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    EL MURO

    José Ruiz Mata

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    ORQUE me quedé embarazada, por eso me tuve que casar. Un fallo,un condón roto fue suficiente para que cambiase mi vida col!ara

    un futuro incierto forzoso sobre mi cabeza, que no tanto sobre la deEmilio. " no lo di!o porque me arrepienta, bien lo saben todos los queme conocen, que ten!o dos #i$os, una ni%a un ni%o, que no loscambiar&a por nada de este mundo, ni siquiera por #aber tenido otra vida.'ero no sé, quiz(s si ese fallo no #ubiera ocurrido, a lo me$or nos #ubiesedado m(s tiempo para pensar, para prepararnos. )Quién sabe* +!ualestaba a#ora soltera, o viuda si me #ubiese casado con otro, meencontrar&a m(s sola an. -&, m(s sola, pero definitivamente sola, nocomo a#ora con el sinvivir de la espera, con la comezón de un or!ullo#erido que, a fuerza de a!uantar, cada vez protesta menos. 'ero no,soltera quiz(s no. e todas formas, )quién sabe cómo podr&a ser mi vidasi no lle!a a fallar el dic#oso condón*, desde lue!o a mi /asandra no latendr&a es posible que no me #ubiese casado con Emilio a#ora estar&acon otro tal vez ser&a v&ctima de la sevicia, que tan de moda est( enestos tiempos. -in embar!o, o creo que no me de$ar&a, se!uro que le

    plantar&a cara a mi marido si se le ocurriese ponerme una mano encima.0o quiero ni pensarlo, veo a esas pobres mu$eres que salen en la tele se me pone la carne de !allina. 1o m(s conveniente es no que$arse,porque después de todo mi vida no #a sido tan mala2 s&, a sé que Emiliotiene sus cosas, pero a estamos acostumbrados el uno al otro, usar elmismo colc#ón une muc#o. 3 veces se me ocurre pensar en otras vidas,en cómo ser&a mi e4istencia si no lle!o a casarme tan $oven, en qué#abr&a #ec#o si #ubiese podido via$ar de un lado a otro sinpreocupaciones, si #ubiese estado m(s libre con m(s fuerza. 0o sé, por

    e$emplo de peluquera en un barco, as& podr&a conocer mundos diferentes

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    se ensanc#ar&an mis cortos #orizontes. 'ero nunca se sabe cómo #abr&aterminado, conozco a al!unas ami!as m&as que muc#o andar para arriba para aba$o, muc#o ir de liberadas, de mu$eres fuertes a#ora no tienena nadie, est(n solas arru!adas, la edad se las va comiendo sin remedio.

    0o, la vida est( bien como me #a venido no puedo que$arme. 3unqueni siquiera sé para qué esto te$iéndome este $erse, después no tendréni dónde estrenarlo, como no me lo pon!a para #acer los mandados... "si lo pienso bien, es posible que me !uste te$er por ver cómo los puntos,esos peque%os nudos de lana, van saliendo de las a!u$as cómo las#ileras crecen lentas pero implacables.

    /uando me casé o estaba traba$ando con mi madre en un refino

    que ella #ab&a abierto en la barriada de la 'lata, en el ba$o del mismobloque donde ella viv&a entonces. +ncluso insinuó que nos fuéramos avivir con ella, pero o quer&a tener una casa independiente que compartircon Emilio no depender de nadie, ni estar vi!ilada constantemente muc#o menos por mi madre, aunque nos manten&amos con el salario queella me daba, eso a era suficiente. Emilio en aquella época no ten&a nioficio ni beneficio, el 'artido era para él todo su mundo su motivo dee4istencia2 bueno, el 'artido sus ami!otes. Mi madre siempre #ab&asido una mu$er de car(cter ale!re de fuerte !enio, pero cuando nosvinimos de la casa del abuelo tuvo un ba$onazo, aunque se recuperó encierta medida, nunca fue la de antes, estaba m(s irritable, a no cantabatan a menudo ni escuc#aba en la radio sus novelas. El refino lo montóporque de al!o ten&amos que vivir, pero le pesaba tener que estaratendiendo a la clientela, a ella nunca se le quitó el sellito de estar criadaen casa !rande, aunque llevaba su sino con resi!nación paciencia. elo que nunca me enteré es de dónde sacó el dinero para montar supeque%o comercio, aunque a decir verdad, nunca me #a preocupado

    muc#o el dinero que pudiese tener mi madre, siempre #e pensado queella se las puede bandear bien. 3 m& me #ubiese !ustado #aber ido a launiversidad estudiar periodismo, o psicolo!&a, o puericultura, pero conaquella r(pida #uida de la casa del abuelo se frustraron mis ilusiones,como que apenas terminé los estudios primarios a tuve que audarlea mi madre en la tienda con ella me quedé cuando las circunstanciasme llevaron al casamiento. 3ll& estaba cuando di a luz a mi /asandra enel refino permanec& #asta que lle!ó mi se!undo, 5idel, pero a era muc#ala car!a me tuve que encerrar en la casa para criarlos2 para entonces

    Emilio #ab&a empezado con su ne!ocio, aunque le costaba muc#as

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    #oras sacarle fruto, &bamos tirando.

    0o conoc& a mi padre, no es que se muriera antes de que o#ubiese nacido, es que era como si estuviese muerto. Mi madre no me#abló nunca de él, ni siquiera cuando fui maor #ab&a alcanzado,

    presumiblemente, la capacidad de entender ciertas #istorias, porescabrosas que fueran2 as& que entre ciertas conversaciones que le o& sinquerer a la abuela, el comentario que se le escapaba a al!una vecina las crueles indirectas que mi t&o le lanzaba de vez en cuando a mi madre,lle!ué a la conclusión de que una noc#e mi padre tuvo una fuerte disputacon el abuelo que se esfumó de$ando a mi madre conmi!o en labarri!a. 3l abuelo no debió de !ustarle muc#o las relaciones que #ab&aentre mis padres en cuanto tuvo ocasión acabó con ellas, el abuelo eraas&. 0unca m(s volvió ni se supo nada de aquel #ombre, parec&a serque e4cepto a mi madre, sólo en al!unos momentos, a nadie m(s le#izo falta su presencia, bueno, a nadie sin contarme a m&, porque unpadre siempre es un padre, aunque te ten!as que acostumbrar a vivir sinél. El abuelo ten&a una imprenta con muc#as m(quinas !randes muc#os#ombres que traba$aban en aquellas m(quinas que se pon&an alrededorde unas mesas lar!as de madera en las que mov&an papeles de un sitio aotro. "o fui poco por all&, un par de veces nada m(s2 recuerdo que erauna nave espaciosa, con las paredes !randes sucias con muc#o ruido.

    El abuelo era un #ombre alto del!ado, siempre estaba serio, como sinada del mundo le atra$era, como si todos le estuviésemos molestandocon nuestra presencia, como si todos estuviésemos equivocados menosél. /uando estaba en casa, él se met&a en su despac#o all& se llevabalas #oras muertas entre periódicos, papeles de la imprenta sonidos dela radio. Recuerdo su despac#o como una sala oscura, con pocaventilación, con los muebles de madera, las cortinas pesadas losbutacones de cuero. "o no entraba apenas en aquella #abitación, porqueel abuelo cerraba la #abitación con llave la #abitación era sua, lo m(s

    suo de toda la casa, que también era sua. /uando estaba en sudespac#o no quer&a que lo molestasen. "o pe!aba la ore$a a la puerta o&a la radio como si estuviese mu le$os, como si estuviera en un barcoall( en medio del mar, también pod&a sentir el leve ruido de lospapeles, de las p(!inas del periódico al pasarlas, el carraspeo del abuelo,el roce de la pluma contra el papel. /uando mi madre o la abuela medec&an6 7e, que el abuelo quiere verte. 3 m& se me enco!&a el corazón, node miedo, aunque también, sino de respeto, de un respeto como sientrara en un sitio pro#ibido. El abuelo nunca me pe!ó, ni siquiera me

    lle!ó nunca a casti!ar, pero su sola mirada era suficiente como para que

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    o sintiese el peso de todas las culpas de mi inestable conciencia. Elabuelo era un #ombre serio, que se #ac&a respetar que siempre llevabala razón, aunque la razón no e4istiera.

    3ntes no era como a#ora, Emilio o milit(bamos en un partidopol&tico cuando los partidos estaban pro#ibidos éramos clandestinos,porque entonces en Espa%a #ab&a una dictadura que la mandaba el!eneral 5ranco2 esto es una cosa que los $óvenes de a#ora no lle!an aentender. Una dictadura es al!o tan absurdo que a la persona que no la#a padecido le resulta mu dif&cil ima!in(rsela comprender como sepuede pro#ibir, no a libros en contra del ré!imen o manifestacionescalle$eras, sino al!o tan simple como el que se puedan reunir m(s decuatro personas simplemente a c#arlar. espués de todo la

    clandestinidad era emocionante, m(s que nada si se es $oven con cierto!rado de inconsciencia sobre lo que te podr&a pasar. /omo $óvenes nos!ustaba romper las normas, las tradiciones, demostrar que est(bamosvivos que ten&amos nuestros propios criterios. 8odo lo que sonara aestablecido era sinónimo de conservador2 nosotros, que quer&amosconstruir un mundo nuevo, ten&amos que crearlo todo nuevo. 'or esonuestra boda fue especial, nada de familia, sólo nuestros padres paraque no se enfadaran, los #ermanos de Emilio punto, todos los dem(sinvitados eran los camaradas del 'artido. espués de la ceremonia nosfuimos a una cervecer&a all& lo celebramos entre cervezas, patatas fritas aceitunas. Emilio o #ab&amos alquilado un par de #abitaciones enuna casa de vecinos de la calle 0iebla, una casa tranquila en la queviv&an pocos inquilinos que ten&a un peque%o patio en la entrada.0osotros viv&amos al fondo por las tardes nos ve&amos all& los del'artido le&amos los comunicados que lle!aban del comité central,or!aniz(bamos nuestras acciones, beb&amos cerveza casi todos ledaban al #ac#&s, aunque o no, a m& nunca me !ustó eso de perder mis

    facultades2 adem(s, al principio estaba embarazada después ten&a quecuidar de la ni%a. Recuerdo que la primera noc#e que pasamos en aquellacasa Emilio tra&a una botella de lec#e para el desauno, al pasar por elpatio quiso darme un ac#uc#ón, se le caó la botella se rompió,adem(s del ruido que debió despertar a la mitad de los vecinos, pusotodo el suelo perdido a esa #ora, sin !anas, tuvimos que limpiar elsuelo, adem(s, por $u!uetón, nos quedamos sin lec#e por la ma%ana.'ero nos re&amos, nos re&amos por todo, por la botella rota, por tener quelimpiar de madru!ada, por molestar con nuestras incontrolables risas a

    los durmientes, por quedarnos sin lec#e, por todo, nos re&amos por todo.

