo" Teobaldo, dsifrazado de Papaantes de llegar a serlo. Y Leonor Llausas y Rosa Elena Durgel se limitan a parecerse a cualquier dama joven en las películas de aventuras americanas, convenientemente disfrazadas por Julio Prieto.
Lástima que este esfuerzo, indudablemente serio, no haya alcanzado la dimensión artística que e! texto le permitíatent'r.
Con ella, más que nada, Carballido demuestra que posee un gran sentido teatral, sabe ver a sus personajes y puedellevar mucho más adelante las posibilidades del género.
Esto es lo que hizo en sus obras posteriores: Felicidad y La danza que sueña latortuga, en las que acentuando la importancia de la psicología particular de lospersonajes y abandonando casi por completo e! tono costumbrista realizQ espléndidos estudios de carácter dentro de laproblemática tradicional de la clase media mexicana. La frustación sexual, ladebilidad de la escala de valores de estemedio, utilizados como temas centrales ydesarrollados mediante el eficaz empleode una técnica realista de gran efectividad, permiten situarlas como excelentescomedias de crítica social no exentas desugestivos elementos poéticos.
Una obra más: La hebra de oro, en laque Carballido trata un tema semejantea el de las dos anteriores, pero en UIl
plano onírico que le permitía mayo 1- libertad técnica y sobre todo e! libre empleo de un lenguaje poético de caráctertotalmente subjetivo, cierra este ciclo.Puede decirse que durante él, antes quenada, Carballido logra adueñarse por completo de la técnica teatral, com'p:ende ~l
sentido de los recursos de su ofiCIO y afina la capacidad expresiva de su voz; madura como autor.
Las cuatro obras posteriores, hasta ahora inéditas para la escena, son el resulta··do di recto de esa madurez. En todas ellasCarballido utiliza sus conocimientos escénicos para alcanzar una libertad expresi va que le pe:Il1 ite cr~ar la fo;ma teatralCjue su contenIdo r.eqtllere. Y esta :esul!aeficaz si.€mpre. Sm embargo el mteresde las obras no es solamente formal. Por
1 EMILIO CARI3ALLlDO, Teatro. El relojerode Córdoba, Medusa, Rosalba y los Llaveros yEl día que se escapm'on los leones. Letras mex'¡canas. Fondo de Cultura Económica. México, 1960. 295 pp.
2 EMILIO CARI3ALLIDO, Las estatuas de marfil. Ficción. Universidad Veracruzana. México,1960. 124 pp.
RECIENTEMENTE, Emilio Carballidoha publicado en Letras Mexicanas 1
tres obras de teatro inéditas: El relojero de Córdoba, Medusa y El día quese escaparon los leones, acompañadas desu primera comedia: Rosalba y los Llaveros, estrenada hace diez años en e! 'Palacio de Bellas Artes; poco después en Ficción, colección de la Universidad Veracruzana, apareció otra obra suya: Las estatuas de marfil. 2 Los dos volúmenesreúnen la producción teatral del autor. enlos últimos cinco años y con su publIcación Carballido se coloca indiscutiblemente como el más importante dramaturgamexicano de la década 1950-60.
La inclusión de Rosalba y los Llaverosen el primer libro cumple una precisa función como punto de partida desde e! quese puede seguir la admirable trayectoriadel autor. Es fácil descubrir que Rosalbay los Llaveros es estrictamente una comedia de costumbres. Construida con corrección, reúne un grupo de personajesperfectamente caracterizados, cuyas peculiaridades psicológicas, unidas al peso delambiente social en el que se desenvuelven,dan lugar a una anécdota con todos loselementos del "enredo" tradicional. Eldiálogo ágil, el ritmo siempre ascendentede la acción y la justicia con que el comediógrafo soluciona finalmente el conflicto sin traicionar las exigencias del género la convierten en una buena comediaque, sin embargo, no trasciende las limitaciones naturales de este tipo de obras.
de éstos se aclara definitivamente con lareacción de Marco Polo desde las butacas al contemplar su propia vida, y la representación no transmite los verdaderosvalores del texto. Es necesario insistir enque la obligación de! director es hacerefectiva la intención del autor y una dirección sólo es buena cuando es fiel. Enel caso de 11·{arco Polo nada de esto ocurre; pero además Retes tampoco ha sabido resolver correctamente las exigenciasde movimiento escénico, tono, intensidady r;tmo de actuación de la especie de zarzuela en la que transformó a la obra. Todaella transcurre dentro de un tiempo plano, parcjo, en el que la ausencia de matices termina por hacer intolerable laacción.