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    En la escuela me #ab&an dado una #uc#a en forma de cabeza de

    ni%o ne!ro, era para que pidiéramos, porque aquel domin!o se celebrabael d&a del omund. 0os #ab&an dic#o que era un dinero para mandarleauda a los ne!ritos, a los c#initos a otros ni%os que se mor&an de#ambre en el mundo. "o lle!ué mu contenta a mi casa con mi #uc#a, la#uc#a que me #ab&a dado la mon$a, la vie$a #ermana que me #ab&aco!ido amablemente por el cuello que con su sonrisa de $ineta avarame #ab&a advertido6 En tu casa tienen dinero, a ver cómo te portas. Miabuela estaba en la cocina con mi madre, le ense%é sonriente mi ne!rito la abuela, ante la mirada no sé si lastimosa, comprensiva o tan sólo

    inocente de mi madre, me di$o6 "o no, peque%a, el dinero lo tiene tuabuelo, o no ten!o m(s que para la comida, anda, ve se lo pides a él.Mi madre me acarició el pelo como si a me estuviese consolando. Elabuelo se encontraba en su despac#o, por eso no lo molesté. urante lacomida no le di$e nada, todos est(bamos en silencio, como siempre, perodespués del postre le se%alé #acia el aparador donde o #ab&a de$ado lapeque%a cabecita (vida de monedas. Me la #an dado en la escuela. 5uelo nico que salió casi inaudible por mi boca. El abuelo ni siquiera miró alaparador, él a sab&a lo que #ab&a encima, él lo sab&a todo, pero no di$onada, se levantó sin mostrar el menor interés se fue a ec#arse susiesta. "o recordaba la cara de la mon$a, sus codiciosos o$os, su manosobre mi cuello, el olor de su ropa. 9Qué pesadas desa!radables eranlas tardes en mi casa: 0o se pod&a #acer ruido porque el abuelo dorm&a cualquier sonido, por peque%o que fuese, era ruido, suficiente comopara que al levantarse estuviera de peor #umor que de costumbre nosamonestase a todas por nuestra falta de consideración #acia él2 que seestaba de$ando media vida en la imprenta para que nosotras viviésemos

    bien , a cambio, sólo #ac&amos ruidos. 3#ora que lo pienso, mis tardesse #an vuelto tan silenciosas como las tardes de la casa del abuelo,aunque a no ten!o a quien respetarle el sue%o. Entonces, por las tardes,me quedaba con mi madre en la salita a verla coser a escuc#ar muba$ita la radionovela. e la que m(s me acuerdo es de  Ama Rosa, la#istoria de una ne!ra que sufr&a lo indecible para el deleite de losradioescuc#as de ablicas tardes. Mi abuela, mientras tanto, fre!aba arre!laba la cocina, no quer&a que mi madre le audase porque dec&a queel fre!ado estropeaba muc#o las manos mi madre era mu $oven para

    tener unas manos estropeadas, aunque a mi madre no le sirviera de nadaestar all& encerrada con las manos sin estropear. El abuelo se levantó se

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    fue a la imprenta sin ni siquiera pasar por la cocina, la cocina era elterritorio de las mu$eres, tan sólo o&mos el !rifo del lavabo, la cisterna,unos pasos por el pasillo, la puerta de la calle que se cerró de un !olpe./uando el abuelo volvió a era tarde, siempre era tarde cuando el abuelo

    volv&a, o lo estaba esperando con mi cabecita de ne!ro entre las manos mis o$os puestos sobre la coronilla de la cabecita, pero sin verla2 medaba ver!;enza mirar #acia otro sitio que no fuese la peque%a #uc#a debarro. )Qué te pasa*, me pre!untó el abuelo sin mirarme, seco, sinconcederle a su voz nin!n tono, mientras col!aba la c#aqueta en elperc#ero. Es para los ne!ritos, abuelo, para que puedan comer. El abuelovolvió a ponerse la c#aqueta me di$o6 7en conmi!o, que te vo aense%ar una cosa, pero que no se te olvide nunca. -in decir nada a nadiesalimos a la calle, a era de noc#e aunque todav&a quedaba muc#a !ente

    deambulando2 o apenas si sal&a por la noc#e a la calle recuerdo queen aquella oportunidad tuve la e4tra%a sensación de estar caendo enfalta, como si estuviese desobedeciendo a la abuela o a mi madre aunquefuese acompa%ada del abuelo.

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    solas. "a en la clase, la mon$a fue abriendo una por una las #uc#asquit(ndoles unos sellos de papel unos tapones de corc#o que llevabandeba$o, felicitaban a las ni%as por su buena cosec#a. /uando le tuveque dar la m&a o estaba llorando, la mon$a al abrirla me miró con cara

    de asco. " después querr(n que ven!as al cole!io a aprovec#ar eltiempo, fue lo nico que me di$o antes de arro$ar las dos monedas quese perdieran entre las otras del montón que ten&a formado sobre la mesa.

    En mi casa, que era la casa de mi abuelo, pero que también era micasa, viv&amos el abuelo, la abuela, mi madre, o el t&o Jaime, que eramenor que mi madre que traba$aba en la imprenta con el abuelo. Mi t&oJaime era amable cuando se le anto$aba, cuando no ten&a el mismo

    car(cter que el abuelo2 cuando el #ombre estaba contento todosten&amos que estar contentos, aunque no #ubiera motivos para estarlo.3brazaba a la abuela por detr(s le daba bocaditos en los #ombros,ac#uc#aba a mi madre, me co!&a en brazos me #ac&a volar, era mu $u!uetón. 'ero si entraba de mal #umor no se le pod&a ni #ablar, tecortaba de mala forma en cuanto te diri!&as a él. 3prend& pronto aesquivarlo a esperar a que viniese si ten&a !anas de $ue!os. /uando elabuelo murió, el t&o Jaime se #izo car!o de la imprenta, que #astaentonces #ab&a sido del abuelo, lle!aba con las carpetas que durantea%os #ab&a tra&do el abuelo, se met&a en el despac#o que fue del abuelo que a#ora era suo pon&a la radio que durante a%os escuc#ó el abuelo que también a era sua. esde que t&o Jaime se #izo car!o de laimprenta el mal #umor le fue !anando terreno a los momentos deamabilidad simpat&a. 1le!aba a la #ora de comer almorzaba ensilencio2 nosotras, por no molestarle, casi ni lo mir(bamos cada una#ablaba lo imprescindible para que una tra$era la sopera o para que sellevara la fuente con el pescado. 'orque en mi casa #ab&a la costumbre

    de empezar todos los d&as con pescado frito lue!o la sopa o la comidaque fuese. urante el almuerzo se creaba una tensión que sólo sedisipaba cuando el t&o Jaime se levantaba de la mesa se met&a en eldespac#o que fue del abuelo, entonces mi abuela empezaba a #ablarle ami madre de muc#as cosas, atropelladamente, como si en el tiempo deobli!ado silencio se #ubiese acordado de muc#as #istorias que necesitasesacar fuera para olvidar los momentos de represión, como quien comedesaforadamente para olvidar las #ambres que un d&a tuvo que pasar.'ero lue!o, cuando nos &bamos a la cocina pon&amos la radio ba$ita,

    quiz(s por costumbre de cuando el abuelo se ec#aba la siesta o pormiedo a que un sonido desconocido #iciese que mi t&o apareciera por la

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    cocina nos co!iera a las tres como si estuviésemos confabul(ndonos através de la radionovela. Un d&a, me vino a la cabeza una idea que meresultaba e4tra%o que no se me #ubiese ocurrido #asta entonces6necesitaba entrar en el despac#o que fue del abuelo que a#ora

    pertenec&a al t&o Jaime, me resultaba preciso investi!ar lo que all& #ab&a,respirar aquella atmósfera, des#acer el pesado aire que se amparabaentre las !ruesas cortinas2 me ur!&a rebuscar en los ca$ones, re!istrar lasestanter&as, tirarme en la alfombra. 'ero la puerta estaba cerrada conllave, pues mi t&o, al i!ual que el abuelo, era mu celoso de suspertenencias cerraba la puerta siempre que no estaba dentro, incluso lalimpieza se la #ac&a mi madre mientras él se encontraba presente. +deéun plan para #acerme con la llave. 1os secretos sobre los que no #aesperanzas de poder desvelarlos no sirven para nada.

    Emilio discut&a muc#o con su padre, el #ombre era > si!ue siendoaunque los a%os lo #an apaci!uado un poco? soberbio, autoritario mureli!ioso, por lo que resultaba normal que c#ocasen constantemente. 0iel padre ni la madre me comentaban apenas nada, pero o sé que pordetr(s me culpaban a m& de las ideas que a su #i$o le #ab&an inculcado,porque claro, su #i$o no era as&, sino que los responsables ten&an que serlas malas compa%&as, compa%&a de la que o formaba parte, como esló!ico. 1a verdad es que como nos conocimos con diecisiete a%os, $untospasamos esa etapa que llaman de reafirmación bsqueda de lapersonalidad. Mi madre dec&a lo contrario6 @a que ver las ideas que teest( metiendo ese novio que te #as ec#ado. -&, los $óvenes de nuestra!eneración nos enfrent(bamos demasiado a menudo con nuestrospadres, unas personas criadas en la dictadura con sus opinionescortadas por el miedo, con una abne!ación ante la realidad que losllevaba a ponerse en manos de unos diri!entes a los que ni siquiera

    conoc&an a los que no pod&an poner muc#o menos ec#ar de suscar!os, las in$usticias a ni se notaban de tan corrientes que eran,siempre #ab&a una $ustificación para cualquier abuso del poder, los pobressiempre tra!an encima disculpan a sus opresores. e a#& que nuestrospadres ten&an por fuerza que !olpearse de frente con una $uventud queven&a empu$ando, que necesitaba darle respuestas a muc#as pre!untas,que no se conformaba con la opresión que se le impon&a desde elAobierno. "a no resultaba suficiente el decir6 las cosas son as&, qué levamos a #acer. 'or eso nos enfrent(bamos, por eso por reafirmar

    nuestras ideas, porque sent&amos en la casa la prolon!ación de un

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    Aobierno opresor, en fin, también porque la edad la san!re as& nos loe4i!&an. e a#& que necesit(semos salir, salir a donde fuera, vivir unavida diferente, demostrar lo que éramos capaces de construir. " quéme$or forma de independencia que cas(ndose, cuando e4iste el amor.

    0os cas(bamos nuestra vida tomaba otro rumbo, pod&amos ver anuestros pro!enitores desde una posición m(s i!ualitaria, a no pod&aninfluir en nuestras vidas, cada uno ten&a su casa, a no est(bamosobli!ados a vivir ba$o el mismo tec#o, a no #ab&a que comer de sucomida ni pedirles dinero para salir a dar una vuelta, no ten&amos porqué a!uantar a nadie. @asta en eso #a cambiado la sociedad, los $óvenesde #o no quieren responsabilidad, no necesitan salir de deba$o del alade sus padres, viven cómodos en unas #abitaciones individuales, nocomo antes que conozco ami!os que dorm&an cuatro #ermanos en el

    mismo cuarto, si necesitan un desa#o!o, siempre #abr( al!uiendispuesto a una reciprocidad sin demasiado compromiso, liberalidad quedes!raciadamente no e4ist&a en mi época. @o #a democracia queremos creer que la libertad viene por real decreto, a no tiene nadieque $u!arse la vida por defender lo que por naturaleza le corresponde. 0osé #asta que punto #emos lo!rado un avance. -e #an cambiado lasreuniones clandestinas por tardes en la #ambur!ueser&a, luc#a obrera porcombates futbol&sticos, libros de pol&tica por pasión por los ordenadores,libros que lle!aban saltando la censura por insulsos bestBseller de!randes editoriales que se venden en los supermercados $unto a lamortadela, las latas de fabada o los tra$es de punto in!lés.

    1a novia de mi t&o era cara$ota, bueno a#ora es su mu$er, perosupon!o que se!uir( i!ual de cara$ota, porque para eso no #a medicinaque lo cure ni cursillo que lo alivie2 es m(s, suele empeorar con eltiempo. Mi t&o nos tra$o a su novia por primera vez a casa una tarde a

    merendar, #ac&a como dos meses que el abuelo #ab&a muerto, lle!aron#aciéndose mimitos caranto%as, en una de ellas mi t&o di$o6 Esta esRifi. 1a citada es!rimió una sonrisita, mi abuela mi madre asintieroncon la cabeza a modo de saludo, pero no movieron ni un msculo de lacara ni di$eron nada. Rifi, en contraste con las otras mu$eres quesoportaban el luto ri!uroso, conmi!o que me #ab&an permitido llevar acausa de la edad un luto aliviado, vest&a un tra$e estampado en vivoscolores con la falda de vuelo. 3l sentarse nos ense%ó unos muslosblancos de piel fin&sima, muslos como los que o no #ab&a visto #asta

    entonces. Mi madre tra$o el café unas pastas mientras los novios

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    se!u&an con sus caranto%as como si all& no #ubiera nadie m(s, como sinadie en el mundo, tan sólo ellos, supieran demostrarse el cari%o, comosi necesitasen espectadores que certificaran con su presencia la veracidadde su amor2 sentirse envidiado #ace m(s dulce e intenso el placer.

    8omamos la merienda Rifi se re&a sin motivo aparente, mi abuela mimadre le #ablaban m(s por educación que por !anas de conocerla. Mi t&ole co!&a una mano le dec&a6 3nda, cielo, toma otra !alletita. 3, o notomo m(s, que en!ordan. /ontestaba ella volv&a a introducirse otra!alleta en la boca de labios ro$os de carm&n. espués de merendar, mi t&o su novia se metieron en el despac#o que fue del abuelo que a#oraera de mi t&o, se cerraron con llave. 1a abuela !uardaba silencio, mimadre tras reco!er la mesa no pudo m(s di$o6 0o se ve mala del todo.1a abuela la miró seria e indefiniblemente no le contestó nada. 3

    ltima #ora de la tarde se marc#aron mi t&o su novia, ella ni siquiera sedespidió. 3 partir de aquella tarde el t&o Jaime se tra&a a Rifi casi todoslos domin!os a comer a casa, pero por la ma%ana, antes de ir areco!erla, daba las órdenes oportunas a la abuela a mi madre de cómose ten&an que comportar, cu(l deber&a ser su conversación qué ten&anque poner de comer6 "a sabéis que a Rifi no le !usta la carne demasiado#ec#a, el pescado que esté frito en el aceite bien caliente de !arbanzosnada, os tiene dic#o que no los come, es por la piel tan !orda. 1a abuelano dec&a nada, pero tomaba buena nota de las recomendaciones. " t,por favor, no te pon!as a quitar el polvo o a limpiar la plata mientras ellaesté aqu&, me parece de mal !usto, le dec&a mi t&o a mi madre. espués,por la noc#e, cuando mi t&o ven&a de de$ar a Rifi en su casa, llamaba a laabuela a mi madre les #ac&a saber las anomal&as que #ab&a advertidodurante la velada, esperando que no volviesen a suceder. 'or bien que lasmu$eres se quisieran portar, mi t&o siempre les co!&a faltas. 1o que nuncaperdieron, ni el t&o Jaime ni su novia, fue la costumbre de sobarse enpblico, ense%(ndonos a nosotras tres, pobres mu$eres desoladas de

    amor, cómo ser&an las caricias las atenciones de un buen compa%ero.

    /onoc& a Emilio en La parra vieja, un bar del si!lo pasado con lostec#os altos, esbeltas columnas de #ierro for$ado, mostrador !rande,sillas mesas de madera oscura, suelo en losas blancas ne!ras visillos en las ventanas en los cristales de las puertas. -e trataba deuna de las primeras tardes en que mi madre me de$ó salir con mis

    ami!as, un mundo nuevo se abr&a para m&2 no pesaban sobre mi personaunos o$os protectores, llevaba poco dinero pero suficiente a nadie le

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    i!ual forma la vista pero no les e4i!&an nada. Uno de los c#avales selevantó vino sonriente #acia nosotras, por los andares parec&a queacababa de ver una pel&cula de @ump#re =o!art, los otros cuatromiraban e4pectantes el desarrollo del ataque. 3l lle!ar a nuestra mesa

    di$o el mocito6 )Qué, se puede saber a qué vienen tantas risitas*'re!unta absurda nada ori!inal que provocó nuevas m(s aparatosasrisas. )'or qué no os ven&s con nosotros nos cont(is las !racias*, as& nos podremos re&r todos, comentó ufano con aire de maestro deescuela el atacante. 0os miramos unas a otras, pero nin!una le contestó,todo eran !estos de duda, todas sab&amos que tendr&amos que atravesaruna l&nea, quiz(s la l&nea m(s marcada de nuestra vida, pero como lom(s natural es de$arse llevar, nos mantuvimos en silencio, tampocodi$imos nada cuando los compa%eros cruzaron el espacio entre ambas

    mesas se pusieron a nuestro alrededor, estuvimos calladas mientrasse sentaban con nosotras le ped&an cervezas al camarero, dandomuestras de dominio en los menesteres mundanos de los bares madurez suficiente para tomar los cinco !rados de alco#ol que contieneuna cerveza. Junto a m& caó Emilio, i!ual me #ubiese tocado 3lberto oRafa, la casualidad tiene muc#o que ver en esto de enamorarse, aunqueclaro, después tiene que caerte bien esa persona, estar a !usto a su lado,satisfacerte su conversación, su forma de pensar, de actuar. " a m& mea!radaba estar al lado de Emilio, me cautivaba que me contase cosas,me atra&a que me mostrara las in$usticias que e4isten en este mundo, meencantaba que quisiera implicarme en su luc#a, me !ustaba que mebesara, que me ac#uc#ara contra su cuerpo, que me convenciera de que#acer el amor con la persona amada es el m(s puro acto de armon&a conel cosmos que se puede realizar. 3#ora, lo que me$or le sal&a al pu%eteroes aquello de que #acer el amor constitu&a la me$or forma de luc#a contrael retró!rado sistema que alienaba a las personas2 el sistema al serviciode su instinto se4ual. 'orque al principio o no quer&a que él me tocara

    m(s all( de lo que mis escrpulos impon&an, me eduqué en un cole!io demon$as all& el se4o no da para muc#o, casi todo era pecado aunque elconcepto de pecado fue desapareciendo de mi mente, nunca #e lle!ado aliberarme del todo de su influencia en mi subconsciente. El tesón deEmilio, las necesidades de mi cuerpo muc#as noc#es de vi!ilia en lacama, fueron dando paso a unas relaciones en las que una simple cariciaten&a m(s de e4citante que muc#as noc#es de a#ora, en las que Emilioviene tarde recalentado me despierta con sus ur!entesrequerimientos2 aunque con esto no quiero o que$arme de mis actuales

    relaciones, que también podr&a, pero no quiero2 prefiero pensar que la

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    culpa la tiene la rutina, la falta de tiempo, el no c#arlar lo necesario, enfin, lo de siempre.

    /uentan que mi abuelo, antes de la !uerra, fue contrabandista que una noc#e mató a dos #ombres en la sierra2 estas son #istorias delas que una se entera de maor por fuera, porque en casa nunca medi$eron nada. El contrabando, como todo en esta vida, tiene sus lees,sus (reas de influencias, un terreno que defender. " dicen que mi abuelodefend&a bien su terreno nadando entre las oscuras a!uas del matute, lacolaboración oculta con los poderes pblicos el soborno a la polic&a.'arece ser que la desaparición de aquellos dos individuos no sólobenefició los ne!ocios directos de mi abuelo, sino que también e4ist&an

    otros intereses m(s turbios a los que servir2 por medio #ab&a al!unosterratenientes tal vez m(s de un pol&tico. -e!n mis c(lculos si la#istoria es verdadera, aquella reerta sucedió en los alrededores de LaSauceda, una finca de alcornoques encinas donde de vez en cuando&bamos Emilio o cuando los ni%os eran c#icos para pasar el domin!oentre montes, (rboles, a!ua piedras2 cómo cambia la vida, ni la sierraresulta a la de antes. El nombre de La Sauceda no le viene, como sepodr&a suponer, porque proliferaran por all& los sauces, sino losdesa#uciados, porque anti!uamente en aquellos montes se refu!iabantodos los que por una u otra razón eran apartados de la sociedad,criaturas que en aquellos para$es se buscaban la vida de forma primitiva sin molestar m(s de lo necesario. La Sauceda est( en el camino de lasierra que va #acia Aibraltar al norte de Cfrica en ella deb&an dereunirse los diferentes contrabandistas se dirimir&an no pocascompetencias deslealtades. Mi abuelo #izo los pilares de su posteriorfortuna en aquella sierra2 aunque a poco de empezar con el ne!ocio a sebuscó a otros que le sacaran las casta%as, mientras él se dedicaba a

    diri!ir a maquinar para que sus esfuerzos fueran cada vez m(srentables, , !racias a sus influencias, su persona m(s intocable decente. El dinero es una materia que se lava con las #erencias2mientras m(s !eneraciones pasan, m(s #onradas son las riquezas. Eltataranieto de un ladrón puede ser perfectamente, !racias a la fortuna#eredada del tatarabuelo, un #onrado banquero con propuesta a obtenerun t&tulo nobiliario, )qué culpa tiene ese se%or de que su ancestro fueseun sinver!;enza* El nieto de un narcotraficante ser( un #onrado ricoempresario !racias a los actuales esfuerzos de su abuelo. 'ero en cambio

    el m&o, mi abuelo, tuvo la #abilidad de limpiar el solo la riqueza que

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    #ab&a obtenido sin esperar a que lo #eredasen, aunque también esverdad que su fortuna, aunque estaba bien para mi ciudad, no era nadade otro mundo a poco que la compar(semos, o al menos eso es lo que ocreo.

    /uando estalló la !uerra, mi abuelo se puso de parte de los!olpistas, $u!ando a la carta !anadora. +ncluso dio dinero a la 5alan!elocal, de a#& que le ofrecieran un car!o de responsabilidad, car!o que élaceptó. 0o fue a la !uerra2 su lu!ar, como mi abuelo sol&a decir, estabaen la reta!uardia, or!anizando, preparando la sociedad para los nuevostiempos, si #ac&a falta un poco m(s de dinero para convencer a quienfuese, pues nada, se daba. 1a !ente de la calle, las #abladur&as, los

    envidiosos, como en casa se sol&an llamar, contaban que mi abuelo fue elart&fice de las pur!as que se #icieron en la comarca, pero nunca nadie lepudo demostrar nada, porque tuvo la #abilidad de no ir nunca a nin!unacasa a buscar a los sospec#osos, nunca interro!ó directamente a nadie cuando ven&an a pedirle por la libertad de al!n preso, él arru!aba elrostro, compun!&a la cara contestaba que o$al( pudiera #acer al!o, queesos asuntos lo llevaban los fiscales los $ueces, que qué pod&a #acer unsimple Jefe del Movimiento. 'ero en cuanto ve&a que al!n detenido iba asalir absuelto o con su caso sobrese&do, ense!uida llamaba a la familiapara informarle que él estaba sobre el asunto que a lo me$or conse!u&aal!o !racias a sus influencias. e entonces le viene a mi abuelo eso de lode la imprenta, porque resulta que en la calle 'alomar #ab&a, durante laRepblica, una industria en la que imprim&an una especie de peque%operiódico, que aunque no era declaradamente de izquierdas, ten&a elprurito de ser independiente, circunstancia esta que provocó la r(pidaintervención de la 5alan!e en cuanto cambiaron los tiempos. El due%o dela citada imprenta fue e$ecutado por proferir en su publicación calumnias

    contra la 'atria. 'ero detr(s de él también caeron sus #ermanos,sobrinos dem(s familia directa, los #i$os no porque el citadoempresario, afortunadamente en su caso, era soltero. En aquella época,cuando al!uien era acusado de un delito !rave, la pena reca&a sobre todala familia, de esa forma se acallaban las posibles ven!anzas el casti!oera m(s e$emplar. 8oda la familia fue e$ecutada, toda e4cepto una cu%adaa la que perdonaron por estar embarazada. 3 la mu$er la condu$eron al#ospital de -anta +sabel la internaron para que diese a luz ba$ovi!ilancia, pero la misma noc#e de su in!reso la sacaron por la puerta de

    atr(s del #ospital le pe!aron un tiro sobre el muro del convento de la

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    Merced. 1a imprenta la requisó 5alan!e mi abuelo se pusovoluntariamente al frente de ella sin pedir nin!n tipo de remuneraciónpor su labor, dec&a que era e4i!encia moral de cualquier ciudadano, m(ssi ostentaba al!n car!o pblico, sacarle el fruto a todos los elementos

    que se pusieran al servicio del pueblo del Movimiento. Modernizó lasmaquinarias con dinero municipal, aumentó la cartera de clientes con loscentros oficiales reli!iosos , tras la conveniente pur!a, empu$ó a lostraba$adores para que el rendimiento fuese e$emplar. e a#& a que laimprenta, local incluido, pasase a su propiedad sólo fue cuestión detiempo de mover los papeles e influencias necesarios.