La escenografía y el vestuario de JulioPrieto, aparatosas y monumentales, contribuyen a aumentar el aspecto azarzuelado de la representación. Cada uno de lostrajes, de los escenarios, corresponden auna imagen "típica" de los lugares exóticos en la que la abigarrada revolturade colores, colgajos, jardines, salones, terminan por estragar al espectador. La impresión final es la de haber estado másque en un teatro en un circo de pueblo,con pretensiones de lujo.
pensar en nada que no sea el dinero, paraal final casarse con la novia de su juventud cuando ésta es ya una vieja gorda,y sentarse sobre sus millones a gozar conla envidia de una serie de estúpidos semejantes en todo a él. La historia de estepobre hombre es seguida paso a paso conojos asombrados por los representantesdel espíritu, a los que con sutil ironíaO'Neill caracteriza como "exóticos" orientales. Al final de la representación, elmismo Marco Polo -el norteamericanotípico- se levanta de una de las butacas,encoje los hombros aburrido, sin haberentendido j todavía! una sola palabra denada, se sube a su lujoso automóvil y sealeja indiferente a seguir ganando millones. La intención de O'Neill es claray el juego perfecto. El poeta habla paraun público de sordos que verán siempreel mundo de la poesía y de la belleza, delamor y la sabiduría, como algo exótico yajeno, y al final se levantarán sin haberentendido el sentido de la representación.
Desarrollada con cierta morosidad, conun gran aparato escénico y un formidablesentido teatral, Los millones de M arcoPolo tiene ~na riqueza anecdótica que.aparte de sus valores satíricos, dota a laobra de un tono poético muy sugestivo.La representación del texto completo duraría probablemente más de tres horas,lo que indudablemente la hace una obradifícil; pero esta dificultad no justificade ninguna manera la absurda mutilacióndel texto llevada a cabo por Ignacio Retes, director de la representación en elTeatro Xola. Retes empezó por reducirel título, cambiando Los milones de M arcoPolo o IVIarco m·illones, como sería la traducción literal, por un inexpresivo MarcoPolo, cuya misma inexpresividad adelante el tono de la puesta en escena. Despojado de los "Millones", o sea de la sátirasocial, M arco Polo se transforma nadamás en una aburrida comedia que narralas aventuras del protagonista en Oriente.Pero conlO ya hemos visto, ésta no erade ninguna manera la intención de ü'Neill.La obra no es una crónica de aventuras,sino una sátira. Retes no supo ver. esto,como lo comprueba el hecho de que hayacortado la primera escena de la obra, enla que se señala el punto de vista desdeel que serán presentados los acontecimientos, y la última, en la que el sentido
l\1arcO Polo.- "abs'Ul'da mutilación del texto"
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Pero en cualquier forma, las cuatroobras demuestran ampliamente que hoy,Carballido es el mejor autor mexicano enactivo. Su teatro no es más una promesa;es una espléndida realidad. Queda tansólo esperar que se haga pronta justiciaa estas obras llevándolas a la escena, único lugar donde podrán realizarse comolas obras de arte que indudablemente son.
encima del valor indiscutible de éste secoloca su contenido. En ellas Carballidoha logrado trascender el a pesar de todolimitado ámbito de una determinada clase social para entrar a un terreno muchomás amplio en el que el protagonista es'el Hombre. Esencialmente sus últimascuatro obras abordan el compromiso queimplica estar en el mundo. En todas ellas,la acción conduce a los protagonistas alineludible deber de tomar pasicion frentea sí mismos y frente a sus semejantes. Alconducir la trama en esta dirección Carballido no abandona sin embargo la críticasocial, sino que extiende sus alcances. Susobras ya no se refieren a un medio determinado, sino al elemento fundamentalde todos ellos: los individuos que Joforman.