    Mi abuelo se convirtió en un buen ami!o del obispo, lo eli!ieron

    como @ermano Maor en un par /ofrad&as, presid&a la procesión del/orpus. " a#ora que lo pienso, el abuelo es que #ab&a nacido parapresidir, porque él no !obernaba la imprenta, la presid&a, como presid&a lacasa, el casino o cualquier otro estamento a que tuviera acceso. 3labuelo le consultaban para el nombramiento del alcalde, lo invitaban a larecepción de bienvenida a cada Aobernador /ivil, la prensa local siempreten&a un buen lu!ar para recordarle a todos los ciudadanos ae$emplaridad de ese #ombre que tanto #ac&a por su ciudad, por suprovincia, por Espa%a. Recuerdo que una vez fue a merendar a casa elobispo, me di$eron que ten&a que besarle el anillo cuando lle!ara queme portara an me$or que de costumbre. /uando llamaron a la puerta mimadre me co!ió por detr(s me di$o mu seria6 0o te di!o nada. Esenada se me quedó clavado en la memoria como un todo. 3l marc#arse else%or obispo, a en la puerta, como si de pronto se diese cuenta de queuna ni%a #ab&a estado all& presente durante toda la velada, me tomó porlos #ombros con voz melosa me di$o6 /uida de tu abuelo, es un !ran#ombre, un #ombre de los que a no quedan. /uando el se%or obispo se

    #ubo marc#ado, mi madre miró a la abuela, la abuela miró a mi madre, las dos parec&an como transportadas. Mi abuelo de$ó todos su car!os enla 5alan!e, se desli!ó de todo lo que le recordara su pasado, incluso elreciente. -ab&a que el pa&s #ab&a entrado en una nueva etapa que lome$or era ser un empresario emprendedor, con sus ami!os, con susinfluencias, pero dedicado en cuerpo alma a su ne!ocio. 0o se preve&ancambios en el #orizonte pol&tico, pero estar preparado no le #ac&a da%o anadie. " as& era el abuelo que o conoc&, serio, #onrado, traba$ador,#ombre de casa ami!o de sus ami!os que nunca #ablaba pblicamente

    mal de nadie, que iba todos los domin!os a la i!lesia, que participaba en

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    los oficios reli!iosos, que aunaba en /uaresma, que se!u&aprocesionando en el /orpus con su vara de @ermano Maor en -emana-anta, que participaba en las campa%as de /(ritas que se dec&a serquerido respetado por todos sus traba$adores.

    El portero de una escuela de primaria era el que, e4poniendo sutraba$o su libertad, nos proporcionaba la multicopista para imprimirnuestros comunicados. @ab&a que ir al cole!io de noc#e entrar sin servistos sin que se levantara la menor sospec#a, a que la polic&a estabamu interesada en conocer nuestros medios técnicos, aunque los mediosfueran las m(quinas del propio Ministerio de Educación. Emilio me llevó

    una noc#e para que lo audase aunque, como lue!o supe, susintenciones eran dobles. 'rimero llamamos por teléfono a la escuela cuando se puso el portero, Emilio le pre!untó si el profesor de !imnasiale #ab&a de$ado unos balones, el #ombre le di$o que no, pero que ma%anamismo cuando lo viese se los pedir&a. Emilio col!ó me di$o que no#ab&a problemas, que la contrase%a #ab&a funcionado que el porterode$ar&a abierta la secretar&a. -altamos la tapia del cole!io en silencio, alamparo de la oscuridad, #uendo del resplandor de las farolas de la calle,cruzamos el patio #asta el edificio de las aulas. Entramos por unapeque%a puerta trasera que nuestro colaborador #ab&a de$adoconvenientemente sin cerrar con llave, por un lar!o medio tenebrosopasillo pasamos as la secretar&a. Recuerdo que el olor me devolvió a losa%os del cole!io, ver las clases en penumbra con las bancas de madera,las pizarras, me remitió a la escuela de las mon$as, el pasillo anc#o lar!o, el silencio, eran buenos alicientes para la evocación, pero o noec#aba de menos aquellos a%os de cole!io, es m(s, ni quer&a ni quierovolver a aquel tiempo, no me apetece nada la idea de re!resar a la

    infancia. " no es que este tiempo sea me$or, a#ora puedo estar tan malcomo antes, pero aquello a pasó a#ora ten!o que adaptarme a otrae4istencia. /ualquier tiempo pasado, pasado est( bien se encontrar( ensu lu!ar de la memoria al que sólo accedo en momentos como este, enmomentos en que me encuentro a res!uardo sé que no puede #acermea da%o, por eso rememoro con la venta$a de la selección, aunque aveces me !ustar&a olvidar m(s de lo que realmente puedo. 0o, no quierovolver a la infancia, pero tampoco a la adolescencia, ni siquiera al d&a deaer. 3ntes de encender la luz ba$amos las persianas corrimos las

    cortinas, cuando la bombilla iluminó la #abitación un escalofr&o me corriópor el cuerpo, era como si la oscuridad protectora #ubiese dado paso a

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    boletines de notas, nos amamos me$or que en una cama.

    Rifi era el diminutivo que supl&a la mala lec#e de quien le puso elnombre de Rafaela al nacer, creo que le ven&a en #onor de su abuelamaterna, dudoso #onor para la abuela para ella, m(s de un toque mepropinó mi madre por cambiarle la prota!onista a la canción entonaraquello de Rafaela fue a los toros en los toros se caó. " la verdad esque me sal&a sin querer, no me daba cuenta de que estaba cantando#asta que no sent&a la mano de mi madre impactar en la parte de micuerpo que le co!&a m(s cerca, aunque Rafaela no #ubiese ido a los torosni el culo se lo #ubiera visto nadie. Rifi nunca #ablaba de quién era su

    familia ni a qué se dedicaban sus padres, cuando ten&a que #acer al!unareferencia a ellos tan sólo comentaba mi pap( esto, mi mam( lo otro, a est(. 'ero como en este mundo nada puede quedar en secreto, muc#o menos cuando e4iste al!uien dispuesto a averi!uarlo, lle!ué asaber que el padre de Rifi era dependiente en una tienda de te$idos, osea un #ortera, la madre audaba al mantenimiento de la casacosiendo para los clientes que el cónu!e se buscaba a través de latienda. os abne!ados currantes que se de$aban las pesta%as tras laa!u$a durante las noc#es para que su nica #i$a pudiese lucir su palmito !ozar de la vida, porque la ni%a era tan flo$a que sólo entend&a decocina lo suficiente para mostrar su enorme lista de alimentos que no le!ustaban, incluso parec&a i!norar que los platos #ab&a que fre!arlosdespués de comer2 limpiar los muebles dec&a que no le iba bien a sualer!ia, estornudaba en cuanto al!uien levantaba un poco de polvo2 lacolada le estropeaba muc#o las manos, se le pod&a llenar de !rietas lapiel a causa de la le$&a de la sosa2 el planc#ar le ven&a mu mal a laespalda de fre!ar el suelo ni siquiera se le ocurr&a #ablar. En una

    ocasión lle!ó a decir que no entend&a cómo pod&a #aber al!uien que le!ustase #acer las faenas de la casa2 pero ni mi madre ni la abuelapudieron contestarle, bien aprendidas ten&an la lección que les daba mit&o Jaime. 3 Rifi todo le estropeaba el cutis, todo menos dormir #asta lastantas, tomar el sol tumbada en una #amaca llenarse de potin!ues.3#ora quiz(s me arrepienta un poco de mi comportamiento, peroentonces !ozaba con peque%as ven!anzas, como aquella tarde en queaprovec#ando que mi t&o #ab&a ido al ba%o le manc#é el vestido a Rificon tinta sin que ella se percatase. 1a pobre comentaba después que no

    sab&a cómo se #ab&a podido manc#ar, que quiz(s fuese al sentarse en lamesa del despac#o de mi t&o, o en un banco de la calle cuando salieron a

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    dar un paseo ella se cansó. 'uso una voz remil!ada di$o6 Est( todotan sucio que no sabe una cómo ponerse. 8otal, que aquella tarde nopudo ir al cine, porque ella con manc#a no iba a nin!n sitio, sobre todosi era tan escandalosa. Mi madre, antes de acostarme, me miró mu

    seria me di$o6 8 no sabr(s nada )verdad*. 8uve que mentirle, lamentira me dolió m(s que el da%o que le #ice al vestido de Rifi, mimadre se estaba vendiendo eso o no lo lle!aba a entender, nosotraséramos tres mu$eres de misma familia la otra una e4tra%a que no ladeber&amos de$ar entrar en nuestro c&rculo. 3n no le #e dic#o nada a mimadre, lo mismo al!n d&a se lo cuento, le cuento también que osab&a qué ta$adas de carne le iba a poner mi t&o Jaime a su novia, porquelas tardes que com&amos $untos, mi t&o era el primero que co!&a la fuenteo la sopera por su cuenta, le serv&a a Rifi, lue!o se serv&a él la de$aba

    en la mesa diciendo6 Que co$a el que quiera. "o sab&a qué trozo o quéfilete le iba a tocar a Rifi porque mi t&o, aunque ella le di$era que com&amu poco, porque las se%oritas de bien deben decir que comen mupoco, siempre le pon&a el m(s !rande, el que me$or aspecto ofrec&a, elque m(s reluciera en la bande$a. "o antes #ab&a ido a la cocina si eraun trozo de carne le met&a una cuantas pimientas dentro o un trocito demadera, si era pescado un trozo del papel en que ven&a envuelto2 bueno,lle!ué meter de todo, incluso tuve la ocurrencia de al ir a orinar traer unpoco de or&n ec#(rselo en las natillas que ella iba a tomar. 'eque%asperversidades que me permit&a que lue!o no me atrev&a a contarle alcura cuando me confesaba, no fuera a enterarse al!uien el casti!osuperara con creces al da%o de las peque%as travesuras. 3unque si di!ola verdad, me #abr&a !ustado que Rifi se enterara, de esa forma laven!anza #abr&a sido completa. Una ma%ana que iban a la plaa, le co!& el bote de bronceador le escup& muc#as veces dentro2 a#ora pienso enqué penitencia me #abr&an impuesto si me lle!an a trincar. 'ero tambiénrecuerdo cómo me lat&a el corazón, cómo sudaba mientras realizaba mis

    ven!anzas, me alteraba tanto como cuando por las noc#es iba al cuartode mi t&o, antes de que él lle!ara, me pon&a sus ropas para notar cómome pod&a sentir si fuese un #ombre, disfrutaba al realizar una otra vezel !esto de abrir la porta%uela, de orinar como un mac#o, !estos de reto,de or!ullo, !estos que #ac&an crecer una e4tra%a sensación dentro de m&,una sensualidad nueva que me invad&a, que me llenaba sin saber bien elporqué. Unos calzoncillos, una camiseta de al!odón que o lue!o ten&a laprudencia de volver a colocar bien doblados en el mismo lu!ar en quemi madre los #ab&a puesto antes.

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    "a esto casada de tanto punto. )Qué #ora ser(* 8odav&a estemprano. 0o ten!o !anas de café, pero si a#ora no lo tomo lue!o meapetece se me $unta con la cena, lo me$or es ponerme uno clarito

    unas !alletas. El primer coc#e que tuvimos fue un D/7 !ris claro, locompramos de se!unda mano por veinte mil pesetas con el dinero que mimadre me dio de lo que !anó aquellas navidades en el refino2 abr&amos alas nueve a #ab&a !ente esperando, no par(bamos #asta lo menoslas oc#o de la tarde, una #ora para comer a est(6 que si cintas, que siunas bra!uitas para las ni%as, que si unos enca$es sobre todo re!alos,peque%os re!alos de todas clases que #ab&amos tra&do aquel a%o. Mi/asandra all&, metida en el parquecito que le #ab&amos puesto en unrincón, $u!ando distra&da de ver a tanta !ente. /omo mi ni%a era tan

    buena casi todas las clientes eran conocidas, raro resultaba que al!unano le di$era al!o o que $u!ueteara con ella un ratito. Aracias a esopudimos despac#ar, que si no mi madre se queda sola o se tiene quebuscar a otra, porque con Emilio no se pod&a contar para nada. 1a0avidad era una fiesta para bur!ueses cristianos, claro, pero nos #ac&a unbuen apa%o. /ompramos el coc#e Emilio se sacó el carné de conducir.1os domin!os llev(bamos a la ni%a al campo, bueno los domin!os quepod&amos, que no eran muc#os, porque los que de verdad se beneficiarondel coc#e fueron los del 'artido, que a ten&an un medio paradesplazarse. /ompramos el coc#e porque cuando cerraba la tienda eninvierno a era de noc#e a esa #ora, con el fr&o que #ac&a, o ten&a queco!er el autobs con la ni%a a cuestas la bolsa con los pa%ales losbiberones2 compramos el D/7 con esa intención, claro que s&, pero rarame resultaba la noc#e que Emilio lle!aba temprano, cuando no le ec#abala culpa a una reunión, era porque se le #ab&a averiado el cac#arro, cuando se cansaba de esas e4cusas me lar!aba que no sé quién lo #ab&amandado a no sé qué sitio, qué m(s daba. En fin, que con coc#e o sin él,

    la maor parte de las noc#es volv&a a casa en el autobs. /uando se lorecuerdo a#ora dice que no, que o so una e4a!erada que porque und&a mató un perro le llaman mataperros. " o a no sé ni cómo era, perode lo que me acuerdo bien es de esperarlo un rato con la ni%adesmaadita, aver!onzada de sentir las miradas sabelotodo de mi madre, al final venirme en el autobs. En al!una ocasión o& comentar a mimadre que quien nace maceta al pasillo no lle!a, pero lo dec&a as&,tontamente, como si o no supiera bien a que ven&a tanta co%a tantamaceta. 3l menos los del 'artido pod&an #aberle ec#ado !asolina, di!o

    o, que no es que o fuera una insolidaria e!o&sta, pero estaba cansada

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    ami!a Rosa viv&a un t&o suo que todas las tardes se sentaba a la puertade su #abitación, que daba al peque%o patio, sobre una mesita ibapelando unos caca#uetes que tra&a en una tale!a !rande, lue!o barr&a lasc(scaras con una paciencia di!na de otro simio, aunque de menor

    ran!o, iba separando los dos #emisferios de las semillas para sacar el!ermen, peque%a puntita que celosamente se prote!&a dentro del fruto.El #ombre #ac&a dos montones, uno !rande con los sobrantes, el otropeque%o con todos los embriones, al que prote!&a como si fuese sutesoro. 3nda, )queréis comer* El #ombre nos ofrec&a el monton decaca#uete sin !ermen nosotras com&amos todos los que nos apetec&aporque, se!n comentaba el #ombre, eran para tirarlos. 0osen!o%ip(bamos con tanta #arina, sobre todo porque los pu%eteroscaca#uetes estaban sin tostar. El t&o de mi ami!a nos #ab&a informado

    que era fundamental que no estuviesen tostado, a que el e4cesivo calormata a la vida. 7eis, la vida est( aqu&, en esto tan peque%o, de aqu& esde donde sale la planta que dar( nuevos frutos nuevos !érmenes delque a su vez volver(n a nacer otras plantas as& sucesivamente. 1osni%os suelen ser mu curiosos, pero sólo de aquello que por al!una razónles atrae, pero a veces lo verdaderamente intersante se les escapa, poreso ser&a que nunca me lle!ó a e4tra%ar el porqué ese #ombre sededicaba a una tarea tan precisa2 lo cual no quita que me lle!ase aenterar, pero no por mi propia inda!ación, sino porque mi ami!a me lodi$o un d&a sin m(s, como si me estuviese #ablando del calor que #ac&a,para ella no ten&a la menor importancia, no #a nada como ver al!otodos los d&as para que de$e de representar e4tra%eza. Mi t&o piensa quela vida llama a la vida, por eso la base de su comida es !ermen crudo decaca#uete, as& cree que vivir( muc#os a%os m(s en me$or estado deforma. " porqué no se los come enteros. 'orque para comerse cien!ramos de !ermen se tendr&a que comer dos ilos de fruto. 93#:, no levalen las almedras o las avellanas. -&, pero son m(s caras el resultado

    dice que es el mismo. Oe, ) tu t&o es mu vie$o* Rosa se enco!ió de#ombros.

    "a #ab&a muerto 5ranco cuando un domin!o por la ma%ana Emiliose reunió con los dem(s camaradas del 'artido. "o no #ab&a podido irporque no sab&a con quién de$ar a la ni%a. 3 media reunión lle!ó uno dela polic&a social, un tal /ordero, que a#ora creo que est( en la sección de

    luc#a contra la dro!a. 3 eso se le llama profesionalidad, con el mismoa#&nco se brindaba a pelear contra unos c#avales que se or!anizaban

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    como !rupo pol&tico clandestino, que a#ora se enfrenta a las temiblesor!anizaciones de la dro!a2 aunque o ten!o o&do que esto de la dro!a letrae m(s cuenta, pero esa es otra #istoria. =ueno, pues estaban loscamaradas discutiendo unos informes del comité central, cuando apareció

    el tal /ordero con sus secuaces se los llevó a todos presos. os d&as lostuvieron retenidos o mientras con mi ni%a, asustada por lo que nospodr&a pasar a las dos, des#ec#a por lo que le estar&an #aciendo a Emilio.'ero el mu insensato volvió riéndose con los ami!otes, como si no#ubiese pasado nada, como si la ni%a o no e4istiéramos, como si estarpreso en comisar&a fuese cosa de $ue!os. esde aquel d&a empecé aco!erle una cierta man&a al 'artido, porque mientras Emilio estuvodetenido, no pod&a quitarme de la cabeza a 3lfonso, que un d&a loco!ieron en su casa se lo llevaron a -evilla. En el coc#e iban él dos

    polic&as. -e fueron por la autopista, a la mitad del camino #icieroncomo si se #ubiese averiado el coc#e. -e pararon en el arcén, los dospolic&as se ba$aron, uno abrió el capó el otro se puso descuidadamentea orinar. 3l poco tiempo, uno de los a!entes di$o que iba al poste deau4ilio a pedir una !ra2 cuando estaba como a cien metros, llamó al quese #ab&a quedado $unto al ve#&culo con el prete4to de que se #ab&ada%ado un pie, el otro polic&a se fue #acia el compa%ero retir(ndosetambién del coc#e. 3lfonso estaba dentro esposado ve&a que era unaposibilidad clara para #uir, tan clara que le resultaba e4tra%o. 1os polic&asle estaban poniendo en bande$a que intentara escapar as& poderlemeter un tiro por la espalda, por eso 3lfonso no se movió del coc#e, sinoque pacientemente esperó a que los polic&as volvieran. " claro quevolvieron, en cuanto se dieron cuenta de que el detenido no pensabalar!arse, re!rasaron, cerraron el capó con irónica sonrisa le di$eron aldetenido6 @as tenido suerte, parece que a est( arre!lado el coc#e.3rrancaron a no #ubo m(s incidencias #asta que lle!aron a -evilla,donde a 3lfonso le llovieron las cac#etadas durante tres d&as con sus

    noc#es, con el propósito de que confesara cu(ntos m(s estaban con él enla Or!anización cu(les eran sus contactos con la dirección del 'artido.Mientras tanto, nosotros aqu& intentamos limpiar todos los rastros quepudiesen comprometer a m(s personas que lo inculpase a él m(s de loque a estaba. En aquellos d&as #ubo re!istros por todos lados,detenciones que se solucionaban con interro!atorios peque%as palizassobre la marc#a. 'ero la polic&a no pudo encontrar pruebas suficientescomo para meternos a todos en la trena. Recuerdo que 3lberto entró und&a en su casa se encontró un paquete sobre la mesa del comedor,

    cuando fue a ver de qué se trataba se dio cuenta de la trampa no quiso

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    tocarlo2 en ese instante sonó con insistencia el timbre de la puerta, era lapolic&a que ven&a a #acer un re!istro encontraron el paquete, que ellosmismos #ab&an puesto un rato antes, encima de la mesa. Era propa!andaen contra del Ré!imen 3lberto se iba a arrepentir de meterse en donde

    no le #ab&an llamado. 'ero el c#aval di$o que el paquete no era suo, como prueba ar!umentaba que estaba se!uro de que no ten&a sus#uellas. Eso lo salvó, no de que lo detuvieran le dieran unas cuantascac#etadas sino, de pudrirse en la c(rcel. 7aa, se me fue un punto,a#ora tendré que des#acer la mitad de lo que llevo #ec#o. =ueno, coneso aprieto un poco m(s la lana, que creo que va un poco flo$o lue!o damuc#o de s&. " Emilio se re&a, como si el solo #ec#o de que lo detuviesenfuese un s&ntoma de que se estaban car!ando el Ré!imen. /omo si sumuerte arre!lara los problemas del pa&s no fuese a destrozar nuestro

    #o!ar mi vida. 'ero claro, después los luc#adores eran ellos, losconcienciados eran ellos, los solidarios eran ellos, o sólo me ten&a quequedar tan ricamente en casa2 s&, tan ricamente, sin nin!unapreocupación, qué va, si una era de #ierro.