Paralelamente a esta problemática quepodríamos llamar general, Carballido trata en cada obra una serie de temas particulares que son los que determinan lanaturaleza de la anécdota y enriquecen lavisión social de los textos. Así, en El díaque se escaparon los leones se ejerce unaaguda crítica al militarismo y al sistematotalitario junto al desenvolvimiento dela personalidad de la protagonista; en Elrelojero de Córdoba además de la evolución que lleva al héroe a encontrar sulugar en el mundo se desarrolla una brillante sátira contra la corrupción y la incapacidad de los sistemas judiciales; enMedusa la mitología sirve de pretexto parahacer un elogio del hombre común y losvalores humanos: el amor, la amistad, lagenerosidad, poniéndolos por encima dela posición heroica; en Las estatuas demarfil, junto al profundo estudio de laspasiones que determinan la conducta delos personajes se incluye una acertadacrítica a las fórmulas que rigen los matrimonios burgueses y a la mezquindad dedeterminados círculos artísticos.
Ya hemos mencionado la importanciadel dominio técnico que le permite a Carballido construir sus obras con una notable libertad formal; pero es indispensableseñalar junto a éste otro aspecto muy importante de su teatro: la amenidad. Carballido ha encontrado la manera de hacerque sus obras sean siempre divertidas sintener que hacer concesiones de ningunaespecie, buscando un tono que le permitatratar sus temas desde un punto de vistacómico y que utilice la riqueza intrínsecade la escena que no disminuye su importancia, sino que, al contrario, acentúa susposibilidades críticas. Teatralmente, estehallazgo tiene una importancia primordial. Gracias a él, la atención no disminuye mientras se sigue el desarrol1o delas peripecias y el sentido de éstas l1egahasta el lector con absoluta claridad.
Como es natural, al seguir las cuatroobras reunidas en los dos libro~, el gustopersonal del lector impone preferenciassobre alguna de el1as. Particularmente, yoprefiero El relojero de Córdoba y El díaque se escaparon los leones, no sólo porel espléndido tratamiento de la personalidad de los dos protagonistas, desarrollados con notable profundidad, sino también por las características de la anécdota y, especialmente, por las excepcionalesposibilidades que el tratamiento a queéstas han sido sujetas brinda a las puestas en escena. En estas dos obras, Carballido lleva hasta el máximo aprovechamiento su estupendo sentido teatral recurriendo a toda una serie de efectos quesin ser superfluos enriquecen las obrasnotablemente.
SUSANA FRANCIS: Habla y literatura popular en la antigua capital chiapaneca. Instituto Nacional Ineligenista.124 págs.
Con un prólogo de Rosario Castellanos,la investigadora Susana Francis presentaen este libro los resultados ele sus observaciones en San Cristóbal (Chiapas), ciudad que guarda con cierta pureza el mundo cultural ele los antepasados indígenascle esa provincia. En los preliminares desu trabajo, señala la cercanía del habla deesa región y el habla de Centro y Sudamérica, pobladas ambas de giros an:aizantes y de modismos provenientes delespañol traído por los conquistadores yhablado durante la Colonia. De igual manera, la supervivencia de costumbres prehispánicas matiza la vida diaria de esos
. grupos predominantemente indígenas, 01vidaclos por centurias y explotados cuando ha menester. Ni la Colonia, ni la Independencia, ni la Reforma, ni la Revolución han hecho lo necesario para incorporar a la nación a esos hombres y mujeres que pacientemente continúan siendoconsiderados la "reserva" de la poblaciónmexicana. El desprecio que a veces suscitan entre quienes disfrutan de las ventajas ele la civilización es todavía mayorque la curiosidad que encienden en personas inclinadas a la comprensión, a la piedad y aun al estudio de sus hábitos. Lapolítica no siempre ha acertado en sus r:!isposiciones administrativas para rescatarla dignidad de aquel10s hombres, y hoy-en forma parecida a hace cuatrocientos años- los indios siguen siendo laprueba de nuestras incapacidades para integrar debidamente la nacionalidad. "Hanpermanecido ignorados -dice SusanaFrancis-, excepto para su explotación,hasta fechas muy recientes en que el Gobierno Federal ha emprendido la tarea dereincorporarios a la familia mexicana, como parte que son de el1a". La mayor responsabilidad en tales propósitos incumbeal Instituto Nacional Indigenista, que enocasiones se ha visto obligado a vencerla incomprensión de los "mexicanos" antes de poner en práctica los métodos apropiados para reintegrar a los "indios" a laeconomía del país, a fin de cambiar muchos de los prejuicios que propician sudependencia de otros grupos humanos."Al elevar su nivel de ingresos -escribeRosario Castel1anos-, al preservar su salud y procurar su instrucción, se produceun aumento del aprecio que se concedena sí mismos, una mayor confianza en suspropias capacidades y una respuesta afirmativa al estímulo de competencia y superación."