    Junto a la abuela me sent&a prote!ida, ella amparaba a nuestrafamilia con su peque%o manto nos liberaba de los peli!ros del mundo.1a abuela era ba$ita un poco metidita en carnes, o siempre la conoc& con el pelo cano. @ablaba poco, lo imprescindible, su mirada la recuerdoserena, atenta a cualquier detalle, a cualquier necesidad que pudieseaparecer en la casa. 3penas si sal&a, los domin!os a misa, desde que elabuelo murió ni siquiera a eso2 las compras la realizaba mi madre. Elabuelo nunca quiso tener criadas, o empleadas de #o!ar como se lasdenomina a#ora, dec&a que era un !asto intil que, adem(s, para lonico que serv&an era para enterarse de todo meter las narices en loque no les importaba. 'or eso la abuela se #ac&a car!o de la cocina mi

    madre del cuerpo de casa as& se repart&an la faena. M(s de una vez o& al abuelo decir que si no, qué iban a #acer dos mu$eres solas en la casa,no se iban a rascar mientras él se desnucaba en la imprenta. 1a abuelasiempre estaba con al!una ocupación, siempre ten&a al!o que #acer,cocinaba, fre!aba, lavaba pero sin #acerse notar, sin darle valor a lo queestaba realizando, casi sin #acerse visible, era como si #ubiese pasadopor esta vida sin #aber lle!ado a materializarse completamente. 3un as&,o notaba su presencia en todos los sitios, en todos los cuartos de lacasa, en el pasillo, en la casapuerta2 su mirada protectora vi!ilante la

    sent&a en cada rincón de la casa. +ncluso después de #aberse muerto.

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    8odav&a a#ora me parece que si!ue $unto a m&, que me cuida, que cuidade mi casa como antes lo #izo con la sua. Me !ustar&a preparar cafétambién para ella, porque la noto tan presente que no me e4tra%ar&a queen al!n momento la viese aparecer.

    Me esto acordando a#ora de don 'edro, #ace a%os que me #ab&aolvidado de él, no sé por qué me viene a#ora a la memoria su fi!uradel!ada alta, aunque menos alto que el abuelo m(s del!ado que él.on 'edro era como el abuelo aunque venido a menos, como si fuese surecuerdo o su sombra, pero con la diferencia de que ten&a el rostro!rande alar!ado los mofletes carnosos ca&dos. 1os dientes de don

    'edro eran !randes amarillos como los de los caballos, al #ablar ten&a lafacultad de ense%ar no sólo la fila de dientes superiores, como suele#acer todo el mundo, sino que también mostraba los de aba$o. 3 vecesme pon&a delante del espe$o por imitar su forma de #ablar intentandoasomar mis peque%os dientes inferiores, arqueaba el labio de aba$o, melo su$etaba con los dedos, pero nada, no #ab&a forma, aquella era unacondición innata, o por lo menos se deb&a de tener muc#a preparaciónpara lo!rarlo. on 'edro lle!aba al!unas tardes a casa con su carpetane!ra ba$o el brazo, con su olor a colonia barata, con sus me$illasrasuradas tanta amabilidad compostura en los movimientos que nosadmiraba a las tres mu$eres. Era un #ombre serio, con voz !rave, $am(s!astaba una broma, nunca dec&a una palabra de m(s, si al!una vez mesonrió mientras me pellizcaba el cac#ete era m(s porque con eso cre&aque contentaba al abuelo que porque le saliese de dentro, el infeliz no sedaba cuenta de que al abuelo eso le tra&a sin cuidado, que suspensamientos, intereses valores estaban en otra parte, que lascaranto%as a los ni%os no eran m(s que eso6 caranto%as. on 'edro se

    met&a con el abuelo en su despac#o all& se quedaban casi toda la tarde,arre!lando papeles, a$ustando cuentas, busc(ndole soluciones a losproblemas que continuamente les deb&an de sur!ir. 1a abuela,invariablemente, asomaba su cabeza, sólo su cabeza, por la puerta deldespac#o para pre!untarle a la visita si quer&a tomar café2 el #ombre,también invariablemente, a!radec&a el ofrecimiento rec#azaba concort&a la atención, al poco la abuela entraba con una bande$a llevando unpar de cafés un plato repleto de !alletas. esde dentro se o&a alabuelo6 'or favor, )quieres de$arnos traba$ar no molestarnos* espués

    de que la visita se #ubiera marc#ado, la abuela entraba por la bande$a,en la que no quedaba absolutamente nada, tan sólo las tazas los platos

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    sucios. Un d&a le di$e a la abuela que la camisa de don 'edro se parec&amuc#o a una que ten&a el abuelo, era una camisa blanca con unasfin&simas l&neas !rises en !rupos de tres. 1a abuela me contestó que s&,que se parec&a muc#o. En otra ocasión noté que el tra$e de aquel #ombre

    le ca&a un poco !rande, que las man!as le ocultaban casi los dedos, quela c#aqueta le lle!aba a medio muslo. El tra$e era !ris, como los queusaba el abuelo, le pre!unté a la abuela, pero ella no me contestó, mepuso la merienda me pidió que encendiera la radio. /ada cierto tiempo,al marc#arse don 'edro, la abuela le daba un paquete que deb&a de pesarpoco, un bulto con apariencia de blando con la envoltura en papel deperiódico. El #ombre tomaba el paquete con delicadeza, como si dentro#ubiese al!o que se pudiera romper con facilidad, con su #abitualcortes&a le daba las !racias a la abuela, siempre daba las !racias a todos

    por todo.

    Mi abuela se puso mala sin #acer ruido, un d&a no se levantóporque se encontraba mal ese fue el comienzo de su muerte. -e quedóen un rinconcito de su cama de matrimonio, el ladito que el abuelo le#ab&a de$ado del que ella nunca se movió, ni siquiera después de que elabuelo #ubo muerto. Mi madre le pon&a un par de almo#adas para que seincorporase ella se quedaba quietecita, mirando la pared de enfrente,sin decir nada. -entada en la cama an parec&a m(s peque%a, m(senco!ida. Un domin!o por la ma%ana o&mos a mi abuela cantar ba$ito,mu ba$ito. Mi madre se asustó fue corriendo a ver qué pasaba, laabuela estaba incorporada sobre las almo#adas, con los o$os casicerrados cantando, con voz mu a!uda apenas audible, unas anti!uassevillanas corraleras que acompa%aba con sus palmas blandas einsonoras. Mi madre no supo qué #acer, miraba a la abueladesconcertada, siempre #ab&a dependido de su madre para cualquier

    decisión a#ora, al verla cantando por primera vez en su vida, a$ena almundo, sacando una e4istencia interior que le flu&a #asta desparramarsepor la cama, no se atrevió ni a abrir la boca se quedó mirando a laabuela con los mismos o$os con que la abuela #ab&a mirado poco antes ala pared de enfrente, inmóvil, absorta mientras dos l(!rimas !ruesas lecorr&an por la me$illa. Mi madre me ec#ó el brazo por encima del #ombro nos fuimos a la cocina para preparar la comida. 3l rato volvimos a la#abitación de la abuela, que se!u&a con sus cantes sin desfallecer, sinque pareciera importarle las letras de las sevillanas, pero no

    equivoc(ndose en nin!una2 caballos, toros, muc#ac#as de tra$es de

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    volantes lunares aparec&an en la #abitación con su voz. Mi madre sólopudo comentar6 7eremos a ver cuando ven!a tu t&o. " mi t&o Jaime lle!ócon Rifi a la #ora de comer lo primero que #izo al lle!ar fue ir a ver a laabuela la encontró terminando la tercera, por lo que supon!o que,

    aprovec#ando la interrupción, le espetó6 'ero mam(, )se puede saberque es lo que est(s #aciendo* 1a abuela lo i!noró por completo empezóla cuarta. Est( mu$er se #a vuelto c#oc#a, fue lo que masculló antes de ira buscar a mi madre, a la que quiso culpar, culpó, de la situación enla que #ab&a encontrado a la abuela. Mi madre ni siquiera se defendió dela acusación, para qué. Rifi comentó6 -er&a un compromiso que une4tra%o viniera la viera as&. )" qué le #a!o o*, le respondió mi madre.Eso, t ver(s lo que #aces, fue lo que di$o mi t&o Jaime antes de co!er elportante lar!arse. 1a abuela no quiso comer, ni dormir la siesta, sólo

    cantaba ba$ito, cada vez m(s ba$ito con unas palmas a convertidas ensimples !estos. 3l anoc#ecer vi a mi madre que se sonre&a concompasión mientras la observaba desde la puerta del dormitorio, fue a lasalita para co!er la costura se puso a coser en la cabecera de la camade la abuela, de vez en cuando tatareaba al!n estribillo. Mi t&o Jaimevolvió tarde , por supuesto, cenado. En cuanto entró se fue a su cuartosin ver ni siquiera a la abuela sin decir una palabra, por no dar no dioni las buenas noc#es. "o me acosté de$ando a la abuela con sus cantes a mi madre cosiendo.

    Mi abuela se mor&a, nos lo #ab&a dic#o don Juan, el médico que fueami!o del abuelo que entonces lo era de mi t&o Jaime, del que no sénada desde que nos fuimos de la casa, lo m(s se!uro es que también se#aa ido al otro barrio, como todos nos vamos endo poco a poco, comomi abuela se iba, aunque no de$aba de cantar sevillanas corraleras, unrato para dormir, un momento para comer al!o, apenas nada, un caldito,

    vuelta a los cantes. En el recreo le di$e a Rosa a 'ili que mi abuela seestaba muriendo, ellas me di$eron que nunca #ab&an visto a unapersona que se estuviera muriendo. 'or eso quedamos por la tarde paraver a la abuela que mis ami!as vieran a una persona dispuesta para eltrance, porque ellas nunca #ab&an visto a una persona as& ten&ancuriosidad, no una curiosidad mala, sino la propia de las ni%as, no de$ade ser eso6 pura curiosidad. /uando mi padre se murió me ec#aron decasa para que no lo viera, me di$o 'ili. )" de qué murió tu padre* e unsoplo. )e un soplo*, anda a. Mi madre estaba en la cocina o

    aprovec#é para que mis ami!as pasaran al dormitorio de la abuela sin

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    que ella se enterara. "o le di$e que la quiero, la quiero, la tonta se lo #acre&o, ole, ole, ole, cantaba mi abuela casi en un #ilo de voz cuando lastres entramos en el cuarto nos quedamos en silencio mirando a laabuela desde los pies de la cama, por entre las barras de bronce. 0o sé

    cu(nto tiempo estuvimos all&, aunque supon!o que muc#o, la abuela node$ó de cantar ni nosotras de tener los o$os fi$os en ella, comoembobadas por la muerte. Estuvimos muc#o rato #asta que mi madreapareció nos di$o que fuésemos a merendar, pero como no nosmov&amos, tuvo que empu$arnos #asta la cocina mientras mis ami!asvolv&an la cara como si se quisieran llevar impresa en la retina la ima!ende la abuela en la cama, de la parca rondando por la casa. )En qué senota que se est( muriendo*, pre!untó Rosa, pero nadie le contestó. )"todas las personas se mueren cantando*, 7olvió a pre!untar mi ami!a al

    rato. 1as tres tom(bamos la merienda calladitas, con los o$os muabiertos. )Oe, t est(s se!ura de que tu abuela se est( muriendo* Mimadre apareció por la cocina acabó con las pre!untas, pero a la tardesi!uiente lle!aron a mi casa dos ami!as m(s para o&r cómo la abuela seestaba endo lue!o fueron cuatro m(s después seis, #asta que mimadre puso fin al ansia de conocimiento que ten&an mis compa%eras declase.

    1a abuela murió en mal momento. Quiz(s #ab&a nacido en untiempo en un lu!ar inadecuados, tal vez #ab&a vivido con un maridopoco conveniente en un ambiente que no le correspond&a, era posible quese pasara la vida en una ciudad que nunca le perteneció, pero de lo queesto se!ura es de que la abuela murió en mal momento, malo porqueera viernes, el viernes antes de la 5eria, en la imprenta que fue delabuelo que entonces re!entaba el t&o Jaime #ab&a muc#o traba$o, laépoca del a%o en que m(s traba$o #ab&a. 'or eso el t&o Jaime no quiso

    que nadie a$eno a la familia se enterase de que la abuela se #ab&amuerto, no quer&a porque entonces tendr&a que cerrar la imprenta pordefunción los clientes, que ni siquiera conoc&an a la abuela ni sab&ande su e4istencia, se quedar&an sin atender la imprenta perder&a muc#odinero, porque los traba$adores no ten&an culpa de la muerte de la abuela querr&an cobrar su sueldo i!ual que si la abuela no se #ubiera muerto ellos #ubiesen traba$ado. 1a noc#e del viernes velamos a la abuela mimadre o, $untas #ab&amos vivido $untas nos desped&amos. Rifi novino porque, se!n mi t&o, no pod&a soportar los velatorios, ni los

    funerales, ni tampoco los entierros. 3 ella le sentaba mal ver a los

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    muertos, tanto llanto tanta !ente dando pésame era al!o que leresultaba mu desa!radable. Recuerdo que mi t&o di$o6 8enéis quecomprender su sensibilidad, ella es as&. 0o nos apetec&a comprendernada, pero est(bamos a !usto las tres solas, resultaba preferible de esa

    forma. 3 eso de las doce de la noc#e mi t&o Jaime vino en la fur!oneta dela imprenta con la ca$a para la abuela. Mi t&o utilizó la fur!oneta de laimprenta por miedo a que los vecinos pudieran sospec#ar al!o al verdelante de la casa un coc#e fnebre. 1a fur!oneta entró en el !ara$e desde all&, entre mi t&o mi madre, llevaron el atad #asta la alcoba dela abuela la metieron dentro porque a empezaba a oler. @asta els(bado por la tarde no se dio la noticia de la muerte de la abuela laesquela salió publicada en la prensa del domin!o, una esquela queocupaba una p(!ina entera de la prensa local, la madre de mi t&o no se

    merec&a menos. 8ambién el domin!o por la ma%ana la enterraron contoda la parafernalia de amistades, clientes proveedores de mi t&o queantes #ab&an sido amistades, clientes proveedores del abuelo. Els(bado por la tarde toda la $ornada del domin!o fueron los d&as de luto reco!imiento de la familia, de esa forma los traba$adores pudieron ir ala imprenta el lunes con toda normalidad los clientes no sufrieronnin!n tipo de retraso2 ante todo la empresa.

    /omo dice Emilio, es curioso, pero cuando falta la libertad todo sesupedita a ella. urante la dictadura sólo nos !ustaban las canciones quetuviesen un mensa$e e4pl&cito, letras que nos motivaran a pensar, ideasque nos revelaran contra las in$usticias. 7&ctor Jara, 'aco +b(%ez, 1os/alc#aquis, 7ioleta 'arra o los poetas Aabriel /elaa =las de Otero.Emilio también me #abla de que en aquella época todo el que no secompromet&a era reaccionario, pertenec&a o alimentaba a la bur!ues&a.)/ómo dec&a aquello...* FMaldi!o la poes&a concebida como un lu$oG

    cultural por los neutrales,G de quien lav(ndose las manos sedesentienden evaden.G Maldi!o la poes&a de quien no toma partido,partido #asta manc#arse.H 3s& éramos, duros, obcecados2 con la mentefi$a en que todo lo que no libera, aliena. /on una ideolo!&a que cre&amostener mu clara con muc#as !anas de luc#ar por ella. 3 7&ctor Jara lomataron en un campo de ftbol convertido en improvisado campo deconcentración durante el !olpe de estado del Aeneral 'inoc#et2 dicen quele partieron la !uitarra, que lue!o le reventaron las manos entre dospiedras que al final acabaron con él de un tiro en la cabeza, pero no

    de$ó de cantar #asta que la vida se le escapó del cuerpo. 3unque a#ora

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    que se est(n conociendo m(s detalles dicen que an fue peor, porquecomo no se re&a de las supuestas !racias de sus torturadores, le cortaronlos labios para que mostrase sus enc&as2 finalmente uno de los esbirros lepe!ó un tiro en el pec#o , a la vez, le estalló su celebro a consecuencia

    de tanto sufrimiento. 3 'aco +b(%ez lo vimos el a%o pasado porqueestuvo aqu& dando un recital en la /atedral, su voz a no era la mismaaunque s& su simpat&a2 fuimos a verlo un batallón de nost(l!icos mesorprendió ver a muc#os $óvenes entre nosotros, quiz(s la $uventudactual no es como Emilio piensa. 1a maor&a core(bamos las cancionesque #ab&amos escuc#ado mil veces durante aquellos a%os de la dictadura que no se nos #ab&an olvidado. 'aco fue un #éroe para nosotros, unaluz, una emoción, pero parece que a los poderes actuales les !usta tanpoco el ami!o 'aco como al !obierno de antes, aunque se!uro que

    también ellos lo escuc#aron de $óvenes vibraron con sus letras2 elpoder siempre es el poder, como el pueblo siempre es el pueblo. 3 vecesEmilio me pre!unta si me acuerdo de los /alc#aquis, )quién sabe deandar(n a#ora 1os /alc#aquis* )" 7ioleta 'arra* @a que ver la de tardesque nos pas(bamos escuc#ando aquello de Santa María de Iquique, )oera Guaiquique* 1os tiempos cambian, a nadie quiere o&r #ablar decompromiso, de luc#a, de libertad. " como suele comentar Emilio, anadie se le pasa a por la cabeza empu%ar una pistola, o una pipa comodec&amos antes, para luc#ar por los m(s pobres. )3caso es que a noe4isten los pobres, los mar!inados, los que sufren la opresión delcapitalismo salva$e* -& e4isten, pero son una noticia en la televisión, unart&culo del interior de un periódico2 un des!raciado que pide para dro!a,unos #ombres a los que e4pulsan del traba$o porque es necesario obli!atorio #acer una reestructuración en la empresa, unos ne!ros quepasan el estrec#o en pateras sin papeles, unos ma!reb&es que vendenbarati$as en la plaa. /ambiamos la ideolo!&a por un sueldo, lasolidaridad por la envidia del que tiene m(s que nosotros, la luc#a contra

    las in$usticias por un puesto en el mundo del consumo. /onsumir se #aconvertido en la dro!a que $ustifica traba$ar m(s, pisar al compa%ero porascender. En cuanto se tiene la vida resuelta dos duros !uardados en elbanco a nadie quiere que le tienten en la conciencia que le muestrenlas miserias que #a por el mundo, menos por su ciudad. 0os tapamoslos o$os para disfrutar de nuestros peque%os bienes materiales, encambio nos encantan las cat(strofes, nos entretiene en nuestra ablicavida que nos cuenten las des!racias a$enas. Muertes, violaciones, riadasque se llevan por delante cultivos, casas, vidas >cultivos que no son

    nuestros, casas que no nos pertenecen, vidas que no conocemos2 todo

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    mu le$ano, claro est(?. Qué buen rato se ec#a mientras al!una vecinanos relata lo que le ocurrió a una prima en su via$e de novios, que laviolaron, o que el marido se caó por el malecón de un puerto cubano se abrió la cabeza, o que al volver la madre #ab&a muerto de un c(ncer

    repentino. 'or el contrario, a no se soporta escuc#ar aquellas cancionesprotesta, como se dec&a entonces, nuestro or!anismo no puede asimilarlos poemas que intentan ara%ar en la costra del e!o&smo, las novelas dedenuncia social son obsoletas, a no sirven para nada. @o en d&a sevenera con auténtica devoción a los deportistas de elite, a los quemedran con rapidez, a los cantantes de fama. )Quién quiere o&r #ablar#o de mar4ismo*, )quién se preocupa de la i!ualdad entre los #ombres*El capitalismo nos #a conquistado por la barri!a. 0o deber&a tomar café,después me desvela por la noc#e por la ma%ana no ten!o fuerzas ni

    para levantarme, pero es que el descafeinado no me !usta, es como si lefaltase fuerza, un quiero no puedo. 3unque como si!a as&, no vo atener m(s remedio que cambiarme, pero me dar&a cora$e, en fin leec#aré m(s lec#e a ver si as& me #ace menos da%o en el sue%o.

    Aalletas de coco, me ten!o que acordar de comprar !alletas decoco, que no quedan a Emilio le !ustan por las ma%anas con el café, ome conformo con cualquier cosa, pero a él le !ustan las de coco2 como le!usta su !;isquicito por la tarde o el brand después de comer, cuandocome en casa. Rosa o entramos a formar parte de la célula del partidoque se reun&a en La parra vieja, 3mparo no quiso entrar con nosotrosporque no quer&a saber nada de pol&tica2 dec&a que eso no eran m(s quefollones problemas, que la vida estaba bien como estaba. 0uestracélula se encar!aba de la propa!anda, recib&amos del comité central lasnotificaciones nosotros deb&amos buscarnos la forma de efectuar las

    copias repartirlas. /uando sur!ió aquello del portero del cole!io sumulticopista se me$oró muc#o el sistema, pero antes de eso nosten&amos que buscar la vida de cualquier manera. 1o me$or era cuandoencontr(bamos una vietnamita, pero si no recurr&amos a lo que fuese, ala !elatina, a poner varios papeles de calcar en una m(quina de escribir,incluso a mano. /uando no #ab&a m(s remedio el te4to no era mu!rande, escrib&amos los panfletos a mano, en letra mascula cada unode la célula se encar!aba de una frase2 eso era as&, porque ten&amos lapere!rina idea de que si la polic&a nos localizaba, no nos podr&a identificar

    al estar el te4to en masculas con tipos diferentes de letra2 enseme$ante tesitura, el voluntario de lanzar la panfletada no escrib&a, era

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    por si lo deten&an que no #ubiese m(s pruebas contra él. /omo si esofuera suficiente, pero en aquella época con nuestros a%os, todo ocurr&ade una manera bastante sencilla, afortunadamente la ineficacia de lapolic&a era nuestra aliada. Emilio se propon&a voluntario casi siempre para

    lanzar la propa!anda, o no quer&a que se arries!ase tanto, pero nuncame escuc#aba. Ele!&amos sitios concurridos con f(cil escapatoria por sille!aban los maderos la cosa se pon&a turbia. @abitualmente selanzaban los panfletos en la puerta del mercado de abastos, en la paradacentral de autobuses, en al!una cafeter&a del centro, a la salida de lostraba$adores de al!una bode!a o de la f(brica de botellas. -itios abiertos con muc#o pblico en el que lanzar los papeles perderse entre la!ente o correr #asta quedar a salvo. Recuerdo que una vez &bamos losdos, Emilio o, porque o le audaba a llevar los paquetes, al lle!ar a

    nuestro destino me #izo quedar en una esquina apartada por si #ab&aproblemas, él nunca quer&a que me pasase nada malo, )qué iba a #acero si me apresaban*, )estaba preparada para soportar la c(rcel o latortura* 'or lo visto él s& lo estaba, el solo #ec#o de ser #ombre llevabaimpl&cito el saber soportar las calamidades. 3unque a veces, esa posturasua de querer prote!erme me provocaba una sensación de inutilidad ode parecer cara$ota que me mosqueaba, pero no #ab&a manera, él lodecid&a as&, as& lo ten&a o que aceptar. Emilio se diri!ió a la puerta delmarcado con un montón de octavillas, $usto cuando iba a entrar se volvió fue lanzando al aire peque%os montones de papel mientras sal&apitando, pero aquella ma%ana lo esperaban los maderos, parec&a quenunca iban a aparecer en el sitio oportuno aquel d&a aparecieron. Emiliocorr&a, pero m(s corr&an ellos, estaban en todas partes, o daba botes demiedo, ve&a que lo atrapaban, que no le estaban de$ando escapatoria. -eo&an !ritos, órdenes, voces que lo increpaban, porque el pueblo va adonde le mandan sus diri!entes a nosotros nos ve&an como a lun(ticos,como a inconformistas que no sab&amos lo que quer&amos, nosotros no

    busc(bamos la libertad sino los problemas, que lo nico quepretend&amos era desestabilizar el pa&s para beneficiar a la UR--, aunquela maor&a de los camaradas no la conociésemos m(s que por los atlas.3l!unos incluso se atrev&an a decir que el 'artido estaba promovido porpa&ses comunistas que ten&an envidia de la marc#a de nuestra querida'atria. etuvieron a Emilio de mala manera fue conducido a lacomisar&a, o lo se!u&a a distancia temblando, llena de temores,recordando #istorias de otros detenidos, de palizas que duraban d&asenteros. 1lamé al resto de los componentes de la célula les di$e lo que