Estudios como el de Susana Francis,Habla y literatura popular en la antiguacapital chiapaneca, son fundamentales para conocer el ambiente en que habitan estos mexicanos menores. En esta obra, ellector se informa no sólo acerca del temaprincipal sino sobre la geografía, la historia, la vida cotidiana, las tradiciones, lasleyendas y las supersticiones ele la región, con lo cual tiene a la vista un panorama de lo que fue y de lo que es San
Cristóbal Las Casas. La ciudad es "agradable, sencil1a, de corte colonial provinciano", enclavada en medio de montañasy compuesta con construcciones en que label1eza suple la suntuosidad". La autoradescribe el mercado, que se efectúa en lavía pública, y aprovecha la escena paraaducir pruebas del habla popular:
"-¿ Son baratas estas tus manzanas,vos?
-Son.-¿ Cómo las vendés?-Tostón la cuartía.-¡Ah, no!-Mira que'stán galanas."
~ En efecto, el habla de San Cristóbalestá más cercana del habla popular deGuatemala o de otros países, que del resto de la República Mexicana. El voseo,desterrado del centro y del norte de México, perdura allí con carta de legitimidad. De los verbos que Susana Franc:isadopta para sus ejemplificaciones, veamos el verbo vivir, conjugado de la ~i
guiente manera: presente de indicativo,"vos vivís"; presente de subjuntivo, "vosvivás"; pretérito de indicativo, "vos vivistes"; imperativo, "viví"; copretérito,"vos vivás"; pretérito de subjuntivo, "vosvivieras"; futuro del indicativo, "vos vi-
o '"'' •• "viras o vas vIvir .En cuanto a la sintaxis, los chiapanecos
introducen cambios que no son innovaciones o arcaísmos sino que repiten, convariantes, fenómenos lingüísticos similares de otras partes del país habitadas porgrupos indígenas. Tal es el caso del "10"en lugar del "le": "Lo limpié la mesa;Sácalo las botel1as; Que 10 preparéstus cosas; Lo arreglaré la casita ..." Nomenos curiosas son las frases populares,de las que Susana Francis recoge algunasde las más significativas: "Andate carrera y venite tropel, tené cuidado no tevas a quer, si te querés quer, quete" (Vecorriendo y regresa pronto, ten cuidadode no caer, pero si te quieres caer, cáete) ;"Venís luego carrera" (Regresa pronto); "¿ Quién murió que Harás?" (Novale la pena 110rar); "Con perdón de sucara" (Sin intención. de ofenderle) ;"¡ Qué lo vea Dios!" (Veremos si es cierto); "Lo que es chiboludo no es parejo,y lo que no es parejo es chiboludo" (Para estar claro un asunto necesita no tenerambigüedades); "Na'más dice uno: Ayqué chula, y ya dicen: Esperá, voy traerla maleta" (Las muchachas poco necesitan para darse por solicitadas). y en loque atañe a los cuentos y relatos, algunosson derivaciones de historias populares detradición española, como por ejemplo lasleyendas, que ya la autora les asigna orígenes' i'ndohispanos, y las que se apoyanen tradiciones religiosas. En el mismocaso se encuentra el cuento de TiocoyoteCuloquemado, que relata los ardides deque se vale Tioconejo para escapar convida y en cambio coger prisi9nero a suenemigo, Tiocoyote, a quien castiga quemándole las porciones carnosas.
Al final, Susana Francis recoge un vocabulario que ayuda a comprender las palabras con que no estamos familiarizadosy aporta, para el conocimiento del hablaen San Cristóbal, las voces de uso diarioque ostentan diferencias con el español engeneral y con el español hablado en otraspartes de la República. En conjunto, estaHabla y literatura popular de la antiguacapital chiapaneca es, además de un trabajo científico, un libro de muy agradablelectura hasta para quienes desconocen totalmente las disciplinas antropológicas.
A. CH.