    #ab&a pasado. Ellos tomaron la decisión de que nos disolviéramos #asta

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    que no se normalizase la situación. Quise entrar en la comisar&a pero nome de$aron, me di$eron que estaba incomunicado, que me ten&a queesperar a que pasase a disposición del $uez. 3ll&, en la comisar&a, conoc& al padre de Emilio, pero se limitó a mirarme como si o fuera la que

    #ubiese detenido a su #i$o, o la que #ab&a dado el c#ivatazo, no me di$onada. 'arec&a como si la pena fuese e4clusividad sua, como si los dem(sno tuviésemos sentimientos, como si o fuese la $efa embaucadora deuna pandilla de c#avales a los que les #ab&a comido el coco2 o deber&aser para aquel #ombre el cerebro de la or!anización. 0o, el padre deEmilio no me di$o nada en la comisar&a, aunque en la actualidad casitampoco me dice apenas nada cuando nos vemos, no debo caerle me$orque él a m&, la verdad es que a esto #arta de a!ac#arme, porque aese #ombre sólo se le puede decir lo que él quiere escuc#ar. En cambio,

    Emilio #ace a#ora mu buenas mi!as con su padre, resulta que a no esel tirano que era, que a no oprime a su madre ni es un déspota con sus#i$os. Es como si Emilio #ubiese redescubierto a su pro!enitor, pero unpro!enitor diferente al que conoció en la ni%ez en la $uventud. -upon!oque ser( la inaudible e infati!able voz de la san!re o el resultado de lamadurez6 una verdadera pena. e los calabozos de la comisar&a Emiliopasó a la c(rcel sin que o me #ubiese enterado an de lo que pasaba,pero tampoco en la c(rcel me de$aron entrar a verlo, tuve que esperartres d&as m(s para que lo pusiesen en libertad ver que se encontrababien, que no le #ab&an #ec#o demasiado da%o, apenas unos !olpes.

    1a abuela no estaba loca, c#oc#ear un poco s&, pero loca, lo que sedice loca, no estaba, ten&a a muc#os a%os la edad le afectó a lacabeza, pero nada m(s. " eso que se mantuvo en sus cabales #astaltima #ora, aunque el quedarse en la cama debió de afectarle muc#o,me dec&a mi madre sentada en la mesa de la cocina cuando por fin se

    terminó el funeral nos quedamos las dos solas. Mi madre me dec&a eso,como si estuviese conversando conmi!o, sin embar!o me daba cuenta deque estaba #ablando m(s para ella que para m&, supon!o que necesitar&aconvencerse de sus pensamientos, ordenar sus ideas para poderlascomprender aceptar2 qué me$or que comunic(rmelas a m&. 1a miraba no me sal&a nada con que poderla audar, me #ubiese !ustado #ablarle,contarle todo lo que o quer&a a la abuela, que no me importaba que se#ubiese muerto cantando, que ella estar&a siempre $unto a nosotras,porque o la sent&a presente, porque o notaba cómo su peque%o manto

    an nos cubr&a. 3unque no le pude decir nada me mantuve en silencio

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    mientras mi madre lloraba. Es bueno que una #i$a le #able a su madre le aude a pasar los malos momentos, aunque o no pudiera en aquellosmomentos #acer otra cosa que mirar la ventana que mi vista seperdiera tras los cristales buscando el cielo las nubes, un cielo que cada

    vez se oscurec&a m(s llenaba de sombras la cocina, sombras donde sepod&a esconder la abuela esperando que al!una de nosotras se acercasepara #ablarnos ba$ito, para pre!untarnos qué quer&amos cenar aquellanoc#e. "o an no pod&a llorar, mis l(!rimas estaban demasiado dentrocomo para que brotasen sin m(s, tendr&an que pasar muc#os a%os paraque sin querer, sin motivo aparente, me puciese a llorar no sólo por elrecuerdo de la abuela. Ella ten&a que estar en su cuarto, cantando porsevillanas, o sólo ten&a que ir #asta all& para verla, para #ablar con ella2quiz(s por ello me lleve muc#os d&as sin querer asomarme a su

    dormitorio, para no sentir la soledad de una cama vac&a. /uando a todoestaba oscuro no #ab&amos encendido la luz, mi madre me contó que ala abuela su madre, que era mi bisabuela, no la de$aba cantar porque erauna mu$er seca mu estricta, eso que a la abuela le !ustaba muc#olas canciones, sobre todo las sevillanas corraleras. 'ero como su madreera tan seria tan ri!urosa en aquella época que no era como a#ora,que los $óvenes no le #acen el menor caso a los maores, la abuela de$óde cantar se !uardó sus aficiones en un lu!ar oculto del cerebro al cualni siquiera ella ten&a posibilidad de acceder. 1ue!o la abuela se casó conel abuelo, que tampoco la #ubiese de$ado cantar, aunque para entonces aella a se le #abr&an quitado #asta las !anas. /alladita metida en suscosas estuvo toda su vida, #asta que en su mente saltó al!n resorteantes de morir la transportó a la infancia se puso a cantar todo lo queantes no la #ab&an de$ado. " as& se murió con sus canciones posiblemente creéndose una ni%a.

    1a /onc#i era una !uarra, porque si ella sab&a que Emilio o

    est(bamos $untos, a qué refre!arse con él, a qué tantas caranto%as, aqué querérselo llevar para arriba para aba$o. " Emilio que parec&a quese le ca&a la baba con ella, como si o no me diera cuenta, como si nadieen el 'artido se diese cuenta. 'orque cuando murió 5ranco de$amosaquello de las células todos los miembros del 'artido pasamos areunirnos en asambleas, de esa forma nos pudimos conocer todos loscamaradas. "a no &bamos por La parra vieja m(s que de vez en cuando sólo para tomar cervezas, o al!n café por las tardes. En una de aquellasasambleas fue cuando apareció la !uarra, que todo se le iba en mimos

    en tonter&as, que o no sé cómo a los #ombres les pueden !ustar esas

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    la!artas con aires de !atitas. 3#ora, que o le puse bien puestas un parde banderillas, di!o que si se las puse, en cuanto me lle!ó la primeraocasión2 pero ella como si no se enterase, como si no fuese con ella,como si o estuviese tonta o cara$ota. " a Emilio se le iban los o$os

    detr(s de sus tetas, como si no #ubiese m(s tetas en el mundo que lasde ella, como si o no tuviese dos tetas m(s #ermosas me$or puestasque las dos brevas de esa !uarra. @asta que un d&a que la encontré sola,me la ec#é a la cara le di$e6 1a que me quite al!o que es m&o, ten porse!uro que la ra$o. 3quello de la ra$o lo lar!ué con tanta fuerza que a latonta #asta se le caó el bolso al suelo, la mu puta. i!o, se pon&a ellaen una esquina de la asamblea, que no sé para qué iba si no abr&a nuncala boca a lo uniquito que se dedicaba era sonre&r. " en cuanto Emilio seencar!aba de #acer al!n traba$o ense!uida iba ella, apenas terminaba

    la reunión, a apuntarse con él. 'ero o estaba al pesqui 9Que no, queeste a tiene due%a: 9Que te de$o sin pelos: " Emilio a $ustificarla, a#acerme creer que ella sólo quer&a colaborar con el 'artido, que o mepon&a celosa por nada, que me estaba portando como una bur!uesaacaparadora, que él era inocente. -&, inocente, como que no se merevolv&an las tripas cada vez que los ve&a con esas risitas. 'ero claro,como o ten&a que quedar me con la ni%a, que entonces era mu c#ica,me co!&an las vueltas2 aunque o nada, trincaba a mi /asandra nofaltaba a nin!una reunión, Emilio a mi lado. " la !uarra esa #aciéndolecaranto%as a mi ni%a, como si mi ni%a necesitase de sus mimos. -inembar!o, la culpa no era de ella, sino de Emilio, que se quedaba comoacara$otado en cuanto ella lo miraba as&, con esos o$os de cordera #eridaque tan bien tendr&a ensaado mir(ndose en el espe$o. 'ero delante dem& nunca tuvo co$ones de tocarlo, si no le parto una mano, cómo que sise la parto. " o sola en casa con la ni%a mientras los dos se iban ape!ar carteles, o se acercaban a 8orrecera a buscar a Juan 'edro con elD/7. Eso, encima con el D/7.

    /uando el abuelo murió, don 'edro continuó endo de vez encuando por casa se reun&a con t&o Jaime en su despac#o, en eldespac#o que antes #ab&a sido del abuelo. 3ll& si!uieron tratando de susasuntos, solucionando sus problemas, comiendo las !alletas bebiendolos cafés que nin!uno quer&a pero que la abuela les pon&a por delante./on el tiempo, la ropa de don 'edro se fue pareciendo a la ropa de t&o

    Jaime, por eso sus c#aquetas le quedaban cada vez m(s !randes, porquet&o Jaime era de $oven m(s !rueso que el abuelo don 'edro se estaba

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    quedando cada vez m(s del!ado. 3quel #ombre nunca perdió lacompostura, ni $am(s de$ó de saludar con verdadera corrección, era unse%or respetable respetado, al que en nin!n momento o& levantar lavoz, ni me pod&a ima!inar dando !ritos, ni abusando de la verborrea, que

    miraba serio, como si todo el mundo le fuera a #acer perder el tiempo,ese tiempo que parec&a tan precioso que nadie ten&a el derec#o de#acerle perder. -e mostraba distante, inaccesible, le$ano de esa mundanaordinariez de tres mu$eres que sólo #ablaban de las banalidades de todoslos d&as, que sólo entend&an de puc#eros, de ropas, de limpiezas denovelas en la radio. on 'edro si!uió apareciendo por casa del abuelocon su carpeta de cuero ne!ro ba$o el brazo, con sus asuntos queparec&an que nunca ten&an fin, con sus tratos que se multiplicaban crec&an con su sola presencia, con seriedad de #onrado #ombre de le.

    Una noc#e que tuve que ir a buscar un cuaderno a casa de una ami!aque estaba enferma, tendr&a o entonces unos diez u once a%os, de le$os,al fondo de la calle, vi a don 'edro salir de un tabanco, él no supo de mipresencia porque me escond& en una casapuerta, intu& que o no pod&aver a ese #ombre en aquel momento, me invadió una e4tra%a sensaciónentre la falta de respeto #acia él por verlo fuera de su entorno deseriedad compostura, el miedo a que me mirara con unos o$osdiferentes a los que usaba en casa del abuelo, el temor a la familiaridadque su nuevo estado le pod